7 Valores Del Sindicalismo

7 VALORES DEL SINDICALISMO Mientras cada uno de nosotros es una PERSONA individual, las instituciones, los sindicatos so

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7 VALORES DEL SINDICALISMO Mientras cada uno de nosotros es una PERSONA individual, las instituciones, los sindicatos son PERSONAS colectivas. Toda persona tiene varios planos, el primero o central es nuestro SER, nuestra esencia, el verdadero YO, en la persona individual le suelen llamar el ALMA espiritual, en la persona colectiva es el CONJUNTO DE AGREMIADOS. En un país es la NACIÓN entera. Entonces, el primer plano es la esencia. La esencia o el SER para actuar adopta objetivos o un programa, finalidades, esto radica en el EGO, o las INSTANCIAS de gobierno, o el Estado. Se toman las decisiones en este plano. Por ejemplo, luchar en función de un pliego de reclamos, o cumplir con una actividad deportiva o un evento de capacitación. A este plano podríamos llamarle Personalidad. La esencia, pues, se expresa a través de una personalidad que es la que se propone cosas. EMPERO, entre la esencia y dicha personalidad se ubican tendencias de conducta, inclinaciones que nos mueven a tales o cuales intereses, pueden ser propensiones a la inercia o a la flojera, o al logro de resultados, o tendencias virtuosas, la búsqueda de la trascendencia. Ese plano que se ubica entre el Ser y la Personalidad es el CARÁCTER. El carácter son los VALORES, o PRINCIPIOS de conducta. Todos tenemos, consciente o inconscientemente, un sistema de valores, un código de ética. Tenemos unos principios que privilegiamos por encima de otros, y actuamos de conformidad con ellos. En una organización sindical o política u otra, son la DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS. Que muchos suelen incluirlos en los Estatutos pero en realidad es un tema aparte. El Estatuto ya es otro plano, de concreción. Tenemos, pues, al SER, el CARÁCTER y la PERSONALIDAD. Pero, no basta tener objetivos, necesitamos saber cómo llegar a ellos. Para tal propósito interviene la INTELIGENCIA, que sería el cuarto plano. En las instituciones suele verse como la razón, la sustentación, los fundamentos, los documentos explicativos, la labor intelectual. Lo central de este plano es resolver el cómo llegar a las metas, esto equivale a las estratagemas, la adopción de caminos idóneos, de rectas o recodos. Las estratagemas las podemos dividir en dos modalidades, una la estrategia, y otra la táctica. La primera son conductas constantes hasta el final, y la segunda son conductas circunstanciales que dependen del momento, del lugar y de las circunstancias. Obviando infinidad de temas, podríamos resumirlo, hasta el momento, en SER, CARÁCTER, PERSONALIDAD, INTELIGENCIA. Y para dar cierta idea global, aunque muy parcial, debemos agregarle el CUERPO FÍSICO, o Temperamento, o en una institución: la ESTRUCTURA ORGÁNICA, sus componentes, sus instancias o aparatos, sus funciones, su "metabolismo" (es decir, sostenimiento, depuración ...), cuestión a la que propiamente se le llama el ESTATUTO.

Sintéticamente sería: Ser, Carácter, Personalidad, Inteligencia, Cuerpo. Institucionalmente sería: Sindicato, Principios (declaración de), Programa, Estrategias y Tácticas, Estatuto. En una sociedad sería: sindicato igual a NACIÓN, principios parte de PATRIA, programa parte de ESTADO, estrategias y tácticas parte de CULTURA, y estatuto igual a PAÍS.

PRINCIPIOS o

VALORES

Principios viene de principiar, de iniciar, de príncipe. Antes del príncipe está el rey, ello sería el SER, las masas, el alma espiritual. Los principios o valores se deben desprender de allí, por lo tanto su génesis debe ser espiritual o trascendental. Toda persona, individual o colectiva, consciente o inconscientemente, tiene sus valores. Y cada quien tiene un conjunto ÚNICO. A mayor consciencia de los mismos MAYOR nivel de dignidad para la persona. Su conducta está más dotada de un sentido ético, y se hace apto para construir un mundo mejor . Valor viene de valía, la persona se hace más valiosa. Valor también viene de valentía, pues hay que ser valientes para atreverse, atreverse a mirar lejos y mientras más lejos más trascendente, pues en ello radica la valía humana, no en lo que hace cualesquier animalito (comer, dormir, procrear) sino en cogobernar con el Todo, llámese Universo, Sociedad, Dios, Energía, lo que implica alejarse de todo egoísmo, trascender. El conjunto de esos principios, valores o ideales constituyen un SISTEMA. Es sistema pues hay un ordenamiento único, específico, donde cada elemento tiene un lugar perfecto y singular, donde fuera de esa ubicación trastoca el sistema. Cada valor subsiguiente está subordinado al anterior. Es como si el primero fuera el tatarabuelo, el segundo el bisabuelo, el tercero el abuelo, y así sucesivamente. Hay niveles de autoridad. Obviamente, esta propuesta es para iniciar un gran debate nacional, construyendo un sistema de valores para todas nuestras organizaciones sindicales. Son como construir nuestras grandes, históricas y constantes banderas, inagotables (pues no constituyen objetivos o programa), sino principios de conducta para TODO el accionar de nuestras organizaciones y afiliados a las mismas. Cada persona tiene su propio sistema de valores, pero el que discutimos sería el sistema de valores COLECTIVO para la vida sindical municipal. Lo podemos enfocar como 7 Principios que se derivan de Ideales: Paz - Solidaridad - Soberanía Libertad - Heroísmo - Humildad - Liderazgo. En su protagonismo personal lo podemos enfocar como ser: Pacífico - Solidario - Soberano - Libertario - Héroe - Humilde - Líder.

Primero: P A Z

Es tranquilidad de conciencia. Es saber que uno hace lo correcto. Que la conducta de uno como la del universo están gobernadas por sabias leyes o por Dios. Que uno está conectado o integrado plenamente a lo Supremo (Cosmos, Dios). Esta conexión con la sabiduría reinante, y el ajustar nuestra conducta a ello. Sentirse siempre conectado, pase lo que pase, en cualquier circunstancia, por sí solo proporciona paz. Mientras la Organización o la persona "siente" en lo profundo ese vínculo, entonces siempre estarán animados por EL IDEAL, inspirados por EL BIEN DIVINO. Y habrá PAZ. Desde otro ángulo, podría decirse que es El gran objetivo. También podría decirse que es vivir en el ideal. Desde un ángulo cristiano significaría amar a Dios por encima de todas las cosas. Trabajando con claves interrogativas éste primer valor definiría el Q U I É N (lo Supremo).

Segundo: S O L I D A R I D A D

Viviendo inspirados, danzando, condicionados al Ideal en sí mismo, viene el principio guía, el AMOR. Todo hacerlo por amor. Y amar significará hacer lo bueno por los demás. No teniendo lógica hacer el bien por un compañero de trabajo, y repeler al resto de trabajadores del mundo. No tiene lógica amar a un hijo y ser indiferente a todos los niños del planeta. La Solidaridad se deduce del verdadero amor, la solidaridad unifica y por ello solidifica, se construye una sociedad sólida por ser, si sólo si, solidaria. Por la solidaridad estamos contra la explotación, no sólo del hombre sino también de la tierra. Por la Paz y la Solidaridad no somos amantes de la muerte sino de la vida. No se colige con ningún odio pues reina el amor, otra cosa es, que lo veremos en otro principio, luchar sí luchar heroicamente, pero con un aparente odio pero por amor. Un amor no egoísta, que no nace de una necesidad de satisfacción personal, sino un verdadero amor porque nace de la paz, del servicio incondicional a lo Supremo, si quieren llámenlo a una Naturaleza sabia, a un Cosmos maravilloso, a la Luz, etc., otros dirán que sólo del Luminoso puede venir la luz, que sólo del Sabio puede venir sabiduría, que sólo del Armonioso puede venir armonía, que sólo el Potente te puede regalar potencia, y que por tanto el servicio es para Dios. Amar a lo Supremo conlleva amar la obra del Supremo, pues es lo mismo, uno es el padre y el otro es el hijo. Los cristianos dirían Ama a tu prójimo como a ti mismo. Este principio no permite quedarse en el marco de un "gremio", de una "capilla". Este reconocimiento de la mano maravillosa en toda la creación, genera un reconocimiento respetuoso del ángulo de todos. Y la

convicción de que es necesaria una SOCIEDAD NUEVA, solidaria, con su Minka. Que no nos guía la lucha de clases contra el patrón, sino el amor, y que serán otros (los patrones) quienes se conducen por la lucha de clases. Y por amor somos capaces de extirpar los tumores que sean necesarios, pero sólo por amor, no por resentimientos ni por carencias, sino por grandezas. Esta Solidaridad absoluta estará definida como el contenido o sustancia de nuestro accionar, responderá permanentemente al Q U É.

Tercero: S O B E R A N I A

Al igual que como individuos tenemos la facultad de tomar decisiones y ser firmes tras propósitos a lo que se llama VOLUNTAD, pues bien, cuando esta misma facultad se lleva a lo colectivo, a dicha voluntad colectiva se le llama SOBERANÍA. Tremendo, pues, ideal que se constituye en el verdadero concepto de la democracia. Soberanía que hay que reivindicar en lo social, en lo económico, en lo político, en lo cultural ... No debemos abdicar respecto a nuestra responsabilidad social, ni permitir que otros te la expropien. No debe ser sólo una práctica para elegir autoridades, sino una actitud cotidiana. Construir una institución conlleva valorar al colectivo humano que lo compone y el no humano. Como colectivo puede delegar en otras instancias, o dividirse el trabajo, puede centralizar. Tanto el todo como el centralismo tendrán pues una práctica democrática, de recepción de todos los puntos de vista o sentires, y de toma de decisiones. El líder central será el soberano, el CONJUNTO. La UNIDAD será el principio que subyace, pero no como principio supremo sino subordinado, pues no es la unidad por la unidad. Es una unidad subordinada a la solidaridad y ésta a la paz. Unidad no para cohonestar o soliviantar lo indigno, sino unidad para tomar colectivamente decisiones conscientes, libres, principistas. Unidad para ejercer la soberanía. Sólo a este nivel podemos decir que "EL PODER EMANA DEL PUEBLO", el pueblo que tiene la oportunidad de crecer imitando a Dios, a lo Supremo. Sólo en este nivel, no en los anteriores, se podría decir Vox Populi Vox Dei, la voz del pueblo es la voz de Dios. A este nivel se resuelve la gran interrogante del C Ó M O, a nivel general. Del cómo hacer las cosas. Y desde ese contenido soberano, relativo al poder de decisión del conjunto de afiliados, es que surgen principios subordinados como el de la revocatoria, el de la rendición de cuentas, la transparencia, los controles ciudadanos y otros, la participación. Desde el ángulo de la función "pública" que incluye la municipal quedaría claro que la estabilidad laboral no sería un principio absoluto, pues uno viene para ser servidor en función de principios, en conclusión, si se falla para con ese servicio y los principios que lo sustentan entonces no tendría razón de ser una estabilidad

EN NADA. A lo contrario esa estabilidad inestabiliza, desequilibra el orden soberano, en beneficio de todos, que queremos construir.

Cuarto: L I B E R T A D

La verdadera soberanía, y con ella la democracia participativa, la unidad, son reales, sólidas, cuando cada uno participa con convicción, cuando cada uno digna y libremente opina, discrepa. Unidad sin crítica es unidad hipócrita, o de muchos seres con minusvalía. La libertad personal (individual y colectiva) es la piedra de toque de la fortaleza soberana, con libertad de pensamiento y de opinión y no sólo libertad de prensa empresarial lucrativa. La libertad es la que permite fluir la naturaleza profunda de cada quien, y con ello se hace viable la autorrealización y la felicidad de cada componente o miembro de una Organización. Pues no estaremos respondiendo en nuestros planes a los propósitos superficiales sino al sentir inherente a la Esencia de cada quien. La libertad es una facultad y a la vez un valor o principio subordinado al de soberanía. Como miembros de una institución NO existe la libertad absoluta, se le practica en el momento y lugar apropiado, dentro de las instancias, pero sujeto finalmente al ejercicio de la soberanía del todo. De lo contrario es una automarginación, que alguien debe oficializarla, caso contrario las Entidades se degeneran cuando unos sí cumplen los acuerdos y otros no. Una cosa es ser libre para opinar, criticar, discrepar, y otra cosa es ser rebelde a las instancias soberanas, en este último caso estamos hablando de conductas destructivas. Son, pues, ajenos, al interés institucional los chismes y los paralelismos de cualquier tipo. Si alguien o algunos son rebeldes a las instancias, entonces, ya son otra organización y hay que identificarlos como tales, y proscribirlos o extirparlos. La Libertad parte de la premisa que todos tienen distintas percepciones del mundo, e indiscutibles en sí mismas. Sólo que en la convivencia se toman decisiones que no anulan esas percepciones, pero la Institución identifica las percepciones que le permiten crecer como conjunto y acercarse a sus metas. Lo opuesto es sabotaje cuando se pretende darle la misma validez operativa a los criterios diferentes a los de la masa, en tal caso ya no es libertad sino libertinaje. El límite a la libertad de cada quien aparece cuando daña la libertad del resto, aquí aparece el imperativo de valorar la libertad mayoritaria que hace suyo el futuro del Colectivo. La verdadera democracia tiene en su corazón a la libertad. Una forma de expresarlo es unidad-crítica-unidad.

Quinto: H E R O Í S M O

Ser luchador por sí solo no es encomiable. Cualquier animal lucha por lo suyo. Luchar condicionado a los valores anteriores sí dignifica al ser humano. Liberándonos, en aras de un colectivo, por amor, sirviendo lo Supremo. Por ello lo inmediato a ser luchador es ser luchador social (por lo colectivo). A la hora de serlo ya es posible serlo en forma incondicional (por amor), con total sacrificio (por amor), sin más límite que los que imponga el interés colectivo, es decir con todo el heroísmo que corresponda. Todos los principios están condicionados a los anteriores. Supuesto heroísmo sin libertad significaría ser carnero, incondicional, cómplice. La libertad exige criterio propio verificando si hay o no concordancia con los propósitos colectivos, a la vez estos concordados con la solidaridad y con la paz. El heroísmo por ego propio tampoco va, pues aquí se hace por El Soberano. Tampoco se trata de un heroísmo por fanatismo con una organización, pues aquí se hace por un sentimiento superior, amando profundamente a su semejante y no por un malentendido amor a sí mismo. El heroísmo implica combatividad, decidida por el soberano constatando principios como razón, ventaja y límite. Esa combatividad se puede expresar, si tácticamente corresponde, sólo en la mesa de negociaciones colectivas, o en la huelga. Esa combatividad conlleva la lucha irreconciliable, heroica, a menos que El Soberano (la institución) diga que lo inteligente es en un momento dado tener una tregua, con o sin conciliaciones. Ser heroico es ser consecuente real, con el colectivo, si no es con el colectivo y sólo por criterio personal entonces se es autodestructivo. Ser heroico está basado en el principio de lo correcto, del Dharma, de no vivir de rodillas. Sí a la lucha de clases, si a ello nos lleva el sistema o algunos, pero nosotros lo hacemos con paz y por amor. No es la lucha en sí misma nuestro principio supremo. Toda la historia humana está sembrada de hechos heroicos. Así, incluso con muertos, se han forjado reivindicaciones como el de la jornada de las 8 horas. A nivel microscópico, en cada centro laboral, con la huelga u otros medios, con despidos incluso, la violencia ejercida contra los ciudadanos libres y soberanos se convierte en la partera de sus historias. No claudicar, incluso morir, en nuestras cobardías o apegos a instintos o valores inferiores, es parte del amor, es parte de la paz.

Sexto: H U M I L D A D

La capacidad de rendirse o someterse al Soberano sólo es posible con humildad, aniquilando nuestros egos. No se nos puede reclamar humildad para no discrepar ni para no ser libres, pero sí para alinearnos con la Organización una vez adoptada una decisión colectiva. La dignidad personal, pues, tendrá dos lados, el primero cuando orientamos nuestra conducta en el tiempo y lugar adecuados conforme a nuestro libre pensamiento y libre sentir, pero el otro lado lo complementa, cuando ordenamos nuestra conducta valorando la libertad de las mayorías tanto como valoramos la libertad propia.

Desde otro ángulo no me someto, sino me valoro como parte de ese Soberano, formulo mi ángulo, pero me nutro del resto, me identifico y me fusiono con ese Todo al que amo, y corro la misma "suerte", pues no soy solo, soy parte de. Discrepo pero participo, participando decido. Humildad desde este ángulo es dignidad. De la humildad se deducen mil consecuencias orgánicas. Una arista es que cada uno como pequeña parte del todo es su sostén insustituible. El todo no existe sin la parte. Y, por ejemplo, el autosostenimiento se convierte en la piedra de toque de la dignidad institucional.

Sétimo: L I D E R A Z G O

Todos los principios están ordenados no sólo en términos de subordinación. Sino que a la vez pueden ser concurrentes, es decir, hacerse presentes a la vez. Esto es nítido con el liderazgo. Todos tenemos cierto tipo de liderazgo. Y todos tenemos el gran deber de ser líderes para consigo mismos. No dejarnos gobernar por tal o cual mal hábito, por tal o cual impulso o emoción, o por un instinto. Tenemos el deber de poner nuestra proa en la dirección correcta. Sólo ejerciendo liderazgo sobre nosotros mismos, de manera cada vez más consciente, seremos así mejores aportantes al Colectivo, y le subiremos su calidad. Liderazgo para un excelente servicio al Supremo. Liderazgo para un excelente servicio al Soberano. Liderazgo al adoptar decisiones lúcidas, en las batallas considerando la razón, la ventaja y el límite, adoptando los lineamientos estratégico-tácticos más idóneos. Liderazgo de nuestro corazón, de nuestra Esencia, y por tanto haciendo de nuestra función un apostolado, no condicionados al dinero ni aferrados a un puesto laboral o dirigencial. Liderazgo del corazón implica plena solidaridad, siendo Munícipes, trabajadores identificados con el pueblo, con el municipio todo, Voluntarios, es decir, identificados con la Minka, dispuestos al servicio comunal, vecinal, municipal, sin condicionamiento alguno. Quién lidera en uno es una pregunta clave, o es el instinto, o es el deseo, o es la ira, o es la idea, o es una identificación, o es un hábito, o es nuestra Esencia Divina. Si es esta última hablamos de un verdadero liderazgo, del líder.