Trastornos Del Desarrolo Psicomotor

Trastornos del desarrollo psicomotor La motricidad implica movimiento, pero a la vez incluye un componente psicológico,

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Trastornos del desarrollo psicomotor La motricidad implica movimiento, pero a la vez incluye un componente psicológico, de conocimiento que explica el porqué de los movimientos. Los diferentes aspectos de la psicomotricidad son los siguientes: - Desarrollo motor grueso. Por ejemplo; sentarse sin caerse. - Desarrollo motor fino. Por ejemplo; agarrar un objeto pequeño. - Desarrollo sensorial. Por ejemplo; responder a sonidos. - Desarrollo afectivo- social. Por ejemplo; imitar. - Desarrollo cognitivo y del lenguaje. Por ejemplo: pronunciar bien (lo contrario es dislalia). Sufrir trastornos del desarrollo psicomotor o problemas de psicomotricidad significa poseer alteraciones en algunas de estas áreas. Algunos tipos y características de trastornos del desarrollo psicomotriz son: - Trastornos del esquema corporal. Dificultad para la orientación y utilización del propio cuerpo. Asomatognosia. Incapacidad de reconocer o nombrar partes del cuerpo. Trastornos de lateralidad. Relacionados con la estructuración espacial. - Inhibición motriz. Se caracteriza por: Tensión corporal. Apenas hace movimientos para no ser visto. - Sincinesias. Movimientos involuntarios que nacen mientras hacemos otras actividades. Por ejemplo, sacar la punta de la lengua mientras se escribe. - Apraxias. Conocer el movimiento que se quiere realizar pero ser incapaz de realizarlo correctamente. - Disfasias. Pérdida parcial del habla (afasia es la pérdida total). Aunque el desarrollo psicomotor es distinto en cada niño, hay períodos de edad en los que se espera que haya alcanzado ya ciertas habilidades. Si existe mucho retraso o habilidades mal desarrolladas que se mantienen a lo largo del tiempo, será preciso acudir a un experto.

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TIPOS DE TRASTORNOS PSICOMOTORES: Los trastornos del desarrollo psicomotor son muy difíciles de definir. Reflejan siempre alteraciones en las que se ven afectados varios aspectos del desarrollo del niño; de ahí la importancia de intervenir cuanto antes, pues el trastorno puede ir repercutiendo negativamente en otras áreas del niño, agravando y comprometiendo el desarrollo del niño. Podemos decir que, de modo general, los trastornos psicomotrices están muy ligados al mundo afectivo de la persona; de ahí, que en la valoración se deba contemplar la globalidad del individuo. -El psicomotricista, como finalidad del tratamiento, buscará que el niño consiga un mayor dominio sobre su propio cuerpo y, por tanto que logre más autonomía; el trabajo terapéutico se hará incidiendo tanto sobre el propio cuerpo como sobre las relaciones que éste establece con el entorno. Las manifestaciones de cada trastorno son muy individuales de cada caso, pese a caracterizarse por unos rasgos básicos comunes. Un examen profundo y completo es básico para detectar las deficiencias y trabajar sobre ellas. DEBILIDAD MOTRIZ Básicamente, estos niños siempre presentan tres características: - torpeza de movimientos (movimientos pobres y dificultad en su realización). - paratonía: el niño no puede relajar el tono de sus músculos de forma voluntaria; incluso en vez de relajarlos, los contrae exageradamente. Este rasgo es el más característico de este trastorno.

- sincinesias A veces, también presentan inestabilidad motriz, tics, tartamudeo,... Este trastorno afecta a diferentes áreas del niño: al afectivo, la sensorial, al psíquico y al motor, Será muy importante realizar un buen diagnóstico que discrimine si el niño sufre una "debilidad motriz" o se trata de otro trastorno psicomotor, para enfocar correctamente el tratamiento o reeducación. INESTABILIDAD MOTRIZ El niño con inestabilidad motriz es incapaz de inhibir sus movimientos, así como la emotividad que va ligada a éstos. Es incapaz de mantener un esfuerzo de forma constante; se muestra muy disperso. Suele predominar la hiperactividad y las alteraciones en los movimientos de coordinación motriz. Hay una constante agitación motriz. Suele tratarse de un niño problemático y mal adaptado escolarmente; presenta problemas de atención, de memoria y comprensión, así como trastornos perceptivos y de lenguaje; el propio fracaso escolar aumenta su desinterés por los aprendizajes. Ya hemos dicho anteriormente que se desencadena toda una secuencia de alteraciones que recaen a su vez sobre otras. INHIBICION MOTRIZ El niño inhibido motrizmente suele mostrarse tenso y pasivo. Muestra como un temor a la relación con el otro, a la desaprobación, y ello le hace "no hacer", "inhibir" lo que serían los amplios movimientos corporales que le harían demasiado "visible". RETRASOS DE MADURACION Se valorará en relación al desarrollo motor de un niño normal o estándar; pero también deberán valorarse otros factores (además del psicomotor), afectados por esta "dinámica madurativa". Probablemente, encontraremos también como características de este retraso un niño con inmadurez afectiva, actitud infantil y regresiva, dependencia, pasividad,... DISARMONIAS TONICO-MOTORAS Nos referimos a alteraciones en el tono: hay una mala regularización del mismo. Puede darse en individuos con un buen nivel motor. Tienen que ver con las variaciones afectivas, con las emociones. Algunas de ellas son: - PARATONIA: el individuo no puede relajarse y el pretenderlo aumenta más su rigidez. - SINCINESIAS: son movimientos que se realizan de forma involuntaria, al contraerse un grupo de músculos, al realizar otro movimiento sobre el que centramos nuestra atención. Por ej., mientras el niño escribe saca la punta de la lengua. Tiene que ver con cierta inmadurez sobre el control del tono. Suele ser algo normal hasta los 10-12 años, edad en la que van desapareciendo. Por sí mismas no son un trastorno, sino que suelen formar parte de algún otro problema. TRASTORNOS DEL ESQUEMA CORPORAL En estos trastornos se diferencian dos grupos: - los trastornos referentes al "conocimiento y representación mental del propio cuerpo" - los trastornos referidos a la "utilización del cuerpo" (de la orientación en el propio cuerpo y, desde éste, del espacio exterior; y de una inadecuada utilización del mismo en su relación con el entorno). Es donde se encuentran la mayoría de los problemas. Los orígenes de éstos pueden encontrarse en esas primeras relaciones afectivas del niño con su entorno; ello demuestra, una vez más, la estrecha relación entre la afectividad y la construcción del esquema corporal. Dentro de este grupo de trastornos, encontramos :

- ASOMATOGNOSIA: el sujeto es incapaz de reconocer y nombrar en su cuerpo alguna de sus partes. Suele esconder alguna lesión neurológica. La Agnosia digital es la más frecuente en los niños: éste no es capaz de reconocer, mostrar ni nombrar los distintos dedos de la mano propia o de otra persona. Suelen haber otras alteraciones motrices acompañando a ésta. - TRASTORNOS DE LA LATERALIDAD: estos trastornos son, a su vez, causa de alteraciones en la estructuración espacial y, por tanto, en la lectoescritura (y, de ahí, al fracaso escolar). Los más frecuentes son: - Zurdería contrariada, aquellos niños que siendo su lado izquierdo el dominante, por influencias sociales pasa a encubrirse con una falsa dominancia diestra. La zurdería en sí no es un trastorno; sí el imponer al niño la lateralidad no dominante para él. - Ambidextrismo: el niño utiliza indistintamente los dos lados de su cuerpo para realizar cosas; también origina serios trastornos espaciales en el niño y en sus aprendizajes. - Lateralidad cruzada: también origina problemas de organización corporal. Cuando el niño no tiene una lateralidad claramente definida, hay que ayudar a resolverlo en algún sentido. APRAXIAS INFANTILES El niño que presenta una apraxia conoce el movimiento que ha de hacer, pero no es capaz de realizarlo correctamente. Se trata de un trastorno psicomotor y neurológico. Existen muchos tipos de apraxias, y reciben nombre en función de la localización de su incapacidad: - APRAXIA IDEATORIA: en este caso, para el niño resulta imposible "conceptualizar" ese movimiento. - APRAXIA DE REALIZACIONES MOTORAS: al niño le resulta imposible ejecutar determinado movimiento, previamente elaborado. No hay trastorno del esquema corporal. Se observan movimientos lentos, falta de coordinación,.... - APRAXIA CONSTRUCTIVA :incapacidad de copiar imágenes o figuras geométricas. Suele haber una mala lateralidad de fondo. - APRAXIA ESPECIALIZADA: sólo afecta al movimiento realizado con determinada parte del cuerpo: - APRAXIA FACIAL: referente a la musculatura de la cara) - APRAXIA POSTURAL: referente a la incapacidad de realizar ciertas coordinaciones motrices) - APRAXIA VERBAL (el sujeto comprende la orden que se le da, pero motrizmente es incapaz de realizarla). - PLANOTOPOCINESIAS Y CINESIAS ESPACIALES: el niño muestra gran dificultad en imitar gestos, por muy simples que éstos sean, ya que ha perdido los puntos de referencia fundamentales (de arriba-abajo, derecha-izquierda,...). El esquema corporal está muy desorganizado. DISPRAXIAS INFANTILES Se trata de apraxias leves. Dentro de las dispraxias hay también diversos grados de afectación. El niño "dispráxico" tiene una falta de organización del movimiento. Suele confundirse, a veces, con la "debilidad motriz"; de ello depende un buen diagnóstico. No hay lesión neurológica. Las áreas que sufren más alteraciones son la del esquema corporal y la orientación témporo-espacial. Aunque el lenguaje suele no estar afectado, el niño con dispraxia presenta fracaso escolar, pues la escritura es de las áreas más afectadas. TICS Son movimientos repentinos, absurdos e involuntarios que afectan a un pequeño grupo de músculos y que se repiten a intervalos. Generalmente, no tienen como causa ninguna

lesión de tipo neurológico. Desaparecen durante el sueño. Suelen aparecer entre los 6 y los 8 años y muchas veces lo hacen en la pubertad. Hay mucha variabilidad. Suelen parecerse a gestos utilizados comúnmente. Pueden clasificarse según la parte del cuerpo en al que se localiza: - tics faciales (son los más frecuentes) - tics de la cabeza y cuello - tics del tronco y de los miembros - tics respiratorios (resoplidos, aspiraciones,...) - tics fonatorios (gruñir,...) - ..... Una persona puede tener un solo tic o varios; en este último caso suelen realizarse siempre en el mismo orden; también hay quien los hace simultáneamente. Aunque pueden ser controlados voluntariamente durante determinado tiempo, factores como la presencia de otras personas, las situaciones de estrés emocional,... tienden a desencadenarlo y/o aumentarlo. El tratamiento aplicado deberá adaptarse a la personalidad del niño; a partir de ello, el especialista infantil determinará si es conveniente prescribir medicación, realizar un tratamiento psicomotriz, entrar en psicoterapia, un tratamiento conductual o una combinación de ellas. Asimismo se orientará a la familia para que proceda a ayudar al niño de la forma más conveniente, ya que el medio familiar en el que se desenvuelve un niño con tics suele ser tenso y lleno de hábitos perfeccionistas. La familia deberá evitar "estar encima" del niño cada vez que haga el tic y, sobre todo, no culpabilizarlo ni reprimirlo.

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TRASTORNOS PSICOMOTORES Cuando los padres escuchamos términos como trastornos psicomotores nos asustamos o, quizás, no les damos la importancia que realmente requieren. Pero debemos saber que se refieren a un asunto de gran relevancia que nos conviene conocer a fondo por el bien de nuestros hijos. Todo niño, desde su nacimiento, aprende con su cuerpo y sus movimientos, y es así como explora, interactúa y aprende de su entorno. Como dice Sara Paín, “El cuerpo se ensaya, se equivoca, se corrige y aprende”. Por otra parte, la psicomotricidad se interesa por la construcción del cuerpo en sus tres dimensiones: motriz, emocional y cognitiva, las cuales están en proceso de conformación

permanente y en continua maduración. Con base en lo anterior, podemos decir que un trastorno psicomotor es la dificultad presente en la ejecución motora. Por ejemplo, cuando se da una instrucción a determinado individuo, ya sea correr, saltar, modelar o escribir, y este muestra dificultad para llevarla a cabo. En todo trastorno psicomotor hay una perturbación del esquema y la imagen corporal, lo que implica problemas en manejar las nociones de derecha e izquierda cuando se hace cualquier tipo de actividad. Los trastornos psicomotores son visibles, lo que genera que el niño que los padece se sienta diferente a los demás. Generalmente, estos niños son los últimos en cualquier tipo de juego o deporte, “no se saben mover”. Los trastornos psicomotores que se pueden observar en un niño, tanto en el aula como en casa, son los siguientes:  Torpeza motriz.  Dispraxia.  Trastornos de la lateralidad (confunde derecha con izquierda, en el caso del niño de siete años en adelante).  Inestabilidad motriz.

Torpeza motriz Se le denomina torpeza a la dificultad para hacer, de manera coordinada, cualquier movimiento propio de la vida diaria. Se debe diferenciar de las fallas en coordinación presentes, en forma normal, en niños pequeños.

Dispraxia De acuerdo con la teoría planteada por Piaget, se denomina praxia a los “sistemas de movimientos coordinados en función de un resultado o de una intención”. La dispraxia, como la define Coste, “es la desorganización en el movimiento y la inadaptación de los gestos al fin propuesto”. Los padres debemos estar atentos cuando nuestros hijos se encuentran en edad escolar y presentan dificultad para realizar ciertos movimientos especializados como vestirse, abotonarse la ropa, amarrarse los cordones, utilizar el lápiz, etc. Esto genera una dependencia del adulto que en ocasiones se interpreta como falta de voluntad o desgano por parte del niño. Trastornos de la lateralidad Aproximadamente a los tres años, se observa en nuestro niño una preferencia lateral que nos indica si va a ser diestro o zurdo. Un predominio en la utilización de un lado conduce a la definición de la lateralidad que se logra varios años después, alrededor de los cinco o seis años de edad. El aprendizaje del trazo gráfico requiere del dominio específico de una sola mano y no de las dos al mismo tiempo. En conclusión, los trastornos de la lateralidad están relacionados con la dificultad que tiene un niño para identificar y utilizar su lado derecho e izquierdo.

Disgrafia Como dice Calmels, “el acto de escribir une literalmente el cuerpo con la palabra”. Según Ajuriaguerra: “será disgráfico todo niño cuya escritura sea defectuosa, sin tener un importante déficit neurológico o intelectual que lo justifique”. Los niños con disgrafia son intelectualmente normales pero escriben despacio y en forma ilegible, lo que les retrasa en su avance escolar. Inestabilidad psicomotriz Se presenta cuando los niños manifiestan excesiva necesidad de movimiento, les cuesta relajarse porque no se pueden quedar quietos, y dan una imagen de inquietud todo el tiempo. Muchos autores anglosajones lo han denominado síndrome hiperkinético.

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PSICOMOTRICIDAD Recordemos que la psicomotricidad es una técnica utilizada para la corrección de alguna debilidad, déficit o discapacidad. Ahora es utilizada en la educación desde la primera infancia, por existir una conexión en el desarrollo motor, afectivo e intelectual. Como ya lo mencioné en el otro artículo, la psicomotricidad la debemos dividir en: Psico (psíquico): Ve lo cognitivo y socio-afectivo Motriz: Tiene que ver con el movimiento, lo físico, biológico y funcional. La psicomotricidad entonces, es la acción del sistema nervioso central, que crea una conciencia en el ser humano sobre los movimientos que realiza. La psicomotricidad influye también en el desarrollo positivo de la personalidad. Los diferentes aspectos de la psicomotricidad son los siguientes: - Desarrollo motor grueso. Por ejemplo; sentarse sin caerse. - Desarrollo motor fino. Por ejemplo; agarrar un objeto pequeño. - Desarrollo sensorial. Por ejemplo; responder a sonidos. - Desarrollo afectivo-social. Por ejemplo; imitar. - Desarrollo cognitivo y del lenguaje. Por ejemplo: pronunciar bien (lo contrario es dislalia). Sufrir trastornos del desarrollo psicomotor significa poseer alteraciones en algunas de estas áreas.

TRASTORNO PSICOMOTRIZ Es un desorden, desorganización, perturbación, que altera el funcionamiento del cuerpo del niño(a) en lo real, simbólico e imaginario. Por lo tanto afecta su vida de relación, su accionar, su aprendizaje y su conducta.

Este trastorno que se inscribe y se visualiza en el cuerpo y sus producciones, dá cuenta de la brecha entre el deseo y la realización. O sea que marca al niño(a) desde su impotencia, al no poder realizar las dificultosas tareas que debe adoptar en cada una de sus actividades diarias, las que pueden acentuarse con el ingreso al jardín o a la escuela. A menudo, son estos ámbitos donde más se dramatizan los síntomas porque el niño(a) no puede responder adecuadamente a las exigencias dadas en el jardín o la escuela. Algunos tipos y características de trastornos del desarrollo psicomotor son:

DEBILIDAD MOTRIZ - Torpeza de movimientos: movimientos pobres y dificultad en su realización. - Paratonía: el niño(a) no puede relajar el tono de sus músculos de forma voluntaria; incluso en vez de relajarlos, los contrae exageradamente. Este rasgo es el más característico de este trastorno. - Inestabilidad Motriz: El niño(a) con inestabilidad motriz es incapaz de inhibir sus movimientos, así como la emotividad que va ligada a éstos. Es incapaz de mantener un esfuerzo de forma constante; se muestra muy disperso. Suele predominar la hiperactividad y las alteraciones en los movimientos de coordinación motriz. Hay una constante agitación motriz. - Trastornos del esquema corporal: Dificultad para la orientación y utilización del propio cuerpo. - Asomatognosia: Incapacidad de reconocer o nombrar partes del cuerpo.

- Trastornos de lateralidad: Relacionados con la estructuración espacial. - Inhibición motriz: Se caracteriza por una Tensión corporal. Apenas hace movimientos para no ser visto. Es un niño(a) pasivo. - Retrasos de Maduración: Se valorará en relación al desarrollo motor de un niño(a) normal o estándar; pero también deberán valorarse otros factores (además del psicomotor), afectados por esta "dinámica madurativa". Probablemente, encontraremos también como características de este retraso un niño(a) con inmadurez afectiva, actitud infantil y regresiva, dependencia, pasividad, etc. 

- Sincinesias: Movimientos involuntarios que nacen mientras hacemos otras actividades. Por ejemplo, sacar la punta de la lengua mientras se escribe.

- Apraxias: Conocer el movimiento que se quiere realizar pero ser incapaz de realizarlo correctamente. - Disfasias: Pérdida parcial del habla (afasia es la pérdida total). - Déficit Atencional con Hiperactividad: se caracteriza por la falta de atención, exceso de actividad motora e impulsividad, siendo un problema crónico no vinculado a problemas de retardo, deterioro sensorial, problemas de lenguaje o motor, ni a perturbaciones emocionales severas. Aunque el desarrollo psicomotor es distinto en cada niño(a), hay períodos de edad en los que se espera que haya alcanzado ya ciertas habilidades. Si existe mucho retraso o habilidades mal desarrolladas que se mantienen a lo largo del tiempo, será preciso acudir a un experto.

¿CÓMO SE RELACIONA CON EL APRENDIZAJE?

El trastorno psicomotor, se relaciona en forma negativa con el aprendizaje del niño(a), porque una buena educación psicomotora en el niño(a), es la base para que logre una buena capacidad intelectual. Desde que el niño(a) nace realiza una serie de actividades motrices, como las de mirar, girar su cabeza, agitar las manos, después gatear, hablar o caminar, estas actividades son las que le permiten conocer el mundo que le rodea, por lo tanto le permiten iniciar sus primeros aprendizajes. Existe un estrecha relación entre el desarrollo de las funciones motrices y las funciones psíquicas (movimiento y mente). Y estas funciones tienen a su vez una directa relación con los aprendizajes, comportamiento y capacidad intelectual en el niño(a). Desde sus primeras etapas el niño(a) inicia una serie de aprendizajes, comienza a descubrir cada dia nuevas cosas, personas, movimientos, sonidos, luces, etc. Para realizar estos descubrimientos necesita del conocimiento y control de sus movimientos, los de su cabeza, brazos, ojos, boca, manos, piernas, etc. Por lo tanto la educación psicomotriz constituye para el niño(a), una ayuda fundamental que le permite lograr un mayor control y coordinación de sus movimientos y por lo tanto una mayor actividad mental. El aprendizaje se inicia en base a un control del propio cuerpo es decir, si un niño(a) aprende a leer o a escribir, lo primero que debe controlar es su atención, y para esto necesita el control de su propio cuerpo. Por ejemplo en los aprendizajes de la escritura el niño(a) necesita ver, recordar y dibujar las letras, además de hacerlo en un sentido, es decir escribir de derecha a izquierda. Entonces debe utilizar y controlar su brazo, el movimiento de su mano y dedos para poder coger los útiles como el lápiz, pincel, etc. y de esta manera realizar la escritura. El niño(a) al tener un trastorno psicomotor, se siente incapaz, pierde el entusiasmo, baja su autoestima, se compara con sus pares, etc. Sufre un verdadero quiebre entre sus pensamientos, sus deseos y sus posibilidades de accionar sobre su entorno. Cuando entran al jardín o al colegio, se desencadenan en algunos niños(as) llamativos síntomas

de dificultades en relación con el manejo del cuerpo y sus posibilidades de concentración en el aprendizaje. Estas problemáticas se expresan de manera diversa: en torpezas, déficit atencionales con o sin hiperkinesia o en inhibiciones psicomotrices que enmascaran aquello que no puede. Estos síntomas hacen que el niño(a) comience a sentir imposibilidad e impotencia de realizar algo. Si trata de dibujar no alcanza a representar nada; si intenta hablar su dicción es dificultosa. Si pretende construir y modelar todo se le desarma. Fracasa en las destrezas más elementales: no puede patear una pelota, ni andar en bicicleta. Sus compañeros evitan que participe en los juegos de competencia: "siempre nos hace perder", dicen. Estas dificultades marcan dramáticamente al niño(a) que las padece. Muchas veces los niños(as) que presentan alguna trastorno psicomotor, suelen no tener motivación alguna, hay un locus de control externo y la motivación es extrínseca. Por lo mismo la mayoría de estos niños(as) repiten de curso, al año siguiente sucede lo mismo si es que no se ayuda y continúa todo un circulo vicioso hasta llegar a la deserción escolar.

¿QUÉ ACTIVIDADES PODEMOS HACER CÓMO EDUCADORAS PARA MOTIVAR? Es fundamental crear una confianza con el niño(a), mirar sin pena, no criticar porque no puede realizar de forma efectiva el trabajo que se le señala en sala, no ser un evaluadora, sino una observadora; así al darnos cuenta que el niño(a) tiene un problema, hay que integrarlo en el grupo, hacer que estos niños(as) no se sientan fracasados e impotentes, al contrario ayudarlos a subir su autoestima. A través de los juegos y ejercicios debemos hacer que los niños(as) se divierten, desarrollen y perfeccionen sus habilidades psicomotrices. Además son importantes para despertar y mantener en los niños(as) el gusto por la actividad física y los deportes, así como el placer del esfuerzo colectivo para alcanzar metas más altas y superar dificultades

(patrón de orientación al logro). Además de potenciar en ellos la sociabilización con sus pares, la creatividad, concentración, relajación, etc. La educación motriz seria una ayuda fundamental, para lograr un control y coordinación de sus movimientos, lo que facilitará sus aprendizajes. De esta manera conseguirá un mejor comportamiento y por lo tanto, un aumento de la capacidad intelectual del niño(a). La aplicación de la psicomotricidad, se debe realizar en forma entretenida se puede hacer en la sala o al aire libre. Podemos utilizar materiales como pelotas para coordinar la dirección motriz de sus brazos y piernas. Hacer ejercicio de circuitos por ejemplo: Juntar sillas, que los niños(as) pasen gateando por debajo o corriendo en forma zig-zag por entremedio. Y para no fomentar el sentido competitivo entre los niños(as) los circuitos son circulares, llegan en el mismo orden que han salido y lo vuelven a empezar. También se pueden utilizar juegos tan simples como: la silla musical, 1-2-3 momia es, simón manda, etc. Para esto sería ideal utilizar música, colocar canciones que digan, "levantando las manos, moviendo la cabeza... " así los niños(as) están pendientes del ritmo y lo que dice la letra de la canción. Una vez que los niños(as) estén cansados, trabajar con ellos la relajación, para esto tener la sala con sus colchonetas y una música suave, por ejemplo Mozart o que se escuche los sonidos de la naturaleza. Aquí hay que crear un ambiente mágico, donde el niño(a) más hiperactivo se calme y logre relajarse. Una vez terminado el momento de relajación, crear un ambiente de confianza, que ellos(as) nos cuenten si les gustó, que sintieron con la música, etc. Dejar que los niños(as) expresen lo que sienten, se sientan escuchados y en confianza de contar sus emociones.

Así podemos colaborar en que estos niños(as) con algún problema psicomotor, puedan mantener la curiosidad, el interés por aprender, sintiéndose acogidos en la sala de clases.

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