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Carolina Enríquez 00132127 Psicología General NRC: 1084 Quito, 09 de noviembre de 2015

Trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad afectan a aproximadamente 40 millones de adultos estadounidenses de 18 años de edad o más (aproximadamente el 18%) cada año (National Institute of Mental Health, 2009). La importancia de definir y distinguir los trastornos de ansiedad es relevante en el medio académico, en el intrapersonal e interpersonal. Por un lado, mientras de más información te empapes, mejor profesional serás, por otro lado, informar a quienes carecen de conocimiento acerca de esta enfermedad y así muestren una mayor tolerancia ante las personas que padecen estos trastornos y, finalmente, informar individuos con postura ignorante ante lo que les sucede desde una perspectiva fisiológica y psicológica. En esta investigación se va a indagar la definición y lo que sucede cuando se padecen los trastornos de ansiedad más comunes que son: el trastorno de pánico, el obsesivo-compulsivo, el estrés postraumático, la ansiedad social, y por último, la ansiedad generalizada.

Trastorno de ansiedad es un término generalizado que agrupa varios tipos de trastornos mentales que tienen como particularidades el miedo y la angustia en una escala considerada

anormal. Estos comportamientos pasan a ser patologías cuando su medida es excesiva, es decir, deja de ser normal cuando se dan crisis emocionales que se salen de control. Ocurre con mucha frecuencia, aumenta la intensidad y su duración puede variar dependiendo el tipo de desorden. Cuando la ansiedad llega a ser muy intensa, se medica a la persona con ansiolíticos para contrarrestar la sensación de angustia en el cuerpo. En definitiva, las patologías se dan ya que los procesos cognitivos y afectivos están alterados perjudicando un buen razonamiento, comportamiento y pensamiento del individuo. Cuando se tiene ansiedad la pérdida del reconocimiento de la realidad se da muy a menudo y existen complejidades al momento de afrontar condiciones de la vida. Enseguida, se desarrollarán los temas planteados.

Trastorno de pánico Otra de los trastornos más comunes de la ansiedad es el trastorno de pánico. Es una enfermedad psicológica con efectos fisiológicos caracterizada por abruptos ataques de terror con síntomas como taquicardia, sudoración en las manos, sensación de vértigo, náusea y puede llegar hasta el desvanecimiento ante una situación que desencadena los síntomas. También se experimentan calores y hormigueos en las manos, se produce una sensación de pérdida del contacto con la realidad con consecuencias de perder el control ante un miedo irracional que se lo interpreta como un destino amenazador. La gente llega a pensar que se está asfixiando y necesita salir corriendo y protegerse. Este trastorno interviene en la percepción de las situaciones. El trastorno de pánico influye en la forma en la que el cerebro procesa la información. Por ejemplo, los individuos con trastorno de pánico tienen menores reacciones a los estímulos (como ver un rostro atemorizado) en la corteza

cingulada anterior, lo que normalmente produciría una fuerte reacción en quienes no padecen el trastorno (Feldman, 2010, p. 470). La mayoría de los casos de gente con trastorno de pánico suelen estar acompañados de agorafobia –miedo a los espacios abiertos– y en los casos más severos estos pueden no salir de su hogar debido a su sensación de amenaza fuera de su hogar. Aproximadamente un tercio de estas personas se limitan a vivir en sus casas o sólo pueden enfrentar una situación temida si están acompañadas por su cónyuge o una persona de confianza (Instituto Nacional de la Salud Mental, 2009). Otro ejemplo sería que una persona afronta un ataque de pánico habiendo estado acostada en su cama y, de repente, comience a sentir que no puede respirar y que necesita salir huyendo de su habitación y así poder librarse de tal angustia.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) El nombre obsesivo-compulsivo se da por la agrupación de estas dos características que se agrupan. En primer lugar, se le da el término de obsesión debido a su definición que indica una falta de control ante un pensamiento que permanece constantemente flotante en la mente y es totalmente indeseable. En segundo lugar, se lo denomina compulsivo ya que debido a estos pensamientos el individuo recurre a realizar conductas muy repetitivas y hasta a veces irracionales con el fin de calmar su angustia ante lo que sienten. Son tan recurrentes, persistentes e inquietantes que son indeseados por el individuo que los tiene. Muchas son las personas quienes suelen tener obsesiones relativamente leves pero se regulan y desaparecen con el tiempo. El problema radica cuando no se los pueden sacar de la mente y se vuelve una obsesión grave, pues esto interfiere con su vida y resulta agotador física y mentalmente. Las compulsiones más

comunes generalmente son la necesidad de mantener la limpieza, el orden, contar o comer en exceso.

Por ejemplo, una señora con TOC por el orden la podemos encontrar contando y ordenando alimentos en un pasillo de un supermercado por tamaño, color y tipo; para la señora entrar en un supermercado con los productos en desorden puede alterarla mucho y llevarla a una crisis de ansiedad. En otro caso, puede haber un chico que tiene obsesión con ciertos pensamientos con carácter negativo; no desea pensarlos ya que resultan desagradables y pueden resultar siendo hasta incoherentes, pero no puede dejar de pensarlas así que esas ideas tóxicas quedan en su pensamiento afligiéndolo. También podemos encontrar a un trabajador de oficina que no deja de verificar sus trabajos con el fin de algún momento encontrar un defecto en ellos, y no le concierne ya haberlos revisado varias veces anteriormente. Y así sucesivamente con otros casos de TOC. Todos siguiendo un ciclo de ansiedad, compulsión y alivio.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT) Fenómeno en el que las víctimas de catástrofes, o fuertes factores de estrés personales, experimentan efectos duraderos, como sentir de nuevo el suceso a través de remembranzas súbitas o sueños vívidos (Feldman, 2010, p. 428). El trastorno de estrés postraumático es conocido también con sus siglas TEPT. Es caracterizado por mostrar síntomas después de exponerse a una situación extremamente amenazadora o fatal para el individuo. Dichos eventos fatales pudieron haber sido a raíz de traumas personales físicos o psicológicos, por ejemplo, violación, guerra, desastres naturales, abuso, accidentes serios o cautiverio, o por haber sido solo un espectador lejano o cercano de un acto violento o trágico (Health and Human Rights Info, s/f).

Por ejemplo, un señor perteneciente a un Cuerpo Policial cogido como rehén en un atentado terrorista, observa cómo muere gente ante sus ojos y su sentimiento de impotencia ante los hechos le desencadenó un estrés postraumático. Así que no solo tuvo huellas físicas, sino también consecuencias psicológicas, cosa que incapacitó su día a día. Tenía constantes recuerdos en forma de imágenes mentales en los cuales reexperimentaba los hechos. Los síntomas frecuentes en una persona con este tipo de ansiedad son: dificultades para conciliar o mantener el sueño, irritabilidad o ataques de ira, dificultades para concentrarse, hipervigilancia y respuestas exageradas de sobresalto (DSM-IV, 2002)

Trastorno de ansiedad social También conocido como trastorno de ansiedad social, es un caso en el cual la gente se siente abrumadoramente ansiosa y excesivamente consciente de sí misma en situaciones sociales de la vida cotidiana (National Institute of Mental Health, 2009). Estar en esta situación es muy perjudicial para el individuo, ya que le afecta en el ámbito social (la familia, los compañeros, la universidad o colegio, el trabajo, entre otros) y su capacidad para relacionarse con quienes le rodean. El ser humano es un ser social, así que incapacitarse ante el poder de establecer y mantener relaciones con otros individuos le perjudica emocionalmente. Puede llegar a sentirse mal con ellos mismos y desencadenar una depresión. Suelen tener pensamientos obsesivocompulsivos acerca de lo que la gente opina de ellos, y al momento de exponerse ante los demás, se desata la ansiedad.

Los síntomas físicos pueden resumirse en: rubor en las mejillas, estremecimientos en partes del cuerpo, sudoración excesiva, tartamudez, entre otros. Por otro lado los síntomas psicológicos serían el temor a quedar en ridículo ante la gente que lo presencian, mente en blanco, autoconcepto infravalorado, entre otros. Por ejemplo, hay una chica tímida en una clase de 40 personas y se le pide pasar al frente a dar su opinión sobre un tema polémico frente su curso. La chica sufre de fobia social así que apenas pronuncian su nombre comienza a sentir que le late el corazón más rápido, el temor de que los demás la escuchen la estremece y la abruma. Pasa al frente con las piernas temblorosas y se arriesga a abrir la boca mientras pensamientos negativos como “quedarás en ridículo”, “a nadie le importa”, “no vas a saber qué decir” atacan su mente. Cuando se atreve a hablar se da cuenta que lo que dice no tiene sentido, situación que la incomoda incluso más debido a que siente que los compañeros opinan negativamente de ella.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) Los individuos con trastorno de ansiedad generalizada o, en sus siglas, TAG atraviesan una situación en la que la persona padece una ansiedad constante de la cual no tiene control. Para diagnosticar TAG debe haber tenido los síntomas en un tiempo prolongado. Su ansiedad les impide vivir de manera adecuada. Normalmente, sus preocupaciones tienen que ver con aspectos identificables relacionados con la familia, el dinero, el trabajo o la salud, pero en otros casos no se logra saber cuál es la razón y experimentan una ansiedad “flotante” (Feldman, 2010, p. 470). Cuando se padece este trastorno de ansiedad los síntomas más comunes son: inquietud o impaciencia, fatigabilidad fácil, dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular, y finalmente alteraciones del sueño (DSM-IV, 2002) La persona que tolera este trastorno está caracterizada por tener preocupaciones excesivas acerca de temas de

la vida cotidiana. La sensación de angustia puede prevalecer incluso si ya no exista algún problema relevante actual.

A diferencia de los otros tipos de trastornos de ansiedad, el TAG no se centra en solo en una causa, sino algunas (de ahí el término generalizada). Un individuo con este trastorno percibe el mundo como una amenaza. Permanece en estado de tensión y alerta a cualquier estímulo que provenga ya sea de él mismo, o del mundo exterior. Está continuamente anticipando peligros inexistentes. Por ejemplo, lo que es un simple dolor de cabeza, pueden llegar a la conclusión de que podría ser un inminente tumor cerebral. En otro caso, podrían estar esperando a alguien para almorzar, pasaron 15 minutos y su compañero no llega, pueden llegar a pensar que tuvo un accidente fatal, situación que les produce mucha angustia y aflicción.

En definitiva, es primordial darle relevancia a este tema ya que en la actualidad el porcentaje de personas afectadas por estos trastornos es relativamente grande y está progresivamente en crecimiento. La información planteada debe ser útil para todos. Se la puede emplear ya sea en el medio interpersonal e intrapersonal y así ayudar a quienes necesitan. Finalmente, es de suma importancia tener estos conocimientos.

Referencias American Psychiatric Association (APA). (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR. Barcelona: Masson. American Psychiatric Association (APA). (1996). DSM-IV. Barcelona: Masson. Feldman, Robert S. Psicología con aplicaciones de países de habla hispana, 10th Edition. McGraw-Hill Interamericana, 03/2014. VitalBook file. Health and human rights info. (s/f). Trastorno de estrés postraumático. Recuperado el 11 de noviembre de 2015 de http://www.hhri.org/es/thematic/ptsd.html National Institute of Mental Health. (s/f). Trastornosde Ansiedad. Recuperado el 11 de noviembre de 2015 de http://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastornos-deansiedad/index.shtml.