Trastorno de La Personalidad Paranoide

Universidad Privada Abierta UPAL Latinoamericana. Trastorno Paranoide de la Personalidad Docente: Dr. Coba Disciplina:

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Universidad Privada Abierta UPAL Latinoamericana.

Trastorno Paranoide de la Personalidad

Docente: Dr. Coba Disciplina: Medicina Psicológica Alumno: Jonathas Roberto Braga Matricula: 7744 Grupo: P2

COCHABAMBA - 2017 1

TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD El trastorno paranoide de la personalidad es un trastorno de personalidad caracterizado por un patrón de desconfianza y suspicacia general hacia los otros, de forma que las intenciones de estos son interpretadas como maliciosas. Este patrón empieza al principio de la edad adulta y aparece en diversos contextos (DSM-IV).1 A) Para comenzar, haremos una pequeña introducción para situarnos correctamente en los trastornos de la personalidad: Los trastornos de la personalidad están recogidos en el eje II del DSM-IV junto al retraso mental. Según el DSM-IV las características comunes de los trastornos de personalidad son los siguientes: - Son patrones constantes de percibir, relacionarse y pensar, estables y de larga duración. - Los rasgos de personalidad son inflexibles y desadaptativos. - El funcionamiento laboral y/o social está comprometido y existe malestar subjetivo. - Su inicio se remonta generalmente a la adolescencia o al principio de la edad adulta. - Si los criterios diágnosticos están presentes durante un año, excepcionalmente se podría hablar de un trastorno de personalidad en individual menores de 18 años (salvo en el caso del trastorno disocial que se da en la infancia). De acuerdo con el DSM-IV los trastornos de personalidad se agrupan en tres grupos que se basan en la similitud de las características. De esta manera los grupos serían: Grupo A: trastorno paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Estos se caracterizan por tener una conducta extravagante o extraña, por presentar dificultades en sus relaciones personales con mucha introversión de por medio, asumen vulnerabilidad a patologías tales como la esquizofrenia, trastornos afectivos y abuso de sustancias. También presentan elevadas puntuaciones en psicoticismo y apenas sufren

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modificación a lo largo de la vida (en cambio los grupos B y C se agudizan en la juventud y vejez pero declinan en la edad madura). Grupo B: Trastorno histriónico, narcisista, antisocial y fronterizo de la personalidad. Se caracterizan por dramatismo, emotividad e inmadurez, pero de el no hablaremos más en esta ocasión. Grupo C: Trastornos de evitación, dependiente y compulsivo. Son los trastornos de la ansiedad y el temor.

B) Trastorno paranoide de la personalidad Nuestro trastorno surge por primera vez cuando ya en 1984 Freud describió el mecanismo defensivo de la proyección. Adolf Meyer introdujo el diagnóstico de carácter paranoide, si bien en la psiquiatría del sigo XIX se encuentran casos similares aunque con diferentes nombres. La definición que hace el DSM del trastorno paranoide de la personalidad es: “Desconfianza y suspicacia en general desde el comienzo de la vida adulta, de forma que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en diferentes contextos.” Es evidente la desconfianza, la hipersensibilidad y la tendencia a dar significado a los detalles. Las relaciones personales tienen tinte autoreferencial y se basan en la subordinación, lo que explica el autoritarismo y la celotipia. Las personas que sufren este trastorno presentan un alto sentido de autonomía, aceptan difícilmente las críticas y culpan a los demás de sus errores frecuentemente. Pueden mostrar fantasías de grandeza no realistas y también estereotipos negativos de aquellos que no pertenecen a su mismo grupo. En algunas ocasiones pueden presentar episodios psicóticos breves (de horas o incluso minutos) como respuesta al estrés. Puede pasar también que el trastorno paranoide de la personalidad aparezca como pródromo de un trastorno delirante o de una esquizofrenia. Es frecuente que aparezca ligado a un trastorno depresivo mayor y tenga riesgo de desarrollar agorafobia y TOC. Con frecuencia se puede observar abuso de alcohol y sustancias.

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Es importante señalar que existen dos tipos de personalidad paranoide: 1) Afirmativa y litigante 2) Sensitiva y sufriente: hipersensibilidad, rencor y sentimiento de ser tratado desconsideradamente. Hablamos de este último tipo ya que puede ser antecedente de episodios depresivos que pueden ir acompañados de ideación delirante y que es remisible parcial o totalmente con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico.

PERSPECTIVAS TEÓRICAS: 

Teorías somato psíquicas:

Estas teorías consideran que el cuerpo humano esta compuesto por una serie de elementos, lo que determinan la personalidad es el predominio de un elemento u otro. o Teoría humoral: en el ser humano se reflejan 4 elementos de la naturaleza: 

Agua.



Aire.



Tierra



Fuego.

 o Teoría de Kretschmer: asocia la constitución física a una predisposición de generar una enfermedad psicológica que sería una exageración de lo normal para esa constitución. o Teoría de Sheldon: la proporción corporal de cada uno determina su temperamento básico.



Teorías psicodinámicas: equilibrio- desajuste- conflicto.

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o Teoría de Freud: la vida psíquica es dinámica, son energías que fluyen y se enfrentan. o Teoría de Jung: el individuo debe mantener un equilibrio interno entre sus proporciones antagónicas. o Teoría de Horney: el hombre se somete a un ambiente hostil que produce ansiedad y desamparo, por lo tanto, la neurosis surge de este conflicto (para solucionarlo, las personas se enajenan y comienzan a hacer cosas que agradan a los demás).



Teorías conductuales: o Teoría de Skinner: la conducta es aquella parte del funcionamiento de un organismo que consiste en actuar o relacionarse con el mundo exterior. Las contingencias aún más simples tienen 3 términos: estímulo, respuesta y reforzador. 

Definición de personalidad: es un producto ficticio que sólo existe en los ojos de quién la observa. Los rasgos de personalidad son etiquetas que ponemos a las personas en función de la conducta que expresan. Las diferencias de conducta dependen de variables del ambiente y la frecuencia con que ocurren los cambios de conducta.

o Teoría de Bandura: determina lo que es observado por el individuo de forma selectiva. Las conductas destacadas producirían aprendizaje independiente de los resultados posteriores. o Teoría de Ellis: el hombre es tanto irracional, logrando bienestar psicológico a medida en que logra darle más racionalidad a su vida. Las emociones irracionalizan. (A-B-C) 

A: acontecimiento desencadenante.

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B: creencias para este acontecimiento.



C: respuestas emocionales y comportamientos producidos por las creencias.

o Teoría de Rotter: explica considerando factores cognitivos, el que una persona reaccione de una determinada manera frente a EE del ambiente, los que determinan una probabilidad de ejercer una conducta específica. 

Teorías factoriales: o Teoría de Eysenck: define la personalidad como el resultante total de los patrones reales o potenciales del organismo, determinados por herencia y ambiente. o Teoría de Cattell: define la personalidad como una estructura de rasgos que explican la regularidad y la consistencia de la conducta. o Teoría de Allport: presenta la personalidad como un segmento dinámico del individuo que interactúa entre sí para motivar la acción o algún pensamiento específico dando así directriz a nuestras vidas.



Teorías fenomenológicas: la palabra clave es la autorrealización. o Teoría de Rogers: las personas nacen con tendencias constructivas que necesitan ser expresadas, pero se deben dar las condiciones para ello. La base del desarrollo de la personalidad es el sí mismo, que se basa en las experiencias. o Teoría de Maslow: considera a la persona como un todo integrado que funciona en base a motivos o necesidades que debe satisfacer para llegar como meta a la autorrealización. o Teoría de Perls: habla de la persona y de cómo esta se relaciona con el ambiente.

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Modelo cognitivo de Freeman Según Freeman, la personalidad y los trastornos de personalidad se conceptualizan como organizaciones de esquemas cognitivos ligados a determinados patrones de conducta. Estos esquemas cognitivos son organizaciones individuales e idiosincrásicas de reglas sobre la vida, las relaciones con otros y el autoconcepto, que se han formado a lo largo del desarrollo de la vida de uno. Los esquemas permanecen inactivos hasta que ciertos eventos lo activan, como por ejemplo: situaciones estresantes, nuevas fases y cambios en el desarrollo psicoevolutivo, ciertas condiciones vitales… todo esto, hace que se presenten en el individuo ciertos patrones de conducta. Las experiencias tempranas infantiles conformarían el contexto de formación de estos esquemas, sobre todo los mensajes y refuerzos provenientes de otros significativos; además, según Piaget, estos esquemas tendrían una alta capacidad de asimilación y una baja capacidad de acomodación.

Teoría de Millon sobre trastornos de personalidad Millon propone once alteraciones de la personalidad que comparten una serie de características: -

Inflexibilidad que limita las oportunidades de aprendizaje de nuevas conductas.

-

Existencia de acciones que fomentan círculos viciosos.

-

Fragilidad emocional ante situaciones de estrés. Organiza los trastornos de personalidad según la gravedad, la naturaleza del

refuerzo, la fuente del refuerzo y las conductas encaminadas a conseguir refuerzos, así, el trastorno de personalidad paranoide lo engloba en el conjunto de gravedad alta, junto con el esquizotípico y el límite.

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El trastorno paranoide de la personalidad consiste en la desconfianza de los demás junto con deseos de no tener relaciones personales íntimas en las que se pueda poder perder. Hay suspicacia, resentimiento y hostilidad. Se responde con ira a lo que se asemeje al ridículo, decepción, desprecio o desconsideración. En su teoría, Millon propone que existen determinantes biogenéticas y ambientales que interactúan dando lugar a los rasgos de personalidad, señalando que la influencia de cada uno de estos factores está en función del tiempo y las circunstancias. También enfatiza el papel que juegan los patrones de crianza en el desarrollo de los diferentes trastornos de personalidad. Millon señala tres variantes del trastorno paranoide que son: -

Paranoide-narcisista: Sobrevaloración e indulgencia parentales. Falta de control parental. Rechazo interpersonal seguido de aislamiento y fantasía.

-

Paranoide antisocial: Puede tener una base biogenética. Trato parental desagradable. Tensiones interpersonales por anticipación de posibles ataques. El estrés no compensado puede acarrear abandono de contacto social y con la realidad.

-

Paranoide-compulsivo: Igual que los compulsivos salvo en el estilo de afrontamiento.

Las alteraciones asociadas al trastorno paranoide son: -

trastorno de ansiedad

-

trastornos afectivos

-

trastornos paranoides

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trastornos esquizofrénicos. 8

Ejemplos de pensamientos paranoides: 1- “la gente tiene intención de dañarme” 2- “si confío en la gente, tendrán ventaja sobre mi” 3- “la gente intenta fastidiarme o irritarme” 4- “yo no estoy mal, son ellos los que están mal” 5- “si alguien me insulta, debo castigarlo” 6- “hay que estar siempre en guardia, preparado para lo peor” 7- “Transigir es rendirse” 8- “tengo que evitar la intimidad ya que estar cerca de alguien implica que me encuentren mis puntos débiles y me hagan daño” 9- “si estoy alerta tendré el poder y ellos no podrán dañarme”

Diagnóstico diferencial El trastorno paranoide de la personalidad debe diferenciarse del trastorno delirante tipo persecutorio, de la esquizofrenia tipo paranoide y del trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos ya que todos estos trastornos presentan un periodo de síntomas psicóticos persistentes. Para diagnosticar el trastorno de la personalidad debe haberse manifestado antes de la iniciación de los síntomas psicóticos, además de persistir cuando los síntomas psicóticos remitan. El trastorno paranoide y el trastorno esquizotípico de la personalidad cumplen algunos criterios comunes, como por ejemplo, el grado de suspicacia, sin embargo, para diagnosticar de trastorno esquizotípico deben cumplirse además otros criterios, como son el pensamiento mágico, experiencias perceptivas poco habituales y rarezas del pensamiento y del lenguaje. Del trastorno esquizoide se diferencia en que en éste no hay una ideación paranoide importante.

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El trastorno paranoide se diferencia habitualmente del delirante por la ausencia de ideas delirantes concretas, no sufren alucinaciones ni ideas formales del pensamiento como los esquizofrénicos paranoides. Se distingue del límite en que rara vez es capaz de implicarse en relaciones apasionadas con otras personas.

Tratamiento: Estas personas casi nunca realizan terapia, ya que no creen que su desconfianza sea un problema sino que consideran que refleja la realidad y que los demás so “malos” realmente, pero sin embargo, es posible, que busquen ayuda psicológica por otros problemas, como dificultades en sus relaciones (debidas a la agresividad que puede producir su desconfianza), problemas de pareja (celos injustificados), problemas con sus compañeros, abuso de drogas,.. Otro motivo por el que no suelen acudir a consulta es porque al no confiar en los demás, tienen la necesidad de ser autosuficientes y autónomos y necesitan tener un alto grado de control sobre los que le rodean, sienten temor a la situación de consulta por perder ese “control”. Es importante señalar la dificultad en tratar un trastorno paranoide ya que las personas con este tipo de personalidad proyectan sus propios conflictos y hostilidades hacia los otros. Son generalmente fríos y distantes, son incapaces de ver su propio papel dentro de un conflicto. Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, la visión de la vida que tienen estos sujetos, puede ser la terapia cognitiva la que mejor funcione con ellos, esta terapia se centra en el estilo paranoide de pensamiento y su modificación. Se suele abordar el caso teniendo primero en cuenta la intensa vigilancia y defensividad del paciente que deriva de su creencia de que debe defenderse para preservar su seguridad. Es importante aumentar el sentimiento de capacidad personal para afrontar sus problemas, de esta manera la defensividad podría disminuir.

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Establecer con ellos una relación de trabajo terapéutico. El terapeuta tiene que aceptar abiertamente la desconfianza que presenta el paciente, sin presionarle para que confíe en él de manera inmediata, no realizar interpretaciones. Los primeros pasos de la terapia son de tipo más conductual (suelen ser reacios a comunicar sus pensamientos automáticos en la fase inicial) usando analogías par los problemas menos sensibles o secundarios (lo que harían otras personas si tienen un problema para resolverlo) pidiendo el parecer del paciente. Entrenamiento en asertividad e inoculación al estrés. Los últimos pasos se dedican a abordar la concepción, a menudo dicotómica, del paciente respecto a la confianza en otros (o confío totalmente, o no confío nada). El objetivo es que el paciente distinga entre las personas en las cuales puede confiar en general, las personas en las que se puede confiar en alguna medida y aquellos que no merecen ninguna confianza. Para ello se utiliza la “técnica del continuo” frente a la “polarización” y se enseña al paciente como usarla. Un problema adicional es que estos sujetos se casan (habitualmente) con personas que también son paranoides y hay que integrarles en el tratamiento. FARMACOTERAPIA: Será útil para tratar la agitación y la ansiedad así como las situaciones casi delirantes que tendrá el paciente por lo que se recomiendan “benzodiacepinas” y dosis bajas de neurolépticos atípicos ya que existen estudios que demuestran que son útiles para reducir la ideación paranoide.

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Referencias  «Trastorno paranoide de la personalidad». Consultado el 18 de junio de 2011.  Criterios diagnósticos generales para un Trastorno de la personalidad. DSM-IV  A propósito de los trastornos de personalidad

Bibliografía  López-Ibor Aliño, Juan J. & Valdés Miyar, Manuel (dir.) (2002). DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Barcelona: Editorial Masson.  Millon, Theodore & Davis, Roger D. Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV. Primera edición 1998. Reimpresiones 1999 (2), 2000, 2003, 2004. Barcelona: Editorial Masson.  – & Grossman, Seth & Millon, Carrie & Meagher, Sarah & Ramnath, Rowena. Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Primera edición 2001, segunda edición 2006. Barcelona: Editorial Masson & Elsevier.

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