Trastorno de La Personalidad

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CAPÍTULO XII: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD Cada persona al nacer, tiene en cierto modo su personalidad condicionada por la biología, pero esta personalidad se va ir modificando a lo largo del tiempo, en función de las relaciones del sujeto con el ambiente. La personalidad cambia y se estructura con el paso del tiempo, ya sea por la figura de influencias paténtales o sociales, que pueden actuar de forma consciente o inconsciente La personalidad, es un conjunto de características o patrones, que definen a una persona, es decir sentimientos, pensamientos, actitudes y conducta de cada individuo, que nos hacen ser diferentes de los demás. Millon (1998), definió la personalidad como "un patrón complejo de características psicológicas profundamente enraizadas, en su mayor parte inconscientes y difíciles de cambiar, que se expresan de forma automática en casi todas las áreas del funcionamiento del individuo". La identidad, es parte inherente a la personalidad. "El quién es la persona" (su identidad), podría relacionarse con estos patrones diferenciales que conforman la personalidad. Identidad y Personalidad son dos conceptos que van unidos: uno es y se diferencia de los demás por esa consciencia de ser único y diferentes del resto. La identidad correspondería a “quién es”, como se ve esa persona diferente del resto La personalidad correspondería a “cómo se” comporta la persona TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Los trastornos de personalidad abarcan formas de comportamiento arraigadas en el sujeto, duraderas y estables. Éstas se producen en un amplio abanico de situaciones sociales, laborales y personales. Todas estas formas de conducta representan desviaciones significativas de la anormalidad social y cultural del sujeto. Los trastornos de la personalidad, en las personas que la padecen la hace ver como personas “desadaptativas”, suelen vivir al margen de las normas de convivencia de una sociedad y generalmente suelen rechazar asistencia psiquiátrica y psicológica, niegan sus problemas y se sienten ansiosos, no son conscientes de lo que los demás perciben como síntomas. El diagnóstico de trastorno de la personalidad es difícil y suele crear problemas, debiendo ser necesario elaborar una historia clínica integral. En la actualidad, el problema se resuelve recurriendo a los criterios diagnósticos contenidos en los en el CIE 10. Los trastornos de la personalidad afectan a mucha gente joven en cifras variadas con un promedio de 10 a 11% Se debe destacar que esta alteración se inicia durante la infancia y se desarrolla durante la adolescencia y la edad adulta, disminuyendo en la vejez. Por otra parte no se debe diagnosticar un trastorno de personalidad durante la infancia - hasta entonces se considera que la personalidad está en desarrollo - por lo que las alteraciones durante esta etapa se consideran alteraciones de la conducta. De acuerdo a la OMS, se trata de peculiares estilos de vida que, en forma persistente y duradera, presenta el individuo de una cultura para relacionarse consigo mismo y, especialmente, con los demás; son modelos

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desviados y habituales de respuesta a numerosas situaciones individuales y sociales que pueden o no ocasionar tensión subjetiva e inadaptación social. FACTORES ETIOPATOGÉNICOS 1) Factores Psicológicos Desde la teoría del aprendizaje a la teoría conductual, se postula que sobre el niño se ejercen modelos que ocasionarían trastornos de la personalidad. Desde una visión cognitivista y la influencia en nuestra personalidad de las denominadas cogniciones, el procesamiento de la información, los esquemas y las reglas personales, los procesos interpersonales, etc., estarían a la base de alteraciones de la personalidad. Las distintas teorías psicoanalíticas (Freud) enriquecen el trabajo clínico y han dado suficientes instrumentos psicoterapéuticos para la intervención clínica. Como factores etiopatogénicos de estos trastornos, el psicoanálisis propone que las vivencias traumáticas tempranas afectarían el desarrollo del Yo, constituyéndose en un “Yo” más débil que utilizaría principalmente mecanismos de defensa primitivos para resolver sus conflictos. Bion (1957) y muchos autores psicoanalíticos, han estudiado los factores etiológicos de estos trastornos y han postulado que ciertos conflictos en la separación, niveles bajos de diferenciación en los padres, déficit en la función materna, fallas en la confianza básica, entre otros, serían reconocibles en las historias tempranas de estos pacientes. Plantean que en toda persona existe un núcleo psicótico, sin embargo, existen sujetos en que este núcleo es mucho más evidente e invasor en el funcionamiento de su aparato mental, y se expresaría clínicamente en la psicosis y en los trastornos graves de personalidad. FACTORES TEMPERAMENTALES: El temperamento es la base biológica del carácter y se define como la manera natural, con la que el individuo interactúa y vive en el entorno que lo rodea, es decir la habilidad para adaptarse a los cambios, el estado de ánimo, la intensidad con que se vive, el nivel de actividad, la accesibilidad y la regularidad para hacer algún trabajo. Según Goldstein y Molina (Crisis descompensatoria de los trastornos de personalidad, 2004), sustenta que el concepto de alteración de la personalidad derivaría de las Etapas planteadas por Erick Erikson, como un conflicto con la representación interior del individuo, y un conflicto que involucraría la imagen de sí mismos proyectada al exterior. Estos autores señalan que las personas con trastorno límite refieren una marcada confusión respecto a aspectos de su identidad, ya sea en el área de la sexualidad, como también en el rol social y sobre todo familiar. También se puede observar una alteración de la identidad en el trastorno de personalidad narcisista, quienes padecen esta alteración, tienden a engrandecer su imagen creyéndose ser seres superiores, a pesar de que el medio les demuestre lo contrario. Cuando la ego sintonía quiebra, estos pacientes muestran una acusada fragilidad pudiendo caer en ocasiones en depresiones severas, puesto que es cuando se enfrentan a la realidad tal cual es. Los trastornos de personalidad se han estudiado fundamentalmente por la escuela psicoanalítica, resaltando la importancia de las fases oral, anal y de resolución del conflicto edípico a través de las teorías conductistas y las teorías cognitivas 2) Factores Socio ambientales Existe suficiente evidencia clínica de que el ambiente tiene una importancia fundamental en el desarrollo de las personas. Es frecuente encontrar en los sujetos con trastornos graves de personalidad una historia en la infancia de familias disfuncionales, enfermedades psiquiátricas graves en los padres, abandonos tempranos y violencia intrafamiliar (Gabbad 2005).

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Florenzano y cols., (2002) han estudiado la violencia y el abuso en la infancia a partir de poblaciones de personas hospitalizadas por patologías psiquiátricas, donde ha demostrado una alta correlación del diagnóstico de personalidades limítrofes con historia de maltrato y abuso. La influencia de factores como la educación, los modelos parentales, el ambiente familiar y el impacto que tiene en el desarrollo nuestro entorno, hace necesario estudiarlos más sistemáticamente, de modo de establecer correlaciones más precisas entre estos factores y el desarrollo de la personalidad. La comorbilidad que presentan los trastornos de la personalidad con el consumo de drogas y las conductas adictivas, es un tema que está cobrando gran importancia cada día, por lo que es necesario buscar factores predisponentes de esta conducta. Por otro lado, existen tipos de personalidad más proclives a las adicciones, lo que nos habla de una influencia mórbida y recíproca de estos dos factores donde, por una parte, la personalidad anormal agrava las adicciones y, a su vez, éstas perpetúan los trastornos de personalidad aumentando la inestabilidad de la personalidad y las conductas destructivas. Asimismo la globalización y la post modernidad han generado un fenómeno sociológico de una mayor dependencia de los jóvenes a la familia de origen y una consecuente prolongación de la adolescencia, situación socio ambiental que contribuye a perfilar un tipo de pacientes adulto-jóvenes con características de adolescentes que no se ha diferenciado adecuadamente de su familia de origen, que tiende a postergar la separación, además de aplazar decisiones vocacionales, laborales y afectivas. Los rasgos que contribuyen más a esta perpetuación, son los evitativos, esquizoides, inseguros, dependientes e histeroides infantiles. 3) Factores Biológicos Los factores biológicos se han relacionado con las enfermedades psiquiátricas mayores, y estos cuadros clínicos se han considerado sub síndromes de las enfermedades psiquiátricas mayores. Se ha visto que los sistemas de neurotransmisión involucrados son parecidos a los de los trastornos mayores. Entonces tenemos que los trastornos de personalidad comprometen diferentes sistemas de neurotransmisión, dependiendo de los distintos grupos de personalidad. Asimismo, se correlacionan con enfermedades del tipo afectiva, esquizofrénicas y con trastornos ansiosos. Las disfunciones del sistema nervioso en la niñez, con síntomas neurológicos leves son más comunes en los trastornos borderline. FACTORES GENETICOS: Mas concordancia en los monocigóticos que los dicigóticos. La depresión se asocia más a las familias de los borderline. En algunas veces coexisten los pacientes con borderline con trastornos afectivos. Los sistemas de neurotransmisión propuestos, (ver en el Cuadro Nº 1.) elaborado por Siever (1991), sostiene que las distintas agrupaciones de personalidad, corresponden a una dimensión particular de la personalidad. La testosterona alta, se ha asociado con impulsividad. La MAO baja ,se ha relacionado con el trastorno esquizotípico. De entre los neurotransmisores, el que más se postula como causante de los trastornos de personalidad es la serotonina, porque muchos pacientes mejoran al tomar ISRS. Por ejemplo, en el caso de la esquizofrenia involucra lo cognitivo, y el sistema de neurotransmisión más comprometido es el dopaminérgico. También podemos observar que, en los trastornos afectivos e impulsivos se compromete la regulación del afecto y el control de impulsos. Los sistemas de neurotransmisión comprometidos son el colinérgico, noradrenérgico y serotorinérgico. Cuadro N° 1: Sistemas de neurotransmisión propuesto por Siever L. (1991) Agrupación de Trastorno de la personalidad

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Dimensiones

Sistema de Neurotransmisión

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Relación con el eje I. del CIE -10

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Relacionada con la Cognitivo / perceptual Dopaminérgico esquizofrenia Afectivo / impulsividad Regulación del afecto / Colinérgico, Control de impulsos Noradrenérgico, Serotoninérgico

Trastornos esquizofrénicos Trastornos afectivos

Relacionado ansiedad

Trastornos de ansiedad

con Ansiedad

Dopaminérgico Noradrenérgico, Serotoninérgico Gabaérgico

Trastornos del control de impulsos

Dentro de las alteraciones de la personalidad se producen cambios en dos formas:  Los trastornos específicos que se caracterizan por aparecer en la infancia o la adolescencia (antes de los 16 ó 17 años), por persistir en la madurez y por no ser consecuencia de otros trastornos mentales o cerebrales. El diagnóstico apunta a la detección, mediante la entrevista (también hay pruebas diseñadas con propósitos diagnósticos) del conjunto de dimensiones comprometidas.  Las transformaciones de la personalidad: Surge en la adultez después de la recuperación clínica de una situación estresante grave (campos de concentración, secuestros, amenaza de asesinato, cautiverio) o de una enfermedad psiquiátrica. En ambos casos el individuo conceptúa que su autoimagen se encuentra en condición catastrófica y muestra evidencia de deterioro personal, laboral y/o social. El DSM-IV establece similares conceptos para definir estos trastornos, destacando que los rasgos de la personalidad, adquieren la categoría de trastorno únicamente si devienen rígidos y dificultan la adaptación, si dan lugar a defecto funcional primario con tensión subjetiva y, sobre todo, si conforman un modelo de comportamiento inflexible, inadaptable y profundamente arraigado que se aparta notoriamente de las pautas culturales del individuo en no menos de dos de las siguientes áreas: cognitiva, afectiva, relaciones interpersonales y control de los impulsos. A esto se agregan otras características: se presenta en un amplio abanico de situaciones personales y sociales; provoca problemas en el campo clínico y laboral o en otras áreas importantes del funcionamiento. El modelo de comportamiento es estable y de larga duración tiene manifestaciones previas que se remontan a la adolescencia o al inicio de la adultez; el trastorno profundamente arraigado no puede comprenderse como consecuencia de otro trastorno mental; el modelo duradero no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej., medicación, abuso de una droga) o de una condición médica general (p.ej., traumatismo encefálico). Presentan modelos duraderos para percibir, establecer relaciones y pensar acerca de sí mismo y del entorno que se manifiestan en los más diferentes contextos personales y sociales. El tratamiento de estas personas es un poco difícil, aunque no imposible de tratar. La razón de la dificultad en el tratamiento radica principalmente en la falta de colaboración del sujeto y de su entorno, puesto que además no siempre existe una sensación de anomalía en la personalidad o en el carácter. Otra dificultad añadida es la existencia de importantes alteraciones emocionales y el déficit de aprendizajes sociales, que conllevan un mayor retraimiento. La prescripción de psicofármacos, principalmente de antidepresivos (para mejorar el estado de ánimo) y ansiolíticos (para mejorar la tolerancia al estrés), junto con la realización de psicoterapia, se ha mostrado altamente eficaz. No se puede hablar de curación, pero la persistencia del terapeuta atenúa la psicopatología y reduce la conflictividad del paciente con su entorno.

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3. CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD En el seno de la Psiquiatría, el método de clasificación más generalizado en los últimos años ha sido un modelo categorial basado en conjuntos de criterios específicos y explícitos. Dentro de estas clasificaciones se encuentran los actuales DSM IV TR (2000) y CIE 10 (1992), a las que se podrían hacer múltiples críticas ya que pueden generar confusión y son pobres respecto a la descripción psicopatológica de los cuadros. No obstante, es innegable que han servido para tener un lenguaje común, constituyéndose en un nuevo punto de partida para un desarrollo en la investigación de los trastornos de la personalidad. Se clasifican en dos: 1 2

Categorización por grupos Categorización por cuadros clínicos

3.1.CATEGORIZACIÓN POR GRUPOS: Los trastornos de personalidad se clasifican dentro de 3 grandes categorías: 1) Grupo “A”: de los extraños o extravagantes: Este grupo de personas, también denominados raros o introvertidos. Se caracteriza por una incapacidad para iniciar y mantener relaciones con otras personas. Presentan introversión, así como una frialdad afectiva, con dificultad para aprenderlas habilidades sociales básicas. Son individuos raros, solitarios y carentes de sentido del humor. Tampoco acostumbran a afiliarse a asociaciones ni se muestran solidarios con su entorno. Son vulnerables a la patología psiquiátrica, especialmente a los trastornos psicóticos, afectivos y al consumo de drogas. Afectan aproximadamente al 5% de la población general. Dentro de este grupo se clasifican los siguientes: a) Paranoide: en estos sujetos existe una marcada desconfianza y suspicacia hacia las personas de su entorno. Son reticentes a confiar en los otros y se sospecha de ellos de forma continua y sin fundamento, albergando rencores durante mucho tiempo. Cree continuamente que su pareja y amigos le son infieles de forma injustificada. b) Esquizoide: éstos presentan una restricción en sus expresiones afectivas y un distanciamiento social muy importante. Se muestran solitarios, con escaso interés sexual, no disfruta con casi ninguna actividad, no tiene amigos íntimos ni relaciones con casi nadie y no desea tener ningún tipo de relación personal, incluida la familia. c) Esquizotípico: además de presentar déficits sociales y personales, es frecuente el comportamiento excéntrico y la presencia de distorsiones perceptivas. Presentan creencias extrañas o mágicas (telepatía, clarividencia, magia, etc..), también presentan ilusiones y el pensamiento y el lenguaje es extravagante (excesivamente metafórico y vago). También suelen tener una apariencia física muy peculiar o excéntrica y una ansiedad social excesiva con temores paranoides. 2) Grupo “B”: de los inmaduros: Denominados también dramático- emocional. Se caracterizan por su labilidad afectiva y una emotividad acompañada de conductas descontroladas. Se les tilda de caprichosos y malcriados. Precisan de refuerzo continuo y tiene baja tolerancia a la frustración, lo cual les genera un gran malestar. Estos sujetos inmaduros parecen resistentes a los aprendizajes sociales y están continuamente atentos a las señales de gratificación. Dentro de este grupo se clasifican los siguientes: a) Antisocial: existe una violación de derechos de los otros y un desprecio a las normas y a los demás. Se muestran deshonestos con mentiras continuas, estafas por beneficio o placer, son impulsivos, irritables y agresivos, irresponsables con su entorno familiar y social y con una falta de remordimientos. Normalmente se inicia con un trastorno disocial antes de los 15 años, pero el sujeto debe de tener al menos 18 años para ser diagnosticado de trastorno antisocial de la personalidad. b) Límite: también llamado borderline, el punto cardinal de este trastorno de personalidad es la inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoestima y la afectividad, además de presentar una descontrolante impulsividad. Alterna entre la idealización y la máxima devaluación de su entorno de relaciones, se muestran dañinos para sí mismos y para los demás con conductas peligrosas

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(drogas, conducir peligrosamente, amenazas suicidas –del 8 al 10% consuman el suicidio- y autoagresividad). Manifiestan sentimientos crónicos de vacío. c) Histriónico: presentan una emotividad exagerada y un deseo continuo de ser el centro de atención, mostrándose incómodos cuando no lo son. Suelen mostrarse provocadores y seductores sexualmente, con una emotividad superficial y cambiante. Su punto de atención suele ser el aspecto físico y su forma de hablar es superflua e inconcreta. Muestran mucho dramatismo y teatralidad y son altamente sugestionables. d) Narcisista: presentan una necesidad de admiración y una sensación subjetiva de estar por encima de los demás, careciendo de empatía. Se muestran preocupados por fantasías de éxito y poder, y creen ser especiales y únicos. Frecuentemente envidian a los demás, son soberbios y sacan provecho de los otros, siendo explotadores en beneficio propio. 3) Grupo “C”: de los ansiosos - temerosos: La biografía de estos individuos está marcada por su miedo patológico. Se trata de individuos muy sensibles a las señales de castigo, que interfieren en su conducta e impiden los aprendizajes. Tienen miedo a hacer el ridículo, a ir a la escuela, a hacerse daño, y a cualquier actividad que suponga una novedad para ellos. Viven en un mundo de fantasía, puesto que no se valen de la acción para realizar actividades nuevas, manteniéndose en un mundo mágico y lleno de supersticiones. No tienen estrategias de afrontamiento adecuadas, puesto que jamás las han podido poner en práctica, así que ante situaciones estresantes pueden comportarse de modo muy inhibido o de forma explosiva y desorganizada. Estos hechos añaden nuevos conflictos a los sujetos, que tienden a defenderse utilizando mecanismos de defensa tales como la racionalización, la negación y la proyección. Dentro de este grupo se clasifican los siguientes: a) Por evitación: estas personas presentan un comportamiento social inhibido y unos sentimientos de inferioridad con gran sensibilidad ante las evaluaciones negativas. El miedo a las críticas o el rechazo provoca que eviten trabajos o actividades sociales, evitando la implicación y viéndose como inferior a los otros y personalmente poco interesante. b) Por dependencia: mantienen la necesidad de dependencia de la infancia, con una necesidad excesiva de que se ocupen de él o ella, mostrándose sumisos y temerosos de la separación. Esta situación conduce a una gran dificultad en el momento de tomar decisiones, de expresar desacuerdo, de iniciar proyectos y se siente excesivamente desamparado ante la soledad. Necesitan estar acompañados, y si viviendo en pareja se produce una separación, busca rápidamente una nueva relación. c) Obsesivo-compulsivo: en este trastorno de la personalidad se presenta una preocupación rigurosa por el orden y el perfeccionismo, careciendo entonces de flexibilidad, espontaneidad y eficiencia. Tienen pensamientos recurrentes y conductas rituales. Se preocupan mucho por los detalles, las normas, los horarios, interfiriendo este afán de perfección con la consecución de las tareas. Se dedican mucho al trabajo y se muestran intolerantes e inflexibles en aspectos de normas, éticos y de religión. No delegan trabajos, suelen ser muy avaros (en previsión de catástrofes en el futuro) y son muy rígidos y obstinados. 3.2. CATEGORIZACIÓN POR CUADROS CLÍNICOS: La CIE-10 y el DSM, establecen a los trastornos específicos y las transformaciones de la personalidad a través de la siguiente codificación: 1.

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD SEGÚN EL CIE-10:

Código F60.0 F60.1 F60.2 F60.3

Diagnóstico de la personalidad Paranoide Esquizoide Disocial Inestabilidad emocional

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F60.30 F60.31 F60.4 F60.5 F60.6 F60.7 F60.8 F60.9

Tipo impulsivo Tipo límite Histriónico Anancástico (obsesivo-compulsivo) Ansioso (con conducta de evitación) Dependiente Otros Sin especificación

2. TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD SEGÚN EL DSM-IV: Código (301.0) (301.20) (301.22) (301.7) (301.83) (301.50) (301.4) (301.81) (301.82) (301.6) (301.9)

Diagnóstico de la personalidad Paranoide Esquizoide Esquizotípica Antisocial Limítrofe Histriónica Obsesivo-compulsivo Narcisista Evitativa Dependiente Sin especificación

Código de LIBROS/REVISTAS/ARTÍCULOS/TESIS/PÁGINAS biblioteca Libros Digitales

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Libros Digitales

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