Trastorno de Deficit de Atencion e Hiperactividad

TRASTORNO DE DEFICIT DE ATENCION E HIPERACTIVIDAD » Qué es el TDAH TDAH: DSM-5 + TDA-H+ EvaluaciónDiagnóstico+ Tratamie

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TRASTORNO DE DEFICIT DE ATENCION E HIPERACTIVIDAD » Qué es el TDAH

TDAH: DSM-5 + TDA-H+ EvaluaciónDiagnóstico+ Tratamiento+ ComorbilidadTDAH preescolarTDAH en la infanciaTDAH adolescente+ TDAH en la familia+ TDAH en el aula+ Estrategias TDA-H+ TDAH en adultosTDAH en vacaciones+ PublicacionesLibro blanco TDAHAsociacionesColabora con CADAH Fundación CADAH » TDAH preescolar

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Proceso para obtener un diagnóstico de TDAH Qué hacer para obtener un buen diagnóstico de TDAH

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Aspectos generales del TDAH en la infancia Afectación del TDAH en la edad preescolar Intervención en niños preescolares afectados de TDAH Intervención neuropsicopedagógica en el TDAH preescolar

       

Dificultad en el diagnóstico del TDAH en la edad preescolar Los manuales de diagnóstico fijan como edad para determinar el diagnóstico del Trastorno por Déficit Atención e Hiperactividad (TDAH) los 7 años de edad, pues se establece que hasta la edad de los 6 años, los niños no presentan patrones de conducta fijos, debido a la variabilidad del niño en sus respuestas al entorno. En algunos casos, existen signos clínicos de alerta en edad preescolar (contabilizado a partir de los 4 años) que hacen sospechar de un posible patrón compatible con un cuadro de TDAH.   Estos niños entre los 4 y 6 años tienen de forma progresiva un menor nivel para la aceptación de las normas que los demás, tienen rabietas frecuentes,  más  conflictos con sus compañeros y  se pegan más con ellos porque son más competitivos por su impulsividad. Suelen pedir muchas cosas con insistencia, y son intrépidos sin ver el peligro porque además tienen gran actividad motora y curiosidad por todo. En ocasiones también presentan precozmente una conducta disruptiva con variaciones temperamentales y alteraciones de la regulación emocional para su edad correspondiente, lo que repercute en una limitada interacción social  e incluso  una difícil relación con sus padres  (Mulas, 2012.) os TDAH preescolares inatentos pasan más desapercibidos porque no son tan conflictivos, van a su aire y hacen poco caso a los demás, sacan los juguetes de su sitio pero luego no les hacen caso y en clase no siguen el ritmo de los demás, se olvidan de sus tareas y organizan peor sus actividades (Mulas, 2012.) Por otra parte los ambientes también influyen y puede darse el caso de que en su casa son muy tolerantes con el niño pero en la guardería se quejan y solo un cuidadoso seguimiento clínico de los signos de alarma permitirá hacer una fundamentada sospecha diagnóstica. Según Vaquerizo-Madrid (2005) los signos (según orden jerárquico) que caracterizan a los preescolares con TDAH son:         

Pobre disposición para el juego social con otros niños. Exceso preferencia por los juegos deportivos sobre los educativos. Actitud desmontadora ante los juguetes, y pobre interés sostenido por el juego. Retraso del lenguaje. Retraso y torpeza en el desarrollo de la motricidad fina adaptativa. Dificultades para el aprendizaje de los colores, los números y las letras. Dificultades para el desarrollo gráfico y para la comprensión de la figura humana. Inmadurez emocional para su edad correspondiente. Constantes rabietas y más accidentes aunque leves en el hogar o en el parvulario.

A pesar de mostrar estas evidencias, desde el punto de vista clínico la precisión diagnóstica no es fácil. El TDAH en edad preescolar se manifiesta en un 50% menos que en la edad escolar, lo que supone alrededor de un 3% de los niños, debido las hay dificultades en la estandarización de los criterios diagnósticos. No existen criterios clínicos predictivos en el caso de los preescolares (menores de 6 años)  aunque pueden ser útiles los correspondientes al DSM-IV para TDAH infantil a la hora de estimar un diagnóstico diferencial de un TDAH frente a conductas de sobreactividad, distractibilidad o alteración de las normas por encima de la media de los criterios de normalidad (Viser et al., 2007.) Tratamiento farmacológico y/o intervención psicopedagógica en la edad preescolar En los niños/as con TDAH preescolar (a partir de los 4 años), el uso de fármacos psicoestimulantes como metilfenidato, tienen menos eficacia en esta etapa que en la edad escolar, aparecen más efectos adversos en la edad preescolar y en estas edades no hay indicaciones aprobadas por farmacovigilancia para la mayoría de los fármacos que se emplean para el TDAH (tanto psicoestimulantes como NO psicoestimulantes.) Existen evidencias empíricas de que la intervención psicopedagógica tiene mayor beneficio en los TDAH preescolares (Swanson, 2006.) La intervención psicopedagógica en el TDAH preescolar La información remitida por los centros escolares, además de las familias, sobre el funcionamiento académico y social del niño es fundamental para determinar cuál es al abanico de comportamientos del niño ante las diferentes situaciones y cuál es el grado de adaptabilidad y funcionalidad de éste y sí efectivamente estamos ante un caso de TDAH temprano. Ante la sospecha de un posible caso de TDAH preescolar, el procedimiento adecuado es un control médico exhaustivo de la evolución y progresión del niño/a, e incluso una intervención psicopedagógica temprana dirigida desde el servicio de pediatría o desde asistencia psicopedagógica externa  para corregir comportamientos disruptivos, diseñar  pautas adecuadas, establecer sistemas de economía de fichas sencillos, frenar la impulsividad motora potenciando el autocontrol, trabajar el desarrollo de las habilidades de autorregulación y la demora de gratificaciones y canalizar la hiperactividad motora mediante vías de escape motoras adecuadas a su edad como deportes, actividad físicas, juegos, etc. En estas etapas infantiles tempranas, la actividad lúdica y el juego sirven como herramienta del desarrollo intelectual, cognitivo, emocional y social, por lo que son una excelente forma de entrenar y adquirir habilidades y estrategias internas. El juego como herramienta psicopedagógica favorece el aprendizaje de todas las áreas del desarrollo infantil:      

Área Sensorial: sentidos y percepción. Área Motriz: motricidad fina, motricidad gruesa y propiocepción. Área Cognitivo: memoria, atención, cognición, procesamiento lógico. Área comunicativa: lenguaje, expresión, interacción, diálogos, rituales. Área afectiva: superación de miedos, angustias, fobias. Área social: roles, competencia, resuelve conflictos.

Debido a la influencia  tan directa  que tiene el juego sobre el desarrollo cerebral y madurativo infantil, es una herramienta esencial en las intervenciones tempranas tanto desde la familia (padres, hermanos, primos...) como en el plano social (parques, aulas, colegio, recreos...). Según Mulas (2011), los profesores también juegan un papel fundamental en la intervención con los niños/as preescolares con TDAH, pues al situar al alumno "problemático" cerca de ellos pueden interactuar con mayor frecuencia, preguntarles cosas cuando ven que se despistan, facilitarles la labor e incluso darles más tiempo en las evaluaciones académicas cuando son mayores, con la idea de que mejore su rendimiento académico y con ello la autoestima del alumno procurando un mejor pronóstico.

Por tanto, hacer el diagnóstico temprano del TDAH preescolar es un paso fundamental por las implicaciones relevantes que ello conlleva en la vida futura de estos niños en el ámbito académico, conductual, familiar y social, especialmente en el subtipo combinado, pues éste presenta un abanico más amplio de manifestaciones sintomatológicas y problemas en los diferentes entornos. Sólo una intervención combinada multidisciplinar con un base sólida de apoyo terapéutico-psicopedagógico, control de la evolución médica y la implicación de padres y profesorado, hacen posible un mejor pronóstico en la evolución futura de estos niños y sus familias y prevenir la aparición de futuros problemas.  BIBLIOGRAFÍA Gracia Millá, Mª. (2012) El juego como facilitador del aprendizaje. XV Curso Internacional de Actualización en Neuropediatría y Neuropsicología Infantil. Valencia. Mulas, F. (2011) TDAH preescolar: Diagnóstico e intervención terapéutica. XIV Curso Internacional de Actualización en Neuropediatría y Neuropsicología Infantil. Valencia. Swanson et al. (2006). Journal American Academy Child Psychiatry, 45, págs. 1304-1313. Vaquerizo-Madrid, J, (2005). Revista de Neurología, 40, págs. 25-32. Visser S. N., Lesesne C.A y Perou, R. (2007) National estimates and factors associated with medication treatment for childhood attention-deficit/hyperactivity disorder. Pediatrics, 119, págs. 99-106.   Artículos relacionados



Proceso para obtener un diagnóstico de TDAH

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Proceso para obtener un diagnóstico de TDAH Una de las mayores incertidumbres a la que se enfrentan unos padres cuyo hijo se encuentra en pleno proceso diagnóstico de TDAH, es el hecho de no tener muy claras las pruebas que se van a realizar, qué tipo de profesionales lo van a diagnosticar, etc. Un diagnóstico de TDAH puede ser realizado o bien por un profesional médico o por un psicólogo clínico. Sin embargo, en el caso de que el tratamiento que vaya a llevarse a cabo con el afectado requiera de un apoyo farmacológico, éste únicamente podrá ser realizado por un profesional médico.

siquiatras, pediatras, psicólogos clínicos, neuropediatras y neurólogos son los profesionales que pueden realizar un diagnostico de TDAH. Es importante especificar que un psicólogo clínico podrá realizar un diagnóstico, pero no podrá formalizar un tratamiento farmacológico. Otra duda que se plantea es la vía por la que llevarlo a cabo, pública o privada. Es importante que destaquemos que, independientemente de por cuál de las dos vías se obtenga el diagnóstico, será el obtenido por la vía pública el más recomendable, al ser habitualmente la solicitada por los Departamentos de Orientación de los centros escolares como indispensable para la realización, posterior al diagnóstico, de la evaluación psicopedagógica del alumno. Si se obtiene el diagnóstico a través de la vía privada, sería necesario pasar a la vía pública, para la obtención de un informe clínico oficial por esta vía. Se recomienda solicitar al pediatra una derivación, bien al departamento de Salud Mental Infanto-juvenil o bien a los servicios del área de atención especializada (no existe en todas las Comunidades Autónomas) y comenzar los trámites pertinentes para obtener un informe clínico por la vía pública. Hacemos mucho hincapié en esto ya que, como hemos indicado, el informe clínico del servicio publico de salud es indispensable para la realización de la evaluación psicopedagógica. En dicha evaluación se someterá al alumno a una serie de pruebas que determinarán cuáles son, si es que las tuviese, las necesidades educativas asociadas al diagnóstico de TDAH. Este documento es indispensable para que se le brinde al alumno la respuesta educativa más acorde a sus características personales en el centro escolar. Actualmente no existe una prueba única que diagnostique un TDAH pero para obtener un buen diagnostico al menos se debieran realizar dos tipos de pruebas: médicas y clínicas Las pruebas médicas se deben realizar para descartar otras patologías y consisten fundamentalmente en:   

Analíticas de sangre y orina. Medida de la tensión arterial. Pruebas de audición y visión, etc.

Además los profesionales de neuropediatría y neurología suelen pedir un encefalograma y/o escáner cerebral, no como pruebas determinantes de diagnóstico de TDAH, sino para descartar otras posibles patologías como ausencias, epilepsia, etc.

En cuanto a las pruebas clínicas que se deben realizar habría que destacar las siguientes pruebas psicodiagnósticas:          

Una observación-entrevista con el niño. Una entrevista con los padres. Una entrevista con los profesores. Escalas de Wechsler: Wuoosu (de 4 a 6 años), WISC-IV (de 5 a 16 años), Wais (de 13 a 65 años). Stroop. Test de caras. CPT. D2 Test atención. EDAH: Escala para la evaluación del trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. (Para niños de 6 a 12 años). EMTDA-H: Escala de Magallanes.

Sub-escalas hiperactividad, déficit de atención, déficit reflexividad ó cualquier otra escala similar a éstas.  

ADHD-RS (padres). ADHD-RS (profesores).

Bibliografía. Asociación Española de Psiquiatría de Niño y del Adolescente (AEPNYA), Soutullo, C., Mardomingo, M.J., Manual de Psiquiatría del Niño y del Adolescente. (2010) Ed. Panamericana. Martínez, M.A. y col. Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria. Altaria. Orjales Villar, I. Déficit de Atención con Hiperactividad. "Manual para padres y educadores". (1999). Ed. CEPE.  

   

Aspectos generales del TDAH en la infancia El Trastorno por Déficit de Atención (TDAH)  es el más frecuente de los trastornos del neurodesarrollo infantil,  una patología generalmente diagnosticada en la edad infantil y que afecta a entre un 6 y un 10 por ciento de los niños. Los síntomas más frecuentes del TDAH son la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad, que no siempre aparecen de manera conjunta y frecuentemente suelen ir acompañados de otros trastornos. Además, se ven alteradas algunas de las tareas cognitivas como la memoria de trabajo, la inhibición (motora, cognitiva o emocional), la atención selectiva y sostenida, fluidez verbal, planificación, flexibilidad cognitiva y control de las interferencias. Podríamos decir que las características más señaladas del niño con TDAH de los 6 a los 12 años serían: 1- Atención y concentración: Dificultad a la hora de establecer un orden en  tareas o pequeñas responsabilidades en casa. Les cuesta "ponerse en marcha" (para vestirse, hacer los deberes?) pues se distraen fácilmente con cualquier otro estimulo. Presentan problemas para mantener la atención hasta finalizar sus tareas (hacen dibujitos, se distraen con el lápiz?) Pierden u olvidan cosas necesarias (agenda, abrigo, bufanda, cartera, deberes, etc.). Parecen no escuchar cuando se les habla. Olvidan realizar sus tareas cotidianas (Cepillarse los dientes, recoger la ropa? 2- Impulsividad:

Con frecuencia actúan sin pensar. Hablan en momentos poco oportunos o responden precipitadamente a preguntas que incluso no se han terminado de formular (delante de una visita, en clase?) Les cuesta obedecer a las órdenes, no porque no quieran obedecer, sino  porque no están atentos cuando se les formulan. Suelen ser poco precavidos y olvidan planificar (se ponen a hacer los deberes sin el material). 3- Hiperactividad: A menudo mueven los pies y las manos o se levantan de la silla. Van de un lugar a otro sin motivo aparente. Se balancean sobre la silla. Juguetean frecuentemente con pequeños objetos entra las manos. A menudo canturrean o hacen ruidos inapropiados con la boca. Hablan en exceso. Durante el juego les cuesta esperar su turno y jugar de forma tranquila. Suelen ser considerados como molestos, ruidosos e infelices y tienden a resultar antipáticos y a ser rechazados por sus iguales. Los padres y los profesores, por su parte, suelen ser más autoritarios, controladores e invasivos con los niños con TDAH en comparación con los niños sin el trastorno. Por ello, aun cuando los niños con TDAH no sean agresivos o desobedientes, por sus características personales pueden sufrir experiencias interpersonales negativas, que repercutan a la larga en el desarrollo de diversos problemas sociales. Este trastorno genera en los niños problemas escolares y sociales. En muchos de los casos suele informarse de la existencia de mal comportamiento y problemas sociales. En España, más de la mitad de los niños con TDAH tarda un año o más en ser diagnosticado desde que aparecen los primeros signos y sólo 15 de cada 100 niños son diagnosticados en menos de seis meses. Esta situación, según Fernando Mulas, especialista en neurología y pediatría y director de Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (INVANEP), tiene como principal efecto el infratratamiento y, entre otras secuelas, no tratar este problema puede conducir al fracaso escolar y a que estos niños no tengan un proceso normal de socialización, e incluso que sean más propensos a tener conductas de riesgo como a sufrir accidente o consumir drogas. Para encontrar las causas del TDAH se debe atender  a un triple enfoque: factores genéticos, circunstancias ambientales y la interacción de ambos escenarios. Los últimos estudios existentes muestran que el TDAH tiene un origen genético, con una heredabilidad media del 77 por ciento; es decir, como media, el 77 por ciento de la causa es genética, afectando a neurotransmisores y neuromoduladores, preferentemente dopamina y noradrenalina. El enfoque integrador y multidisciplinar aborda el problema del TDAH en el niño desde los puntos de vista clínico, escolar y familiar. El tratamiento es necesariamente multiprofesional, con la colaboración de la familia, los profesores, los psicólogos, el pedíatra y el neuropedíatra o el psiquíatra. Los objetivos del tratamiento son reducir los síntomas del trastorno, mitigar o suprimir los síntomas asociados ?ansiedad, depresión, trastorno de la conducta?, mejorar las consecuencias del trastorno ?en aprendizajes escolares,

lenguaje, escritura, actitud, relación social, etc? y educar al niño y a su entorno en esta problemática, mediante información exhaustiva oral y escrita. La realidad es que estos niños suelen mostrar desde temprana edad un acusado fracaso escolar, suelen ser además niños muy impulsivos lo que, en consecuencia, lleva a los profesores y compañeros a etiquetarlos de "malos, molestos y gamberros", lo que como resultado les provoca "problema de autoestima, de conducta y emocionales". Niños que no tienen un proceso normal de socialización, e incluso que sean más propensos a tener conductas de riesgo.   BIBLIOGRAFÍA DuPaul, G.J.; Guevrement, D.C. y Barkley, R.A. (1991). Attention-deficit hyperactivity disorder. En T.R. Kratochwill y R.J. Morris (Eds.), The practice of child therapy. Boston: Allyn and Bacon. Montague, M. and Castro, M. (2005). Attention Deficit Hyperactivity Disorder: Concerns and Issues». In P. Clough, P. Garner, J.T. Pardeck y F. Yuen (Edit.), Handbook of Emotional & Behavioural Difficulties (pp.399415). London: SEGE Publications. 

Afectación del TDAH en la edad preescolar El Trastorno por Déficit Atención e Hiperactividad (TDAH) es la problemática del neurodesarrollo mas frecuente en la clínica neuropediátrica, afectando a un 5 - 7 % de los niños, lo que equivale a un niño por aula. Antes de los 7 años resulta problemático y controvertido realizar un diagnóstico de TDAH; pero, de acuerdo con los informes retrospectivos y diversos estudios longitudinales, parece ser que un elevado porcentaje de los escolares diagnosticados con TDAH ya manifestaba conductas típicas del trastorno que eran inapropiadas en cuanto a su intensidad, durante los años preescolares.

             

La visión del TDAH desde la óptica de la Atención Temprana, que abarca desde el nacimiento hasta los 6 años de edad, incluye su oportuna consideración respecto a su diagnóstico precoz y tratamiento. El TDAH en edad preescolar se manifiesta en un 50% menos que en la edad escolar, lo que supone alrededor de un 3% de los niños, y la precisión diagnóstica no es fácil, sobre todo en los subtipos inatentos. El diagnóstico en la etapa preescolar es muy difícil ya que los síntomas nucleares del TDAH: inatención, hiperactividad e impulsividad, son manifestaciones "normales" en la primera infancia. Es decir, esa presencia de hiperactividad, inatención y desobediencia en niños pequeños no siempre reflejará un TDAH, sino que puede tratarse de un problema del desarrollo transitorio que desaparece a medida que el niño va creciendo. También esos síntomas pueden ser enmascarados por un comportamiento negativista o problemas de interacción entre padres-niño. A nivel farmacológico, el tratamiento no está indicado al ser edades tan tempranas, debiendo este comenzar por la intervención psicopedagógica. Desde el punto de vista ambiental, algunos autores (Erdman, 1998, Newman, 1996. Clarke et al. 2002) sugieren que los estilos de apego inadecuados también pueden jugar algún papel etiológico en el TDAH.   Fundación CADAH (2014)   BIBLIOGRAFIA: Alberto Espina y Asunción Ortego. "Guía práctica para los trastornos de déficit atencional con/sin hiperactividad". Dra. Ibone Olza Fernández. Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil Junio 2010 "TDAH en prescolares"   Artículos relacionados

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Fundación CADAH » TDAH preescolar

Intervención en niños preescolares afectados de TDAH El tratamiento en los niños con TDAH consiste en  medicación estimulante,  intervenciones psicosociales y los tratamientos que combinan ambas modalidades. Numerosos estudios han constatado que las medicaciones estimulantes resultan efectivas a corto plazo para reducir los síntomas esenciales del TDAH y los problemas asociados en la etapa escolar, de manera que en la práctica clínica estos fármacos constituyen el tratamiento de primera elección. Sin embargo, aunque en los últimos tiempos se ha incrementado su empleo en los niños prescolares con TDAH, su administración es menos frecuente y más controvertida. Algunos autores han constatado que los prescolares que inician la medicación entre los 3 y los 5 años muestran mejoras de un 74% a los 3 meses, y de un 70% a los 12 y 24 meses. Asimismo, se señala que los efectos secundarios son moderados y se observan en un 63% de los niños a los 3 meses, en un 41% a los 12 meses y en un 29% de ellos a los 24 meses.

              Sin embargo, hay  versiones que contradicen estos estudios y afirman que los psicoestimulantes tienen menos eficacia que en la edad escolar y tienen más efectos adversos en la edad prescolar Se han descrito

razones teóricas y empíricas de que la intervención psicopedagógica tiene mayor beneficio en los TDAH prescolares (Swabsib el al. J. Am. Acad. Child Psychiatry, 45. 1304-1313, 2006). Diversos estudios se han dirigido a analizar también los efectos de las intervenciones de corte psicosocial, basadas en el entrenamiento a padres y maestros de niños prescolares con TDAH. En líneas generales, se ha encontrado que el entrenamiento a padres suele ser efectivo para mejorar los problemas que estos niños manifiestan en el contexto del hogar, pero la información de la que disponemos es limitada en relación a la generalización de estos resultados positivos a otros contextos naturales como la escuela. Por último, a pesar de que no se ha analizado suficientemente la eficacia de las intervenciones en el contexto del aula en la etapa de Educación Infantil, los resultados parecen ser prometedores. BIBLIOGRAFIA Espina, E., Ortego, A. Guía práctica para los trastornos de déficit atencional con/sin hiperactividad Olza Fernández, I (2010). TDAH en prescolares. Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil      Artículos relacionados

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TDAH en la infancia: Detección precoz, diagnóstico y tratamiento Dificultad en el diagnóstico del TDAH en la edad preescolar TDAH preescolar: áreas de intervención

 

Intervención neuropsicopedagógica en el TDAH preescolar ¿Tratamiento farmacológico o intervención psicopedagógica? En los niños/as con TDAH preescolar (a partir de los 4 años), el uso de fármacos psicoestimulantes como metilfenidato, tienen menos eficacia en esta etapa que en la edad escolar, aparecen más efectos adversos en la edad preescolar y en estas edades no hay indicaciones aprobadas por farmacovigilancia para la mayoría de los fármacos que se emplean para el TDAH (tanto psicoestimulantes como NO psicoestimulantes.) Existen evidencias empíricas de que la intervención psicopedagógica tiene mayor beneficio en los TDAH preescolares (Swanson, 2006.) La intervención psicopedagógica en el TDAH preescolar La información remitida por los centros escolares, además de las familias, sobre el funcionamiento académico y social del niño es fundamental para determinar cuál es al abanico de comportamientos del niño ante las diferentes situaciones y cuál es el grado de adaptabilidad y funcionalidad de éste y sí efectivamente estamos ante un caso de TDAH temprano.

Ante la sospecha de un posible caso de TDAH preescolar, el procedimiento adecuado es un control médico exhaustivo de la evolución y progresión del niño/a, e incluso una intervención psicopedagógica temprana dirigida desde el servicio de pediatría o desde asistencia psicopedagógica externa para corregir comportamientos disruptivos, diseñar pautas adecuadas, establecer sistemas de economía de fichas sencillos, frenar la impulsividad motora potenciando el autocontrol, trabajar el desarrollo de las habilidades de autorregulación y la demora de gratificaciones y canalizar la hiperactividad motora mediante vías de escape motoras adecuadas a su edad como deportes, actividad físicas, juegos, etc. En estas etapas infantiles tempranas, la actividad lúdica y el juego sirven como herramienta del desarrollo intelectual, cognitivo, emocional y social, por lo que son una excelente forma de entrenar y adquirir habilidades y estrategias internas.

          El juego pedagógico y terapéutico El juego como herramienta psicopedagógica favorece el aprendizaje de todas las áreas del desarrollo infantil:      

Área sensorial: sentidos y percepción. Área motriz: motricidad fina, motricidad gruesa y propiocepción. Área cognitivo: memoria, atención, cognición, procesamiento lógico. Área comunicativa: lenguaje, expresión, interacción, diálogos, rituales. Área afectiva: superación de miedos, angustias, fobias. Área social: roles, competencia, resuelve conflictos.

Debido a la influencia tan directa que tiene el juego sobre el desarrollo cerebral y madurativo infantil, es una herramienta esencial en las intervenciones tempranas tanto desde la familia (padres, hermanos, primos...) como en el plano social (parques, aulas, colegio, recreos...). Según Mulas (2011), los profesores también juegan un papel fundamental en la intervención con los niños/as preescolares con TDAH, pues al situar al alumno "problemático" cerca de ellos pueden interactuar con mayor frecuencia, preguntarles cosas cuando ven que se despistan, facilitarles la labor e incluso darles más tiempo en las evaluaciones académicas cuando son mayores, con la idea de que mejore su rendimiento académico y con ello la autoestima del alumno procurando un mejor pronóstico. Por tanto, hacer el diagnóstico temprano del TDAH preescolar es un paso fundamental por las implicaciones relevantes que ello conlleva en la vida futura de estos niños en el ámbito académico, conductual, familiar y

social, especialmente en el subtipo combinado, pues éste presenta un abanico más amplio de manifestaciones sintomatológicas y problemas en los diferentes entornos. Sólo una intervención combinada multidisciplinar con un base sólida de apoyo terapéutico-psicopedagógico, control de la evolución médica y la implicación de padres y profesorado, hacen posible un mejor pronóstico en la evolución futura de estos niños y sus familias y prevenir la aparición de futuros problemas.   BIBLIOGRAFÍA Gracia Millá, Mª. (2012) El juego como facilitador del aprendizaje. XV Curso Internacional de Actualización en Neuropediatría y Neuropsicología Infantil. Valencia. Mulas, F. (2011) TDAH preescolar: Diagnóstico e intervención terapéutica. XIV Curso Internacional de Actualización en Neuropediatría y Neuropsicología Infantil. Valencia. Swanson et al. (2006). Journal American Academy Child Psychiatry, 45, págs. 1304-1313. Vaquerizo-Madrid, J, (2005). Revista de Neurología, 40, págs. 25-32. Visser S. N., Lesesne C.A y Perou, R. (2007) National estimates and factors associated with medication treatment for childhood attention-deficit/hyperactivity disorder. Pediatrics, 119, págs. 99-106.   Artículos relacionados

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Dificultad en el diagnóstico del TDAH en la edad preescolar Escuelas de padres o familias para TDAH ¿Qué son? Afectación del TDAH en la edad preescolar TDAH preescolar: áreas de intervención

 

Pruebas complementarias al diagnóstico de TDA-H Un diagnóstico correcto y a tiempo es el primer paso para un buen tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H) y para la prevención de sus complicaciones así como para poder descartar otras patologías. Generalmente los padres, profesores, orientadores, pedagogos, o pediatras son los primeros en sospechar un posible caso de TDA-H (Soutullo y Díez, 2007.) Cuando aparecen la primeras señales de alarma, se debe derivar a los servicios de Salud Mental InfantoJuvenil para iniciar el protocolo diagnóstico. Por lo general, son los especialistas en psiquiatría infantil y adolescente, los que establecen el diagnóstico definitivo en base a una serie de pruebas clínicas y médicas. Las pruebas médicas y clínicas, sirven para descartar posibles patologías o problemas médicos, como problemas de audición y  visión, alteraciones fisiológicas (sueño, alimentación, tiroides...) retraso madurativo, y/o alteraciones psicológicas (trastornos emocionales, trastorno adaptativos, ansiedad, fobias,  etc.)

           

La exploración y la valoración médica y psicológica exhaustiva junto con las entrevistas a los padres, profesores y la observación directa del niño/a conducen al experto a la conclusión de si estamos ante la presencia de un caso de trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Existen otro tipo de pruebas complementarias al diagnóstico, que pueden proporcionar más información al especialista acerca de la presencia y la intensidad del cuadro sintomático del trastorno así como de las posibles patologías asociadas o comórbidas a éste como dificultades del aprendizaje (Soutullo y Díez, 2007.) Pruebas de Neuroimagen Para el diagnóstico de TDA-H no es necesario realizar pruebas de imagen salvo en casos concretos. No obstante, dichas pruebas realizadas en trabajos de investigación, están ayudando a conocer qué pasa en el cerebro de los niños con TDA-H y en concreto si se detectan factores que puedan ser causa del TDA-H. Con las pruebas de neuroimagen (TAC, Resonancia Magnética, RM, Resonancia Magnética funcional RMf, etc.), se ha visto que en algunas zonas concretas del cerebro, hay una actividad menor de la esperada, que estaría en relación con la falta de atención y el exceso de movimiento, sintomatología relacionada con el TDAH.  En estas zonas podría existir un funcionamiento anómalo de algunos neurotransmisores pudiendo provocar un déficit en las funciones de esas zonas, lo que daría como resultado el cuadro sintomático tanto cognitivo como emocional y conductual del TDA-H. Muestran este funcionamiento anómalo especialmente zonas determinadas del lóbulo frontal del cerebro, el cuál es el encargado de coordinar las funciones cerebrales y es por esto que este mal funcionamiento de estas áreas se considere hoy en día como posible causa del TDA-H. Las pruebas de neuroimagen también son indicadas por el médico cuando existe sospecha de posibles problemas neurológicos como epilepsias, alteraciones del sueño, alteraciones del habla o cuando el  diagnóstico diferencial del TDA-H resulta difícil o existen complicaciones añadidas. Pruebas clínicas y de evaluación cognitiva  Este tipo de pruebas de evaluación miden aspectos de tipo cognitivo, intelectual y comportamental (grado de funcionalidad del sujeto). Nos dan indicadores del grado de destreza del niño/a a la hora de resolver tareas cotidianas y de su rendimeinto académico, social y cognitivo. También nos dan información acerca de la intensidad de las difciultades o hándicaps derivados del trastorno así como indicadores de posibles alteraciones o problemas de tipo cognitivo como memoria, memoria de trabajo, velocidad de procesamiento, dificultades de autocontrol o autorregulación, razonamiento, resolución de problemas, impacto de los síntomas, etc. 



EDAH   (Evaluación del trastorno para el déficit de Atención e Hiperactividad)

Es una escala para evaluar la hiperactividad, el déficit de atención,la impulsividad y los trastornos de la conducta que influyen muy negativamente en el desarrollo escolar del niño. Aplicable a niños de entre 6 y 12 años, de manera individual y con una duración de 5 a 10 minutos aproximadamente. La finalidad del EDAH es recoger información sobre la conducta habitual del niño. Permite evaluar los rasgos principales del TDA-H de una manera sencilla y objetiva. 

Escalas de  Wechsler

A pesar de que esta prueba no siempre está recogida en el protocolo de diagnóstico del TDA-H de forma sistemática, constituye una prueba fundamental para poder determinar la presencia o no del trastorno, es valorar la capacidad intelectual del niño/a, con el fin de descartar que los posibles problemas que pueda presentar no se deban a un problema de un bajo nivel intelectual, o puedan estar ante un caso de altas capacidades, y sea éste el origen de las posible dificultades académicas, sociales y/o personales. En ocasiones niño/a con CI por encima de la media, presenta síntomas de falta de motivación, problemas de atención y concentración, malas relaciones sociales, que pueden llevar a un error en la sospecha diagnóstica. David Wechsler es el autor de estas escalas para medir la inteligencia o determinar el CI (coeficiente intelectual) de una persona. Son escalas formadas cada una por una escala verbal y una escala de ejecución, de modo que con la aplicación de cualquiera de ellas se obtienen tres puntuaciones: un CI verbal, un CI manual y un CI total. Además de una medida de la inteligencia general, las diferentes subpruebas de esta escala aportan información sobre el funcionamiento cognitivo del alumno en aspectos como memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. - WISC (de 5 a 16 años) Ofrece información sobre la capacidad intelectual general del niño (CI Total) y sobre su funcionamiento en Compresión verbal, Razonamiento perceptivo, Memoria de trabajo y Velocidad de procesamiento. La Escalase compone de 15 test, 10 principales y 5 optativos. - WAIS  (de 16 a 64 años) Tiene por objetivo medir la inteligencia de la población juvenil y adulta,  dentro de un enfoque global de ésta. El WAIS es un test construido para evaluar la inteligencia global, entendida como concepto de CI, de individuos de cualquier raza nivel intelectual, educación, orígenes socioeconómicos y culturales y nivel de lectura. Es individual y consta de 2 escalas: verbal y de ejecución. Está basada en la Teoría Bifactorial de Spearman. Donde  Inteligencia, tomada desde un punto de vista global, ya que está compuesta por habilidades cualitativamente diferentes (rasgos), pero no independientes. Pruebas específicas de atención Las pruebas para medir la capacidad atencional (atención selectiva, atención sostenida, concentración, focalización del estímulo, control inhibitorio de la atención...) proporcionan un perfil de rendimiento atencional del niño/a. Estas medidas de atención sirven como indicadores y predictores del funcionamiento del niño/a en tareas que requieren esfuerzo atencional, como atender en clase, realizar las tareas, tareas de concentración, situaciones de estrés ambiental, etc. Los perfiles atencionales también nos ayudan a diseñar el tipo de intervención más adecuada para cada caso, y el tipo de tarea sobre la que trabajar como programas y juegos de atención visual, atención auditiva, instrucciones, entrenamiento neuropsicológico. 

Tarea de atención sostenida en la infancia. M. Servera y J. Llabrés. Tea Ediciones

Las  "tareas de ejecución continua" como esta están indicada para la medida de la capacidad de atención sostenida en niños. El soporte de evaluación que se usa es el informático, el cual permite aplicar la prueba y extraer automáticamente una importante cantidad de información de difícil acceso mediante otros métodos. La tarea a realizar es sencilla y motivante para los niños, ya que es por ordenador, y consiste en presionar la barra espaciadora del teclado cada vez que aparece en pantalla el número 6 seguido de un 3. 

Test de caras  (Test de percepción de diferencias)

Esta prueba evalúa las aptitudes perceptivas y de atención. Es de aplicación colectiva y tiene un tiempo estimado de  3 minutos. Se puede utilizar a partir de  los  6 años. Consiste en una prueba perceptiva integrada por 60 elementos gráficos, que representan dibujos esquemáticos de caras con trazos muy elementales. Evalúa las aptitudes requeridas para percibir rápidamente semejanzas y diferencias con patrones estimulantes parcialmente ordenados. El carácter simple y un poco lúdico de los elementos hace que la prueba sea muy adecuada para poblaciones de bajo nivel cultural y, en cambio, resulte demasiado elemental para niveles culturales medio-altos. 

Test de Atención D2

El autor es Rolf Brickenkamp. Se trata de una prueba de aplicación tanto  individual como colectiva. El tiempo de duración  estimado es de 8 minutos. Está destinada a niños mayores de 8 años, adolescentes y adultos. Sesta prueba evalúa la atención selectiva y la concentración. El Test de Atención D2 ofrece una medida  concisa de  la velocidad  de procesamiento, la atención  selectiva y  la  concentración  mental,  mediante una tarea consistente  en realizar una  búsqueda selectiva  de estímulos relevantes. El test ofrece una medida concisa de la velocidad de procesamiento, la atención selectiva y la concentración mental, mediante una tarea consistente en realizar una búsqueda selectiva de estímulos relevantes. 

Escala de Magallanes de atención visual

Hay dos versiones, según la edad: EMAV-1 para niveles de 1º a 4º de educación primaria (6, 7, 8 y 9 años) y EMAV-2 en adelante, incluido adultos. Consiste en valorar  la capacidad y habilidad atencional en niños y adultos. La ejecución de la prueba tiene una duración de 6 minutos para la versión 1, y de 12 minutos para la 2; con un tiempo total, incluyendo las instrucciones, de 30 minutos en ambos casos. Proporciona dos índices de atención: Atención Sostenida (AS) y Calidad dela Atención (CA). En aplicación individual es posible obtener, además una valoración dela Estabilidad Atencional (rendimiento a lo largo del tiempo). La  aplicación individual: tiene una duración variable de 15 a 40 minutos. Es de especial eficacia para la valoración de niños con trastorno por déficit de atención, subtipo inatento. Los estudios preliminares llevados a cabo con estudiantes de Primaria y Secundaria, se ha mostrado relevante para identificar alumnos con dificultades de aprendizaje, al poner de manifiesto en un 80% de los casos que los alumnos con Fracaso Escolar o Bajo Rendimiento escolar suelen presentar déficit en Calidad Atencional. De gran interés para evaluación neuropsicológica de las funciones atencionales: focalización, mantenimiento, codificación y estabilidad. Pruebas para evaluar las funciones ejecutivas

Las funciones ejecutivas (FE) son un conjunto supramodal de habilidades cognitivas que incluyen diversas subfunciones tales como: memoria operativa, flexibilidad mental, atención sostenida, resistencia a la interferencia, autorregulación y capacidad de ajuste a normas. Las funciones ejecutivas  nos permiten la resolución de problemas complejos, facilitando la adaptación al entorno y supervisando la conducta dirigida a metas, éstas consideradas como un sinónimo de inteligencia fluida. La evaluación neuropsicológica de las FE resulta imprescindible en numerosas muestras clínicas que tienen mayor o menor grado de afectación frontal, como ocurre en el trastorno por déficit de atención e  hiperactividad, ya que nos da una medida de cuál es el rendimiento y el funcionamiento ejecutivo de estos niños/as en sus tareas diarias y son el indicador más fiable de la capacidad operativa para resolver problemas, así como del estatus neurocognitivo general (Portellano, 2009). 

ENFEN. Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas en niños.

El ENFEN es una prueba de aplicación individual, con un tiempo de aplicación inferior a 30 minutos. Está inspirado en pruebas clásicas para evaluar el área prefrontal como la Torre de Hanoi o el test de Stroop y permite evaluar 6 índices agrupados en 4 escalas: Fluidez (Fonológica y Semántica), Construcción de Senderos (Sendero en Gris y Sendero en Color), Anillas e Interferencia. Una de las ventajas de esta prueba, es que las pruebas tienen un componente muy atractivo para los niños, lo que hace que sea un tipo de test muy indicado para este tipo de niños/os ya que la realización de ésta es percibida como una actividad lúdica. 

STROOP. Test de colores y palabras. El test de Stroop es un test atencional que se encarga de evaluar la habilidad para resistir la interferencia de tipo verbal por lo que es una buena medida de la atención selectiva. En términos básicos, evalúa la capacidad para clasificar información del entorno y reaccionar selectivamente a esa información. La prueba permite identificar los errores de identificación de respuesta. Está indicado para medir la atención selectiva, y el control inhibitorio ambas funciones afectadas en el TDA-H.

  BIBLIOGRAFÍA García Pérez, E. M.  y Magaz Lago, A Escalas Magallanes de atención visual, EMAV 1,2. García Pérez, E. M.,  y Magaz Lago, A. Escalas Magallanes de identificación de déficit de atención, EMADDA. Albor-Cohs. Golden, C.J. STROOP. Test de colores y palabras. Tea Ediciones. Portellano Pérez, J.A, Martínez-Arias, R. yZumárraga, L. ENFEN. Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas en niños. J. A. Tea Ediciones Portellano Pérez, J.A. (2009). INFOCOP, Revista de Psicología. Págna web: www. Trastornohiperactividad.com Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana. Thurstone y Yela. Caras. Test de percepción de diferencias. Tea Ediciones. Wechsler, D. Inteligencia General: Escala de Inteligencia de Wechsler para niños, WISC IV. Adaptación española: Departamento I+D de TEA Ediciones.

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Diagnóstico del TDAH Proceso para obtener un diagnóstico de TDAH

Diagnóstico del TDAH Un diagnóstico correcto es imprescindible para un tratamiento efectivo, para que padres y profesores fundamentalmente puedan ayudar al niño/a con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a que desarrolle todo su potencial. Un diagnóstico precoz es igualmente imprescindible para una pronta intervención, evitando así la posible comorbilidad y abordar adecuadamente los diferentes problemas que puedan surgir a lo largo de su desarrollo. La edad para acudir al profesional dependerá de las características de cada caso, aunque cada se dan más sospechas de diagnóstico en la etapa preescolar,  a día de hoy, la mayoría de los casos la edad de comienzo del tratamiento es la etapa escolar (escuela primaria) ya que nos encontramos con una gran cambio cualitativo y cuantitativo las exigencias del entorno del niño/a, aumentan la demandas  sociales y académicas y se requiere de una mayor atención y control sobre sí mismos, lo que produce mayores dificultades y una sintomatología más clara. Numerosos trastornos o problemas médicos pueden manifestarse por síntomas presentes o nucleares del TDAH lo que dificulta la correcta identificación del trastorno, por lo que es necesario realizar un diagnóstico diferencial minucioso. El TDAH se puede confundir con desordenes de la infancia o con trastornos como ansiedad, depresión, etc., por eso deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral en el caso de adultos. Los niños en los que se establece el diagnóstico de TDAH han de presentar varios de los signos y síntomas representativos en un grado considerado "perjudicial" y con una frecuencia mucho mayor de lo predecible para su edad y nivel de maduración.

                                 El diagnóstico de este trastorno ha de basarse en una valoración minuciosa para excluir otras posibles causas de las dificultades del niño, lo que incluye información de su familia, de sus profesores y una evaluación por parte de profesionales sanitarios de las diferentes áreas: psiquiatras infantiles, psicólogos infantiles, pediatras, neuropsiquiatras, neuropsicólogos, etc. La evaluación de este complejo trastorno debe realizarse desde una perspectiva multiprofesional que aborde tanto la evaluación psicológica, la educativa y médica. Protocolo de evaluación TDAH No existe una prueba única que por sí sola permita hacer un diagnóstico exclusivo y confiable. Para establecer el juicio diagnóstico final es necesario recabar información de las diferentes fuentes que rodean e intervienen en el niño y realizar observaciones sistemáticas de sus conductas y la valoración retrospectiva de su comportamiento desde las edades más tempranas. La evaluación del TDAH debe incluir: 1. 2. 3. 4.

5.

Un examen médico completo para evaluar la salud general del niño y descartas problemas de tipo visual, auditivo, anemias o la falta de componentes vitales para su salud. Una evaluación psicológica profesional para tener una idea clara de la condición emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo cognitivo. Una evaluación familiar para la cual se utilizan las escalas de comportamiento. Una evaluación escolar que incluya la historia académica y de comportamiento del niño en el aula. El diagnóstico se basará en el cumplimiento de los criterios del DSM-V, que son los criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Psiquiatría (1994) o los criterios de la  CIE10 (1992) reconocidos y establecidos por la OMS.

Como se ha indicado, existen dos sistemas de clasificación para los trastornos psiquiátricos: CIE-10 (Organización mundial de la Salud, 1992) y DSM-V (American Psychiatric Association, 1994). Estos dos manuales son las guías de referencia que los profesionales de la salud mental toman para establecer el diagnóstico del Trastorno según los criterios diagnósticos clínicos.

Las diferencias entre ambos sistemas son muy importantes para entender por qué el TDAH se puede llamar también Trastorno Hipercinético, porqué se diagnóstica más en algunos países que otros (los criterios de inclusión y excusión varían entre una guía y otra), porqué se puede llegar a tratar a unos niños sí y otros no, porqué hay algunas diferencias de prevalencia entre los estudios, etc. A continuación se describen los criterios diagnósticos recogidos en ambos manuales de diagnóstico como referencia para el diagnóstico del TDAH: El diagnóstico del TDAH según el DSM-V  Criterios diagnósticos para el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad:  A-1) Inatención Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las ACTIVIDADES sociales y académicas/laborales: * Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas. - No suele prestar atención a los detalles. Comete errores frecuentemente en el colegio, el trabajo u otras actividades. - Le cuesta mantener la atención en tareas o actividades de tipo lúdico. - Parece que no escucha cuando se le habla. - No suele finalizar las tareas o encargos que empieza y no suele seguir las instrucciones que se le mandan, sin ser por un comportamiento negativista o por una incapacidad para comprender las instrucciones. - Le resulta complicado organizar tareas y actividades. - Intenta evitar realizar tareas que le suponen un esfuerzo mental sostenido (actividades escolares o tareas domésticas). - Pierde objetos frecuentemente (ejercicios, lápices, libros, juguetes?) - Se distrae con cualquier estímulo irrelevante. - Es descuidado en las actividades de la vida diaria. A-2)  Hiperactividad e Impulsividad Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales: * Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas. Hiperactividad - Suele mover en exceso las manos y los pies o no se está quieto en el asiento. - No suele permanecer sentado en las situaciones en las que se espera que lo esté. - Suele correr o saltar en exceso en situaciones en las que no es apropiado hacerlo. - Tiene dificultades para realizar actividades o juegos tranquilos.

- Suele estar en movimiento y actuar como si tuviese un motor en marcha continuamente. -

Suele

hablar

en

exceso.

Impulsividad - Suele dar respuestas precipitadas antes de que se hayan terminado de formular las preguntas. - Le cuesta esperar su turno y respetar las colas. - Suele correr o saltar en exceso en situaciones en las que no es apropiado hacerlo. - Suele interrumpir a los demás y entrometerse en las actividades de otros. B) Algunos de estos síntomas que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años. C) Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes (escuela, casa, trabajo, etc) D) Deben existir pruebas de que hay un problema clínicamente significativo del funcionamiento social y académico o laboral. E) Los síntomas no están presentes exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia o cualquier otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por otro trastorno.  El diagnóstico del TDAH según CIE-10 Criterios diagnósticos CIE-10 para el Trastorno Hipercinético 

Déficit de atención (al menos 6 durante 6 meses)

- Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a errores por descuido en las labores escolares y en otras actividades - Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego - A menudo aparenta no escuchar lo que se dice - Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras misiones - Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades - A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas tales como los deberes escolares que requieren un esfuerzo mental mantenido - A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, tales como material escolar, libros, etc. - Fácilmente se distrae ante estímulos externos - Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias 

Hiperactividad (al menos 3 durante 6 meses)

- Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies o removiéndose en el asiento

- Abandona el asiento en la clase o en otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado - A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas - Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse tranquilamente en actividades lúdicas - Persistentemente exhibe un patrón de actividad motora excesiva que no es modificable sustancialmente por los requerimientos del entorno social 

Impulsividad (al menos 1 durante 6 meses)

- Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las preguntas completas - A menudo es incapaz de guardar un turno en las colas o en otras situaciones de grupo - A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros - Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las consideraciones sociales - Además se debe cumplir que: - El inicio del trastorno no es posterior a los siete años - Los criterios deben cumplirse en más de una situación - Los síntomas de hiperactividad, déficit de atención e impulsividad ocasionan malestar clínicamente significativo o una alteración en el rendimiento social, académico o laboral - No cumple los criterios para trastorno generalizado del desarrollo, episodio maníaco, episodio depresivo o trastorno de ansiedad.  Es importante recordar que no sólo la presencia de los criterios es importante a la hora de definir el diagnóstico, sino que si los síntomas que presenta son de intensidad alta, moderada o leve, si interfieren en su vida diaria de forma intensa o no, si existe impacto en el entorno del sujeto, si existen alteraciones psicológicas, si presenta necesidades educativas, etc. Todos estos criterios diagnósticos junto con la información remitida por los padres y el centro escolar y la observación directa de la funcionalidad del niño, darán al profesional de la salud mental las herramientas para establecer el diagnóstico de déficit de atención e hiperactividad y poder así comenzar con la intervención y el tratamiento más indicado para el caso.   BIBLIOGRAFÍA  CIE 10. Trastornos mentales y del comportamiento. Meditor, Madrid, 1994  DSM-V. Diagnostic and statistical anual of mental disorders. APA, Washington, D.C, 2013.   Soutullo, C. y Díez  A. (2007) Manual de diagnóstico y tratamiento del TDAH. Ed. Panamericana  Artículos relacionados Pruebas complementarias al diagnóstico de TDA-H 

Protocolo general de evaluación del TDAH

   

Protocolo general de evaluación del TDAH

La evaluación del Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un proceso complejo, debido a la propia complejidad del trastorno. Delimitar qué aspectos son patológicos y cuáles y no, y cuál es el límite entre una entidad y otra cuando existe comorbilidad, dificultad mucho la exactitud en el resultado final. Es por ello, que el proceso diagnóstico requiere de minuciosidad, coordinación entre profesionales, tiempo para valoración, y amplia formación en el campo. Además, es importante recordar que no existe prueba única que por sí sola permita un diagnóstico exclusivo y fiable (Guía de Práctica Clínica del SNS sobre TDAH, 2010).

Esta evaluación completa debe incluir una evaluación familiar (entorno), escolar y psiquiátrica, además de un examen médico completo que valore la salud general del niño, descartando así otros problemas (visión, audición, tiroides, desnutrición...) (Guía de Práctica Clínica del SNS sobre TDAH, 2010).

                                 La sospecha de que un niño/a pudiera padecer un TDAH suele surgir en el ámbito familiar y/o escolar. Una adecuada evaluación diagnóstica precisa de información fiable de las principales fuentes: familia y centro educativo. Los protocolos diagnósticos  tienen por objetivo recoger de forma sistematizada la información más relevante aportada desde los diferentes ámbitos. Primer nivel: ÁMBITO ESCOLAR Si la sospecha surge en el centro escolar, será el equipo de orientación educativa (EOEP) o la unidad (en primaria) departamento (en secundaria) de orientación educativa a través del orientador responsable (psicopedagogo/ psicólogo educativo), sea quien solicite a los padres padres y/o tutores legales el consentimiento para proceder a evaluar al alumno/a y ponga en marcha el protocolo de derivación. Además solicitará por escrito el consentimiento de los padres y/o o tutores legales que permita el intercambio de información entre los profesionales que intervengan con el niño/niña. 

Tras la realización de la valoración psicopedagógica, el orientador recogerá en el informe psicopedagógico los resultados de las pruebas, las necesidades y apoyos que el alumno necesita, las intervenciones que desde el centro se deben realizar y sus conclusiones. 

Este informe se hará llegar al pediatra responsable de AP por medio de los padres o responsables legales, y será el pediatra quien valore la derivación, en el caso de sospechar un posible trastorno, a la unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ) o bien, al servicio de neuropediatría si sospecha de patología orgánica además. Segundo nivel: Atención primaria (AP) Cuando aparecen las primeras señales de alarma en el hogar, los padres acudirán al pediatra o al servicio de atención primaria (AP).  Si la sospecha surge desde pediatría, a través de las consultas de seguimiento rutinarias, será el pediatra quien informe a los padres y/o responsables legales, y cumplimente el protocolo de derivación. Se solicitará el consentimiento por escrito de los padres y/o o tutores legales para el intercambio de información entre los profesionales que intervienen con el niño. Si se considera oportuno se solicitará información al Centro escolar mediante un documento escrito. El protocolo de recogida de información incluye un apartado específico a cumplimentar por el pediatra de Atención Primaria y se basa en una cuidadosa anamnesis y exploración clínica. La realización de este protocolo facilitará la orientación diagnóstica del caso. Si tras realizar la evaluación, se considera indicada la derivación al servicio de salud mental y/o neuropediatría se tratará de hacer llegar este documento a los respectivos profesionales por el soporte informático y/o por medio de los padres o tutores legales. Tercer nivel: Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ) Confirmada la sospecha inicial, se debe derivar a los servicios especializados en salud mental infanto-juvenil para concluir el pproceso diagnóstico. Allí los equipos formados por psiquiatras y psicólogos, son los que en base a la exploración psiquiatrica, la observación directa del niño/a, las entrevistas familiares y la revisión de informes, establecen los juicios diagnósticos en base a los criterios diagnósticos recogidos en el DSM-5 (APA, 2014) o la CIE-10 (OMS, 1992).  Además de la presencia del trastorno, se debe valorar la posible comorbilidad psicológica-psiquiátrica (trastorno de conducta, trastorno del ánimo , trastorno de aprendizaje, etc.), presente en el 30-50% de los niños con TDAH. Una vez delimitado el problema se iniciará el tratamiento de acuerdo a las necesidades específicas del caso (farmacoterapia, psicoterapia, terapia educativa...) y se indicará la derivación a unidades externas según las necesidades y el tipo de ayuda requerida: logopedia, reeducación pedagógica, psicología, psiquiatría...   *Pruebas complementarias Existen otro tipo de pruebas complementarias al diagnóstico, que pueden proporcionar más información al especialista acerca de la presencia y la intensidad del cuadro sintomático del trastorno así como de las posibles patologías asociadas o comórbidas a éste como dificultades del aprendizaje (Soutullo y Díez, 2007) o patologías neurológicas:  

Pruebas de neuroimagen Evaluación neuropsicológica 

Una vez obtenido el diagnóstico

Tras la evaluación y confirmación del diagnóstico se informará al centro escolar (orientación escolar) del diagnóstico y la situación del alumno; si precisa tratamiento farmacológico y las pautas recomendadas al centro escolar (informe clínico, sugerecnias  para centro escolar o a través de un informe dirigido a los padres). En el caso en que surgieran discrepancias se valorará la realización de una intervención en red.                                                                                                                                         Fundación CADAH (2014).   BIBLIOGRAFÍA Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes. Guías de Práctica Clínica del SNS. (2010). Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.  Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstico  y tratamiento del TDAH. Madrid: Editorial Médica Panamericana. eCIE10ES. Edición electrónica de la CIE-10-ES Diagnósticos. (1ª Ed. Enero 2016) CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE ENFERMEDADES 10.ª REVISIÓN, MODIFICACIÓN CLÍNICA. EDICIÓN ESPAÑOLA © Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación Subdirección General de Información Sanitaria e Innovación.  www.msssi.gob.es      Artículos relacionados

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Las entrevistas como instrumento de evaluación en el TDAH Evaluación y diagnóstico del TDAH en el adulto Diagnóstico del TDAH Protocolo de evaluación del TDAH recomendado

       

Protocolo de evaluación del TDAH recomendado

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Protocolo general de evaluación del TDAH TDAH: padres en desacuerdo con la evaluación y la sospecha diagnóstica Evaluación y diagnóstico del TDAH en el adulto ¿Qué es un dictamen y cuándo se realiza? ¿Qué hago si no estoy de acuerdo con el informe psicopedagógico de mi hijo/a con TDAH? e-TDAH. Escala de Detección del TDAH y Dificultades Asociadas.

Las entrevistas como instrumento de evaluación en el TDAH Las entrevistas son una herramienta fundamental en el proceso de evaluación. Nos proporcionan un marco para recabar información de diferentes áreas a través de multitud de fuentes. Las entrevistas dentro del proceso de evaluación y seguimiento nos aclaran las incógnitas acerca de los motivos, el origen y los posibles factores que están interviniendo en la situación, esclareciendo las dudas y permitiendo plantear alternativas al problema. Existen diferentes formatos de entrevistas: 1) Estructuradas: tienen pautados los campos sobre los que se quiere preguntar, siguiendo un orden establecido. Este tipo de entrevistas suelen producirse en los primeros momentos cuando se requiere de una recogida de información exhaustiva. 2) Semiestructuras: combinación de estructuradas y abiertas.  3) Abiertas: se producen cuando se quiere valorar la situación general, la demanda es por una situacion especifica o cuando se realizan citas de seguimiento para valorar la evolución o las posibles novedades. En cualquier caso, las entrevistas y reuniones son fundamentales en todo proceso para establecer una relación entre el agente de intervención y los padres, o entre el agente de intervención y el afectado. Las entrevistas tienen como función:          

Obtener información de individuos. Facilitar la recolección de información. Influir sobre ciertos aspectos de la conducta de una persona o grupo (opiniones, sentimientos, comportamientos, etc.). Es una herramienta y una técnica extremadamente flexible, capaz de adaptarse a cualquier condición, situación, personas, permitiendo la posibilidad de aclarar preguntas, orientar la investigación y resolver las dificultades que pueden encontrar la persona entrevistada. Favorecer un canal de comunicación. Herramienta diagnóstica. Para establecer vínculos entre las partes. Para estar informado en profundidad sobre el caso. Para llevar un seguimiento cercano del caso. Retroalimentación inmediata (comunicación verbal y no verbal).

               VENTAJAS de la entrevista frente a otros formatos:      

La Entrevista es una técnica eficaz para obtener datos relevantes y significativos desde el punto desde el punto de vista de las ciencias sociales, para averiguar. La información que el entrevistador obtiene a través de la Entrevista es muy superior que cuando se limita a la lectura de respuesta escrita. Su condición es oral y verbal. A través de la Entrevista se pueden captar los gestos, los tonos de voz, los énfasis, etc., que aportan una importante información sobre el tema y las personas entrevistadas. La ventaja esencial de la Entrevista reside en que son los mismos actores sociales quienes nos proporcionan los datos relativos a sus conductas, opiniones, deseos,actitudes, expectativas, etc. Cosas que por su misma naturaleza es casi imposible observar desde fuera.

DESVENTAJAS de la entrevista frente a otros formatos:    

Limitaciones en la expresión oral por parte del entrevistador y entrevistado. Es muy común encontrar personas que mientan, deforman o exageran las respuestas y muchas veces existe un divorcio parcial o total entre lo que se dice y se hace, entre la verdad y lo real. Muchas personas se inhiben ante un entrevistador y les cuesta mucho responder con seguridad y fluidez una serie de preguntas.

  1.

Entrevistas en el centro educativo

Cuando se presenta un alumno con dificultades, los padres presentan su preocupación en el colegio a causa de una situación problemática con su hijo en el hogar, o es el caso de un alumno con Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) u otro trastorno, además de las pruebas básicas para efectuar una valoración psicopedagógica y poder establecer unas conclusiones y unas medidas a adoptar con el niño, es fundamental conocer cuál es la opinión del personal docente que trabaja de forma directa con el niño ais como la visión de los padres. Para ello, es fundamental que se estabezcan entrevistas y citas entre los padres y el personal docente del centro educativo. 

1. Entrevista con el orientador del centro: El orientador informará a los padres en el caso de que detecte algún problema con algún alumno El motivo de la entrevista será la de informar a la familia y recabar información externa al colegio. En el caso de que exista una sospecha de que el alumno pueda presentar dificultades y el servicio de orientación plantee realizar una valoración al alumno, es fundamental contar con el consentimiento y cooperación de la familia. También los padres, deben informar al servicio de orientación en el caso de que su hijo esté llevando algún tratamiento médico o psicoterapéutico y requiera de una atención o unas medidas especializadas.

1. Entrevista con el tutor: El tutor puede reunirse bien con el orientador para recabar información sobre el estado del alumno de acuerdo a hace runa valoración o un seguimiento o bien con los padres para informar y ser informado sobre el alumno. En esta entrevista se pretende orientar sobre el desarrollo del alumno dentro del aula. Saber cómo se encuentra tanto a nivel académico, social y emocional. Además, se puede concretar cuáles son las mayores dificultades que presenta el alumno dentro de clase. El tutor puede proporcionar información muy valiosa acerca del funcionamiento del día a día del niño/a.   b.    Entrevistas clínicas Para realizar una evaluación, no sólo es necesaria la opinión de los profesionales del centro escolar si no también conocer los problemas que presentan en el entorno familiar, cómo está estructurada la familia, si disponen de límites y normas, la comunicación entre los diferentes miembros, las manifestaciones conductuales del niño, su rendimiento cognitivo, etc. Estos datos se recogerán a través de diferentes entrevistas con la familia y el afectado durante el proceso diagnóstico, acompañadas de pruebas específicas de evaluación. La entrevista clínica es el instrumento principal del que el psicólogo y el psicólogo clínico dispone, ya se trate de situaciones de evaluación o de terapia.           1. Entrevista con la familia y con el niño: Lo ideal es que se realice en 3 tiempos: todos juntos juntos, el niño solo, y los padres o la familia solos. Se puede plantear en varias citas. En presencia de los tres, se observa cómo interaccionan entre ellos, y las reacciones (lenguaje verbal y no verbal) de todos, en especial del hijo. Con los padres a solas se tratan algunos temas que ellos consideren inapropiado tratar en presencia del hijo. También se comprueba si existen diferencias entre la visión del padre y la de la madre, lo cual es muy frecuente. La visión del niño cuando se le entrevista a solas puede ser muy diferente a la de los padres. La anamnesis Éste término se refiere a la recopilación de información por parte del médico para obtener datos útiles que le ayuden a establecer un diagnóstico. La anamnesis es la única exploración imprescindible para realizar el diagnóstico de TDAH. Se recogen los síntomas actuales, los pasados, la historia del desarrollo, los antecedentes perinatales y personales, y las respuestas a los tratamientos ensayados si los ha habido. Se explora si hay TDAH u otros problemas psiquiátricos en los familiares, si hay algún tipo de conflicto entre los padres, el tipo de estilo educativo de los padres, si hay diferencias entre ambos sobre los síntomas del niño, y qué tipo de comunicación se establece entre los padres. También son importantes los factores estresantes o traumáticos en la vida del niño.   2.     Entrevista observacional con el niño/a: Se tendrá que efectuar una entrevista con el niño para observar su conducta. Los aspectos a valorar serán si mantiene una actitud participativa, si es correcto en las intervenciones, la manera de expresarse, sus interés y

hobbies, su opinión ante el centro y su familia, su comportamiento durante la entrevista, si mantiene la atención, su grado de interés durante la conversación, sus reacciones emocionales, si presenta alguna estereotipia o tic, su nivel de estrés y ansiedad, su capacidad entendimiento y reflexión, las quejas específicas, etc. Tras la entrevista, se debe revisar que el paciente cumple los criterios diagnósticos, según la CIE-10 de la OMS o del DSM-5 de la APA. Para poder determinar junto con los resultados de las prueba médicas y clínicas, si se cumple o no el cuadro de Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.     BIBLIOGRAFÍA Díaz Sanjuán, L. Método Clínico. Clave 1303. INDAGACIÓN. Faultad de psicología de la UNAM.  Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes. Guías de Práctica Clínica del SNS. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2010. Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana.

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Protocolo general de evaluación del TDAH Diagnóstico y orientación en alumnos con TDAH desde los Servicios de Orientación Escolar Escalas para evaluar el TDAH en el entorno escolar y familiar

   

Instrumentos para realizar una valoración psicopedagógica 3Las pruebas esenciales para efectuar la valoración psicopedagógica y poder establecer unas conclusiones y unas medidas a adoptar con el niño, tanto dentro como fuera de del aula, son las siguientes:    1.  Entrevista con el tutor: En esta entrevista se pretende orientar sobre el desarrollo del alumno dentro del aula. Saber como se encuentra tanto a nivel académico, social y emocional. Además, se puede concretar cuales son las mayores dificultades que presenta. 

                               2.   Entrevista con la familia: Para realizar una evaluación, no sólo es necesario la opinión de los profesionales del centro escolar si no también conocer los problemas que presentan en el entorno familiar, cómo esta estructurada la familia, si disponen de límites y normas, la comunicación entre los diferentes miembros?  3.  Observación entrevista con el alumno: Se tendrá que efectuar una entrevista con el niño para observar su conducta. Los aspectos a valorar serán si mantiene una actitud participativa, si es correcto en las intervenciones, la manera de expresarse, su opinión ante el centro y su familia. 4.  Pruebas psicométricas básicas:  Escalas  de Wechsler David Wechsler es el autor de estas escalas para medir la inteligencia o determinar el CI (coeficiente intelectual) de una persona. Son escalas formadas cada una por una escala verbal y una escala de ejecución, de modo que con la aplicación de cualquiera de ellas se obtienen tres puntuaciones: un CI verbal, un CI manual y un CI total.  

WISC (de 5 a 16 años)

Ofrece información sobre la capacidad intelectual general del niño (CI Total) y sobre su funcionamiento en Compresión verbal, Razonamiento perceptivo, Memoria de trabajo y Velocidad de procesamiento. La Escala se compone de 15 tests, 10 principales y 5 optativos. 

WAIS  (de 16 a 64 años)

Tiene por objetivo medir la inteligencia del adulto, dentro de un enfoque global de ésta. El WAIS es un test construido para evaluar la inteligencia global, entendida como concepto de CI, de individuos de cualquier raza nivel intelectual, educación, orígenes socioeconómicos y culturales y nivel de lectura. Es individual y consta de 2 escalas: verbal y de ejecución. Está basada en la teoría bifactorial de Spearman. Inteligencia, tomada desde

un punto de vista global, ya que está compuesta por habilidades cualitativamente diferentes (rasgos), pero no independientes.  EDAH (Evaluación del TDAH) Escala para evaluar la hiperactividad, déficit de atención, impulsividad y trastornos de la conducta que influyen muy negativamente en el desarrollo escolar del niño. Aplicable a niños de entre 6 y  12 años, de manera individual, con una duración de 5 a 10 minutos asproximadamente. La finalidad del EDAH es recoger información sobre la conducta habitual del niño. Permite evaluar los rasgos principales del TDAH de una manera sencilla y objetiva.  PROLEC-R (Batería de evaluación de los procesos lectores) La batería PROLEC se ha convertido en el referente más importante para la evaluación de la lectura en español. Basada en el modelo cognitivo, se centra en los procesos que intervienen en la comprensión del material escrito: Identificación de letras, Reconocimiento de palabras, Procesos sintácticos y Procesos semánticos.  El PROLEC-R sigue la misma filosofía que su predecesora: tratar de averiguar qué componentes del sistema lector están fallando en los niños que no consiguen aprender a leer. Sin embargo, esta nueva versión introduce una serie de mejoras sustanciales. En primer lugar, se consideran los tiempos de ejecución junto con los aciertos para poder determinar la precisión y eficiencia lectoras. Por otro lado, se han eliminado las tareas poco discriminativas y se ha modificado la estructura de otras para mejorar sus propiedades psicométricas. Igualmente, se ha ampliado el ámbito de aplicación a los últimos niveles de la Educación Primaria (5º y 6). Por último, se incorpora a la evaluación un nuevo mecanismo relevante: la comprensión oral.  PROESC (Batería de evaluación de los procesos de escritura) El objetivo de la batería es detectar dificultades mediante la evaluación de los aspectos que constituyen el sistema de escritura, desde los más complejos, como puede ser la planificación de las ideas, a los más simples, como puede ser la escritura de sílabas.  La batería, formada por 6 pruebas, engloba el dominio de las reglas ortográficas, de acentuación y de conversión fonema-grafema, el uso de las mayúsculas y de los signos de puntuación, el conocimiento de la ortografía arbitraria y la planificación de textos narrativos y expositivos. Además se proporcionan pautas de orientación para trabajar y recuperar los componentes afectados que hayan sido detectados durante la evaluación. También, se suelen utilizar como pruebas complementarias las siguientes:  5.   Análisis de informes médicos Para efectuar una buena evaluación, el profesional  suele necesitar el informe clínico realizado y así apodar estudiar las pruebas efectuadas, su historia clínica y las conclusiones establecidas. En ocasiones, incluso, se establece contacto con el profesional clínico encargado del caso.  6.   Análisis de composiciones escritas Mediante el análisis de los escritos efectuados por el alumno, se pueden observar las carencias que tiene a nivel  escrito y valorar si seria necesario aplicar alguna prueba o test especifico, para evaluar detenidamente aquellos en lo que parezca presentar más dificultades. 

7.   Análisis del expediente académico Gracias al expediente académico, el profesional podrá tener acceso a la historia escolar del alumno y comprobar si ha habido alguna incidencia a  lo largo de su etapa escolar,  pudiendo descartar en caso negativo, algún trastorno de conducta.                                                                                                                                      Fundación CADAH (2014).    BIBLIOGRAFÍA Díaz Sanjuán, L. Método Clínico. Clave 1303. INDAGACIÓN. Faultad de psicología de la UNAM. Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes. Guías de Práctica Clínica del SNS. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2010. Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana. Wechsler, D. (2002). WAIS - III. Escala de inteligencia para adultos de Wechsler- Tercera edición. Buenos Aires Paidós. Farré, A. y Narbona, J. (2013). EDAH. Evaluación del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Madrid: TEA Ediciones. Cuetos, F. Rodriguez, B., y Ruano, E. (1996) .PROLEC: Batería de evaluación de los procesos lectores de los niños en Educación Primaria. Madrid. Tea ediciones. Cuetos, F. Ramos, J.L. y Ruano, E. PROESC. Batería de evaluación de los procesos de escritura. Madrid Tea ediciones.  

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EVALUACIÓN DEL TDAH TDAH: Instrumentos o pruebas para evaluar el TDAH Test de Atención D2   El autor es Rolf Brickenkamp. De aplicación: Individual y Colectiva. El tiempo de duración  estimado es de 8 minutos. Corresponde a niños mayores de 8 años, adolescentes y adultos. Se encarga de la evaluación de la atención selectiva y de la concentración. Esta prueba ofrece una medida  concisa de  la velocidad  de procesamiento, la atención  selectiva y  la  concentración  mental,  mediante una tarea consistente  en realizar una  búsqueda selectiva  de estímulos relevantes.

               Test de caras (Test de percepcion de diferencias) Evaluación de las aptitudes perceptivas y de atención. De  aplicación colectiva. Tiene un tiempo estimado de  3 minutos. Se puede utilizar a partir de  los  6 años. Consiste en una prueba perceptiva integrada por 60 elementos gráficos, que representan dibujos esquemáticos de caras con trazos muy elementales. Evalúa las aptitudes requeridas para percibir rápidamente semejanzas y diferencias con patrones estimulantes parcialmente ordenados. El carácter simple y un poco lúdico de los elementos hace que la prueba sea muy adecuada para poblaciones de bajo nivel cultural y, en cambio, resulte demasiado elemental para niveles culturales medio-altos. Escala de Magallanes de atención visual Hay dos versiones, según edad: EMAV-1 para niveles de 1º a 4º de educación primaria (6, 7, 8 y 9 años) y EMAV-2 en adelante, incluido adultos. Consiste en valorar  la capacidad y habilidad atencional en niños y adultos. La ejecución de la prueba tiene una duración de 6 minutos para la versión 1, y de 12 minutos para la 2; con un tiempo total, incluyendo las instrucciones, de 30 minutos en ambos casos.

Proporciona dos índices de atención: Atención Sostenida (AS) y Calidad de la Atención (CA) En aplicación individual es posible obtener, además una valoración de la Estabilidad Atencional (rendimiento a lo largo del tiempo). La  aplicación individual: tiene una duración variable de 15 a 40 minutos. Es de especial eficacia para la valoración de niños con TDA, exclusivamente en su versión de aplicación individual. Los estudios preliminares llevados a cabo con estudiantes de Primaria y Secundaria, se ha mostrado relevante para identificar Alumnos con Dificultades para el Aprendizaje, al poner de manifiesto en un 80% de los casos que los alumnos con Fracaso Escolar o Bajo Rendimiento escolar suelen presentar déficit en Calidad Atencional. De gran interés para evaluación neuropsicológica de las funciones atencionales: focalización, mantenimiento, codificación y estabilidad. EDAH (Evaluación del trastorno para el déficit de Atención e Hiperactividad) Escala para evaluar la hiperactividad, déficit de atención, impulsividad y trastornos de la conducta que influyen muy negativamente en el desarrollo escolar del niño. Aplicable a niños de entre 6 y  12 años, de manera individual, con una duración de 5 a 10 minutos aproximadamente. La finalidad del EDAH es recoger información sobre la conducta habitual del niño. Permite evaluar los rasgos principales del TDAH de una manera sencilla y objetiva. Test de desordenes de atención e hiperactividad. James E. Gilliam. Se aplica desde los  3 a los  23 años. Es un instrumento muy efectivo para la identificación y evaluación de desordenes de atención. Está basado en el criterio diagnóstico del DMSIV. Contiene 36 items agrupados en 3 subtests: hiperactividad, impulsividad e inatención.

 

Escala de Magallanes de impulsividad computarizadas. (EMIC) Los autores son  Servera, M. y Llabrés, J. Para niños de 6 a 11años. Muy eficaz para evaluar el estilo cognitivo "reflexividad-impulsividad", proporcionando dos índices, representativos de la capacidad de procesamiento analítico del sujeto ante tareas que contienen incertidumbre de respuesta; extrapolable al ámbito de las capacidades de aprendizaje en general. Bibliogrfía: L.L. Thurstone y M. Yela. CARAS-R. Test de Percepción de Diferencias-Revisado. Tea Ediciones. Madrid 2012. Farré, A. y Narbona, J. (2013). EDAH. Evaluación del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Madrid: TEA Ediciones.   Artículos relacionados

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Cómo evaluar el TDAH TDAH: Instrumentos o pruebas para evaluar los problemas y/o Trastornos del comportamiento Cuestionario Perfil de Estilos Educativos, PEE Evaluación Neuropsicológica de las Funciones Ejecutivas en Niños (ENFEN) d2, Test de Atención

 

valuación Neuropsicológica de las Funciones Ejecutivas en Niños (ENFEN)

El proceso madurativo en la infancia se encuentra estrechamente relacionado con el desarrollo del cerebro. El ENFEN es una nueva batería para evaluar el desarrollo madurativo global y el rendimiento cognitivo de los niños de 6 a 12 años que incide especialmente en la evaluación de las Funciones Ejecutivas (FE) del cerebro. Es una prueba de aplicación individual, con un tiempo de aplicación inferior a 30 minutos. La batería está compuesta por cuatro pruebas (fluidez verbal, construcción de senderos, construcción con anillas y resistencia a la interferencia) que miden diferentes componentes de las FE; inspirado en pruebas clásicas para evaluar el área prefrontal. Cuatro pruebas: Fluidez Se trata fundamentalmente de una prueba de fluidez verbal (lenguaje expresivo), en la que se a su vez, se pueden distinguir dos subpruebas:  fluidez fonológica y fluidez semántica. En cada una de las partes el niño/a dispone de 1 minuto para decir en voz alta tantas palabras como pueda atendiéndose a la consigna que le da el examinador. En la primera parte (fluidez fonológica) el niño/a debe indicar el mayor número posible de palabras que empiezan por la letra `M`; mientras que en la segunda parte (fluidez semántica) debe decir palabras que pertenezcan a la categoría `animales`. Senderos Los senderos es la segunda de las pruebas del ENFEN. Concretamente se trata de una prueba similar al `Trail Making Test` formada por dos partes: sendero gris y senderos a color. En la primera parte (senderos gris) se pide al niño/a que dibuje un sendero (una línea) uniendo los números

del 20 al 1 que aparecen ordenados aleatoriamente en una hoja; mientras que en la segunda parte (senderos a color) debe dibujar otro sendero uniendo los números del 1 al 21 que aparecen ordenados aleatoriamente en otra hoja, pero alternando los que son de color amarillo y los que son de color rosa. Anillas Anillas es la tercera de las pruebas que componen el ENFEN. Se trata de una prueba muy similar a la `Torre de Hanoi o Torre de Londres` cuyo objetivo final es la reproducción, en un tablero con tres ejes verticales, de un modelo que se presenta al niño/a en una lámina. La prueba consta de 14 ensayos (más uno de entrenamiento) y en cada uno de ellos el niño/a debe tratar de conseguir el modelo propuesto en el menor tiempo posible y con el menor número de movimientos posible, además, debe atenerse a las normas e instrucciones que se le dan para tratar de reproducir el modelo. Los modelos de las láminas son de dificultad creciente y requieren el uso de 4, 5 o 6 anillas de diferentes colores. Interferencia Esta prueba está inspirada en el `Test de Stroop` cuyo fin último es evaluar el control atencional del niño mediante la evaluación de la inhibición. Consiste en una lista de 39 palabras dispuestas en tres columnas verticales de 13 palabras cada una. Las 39 palabras son nombres de colores (rojo, verde, amarillo y azul) pero aparecen impresas aleatoriamente en tinta de color verde, azul, amarillo o roja; en ningún caso el color de la palabra coincide con el color de la tinta impresa. La tarea consiste en que el niño/a diga en voz alta el color de la tinta en que está impresa la palabra. Como hemos comentado en el apartado anterior, la riqueza de pruebas de la que consta esta batería nos permite obtener información detallada acerca de los distintos componentes de este dominio cognitivo, lo cual nos permitirá crear un programa de intervención adaptado a las características del niño/a y, más concretamente, adaptado a los déficits que éste presenta. Una de las ventajas de esta prueba, es que las pruebas tienen un componente muy atractivo para los niños/as, lo que hace que sea un tipo de test muy indicado para niños/os que presentan TDAH ya que la realización de ésta es percibida como una actividad lúdica. Al mismo tiempo, a pesar de que el ENFEN, a su vez, está compuesto por varias pruebas la corrección de las mismas es sencilla y rápida.   BIBLIOGRAFÍA Portellano, J. A., Martínez-Arias, R. y Zumárraga, R. (2009). ENFEN. Evaluación Neuropsicológica de las Funciones Ejecutivas en Niños. Madrid: TEA Ediciones.   Andrea Psicóloga clínica de Fundación CADAH.

Gómez

(2019).

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