Transformaciones Derivadas de Las Explotaciones

Transformaciones de la explotación petrolera: Los cambios en la estructura económica: 1- La industria petrolera ha pasad

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Transformaciones de la explotación petrolera: Los cambios en la estructura económica: 1- La industria petrolera ha pasado a ser el sector fundamental de la economía venezolana. Se entiende por sector fundamental de una economía, aquel que tiene mayor influencia sobre la actividad productiva y sobre el crecimiento económico general. En el período anterior la agricultura de exportación ocupó ese lugar clave, de allí que girara alrededor de ella toda l vida económica, social y política del país. El rápido crecimiento de la producción y de exportaciones petroleras permitió que éstas superaran rápidamente a las del sector agropecuario (1926) con lo cual la industria petrolera pasó a ser el sector fundamental de nuestra estructura económica. Este cambio va a tener profundas implicaciones en la vida del país. En primer lugar, se trata de un, sector extranjero, cuyas decisiones se toman desde el exterior, lo que colocó desde el comienzo a nuestro país en una nueva situación de dependencia con respecto a los países originarios de las empresas petroleras; dependencia no sólo económica y tecnológica, sino también política a partir de entonces se institucionalizó la intervención abierta o solapada de gobiernos extranjeros, especialmente el de Estados Unidos, en nuestra política interna, justificándola con la defensa de los intereses de sus empresas en nuestro país. En segundo lugar, los ingresos provenientes de la agricultura de exportación circulaban a través de casi todo el país, abarcando sectores importantes de la población venezolana, mientras que los ingresos petroleros apenas beneficiaban directamente a un número de empleados y obreros que no superó nunca el 3% de la población trabajadora. Por otra parte, dichas empresas adquirían en el exterior todos sus materiales y equipos, así como los bienes de consumo que necesitaban sus trabajadores, constituyéndose en enclaves separados del resto de la economía nacional, sin vinculaciones directas con los demás sectores, tu que hacía que su crecimiento tuviera una importancia directa casi nula sobre el resto de la economía. En tal sentido su efecto fundamental se ejercía indirectamente a través del pago de impuestos y regalías al Estado venezolano, lo cual, como ya hemos señalado, hace cobrar ala política de gastó público del gobierno una importancia decisiva para el destino del país. La producción de petróleo que era de 502.000 barriles diarios en 1940 sube a 1.500.000 en 1950, a 2.849.000 en 1960 y a .3.708.000 en 1970. A partir de este último año tiende a bajar ligeramente, pero su aporte a la economía del país crece considerablemente en virtud, del alza a los precios petroleros que de alrededor de 2 bolívares por barril en la década de los 60 subió, en 1974, a más de 13 dólares, de tal manera la industria petrolera mantiene hasta el presente su condición de sector fundamental de la economía venezolana, como lo comprueban los siguientes indicadores calculados para 1973.

a) El petróleo representa el 95 del valor de las exportaciones venezolanas. b) El petróleo representa, aproximadamente, un 55% del valor del producto físico del país, es decir, un valor igual al de toda la producción industrial, minera y agrícola nacional. c) El petróleo aporta directamente el 70% de los ingresos ordinarios del Estado. d) El petróleo aporta directamente el 60% de todas las divisas extranjeras que ingresan al país, las cuales son las que sirven para pagar nuestras importaciones. 2.- La explotación del mineral de hierro. En el año de 1950 se inicia la explotación de mineral de hierro en el Estado Bolívar, realizada, al igual que la de petróleo por empresas extranjeras representantes de grandes trusts internacionales, la Iron Mines of Venezuela, subsidiaria de la Bethlehem Steel Corporation y la Orinoco Mining, de la Unired Steel Corporation, consorcios norteamericanos. La historia del hierro repite la serie de venalidades iniciada por las empresas petroleras. Veamos como las relató el Dr. Salvador de la Plaza : “En 1925 fueron descubiertos los depósilos de El Pao y en 1927 se le otorgó conceSión de explotación a un señor Boccardo, de Ciudad Bolívar, quien la traspasó en 1932 a la iron Mines Co., subsidiaria del trusi norteamericano Bethlehem Steel Corporation. Estos depósitos están ubicados en el Distrito Piar del Estado Bolívar y la superficie de la concesión abarca 8.600 hectáreas. Sorpresivamente en 1928 fue sancionada una nueva Ley de Minas con la sola finalidad de modificar los artículos relativos al impuesto de explotación y en tal forma, como veremos luego. que quedaron eximidos los concesionarios de pagarlo. A la Iron , no obstante que la conceSión había siclo otorgada a Boccardo en 1927, se le concedió en 1932 la ‘gracia” de convertir su concesión a esa nueva Ley, por lo que quedó exenta de pagar impuesto de explotación.” “El hecho de que los trusts norteamericanos, entre ellos Bethlehem Steel con la concesión a la ¡ron, comenzaron a interesarse en el hierro de Venezuela, debido principalmente a que los riquísimos depósitos de alto tenor de Estados Unidos estaban dando señales de un próximo agotamiento, llevó al Gobierno de ese entonces a designar en 1937 una Comisión para el estudio y exploración de la Guayana, especialmente en lo que a hierro se refería. Esa Comisión rindió en 1939 un amplio estudio sobre la Sierra imataca.” “El 10 de noviembre de 1946 y con el nombre de Oliver Iron Mining Co., la Orinoco Mining Co., subsidiaria del trust norteamericano Uníted State Steel Corporation, solicitó y obtuvo del Estado la concesión de explotar unos depósitos de hierro en el Distrito Heres del Estado Bolívar. Sobre esos mismos depósitos le había sido otorgada concesión a un señor Alfredo Gruber, quien la vendió y traspasó a la Orinoco. Esos depósitos integran

el hoy renombrado Cerro Bolívar y las concesiones abarcan una superficie de 8.093 hectáreas. El hierro contenido en esas concesiones lo ha avaluado la Orinoco en 35.000 millones de bolívares.” “Al año siguiente, el 3 de diciembre de 1947 le fueron otorgadas a la misma Orinoco otras concesiones en el Territorio Delta Amacuro, con superficie inicial de exploración de 30.000 hectáreas, las que al ser convertidas en concesiones de explotación quedaron reducidas a 12.500 hectáreas. Dado que para la fecha de otorgamiento de esas concesiones ya había sido declarado ese Territorio de reserva nacional, hubo, para ceñirse a la Ley, que establecer ciertas “ventajas especiales” en el título de la concesión y, entre ellas, la h) que obligaba a la Orinoco a: crear y sostener una pequeña granja agrícola modelo en la región, sin fines de lucro, de conformidad con las disposiciones legales y pertinentes y contratar a ese fin los servicios de un agrónomo venezolano. Esta granja será instalada después de que las concesiones entren en explotación en lugar inmediato a éstas (Gaceta Oficial N° 22.481 del 3-12-47). Como entre una concesión de hierro y una granja agrícola modelo no existe relación alguna, La ilusión de tal “ventaja especial” no dejó de llamar la atención. La única explicación que hasta ahora ha sido sugerida es que la Orinoco, basada en experiencias técnicas, se proponía emplear como explosivo para la extracción de hierro en el Cerro Bolívar en lugar de la dinamita. el nitrato de amonio, el que mezclado con aceite de desperdicio o con petróleo, tiene la propiedad de que su manipulación es más sencilla y menos peligrosa, pues no deja residuos, como ocurre algunas veces con la dinamita, residuos que al hacer explosión en el momento en que son triturados los bloques de rocas, ocasionan pérdidas de vida y deterioro de bienes. Pero el nitrato de amonio es también un fertilizante y como tal la Orinoco no pagaría derechos al importarlo por tratarse de que sería consumido en la Granja Agrícola Modelo. Así pues, la Junta Revolucionaria de Gobierno de los años 46 y 47 no sólo otorgó riquísimas concesiones de hierro al trust norteamericano United State Steel Corporation — Casa Matriz de la Orinoco Mining Co.— sino que con la modesta “ventaja especial” h) le donó, libre de derechos arancelarios, la importación del explosivo que sería usado en la extracción del hierro en el Cerro Bolívar. En 1958 y posiblemente por ser bajo el tenor del mineral, la Orinoco renunció a las concesiones en el Territorio Delta Amacuro.” “En el mismo Estado Bolívar y con superficie de 6.000 hectáreas, otro trust norteamericano, Republic Steel Corporation. con el nombre de The María Luisa Ore Company y por traspaso que le hiciera el señor Tade4 Shoen, obtuvo una concesión.” “Otras concesiones y en otros años fuei ron otorgadas por el Estado, pero lo de interés en constatar es que los trusts norte mericanos, por otorgamiento directo o p traspasos, llegaron a controlar para diciemb de 1957 más de 40.000 hectáreas de concesiones. Por renuncia de algunas de ellas caducidad de otras, para el 31 de diciembre de 1961 el área de concesiones había disminuido a 31.893 hectáreas y para el 31 de de ciembre de 1962 a 26.893 hectáreas , según reciente información del Ministerio de Minas e

Hidrocarburos, por haber sido declarada 1 caducidad durante ese último año de die concesiones, de 500 hectáreas cada una, qu le habían sido otorgadas al señor Héctor F garella.” (Salvador de la Plaza , “La explotación de! hierro en economía venezolana”, Revista Economía, y, administración, Universidad del Zulia. N° 3, julio-setiembre ¡964). El desarrollo de la producción de mineni de hierro, impulsado por las crecientes nece sidad.es de la economía norteamericana de terminó que rápidamente nuestra país se co locara entre los principales exportadore mundiales del producto. Con la producción de minera! de hierra se incrementan el poder económico, así com los hene,flcios del capital extranjero en V nezuela. Nuestro país, en cambio ha percibido hasta ahora muy poco por dicha explotación. En tal sentido, la profundización d iniciado proceso de nacionalización del sect abre nuevos y promisores caminos al auté tico desarrollo económico del país, pues combinación de petróleo y hierro en man de la nación venezolana sientan las bases un nuevo tipo de desarrollo, basado en la construcción de una industria pesada capaz de producir maquinaria y equipo para las necesidades nacionales y la exportación, la forma como se sepa utilizar esas posibilidades, depende en gran medida el futuro la economía venezolana. 3.-

El comportamiento de la agricultura.

Como ya se ha visto, la agricultura de exportación venía en crisis desde fines del siglo XIX. Después de la Primera Guerra Mundial con el alza de los precios internacionales del café y del cacao. hubo una importante recuperación, pero no lo suficiente para que la incapacidad de la clase terrateniente, unida al éxodo campesino hacia las ciudades y campos petroleros y a la ausencia de una política oficial adecuada terminaran por llevarla a la ruina. La agricultura de exportación comienza desde entonces su fase de decadencia definitiva, con lo cual se consolidó la importancia determinante de la exportación petrolera sobre la economía nacional. La caída de la agricultura de exportación no significó, sin embargo, una baja absoluta de la producción agrícola, pues el aumento del mercado interno y la apertura de vías de comunicación permitió que ella se orientara hacia el consumo nacional. En efecto, de 1920 a 1936 el producto agrícola total creció más de un 66%. Más adelante, el aumento de la demanda de materias primas agrícolas que trajo consigo el desarrollo industrial, así como el apoyo oficial a algunos programas agrícolas, favorecieron el desarrollo capitalista de la agricultura, el cual ha traído consigo un conjunto de innovaciones técnicas (mecanización, uso de fertilizantes y herbicidas, lucha contra las plagas, etc.), especialmente en la ganadería de leche, textiles y oleaginosas, arroz, tabaco, papas y caña de azúcar, desarrollo que se ha concentrado en los Estados Zulia, Portuguesa, Yaracuy, Aragua, Carabobo, Miranda, Barinas, Guárico y Trujillo. Otro aspecto que vale la pena subrayar es la realización de varios intentos de

reforma agraria, el último de los cuales se inicia en 1960 con la vigente Ley de Reforma Agraria, mediante la cual se habrían asentado unas 100 mil familias campesinas para 1972. Diversos documentos oficiales permiten comprobar, sin embargo, la poca profundidad del intento y lo exiguo de sus resultados. En efecto, según algunos, lo pequeño de las parcelas asignadas (un promedio de diez hectáreas por familia), y la insuficiente asistencia técnica y crediticia no han hecho sino desarrollar el minifundismo con resultados muy precarios, tanto para la economía nacional como para los propios campesinos, cuyo ingreso para una familia con promedio de cinco integrantes es de Bs. 3.554 al año: es decir de Bs. 296 por mes. Por otra parte, sólo el 14,7 por ciento, es decir, menos de 20 mil de los 130 mil campesinos asentados, han logrado realmente un resultado aceptable al alcanzar un ingreso mensual de 935 bolívares por familia. Los restantes o han tenido pérdidas y han fracasado (8.500 familias) o siguen viviendo en las mismas condiciones de miseria tradicional. En todo caso, el desarrollo de la agricultura está bastante rezagado con relación a las necesidades de la población venezolana. Todavía tenemos déficits importantes que obligan al país a realizar importaciones de unos 3.000 millones de bolívares en productos agrícolas, muchos de los cuales podrían ser producidos en el país (maíz, caraotas y fnjoles, frutos y hortalizas, etc.). Ese atraso de la agricultura crea serios problemas al desarrollo industrial y repercute negativamente en el nivel de la vida de la población. 4.- El desarrollo del sector comercial y servicio. En la estructura económica anterior, el sector comercial, exportador e importador, jugaba como ya hemos dicho, un papel central dentro del funcionamiento de la economía como financiador, comprador y exportador de la producción agrícola, importador de los bienes industriales requeridos y pagador al fisco nacional de la casi totalidad de sus ingresos en forma impuestos. La agonía de la agricultura de exportación y el hecho de que las petroleras exportaban ellas mismas su producción hizo que declinara rápidamente la importancia de la función del sector comercial como exportador. Por otra parte se operaba un conjunto de procesos que &an a compensar con creces de esa pérdida. El primer lugar el aumento del mercado interno impulsado por la actividad petrolera determinó un considerable aumento de las importaciones, cuyos beneficios superaron la pérdida de ingresos por la disminución de las exportaciones agrícolas. En segundo lugar, el crecimiento de la producción nacional tanto agrícola, como industrial fortalecieron el comercio interno, lo que incrementó aún más la importancia económica del sector. En tercer lugar, el auge de toda la economía hizo crecer considerablemente las nesidades de transportes y otros servicios ligados a la producción y comercialización de los

productos (bancos, almacenadoras, financiadoras, compañías de seguros, etc.) actividades que fueron también desarrolladas en gran medida por la burguesía mercantil, con el consiguiente aumento de su poder económico. En síntesis, el sector comercial y de servicios, o sector terciario, se constituye en el principal beneficiario del auge petrolero, pues allí se obtienen las más altas tasas de ganancia, situación que ha redundado negativamente sobre tzuestro desarrollo agrícola e industrial. En efecto, a pesar de que el comercio y los mencionados servicios constituyen actividades necesarias y de gran importancia para la economía de todo el país, el hecho que en esos sectores se obtengan los mayores beneficios con muy poco riesgo, ha desestimulado las inversiones menos seguras en la industria y en la agricultura que son los pilares fundamentales de una economía sana y equilibrada. 5- El desarrolla industrial. El proceso de crecimiento: Durante el período gomecista cambió muy poco el panorama industrial del país. Como señala Orlando Araujo: En efecto, sólo se desarrollaron medianamente algunos .ienglones corno cigarrillos, textiles, cerveza, jabón, etc., de modo que para 1936 el producto industrial, inclwfr'endo el artesanal, apenas llegaba al 6% del producto nacional. El aumento de la demanda interna que trajo consigo el negocio petrolero se satisfacía, como hemos visto, con importaciones crecientes de productos industriales. Con el estallido de la II Guerra Mundial en 1939 sucede un doble fenómeno que va a influir sobre el desarrollo industrial del país. Por un lado aumentó el ingreso nacional por el incremento de las exportaciones petroleras que trajeron consigo las actividades bélicas y porque la Reforma Petrolera de 1943 elevó la participación del Estado venezolano en los beneficios de las Compañías Petroleras. Por el otro disminuyeron y se encarecieron considerablemente nuestras importaciones, lo que hizo posible el desarrollo de algunas industrias nacionales; tales como cemento, caucho, alimentos y bebidas, etc. Al fin de la guerra se presenta, tanto en lo nacional como en lo internacional, un conjunto de condiciones favorables para la compra de maquinaria y equipo, además de haberse formado durante la guerra un conjunto de nuevos empresarios industriales. En el orden ínternacional, la victoria de los aliados significó el comienzo del desmoronamiento de los grandes imperios coloniales, la formación del Campo socialista, la fundación de las Naciones Unidas, etc., fenómenos todos que contribuyeron a cimentar los deseos de desarrollo económico por parte de los países atrasados, deseos que se concretizaban en la formación de una industria nacional. Todas esas favorables condiciones permitieron que se iniciara, a partir de 1945, un crecimiento de la industrialización relativamente importante para la época. Frente a los hechos cumplidos, las empresas del capitalismo monopolísta, que. hasta entonces eran

contrarias a nuestro desarrollo industrial, comienzan a establecer sus empresas en el país, ya directamente, ya asociadas con el capital criollo en empresas mixtas. Como resultado crecen de 1945 a 1958 la producción ndustrial de alimentos (33,9%) textiles (21,2%), otros bienes de consumo (61,1%) y, sobre todo, los materiales de construcción (56,6%). favorecidos estos últimos por la política de “concreto armado” de Pérez Jiménez. es decir, la predilección por parte del dictador de vistosas obras públicas, de gran suntuosidad, especialmente en la capital de la República (Torres de El Silencio. Teleférico, Autopistas, Hoteles de lujo, etc.). Durante ese período (1950-1958) el Estado prestó algún apoyo al naciente desarrollo industrial en forma de créditos y protección arancelaria, pero fue incapaz de denunciar el Tratado de Reciprocidad Comercial con los Estados Unidos que era uno de los instrumentos que más frenaba dicho desarrollo. “De 1917 hasta 1936, nada significativo sucede en el campo manufacturero. Se registra sólo una lenta evolución de ¡a artesanía hasta formas de pequeña y mediana industria, tan escasa, sin embargo, que no nos permiten señalarlas como un cambio estructural... La manufactura es entonces una actividad excepcional a la cual se dedican unos pocos pioneros con aire de personajes extravagantes.” A partir de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez se inicia un período de presión de todos los sectores progresistas de la vida nacional para que se acelerara el crecimiento industrial, proceso liderizado por la AsociaD , ción Pro-Venezuela con el apoyo de los partidos políticos y del movimiento obrero y campesino; pero es a partir de 1961, año en el que la baja del ingreso nacional petrolero creó serias preocupaciones en los círculos dirigentes del país, cuando comienza un proceso más organizado y acelerado de industrialización favorecido por tina generosa políDS tica crediticia y proteccionista del Estado. Como resultado de esa política el producto industrial crece de 2.547 millones de bolívares en 1958 hasta 6.589 millones de bolívares en 1971, aumentando así su participación en el producto territorial total de un 10,8% en 1958 a 13,9% en 1971, cifras que testimonian un crecimiento relativamente importante. Tratemos de analizar ahora el tipo de desarrollo industrial que se ha operado en el país, y su relación con el bienestar general de la población y con el futuro de nuestra nación Característica de la industrialización Venezolana: 1- Se trata de una industria que se inicia produciendo en el país lo que antes se importba (sustitución de importaciones), por ello, lejos de expresar las reales necesidades de la población venezolana expresa el patrón de consumo norteamericano.Los bienes industriales importados expresan el grado de desarrollo de la fuerza de trabajo y de los instrumentos de producción en el país que los produjo: implican una determinada técnica, acorde con ese grado de desarrollo.

Pero son también el resultado de las exigencias particulares que impone la estructura económica de esos países. Las economías capitalistas-monopolistas tienen su talón de Aquiles en el lado demanda del mercado, de allí que su problema fundamental no sea el de producir, sino el de vender, el crear constantemente nuevos elementos estimulantes del consumo. Tal motivación se expresa, necesariamente, en el patrón de consumo: "la producción no se limita a satisfacer necesidades, sino también a crearlas. A través de los medios de comunicación de masas, el aparato publicitario empresarial cumple en el capitalismo superior su tarea clave de producir constantemente nuevas necesidades, de crear objetivos ideales de consumo que amplíen la demanda global y eviten el trauma de la producción material. De allí que el intenso proceso de sofisticación del consumo que es característico de los países capitalistas avanzados sea un fenómeno inherente a su estructura económica, expresa una insoslayable necesidad para su mantenimiento en tanto que tal estructura sea un requisito de su crecimiento mientras subsista el conjunto de relaciones de producción capitalista-monopolista que le sirven de sistema fundamental.” Armando Córdova, Inversiones extranjeras y Subdesarrollo. Ediciones del 1.l.E.S. de la U.C.V. Caracas. 1971). 2- Para producir esos bienes tuvo que hacer uso de la tecnología que usaban en sus países las empresas que nos vendían las importaciones, lo que determinó la alianza del capital criollo con esas empresas extranjeras que aportaban sus marcas y patentes. Como resultado tenemos, por una parte un proceso de intensa penetración del capital extranjero en nuestra industria que sube de 576 millones de bolívares en 1958 a 4.128 millones en 1971, y. por la otra que nuestro país tiene que pagar altas sumas cada año por el uso de patentes y marcas de fábrica extranjeras. "Por la puesta en práctica en Venezuela de la etapa final de la tecnología estadou-iidense a través de las inversiones directas hemos tenido que incurrir en costos muy elevados. Tales Costos imposibles de ciiantificar en su totalidad por la carencia de información. están representados por los dividendos que perciben tales empresas, por los altos salarios del personal directivo y técnico norteamericano utilizado en el país, por la remisión disimulada de utilidades bajo la forma de sobre-precios de materias primas importadas, etc...” “Tecnologia en cifras” lnforme confidencial, en Revista Swmna, N” 59. Caracas, Octubre, 1973). 3- Nuestra industria ha sido, hasta ahora, pna industria de ensamblaje, es decir, que compra en el extranjero las partes y materias primas de un bien y la maquinaria para armarlo en el país. Un ejemplo típico es la “construcción” de automóviles, industria que depende en alto grado del abastecimiento extranjero, ya que sólo una parte mínima de sus componentes comienzan a producirse en el país, también con tecnología e inversiones extranjeras. 4- Debido al uso de esa tecnología extranjera' concebida para los grandes mercados de los'países capitalistas, con una o dos fábricas se producía mucho más de lo que requería el mercado nacional, lo cual, además de manter ociosa una parte de la capacidad productiva

de las empresas, favoreció la formación de monopolios en los distintos sectores de la producción, lo que es una de las causas del alto costo de la vida del país. Podemos concluir señalando que el crecimiento industrial ocurrido representa una etapa de avance en el desarrollo económico del país; pero debe corregir todavía serias fallas, como son su carácter dependiente y la concentración de sus capitales en un pequeño grupo de capitalistas nacionales y extranjeros para poder avanzar a constituirse en una industria madura, verdaderamente nacional y al servicio de todos los venezolanos. 5- Las industrias básicas. —Párrafo aparte merece el desarrollo de un conjunto de industrias básicas en manos del Estado que representan un considerable avance, y de cuyo desarrollo dependerá esencialmente el futuro del país. Nos referimos esencialmente a las industrias siderúrgicas y petroquímicas, que representan el punto de partida de un auténtico desarrollo industrial nacional basado en la transformación de nuestras materias primas (petróleo, hierro y productos agrícolas), y no en el ensamblaje de partes y productos importados. Estas empresas, unidas a la industria petrolera y del hierro nacionalizadas, constituyen las bases del futuro económico de Venezuela, sin olvidar en ningún momento la necesidad de un cambio radical en la agricultura del país. 6- Características de la nueva estructura económica. A pesar de la gran importancia de los cambios ocurridos, permanecen y se acentúan, aunque cambiando de forma, los rasgos característicos señlados en la estructura económica anterior, es decir, la nonoproducción, la dependencia y la heterogeneidad estructural. La monoproducción: Ya para 1936 la producción venezolana de petróleo constituia más del 50 por ciento del valor de toda la producción agrícola, industrial y minera, porcentaje nunca alcanzado por el cacao ni el café en sus mejores épocas. Para 1972 a pesar del crecimiento agrícola e industrial este porcentaje apenas había bajado a un 47 por Ciento. “La hegemonía del petróleo mantiene una amenaza constante para la seguridad de los venezolanos, creando un clima nada propicio para el progreso y el bienestar colectivo. .La importancia del petróleo depende del precio pagado por consumidores que se encuentran fuera del territorio nacional. La excesiva proporción que ocupa en el conjunto de cuanto producimos obliga a que en gran parte tenga que enviarse a otros países y lo que hace verdaderamente grave nuestro elevado coeficiente de exportación es que el 92,8 por ciento es de petróleo. La mono- producción nacional es tan marcada que se vuelca hacia afuera en los peligrosos niveles señalados.'' La hegemonía del petróleo, determinante de las grandes exportaciones que extreman nuestra dependencia del comercio exterior, crea una situación de peligro, independientern ente de las entidades o empresas que pudieran administrar este recurso nacional. Aun cuando fiiera,t enpresas venezolanas o el propio Estado quienes inanejaran la

industria petrolera, el peligro señalado subsistiría porque se debe a la exagerada signiticación del petróleo en su relación a la economía general del país...”. La Dependencia: El carácter dependiente de la economía venezolana también se acentúa y diversifica. Por una parte, el nuevo sector fundamental de la estructura es ahora propiedad de empresas extranjeras, de cuyas decisiones en materia de precios y yolumen de las exportaciones dependerá desde entonces la vida económica del país. Por la otra, se genera la ya mencionada dependencia tecnológica y, finalmente, la introducción del patrón de consumo extranjero significó una nueva forma de dependencia que transformaría totalmente la vida de los venezolanos, inducidos desde entonces, a través de los medios de comunicación dominados por elgran capital, a sumar cada día nuevas modasy hábitos de consumo, muchos de ellos innecesarios, para dar salida a la inmensa producción del capitalismo mundial. La heterogeneidad estructural: El proceso de descomposición de la vieja estructura atrasada ha sido de tal lentitud que continúa hasta el presente. Todavía tienen vigencia en el campo venezolano relaciones de trabajo basadas en el rentismo parasitario de los terratenientes. Como se ha visto, la Reforma Agraria , lejos de resolver el problema ha creado una importante capa de campesinos pobres de muy baja productividad. Mientras tanto, se desarrolla en las ciudades y en el campo un capitalismo dependiente que coexiste en algunas regiones con el atraso característico de la estructura anterior. En otras palabras, el capitalismo crece sin ser capaz de absorber a toda la población trabajadora, lo que crea el llamado fenómeno de la marginalidad, es decir. el hecho que una parte de la población queda al margen del crecimiento económico capitalista tanto en el campo como en las ciudades. lo que da lugar en estas últimas al desarrollo de barriadas llenas de ranchos miserables donde se incuban las más diversas formas de desadaptación social. En síntesis, continuamos siendo un país monoproductor y dependiente. con una estructura heterogénea en la que la miseria extrema de sectores importantes de las masas populares se hace cada vez más notoria y humillante frente al enriquecimiento acelerado de la minoría que recoge los frutos del crecimiento capitalista dependiente. 7- Caracterización del tipo de desarrollo económico. Así como el tipo de crecimiento característico de la economía agropecuaria era el que convenía al desarrollo del capitalismo en los países avanzados de la época, el del período petrolero es el que correspondía a los intereses de los grandes consorcios monopolistas del período imperialista. Hasta 1936 seguíamos siendo un país productor de materias primas para nutrir el

crecimiento de la economía capitalista mundial. por lo cual recibíamos un pago en sueldo y salarios a los trabajadores y en impuestos y regalías al gobierno que servía para fortalecer nuestra condición de compradores de la producción industrial de aquellos países. En otras palabras: la forma de crecimiento consistía en cambiar cantidades crecientes de petróleo por mercancías industriales, lo que, lejos de aumentar la capacidad productiva del país, la empobrecía porque el petróleo es un bien agotable cuyas reservas disminuyen con cada barril extraído, y beneficiaba a los países extranjeros que lo explotaban a muy bajo costo y nos vendían ai-tículos industriales a precios cada vez más altos. Para consolidar este sistema de relaciones de explotación del país, Estados Unidos impuso a Venezuela la firma del Tratado de Reciprocidad Comercial por medio del cual dicho país se comprometía a dar fricilidades de venta al petróleo venezolano a cambio de que mantuviéramos bajos los derechos de aduana (aranceles) que pagaban en nuestro país las mercancías norteamericanas que importábamos. De esa manera impedían que se desarrollara una industria nacional, pues las empresas venezolanas requerían protección arancelaria para poder competir con la producción industrial extranjera. El desarrollo industrial, que podría haber cambiado el tipo de crecimiento económico fue rápidamente penetrado por el capital extranjero, de tal manera que si antes comprábamos los bienes industriales terminados, ahora seguimos comprando, y en mayor cuantía, las materias primas y partes semielaboradas al extranjero, con lo cual seguimos siendo un país exportador de materias primas e importador de la producción de dichos países. Otro aspecto que vale la pena destacar dentro del tipo de crecimiento ocurrido es la desigual distribución de los frutos del crecimiento. Una pequeña minoría de capitalistas monopoliza la riqueza que se concentra cada vez más en un reducido número de venezolanos. Baste señalar en tal sentido que según el censo de población de 1950 existía en el país para ese año 64.698 patronos y que esta cifra se reduce en el censo de 1971 a 13.002. Mientras tanto se condena a una miseria vergonzosa a la gran mayoría de los venezolanos. Cifras de las Naciones Unidas demuestran que Venezuela, Brasil y El Salvador son los países de América Latina con mayores desigualdades en la distribución del ingreso, es decir, en donde es más ancho el abismo entre ricos y pobres.