Trabajo Sobre Paulo Freire

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Trabajo sobre Paulo Freire Pedagogía de la autonomía Datos del autor Nació en Recife, Brasil, en 1921. En 1947, fue director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social de la Industria. Estudió letras y se doctoró en 1959 en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis ‘Educación y actualidad brasileña’, en la que se sientan las bases de su método, según el cual todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo. En los años 50, perteneció al primer Consejo Estatal de Educación de Pernambuco. En 1961, fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. En 1963 puso en práctica su primera experiencia educativa de grupo, dentro de la Campaña Nacional de Alfabetización, consiguiendo la alfabetización de 300 trabajadores rurales en mes y medio. Como consecuencia del golpe militar de 1964, debió abandonar su actividad, calificada de ‘subversiva’, y buscó refugio en Chile, donde participó en diversos planes del gobierno democristiano de Eduardo Frei, como el programa de educación de adultos del Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). En Chile escribe Pedagogía del oprimido, cuyo contenido desagrada al gobierno de Santiago. Profesor de la Universidad de Harvard, colaboró con los grupos dedicados a la reforma educativa en los ámbitos rurales y urbanos. En 1970 se trasladó a Ginebra (Suiza), donde trabajó en los programas de educación del Consejo Mundial de las Iglesias. Después de dieciséis años de exilio, en 1980 retornó a Brasil, impartiendo docencia en la Universidade Estadual de Campinas y en la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, ciudad esta última de la que fue Secretário de Educação. En 1986, recibió el premio internacional ‘Paz y Educación’ de la UNESCO. Fue investido doctor ‘honoris causa’ por una veintena de universidades de todo el mundo. Murió en 1997.

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Pedagogía de la autonomía Es un libro dedicado a la cuestión de la formación docente junto a la reflexión sobre la práctica educativa progresista a favor de la autonomía del ser de los educandos. Analiza los saberes fundamentales para la práctica docente. No hay docencia sin discencia 1. Enseñar exige rigor metódico: Implica reforzar en la práctica docente, la capacidad crítica del educando, su curiosidad, su insumisión. Se trabaja con los educandos el rigor metódico con el que se deben aproximar a los objetos de conocimiento.

2. Enseñar exige investigación: No hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza. Pensar acertadamente, en términos críticos, es una exigencia que los momentos del ciclo gnoseológico le van planteando a la curiosidad que, al volverse cada vez más metódicamente rigurosa, transita de la ingenuidad hacia lo que vengo llamando “curiosidad epistemológica”. 3. Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos. Se deben valorar los conocimientos y experiencias sociales de cada alumno, y no apartarla de los contenidos curriculares, sino hacer que este se enriquezca. 4. Enseñar exige crítica La curiosidad como inquietud indagadora, como inclinación al desvelamiento de algo, como pregunta verbalizada o no, forma parte integrante del fenómeno vital. No habría creatividad sin la curiosidad que nos mueve y que nos pone pacientemente impacientes ante el mundo que no hicimos, al que acrecentamos con algo que hacemos. Una de las tareas principales de la práctica educativa progresista es exactamente el desarrollo de la curiosidad crítica. Curiosidad con la que podemos defendernos de “irracionalismos” resultantes de, o producidos por, cierto exceso de “racionalidad” de nuestro tiempo altamente tecnificado.

5. Enseñar exige estética y ética Educar es formar. La práctica educativa tiene que ser en sí, un testimonio de decencia y pureza.

6. Enseñar exige la corporificación de las palabras en el ejemplo

3 No se debe seguir la regla farsaica del “hagan lo que yo digo, no lo que yo hago”. Pensar acertadamente es hacer acertadamente. 7. Enseñar exige riesgo, asunción de lo nuevo y rechazo de cualquier forma de discriminación. La aceptación del riesgo, la asunción de lo nuevo que no puede ser negado o recibido sólo porque es nuevo, forman parte del pensar acertadamente. También lo es el rechazo a todo tipo de discriminación, y prejuicios. 8. Enseñar exige reflexión crítica sobre la práctica El pensar acertadamente sabe, por ejemplo, que no es a partir de él, como un dato dado, como se conforma la práctica docente crítica, sino que sabe también que sin él ésta no se funda. La práctica docente crítica, implícita en el pensar acertadamente, encierra el movimiento dinámico, dialéctico, entre el hacer y el pensar sobre el hacer. La educación que no reconoce un papel altamente formador en la rabia justa, en la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad, contra el desamor, contra la explotación la violencia, está equivocada.

9. Enseñar exige el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural. Una de las tareas más importantes de la práctica educativo-crítica es propiciar las condiciones para que los educandos en sus relaciones entre sí, y de todos con el profesor o profesora, puedan ensayar la experiencia profunda de asumirse. Asumirse como ser social e histórico, como ser pensante, comunicante, transformador, creador, realizador de sueños, capaz de sentir rabia porque es capaz de amar. Enseñar no es transferir conocimiento 1. Enseñar exige conciencia del inacabamiento. El inacabamiento del ser, o su inconclusión, es propio de la experiencia vital. Donde hay vida, hay inacabamiento. El hombre busca constantemente la mejora personal y de su ámbito, el soporte en el que vive (su espacio, el mundo). 2. Enseñar exige el reconocimiento de ser condicionado. Existe diferencia entre ser condicionado y determinado. El ser condicionado puede superar su inacabamiento. Lo logra sumergido en el mundo, inmerso en la influencia de fuerzas sociales, históricas, políticas. 3. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando El respeto a la autonomía y a la dignidad de cada uno es imperativo ético.

4 4. Enseñar exige buen juicio Cada profesor debe hacer una reflexión crítica y analítica sobre su práctica, buscando mejorarla constantemente. 5. Enseñar exige humildad, tolerancia y lucha en defensa de los derechos de los educadores. La lucha por los derechos de los educadores no es una actividad externa a la practica docente, sino una actividad intrínseca, que se desarrolla junto con la práctica. 6. Enseñar exige la aprehensión de la realidad Toda práctica educativa demanda la existencia de sujetos, uno que al enseñar aprende, otro que al aprender enseña, de ahí se extrae la existencia de objetos, contenidos para ser enseñados y aprendidos. Incluye el uso de métodos, de técnicas, de materiales; implica, a causa de su carácter directivo, objetivos, sueños, utopías, ideales. No es una actividad neutral, sino policista (política), ya que defiende una posición. 7. Enseñar exige alegría y esperanza La alegría es necesaria para vencer la desesperanza que inmoviliza, al alumno y al educador. La historia no es algo determinado, sino que hay historia donde hay un tiempo problematizado y no pre dado. Una persona progresista, que lucha por la justicia, y no le teme a la novedad, no es una persona sin esperanza. 8. Enseñar exige la convicción de que el cambio es posible. El mundo no es. El mundo está siendo. Cambiar es difícil pero es posible. Este saber empuja a la acción, a la no dejadez, a saber que se puede mejorar. A no resignarse a que todo está determinado. Y este saber es necesario transmitirlo a los alumnos, para pasar de un pensamiento rebelde a uno revolucionario de cambio. 9. Enseñar exige curiosidad Estimular la pregunta. Se debe buscar la curiosidad epistemológica, apreciarla como generadora de movimiento, de pensamiento, de diálogo entre educador y alumnos.

Enseñar es una especificidad humana 1. Enseñar exige seguridad, competencia profesional y generosidad. El profesor que no lleve en serio su formación, que no estudie, que no se esfuerce por estar a la altura de su tarea, no tiene fuerza moral para coordinar las actividades de su clase. En el fondo, lo esencial de las relaciones entre educador y educando, entre autoridad y libertades, entre padres, madres, hijos e hijas, es la reinvención del ser

5 humano en el aprendizaje de su autonomía. Es otro saber indispensable para la práctica docente. 2. Enseñar exige compromiso La practica docente es una actividad comprometida, en cuanto se está al frente de una clase, estimulando pensamientos, preguntas; expuesto a su valoración, mostrando la forma de ser propia de cada uno. 3. Enseñar exige comprender que la educación es una forma de intervención en el mundo. La educación dialéctica, es una intervención en el mundo, ya que reproduce la ideología dominante o la desenmascara. Al tener la capacidad de pensar y evaluar, elegir, nos hacemos seres éticos, y tenemos la posibilidad de transgredir la ética, de pensar distinto. 4. Enseñar exige libertad y autoridad La autonomía, en cuanto maduración del ser para sí, es proceso, es llegar a ser. Es en este sentido en el que una pedagogía de la autonomía tiene que estar centrada en experiencias estimuladoras de la decisión y de la responsabilidad, valga decir, en experiencias respetuosas de la libertad. 5. Enseñar exige una toma consciente de decisiones. La educación es un acto de intervención en el mundo. Procura cambios radicales en lo social, lo económico, lo político, lo jurídico. Tiene una direccionalidad, que es la politicidad, hacia donde apunta, hacia ideales. 6 Enseñar exige saber escuchar. Se busca luchar a favor de la comprensión y de la práctica de la evaluación en cuanto instrumento de apreciación del quehacer de sujetos críticos al servicio, por eso mismo, de la liberación y no de la domesticación.

7. Enseñar exige reconocer que la educación es ideológica La educación tiene una ideología. El profesor es consciente de las ideologías dominantes en el mundo, y trata de desenmascarar, y ver las cosas críticamente, sin nieblas de ningún tipo, conociéndose y resistiendo al poder de la ideología, creando pensamiento propio en sí mismo y sus alumnos. 8. Enseñar exige disponibilidad para el diálogo El entorno social, el ámbito cultural y material, influyen en las personas del proceso educativo. Hay que lograr conocer la realidad social de los alumnos, o al menos, no estar tan distante, ignorante. Al hacer esto, logro comprender las injusticias, y se lucha, es parte de la lucha, para lograr justicia, equidad.

6 9. Educar exige querer bien a los educandos. “Mi apertura al querer bien significa mi disponibilidad a la alegría de vivir. No hay que pensar que la práctica educativa vivida con afectividad y alegría, prescinda de la formación científica seria y de la claridad política de los educadores o educadoras. La práctica educativa es todo eso: afectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio o, lamentablemente, de la permanencia del hoy. El educador progresista necesita estar convencido de que una de sus consecuencias es hacer de su trabajo una especificidad humana.”

Juan María Ponce 35.548.386