Trabajo Practico Sobre La Ley 1420

1) Orígenes del Sistema Educativo y la creación de las Escuelas Normales Los sistemas educativos actuales tuvieron como

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1) Orígenes del Sistema Educativo y la creación de las Escuelas Normales Los sistemas educativos actuales tuvieron como piedra fundamental a la “instrucción pública”, necesaria para el nuevo orden construido, principalmente, sobre dos movimientos revolucionarios: la revolución industrial y la revolución política. Estos movimientos transformaron profundamente las relaciones sociales, políticas, y económicas, entre 1750 y 1830. También, desde lo simbólico y político, los orígenes del sistema educativo están estrechamente vinculados a los ideales republicanos, que expresaban la necesidad de contar con instituciones que aseguraran tal instrucción. Incluso el avance del capitalismo y la reestructuración económica social que trajo aparejado, influyeron en la construcción del sistema educativo. Esto generó un alto grado de especialización y división del trabajo, haciendo que se necesitara sistematizar y asegurar la transmisión de saberes acumulados para cada una de las especialidades, y a la vez organizar complejos sistemas de cooperación para que todos los esfuerzos confluyan en la producción de un mismo bien (FRIGERIO, 1992: 19). Los orígenes del magisterio en Argentina, según Davini, estuvieron ligados al proceso de conformación del sistema educativo y de construcción del proyecto de nación de la generación del ’80. Este origen se gestó por decisión y amparo del Estado, conducido por las elites agrarias y urbanas en función de la integración económica del país al capitalismo, a través de la exportación agraria (DAVINI, 1998: 27) La segregación de Buenos Aires y el enfrentamiento entre provincianos y porteños hizo necesario estimular los valores y sentimientos nacionales por medio del sistema educativo, sumada a la necesidad de integrar a la masa de inmigrantes que llegaban al país (SOLIS-FERRO, 1996: 3). Para Márquez y Sobrino (WEINBERG, 1994: 173), el rasgo distintivo de la ideología oligárquicoliberal era la “europeización”, significando el desarrollo “nacional” el logro de las pautas de consumo y de educación de los países desarrollados de Europa y Estados Unidos. El proyecto educativo liberal se centró en la formación del “ciudadano”, con misión de neto corte civilizatorio y de homogeneización ideológica para afianzar la construcción de la nueva nación. Tedesco sostiene que la educación argentina tuvo, en sus orígenes, una función política y no una función económica (WEINBERG, 1994: 200). Por eso el sistema escolar y su magisterio cumplieron, para el Estado que los creó, el papel de conformación de la sociedad civil, socializando no solo a la “barbarie” autóctona sino también a los trabajadores inmigrantes, afirma en su trabajo Davini (1998: 27). El sistema educativo educaba al Soberano con la intención de formarlo integralmente para el ejercicio del gobierno y de la democracia según la Constitución Nacional (SOLIS-FERRO, 1996: 4). Pero la función específica, o mandato fundacional, de las Escuelas Normales, era formar mano de obra para el trabajo docente; a diferencia de los Colegios Nacionales, creados en 1863, que perseguían la formación de dirigentes políticos que ingresarían a la universidad; de hecho el Dr. Enrique Romero Brest estudió en el Colegio Nacional de Corrientes.

La Educación Normal en Argentina reconoce su acto inicial en el proyecto que el entonces Presidente, Domingo Faustino Sarmiento presentara ante el Congreso Nacional, solicitando "la sanción de una Ley que autorizara la creación de dos Escuelas Normales", Ley que fuera sancionada con el Nª 345 , en octubre de 1869. Consecuentemente, y en virtud del Decreto del 13 de junio de 1870 firmado por Sarmiento y su Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Dr. Nicolás Avellaneda, se creaba la Escuela Normal de Paraná, en respuesta a la necesidad de llevar adelante un primer plan nacional de formación de Maestros. La Educación Normal describió un ciclo a lo largo del cual fue elaborando una mística y una cultura propias que penetró profundamente en la formación y acción docente de miles de hombres y mujeres que adelantaron fronteras a lo largo y a lo ancho de la inmensa geografía, alfabetizando y recreando un credo pedagógico que tuvo por muchos años un centro irradiador de excelencia: la Escuela Normal de Paraná, que iniciara sus actividades un 16 de agosto de 1871. La Escuela Normal de Paraná, fundada en 1871, fue el punto de penetración del positivismo, dando origen al normalismo, orientación pedagógica y cultural, que se nutrió de un positivismo ecléctico con elementos comtianos, spencerianos, de la incipiente psicología experimental y de los principios antropológicos de Darwin. El Normalismo ocupó un lugar de privilegio en la formación del magisterio. El norteamericano George A. Stearns, primer director de la Escuela Normal de Paraná, hizo sensible la influencia spenceriana que se exteriorizó en su objetivo de equilibrar lo físico, lo intelectual y lo moral. Entre 1871 y 1888 se cumplió la obra de fundación de 34 Escuelas Normales en capitales provinciales y ciudades de importancia regional. Luego se agregaron 21 escuelas más entre 1894 y 1910 (DAVINI, 1998), el destacado periodista fundador de El Diario, y entonces diputado nacional, Manuel Láinez, presentó un proyecto de ley, que fue sancionado el 19 de octubre de 1905, con el número 4.874. Por esta ley se autorizaba al Consejo Nacional de Educación a establecer directamente, en las provincias que lo solicitaran, escuelas elementales, infantiles, mixtas y rurales, en las que debía darse el mínimo de enseñanza determinada por la ley 1.420. En el decreto reglamentario, del 14 de febrero de 1906, se dispuso que, sin perjuicio de las inspecciones directas que creyera conveniente ordenar el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública para la vigilancia de las escuelas y de la edificación escolar, el Consejo Nacional de Educación podría nombrar encargados o comisiones inspectoras gratuitas, las cuales recibirían las instrucciones del caso directamente o por intermedio de los inspectores nacionales respectivos. El Normalismo, impregnado por la concepción filosófica positivista e impulsada por los ideales liberales y civilizadores de Sarmiento, fijó la orientación pedagógica de la escuela argentina. En 1882 se realizó en Buenos Aires el 1º Congreso Pedagógico Sudamericano donde se postularon, por ejemplo, los siguientes principios: Promover la enseñanza elemental, Suprimir castigos corporales y Establecer la escuela mixta De acuerdo a estos principios se promulgó la Ley de Educación Común Nº 1420, de 1884. Se consolida con esta ley el modelo liberal. Esta ley sirvió de base para la organización de nuestra escuela primaria. La Ley de Educación Común, que durante más de 100 años rigiera los destinos de nuestra escuela, constituyó una legislación educacional completa, orgánica y progresista

Con la generación del `80 surgen las grandes figuras de la pedagogía argentina, que a fines del siglo se orientaron hacia el movimiento cientificista en el campo de la educación. A estos hombres se debe, además del positivo adelanto de nuestros establecimientos de enseñanza, la creación de importantes instituciones educativas: la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires (1896), la Universidad de La Plata (1897), el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, de Buenos Aires (1904) y El Instituto Nacional Superior de Educación Física (1906). La acción de los hombres de este período hizo posible la iniciación y el desarrollo de los estudios comerciales e industriales. 2) Todos sabemos que Sarmiento trajo maestras norteamericanas para llevar adelante la apertura de escuelas normales como parte fundamental de su proyecto educativo. Sarmiento buscaba la profesionalización de la enseñanza y con ello la consiguiente mejora en la educación. En 1845 Domingo Faustino Sarmiento, exiliado en Chile, viajó –enviado por el gobierno chileno- a Europa y Estados Unidos para indagar sobre los últimos métodos de enseñanza. Quedó impresionado por la calidad educativa de algunos países europeos, pero fue en Estados Unidos donde encontró lo que buscaba: un sistema que, con fuerte hincapié en la formación de docentes, permitía pensar en la posibilidad de educar a toda la población. En Estados Unidos Sarmiento se encontró con el educador Horacio Mann, quien más tarde sería reconocido como el “padre de la educación norteamericana”, y su esposa Mary, con quienes rápidamente compartió ideales y objetivos. Fue con ellos con quienes maduró, ya en 1865, la idea de traer a la Argentina algunas maestras norteamericanas. Sarmiento era entonces Ministro Plenipotenciario de Argentina en ese país. El proyecto llevó tiempo y fue solo a partir de 1868, ya con Sarmiento como Presidente Argentino, cuando la idea comenzó a concretarse. 3) Entre los años 1869 y 1898 llegaron a este país sesenta y cinco docentes. El gobierno argentino les ofrecía un contrato por tres años, que comenzaba a correr en el momento en que se embarcaban hacia este país. Una vez aquí tenían tres meses para aprender el idioma y ambientarse, lo cual se hacía en Paraná, lugar donde se había creado la primera Escuela Normal argentina. Después de esa preparación, eran destinadas a distintos puntos del país. Las expectativas con las que vinieron las docentes: algunas aceptaron el ofrecimiento inducidas por un espíritu de aventura o por el deseo de cambiar de escenario y de ambiente, otras se sintieron atraídas por la perspectiva de llevar a cabo un trabajo mejor en tierras menos cultivadas donde los resultados podían ser conocidos más rápidamente, mientras que otras lo hicieron animadas por un elevado ideal de ampliar horizontes, en un impulso por ayudar a aquellos menos favorecidos en adelantos educativos. Una de las primeras dificultades que los docentes extranjeros tuvieron que afrontar fue la de aprender un idioma que les resultaba sumamente difícil, vivir en casas con pisos de ladrillos en el mejor de los casos, sin vidrios en las ventanas y en ciudades cuyas condiciones de higiene no eran las mejores, fueron problemas menores al lado de otro: la intolerancia religiosa. Con excepción de cinco maestras, el resto era protestante y en algunas ciudades como Catamarca y Córdoba tuvieron que lidiar contra los prejuicios de familias que no querían mandar a sus hijos a educarse con herejes, actitud que en muchos casos estaba avalada por obispos y sacerdotes.

4) Las maestras norteamericanas tienen una función civilizadora, de instrucción a personas analfabetas con el fin de formar ciudadanos en un Estado en conformación. Los docentes que existían entonces no eran diplomados, si no que simplemente ejercían a falta de docentes recibidos, así entonces las maestras norteamericanas también tenían la función de formar a formadores, a futuros docentes. “En el pensamiento Sarmiento la construcción del Estado democrático fuertemente federalista sería posible a través de la descentralización, brindando el acceso a la tierra a la población a partir de las pequeñas comunidades agrarias, arrogándose para sí el papel de educador para la formación de una ciudadanía que permitiría superar las identidades rivales especialmente las étnicas, proceso necesario en la conformación de una Argentina democrática. Desde su concepción la escuela estaba llamada a ser una agente de cambio social, en proyecto que convocó a millones de inmigrantes. Un ideal generoso en educación, al pensarla para todos. Por lo tanto la formación de maestros era un elemento vital en el proceso de unificación y modernización que había encarado el país. Las escuelas normales como formadoras de docentes idóneos proyectaron su influencia más allá de las aulas, a un contexto que abarcaba a toda la sociedad. Así la escuela durante décadas acompañó el crecimiento del país como un poderoso agente de movilidad social y de consolidación del estado nacional.” Cita Libro 65 Valientes. 5) Las docentes veían a la educación como el camino al desarrollo de un país, la educación abre las puertas a otros horizontes, donde el que posee instrucción puede discernir ante nuevas oportunidades que se le presente, una persona sin educación no podría avanzar desde el lugar en que se encuentra, la ignorancia lleva a sentir temor ante situaciones de incertidumbre. Las docentes sentían pasión por su labor, dedicación, sacrificio, entusiasmo ante situaciones nuevas, desafío ante lo nuevo, y perseverancia para enfrentar a las fuerzas opositoras de sus ideales. 6) Reseña sobre la vida de las maestras: CHAMBERLAIN Sara Nacida el 8 de abril de 1840 en Lewisburg, Pensilvania, Estados Unidos, en el seno de una familia distinguida de la sociedad estadounidense. Recibió una esmerada educación en la Escuela de Señoritas anexa a la Universidad de Bucknell donde se graduó en 1858. Charles Friederick Eccleston con quien se casó el 24 de octubre de 1866 teniendo dos hijos, John (1868) y Emily Eccleston (1869) muere en 1875 y pese a la insistencia de sus padres para que permaneciera con ellos, Sara Chamberlain ingresó en la Escuela Normal de Ruth Burritts en Filadelfia, especializándose en el nuevo campo de la enseñanza de la época, el kindergarden, graduándose en 1877 con excelentes notas. Ese mismo año conoció a Domingo Faustino Sarmiento, a través de la amistad de éste con las hermanas Elizabeth Peabody, reconocida en Estados Unidos por la difusión de las ideas de Friedrich Fröbel en su país y por la fundación del primer jardín de infantes en Norteamérica, y Mary Peabody. Mary Peabody, esposa de Horace Mann y también destacada educadora norteamericana, había sido quien transmitiría a Sarmiento la idea de implementar el kindergarden «como sustento de la educación primaria».

En 1883 el Ministro de Instrucción Pública del presidente Julio Argentino Roca, Eduardo Wilde, le encargó a la regente de la Escuela Normal de Profesores de Paraná Franc Allyn, quien regresaba a su patria, el envío de profesoras especializadas para impulsar la educación pública en su país. Animada por las hermanas Peabody, Sara Chamberlain de Eccleston decidió partir con su hija Emily a Londres y de allí a la Argentina, arribando a la ciudad de Buenos Aires el 24 de agosto de 1883. Desde ese lugar realizó una notable labor actualizando los programas de estudio y creando la carrera de maestra jardinera, que hasta ese entonces no existía en nuestro país. También logró difundir el trabajo manual en las escuelas primarias para que los chicos desarrollen habilidades prácticas. Falleció en su villa del barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires el 10 de octubre de 1916 y fue inhumada en el Cementerio Británico de Buenos Aires. ARMSTRONG, Frances Gertrude Nacida en 1862, en Erie Country, Nueva York (EUA) falleció en Buenos Aires el 6 de mayo de 1928. Cursó estudios secundarios en Buffalo, obteniendo su diploma en 1875, graduándose como maestra normal en Gina en 1878. Llegó al país en 1879 durante seis años enseñó música y gimnasia en la escuela normal de Catamarca Destinada a la escuela normal de Córdoba, Frances no pudo realizar su obra debido a la oposición eclesiástica, que se negaba a aceptar a los protestantes al frente de la educación. En 1888 el gobierno les dio a elegir entre cinco posibles lugares para abrir otra escuela, trasladándose entonces a la ciudad de San Nicolás. HOWARD Jennie Nacida en Coldbrook, cerca de Boston Massachusetts, Estados Unidos el 25 de julio de 1844, hija de distinguida familia, curso hasta 9no año en la escuela graduada de Worcester y luego realizo estudios en lo superior, para ingresar a la escuela normal de profesores de Lexington, la primera de América, fundada en 1839 por Horacio Mann. Fue elegida por Clara Armstrong para integrar el grupo de maestras norteamericanas que se lanza a la aventura Argentina, en 1883 primeramente para organizar y dirigir la escuela normal de niños de Corrientes. A su pedido fue trasladada en 1888 a la Cuidad “San Nicolás de los Arroyos”. Juana Eliza Howard muere el 29 de julio de 1933 y su cuerpo descansa en el cementerio británico de Chacarita. 7) Las docentes forjaron las bases del sistema educativo argentino Introdujeron cuestiones antes inexistentes en las escuelas de este país: el desarrollo artístico, el sentido de la responsabilidad, la puntualidad, la asistencia a pesar de las inclemencias del tiempo, el aseo personal y el orden, el trabajo manual, la gimnasia, cuadernos de trabajos, deberes escritos, bibliotecas escolares, exposiciones de historia natural y excursiones educativas. Suprimieron los exámenes públicos, a la vez que desalentaron el aprendizaje de memoria. También contribuyeron a jerarquizar el rol del docente y permitieron que muchas mujeres argentinas tuvieran una profesión. Lo que fue para el Estado un arma de doble filo haber traído a las docentes norteamericanas e implementar una educación universal ya que esto hizo que la sociedad se despertara por los conocimientos que iba adquiriendo. 8) Lo que afirma Tedesco es que la universalización de la enseñanza ligada a la necesidad de construir la identidad nacional garantiza la cohesión social, pues es así como un grupo de individuos llega a convertirse en una colectividad, a un todo mayor a la suma de las partes, viviendo en un orden que le reportara beneficios evolutivos pero también sacrificios individuales. La instrucción universal sirve para implementarlo construyendo la imagen colectiva “lo que somos y hacia dónde vamos”, la cohesión social que pretende lograr el Estado a través de la educación, es la reproducción de una ideología dominante.

Cada modelo político nuevo que asume en el gobierno, implementa en la educación su corriente cambiando por completo la propuesta anterior, en la actualidad podemos notar que cada modelo político fija una nueva tendencia borrando aquellos avances o no teniéndoselos en cuenta, confundiendo a la sociedad y alterando la imagen colectiva. 9) Hoy los docentes tienen que responder a múltiples demandas: enseñar bien a los alumnos, cuidarlos, contenerlos, alimentarlos, acompañar a las familias, organizar a la comunidad, detectar abusos, ampliar la participación social, entre otras funciones que hacen pensar en el nuevo rol de los maestros y en la redefinición de la escuela como institución. Distintos expertos consultados, consideran que la función específica del maestro es transmitir una cultura, pero que, al mismo tiempo, no se pueden desconocer las nuevas demandas, para lo cual es necesario que los docentes cuenten con la colaboración de otros actores pedagógicos, también es importante mejorar la formación inicial y continua de los maestros para adecuar la enseñanza a las necesidades y el perfil de cada generación de niños y jóvenes. DESAFÍOS "Hoy los docentes tienen nuevos desafíos y la escuela es un lugar de enseñanza más integral. Apareció, por ejemplo, el fenómeno de la responsabilidad legal y cambió la relación docentealumno. A la escuela se le han pedido muchas cosas en este tiempo, que las familias no pueden responder: comedor, asistencialismo y disciplina", dijo la doctora Inés Dussel, coordinadora del área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Hoy no puede haber sólo maestros, sino que hay que ampliar el concepto de trabajadores de la educación. “Se requieren especialistas como psicopedagogos, mediadores culturales, dietólogos", consideró el investigador Emilio Tenti Fanfani, consultor del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE), de la Unesco. Y destacó: "El maestro solo no puede porque está haciendo cosas nuevas que lo distraen de su función específica, que es la de garantizar el aprendizaje de los niños". Nadie cuestiona las nuevas demandas, sino la falta de respuestas para que los docentes puedan enseñar en condiciones adecuadas para ellos y para los alumnos. Se le piden muchas cosas a los docentes porque la sociedad lo necesita y también porque ésta no puede dar respuesta, y la escuela no puede ser indiferente a nada de lo humano. Pero el Estado debe plantear las condiciones adecuadas y también en cada escuela debe haber responsabilidad por el perfeccionamiento de cada docente. El desafío de la profesionalización es lento, pero muy importante. La función docente está en crisis porque los maestros no tienen una comunidad de práctica, ni una buena formación, ni las herramientas que necesitan. 10) El docente debe mostrar entusiasmo y entrega en su trabajo diario, si tiene vocación su profesión le entusiasmará, ya que este mismo es algo que tiene que transmitir a sus alumnos. La paciencia no será algo que tenga que forzar artificialmente porque estará cumpliendo con una función que lo colma. La humildad puede ser positiva para mantener el respeto y autoridad ya que aumentará la confianza de los alumnos en él, como referente en el aula. Demostrará que es humano y puede equivocarse. Para facilitar la comunicación deberá manejar una adecuada fluidez verbal. En su tarea diaria contará con capacidad de decisión para implementar aquellas ideas creativas para sus propuestas educativas. Para esto deberá

investigar y ampliar sus conocimientos y tener una capacitación continua además de su formación.