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ESCUELA SUPERIOR DE MUSEOLOGIA CARRERA DE CONSERVADOR DE MUSEOS PANORAMA DE LA HISTORIA ARGENTINA I TRABAJO PRÁCTICO N°

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ESCUELA SUPERIOR DE MUSEOLOGIA CARRERA DE CONSERVADOR DE MUSEOS PANORAMA DE LA HISTORIA ARGENTINA I TRABAJO PRÁCTICO N° 3 AÑO 2013

Docentes: Alex Ratto Liliana Díaz Alumna: Alejandra Rotondi

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Gauchos rebeldes. El criollismo en la formación de la Argentina Moderna

Centraremos nuestro trabajo en el análisis de la Fuente “Martín Fierro” de José Hernández; focalizándonos en la/s mencione/s que podemos hallar sobre la mujer. Para esto nos planteamos preguntas y éstas son: ¿De qué manera y en qué lugar se menciona y representa a las mujeres en los versos el autor del Martín Fierro? ¿Cuál es el estereotipo de mujer que se plantea en sus versos el Martín Fierro? Tomamos para aproximarnos y contextualizar la época, el texto de Alejandro Cattaruza y Alejandro Eujenian1 que analizan del ícono del gaucho y la argentinidad que representa, “…la convicción acerca de la existencia de una relación evidente entre la figura del gaucho, la nacionalidad y la historia del país (…)”.2 Lo describen en su libro, como la “construcción de una certeza’’ y durante mucho tiempo (aún en la actualidad) el gaucho constituyó una figura que representaba el “ser argentino” y colaboró con la elaboración del sentimiento de ‘argentinidad’. En el texto mencionado, se describe la figura del gaucho, como “siempre a caballo recorriendo una tierra”3 hace referencia a la inmensidad del territorio (“sin límites”) y casi esta misma característica se le podría adjudicar al gaucho, ya que mencionan que no tiene necesidad de estabilidad ni de trabajo continuo. Y cómo no vive según ninguna regla, puede, según su necesidad, apropiarse de algún animal (vaca por ejemplo) para saciar su hambre o cualquier otra necesidad. Hacen también referencia a que es “valiente, libre, solitario, soñador”4 y que puede huir, justamente, por esa misma forma de vida sin ataduras, ni límites, cuando la justicia lo acose. El gaucho, es presentado casi como un personaje romántico, libre, audaz, y sin compromisos, ni con la ley ni con la sociedad, ni con su propia familia. El libro de Martin Fierro, fue publicado en 1870, y fue objeto de críticas en un principio, por parte de las élites, pero tuvo éxito y aceptación entre las clases populares. Los capítulos se denominan Cantos y cada uno está formado por varias sextinas. Son trece cantos y han sido reiteradamente editados.

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CATTARUZA, Alejandro & EUJENIAN, Alejandro, “Héroes patricios y gauchos rebeldes. Tradiciones en Ibíd., p 217 3 Ibíd., p 217 4 Ibíd., p 217 2

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Más adelante mencionan también, Cattaruza y Eujenian, que en 1941, se elogia al gaucho por su valor y fuerza, a la vez que se identifica con la nacionalidad argentina. La gráfica también se ha ocupado y se sigue ocupando de Martin Fierro, y se toma un recurso popular como la historieta, para representar al gaucho y evocarlo en sus andanzas. El Estado también toma la figura del gaucho, y en

celebraciones, es rescatada como un

personaje simbólico de la nacionalidad. Esta revalorización del gaucho, es asociada con la identidad social y nacional; pero también esta mención trae disputas y cuestionamientos. Eujenian menciona el término “paradigma” refiriendo al Martin Fierro, no sólo como género literario, sino también como figura emblemática de la historia de la literatura argentina. Retomando nuestro objetivo planteado acerca de la mención a la/s mujer/es, a priori, observamos la ausencia casi de personajes femeninos, y de haber mención a ellos, no son identificadas, no tienen nombre, son, definitivamente, anónimas. Sólo se las nombra en relación al rol que cumplen referido al hombre. No se expresan, no ‘hablan’, no son consideradas, ni son protagonistas de la historia dentro del relato del Martin Fierro. Las referencias al amor, e indirectamente a la mujer, son escasas, breves, y siempre describen a una mujercita tierna, comprensiva, abnegada, con necesidad de ser rescatada e inhabilitada para bastarse por sí misma. Cuando se refiere a su mujer, no es descripta ni se le menciona su nombre, y siempre valoriza su ternura y su fragilidad en el abandono. El gaucho la quiere, pero cuando lo deja, no llora por ella. Reconoce que viene él mismo de una mujer: “…dende el vientre de mi madre, vine a este mundo a cantar...”5, pero no hace más que menciones al pasar, sintéticas, siempre con relación a sí mismo y al rol que deben tener ellas en la pareja. Se refiere al amor: “…yo no tengo en el amor quien me venga con querellas como las aves tan bellas que saltan de rama en rama, yo hago en el trébol mi cama y me cubren las estrellas.”6. Resalta que es libre, no tiene ataduras, ni límites y no se condiciona ni compromete y no permite reclamos por esta situación. Dice que: “padre y marido ha sido, empeñoso y diligente.”7 pero que a pesar de eso la sociedad lo tiene por un “bandido”. Enaltece, de alguna manera, la figura femenina pero la mención a ellas es indirecta. Siempre es desde sí mismo y en tercera persona hace referencia cuando dice: “…y su ranchito tenía sus hijos y mujer”8. Cuando se menciona a la mujer es una propiedad de sí mismo y en la 5

HERNÁNDEZ, José, “Martín Fierro”, Editorial Satre,S.R.L., Bs As, 1974. Canto I p 3 Ibíd., Canto I p 4 7 Ibíd., Canto I p 4 8 Ibíd., Canto I p 4 6

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misma valoración o menor, ya que la menciona pero lo hace en tercer lugar, es su posesión además del ’ranchito’ y de los hijos. Otra mención: “…tuve en mi pago en un tiempo hijos, hacienda y mujer…”9 Expresa una cierta ternura cuando dice: “…Y sentao junto al jogón, a esperar que venga el dia al cimarrón le prendía hasta ponerse rechoncho mientras su china dormía tapadita con su poncho”10; pero menciona a ‘su’ china con artículo posesivo, como un objeto más de su propiedad, cosificándola. Y hay una cierta nostalgia, casi permanentemente, cuando al mencionarla la nombra como parte de su paraíso perdido. El autor, en otro párrafo utiliza el recurso literario de sinécdoque, al mencionar el todo por la parte, cuando dice “…alboroto pa el hembraje…”11 y asimila a todas las mujeres en el término usado. También menciona y hace referencia a las tareas de ellas, en época de yerra. Y hace casi una Carta de Menú, cuando en los versos describe minuciosamente la comida: “…venía la carne con cuero, la sabrosa carbonada, mazamorra bien pisada, los pasteles y güen vino.”.12 Hay también, en otro verso, en el que Fierro, hace una referencia a la mujer que aborta, “…aunque su mujer aborte…”13 lo dice como una posibilidad, y como dando un ejemplo de que podría presentarse esa circunstancia, haciendo el paralelo de que ‘el tiento se corte’. En la etapa de huídas y trabajos forzados, no hay referencias a lo femenino, Fierro, se endurece, hay un cierto reclamo y resentimiento con lo que le toca padecer y hay críticas a esta situación. Cuando retorna y halla sólo la tapera, y no están ni sus hijos, ni su mujer, la nombra: “…y la pobre mi mujer, Dios sabe cuánto sufrió”14, y la justifica y entiende su ausencia, cuando hace mención:”…me dicen que ya se voló con no sé qué gavilán, sin duda a buscar el pan que no podría darle yo”15; y se pregunta “…que mas iba a hacer la pobre para no morirse de hambre”16; pensándola como inhabilitada para poder sostenerse sola, con la necesidad que si no era él, debía ser otro el que se hiciera cargo de ella y de su manutención y su resguardo. Como en casi todos los versos las figuras femeninas son borrosas, frágiles, inútiles, y hasta

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Ibíd., Canto I p 4 Ibíd., Canto I p 4 11 Ibíd., Canto I p 7 12 Ibíd., Canto I p 7 13 Ibíd., Canto I p 7 14 Ibíd., Canto III p 31 15 Ibíd., Canto III p 31 16 Ibíd., Canto III p 31 10

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justifica que se pudiera haber ido con otro, ya que de otra manera ella no podría haber sobrevivido sola. La bendice a ella y a sus hijos. Hay un episodio en el que Martín Fierro, en medio de tanta huida, trata de reencontrarse con sus conocidos y “tantos amigos hallé”17 y cuenta que va a un baile; allí el alcohol, su excitación, o su desparpajo, hacen que intente hacerse el gracioso con una morena, y ante una frase que él menciona un juego de palabras y nombra a la morena como ‘vaca’, ella responde “…mirándome como a perro, más vaca será tu madre”18. Acá la mujer, toma un carácter diferente, no se la describe como pasiva, ni temerosa, más bien, cómo defendiéndose de lo que ella consideró una agresión y respondiendo rápida y segura. Cuando él le dice ‘negra linda’, y se le insinúa, el moreno, que estaba con ella se bate en pelea con Fierro y termina agonizando. Fierro compara a la negra, a una loba por sus bramidos cuando llora la muerte del moreno. Aunque Fierro trata de ‘halagarla’ cuando le dice ‘negra linda’, se puede percibir una situación de discriminación por ser negros, y hasta de abuso, por su condición de mujer. En otro de los versos, hay una descripción de las mujeres por parte del gaucho, cuando refiere, generalizando, que “…las mujeres no son lerdas”19 y plantea una contradicción cuando a pesar de pensar así, la elogia y recomienda como “…la mejor compañera que el hombre puede tener”20; “si es güena no lo abandona, cuando lo ve desgraciado,(..) lo asiste con su cuidado y con afán cariñoso”21. Esta contradicción de sobrevaloración de la cualidades femeninas

y a su vez de

discriminación y por momentos casi actitudes misóginas, son detectadas permanentemente en los versos. La ausencia de nombres femeninos, siempre la figuras femeninas son despersonalizadas, cosificadas, tomadas como posesión y objetos, hace referencia al papel de la/s mujer/es en esa época, en ese contexto social, particularmente. En forma reiterada trata de rescatar características femeninas de abnegación y cuidado, para luego mencionar su ‘ligereza’. Son mujeres sin rostro: piadosas, diligentes y sufridas para las tareas camperas. Y sufren en silencio su condición y el ‘destino’ que les toca, pacientemente, bajo el yugo del marido que es su dueño y la posee.

Bibliografía: 17

Ibíd., Canto III p 34 Ibíd., Canto III p 34 19 Ibíd., Canto IV p 64 20 Ibíd., Canto IV p 51 21 Ibíd., Canto IV p 52 18

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-CATTARUZA, Alejandro & EUJENIAN, Alejandro, “Héroes patricios y gauchos rebeldes. Tradiciones en pugna”, en Políticas de la historia: Argentina 1860-1960, Ed. Alianza, Bs. As, 2003, pp. 217-262. -PRIETO, Adolfo, “Red textual y deslizamiento de lecturas. Martín Fierro, Juan Moreira, Santo Vega” y “Funciones del criollismo”, en El discurso criollista en la formación de la Argentina Moderna, Siglo XXI editores Argentina, Bs. As. 2006, pp. 83-193 -EUJENIAN, Alejandro, “La cultura: público, autores y editores”, en BONAUDO, Marta (dir.), Liberalismo, Estado y orden burgués (1852-1880), Tomo IV Nueva Historia Argentina, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2007., pp. 545-605. -HERNÁNDEZ, José, “Martín Fierro”, Editorial Satre,S.R.L., Bs As, 1974.p 279

-ARRAIGADA Y TORRES. “Género y pobreza .Nuevas dimensiones”. Isis Internacional. Ediciones de las Mujeres. Chile. 1998. -CASTAN, Nicole, COLLOMP y otros. “Historia de la Vida privada, La comunidad, el Estado y la familia”. Edic. Altea, Taurus, Alfaguara, SA. Madrid,1991. -FRASER, Nancy. “La justicia social en la era de las políticas de identidad: redistribución, reconocimiento y participación”. En: Revista de Sociología. -NAILA, Kabeer “Tácticas y compromisos: nexos entre género y pobreza. En Género y pobreza”. Nuevas dimensiones. ISIS. Internacional 1998. -ROLANDO, Graciela, “La representación de la mujer en el Martín Fierro”, Ineditadas, Rosario 2013,on line http://www.ineditadas.com/cultura/de-interes/la-representacion-de-lamujer-en-el-martin-fierro/

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