Templo Andahuaylillas

ANDAHUAYLILLAS Existen muchas teorías con respecto al origen del nombre de Andahuaylillas. Una de ellas establece que pr

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ANDAHUAYLILLAS Existen muchas teorías con respecto al origen del nombre de Andahuaylillas. Una de ellas establece que proviene de dos voces quechuas: anta y huaylla, que significan "sobre la pradera". Otra explica que, probablemente, los Tiahuanaquenses hayan sido los primeros pobladores de Andahuaylillas cuando se encontraban en el período de expansión, llegando hasta el valle de Antahuaylla. Por otra parte, se afirma que las chancas, tribu eminentemente guerrera y conquistadora, lo escogieron como lugar de expansión llamándola en forma diminutiva Andahuaylas Chico o Andahuaylillas, trasplantando el nombre de uno de sus mejores centros ubicado en Apurímac. Lo cierto es que Andahuaylillas fue un centro privilegiado y de élite en la época incaica, suponiéndose que el palacio, que ahora hace de recinto parroquial, debió ser en su época habitación de un alto dignatario inca. Según el historiador Pablo Macera, la magnitud de las edificaciones incas, que existían dentro de su jurisdicción y el carácter suntuario de las mismas, sugieren tal afirmación. La importancia de la Villa fue reconocida por el virrey Francisco de Toledo, cuando en el siglo XVI redujo y encapitó en Andahuaylillas a siete parcialidades, llamándola, a su vez, "Villa Deliciosa". Fue elevada a la categoría de distrito el 19 de Diciembre de 1914. Situada a 3,122 m.s.n.m. y, a 36 km del Cusco, pertenece a la provincia de Quispicanchis. Su población, urbana y rural, asciende a 3,800 habitantes asentados en una superficie de 84.60 Km2. La principal base productiva es la agricultura, favorecida por el clima templado. Se produce maíz, papa, cebada, trigo v habas. En lo pecuario resalta la crianza del ganado vacuno o criollo, lanar y porcino. En el campo de la minería se trabaja en la explotación de canteras de piedra, bruta y labrada, así como la producción de tejas en la localidad de Piñipampa. HISTORIA DEL TEMPLO La iglesia, al igual que otras parroquias que rodean el Cusco, se levantó entre los pueblos fundados por el virrey Francisco de Toledo (1572), de acuerdo al concepto de "doctrina" o "reducción", que eran pequeños agrupamientos urbanos destinados sólo a los indígenas. Acerca de la fundación del templo, de estilo renacentista, ésta se atribuye a la orden religiosa de los jesuitas durante el siglo XVI. Sin embargo, el sacerdote Juan Pérez de Bocanegra, fue el principal propulsor de las obras artísticas que encierra la iglesia. José de Mesa y Teresa Gisbert establecen en un estudio, que la iglesia de Andahuaylillas probablemente se haya construido a principios del siglo XVII, pudiéndose suponer que la pintura mural que la cubre se hizo antes de 1626, fecha en que Luis de Riaño firma el cuadro "El bautismo de Cristo" mandado hacer por Juan Pérez de Bocanegra. Parte de los murales de Andahuaylillas, ligados a las figuras de Riaño, pueden datar de 1618 y 1626 y la pintura mural no puede ser anterior ni posterior a 1626, año en que pinta los lienzos, ya que éstos se colocan una vez concluida la decoración mural. Se presupone que la región de Andahuaylillas gozó de cierta prosperidad económica durante los siglos XVI al XVIII, situación que se reflejó en la construcción de la iglesia. Pablo Macera (historiador peruano) fundamenta dicha hipótesis en la magnificencia del templo, en el tesoro que guarda piezas de plata y pedrería preciosa que representan una considerable fortuna y en los grandes lienzos que adornan la parte superior, pintados en su gran mayoría por Luis de Riaño, no descartando la posibilidad de la existencia de una pintura perteneciente a algún maestro europeo, tal vez Murillo. La Iglesia de Andahuaylillas adoptó el nombre de San Pedro Apóstol en vista que, tanto la decoración interior como exterior del templo, están dedicadas en gran parte a San Pedro y San Pablo, por lo que

la población rinde culto a su patrón el 29 de junio, Por su belleza arquitectónica interior y la valiosa decoración, la Iglesia de Andahuaylillas ha merecido ser llamada la "Capilla Sixtina Andina". ESTRUCTURA Y ESTILO ARQUITECTONICO Es importante destacar que, en la segunda mitad del siglo XVI, surge en Europa el período del Manierismo, que no fue un período de transición entre Renacimiento y Barroco, sino un estilo propio en sí mismo, muy ligado a los jesuitas y que se refleja en el templo de Andahuaylillas. La construcción de la iglesia es de estilo simple: un solo cuerpo con una torre al lado derecho, donde se encuentra el campanario. En el frontis, y sobre la puerta principal, tiene un balcón techado en el que se representan los martirios de San Pedro y San Pablo. La puerta de ingreso tiene como adornos cuatro hornacinas laterales con pinturas representando a los "Doctores de la Iglesia", bordeados por dos pilares de estilo dórico. Encima de la puerta, dos ángeles sostienen un medallón con la figura de la Virgen Inmaculada. La distribución interior es de una sola nave con capillas y arco triunfal que divide la nave del presbiterio. La decoración está cubierta por lienzos sobrepuestos a la pintura mural. En el presbiterio se encuentran dos capillas laterales y la sacris tía, siendo su artesonado de carpintería mudéjar, estilo caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el uso de ornamentación árabe. Dentro de la iglesia, la estructura del coro alto, está hecha en madera de la región sobre vigas en forma de "U" con barandas, formando un balcón donde están ubicados los dos órganos. LA IGLESIA POR DENTRO Ingresando al templo, en el Sotocoro, se encuentra la pintura mural que representa, en el lado derecho, "El camino al cielo" (1) donde se muestra el angosto y espinoso camino que recorren las almas hacia la salvación; en la parte inferior se lee el salmo 32 referido a las bienaventuranzas de los que han sido perdonados. En el lado izquierdo se encuentra "El camino al infierno" (2), donde el camino es más ancho y alfombrado de flores; en la parte inferior se lee el salmo 106 referido a las idolatrías. Esta pintura mural, como la mayoría del templo, se le atribuye a Luis de Riaño, quien se habría basado en los grabados del artista flamenco Wierix, suponiendo que se realizara cuando se culminó la construcción de la iglesia. El artesonado del techo (3), desde el Sotocoro (4) hasta el arco triunfal, se encuentra cubierto por una pintura que quizás pretenda imitar la carpintería mudéjar con sencillos rombos azules que encierran otros rojos y amarillos y, dentro de ellos, flores y hojas; el techo del Sotocoro o es más sencillo. A lo largo de toda la parte inferior de la nave está el zócalo llamado "De los santos", pintura mural en color rojo púrpura donde se encuentran medallones con diferentes mártires de la Iglesia, en donde resaltan Santa Cecilia, Santa Bárbara, Santa Polonia. etc. En la parte superior y alrededor de la nave existe un friso que se relaciona con el zócalo y que, en su mayor parte, está cubierto por lienzos. Toda esta pintura mural, así como la de la puerta del baptisterio, el púlpito y la capilla Cristo Ascensión, se le asignan a Riaño, pudiendo fecharse entre 1618 y 1626, Sin embargo existen, en algunos sectores, restos de pinturas anteriores de diferentes épocas que no han sido totalmente cubiertas. En el lado izquierdo de la nave se encuentra la puerta de ingreso al Baptisterio (5), conocida como la puerta "Pentalingüe", pues su inscripción se encuentra escrita en latín, castellano, quechua, Aimara y puquina. Entrando más adelante, se ubica la puerta de la capilla del "Señor de Achacrapi" (6), llamada, también capilla moderna, anteriormente puerta falsa, cuyo arco de entrada está decorado con pintura mural; en su interior se encuentran los siguientes lienzos con firma de Luis de Riaño: el "Bautismo de Cristo"(7) fechado en 1626 y "El arcángel San Miguel" (8) con fecha de 1628, Encima de esta puerta se ubican los lienzos conocidos como: "La Conversión de San Pablo" (9), a

su lado "San Pedro está de viaje" (10), encima del retablo pequeño dedicado a la Virgen de la Mercedes (11) ; "San Pedro ayuda a un cojo en la puerta de la iglesia (12) y el último, "Tres ángeles muestran a San Pedro los animales de la tentación" (13) Todos estos lienzos son de autor anónimo. Debajo del último de estos lienzos existe una especie de urna o retablo que está dedicado a la Virgen del Carmen (14), A continuación se halla el púlpito original del templo (15) en el que se descubre, en el lado principal, la imagen del sacerdote Juan Pérez de Bocanegra, propulsor de la construcción y decoración de la iglesia, quien está postrado de rodillas ante San Pedro. Seguidamente, está el retablo más grande, que corresponde al Señor de los Temblores (16), junto a él se sitúa el Arco Triunfal (17) que separa la nave del presbiterio. En su parte más alta se encuentra un cuadro de la "Virgen Inmaculada" (18), atribuido según versiones no documentadas, a algún famoso pintor europeo, tal vez Murillo. El arco está decorado en su integridad con pintura mural. En el presbiterio (19), se encuentra el bellísimo artesonado (20) de carpintería mudéjar; en el centro, una estrella de origen musulmán y, en ambos lados, adornos en forma de conchas. En el costado izquierdo del presbiterio se hallan ubicados los lienzos denominados "Li- beración de la cárcel Mamertina" (21), y a su lado, "La Crucifixión" (22), ambos de Luis de Riaño. Debajo de ellos está el lienzo de la "Crucifixión de San Andrés"(23). Traspasando la puerta de ingreso a la capilla del Santísimo (24), se encuentra el lienzo de la "Virgen del Rosario" (25) cuya autoría se atribuye a Diego Quispe Ttito. En el centro del Presbiterio está el altar principal (26), cubierto con pan de oro (hojuelas de oro adheridas al cedro) de 24 quilates proveniente de los lavaderos de Marcapata; en el sector más alto está el sol radiante, importante en la ideología quechua y, dentro de él, el Cordero Pascual, símbolo del cristianismo. Más abajo se halla el escudo papal y debajo de él, se ubica la coronación del Espíritu Santo; en la parte inferior se encuentra la Virgen del Rosario, situándose a sus pies el tabernáculo en plata repujada adornado con espejos venecianos; en el altar hay otras imágenes de santos y santas que lo engalanan. Al lado derecho del altar mayor, se ubica la puerta de la sacristía (27), decorada con pintura mural en la parte superior a los costados; en el lado izquierdo hallamos una rueda con pequeñas campanas que al girar suenan melódicamente. En el flanco derecho de la nave y frente a los otros lienzos, se encuentran "La defensa ante el rey Agripa y Berenice" (28) y a su lado la "Decapitación" (29), ambos pertenecientes a la obra de Luis de Riaño pero de fecha posterior a los otros lienzos; debajo de los mismos se ubica la capilla llamada Cristo Ascensión (30), en esta capilla Luis de Riaño ha pintado telares dentro del arco y testero del nicho. El tema central es la representación de la Ascensión de Cristo (31) presenciada por las santas mujeres ubicadas a la Izquierda, los apóstoles a la derecha y arriba, el Padre Eterno en espera de su Hijo, así mismo Riaño decoró el artesonado y las paredes interiores. Al sector- izquierdo se sitúa el lienzo que representa la "Decapitación de San Juan Bautista" (32), de autor anónimo. Rodeando la parte más alta del presbiterio, en pequeños lienzos, se encuentran los llamados "Padres de la Iglesia" (33). Saliendo del presbiterio se encuentra un púlpito (34) tallado en madera que es posterior a la construcción de la iglesia, y según parece, fue puesto por una orden religiosa, diferente a los jesuitas.

Por el lado derecho, y frente al retablo del "Señor de los Temblores", se encuentra el retablo dedicado a San Pedro Apóstol (35), patrono de esta iglesia, el mismo que está cubierto de oro. El siguiente recinto es denominado la capilla de Montserrat (36), el arco de la puerta está decorado con el mismo estilo que las otras capillas y, flanqueando la puerta como dos columnas, existen restos de pintura mural cubierta por otra más reciente. A su lado se ubica un retablo pequeño en el que se encuentra la Sagrada Familia (37). Sobre éste, se ubican una serie de lienzos de autor anónimo que representan "La reunión de San Pedro con las Santas" (38), siguiéndole "La entrega de las llaves a San Pedro" (39), "La pesca milagrosa" (40) y, por último, "La prédica de San Juan Bautista" (41). Debajo de los dos últimos lienzos se encuentra la puerta falsa de la iglesia (42) y unos metros más allá, frente a la puerta del baptisterio, se hallan la puerta de acceso al coro (43). Arriba, en el coro alto (44), se encuentran los dos órganos pintados por Luis de Riaño; el más delgado, en el que están pintados "El Rey David y la Reina" (45) se le conoce como "hembra" y es el único que funciona. El otro órgano “macho” se encuentra exactamente al frente, es más ancho y en él están pintados los "Ángeles músicos" (46); éste órgano, lamentablemente, ya no funciona. Todo el coro alto tiene pintura mural, atribuidas a Tadeo Escalante. Las paredes están adornadas con arcos y floreros, y el zócalo tiene figuras geométricas; en la parte alta, existen ángeles sosteniendo diferentes medallones. Más arriba, alrededor del óculo, se encuentra una inscripción en la que se alude al Dios hebreo 'Adonaí". Extraño, ya que en las biblias en latín de esa época no se utilizaba dicho nombre. A los costados del óculo se representa la "Anunciación" (47). Abajo, el techo del Sotocoro es una pintura más sencilla de cuadros rojos y el interior blanco, suponiéndose que antes tenía flores.

A veinte minutos de Lucre está el desvío a Andahuaylillas. El camino avanza por un sendero rodeado de árboles y pequeñas casas con techos de tejas y toritos de Pucará. Estas construcciones de adobe, enlucidas con barro, terminan confundiéndose a lo lejos con los cerros. Finalmente se llega a la plaza de Andahuaylillas, una de las más bellas del valle. Su extenso espacio, sombreado con árboles de Pisana, invita a detenerse y disfrutar de la tranquilidad del lugar. Milagrosamente han sobrevivido casonas muy antiguas que todavía lucen decoración mural en sus fachadas.

Un centro privilegiado Según las investigaciones de Pablo Macera, Andahuaylillas habría sido un lugar muy importante en tiempos coloniales. Su nombre sería un diminutivo de la palabra Andahuaylas. Aquí hubo edificaciones

inca, como lo prueba el Palacio Sacerdotal erigido sobre restos prehispánicos que se manifiestan en la fachada. El virrey Toledo reconoce la jerarquía del sitio y divide la zona en siete parroquias, llamando a esta la "Villa Deliciosa". El status de la zona no solo se debía a la calidad de gente que habitaba allí, sino también a la prosperidad de la región, dedicada principalmente al cultivo de pan llevar. Muy cerca, cuentan las crónicas, había minas de plata. Pero el mejor testimonio de la riqueza de esta región es su iglesia, llamada por los cusqueños "La Capilla Sixtina de América" La Iglesia Andahuaylillas es un verdadero prodigio del arte cusqueño y debe contarse entre los grandes tesoros americanos. Se trata de un admirable conjunto que combina lo mejor de la pintura y la escultura cusqueñas, así como excelentes muestras de arte mural. Todo provoca una sensación de asombro, de la que es difícil desembarazarse. No se sabe en qué dirección mirar, porque la decoración invade todos los espacios. El principio de “horror al vacío” del arte prehispánico parece haberse trasladado aquí. Es imposible registrarlo todo, captar cada uno de los detalles decorativos, porque parecen ser infinitos. Por eso, si ya conoce Andahuaylillas, no dude en hacer el trayecto de nuevo ya que esta capilla tiene la magia de revelarle siempre algo nuevo, algo bello. Su historia La iglesia fue el centro de una reducción y su fundación habría estado a cargo de los jesuitas, según estudios de los esposos Mesa. Ellos sostienen que el templo se edifica en el siglo XVII. Tuvo por primer nombre "San Pedro Apóstol" y, en efecto, muchas pinturas están dedicadas a San Pedro y San Pablo. Estas imágenes presiden, por ejemplo, la fachada del templo. El altar principal está dedicado a la virgen del Rosario. El poder de la imagen Aquí se entiende realmente el poder que tuvieron las imágenes en la evangelización americana, pues esta pequeña iglesia parece ser un libro de catecismo. Toda la decoración cumple una función de docencia. Dentro de ella, los indios aprendieron, sin duda, los principios y la historia de la nueva religión, así como sus valores. No hay mejor prueba de aquello que los murales del cielo y el infierno que se encuentran en la entrada. Buena parte de la decoración mural se realizó en el temprano siglo XVII, como lo acredita uno de los murales firmados por Luis de Riaño en 1626. La estructura La estructura es simple: un solo cuerpo con una torre con campanario en el lado derecho. En el interior, solo existe una nave con capillas y un arco triunfal. El presbiterio tiene dos capillas laterales y la sacristía luce un artesonado mudéjar de excelente factura. La pintura mural Especialmente interesante es observar lo recargado de la decoración. Además de las historias principales que se contaban en los grandes espacios, los pequeños adornos también estaban cargados de significaciones y símbolos. Recorre la iglesia un zócalo con imágenes de santos, ángeles, frutas, productos naturales de la región, flores, etc. Pero no solo las paredes están ornamentadas, sino también las bancas y el púlpito donde se retrata al clérigo Bocanegra, fundador de la iglesia, de rodillas ante San Pedro.

Camino al cielo y al infierno Entrando en la iglesia, bajo el coro, destacan estas excepcionales pinturas murales. La que está en el lado derecho representa el camino que deben seguir las almas en su intento por alcanzar el cielo. Como complemento de la enseñanza gráfica, aparece escrito el salmo 32, que enumera las bienaventuranzas. Opuesto a él, en el lado izquierdo, está el "Camino al Infierno", poblado de monstruos, diablos y fuego. Mientras en el primer caso el camino es duro y está regado de hojas y ramas que impiden realizar un recorrido fácil, el camino al infierno es una alfombra roja llena de flores por el que caminan seсores elegantes. Luis de Riaño fue el autor de estos murales, que se cuentan entre los mejores ejemplos de la muestra alcanzada por los pintores del Cusco. El estilo es manierista; ejemplo de ello, es el personaje central del camino al cielo con su cuerpo alargado y su postura afectada. La puerta de los idiomas Llama la atención por la riqueza de su decoración la llamada "puerta de los idiomas", que conduce al bautisterio. Se llama así porque lleva inscripciones en latín, castellano, quechua, aimara y puquina, lenguas halladas en la región en tiempos coloniales. Los órganos En el coro se encuentran dos órganos que fueron pintados por el famoso Luis de Riaño. En uno, que aún funciona, se representa a “El Rey David”; en el otro, pequeños ángeles músicos. Según antiguos testimonios, todo el coro habría sido decorado por Tadeo Escalante, el artista que tuvo a su cargo la decoración de la iglesia de Huaro. El zócalo Notable en la iglesia es también el zócalo de los santos, en donde se hallan representados Santa Cecilia, Santa Bárbara y Santa Apolonia, entre otros. El techo La mayor parte del techo de la iglesia está cubierta por una decoración que pareciera imitar a los primeros artesonados mudéjares con esos rombos azules, amarillos y rojos, además de flores y hojas. El único techo verdaderamente mudéjar es el del presbiterio, que luce al centro una gran estrella de remoto origen musulmán.

Los cuadros La nave está adornada por espléndidos cuadros, colocados a ambos lados, que lucen impresionantes marcos de pan de oro. Destacan La liberación de la cárcel Mamertina y La Crucifixión de Luis de Riaño. En la capilla del Santísimo se encuentra el lienzo de la Virgen del Rosario atribuido a Diego Quispe Tito, y en la del Señor de Achacrapi se guardan los cuadros de Luis de Riaño El bautismo de Cristo (1626) y El Arcángel San Miguel (1628).