El Templo de Andahuaylillas

El templo de Andahuaylillas El templo de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas en el Cusco fue presentado esta semana des

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El templo de Andahuaylillas

El templo de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas en el Cusco fue presentado esta semana después de un proceso de restauración que duró cuatro años y costó un millón y medio de dólares. Ahora la iglesia luce todo su esplendor y será el destino principal del circuito 'La ruta del barroco andino', que incluye a otros templos del mismo estilo en la provincia de Quispicanchis. Se trata de un recorrido que busca impulsar el desarrollo en la zona a través del turismo. La iglesia de Andahuaylillas muestra ahora todo el fasto que sus paredes acumularon a lo largo de cuatro siglos. El altar mayor –que preside la Virgen del Rosario– impresiona con el brillo del pan de oro, igual que los marcos de los enormes lienzos que adornan las paredes laterales. A cada lado de la puerta de entrada las imágenes de sus dos frescos principales, Camino al Cielo y Camino al Infierno, han recuperado la potencia evangelizadora que tuvieron durante la Colonia. Los murales que el tiempo y el descuido habían carcomido han reaparecido con sus colores originales. Después de una labor de restauración que duró cuatro años –y que incluyó la mejora estructural del templo–, Andahuaylillas luce ahora brillante y magnífica. La iglesia, construida en 1610 en reemplazo de una capilla menor, hoy hace honor al nombre que hace tiempo le dieron: la Capilla Sixtina de América. La arquitecta Diana Castillo, responsable residente de la obra, cuenta que durante la restauración hubo varios hallazgos. Quizá el más importante fue una extraordinaria pintura mural del siglo XVII de la Virgen de los Ángeles que estaba detrás de un lienzo de 'La asunción de la Virgen María' ubicado en el Arco Triunfal del templo. El fresco ha sido recuperado y aún falta investigar parte de la composición. Además se han sacado a la luz los murales que adornaban la fachada principal (con figuras de santos y flores), ocultos bajo varias capas de pintura. "También se encontró un retablo de mampostería y yeso con molduras detrás de un retablo más reciente del Señor de los Temblores", explica la arquitecta Castillo. Otros hallazgos: una vasija de cerámica vidriada del siglo XVII que contenía pigmento ocre usado para pintar los murales primigenios; un candelabro de arcilla con restos de cera de tres siglos; un pincel de madera de sauce con pelo de animal que usaron los pintores mestizos de esta maravilla. Hay varios lugares donde (re)aparecieron pinturas murales que ni siquiera se sabía que existían. Se ha recuperado, al mismo tiempo, el magnífico artesonado mudéjar del techo con toda su policromía geométrica, 64 esculturas, 45 lienzos de distinto formato, 6 retablos, mobiliario de los últimos cuatro siglos y frescos muy dañados o casi desaparecidos. La arquitecta Diana Castillo llama la atención sobre la recuperación de la portada del baptisterio que tiene la inscripción "Yo te bautizo en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo", escrito en cinco idiomas: español, latín, quechua, aymara y puquina. La mayoría de lienzos coloniales presentes en la iglesia pertenecen a la autoría de Luis de Riaño, discípulo del italiano Angelino Medoro. Él también pintó los frescos Camino al Cielo y Camino al Infierno. Toda su obra ha sido recuperada centímetro a centímetro.

Treinta restauradores trabajaron en la recuperación del templo desde el 2008. En el proyecto se ha invertido un millón y medio de dólares, aportados por el World Monuments Fund y la Fundación Repsol. Durante todo el tiempo de restauración, la iglesia puso un cartel en la puerta: "Abierta por obras". "Estábamos trabajando, pero al mismo tiempo recibíamos visitantes y turistas para que vieran en vivo el proceso de recuperación. La población ha podido ver día a día cómo íbamos avanzando", dice la arquitecta Diana Castillo. EL CAMINO BARROCO El último miércoles Andahuaylillas fue presentada ya restaurada al pueblo y a muchos invitados. Ese día la pieza musical 'Hanaq Pacha Kusikuynin', una composición quechua polifónica del siglo XVII, resonó bajo el altar mayor. Es un canto grave, coral, emocionante. Lo interpretaban niños de ese distrito cusqueño con el acompañamiento de la orquesta juvenil Sinfonía por el Perú. Muchos de los presentes, impactados por la belleza barroca de la melodía, empezaron a aplaudir cuando recién se entonaban las primeras líneas. El compositor de la letra en quechua de ese canto colonial fue el jesuita Juan Pérez de Bocanegra, primer párroco de Andahuaylillas. Él también fue el responsable de la recargada ornamentación del templo para una mejor labor de evangelización. La población indígena –según su concepto– debía sentir temor de Dios y apreciar al mismo tiempo la grandeza de su divinidad. Por eso la abundancia del pan de oro y la gran cantidad de murales catequizadores. Andahuaylillas es un distrito de la provincia de Quispicanchis, Cusco, ubicado a 3.100 metros sobre el nivel del mar y a 37 kilómetros de la capital cusqueña. Produce maíz, papa y artesanía textil. Su economía hoy también se sostiene en el turismo, con las visitas a su templo emblemático. Tras la restauración, el distrito formará parte del programa 'De mi tierra, un producto' del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, que apoya el aprovechamiento que la población hace de un producto o atractivo local para mejorar su calidad de vida. Y eso no es todo. La Compañía de Jesús, el World Monuments Fund y otras organizaciones han lanzado 'La ruta del barroco andino', un recorrido por templos coloniales de los siglos XVII y XVIII que empieza en la Iglesia de la Compañía en el Cusco y continúa a la provincia de Quispicanchis para visitar la capilla de la Virgen de la Candelaria de Canincunca, el templo de San Juan Bautista de Huaro y finalizar en la iglesia San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. La ruta abarca los pueblos surandinos del Cusco. La capilla de la Virgen de la Candelaria de Canincunca, ubicada en el distrito de Huaro, a 41 kilómetros del Cusco, fue construida en 1620 sobre una huaca preínca y al lado de la laguna de Urcos. En la entrada dos murales coloniales reciben al visitante. "Si deseas que tu tristeza se convierta en alegría, no pases alma ingrata sin rezar un Ave María", dice uno de ellos. Su altar mayor luce cubierto con pan de oro y sus paredes tienen murales con motivos textiles, garzas, chinchillas, picaflores y franjas verticales doradas. La virgen que preside el altar está pintada en piedra. A diez minutos de ahí está la iglesia San Juan Bautista de Huaro, un templo que casi podría rivalizar en belleza con el de Andahuaylillas. Construido en el siglo XVII, las pinturas murales y los lienzos que lo adornan abarcan

hasta comienzos del siglo XIX. En conjunto hay más de mil metros cuadrados de frescos en sus paredes. En la entrada, a ambos lados de la puerta, el pintor Tadeo Escalante, mestizo de la escuela cusqueña, ejecutó su obra cumbre: 'Las Postrimerías'. Se trata de cuatro murales impresionantes que representan el Juicio Final, el Infierno, la Muerte y la Ascensión a los cielos. Un proyecto de conservación de World Monuments Fund lo restauró entre el 2004 y 2008. Antes en la entrada había una cancha de fútbol con pasto y arcos. Cuando se removió para hacerle un atrio, resultó que debajo ya existía un piso de piedras colonial. Solo tuvieron que desenterrarlo. También está en excelentes condiciones el techo del altar mayor: ahí puede verse el estilo mudéjar de los artesanos y hasta una estrella de David, motivo vinculado al cristianismo hace siglos pero hoy caído en el olvido. A los lados del altar mayor, presidido por San Juan Bautista, hay escenas de la vida del santo y otras de las Sagradas Escrituras. El altar principal está íntegramente cubierto con pan de oro y la parte del tabernáculo y la zona inferior estaban enchapados en plata de alta ley. Pero este último ornamento fue robado en el 2008. Las iglesias citadas aquí conforman la máxima expresión del barroco andino y son parte de un circuito que busca aprovechar el paso de grupos de viajeros que toman la ruta que va del Cusco a Puno. El objetivo es dar a conocer el arte de estos templos porque son lugares que impactan y emocionan. Por ejemplo, el día que se presentó a Andahuaylillas restaurada, un grupo de 'pablitos' entonó una canción, tradicional y festiva, con el sonido de un violín. El corazón de los presentes se aceleró: era demasiada alegría para tanta belleza. ‘De mi tierra, un producto’ "La cultura y el turismo están llamados a ir de la mano", dijo José Luis Silva, ministro de Comercio Exterior y Turismo, en la presentación de la restaurada iglesia de Andahuaylillas, el miércoles pasado. Con ello se refería al valor que el templo va a tener para Andahuaylillas como un elemento de orgullo, identidad y también como atractivo local para el turismo y mejorar su calidad de vida. "Este monumento será el eje dinamizador de otras actividades productivas y de servicios en beneficio de la comunidad", dijo Silva al presentar el programa 'De mi tierra, un producto' que ahora incluye a este distrito cusqueño. Andahuaylillas es la tercera localidad en beneficiarse con el programa. Ahora será parte de una serie de actividades de promoción a cargo del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.

San Pedro Apóstol

La advocación del templo es a San Pedro Apóstol. Su figura está resaltada en la serie de los lienzos de grandes dimensiones que representan escenas de la vida del Santo y que decoran la nave.

La imagen de San Pedro y San Pablo también están representadas en el mural de la capilla abierta que se emplaza en la fachada del templo. Su día de celebración es el 29 de Junio, según el calendario católico y es la fecha en que los fieles festejan al Santo Patrono Pedro.

Arquitectura El templo está ubicado hacia un costado de la plaza del poblado, en dirección suroeste. Sigue la típica manera de construir templos empleada en el sur andino para las parroquias de los “pueblos de indios”. La planta es de una sola nave alargada con torre campanario y capillas adosadas a ambos lados de la misma. Está construida con muros de adobe encima de cimientos de piedra y techada con estructura de madera rolliza en el sistema de par y nudillo, típico de templos en el área surandina, que recibe la cubierta de tejas de cerámica. Se caracteriza por tener una capilla abierta, a modo de balcón, en la parte superior de la fachada de pies que se abre hacia el atrio y la plaza principal del poblado histórico de Andahuaylillas.

El atrio empedrado precede el templo y fue antiguo cementerio colonial. Son características del conjunto las tres cruces de piedra que sobre podio de piedra, tiene su nueva ubicación al lado de la torre campanario.

La nave del templo presenta sotocoro, baptisterio, capillas laterales y presbiterio con sacristía; tiene tres accesos, el principal y dos laterales. El ingreso principal desde el atrio, está conformado por portada de pies, en cuyos flancos se encuentran el Baptisterio y el acceso al coro alto y a la torre-campanario que es de base cuadrada. Las otras dos entradas de arcos de piedra, se encuentran a los costados de la nave, uno en el lado izquierdo del muro o del Evangelio y otro en el lado derecho o de la Epístola. El coro en forma de “U”, está construido en madera con baranda, formando balcón y donde están ubicados dos órganos; igualmente se observa un óculo en la parte central del piñón del mismo, alrededor del que se lee un texto en latín. La planta destaca por la presencia del sencillo artesonado pintado con rombos policromos dentro de los que observan diseños florales.

El piso original fue de ladrillo pastelero, ha sido substituido por uno de laja de piedra; antes del arco triunfal, la altura del piso sube unos centímetros hacia el presbiterio y al altar mayor.

Cuenta con cuatro capillas laterales, una a cada lado de la nave y dos en el presbiterio. La primera a partir de la entrada, en el lado izquierdo o del Evangelio está dedicada al Señor de Achacrapi; la segunda, al lado derecho o de la Epístola dedicada a la Virgen de Monserrat. En el presbiterio, lado del Evangelio está dedicada a Nuestro Señor y la capilla que está enfrente, dedicada a la Ascención del Señor. La sacristía está ubicada en el lado de la Epístola en la zona del presbiterio y frente a ésta existe la habitación destinada al ecónomo de la parroquia.

Pintura mural Los murales, el atractivo que lo hace tan representativo, motivo por el cual se lo conoce como la “Capilla Sixtina de América”, decora el frontis, la capilla abierta del templo, así como gran parte de los muros de la nave, del presbiterio, la capilla lateral de la Ascensión del Señor, el sotocoro y el coro alto.

Son murales que pueden datarse de la época de la construcción del mismo, es decir de inicios del siglo XVII, así como un segundo momento en algunos otros murales que decoran la parte superior de los muros de la nave, posiblemente de la segunda mitad del siglo XVII, cuando el barroco mestizo había ganado espacio en las artes de los Andes Centrales.

La pintura mural en los Andes del Sur es un fenómeno muy importante que se desarrolló en el contexto de la Escuela Cusqueña de Pintura, durante la época colonial, desde fines del siglo XVI hasta su marcada presencia en los siglos XVII y XVIII, tanto en la arquitectura religiosa como civil.

Es importante señalar los nexos entre la pintura mural y la arquitectura. La opción en el área andina, de edificar con adobe, fue decisiva para adaptar las técnicas para ejecutar la pintura mural al temple, en lugar de la difundida pintura al fresco. Así se encontró una técnica adecuada y complementaria al soporte constituido por los muros de adobe, que permitió convertir esa modalidad artística en procedimiento simple y sin complicaciones.

Todos los murales surandinos están ejecutados al temple, técnica que facilitó la ejecución de los mismos, considerando la premura que se tenía por la enseñanza de la doctrina cristiana a los nativos, a través de los murales.

Las pinturas de los muros del templo de Andahuaylillas son uno de los ejemplos más relevantes de este. Su existencia se debe principalmente a la presencia del clérigo Juan Pérez de Bocanegra, humanista, uno de los más importantes lingüistas del idioma quechua, gran conocedor del mundo andino prehispánico, y que fue párroco de Andahuaylillas en la década de 1617 a 1627.

Es posible que este ilustre personaje mandara pintar al limeño Luis de Riaño, los muros del templo con programas doctrinales. De momento puede señalarse que la influencia del estilo Manierista, está presente en la decoración del templo. El pintor Riaño, no sólo hizo los murales sino también realizó varios lienzos que llevan su firma.

De esta época son los programas evangelizadores del “Camino al Cielo” y el “Camino al Infierno”, pintados en el muro de pie del sotocoro y que representan la enseñanza bíblica que las almas que han seguido el angosto y espinoso camino en la vida, tienen el cielo como recompensa; debajo de este mural, se lee el Salmo referido a la bienaventuranza de los que han sido perdonados; contrariamente, quienes vivieron el ancho, fácil y florido camino en la tierra, tendrán el infierno como morada eterna, tema que se ha representado al otro lado del muro de pie conocido como “Camino al Infierno”. Debajo de este tema, está escrito el Salmo referido a las idolatrías. Es posible que el programa se haya inspirado en grabados del artista flamenco Wierix.

El programa bellamente pintado en el piñón del coro alto “La Anunciación” es la escena sobresaliente. Su relación con el óculo central del hastial es notable. En torno al mismo, por donde ingresan los rayos solares, reza la siguiente inscripción: Sancto-Adonai Radex-Clavis Rex Oriens, cuya traducción es aproximadamente “Santo Dios, Rey de Oriente” y que alude al Dios de Israel, Adonai, como raíz y llave del mundo representado como el Sol o Rey de Oriente.

Es el espíritu de Dios que iluminará el mundo. Dios Padre está representado por la luz del sol que ingresa por el óculo; Dios-Hijo por la escena de La Anunciación y la leyenda pintada en el tirante que cruza el coro que señala que la Virgen será fecundada por el Espíritu Santo y nacerá el Redentor del Mundo y Dios Espíritu Santo por el óculo que ha sido ubicado en vez de la paloma para no representarla por temor a la zoolatría de los nativos, que al verla pintada, pudieran confundirse con sus antiguas ideas y con las palabras inscritas en el interior del óculo Virgini Concebid que hace alusión a su concepción.

En la nave, lado del Evangelio, está la portada de ingreso al baptisterio, conocida como la Portada Pentalingüe por estar pintada la inscripción bautismal, “En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, en cinco idiomas, latín, castellano, y los idiomas nativos quechua, aymara y pukina, este último en desuso. En la parte central de este ambiente se aprecia la pila bautismal, labrada en piedra con policromía. Igualmente se observa el lienzo del Bautismo de Cristo firmado por Luis de Riaño y fechado en 1626. Presenta pintura mural decorativa a modo de friso, recientemente restaurada.

Además de las grandes escenas del sotocoro y de la portada pentalingüe, existen otras de importante calidad y colorido. Cartelas con santos, sujetas por ángeles tenantes aparecen en frisos a lo largo de la nave del templo. En el coro alto este friso se apoya sobre una sucesión de arcos simulados con jarrones de flores. La cenefa del zócalo con santas flanqueadas por cornucopias y racimos de uvas es de especial interés por la profusión de decoración floral.

El Arco Triunfal también tiene pintura mural, al igual que la capilla lateral dedicada a la Ascención del Señor, aunque esta última en muy mal estado de conservación.

Artesonado Posiblemente el más espectacular artesonado mudéjar de la región cusqueña, es el del templo de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas, que se decora el presbiterio del mismo.

Un documento judicial de 1649, señala que fue realizado por Martín de Torres, importante artífice, retablista, constructor de artesonados y esculturas en madera, en templos y conventos del Cusco del siglo XVII. La importancia del templo de AndahuaylilIas se evidencia por el encargo hecho al maestro Torres para ejecutarlo.

El artesonado que cubre la techumbre del presbiterio, está trabajado en listones de madera polícroma con decoración de pequeños elementos a modo de pinjantes recubiertos en pan de oro. En la parte central se observa la estrella de David o de Salomón, de cinco puntas que se inscribe en un pentágono regular. Una concha semicircular y convexa remata un lado del artesonado, esta representación tiene relación mitológica con Venus, de allí que también se la conoce como venera y se ha empleado como recurso ornamental.

Se pensó inicialmente que la idea de realizar el artesonado mudéjar fue del emblemático párroco de esta parroquia, Juan Pérez de Bocanegra, quien había fallecido en 1645. El documento mencionado, encontrado en el Archivo del Arzobispado del Cusco, nos da más luces sobre los personajes que intervinieron en el proyecto, su autoría y momento de ejecución.

El documento de 1649 no sólo señala quien fue su constructor, sino también que fue el párroco Fernando Ladrón de Guevara que en 1645 había mandado comprar madera a Juan Maldonado, “para la obra de la capilla mayor de la iglesia” y tablas de cedro a Antonio de la Feria y Gaspar Pinto, según reza un libro de cuentas que se transcribió a raíz del fallecimiento de Ladrón de Guevara. El documento también señala que Torres y un colaborador suyo de apellido Nápoles, tendrían a su cargo la marquetería del presbiterio y además concertó la cercha que hizo en el arco toral.

Tanto el artesonado mudéjar, como el arco, evidencian la persistencia de este tipo de estructuras arquitectónicas a mediados del siglo XVII. Simultáneamente, se sabe que Torres estaba realizando artesonados de este tipo en la librería del Convento de la Merced de Cusco.

Retablos El retablo principal de tres cuerpos y tres calles, de estilo barroco mestizo posiblemente fue realizado en la segunda mitad del siglo XVII. De madera tallada con sobredorado, tiene el tabernáculo trabajado en plata repujada, también de estilo barroco mestizo, al igual que las gradillas que le sirven de base. La hornacina central está rematada con pequeños espejos; en ella se observa la imagen de la Virgen Inmaculada, escultura del siglo XVIII, de manufactura local. Las calles laterales del retablo presentan hornacinas con lienzos y esculturas de la Escuela Cusqueña.

Otros retablos de notar son el dedicado a la Virgen del Carmen, que es el único que queda del momento inicial del templo, por las características formales que apreciamos como las cariátides laterales típica iconografía grecolatina y presente en obras manieristas de fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII.

Lienzos El lienzo del “Bautismo de Cristo” situado en el Baptisterio, y el “Arcángel San Miguel” en la capilla lateral del Señor de Achacrapi, firmados y fechados por el pintor limeño Luis de Riaño en 1626 y 1628 respectivamente, son de los pocos lienzos firmados que quedan del pintor que llegó a Cuzco hacia 1617. Fue discípulo de Angelino Medoro, uno de los tres pintores italianos llegados al Virreinato del Perú a fines del siglo XVI, junto al hermano jesuita Bernardo Bitti y Mateo Pérez de Alesio y que tuvieron decisiva influencia en las escuelas de pintura que se desarrollaron en este territorio, sobre todo en la Escuela Cusqueña de pintura.

La serie de ocho lienzos con escenas de la vida del Apóstol Pedro, de autor anónimo, son posteriores a los pintados por Riaño, posiblemente de la segunda mitad del siglo XVII, cuando el barroco era la propuesta de moda. Así lo muestran también, los hermosos marcos de grandes dimensiones, de madera tallada, con acabado en pan de oro, que enmarcan cada óleo.

Órganos Los órganos de grandes dimensiones, ejecutados en caja de madera, y pintados por el artista limeño Luís de Riaño, están situados a ambos lados el coro alto del templo. El más esbelto, situado en el lado de la Epístola, y construido entre 1606 y 1610, se ve pintada la imagen del Rey David y Santa Cecilia. En el otro, el órgano mayor que es más ancho, situado en el lado del Evangelio, están pintados ángeles músicos y fue construido hacia 1926-1630. Los fieles los conocen como “pareja”; el femenino es el más esbelto.

Según el músico especialista en órganos Hans Van Gemert, ambos órganos básicamente son similares en su construcción, teclado de 42 notas, acción directa en abanico, pipas de fachada en tres castillos con bastidores adornados, y las cajas que están pintadas como ya referimos.

La existencia de estos dos hermosos órganos de época, recuerdan la etapa de la primera evangelización en las nuevas tierras conquistadas, cuando la política evangelizadora estuvo vinculada al arte y la belleza como un importante medio para llevar adelante este propósito.

POBLACION

Descripción El poblado de Andahuaylillas fue una reducción fundada hacia 1572 por el Virrey del Perú, Francisco de Toledo. Las reducciones constituyen el mayor impacto de planificación de los “pueblos de indios” y tenían como finalidad concentrar o “reducir a policía” a los indígenas con fines de control político, económico y religioso, política que la Corona Española implantó con gran fuerza desde el último tercio del siglo XVI.

Bajo esta política, los peninsulares procedieron a ubicar sitios apropiados para implementar los nuevos patrones de asentamiento. Se buscaran lugares que debían tener buen clima, con abundancia de tierras de cultivo, pastos, montes y agua necesaria para irrigarlas.

El trazado de las reducciones obedecería al que se hacía en los pueblos de españoles. Las calles se trazarían por cuadras, partiendo de una plaza principal en la que se edificaría el templo y el cabildo principalmente; las casas debían formar bloques rectangulares y homogéneos.

La plaza mayor del poblado es cuadrada y en ella se ubican el templo colonial de San Pedro Apóstol, y el edificio del Cabildo o Municipalidad cuya construcción es contemporánea, aunque su emplazamiento en tiempos coloniales posiblemente fue el mismo. Hay también algunos añejos árboles de Pisonay, especie nativa andina.

De la época colonial quedan vestigios de dos de las cuatro capillas-posa que debieron existir en la plaza. Estos elementos arquitectónicos, fueron una respuesta americana por las características del culto y servían como “descansos” durante las procesiones de aquella época.

Al lado del templo se ubica la antigua parroquia, que hoy ocupa el auditorio de la Asociación Jesús Obrero-CCAIJO, edificio de una planta cuya fachada luce mampostería de piedra trabajada, de época inca (primera mitad del siglo XVI).

Geografía A una altitud de 3,150 m.s.n.m, el pueblo se encuentra en una terraza aluvional en la parte inferior del valle formado por el río Manco. De clima templado, se encuentra a 8 km. de Urcos, la capital de la Provincia de Quispicanchi y a 37 km. de la ciudad del Cusco.

De traza regular de damero, tiene una población urbana de 3,033 habitantes y la población rural asciende a 1,900 habitantes. Las construcciones del área urbana son principalmente en adobe y están consolidadas alrededor de la plaza principal y aledaños; sus calles están empedradas y por ellas discurren canales de riego que sirven a las huertas de frutales de las viviendas.

La expansión del poblado se inicia en el siglo XX, como consecuencia de la construcción de la carretera y su posterior asfaltado y la estación del ferrocarril, hoy desaparecida. Por el importante crecimiento de la población en los últimos treinta años muchas áreas agrícolas, han sido incorporadas a la trama actual, aunque manteniendo su forma inicial de damero.

Las fiestas En domingos y días festivos, la asistencia al servicio religioso en el templo es masivo, igualmente la participación en celebraciones y fiestas tanto religiosas como civiles. La acción de catequesis y trabajo social de la Parroquia es intensivo, lo que permite el compromiso activo de los pobladores, sobre todo de los jóvenes. Sin embargo, creencias ancestrales prehispánicas que han sobrevivido a los siglos, componen también su mundo ideológico, sin que exista conflicto con la religión católica que es la predominante.

Como gran parte de las poblaciones del surandino, algunas costumbres en Andahuaylillas, están relacionados a su actividad principal que es la agricultura. Así el 15 de mayo celebran a San Isidro Labrador, patrono de los agricultores y representan el Chuwi Tarpuy, o bendición de las semillas de chuwi. En agosto, realizan el “pago” a la tierra, ceremonia de origen prehispánico, que consiste en ofrendar con objetos y alimentos rituales, a la Madre Tierra, o Pachamama, para agradecer las cosechas recibidas y pedir por la próxima siembra.

Otras fiestas importantes componen el calendario de celebraciones del área rural y urbana de Andahuaylillas. El 20 de enero en la comunidad de Qewar, se celebra a San Sebastián, en Salloc, otra comunidad rural, el mes de mayo es importante porque es la fiesta de la Ascensión del Señor. Todas estas fiestas están acompañiadas de danzas variadas, música, comida y bebida y suelen tener una duración de tres días, aunque muchas veces la fiesta termina ocho días después.

El Jueves de la Semana Santa es importante. Los rituales católicos conmemorando la pasión de Cristo, como son la Misa, el Sermón de las Siete Palabras, la Estación nocturna en el templo donde se expone el Santo Sacramento, reúnen masivamente a la población y a los vecinos de alrededores. La fecha es movible, cuarenta días después del Carnaval.

La mayor peregrinación de los Andes del sur es la Fiesta del Señor de Qoyllurit´i, imagen que se encuentra en la ladera del nevado del Ausangate. La montaña más importante de la región, se ve muy concurrida entre el mes de mayo-junio, fecha movible de la festividad del calendario católico y donde el grupo de bailarines de la danza Capac Qolla, procedente de Andahuaylillas, celebran al Señor de Qoyllurit´i. Cuando las celebraciones en el nevado terminan, los danzantes vuelven a Andahuaylillas y realizan ceremonias en el templo y el atrio del mismo, durante algún tiempo más.

El 29 de junio es la fiesta patronal del pueblo, celebran a San Pedro y a San Pablo. Luego de la Misa de fiesta, lo más impresionante es la procesión con más de treinta santos, llamada también el "Corpus de Andahuaylillas".

La patrona de Andahuaylillas es la Virgen del Rosario y se la celebra el 07 de octubre. Finalmente el 19 de diciembre es el aniversario de la creación del distrito de Andahuaylillas. Esta fiesta cívica, es celebrada con actos oficiales como Desfiles cívicos y folclóricos, donde participan las autoridades del pueblo, junto con la población.