TEMA 5 (Irene Salcedo)(1)

Tema 5 WILHELM WUNDT Y EL PROYECTO DE LA PSICOLOGÍA MODERNA 1. INTRODUCCIÓN: Wilhelm Wundt (1832-1920) es el padre funda

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Tema 5 WILHELM WUNDT Y EL PROYECTO DE LA PSICOLOGÍA MODERNA 1. INTRODUCCIÓN: Wilhelm Wundt (1832-1920) es el padre fundador de nuestra disciplina como verdadera ciencia. El argumento histórico oficial, establece que Wundt logró independizar la psicología de la filosofía reivindicando su carácter eminentemente científico y experimental y, correlativamente, creando una estructura institucional –un instituto, un laboratorio, una revista y un programa para la elaboración de tesis doctorales y proyectos de investigación- para desarrollarla en este sentido. El pensamiento de Wundt estuvo sometido a múltiples cambios a lo largo de su vida y se desarrolló bajo importantes y singulares circunstancias personales (Infancia bajo un contexto muy religioso, marcado por la disciplina y el estudio). Eperimentó una profunda crisis personal y terminó dedicando intensamente su vida a desarrollar una explicación sistemática e integral de la experiencia humana y su sentido. Es heredero de la concepción kantiana del ser humano.

2. INICIOS EN HEIDELBERG: INFLUENCIA DE HELMHOLTZ E INFERENCIA INCONSCIENTE Wundt estudió medicina y se especializó en fisiología experimental. Trabajó como docente en Heidelberg entre 1857 y 1874, período en el que ocupa diversos puestos académicos e imparte distintas asignaturas. Lo más relevante es su creciente interés por la fisiología de la percepción sensorial y, particularmente, por los procesos psicológicos que entraban en juego dentro de ella. Durante esta etapa, Wundt compartirá con su maestro Helmholtz el objetivo de fundamentar científicamente la teoría del conocimiento de Kant, así como su definición del conocimiento como una síntesis activa de datos sensoriales producida por un dispositivo fisiológico-sensorial. - Sus primeros trabajos relevantes a ese respecto son Contribuciones a la teoría de la percepción sensorial (1862) y Lecciones sobre la mente humana y animal (1863). Wundt, como Helmholtz, recurrirá a la idea de “inferencia inconsciente” para explicar la conexión entre las impresiones sensoriales y la percepción consciente. Inferencia consciente para Wundt es el proceso por el que las sensaciones subyacentes terminan convirtiéndose en percepciones básicas en el plano mental (táctiles, visuales, etc.) e, incluso, llegan a componer las percepciones y los procesos de conciencia más complejos, aquellos a los que nuestra mente sí tiene acceso. La inferencia se compondría de tres términos o momentos. -En primer lugar, una premisa mayor, un recuerdo o una idea, entendida como una generalización inductiva a partir de experiencias previas (hábitos estabilizados). -En segundo lugar, una premisa menor, que sería la “percepción inmediata” en el momento presente, antes de que influyan en ella las experiencias previas de la generalización inductiva. -Por último, una conclusión, resultado de la asimilación de la premisa menor o percepción inmediata a la premisa mayor o generalización, que sería el objeto percibido. El proceso es necesariamente inconsciente porque sólo podemos tener consciencia del fenómeno mental complejo resultante (es imposible separar las percepciones inmediatas de la influencia que la experiencia previa tiene sobre ellas). Sin embargo, durante los últimos diez años que pasó en Heidelberg, fue abandonando progresivamente esa concepción lógica de la mente y, de paso, el recurso a procesos inconscientes como vía para explicar los fenómenos psíquicos. Así, cuando al final de su etapa de Heidelberg publica la primera edición de sus Fundamentos de Psicología Fisiológica, Wundt plantea que la sensación sólo existe en la conciencia y empieza a dudar de la utilidad de inferir lo que antecede a su aparición para la psicología.

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Su programa “psicológico” se centrará a partir de ahora en el análisis de la conciencia, de las sensaciones que la componen y de las leyes mediante las cuales se forman a partir de ellas representaciones, conceptos e ideas. Su nueva concepción de la vida mental está completamente modelada.

3. FUNDAMENTOS DE PSICOLOGÍA FISIOLÓGICA (1873-1874): LA MENTE SEGÚN WUNDT En 1874 Wundt publica la primera edición su famoso tratado conocido con el título de Fundamentos de Psicología Fisiológica. Desde la primera edición, las directrices básicas de su sistema psicológico y su modelo fundamental de la mente están completamente establecidos. En el nivel más general de su sistema, Wundt plantea que la experiencia vital es ontológicamente una e indivisible pero que, desde el punto de vista metodológico, puede abordarse desde dos aproximaciones complementarias: -Fisiológica: desde un punto de vista externo y “mediato”: remite a los objetos del mundo que podemos conocer a través de nuestra mente y los sentidos (una suerte de conocimiento “hacia fuera”). -Psicológica: una dimensión interna e “inmediata”: hace referencia al conocimiento de nuestros procesos mentales, a la posibilidad de que el individuo observe su propia mente sin tiempo para reflexionar o realizar abstracciones sobre lo que allí está sucediendo (una suerte de conocimiento “hacia dentro”). En definitiva, la vía mediata toma por objeto de conocimiento la realidad externa y, la vía inmediata, al sujeto cognoscente. Desde el punto de vista teórico, para Wundt la psicología fisiológica se ubicaría en la frontera entre ambas dimensiones, la interna y la externa, conectándolas. Los procesos fisiológicos son los únicos que en este momento serán considerados propiamente “inconscientes” o, más bien, “no conscientes” –imposibles de visibilizar en el plano de la conciencia– en tanto que procesos puramente orgánicos: no podemos ver y, por tanto, informar de forma directa o inmediata de nuestro propio funcionamiento neuronal como tampoco podemos hacerlo, por ejemplo, del funcionamiento de nuestro aparato respiratorio. En cierto sentido, Wundt regresaba ahora al paralelismo psicofísico que tanto había criticado en sus primeros años en Heidelberg. Lo psicológico y lo fisiológico remitían a la misma experiencia o fenómeno vital, actuaban paralelamente y al mismo tiempo, si bien cada uno de ellos obedecía a legalidades diferentes y podía observarse desde dos puntos de vista. La psicología debía de ocuparse sobre todo del acceso inmediato a la experiencia, es decir, preocuparse por las vivencias mentales del sujeto. Desde las sensaciones y sentimientos más básicos hasta las ideas y afectos más complejos, que se interrelacionarían entre sí según diversas leyes psicológicas. Resumimos básicamente la estructura y dinámica mental propuesta por Wundt:

El modelo fue tan influyente como controvertido, dado que los resultados experimentales que debían respaldarlo no fueron concluyentes.

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*En el nivel más bajo de la estructura psíquica propuesta por Wundt aparecen los elementos simples. Estos eran las sensaciones, derivadas de la estimulación de los sentidos, producida por el mundo externo u objetivo, y los sentimientos, emergentes en el espacio subjetivo y base de la experiencia interna. Wundt suponía que ambos elementos podían estimarse tanto desde el punto de vista cuantitativo –o relativo a su intensidad– como cualitativo –o definido por su naturaleza–. *En segundo nivel del aparato psíquico se producía la síntesis de estos elementos básicos dando lugar a las “formaciones psíquicas”. Estas eran las representaciones o ideas, compuestas principalmente de sensaciones y divididas, a su vez, en intensivas, espaciales y temporales; y los afectos, compuestos principalmente de sentimientos y divididos, a su vez, en impulsos, emociones y procesos volitivos. Las formaciones no eran fenómenos de conciencia discretos y estáticos sino que mostraban, precisamente, la transformación, el fluir y la unidad de la conciencia. Para Wundt, la actividad mental era dinámica y se generaba y variaba en el devenir y acontecer temporal. *Tercer nivel, la conexión y combinación de estas formaciones en un nivel superior, suponiendo algo más que la suma de sus partes o elementos constituyentes, obedecían a tres principios de causalidad: 1º Principio de “las resultantes” o “la síntesis creadora”: según el cual un contenido es cualitativamente superior a la suma de los atributos de sus elementos componentes. 2º Principio de “las relaciones psíquicas”: según el cual el significado de un contenido depende de sus relaciones con el resto. 3º Principio de “los contrastes”: según el cual la oposición de contenidos los refuerza mutuamente. De estos principios, a su vez, se derivaban tres leyes generales del desarrollo psíquico: 1ª Ley del “crecimiento mental”: integración progresiva desde las formas simples a las elaboradas. 2ª Ley de “la heterogeneidad de los fines”: se generan nuevos fines a partir de los perseguidos o alcanzados. 3ª Ley de “desarrollo hacia los antagonistas”: los fenómenos mentales e, incluso, histórico culturales oscilan entre alternativas contrarias a lo largo del tiempo. Hay dos aspectos cruciales en el sistema mental de Wundt asociados a la causalidad psíquica: Era un tipo de causalidad diferente a la del mundo físico, ya que tenía un carácter teleológico; es decir, estaba dirigida a fines o metas independientemente de determinantes fisiológicos y respuestas meramente reactivas a condiciones ambientales. La causalidad psíquica relacionaba y conectaba las formaciones y conformaba, finalmente, la síntesis y la experiencia plena de conciencia. Tal síntesis y experiencia superior era denominada por Wundt “apercepción”, para remarcar el carácter unificado, focalizado y creativo de la actividad y la experiencia mental. La apercepción era algo más que la mera atención ya que implicaba la voluntad activa del sujeto para elegir entre contenidos mentales y componer síntesis superiores. De la misma manera, Wundt reconocía la existencia de un segundo tipo de “apercepción” capaz de componer síntesis de manera pasiva y meramente asociativa. Pero era la primera la que atribuía en exclusiva a los procesos mentales superiores, intencionales y propios del ser humano. *Por último,en el nivel más externo y superior del sistema cabía colocar los productos psíquicos o espirituales. Sobre ellos volveremos cuando hablemos de la Völkerpsychologie. El sistema de Wundt es voluntarista y supone que la conciencia y los procesos mentales humanos siempre están orientados intencionalmente, tienden hacia algo. En todo caso, hay que tener claro que el voluntarismo de Wundt no comprendía sólo la elección racional y reflexiva sino que sustentaba toda forma de deseo, tendencia o motivación inherente a la condición humana.

4. CONSOLIDACIÓN EN LEIPZIG: INSTITUCIONALIZACIÓN Y MÉTODO DE LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL (1875-1900)

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El proyecto psicológico de Wundt alcanzará su madurez en el momento en que ocupe una cátedra de Filosofía Inductiva en la Universidad de Leipzig y, cuatro años más tarde, en 1879, funde un laboratorio de psicología (Instituto de Psicología Experimental). Los cursos, investigaciones, actividades académicas y expedición de títulos oficiales de prestigio convirtieron al Instituto de Psicología de Leipzig en el lugar a la que debía acudir cualquier profesor o investigador del mundo interesado por la psicología. Todos se reconocieron como discípulos del maestro de Leipzig y reprodujeron sus estrategias institucionales (creación de cátedras, revistas, laboratorios, etc.) y métodos experimentales cuando retornaron a sus países, si bien la mayoría de ellos también se distanciaron de las tesis teóricas y programas de investigación defendidos por Wundt. Este tipo de episodios ha sido habitualmente empleado por la historiografía reconstructiva más clásica para justificar a Wundt como el héroe fundador capaz de desligar la psicología de la filosofía En definitiva, cabe tener presente que lo que la historia tradicional de la psicología ha reivindicado como relevante del episodio fundacional de Wundt no es tanto la creación o un cambio de paradigma realmente rupturista desde el punto de vista teórico-epistemológico como un importante y estratégico logro institucional que permitía la demarcación y la apropiación de un territorio académico en medio de las luchas de poder de la universidad alemana. *La psicología fisiológica de Wundt es, en realidad, una psicología experimental y refleja la búsqueda de un método riguroso, fiable y objetivo que permitiera abordar los objetos de estudio supuestos en su sistema. Teniendo en cuenta que tales objetos eran fenómenos de conciencia, la única alternativa metodológica a ese respecto era la auto-observación experimental. Wundt era muy crítico con la vieja introspección de sillón en la que el filósofo especulaba libremente sobre la naturaleza de sus propios procesos y experiencias mentales, siempre planteó que al volver la mirada hacía sí, el sujeto no tenía por qué estar observando lo que realmente sucedía, sino que podía estar reflexionando y elaborando una teoría arbitraria sobre lo que acababa de experimentar. El aparato psíquico podía volverse sobre los contenidos o datos que aparecían de forma inmediata en la conciencia, pero ésta no podía volverse sobre sí misma para observar los mecanismos que los habían producido sin desvirtuar dichos mecanismos –pensar sobre cómo pensamos sería como tratar de levantarnos a nosotros mismos agarrándonos por los pies-. El problema radicaba en que si no podían obtenerse datos objetivos y fiables de los fenómenos mentales, tampoco era posible aspirar a realizar una verdadera y completa sistematización de lo “psicológico”. La solución experimentalista de Wundt consistirá en centrarse en fenómenos de conciencia supuestamente simples como la sensación, por un lado, y en tratar de manipular las condiciones de la percepción interna e inmediata hasta aproximarla a las condiciones de la percepción externa y mediata de los métodos de estudios observacionales y objetivos, por otro. Para ello, trató de diseñar una auto-observación perfectamente sistemática y controlada apoyándose en la invención, construcción y adquisición de instrumentos y tecnología de calibración muy precisos para la época, como quimógrafos, diapasones, péndulos, cronográfos, metrónomos, etc. Se suponía que con esta tecnología estaba en condiciones de hacer generalizaciones de valor universal. Una clave informativa básica era la que el propio sujeto ofrecía describiendo inmediatamente su experiencia perceptiva. El objetivo experimental era evitar procesos de reflexividad sobre los propios procesos de conciencia, los sujetos que participaban en los experimentos debían estar, además, bien formados y entrenados para conocer a qué tipo de cuestiones debían atender.

5. INTERLUDIO: WUNDT CONTRA WUZBURGO O LAS LIMITACIONES DEL EXPERIMENTALISMO EN PSICOLOGÍA (1907) En los estudios de historia de psicología se señala habitualmente el enfrentamiento que Wundt mantiene en 1907 con la Escuela de Wuzburgo integrada por autores como Karl Marbe o Karl Bühler o con el que fue uno de los discípulos favoritos de Wundt: Oscar Külpe. Sin duda, la crítica explícita de Wundt tenía que ver con los límites que debían asumirse en la investigación experimental. Los psicólogos de Wuzburgo empleaban preguntas abiertas y complejas con sus sujetos y pretendían estudiar el proceso mental por el que se resolvían; esto es, aspiraban a estudiar los fenómenos y actividades mentales complejos en sí mismos. Creyeron confirmar experimentalmente, la existencia de la intencionalidad –la direccionalidad del pensamiento hacia un objeto o contenido concreto– y, sobre todo, la de un tipo específico de pensamiento que denominaron “sin imágenes”.

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En las fechas en que se produce la polémica, Wundt utilizaba un escrupuloso protocolo científico y creía que el método experimental sólo podía utilizarse para procesos o contenidos psicológicos muy sencillos, discretos, concretos y delimitados y exigía que los resultados sobre los contenidos básicos de conciencia se recogieran en el mismo momento de resolver la prueba y sin tiempo para que el sujeto experimental pudiera reflexionar sobre ellos. Por este mismo motivo, consideraba que era imposible atender al mismo tiempo a preguntas complejas y al proceso mental por el que se contestaban. Todos los procesos mentales seguían explicándose en términos estrictamente psicológicos pero algunos de ellos, los más complejos, no podían ser auto-observados en la conciencia del sujeto individual. Ahora bien, el problema teórico de fondo que implicaba asumir un “pensamiento sin imágenes” o cualquier otra actividad psicológica inconsciente es que podía recordar demasiado al alma sobrenatural. Esto era inaceptable para Wundt que había descartado la idea de alma como sustento inalterable de la experiencia y defendía, en su lugar, la tesis del actualismo. Wundt sospechaba que la actividad psicológica superior estaba ligada a los complejos procesos histórico sociales en los que se veía envuelto el ser humano. Pero todavía no descartaba utilizar el método experimental como un medio pertinente para analizar tales actividades, con el tiempo, profundizó en la idea de que éstas estaban inevitablemente impregnadas por la naturaleza cultural e intersubjetiva de la condición humana, aspectos intricados y previos a la emergencia de la conciencia individual que no podían desentrañarse por medio de la mera autoobservación experimental. Debido a ello, ya en la última década del siglo XIX, Wundt se había embarcado en la reformulación de dos niveles cualitativamente diferentes –y, consecuentemente, con dos metodologías– a la hora de clasificar los procesos mentales y las posibilidades de su estudio: - la psicología experimental - laVölkerpsychologie [Psicología de los Pueblos]

En el planteamiento maduro de Wundt resuena una clara sensibilidad postkantiana. - Por un lado, aún matizado por su perspectiva actualista, supone una profundización en las limitaciones analíticas señaladas por Kant a propósito del Yo transcendental; esto es, en la idea de que el aparato psíquico, responsable y soporte último de la actividad mental humana, no puede tomarse a sí mismo como objeto de estudio. - Por otro lado, la Völkerpsychologie: uno de los muchos puntos de contacto entre la nueva psicología científica y el idealismo alemán. Wundt considera que la naturaleza del espíritu ola actividad humana implica una condición genérica y universal compartida por toda la especie, si bien toma formas diferentes en las diversas etapas históricas y en los distintos pueblos. Wundt, en cualquier caso, no quería renunciar a un estudio científico de este principio colectivo. No podía aceptarlo como una mente de grupo supraindividual, descarnada e independiente de los individuos. Por eso lo dotó de una naturaleza psicológica –materializado en procesos de conciencia transportados por sujetos concretos de carne y hueso–.

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Este planteamiento s crucial para el sistema wundtiano –y aún para la psicología actual– porque supone el intento de abrir una nueva vía metodológica, alternativa a la experimental y auto-observacional, para analizar con el mismo rigor científico los procesos psicológicos superiores.

6. LA VÖLKERPSYCHOLOGIE [PSICOLOGÍA DE LOS PUEBLOS] (1900-1915) En el contexto de reflexiones sobre las limitaciones de la investigación psico-físiológica y el control experimental, Wundt empezó a plantearse en serio alternativas para una psicología omnicomprensiva. Tal circunstancia requirió prestar una atención especial a las relaciones entre la psicología y los fenómenos colectivos desde un punto de vista histórico-cultural. Sitten, esto es, las costumbres o los sistemas morales. Las consideraba material útil para analizar, desde un punto de vista evolutivo, los orígenes colectivos de las “culturas primitivas o ahistóricas” del presente. Estas inquietudes culturales fueron ganando importancia de tal manera que, ya en la tercera edición de sus Fundamentos de psicología fisiológica (1893), la Völkerpsychologie acompaña en pie de igualdad a la psicología fisiológica como una de las dos ramas principales de la psicología científica. A partir de 1900, Wundt se volcó casi completamente en el estudio de la Völkerpsychologie y a ella dedicó los últimos 15 años de su vida. (Libro de 10 volúmenes: Elementos de Psicología de los Pueblos). Dará por concluido el proyecto en 1920, el mismo año de su muerte, y el resultado final será una especie de compendio de reflexiones psicosociológicas, psico-históricas y culturales en las que, entre otras cosas, tomaba en cuenta informes de viajeros, exploradores y antropólogos. *Völkerpsychologie es un término alemán que se suele traducir por “Psicología de los pueblos”, aunque también por “psicología popular”, pero con ella Wundt se refería específicamente a una suerte de psicología de la cultura humana en contraste con la psicología individual, naturalista y actualista. La propuesta, en cualquier caso, no es originalmente suya: la Völkerpsychogie de Moritz Lazarus (1824-1903) y Hajim Steinthal (1823-99). -La fundación de la Volkerpsychologie por Lazarus y Steinthal Lazarus estuvo influido por la insistencia de Johan Friedrich Herbart en la naturaleza socio-cultural del hombre y de que los acontecimientos colectivos se deberían poder tratar como procesos análogos a lo que sucede dentro de las mentes individuales. Steinthal estudió filología en la Universidad Berlín, donde conoció a Lazarus, y a quien contagió su propio entusiasmo por las tesis del gran filólogo Wilhelm von Humboldt (1767-1835); concretamente, por el planteamiento que ligaba el lenguaje y el habla con el pensamiento de los grupos humanos. En 1860 se creó una cátedra de Völkerpsychologie en la Universidad de Berna, la primera de la historia. Lazarus adicionalmente, fundó junto a Steinthal la Zeitschrift für Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft [Revista de psicología de los pueblos y filología] en 1859, publicación orientada a discutir y desarrollar su programa de investigación junto con otros intelectuales. Este programa consistía en una reinterpretación y desarrollo de la noción idealista de Volkgeist [espíritu del pueblo] según la cual ésta no podía suponerse al margen del Geist [espíritu] particular de cada individuo. La sociedad tiene una preeminencia lógica, temporal y psicológica sobre el individuo e influye poderosamente en su desarrollo. Según Lazarus y Steinthal, existían dos manifestaciones interrelacionadas del Volkgeist: -1Intrapsíquica y se estructuraba siguiendo la triada psíquica arquetípica que distinguía entre los pensamientos, los sentimientos y las disposiciones volitivas -2Remitía a la encarnación material del Volkgeist en productos culturales –libros, obras de arte, monumentos, códigos y reglas sociales, instituciones políticas, educativas, etc.– y sus dominios básicos se estructuraban en paralelo a los tres elementos intrapsíquicos. Tales dominios eran la mitología, las costumbres y la religión y, junto a ella, el arte. El factor fundamental del Volkgeist era la lengua común. Para Lazarus y Steinthal, ésta reflejaba la creación por excelencia del genio nacional y constituía la piedra de toque para estimar su calidad o grandeza mental. En último término, la fuente intrapsíquica del lenguaje remitía a las ideas

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subjetivas y autorreferenciales de los miembros de la comunidad, su identidad compartida y su sentimiento de pertenencia un mismo grupo. -La Völkerpsychologie de Wundt Ya en sus tempranas Lecciones sobre la mente humana y animal (1863) Wundt había tratado de marcar distancias con el tipo de Völkersychologie que Lazarus y Steinthal defendían. Frente a ellos, defendía que la mente individual y sus leyes eran prioritarias y antecedían, en todos los casos, al hecho social. Sólo el paso de los años hizo que se cuestionara la validez de esa afirmación y se identificara con una posición en la que lo colectivo se sobreponía a lo individual. Para Wundt, la psicología colectiva no reproducía simplemente el funcionamiento de una mente individual a otra escala, como si se tratara de dos planos paralelos. Muy al contrario, la dinámica de ambas, individual y colectiva, tenía que estar relacionada funcionalmente de una manera más sutil y compleja. Vamos a plantear tres consecuencias teóricas relevantes y relativamente vigentes que, desde nuestro punto de vista, podrían extraerse del empeño de Wundt: *La unidad psíquica de la especie: trataba de evitar tanto los supuestos más especulativos e idealistas sobre el espíritu colectivo. Wundt estaba convencido de la primigenia unidad psíquica de la especie según la cual las variaciones de estructura mental básica del ser humano se explicaban por la acción del medio ambiente geoclimático y cultural en el que se desenvolvía y relacionaba cada grupo humano. *La complejidad de la acción: intersubjetividad y síntesis creadora: Wundt fue un autor muy sensible a los procesos intersubjetivos la manera en que los seres humanos constituían mutuamente sus hábitos e ideas comunes a través de las actividades y prácticas cotidianas y conjuntas. Trataba así de analizar procesos colectivos intrincados y complejos en los que, por supuesto, cabía sopesar el efecto evidente de las condiciones exteriores de la vida, Wundt defendía que las actividades en las que se veían envueltos individuos y colectivos no eran lineales, mecánicas y economizadoras, sino creativas, desbordantes y, en algún punto, imprevisibles. Para explicar esta circunstancia, Wundt recurría a los principios de “síntesis creadora” – definida como el grado más alto de la apercepción en tanto que origen de novedades mentales y culturales– y “heterogeneidad de los fines” –el hecho de que se ofrecieran múltiples alternativas a partir de unas mismas condiciones de partida–. A partir de ambos principios, y ahondando en la complejidad del sistema psicológico y cultural, Wundt suponía que cuando se alcanzaban los fines u objetivos previstos en una actividad era probable que aparecieran nuevos efectos que, a su vez, podían convertirse en objeto u origen de nuevos procesos perceptivos o secuencias de acción voluntarias. *Los productos psíquicos o espirituales y las formas culturales: Wundt hablaba de productos espirituales entendidos como materializaciones u objetivaciones de la energía y dinámica mental y consideraba que los fundamentales eran el lenguaje, el arte y los mitos y las costumbres. El lenguaje quedaba especialmente ligado al pensamiento en tanto que expresión de relaciones internas de las cogniciones y sus modificaciones graduales, el mito y el arte configuraban conjuntamente el ámbito de los sentimientos e impulsos y las costumbres se mantenían como índice del ejercicio de la voluntad para la organización de la sociedad. Wundt integró y articuló este tipo de objetos de estudio dentro del gran proyecto científico de la psicología moderna. De su propuesta metodológica se deriva que el objeto de estudio de la Völkerpsychologie no es ya propiamente la mente individual, pero tampoco lo es la mente social en abstracto. El objeto que se ha de analizar es, en realidad, el producto objetivo resultante de la interacción de muchas mentes. Los productos espirituales o psíquicos son la materialización cultural de los procesos psíquicos intersubjetivos, los convierten en algo externo y los fijan o atrapan frente al devenir temporal y efímero que caracteriza a los procesos mentales. De esta manera, el producto espiritual es un material que puede ser analizado objetivamente. Estos productos son, por tanto, el material del que dispone la Völkerpsychologie para descubrir las leyes psicológicas generales implicadas en las dinámicas propias de todo entorno intersubjetivo y de la propia unidad y evolución psíquica de la especie. -El destino de la Völkerpsychologie:

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La Völkerpsychologie wundtiana no está exenta de múltiples problemas y supuestos muy discutibles, algunos propios de la época. El intento de sistematizar conjuntamente la psicología, la historia y una ciencia de la sociedad o de la cultura era excesivo y, seguramente, estaba condenado al fracaso. Tampoco tuvo en cuenta algo tan importante como el desarrollo infantil a la hora de entender el proceso de co-construcción de la mente individual y la cultura general. De la misma manera, no logró desprenderse totalmente del etnocentrismo y la idea de progreso absoluto. Wundt tomaba la cultura centroeuropea, particularmente la alemana, como referente y, a partir de ella, proponía diferentes estadios de desarrollo civilizado entre las diversas sociedades, tanto históricas como coetáneas. Pero ello no puede eclipsar el hecho de que Wundt abriera el horizonte disciplinar de la psicología, incluso para una perspectiva contemporánea. La Völkerpsychologie wundtiana pone de manifiesto no sólo que la experiencia psicológica es irreductible a principios neurofisiológicos; además, intuye que los procesos de objetivación de la experiencia externa a través de los objetos, el lenguaje, las instituciones, etc., generan marcos de sentido y significado que amplían el arco de motivos de la vida propia del ser humano. En definitiva, hay motivos de la actividad psicológica, y posiblemente los más importantes, que no pueden entenderse desde un sujeto concebido en términos puramente neurofisiológicos y asociacionistas. Sea como fuere, lo que señala la historiografía al uso es que el proyecto wundtiano de la Völkerpsychologie no encontró continuidad directa e inmediata a la muerte de su creador. Y efectivamente ninguno de sus discípulos continuó con la tarea, en buena medida porque el propio Wundt les orientó sobre todo al trabajo experimental en el laboratorio y no se preocupó por formarlos o incorporarlos activamente a la investigación en el campo de la psicología de los pueblos. Su influencia se dejó notar, más bien, como efecto derivado de su labor docente, de sus apasionadas y populares clases. De hecho, Durkheim y otros discípulos franceses de Wundt fueron responsables de que, en buena medida, la Völkerpsychologie –tanto en la versión de Wundt como en la de Lazarus y Steinthal- se popularizara y discutiera ampliamente en el dominio académico francés. Con todo, la Völkerpsychologie fue principalmente reconocida y reivindicada como precursora del proyecto vygotskiano. En líneas generales, para la psicología cultural, la actividad psicológica del sujeto debe ser siempre entendida dentro de su contexto cultural. Tal contexto está configurado por artefactos (simbólicos, como el lenguaje, o materiales, como cualquier objeto cotidiano) que, desde el mismo momento del nacimiento, median las relaciones del sujeto con sus congéneres y el mundo y, por ende, lo constituyen como agente: esto es, como persona capaz de dirigir sus acciones a un fin deliberado pero no necesariamente autocontenido. Considerando estas cuestiones, no es de extrañar que se reconozca a Wundt como un psicólogo precursor, si bien lo cierto es que se trata de una reivindicación meramente celebratoria, sin continuidad ni conexión directa con los programas de investigación actuales. De todo ello se deduce que el proyecto de la psicología de los pueblos de Wundt resulta algo extraño para la propia memoria histórica del psicólogo actual y, de hecho, es evidente que nunca se sabe muy bien dónde colocarlo.

7. ¿RETORNAR A WUNDT? A Wundt hay que reconocerle, al menos, la instauración del esquema básico de trabajo en el que se econoce la actual psicología experimental y de laboratorio. A pesar de ello, es cierto que las dos amas del sistema psicológico de Wundt –la individual y la colectiva– implican una concepción de la disciplina todavía muy ligada a la filosofía. ¿Cabe así pensar que el programa que Wundt ideó para la psicología fracasó por no esembarazarse totalmente de la filosofía y no encaminarse decididamente hacia la ingeniería social? En parte seguramente sí, pero hay otros motivos que también deben sopesarse y que, en cierto sentido, son más complejos. Seguramente la apuesta por el experimentalismo y la necesidad de consolidar el espacio profesional del psicólogo llevó a los responsables de la disciplina a desestimar la complejidad del vastísimo ámbito de inquietudes psicológicas señalado por Wundt. Más fortuna pudo tener en Francia, donde la sensibilidad cultural de la Völkerpsychologie no sólo llegó a aridarse con la recepción del propio pragmatismo de James, Dewey y Baldwin, sino que influyó claramente en la psicología histórica de Ignace Meyerson hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Pero este programa también quedó eclipsado en el país galo tras una apuesta institucional por los desarrollos más experimentalista de la disciplina.

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Con todo, muchas de las preguntas que planteó y a las que se enfrentó el propio Wundt, dentro de su sensibilidad kantiana, parecen seguir siendo relevantes, aunque son pocas las veces que esto se ha detectado y reconocido. A pesar de ello, la psicología de los pueblos de Wundt es ambiciosa y generosa, y testimonia un interés por alcanzar la concepción más amplia y crítica posible del fenómeno humano. Una empresa psico-sociológica de tal género, sin embargo, exigía los psicólogos un esfuerzo histórico, teórico y cultural excesivo y, sin duda, ello ontribuye a explicar por qué, a lo largo del siglo XX, fue relegada por otro tio de ontrato más nítido entre nuestra disciplina y la cuestión socio-cultural; a saber, el del sistencialismo social provisto por las ingenierías y aplicaciones psicológicas.

Irene Salcedo Tema 5 Historia de la Psicología

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