SOCIOLINGUISTICA

INTRODUCCIÓN El presente trabajo de investigación ha sido realizado como uno de los requerimientos para la aprobación de

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INTRODUCCIÓN El presente trabajo de investigación ha sido realizado como uno de los requerimientos para la aprobación del cursado de la cátedra “Sociolingüística”, correspondiente al Cuarto Año del Profesorado de Inglés para el Tercer Ciclo de la EGB, la Educación Polimodal y el Nivel Superior y de la Licenciatura en Inglés, ambas carreras pertenecientes a la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan. Nuestro propósito es analizar el uso de las formas going to y gonna en el habla de personajes de series televisivas en Estados Unidos. Este estudio fue hecho siguiendo los lineamientos del modelo variacionista de William Labov, el cual nos deja ver el posible vínculo entre nuestra unidad de análisis y determinados factores.

MARCO TEÓRICO La perspectiva sociolingüística. Hasta los años 60’, los lingüistas se dedicaron al estudio de la lengua abstracta (es decir, el código) concibiéndola como algo homogéneo, sin profundizar en sus diversos grados de variación. Esto cambió con la llegada del enfoque interdisciplinario propio de la sociolingüística, que ha tomado notable relevancia especialmente a partir de los años 70’ entre las ciencias del lenguaje y recibe aportes de la lingüística y la sociología, con el fin de analizar y explicar el habla real. Yolanda Lastra nos provee con una de las definiciones más completas e integradoras del enfoque sociolingüístico: Lengua, cultura y sociedad son algunos de los temas que dan origen a la trama de la sociolingüística moderna. Es la interdisciplina que estudia no ya la lengua como sistema, sino su uso estructurado y sus relaciones con la sociedad, y que al mismo tiempo revela características de la estructura de la sociedad. (1992:19). Dada esta amplitud del campo de la sociolingüística, ha sido normal definirla desde los intereses de cada fragmentación teórica (García Marcos, 1993:14), pudiendo encontrar diferentes perspectivas dentro de este campo, aunque la mayoría de los autores reconocen tres. Cada una de ellas se enfoca en diferentes aspectos del comportamiento lingüístico: sociología del lenguaje, etnografía del habla y variacionismo. Por un lado, la sociología del lenguaje ofrece como uno de sus máximos exponentes a Joshua Fishman y describe los vínculos entre lengua y sociedad en comunidades que presentan existencia de más de una lengua, con el fin de entender la realidad de esas sociedades y describir sus repertorios o inventarios lingüísticos. Sus focos de interés son la influencia entre lenguas en contacto y la planificación lingüística. En referencia al contacto 1

lingüístico, este puede incluir tres diferentes situaciones entre las que encontramos el equilibrio y confrontación social entre lenguas (con presencia de bilingüismo y/o diglosia), la influencia entre lenguas (en el caso de la transferencia lingüística y los cambios de código), y la fusión entre lenguas ( (que se da, por ejemplo, en los sistemas educativos de comunidades o países plurilingües e implica análisis y descripciones sobre la estandarización o normalización de lenguas). Por otro lado, la etnografía del habla (también llamada etnografía de la comunicación o antropología lingüística) presenta como referentes a Dell Hymes y John Gumperz. Esta línea de trabajo emplea el método etnográfico en sociedades poco desarrolladas tecnológicamente para analizar las relaciones entre lengua, sociedad y cultura, poniendo el foco en la competencia comunicativa que precisan los individuos para desenvolverse en una comunidad de habla determinada. Su unidad de análisis, por ende, es el evento de habla. Estudia las estrategias comunicativas o pautas de interacción que rigen la comunicación en cada cultura. Así, por ejemplo, las distancias, el tono e intensidad de la voz, la velocidad del habla, los silencios, las intervenciones durante un diálogo, etc. Siguiendo a García Marcos (1993:29), las explicaciones que se presentaban respecto a los cambios en el habla se reducían a la noción de que las lenguas variaban libremente, o que las normas del código se iban transmutando hasta llegar a los dialectos, entre otros planteos poco satisfactorios a ojos del autor. Como respuesta a esto el variacionismo (o también conocido como sociolingüística variacionista, sociolingüística correlacional, sociolingüística urbana o sociolingüística a secas), con William Labov como el representante más relevante, propuso que la variación en el habla era estructurada y ordenada y podía ser estudiada sistemáticamente. Es decir, propone que las variaciones en el habla no se dan de forma libre o poliforme sino que siguen determinados patrones factibles de ser estudiados cuantitativamente siguiendo una metodología rigurosa, que permite analizar los datos para llegar a conclusiones sobre las alternancias de la lengua en uso. Por lo tanto, su objeto de estudio es la alternancia lingüística en todos los niveles (fonético-fonológico, morfo-sintáctico y léxico-semántico), considerando que obedece a vínculos entre el comportamiento verbal y las características sociales de los sujetos. Los intereses o aspectos estudiados y analizados por esta corriente son la variabilidad lingüística y su potencial relación con variables independientes (tanto lingüísticas como extralingüísticas), además de las valoraciones de los hablantes frente a las formas alternas y, finalmente, los cambios lingüísticos en proceso. En cuanto a la correlación entre el uso de la lengua y las variables independientes, podemos decir que el habla de los miembros de una comunidad da cuenta de las proyecciones identitarias que caracterizan y diferencian a unos individuos de otros en determinados contextos y en base a su pertenencia a distintos grupos sociales. Aquí se 2

puede ver la función emblemática del habla como reflejo de la identidad sociocultural de los hablantes. Además, los usuarios de una lengua no hablan de igual manera en los distintos ámbitos en los que se desenvuelven (íntimos o familiares, de trabajo o educativos, etc.) Acudiendo a Holmes, cabe mencionar lo siguiente: Sociolinguists study the relationship between language and society. They are interested in explaining why we speak differently in different social contexts, and they are concerned with identifying the social functions of language and the ways it is used to convey social meaning. (Sanou, 2018:3). Con respecto a las valoraciones o actitudes lingüísticas de los hablantes ante las formas alternas, se da por sentado que los mismos presentan determinados niveles de conciencia lingüística. Gracias a ésta, podemos distinguir discrepancias en cuanto a estilos (formal e informal), estratos sociales (hombres y mujeres, clases alta o baja, jóvenes y adultos, etc.) e influencias regionales. Éstas se conocen como diferencias diafásicas, diastráticas y diatópicas, respectivamente. De ésta manera, los hablantes expresan o demuestran reacciones positivas o negativas hacia las variantes de una forma lingüística. Las perspectivas sobre el estudio de estas actitudes se sustentan en base a dos grandes líneas de trabajo: la conductista y la mentalista. La primera conlleva un análisis de las conductas observables o manifiestas hacia las formas lingüísticas (lo que se denomina “observación directa”). La segunda, por su parte, considera que la evaluación de los hablantes sobre las formas es un fenómeno que no puede ser solamente observado de forma directa, sino que existe a veces inconscientemente en la mente de los individuos. Para poder inferir estas actitudes, el investigador puede recurrir a métodos directos e indirectos, contrastando los usos lingüísticos de los informantes. Pese a las diferencias entre éstas aproximaciones, los investigadores coinciden en que las actitudes se caracterizan por su carácter adquirido, su implicitud, su estabilidad, su especificidad en cuanto a su referente, su variedad con respecto al grado de aceptación o rechazo y su utilidad para el levantamiento de índices cuantitativos. Además, siguiendo a Moreno Fernández, las actitudes lingüísticas contienen tres componentes: […]…cognoscitivo (saber o creencia), afectivo (valoración o evaluación teñida de sentimientos o emociones), y conativo (tendencia a actuar y a reaccionar de cierta manera con respecto al objeto). (Sanou,2017). Finalmente, respecto a los cambios lingüísticos en marcha, se reconoce un cambio metodológico respecto a su estudio a mediados de los años 70’, gracias a la contribución de William Labov. El estudio de los cambios en la lengua se había realizado tradicional y únicamente de manera diacrónica a partir del análisis de textos escritos a lo largo de los años. Gracias a Labov y su aporte se comenzó a describir el habla de manera sincrónica mediante la comparación de la forma de hablar de individuos de una comunidad de 3

diferentes edades en un momento determinado. Así, el modelo laboviano introdujo la noción de “tiempo aparente”: se considera que partir de los 20 o 25 años los hablantes difícilmente modificarán sus comportamientos lingüísticos. Por ende, esto permite contrastar el uso de las formas alternas en los diferentes grupos etarios: a medida que aumenta el uso de la forma moderna en las edades jóvenes, es posible deducir que se está produciendo un posible cambio lingüístico, que puede consolidarse o no en un futuro. De ésta manera, es factible el estudio sincrónico del habla sin necesidad de esperar varios años para analizar el desarrollo de una alternancia en el tiempo real, circunstancia en la que contrastaríamos datos obtenidos en cortes cronológicos diferentes (García Marcos,1993:42). Variable lingüística dependiente. La sociolingüística tiene como objeto de estudio las variables lingüísticas dependientes. Esta variable presenta distintas variantes que pueden ser analizadas cuantitativamente para arribar a conclusiones sobre su alternancia de acuerdo a múltiples factores influyentes. Esta variable no es un componente perteneciente al mundo real, sino que es una mera abstracción que existe solo en la mente de los hablantes y que permite a los investigadores el estudio y análisis de sus realizaciones, las variantes. De acuerdo a la teoría variacionista, la variable lingüística dependiente puede cumplir la función de estereotipos, marcadores o indicadores. La variante de estereotipo pertenece a una comunidad de habla específica que lo define y diferencia de otros y que al mismo tiempo despierta en otras comunidades actitudes de rechazo o de aceptación. Por otro lado, cuando la variante cumple una función de marcador, tiene la potencia de alternar su forma de acuerdo a factores sociales y estilísticos, pero no está sujeta a la actitud evaluativa de los hablantes. Finalmente, cuando decimos que una variante tiene función de indicador, nos referimos a las variantes que solamente presentan una forma alterna debido a la diversificación social, sin estar sujetas a la actitud del hablante o al estilo usado durante el habla. Es importante mencionar que las variantes pueden tener un mismo referente pero se diferencian en su significado social o estilístico. Debido a que estas variantes no son idénticas semánticamente presentan inconvenientes para su estudio metodológico. Para solventar este impedimento, Beatriz Lavandera (1984:45) planteó considerar los componentes funcionales de las variantes para así compararlas aunque estas formas no sean idénticas semánticamente. Las variantes son potencialmente afectadas por distintas variables independientes. Las variables independientes son los factores con la capacidad de repercutir en el uso de una variante sobre otra. En otras palabras, un hablante tiene la opción de elegir, consciente o inconscientemente, una forma alterna en vez de otra de acuerdo a factores lingüísticos y extralingüísticos.

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Con respecto a los factores lingüísticos, los podemos definir como cualidades fonéticofonológicas, morfo-sintácticas o léxico-semánticas, que caracterizan y definen a una lengua y a la vez contribuyen a la aparición y uso de una variante o su inhibición. Citando a García Marcos (1993:31), estos “dependen de la estructura del sistema que en determinadas posiciones estimula la variación, mientras que en otras la frenaría”. Variables extralingüísticas Los factores no lingüísticos pueden clasificarse en dos grandes sub-grupos: estilísticos y sociales. Por un lado, en cuanto a los estilísticos, podemos afirmar que están vinculados al nivel de “tensión comunicativa” (García Marcos, 1993:32) de una determinada conversación o situación discursiva. Aquí es donde entran en juego las relaciones de cercanía o distancia entre los hablantes, así como también sus diversos grados de consciencia lingüística. Cuanta más educación formal tiene una persona, mayor es su capacidad de adecuar o acomodar su manera de hablar de acuerdo a las circunstancias de la comunicación. Además, ésta tensión genera una carga, una presión psicológica sobre los usuarios de una lengua, que estarán más pendientes de qué dicen y cómo a medida que aumenta dicha presión, siempre de acuerdo a los niveles socioeducativos de los emisores. Así, en las circunstancias formales es esperable un discurso más monitoreado en cuanto a factores fonológicos, sintácticos, pragmáticos, etc., mientras que lo contrario se espera en las ocasiones o registros no formales, donde la tensión comunicativa se reduce considerablemente. En general, se distinguen los estilos formal e informal. No obstante, autores como Labov reconocen incluso cinco: conversación casual, conversación cuidada, lectura de textos, lectura de lista de palabras y, finalmente, lectura de pares mínimos (Sanou, 2017). Por otro lado, siguiendo a H. Cedergren (en García Marcos, 1993:31), podemos clasificar las variables sociales en “adscritas” y “adquiridas”. Las primeras son de carácter natural, innato o inherente al hablante, es decir que son aspectos con los que uno nace y no puede cambiar (como por ejemplo, la edad, el género, la etnia y el origen geográfico). Las segundas, por su parte, son acuñadas o incorporadas por el usuario de una lengua a medida que éste se integra y se relaciona en una comunidad (aquí encontramos, por ejemplo, la ocupación, los ingresos, los estudios formales y demás factores que varían acorde a cada contexto social y según la alternancia lingüística que se está estudiando). Las variables sociales que describiremos son los ingresos, los estudios, el género, la edad y la etnia. En cuanto a los dos primeros, podemos decir que son aspectos fuertemente influyentes en el habla de los individuos, especialmente en estudios variacionistas hechos en centros urbanos con una considerable densidad de población. A pesar de que diversas perspectivas dentro 5

del campo de la sociología sostienen la existencia de un “continuum social” (rechazando el concepto de “clase social”), podemos encontrar trabajos en los que se hace alusión a la noción de nivel socioeducativo, término que sirve de gran utilidad a la sociolingüística variacionista para ubicar a los miembros de una sociedad en una escala según un índice que tendrá en cuenta tanto sus estudios formales como sus ocupaciones o ingresos. De ésta manera, se distinguen básicamente tres niveles socioeducativos (alto, medio y bajo) entre los cuales encontramos diferencias no sólo sociales o económicas sino también culturales. Tales rasgos son susceptibles de reflejarse en los hábitos lingüísticos (pronunciación o vocabulario) y no lingüísticos (la vestimenta, el tipo de vivienda, etc.) de estos diferentes hablantes. Así, los individuos de los niveles altos, junto con sus comportamientos verbales, serán (en mayor o menor medida) prestigiados, valorados e imitados por los otros estratos sociales. Por otra parte, en lo que corresponde a la variable género, diversos autores reconocen la preferencia por éste término en vez de “sexo”, noción que se limita a diferencias biológicas entre hombres y mujeres, dejando de lado las construcciones psicológicas, sociales y culturales. Éstas últimas se manifiestan en los diferentes (y desiguales) roles que han sido históricamente asignados a los dos géneros, siendo los varones el grupo altamente privilegiado durante miles de años en términos sociales, económicos, políticos, etc. A pesar del gran avance de la ola feminista moderna en las sociedades occidentales, aún se reconocen muestras de disparidad entre hombres y mujeres, lo cual se refleja en los modos de hablar de cada grupo: el género femenino tiende a tratar de conseguir su jerarquización o estatus social mediante el empleo de formas lingüísticas que gocen de prestigio en su comunidad, siendo más conscientes que los hombres en cuanto a los usos de sus repertorios verbales. ETNIA Con respecto a la edad, se reconoce su influencia en cuanto a los comportamientos lingüísticos diferenciados o variaciones lingüísticas: ciertas variantes podrían señalar la pertenencia a diferentes grupos etarios que normalmente son clasificados entre Jóvenes, Adultos y Mayores. Diferentes situaciones pueden emerger a partir de éste concepto: en primer lugar, es posible ver una mayor frecuencia de uso de una determinada forma lingüística por un grupo etario, con la intención de diferenciarse de los otros. Es el caso típico, por ejemplo, de los adolescentes que muestran tendencia a usar vocablos no canónicos para expresar distancia respecto a los adultos o mayores. En segundo lugar, es factible observar el fenómeno de “autocorrección” por parte de los adultos. Al estar en la plenitud de sus carreras profesionales y debido al hecho de que ansían mejorar su posición social y económica en la comunidad, tienden a mostrar más consciencia con respecto al uso de las formas lingüísticas prestigiadas. En otras palabras, buscan “hablar mejor” para proyectar una mejor imagen social de sí mismos. 6

En tercer lugar, se reconoce que la variable edad contribuye útilmente al Variacionismo debido a que facilita el estudio de los mecanismos de cambio lingüístico. Siguiendo a Sanou (2009), podemos decir que: A través del concepto de “tiempo aparente” –introducido por Labov (1972)- al comparar el habla de los informantes mayores con la de los adultos o jóvenes, podemos detectar cambios lingüísticos que están en pleno proceso, sin tener que esperar varias generaciones para observarlos en el tiempo real. Agregar inseguridad lingüística, hipercorrección y estratificación sociolinguistica.

METODOLOGÍA Se aplicó la metodología variacionista cuantitativa, siguiendo en términos generales el modelo de William Labov. La variable lingüística dependiente estudiada es “GOING TO” que presenta las variantes “going to”, no marcada y formal, y la variante “gonna”, marcada e informal. La variable “going to” es la forma lingüística usada para expresar planes e intenciones en el futuro asi como también realizar predicciones en base a evidencias observables en el presente. Sintácticamente, esta introducida por el verbo “to be” en concordancia con el sujeto de la oración y conjugado en sus tiempos presente y pasado. Lo que sucede inmediatamente a la variable es el verbo nuclear de la construcción sintáctica que adopta la forma del infinitivo. Por ejemplo: “That sounds like sarcasm, but I’m going to disregard it because I have an agenda.” Sheldon (The Big Bang Theory) “We are not going to be able to ID anything from the flesh.” Brennan (Bones) Tanto la variante “going to” como “gonna” son gramaticalmente aceptables y ninguna goza de algún tipo de prestigio linguistico sobre la otra. La única diferencia evidente entre ambas es que la variante marcada es la forma contraída de la variante no marcada. Por ejemplo: “Now, I’m gonna have to break the little sad sack’s heart” Amy (The Big Bang Theory) “Now? Doug, it’s gonna burn” Carrie (The King of Queens) En cuanto a las variables independientes, se consideraron el nivel socioeducativo (media baja y media alta), grupo etario (jóvenes y adultos), género (mujeres y hombres) y estilo (formal e informal). Considerando el nivel socioeducativo, se aplicó un índice cuantitativo para asignar a cada informante (en este estudio, personajes televisivos) un puntaje según sus estudios y un 7

puntaje según su ocupación. Se consideraron hombres y mujeres entre 20 a 34 años (jóvenes) y de 40 a 54 años (adultos). Para la obtención del corpus, se trabajó con la observación de “sitcoms” para el estilo informal (entre las cuales encontramos Friends, The King of Queens, Modern Family, New Girl, Superstore y The Middle) y series criminalísticas y académicas (Law & Order SVU, Bones y The Big Bang Theory). Se estimó un tiempo aproximado de cincuenta y cinco (55) horas reloj en total para la recolección de las instancias. Se trabajó con un total de cuatrocientas ochenta (480) de la variable en estudio.

ANÁLISIS DE LOS DATOS Con respecto al uso de la variable GOING TO en la muestra total, los datos recogidos y analizados muestran un 69% de uso de la variante “gonna”, lo cual denota una tendencia favorable hacia la variante no marcada. (Figura 1).

Muestra total de la variable GOING TO 31.00%

69%

(Fig. 1: muestra total de la variable lingüística dependiente). A partir de aquí, solo se mostraran las cifras correspondientes a la variante marcada “gonna”. Estilo Con respecto al factor independiente estilístico, se tomaron 320 instancias de la variable en base al estilo informal propio de las “sitcoms”, las cuales se caracterizan por la presencia de conversaciones en ámbitos relajadas donde la tensión comunicativa es baja y, en consecuencia el habla es más espontánea y coloquial.

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Por otro lado, las restantes 160 instancias de la variable en la muestra total corresponden al estilo formal característico de las series de televisión en donde los protagonistas, profesionales de distinta índole (académicos, detectives, investigadores, etc.), se encuentran inmersos en situaciones de interacción verbal con altos niveles de tensión comunicativa y presión psicológica#. Por lo tanto, acá vemos favorecido el uso de la variante “going to”, no marcada y formal. Se puede observar en los datos analizados una frecuencia mayor de la variante “gonna” en el estilo informal con un 85% de ocurrencias en comparación con un 36% de uso en el estilo formal. (Figura 2).

90% 80% 70% 60% 50% 85%

40% 30% 20%

36%

10% 0%

Estilo Formal

Estilo Informal

(Figura 2: muestra total de la variante “gonna” en estilo informal y formal.) Con respecto a los factores sociales independientes, analizamos la edad atendiendo a dos grupos: jóvenes y adultos. Los jóvenes utilizan la forma marcada un 18% más que los adultos. (Figura 3) Siguiendo a Sanou (2009:5), es un hecho comprobado que el comportamiento verbal del hablante varía según su edad e identifica a los distintos grupos etarios, presentando variaciones en sus inventarios lingüísticos.

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"gonna" 100%

94%

90% 76%

80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%

Jovenes

Adultos

(Figura 3: muestra restringida de las variantes “gonna” según grupo etario). Esta diferencia en el uso de la variante “gonna” puede explicarse como el resultado del estilo de vida más relajado o escueto propio de los jóvenes, carentes de preocupaciones sociales o económicas que tienen los adultos. En consecuencia, los grupos etarios de edades más bajas no atienden tanto a su manera de hablar como si lo hacen los adultos, quienes constantemente buscan proyectar una mejor imagen de sí mismos para intentar ascender socialmente. En cuanto al nivel socioeducativo, el análisis de los datos recogidos presenta un 93% de uso de la variante “gonna” en el nivel medio bajo en comparación con un 77% obtenido en el nivel medio alto. (Figura 4)

10

0% 0%

77% 93%

0%

10%

20%

30%

40%

50% MB

60%

70%

80%

90%

100%

MA

(Figura 4: muestra restringida de la variante “gonna” según nivel socioeducativo: MB= media baja, MA= media alta) Estas cifras dan cuenta de un menor uso de la variante marcada en los estratos altos respectos a los estratos bajos. Esto se condice con los postulados de Labov que afirman que podemos distinguir distintos grupos de hablantes en la escala de estratificación social por la frecuencia de uso de las variantes prestigiadas (a mayor nivel socioeducativo, mayor será el uso de dichas variantes). En nuestro caso, la variante “gonna” no sufre de desprestigio o agramaticalidad, pero está más asociada a los contextos comunicativos informales que son más frecuentes en los estratos socioeducativos bajos. Esto se ve influido al tipo de ocupación laboral en la que se desenvuelven los individuos de estos niveles: por ejemplo, Douglas, personaje de la serie The King of Queens, se desempeña como repartidor de encomiendas, hecho que favorece al uso de la variante no formal. Si lo comparamos con Mitchell de la serie Modern Family, quien tiene profesión de abogado, podemos notar un mayor uso de la variante “going to” respecto a Douglas. En cuanto al género, no se observan diferencias marcadas que muestren una influencia de este factor independiente sobre el uso de la variable. Esto se debe al poco porcentaje de diferencia que hay entre el 87% obtenido por los hombres y 83% obtenido por las mujeres en cuanto a la variante “gonna”. (Figura 5).

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"gonna" 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40%

87%

83%

Hombres

Mujeres

30% 20% 10% 0%

(Figura 5: muestra restringida de la variante “gonna” según género: Masculino, Femenino) Si bien se reconoce el hecho de que las mujeres muestran una mayor tendencia hacia el uso de las formas lingüísticas prestigiadas (debido a la diferencia histórica de roles con respecto a los hombres), en este trabajo, ninguna de las dos variantes en cuestión goza de prestigio alguno, por lo que esta consideración sobre el grupo femenino no influyo sobre los datos.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS GARCÍA MARCOS, Francisco (1993). Nociones de Sociolingüística. Editorial Octaedro. Barcelona. SANOU, Rosa María y otros (2017). Anglicismos en San Juan: uso y actitudes. EFFHA. San Juan. LAVANDERA, Beatriz (1984). Variación y significado. Editorial Hachette. Buenos Aires. LASTRA, Yolanda (1992). Sociolingüística para hispanoamericanos. El Colegio de México. México.

ESTILO INFORMAL: Muestra total:

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Variante “going to” “gonna”

Instancias 47 273

% 15% 85%

Nivel Socioeducativo: Variantes “going to” “gonna” Género:

MA 23% 77%

MB 7% 93%

Variantes “going to” “gonna”

Hombres 13% 87%

Mujeres 17% 83%

Jóvenes 6% 94%

Adultos 24% 76%

Grupo Etario: Variantes “going to” “gonna”

ESTILO FORMAL: Muestra total: Variantes “going to” “gonna”

Instancias 103 57

Porcentaje 64% 36%

Jóvenes 64% 36%

Adultos 65% 35%

Grupo Etario: Variantes “going to” “gonna”

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