Sigmund Freud

Universidad de la Frontera. Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades. Departamento de Educación. Sigmund

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Universidad de la Frontera. Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades. Departamento de Educación.

Sigmund Freud

Nombres: Karina Brevis Vásquez Adela fernández Jofré Natalia Galindo Saldivia Jose Soto Cheuquemilla Profesor: Jose Salazar Ascencio. -.Marzo 2013.-

Introducción En este informe analizaremos los postulados, aportes y la vida del Padre del Psicoanálisis; Sigmund Freud, cuyos aportes son significativos para comprender muchos fenómenos relacionados con la sexualidad, neurosis, e inconsciente de las personas. En la Biografía de Freud pondremos énfasis en su vida de niño, adolecente y profesional de la salud. La producción de textos y aportes de Freud es algo que sin duda ocupa un lugar importante en su Biografía, muchas veces fue criticado en mas de alguna de sus obras o por usar métodos para controlar dolores y neurosis; como la cocaína que ignoraba que generara adicción. Es dentro de estas primeras aportaciones científicas que nuestro autor comienza a estudiar los sueños y destaca en este periodo su texto: “La interpretación de los sueños”, Freud desde temprana edad comenzaba a llevar un registro de sus sueños en un cuaderno. La afición por este mundo tan desconocido para el hombre lo llevo a lograr interpretar y determinar el por qué se producen los sueños. Aquello lo revelaremos durante este informe y la importancia que reviste para la persona el mundo de los sueños generados en el inconsciente. Como afecta el sueño en nuestro diario vivir. En lo que respecta al Psicoanálisis y a la estructura de la personalidad Freud distingue tres elementos, el yo, el ello y el super yo, aquello es sin duda alguna un aporte a la psicología moderna, porque pretende el estudio del inconsciente de la persona y de la realidad, la fluctuación y tensión entre el ser racional y los impulsos (instintos) es lo que genera el actuar de las personas dentro de la sociedad. Muchas de las personas que presentan síntomas de neurosis Freud los atribuye a que en algún periodo de sus vidas tuvieron una privación de tipo sexual, es aquí cuando nace otro de los grandes aportes de Freud que es la teoría Psicosexual. Muchas veces cuando pequeños somos privados de los instintos sexuales propios de todo ser humano. Freud a lo largo de todos sus textos intenta desentrañar las causas de los problemas sexuales que afectan el resto del quehacer de las personas. Finalmente en este informe analizaremos la importancia de Freud en la educación y en la educación no formal, aquella que se presenta en nuestro diario vivir y que Freud aprecia desde la niñez cuando las prohibiciones de los instintos inhiben el actuar de las personas.

Sigmund Freud. Nacido el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia (actual República Checa), localidad del imperio austro-húngaro. De familia judía, siendo su padre comerciante de lana y su madre una mujer muy activa, 20 años menos que su esposo. Tuvo 6 hermanos siendo Sigmund el mayor de todos. Cerca al año 1860 su familia se mudo a viena. Ingreso a estudiar medicina en la universidad de Viena a la edad de 17 años hacia el 1873, sus inicios en las aulas le procuro algunas decepciones, ya que su pertenencia a la confesión israelita lo ponia en una situación de inferioridad en relacion a sus compañeros, sin embargo, pronto rechazó tal preocupación. Fué en el laboratorio fisiológico de Ernest Brücke donde Sigmund encuentra mayor tranquilidad y satisfacción. Trabajó de asistente del profesor Brücke desde 1876 a 1882 haciendo investigación relativa a la histología del sistema nervioso. Obtuvo el titulo de doctor en 1881. En 1882 Freud se dedicó a la medicina interna y a la neurología. En el año 1884 Freud tuvo un interes especial en un alcaloide, la cocaína que en ese entonces era muy poco conocido, sin embargo, se le presento la oportunidad de ir a visitar a su novia a quien no veía hace ya dos años y la tuvo a ella como prioridad entregándole sus estudios sobre la cocaína al doctor Koenigstein, oculista, le pidió Sigmund que estudiara en que medida resultaban aplicables las propiedades anestésicas de la cocaína en las intervenciones propias de su especialidad, a pesar de haberle entregado sus estudios a Koenigstein, al volver se percato que no fue él, sino que otro de sus amigos Karl Koller, al que también le habia hablado sobre la cocaína, quien había experimentado sus propiedades anestésicas, publicando sus resultados y obteniendo un gran reconocimiento científico. Despues de cuatro años de noviazgo, en 1886 Freud contrae matrimonio con Martha Bernays en Viena, es ahí donde abre una clínica de neuropsiquiatría junto a Josef Breuer. Usando la hipnosis y el método de catarsis, tratando la histeria y la neurosis. En 1899 Freud escribió uno de sus libros más significativos Die Traumdeutung (la interpretación de los sueños) al que le seguirían en 1904 Psicopatología de la vida cotideana y en 1905 Tres ensayos sobre la vida sexual, entre otras obras. En 1912 y en respuesta a una invitación de la Sociedad Londinense de Investigaciones Psíquicas, Freud formuló su teoría sistemática del inconsciente. La teoría estructural de la personalidad sería culminada por Freud en 1923 con el Yo y el Ello.

La interpretación de los sueños Sigmund Freud

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha buscado en los sueños la compresión de su realidad, de su presente, las respuestas del pasado y las proyecciones de un futuro muchas veces incierto. En el psicoanálisis el objeto de estudio se centra en el sujeto que tuvo el sueño, interrogándole sobre sus asociaciones a los distintos elementos del sueño. Persiguiendo estas asociaciones se llega al conocimiento de ideas que corresponden por completo al sueño, pero que se dejan reconocer como fragmentos plenamente comprensibles de la actividad psíquica despierta. Las ideas latentes del sueño se les dan relación con la vida despierta y se le relaciona con el nombre de “restos diurnos” (S. Freud, Obras completas 1996,pág 2665). Son estos restos diurnos quienes apelan y subyugan nuestros sueños. el estudio del sueño debe ser considerado como el camino más seguro para la investigación de los más profundos procesos anímicos (S. Freud, Textos fundamentales del psicoanalisis, pág 278) Freud en una de las páginas de su libro la interpretación de los sueños comienza diciendo… “En otra ocasión tuve un sueño compuesto de dos fragmentos separados. El primero es la palabra Autodidasker, precisamente recordada, y el segundo coincide fielmente con una fantasía breve e inocente edificada pocos días antes y cuyo contenido era el de que cuando viera al profesor N. habría de decirle: «El paciente sobre cuyo estado le consume últimamente no padece en realidad sino una neurosis, como usted ya suponía.» (...)Hubiera sido muy tentador diagnosticar una neurosis, con lo cual habrían quedado resueltas todas las dificultades; pero el paciente negó en absoluto toda posible etiología sexual, sin la cual no reconozco jamás la existencia de una neurosis. En mi incertidumbre, acudí a aquel médico, que me inspira (y no es a mí solo) mayor veneración y ante cuya autoridad me doblego más fácilmente. Oyó mis dudas, las conceptuó justificadas y opinó después: «Continúe usted observando al sujeto. Es seguramente un neurótico.» Sabiendo que este ilustre médico no comparte mis opiniones sobre la etiología de las neurosis, me abstuve de contradecirle, fundándome en las declaraciones del paciente, pero no dejé de expresarle mi incredulidad. Días después comuniqué al enfermo que no sabía qué hacer con él y le aconsejé que viera a otro médico. Mas para mi sorpresa, comenzó a pedirme perdón por haberme mentido, alegando lo había hecho por vergüenza, y me reveló toda la parte de etiología sexual que yo esperaba y me era precisa para diagnosticar una neurosis. Por un lado, fue esto una satisfacción para mí, mas por otro me avergonzaba un tanto, pues tenía que confesarme que mi colega había visto las cosas con más claridad que yo, sin dejarse engañar

por las manifestaciones del enfermo” (S.Freud, La interpretación de los sueños, pág 249). Freud busca en sus sueños y en el de sus pacientes las respuestas a aquello que causa muchas de las neurosis. En el ejemplo anterior propuesto por nuestro autor se revelan la influencia de la realidad y de la represión en nuestros sueños. “Me he propuesto demostrar que los sueños son susceptibles de interpretación” (S.Freud, La interpretación de los sueños, pág 94). Con esto Freud nos pone de manifiesto que la ansiada búsqueda por saber el significado de los sueños tiene respuesta. Más adelante nos dice que: “los sueños son una realización de deseos” (S.Freud, La interpretación de los sueños, pág 117) esto es que Freud comprueba que sin deseos nos es posible encontrar sueños, los sueños son interpretables a partir de los deseos. Todos los sueños son, en cierto sentido, sueños de comodidad, pues tienden a facilitar la continuación del reposo, evitando que el durmiente despierte. El sueño es el guardián del reposo, no su perturbador (S.Freud, La interpretación de los sueños, pág 115), asi se resalta la importancia practica de los sueños para todos nosotros. Freud encontró en los sueños la vía regia para llegar al inconsciente, ya que durante el sueño el inconsciente libremente puede expresar sus impulsos y necesidades (el Ello), sin las presiones del consciente. Los sueños carecen de lógica y de la coherencia que existe en la vida real, sin embargo, son símbolos que tienen un contenido manifiesto (escenas durante el sueño) y otro contenido latente (deseos reprimidos que se manifiestan a través del sueño), que el psicoanálisis debe saber descubrir e interpretar. Para Freud, el contenido latente es siempre de tipo sexual, llegando incluso a elaborar un diccionario de sueños con su correspondiente interpretación sexual. En consecuencia y como conclusión, Freud dice que los sueños tienen un efecto catártico de liberación de apetencias reprimidas. Es así como Freud entiende al mundo Onírico. En 1891 publicó una monografía, Sobre la concepción de las afasias, en la cual se basaba en las tesis de Hughlings Jackson para proponer una concepción funcional, y no sólo neurofisiológica, de los trastornos del lenguaje. Lo formuló por primera vez en 1896 y postuló sus fundamentos en el capítulo VII de La interpretación de los sueños. Una de las piezas fundamentales del edificio teórico freudiano. En este libro intentó elucidar qué es lo que pasa en nuestro inconsciente y en nuestros sueños, y demostró la veracidad de la frase de Shakespeare de que “estamos hechos de la misma madera que los sueños”.

Psicoanálisis y Freud. El psicoanálisis es un método de investigación que pretende estudiar la estructura de la personalidad y la conducta de un modo nuevo (Freud, Obras completas, pág 2661). La premisa fundamental del psicoanálisis, es la diferenciación de lo consciente e inconsciente, lo cual permite en efecto, llegar a la inteligencia de los procesos patológicos de la vida anímica. 



Consciencia: superficie del aparato anímico. Es el primero a partir del mundo exterior. Todas las percepciones procedentes del exterior (percepciones sensoriales) y aquellas otras procedentes del interior, a las que les damos el nombre de sensaciones y sentimientos, son conscientes. En otras palabras es la representación que se halla presente en nuestra consciencia y es objeto de nuestra percepción (Freud, Obras completas, pág 2705). Inconsciente: será una representación que no percibimos, pero cuya existencia estamos, sin embargo, prontos a afirmar, basándonos en indicios y pruebas de otro orden (Freud, Obras completas, pág 178).

El psicoanálisis no ve en la consciencia la esencia de lo psíquico, sino tan sólo una cualidad de lo psíquico, que puede sumarse a otras, es decir la consciencia es un estado eminentemente transitorio, es decir, la conciencia actúa como una puerta para el estudio de los estados neurológico (anímico) del individuo. La teoría psicoanalítica habla de la existencia de procesos o representaciones anímicas de gran energía que, sin llegar a ser conscientes, pueden provocar en la vida anímica las más diversas consecuencias, algunas de las cuales llegan a hacerse consciente como nuevas representaciones. Donde se produce el choque de lo consciente con lo inconsciente. La técnica psicoanalítica, hace posible suprimir tal energía y hacer consientes dichas representaciones. El estado en el que estas representaciones se hallaban antes de hacerse conscientes es el que conocemos con el nombre de represión, y afirmamos advertir durante la labor psicoanalítica la energía que ha llevado a cabo la represión y la ha mantenido luego (Freud, Obras completas pág 2702). Así el concepto de lo inconsciente tiene como punto de partida la teoría de la represión. Lo reprimido es para nosotros el prototipo de lo inconsciente.

Inconsciente.

Inconsciente latente.

Reprimido.

Capaz de consciencia.

Incapaz de consciencia.

A lo latente, que solo es inconsciente en un sentido descriptivo y no en sentido dinámico, lo denominamos preconsciente, y se reserva el nombre de inconsciente para lo reprimido, dinámicamente inconsciente. Lo inconsciente no coincide con lo reprimido. Todo lo reprimido es inconsciente pero no todo lo inconsciente es reprimido. La diferenciación de lo consciente con lo inconsciente es que la conciencia será el ente que recibe toda la información del medio para decodificarla y dar una respuesta frente aquello, es ahí donde actua el inconciente el que influye en nuestras respuestas bajo la percepcion positiva o negativa del exterior (familia, sociedad, escuela, etc.) (Freud, Obras completas pág 2703).

El Yo y el Ello. Yo: organización coherente de los procesos psíquicos del individuo, la cual integra la consciencia, la cual domina el acceso a la motilidad, esto es, la descarga de las excitaciones en el mundo exterior, siendo aquella la instancia psíquica que fiscaliza todos sus procesos parciales, y aun adormecida durante la noche, ejerce a través de ella la censura onírica. Del Yo parten también las represiones por medio de las cuales han de quedar excluidas no solo de la consciencia, sino de las demás formas de eficiencia y actividad de determinadas tendencias anímicas (inconciencte y preconciente). El conjunto de estos elementos, excluidos por la represión, se sitúa frente al Yo en el análisis, labor a

la cual se plantea el problema de suprimir las resistencias que el Yo opone a todo contacto con lo reprimido(Freud, Obras completas pág 2703). El Yo a veces también es inconsciente, la diferencia de idea inconsciente con una idea preconsciente (pensamiento) es en que en la primera el material pertenece oculto, mientras que en la segunda se muestra enlazada con representaciones verbales. El papel que desempeñan las representaciones verbales, es que por medio de ellas quedan convertidos los procesos mentales interiores en percepciones. Es como si hubiera que demostrar el principio que todo conocimiento procede de la percepción externa. Dada una sobrecarga del pensamiento, son realmente percibidos los pensamientos – como desde fuera –y tenidos así por verdaderos. Ello. Representa nuestro instinto, todo aquello que heredamos y que nos caracteriza como especie, esto es: el hambre, la sexualidad, el sueño, entre otros. Corresponde a la naturaleza, demuestra las necesidades y satisfacciones innatas de todo ser. Lo inconciente se ve muy dominante en el ello. Un Ello psíquico desconocido e inconsciente en cuya superficie aparece el Yo, que se ha desarrollado partiendo de sistema primitivo, su nódulo. El Yo no vuelve por completo al Ello, sino que se limita a ocupar una parte de su superficie, esto es, la constituida por el sistema primitivo, y tampoco se halla precisamente separado de él, pues confluye con él en su parte inferior. Pero también lo reprimido concluye con el Ello hasta el punto de no constituir sino una parte de él. En cambio se halla separado del Yo por las resistencias de la represión, y solo comunica con él a través del ello. El Yo es una representacion del Ello pero de una manera lógica y realizable (Freud, Obras completas pág 2705).

El Yo se esfuerza en transmitir a su vez al Ello dicha influencia del mundo exterior y aspira a sustituir el principio del placer, que reina sin restricciones en el Ello por el principio de la realidad. La percepción es para el Yo lo que para el Ello el instinto. El Yo representa lo que pudiéramos llamar la razón o la reflexión, opuestamente al Ello, que contiene las pasiones. Acostumbrados a no abandonar nunca el punto de vista de una valoración ética y social, no nos sorprende oír que la actividad de las pasiones más bajas se desarrolla en lo inconsciente, y esperamos que las funciones anímicas encuentren tanto más seguramente acceso a la consciencia cuanto más elevado sea el lugar que ocupen en dicha escala de valores. Pero la experiencia psicoanalítica nos demuestra que la esperanza es infundada. Todo lo que la biología y los destinos de la especie humana han creado y dejado en él Ello es tomado por el Yo en la formación de su ideal y vivido de nuevo en él individualmente. Por un lado tenemos pruebas de que incluso una labor intelectual sutil y complicada, que exige intensa reflexión, puede ser realizada preconscientemente sin llegar a ser

consciente. Este fenómeno se da, por ejemplo, durante el estado de reposo y se manifiesta en que el sujeto despierta sabiendo la solución de un problema, buscado durante el día anterior.

El Yo y el Súper Yo (ideal del Yo). El Súper Yo es una fase especial del Yo, ósea una diferenciación dentro del mismo Yo, sin embargo este es constituido principalmente por la cultura que rodea al sujeto. El Súper Yo no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del Ello, sino también una enérgica formación reactiva contra los mismos, el Super yo actuará contrarestando al Ello . Su relación con Yo no se limita a la advertencia, sino que comprende también la prohibición, serán los pensamientos morales y éticos. El ideal del Yo presenta, a consecuencia de la historia de su formación, una amplia relación con las adquisiciones filogénicas del individuo, ósea, con su herencia arcaica. Aquello que en la vida psíquica individual a pertenecido a lo más bajo es convertido por la formación del ideal en lo más elevado del alma humana, conforme siempre a nuestra escala de valores. (Freud, Obras completas pág 2710).

Teoría psicosexual de Sigmund Freud. Sigmund Freud explica el desarrollo de la sexualidad humana desde una perspectiva psicoanalítica, muy ligadas al desarrollo de la personalidad y de la sexualidad del ser humano. El interés de Freud sobre temas sexuales proviene desde su primera etapa como médico. Muchas de las causas de la neurosis presente en los pacientes de Freud se deben a la prohibición de los deseos sexuales. Los seres humanos desarrollan su sexualidad mediante distintas etapas, cada una de ellas debe superarse para pasar a la siguiente de la forma más sana posible, ya que si las personas no consiguen superar algunos conflictos, desarrollarán una sexualidad inmadura que más tarde marcará el desarrollo de la personalidad adulta. 

Etapa oral (0 a 1 año)

Esta etapa tiene como característica principal el placer a través de la boca, en donde la succión, el comer y chupar es lo que le da satisfacción al bebé. Cuando no logra satisfacer su placer, él bebe se frustrará, por lo tanto este sería el conflicto que debe superar. El final de esta etapa estará marcado por destete, donde él bebe pasará su centro del placer al ano.



Etapa anal (2-3 años)

Esta etapa tiene como característica el desarrollo del placer a través de la expulsión de los excrementos y la orina. Este placer se produce porque se elimina la tensión que produce la retención. El conflicto presente en esta etapa es el aprender a controlar el esfínter urinario y rectal, la teoría psicoanalítica de Freud relaciona estos conceptos con autoridad y rebeldía, ya que cuando el niño no desea aprender a controlar los esfínteres y se deja llevar por el placer inmediato, entonces el niño será rebelde. Entonces al controlar estos esfínteres llegará al final de esta etapa y así logrará el autocontrol (G. Sanchez, 2011). 

Etapa fálica (4 a 5 años)

Esta etapa es en donde los niños comienzan a explorar sus genitales, tocándose y obteniendo placer con ello (esto no tiene que ver con el placer sexual de los adultos). Esta es la edad en donde los niños se dan cuenta de que existen dos sexos diferentes y es cuando surgen preguntas sobre el origen el origen de la vida. En esta edad es donde los niños se “enamoran” del progenitor de distinto sexo, el conflicto presente en esta etapa es que el niño se enamora y es más cercano a la madre y la niña al padre. Para resolver el conflicto en esta etapa los niños se identificaran con el progenitor del mismo sexo. La superación de esta etapa tiene que ver con la adquisición de valores morales, hay un desarrollo del Súper Yo.(G. Sanchez, 2011). 

Etapa de latencia (6 años – pubertad)

En esta etapa los niños y niñas se concentran en distintos aspectos de su desarrollo, como lo puede ser el aprendizaje de destrezas y relaciones personales, principalmente con niños del mismo sexo (G. Sanchez, 2011). 

Etapa genital (a partir de la pubertad)

en esta etapa la característica principal es que el preadolescente comenzarà a sentir impulsos sexuales hacia su zona genital, estará centrado hacia la satisfacción de un placer heterosexual para la mayoría. Se aprenderá a tener relaciones saisfactorias con las demás personas (G. Sanchez, 2011)

Sigmund Freud en la educación. Podemos definir educación como la acción de transmitir y crear conocimientos en sentido multidireccional. El sujeto desde que sale de la dependencia inicial (respecto a la madre), esta acción permite que el deseo y el placer se sustituya y pase a la realidad, con esto nos referimos al deseo bruto que es de alguna manera adaptado al deseo socializado.

Para Freud la educación cumple una función represiva, de prohibición, donde impide que ciertas tendencias impulsivas y espontáneas se expresen libremente, por esto podemos decir que la neurosis proviene íntegramente de la prohibición, esta prohibición pertenece a la cultura, esto ha permitido que la vida humana sea superior a la condición animal, ya que el ser humano es capaz de refrenar impulsos y instintos que le conducirían a la muerte. La tarea de la educación se nos aparece como una tarea de “dominio, o más justamente represión de los instintos”. Para un niño nacido en una sociedad civilizada, por obra de la educación los impulsos sexuales son reprimidos, y son reemplazados por sentimientos de desagrado, hacia este. Lo que mas tarde pueden obstaculizar y limitar al mismo. Si educar es sustituir el placer por la realidad, entonces la socialización es simple sustitución, por esto la educación sería la práctica por la cual los adultos frustran, privan y prohíben a los niños la inmediatez del placer instintivo, del deseo primitivo y lo adapta por el deseo dominado, por la obediencia a la realidad. Podemos decir entonces, que la institución educativa sería de esencia patológica, ya que perjudica la expresión de un principio natural del “hombre primitivo” como lo es el principio del placer, que gobierna todas las operaciones del aparato psíquico, y hace que el goce de dichos instintos no sea deseable, ni tampoco sea garantizado y aceptado por esta realidad (B. Jolibert. Revista trimestral de educación comparada. Pág 4-7). Si llevamos a la escuela a un punto de vista moral, es esta quien prepara al sujeto para renunciar a los deseos primitivos; y enseña a intercambiar este deseo por una realización realista. La finalidad de la educación es instaurar el principio de la realidad como un principio regulador de la conducta, esta instauración no implica una sustitución, no se trata de renunciar al placer, sino a su carácter inmediato. Tampoco se trata de rechazar los impulsos, sino más bien de adaptarlos y ajustarlos a una realidad natural. Los aportes de Freud resultan perfectamente en el ámbito escolar, ya que proporcionan explicaciones a distintos comportamientos, ya sea del educando como del educador y el psicoanálisis, puesto que las experiencias y recuerdos tempranos adquiridos por la persona permanecen intactos, y por lo mismo interfieren en el desarrollo posterior (B. Jolibert. Revista trimestral de educación comparada. Pág 4-7). La educación hace que los niños retrasen el conocimiento de lo sexual, esto es de gran importancia, ya que puede existir una represión sexual de tan alto grado que a pesar de

las explicaciones que se les da sobre este tema son negados por los niños, a tal punto que logran permanecer ignorantes hasta una época avanzada.

Comentarios y conclusiones. Considerando lo expuesto por Freud sobre los sueños es necesario decir que son estos quienes condicionan nuestro vivir durante el día, muchas veces pensamos en lo que soñamos durante la noche y buscamos ese porque soñamos, nuestra propia búsqueda llega a múltiples respuestas, a esto Sigmund Freud aporta con su teoría a la explicación de los sueños y los asocia con a prohibiciones de tipo sexual, familiar u otros. Creemos que el determinar los fundamentos propios de los sueños permite determinar el actuar de las personas y sus anomalías neuróticas que presentan. Los sueños representan aquello que no realizamos durante el día y que durante la noche no nos permite un dormir que sea pleno o sea un “Guardián del Reposo”. Muchos de nuestros sueños son expresión de aquellos impulsos, necesidades, temores e ideas latentes. Muchos de estos factores son expresados en nuestra familia, comunidad y sociedad. Freud en este punto menciona algo realmente cierto, que la educación comienza a hacer su trabajo durante el sueño, resaltando las prohibiciones que son expuestas al sujeto. Consideramos que Sigmund Freud tanto en la teoría psicosexual y la del psicoanálisis no se ajusta a los parámetros de la educación formal, sino que amplía el campo hacia la educación no formal, resaltando el poder que tiene la sociedad, la familia y la del propio sujeto en la tarea del aprendizaje, donde el Yo, el Ello y el Súper yo interactúan en las diversas etapas del desarrollo para así formar la personalidad del sujeto. Cuando las presiones y prohibiciones se hacen latentes el sujeto deja a un lado los instintos, aunque no del todo porque es en este momento donde opera la educación como formadora de la realidad socializada. La educación, el razonamiento y la sabiduria que adquirimos nos hace únicos y distintos a los animales (el Yo, el Ello, y el Súper yo), somos seres que aprendemos de los demás, de nosotros mismos y de lo que existe en nuestro inconsciente. Nosotros como futuros profesores tenemos el deber de mantener un “Súper Yo” bien definido, es decir, con convicciones de qué es lo que se quiere y de cómo lo obtendremos hacia nuestros estudiantes, con un estado neurológico pleno en el cual nuestro inconsciente trabaja sin cesar colaborando con nuestro consciente y preconsciente con metas claras y definidas.

Al momento de trabajar en un aula lo primero que se debe analizar es hacia quien se dirigirá el trabajo, en nuestro caso se dirige hacia estudiantes con edades promedio de entre doce y dieciocho años, es decir, trabajaremos con preadolescentes y adolescentes, lo cual no es nada fácil. En ellos se distingue claramente una actitud dirigida mayoritariamente hacia un Ello, actúan dirigidos más hacia sus sentimientos y sensaciones del momento, “lo que las hormonas les dictan”, una actitud más de instinto, sin dejar de lado el “Yo” que igualmente se refleja pero no esta tan latente como el “Ello”. El “Súper Yo” no se encuentra en su totalidad definido, ya que como sabemos es el carácter y las definiciones de un sujeto, y durante la adolescencia se está en plena formación de la identidad, esta se ve influenciada mayoritariamente por la cultura, la sociedad y sobre todo la escuela y es allí donde están los profesores listos y dispuestos para la construcción de aquella.

Bibliografía. Boeree, George . Teorias de la personalidad. (1998). Sitio web, disponible en: http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/freud.htm Camargo Ana Maria. Teoria psicosexual de Sigmund Fred. (2009). Sitio web, disponible en: http://educintegralpsicoevolutiva.blogspot.com/2009/04/teoria-psicosexual-de-sigmundfreud.html Freud Sigmund. Autobiografía. Editorial Alianza. Madrid. (1973) Freud, Sigmund. La interpretación de los sueños, edición digital. Freud, Sigmund. Obras completas, Tomo III, editorial Biblioteca nueva. Edición 1996. Freud, Sigmund. Sexualidad Infantil y Neurosis. Editorial Alianza (1979). Madrid, España. Jolibert Bernard (2001). Revista trimestral de educación comparada. Sánchez Pérez, Gemma. “Etapas psicosexuales de Freud: desarrollo de la sexualidad” (2011)