Samuel Huntington Quienes Somos

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r.lllJIENES • .OS DESAFÍ(]S A LA IJlENTIDAD

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lll\lllllS ESTl\Jlll \' SIJI:IEJll\ll 122

Este libro es una fascinante exploración sobre la naturaleza de la identidad cultural estadounidense. todavía en estado de shock tras los acontecimientos delll de septiembre de 2001 . De hecho. la devoción patriótica que siguió a los atentados se plasmó. entre otras cosas. en la venta de 250.000 banderas en unos conocidos grandes almacenes a lo largo de un solo día. Pero esta súbita reivindicación de la enseña nacional era sólo la evidencia física de algo mucho más importante: el renacimiento del orgullo en gran parte del pueblo de Estados Unidos, un sentimiento que había permanecido en estado de letargo desde hacía mucho tiempo. Para algunos todo se redujo a los McDonalds, a Walt Disney y al béisbol. Para otros, la reivindicación de esos valores debía remontarse a los primeros británicos que se establecieron en aquellas tierras, a las que legaron su cultura y su lengua. Para los afroamericanos y los latinos, sin embargo, no se trató de nada de todo esto. Estados Unidos ha debido lidiar desde sus primeros días con los problemas de asimilación que supone la existencia en su territorio de culturas distintas. No obstante, hoy debe enfrentarse a una situación aún más peliaguda: la facilidad con que los inmigrantes pueden mantener los vínculos afectivos con su cultura de origen -llamadas a larga distancia, emisoras de televisión en su propio idioma, billetes de avión a muy bajo precio-, con el distanciamiento que ello supone respecto a los nuevos valores de su país de adopción. l~iénes somos? es uno de los libros más importan-

tes de los últimos tiempos, una investigacién a la ve.z histórica y cultural que, corno los trabajos prevtos de su autor, provocará sin duda un encendido debate político e intelectual.

¿Quiénes somos?

PAIDÓS ESTADO YSOCIEDAD

Samuel P. Huntington

Úlri.mos limlos publicados: 71 7} . 74. 71. 76 77.

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S. Smmgnes fascinanres y de ¡¡mn importan ia que reqUieren un esr udio) un análisis en profundidad. o obswnrc, lo móviles del parri01i mo del academicismo pucd~: n entrar en muruo onllicro. Consciente de ese pro· blema, traro de realiznr un an:íli is de la cviden in empírica lo más desa· pegado y exhnustivo posible. i bien advierto allecror de que mi selección y presenwción de esa evidencia pueden haber esrado infl uidas por mi de· seo patriótico de hallar significado y virtud en el pasado de Estados U ni· dos y en su posible fu turo. Todas las. ocicdades se t'nfrentan a amenazas recurrentes a su exis· tencia. a las que. en un momento u otro, acaban sucumbiendo. Pero al· gunas. aun estando i~ual de amenazadas, son también capaces de aplazar su desaparición frenando e, incluso, invirtiendo los procesos de declive, y renovando su vitalidad y su idcnridad. C reo que Estados Unidos es per· fectamentc capaz de esto último y que los estadounidenses deberían renovar su compromiso con la cultura, las tradiciones y los valores anglo· protestantes a los que noneamericanos de todas las razas. etnias y religio· nes. se han adherido durante tres siglos y medio. y que han supuesto la fuente de su libertad, su unidad, su poder, su prosperidad y su liderazgo moral como fuerza de bien en d mundo. Pennítanme de jar claro desde un principio que lo que aquí presento es un argumento en defensa de la imponancia de la cultura angloprotes· tante, no de las personas angloprotestantes. C reo que uno de- los grandes éxitos (quizás el mayor) de Estados Unidos ha sido la medida en la que ha logrado eliminar los componentes raciales y étnicos que han ocupado his· tóricamente un lugar central en su identidad, y se ha convenido en una sociedad multiérnica y multirracial en la que los individuos deben ser juz· gados según sus méritos. Eso ha ocurrido, creo, gracias al comp romiso que generaciones sucesivas de estadounidenses han mostrado con la cul· tura angloprotestante y con el C redo de los colonos fundadores. Si se mantiene ese compromiso, América seguirá siendo América mucho des· pués de que los descendientes WASP de sus fundadores se hayan conver· rido en una minoría reducida y poco influyente. Ésa es la América que co· nozco y amo. Es también, tal como la evidencia recogida en estas páginas demuestra, la América que la mayoría de los estadounidenses ama y desea.

PRIMERA PARTE

LOS ELEMENTOS DE LA IDENTIDAD

Capítulo 1 LA CRISIS DE LA IDENTIDAD NACIONAL

PROMINENCIA: ¿SIGUEN AHÍ LAS BANDERAS?

Charles Street, la arteria principal de Beacon Hill, en Boston, es una calle acogedora flanqueada de edificios de apartamentos de cuatro plantas, con paredes de ladrillo visto y bajos ocupados por anticuarios y otras tiendas. Durante un tiempo, en una misma manzana, ondearon banderas estadounidenses simultáneamente en las entradas de la oficina federal de correos y de la licorería. Luego, la oficina de correos dejó de exhibir la bandera y, el11 de septiembre de 2001, sólo quedaba la de la tienda de licores. Dos semanas más tarde, en esa misma manzana, ondeaban hasta diecisiete banderas, además de una enorme enseña con barras y con estrellas extendida de un lado a otro de la calle a escasa distancia de allí. Al sentir su país atacado, los vecinos de Charles Street redescubrieron su nación y se identificaron con ella. Con aquel aluvión de patriotismo, los habitantes de Charles Street mostraron una perfecta sintonía con las gentes de todo Estados Unidos. Desde la Guerra de Secesión, los estadounidenses han sido un pueblo orientado a las banderas. La de barras y estrellas disfruta del estatus de un auténtico icono religioso y es un símbolo más central de la identidad nacional de los estadounidenses de lo que lo son sus banderas respectivas para los pueblos de otras naciones. Sin embargo, es probable que nunca en el pasado estuviese la bandera tan presente en todas partes como tras el11 de septiembre. Las había por doquier: en las casas, en las empresas, en los automóviles, en la ropa, en los muebles, en las ventanas, en los escaparates, en los postes de la luz o del teléfono, etc. A primeros de octubre, el80°/o de los estadounidenses declaraban que estaban exhibiendo la bandera en uno u otro lugar: el63 o/o en sus casas, el29% en su ropa, el28°/o en sus coches.1 Según se comentó en aquel entonces, Wal-Mart había vendido 116.000 banderas el mismo 11 de septiembre y 250.000 al día siguiente, «comparadas con las 6.400 y las 10.000 de esos dos mismos días del año anterioo>. La demanda de banderas fue diez veces superior a la que había habido duran-

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Los d onJ' >n reiJti\Jmentc hhrc:' de de fin ir'"" 1den1idJdes como de een. J unque pued.:n no ".:r t.lf>.ln de po nerlas en pr. tienen múlt iple id ntid"ch.:s. Cstas puedcn ' er ad,cripm·." · tcrnwrl.lle, . econó micas. ulturJlt:S. polillt.l>, '!>Clalc. y n.1cionalcs L 1 prom1nenc1.1 rd:11 i1 .1 de c¡¡da una de el1.1s pJ rd el 1ndl\'iduo o el grupo en cu idcntidJde se complemem.m o c.tan o ntro ntad.1s ent re í. " · ' lo >ltua 1onc< . trem:ts -señal" KarmciJ L1ebku1d- . como las bat.tlhts en plcnJ ¡.;uerr.1. pueden erradicar temporalmente w da< lus afiliaciones de ¡¡rupo s.1ko una.» ' En cuart o lu¡.;ar. l.1s 1denllc1Jdcs son definid.!> por el yo. pero son p ro· dueto de In intcrdCCIÓn en tre el yo y los otros. Ln percepción q ue los o tro< tienen de un individuo o de un Afupo .1fect• la dt·finició n propia de ese mismo Individuo o ¡:ropo . S1 una persona entra en una nueva situoción social y es pe rc1bida co mo alguien de fuern que no pert enece a aquel en· torno, es pro bable que ella misma ac-.1be visperadamente que Tur..¡uía st'll occidcmal. De ahí que los lllrco h.t y.m vivido en un contlicto permanente sobre si considera rse principalmente un país occidental. europeo. musulmán. J e Oriente Próximo o. m cluso. J e Asia central. En quinto lu¡~ar. la prominencia relati a de las identidades alternati "a de un individuo o grupo es si tuacional. En ciertas situaciones. las personas subrayan aquel aspecto de u identidad que las vincula a las personas con las que est:in interacruando. En otras situaciones. las personas hacen hincapié en aquellos elementos de su identidad que las distin¡~uen de o tras. Se dice que una psicóloga se concebirá a sí misma como mujer cuando esté en compañía de doce psicólogo varones, pero que en compañía de doce mujeres que no sean psicólogas. se considerará. sobre todo. una psicolo¡~a.• La prominencia de la identificación de lns personas co n su patria sude incrementarse cuando viajan al extranjero y observan los modos de vida diferentes de los habitantes de o tros países. En su inten to de liberarse del dominio otomano. los serbios recakaron su religió n ortodoxa. mientras que los albaneses musulmanes pusieron el énfasis en su etnia y su lengua. De un modo similar. los fundado res de Pakistán definieron la identidad del país en términos de su religión musulmana para justificar u independencia de: la India. Años más tarde. los musulmano:s de Ban¡:ladc:sh enfatizaron su cultura y su lengua para legitimar su inde pendencia de sus correligionarios paquistaníes. Las idemidadcs pueden ser limitadas o amplias y la amplitud de la idemidad más promineme varía según la situación en la que se hallan las personas. «Tú-.. y «)'O» nos convertimos en «nosotros» cuando aparee.: un •ellos• o, como dice un refrán árabe: • Mi hermano y yo contr:1 nuestros primos: nosot ros y nuestros primos contra el mundo». Cuanto m:ís interactúan las personas con miembros de culturas distantes y distintas, más amplían. a su vez. sus identidades. Para franccs de juego. pero. de todos modo.. los jug:.1do re pueden c.1mhwr. sm oh-id.~r que a un pamdo o encuentro le sigue o tro. Po r t.lntn. b probabilidJd de un.• paz g ncral o durader.t entre grupos étnicos, Estado, o naciones es r~mot.l. Corno mues1ru la propia ex perienci.1 humano, el f1nal de un u ¡!llerra (cail de su rrabaju. riendcn a 1n cmbJrgn. l." .1 titudcs res pecto " la hercnciJ inmi¡tr.lnle de [ su Jo, n1Jo comt'll!.lrml a vanar Iras la prc>hlbiCIÓn de la tnmi!(T.ICic>n a ¡:rJn estJ.IJ en 1924 1 'rdad. recordad 1emprc que 1odos n0s01ros, 1 vo,ot rJ> y )O. cs p ci:~lmcnte, Jc, endt·mos de inrn•wanrc y revoluc1onan0 >e¡¡un~,...,...~ -n.no~t~ \'CrdJJcs· ((.)LIIéne~ so"1encn e,,., \'crd.tde~' Lo> amcrin mos. ¿Qu1énes on In ,¡mencano'' L.ts personas que su cnl>el pnn 1p10 político 50n 111sepJra· bies.» .cLas ideas polín .1; del Credo amen c,tn rL·, p.tldJron enttl\t."wmcn· te los csfuc·rz0> de los htuno" mcn.:ann> lo• hémg.t rtl~ v otro> p.tt·a lihe rarse del d0minic' mun.irquito cxtr.tnjcro. Las políticJ' est.tdnuntdcn es respc to a otros país \'cnian determt nadas por d ¡.;rJdo de semejanza que e pcr thia entre su• ~i po littcos y el estadounidense. un.t stmtlttud u disimilttttd que t:tmbién tnfluta en las dectsioncs de ir a lJ ¡:uerra o de mantener IJ paz. Como ha mo>trado John Owcn. la evolución del gobierno britán i o en una dirección rn:is liberal y dcmocr:itica facilitó la solución de las diferenCIO> co n ( ; mn Brc taña durante el i)ll0 XIX . Par.t cuando se produ¡o la dtsput:t fro ntcril:t venezolana de 1895-1896. ya eran v:t ria> las J cstac:tda• figuras estadounidenses que invoc:tban una trodición política común b riHitu o-norteamericana como ~arantc de la amistad entre amhos países. Durante unu ¡:rave crisis con Españ:t en 187 3. los senad0 res argumentaron que la gue rra cst:tba descartada porque España. en a4ud entonces, tenía un sistema de gobierno republicano. in embar~o. en 1898, Espafia había vucho a ser una monarquía y la descripció n de su brutal tiran ía en C uba contribuyó a que Estados Unidos justificase una declaració n de gue rra. En 1891, un incidente en el que fueron atacados marineros estadounidenses en Chile puso el país al borde de l:t guerra, pero «muchos miembros de la élite norreamcricana se mostraban renuentes a luchar contra otra república,. y. 18 al final. Chile cedió a la mayoría de peticiones cst:tdounidcnses. En el siglo xx. los estadounidenses se definieron como los adalides de la demo Cl"dcia y la libcrt:td a nivel mundial en contra del militari~mo alemán y japonés. del nazismo y del comunismo soviético. El C redo ha sido. pues. uno de los elementos de la identidad estado unidense desde la G uerra de lndeJXndcncia. Pero, como dice RO(ters mith. el argumento se¡:t'm el cual la identidad estado unidense se define exclusivamente por el C redo «es, en el mejor de los casos. una ve rdad a mcdia!l... Durante buena parte de su historia, los norteatn('ric:mos mantuvieron esclavizados y lue¡:o se¡¡ regados a los ne~ros. ma ·acraron y margtnaron a los indios, excluyeron a los asiáticos. discriminaron a los t'atólicos y pusieron trabas a la inmigración de personas procedentes de otro. lu¡:arN que no fueran el noroeste de Europa. La república e tadounidcnsc inicial ern.

se¡.: un Mic h.1d Lind. un ...F -rudo-nación b.1sado en un nJcronulismo o.n¡:lo .lmcriC'J no pr~•r..-sr.mrt" que rcnía ranro de rocral y de rcli¡.:ioso orno J e po líri o».'"' L.1 rdenridJ 1est.1dounrdcnse h.1 renido. por ranr o. cliwrs que can poco eswdo· unidenses hayan >enlldo nun ca una 1dcn11ficación p.:rsonal 111IC11>.1 con ningún cnrorno ¡¡co¡.:rrítlc reLr croncs em re colonos e rndios fueron. por lo gen ral. de unrc1er con ¡ erdl l\'0 . A mcdiJdO" del siglo xvrr . e vh·ió una « "edad drad,r" d e pr05peridad mu1ua» 1an1o para las 1ribus i.nc.has como para los pobl.rd0 res ingleses de 1ueva lngl>~crra . Los mrembro de ambos ¡.:ru¡ os se en lrt"me-zclaron y e be-nefi raron deo un comercio crecienlc.!' En el dcccnr o de 1660, sm em bargo. las relaciones comerciales se de1criora ro n v hr n pansron de la demanda de ue rras por P"ne de los colo nos. unida a lo 1cmores de lo rndros de que la convi\'encra esiUviera danclo paso a J.¡ Jo. minaaón. pro\'OCÓ la G uerra del Rey Felipe de l6i5 · 1676. Se 1ra1ó . pro porei nalmente. de la guerra má sangncnta de la his10ria no n e.1me n · cana. la mo nalida 1 en1re los colo nos fue casi el do ble que la de lo, es1adounidenses durante la G uerra de Secesión y srctc \'cces supenor .r la de la Segunda G uerra Mundial. Los indios atacaro n cin cuenta y dos de los noven ta asentamientos de colonos de Nueva lnglaterr" . saqucn, d de.,po;,crm rt'nlu 1 Lo wrrupu"n l.n d dc·,t·nro de 1!-}ll. d prt , rdentc Andrcw J ncbon pc·r-r r.od rt• .ol ( ,,n~r"'" P·" ·''l"" .rproodr.r Lr In dwn Rcmm ..rl A 1 I« Le\ de l \ pul:.rt>n dc lo;, lndrc"»l. por Lr yuc: I.J> princrp.des 1nbus d t' St'l' t'l-l.rdn, dd ""f ueron ,¡.,,piJ ! .rd,., ,, l.r tuef/J .rl O J los ." [n relación con las expulsione> indr.1s. el Trrbunal Supremo npreso. J tr.rvés de la opl· nió n de su presrdente. el JUez John i\l.rr· h.r ll. que la< 1ribus e ran «na ro · nt·s intc rn.ts J e pendtentcs>) y que lo~ indiCI"i. indi vidu.dme nte con iJer.t

dos. debían le,rh Jd a u tribu v. por con rguiente. no 1enian derecho a la ciudadanía est.adou nrdcnta 1 08 ) y se les esclavizaba y re· primra Los P,rdres Fund.rdorcs a>umreron que la >Upe rvivencia dd sisle· ma de ¡¡obiemo rcpublrc.rn orl.m dc es ame roc,onC''> 1< otJio-amt:, la cuhurJ Jn¡tl0protC'\t,lntc dt' U> ,mtepJ JOO> co lono> s0hret "1 de lo, ot ros cinco - la len¡¡ua. la rcl i¡.:ió n. los r rin ip1m J d ¡¡obierno. lo, usos y mrumbre>. b ex periencia J e ¡.:ucrra- 'C hJI11.m modific.1do o d iluido (po r ejemplo . cuand o )ay hablaba de «una mi,m.l rd l¡! iÓn» sobrentendía o b,·iamente d proteslanrisnw. pe ro . Josncntn> años desp ués. hubiera tenido que ob rentcnder e l cnstianismo J. De lO· dos modos. en lo fundame ntal. lo compo nentes de la identidad s ejecutiva. legis lativa y judil'ial. para dividir luego el poder entrl' instituciones y gobiernos separados; el poder relativo dellegislati\'o y del jefe del e jecutivo : la fusión en dicho jefe del ejecutivo de las llam3das fun ciones «dignificadas,. y «eficient es»: un legislativo bicameral: 13 responsabilidad de los legisladores am e sus electo res locales: un si tema de co·

Jnl'lnne~

~.it.· un lw.:~n modll1 c.rndn de m.mer• lund•mcnt .d c·n el Kc1n [ ' n"l''· rero , u, ck m ell[os cen tr ..tle .. p , .. \ler0n

obli ¡::~do' . mducidos ' r er'll.l(lld' Millo nes de inmigrantes y

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l:1 l Jc E>1ados Un ido,, >CI(Ún h.1comcn1.1do ntro .uuor. «SC re monran a lu revolución puri!Jna lfl¡:lc .1. Aquella revoluciÓn con tllu~e. en realidad. d hechn formallvo m.ís im port an! >. En Estado< Unidos. 1al como señala ba el vi>itanlc e ur peo del si¡do XIX Philip Schaff. e re mon1aba " unns micios pro· !estantes»." Estados Unidos fue creado como una sociedad p rotes!anle del mismo mod o (y po r al¡:unos de los mismos m01i vosl que Paki. IÓn e Israel fueron creados como socíedaJes mu tdmana y judía. respectivameme. en el siglo xx . Los orí~enes pr01estames de Es1ados Unidos la hacen única ent re las naciones y ayudan a explicar por qué incluso en el siglo xx la religión cominúa ocupando un lugar Jan central en la identidad e lado unidense como no lo ocupa entre o1ros pueblos proleslantes (véase el capítulo 5 l. Durante la mayo r parte del siglo XIX , los es1ado uniden es concibieron su país como un país pro1es1ame: Es1ados Unidos era también considerado protestante por otros países y esta ba idemificado como proteslante en los libros de texlo, en los mapas y en la li1era1ura. Estados Unidos. como dijo Tocqueville en una conocida expresión. «no tuvo que hacerse igual: nació ya igual». Pero aún más significalivo resulta el hecho de que Estados Unidos no tuvo que hacerse protestante: nació ya protestante. No fue fundado. como sostenía Louis Hartz, como un fragmento «liberal». vino en ¡:rup0s fam il iJres Pral'!JC.Jmcntc todos cll0 eran mstnudos. ¡\luchas h.1bían e'rudiadt>> en C risto. en b responsabilidad de la persona para da r testimonio y g.mar nuevos prosélitos para la fe. y en una organización eclesiástica de c.Jr,ícrer democrát ico y parricipativo.1J Desde el siglo xv111 . el protestantismo norteamericano se fue to rnando cada vez más populisw y menos jer:írquico. más emocional y menos intelecrual. La doctrina dio paso a la pasión. Las sectas y los movimientos se multiplicaban constantemente hasta el punto de que las sectas dis idemes de una generación eran luego cuestionadas por los nuevos disidentes de la siguiente. La expresión «disidencia del disenso» describe tan fielmente la historia como el carácter del protestantismo estadounidense. El entusiasmo religioso fue un rasgo característico Je muchas sectas no rteamericanas durante los siglos xv11 y xv111 , y el evangdismo. en sus diversas manifestaciones. ha desempeñado un papel central en el protestan· tismo estadounidense. Desde un principio. Estados Unidos fue. por utilizar la expresión del histo riador de la Universidad de Chicago Martín Marry. un «imperio t·v:mgélico». El protestantismo evangélico. según George Marsden. fue «la fuerza domina me en la vida estadounidense» du rante el siglo XIX y. según Carry Wills. siempre ha constituido «la corriente prepenetración de.:: IJ!'t ideas y

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La idc1111dad ('SiadounidC",nsc

pondenrnrc de la religión norteamericana»." A comienzos del siglo x1x. >e disparó el número de secras. predicadores y adcpros. La disidencia o insurgencia religiosa csraban al orden del día. «Jóvenes de energía sin r re¡¡ua - según el hisroriador Narhan Harch- se dedicaban a la creación de movimienros conscienrcs de su independencia. Todos ellos compart ían una ética del rrabajo duro y consranre. una pasión por la expansión. una hosrilidad hacia la creencia y el estilo ortodoxos. el celo por la reconsr rucción religiosa y un plan sisremárico para llevar a la prácrica sus ideales. [. .. ] Todos ellos ofrecían a la genre corrienre. cspecialmenre a las personas pobres, visiones convincentes de dignidad personal y de auroconfianza colecriva.,. ...La hisroria del evan¡:dismo norteamericano cs. pues. m:is que la hisro ria de un movimienro religioso». coincide en señalar \XIilliam McLou¡:hlin. el estudioso más destacado de los G randes Despenares. «Comprenderlo es comprender el carácter general de la vida esradouni . dense en el siglo xrx ..." O tro ranro podría decirse acerca del siglo xx. En la década de 1980, casi una terce ra parte de los esradounidenses decían ser cristianos «renacidos,.. incluidos la mayoría de los baptisras, un rercio aproximado de los metodisras y más de una cuarta parte de los luteranos y los presbircrianos. En 1999. aproximadamenre el 39% de los esradounidenses aii rmaban haber renacido. «El evangelismo conlemporáneo -se decía- ha es· rado cobrando impulso enrre los estadounidenses desde el inicio de la década de 1970.» El evangelismo esraba también logrando muchas con · versiones en el seno del grupo más nurrido de inmigrantes a Estados Uni dos: los católicos latinoamericanos. Los estudianres evangélicos se están haciendo rambién cada vez más numerosos en las universidades de élite: la cifra de miembros de la asociación evangélica de Harvard. por ejemplo. se duplicó y pasó de quinienros a mil enrre 1996 y 2000. 16 En el comienzo del nuevo milenio, el protestanrismo disidenre y el evangelismo continúan desempeñando papeles centrales en lo que respecta a la sarisfacción de las necesidades espirituales de los estadounidenses.

Et C REDO AMEKICASO El término «Credo americano,. fue popularizado por Gunnar Myrdal en 1944 en su obra The A menean Ddemma. Tras advenir la heterogeneidad racial, rdigiosa . étnica. regional y económica de Estados Unidos, el autor sostenía que los estadounidenses tenían «algo en común: un ethos

social. un credo político». que él bau1izó con el nmbrc de Íred" len ma· yúsculaJ americano . Su término ha ponsabilidad del individuo a la ho ra de adquirir conocimiento de Dios J ire 13· mente a partir de la Biblia sin intermcdiación de jerarq uía ck·rical alguna. Muchas confesiones hacen también especial hincapié en el hecho de qul' el individuo alcanza la salvación o de snporl.tr. Ata en general, según apunta Atan G rimes. creían en o, dijo John Adams. La Biblia proporciona «el único sistema que ha preser\'ado o puede preservar a una república en el mundo>>. « Nuestra Co nstitución ·e hizo sólo para un pueblo moral y religioso.» Wash inglOn coincidía en esJ apreciación: " La razón y la experiencia nos impiden esperar que la moral nacional p ueda p revalecer si se excluye n los principios religiosos.>. La felicidad del pueblo. el buen o rden y el ¡¡obierno ci,·il. sei(Ún declaraba la Constitución de Massachusen s de 1780. «dependen esencialmente de la piedad. la religión y la mo ralidad>>. Cincuenta años después de la adopción de la Constitució n. TocqueviUe comentaba 4ue tod os los no n eamericanos consideraban la re.ligió n «indispensable para el mante nimiento de las instituciones republicanas. Ésta no es una opinió n cxclusi,·a de una clase de ciudadanos o de un pan ido, sino que es compartida 1 por toda la nación y por todas las categorías sociales». Las palabras •separación entre Iglesia y Estado» no aparecen en la Constitució n y. como Sidney Mead ha señalado. Madison no habló de oclgjesia» y ocEstado». conceptos europeos de escasa relevancia en Estados Unidos. sino de -sectas» y de «auto ridad Civil,., y de la «línea» (no dd «muro•) entre ambas.• Religión y sociedad eran términos coincidentes. La p ro hibició n de una rdigión nacional oficial y la anulació n progre· siva del estatus oficial d~ las diversas religiones estatales favo reció el cre cimiento de la reli~ión en la sociedad. ..A medida que fue desapareciendo la auto ridad dd Estado en asuntos de rel igió n ---explica _Ion Butler-. se fue ampliando la auto ridad confesional» hasta llegar al «fenómeno institucional más impon ante del cristianismo posrevolucionario : el desplazamiento de la autoridad religiosa desde el Estado hacia órganos institucionales "vo luntarios·. De esa transición sur¡ció una extrao rdinaria expansió n de las institucio nes confesionales. nuevos medios para llcl(ar a un gran núme ro de individuos y grupos. y una nueva confianza para d ar forma a la sociedad y a sus valores,._'

ll n y cJliiL' Il Cll.l

!.1 •lll ,pJunnc·, dc Lo Pnme r.o Enn11enda lOili O pru,·h.J de lJIIC b u dos nidos "'· lund.mwn t,dme!1l e. un P·'" l.lll ll NJd.om:o, lqo> de b re:1lid:td . Al .oca ba r d >~¡:lo x VIII ,""'""" rd i¡(oc>nc, ,,fici.dc, n todc>, los J'Jlsc e uropeo' ) en v.or1o' csl.o,l,,s de lu nió n. El co ntrol d,· l,, 11(1 1.1 por parte d.-1 C>!.ldo "'" un d ement o l.11·c del poder (' ra tu l v 1,, ll(ic•. Medio siglo después de Bryce. el eminente observador sueco G unnar Myrdal opinaba que «.Estados Unidos sigue siendo probableme nte el país más religioso del mundo occidental». Y aún medio siglo después. un h istoriador inglés, Paul J ohnson, describía Estados Unidos como «un país temeroso d e Dios, con todo lo que eso implica». La convicción religiosa de Estados Unidos «es una fuente primordial -la fuente primordial. en mi o pinió n- del excepcionalismo americano». Luego citaba a Lincoln (y. en conc reto . el modo en que éste creía que Dios dete rminaba los acontecimientos y esperaba que apoyara la causa de la Unión) y comentaba: «Es imposible imaginarse a los contemporáneos e uropeos de Lincoln (Napoleón III . Bismarck, Marx o Disraelil pensando en esos términos. Lincoln lo hizo con la certeza de que la mayoría de sus compa10 trio tas podrían pensar (y. de hecho, pensarían) en términos similares». Una inmensa mayoría de los estado unidenses afirman profesar creen cias religiosas. El 86 % de los encuestados a los que se les pre~unt ó en 1999 si creían o no en Dios o en un espíritu universal respond ieron que creían en Dios. mientras que un 8% d ije ron creer en un espíritu universal y un 5% . ni en lo uno ni en lo otro. C uando se preguntó en 2003 simplemente si creían en Dios o no, d 92 % de los encuestados respondieron que si. En una serie de sondeos realizados entre 2002 y 2003 . entre un 57 v un M % d e los estado unidenses declararo n que la religión era muy imi>ortante en su vida, e ntre un 23 y un 27% dije ron que e ra bastante importante y cnrrc un 12 y un 18% afirmaron que no era muy importan re. Entre un 72 y un 74 % de d ios contestaron q ue creían en la vida d es-

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pués de la mue~te, mient ra qu.: el 17% dijeron que no. En 1996, c1 39% de• los estadoumdense~ dijeron creer que h• B1'bl.1·,,• es )"~ p o•1 b · · de . a ra au tentiCa D1os. y .debe to mar e en u cntido literal·. el -.'6° o af. 1'rm•~ ro n que cre1an · que . la B1bila es la palabra de D1os. pero que no debe a umir e literal mente todo lo que está contenido en ella. palabra por palabra; el 13% respondieron q ue la Btblta no e la palabra de Dios. ' ' También son amplios los porcemajes de estadounidenses que parecen mostrarse activos practicantes de su religión. En 2002-2003 . entre un 63 y u~ 66% de los estadounidenses se decla raban miembros de una igles•a_o smagoga. En_tre un 38 y un 44% decían haber asistido a una iglesia o smagoga en _lo últimos Siete días. Entre un 29 y un J 7% afirm aban que Jban a la •glesta al menos una vez a la semana; entre un 8 y un 14 % . casi cada seman a; entre un 11 y un 18% , al menos una vez al mes; entre un 24 y un 30%. esporádicamente o muy pocas veces durante el año. y entre un 13 Y un 18 % . nunca. En 2002-2003, entre un 58 y un 60% de los estadouniden ses decían rezar una o más veces al día; entre un 20 y un 23 % . una o m:ís veces a la seman a; entre un 8 y un 11 %, menos de una \'ez a la semana, y entre un 9 y un 11 % . nunca. Dada la naturaleza humana, estas afi rmaciones de práctica religiosa eran. sin duda. un tanto exageradas, pero aun teniendo en cuenta ese factor. el nivel de actividad religiosa no deja de ser elevado. y el hecho mismo de que los estadounidenses crean que la respuesta correcta es afirmar su religiosidad es. en sí. prueba de la cent ralidad de las normas religiosas en la sociedad norteamericana. El número de estadounidenses que pertenece a organizaciones religiosas es más del doble del que pertenece a cualquier otro tipo de organización; los no rteame ricanos destinan el42.4 % de sus donaciones caritativas a organizaciones religiosas, el triple que a las de cualquier otra categoría. y se calcula q ue en una semana son más los que van a la iglesia que los que asisten a eventos deportivos. 11 En una reflexión sobre la profundidad de la reli~iosidad norteamericana, el teólogo sueco Krister Stendhal destacaba que «hasta los ateos hablan en clave religiosa». Puede que sea así. pero sólo el 1O% o menos de los estado unidenses p ropugnan el ateísmo y la mayoría no lo aprueba. En 1992. cl 68% d ecía q ue creer en Dios es muy importante o sumamente imponanre para ser un americano de verdad (una opinión más extendida entre los negros y los hispanos que entre los blancos). Los estadounidenses tienen un concepto más desfavorable de los ateos que de la mayor Parte de las de más minorías. En un sondeo de 1973 se preguntó: «¿Debería pcrmitírsele a un socialista o a un ateo enseñar en una universi-

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• & ra.s encues:ras compan~n un mismo cuestionano. pe ro son realizadas por Pr· ganosmos difcrcnrc:s según los paí>'>n de la ont rove,..;1a en torno a la extensiÓn de la acl..\1tud dcspLu.ó a la m migraciÓn como tema de m ter · y los Know , mhm se dovanecu:ron como fuerza política. L 1 G uerra de cestón marcó el mal de los movimientos políticos anllcatóltco explí nos. paro entonces la práru to talidad de r datos de la Encuesta i\lu ndi:.U d e Valo res. los .ttó ltco de las ociedad países. «Los cat ólicos los protest.mtes den tro de esas octedudes no evidencian v.tlores marcad:tmente diferentes: los católicos hol.mdeses de hoy en día son tan cah~nistus como los miembros de l:t Iglesia reformada holandesa>>.17 En Euro pa. el prote>tanti mo supuso una renJelta cont r.t la rradi c·ión y el dominio un i1·ersal cid cato lici nw. En Estados Uni dos. por el con tra rio. el catolicis mo . sc¡¡lln la ex presión de Schaff. lle¡:ó a una sociedad pro testante «como una m.ís entre las sectas», «halló un hogJr ad o ptivo» y ..se encontró en tod.ts pJrtcs roJeado Je instiwcion.:s puramente protestantes». La tem pra na coloni.t de Lo rd B.tltimore en Maryland «fue fun dad;t expresamente so brt· los principios -duramente antiapostó lt O> romanos y esencialmente protestantes- de la tole rancia religiosa». A principio del si¡:Io x tx, se¡:lln señala Will Herberg. los católi,·o «establecieron un modelo de gobierno eclesiástiCC> que seguía paut as muy parecidas a las del o mni p resente modelo protestante». Conocido como de «delegación se¡:lar». este modelo afirmaba los derechos y co mpetencias del laicado a nivel congregacional. El movimiento fue rechazad o por el primer concilio provincial de Baltimo re. en 1829. en el que se ratifi,·ó la autoridad de los o bispos. Pero constituyó un claw e je mplo dt· las presiones recibidas por la Iglesia para adaptarse a las formas p rotestan t e~ de Estados Unidos. A finales del siglo xtx y comienzos del xx. seglm expli ca Dorothy Dohen . «el arzobispo Ireland y el cardena l G ibbons in tahan

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r éstos en un país caracteri zado po r un a población de abrumadora mayoría cristiana y un Estado laico. Algunas son de carácte r tan eminente mente práctico como las relacionad:IS con el vestir y la apariencia física (el pañuelo en la cabeza de las mujeres musulmanas o las barbas y los turbantes de los ho mbres sijs. po r ejemplo l. En c ualquie r caso. los estadounidenses han tratad o. por lo general. de to lerar y dar cabida a las pr:ícticas de los grupos no cristianos. La combinación de cristianismo . valo res protestantes y garantías constitucio nales de la libe rtad de t'ulto típica de Estados Unidos ha servido , por lo general (y como era dt· p rever). para q ue los colectivos no cristianos gocen también de libertad para practicar y J ivulgar sus creent·ias. Los no rteamericanos tienen tendencia a ser indusivos en materia de religión: tod as me recen respeto. En 1860. Anthony T rollope apuntaba que en Estados Unidos. «si hay una cosa segura. es que todo el mundo tiene una religión. sin importar mucho cuál». Casi cien años después. el presidente Eisenhower expresab a esa misma o pi nión: «Nuestro gobierno no tiene sentido a menos que esté fundado so 18 bre una fe religiosa profundamente sentida. Y no me impo rta cuál sea». D~da la tolerancia gene ral de la diversidad religiosa. a las rd i¡.:io ncs no cnsttanas no les queda más re medio que reconocer y aceptar que Estado s Unidos es una sociedad cristiana. Ellas son minúsculas minorías e n una población abrumado rame nte devota del Dios cri -tiano y de: u Hijo. " Los estadounidenses se han concebido siempre a sí mismos como nación cristiana -sostiene Irving Kristol- . tole rantes po r igual con tod:ts

Rt.liJ.tK'In \ ln~u.amsmo

las rc:ligiones 4 ue sean acordes con la moral tradicional judeocristiana. Pero esta tgual tolerancia [. ..) nunca significó una igualdad perfecta Jc cstatus en la realidad.» El cristianismo no es oficial por ley. «pero sí que lo cs. no obstante, a nivel informal».'" Y Kristol advierte a sus correligionarios judíos de que ése es un hecho que deben aceptar. Los estadouni dcnS> La fu sión entre religión y patriotismo resulta especialmente evidente en la llamada religión civil de Estados Unidos. En la década de 1960. Roben Bellah definía la religión civil. «en su mejor versión», como una «percepción genuina de la rea lidad religiosa universal y trascendente tal como es vista o, casi se podría decir, tal como aparece revelada a través de la ex periencia del pueblo norteamericano».'' La religión civil permite a los estadounidenSO

Su momencn n ·nc rnllfue] un juramemo solemne sobre la Biblia. prc· !'ñl kl,, y sc,.:uodo de plegarias y acompañado de cámicos y de mlls1ca pa· crioci a. [. .. 1 La ~nana es1uvo car¡rJda de ~escos religiosos mezclados con ocros n1umemo> en los que la. {'\'OC'Jciones religiosas. aun no siendo explícnas. n-suh.~ron inconfundibles. La semana de invescidura se inició oficialmcn· ce un un repique de campanas en las iglesias de coda la nación. En la ni· \'ers1dad de Ho\\·ord, Bill Climon evocó la memoria del reverendo docwr Martin Lucher Kin¡:. Jr.. recordando sus k-cciones y cicando el mismo versn le b s Escricuras con d que cerrarla después su propio discurso de in\'CSIIdui"J. 1...] El presideme escuvo rodeado codo el día de un cortejo de líderes reli ~i~...~

incluso. a agnósticc> . Es. in c:mbar¡:o. una i¡:le tJ que e~ p ro lund amente cristiana en sus o rígenes. u sun bolt, mo, u esp íritu . u parale rna lw , , lo que es má im pc>rtante, sus u puescos b.í icos a erca de la nacuralezr; dd hombre. d e la htsto ria ) del b ien )' del mal. La Biblia cnsuana. las referencias crislianas. b s alusio ne y la mecáfo ras bíblica ·. i mpre~nan las expresiones de la religió n ci,·il. . 9 de febre ro de 200). secCión ' · pág. 4). IN. J, /autor.)

Capítulo 6

SURGIMIENTO, TRIUNFO, DESGASTE

LA FRAGILIDAD DE LAS NACIONES Las naciones y el nacionalismo han sido elementos clave de Occidente desde el siglo XVIII. En el siglo xx, se convirtieron también en centrales para otros pueblos de todo el mundo. «La supremacía que la nación reclama del individuo -según el resumen que hacía Isaiah Berlín del argumento nacionalista- está basada en el supuesto de que la vida, los fines y la historia de aquélla dan vida y sentido, por sí solos, a todo lo que este último hace.» John Mack señalaba, en una línea parecida, que «son pocos los compromisos por los que los hombres están dispuestos a matar a otros o a dar voluntariamente la vida. La defensa de la nación, si ésta se considera amenazada, es uno de ellos». 1 Ahora bien, la identidad de las naciones no es fija ni pennanente, y el nacionalismo no es una fuerza que penetre por igual en todos los ámbitos sociales anulando todo lo demás. Una nación existe únicamente cuando un grupo de personas se conciben a sí mismas como nación, Yel modo en que las personas se conciben a sí mismas puede ser muy cambiante. Por otra parte, la relevancia del compromiso nacional de éstas comparada con la de otros compromisos puede variar en gran medida. Como se explicaba en el capítulo 2, los gobiernos europeos tuvieron que dedicar grandes esfuerzos, en algún que otro momento, a moldear a sus respectivas poblaciones hasta convertirlas en una entidad cohesionada y dar así lugar a un sentimiento de identidad nacional común. Las identidades nacionales (como otras identidades) son construidas y deconstruidas, aumentadas y rebajadas, adoptadas y rechazadas. Cada pueblo valora la identidad nacional de manera diferente en comparación con sus otras identidades, y la prominencia e intensidad relativas de la identidad nacional de un pueblo determinado cambian con el tiempo. Como se desprende de las muchas muestras que nos ha legado la historia del último tramo del siglo xx, no hay nada permanente acerca de las naciones y los Estados-nación; tan pronto vienen corno se van. La nación estadounidense es, más que muchas de las naciones europeas, una frágil y reciente construcción humana.

DeJe d igl x 11 • hasta d fi nal J el xx, la promincnc i.t c ntrl' 11, , nnrteameri .111ns Je su iJentidaJ nuciom•l en compamctó n nm o t r.h tdenticbdc pa ó por cuatro fases evolutiva . ó lo en una d .: dl.t:, .tntc pus ieron clarament e su identidad n.tcional a todas las dcm,í personas librt>s que vivían en las cc>lo m.ts nnrtenmatiH~s. curYa> de una comunidad norteamericana. 1i -" · 17i5: una cornpara,oon. •zando •mt>dias móviles".

f\.uRA 6.1.

Amal~tamiento

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~.1 c•encia d~

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rh\' 1' 11 ,,, lt n () ltrh"'IIV'' l" n1u p.d p.11.1 elrv..r b h_knltd.ul n.•u on.d po r e 11

, 11 , 1, 1 .¡ Htr.o o.k11 to.l.odc, l' l'·•r.t ha ¡·r d l.t iok. pe "-' nt• h11 o d ,:11 1" un.• ruu j,)n. Sr e: tu ulllrn._ t nn 'e rTr :Hcria lr L.c'J ha, ra 11\1•~ ,. v.1 , , . h.ob1.1 h eh" r .1lidod .mtc' el n fe ha es J ·hat1hlc !..1 De do 1 ,111,.11 ,le· 111 ,lqx·ndencin no hncc rck·rcnuo ro ni n¡.tunn nou ón ·" """ crm ro, """ ro un"' •e,t:uln< libre · · independiente'>». Nada m 1b in1cia f'>c· , 11, tr.1h.ltíl' . k" moemhro> de la Convcn i6n Constitu ionnl v0tarnn unJ nin 1 mclllra reuni r suficiente apoyo público para una celebració n apropiada del centenario del nacimiento de W ashington en 1832». Duruntc los años previo a la G uerra de Secesió n, según argumenta de manera similar Lyn Spillman. «lo tntereses regio nales y locales determinaron excesivamente la mayoría de la expresio nes de nacionalidad. La fragmentación y la localización fue· ron fomentadas p rofusamente». Incluso d urame la propia G uerra de Scc~ión. «las tro pas de am bos bandos concebían su servicio al ejército na· Ctonal a partir de términos eminentemente locales,.." . La pérdida de pro minencia de la identidad nacional d urante las tres decadas anteriores a la G uerra de Secesió n vino alentada por dos profundos cambios en el ento rno estadounidense. En primer lugar. obviJ· mente, la aparició n y el auge del movimiento abolicionista. el co nflicto de

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!>urginuento. tnunto. Jes~Jste

La iJen11daJ cst•douniden"'

inte reses creciente entre el Norte y el Sur. y el dinamismo de In expansión hacia el oeste. auparon la esclavitud al puesto más destacado de la agenda n acional. En segundo lugar. hasta el decenio d e 1820. Estados Unidos h abía hecho frente a amenazas a su seguridad procedentes d e las tres grandes potencias de Europa: los británicos al norte y al este, los franceses a l oc"Ste y los españoles al s ur. Con la compra y la toma de los te rrito · rios franceses y españoles. y tras llegar a una solució n con los brit án iws mediante el acuerdo Rush ·Bagot y In doctrina Monroe. Estad os Unidos entró en un largo iglo durante el que no ufrió amenazas externas si¡(ni · ficativas a u territo rio. a su seguridad ni a su supervivencia . Tuvo. sin embargo. como señala Commager. d os enemigos. Los indios y los esta· d ouniJenses entablaron una violenta guerra casi continua hasta el decenio de 1890. Los primeros constituían «un foco de temor» para los nor· teamericanos que se desplazaban hacia la fronte ra del oeste. o fue ro n. in embargo. una amenaza significativa para el pueblo norteamericano en su conjunto . Los no rteamericanos te nían confianza en que su superior número. su tecnología. su capacidad social y técnica, s us recursos econó mi os y su civilización les garantizarían el triunio final . Los indios. como dice Commager, eran el enemigo perfecto para los estadounidenses. porque aparecían ante ellos tan despiadados como débiles. El segundo enemigo durante el siglo XIX fue el viejo o rden europeo. Los estado unidenses \'eían con desprecio y desagrado la ausencia de liber· tad, igualdad. democracia e imperio de la ley en la mayoría de los Estados europeos. caracteri7_ados por la monarquía, la aristocracia y los restos del feudalismo. Estados Unidos era. por el contrario , epítome y baluarte de la virtud repubücana. El componente ideológico que la Guerra de Indepen· deneta había añadido a la identidad norteamericana hacía que esa distin· ción fuese de crucial importancia. El viejo orden europeo con tit uía para los norteamericanos (que se concebían a í mil.-mos como representantes del futuro democrático -brillante. abierto y próspero-) su «Otro» rele· ' 'ame. Los e>tadounid(.'I15CS simpaúzaban con todos aquellos esfuerzos di· ri¡¡idos a fomen tar el cambio democrático en Europa, que se hicieron ma· nifiestos de manerJ especialmente notable en las revoluciones de 1848 (el patrir us virtudes y \'{."!ltajas a salvo de 1.1 corrupción europea. Los indios estaban próximo . pero e ran débiles. Los europeos e ran fu.eS n su p.tís. El parnorismo anl ·rior a la ¡tucrra. s~:ñ.tlab.t R.tlph \X'aldu E.ntcrsn. h.thia td mu)Cr ,. durantl! la ¡tuerm mostmron 4uc el patriotismo no n camcn cano pam en ron es •a •lem] real....'• Ante-s de la p,uerra. los estado unidcn es t y lo> ciud.tdo~nos de o tms naciono~lidadcsl se referían a su país en plural: « Lo, r · taJos mdos son ...... Tras la guerra. pasaron a ut iliz:tr el sinp,ular. L1 C uc· rra d(' ~esio n sm salida. No obstante, la.\ rneufor.u cuhnanas parcttn ('SJlC(Cntiles [ ... ]». Pora él. como pJrJ C r; vccoeur. esta « fu ,,in ,. re-lorrnactÓn» pa recía imphc.tr no sólo el me>tl · zJ je entre etn ias y ra7.ts. si nu u mbién IJ cre-a rón de una nueva uhurJ común en la que todos e LH1tr1Jn para constru~r b Repé1blica del 11om · bre )' d Rei no de D1os." El modelo de IJ >. por d contrario , pone el ~nfJ . sisen la asimiiJción cult urJ I. e ba a en la premisJ de c¡uc «lo inm1¡¡ran· tes )' sus J e cendie m e, Jdoptun lebid.tmc nt..- los pJrrones cuhur.tles an¡tlo ajones típico· ». por utdtzJ r Lts palabras de Milton Gordon . y '"" adaptan a IJ h istoriJ cuhur,tl de 1.1 parte a ngloamericana de la poblan ón». egún la de: Michacl 1m·Jk. Asu me. en defi niti\'J. la centraLidad v la durabilidaJ de IJ uhura J e los colonos fundaJ ore . La metáfora uli· nana reco¡:t· la ima¡:en de un:1 op.t de tomJte Jn!(loproccstante J l.t que la inmigra IÓn añade el apio. los picatostes. las ensln cn ' '" pw¡¡r.tm." Adernjs, también se oblt¡.:ó nclicha in,titucion.:, a prnporuon.tr , er.tt1 no an¡.tlófnno par.t sit uarlos en pk· dc i¡.:u.dJ.td ,.,,n "" ,111· glófonos. Lo tribunales tnmbiC:·n dicwminnro n que 1u l~yes l'~t.tl.tlcs o 1 alcs 4ue requirieran el usll del inglc:s en cien as circun>tnnci.t> .:r.tn"' onstttunonales por4uc vulncrabnn ltt prot.: don dc l.t hbat.lcl de ~ presión corm·nida en la Primera Enmiend a. S.: umpliab.t a 1 In Pri nrcrJ Enrnrcnd.t para que cubriera no ólo lu libe rtad de ~x prcsion y el n •ntt:nick>de lo cxprc>ado. sino también el idiom.t utrliw do paru ~xp res.tr dt cho contenido. A~í pue . lo. ¡:obiemos no están u.-tuaLilente ap.1cita,tos par:t requerir d w.o Jcl mglés aun cuando dt:t.:rrninen 4ue t.tl rc 11 rno>trar un.1 pan c. ulm.:no>. J..- sus un eles en in¡.tlés por motrvos. de se· le ' k ntl ¡.tun daJ pu bl'tt·a. El 'Juez Robert "'[ akasu¡!i. dd trib unal ete 1J'tstrtll' :or r es pon · ct·tcntc·. m.t de rn t ru 1on en IJs es .u l.1 de An z n.t , roJos los lunnnn.trio, v ern pl ~do, lt: t\rizon,t deben er ·'1 u es de us~r 1 emen dcr d Ingle Srn ernb.1 rgo. anulo l.1 enmu.· nJa l'Onstil ttcin.d rdrenddd.l JlN los \ Otantc> por onsider.trl.t vul nc·r.1doru de l.t Prrmer.1 Cnmiend.1. 1 " ' · ..¡ue ttene un el~ to adl'cr>o obre-], derechos corJ>tllu ton.tles de b s person.l' de h,tbl,t no ingl ·a en u.tniO .t su a ces .1 su .tdmmislmnón v J>Orljtte ltmir.1 !J ex presion polu rcu dt" 1 s c..rgo< cl,·rtos) de los ernplea·J os públi ·o,»."' El Tnbunal ' up rcmo csrnd,'utlldense e- inhibio a In horn d~ re,·is.rr d ,tso. . En una s~rie de aso p.1r.1lelr•s . l.r Comiston de lgu.tld,1d de Oportun~dades en d Empleo Cl.t EECX:. se¡:ún sus sigl.ts en inglés) imerprctó la lltsposición sobre el «origen nncionah, tnduid.t en d Tu ulo VIl como enlpleados u lwhlur t'rnir.uncntl' en in¡.:lt du rn ntc sus hora< ,1.: trabajo. La EEOC pr~sentó treintu v dos dem.tnd.1s de ese tipo en 1996 y novenla una en 1':199. Lns ernpr;,as pued.:n impont'r e ·a clase de restri eiones sólo en situaciones en In> 4 ue pueda eSIJr ju,titlca lo se!!Ún una •tringido. orno un abo¡.tado opuesto a In oficialidud del in¡.t!t' s hu sostl'nido con respecto a los Títulos VI ' 11 : «La cuestion !t·gal cla\'Ces si la proht bi ión de la thscrimina ión por origen n.tcional es aplic.tble o nn a ht discrim inación lin·

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Dn.ilw. a 13 1JcnuJ.d

t..luuruJcn

ntill'le tad 1 J le~e o o n titu wncs p ro hibían !.1 J o e n w ~n n t ro od to m.t que n uera el mgl . En 19/0. la ofí ma fede ral de 1m De ret ho, ( t\ tk" emu ió una irculJr para que, por el T ítulo VI de la L.:v ck· lo> De rn lw ' o\11 • 1 s distntos e lares con « nl!Í. J e un 5 '~o ele mño' pe rt enco cn te • ¡trupos de o rigen nacional mino ritario» wm.m m « la' mcdo d.o~ Jlo r mativas n~esuia paro renifi ar la dcfí coc nciu ling üí 11 .1 c>.~>t.:n t c· J !tn de que u respc ti\'oS pro¡:mmas do ·entes lp ud icrun ] también a est estudi antes». Do a1ios despue . un ¡ueL de do,tnt~> 1 de ral di taminó que e.l p re epto constitucio nal do: !.1 i¡:uul prot le es para toda la persona obligaba a que los alumnos de 1 liC\ o ,\ kxi o recibieran instru c ió n en u lengua su cultur.1 n.lli' '·"· [n 1974. •1 propósito de un caso de an Francisco relacionado con ni ños chmo>· . 1 Tnbunal uprcmo de Estado nido hizo una n uevu intcrpret.l IL•n d 1 Título \' 1: la escuelas no p ueden limitarse u pruporcio mrr .1 lo- .:>col.• re:> de habla no inglesa la mis ma instrucción qumpens.or es.• de· t iencia de conocim ientos.ll En 200 1. el Cong reso destinó 446 null unes de dólares del p resupuesto fede ral a programas bilinglie er>· .. .. t • en 1 · · · · . nu-, '"' p rn¡.:r.n m iento por pJ rte le lo tu d !.mte, de 'u prop1J len¡.tu.o 1 ,·ullu rJ nat11.1 . LJ ·Ju " 1on bdmg ue Jq(• de , r o nstd r.1d .1 un n1ed1o p.trJ a, egu r J rs J que lo J lumno' aprcnd 1e-rJ n 1n¡::les lo un 1new ck• 1r.on,lt.J no h,o,t .l que- lo, , w ,lt.mte' .opn:neloer.on d odlc'IIIJ 1 1 >e Olll'lrllll . 111'" bien. en un emblem .1 1 or¡(ullo t"ult u rnl. un mcd tu p.1r.1 prudu 1r en el " llhloantc unJ om.t¡:en pos n i'~' de" nllO 1.1 Jamo .rño•s después. La educ.~eión bilinJo!ÜC. se¡:¡jn i-1. ..-se h.t co•wertodo en · e,luc" 1011 mo nolin¡:üe". lo nml no ayuda a los e tuniantes. [ .. 1 e Sll pnc q11e p rimer,, h.o de ser el inglés y luego d esp.rñol. No se prctl!'ndia yuc >e p.rs.tmn e ho aiios en un programa. Se· , 11 ¡x •nía que era .rl¡:t• t r.uO>IIorio». '•

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Dcsaf1os a la 1ckntidad estado unidense

El fomento por parte del gobierno federal de los idiomas distintos del inglés y la oposición a las políticas de «English O nly>> («sólo inglés») de los gobiernos estatales y las instituciones privadas generaron un cont ra movimiento. En 198 1. el senador S. l. H ayakawa int rodujo una enmien da constitucional para que se declarara el inglés como idioma oficial de Estado Unidos. Dos años después. él y otros se unieron para form ar una organización. U. S. English. destinada a pro mover aquel objetivo inicial. Y en 1986 ,;o la luz otro colectivo pro inglés. English First. Estas organizaciones suscitaron un amplio movimiento que provocó que diecinueve estados adoptaran una forma u otra de declaración de oficialidad dd inglés durante las décadas de 1980 y 1990. Tales decisiones p rovocaron lus protestas airadas de los grupos lingüísticos minoritarios (hispanos y otrosl. así como de las organizaciones liberales de izquie rda y de los derechos civiles. que lograron que tres estados aprobaran resoluciones alternativas del tipo «English Plus»* Varios legislativos estatales rehusaron emprender acción alguna relacionada con tales propuestas. pero ninguna de las proposiciones para la declaración del inglés como lengua oficial fue derrotada en referendon Por lo general, los estados cuyos legislativos emprendían medidas favorables al inglés eran estados sureños o contaban con poblaciones relativamente reducidas de inmigrantes asiáticos e hispanos. Los legislativos de estados con poblaciones minoritarias más numerosas declinaron actuar o rechazaron activamente esa clase de propuestas. Sin embargo. los cuatro estados !Arizona, California, Colorado. Florida) donde los votan· tes aprobaron las propuestas de oficialidad del inglés (en tres de ellos. por marorías sustanciales) tenían, como Jack C itrin y otros señalan, ,Ja mayor proporción de habitantes de habla no inglesa. inmigrantes. hispa· nos Y asiáticos, con iderados en conjunto. Estos cuatro estados también fue ron los que, entre 1970 y 1980, experimentaron la mayor tasa de crecí· maento, de sus respectivas poblaciones de hispanos y de personas nacidas en el extran¡ero,._ Algo parecido ocurrió en Lowell (Massachusetts), don· de el referendo sobre la oficialidad de la lengua inglesa celebrado en 19 89 vmo precedado de una década en la que se había producido una rn¡¡sava afluencia de ·, · a 1a ciudad, hasta el punto de que e 1 nú·. . _ hispan os Y asaattcos mero de nanas con dominio limitado del inglés (o Limited English Pro/t· omcy, LEP) se hab'la cuad rup1acado · en un plazo de cinco años.1s La rá· ' • E. decü • ~•ng!C:. m4no olra 1 ell ck). N d.t 1 1 ~nguas Uas de los hijos de los inmi¡tunis visto. se sent ían y:t preparados para vol,·er y vivü cómod~mentc en el entorno familiar de su paÍ> de nacimiento. Eran tempo reros. no conWI'SOS.'11 . · t.. omo sus prcd ecesores. 1os ·tnmtgran es re··c·t'entes pueden . . deotr "' entre ser conversos o temporeros. pero u diferencia J e esos tnllll!!ntntcs anteriores, no están obligados a tomar t.tl decisión. Y es que ext>tc un.t tt'r· cera posibilidad: pueden convertirse en pei'Sonas qu~ yuJt_r. Est,IS act.itudes recibieron confirmación legi lati\·a en d Congreso en 18 18. ruando éste rechazó la petición de las organizaciones ir· landesas norreamericunas para que se les asignase formalmente una parte del Territorio del Noroeste para que lo colonizaran inmigrantes irlandeses. El Congreso se negó a tal medida porque creyó que fragmem aría la nación y. como comentaba Marcus Hansen. «probablemente no ha habido ningu· na decisión en la historia de la política inmigratoria estadouniden se que haya tenido una si¡;nificación más profunda». Siguiendo aquella misma Ü· nea, d Congreso sólo admitió posteriormente nuevos estados en la nión • • -'8 st estos contaL.m con una mayoría de anglohablantes: La política estadounidense al respecto se ha basado. pues. en el su · puesto de que la asimilación precisa de dispersión . De hecho. la inm igración de cualquier grupo siempre ha empezado por la creación de una especie de cabeza de puente étni ca que, luego. a medida que han ido llegando más compatriotas. se ha expandido hasta convert irse en un encla· v~ étnico. La mayoría de- tales enclaves inmigrant es se estab lecie-ro n en Ciudades Y las grandes ciudades se convirtieron. a su vez. en hogar de nu· rnerosos grupos inmigrantes diferentes. La diversidad de dichos grupos Y la _competencia entre ellos contrib uyó a que ninguno estableciera un dornmio cultural 0 político y supuso un estímulo para que todos llc-~aran a

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J o minar bien el inglés. Por otra part e. J med ida que iba ced rcndo d flu jo de tnmi¡trames )' que la se¡tunda ¡¡eneru tó n dn ba pa'o a la tercera, l•" miembros del g rupo que ascendía n socialmente abando naban el enclave El resultad o en las ~r.m des etudadcs del o rcste y d el Medio Üeo>te fue lo I.JUC amud Lubdl bautizó corno «la fro ntera urba na» , fon nad.t a me· dida que, generación a ¡tenera ió n. un ¡¡rupo inmigr:tnte iba recm plaz.tn do a o1ro en los mismos barrios urban os.'" La inmigractón hispana posterio r a 1965 se ha de viado significJt ivamente de la pa uta hrstórica Jc dispcrstón con la concen1ració n de cub anos en la zona de Miami y de mexicanos en d Suroeste y. especialmente. en d sur de Califo rnia. Aun así. y salvo raras excepciones. la diversidad. acompañada de dispersió n. ha sido la nota característica de los demá inmigr.mtes llegddos tras 1%5. Los inmigrantes provienen de una amplí ima variedad de países. Los compatriotas tienden a a¡¡ruparsc entre >Í. pero los barrios étnicos están, a su vez. entrcm~'7:clados y u com posicio n varía. En 1995-1996. ciJ 8 % de los inmi¡trantes de la ciudad de ueva Yo rk procedían de la antigua Unión Soviética. el 17 % de la República Dominicana y d JO% de C hina. A finales de esa década. los barrios inmigrantes de Nueva Yo rk contenían normalmente población proced ente de muchos países diferentes, sin que ninguna etnia constitu)'era más del 15 o el 20 % dd to tal Oa única excepción erad Lo"-cr East Side de Manhattan. donde d 5 1% de sus habitantes eran chinos). 10 Reflexionando sobre la experiencia neoyo r4uina. james Dao llegó a la conclusió n. en 1999. de: 4ue •los inmigrantes de hoy ~n d ía vienen de más países y hablan más lenguas que los de la última oleada de inmi¡trantes euro peos. Son tam· bi¿n económicamente más di,•crsos e incluyen a personas de elevado ni vd educativo o muy cualificadas. Y evitan más que sus predecesores los enclaves homo¡!éncos, dispersándose por barrios repartidos po r toda la ciudad...• Este patrón debería facilitar eno rmemente su asimilació n. En 1990. en los co ndados do nde se d aba una mayor concentración de inmi-

• Un rtcmplu de b.uno dn-cno y n rnbt.&m(' es A.srona. en Qu«ns lNu('Va YorkL ....u;mJo. fa W P. que omo rl'u famt.ha- habían vt·n&do a N un•a York proce-dentes ck las zo· na' rur.aln . iudtfl$, trlanJescs, ar:.llanos. J.!r1CiotOS) un solitano huJLonoiC' franc-n . En d ai10 1000. > d . ~nap ,),- ]n, """ " " ' IH.IJil ÍCn

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Dmo bien ha dicho Peter Schuck- es en ser miembro de· un.t comumdaJ políliCll con una identidad política más o menos característica (entendida colll(l un conjunto de valores públicos acerca del gobierno y de la ley que.- 5011 rornpartidos por la ~ran mayoría de quienes componen dicha comunidad)...· • La ciudadanía li¡¡ó la identidad dd individuo a la identidad de la nac.ión. Los gob1croos nacionales definieron unas bascs para la ciudadanía (como d ruJ sa>~gurnis o d rus solr). es decir. unos criterios que definían quimes podían ser ciudadanos y unos procesos para convertirse en ciudadanos de pleno derecho. A finales dd siglo xx. sin embargo. el concq>IO de ciudadanía nacional recibió una serie de envites diversos que fueron reduciendo los requisitos necesarios para adquirir el estatus de ciudadano y ac-abaron por mermar considerablemente la distinción entre los derechos y responsabilidades de los ciudadanos y los de los no ciudad:t· nos. TaJes fenómenos han sido legitimados aludiendo a los acuerdos int.emacionalcs sobre derechos humanos y al argumento de que la ciudadanía no es un producto de la nación. sino que es algo inherente al individuo. El vínculo entre ciudadanía y nación se ha roto, con lo que se ha debilitado, tal como ha dicho Yascmin Soysal, •el orden naciollJli de la ciudadanW..1' Los requisitos contemporáneos para la nacionalización en Estados Unidos son limitados y específicos. Simplificados, son los siguientes: 1) Cmco años de, r.sidmcia permanc.-ntc legal en Estados Unidos. 2) •Burn carácter moral•. por d cual se enüendc la ausencia de ante· cwcntc:s penala. 3l La capacidad de hablar. lttr y escribir en in¡¡lés corriente (cquivalcntc .J de un atudiamc de octavo cu~ de educación obli¡¡atMia). 4·1 Y un conocimiento ~mera! del sistema politico y la historiJ.t cm· doumden.-a. ckmomado. malíantc 1• superación de una «pmeba de cduCicrón clvica•.

Como reconoce un autor q~ critica dichos criterios por considerarlos_e_xcesivamente. ratrictivos, •desde una perspectiv11 comparada. los re· qutsnos estadounidenses para la nacionalización son relativamente mo· 1 dcstOS». Los dos criterios mínimos da~ son el dominio básico del in~~ y el ~onocimie~ll.o elemental de la historia y la política de Estados Umdos. Dtchos reqlllsnos encaman y simbolizan los dos elementos que ~uedan aún en pie de la identidad nacional: la herencia cultural in¡.¡lesa y los principios democrático-liberales de su Credo.

La di~t inción entre ciuddd~nos ,, no ciudadanos se limó su tancialmcntc a fina les del >iglo xx. « uecia. l~ Países Bajos, u iza, G ran Bretai'ia, Fnncia y Alemania han confcndo cada vez m:ís derechos civiles, sociales e. indtL'iO, políucos a los no ciudadanos residentes en s u territono•. En Estados Unidos, tuvo lu¡tar un proceso sim1.lar, liderado por los t ribunales. Hubo una «Serie de scnrenc1as ¡udici.tles que redujeron ostensiblemente el valor político y económico de la ciudadanía al prohibir al gobierno (y. en especial. a los estados) la asignación de cien os derechos sociales y venrajas económic:1s fundamentados, pre isamenrc. en ese estatus,..16 T res son los con¡untos de derechos y privilegios que son de especial importancia para los individuos en E tados Unidos: los derechos y libertades detallados en la Co nstitución; los derechos, privilegios y beneficios económicos proporcinnados por d ~obierno, y los derechos a participar en la política y el ~obicrno. Sólo en estos úhimos continúa habiendo dtferencias si~nificativas entre ciudadanos y residentes extranjeros. Casi lO· dos los derechos y libertades especificados en la Constitución son conferidos a "personas», con independencia de su estatus en Estados Unidos. De ahf que, al menos hasta el 11 de septiembre. fuese correcto decir que • los extranjeros rcsidenres - al igual que los ciudadanos- gozan d e la garantla de un debido proceso legal (tanto en los juicios penales como en los civiles). de la protección de la libertad de expresión y religión de la Primer:t Enmienda y del derecho 11 un abogado en un proce en ru•nto a CUI"'JC1t"rí.sura.s SOC'IOC'Conómicas. Dtcha.s c.u:.act~riSIICJS nn bas1.10 ~ra gu -amiz.ur un aiUSIpersos no rtffirn , a menudo. ona opción que casarse ron persona, de flll"ra d muestras má owufio novas de a imilación de los mmigranres hospanos es, sin lu¡:ur a d udas. u con versión al protestantismo t-van¡:élico. Se trata de un fenó meno paraldo al especracul:.u aumento del número de protestantes evan¡rélicos en muchos países latinoamericanos y rdacion.tdo con él No existen etfms pred as sobre el número de hispanos protestantes en Estados Unidos. pero Ron Unz afirma que «una cuana pane o más de los hispanos han camboado su fe católicu tradicional por al¡:lma Iglesia evan¡¡élicu p rOtestante, una tran . formación religiosa de una rapidez sm precedentes que está, obviamente, relacionada con su absorción en la sociedad estadounidenSC»."' El reto planteado por esas deserciones para la Iglesia cató lica ha mcitado a ésta, a su vez. a realizar contraofensivas intensas para inducir la asimilación de los inmigrantes hispanos a la sociedad noneamericana corno c-Ató licos esta· dounidenscs. La competencia entre las religiones estadounidenses por atracrS(: a los crc:yentt:s es una potente fuerza de ame ncanou ción. Hay datos más detallados. sin embargo . que sugieren q ue la oJenll •· caci6n con Estados Unodos de los onmigrantes mexicanos y de las personas de origen mexicano en general es débil. En d esrudio sobre hijos de inmigrantes en el sur de California y de 1·1 orida de 1992 al que aludla an teriormente S(: formuló la siguiente pregunta: c¿Cómo te odentifiC'2 t Es decir, ¿cómo te denominas a ti mismo?,., Los enruotados latinoamenca nos fueron agrupados en ocho paises o ¡¡rupos de paises. inguno de los niños nacidos en México respondió '. 111 lu1dos dos pre.,,Jenres allo cntcrr•dos. Los mmr¡¡rontcs cubano< Uc¡¡ados a E tados n1 dos a 0S onmo¡¡ranto . En 1 80. el ré¡:omen J e Cas trt' permll oti e m hno ~tlcnro la cmo¡traoón de 125.000 cubanos dNdc el p 11cno de M•nd hrno... dio tambten h~eoeron su econom oa ma or que IJ de la ma>orÍJ de los p•íses la11no •mcn •nos " Un com ponente clave de ese desJrrollo fue la •mpbaCJÓn de lo IJ70S cconómi os de i\ lorum con América L.uina . Los brastlcños. los ar¡.tenll · nos, los chileno . los colomboano o los vcnewlanos lleg• b•n en ma a J Miami llevando consi~o u dmero En 199 i . haboa uno> 25 .000 millo n de dólares proceden re. de paoscs exrranreros lpnnropJimcnte de Amen · ca Latina) dcpo~itados en b ancos de .\l"'m' " Por todo el hem~Sieno. Jo, la1inoamcri anos d ed i ados a la mvcrs1ón, ~~ comerroo . .1 lo~ ulwra. Ji en !retenimiento. a lus vacac:oono o altrJfl o de dro¡¡as. a udian ada •·e~ m:ís a Miami. e había com cr11do . por itar una expraió n mu cho~ •·e es repetida, en la aut entica "cap ual de LallnoJmé nca ~ Para llcg.tr a adqUinr ese presti¡roo. Miami tuvo obvi.tmente qut .tdo umden e a 01ra ho p.1na b .qo li de razgo cubano. En el año 2000, el español no sólo era d odooma hablado en la mayoría de los ho¡:arcs, ino que ramboén era la len¡¡ua p nn opa] del comer 10. los negocios y 1.. polí11 a Los medios~ la comunocaCJ n t.>n general se esta ban volvoendo c.oda ve¿ má hispanos. En 199 . un ca· na! d> (su pueblo o localidad. su estado o regió n, su país, el continente no rteamericano o el mundo en su conjunto). la proporción que seleccionó Estados Unidos fue dd 16,4% en 198 1- 1982, dd 29.6% en IOS. han trarado de impedir IJ emigración y. en orros. se han mosrrado mris ambivalentes o permisi,•os. En d mundo contemporá· neo. sin embar¡¡o. la emigración masiva desde los países pobres hacia los ricos v los nue-.·os medios para mantener el conrac-ro con los emigrames han Lle-.•ado a los ¡:obiernos de las naciones de origen a considerar a sus diásporas como factores clave de colaborAción con su país y de cont ribu· ción a los objetivos de ésrc. Los gobiernos esrán int eresados en favorecer la emigración. en expandir. movilizar y organizar sus diásporas, y cn ins· tirucionalizar las conexiones de ésras con su país de origen para promo· ver los inte reses de dicho país en las diversas naciones de acogida. Los países desarroUados t'jcrccn influencia en la esfera internacional median· te la exportación de capital . tecnología. ayuda económica y poder militar.

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Desairas o la i •nsur~cnctas rt'Sultan insostenibles. Pe ro cua ndo uentan cu n ese apoyo, sólo terminan si los insurgentes logran lo que se

p roponen J..a, diJSporas son tmponanto para el ma nt01tm1cnto de u Estad os de on¡:en, pero ,on mdt pen ables para la creación d e tales f · tados. La ter de oopera to n co n ellas a fin de promover los mtcrese de los países de p rocedenct.l en las sociedad de acogtda. E te facto r es especialmente st¡:nificat ivo m Estados Unidos. En pnmer l u~o~ar, Estados Untdos es el actor más poderoso en la políuca mundial y u ene la capacidad d e in tlui r en d desarro llo de lo acontecimientos en cas 1 cualquier rincó n d d ~lobo. De ahí que otros gobternos s1enton la especial n~i dad de inflocr en las políuca1ad0< nodos coo el mundo

En quinto lugar. d urante la Guerra Fría, co mo ya ha seña lado To ny mith. los intereses de las diásporas de refugiados procedentes de los pa. íses comunistas se correspondían a grandes trazo con los objeuvos de la 11 política exterior estadounidensc.-. Las diásporas del este de Europa pro. movían la li~ración de sus países del dominio soviético: las diá poras rusa, china y cub:ma respaldaban los intentos de Estados U n1dos para poner fin al co ntrol comunista de sus países de o rigen . C o n el fi nal de la Guerra Fría. sin embargo. la oposición ideoló¡.rica a los gobiernos de las naciones de procedencia dejó paso (salvo en el caso de los cubanos) a una reno\'ada iden tificación con los países de origen y sus ~tobiernos, cuyos mtc.-reses ya no siempre coincidían con los intereses nacion ales estado . unidenses. En sexto lugar. d urante la década transcurrida entre el final de la Guerra Fría y e.l inicio de la guerra contra el terrorismo, Estados U ni· dos careció de un objetivo primordial en política exterio r. lo cua.l de jaba una vía abierta para que las diásporas y los g rupos de interés económ ico desempeñaran papeles más importantes en la configuración d e la propia política exterio r estado unidense. Los atentados del 11 de septiembre re· dujeron drástia.mente el poder y el estatus de los g rupos árabes y musul· manes y genera ro n actitudes críticas hacia los inmigrant es en general. Re· su.lta dudoso. de todos modos. que dichos atentados, en ausencia de ataques adiciona.les de parecidas proporciones, continúen ejercie ndo ese efecto a largo plazo, dadas. por un lado, .las poderosas fuerzas políti cas, socia.les e intelectuales derivadas de la globalizació n y, por el o t ro. la na· tura.leza de la sociedad y la política estadounidenses, que hace de Estados Unidos terreno abonado para las tentativas de innuencia de las diásporas y de sus gobiernos de procedencia. Como resu.ltado de estos factores, a finales del sig.lo xx los gobiernos ext ranjeros aumentaron considerablemente sus esfuerzos para innuir en las políticas estadounidenses. Entre ot ras cosas, ampl iaron tanto la pre · sió n de sus lobb1es como las actividades de relaciones públicas. dieron apoyo financiero a gabinetes de expertos y a medios de comunicació n y movilizaro n a sus diásporas a fm de que contribuyeran con fondos )' co· laboradores a las campañas políticas y presionaran a los comités del Con · greso y los organismos de la administración pública. Los gobiernos forá · neos Y sus partidarios alcanzaro n también niveles mucho más depurados de conocimiento de la dinámica del sistema político estadounidense y de los medios necesarios para asegurarse el acceso a los centros de poder. La \'ariación en la escala y softsticación de los intentos de México es un ejem· plo de los mencionados cambios.

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A mediados de la dé dda de 1980. México dedicaba meno Jc 70 000 dólares anuales a ejerce r pres1ón en \X'ashington. y el prcs1dcm e De IJ Madrid (un titulado de IJ Kcnnedy chool uf .u,·emment de la Uni, er· sidad de lla rvard) se lamentaba de las dificulradc que encont raba para que sus diplom áticos logr Man algo más que un mu o merame nte fo rmal con el Departament o de E.tado y pud1eran establecer rel acio nes m tí> e>· trechas con los congreststas que teman poder real para afectar a los inte· reses de México . En 1991. y ba¡o la presiden iJ de Cario< a.línas !o1 ro ex estudiante de la Kenncdy chool), la emb.1 jada mexicana en ~ ashm!'ton dupli có su rnma.ño to tal e incn:mcntó aú n mas su número de at-:re~tados de prensa y de funcionarios de enlace con el Congreso. En 1993. México dedicaba ya 16 m11lo nes de dólares a IJbores de lobbv en Washmgto n Y Sa.línas decidió encabezar un a campaña de varios años de d uració n Y 35 millo nes de dó lares de presupuesto destinada a conse¡¡uir la ap ro bación en el Congreso estadounidense de la enr rada de México en el T ro~tado de Libre Comercio de América del 1o rtc. Como ya se ha señalado. las auto· ridades políucas y co n ulares mexicana t.tmbién empezaron a ded icar grandes esfuenos a la monlización y o rganizaciÓn de la d iáspora mex i· cana para yue p romocio nara las prio ridades de la agenda de México en Washin¡¡ton. En 1995, el presidente Zedillo instó expresamente a los mexi· cano·americanos a promo\'Cr los intereses de México con la efectividad con la que el lobby judío promocionaba los de Israel. Como comentó una vez un alto car¡¡o del Departamento de Defensa . «11quí los mexicanos 1 eran antes imisibles. Aho ra están por todas partes».' México es un e jemplo espectacular de la inten ificadón de los e · fuerzos dedicados por los gobiernos ext ranjeros al ob jetivo de influir en la política cstadouniden e movilizando a sus diáspo ras a tal fin . Entre los gobiernos que han rea.liz.tdo campañas paralelas se incluyen también los de Canadá , Arabia Saudí. Core;t del Sur, Tai\l·:m. Japón. Israel. Alemania. Filipinas y Chtna. cuyos ¡¡astos anuales en este capítulo alcanzan las de· cenas de miHones de dólares y. en algún que o tro caso, sobrepasan inclu· so los cien millones. Los gobiernos de los países de origen sacan provecho de sus diáspo · ras de diversas fonnus. Una de ellas es utilizándolas como vivero de agen · tes de espionaje y tráfico de innucncias. A lo largo de la historia. el ansia de dinero hu llevado a muchas personas a volverse en contra de su país para venderse a un Estado extranjero. Muchos estadounidenses que tra · bajaban para la CIA. el FBI o el e jé rcito lo hicieron durante las décadas de 1980 y 1990. Pero los espías pueden tener también o tras m o tivacio nes.

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Do..loos • la oJenuJad ar.doumJrosc

En las décadas de 1930 y 1940. quienes s~ convinieron rn a¡¡cntes sm~& . ticos knt re ellos. varios funcionarios estadounidens.--s. al¡¡unos cicntifi. cos de Los Álamos y el circulo de diplomáticos de Cambrid¡te) lo hicie. ron motivados no por un afán de lucro. ino po r idrolu¡cía. En el mundo de hoy en día. la cultura y la etnia han recmpluado a la motivación ideo. ló¡¡i\a. En Estados Unidos. extstcn diásporas de las que sus di\'erso gohiemos pueden saC'llr panido y que han sustituido al potencial público ideológico úmco del qu( sacaba provecho la Unión Soviética. Son mu. chos los inmigrantes que han hecho gala de su lealtad primaria a Estados Unidos y han prestado imponantes servicios (incluido el espio naje ) en las n-luciones con otros gobiernos. Ahora bien. cuando los inmi¡¡rantes se considt'ran miembros de una diáspora que engloba también a su sociedad ori¡ónaria y al gobierno de ésta. se convienen además en una fuente potencial de agentes de dicho gobierno. «El espionaje -5Ciialó una \' CZ el senador Daniel Patrick Moynihan- está casi indefectiblt"mcnte relacionado con la política de las diásporas•. y como el Oc:panamento de Defensa informó al Congreso en 1996. «muchas agencias de inteligencia extran· jeras tratan de explotar los lazos étnicos o religiosos» de sus diásporas en Estados Unidos con sus paises de procedencia.n Desde la década de 1980. Estados Unidos ha dictado sentencias condenatorias en firme contra miembros de las diáspoi".IS msa. china. cubana, surcoreana e israelí, por espionaje para sus países de origen. Mucho más imponantcs que el espionaje (puesto que, entre otras cosa . mvolucran a muchas más personas) son los intentos de los miembros de las diásporas destinados a influir en la polít.ica estadounidense de manera que satisfaga los intereses de sus paíS pariiJJnJ~ de )a, ,·,llt,JS pJ le de ámhes .tmericJnos do: rodo el P·" ' p.tr.t , u CJmp:tña». al¡tuno< de ellos , médocos y comer ianrc.-. mu respeta bies». pero ol ros «invt:SII¡.t.tdo> por el FBI por posibles vin ulo> r.:rrort ras». La nval de McKinne}. Dcnisc .\IJ¡ctrc. lue capJ z de rcc.tud.tr 1.1 millones de dólares. casi el doble que ¡\lcKonno:y. ~r.t ÍJs .t la .tyuda de IJ< «aportaciones de judíos de fucr.o de Ceor¡.:id» o\lcKinncy ruvo adcm:.s otros problema~ que afecra ron u la campaña para "" reelección y pe rdió las cleccione on un 42° o de los votos frenl e a un 5 "o de u oponente Ahora bren. como )U había comentado Tht' F.ronomtna " )~ ~rdidas. derrotns. a¡:r.11~os y hunull.tcinncs orf. man-. ¿En este país se hablarán dos lenguas o solamente unai'•. Y su respuesta, por supuesto, es que se dc:berían hablar dos. Esto es cada vez más cieno en la práctica y no sólo en Miami y el Suroote. •Nueva York -afirman Flores y Benmayor- es (ya] una ciudad bilingüe y el español es un demento de uso diario en la caUe, en los negocios, en los servicios públicos y sociales, en las escuelas y en el hogar...¡~ «Hoy en dia -«:ñala el profesor Ilan Stavans- en Estados Unidos se puede abrir una cuenta bancaria, obtener asistencia médica, ver telenovelas, presentar laJ decla· raciones de impuestos, amar y morir sin pronunciar una sola palabra •m inglés • .• Estamos siendo testigos, en definitiva, de una reestructuración de la identidad lingüística de la nación.»¡¡, Y la fueru impulsora de esta hispanizació n. la afluencia de mexicanos, no da la más mínima señal de remitir. El2 de julio de 2000, Vicente Fox Quesada se convinió en d primer candidato oposito r en ser elegido presidente de México en unaJ eleccio· nes relativamente libres y competitivas. Los estadounidenses cekbraron ese triunfo de la democracia al sur de sus fronteras. El4 de julio de 2000, en la que fue prácticamente su primera declaración como presidente electo, Fox abogó por el fin de los controles sobre los movimientos de su población hacia el none. «La mera de Méxiro» hasta entonces, dijo, •ha· (bía) consistido en abrir una válvula de escape, permitiendo que , 0.000 jóvenes cruzaran la frontera cada año y lavándose las manos de cualquier responsabilidad... Estados Unidos. por su pane, aspiraba a ~rigir muros y a desplegar a policías y soldados para combatir la inmigración. Eso oo puede funcionar».¡¡ Por ello, proponla, los dos países deben caminar hacia una frontera abiena que permita el tránsito sin restricciones de di· nero, bienes y personas. Lo que no mencionó es que sin controles fronterizos, los bienes transitarían en ambas direcciones, pero el dinero fluiría hacia el sur y las personas, hacia el none. Una década antes, d antecesor de Vicente Fox en el cargo, Carlos Salinas de Gonari, había hecho campaña por todo Estados Unidos defendiendo d TI.C sobre la base de que la reducción de las barreras comerciales reducirla tam~ la inmigración. «Deben ustedes aceptar o nuestrO& productoe o a nues· tra gente», decía. Lo que Vicente Fox dice es: «Deben accput ambas cosas». • Enuuomin.do a1 npoAal a1 d onp.ai. (/'#. MI t.)

La inmigrnc.ión. decía Jorge Castañeda antes de convertirse en el ministro de Exteriores de Fox . .no sólo no ha supuesto un problema para las relaciones binacionales. sino que. antes al contrario. ha sido parte de la solución a otros problemas más graves». Esos problemas más graves son. obviamente. problemas de México y. como argumen taba Castañeda. "si se obliga a México a disuadir la emigración de sus ciudadanos, [ ...)la paz social en los barrios }' pueblos de Mé.xico se hará insostenible». ' 8 México. desde su punto de vista. no debería tratar de resolver sus problemas: debería exportarlos. Si un millón de soldados mexicanos trataran cada año de invadir Estados Unidos y más de 150.000 de dios lo lograran y se establecieran en territorio estadounidense. y d gobierno mexicano exigiera entonces que Estados Unidos reconociera la legalidad de dicha invasión, los estadounidenses se sentirían indignados y movilizarían todos los recursos necesarios para expulsar a los invasores y restablecer la integridad de sus fronteras. Sin embargo. todos los años se produce una invasión demográfica comparable. mientras d propio presidente de México preconiza la legalización de la misma. y los dirigentes politicos estadounidenses pasan la cuestión por alto o aceptan incluso la eliminación de la frontera como un fi n a largo plazo (o, al menos. así lo habían hecho hasta el1 1 de septiembre). En el pasado, los estadounidenses emprendieron acciones que han afectado radicalmente la naturaleza e identidad de su país sin darse cuenta de que lo estaban haciendo. Como ya hemos visto, la Ley de los Dere· chos Civiles de 1964 tenía la intención explícita de suprimir la selección y las cuotas rnciales, pero las autoridades federales la administraron de tal manera que produjo el resultado totalmente contrario. Con la ley de in· migración de 1965 no se pretendía provoc.a r una oleada masiva de inmi· gración procedente de Asia y Amé.rica Latina, pero é.se fue el efecto que produjo. Estos cambios vienen causados por una falta de atención a las posibles consecuencias, por la arrogancia y los subterfugios esgrimidos por los burócratas y por el oportunismo politico. Algo similar está ocu· rriendo con la hispanización. Sin que medie un debate nacional ni una decisión conscientes, Estados Unidos está siendo transformado en lo que podría ser una sociedad muy distinta de la que era. Al hablar de inmigración y asimilación, los estadounidenses han ten· ilido a generalizar al respecto sin discriminar entre los inmigrantes. Con ello. se han ocultado a sí mismos las características, el desafío y los pr?bl.emas especiales planteados por la inmigración hispana (mexicana. pnnapalmcnte). Al eludir (al menos hasta 2004) la cuestió n de la inmi·

gración mexicana y al tratar la relación de conjunto con el país vecino como si no difiriera de la que se puede mantener con cualquier otro país. también eluden la cuestión de si Estados Unidos continuará siendo un país con una única lengua nacional y una cultura dominante angloprorestante común. Sin embargo. al ignorar dicha cuestión se le está dando ya una respuesta concreta y se está consintiendo en la transformación final de la población estadounidense en dos pueblos con dos idiomas y dos culturas. Si esto ocurre y Estados Unidos deja de ser una «Babel a la inversa• en la que cerca de 300 millones de personas comparten una (y sólo una) lengua común, d país podría llegar a dividirse entre un elevado número de personas que sepan inglés. pero poco o nada de español (y que que· den. por tanto. circunscritas al mundo anglófono estadounidense). un número más reducido de personas que sepan español. pero poco o nada de inglés (y que, por tanto. puedan funcionar únicamente en el seno de la comunidad hispana), y un número indeterminado de personas que sepan ambas lenguas y que sean. por tanto, mucho más capaces que los monolingües de operar a escala nacional. Duranre más de trescientos años. el dominio del inglés ha sido un prerrequisito para prosperar en Estados Unidos. Sin embargo. actualmente. el dominio simultáneo del inglés y del español se hace cada vez más importante para tener éxito en los negocios, en el mundo académico. en los medios de comunicación y. muy especialmente, en la política y d gobierno. Estados Unidos parece estar deslizándose en esa dirección a través de un proceso de bilingüismo lento y sigiloso. En junio de 2002. los hispanos eran 38.8 millones, un 9,8% más que en el censo de 2000 (la población estadounidense en su conjunto creció un 25% durante ese mismo período). y constituían por sí solos la mitad del crecimiento de la población de Estados Unidos durante esos dos años y un tercio. La conjunción de una elevada inmigración sostenida y unas altas tasas de reproducción implican que su número e influencia en la sociedad estadounidense no cesarán de aumentar. En 2000. 47 millones de personas (el 18% de las que tenían 5 o más años) hablaban una lengua no inglesa en sus casas; 28.1 millones de ellas hablaban español. La proporción de estadounidenses de 5 o más años que no llegan a hablar el inglés «muy bien• creció 19 desde el4,8% de 1980 hasta el 8.1 % de 2000. Los dirigentes de las organizaciones hispanas se han mostrado reí· teradamente militantes en la promoción de su lengua. Desde la década de 1960. según señalan Jack Citrin y sus colaboradores, •los activistas

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un ó .,_ •!J)INba que o tras de sí: •Está muy bien que nosotros hayamos entrado, pero si ahora entran más, seria desastroso». En un sondeo de N=swl't'k realizado en 1993 se preguntó a los encuestados si la inmigración había sido •algo bueno o malo para este país en el pasado.. El 59% dijeron que había sido buena y d 31% que había sido mala. A la pregunta de si la inmigración era •algo bueno o malo para este país en la actualidad,., las proporciones fueron exactamente las in\'eniS: un 29% respondieron que había sido .algo buenO» Y un 60%, caigo malO». El público estadounidense en general se hallaba, pues, dividido a panes casi iguales: un tercio estaba a favor de la inmigración pasada Ypresente, y '." El gtro hacia la religión resultó evidente en el ámbito de la empresa. «Impulsados por b· d d . . una usque a e sJgmficado, no satisfechos con sus

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aument os d~ sueldo o sus brillantes ascensos. y ~uiados por el deseo de volver a conectar con u fe -se dccíg en 1998--. lo tr.~bajadores de cue· llo blanco abarrotan las salas d~ conf~rencías y los clubes univcrsitano en los que e celebrdn reunoones de oración a la hora del desayuno se· siones de estudios bíblicos a la hora del almuerzo.» Se calcula que el nú· mero de grupos cristianos organizados en los lugares de 1r2bajo se d upl i· có hasla alcanzar los diez mil ~ntrc 198i y 1997. año este últ im o en el que también e estimaba que ~xistían mil¡¡rupos de estudio de la T orá y orros doscientos gru pos de estudio musulmanes en el mundo empresarial. Es· tos grupos. se ha ar¡!umentado. suponían un anrídoto contra la «ambi· ción desenfrenada. la compeaencia asesina y la codicia" predo minanres en el ámbito de los ne¡¡ocios. 11 Las principales confesiones religiosas también tendieron a adoptar o a retomar p rácticas religiosas más tradicionales. En la década de: 1970. la confesión protestante más numerosa del país, la Com·cnción Baptista del Sur. de 16 millones de miembros, ya había adoptado una dirección más conservadora al sosten~r la «infalibilidad bíblica>t, es decir. la creencia en que la Biblia es la palabra misma de Dios y no es. en absoluto, susceptib le: de error. Desde entonces. ha afi rmado también su oposición al abono y a la homosexualidad. y su aprobación de la sumisión de las mujeres a sus maridos, una postu ra que le acarreó la pérdida d~ uno de sus miembros más destacados: J immy Caner. En 1999, los líderes del judaísmo refor· mista aprobaron por una gran mayoría la adopción de muchos de los ritos y p!"'.Ícticas habitualmenrc asociados al judaísmo onodoxo . incluido el uso de la ki pá y un empleo más extendido del hebreo. Durante la década de 1990, el número de diócesis católicas que autorizaron la celebración de misas en latín o en inglés y latín ascendió de 6 a 131 (un 70% del total). 16 Al iniciarse la década de 1990. la gran mayoría de los estado uniden· ses estaban a favor de que la religión desempeñara un mayor papel en la vida pública estadounidense. En un sondeo de 1991 , el 78% de los en· cuestados se declararon a favor de permitir que los niños pudieran rezar, recibir clases voluntarias de Biblia y celebra r reuniones de asociaciones cristianas de voluntarios en las instalaciones escolares. Un 67 % aproba· ban la exhibición de nacimicnros navideños o de menorás judías en dependencias de titularidad estatal; el 7 3 % estaban a favor de las oraciones antes de los encuentros d eponivos. y el 74 % se oponían a la supresió n o.le toda referencia a Dios en las tomas de posesió n de los cargos públicos. Un 55% de las personas consultadas en esa misma encuesta opinaban que la religión Jenía demasiado poca influencia en la vida cst adouniden·

se. un 30°, consideruban que tenía la justa y un 11 % (un po rcentaje rnás o menos igual al de quienes se dl-clarrf..;on.l rt"llh U\.t"tl m u' h 1(""' ~u u._"' .•la h,,r• ,J '-1("'\_h lll MI'''"' ~•cmprr h._t C'X I,IId, , un.• "l.h._u'n cntr .._~ l..a ~~~~ loJulln et•nfc~% de 1976 hasta d 44% Jc 1'N2 (y ha.)ta un 49~o de 1~ ddc¡¡adu~ primerizos ese úhtmo atio). L~ act ivi•tas del Partido Demócrata. en dcfiniuva. evidenciaban nivciCll ~¡ tcm:íucamcntc h.Jjt" J c act ividad y convkci6n rdigi~as. al ttempo que el ompr01m'o rt·li¡¡io.o de: los acttvista5 rrpublt anus se habla increment ado stgnifi Jtlvamcnt c en el 1ranscurso de do• .1 cadas. Habla emergido una nueva ...¡¡rnn linea dtvisona- a propó>tto de la rcli¡:ión. •Los conservadores rcli¡¡io~o• J c la mayoría de las tradidonllltC' l• a tu.JI campai)Q, In• Jndltl.u os pr~1Jen cul han m\'OC"Jdo a D1os y a J rtt"OrWbl desde los ucmpo de \X'dl1am Jennm¡.t'> Ur J ll ,. Ttxlo~ 1 •m pr~nrcs. El más d ocuentc fl , .~ ..¡ue mJ ,¡Jmtr~o,¡n \Jm •C'\n J t~ J e 11knutLJ tn\ti.U>J P•~•enm nw.tr.1 ~ m1plt n~mcnt de d ucrJn u>n b mJ\on.l Jc lo~ pnbb ,l.~her ¡,,.¡.,, n •n teneLJ 1 IJ rcil¡uun mo.ntendrJ su lu¡¡JT t'11 d11 h.1 r-.< cn~ 1 n unJ elccoun en IJ' •¡uc los vot.1nte< lt'fl mJ' p ~x'\•P·"I' " p.•r IJ ecotwmt,l dcm( 1'11 liiS (>('Ctd!'lll.ll dd >l~k· XX V lo> lllnt-s rd•t>~tOlll· mant"s o rtO y 11Cci ,lcntalc han lu h•do o ntra d do rmnio musulm¡¡n , No obstant e. Mlpcr· PUmo ocurrio durante In Segunda G ucrr.• Mund ial. Una !!uerra (celda Bl con un b ajo nivel de amenaza y una movilizaCIÓn sustanCial p roduce una con iderable desunión desde el principio que el gobierno puede mtentar remf.'diar reduciendo el nivel de moviliwción. como hi zo lu administrución ' ixon dtsrninuyendo el núme ro de fue rzus desp legadas en Vietnam y pon iendo fin al setYieto militar obli¡tatorio. Una guerra (celda Cl de bdja amenaza y baja movilización conlleva una reducida desunión inicial q ue. de wdos modos, tiene una gran probubili· dad de aumentar si la gue rra se prolonga. Po r último. una guerra (cdda 0 ) con una elevada amenaza. pero una movilización muy baja. permite que el país se mantenga razonablemente unido durante el transcurso dd contlictO. Ésa ha sido la situació n Je la ..gucrrn contra el terrorismo» que ha seguido al ( 1 de septiembre. Las d ramáticas imá¡tenes de los aviones impactando contr J las torres del World T rade Center y el posterior des· mo ronamiento de éstas creó en los estadounidenses un profundo y dura · dero sentimiento de amenaza. La administración Bush logró maximizar a continuación la unidad nacional y d respaldo a la guerra al no pedir a la población que pagara más impuestos, que padeciera una situación d e es· casez o que sufriera ¡trnndcs incomodid ades. Con un fino sentido políti· co, mantuvo d apoyo sin exigir los sac rificios que al¡¡unos c reían que de· bía exigir para convertir la ¡.luerra en una ¡!Ucrra «de verdad,.. Es probable que una reiteración de los ataques terroristas a Estad os Unidos. si no viene acompañada de una movilizació n sustancial. manten· ga la prominencia actual de la identidad nacional. así como unas cotas considerables de unidad nacional. Una guerra prolongada contra uno o más Estados hostiles que no hubieran atacado a Estados Unidos directa· mente y que requiriera de elevados nivek-s ele movilizació n podría gene· rar desunión y oposición. Durante todo 2003, la adminis tración Bush trató de persuadir ala població n estado unidense de que la guerra en Irak formaba parte de la guerra contra el terrorismo y se correspondía con la celda D: 1rak planteaba serias amenazas a la se¡!uridad estadounidense y la administración esraba respondiendo de un modo eficiente y económi· co. Los críticos sostenían q ue la guerra se ajustaba en re-.1lidad a la celda B: lrak no había atacado a Estados Unidos, no suponía una ¡trnve ame na · za para el país ni para sus intereses vitales y la gue rra estaba obligando a

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Dcltncuenci:a. 29 1 Dcmocrucia. J8, 299. J04

- no rcprcscntat1vn. 37 1-382 Dnwrr Port. 201 Departamento de A~ricuhura d~ Estados Unidos. 15 1 Depanamcnto de Comercio d~ Estados Unidos. 15 1 Dcpurramcnro de Defensa de Estados Unidos. }}2 De partamento de Educación de Estados Unodos.2 11 Dcpanamcnto de Estado de Estados Uni· dos. 248. J05. JJ 1 Dcpunumcmo de Guerra de Estados Uni· dos. 79 Depanamcnro de lmcríor dt Estados Uni· dos. 164 Dc.·p:~namcnto de Jusuda de Estados Uni· dos. 15 1. 187 Ot-p:mamento ele Sanidad. Educación y B1cncstar de Es1ados Unidos. 19i Dcp:1namcnto de St·~urid:1d Nacion:1l de Estados Unidos. 256 Dcport:un ento de Traba jo de Estados U ni· dos. 15 1. 164. li9· 180

l)cp¡tnamcnto de Vivienda y Urbanis mo de Estados Unid os. 194 Dcrsho,.;tz. A ion . H 2 Dcutsch. Karl . 19 1 Dcwcy. Joh n. 166 Día de la Bandera . 157 Día de la Independencia. 155 Diásporas. J7. }00. J 19·H5 - .a ponación económica de las. 327-328 - inOuencia política de las. J28·J35 -y gobiernos de sus países de oriJ,tcn, }2 1·327 D ick.inson. }09 Didio n. Joan. 290. 29J D inamarca. 35. % . 255 Discu rso de Gcuysburg. 107. IJl. 153. 2 10.J70 DISracli. Bcn jamin. 112 Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. 265 Divcrsidad . 41.42. 168. 17l. 174 - de los inmigrantes. 228·2J 1 Doble ciudadanía. 26. 227. 240·250. JOO, 326 Dobson. Jamcs, 392 Doctrina Monroc. 146 Dohen , Dorothy. 12J Dominicanos, 80.229.242 . 245 .247. 264. 275. 279. 32J Dorfman. Aricl. J6} Douglas, Michad, 355 Douglas. William 0 .. IJO Douglass. Frcderock , 2H D ukakis. Michacl. 20 1 Dunmorc. Lord , 74 . 77

Ejército d e Salvación . J %

Eck. Diana. 126 Eckstcin. Susan , 322 , 457 Ecuatorianos. 2JOn . 245 Edmonston. Barry, 267 Educación, nivel de. 27 1-273 . \léas. tam·

htén Escuelas Edwards. J onutha n . 102 E~ipcios. 125, 2JOn. 34J

Einstein. Albert . 49 Eiscnho,.•er. Dwight D .. 107. 127. IJO

1

1

Ejército esradounidensc. ~2 El FrdrraltJta. 68 El Nuevo 1-/cra/d, 290 El Salvado r . 24} . 245. J27 . Viau tambri n Salvadoreños Elecciones. J8 1 - ciudadan ía y. 246. 250. 254. J26 - d e los candidatos de las mino rías. 18 1 - influencia de las diá.sporas c.n. 334 - reliRió n y. }98-404 - rlus lnformation Clearing 1-louse (Centro de lmercambio de Información de •En~lish Plus• l. 167 Enmienda sobre la Igualdad de Derechos. 40 1 E p iscopalianos. 20} E ra colonial, 6 1·68 -comunicaciones durnmc In. 138 - guerras du rnntc la. IJ 7 · U 8 -oportunidades ~conómicas dur.mu. . b . IJ8. 1J9

-

475

religión du rante la, 89·90. 109. 119,

1}7 - sítmtción d~ los indios durant~ la. 7879 Era de la información, 26 E ne Ra1lroad. J09 Enkson. Erik, 4~ Escandonavos. 62. 82 . 22 . H 1 Esclavitud. 68. 69. 7J. 79· 80. 14~. 176 Escoceses. H. J6. J 7. ~J . 159. 222. H 6 Escud a de Copcnhag uc. 21~ Escuelas: - amcricamzac1ón en las, 164- 165. 240 - bohn~üismo en las, 1% - 199. 202. 20J. 266. }67 - muhicuhurnlismo en las, 206-2 12 Eslovacos. 222 Eslovenos. 222. 2J5 España.5J.66. 73 11 9. 260. } 14 Español0cngua cspañolal. 4 1-42. 5 . 19 1· 194. 1%. 198. 264. 267. 269·27 1. 2 J. 2 9. 290. 2%. }6}. 365.J71 Españok'S. 85. 105. 29~ Esp101l3)l• ltW> llo~hom, l, 211 in~_lh. Ct , l~ ah.-nJonn ,_ k-l,•s ~l alo.llf" en trrk-... 171 - •'I'O:S'rtt\n a la prcfrrcncu ca 1al ,_k len., 111-1, 18' . 1 ~7

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