Rousseau

UNIVERSIDAD NACIONAL SAN AGUSTIN DE AREQUIPA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN CURSO: TEMA: PERTENECE: SEMESTRE: 1ro

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UNIVERSIDAD NACIONAL SAN AGUSTIN DE AREQUIPA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN CURSO: TEMA: PERTENECE: SEMESTRE: 1ro “”

2015

INTRODUCCION En esta biografía encontraremos todo lo referente a la vida de Juan Jacobo Rousseau. Pasando por cada una de sus etapas de desarrollo y formación, donde se destacó por ser un hombre innovador, entregado a la educación y la transformación, dando los primeros paso para acabar con la distorsión de la naturaleza del infante y el pragmatismo que pretende manipular la personalidad de los educandos. Así mismo queremos resaltar sus obras principales encaminadas a la educación y la vivencia en la sociedad, ya que gracias a estas, la sociedad tomo conciencia del papel del alumno en el mundo y a partir de ahí se creó un gran modelo pedagógico como lo es el naturalista, cuyo principal representante es Juan Jacobo Rousseau y que explicaremos en nuestro análisis, además trasladaremos este conocimiento a la parte práctica, por medio de una yincana y una reflexión que realizaremos y explicaremos en nuestro trabajo escrito.

JEAN-JACQUES ROUSSEAU (Ginebra, Suiza, 1712 - Ermenonville, Francia, 1778) Filósofo suizo. Junto con Voltaire y Montesquieu, se le sitúa entre los grandes pensadores de la Ilustración en Francia. Sin embargo, aunque compartió con los ilustrados el propósito de superar el oscurantismo de los siglos precedentes, la obra de Jean-Jacques o Juan Jacobo Rousseau presenta puntos divergentes, como su concepto de progreso, y en general más avanzados: sus ideas políticas y sociales preludiaron la Revolución Francesa, su sensibilidad literaria se anticipó al romanticismo y, por los nuevos y fecundos conceptos que introdujo en el campo de la educación, se le considera el padre del pedagogía moderna. BIOGRAFIA Huérfano de madre desde temprana edad, Jean-Jacques Rousseau fue criado por su tía materna y por su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador, quien lo sometió a un trato tan brutal que acabó por abandonar Ginebra en 1728.

Fue entonces acogido bajo la protección de la baronesa de Warens, quien le convenció de que se convirtiese al catolicismo (su familia era calvinista). Ya como amante de la baronesa, Jean-Jacques Rousseau se instaló en la residencia de ésta en Chambéry e inició un período intenso de estudio autodidacto. En 1742 Rousseau puso fin a una etapa que más tarde evocó como la única feliz de su vida y partió hacia París, donde presentó a la Academia de la Ciencias un nuevo sistema de notación musical ideado por él, con el que esperaba alcanzar una fama que, sin embargo, tardó en llegar. Pasó un año (1743-1744) como secretario del embajador francés en Venecia, pero un enfrentamiento con éste determinó su regreso a París, donde inició una relación con una sirvienta inculta, Thérèse Levasseur, con quien acabó por casarse civilmente en 1768 tras haber tenido con ella cinco hijos. Rousseau trabó por entonces amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D'Alembert y Diderot; este último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama.

Jean-Jacques Rousseau (óleo de Allan Ramsay, 1766)

En 1754 visitó de nuevo Ginebra y retornó al protestantismo para readquirir sus derechos como ciudadano ginebrino, entendiendo que se trataba de un puro trámite legislativo. Apareció entonces su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, escrito también para el concurso convocado en 1755 por la Academia de Dijon. Rousseau se opuso en esta obra a la concepción ilustrada del progreso, considerando que los hombres en estado natural son por definición inocentes y felices, y que son la cultura y la civilización las que imponen la desigualdad entre ellos (en especial a partir del establecimiento de la propiedad) y acarrean la infelicidad. En 1756 se instaló en la residencia de su amiga Madame d'Épinay en Montmorency, donde redactó algunas de sus obras más importantes. Julia o la nueva Eloísa (1761) es una novela sentimental inspirada en su pasión -no correspondida- por la cuñada de Madame d'Épinay, la cual fue motivo de disputa con esta última. En El contrato social (1762), Rousseau intenta articular la integración de los individuos en la comunidad; las exigencias de libertad del ciudadano han de verse garantizadas a través de un contrato social ideal que estipule la entrega total de cada asociado a la comunidad, de forma que su extrema dependencia

respecto de la ciudad lo libere de aquella que tiene respecto de otros ciudadanos y de su egoísmo particular. La voluntad general señala el acuerdo de las distintas voluntades particulares, por lo que en ella se expresa la racionalidad que les es común, de modo que aquella dependencia se convierte en la auténtica realización de la libertad del individuo, en cuanto ser racional.

Ilustración de Emilio o De la educación (1762)

Finalmente, Emilio o De la educación (1762) es una novela pedagógica, cuya parte religiosa le valió la condena inmediata por parte de las autoridades parisinas y su huida a Neuchâtel, donde surgieron de nuevo conflictos con las autoridades locales, de modo que, en 1766, aceptó la invitación de David Hume para refugiarse en Inglaterra, aunque al año siguiente regresó al continente convencido de que Hume tan sólo pretendía difamarlo. A partir de entonces Rousseau cambió sin cesar de residencia, acosado por una manía persecutoria que lo llevó finalmente de regreso a París en 1770, donde transcurrieron los últimos años de su vida, en los que redactó sus escritos autobiográficos. LA OBRA DE JEAN-JACQUES ROUSSEAU

Considerado unánimemente una de las máximas figuras de la Ilustración, JeanJacques Rousseau aportó obras fundamentales a la teorización del deísmo (Profesión de fe del vicario saboyano), la creación de una nueva pedagogía (Emilio), la crítica del absolutismo (Discurso sobre el origen y el fundamento de la desigualdad entre los hombres, El contrato social), la controversia sobre el sentido del progreso humano (Discurso sobre las ciencias y las artes), el auge de la novela sentimental (Julia o la nueva Eloísa) y el desarrollo del género autobiográfico (Confesiones). En suma, Rousseau abordó los grandes temas de su época y participó activamente en todos los debates intelectuales que apasionaron al siglo. Sin embargo, al tiempo que es un hombre representativo de la ideología ilustrada (con sus presupuestos basados en la razón, la naturaleza, la tolerancia y la libertad), Rousseau anuncia algunas corrientes que se difundirán a partir de la Revolución. Así, por un lado, el pensador ginebrino puso en circulación determinadas ideas que cuestionaban el optimismo radical de las Luces: la perfección del estado de naturaleza frente a la corrupción de la sociedad comprometía la confianza en el progreso de los ilustrados; la idealización del buen salvaje se enfrentaba a la del "innoble salvaje" de los economistas que estudiaban los medios para el desarrollo material de la humanidad, y el énfasis sobre el sentimiento y la voluntad podía mermar la confianza ilustrada en el imperio de la razón. Por otro lado, sus propuestas políticas no sólo desbarataban las ilusiones puestas en el reformismo benevolente de los déspotas ilustrados, sino que ofrecían un modo alternativo de organización de la sociedad y lanzaban una inequívoca consigna contra el absolutismo de derecho divino al defender el principio de la soberanía nacional y la voluntad general de la comunidad de los ciudadanos. De este modo, Rousseau se situaba en la encrucijada de la Ilustración, alimentando al mismo tiempo las corrientes subterráneas que inspiraron el prerromanticismo y las fuentes doctrinales de donde brotará pujante la Revolución. Pese a esgrimir argumentos no demasiado sólidos, su primer texto importante, el Discurso sobre las ciencias y las artes (1750), es la clave para

entender su reticencia frente al optimismo racionalista que creía firmemente en el progreso de la civilización. Rousseau se alejaba ya en esta obra del pensamiento ilustrado al atribuir escasa importancia al perfeccionamiento de las ciencias y conceder mayor valor a las facultades volitivas que a la razón. Contestando la unilateralidad de una visión del progreso ceñida al ámbito técnico y material, en detrimento del moral y cultural, denunció la incongruencia que suponía denominar progreso humano a lo que era un mero desarrollo tecnológico. Aunque se había avanzado en el dominio de la naturaleza y se había aumentado el patrimonio artístico, la civilización no había hecho al hombre más libre, más feliz o más bondadoso. La empresa de dilucidar los efectos de la organización social sobre la naturaleza humana la acometió en el Discurso sobre el origen y el fundamento de la desigualdad entre los hombres (1755). Si en escritos anteriores ya había teorizado sobre la bondad natural del hombre y el efecto corruptor de la sociedad, ahora pasó a desarrollar la idea del buen salvaje. En un primitivo estado de naturaleza no existían entre los humanos desigualdades relevantes (sólo las derivadas de la biología) y los hombres no eran ni buenos ni malos, sino simplemente "amorales". Una serie de causas externas empujaron a los hombres a agruparse y prestarse ayuda mutua para determinadas empresas, y en el transcurso de esa asociación nacieron las pasiones que transformaron su espíritu.

PRIMERA EDICIÓN DE EL

CONTRATO SOCIAL (1762)

Ese "estado de naturaleza" era esencialmente un concepto teórico, pero ofrecía a Rousseau la base para condenar las injusticias del mundo de su tiempo, advertir sobre la corrupción reinante y desenmascarar el desorden de la sociedad civil. Así, partiendo de un estadio asociativo primitivo e idílico, nucleado en torno a la familia y más tarde traspasado a la comunidad (a la que inspiraba la solidaridad y guiaba la costumbre y no la ley, repartiéndose el fruto de la caza), llegó a determinar el momento de la fractura: la aparición de la agricultura, la minería y, por ende, la propiedad privada y la acumulación de riquezas en manos de unos pocos. El proceso continuaba con la aparición de la servidumbre, consistente en que los desposeídos ofrecían su trabajo a cambio de la protección de los poderosos. Los abusos propiciaron la desconfianza mutua y la necesidad de prevenir el crimen, por lo que se hizo necesaria la instauración de un gobierno y la promulgación de leyes para la protección de la propiedad privada. Si hasta aquí el esbozo de esta evolución no era nuevo (ya había sido apuntado por John Locke), la originalidad consistía en matizar que el proceso se había

operado en defensa de la propiedad de los ricos; de ahí el carácter revolucionario de la hipótesis. Claro es que Rousseau no abogaba por la abolición de la propiedad privada, a la que consideraba un hecho irreversible y por tanto inherente al estado de sociedad, sino que apuntaba hacia la mejora de la situación a través del perfeccionamiento de la organización política. En cuanto diagnosis del origen de la injusticia social y la infelicidad del hombre, el Discurso tiene en efecto su necesario complemento en otra de sus obras fundamentales, El contrato social (1762), con su propuesta de una nueva sociedad fundada sobre un pacto libremente aceptado por los individuos, de los que emana una voluntad general que se expresa en la ley y que concilia la libertad individual con un orden social justo. Si bien no es posible contraponer una Ilustración de la razón y otra del sentimiento (pues precisamente entre los fenómenos más característicos de las Luces se encuentran la exaltación de la naturaleza, la revolución de la afectividad o el triunfo de la privacidad), no cabe duda de que el énfasis rousseauniano sobre la reivindicación del sentimiento frente a la razón pura, la idealización arcádica de la naturaleza y la indagación obstinada en el secreto reducto de la intimidad son elementos que preludian la aparición del nuevo clima espiritual del prerromanticismo. En este sentido, Rousseau colaboró decisivamente en la difusión de una estética del sentimiento con la publicación de su novela La nueva Eloísa (1761), aunque no sea ni el único escritor de novelas sentimentales ni el único responsable de los melodramas lacrimógenos que siguieron (las denominadas pleurnicheries). La bondad del hombre en un ideal estado de naturaleza es la base de una obra destinada a inaugurar la pedagogía moderna: Emilio o De la educación (1762); por ello la labor educativa ha de llevarse a cabo al margen de la sociedad y de sus instituciones y no consiste en imponer normas o dirigir aprendizajes, sino en impulsar el desarrollo de las inclinaciones espontáneas del niño facilitando su contacto con la naturaleza, que es sabia y educativa. Por otro lado, sus Confesiones (publicadas póstumamente en 1782 y 1789) representan, en un siglo inclinado a la autobiografía, un ejemplo excepcional de

introspección personal y de exhibición extremada de la propia intimidad, en un grado que no se alcanzaría hasta el pleno romanticismo. Finalmente, no resulta extraño que la muerte le sorprendiera meditando en la soledad de los jardines a la inglesa del castillo de Ermenonville, donde le había invitado el marqués de Girardin, mientras se entregaba al ilustrado placer de la herborización, tal como había dejado descrito en Las ensoñaciones del paseante solitario, publicadas también póstumamente en 1782. La dualidad de la figura y la obra de Rousseau no pasó desapercibida a sus coetáneos, como demuestran las palabras de Goethe: "Con Voltaire termina un mundo, con Rousseau comienza otro". Un mundo que, por un lado, conducía al romanticismo (debido al avance del irracionalismo, la exacerbación del sentimentalismo, el auge de los nacionalismos y la revalorización de las oscuras edades medievales) y, por otro, a la Revolución.

MODELO PEDAGÓGICO NATURALISTA: La pedagogía naturalista se reveló como una reacción contra la vieja pedagogía que distorsionaba la naturaleza de los niños y adolescentes y en contra del pragmatismo que pretendía manipular la personalidad de los educandos. PRINCIPIOS:  

Creencia en la naturaleza; naturalismo aplicado a la educación. Orientación de la creciente capacidad del niño por encima de un



programa de estudios. La educación se entiende como una creación libre que el espíritu



humano hace de sí mismo (idealismo). Los sentidos serán la fuente más decisiva para la creación y para el arte



(romanticismo). Creciente sentimentalismo. Sensibilidad por los valores humanos y estéticos e inquietud por los problemas sociales, como la pobreza.



Religión natural que no necesita de iglesias ni de clero (deísmo y

 

anarquismo). principios normativos: La educación debe llevarse a cabo conforme a la naturaleza

La primera educación debe ser puramente negativa. Para los naturalistas el hombre es un ser esencialmente bueno, pero desgraciadamente es corrompido por la sociedad. El fin del hombre es el disfrute de la libertad, felicidad y el pleno desarrollo de sus potencialidades intelectivas, afectivas y motoras. El logro de la "humanización" es la máxima finalidad del hombre en este mundo. La base epistemológica de esta corriente es el sensualismo que otorga un papel decisivo a los sentidos, sensaciones y percepciones, en la producción del conocimiento. Las sensaciones permiten que la conciencia del hombre entre en contacto con el mundo externo y pueda interpretarlo. La educación para esta corriente lo sitúa como primer postulado la libertad del educando, por lo cual se opone a toda forma de autoritarismo pedagógico. Para los defensores de esta escuela, lo que procede del interior del niño debe ser el aspecto más importante para la educación; consecuentemente, el ambiente pedagógico debe ser lo más flexible posible, para permitir que el niño desarrolle lo bueno de su interioridad, sus cualidades y habilidades naturales. Debe descartarse, pues, lo "malo", lo inhibidor, lo inauténtico, que puede introducirse desde afuera; al enseñarle o transmitirle conocimientos, ideas y valores estructurados por los demás, pues violaría su espontaneidad y su naturaleza positiva. Lo vital es dejar que el niño sea el mismo; liberarle de presiones, manipulaciones y condicionamientos. En este modelo pedagógico el centro de la educación es solo el niño. La educación es un proceso natural, es un desenvolvimiento que surge dentro del ser y no una imposición. Es una expansión de las fuerzas naturales que pretende el desarrollo personal y el desenvolvimiento de todas las capacidades del niño para conseguir una mayor perfección. Esta educación aspira también a formar al niño como ser social en función del bienestar de los demás. La formación humana pasa a ser una preocupación social. Se piensa en la creación de la escuela para el pueblo, en la educación de la edad infantil con materiales propios y en la importancia de la aplicación de métodos útiles.

Señalaba Rousseau que en la sociedad estaba el origen de todos los males de su época, Rousseau propone como alternativa de solución, la vía de la transformación interna del hombre por medio de la educación, de ahí que su papel en el desarrollo de las ideas pedagógicas sea de vital importancia. La relación profesor-alumno varía sustancialmente, porque el primero se constituye en un simple auxiliar o un amigo de la expresión libre, original y espontánea de los educandos, A lo sumo el docente debe identificar los intereses del niño y proponer actividades en donde los niños puedan desarrollar sus capacidades innatas. Entre los principales representantes puede citarse a Rousseau, Rogers, Nelly, llich, Reimer. El enfoque emana de la concepción naturalista del desarrollo de los niños, cuyos principios son fuente y finalidad de la formación de los profesores, es decir, la comprensión de los principios evolutivos constituye la preparación para la docencia. Currículo: Según esta corriente, los contenidos de estudio son aquellas experiencias que permiten el desarrollo pleno de los menores. Los temas de estudio se refieren esencialmente a los intereses y necesidades de los niños. El juego, el movimiento, las experiencias vivenciales permiten a los alumnos satisfacer su curiosidad, actividad y crecimiento. No existe materias ni programas, solo las experiencias que el alumno necesite. De las concepciones educativas que tiene esta orientación pedagógica se desprende la dificultad y el contrasentido de aplicar metodologías preconcebidas. Si la tesis esencial es el "desarrollo natural" del niño, cualquier procedimiento educativo que no respete esa condición no debe ser aplicado. La mejor metodología sería permitir la libertad del alumno. Los dispositivos o programas de formación de los profesores obedecen al desarrollo de tres áreas: la investigación de la naturaleza del niño, la creación de un ambiente que facilite su desarrollo y la investigación para promover la actitud experimental del profesor en la práctica, (Liston y Zeichner, 1990). La formación se centra en conocer al niño y, a partir de ello, crear una pedagogía que responda a las necesidades e intereses de los niños. El orden natural de la evolución del aprendiz constituye la base para determinar lo que ha de enseñársele tanto al alumno como al formante.

La evaluación: es autónoma, pues los estudiantes reciben sus calificaciones de acuerdo a su esfuerzo y lo que aprenden desde su interior. Algo sumamente increíble y demostrador de la gran influencia de Juan Jacobo Rousseau es que un modelo pedagógico está basado en gran parte a sus pensamientos e ideas sobre la educación. DESARROLLO DE SUS IDEAS SOBRE LA POLÍTICA CRITICA AL ESTADO: Rousseau establece la comparación del Estado con la estructura de una familia en donde el padre provee de sustento a sus hijos, los cuales permanecen junto a él mientras lo requieran; cuando cesa esta necesidad tanto el padre como los descendientes recobran su independencia; si continúan unidos no es por estado natural sino por voluntad. Por esto la familia constituye el primer ejemplo de sociedad política, en donde el padre o el pastor del ganado es el jefe de estado y los hijos o rebaño el pueblo. Rousseau considero que el Estado favoreció el desarrollo científico y tecnológico, que son las principales causas de la perversión e infelicidad humanas. Apuntando que el pasado del hombre debió darse en circunstancias naturales, primitivas y felices, en las cuales, los humanos vivían en una verdadera libertad; y consideró que el avance científico y tecnológico, sólo favorecieron la esclavitud del hombre y el surgimiento de mayores diferencias entre los miembros de la sociedad. El piensa que cuando los hombres se reunieron a firmar el pacto social, se dio el proceso de civilización, cuya consecuencia fue el surgimiento de la propiedad y del egoísmo, y el sometimiento de la voluntad de cada uno de los individuos a la voluntad de la generalidad. Por ello a la vista de Rousseau, debería ser destruida tanto la civilización como el Estado y todos aquellos artificios que se han creado para limitar la libertad de los individuos. Sin embargo, igualmente advierte que el proceso de civilización, así como el desarrollo cultural y político son en principio irreversibles.

El legado de la postura de este pensador a la Teoría del Estado fue el de aportar una serie de aspectos y principios morales a las actividades que el estado realiza limitando los derechos individuales. POSIBLE ESTADO: Construido sobre la estructura del paso del estado natural al estado de sociedad, el pensamiento de Rousseau propone un regreso utópico al primer estadio sin abandonar el segundo en tanto que abandonarlo ya no es posible. ESTADO DE NATURALEZA: El hombre 'natural' (primitivo) vivía aislado. Rousseau especula que carecía de una sociabilidad natural. A diferencia de Hobbes, tampoco cree que viviese en guerra contra todos. Introduce así la imagen del "buen salvaje", una suerte de inocencia natural (no existe el pecado original), la bondad es innata así como la igualdad absoluta. Tampoco hay moral. Pero esta condición natural, pertenece a un estado que ya no existe (quizá nunca haya existido, improbablemente vaya a existir alguna vez) pero resulta útil para reflexionar sobre la situación actual. El concepto de naturaleza sirve como punto de referencia y concepto directivo. EL PASO AL ESTADO DE SOCIEDAD El hombre se vuelve menos feliz, menos libre y menos bueno. La idea del progreso es claramente atacada. Al aparecer la sociedad, el hombre comienza a perder la libertad y las desigualdades comienzan a ganar terreno cuando se establece el derecho de propiedad y la autoridad para salvaguardarlo. Entonces, la sociedad es un engaño, los hombres se unen supuestamente para defender a los débiles pero en realidad lo que hacen, es defender los intereses de los más ricos. Las diferencias son claras: ricos-pobres; poderosos-débiles; amos-esclavos. La conciencia es el único reducto incólume, aunque casi ignorado. El hombre, fuera de sí, está alienado. Observaciones: Se trata pues, de una nueva modalidad de contrato social que devuelva al hombre su estado 'natural' sin que por ello deba dejar de pertenecer a una

comunidad. No es, como quiere Hobbes, un contrato entre individuos, ni de los individuos con un gobernante, como propone Locke: es un pacto de la comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad. Cada uno de los asociados se une a todos y a ninguno en particular. Este pacto, crea la voluntad general que ni es arbitraria ni se confunde con las con la suma de las voluntades egoístas de las voluntades individuales de los particulares. Entonces aparece el concepto de soberanía, el soberano es la voluntad general, la cual es inalienable (no se delega, el gobierno no es sino un ejecutor de la ley que emana de la voluntad general, y puede ser siempre substituido), es indivisible (no hay división de poderes. Rousseau entiende establecer de este modo simultáneamente, la soberanía popular y la libertad individual. Porque, al hacer contrato con la comunidad, cada individuo está realizando también un contrato con sí mismo, en tanto que al obedecer a la "voluntad general", está siguiendo su propia voluntad. Por eso Juan Jacobo Rousseau, pensaba que al formarse el hombre como un ser educado podía aprender a ser ciudadano pues a la misma vez no se podrían aprender ambos. CONCLUSIÓN A través de este trabajo he podido darme cuenta que, a partir de su obra maestra, El Contrato Social, Rousseau intenta dar una explicación al sistema político y social imperante en su época, pero al mismo tiempo deja un indicio para lo que puede ser este

sistema

en

el

futuro.

En su contrato, el autor, aunque apunta a la formación de un sistema político - social global, no deja de lado lo individual, se preocupa de los derechos y deberes que cada persona posee, de la buena convivencia entre la gente respetando el limite de sus propios

derechos

y

que

se

respeten

los

derechos

inalienables.

Hay que recalcar el lado humanista que deja ver el autor, su preocupación por que el hombre se eduque, no sólo de manera intelectual, sino que también ética o moralmente. Fue interesante haber conocido un poco más el pensamiento de este gran personaje, ya que me di cuenta que su filosofía aún es aplicable actualmente y que gracias a lo que él pensó se pueden solucionar conflictos de hoy en día. Es importante que todavía se enseñe su trabajo, puesto que él trata un tema que es parte de cada persona, como

por ejemplo todos vivimos en un mundo social y debemos respetarnos.