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ROSARIO DE ADVIENTO Es un Rosario de cinco misterios, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria, que se reza preferentemente en una Capilla, con una “corona de adviento” en la cual los 4 cirios deberán ser prendidos al inicio de cada una de las primeras cuatro meditaciones y en la quinta meditación se encenderá el cirio de la Virgen La corona se coloca a los pies de la imagen de la Virgen. Materiales: · Imagen de la Virgen · Corona de adviento con sus 4 cirios · Cirio azul (para la Virgen) T: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo... MONICION INICIAL En comunión con toda la Iglesia celebramos el tiempo litúrgico de Adviento. En este tiempo nos prepararnos para celebrar la Navidad, como conmemoración de la primera venida del Hijo de Dios entre los hombres y, a la vez, mediante esta celebración, nuestra fe se dirige a la segunda venida, ya gloriosa y definitiva al final de los tiempos, del Señor Jesús. Es un tiempo mariano por excelencia ya que nuestra Madre aparece cooperando activamente en el misterio de la Reconciliación preparando el nacimiento del Mesías. Es por ello que, en su presencia y compañía, vivimos este tiempo de espera y de conversión. Iniciemos este Santo Rosario cantando…

PRIMERA MEDITACION: TIEMPO DE ESPERA Y CONVERSION Se apagan las luces y se lee la siguiente explicación basada en el Génesis, capítulo 3:

Adán y Eva se dejaron engañar por el demonio al pensar que podían saber más que Dios y hacer lo que Él había prohibido. Así comenzó el pecado en el mundo y todo se volvió oscuridad para el hombre, pues el pecado nos aleja de Dios. Pero Dios prometió enviarnos a un Salvador. El tiempo de Adviento es un tiempo de espera activa en búsqueda del encuentro definitivo con el Señor Jesús. Espera activa que implica tener deseos de cambiar, de prepararse; es por eso que en este tiempo estamos llamados a la exigencia radical, a la conversión, al cambio de vida, a volver nuestros pasos al camino de Dios; llamados a la conversión que debe abarcar todo nuestro ser y que debe llevarnos a cambiar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones; poniéndolas en concordancia con la manera de pensar, sentir y actuar de Jesús.1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria, Jaculatorias a elección Para terminar: Te damos gracias, Señor, por mandarnos a tu Hijo a salvarnos y te pedimos ayuda para preparar nuestro corazón a la venida de Cristo. Amén

SEGUNDA MEDITACION: LA ORACIÓN Se apagan las luces y se lee la siguiente explicación basada en el Génesis, capítulo 7 y 8:

En la historia de Noé, se ve como el pecado se fue extendiendo en el mundo y los hombres cada vez más se olvidaban de su amor y mandamientos. El arca de Noé nos

recuerda el deseo de Dios de salvar a los hombres. El arco iris es el símbolo que nos recuerda el amor de Dios hacia los hombres.

El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él sino lo buscamos, sino estamos en constante tensión por ponernos en su presencia. La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria, Jaculatorias a elección Para terminar: Te damos gracias Señor por mandarnos a tu Hijo a salvarnos y te pedimos ayuda para preparar nuestro corazón para su venida. Amén.

TERCERA MEDITACION: LA PENITENCIA Se apagan las luces y se lee la siguiente explicación basada en el libro del Éxodo:

Moisés fue escogido por Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Este es un símbolo de la liberación del pecado por la venida de Jesús al mundo. Más adelante, Dios le da los diez mandamientos a Moisés en el monte Sinaí, con los que nos muestra el camino para la salvación y se abre una luz en la vida de los hombres.

Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de nuestra parte, por asumir, sin contemplaciones, durante este tiempo de espera todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor, viviendo estas dificultades en sentido oblativo, de sacrificio y entrega; mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un encuentro definitivo con el Señor Jesús.1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria, Jaculatorias a elección Para terminar: Te damos gracias Señor por dejarnos un camino a seguir con tus mandamientos y te pedimos nos ayudes a cumplirlos para preparar nuestro corazón a tu venida. Amén.

CUARTA MEDITACION: LA CARIDAD Se apagan las luces y se lee la siguiente explicación basada en el pasaje de La anunciación de San Lucas 1, 2638:

Con el mensaje que el ángel lleva a María se hace realidad la promesa de salvación a los hombres. Gracias a su "sí" se pudieron llevar a cabo los planes de dios para el mundo.

La caridad, se nos presenta como un excelente medio de espera y conversión en el tiempo de Adviento; ya que sólo a través de nuestra comunión de amor con el Señor, estaremos en condiciones de amar realmente a nuestros hermanos y de practicar la verdadera caridad con ellos. La caridad debe llevarnos durante este tiempo expresarla concretamente a través de la atención de los más pobres y necesitados, buscando su promoción integral y radicalizando nuestra obligación de ser “guardianes del hermano” preocupándonos de colaborar con él

para aliviar sus necesidades y problemas. (Se sugiere cantar el primer Ave María).1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria, Jaculatorias a elección Para terminar: Te damos gracias, Señor, por haber enviado a tu Hijo a salvarnos y por darnos una Madre en el Cielo. Amén.

QUINTA MEDITACION: MARÍA NOS EDUCA EN LA ESPERA Se apagan las luces y se lee el texto de San Juan 3, 7-11:

Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. Y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió a su Hijo único. A Dios nadie lo ha visto nunca, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros. -Esta es palabra de Dios. -Te alabamos Señor.

María, con su “Fiat”, acepta ser la Madre de Dios y al hacerlo dirige todo su esfuerzo por cumplir a cabalidad tal misión y espera ansiosa aquel momento de máxima felicidad, como es el nacimiento del Señor Jesús; pero esta espera de la Madre no es una espera pasiva, sino por el contrario es una espera activa, demostrada en las acciones de Santa María durante la visita a su prima Isabel. Reflexionemos sobre nuestra actitud de espera de la llegada de Jesús y dejémonos educar por María en la espera paciente y activa. Cantamos MADRE NUESTRA. (Se sugiere encender el cirio de la Virgen).1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria, Jaculatorias a elección

MADRE NUESTRA 1. María Inmaculada, Madre de mi Esperanza tu «Fiat» permitió, que en el mundo se encarne Dios. De tu seno nació, con nosotros se quedó, por eso en Ti ponemos, toda nuestra confianza; Madre guíanos por la reconciliación. Madre, eres fortaleza de mi corazón, nunca me abandones en la duda y el temor. Con valor, con verdad, con firmeza, con amor, como Tú, digo yo «fiat» al Señor. 2. Madre dolorosa, María Virgen Fiel, atravesó una espada tu amoroso corazón. Tu vida fue constante alegría y dolor. Cristo crucificado murió por mis pecados y fue al pie de la cruz donde nos diste a luz. Madre buena, acércame al Reconciliador ten piedad de mí que soy un pobre pecador. En las penas y alegrías, en el gozo y el dolor, como Tú, digo yo «fiat» al Señor. 3. «Madre, este es tu hijo; hijo, Ella es tu Madre» fueron las palabras de Cristo en el madero. Él mismo te confió llevarnos hacia Dios; de nuevo estás sufriendo los dolores de parto hasta ver en nosotros al Señor conformado. Madre, enséñame a ser apóstol del Señor para secundarte con amor en tu misión de anunciar, de actuar, de vivir como Jesús. Como Tú, digo yo «fiat» al Señor.

Para terminar: Todos los miembros se toman de la mano y rezan juntos el Padre nuestro. Se encienden las luces y se canta una canción. Para cantar: "Ven, Ven, Señor, no tardes"

Ven, ven Señor no tardes; Ven, ven Señor que te esperamos: Ven, ven Señor no tardes; Ven pronto Señor. (2) El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor. Ven, ven Señor no tardes;…… Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz no ve, buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe. Ven, ven Señor no tardes;…… Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú. Ven, ven Señor no tardes;……

MONICION FINAL En este tiempo de Adviento como cristianos comprometidos estamos llamados a vivir en actitud de tensión y búsqueda de la presencia del Señor Jesús y en espera de su retorno definitivo. Pidámosle a Santa María que nos enseñe a esperar con su misma fe. Terminemos rezando La Salve.