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CAP. 4 El comportamiento humano actual, con respecto al trabajo no permanente, el crédito y la deuda se fundamenta en el conflicto entre el “largo plazo” versus el “corto plazo”. La idea de infinitud/eternidad ha provocado el paso de la “vida pre-moderna” a la “líquida vida moderna”. La idea de eternidad (infinitud), entendida como: la extensión imaginada del presente y donde todo puede suceder, era una idea tenida muy en cuenta. Pero frente a los constantes cambios dentro de la vida moderna, esta idea pierde vigencia; ahora: todas las cosas en algún momento van a perecer. De aquí que: la idea que la infinitud no puede albergar en absoluto es la de superfluidad (residuo). De esta manera se ha generado la idea de que la espera (largo plazo/lo duradero/lo eterno) es sinónimo de inferioridad. Se puede observar ahora como es que los cambios rápidos devalúan las cosas, la moda es el ejemplo más ilustrativo. Esto ha provocado que los seres humanos tengan que recurrir a mecanismos que le permitan acceder a eso que desea, pero que sus posibilidades económicas no le permiten hacerlo en este instante. Estos mecanismo son: el crédito y la deuda. La globalización está centrada en el consumo. Esto ha generado el olvido de valores sociales y humanos básicos. (Sería bueno mencionar cómo qué valores). La demanda de nuevos productos es incesante (Aglaura), esto genera residuos constantemente. El consumismo no solo genera desperdicios técnicos, si no también “desperdicios humanos”, “vidas desperdiciadas”: “vidas superfluas”. El mercado ha acaparado y confundido al consumidor. Ha hecho que su capacidad de pensar y decidir sea casi nula. La deuda crediticia, por ejemplo, provoca endeudamiento bajo la compensación de adquirir algo en corto plazo. Esto lo sumerge cada vez más en el consumismo. En este tipo de cultura no tienen cabida los ideales, ya que estos requieren periodos de tiempo largos para su materialización; pero el largo plazo es una cosa que ya no existe dentro de la modernidad líquida. La relación se acentúa en la superfluidad y la fragilidad. “Puede ser que los humanos se han convertido en artículos reciclados, pero los bienes de consumo jamás podrían convertirse en humanos”.