Resumen Apologia de Socrates

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Historia del Pensamiento Actividad: Apología de Sócrates Fecha: 12 de febrero de 2014 Bibliografía: Apología de Sócrates. Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, Tomo 1, Madrid 1871

Título: Apología de Sócrates Introducción: Dentro de el texto titulado “Apología de Sócrates”, escrita por Platón se explican las diferentes tesis expuestas por este personaje donde muestra las facetas del ser humano de las que no se percata en la coteidaniedad de la vida pero que son naturales del ser. Se especifica en el argumento que la obra está dividida en tres partes; En la primera se muestra que Sócrates se defiende de una acusación argumentando que solo dirá la verdad, en la segunda acepta sus acciones y se señala su pena, en la tercera declara una “profecía” sobre el futuro de el hombre y sus creencias. Contenido: En la primera parte de la obra Sócrates expone de que aunque muchos lo acusan y hablan de el, el siempre se atendrá a la verdad. Comenta que todas las acusaciones que le impugnan son mentiras, respondiendo a estas diciendo que quienes lo han acusado, los que lo acusan y las nuevas acusaciones que le

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imputan son los mismos, a manera de dar a entender que quienes lo acusan lo han acusado en el pasado y continúan haciéndolo. La acusación es expuesta por tres personajes;

Melito, Anito y Licón, que

representan a los poetas, artífices y políticos y a los oradores, argumentando que “Sócrates es culpable de tratar de penetrar, con curiosidad impía, los secretos de la tierra y del cielo, de hacer de una mala una buena causa y de enseñar a otros cosas semejantes.” Continúan, “Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no reconocer a los dioses del Estado y de introducir nuevas divinidades.” Esto pues dicen que Sócrates no cree en sus dioses y por lo tanto causa caos. El acusado, Sócrates, explica que las calumnias de que se le imputan vienen de la sabiduría que existe en el, pues su amigo de la infancia Cherefón, fue un día a Delfos y preguntó al oráculo si había en el mundo un hombre más sabio que Sócrates y lo que respondió que no. Explica que en búsqueda de encontrar una reapuesta a lo que el oráculo dijo sobre su persona, buscó hombres más sabios que el pero solo encontró a personas que decían ser sabios y la gente creía lo eran pero realmente no lo eran. En su intento por convencer a las personas que así eran las circunstancias, fue odiado por todos y despreciado. Aunque se creía a si mismo como un hombre humilde, mostraba arrogancia de la que no se percataba a quienes se acercaba a intentar convencer, y ahora eran estos quienes lo acusaban de no creer en dios, concluyendo su defensa diciendo, “Por esto es por lo que se me odia, por decir la verdad”. Luego determina que esto es lo que quiso decir el oráculos de Delfos; “Mortales, el más sabio de vosotros es aquél que, a ejemplo de Sócrates, reconoce que nada es su sabiduría.”

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Sócrates se defiende atacando a sus acusadores, diciendo que Melito es un mentiroso, petulante e insolente, lo cuestiona sobre ¿quién es la persona capaz de hacer mejores a los jóvenes? A lo que Melito contesta que las leyes. Sócrates descalifica la respuesta de Melito. Acusado de corromper a los jóvenes, pregunta, “¿Qué cosa es mejor para ti, vivir entre gentes de bien o entre malvados? ¿No es verdad que los malos hacen siempre mal a los que están cerca de ellos y los buenos hacen siempre algún bien a los que con ellos viven? ¿Habrá, pues alguien que quiera recibir algún daño de aquellos con quienes trato, más bien que ser favorecido? ¿Cuándo me acusas de corromper a la juventud y de volverla peor, dices que la corrompo intencionalmente o sin quererlo?”. Melito responde que intencionalmente, refutando Sócrates que si corrompiera a la juventud de manera intencional como dice, se estaría exponiendo a que ellos (los jóvenes) mismos lo dañaran luego y por lo tanto, se estaría dañando a sí mismo, concluyendo que la acusación de que no cree en los dioses es falsa, pues hace que Melito acepte que Sócrates sí cree en los Demones (Demonios), como hijos de los dioses, y si cree en estos, no puede ser que no crea en los dioses. Sócrates sabe cuál será el desenlace de su juicio, diciendo a los 500 jueces: “De todas maneras, hagáis caso de Anito o no hagáis, me absolváis o me condenéis, nunca jamás obraré de otro modo, así tenga que sufrir mil muertes.” Afirma no temer a la muerte y asegura que no actuará de manera contraria a su deber religioso, por lo que confiará plenamente en su sólida argumentación y en la verdad para ganarse el veredicto. El jurado lo encuentra culpable.

En la segunda parte Sócrates acepta su condena y dice que esperaba ser condenado por más votos en su contra y no por una diferencia de tan minima (30 votos a favor de 220 totales). El acusado al ser declarado culpable era permitido que se condenase a sí mismo eligiendo de tres penas: prisión perpetua, multa o

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destierro. Sócrates no se condenó de ninguna manera, por lo que reclama su inocencia, y por obedecer a la ley, se señala a sí mismo “una recompensa en lugar de un castigo”, otorgándosele la pena de muerte; se le otorga una contrapropuesta a la pena que se le impuso y propone lo siguiente: Ofrecer comida gratuita en el Pritaneo, (lo que “era un honor reservado a atletas y otros ciudadanos importantes), descartar el destierro y considera una multa que sus amigos puedan pagar, siendo lógico que el jurado no aceptara pues era una suma muy pequeña comparada con el castigo impuesto, por lo que continua siendo pena de muerte. En la tercera y ultima parte hace una “profecía” de que quienes lo condenaron serán castigados, que verán a un gran número de seguidores a quienes él contenía, quienes juzgarán de forma mas severa mientras más jóvenes fueran, diciendo que matar gente para censurar su estilo de mala vida (de los políticos y jueces) no es honesto y será su condena, que es mejor ser virtuoso, así se despide del jurado diciéndoles finalmente que no teman a la muerte que no es un mal, es un bien.