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ANÁLISIS DOCUMENTAL DE: “CRÓNICA DE LOS CONDES DE HAINAUT” DE GISLEBERT DE MONS ARÉVALO Gisela1, ESCALANTE Daiana2 y FER

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ANÁLISIS DOCUMENTAL DE: “CRÓNICA DE LOS CONDES DE HAINAUT” DE GISLEBERT DE MONS ARÉVALO Gisela1, ESCALANTE Daiana2 y FERNÁNDEZ Luciana3. 1

Estudiante del Profesorado en Historia, UNLu, [email protected] 2

Estudiante del Profesorado en Historia, UNLu, [email protected]

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Estudiante del Profesorado en Historia, UNLu, [email protected]

Para comenzar a estudiar a la Nobleza primero definiremos este término y después nos inmiscuiremos en el ejercicio memorístico que los nobles emprenden para legitimar sus roles sociales dominantes. Respecto a lo primero, Poly (1983) explica que nobleza no significa tener riqueza (aunque sea natural a esta condición), no es la condición de militar ni tampoco la tenencia del poder, sino que éstas son meras características de la condición nobiliaria. Se consideraba que la nobleza venía de nacimiento, uno no se podía convertir, por eso esta condición se transmitía por sangre (todo dependía de la calidad de la misma). Por eso las alianzas eran tan importantes, ya que se podía enriquecer un linaje gracias a la unión con otro noble pero también se podía degradar con casamientos desiguales o alianzas ilegítimas. En un principio el Rey era fuente de nobleza, él era el más noble y a través de las alianzas que hacía permitía el más grande enriquecimiento de la sangre de los

demás

linajes.

En cuanto a la memoria feudal, se trata de una aprehensión del pasado para poder continuar en el mismo orden, o sea, es una narración con una intencionalidad política, este relato de la propia historia es usado a partir de la última década del siglo XI por diferentes sectores con poder para: legitimar su soberanía; justificar el acceso a algún cargo; validar su costumbre social o bien legitimar la posesión de algo por su pertenencia en el pasado a una casa, a un linaje. Ruiz Domenec (1984) indica que la memoria de los feudales pasa por 3 etapas: la primera de 1096 a 1155; la segunda a partir de 1155 y hasta 1182; y la tercera hacia el 1182. Este tercer período es el más interesante para los fines de este trabajo dado que se trata del contexto de: afianzamiento de la monarquía, generalización de la guerra en Occidente y fenómenos de inestabilidad; los nobles empezaron a sentir que sus normas de conducta y su mundo estaban cerca de desaparecer por ende contratan a clérigos (hombres cultos educados en

escuelas urbanas y episcopales, que dominaban la gramática y retórica latina y además eran criados que vivían en sus grandes casas nobiliarias) para que desarrollando un ejercicio memorístico, vuelvan al pasado buscando en los recuerdos las claves de la conducta de los grandes hombres del pasado y la conformación del linaje. Así es que se logran dos cosas: por un lado, reivindicar la etapa de formación de su sistema social (período que sitúan antes del año mil), y por otro lado, y lo más importante, legitimar el futuro de los nobles aludiendo a su pasado. Vemos entonces que en esta etapa se da un proceso de vulgarización de las prácticas de la memoria feudal, la cual se extiende desde el ámbito regio hasta los más insignificantes linajes, surgiendo el arte de escribir el contenido social de los recuerdos familiares de los nobles de provincia. En este ámbito cultural se gesta la obra Crónica de los condes de Hainaut de Gislebert de Mons (1987): criado, amigo y canciller de Balduino V (conde de Hainaut, conde de Flandes y Marqués de Namur). Cuando en 1195 Balduino V muere tras una larga enfermedad, dicho clérigo decide escribir la biografía de su señor porque era el momento indicado para rectificar la cultura cortes ya que se vivenciaba una exaltación de la monarquía y retroceso de las casas nobiliarias1. El relato comienza con el conde Germán y recorre las cinco generaciones precedentes hasta llegar a Balduino V, con el único objetivo de resaltar a aquel personaje porque en su persona se aúna el poder sobre Hainaut, Flandes y Namur, y gracias a esa unión es que puede llegar a existir una tercera monarquía en las tierras de la vieja Lotaringia. Así advertimos que De Mons (1987) pretende legitimar la soberanía del linaje de Balduino sobre las tierras, cargos y demás elementos poseídos en aquellos territorios desde tiempos inmemoriales.Y en esa labor nos muestra indirectamente la eclosión cultural y social que pone fin al sistema feudal en las tierras occidentales entre 1171-1195.A lo largo de toda la fuente tenemos varios ejemplos donde vemos lo importante que es remitirse a los antepasados para validar ciertas acciones y posesiones en esa actualidad, tomaremos solo uno: Hacia 1190, el rey de Roma Enrique había hecho a Balduino V, marqués y príncipe del imperio, pero cuando el duque de Lovaina se entera de ello, afirma que en las tierras de Namur o en La Roche no podía haber ningún príncipe porque esas regiones se encontraban en su ducado (el cual se extendía además por Hainaut hasta llega a un lugar llamado ‘Truncus Berengeri’). Para aclarar la cuestión, el mismísimo De Mons (1987) establece que el reclamo del duque no tenía fundamentos porque ni el duque de Lovaina ni sus

antepasados habían tenido posesión continúa de esas tierras, mientras que el conde de Hainaut sí tenía los privilegios anteriormente referidos. En la fuente analizada vemos presente una multiplicidad de temáticas que nos permiten reconstruir el mundo feudal y admirar como los nobles construyen su poder tanto en el ámbito ideológico/simbólico como en el material. Analizaremos cada uno de ellos: Respecto al plano ideológico, como la memoria de los feudales se remite al pasado con pretensiones políticas, hay que tener presentes ciertas cuestiones al momento de leer esta fuente: a)Algunos recuerdos son conservados, otros olvidados, todos modificados, silenciando muchos comportamientos o acciones poco proclives de ser aceptadas en ese momento o bien que atentaban contra lo que se pretendía mostrar en la narración. b)Como indica Ruiz Domenec (1984), al tener estos escritos como fin halagar y legitimar a los que detentan el poder (a su familia, linaje o casa señorial), se tiende a enaltecer la figura de ciertos personajes y/o denigrar otros. El relato de la vida familiar de Balduino V no es la excepción, allí encontramos múltiples pasajes donde se exalta la figura del conde de Hainaut, tanto en lo que respecta a sus actitudes personales (bondad, generosidad –la vemos en el hecho de que todos los gastos a causa de enfrentamientos, los solventa él mismo- y fidelidad), como guerreras, veremos un extracto: A la muerte de su padre, él le sucede en el condado y: “… amó la paz y la justicia y tuvo el condado de Hainaut, con gran esfuerzo y enormes gastos, viril y honorablemente”2

c) Hay que tener en cuenta que como se pretende que la nobleza siga siendo la clase dominante se enfatizan ciertos rasgos característicos de esa cultura, como sus comportamientos militares, en el afán por implementar un nuevo orden mental, el caballeresco. En la fuente encontramos varios ejemplos donde se exalta a los caballeros, nos remitiremos solo a uno: Berta, hija de Godofredo de Bouchain se casa en segundas nupcias con Egido de Saint-Aubert, gracias a esta unión con ese: “…hombre de glorioso nombre y de incomparable fama por su probidad y largueza entre todos los caballeros errantes del reino de Francia y del imperio Germánico, Berta, mientras vivió, se vio exaltada sobre todas las mujeres”3

Vemos que el ideal y orden propuesto es uno íntegramente masculino (recordemos que en esta sociedad es importantísima la filiación paterna, por los hijos varones y especialmente por el primogénito) y esto se manifiesta explícitamente en la fuente

cuando utilizan el término ‘Virilmente’ para hacer referencia a ciertas acciones o actitudes de los miembros del linaje y sus fieles, por ejemplo Balduino I: “…toma posesión definitiva y virilmente de Flandes y Hainaut”4

Advertimos ese nuevo orden además cuando De Mons (1987) hace referencia a: movimientos de tropas; torneos y otras acciones que son asuntos de hombres. Como indica Duby (1978), los jóvenes nobles feudales se abocaban a la violencia (participaban del combate en torneos y en guerras) debido a: vocación militar de los nobles; estímulos del orden biológico; lo propio de la edad y principalmente la estructura familiar que aumenta su avidez y los lanza a la aventura y turbulencia. Respecto a los torneos, Balduino V participa en infinidad de ellos, y advertimos dos aspectos importantes: por un lado que servían como verdaderos simulacros de guerra, preparándolos para aquel enfrentamiento; y por otro lado servían para establecer contactos, hacerse de alianzas y recursos humanos: “Balduino V acudió además a todos los torneos que se celebraron en su época y en ellos intentó ganarse como aliados y compañeros de armas a los caballeros más valerosos y de mayor fama”5

Si nos concentramos en el ámbito material, en el plano más concreto, los nobles usan diferentes estrategias para acrecentar su poder, ganar bienes/tierras en posesión y también legitimar su cargo, para lograr aquellas cosas se valen de: la institución feudovasallática (juramento, homenaje y entrega de feudo); alianzas matrimoniales; luchas constantes; lazos de parentesco, entre las más destacadas. Haremos referencia a cada una de ellas por separado y además a ciertas cuestiones que nos permitirán comprender mejor el mundo feudal del momento como: rol de la mujer; el papel de los obispos y condes (partiendo de la teoría de las 3 órdenes); y justicia. Pero primero queremos dejar en claro dos cuestiones: por un lado que la tierra era la base de toda la economía; y por otro que entre finales del siglo X y el siglo XII Europa vivencia el fenómeno de castellización: se pasa de una situación caracterizada por grandes fortificaciones (usadas episódicamente) a puntos fortificados ocupados permanentemente y de un desarrollo horizontal a uno vertical, así es que nos encontramos con la construcción de castillos sobre antiguos montículos. Si bien Morsel (2008) advierte que los castillos medievales sirvieron para la protección de sus habitantes, no hay una relación tan lineal (como se creía) entre la inseguridad (que se da como consecuencia de los ataques vikingos, sarracenos y magiares) y la aparición de esas construcciones; por ello él aconseja pensar a los castillos como: lugar de habitación, núcleo de la explotación agrícola y artesanal

(dado que allí se da la organización de la producción) y centro de un conjunto complejo de derechos señoriales, o sea fortificación como: reto social y signo de dominación vertical (porque es el centro de un poder señorial que manifiesta un status específico que es separado y superior, y no porque allí residan los aristócratas). Entonces la construcción y multiplicación de castillos es una cristalización de la intervención de la aristocracia en el suelo, como dice Morsel (2008) porque los descendientes de los ‘locatores’ (los cuales al servicio del príncipe, habían organizado las roturaciones: duques y condes), se transforman en señores de las tierras, por ende la nobleza vivencia un enraizamiento espacial progresivo (pudiendo ejercer su dominio social a partir de un lugar determinado, que es el castillo). Detentar un castillo era tener en manos un símbolo de poder y una herramienta estratégica, esto lo vemos en el caso del conde Conón de Duras quien en 1189 se hizo cruzado y vendió su protectorado y castillo de Duras al joven duque Enrique de Lovaina por 800 marcos. Una vez allí, este duque renueva la fortificación, se hace de los caballos, soldados y víveres necesarios y ataca desde allí al conde de Looz y la villa de Saint Trond. Entonces ante la amenaza que significaba que los castillos estén en manos de cualquier noble ambicioso por demás (o contrario a los objetivos de uno), se tiende a ubicar allí a individuos de confianza (hombres que quisiesen abandonar el estado doméstico o la enrancia en el interior de las bandas de guerreros) y en este proceso, el matrimonio y las relaciones feudovasalláticas tuvieron un papel primordial, ya sea dándose por separado o al mismo tiempo en una persona.En la fuente encontramos muchos individuos que concentran ambos lazos, un caso Jacobo de Avesnes que es fiel y consanguíneo del conde Balduino V. Los príncipes territoriales veían que era conveniente convertir a los mejores de esos castellanos en vasallos y parientes (ejemplo de esto último es el hecho de que Balduino III da a su hija en matrimonio al castellano de Tournal).Además como los nobles muchas veces tenían que controlar simultáneamente varias fortalezas, mientras circulaban de castillo en castillo dejaban en su ausencia a representantes locales de su poder (encargados de mantenerlo en condiciones y de asegurar el control local por cuenta del señor) a los cuales estaban unidos ya sea por sangre, por lazos feudovasalláticos o por ambos: “…el conde Balduino IV tenía en fidelidad y garantía todos los castillos y fortalezas del condado y dominio de Hainaut. Cualquier hombre que tuviera castillos o fortalezas en Hainaut, en Brabante o en Ostrevant, antiguos o nuevos, en feudo o en alodio, está obligado en justicia a

rendir ante todo fidelidad y garantías al conde de Hainaut con un homenaje ante los restantes hombres del conde…”6.

-Relaciones feudo-vasallaticas: Recordemos que una relación feudo-vasallática se entabla entre un superior (llamado Señor) y un inferior (pero noble, llamado vasallo) por medio de un ritual de homenaje surgido de la encomienda carolingia y un juramento de fidelidad. Así el vasallo pasa a ser fiel y le promete ayuda militar y buen consejo; mientras que el señor otorga protección militar y judicial y además una tierra y/o derechos señoriales dándolas en ‘feudo’ (bajo la forma de una posesión condicional aunque lo más común es que se vuelva hereditaria). Hay que tener en cuenta que el feudo, lejos de ser por esencia una cosa material (además de tierra o castillo), es una forma de poder (esto se hace evidente en la investidura porque allí el señor concede al vasallo una forma de poder señorial) que puede encontrarse bajo la forma de: derechos de justicia o de peaje. En la fuente advertimos la diversa naturaleza que tienen los feudos, por ejemplo Balduino V entrega a sus caballeros en condición de feudo: 600 libras en feudo ligio en Querenaing, villa cercana a Valenciennes; a Hugo de Antoing, la villa de Attre de Brabante que habían recibido en fianza por 400 libras sus antepasados; a Roberto de Beaurain las tierras de la villa de Forest y veinte libras; a Gautien de Wavrin la fianza de 700 libras en la villa de Bellaing junto a Valeciennes; a Roberto de Conde, Gerardo de Geri y Guillermo de Pierrepont les dio feudos anuales (veinte libras a Roberto, veinte a Gerardo y veinte marcos a Guillermo). Bisson (2009) resalta que estos lazos y vínculos vasalláticos se dan entre nobles para garantizar a largo plazo la distribución del poder y lograr formas variadas de ‘concordia’ (ya sea de manera preventiva o para regular un conflicto).Vamos a ver ciertos ejemplos, en el primero, además de la concordia en sí, advertimos que si bien el parentesco es importante, no lo es tanto como la alianza vasallática: hacia 1169 después de haber sido hecho caballero, Balduino V firma con el conde de Flandes: “…un pacto de confederación y se dieron mutua fe jurándola sobre los Santos Evangelios: por ella el conde de Flandes ayudaría al de Hainaut en toda la necesidad y contra todos los hombres excepto contra su señor ligio, el rey de Francia, y el conde de Hainaut ayudaría al de Flandes contra todos los hombres excepto contra su señor ligio, el obispo de Lieja” 7.

Si bien encontramos a las instituciones feudo-vasalláticas desde tiempos merovingios, la novedad en el siglo XI no es que los aristócratas se estructuren sobre la base de los juramentos de fidelidad y relaciones de parentesco, sino que el castillo se sitúa en el

corazón del sistema (todo el sistema de reparto de poderes se organiza en torno al castillo, por medio de la prestación y/o recepción de juramentos o de homenajes). -Alianzas matrimoniales: Las alianzas matrimoniales permitían mejorar la sangre del linaje (transmite el prestigio de la familia y el reconocimiento social); asegurar el reparto de las mujeres entre los hombres regulando así la transmisión de las riquezas de generación en generación; y acrecentar las posesiones territoriales. Por ejemplo, Balduino V firma: “…una alianza matrimonial con el conde de Nevers, de forma que éste había de recibir por esposa a una hija del conde de Hainaut, Yolanda; y Felipe, hijo de este mismo conde, recibiría a una hija del conde de Nevers, que entonces tenía cinco años, cuando llegase a la edad nubil y poseería por ella el condado de Tonnerre. Cuando falleciese el conde de Nevers, Felipe tendría toda la tierra de Nevers que este conde poseía por su esposa” 8.

Vamos a encontrarnos además con entrega de mujeres en matrimonio para afianzar vínculos entre los hombres, establecer alianzas, relaciones de amistad y de confianza (cristalizándose así el hecho de que el matrimonio es una institución de intereses), y éste es el caso de Gosuino de Wavrin (caballero muy probo, senecal de Flandes) quien mata a un soldado del conde Felipe de Flandes. Tras concurrir a la corte del conde de Hainaut donde Balduino V lo acoge: “…le nombró compañero de armas y aquel mismo año le entregó por esposa a su consanguínea Ada, hija de Eustaquio de Roeulx y viuda de Nicolás de Boulaere y de Dreux de Bousies (…) Ese mismo año, considerando la probidad del caballero Balduino de Caron, le entregó por esposa a Ida de Jauche consanguínea suya y muy noble, esposa en primeras nupcias de Rainero de Jauche”9.

En el contexto de vida de los nobles feudales a fines del siglo X y principios del XI era común la hipergamia10, y por la combinación de esa práctica con la tensión del eje hermano-hermana, la sociedad feudal se presenta como una donadora de mujeres, así es que los siblings varones deciden que las mujeres vayan en un sentido descendente por lo que el sistema de parentesco feudal se dirige en forma asimétrica pasando a ser los ‘feudales’ una sociedad donadora de mujeres. Así se establecen relaciones de dominio de unos individuos sobre otros y de todos en relación a las mujeres. Para ejemplificar a dicha sociedad meramente donadora de mujeres, principalmente con el fin de acrecentar las posesiones de la casa nobiliaria, pensemos en Balduino V, quien en 1172: “…dio en matrimonio a su hermana viuda, Laureta (…) al noble Bouchard de Montmorency de Francia; de este matrimonio nacieron un hijo, Mateo, y una hija” 11.

Los ancianos del linaje y el padre del individuo, se concentraban en el casamiento del hijo primogénito del cual dependía el linaje (recordemos que la jefatura del linaje se transmite por vía masculina del padre al hijo primogénito), por eso esperaban una oportunidad buena (y esto podía traer la dilatación de la “juventud”). La costumbre era que las familias concertaran la unión cuando los niños eran demasiado jóvenes, no existía ni una ley humana ni eclesiástica que dispusiera a partir de que edad estaba permitido pero era sabido que ello se daba a partir de los siete años de edad. Para hacer más visible lo expuesto, analicemos el caso del Conde Felipe de Flandes quien llega a un acuerdo con el conde de Champaña Enrique y firma un pacto de matrimonio que establecía que: “…el primogénito del conde de Champaña, que también se llamaba Enrique, tomaría como esposa a Isabel, hija de Balduino V de Hainaut y de Margarita, que era aun doncella; por otro lado el hijo primogénito de Balduino V y Margarita, Balduino VI, que era todavía muy pequeño, tomaría por esposa a la hija del conde Enrique cuando alcanzasen la edad núbil; si alguno de ambos hijos muriese antes de contraer matrimonio le sustituiría el hijo primogénito superviviente; si alguna de las hijas muriese la sustituiría una hija superviviente…” 12.

Este acuerdo luego tuvo sus inconvenientes ya que estos pactos eran proclives de ser rotos con facilidad dado que cuanto más temprano se llevaba a cabo el pacto, mayor peligro se corría de cambiar de opinión por otro acuerdo más beneficioso y de mejor eficacia. -Relaciones de parentesco: Si nos focalizamos en las relaciones de parentesco, la relación entre avúnculo (tío materno) y nepos (sobrino) es una de las relaciones más importantes dentro del sistema feudal, ya que el primero nutre al sobrino en su casa (a partir de un acuerdo con el padre de aquel) narrándole los recuerdos y enseñanzas de la casa ancestral de su abuelo ya que el secreto familiar es patrimonio de la alianza y se difunde por vía oral del tío materno al sobrino matrilineal. Además él es el encargado de investirlo caballero, lo cual significa: armar/equipar, entregar armas ecuestres, pero tiene un corpus simbólico importantísimo porque se le está otorgando junto con ese armamento, la facultad para entrar en la sociedad adulta, para acceder a la herencia paterna y para distinguirse del resto de la sociedad (dominados y mujeres). La importancia del papel del avúnculo (y del hecho de estar unido a una persona por este lazo parental) está presente en diferentes pasajes y circunstancias de la fuente:

“Raúl, arzobispo electo de la sede de Maguncia; éste, gracias al apoyo de su avúnculo el conde de Namur y de Luxemburgo, Enrique, alcanzó la dignidad episcopal en la sede de Lieja” 13.

Pero también advertimos la importancia del sobrino ya que como la filiación era patrilineal, después del hijo, seguía en la línea de herencia el sobrino, el hijo de la hermana (quien permanecía a la espera del fallecimiento de su primo o esterilidad de su tía).Como ejemplos, Balduino I: “…toma posesión definitiva y virilmente de Flandes y Hainaut y además por la excesiva juventud de su avúnculo Enrique, rey de Francia, gobernó Francia”14.

En la fuente advertimos que el vínculo con el avúnculo es superior y más fuerte que cualquier otro lazo parental, tal es así que en 1172 el duque Enrique de Limbourg (consanguíneo del conde Balduino V) había desarrollado pillajes, incendios y otras atrocidades a las tierras de Enrique conde de Namur y Luxemburgo (avúnculo de Balduino V). Frente al pedido de ayuda por parte de este conde, y a pesar de tener un lazo parental con el duque, Balduino V como de costumbre: “…se le ofreció con un séquito de trescientos cuarenta caballeros y otros tanto soldados a caballo con loringas y mil quinientos soldados a pie; puso sitio al mayor de los castillos del duque de Limbourg, el de Arlon, y junto con su avúnculo devastó todas las tierras de los alrededores, tomó las cosechas y prendió fuego a los campos…”15.

Además se ve que la ayuda frente a alguna amenaza podía llegar sin ser pedida siquiera, como algo implícito e intrínseco en el vínculo en sí. A pesar de ser una relación imprescindible dentro del sistema feudal, muchas veces el avúnculo atenta contra el sobrino y éste mismo puede hacer lo mismo respecto a aquél, seguramente debido a sus ambiciones que se desarrollan en el ámbito de continuo enfrentamiento en que viven. Un ejemplo es el conde Esteban, avúnculo y hombre ligio del rey de Francia, quien ayudaba al conde de Flandes a conspirar en contra de su consanguíneo y señor.Otro ejemplo es el conde de Namur, quien hacia 1187 aparentaba mantener su amistad con su sobrino matrilateral Balduino V, pero en realidad conspiraba para desheredarlo, por ello firma una alianza matrimonial con el conde Enrique de Champaña prometiéndole su hija Ermensenda en matrimonio y con ello la herencia de toda su tierra. Respecto a este tema, Ruiz Domenec (1984) nos dice que de 1155 a 1182 entra en crisis el nexo entre ‘avunculo’ y ‘sobrino’, rompiéndose definitivamente a partir de 1182, y siendo entonces un síntoma de la destrucción de la realidad social vigente. Respecto a las causas, el autor sostiene que algunos jóvenes van a mirar al pasado con sentimientos de

culpabilidad respecto a sus padres o tíos maternos (principalmente con éstos) por la tendencia a la práctica endogámica. Pero si movemos nuestra vista de la relación avúnculo-sobrino, en la fuente son muchos los momentos en los cuales individuos poderosos mueven influencias para posicionar a sus familiares en determinados puestos estratégicos. Son protagonistas de estas manipulaciones tanto Balduino V como otros nobles feudales, por ejemplo en 1177 muere Alardo, obispo de Cambrai y se dan en esa Iglesia disputas por la elección de un sucesor: Balduino V intentaba imponer a su primo Gaufredo de Tosny, mientras que Hugo de Oisy a su hermano Pedro (archidiácono mayor de la iglesia de Cambrai). Si bien ser pariente de alguien implicaba además que uno podía remitirse a aquel familiar pidiendo auxilio, ni la consanguinidad ni la existencia de lazos vasalláticos garantizaban que un individuo acuda al auxilio de otro ni que ambos mantengan relaciones pacíficas entre ellos, mostrándonos entonces que ambos vínculos se rompían fácilmente.Por ejemplo cuando Balduino I enferma asigna Flandes a Arnulfo (hijo primogénito) y Hainaut a su segundo hijo Balduino, si bien todos los reunidos aceptan a los dos hijos como legítimos (se les presta homenaje y se les otorgan fidelidades y garantías, jurándolo sobre los cuerpos y las reliquias de los santos de todas las Iglesias de Flandes), como el conde era consciente de la juventud de sus hijos y que la mayoría de aquellos individuos no respetaría sus juramentos, encomienda el cuidado de Arnulfo y de todo el condado de Flandes, a su hermano Roberto el Frisón. Roberto presta juramento de fidelidad a Arnulfo y Balduino pero más tarde lo quebranta. A partir de este momento gobierna Flandes Roberto en nombre de su señor y sobrino el joven conde Arnulfo, usurpando abiertamente el señorío de Flandes y expulsando a su Señor Arnulfo de su propia heredad. -Rol de la mujer: La mujer dentro de la sociedad feudal estaba relegada a último lugar, señalada como la seductora insaciable y otros tantos adjetivos peyorativos y actividades que solo a ellas se les podían atribuir. Descalificada por la Iglesia y todos los clérigos, fueron atraídas hacia los conventos para evitar que pudieran seducir a los demás hombres (y que éstos se perdiesen en el pecado). Por esto mismo una vez constituido el matrimonio y creado una descendencia se le prohibía a la pareja que no tuviera relaciones.Se podría decir que en la mujer residía cierto poder encubierto, ya que ella puede (dentro de sus posibilidades) procrear. Facultad que los hombres admiraban y/o temían. Ella era y es la fuente del matrimonio.Era la que circulaba hacia la familia de su esposo. Por lo tanto

este tenía derecho a castigarla, en caso de que estuviera en falta, lo mismo sucedía en el momento en que eran hijas.Sus padres podían disponer de ellas como les pareciera conveniente. Este es el caso de una de las hijas de Balduino III: “La segunda de las hijas de Balduino III y Yolanda que había sido dada en matrimonio al castellano de Tournai, tuvo un hijo, Evrardo, apodado Radou, caballero probo y famoso que poseyó por su madre la villa Feignies cerca de Maubeuge”16.

Aquí observamos cómo es manejada la mujer, y ella predispuesta, porque otra opción no tenía, los hombres de su familia la trasladaban de un lugar a otro. También como gracias a ella, su hijo controló la villa de Feignies, lo que también permite ensanchar el condado de su abuelo. Siguiendo esta línea, el matrimonio permitía que todos los bienes de la mujer pasaran a manos de su esposo e hijos, y que ellos fueran los administradores de aquellos. Pero nos vamos a encontrar con casos en que algunas mujeres pudieron hacerse del control de sus bienes hasta que sus hijos alcanzasen la mayoría de edad, un ejemplo es la condesa Yolanda quien se hizo cargo del condado de Hainaut por su hijo Balduino IV. -Teoría de las 3 ordenes (Duby, 1980): De acuerdo con ésta, existen personas destinadas a: orar; luchar y defender al pueblo; y realizar las tareas manuales. En la Crónica se pueden distinguir los dos primeros órdenes. En cuanto al primero, se puede ver que la influencia del cristianismo es muy fuerte, dado que los acontecimientos no se los ubica temporalmente en meses (o no en su mayoría) sino que se hace referencia a fiestas o celebraciones religiosas, algunas veces relacionadas a los santos: “… La guerra comenzó en la festividad de Todos los Santos y se prolongó hasta la Navidad…”17 o “Acercándose ya el tiempo de Pentecostés, el conde de Hainaut se dispuso a partir a la corte de Mangusia...”18.

Por otro lado, porque los nobles para salvar su alma y asegurarse veneraciones futuras en su honor otorgan diferentes bienes a la Iglesia. El ejemplo por excelencia es Balduino V,cuando él enferma en Mons, da a las Iglesias: diezmos; bosques; les restituye los bienes y tierras sobre las que tenían tenencia con anterioridad; los libera de exacciones, y lo más destacado es que manda a construir en el monasterio de Santa Waudrú, un altar en honor a Santiago Apóstol ordenando que su cuerpo sea enterrado allí;que se celebre perpetuamente una misa por la salvación de su alma y que diariamente se desarrollase la misa de María de Dios.Además a lo largo de todo la fuente De Mons (1987) está muy atento a especificar en que Iglesias fueron enterrados

los nobles: Balduino IV y su esposa Adelaida en la iglesia de Santa Waudrú (donde luego descansará también el cuerpo de su hijo). Por último porque al momento de sellar la relación feudo-vasallática, los nobles juran sobre reliquias religiosas, siendo solo dos ejemplos entre tantos:Lotario quien jura en la iglesia mayor de Colonia sobre los Santos Evangelios que no tiene está relacionado con la muerte de Alberto.Balduino V y el conde de Flandes quienes se dan fe mutua, tras un pacto, jurando sobre las Escrituras. Siguiendo con el tema de las funciones, los oradores ya que están investidos por el poder que les concede Dios, se encargan de guiar a su rebaño por el buen camino, así como además de administrar, recibir y aumentar los bienes de la Iglesia, tanto sea a través donaciones u otros medios más redituables (recordemos el caso ya citado de Roger, hermano de Rainero de Rozoy). Aparte, además de los nobles, los clérigos también tenían poder, el mismo Roger: “…El obispo de Laon (…) llamó a las armas a sus amigos y reunió el mayor ejército que pudo…”19.

En el extracto previo se refieren al poder militar, pero en la fuente también tienen la potestad de intervenir en divorcios: Haciendo referencia a la separación de la hija de Balduino V, Isabel de Henao y del rey de Francia, Felipe Augusto 20, de Mons advierte que: “…De ese divorcio trabajaban algunos de los hombres más poderosos de Francia: el arzobispo Guillermo de Reims, el conde Teobaldo y el conde de Esteban…”21.

Si bien puede parecer a nuestra mirada que existe una preeminencia del primer orden, en realidad el segundo poseía más autoridad. Respecto a este último, lo componen el emperador y los reyes, secundados por la nobleza. Pero en cuanto a los objetivos del trabajo nos interesa ver la nobleza y específicamente el papel de los condes.En la Crónica, el conde es mostrado como aquel hombre que lucha por mantener su condado, en pos de la protección de él, pero lo que verdaderamente encubría el afán de tierras nuevas, bienes y dotes, por ejemplo Balduino V ocupa las tierras de Flandes que le correspondían a su esposa, la condesa Margarita, por derecho hereditario. Este conde, si bien ya contaba con tierras, quiso anexionar más territorio. Esta situación y varias otras se van repitiendo a lo largo de la crónica, en algunos momentos se recurre a la guerra, otra demostración de poder, que ya se venía asomando desde que Carlomagno organizó el sistema de vasallaje, para que los condes no tuvieran tanto poder, ya que posteriormente este poder se acrecentó debido a la posesión de tierras y vasallos. Cosa

que incomodaba al rey, porque se acercaban a la posición de la cumbre, donde él se encontraba.Y se nota que ese poder se acrecentó, porque los mismos condes tenían guerras con condados vecinos y ellos mismo decidían que era lo que tenían que hacer, algunas veces intervenía a pedido de los condes el mismo emperador o el rey, en situaciones como esta y u otras parecidas. -Paz y justicia: Ante los constantes enfrentamientos, se torna muy importante la impartición de justicia para reestablecer la paz algunas veces era necesario que interviniera el emperador, o el rey, según la gravedad de la disputa.Así lo hace el emperador de Roma Federico, en relación a unas tierras que el conde de Namur había donado al conde de Hainaut, y que el conde Enrique de Champaña obtendría después de que se casara con la hija del conde de Namur y este muriera. Para que no se desatara otra guerra el emperador impartió su justicia (que por supuesto estaba por encima de la justicia de los reyes), ya que él y los reyes eran los encargados de mantener el orden, además de ocuparse de la defensa de su “pueblo” y de dirigirlos. Estas funciones a veces chocan con las de los obispos pero en rasgos generales los clérigos están abocados a la oración, y los emperadores a la administración de paz y justicia, aunque los primeros afirmen que son seres sagrados y los “elige” Dios. En la fuente se puede distinguir que los que cumplen un papel relevante en temas relacionados con justicia y la paz, el emperador y en menor medida los condes (que solo se ocupan de problemas que les atañe su condado). Otra intervención del emperador, pero a través de sus subordinados, se desarrolla un poco después de la situación mencionada anteriormente: “Encontrándose allí el conde Balduino les rogó que dijeran su parecer en justicia sobre aquellos que contra su derecho usurpan las posesiones de otros y las conservan durante años”22.

Una situación particular, se presenta cuando los condes imparten parte de la justicia, aunque nunca va a ser superior que la del emperador, igualmente haremos mención de una muy pequeña (pequeña en comparación de la del emperador) demostración de justicia: “El conde Balduino V quiso obrar en justicia y con absoluta rectitud y para ello invitó a presenciar el duelo a todos los hombres nobles y sabios de su tierra”23.

Se hace referencia en esta cita, a una disputa sobre si Roberto de Beaurain era siervo de Gerardo de Sait-Aubert, e intervino el conde de Hainaut.

En síntesis si bien la autoridad estaba repartida, en el emperador residía toda fuente de justicia en la tierra, él la administra y la reparte de acuerdo a las necesidades de los conflictos. -Conclusión: Aunque a lo largo del trabajo hemos esbozado ciertas apreciaciones, ahora, de manera más puntual, resaltaremos algunas de ellas y además mencionaremos cuestiones que nos han

llamado

la

atención

al

momento

de

analizar

la

fuente:

En primer lugar, reafirmamos nuestras sospechas sobre el rol de la mujer en la sociedad feudal, ya que ocupa un lugar secundario allí, pero lo notable es que es relegada por la Iglesia (por considerarla una pecadora innata) y considerada un objeto que solo sirve para procrear y como potencial esposa (porque gracias a la alianza con ella se podía aumentar las posesiones territoriales de la casa nobiliaria) y que puede ser maltratado y sometido

a

la

voluntad

de

los

hombres.

Otro aspecto observado es que la Iglesia como institución tiene un papel reducido, siendo visible sólo en la figura de los obispos y en el Papa (éste sólo participa en la resolución de elección de obispos porque las demás discordias son resueltas por el rey y/o emperador). Pero lo interesante es que en la práctica estos individuos se comportan tanto como verdaderos señores feudales (reciben juramentos; dan feudos; convocan al ejército a la guerra); como vasallos reales y de nobles (reciben feudos, prestan juramento). Como último aspecto pero muy interesante, resaltamos que si bien los campesinos eran la parte más importante de la economía feudal, no están mencionados en la fuente. Teniendo en consideración lo anteriormente expuesto y lo analizado en la fuente, podemos concluir que la Crónica de los condes de Hainaut (De Mons, 1987) es prueba fiel del poder que adquieren los nobles y que el marco en que ella se inscribe es un contexto hostil, de oscilación de tiempos de paz y de enfrentamientos, manifestándose en: las treguas que se dan, la inmediata ruptura de las mismas, la intervención de individuos ajenos al conflicto en sí como mediadores, el nuevo establecimiento de treguas y la continua ruptura de ellas (la secuencia que expusimos es constante). Las luchas se dan por la posesión de tierras, accesos a cargos y otras pretensiones ambiciosas (siempre latentes), y se ven agravadas, y los conflictos generalizados porque como todos los hombres se encuentran unidos a alguien, ya sea por medio del vasallaje o el parentesco, por más que estén ajenos al conflicto en sí mismo, se ven obligados a participar de aquél yendo en auxilio de sus pares. Pero lo más alarmante es que por estar

inmersos en ese contexto belicoso donde se estaba todo el tiempo a la defensiva y ofensiva, los lazos parentales y vasalláticos se rompen porque los individuos (con sus pretensiones personales) se ven movidos por los malos consejos del séquito que los rodeaban o por sus propias ambiciones. Pero hay que reconocer que, como la inestabilidad era tal, si bien los lazos se rompían, podían ser renegociados y reestablecidos.

 Notas: Dado que Felipe Augusto, rey de Francia, estaba impulsando una serie de reformas administrativas que pretendían acabar con el poder de los viejos nobles feudales, y gracias a una mayor coherencia fiscal e ideológica, la monarquía capeta avanza y se afianza. 2 DE MONS, G. 1987; Crónica de los condes de Hainaut, Siruela, pp 43-44. 3 Ibíd. pp. 25. 4 Ibíd. pp. 4. 5 Ibíd. pp. 39. 6 Ibíd. pp. 31. 7 Ibíd. pp. 40. 8 Ibíd. pp. 122. 9 Ibíd. pp. 77. 10 Pretender mujeres con un nivel económico y/o social más elevado que el propio, práctica que si bien parece algo exogámico en realidad tan solo es una ampliación sencilla del campo de posibilidades, del grupo genérico de ‘primas’. 11 DE MONS, G. 1987; Crónica … Op.Cit. pp 46. 12 Ibíd. pp. 42. 13 Ibíd. pp. 27. 14 Ibíd. pp. 4. 15 Ibíd. pp. 45. 16 Ibíd. pp 24. 17 Ibíd. pp 76. 18 Ibíd. pp. 65. 19 Ibíd. pp 51. 20 Divorcio que no se realizó, porque algunos hombres como el obispo de Beauvais salieron a la defensa de la reina. Lo que produjo que los dos reyes se mantuvieron alejados por un tiempo. 21 DE MONS, G. 1987; Crónica … Op.Cit. pp 64. 22 Ibíd. pp 87. 23 Ibíd. pp 91.

 BIBLIOGRAFÍA:  BISSON, T. 2009; La crisis del siglo XII. El poder, la nobleza y los orígenes de la gobernación europea; Barcelona, Crítica.  BLOCH, M. 1958; La sociedad feudal. La formación de los vínculos de dependencia. México, UTEHA, tomo I.  DUBY, G. 1982; El caballero, la mujer y el cura, Barcelona, Taurus.  DUBY, G. 1978; “Los ‘jóvenes’ en la sociedad aristocrática en la Francia del Noroeste en el siglo XII”, en Hombres y estructuras de la Edad Media, Siglo XXI.  DUBY, G. 1980; Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo”, Petrel, pp.2084.  MORSEL, J. 2008; La aristocracia medieval. El dominio social en Occidente (Siglos V-XV), PUV.  POLY, J-P. 1983; El cambio feudal (siglos X-XII), Labor.  RUIZ DOMENEC, J.E. 1984; “La memoria de los feudales”, Humanitas, Barcelona.

 Fuente:  DE MONS, G. 1987; Crónica de los condes de Hainaut, Siruela.

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