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MERCADO MUNDIAL 3EM9 Silva Ochoa Eder Enrique

Pandemia La crisis económica del 2008 se llevó por delante 22 millones de empleos, mientras que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la crisis actual podría acabar con 25 millones de empleos. “La crisis de este virus tiene un importante efecto económico: afecta el sector servicios en general, en particular los servicios de transporte y los servicios turísticos, pero también afecta las manufacturas, pues al cerrar ciertos centros de producción se interrumpen las cadenas de suministros”, expreso Ismael Capistrán, profesor de cátedra del Tecnológico de Monterrey. "Ya no hay duda de que la expansión global más larga registrada terminará este trimestre. La cuestión clave de las perspectivas ahora es medir la profundidad y la duración de la recesión de 2020", señaló Bruce Kasman, jefe de investigación económica global de JP Morgan. "La evolución de las noticias sobre COVID-19 ha desencadenado un 'salto en las previsiones', con economistas y estrategas recortando sus proyecciones repetidamente. Entre las tres grandes economías, Estados Unidos y la zona euro verán un crecimiento negativo, mientras que se espera que el crecimiento de China sea de sólo un 1,5%", dijo Ethan Harris, jefe del sector economía mundial de BofA. "A medida que los casos de coronavirus aumentan, suben también las perturbaciones de la economía mundial. Hemos reducido nuestra previsión de crecimiento del PIB mundial al 1,25% para el año -menos grave que las profundas recesiones de 1981-82 y 2008-09, pero peor que las recesiones moderadas de 1991 y 2001", señaló el equipo de investigación económica de Goldman Sachs. “La economía mundial ya está en recesión debido al amplio impacto de la pandemia en la actividad económica, pese a una serie de medidas de estímulo presentadas esta semana”, dijeron economistas encuestados por Reuters. Para 31 de los 41 economistas encuestados en América y Europa esta semana, la actual expansión económica mundial ya terminó, en respuesta a una pregunta sobre si la economía mundial ya estaba en recesión. Se predice también, que el daño económico del brote repercutiría también en otras economías importantes de Asia, y se espera que la mayoría de ellas se ralenticen significativamente. La propagación de la enfermedad causada por el COVID-19 ha hecho caer en picada a los mercados financieros a pesar de algunas de las mayores medidas de estímulo de emergencia desde la crisis financiera mundial anunciadas por docenas de bancos centrales en Europa, América, Asia y Australia. El pánico fue evidente en los precios de las acciones, los bonos, el oro y las materias primas, lo que acentuó las especulaciones sobre los graves daños económicos causados por el brote. Los economistas han recortado repetidamente sus

perspectivas de crecimiento durante el último mes y han aumentado sus probabilidades de recesión en la mayoría de las principales economías. Se espera que la economía británica se expanda un 0,1% este trimestre y luego se contraiga un 0,3% el próximo trimestre, una fuerte revisión desde la expansión del 0,3% que se esperaba antes para ambos trimestres en la encuesta anterior. En el peor de los casos, se estima que la economía se contraiga un 1,0% el próximo trimestre y un 0,7% en 2020. Las previsiones más bajas fueron de un -5,0% y -3,0%, respectivamente, sin que ningún economista esperase un crecimiento en los dos períodos en el peor de los casos. La economía de Japón, que ya se había contraído fuertemente a finales de 2019, crecería sólo un 0,1% en el nuevo año fiscal que comienza en abril, según una encuesta de Reuters del 6 de marzo, proyección revisada a la baja desde el 0,5% proyectado en febrero. En el caso de los efectos del COVID-19 sobre los países emergentes, tenemos que, los capitales internacionales abandonan los mercados emergentes, por lo que las naciones más desfavorecidas reciben una gran parte del impacto económico causado por la pandemia. Siendo que ahora que la pandemia de coronavirus ha puesto a la economía global en un sorprendente estado de suspenso, los países más vulnerables del mundo sufren daños cada vez más intensos. Las empresas, a falta de ventas, tienen que despedir a sus empleados. La pandemia ha disparado una marcada salida de inversiones internacionales de los mercados emergentes, en busca de la seguridad de los bonos del gobierno de Estados Unidos. Los hogares que no cuentan con ingresos suficientes gastan a cuentagotas en alimentos. Los inversionistas internacionales abandonan los llamados mercados emergentes a un ritmo no visto desde la crisis financiera de 2008, con lo que provocan una disminución en el valor de las monedas y obligan a las personas a pagar más por bienes importados como alimentos y combustible. En las naciones ricas se han ordenado cuarentenas, mientras que los gobiernos y los bancos centrales han liberado billones de dólares en gasto y crédito para limitar el daño económico. Pero no ocurre lo mismo en los países pobres, donde las familias de los barrios pobres viven hacinadas, por lo que sería imposible aplicar una cuarentena. Quienes sobreviven gracias a la chatarra de metal que encuentran en los basureros podrían morir de hambre si se quedan en casa. En el caso de nuestro país ya se encontraba en una recesión, y muchos de sus empleos dependen de la producción de bienes para Estados Unidos, que ahora ha aplicado un verdadero cierre de emergencia. La interrupción de la industria en todo el planeta ha disminuido de manera drástica la demanda de materias primas, lo que ha golpeado a los productores de cobre como Chile, Perú, la República Democrática del Congo y Zambia, además de a los productores de zinc como Brasil e India. Los exportadores de petróleo son especialmente susceptibles a la recesión ahora que los precios permanecen bajos, situación que genera presión en Colombia, Argelia, Mozambique, Irak, Nigeria y México. Desde el sur de Asia hasta África y América Latina, la pandemia confronta a los países en desarrollo con una emergencia de salud pública combinada con una crisis económica, y cada una agrava los efectos de la otra. Las mismas fuerzas actúan también en las naciones ricas. Sin embargo, en los países pobres, donde miles de millones de personas viven al borde de la calamidad incluso en

épocas de bonanza, los peligros se amplifican. También es una amenaza para el porvenir global. Los mercados emergentes representan el 60% de la economía mundial en términos de poder adquisitivo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una desaceleración en los países en desarrollo se traduce en una desaceleración del planeta. Es de esta manera, como debemos de entender las graves implicaciones que nos ha traído este nuevo virus, ya que, si bien es cierto que la economía global no se encontraba estable desde la crisis del 2008, nadie podría prever que sería este año, y a causa de un virus ya existente en los animales, el que podría generar tales consecuencias; básicamente la consecuencia de terminar con el modelo económico actual, pues regresamos a los momentos claves de la historia, cuando, una vez pasada el crack del 29, se tomó el modelo Keynesiano para enfrentar la crisis, o los modelos subsecuentes a la crisis inmobiliaria del 2008. El juego es el mismo, nos encontramos en un momento de crisis donde se espera un alto desempleo, mayor al que hubo en el período de la crisis del 2007-09, además, se esperan colapsos financieros, quiebras, endeudamiento e inflación, pudiendo ascender a estanflación; mismas condiciones vistas con anterioridad, justo antes de que se tenga que establecer un nuevo modelo económico que pueda hacer frente a estas duras condiciones. Solo nos hace falta ver cuáles serán los nuevos modelos económicos que se presenten posteriormente a que todos puedamos sentir los estragos de esta nueva crisis. Una vez dicho esto, y para que quede más claro, podemos contestar a las preguntas: 1. ¿Estamos o nos enfrentaremos a una nueva crisis, como consecuencia del COVID19? R= Muchos economistas experimentados, catedráticos y grandes conocedores de estas cuestiones, aseguran que ciertos países ya se encuentran encaminados hacia una recesión, principalmente los países sub o en vías de desarrollo; sin descuidar la posibilidad de que los países desarrollados también se estén dirigiendo a ese mismo resultado. Y aquellos países que aún no tienen indicios de, se espera que en el transcurso del año 2020 se enfrenten a recesión en todo el ámbito. 2. ¿Podrá darse un terremoto geopolítico en las condiciones actuales? R= Sí y No, pues se necesitan condiciones más específicas que lo favorezcan aún mas; si bien, muchas de las economías que se consideran las más poderosas, Estados Unidos, la Unión Europea y ciertas economías asiáticas, se encuentran en estos momentos pasando por condiciones que desembocarán en una crisis, no todas las economías tienen, aún, estas condiciones. Falta esperar para poder descubrir qué pasará con las otras economías y así saber a ciencia cierta las consecuencias. Lo que, si está claro, es que las consecuencias para un terremoto geopolítico ya se están dando. 3. ¿Se espera el surgimiento de un nuevo modelo económico de organización mundial?

R= A lo largo de la historia, y en las dos crisis contemporáneas más importante que se han tenido 1929 y 2008, han surgido nuevos pensadores económicos proponiendo nuevos modelos económicos que hacen frente a los estragos generados por las crisis, encaminado a las distintas economías del planeta a una recuperación. Por tanto, se puedo decir que es muy factible, tanto que se presenten nuevos modelos económicos de organización como que ciertos países los implementa, intentado recuperar las condiciones de bienestar.