Opinion Sobre La Lectura

Indiscutiblemente, la lectura es a la inteligencia como el ejercicio físico lo es al cuerpo, puesto que leer no es una s

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Indiscutiblemente, la lectura es a la inteligencia como el ejercicio físico lo es al cuerpo, puesto que leer no es una simple acción, aunque tristemente para algunos este ejercicio de recorrer líneas y páginas termina siendo una tortura. Entonces, comprender la importancia de la lectura, es la clave para lograr un ejercicio mental placentero, donde un texto puede ser fuente de momentos interesantes, reflexivos, liberadores, de toma de conciencia, o en el peor de los casos, fuente de las más torturantes emociones. Dentro de este orden de ideas, saber leer no es terminar pronto si no leer despacio, analizando y descifrando cada palabra, cada oración, cada párrafo; tomándonos nuestro tiempo con el fin de saber que estamos leyendo y si estamos entendiendo; no es leer por leer.

Al leer un escrito por más sencillo que parezca, implica vencer dificultades y poner en juego toda una estrategia para descubrir el sentido de este, anticipando pistas y señales de lo que se dice y se oculta, manteniendo la crítica o la reflexión, y enfrentar al autor.

Con el texto “sobre la lectura” el objetivo que se propone el autor Estanislao Zuleta principalmente, es dar a conocer al lector las falencias que se posee al momento de leer un texto, comprensión e interpretación de este. El autor da inicio al escrito sobre la lectura en general donde se indica como el proceso de comprender y darle significado a la información, la cual está presente en un código, que es el lenguaje que hay entre el escritor y los lectores. Toda lectura tiene el objetivo de ser trabajada e interpretada a partir del código del texto, el cual se va adquiriendo en el transcurrir de la lectura, no del concepto anticipado que tenemos de los términos que se presentan en él, y si no se interpreta de la manera correcta, esta será una lectura superficial y por lo tanto no la entenderemos.

En Zaratustra. Dice Nietzsche que va a contar la manera como el espíritu se convierte en primer lugar en camello, el camello se convierte en león y éste se convierte finalmente en niño.

Y como se extrae este código común, con la interpretación, pero muchos estamos abnegados a esta interpretación, ya que leemos por leer y no como una fiesta del conocimiento como dice Estanislao, debemos estar en la capacidad de interpretar y así producimos el código que el texto impone y no creer que tenemos de antemano con el texto un código común, ni buscarlo en un maestro, por que siempre buscamos las respuestas en otras personas o ponemos obstáculos y excusas para disimular nuestra ignorancia, solo debemos tener la capacidad de pensar por si mismos “Hay que aprender a pensar” y si aprendemos a pensar por si mismos estamos en capacidad de saber leer. Estamos instalados en un lenguaje complejo y hay que aprender a leer; la primera fórmula es ésta: el código que producimos como lectores. Hay algunos autores que nos desafían desde la primera frase: como Kafka, nos desafían a que produzcamos su código, que no es común y si no estamos en capacidad de entender desde el principio lo mejor es no continuar con la lectura, en contadas ocasiones pensamos que estamos entendiendo pero a través del transcurso de la lectura llegamos a un punto en que ya no tiene sentido lo que leemos y nos aburrimos e inmediatamente echamos la culpa al autor pero en realidad los culpables somos nosotros “no hay autores fáciles, lo que hay son lectores fáciles”. El saber leer es un trabajo y se debe empezar a trabajar en ello, hasta que lleguemos al punto de descifrar o comprender lo que el autor nos esta contando, pero no lo plasmo en su obra.

No se debe leer solo por buscar diversión o enterarnos de información, debemos leer para encontrar respuestas o que el libro nos de los elementos necesarios a nuestras cuestiones. La lectura debe ser considerada como una producción no como consumo, si fuera consumo se presenta como el disfrute de un valor de uso y el ejercicio de un "derecho" (como demostró una y otra vez Marx, el problema mucho más interesante, de las posibilidades reales y de los procesos objetivos que determinan las posibilidades y la imposibi- lidades); como una producción la lectura es: trabajo, deber, empleo útil del tiempo. Actividad por medio de la cual uno se vuelve propietario de un saber, de una cantidad de conocimientos, o en términos más modernos y más descarnados, de una cantidad de información, y, en términos algo pasados de moda, "adquiere una cultura".

Precisemos antes que nada, que el escritor basándose en Nietzsche, sugiere que para formar una buena y adecuada lectura, el hombre actual debe apartarse en su totalidad del entorno que ha atrapado al hombre moderno, aquel que está de afán y que desea asimilar todo rápidamente, porque para un buen trabajo de lectura se requiere de lectores que tengan carácter de vacas, que estén dispuestos a estar quietos. Dicho de otro modo, sin tranquilidad, paciencia y tiempo no puede existir una verdadera lectura, al contrario solo queda el peligro de caer en la vaga ilusión de haber leído cuando ni siquiera se ha descifrado el texto.

Dentro de esta perspectiva, Nietzsche aclara que esa ilusión existe por el infortunado estilo en el que se escribe, dejando en evidencia que una pobre lectura produce una pobre escritura, Ahora bien, Zuleta nos brinda un consejo para entender cómo se forma un buen lector, donde este debe poseer un espíritu transformable, el cual atraviesa por tres fases, en primer lugar se convierte en un camello, después en un león y finalmente en un niño, dicha comparación solo hace un enfoque a las fases que debe tener en cuenta un lector, las cuales permiten una verdadera interacción con el escrito, el cual no podrá ser comprendido si estas etapas no se llevan a cabo correctamente. De las comparaciones anteriores, la interpretación es imprescindible, entonces, se debe tener presente la capacidad creativa del espíritu, donde éste inicialmente es de admiración, dedicación, fervor y compromiso, sin espíritu de camello no habrá ánimo, motivación y perseverancia al leer, pero este espíritu se convierte posteriormente en león, en ese espíritu rebelde que se enfrenta a todas las formas de imposición, sin el león interior no existirán preguntas revolucionarias, crítica analista, ni respuestas transformadoras, y últimamente este espíritu depredador se transforma en el espíritu de un niño, que no es más que un nuevo comenzar, es la inocencia pero también el olvido, sin el niño no habrá renacimiento, ni perdón de la mala literatura y de la pobre escritura que golpea el espíritu de aquellos que viven bajo el afán. Indudablemente, Estanislao analiza a Nietzsche y basándose en él afirma que sin estas tres características no se lograra tener una capacidad de interpretación, y tampoco se podrá extraer el código común de cada escrito, dándonos a conocer como se realiza una buena y adecuada lectura, de manera lenta, cuidadosa y “rumiante”. Enfáticamente, también nos da a conocer dos proposiciones de este pensador, la primera que afirma que nadie va a entender más allá de sus conocimiento, por lo que al leer tenemos la noción de que no entendemos nada o no encontramos nada en la lectura; la segunda donde afirma que para leer es necesario ser un

aventurero y descubridor nato, dejando a la luz que el lector que Nietzsche reclama no es solamente cuidadoso, "rumiante", capaz de interpretar, sino también aquel que es capaz de permitir que el texto atraviese su ser, llevándolo por nuevos caminos de conocimiento, todo esto con la finalidad de que el lector tenga varias perspectivas mientras lee, teniendo claro que si no funciona de un modo, busque otras manera hasta que funcione. En efecto, la lectura rumiante es aquella donde el lector debe disponer de tranquilidad, paciencia y tiempo; debido a que sin la presencia de estos elementos es muy probable caer en la ilusión de haber leído cuando ni siquiera se ha interpretado el texto y como aclara Nietzsche, esa ilusión existe por el pobre estilo en el que se escribe pues es de suma importancia resaltar que a través de la lectura se adquiere una buena escritura. Pero el objetivo no es llegar a la idea del autor, sino llegar a entender en si el texto. Porque ningún autor es dueño de sus textos, cada persona tiene una manera de interpretarlo. El autor no puede controlar la forma en que las personas piensan y analizan sus escritos, de hecho lo que interesa es lo que quiera decir el texto, y a veces ignoramos lo que quiere decir el autor, pone como ejemplo los escritos del Quijote dejando en evidencia que Cervantes se baso en el hombre cotidiano. Estanislao se refiere a la similitud que tiene el autor y el lector con el Quijote y Sancho donde el uno construye una realidad y el otro se atiene a la inmediatez como muchos seres humanos.

Podríamos resumir a continuación, que la buena lectura expuesta por Estanislao es propuesta como una sucesión de eventos, donde el lector debe tener siempre presente que un evento con lleva al otro, siendo esta un trabajo del que se parte inicialmente, llevándonos luego a un código que se da entre el lector y el escrito, que debe ser interpretado para poder avanzar al siguiente evento, que es resolver el problema que se tiene al leer un texto. Debe señalarse, que cuando el lector aprenda a hacer una verdadera lectura, los eventos restantes propuestos en la teoría de Zuleta, desembocaran en una conclusión y buen aprendizaje donde finalmente queda el motivador deseo de sacar las frases más importantes y las enseñanzas que todo escrito contiene. Habida cuenta, solo quedara la satisfacción del lector por haber encontrado lo que buscaba con la lectura, habrá completado el proceso de leer y de saber leer.

Por otra parte, el escritor colombiano motiva a llevar un ejercicio mental con perseverancia, enseñando que no todo es fácil, que de la misma manera como en la vida diaria se deben tomar decisiones momento a momento, del mismo modo debemos asumir retos a la hora de leer, vencer los miedos de devorarnos aquellas lecturas que parecen difíciles de roer, aquellas lecturas que para nuestros cerebros parecen difíciles de decodificar. Por consiguiente, se debe tener animo pronto de aprender de las lecturas, por más difíciles que parezcan, pero esto solo se logra con amor. Sin duda, un lector que no ame la lectura jamás podrá ejercitar su mente y obtener un aprendizaje correcto, porque este resultado no se obtiene de inmediato, pues es el producto de un arduo trabajo constante para adquirir las herramientas necesarias para ser un buen lector y finalmente con ello mejorar nuestra escritura, nuestro dialecto y enriquecer nuestras vidas. Se puede deducir que el texto “sobre la Lectura”, del escritor colombiano Estanislao Zuleta, trata del problema que se tiene al leer un escrito, utilizando como referencia a Nietzsche y toma libros ejemplo de buena fama y difíciles de leer como: El capital de Carl Marx, La Metamorfosis de Franz Kafka y el Quijote de Cervantes. Cabe propender, que el escritor a lo largo del texto trata de dar conciencia sobre dicho problema que poseemos al leer; dejando claro que no es fructificante leer por leer y que en este aspecto no conseguimos comprender ni aclarar lo que se nos plantea en un texto y en resultado no retenemos nada de lo leído, dejando de enriquecer nuestra escritura y nuestro conocimiento. que el texto “Sobre la Lectura”, permite dar cuenta que existen unos operaciones suficientemente elementales pero que desconocemos para saber leer apropiadamente, teniendo como premisa inicial que el lector se debe convertir en un actor dinámico en una relación directa entre este y la lectura, estableciendo más que un dialogo o una plática; una relación de concordancia entre escritor y lector, alcanzando construir una buena comunicación a través de una canal muy eficiente y que no es otro más que la lectura. Los jóvenes de hoy en día toman la lectura como un deber y no como un hábito, lo que ha generado que no se lea para obtener conocimientos y enriquecernos culturalmente,

si no, que el joven lea por leer o por que le toca ya que lo mandaron. El autor de este articulo toma como referencia a Nietzsche el cual dice que no ha a existido ningún otro escritor que haya hecho conscientemente de su estilo, un arte de provocar la buena lectura, una más abierta invitación a descifrar y obligación de interpretar, una más brillante capacidad de arrastrar por el ritmo de la frase y, al mismo tiempo de frenar por

el

asombro

del

contenido.