Los Romanos y Sus Dioses. Ogilvie. Alianza

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Capítulo 3 El sacrificio

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Imagínese el lector 160.000 vacas mugiendo alborotadas

mientrá hs [evan por \]/hitelrall y que son

sacrificadas

posteriormente en ipatio dela abadnde Westrninster duceremonia de coronación. Pues, según Suetonio, irttt el acceso al poder de Calígula se celebró a lo largo de tres de esa cantidad -.so -ediint" el sacrificio en el Capitolioque la aaitud de de víctimas. La idea nos repugna, ig,td de Bandula fuente Horacio (quien estaba tan agraáecido a de el sacrificio prometió que sia por un irago de agua fresia, hasta Y. Campbell A. a un cabrito dátro dé ella) impactó el punto de exclamar: .rDespués de eso,- ¿quié-n puede qt99to b"b"t de la fuente de Bandusia?>. F,l sacrificio, especialmente el sacrificio cruento, es tan ajeno alas formas modernas de pensamiento que es imposible revivir la fe de aquellos que, como los antiguos judíos o los romanos, creían que era el medio más efectivo de influir en los dioses.

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Robert M.

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Ogfiie

lSacrificio significa literalmente . (sacer), apartándolo de cualquier uso común y entregándolo exclusivamente a los dioses.lUn lugar sagrado es aquel reservado a un dios y en el cud tiene éste su residencia: en el curso normal de los acontecimientos los hombres no pueden penetrar en é1, del mismo modo que no había ningún barco en el lago Vadimo porque era un lago sagrado (p.26). En la antigüedad, el máximo castigo que el Estado podía imponer a un criminal era declararlo ,lo cual significaba que seía aislado de todo trato humano y podúa ser matado con impunidaá afn de que los dioses pudieran disfrutar de lo suyo lo antes posible: de hecho se trataba de una sentencia de muerte. Por eso, en el culto, el creyente elegía algo especial y se 1o ofrecía a los dioses. Pero la diferencia básica entre un sacrificio y la ofrenda de un objeto de oro o una joya era que lo que se daba,por medio de un sacrificio contenía el principio de la vida.No tenía que ser necesariamente un animal. La mayoría de las ofrendas que se hacían a los dioses en los cultos familiares eran cereales tortas (strues) he-pequeñas chas de farco (far), una variedad de trigo, o harina mezcla-

da con

sal,

(mola salsd. Tloracio menciona la frecuente

escena doméstica de (Odas, m,23 .20) , que Ovidio describe con ma-

yor extensión cuando cuenta cómo había una interrupción en 1a comida principal del día y se ponía un trozo pequeño de comida en un plato y se arrojaba al fuego para que fuera consugrido por los dioses de la fanÁia (Fastos,W,307 y ss.)iOtras ofrendas utilizadas frecuentemente para el sacrificio eran las flores, la miel, el queso, la fru-

ta, el vino y la leche. Pero los animales eran y lo más visible.'..t

lo

más ehcaz

ilT-a idea subya€nte a la elección de sacrificios animados o-üuasi-animados era fácilmente comprensible. Los dioses tenían a su cargo esencialmente una actiüdad par-losy una tos, por ejemplo, o la curación de enfermedades-,

f,os romanos y sus dioses

acividad requiere vitalidad.

Si la

vitalidad de los dioses no

mantenía y renovaba, tal actividad se debilitaría I Ya no podrían lle,tar acabo sus funciones eficazmente. El grano io crecería o se extendería la enfermedad porque los dios€s correspondientes no tendrían suficiente $9or para cumplir sus objetivos aunque quisieran hacerlolarrón 1o relata con bastante sencillez cuando escribe fre teme la

se

muerte de algunos dioses simplemente por descuido' La existencia de'Íos dioses dependía en gran medida de la devoción del hombre hacia ellos. En las grandes oraciones que se pronunciaban cuando se ofrecía un sacrificio como á de CatOn o el de Augusto citados en el capítulo anterior, la frase clave siempr.lt, ..prt, que seas engrandecido>> (por esta ofrenda).ia palabialatina es macte' qullerela-

.liot, .or, lnagnus y palabras similares. El devorez para que su sacrificio revitalice al dios, capacitán'

to

dolo asipara ótorgar las peticiones que se le hacen' De todos los ser.s viuos, los a¡imales, obviamente, son los más vigorosos y, por lo tanto, los sacrif- icios más poderosos, y lai partes más vitales de un animal' las-partes que supuestarnente contienen la auténtica chiqpa de la vida' son el coraz6n, el hígado, los riñones, etc' Éstas eran las que.habitualmente s*e ofrecían a los dioses' Era una coincidencia afortunada, desde un punto de vista humano, que al menos fueran partes comestibles. Sin embárgo, hasta la época de Augusto los motivos habían sido mái mundanot. Et drrdoso que Horacio deseara conscientemente aumentar la frescura de la fuente de Bandusia al sacrificar un cabrito. Con seguridad sabía que un cabrito era el sacrificio que tradicionalmente se hacía al

dios de una fuente (cualquiera que fuera el origen de la tadición) y creería qrr", yá qu. et el pasado se granjeaban la büena voluntad d-e loi dioses haciendo las cosas de la forma tradicional, se debería seguir haciéndolas de la misma manera. O qttzápodía haber pensado que los-dioses compartían tnt gottoi y sus aficiones y por eso podría ha-

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Robert M.

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[,os romanos y sus dioses

ber querido agradecérselo dándoles una parre de lo que a él más le agradaba.

En todos los acontecimientos el sacrificio de un animal erala característica habitual de la üda romana, y aparece constantemente mencionada en las páginas de escritora como Virgilio y Livio.;lsí pues, merece la pena ver qué ocurría con exactitud.iEn los templos de la propia Roma el sacrificio era ofrecidó trnto poi magistradts y empleados del Estado en el habitual tanscurso de las ceiebraciones públicas como pof individuos concretos a expensas de su peculio particular, ya en cumplimiento de un voto cuandoJuvenal sacrificó en una ocasión dos cor-

-como deros blancos

a Juno Regina y a Minerva y un temero a Júpiter Capitolino que había prometido por el regreso de su amigo Catulo sano y salvo- o, más raramente, como acompañamiento a una oración. El procedimiento en

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cada caso era poco más o menos el mismo. La elección de la víctima era dictada, según nos cuenta Cicerón (Sobre ks

leyes,II,19), por los manuales delos pontifices y dependía del dios implicado y de las r^zones del sacrificio. Un principio invariable era que los machos se ofrecían a los dioses y las hembras a las diosas. El color también importaba: blanco para Juno y Júpiter, deidades celesriales, y negro para los dioses de ultrarumbaf-ucrecio habla de hombres que sacrifican ganado de coloFnegro y hacen ofrendas a los dioses del infiemo, y de cuando Eneas sacrifica en honor de Anquises en el aniversario de su muerte (Eneida,V,97).El tamaño variaba-crias (laaenks) o adultos (rnaiores)- según la ocasiónoffiasándonos en las celebraciones estatales nos podemoíhacer una idea del tipo de animales que se empleaba: cabras en las Lupercalia, dos vacas preñadas ofrecidas a la Tierra el 15 de abril, un perro rojo a Robigus el25 de abril (el dios ), un caballo a Marte el 15 de octubre, un buey, una oveja y un cerdo sin castrar al acabar de elaborar el censo, etc. El romano de a pie podía averiguar cuál era el

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animal apropiado para su voto si preguntaba en el templo del dios en cuestión. Parece que en cada templo había ex-*l puesta una lista de los sacrifiiior q.r. urrptuúu la deidad. lAl afrontar el cumplimiento de un voto que había sidocóicedido, se comenzaba por ir al templo paru fljar el&a apropiado con eI aedituus, decidir qué oficiantes profesionales (las personas que realmente degollaban y diseccionaban los animales , popae y uictimarii) iban aestar presentes, y conratar a un flautista (tibicen). Había unas tarifas estipuladas para estos servicios. Todavta conservamos una ley que da todos estos detalles (Cl.L., VI, 820). Dado que lamayotía de los romanos no poseían propiedades rurales y por lo tanto no podían apoftar los animales requeridos por sus propios medios, el paso siguiente sería ir al mercaio d. gunuio y comprar J adecuado$enía que ser perfecto: cualquier deformidad sería un ins*ulto para el dios. Llegado el gran día, enfundado en su toga, ataba unas cintas a los cuernos (o, a veces, si era rico, los cubría de oro) y al rabo y 1o llevaba por las calles hasta el templo. 'Era buena señal que el animal [ueru alamafanza sin oponer resistencia. Juvenal, por ejemplo , habla con admiración de su buey que tiraba de la cuerda para llegar al cuchillo del sacerdote. Si, por el'contrario, luchaba e intentaba escapar, era, evidentemente, un animal que no obtendría e.l favor de los dioses.Habíaque devolverlo, comprar otro y empezar de nuevo. Una vez que se lTegaba d. templo, se entregaba a los sacerdotes y daba comienzo el

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sacifi cio propiamente dicho. En muchos aspectos los templos antiguos eran lo contrario de las iglesias modernas. En las iglesias católicas el acto principal, es decig la misa, tiene lugar en el interior del santuario, pero en los templos el ritual se hacía fuera. Los principales elementos de un templo grande eran cuatro. El centro lo ocupaba una habitación tabicada (cella) en la que estaba la estatua del dios, a menudo decorada osten¡osamente con joyas y valiosos ornamentos, donacio-

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Robert M. Ogihie

d\nadamás, a excepción, posiblemente, de un pequeño altar en el que se quemaría incienso. No había sillas ni ningún otro tipo de mobiüario. Rara vezhabíaventanas ylaluz provenía de un agujero en el techo. Debía de ser-impactantelaimpresión que la estatua, cubierta de oro y plata centelleando en la penumbra, causaba en el suplicante que llegaba de la d¿ridad y del calor del sol, sólo comparable con la experiencia de entrar en una iglesia ortodoxa griega en la actualidad. Detrás dela cella había una o varias habitaciones que servían como sacristía, pafa uso de los oficiantes y para guar,;lar los tesoros que no estuvieran expuestos en la cella. !_Hasta en los templos pequeños dichos tesoros debían de ser muy considerables. Adriano encontró casi kilo y medio de oro y más de 9l kilos de plata en las ruinas de r¡n templo en Lanuvio (Cl.L., )OV,2.088), mientras que los regalos que Augusto envió a los cinco templos principales de Roma se valoraron en 100 millones de sestercios, quizás unos mil millones de pesetas actualeópel ante deli cella había una antecámara habitualmente abierta al exterior. Este complejo de habitaciones estaba rodeado por una columnata, generalmente rectangular en los templos italianos y ctadrada en los romano-celtas, que no tenía ningún propósito funcional excepto proporcionar cobijo del sol y la lluvia. Cuando un romano hacía un voto, entraba enla cella, colgaba las tablillas de cera de la estatua y luego rezaba freñte a la estatua extendiendo las manos Éacia é[a, o, en momentos de gran emoción, arrodillado, como Tibulo (I, 2.85), o incluso echado en el suelo delante de la estatua, como cuando Lucrecio desprecia al supersticioso que así lo hace (V 1.200). Pero ¿dónde exactamente se llevaba a cabo el sacrificio? Hasta en manos de expertos debía de ser un rito realmente sangriento. Es bastante curioso que ni las fuentes literarias ni las investigaciones arqueológicas aporten una respuesta clan. No era en el pequeño altar de nes de los fieles. No había

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Los romanos y sus

dioses

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la cella. Eso es seguro, aunque sea solamente porque era demasiado pequeño e interior. Sabemos de unos cuantos {Festo, 356, L) pero eüdentemente eran excepcionales. Normalmente, donde se ofrecían sacrificios cruentos se mlocaba un altar de piedra delante del templo, o al pie de los escalones que conducían a élo a la enffada de la antecÁman. En los templos primitivos, se construía un altar nuevo de césped para cadasacrificio y en época de Augusto y posteriormente pervivía un recuerdo de ello en la práctica de poner un simple trozo de césped sobre el altar antes del sacrificio. Los templos romanos que tenían que hacer frente a una constante sucesión de sacrificios habrían tenido unos grandes altares pemanentes hechos de piedra. A continuación, la víctima era conducida ante el altar sobre el cual se había encendido un fuego y empezaba el ntral,.Laprimera precaución era asegurarse de que no esfuviera presente ningun intruso que pudiera contaminar los actos. Las mujeres (y los peros), por ejemplo, estabán excluidas de los sacrificios a Hércules y a Marte (Plutarco, Cuestiones romana560), mientras que a los esclavos sólo se les permitía asistir a un pequeño número de cultos, tales como los de Fortuna. Es poco probable que se prohi" bien a todos los extraños estar presentes, como parece confirmar una fuente antigua (Servio, Sobre la Eneid.a, VIII, 172), pero a los exffanjeros, los no romanos, sí se les podría haber prohibido la entada, ya que, en porencia, eran enemigos peligrosos que habían podido proferir una maldición. Así se hacía en los ritos umbros de Iguvio, lo cual explica el grito ritual de que rodos los profanos debían alejarse o procul este profani, como gritó la Sibila cuando-procul Eneas ofreció un sacrificio a la entráda del infierno. Pero el suplicante cierramente había invitado a asistir y a p^rÍicipar en la celebración a todos sus amigos. Después, los sacerdotes y quienes estuvieran ofreciendo el

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Los romanos y sus

dioses

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lavaían las manos con el agua sagrada de una vasija especial y se las secarían con toallas de lino' En el saLrltmpteza' Tila limpieza. cntrcro se atribuía atflbuÍa una gran rmportancm a Ia crficio bulo encargaba a aquellos que iban a una celebración rural >), exceptuando la constante música del flautista que se empleaba, como durante una oración solemne, para ahogar los ruidos extraños' Los sacerdotes se cubúan la cabezacon los pliegues de sus togas y elevaban una bandeja cuadrada de madera colmada áe harina sagradamezcladacon sal (rnola salsa) que luego esparcían entre los cuernos del animal, mientras los ayudantes lo sujetaban, y sobre el cuchillo de sacrificios. Este paacto se lTannba immolare. También podían -aunque rece que era opcional- deramar sobre la testuz el vino que sé goardaba panla ocasión, en un pequeño hogar móvl, (focalus) con la ayuda de un platillo (patera). Por eso Dido, , s. ;;ú;"d; 11* ::l.r:-os

problemáticó potq,ré, en vez de dar simplemente reslas cuestiones, los dioses ;;;;t ,fir-u,irru, o negativas apara comunicar mensa¡es Lx utilizaban como un lenguaje licieron al llevar a iomo p*lriuot por propia iniciativa,

."

ras palabras ha_ oran srdo inspiradas p:r,, dt"rnr.d;¡ que los romanos no debían moverse d. E;;;Ht..1".; posrerior el cónsul L, pa.ulo dirigirla eue_ ffa conrra el rev macedoniofueá*.*iáTo;r, pJ;:". ll.g; Í casa por Ia wdá para comunicur l, noriJ" a su famüa, se enconrró a su hiia oequeña lloranj",'pü*

ffiin.rb^ d;;: i;¿"

mado persa

su perrito lla_ hrbi, mu.rto. p-;ñ;ilti"nu"r,idu al pre_ rl fr"d de la Repúbü_ áJ,p;#d;ir"Lurullude Farsa_

Ira, sintó que su última

opqr*rá ,. lr"li,

j*'.:':desde ;; **"' "i n'"ur'''; ;::iiffi'- 5qv¡r4(r(r el ba¡co se ]lamaba..FilTil,

É.r.-.

desvenecido te amigabre

sorprendente v¿riedad de signosy presagios necesi_ _^ja tabauna inrerpreración auorizadí.er lloJ.uro, en que magistrado deiibera dam." un r.l.fi.iiri, i", a del cie_ Io sobre un aspeco 4¡r"f-1g., era relativa_ T.:?::,r"".¡I.lo: pedía a los dioses"i cualquier signo que cosa. En caso de áuda"" requería-.l rr"rol'"ili.nto

ri** ig¿;, ,"-;,

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J;É;il;;Uffi Hr":?rl d" un

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,*."gT*Un::::*::ru#lldu#if;:1,,::#, d.

Ios auspicios. Además

ñ obr"

Sobre la adiuinación,,ub".o, áJ escfltas por sus contemporán"o.

.oil;;"

de Cicerón

Á.

M.

.r.^

¿"i.rrUer augural

CJ.Toa,

a levantar un tút rr"tirroi -"di*t" prodigios celestialesjunto prtl"rrro y of*."r r]n sacificio a él (Virgilio' -J" -eli¿", " w,178 i81). No siempre en fácl' interpretar lo q". q*tiÁ decir los dioses. Si a ulmagis¡¡4do se'fe p!;

,;

sagio. La creencia todavíaera fuene ca. pompeyo, en tuluiJu

Masala

romanos y sus dioses

1o hubGra solicitaáo, dependía de él si se le aparccía a un augur y lo no; o p¡*"t1"á""ción 'á,rn.iabu (nuntiatio), iendría qr.tl ter respetado; si se le

ili"",rt ,igto

1 $

sin que

; ; ciudadáno privadó, informala a los pontifi "ñ;A ,á{, q,ri.t , seian entonces- responsables de aceptado o á¿'iñ"t"tt.. Ciertos tipos de tigttot, de los que con frecuencia se informaba, como vacas parlantes o tormentas

t*g..,

adquirieron un significado convencional y-no era nelesariu Ltu gran reflexión para entenderlos' Los i;roft* t observabi, los ejemplos anteriores y adoptaban

á"

l"Jq"i"t

acción terapéutióa que hubi:ra sido recomendada. Si tenían dudas slbre el significado exacto de un prodigio, podían solicitar un fallo de los augures, pero, si no niUiu á."ttido previamente' no tenían ninguna referencia

f"tu ttur"tto. io,

ung,rr"s, por ejemplo, poüan dictairrirru. q,r" los dioses .staban enfadados por -also, l9r9'.¡i tt"Ut" precedentes, ¿cómo iban los pontifices a decidir "" -los pasos iue había q.té dut para a-placarlos? i"*¿" t". medidL v los iemedios habituales fallaban' aconseiaban al Senado q,le cottsultara los Libros Sibilinos,

Robert M. Ogilüe

fllrom

una colección de oráculos comprados a una profetisa (la por el último rey de R#;, q* l" grurdubun baio _lttl., trerra en un cofre de piedra

_capitoüo, pero

que desúuyó

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-*,*i-i"ttto

ffid*E;;;;;ú"-r.. ffi;;ñ;J"io

tu;,#;;;i;;;d;;;.#;

estaba ff"?.=Gi;iuion """-nüa de un ejército que Pompeyo q.*" evitarott y así Egipto en utilizado ¿" *igrri.tu la autorida'd -ilitut que pretendía' Posterior-

nueva colección recogida en varios lugu.r", de Italia, Gre_ cia y orienre. Los nu".uo, en oráculos en vefso escdtos e:

ft;il;;r?Áres '.,:il; jJ,.r":*.ff f ";ü;;;il";,:iuf ::,11:T::: fres de oro en.l t"mploá.ñ;ú;".jEdrri'o,

mente proporclonaron la operación aritmética convenienp-" q"á ¡ugusto llevari acabo losJuegos Seculares en (.orinemoración del centenarió, saeculurn' del e ".Ó. de Roma)' Estaban indudablemente sujetos a *.irni"ttro ; la manipulación política, pero este he-

*

estaban

un colegiod.

quiné. hornbll, fqrindrr,rriri), i.:i|*-? 1. que ros unlcos tenían deiecho , .onrJirrlor. ¿;;"É; y pon t tfices,.t", qri, drn ;;;i";"eran lor lls.rr"? sacerdo_ tes protesionales

si no hom_Lres era sacerdore, fue uno d" ser elegido oaru el c,ole.gio,

pJüf.á,'ir¿J;;,

"il;ty-;;;; E; ,il;;fri'

jistinción;;

sara nosotros, puesto q,rl

el Senado, Ios auindeci;nri;;'r;i,;;;i; up.obudu po, or" los Libros Sibilinos q u"rí- deci

sus recomendaciones

camenre fueron lo, ,.rporrrubl;;'ilh ¡riiroducci¿n de m uchos cultos n uevor, .rp".irJniinü

gi

ü;r, tisora en muchos .uror, yu-qrZla novedad de ros mrsmos a menudo,di stya.ía

,fi"j.

nt

un a

política

yruríri*álo, senrimienros

É;;;;oü:;" et 400 a.C., un inüerno duro sin precedenres, ár;il; er cuar ras ca_ se bloquearor y.Jriu.r?dü;;p*o 'ereras a un ve_ rano de remor en tiemoos

d..rir,*

extremadamente caluroso. gra-á.rr¡¿ en uno de momenros d. l:: y uevó a ros romanos a ra desesper^rlón. r., sibilinos fue_ ron consulrados v re.orn."du;;" ;;."ñ.ir.".ru relación con los dioses 0á oax ¿"orud-iálá;:

l.:*'

troduciendo un riru,l

t;;;".;;;+"r"s iit-,

,m .ol;iá,,á".ñT,I;.,

resraurar in_

ra exposi_ ción de estatuas de los dioses recostados en sus lechos du_

religión, como

¿rU^'resultado, quedaba demostrada

"J"pirJ^ misma su eficacia religiosa'

exaco.

casisiempr.,.,.g.ri*. Históri_

h

áá.io"ria .on hlntegridad personal que ;"b;;;t y Á" a bienestar público. Si las medidas propuestas en sí

social

.No_c9il;#i;roceso

it

f.átpuaá;;; ofensivo pára los romanos como lo sería A";;;;t* hemos visto'

;;

las hojas ¿. ro, r-iÉ'rJrl,il;l.j, suertas y que **:.nyé tos qutndecimuiri sacarun una al azar yül;ran. Sin em_ bargo, ta autoridad d. r;, L;;;r'3iliil:l..ra ran grande que

y sus dioses

ganntrumre los banquetes (lectísternia)' El espectáculo aparromanos los de mentes las de r"bu.l El prestigio de los libros Sibilitutgo de ódo efperíodo clásico' E¡r e1

* J'r.ñil ózlCü;;:x.il; üoo#.;T en un incendio

*Tol: ,

rcnmm

l" *ir*u distinció"n entre signos solicitados

y no

solici

cuenta tados se extendía a los asuntos privados' Cicerón impaso ningún daba privada-se en la vida 1

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n*;;o*.

poftante-sm avq{guair l-r¡r-ngto la volgntad del cielo' En que lamayotia de los ciuaunque él mismo fuera precaución, esta dadános tuvieran viaje largo' por elemcualquier de Antes muv meticuloso. si había caído una espesa capa de rocío o "i"l.Ut.*"Ua "".t'tif,r¡i" caído, significaba que los dioses favorecerían En el ;;;;,.;ü.;;;;d;'7*,rr' r"gi"ro rápidov seguro'conserinstitución -ut¡-óttio (que siempre ha sjdo una los aushabitualmente inierpretaban se t"-bi¿tt t^J-rl da á¡t"*ando el uu"L d. los pájaros, como a encasar con "laát i"td., Catulo cuando dice que Julia se va a(61' 19-20' las aves>' Manlio Torcuato >' Los es-rñmr! se'arrastraban y comían las judías, mientas é1, sin h ."b er , reluríbaotra vez las manos y golpgaba q¡r ,JLoo gong. Á continuación, pronunciandg otra fórmula ancestrales, aleja-o¡'>), miraba a su "áoi En Roma había dos ceremonias de este tipo: eLArnburuium, cuando las víctimas iban en procesión alrededor de

ANTENNl-uDt.g*)

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Lm rommos v sus

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dioses

Ll3

cfu¡dad para purificarla, y las Ambarualia,la procesión cn torno a los campos. Hay muy pocos testimonios sobre d.Amburu¡urft, qrreposiblementehabía caído en el abanr&no a fines de la República, pero se puede reconstruii frxln comparación con un ritual similar en la ciudad de &übio. donde el procedimiento detallado se conserva en rilng inscrip6ión. Las Arnbarualia, sin embargo, sobreüüeFr¡n c son mencionadas por el geógrafo Estrabón, que escnbió en época de Augusto, pero es difícil creer que, exEpto en tiempos sumamente tempranos, pudieran haber Ifiñilado r:na procesión a]rededor de los límites de la ciu&d tres veces en un solo día; aunque su territorio sola.rrrnte se extendiera ocho kilómetros desde el Foro, el perúretro total hubiera sido de más de cincuenta kilómetros y e rm buey no se le puede convencer fácilmente de que cmine a más de tres kilómetros por hora. Estrabón cuen@r qne enlas Ambaraalialos sacerdotes ofrecían sacrificios cn &terminadas zonas de las afueras de la ciudad, y, sin &rda" esto había reemplazado a la originaria procesión d¡crJar. Pero aunque el Amburaium y las Arnbaraalia ya no tuuieranmucho significado patael romano medio, había un ¡rñnnl ¿ft¡, celebrado a intervalos irregulares, que destacahr notablemente en sus vidas: Ia lustrum conde, una cerenrrnia de purificación del pueblo de Roma que ponía fin r le elaboración del censo y a la revisión de la situación cmómica de los ciudadanos. El censo en un principio esmba destinado a hacer una lista de los ciudadanos aptos para el servicio militar y la purificación final era, por lo tmto, similar a las que normalmente se hacían en los ejércitm antes de las batallas y las campañas importantes. El ¡xrcblo se agrupaba en las afueras de la ciudad (habitualrrrnte en el Campo de Marte) y, a su alrededor, un buey, r¡n svsj¿ y un cerdo eran conducidos en solemne procesfofo tres veces antes de ser sacrificados a Marte. El censo, $É se debía elaborar cada cinco años, en realidad había

Robert M. Ogilvie

del 70 a.C. --como consecuencm caído en desuso ^pattir fue restaurado por Augusto' pero guerras ciüLslas de qrri"tt tl..t"tda en sus Res Gestae que,.a.lo largo de su reinado, elaboró el censo y llevó a cabo el lustrum tres veces: y en el 8 a.C' y en el 14 d.C. Referencias ocasiona-

"n "128 les en escritores contemporáneos nos muestran gue, a nes del Alto Imperio, una multitud enorme y curiosa aslstia ala Lustratio al concluir el censo. Del mismo modo que ocurría en mayo' la primera.par-

!i

,. ¿. iu"io se consiáeraba

desfavorable' Ovidio fingió .orrr,rlim a la esposa delflamen díalis sobte el matrimonio á;;; hii, t á¡. q".le hábia aconsejado esperar hasta desquizá todalasemana del ;ñü ú áá i""¡. Varios días, óo*o religiosi: no se hai Á ú de junió, se considerabu.t se evitaban y' viaies los privados, píb[.ot ni .i* ".g.áá. actividades las suspendían se posible, ;ü;?Ai; áe lo acontecipero el clara, está no eilo Áiliiut"t. La nzón á. .nri;o;ti"cipal de esos días era uno que había sido crucial en la vida de la Roma primitiva y que mantuvo un fuerte interés sentimental haita el final del Imperio'--Ei1*r"rrio simbólico de Rode Vesta era

eI conzón

JRó;;;iaba todos los aspectos esenciales de la vida doméstica de la familia romana' A1lí' en un pequeño temolo .ir.ulut del Foro, se encontraba el fuego sagrado que

!r^ *"".""dido cada ! demaruofrotando dos palos y que el resto del año' Allí estaba la alacena iát-".truf"t -Ar"rii 'igilaban ¿""d2 se guardaban no sólo los objetos sagrados lo, iiu.rro, rituales que se celebraban a lo ,iorrr;á.t "; fr.g. J.L año, como las cenizas paia las Parilia (p' 105)' siná también ciertos tesoros, como la estatua de Atenea *. t uUiu sido rescatada deTtoya,lo cual gataúizaba.la ;;;ñ;.tteridad de Roma, y-dos peq-ueñas estauillas

alos dioses penutes (dioses áelapenus pueblo romano' que eran venerados como ó'ulr.é"u) del Estado. En una ocasión en due del deidades prot"^.to.ut una nueva capital'en otro fundar en pensaron los romanos

;;;

;;dt"t.;tuban

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ANTENNAUDIo \:,

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-i:-iii dioses

115

hrynn l-rrio hiz6 qus Camilo argumentara elocuentemencrmru¡a el plan, apelando al fuego eterno de Vesta y a la ñmrf:1n .]ue. como garunfía del Imperio, se guarda en su

lre

rm'nrmr¡,l¡¡:

..;Debemos permitir que se abandonen y profa-

::n€6 r-estigios que son tan antiguos como la funda.:e na propia Roma?> (Livio, V,52.7). El culto a Ves'mürmr ''n símbolo del poder eterno de Roma. Sus tesoros rxx¡r fr$. ,r¡nmn ilcnarnente guardados: la alacena estaba cerrada el mm del ano y sólo a las vestales y alpontifex maximus se ]]rnF!Ín

n

TIus

:rujeres casadas, que caminaban descalzas y en pro-

rffic'n h¡sta el templo, llevando consigo sencillas ofrendas 6fu ¡rFrrnentos. Era un espectáculo tan impresionante, que

[ffi{-cro se detuvo a contemplarlo como un turista se detiemr t= la actualidad a observat a los penitentes que suben M mdillás la Santa Scala. En tiempos de Ovidio lasVesta:¡nbién se celebraban como fiesta de los panaderos, ',r¿¿q pn'm-+ue las vestales elaboraban a mano una torta de harina r swü especial (mola salsa) que se uuhzaba en diversos rinmuü= v que sin duda era un vestigio de tiempos primiti mm. sr.rando cadafanlta hacía su propio pan. Un fresco

Fompeya muestra el asno de un molinero adornado guimaldas y panecillos en honor de ese día. No sabemos qué ocurría durante el resto de la semana, pem el 15 de junio las vestales limpiaban la alacena y llewmb,rn toda la basura al río Tíber. Una vez purificado el rumn:ario, concluía el periodo desfavorable y la vida volvía rlrr normalidad. Por eso el día se marcaba en los calendamm con las letras Q St D E lo cual significaba que era un ,,ürr laborable normal >. Horacio no está aquí repitiendo ninguna .ons1gtt, oficial' Era una convicción ginetñzudayáuténtica' También aparece en Livio cuanáo, pot ejemplo, se queja del abandono.de los dioses que iéitu u tn ptopi" generación (III, 20'5), o cuando argutriviales ;;;;; q* iu oir"ñrut.ia de prácticas religiosas (VI, Es-la 41'8)' grande ;il q". ttuUiu hecho I \.T? de Camilo' historia la de t"..iá"-q"" se ha de apiendet.,ru, oi"ird obtuvo el'favor de los dioses tanto para,él

Lu, -ir*utideas

su país' También destaca en Virgilio .T" lÍ: Geórgicas, al menos, tanto como en la configuración del áa.i"t áe Eneas en la Eneid'a. Las ideas religiosas exDuestas en su poesía son muy complejas' El libro sexto' io, eiemplo. combina un amplio espectro de elementos irudi.ionul"t desde Homero, Píndaro y Platón junto con

;;;"'p"t,

la idea mítica del descenso al Hades, que encontramos

d;;tt"t

en fragmentos de la poesía griega.o parodiados enlas Ranas de Áristófanes, y fusiona todo ello con creencias y prácticas específicamente romanas' La visión resultanté Éubiera desioncertado alamayoriade los romanos' Sin embargo, el mensaje final es claro' El miunfo de Roma

triunfo de la religión. Err. ambiente.mo"cio.tal era el que Augusto estaba de."oro d" exolotar, no con cinismo como hubiera hecho bi."rón, quien afirmó contundentemente que iArte de amat I. s*{:' .:¡o desde un profundo sentidüde misión reli€:ioJ.;,¡-rs:o no pensaba que el pueblo romano fuüera que ruiu¡s -li:u¡io con el opio de la religión para que acepa¡a * ülln ¡r::".=¡ros. La evidencia indica más bien que é1 viloram{i ¡;r - ¿mbiente general pudiera ser aprovechado v di:n@a: :l.n el fin de dar a Roma un nuevo comienzo. Su ,emri: i {,-que medirlo por el hecho de que la religión romNfr[ie:L-Laf€11\1era como una{uerzamás o menos vi¡al duTüum rl:--cs cuatrocientos años y que los romanos recobrailüm fr* lll:oconfianza,lo cual nunca se podría haber conuegu,iui : :ediante un impuesro ,lumuri:lnente. Es mucho más importante esfudia¡ IctS !üimm=:es rnedios que Augusto uulizó para satisfacer e1 ,um,6lr: ieeo de compromiso religioso. f :rner objetivo-fue el de la siinple reconstrucción. llll .¿¡s :a';pi¡s palabras de Augusto hablan por sí mismas refiere a la reconsüucción durante su serto ruumrir. = t28 inmm-:-¿io a.C.),por encima de la autoridad dei Senatq ,rchenta y dos templos sin pasar po¡.alto ning'.ura m qw,*rrarón necesaria (Res Gestae, )CX, 4). Pero tambifo rruehümi:b que hizo a los hijos de los originarios protectorc ,dn r:s :=nplos o a sus descendientes, si sobrevirtían' resmr*ms;úlq de su mantenimiento y restauración (Dón. L l ' :: lDe esm forma la red deedificios religiosos de ffi¡,nrm¿ :ué completamente renovad a. Era patte del procemm :e *:econstruir Roma en mármob> y fue un merecido

,ilril*iriüffi

mmi.r-rc: e1 crmmr: ,*el

que pagó Livio cuando describió a Augu-.ro

tundador y el restaurador de todos los templcs,' " Como consecuencia de esta actividad se volr-ie-

¡'' :mTün ¡ ¡iupar [,,u

los principales sacerdocios y se consigrió

,l¡ nequinaria religiosa estuviera en buen esudc' de nrmr.:r:c¿iniento. También sucedió que uno de sus prini ru*

I

144

Robert M. Ogi-lr;

üumr mumrm,x

pales rivales, Lépido, ocupó el cargo depontifex maxímus" i

i

iiilfffieüru;

pero un escrupuloso respeto de las convenciones evitó que Augusto 1ó destituyera (Res Gestae, X, 2). Hasta l-e Áuerte áe Lépido en el 12 a.C. Augusto no fue ascendidc al puesto máximo delaielarqt;ía. Sin embargo, los edificios por sí mismos no resucitar una religión;iambién es necesario despertar interés por ei

t

I

.

dioses

l+i

, '. Apolo representaba todo lo que era nuevo v

r::ospero. ,l[itr;'r :!-]fridad que podía ser promocionada era lvfane. m¡e${de :mpos inmemoriales había sido en Roma una t[in""¡rrri" :ode¡osa como dios de la guera y como dios que Wmnmmry¿

la agdcukura.Era invocado en el himno de los -{¡r-ales, un altar suyo permaneció durante lar-

iln*nm¡rrnns

W IMmLrl en el Campo de Marte, campo que había tomawu :¡crbne. v un mes llevaba su nombre. Pero Augusmm' iumüsri.r ¿cenruar dos nuevos aspectos del dios. En pri-

dh

mum

J-gr¡ el de Marte como padre de Rómulo.

el

Umryrymrsr de Roma. Una inscripción erigida en el Foro .dililn'o'rmm¡reinado de Augusto comienza con la orgullosa ürymrffi:ryr:..Rómulo, hijo de Marte, fundó Roma> (1.L.5., wi4,l[ Fx bran sabido que antes de adoptar el título de Aui'¡hp aca¡iciado la idea de llamarse (II,5.79); para Horacio es el dios que permite a1 hombre disfrutar en paz de sus propiedades

-

.-us

ru@rm

culto. Lós viejos dioses eran demasiado familiares. Se necesitaba algo nuevo que llamara la atención de los hombres. Habrá sido peligroso (e impropio de Augusto) alentar alguno de los nuevos cultos orientales, como el de Isis o el Je Mitra, que ya iban ganando popularidad enre la mezclade individuos de diferentes etnias de la ciudad. En su lugar Augusto escoge para yn? devoción -especial a ciertoi diot.i tradicionales que habían quedado relativa-

-.-r. El priméro de ellos fue $polo'

,hleJ¡o: Nacido .n Afti."

hacia el año

I2t d'C' Filósofo

[¡egano.

ÉEio,

En el año 305 d.C. escribió un ataque contra el paganismo. Africano. ,hido.o' Escribió es el año 180 d.C' una interpretacih de los sueños. Natural de Éfeso' nmneo: Escribió una enciclopedia basada en las conver-

crciones de hombres sabios en varias cenas en común tn Roma. 200 d.C. aprox' d.C. Tomó el nombre de ,ü¡gusto: C. Octauius. el ^.C.-tq y el de Augusto en el27 a.C. año 43 en el óc"oi"tto Escribió una autobioromano. emperador Primer rC.

"t#ía

(Res Gestae).

Oifu-'M.

Porcius Cato, el Yteio' 234-149 a.C' Poktico'

Bcdbió un tratado de agricultuta.

[bb:

C.Valerius Catullus. S4-54 a.C. Poeta. Cicero. t06-43 a.C. Político. Escibió crrtas, discursos y tratados filosóficos. Wltrn'C¿ssioDít¡ Cocceianzs. Aprox' 1'63-230 d'C. Histo-

üs,ón: M. Tullius rirlor.

t57

_-

158

Robert M'

romanos y sus dioses

Ogih&

el Viejo: C. Plinius Secundus.2J-79 d.C. Escribió

Dionisio de Halicamaso: Aprox. 50-1 a'C' Historiador' gpi.,",á' i¡ -ú5 d.C. up.ot' Filósofo estoico' Natural de

r'ne enciclopedia. nio elJoven: C. Plinius Caecilius Secandus, sobrino del anterior. 61.-1t3 d.C. Político. Publicó una colección de

Frigia.

E.ouilo: 525/4-456 a.C, Dramaturgo griego' Estacio: P P apinius S tatiu s. 45 d.C.,aptox'-96 P oeta' l;;;,-Rtrt"s'Festus. Escribió una hiitoria de Roma en d 310 d.C. aprox. S"r¿. Fompeius Festus. Sobre el año 190 d'C' Escri-

f'.rto:

bió un diccionario. ftoaius Pbilostratus. 170-248 aprox' d'C' FilA

fú"rx"t

sofoybiógrafo

,

I

G.lio' á. Gílt¡"s. tD-163 aprox' d'C' Escribió una colec- | ción de conocimientos de la antigüedad Noctes Atticae)' I Homero: 750 a.C' aprox. Poeta épico' iiáo.io, Q. Horaiius'itnri"t. 6i'8 u'C, Poeta' Escibió Odas, Stítiras,

EPístolas.

J"";;l D.luniui luuenalis.50-127 tírico.

Livio: T Liuius.

i,r.*o'

&

^-

aprox' d'C' Poeta sa-

a.C.-I2 d.C. Historiador'

M. Annaeus Lucanus. )9-65 d'C' Escribió un

poema épico sobre las guerras g4"t: Lucretius Clrus. 94-55 a'C' aprox' Escribió Lricrecio: po"-, didáctico, De rerum naturt, sobre las teorías

t

-*

ffsicas de Epicuro.

Arnbrosius Theodosius' Vivió sobre á.C. Escribió un comentario literario de Virgilio'

-Wúrrltii. Ui*"bius

;410

Marcial: M. Valerius Martialis. 40-104 d'C' Poeta' Ñ6;;;, iorn"liu, Nepos. 99-24 a'C'aprox' etggt4t' ÑiniJo' P. Nisidius Fígulus. Contemporáneo de Cicerón' Escribió ob,ras sobre la antigüedad' Ovidio: P. Ouidius Naso. 4) a.C.-I7 d'C' Poeta' Persio: A. Persius Flaccus' )4-62 á'C' Poeta satírico'

P;;;;ti"'

T.

Novelista.

6

C.) Petronius Arbíter' Murió en el66 d'C'

pli"l", f. Moccius Plautus.25l' grafo.

aptox"180 a'C' Comedió-

I

j

I |

C. Mestrius Plutarcbus. 46-120 d.C. aprox. Nan¡¡al de Queronea, Grecia. Escribió biograffas y obras filosóficas. io:20J-120 a.C. aprox. Historiador griego' io: Sextus Propertius.50-10 a.C. aprox. Poeta. Pablo: murió en el66 d.C. Apóstol cristiano. Agustín: 354-430 d.C. Teólogo cristiano. &rstio: C. Sallustíus Crispus. S6-J4 a.C. Historiador. ,SÉneca: L. Annaeus Seneca. 5 a.C.-65 d.C. Poktico y filó sofo.

ío:M. SeruiusHonoratus. Hacia el año390 d.C. Escd-bió un comentario de Virgfio. Q. Aurelius Syrnmacbus.340-402 d.C' aprox. Pohico y orador. to C. Suetonius Tranquillus. 69-140 d.C. aprox-

B@rafo de emperadores.

fficito: P (o. C.) Cornelius Tacitus.

55-1'17 d.C. aprox.

flbtoriador.

Tftrencio: P. Terentius Afer. 195-159 a.C. Comediógrafo' Tblilo: Albius Tibullus. 4S a.C. aprox.-L9 a.C. Poeta. ffilerio Máximo: sobre el año 3L d.C. escribió una histo-

rb

anecdótica de Roma. M. Terentius Varro. LL6-27 a.C. Erudito' Veleyo Patérculo: 19 a.C. aptox.-35 d.C. Historiador ffi) Valente: Escribió un ratado de astronomía en el 150 d.C. @ilio: P. Vergilius Maro.70-I9 a.C. Poeta.

fun: k¡o

m

:

Inscriptiones Latinae Selectae. Tbe Rornan Inscriptions of Britain.

Bibliografía selectal

Sólo se dan obras escritas en inglés. Las obras clásicas de con'

mha sobre la religión romana están escritas en alemán: G. Wrssowa, Relzg ion und Kultus der Rómer, 2.'u eá.,Beck, Munich, 1912; K. Latte, Rórn. Religionsgeschichte, 1960.

Alrtma, F.,History of Rornan Religion, taducción de H. Matdogl¡ Methuen, 1938; Nueva York, Dutton, 1918. Contiene

abundante especulación sobre la primitiva historia de la religión romana, pero ofrece una buena descripción de la fusión de las culturas griega y romana. Bñ, H. J., Ancient Rornan Religion, Universidad de Hutchinson; Nueva York, Hillary House Publishers, 1948. La mejor

introducción general sobre el tema. C:, Pbases in tbe Religion of Ancient Rome, Oxf.otáUni-

hrtrry,

versity Press, W-+nos

t9)2. Ameno.

Fovrnn, YL, Tbe Roman Festiuah, Macmillan, 1899. El

como obras de caráder general e introductorio al de la religión romana, se pueden consultar las siguientes: J. Bayet, La religión rolnana: historia polít'ica y psicohgica, Madrid, l9M;J. M.^ Blázguez et alii, Historia de las religiones antiguas, Madrid, 1993; l.

fT En .artelluno,

"ñ,

S{heid,

fu

religión en Roma, Madrid,

161

1991.}

162

Robert M. Ogilvie

Índice onomástico

único trabajo en inglés sobre las fiestas del año romano. Anticuado en algunos aspectos. Fo>o,rn, \X/., Religious Expeiences of tbe Roman People, Macmillan, Lg22.tJnextenso y üejo libro lleno de ideas inte-

\l¡mn

resantes.

TAvton, 1,.R., Party Politics in the Age of Caesar, Sather Classical Lectures, Berkeley, University of Califomia Press, 1949. Buen trabajo sobre el uso y abuso de la religión con fines políticos. Nocr, A. D., Conaersion, O{otd, Clarendon Press; Nuerz York, Oxford University Press, 193J. R¿strea el conflicto enre religión y filosofía en el mundo antiguo y muestra cómo I¿ apali'crín del cristianismo estuvo acompañada del crecimiento de la intolerancia religiosa. S\l,m,, R, Rornan Reuolution, Oxford, Clarendon Press; Nueva York, Oxford University Press, 1939. EL mejor trabajo sobre el desarrollo literario, social e histórico al,find, de la Repúblicatomana2. CuMoNT, F., After-life in Roruan Paganism, New Haven, Yale University P ress, 1922.

E¡eas,127 , 147

(c) Dioses ,Aio Locutio,2l .Anna Perenna,

Flora,2I,69,105

lú,

F&cr¡Jo,22

Fortuna,6,79, 104,116

Ll6

,{polo, 15, 22, 42, 43, 47, 48, 51, 82, ll7 ,126, 144, r48

Ánemis, f 18 ,{¡enea, 151

fuco,44,52 kJona,54 BonaDea,122,12)

Hécate,65 Hércules, 46, 63, 67, 116,

Jano,22,95

Jnno, 21, 27,60,

t48

77,

indigetes, 127

U,

88, 94, 96, r07, 1,r9,

Lar, lares, 96,126,130 Lknentino,22 Magna Mater, IM,D8 manes,98 Mane, 2L, 26, 45, 54, 60, 63, 68,

69,

118,119

2 Existe taducción en castellano de D. Antonio Blanco Freijeiro,.[.a reuolución ronzanq Madrid, 1989. [N. delT.]

U,

122, t37 , r4r,1.48

Cronos, 121

üana, )9, 40, 44, 47,51,

&,94,120,I28,

Júpiter, 2i, 27, 28, 39, 54, 60, 69,

lM, ll2

DeaDi¿,24 Ci

ll7,

118, 128 Isis, 11, 144

Bngantia,2T Caráea,22

CÁstor, I52 Cx¡;es, 21, 22, 2J, 26, C.onsus,21, 119

Fortuna Primig enia, 27, 7 9 genio, 154

69, 100, 101, 102, r1], l2t,145, 146

Donisio, 151 Elithyia, 148

t6t

1.16,

Índice

9

Introducción Capítulo 1. Los dioses Capítulo 2.La

Capído

onción . :.... "

3. El sacrificio 4. La adivinacién 5. El año religioso 6. La religión privada

Capítulo Capítulo Capinrlo Capírulo 7. Los sacerdotes Capitulo 8. La religión en tiempos de Augusto Conclusión Lista de autores citados en el texto .."...'.""""""" Bibliografía selecta Índice onomástico

t69

t9 )7 57 71,

9t

r25

BJ

14t

r55 157 L6T

r63