Lex orandi - lex credendi, El lugar de la liturgia en los Padres.doc

Catecismo de la Iglesia Católica 1124 La fe de la Iglesia es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse

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Catecismo de la Iglesia Católica 1124 La fe de la Iglesia es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse a ella. Cuando la Iglesia celebra los sacramentos confiesa la fe recibida de los Apóstoles, de ahí el antiguo adagio: Lex orandi, lex credendi. "La ley de la oración es la ley de la fe". (o: legem credendi lex statuat supplicandi "La ley de la oración determine la ley de la fe", según Próspero de Aquitania, siglo V, ep. 217). La ley de la oración es la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. La Liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición santa y viva (cf. DV 8). 1125 Por eso ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad. Incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio, sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso al misterio de la liturgia. 1126 Por otra parte, puesto que los sacramentos expresan y desarrollan la comunión de la fe en la Iglesia, la lex orandi es uno de los criterios esenciales del diálogo que intenta restaurar la unidad de los cristianos (UR 2 y 15).

--La expresión litúrgica expresa la fe y por otro lado la legitimidad de la acción litúrgica viene de la fe recta. Existe una relación entre la liturgia y la reflexión teológica. La praxis precede la teoría; es así que la oración puede orientar una reflexión posterior. Por otro lado la predicación de la fe recta (la ortodoxia de la lex credendi) determina la liturgia. Ejemplo: la praxis del bautismo de niños (liturgia) → pecado original (reflex teol.). Los autores cristianos antiguos fueron de la ortodoxia a la praxis y viceversa Ireneo y Tertuliano parten de la regula fidei y hacen una presentación más desarrollada de la fe bautismal. Presentan la Tradición que está en la liturgia bautismal contra los gnósticos y los patripasianos. Ambos usan la liturgia para confesar sus proposiciones teológicas. Su reflexión teológica tiene como punto de partida la fe bautismal.1 Por ejemplo, Ireneo en la Demostración de la predicación apostólica o Epideixis se dirige al lector suponiendo que conoce la fe bautismal y que se convirtió de adulto y experimentó ese bautismo. En vista de esa experiencia advierte los errores contra los tres artículos de fe y enseña que - no deben distinguir el Padre del Creador, - no deben tener una interpretación errónea de la Encarnación, - no deben refutar el Espíritu de profecía.2 1

Es más, la síntesis de Ireneo depende de los tres artículos de la fe bautismal. Demostración de la predicación apostólica 100: “En lo referente a los tres artículos de nuestro bautismo (de nuestro sello), el error motivó muchas digresiones lejanas de la verdad. Porque o desprecian al Padre, o no acogen al Hijo hablando en contra de la economía de la encarnación o rechazan al Espíritu, es decir, desechan la profecía”. 2

Estos autores inventaron el método teológico de pasar de la lex orandi a la lex credendi y viceversa. . Ireneo (+ 200?) en Adversus Haereses 4, 17-8 defiende la bondad de la carne y de la creación cuando polemiza con los gnósticos. Para ello habla de las ofrendas de los sacrificios e interpreta en sentido cristiano el texto del profeta Malaquías que dice que desde la salida del sol hasta el ocaso se ofrece un sacrificio sin mancha. Recuerda la incoherencia que tienen los herejes que separan al Creador del Padre y que no aceptan la bondad de la creación, de la carne y de la unidad de la Historia de la salvación. En efecto, ellos que atribuyen los signos eucarísticos al creador muestran la disonancia que tienen con respecto a sus creencias y su modo de pensar. Por eso Ireneo les recuerda su incoherencia al atribuir al creador (demiurgo) esas creaturas que ofrecen al Padre Dios invisible. Ireneo supone además que la Eucaristía es alimento para la salvación escatológica, para la resurrección; y, por lo tanto, dice que ellos no pueden llamar a la Eucaristía ‘pan para no morir’, como decía Ignacio de Antioquía, si no creen en la resurrección. De este modo les presenta la coherencia del pensamiento católico diciendo que “nuestra manera de pensar concuerda con la eucaristía y la eucaristía concuerda con nuestra manera de pensar”. . Tertuliano (+ 220?) dejó escrito en torno al 205 el primer tratado sobre un sacramento, sobre el bautismo. Se trata del único tratado bautismal antes de Nicea (325). Presenta la religión del agua (de sacramento aquae nostrae). Cristo es el gran pez, nosotros somos sus pequeños peces y debemos vivir en este habitat del agua.3 O sea, vivir la espiritualidad bautismal. La obra fue escrita a causa de unos herejes que poniendo el acento en el momento espiritual rechazaban el uso ritual del agua como algo inútil, o quizás perjudicial. Explica entonces los ritos a la luz de la Sagrada Escritura y trata diversas cuestiones sobre el ministro del sacramento, el candidato, etc. Es un importante testimonio de la liturgia bautismal a fines del siglo II y de los primeros años del siglo III en Cartago. En los caps. 13-15 se pasa de la praxis (lex orandi) a la teoría (lex credendi). En 13, 3 habla de la imposición de una norma: “se ha impuesto la ley de bautizar y se ha prescrito su fórmula: Vayan -les dice-, enseñen a los paganos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Aquella precisa determinación: Quien no nazca de nuevo del agua y del Espíritu no entrará en el Reino de los cielos, añadida a esta ley, ha obligado a la fe a tener necesidad del bautismo. Por eso, desde entonces, todos los creyentes son bautizados; incluso Pablo, cuando creyó, fue bautizado”. En 15, 2 dice algo que nos interesa: “ergo nec baptismum unum, quia non idem. Quod cum rite non habent, sine dubio non habent, nec capit numerari quod non habetur. (no tienen un bautismo, porque no es el mismo. El cual, como no lo tienen en el modo debido, sin duda no lo tienen)”. [conviene prestar atención al lenguaje: fórmula, norma, ley, obligación]. En su obra De corona trata del soldado cristiano que rechaza la corona, o sea, el premio que se le daba al soldado y que comprendía la ceremonia de los ritos paganos. Tertuliano se refiere aquí a la tradición no escrita. Entre los ejemplos que coloca está la descripción de la liturgia bautismal donde se habla de la renuncia a Satanás y a sus pompas. La lex orandi debe llevar a la lex vivendi. 3

De Baptismo I 3: “nosotros -pececillos según el modelo de Jesucristo, nuestro pez (IXTHUS)- nacemos en el agua y de ningún otro modo nos salvamos sino permaneciendo en ella”.

En su obra maestra de teología trinitaria Adversus Praxean insiste sobre la regula fidei (13) y cuando habla de la distinción de las personas polemizando con los monarquianos o modalistas se refiere a la liturgia bautismal. Fuimos inmersos tres veces “in Patrem et Filium et Spiritum Sanctum, non in unum”. Y agrega: “en efecto, nosotros somos bautizados (sumergidos) no una sola vez, sino tres veces en el nombre de cada persona singular” (26). La liturgia eucarística en Tertuliano es menos reflexionada que el bautismo. Escribió De oratione donde describe la oración como sacrificio espiritual comprendiendo la celebración eucarística. En Ad uxorem 2,8 hay también alguna consecuencia litúrgica. En De spectaculis se pide una coherencia eucarística porque no se pueden alzar las manos y luego ir al teatro y aplaudir. La lex orandi y la lex credendi están en clave de lex vivendi o clave ascética. Esto último no es una prueba teológica sino una pedagogía litúrgica. En Adversus Marcionem el razonamiento bíblico se profundiza con la liturgia bautismal. Vale sobre todo para la estudio eclesiológico donde ve a la Iglesia como el corpus trinitatis. . Orígenes (+ 254) no podía dejar de lado la liturgia. Entre varios campos aplica la relación lex orandi lex credendi al tema trinitario. Estudia la cuestión de la plegaria a Cristo, la distinción de las personas divinas, la cuestión del Espíritu Santo en la liturgia bautismal. Trata también sobre la dirección u orientación de la plegaria. Existía en su época una plegaria oficial y otra privada, muy cristocéntrica. El desarrollo fuerte de la espiritualidad cristocéntrica obligó a Orígenes a ocuparse de la dirección de la oración. En efecto, el mártir imita a Cristo, invoca a Cristo; se instala entonces la cuestión de la plegaria oficial que no está dirigida a Cristo sino al Padre. Es así que Orígenes pone de relieve la oración oficial dirigida al Padre y las otras (a Cristo y a los santos) deben estar abiertas a la doxología trinitaria. Sobre el Espíritu Santo afirma que posee tal autoridad y dignidad que el bautismo no se puede hacer sin él. Para Orígenes la Biblia y la Liturgia son más importantes que la filosofía. Además no se puede celebrar la liturgia sin pensar. La praxis litúrgica le ayudó a interpretar textos bíblicos difíciles. Es famoso la Hom XIII sobre el Éxodo cuando compara los cuidados de la Eucaristía con los cuidados que se deben tener con la Palabra de Dios. Orígenes no es un hombre de escritorio, sino que vive en la comunidad y comparte su vida. . En Cipriano (+ 258) se nota la influencia de 1 Co 11, 23 (recibir y transmitir) cuando trata el tema de la norma litúrgica. En la carta 63 encontramos las expresiones: “dominica traditio servetur”, “quod pro nobis Dominus prior fecit”. En la moral hay que seguir a Jesucristo y también en los sacramentos: “hoc facimus quod fecit Dominus”. Cita Jn 15, 14-15 recordando que hay que hacer lo que manda el Señor. Lo aplica a la mezcla del agua con el vino en la celebración de la Eucaristía: “traditionis dominicae veritatem”. La verdad de la Liturgia para Cipriano consiste en su relación con Cristo. Este tema que plantea Cipriano merece nuestra atención porque la liturgia está basada sobre una traditio o en griego: paradosis (cf. 1Co 11, 23). La Liturgia como la Iglesia es un don, es algo donado. En ella se contienen los misterios que creemos y nos salvan. Esta concepción como algo dado pone de relieve en primer lugar que la liturgia es divina, la hace Dios. A la vez, además de entender la Liturgia y la Iglesia como un don, hay que comprender que también es una tarea, del mismo modo que la Iglesia también somos nosotros.

. Basilio se sirvió de la liturgia para propagar la fe en la divinidad del Espíritu Santo. Introdujo doxologías que claramente expresan la igualdad de las tres personas. En De Spiritu Sancto defiende su praxis litúrgica diciendo que tiene sustento en la tradición; para ello recurre al argumento patrístico. En la carta 105 dice que: “El Espíritu Santo, que tiene su existencia de Dios, que es la fuente de toda santidad, […] está unido al Padre y al Hijo en todas las cosas, en gloria y en eternidad, en poder y en realeza, en soberanía y divinidad, como lo atestigua la tradición del bautismo de salvación”. Por lo tanto uno no puede ser bautizado en el nombre de dos seres divinos y de una creatura. En Ep. 125, 3 recuerda que: “hay que ser bautizados como se nos enseñó y creer como somos bautizados y hay que glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como hemos recibido la fe”. “si uno es invocado en el bautismo entonces es Dios”. Por eso al Espíritu le rendimos honor, gloria, adoración. También hay textos eucológicos que tiene bien expresada la doctrina sobre la gracia y el mérito contra los pelagianos y semipelagianos. Agustín en Ep. 177, 4 dice ipsa igitur oratio clarissima est gratia testificatio (la misma oración es la más brillante prueba de la gracia). En la Ep 217, 2 dice a un semipelagiano que contradice las plegarias de la Iglesia.

Punto de vista principalmente teológico del interés de los Padres por la Liturgia Los PP no estudian la Liturgia desde el punto de vista histórico-genético, ni del rubricista, sino desde su valor teológico. Este punto de vista teológico no está separado del aspecto catequístico, ascético, parenético, moral y también místico. Los modernos (antes del movimiento litúrgico) estudiaban la liturgia desde el punto de vista casi exclusivamente histórico. Los escolásticos desde la teología, pero relacionándola poco con la catequesis, ascesis, parénesis, moral y mística. Otros desde la apologética, para probar con la Liturgia contra los que no creen o dudan tal o cual punto doctrinal enseñado por la Iglesia. El ángulo teológico desde el que se interesan por la liturgia es el contemplativo. Se dirigen a los fieles para explicarles ante todo el significado teológico de la liturgia que celebran como también su valor ascético y moral. Con esta finalidad se predicaron las catequesis mistagógicas, las homilías en las fiestas litúrgicas, se escribieron las cartas festales en Alejandría (carta de los patriarcas de Alejandría donde se anunciaba la fecha de la Pascua) y se aludió ocasionalmente en buena medida a la Liturgia en los diversos escritos dogmáticos. En otras palabras, los Padres tratan de contemplar la doctrina divina o la Palabra de Dios, su alcance, su comprensibilidad y su belleza en los ritos litúrgicos. La naturaleza propia de este tipo de teología tiene su punto de apoyo en el concepto de mysterium – sacramentum. Sin embargo, no hay que olvidar que también los Padres de la Iglesia han recurrido a la Liturgia como fuente de argumentación contra las negaciones o dudas respecto de verdades

doctrinales. Federer y Capelle, estudiosos de la liturgia durante la mitad del s. XX, han subrayado el puesto de ‘autoridad’ que la Liturgia tuvo para los Padres como prueba de la fe. La autoridad de la liturgia y su apostolicidad y universalidad fue una misma cosa en los Padres. El lector moderno tiene que superar el juicio negativo que le puede provocar la alegoría patrística como explicación arbitraria, sin fundamento y sin utilidad. Superado este escollo se puede llegar a reconocer el valor teológico indiscutible de la Liturgia y los Padres. Como imperfección de las explicaciones patrísticas podemos decir que con el concepto de mysterium y sacramentum sobresale el aspecto del signo, pero queda poco analizado y quedando también un poco indeterminado el aspecto de eficacia. En Santo Tomás se da el equilibrio entre los dos aspectos: signo y eficacia de los sacramenta; por lo tanto, fue también notable la integración de la liturgia en la síntesis teológica. En los escolásticos posteriores se quebró el equilibrio dando lugar al olvido del signo, quedando entonces la Liturgia fuera de la síntesis teológica. Una más justa revalorización del aspecto signo según la teología patrística, integrando los logros posteriores de la teología, de la exégesis y de la historia, puede llevar a una mayor unidad entre liturgia y síntesis teológica. I) LITURGIA Y LITERATURA PATRÍSTICA (M. Pellegrino, Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana 1280-1282) A) Los Padres testigos privilegiados de la Liturgia a.1 Textos que tratan explícitamente textos litúrgicos: Didaché, I Apol de Justino, Tertuliano: De oratione, De Baptismo, De Paenit, Cipriano: De orat dominica, carta 63; Trad Apost de Hipólito, Didascalia, Constituciones Apostolicae, Catequesis de Cirilo de Jerusalén, de Teodoro de Mopsuestia, de Juan Crisóstomo, Cartas Festales (Atanasio, Cirilo), Eucologio de Serapión de Thmuis, Ambrosio: De Mysteriis, De Sacramentis, instrucciones a los neófitos de Gaudencio de Brescia, de Zenón de Verona, de Agustín. a2. Hay también informaciones importantes sobre textos y costumbres litúrgicas que se leen ocasionalmente en los textos patrísticos. Ejs: cuidado de los fragmentos eucarísticos (Tertuliano, Orígenes); el sursum corda al inicio de la anáfora atestiguado por Agustín; Ireneo: liturgias gnósticas-liturgia cristiana; Peregrinatio Egeriae B) Liturgia como norma de vida (ratio vivendi) . reconciliación y perdón al comentar el Padre Nuestro . imitar lo que se recibe (Euc). Agustín: en las fiestas de los mártires . exhortación a la purificación para participar de la Eucaristía . Catequesis mistagógica: explicación a los neófitos vinculando rito y vida . Eucaristía y martirio: Ignacio de Antioquia

C) Liturgia como norma de fe lex orandi – lex credendi Próspero de Aquitania: Legem credendi statuat lex supplicandi CEC 1124 Contexto: semipelagianismo. Initium fidei →oración Agustín, maestro de Próspero, se había servido del mismo principio en la polémica donatista También: argumento litúrgico para la canonicidad de los libros de la Biblia Fórmula Bautismal: lex orandi-lex credendi. Fuente principal para el desarrollo teológico trinitario. Basilio: De Spiritu Sancto: las doxologías. Argumentación litúrgica. Argumentación patrística D) Características de la piedad litúrgica de los PP d1) inspiración bíblica . acontecimientos e imágenes bíblicas. Las SSEE alimento de la Liturgia . unidad del AT y NT (contra los marcionistas, gnósticos y maniqueos). Tipologías . centralidad de Cristo . Iglesia, depositaria e intérprete de la Palabra de Dios . liturgia y exégesis: más que de áreas geográficas, la liturgia depende de tradiciones exegéticas. Ejs: Pascua quatordecimana (pathein - paschein) Pascua alejandrina (transitus) d2) Piedad objetiva Sin dejar de lado el fervor y la intimidad con Cristo los textos litúrgicos patrísticos no hacen muchas concesiones a los sentimientos como se hará en la Edad Media (Kempis, etc.) y posteriormente (Alfonso María de Liborio, etc). La piedad se fundamenta en el misterio revelado. Ejs: Homilías de Navidad de Gregorio de Nacianzo y León Magno. Dios reveló un misterio para ser creído, adorado llevado a la vida (CEC 1692). León Magno: CEC 1691 “no hubiera llevado sobre sí nuestros pecados si el consustancial al Padre no se hubiera dignado ser consustancial a una madre” (León Magno) Del nacimiento de Cristo deriva nuestro nacimiento espiritual (León Magno) El “hoy” en la celebración litúrgica (León Magno)4. Odo Casel. Resulta interesante recordar que este importante estudioso perteneciente al movimiento litúrgico previo al Vat II se inició investigando textos de León Magno. Presencia de este Padre en el tiempo los tiempos litúrgicos fuertes del Oficio de Lecturas. Su influencia en nuestros actuales textos eucológicos. d3) Sentido comunitario La Iglesia cuerpo de Cristo. Textos de Ignacio de Antioquia: reunidos en un solo altar, en torno al obispo, … Oración comunitaria: textos de Cipriano, De orat dom sobre el Padre Nuestro Preparación y celebración comunitaria del Bautismo (ayunos previos, cuaresma, etc) y la Penitencia. 4

PINEL J., “L’hodie festivo negli antifonari latini”, Rivista liturgica 61 (1974) 579-592.

d4) Sentido vivo del misterio, de lo sagrado El sentido del misterio inspira una actitud humilde y adorante en la liturgia. Alabanza y acciones de gracias Hay mucho escrito en los últimos años sobre los términos bíblico-patrístico sacramentum y mysterium.

II) LITURGIA Y TRADICIÓN (Triacca, Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana 1282-1284) Tradición litúrgica: Transmisión del depositum fidei en la vida de la Iglesia de una determinada época, vivificado y celebrado en las acciones litúrgicas. BINOMIO: vitalidad e inmutabilidad A la liturgia conviene una sustancial inmutabilidad por ser parte principal de la Tradición cristiana. “nihil innovetur, quod traditum est tenete” (Esteban I en la polémica con Cipriano acerca del bautismo de los herejes). La tradición litúrgica no elige al azar ritos y palabras. Parádosis y diadoché. Sin embargo no se puede prescindir de elementos mudables Improvisación eucológica: ss. I-III/IV creatividad, espontaneidad y libertad (ej: Justino, I Apología 67: “el que preside, según su capacidad, hace subir a Dios sus oraciones y acciones de gracias y todo el pueblo aclama ‘Amén’”). Gradualmente se van formando fórmulas fijas. ss. III/IV-VI/VII producciones eucológicas Influjo de las grandes sedes (Jerusalén, Antioquia, Alejandría, Constantinopla, Roma, Aquileia, Milán, Ravena, Toledo, Sevilla, Lyon) y de los grandes Padres (Basilio y Juan Crisóstomo: liturgias bizantinas, Ambrosio: liturgia ambrosiana, León, Gelasio y Gregorio: liturgia romana, Cromacio: liturgia de Aquileia). De la improvisación eucológica no sabemos más que de su existencia Fórmulas fijas: Las primeras son los símbolos de fe (índole litúrgico-bautismal) Doxologías (de inspiración bíblica: PP Apostólicos, Pasiones de mártires) Himnos El primer documento de carácter jurídico cultual es la Traditio Apostolica de Hipólito Nº 9: El obispo dé gracias en conformidad con lo que arriba hemos dicho. Pero no es necesario que profiera las mismas palabras que hemos trascripto como si tuviera que

recordarlas de memoria cuando da gracias a Dios. Cada cual rece según su capacidad. Si uno es capaz de rezar por un tiempo y con decoro esta bien … Si otro cuando reza dice una oración breve no sea impedido, con tal que la oración sea correcta y conforme a la ortodoxia. La ortodoxia fue el factor determinante para acabar con la improvisación. Se suelen citar como ejemplos de normas canónicas para poner fin a la improvisación eucológica las disposiciones del Concilio de Hipona del 393, que retoma luego el Concilio de Cartago del 397. Agustín se queja de improvisaciones en De Bapt contra partem Donat 6,25.47 Las tradiciones litúrgicas que se fueron configurando en las grandes sedes de la antigüedad

Liturgias orientales 1. Familia antioquena 1.1 siro orientales . rito nestoriano (anáforas de Addai y Mari, Teodoro de Mopsuestia y Nestorio) . rito caldeo . rito malabar 1.2 siro occidentales . rito antioqueno . rito maronita . rito armenio . rito bizantino (Constantinopla)

2. Familia alejandrina 2.1 copto 2.2 etiópico

Liturgias occidentales Rito romano Rito africano (Testimonios de Tertuliano, Cipriano, Agustín; con las invasiones de los vándalos y árabes no logró gestarse plenamente ni organizarse bien).

Rito ambrosiano Rito hispano visigótico (mozárabe) Rito galicano Otros ritos itálicos (Campania, Aquileia) Rito celta (Irlanda, Gran Bretaña)