LECCIONES DE RELIGIÓN PARA UN MUNDO ESCÉPTICO

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LECCIONES DE RELIGIÓN PARA UN MUNDO ESCÉPTICO

Rodney Collin

INTRODUCCION La HONRADEZ, la sinceridad y la verdad son el jabón, el agua y la toalla del alma. Este es el mensaje de Cristo que lava los pies de los apóstoles.

Cristo y su amor son grandes, tan grandes como la esfera entera. Es el mensaje de María Magdalena, al lavar los pies de Cristo. Lo que va a leer es una explicación de esto en muchas palabras. Todas van dirigidas al corazón: no las lean con el intelecto. Hay demasiadas palabras para una verdad simple. ¿Por qué hay tantas? Porque fueron molidas con una gran piedra de molino. Pero el agua que movió la piedra del molino es muy clara y cayó con mucha fuerza. Queremos decirles que no creemos que el amor de Dios sea tan pequeño que sólo puede ser dado a aquellos que tienen una fe determinada. Les decimos que Cristo y Su amor están en todas las religiones. No es importante la religión que usted abrace. Es importante ser religiosos y practicar una auténtica religión. No basta con decir: "Yo soy religioso". No es suficiente con considerarse religioso. Usted debe serlo. Y para serlo, usted debe hacerlo, practicarlo. La vanidad hace que digamos: "Yo soy religioso, pero yo no practico cualquier religión generalmente reconocida". Entonces nos sentimos diferentes del resto, de la gente común, de las multitudes incultas que abrazan religiones reconocidas. Nos creemos cultos y superiores. Creemos que la cultura nos distingue de la religión definida y reconocida. Otro truco de la vanidad es la que nos hace decir: "Mi religión es la única real." Todas las religiones conocidas como tal, son verdaderas, y sólo la vanidad y la ignorancia están entre nosotros y la religión que hemos profesado. ¿Hay excepciones a esta regla? Indudablemente hay, pero tan pocas que todavía no hemos encontrado una sola. Lo qué va a leer enseña que todos los dogmas religiosos son verdaderos. Esta es la contrario de lo que fue enseñado por el filósofo de Magdeburgo1. Incluso los dogmas que contienen afirmaciones aparentemente contradictorias, las religiones que aparentemente son irreconciliables, contienen la verdad. ¿Esto le sorprende? ¿Se pregunta cómo puede ser posible? Lea sin prejuicios y encontrará la respuesta. ¿Ve usted? Un dogma que parece trivial, o incluso falso e inútil, tiene un profundo significado que usted no sospechaba. Y otro, aparentemente contradictorio con el primero, también tiene un no menos profundo y verdadero significado. Usted estaba ciego y pensaba que podía ver. Pero seguirá estando ciego hasta que ponga en práctica su religión. Y debe practicar su religión, la que de vez en cuando considera la suya, y así llegara un momento en que sea suya de verdad. Con honestidad, sinceridad y veracidad, con jabón, agua y toalla. Será inútil solamente decir: "Cierto, lo que considere trivial y falso es verdadero e importante." Si sólo se limita a decir esto, no llegara a la verdad. Para llegar a ella, debe vivir, practicar y hacerla carne. Sólo cuando la verdad se hace carne, huesos y cruz, es realmente verdad. "Tome su cruz y sígueme". Esta es el llamado de Aquel que es el camino, la verdad y la vida. 1Emanuel Kant

Preguntara si la verdad de Cristo también puede estar en el Islam, en el budismo y en el brahmanismo. Respondemos que la verdad del amor de Cristo está presente en todas partes. Se nos ha dicho: "Dile a todos que el amor de Dios esta en todo". Ahora se lo decimos a usted. Hemos aprendido que el amor es la armonía. En primer lugar encontradlo dentro de vosotros mismos por el camino de la veracidad, la honestidad y la sinceridad. Después, anúncieselo a los demás. Lo que sigue son palabras, pero son tan duras y sinceras como varas. Con ellas queremos romper los frascos en lo que se han embotellado y han acumulado sus creencias. Si usted es celoso de su aprendizaje prepárese para protegerse. Pero ¿no siente un deseo interior de que sean destruidas? Para nacer hay que morir. ¿No le aburren con un aprendizaje de un conocimiento ocioso e improductivo? ¿Con un enseñanza que no exige nada de usted? Que solo le dice: “Escuche y disfrute. Eres inteligente porque usted sabe.” Las varas de nuestras palabras son estupendas para romper sus frascos. Experiméntelas y disfrute de la experiencia de haberlos roto. Y usted descubrirá una verdad que no sabía antes. Una verdad celosa y exigente que requerirá esfuerzos e imponerse responsabilidades. Descubrirá la fuente de la moralidad. Sabrá porqué exigimos de usted una cruz: para ser equilibrado, y estable. Para proyectar la armonía. Estas palabras sacudirán al que es timorato. Usted debe saber que el dogma que dice que solo una religión es verdadera es cierto. Cálmense: es muy cierto. Pero ¿sabe en que sentido? Sea humilde, sométase, inclínese bajo el yugo de la practica religiosa y aprenda con la ayuda de nuestro señor. Lima — Perú, 1956.

I CREO EN DIOS EL PADRE

¿Usted cree? No es necesario. Si usted tiene voluntad no hay ninguna necesidad de creer en dios el padre. ¿Pero usted sabe lo que es? ¿Usted la posee realmente? Porque si supieran que es y la poseyeran plenamente, ustedes sentirían constantemente los impulsos de su padre divino. Y él que los siente no tiene ninguna necesidad de creer. Nosotros decimos que no creemos en dios excepto en nuestros momentos de ceguera. Cuando estamos despiertos y en vigilia lo encontramos, lo sentimos, lo amamos y lo vemos. Y cuando sentimos Su orientación lo reconocemos como nuestro padre. Niegan, o no creen en dios, quien nunca ha tenido voluntad. Creen en él quienes han sentido su presencia en un acto de la voluntad en el pasado. Aquellos que toman la declaración “Yo creo en Dios el padre” como una mera afirmación literaria son estúpidos. Muchos eruditos ignoran el significado de “Yo creo en Dios el padre” y consideran que no son responsables por ello. Le decimos: Usted es responsable por todo lo que no entiende en su religión. Si usted no entiende el significado de creer en dios el padre es solamente porque usted no tiene ninguna voluntad y suya es la responsabilidad de adquirirla. ¿Usted opina que todos ya tenemos voluntad o que nadie la posee? Permítanos sacudirle esa falsa opinión. Nadie tiene voluntad a menos que se la haga para si mismo, y cuando él lo ha hecho, reconoce que lo ha logrado con la ayuda de Dios y sin él no podría poseerla. Éste es el primer encuentro con dios. Reconocemos la lucha entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Vislumbramos la luz del espíritu, y sentimos el deseo vivo del cuerpo. Creamos la voluntad como el puede que les una e introducimos equilibrio y estabilidad. Entonces descubrimos, por la voluntad y no por el intelecto, que Dios nos está guiando de la mano y que nuestra parte consiste sólo en permitirle llevarnos con honor y dignidad. Así es cómo reconocemos a dios nuestro padre. Pero para acercarse al creador divino es necesario responder al deseo vivo, y tener voluntad.

II

OMNIPOTENTE

Retornar a la fuente intuitiva del conocimiento es indispensable. La Religión se esta ahogando en un mar de dialéctica. Para la mayor parte de los hombres que se consideran cultos desapareció hace mucho tiempo. Su salvación reside sólo en un retorno a la firmeza de una intelección esencial, contemplativa de la razón, en el amor, y en la acción honesta y sincera. Cuando por razonamiento discursivo, reducimos el mobiliario en el que descansamos a las partículas separadas por el espacio vacio, su realidad y eficacia desaparecen; del mismo modo Dios y el espíritu desaparecen —precisamente porque son reales y efectivos— cuando les tratamos de asir en la red del conceptualismo inductivo. La Realidad no puede ser demostrada por medio del razonamiento discursivo. Precisamente lo puramente ideal, en el sentido de lo abstracto desconectado con la realidad -es decir, lo irreal, lo que carece de eficacia- es todo lo que puede demostrarse a través de los conocimientos derivados de la inferencia y la conclusión. Por esta razón, es posible demostrar el teorema de Pitágoras, porque los ángulos y los triángulos ideales del teorema son puras abstracciones de la mente y no tienen existencia o realidad para nosotros. Una paradoja de la demostración de la irrealidad de una entidad es precisamente su calidad de demostrable. Al tratar de demostrar la realidad de Dios lo estamos reduciendo a una posibilidad intelectual simple, es decir, a la inexistencia. Y si además de esto uno se trata de demostrar su propia existencia, es como si el hombre se estuviera tratando de reducir a una doble noexistencia. Es bueno recordar que Dios no existe en el sentido de un objeto exterior que se establece o se mantiene hacia el exterior. Dios es el ser que está dentro del interior, y "ser", se refiere a ser "uno, eterno e indivisible". Los asesinos de Dios han sido defensores de sus farsas. Permítasenos levantarnos en contra de las farsas del orgullo intelectual. Realidad y eficacia son los grados del esfuerzo, de la actividad y no del entendimiento o la comprensión2. La presencia de un muro no está demostrada por la mente, sino por la calamidad que le puede sobrevenir a quien intente sobrepasarlo para probar la negación de su existencia. El escultor sabe de la presencia de su mármol gracias a la ayuda que le da y la resistencia que ofrece a su deseo de hacer realidad la idea de la estatua. El hombre sabe de la presencia de su Divino Creador gracias a la ayuda que él le otorga cuando busca el bien, y debido a la resistencia con la que se le opone cuando se desplaza en busca del mal. ¿Y sabes cómo sabemos que Dios es todopoderoso? Simplemente reconociendo, que alguna vez hemos adquirido el control de la voluntad, y que nunca hemos sido abandonados por Él, ni siquiera en esos momentos cuando nos asemejábamos más a mineral de piedra. La prueba efectiva –no dialéctica– es que podíamos encontrar la manera de volver atrás. Incluso cuando estamos dormidos e inertes somos guiados por Dios. Solamente así éramos capaces de despertar el anhelo, recolectar nuestra fuerza, y crear voluntad. Y no nos queda más opción que ser honestos o deshonestos, hipócritas o sinceros, verdaderos o falsos. ***

Todo esta predeterminado. ¿Incluso nuestros pasos? Sí3. Sólo la dirección de la luz de nuestra conciencia no está predeterminada. 2Max Scheller.

Con nuestra consciencia podemos mirar hacia arriba o hacia abajo. Porque Dios es Todopoderoso. Y el bien y el mal dependen sólo de la dirección en la que nuestra conciencia se centra. Si actuamos con malas intenciones estamos actuando con vista al mal, y seria deshonesto; si actuamos con buenas intenciones nosotros estaremos actuando en virtud del bien y seria honesto. Somos sinceros cuando expresamos nuestras intenciones abiertamente; insinceros cuando las encubrimos. Somos verdaderos cuando decimos solo lo que sabemos; falsos cuando hablamos lo que no sabemos. ¿Usted realmente comprende lo que esto significa? ¿Sabe usted, por ejemplo, que se puede mentir por el silencio? ¿Sabía usted que solo, en el desierto, usted es capaz de mentir? ¿Sabes lo que significa tener los pasos predeterminados y no obstante, tener la posibilidad de elegir entre el bien y el mal? ***

¿Quién nos lo dirá? ¿Dónde lo encontramos? ¿Cómo lo vemos? ¡Ho Dios, dadnos a quien pueda decírnoslo! Nuestra mente es débil y lo hemos olvidado. ¡Reprendednos con Tu justicia! ***

Es bueno perseguir lo que es real. Es malo perseguir lo que es falso, no existe, está vacío y está muerto. Deja que los muertos entierren a sus muertos. Esta es la regla de la vida. Regla severa; la regla del madero en la cruz; regla para aquellos que deben ser la sal de la tierra. La regla para los predicadores de la armonía. ¿Y para los otros? Amor y comprensión. Gracias, Todopoderoso. ***

Nos rodeamos por falsedad; vivimos entre cadáveres. En nuestra búsqueda por la verdad, tropezamos con mentiras. Es bueno tropezar con mentiras en la búsqueda por la verdad, Es malo encontrar la verdad y no sentirla porque estamos buscando la mentira, Es malo para los sabios perseguir la justicia, por que la justicia es una idea muerta. Pero si la persiguen los ignorantes, creyendo en ella, pueden encontrar bondad en su camino. Y al mismo tiempo es inútil predicar la distinción entre los vivos y los muertos a los que están en agonía. Es inútil, cruel y mucho más. Es útil enseñar el amor, porque con amor, aun buscando falsedad, la verdad se puede encontrar. ¿Entiendes ahora cómo es que somos libres a pesar de nuestras cadenas? Sólo los muertos y los falsos están atrapados por las cadenas. Nada puede evitar una muerte tras la otra. 3Excepto cuando el “milagro” descrito más adelante ocurre.

Nadie puede evitar que una hoja caiga de un árbol cuando esta seca, y otra hoja florezca a su debido tiempo, El hombre ciego a quien le dimos algunas monedas estaba destinado para recibirlas, y nosotros estábamos destinados para darlas. Pero la luz de la bondad que se encendió en el alma del hombre ciego al recibir el amor con el que las dimos no está escrita en ningún libro del destino. Nuestra voluntad es totalmente libre para otorgar esta luz de acuerdo a su propia elección. ***

Ahora vamos a decirle lo que más hemos aprendido sobre el misterio de la moral de la esfinge. Todos nuestros pasos están predeterminados, excepto cuando al amor se le permite hacer milagros. ***

Normalmente todos los días son lo mismo que el anterior. Hoy hacemos lo mismo que hicimos ayer, con muy pocas variaciones. Por lo menos la calidad moral de nuestras acciones de hoy es la misma que la de ayer. Lo que hacemos hoy es determinado por lo que hicimos ayer. Muchas cosas ya están predeterminadas por lo que hicimos hace algunos años. Ayer Perjudicamos sin notarlo; hoy perjudicamos otra vez sin notarlo. Ayer escatimamos algunas monedas a un mendigo, hoy las escatimamos para otra persona. Ya a partir de hoy se determina que el próximo año vamos a continuar haciendo lo mismo. El tema fundamental de la sinfonía de nuestra conducta es siempre la misma, día tras día. Mientras que el milagro no ocurre. No ocurren muchos; ellos no son abundantes en nosotros, pero ocurren. Los Milagros en una menor escala transforman en mayor o menor grado el tema fundamental de la conducta de cada hombre, en ciertas etapas de su vida -por ejemplo, en los períodos de transición entre niñez y pubertad, entre pubertad y juventud, entre esta última y madurez, y entre madurez y ancianidad. No somos conscientes de ellos, a veces porque estas transformaciones son muy leves, o más o menos graduales, o porque le suceden a todos los hombres. Pero eventualmente grandes milagros también pueden ocurrirnos que alteren fundamentalmente la esencia moral de nuestro comportamiento. Éstos son los milagros del amor. No suceden todos los días. No está en nuestro poder alterar el curso del destino a cada paso. Si alguien es egoísta y todos sus actos llevan el sello del egoísmo no podemos esperar que dos o tres veces por mes él actué con verdadera generosidad y desinterés, en contraste manifiesto con la naturaleza fundamental de sus otras acciones. Pero si el mismo hombre está despierto, mientras que su conciencia esta alerta, y recibe un regalo de amor, este regalo puede realizar el milagro de cambiar decisivamente el curso futuro de todos sus actos. Si lo recibimos con buena voluntad, puede llegar a purificar nuestros corazones de todas sus impurezas y convertirnos en otros manantiales de armonía. El alarde infantil de que somos libres de hacer o no hacer, lo que queramos, no es cierto. Los que afirman esto no conocen la omnipotencia de Dios. El Poder sobre el destino no pertenece al hombre, sino a Dios. Nuestra conducta sigue siempre el mismo canal. Nos movemos siempre a lo largo de la circunferencia de un círculo, y no podemos divergir de él. Somos esclavos atados a la rueda del destino. En esto los musulmanes tienen razón. Pero de vez en cuando, en ciertos momentos de la vida –limitados, pero de gran valor- Dios nos ofrece la oportunidad de

cambiar la posición del eje de la rueda. No podemos salir de la rueda, pero a veces somos capaces de transformarla y hacer que sea diferente. Nosotros no somos dioses, y no podemos cambiar nuestro destino en cada paso, pero si que estén dispuestos de manera que dos o tres veces en nuestras vidas tengamos la posibilidad de cambiar su curso fundamentalmente. Es suficiente con que estemos en vigilia y despiertos para que el amor fortalezca nuestra voluntad. “Pedid que se os dará. Llamad que se os abrirá” La omnipotencia de dios es infinita para todos los la que pidan con todo su corazón. ***

"El Beso del Amor" es el título de la historia que nos habla de la creación de nuestra voluntad. Todo fue diferente después de ese beso. Aquello que anteriormente nos forzaba empezó a dejarnos de lado, dejándonos en una asombrosa inmovilidad. Solo el beso esta ardiendo en nuestras manos. Las pequeñas luces que anteriormente nos deslumbraran continuaron brillando, pero nosotros ya parecíamos no verlas. La calidez del beso nos quemó. Y desde entonces vivimos sólo por su virtud. Antes, nuestros brazos eran las velas de un molino de viento y no tenían ansias de volar. Nuestras piernas eran los miembros que sólo se sacudían al compas de un metrónomo. Nuestros sentidos estaban en contienda constante, porque sus deseos eran beligerantes. Hoy solamente sentimos el aliento, la música y la llamada de ese beso. Y nuestra vida incluye sólo dos: la oscuridad de lo que estaba antes de y el esplendor que está en busca de. Y nuestra vida sólo incluye dos estados: la oscuridad de lo que era antes de ese beso y el esplendor después de él. Con frecuencia nos dormimos y parecemos perder la sensación de lo que nos sustenta. Entonces estamos en dificultades. De nuevo vemos la antigua brillantez. Una vez más escuchamos el viejo "tic-tac" Una vez más se percibe el conflicto de los anhelos de nuestros sentidos. Pero todo lo que anteriormente daba la falsa calidez del movimiento febril, en la actualidad sólo produce la frialdad de la angustia y la impotencia. Cuando no sentimos el beso, todo lo que anteriormente era placentero nos llena con desanimo. ***

Tal es la virtud del beso del amor que una vez recibimos en nuestras manos. Desde ese momento, también sabemos cómo besar. Y hemos aprendido que el amor transforma a todos los que están despiertos. Y todos los que alguna vez han sentido el beso del amor tienen el deber de darlo a aquellos que todavía no lo han recibido. ***

No teníamos voluntad. Nuestra alma estaba en agonía. Entonces se nos dijo simplemente: “Si, tu tienes voluntad.” Y nos besaron con el beso del amor en nuestras manos. Desde entonces tenemos voluntad. Y nuestra alma es vigorosa. ***

Ahora, ¿sabe usted cómo se crea la voluntad que nos lleva a Dios?

III

CREADOR

Quien puede rezar a dios el creador clama esto con todo su ser: “Oh padre mío, todo lo que esta en mí, es tu creación; yo te ofrezco todos mis actos. ¿Pero como puede una creatura atreverse a ofrecerle algo a su propio creador quien es el Señor de todo lo creado? Reprendedme, oh Señor, no sea que este blasfemando”. Quien reza de este modo, con todo el torrente de su sangre, no habla de la creación, sino de la emanación: “Oh Padre mío, mi vista humana es débil, y se deleita en el centelleo de tus rayos, pero es incapaz de contemplar tu verdadera luz. Señor, envías delante tu luz y creas el centelleo. Ciega mi vista mortal que considera solamente el centelleo, porque yo anhelo contemplar la luz”. El creacionista se embriaga con el acto de ofrecer a dios todo lo de mayor valor. El emanacionista se embriaga con la contemplación; él renuncia a todo a cambio de la posibilidad de contemplar a dios. Estas son dos diferentes experiencias religiosas, que dan lugar a diferentes doctrinas. El creacionista sostiene que toda la creación es la obra de Dios. El emanantista sostiene que la creación que conocemos es sólo una burda y grotesca parodia que germina en nuestra propia mente, y que nada es importante en esa creación porque cuando lo creado es comparado con la idea divina de la que toda cosa procede, sólo la idea de Dios tiene importancia. El ignorante supone que la doctrina de la creación es incompatible con aquella de la emanación, pero ahora veremos que esto no es así. Cada una es un aspecto de la completa verdad. Pero para encontrarla, es necesario que la doctrina sea formulada no solo con la cabeza, sino también con el corazón e las entrañas. Cuando sólo se trabaja con la mente, la verdad se pierde y sólo se llega falsas especulaciones, que están vacías, no existen, son inertes, no tienen nada, son imaginarias. Quienes filosofan solamente tropiezan con la mente en la nada. Cada voz emite un eco que se enfría y cristaliza. Son los ecos de las mentes separadas que hablan sin el apoyo del cuerpo entero. ***

Una voz dice: “Todo es creado por Dios. El mundo es un gran teatro. A quien escuchan es sólo un actor, y al lado de él se mueven muchos otros actores. Dios creó el escenario, la decoración y los vestuarios, y aún los actores y el drama son su obra”. Esa voz guarda silencio y se escucha otra: “Nada es creado, pero los actores y el teatro existe. Todo lo demás, el paisaje, la decoración y el vestuario, son invenciones ilusorias de los actores. Los hombres y su destino son emanaciones de la mente divina. Pero nada ha sido creado, y si las ilusiones aparecen como la creación esto es sólo en la medida en que nos recreamos con ella”. Cesan las dos voces, y su eco se escucha en la cabeza de un cadáver: “No hay creación; no hay manifestación. Todo es negro alrededor de quien escucha. La oscuridad es insondable. Nada existe a su alrededor. Nada, excepto el que escucha y su destino. Solo creer en uno mismo es creer en Dios, porque Dios es uno mismo”.

Para permitir que la sabiduría sea oída, todas las voces de la mente deben ser silenciadas y la voz del corazón, que es el silencio, debe hablar. Y el Gran silencio habla así: “Todas las doctrinas son verdaderas cuando salen también del corazón y de las entrañas. Esta es la razón por la cual las doctrinas del santo son siempre verdaderas y falsas las del hombre común. No puede haber más verdad en el hombre común que en el servicio del santo”. Pilatos era común, porque toda su verdad consiste en el lavado de las manos, cuando son las entrañas las que deben ser lavadas. Todos los que filosofan para las masas son hombres comunes -Sólo los filósofos en el lugar de la obra y el gimnasio conocen la verdad. ***

El creacionismo, la doctrina que encuentra a Dios en nuestro propio interior y el emanacionismo, que no ve lo superior en lo que es bajo, son totalmente verdaderas, cuando están apoyadas por una auténtica experiencia vital. Para cada persona hay una sola religión verdadera, porque para cada persona sólo hay un auténtico tiempo y experiencia vital. Para quien tiene el corazón y entrañas de un cristiano, es falso abrazar el hinduismo, y viceversa. Nuestra voz suena débil cuando se trata de decir lo que debería venir de un cíclope. Sólo una religión es verdadera para usted. Solamente otras son verdades para otros. Pero ni ellos ni usted ni nadie nunca están libres de la obligación de adoptar una determinada, reconocida y positiva religión, aquí y ahora. Nadie es libre de crear su propia religión, al igual que nadie puede crear su propia ciencia. Un hombre sabio puede deleitarse en la física, otro en la medicina, y un tercero en la astronomía, pero nadie puede crear su propia física, medicina o astronomía. Sólo Dios puede crear, y todas las religiones y todas las ciencias son creaciones de Dios. ***

Éstas son las equivocaciones de orgullo intelectual: Uno: Por juzgar condicionalmente que sólo la de uno mismo es la única religión verdadera. Ninguna religión es única en la verdad. Dos: Por buscar errores en una religión a fin de atacarla. “Lo que debemos hacer –dice la voz de un ángel vigilante - no es predicar una nueva religión o corregir la iglesia, vamos es a corregirnos nosotros mismos. No podríamos encontrar tantos defectos en nuestra religión, si se practicara puntualmente. La verdad es que nuestra religión tiene un solo defecto: nosotros mismos”4. La única verdad no está en la forma exterior de las doctrinas, pero si en el interior de la llama del amor y en la radiante luz de la contemplación espiritual. No confunda la única verdad absoluta con las verdades relativas del intelecto. Cada doctrina contiene verdad y falsedad. No existe ninguna doctrina que sea totalmente verídica y totalmente falsa. No confunda la única verdad absoluta con la falsedad que radica en la interpretación equivocada, en la vanidad, en la petulancia y en el egoísmo de ésos que escuchan e interpretan. La única verdad está solamente en el cristianismo, pero el cristianismo está presente en todas las religiones bajo su forma más pura de amor, en la sumisión a lo que es superior, la subyugación a dios y la armonía. 4Lanza del Vasto. Comentarios a los evangelios. Del Sur. Buenos .Aires. 1955.

La verdad y la mentira relativa también están presentes en todas las religiones bajo la apariencia exterior de la formulación y la interpretación dogmática. Todos los dogmas son verdaderos. Pero no hay dogma que este bien formulado o interpretado. El lenguaje es limitado, así como el intelecto. El amor no tiene límites. El Espíritu “Sopla donde es escuchado” Dios está en todas partes. ***

¡Cuan peligroso es el mal, cuando en sus formas externas se asemeja al bien! Debemos tener cuidado de todas nuestras virtudes. El mal se esconde detrás de ellos. Esto me lo enseño quien hizo la peregrinación a las fuentes5. Me lo ha demostrado el mal. Las Grandes tentaciones vienen por las psedo-virtudes. Nuestro aprendizaje, nuestro conocimiento; aquí tenemos pseudo-virtud. Nosotros no tenemos más conocimiento que el que nos es dado. Nunca debemos atrevernos a dar más de lo que hemos recibido de Dios. Lo que no viene de Dios, viene del diablo. Guardémonos del diablo que está al lado de nosotros y tan cerca como dios. Pero no debe olvidarse que el diablo es un perro encadenado que sólo puede mordernos si nosotros nos le acercamos. Él que juzga como piedra, apedrea; él que juzga como el agua, limpia; él que juzga como el vino, renueva. El juzgar como piedra es apreciar con estrechez de miras, para condenar y excluir. El juzgar como el agua es quitar el mal y dejar que el buen aparezca. El juzgar como vino es vivificarlo todo, con la ayuda de la bondad. Juzgar en el mejor sentido, se puede decir que es nuestra única religión verdadera. Esta bien que usted deba conocer ahora que los que escriben esto son practicantes católicos. Nuestra religión nos dice que es la única verdadera, y que debe ser sostenida por la juicio del agua y el vino. La religión católica es la única verdadera en el sentido de que es la única dentro de la cual el hombre puede re-ligarse a dios con el conocimiento exacto del nudo que actúa como unión y del agente que forma este nudo. Hay muchas maneras de re-ligarse a dios y también hay muchas religiones, pero el catolicismo es la única religión que permite que reconozcamos claramente la naturaleza de los caminos que nos llevan a este fin. Esta es la interpretación del agua; la interpretación del vino no se encuentra dentro de nuestra capacidad, porque no la hemos recibido. Pero el que ha recibido el agua tiene la esperanza del vino.

IV

DEL CIELO

Para algunos, lo más alto es la verdad y para los demás, la bondad. La primera no reconoce el cielo, ésta sabe de su existencia. El cielo es la experiencia de quienes toman la bondad como el objeto o la finalidad del conocimiento y la culminación de la verdad. Es negado sólo por aquellos que piensan que el conocimiento no tiene nada que ver con la bondad. Los que están sanos y tienen ojos para ver y oídos para escuchar, saben de los cielos. Los otros, los que no saben, son como los enfermos, los cojos, o los marchitos y los ciegos, que sólo se apoyan en las muletas de la verdad y ni siquiera pueden ver que el conocimiento no tiene sentido alguno si no conduce a la bondad. 5Una alusión a “Un Peregrinaje a las fuentes” por lanza del vasto.

Por lo tanto, para saber de los cielos, es necesario sentir que la bondad está por encima de la verdad, que el conocimiento es algo interminable y absurdo a menos que conduzca a la bondad, y que el conocimiento doctrinario es sólo una manera de acercarse a Dios. Es de acuerdo con nuestra naturaleza esencial estar en ese camino. Por esto todos necesitamos una doctrina y una verdad. Pero no debemos perder de vista el hecho de que nuestro objetivo es el bien producida por la verdad, la bondad de la verdad, donde la significación y el significado interior de todo se descubre, y donde todos los conflictos y discrepancias doctrinarias desaparecen. Cuando perdemos de vista la bondad nuestra verdad es cambiada en un arma de guerra intelectual; una vez que alcanzamos la fase final de la verdad, que es la bondad, nosotros encontramos que lo que creíamos haciéndolo material para la disputa es en verdad un mensaje de armonía, concordia, estabilidad y equilibrio. Jesucristo dijo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. (Mateo 5:9). Lo que se necesita es ser realmente pacífico. No con la irrealidad de una decoración exterior o una medalla, sino con la calidad interior de la armonía interior. Absurdo es él que, sin tener la armonía en si mismo, niega el mundo celestial porque él no puede verlo. Él es como alguien que niega la belleza de un alto pico porque no puede alcanzarlo. ***

Suponemos que usted ya ha descubierto que la verdad no tiene valor alguno si no es apoyada por la experiencia vital y no conduce a la bondad. En la práctica, el hecho de que realmente salga la verdad de la vida es ya una garantía de que pueda alcanzarse el objetivo de la bondad. Una verdad a medias, una verdad sin sinceridad, honradez o veracidad, es sólo una "falsa verdad", un disparate, una idea muerta. Para comprender la auténtica función de la verdad, debemos tener en cuenta su relación con la vida y la bondad. ***

La vida hace las cosas verdaderas o falsas, auténticas o ficticias. La vida crea la verdad y la mentira. Las cosas son lo que la vida dispone que deban ser. Nuestras verdades intelectuales de hoy son tan ciertas como lo fueron las de ayer y como serán las de mañana. Pero, de hecho, existen grados de calidad. La verdad del estómago es más relativa que la de la inteligencia. Sólo en el fuego y la radiación del corazón y el espíritu puede ser encontrada la verdad absoluta. La calidad de la verdad recae en última instancia en la nobleza, la dignidad y el nivel espiritual del que vive. Si la experiencia de vida en que se basa ha sido purificada por la honestidad, la sinceridad y la veracidad, la verdad es de la más alta calidad. Los hombres han buscado sinceramente una verdad absoluta y permanente en sus sentidos y en el intelecto. No existe. En el mundo de los sentidos y del pensamiento reflexivo, sólo la conexión entre la vida y la verdad es permanente. La vida y la verdad de los sentidos y el intelecto son variables. Sólo su relación es permanente. Todo lo que no está de acuerdo con esta relación es falso. Para el hombre medieval, era falso pensar que la Tierra se trasladaba, porque este principio no estaba en conformidad con su experiencia de vida. Para nosotros es falso

pensar que no se traslade, porque este principio no está de acuerdo con nuestra experiencia. Aquellos que creen todavía que la verdad intelectual es absoluta puede preguntarse: ¿La tierra se mueve o esta fija? La tierra no tiene absolutamente nada que ver con este debate. En realidad no hay ni movimiento, ni quietud. Sólo hay vida. La vida hace que el movimiento aparezca donde la experiencia vital lo descubre.. Viajamos en un vehículo. El vehículo se mueve para nosotros. Si todos los hombres se mueven en el espacio a la misma velocidad, nuestra experiencia nos dice que todos lo estamos, y en efecto tiene que ser así. Debemos el acceso de estas ideas al hombre que en vida fue llamado Albert Einstein. Sin vida no hay ninguna manifestación, y sin manifestación no hay ni verdad sensoria ni intelectual. Para los antiguos peruanos, Cuzco era el centro del mundo, para los antiguos chinos, el centro del mundo estaba en su país. Nuestra experiencia de la vida actual no es igual que la de los peruanos ni de los chinos de ayer, y para nosotros cualquier parte de la superficie de la tierra puede ser su centro, aunque preferimos decir que no tiene centro. La vida tiene muchas facetas, y cada faceta tiene muchos tonos de color. Cada tono y cada faceta de la experiencia de la vida tienen su propia dignidad o indignidad. De ello depende la calidad de la verdad. La experiencia de la vida de aquellos que consideran a todos los hombres en todas las latitudes como sus hermanos y compañeros son las criaturas de más nobleza y dignidad, de más altura y santidad. Por esta razón y por ninguna otra, la afirmación de que la tierra no tiene centro es más verdadera. Pero como no siempre es fácil decidir qué tipo de vida es mejor, igualmente no es fácil decidir cual es más correcta, si la verdad de los sentidos o del intelecto. En todo caso la verdad de los sentidos o del estómago, se basan en la vida de los apetitos. Consisten en la diferenciación entre lo que estimula los sentidos y lo que no. Lo primero es considerado auténtico, lo segundo falso. Son las verdades burdas del hombre pasional y común. Ellas atan a la tierra y alejan del cielo a quien quiera intentar mezclarlas con la verdad suprema. La verdad intelectual es conocida como verdad lógica o cognitiva, y consiste en equiparar el pensamiento consigo mismo y con las cosas exteriores. Es utilizada por los científicos y algunos filósofos que se entretienen con ella. Las riquezas del espíritu nos las representan en un cielo lejano cuando nos atamos a ellas. La verdad del corazón tiene más dignidad que las otras, y consiste en el amor. Se reconoce la Divinidad como su objetivo. La vida del hombre de corazón es una lucha constante para hacer realidad la verdad del amor. La muerte del hombre de corazón es la consagración de su verdad. Pero incluso en el amor hay errores cuando se expresa en palabras. Cuando el amor se convierte en frases, y las frases se convierten en dogmas, deviene en una verdad relativa. La verdad del amor es absoluta sólo en la medida en que no se expresa con un sí o un no. El que busca la verdad absoluta, por lo tanto, debe alejarse de las defensas de la afirmación y negación, y entregarse completamente sin reservas al fuego revivificante del amor. Pero en este camino hay muchos peligros, y el más grande consiste en la confusión del dogma con el amor. Después el dogma asume la apariencia externa de lo absoluto, volviéndose en contra del amor y la calma. Sin embargo, las doctrinas y los dogmas son necesarios, porque el hombre no puede prescindir del pensamiento. El gran secreto es siempre considerar a la doctrina y al dogma como expresiones imperfectas de una verdad que se puede discernir perfectamente solamente con el amor.

Y como primera precaución, doctrinarios y adoctrinados deberían estar preparados para lanzar lejos, como si se tratara de un carbón al rojo vivo, todas las interpretaciones dogmáticas que son contrarias al amor, no importa en qué forma puedan aparecer. La Doctrina y el Dogma sólo se justifican si son los medios principales en la dirección del amor. Ellos son solo inestables puentes sobre el abismo que nos separa del amor, y nada más. Debemos ser guiados por ellos, apresurándonos a cruzar por encima de ellos. Otro peligro del amor estriba en creer que se logro ya, cuando esta todavía muy lejos. Abandonar el puente de la doctrina es tan peligroso como demorarse encima durante mucho tiempo. En verdad, las doctrinas nunca deben ser abandonadas, pero sobrepasarles no es igual que ponerlas aparte. Sólo el que haya conquistado legítima y verdaderamente el reino del amor conoce realmente la función legítima de la doctrina. ***

Pero la verdad suprema es la verdad del espíritu y del hombre real, y consiste en la realización de sí mismo. La Veracidad es la verdad ala par con la excelencia. Quien la cumple es veraz en el mayor grado posible ajustándola a sus palabras a sus pensamientos, armonizando sus pensamientos con su conducta, y su conducta conforme con su realidad interna. Realizarnos tal cual somos es realmente el camino supremo a la verdad. Él que ha tenido éxito en esto ha logrado la bondad. Él ha descubierto el cielo, y no tiene más necesidad de la verdad. La Veracidad, es decir sólo lo que sabemos y vivimos, y no pretender conocer lo que no saben; Es vivir lo que sentimos; Es tener voluntad; Es sentir a Dios Padre con la voluntad; El camino de la veracidad es la sinceridad y la honestidad. La sinceridad es pensar en la bondad; Es Decir lo que pensamos, y hacer coincidir la palabra con el pensamiento; Es Expresar claramente nuestra intención. La Honestidad es el amor y sentir lo que pensamos; Para recibir al Espíritu Santo con amor; Para Decir sólo lo que sentimos. Descubrimos el cielo, si vivimos en la verdad de la bondad, que es la plena realización de la veracidad. ***

El cielo nos rodea. Lo tenemos ante nosotros, junto a nosotros y en nosotros. No, no esta muy lejos en el cielo. Lo tenemos cerca de nosotros, pero está oculto por el mundo de la ilusión. Nuestras ideas muertas y nuestra débil voluntad nos impide ver claramente. Mucha gente no sabe que su propio espíritu vive eternamente en el cielo, porque lo mantienen en letargo. A fin de despertarlo necesitan sólo construir una habitación celestial adecuada para él. Esta es el alma. Las almas de todos los hombres no son iguales. En la mayoría sólo existen unos rudimentos miserables. Su espíritu esta profundamente aletargado. En otros, el alma es tan sólida y luminosa como un palacio de mármol. Su espíritu está despierto y consciente de que habita en el cielo. Para desarrollar el alma y despertar el espíritu, es suficiente con adquirir una firme voluntad con la ayuda del amor.

El camino es el único enseñado por Él “Quién no ha venido a destruir la ley, sino para cumplir con ella”. Todos pueden verificar la presencia del cielo dentro de si mismo y en el mundo que le rodea sin tener que esperar a que lo llame la muerte del cuerpo. Para ello, primero es necesario amar a Dios con toda la plenitud de nuestra naturaleza, y a nuestro vecino como a nosotros mismos. Con este amor nace nuestra voluntad, y con voluntad superamos las ideas muertas. Tan pronto como esto se ha logrado, el espíritu se encuentra viviendo en el cielo da la salvación. Muchos creen que no es posible conocer algo sobre el cielo, porque no se puede entrar en él, excepto por la puerta de la muerte física. Hay muchos errores en esta suposición. Lo que llamamos muerte puede llevar al cielo, pero a ésta no es la única manera ni la más segura. El nacimiento y la muerte no son más que los dos lados de la estrecha ventana a través de la cual el espíritu letárgico mira el mundo. Y mientras que no nos construíamos un alma saludable y vigorosa, no es seguro poder pasar libremente al otro lado de la abertura. Solamente el alma puede salvarnos de las ideas muertas. Hay grados de falsedad. Una idea muerta es absolutamente falsa. “El estado de la justicia”, “El ideal de la justicia basado en este estado”, “El progreso de la Civilización” son las ideas muertas con las cuales tropezamos en cada paso. Aquellos que dedican sus vidas sólo y exclusivamente a la realización una idea de muerta, destruyen sus almas y caminan alejándose cielo.

V DE LA TIERRA

La Tierra es el mundo de las ideas muertas. Estamos vinculados a ella por los pensamientos, las emociones y los impulsos negativos. Todo lo negativo viene de las barreras, las divisiones y la separación. El Pensamiento negativo es el que proviene sólo de la mente y no tiene raíces en el corazón o las entrañas. La Emoción negativa proviene solamente de los sentimientos, y pertenece sólo a la sensibilidad. Los Impulsos negativos son la demanda de satisfacciones en conflicto con las emociones y el pensamiento. Permanezca en su juicio y preste atención. La verdad de la ciencia utilitaria es una bomba de pensamientos negativos. En ocasiones el corazón "piensa" por sí mismo, y de este arco nacen pensamientos inútiles que no tienen la coherencia de la verdad. Cuando nuestra 'planta baja' piensa que ya sabemos la verdad es cuando se confunde con lo que le da la satisfacción a los sentidos. Las emociones negativas nacen de sentimientos que son rechazados por nuestro entendimiento semi-consciente, y por la parte de nuestra naturaleza representada por la palabra "entrañas" cuando nos encontramos en un estado de desequilibrio y falta de armonía. Son criadas en el aislamiento en el invernadero de la ignorancia y se alimentan únicamente por la fantasía. De repente surgen todopoderosas y toman posesión de todo nuestro ser y lo esclavizan por la mente y las entrañas que antes las rechazó. Una emoción positiva nace con la concurrencia de la totalidad de nuestra naturaleza, y no pertenece tanto a la sensibilidad que le da su forma, como a la voluntad que la impulsa, creando la armonía interna de la que surge. Todas las emociones positivas son una forma

de ese amor del cual se dice: “Has de amar con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu comprensión”. Podemos también experimentar emociones negativas con la ayuda del intelecto. Son creadas por la fantasía desbordante de los que no controlan su imaginación. Finalmente, hay emociones negativas de un origen impulsivo, muy frecuentes en los que no han regulado perfectamente sus centros motor, instintivo y sexual. Los impulsos negativos son ésos creados por la disonancia y la carencia de balance en los centros más bajos de la personalidad. ***

Las emociones negativas son especialmente peligrosas porque atacan oblicuamente, y se esconden detrás de nuestras virtudes más valoradas. Por esta razón, el que busca el beneficio de la verdad debe acostumbrarse a sí mismo a desconfiar y a sospechar de sus propias virtudes. La emoción negativa distorsiona el universo entero, y nos pone en el lugar de su centro de gobierno. La emoción negativa es esa sensación que invierte todos los valores y los mide por su relación con nosotros mismos. El celoso amor de quien se ama a sí mismo en el ser de la persona que ama, la vanidad que nos hace orgullosos de nuestro conocimiento y de nuestras diversas capacidades, la satisfacción de superioridad que sentimos cuando superamos un vicio o logramos algún estándar moral, son todas emociones negativas. Y nos alcanzan en todo momento. ¡Oh, que vanidosos somos, incluso en esos momentos en que nos creemos ser los más humildes! Obedecemos, y deseamos que nuestros superiores sean conscientes de ello o somos complacientes con la superioridad que nos han dado por unos u otros rastros de autocontrol. La vanidad es una emoción negativa ocultada detrás de nuestras virtudes más estimadas. ***

Las experiencias negativas oscurecen el cielo y no nos dejan ver nada más que a la tierra. De ellas nace la falsa personalidad. Si medimos nuestra personalidad con la medida de nuestra experiencia Brahamanica, encontraremos que la falsedad forma parte de su naturaleza. La llevamos siempre con nosotros, y es falsa en la medida en la cual obscurece el espíritu. Pero nuestra experiencia es diferente, y pensamos que podemos redimir la apariencia exterior, reconciliándola con la verdad, cuando nos hacemos conscientes de que está engañando. Y reservamos el nombre de la falsa personalidad para que exista sin el efecto de limpieza del papel que juega el recuerdo de sí. El muro de la falsa personalidad no es difícil de perforar, pero es doblementeengañosa. La personalidad es un concepto ambiguo sujeto a muchas malas interpretaciones. Por una parte, los filósofos inspirados por el Brahmanismo y las Leyes de Manu consideran a la persona como la suma de los resultados de las experiencias negativas, que a su vez dan lugar a nuevas experiencias negativas en una especie de círculo vicioso del que sólo podemos ser liberados por la ayuda de un nivel superior. Por el otro lado, la ciencia positiva mantiene en más o menos los mismos términos, que está es el resultado de la suma de todas las características de nuestras experiencias que se diferencian una de otra. Y que encontramos en la personalidad tanto las experiencias positivas como negativas, y sería un error atribuirle un carácter axiológico. Los historiadores y los intérpretes de la antigüedad afirman que el cristianismo ha restaurado la dignidad de la persona humana. Con ello quieren decir que los cristianos han

descubierto en la persona un valor que ni los hindúes ni los científicos han encontrado de positivo. Por último, los filósofos idealistas también hablan de la persona, manteniendo que es el valor fundamental sobre lo que todo lo demás está establecido y sostenido. Tanto desacuerdo sólo puede demostrar que todos, o casi todos, estamos hablando de distintos fenómenos al mismo tiempo dándoles el mismo nombre. Para entendernos el uno al otro, será necesario llegar a un acuerdo sobre el lenguaje. Los filósofos idealistas denominan personalidad a lo que preferimos llamar el espíritu -esto es, la fuente de la que surge nuestra experiencia más valiosa. Dentro de cada uno de nosotros existe este pozo subterráneo, pero su agua se pierde por infiltración en muchas direcciones. En general, sólo suponemos la existencia de nuestro espíritu con base en lo que otros nos han dicho. En la mayoría de nosotros es un pozo que está casi seco y se puede distinguir sólo con dificultad de nuestras otras posibilidades. Serio y concienzudo es el trabajo necesario para reparar las grietas y restaurar nuestro pozo espiritual. Por lo tanto, muchos niegan la existencia de la personalidad presentada por el filósofo idealista, simplemente porque el que no tiene un espíritu no lo encuentra. Y prácticamente hablando, un espíritu inerte es equivalente a un espíritu inexistente. El cristianismo le da el nombre de "persona" al ser humano que no sólo tiene alma sino espíritu. En cada uno de nosotros son los poderes y las posibilidades. Uno de ellos es el espíritu, un poder que no puede expresarse por sí solo, sin la ayuda de otro u otros. Otro poder es el alma. No, no se escandalicen. Estamos hablando del poder o de la fuerza casi en el mismo sentido que en la ciencia física. Usted no necesita mucho para comprender la cultura filosófica, pero por otro lado se necesita buena voluntad y el deseo de entender. Los Filósofos occidentales han abandonado el concepto de poder y prefieren también abandonar la idea de alma, porque tienen miedo de embarcarse en una discusión interminable lexicológica. Y esta bien. Porque mientras uno no tenga un alma es inútil hablar de ello. Toda la discusión escolástica se origina en unos cuantos individuos no avisados de que, careciendo de un alma, disfrutan disertar sobre lo que ni tienen ni comprenden. Podemos carecer del alma de la misma manera que podemos carecer del espíritu. En realidad, todos los que carecen del alma carecen del espíritu, porque el alma es la fuerza que ayuda a la manifestación del espíritu. Esta es la razón por la que aquel esta equivocado para el otro. Para continuar con el símil del pozo, podríamos decir que el alma es algo así como el calafateo del pozo del espíritu. Sin calafateo, todos los contenidos se pierden, el poza se seca, no diferenciándose de ninguna manera a cualquier otro agujero negro en el desierto. Un ser sin alma es algo así como un ser con un alma agrietada. Se necesita mucho calor, mucha fricción con el calafateo de hierro de la desilusión, a fin de restablecer el calafateo de su alma. Ésta es la opinión del cristianismo en la persona humana. La persona posee dignidad y es digna de respecto mientras él tenga alma. Un sersin un alma no es una persona; es como un parche de terrenos baldíos, o paja, o a lo más un conjunto de pensamientos en trapos. Según la enseñanza de los evangelios, la mayoría de los seres humanos no poseen la dignidad de una persona. No son como trigo provechoso, sino como las malas hierbas que se destinan para ser quemadas. “…segadores: recoger primero la cizaña y atadlas en haces para ser quemada”. (Mateo 13:30) Pero cada ser humano puede hacerse a sí mismo digno de la dignidad de una persona mediante la construcción de un alma inmortal e imperecedera. El que no tiene tal alma, perece. Pero quien la realiza se hace un heredero de la vida eterna. “…pero recoged el trigo en el granero”. (Mateo 13:30) Hubo un hombre que llegó a la conclusión, sobre la base de esta enseñanza, que la humanidad se divide en dos: los cristianos con almas, y el pueblo de hombres negros y sin

ellas. Era necesario respetar la primera, pero ésta última podía ser esclavizada, mutilada y asesinada. Así pensaba un infeliz y famoso sacerdote llamado Sepulveda. El error de esta forma de pensar es en primer lugar, que sólo un número mínimo de aquellos que son llamados cristianos lo son en realidad, y, en consecuencia, pocos tienen el alma que todos ellos dicen tener. Y en segundo lugar, que, aunque sólo unos pocos tienen la dignidad de poseer un alma, todo ser humano, persona o no, tiene una segundo dignidad, que consiste en ser capaz de hacer él mismo un alma. Esto es olvidado por todos los Sepulvedas, o digamos por los agentes de todas las tiranías. No estamos hablando de persona en este sentido cristiano, sino de hombres con alma, que preferimos llamar los hombres plenos y completos. Un tercer significado de la palabra 'persona' es el caracterológico o psicólogico, de la ciencia positiva, para quienes la personalidad es lo que distingue a todos los seres humanos. Para una caracterologo, la personalidad es el conjunto de rasgos que distingue a un ser humano de otro. Aceptamos la opinión científica, pero agregamos que la personalidad considerada de esta manera es el resultado de una tercera clase de fuerza o de energía, distinta del alma como del espíritu. Esta es la fuerza de nuestro cuerpo en tres dimensiones. En este, nuestro cuerpo familiar de cabeza, tronco y extremidades, una actividad notable se está produciendo continuamente sin la asistencia activa del alma o del espíritu. Es al resultado de la actividad armoniosa entre cuerpo, alma y espíritu lo que nosotros llamamos simplemente «persona» o «personalidad». Si el resultado procede de las actividades por separado de los diferentes centros del cuerpo—es decir, de la actividad que nos priva de la ayuda del alma y el espíritu— lo llamamos " falsa personalidad". No podemos separarnos a si mismos de nuestra «persona», y no deberíamos tratar de hacerlo. En cambio, podemos y debemos liberarnos de la falsa personalidad que nos une a la tierra. Nadie puede liberarse completamente a sí mismo del nivel de la tierra, pero todos podemos hacerlo en mayor o menor grado. Liberarse de la tierra significa trascender su influencia. Nuestra tierra es el material celular de nuestro organismo. Eso que llamamos organismo vivo actúa en relación a nosotros como la tierra en relación con el orden planetario. Dios es el Creador del cielo y la tierra en todos sus órdenes, cósmico y humano. En el orden humano, la tierra de nuestro organismo realiza continuamente una danza cósmica irresistible que nos arrastra y nos obliga. El poder de los movimientos es tan fuerte como son los movimientos tectónicos y geológicos en relación con la naturaleza orgánica que cubre la superficie de la tierra. Oponerse a ellos es vano, fatuo y pueril. Lo que debemos hacer con nuestra tierra corporal esreconocer su influencia y trascenderla buscando otras fuerzas que puedan superarla, porque nosotros desde luego no somos capaces de semejante acción. La naturaleza viva trasciende el poder de la tierra apelando a la energía del sol, y a la influencia reconciliadora de los planetas transmitida por sus movimientos. Del mismo modo, podemos exceder la fuerza subyugante de nuestro organismo biológico apelando a la energía de nuestro espíritu y a la influencia reconciliadora de nuestra alma. El espíritu es nuestro sol; el alma, nuestro mundo planetario. El espíritu es la conciencia, de la misma manera que el sol es la luz. El espíritu es voluntad, así como el sol es energía vivificante. De lo que esta arriba viene el significado de lo que esta abajo. El espirítu y el sol dan el significado a nuestras tierras. Lo que es bajo continúa su camino aunque no tengamos conciencia de su significado; y cuando el espíritu no nos ayuda con su conciencia, podemos ser engullidos totalmente por lo que es bajo. El alma introduce el orden, la armonía y el equilibrio necesarios para que el espíritu actué, de la misma manera que los planetas introducen el orden de las estaciones en la tierra.

Dios creo el espíritu, alma y el cuerpo, pero tenemos la libertad de elegir entre sus influencias. El que elige sólo la influencia del cuerpo queda ligado a la tierra, encerrado en la costra de la falsa personalidad. La danza continúa, el alma espera y el espíritu ilumina. *€*

Creador del cielo y la tierra, Creador de las ruedas del destino; Creador de sus puntos de vinculación o conexión; Creador de la energía que los vivifica; Creador del camino que lleva al centro de la energía; Creador del anhelo para saltar; Creador del anhelo para caminar; Tal es el Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.