La Patria Del Criollo

LA PATRIA DEL CRIOLLO Capítulo 1 En el año 1651, la ciudad de Santiago de Guatemala fue sacudida por un terremoto. Estab

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LA PATRIA DEL CRIOLLO Capítulo 1 En el año 1651, la ciudad de Santiago de Guatemala fue sacudida por un terremoto. Estaba asentada en las faldas de un volcán, en medio de otros dos también activos. Todo esto ocasionó oleadas de personas en la iglesia para confesar sus faltas. Entre la muchedumbre se encontraba un niño, que años más tarde relataría en un escrito sus experiencias de la época. Este niño, Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, era un criollo que, crecido en un ambiente de soltura económica, está inmerso en las actitudes que su grupo mantenía hacia los indígenas. En más de una ocasión había escuchado palabras como que los criollos son una cosa, los indígenas otra muy diferente. Toda esta experiencia, obviamente, había permeado sus opiniones, ya que él mismo se consideraba a sí mismo como miembro del grupo criollo, como deja ver en sus escritos. Fuentes y Guzmán, como descendiente de los conquistadores, tendría en su vida acceso a posibilidades económicas y de puestos públicos. Ocupo durante treinta y ocho años el puesto de Regidor, en el Ayuntamiento de Guatemala. Además, ocupó dos alcaldías. Él tendría lo que se puede llamar herencia biológica, o de sangre, por ser descendiente directo de españoles y herencia política, por tener los contactos que le facilitarían acceder a privilegios y puestos públicos. En esta época, estos sentimientos de superioridad estaban bien enraizados y él es muestra de su grupo. Cabe señalar que estos criollos no eran más que descendientes de los primeros inmigrantes, personas aventureras y sin mayor nivel cultural, económico y político. Criollo es aquel descendiente de españoles, nacidos en América. Estas personas acentuaban su origen hispánico al remarcar que eran españoles, haciendo a un lado su lugar de nacimiento. Se aceptaba que esto traía superioridad frente a los mestizos e indígenas. Es innegable que la población de origen español sí tenía cierta superioridad en términos de conocimientos, habilidades y destrezas. Este aspecto lo facilitó el historial de España y la influencia de culturas como la musulmana y romana en los siglos anteriores. Esto trajo la dominación del más desarrollado sobre los nativos. Por ello, el atraso entre mestizos e indígenas era evidente en su época. Además, el manejo del caballo por parte de los conquistadores, el conocimiento del metal y de la pólvora hizo posible la superioridad bélica. Todo lo anterior, convirtió a España en el siglo XVI en un país desarrollado, con

amplios conocimientos de guerra, ganadería, agricultura, entre otros. Cualquier español tenía más conocimiento que incluso los sabios indígenas. En este contexto, la superioridad cultural y tecnológica trajo superioridad sobre el grupo indígena. Aunado a esto, había mayores recursos disponibles para hacer frente a la dominación. ¿Qué fue entonces la conquista? Se puede aceptar que este hecho fue tanto dominación cultural como económica. Por un lado, los indígenas no se tuvieron como conquistados mientras no se les hubiera quitado sus tierras y sus riquezas. A esto, se debe sumar la esclavitud, el sometimiento humano que hizo de los americanos seres al servicio de otro grupo. La lucha armada finalmente fue un medio para finalmente llegar al sometimiento económico, la dependencia completa de los indígenas hacia los españoles. La evangelización fue otra fase de la dominación, la ideológica, fase fundamental, al igual que la militar para llegar a lo dicho, la dominación económica. Esta es la real dominación, y no el vencimiento de los americanos en las batallas. Esta dominación llevó a que los indígenas tributaran a la corona española, al despojo de su tierra, la esclavitud y la servidumbre. Se puede, incluso, delimitar un esquema que ilustre el proceso de dominación: la inferioridad tecnológica y cultural de los americanos al momento de la conquista; sometimiento de los indígenas, en el plano económico, y conversión del indígena en fuente de riqueza para el dominador, lo cual llevó a servidumbre y esclavitud; esto llevó a inferioridad general permanente, lo cual aseguró la dominación. Por ello, el factor dominante de la conquista fue la riqueza, el poderío y el conocimiento tecnológico, no la estirpe española como tal, tenida como falsa superioridad biológica. Los criollos no tenían el gobierno de las provincias sometidas. Tampoco tenían todas las fuentes económicas ni el control completa de los americanos. Compartía el poder político y económico en un plano de subordinación, hacia la corona española. Esta corona estimuló la inmigración y control de las descubiertas tierras, concediendo ciertos privilegios. Esto trajo como consecuencia que los criollos y sus descendientes se sintieran autosuficientes hacia la Corona, a medida que sus tierras se hacían productivas, en virtud del trabajo y esclavitud de los indígenas. Se puede pensar que la culminación de todo esto fue la independencia, pero aún después persistió un enfrentamiento entre los funcionarios reales y los criollos. El famoso libro de La Recordación Florida, de Fuentes y Guzmán, fue escrito obedeciendo, en principio, a reales cédulas que pedían escribir amplios informes y crónicas sobre la

situación política y geográfica de las tierras americanas. Nacieron así las Crónicas de Indias, motivada también por el gusto de convertirse en cronista real. Esto, siguió a la lectura del escrito de Bernal Díaz del Castillo de la “Historia Verdadera”, en 1675. Incluso escribe en La Recordación que quiere enmendar los errores de del Castillo en su escrito. Sin embargo, La Recordación deja ver que la verdadera motivación fue el amor a la Patria. Su obra fue desestimada por el Consejo de Indias, así que a qué patria se refiere, faltando más de cien años para la independencia. La crónica escrita por Fuentes y Guzmán es un reconocimiento al reino de Guatemala, una idea de patria que estaba naciendo en el siglo XVII y que es diferente a la madre patria. Los temas que trata en la Florida incluyen el dominio de la tierra y los indios. Trata de España como la dominadora que ha arrebatado a los indios lo que les pertenecía y no permitía a los criollos que disfrutaran completamente de lo poseído. En este contexto, el criollo está en el medio entre indios y españoles. Aquí el indio era desplazado y el español quien desplazaba. El criollo acá debía defender lo suyo y es este sentimiento de amor por su patria y de que era preciso conservar lo suyo, lo que se plasma en la obra. Capítulo 2 En el tiempo colonial se corrió un proverbio que hacía referencia a los gachupines y criollos, que en la clase media dejaba ver el desprecio por estos grupos, junto a los mestizos y mulatos. El criollo creía en dos tipos de españoles: aquellos honorables y de elevada humanidad; otro tipo de funcionarios e inmigrantes, calculadores y ambiciosos. ¿Qué España era la grata ante los criollos? Se debe dilucidar este tema. El autor cree que la dominación es un hecho de parte de Dios, providencial; los conquistadores, instrumentos suyos. Los criollos gozan de elevada posición social y económica, por los dominadores; de ahí su veneración por ellos. La gratitud de éstos se enfrenta a las ideas de los peninsulares, que restaban importancia a la conquista y a los criollos. Por ello, al engrandecer la conquista, se engrandecen los criollos. El hecho de idealizar la dominación era una necesidad social de éstos; frente a la idea de los venidos de España de menospreciar la dominación, dado que no se había luchado en igualdad de condiciones. Aquí radica el orgullo de los peninsulares y su desprecio por la conquista y el anhelo criollo por los tiempos anteriores.

La idea exaltada de los criollos sobre Pedro de Alvarado, como un personaje con elevadas virtudes, contrasta con el calificativo de de Las Casas como “malaventurado tirano”. Fuentes y Guzmán lo califica de razonable, justo y compasivo con los americanos. Los avisos, embajadas y requerimientos de Alvarado lo ve como un gesto de no hacer la guerra, cuando fue la justificación legal de la misma, de la violencia y de la esclavitud. Este autor tuvo documentos de Del Castillo de que Alvarado era malvado, impulsivo y masacrador. Fue llevado a juicio, incluso, por sus contemporáneos. Fuentes y Guzmán fue, en realidad, el cronista criollo, a quien le corresponde por beneficio de su clase social, exaltar la dominación, haciendo así buenos fundamentos para ellos. La encomienda y el repartimiento fueron los medios de la Corona para controlar las colonias americanas. El segundo consistía en repartir tierras e indios para trabajarla; se justificaban diciendo que los indígenas eran entregados para cristianizarlos. La primera también se relacionaba a la entrega de indios para convertirlos; pero se transformó en esclavitud y hasta aniquilación, situaciones no legalmente respaldadas. Para dar base legal a lo anterior, se creó el Requerimiento de Palacios Turcios, supuestamente para aquellos que se resistían. Este documento se leía a los indígenas para someterse al soberano español y se daban algunos días para meditarlo. Era en realidad un truco legal que solapaba violaciones y ruina; una base legal para provocar el rechazo y justificar la guerra, esclavitud y despojo. El repartimiento y encomienda eran trucos para esclavizar y apropiarse; el requerimiento era una justificación de la esclavitud. La orden de Santo Domingo fue la que representó mejor los interes de la Corona, de Carlos V. Incluso al crearse el Consejo Real y Supremo de las Indias en 1525, fue un fraile, García de Loaisa, su presidente. La defensa que esta orden hacía de los indígenas era en realidad defensa de los intereses reales contra la voracidad de los conquistadores. Fray Bartolomé de las Casas y antes de él, Fray Antonio de Montesinos, decían que la conquista era injusta y que el propio rey se condenaba con los horrores cometidos en su nombre. En otras circunstancias tales ideas podían costarles la vida. Esta defensa dominica de los indios corresponde a la de la Corona, que buscaba hacerlos tributar directamente. Al estar al cuidado de los conquistadores, la Corona no se beneficia, dado que son fuente de riqueza que no se debe exterminarse. Lo distintivo de De las Casas es que supo encontrar el punto de unión entre mejorar a los indios, a la vez que ala Corona. Surgen las Leyes Nuevas, en

1542, que estipulaban que los indios eran vasallos libres, tributarios del rey. Se les quitarían a quienes no tuvieran título de propiedad, cuando tenían en demasía, ante mal trato y a todos los que tuviesen puesto de autoridad. Las encomiendas posteriores a esto serían entonces el derecho de recibir un tributo tasado de los indios al rey. El recrudecimiento en la esclavitud y en la venta de indios se dio previo a la promulgación de leyes para limitar éstos. Los colonos se apresuraron a obtener la máxima riqueza. No cabe duda que la principal motivación en la conquista americana fue la de un enriquecimiento rápido, sobre la base de la esclavitud de indígenas. En 1544, en la ciudad de Santiago, por medio de Alfonso López de Cerrato, Presidente de la Audiencia, se dieron a conocer las leyes que abolían la esclavitud y se apresuraron a liberar de ésta a los indígenas. Este hecho fue tan radical y efectivo que quedó asentado en el Memorial de Sololá, siendo de alivio para los indios. Con todo, esto llevó al incremento de la esclavitud africana. Esto se hizo para asegurar el provecho de los nativos para la Corona española, a la vez que proporcionaba mano de obra barata para las empresas de la época, entre ellas, las de minas. Capítulo 3 En las Leyes Nuevas el rey le cedió su derecho de tributo de los indígenas, a los colonos fieles a su servicio. Debían hacerse merecedores de tal privilegio. De esta forma, los colonos hicieron esfuerzos para estipular que la nueva encomienda se heredara. Esto significó, el tributo de los indígenas a los colonos, sin dominio directo sobre ellos o su trabajo; el encomendador no tenía ya derecho sobre los indígenas de su sector; se prohibió a este personaje habitar en el pueblo a su cargo, para evitar abusos y herencia del puesto. La ley establecía que los tributos se harían por Comisionados de la Audiencia y el cobro lo haría un Corregidor, siendo éste el que más abusó de los indios, dado que eran criollos. Siendo así, la encomienda se define como una concesión, del rey español, hacia una persona, conquistador y colonizador con mérito. Consiste en recibir el tributo de los indígenas de su territorio, tasado por la Audiencia y recaudado por el Corregidor. El nuevo repartimiento de indígenas consistía en obligar a los nativos a trabajar por temporadas en las haciendas, para luego retornar a su pueblo y trabajar para su propio sustento y tributar. Esta situación fue la base económica y social de la época colonial; a la vez, significó

esclavitud perpetua para el nativo, asegurando su explotación social y económica y su condición inferior. En 1575 las órdenes religiosas inician una lucha con los encomenderos, al pedirles un tributo por la cristianización que hacían las órdenes, de los indígenas. Aquellos estaban obligados a asegurar el adoctrinamiento, pero siempre la habían desatendido. De esta forma, queda establecido el Sínodo, nombre que se le dio al tributo que pagaban los encomenderos a las órdenes, por el adoctrinamiento de los nativos. Existían frailes que se dedicaban a adoctrinar a los indígenas, algunos de los cuales estaban fijos en un pueblo y otros eran itinerantes. Las Leyes Nuevas impidieron los núcleos de indios en las haciendas, por lo que estos personajes vinieron a ser aliados de los hacendados en el tema religioso, a tal punto que muchos hacendados tenían una opinión favorable hacia la orden de Santo Domingo, otrora defensores de los indios, quienes ayudaban a mantener integrados a los nativos en torno al hacendado. Antes de la conquista, los indios vivían dispersos en chozas y caseríos, reuniéndose ciertos días por motivos comerciales, religiosos. Esta práctica ayudó en organizar a los indígenas en pueblos que fueran vasallos de la Corona, a la vez que la orden dominica colaboró para la conducción de los indígenas en el engranaje económico de la época, al organizarlos para facilitar el cobro de tributos y asegurar la mano de obra de los terratenientes. Los criollos consideraban a los frailes, de forma indirecta, como colaboradores de la explotación. A pesar de que Fuentes se presenté como el portavoz de los descendientes de conquistadores que han caído en pobreza, en realidad es la voz de toda una clase criolla terrateniente de su época. Doce capítulos de su Recordación se dedican a demostrar el supuesto linaje ilustre de 111 familias descendientes de conquistadores, que estaban en mala situación, quizá “arrimados” con parientes ricos. El autor deja ver como la burocracia española les resta poder político a los criollos, incluso en la disposición de indios. Se deja ver que viejas familias criollas iban perdiendo poder político, aunque nuevas generaciones de criollos lograron retener cierto poder. Familias entraban y salían de la “aristocracia” e inmigrantes españoles presionaban a los criollos nativos. Se dio, entonces, la renovación de la clase criolla con elementos venidos de España, los que al convertirse en terratenientes se integraron a la clase existente. Éstos venían con títulos y tendían a mirar a los criollos nativos con desprecio. El fraile Tomás Gage habla de los españoles como

advenedizos y hace ver que éstos desprecian a los criollos, como éstos a los indios. Los peninsulares decían que tanto tiempo de vivir en América hacía perder la supuesta superioridad de sangre. Fuentes no soportaba a los advenedizos, aunque atisba a reconocer que les temían y había cierto sentimiento de inferioridad, dado que consideraban todo lo español como superior y los peninsulares lo sabían. La superioridad de los peninsulares radicaba en que venían con privilegios; además, los criollos nunca habían trabajado, por lo que eran tenidos por haraganes, explotadores y faltos de carácter, lo que ayudó a los peninsulares dado que ellos venían de una clase social más desarrollada, mercantilista. Estando España en la etapa inicial del capitalismo, los peninsulares venían con deseos de engrandecerse. En su mayoría éstos eran marginales de la nobleza, hombres jóvenes, trabajadores, explotados que venían a explotar. Fuentes los acusa de maliciosos. Su énfasis mercantilista no encontró eco en la sociedad criolla (compra, venta, hipotecas), que prefiere lo feudal, por lo que terminaron convirtiéndose en hacendados. Por ello, Guatemala no prospero en el plano mercantil. Se rehizo la clase criolla con los advenedizos y los nativos llegaron a ser de segundo y tercer orden. Fuentes tenía una idea reaccionaria de patria; no una visión de desarrollo sino temor a la amenaza española, nostalgia y pesadumbre. Rechazan lo indígena, no quieren lo español, por lo que prefirieron lo europeo. Capítulo 4 La Recordación Florida es una crónica que combina geografía, etnografía, historia y paisaje. Combina objetividad con elementos subjetivos, que ligan al autor a su país, siendo una obra única histórica que presenta un paisaje de Guatemala, desde la perspectiva de un criollo, terrateniente. Siendo la tierra su interés, relata las intrigas, litigios, trámites y sistemas de cultivo, legislación, normas de trabajo. La obra presenta una “interacción subjetiva”, que combina diversidad de elementos en un mismo relato, por ejemplo el relato del viaje de Alvarado a España. Luego, hace un relato del Volcán de Agua, que destruyó la ciudad de Santiago en el Valle de Almolonga, haciéndolo ver como monumental y fuente de vida, para la naturaleza y para el criollo terrateniente. El problema clave de la tierra en Guatemala es que la mayoría de ésta se encuentra en pocas manos. Aún más, poca de esta tierra se trabaja y la gente no tiene donde cultivar. Los

principios de la política agraria colonial se resumen así: primero, la tierra es propiedad de la Corona, por el señorío que ésta ejerce en América. Esta es la expresión legal y significó la apropiación de la tierra conquistada, aboliéndose el derecho de los americanos. El rey, único propietario de la tierra, la repartía entre los conquistadores y éstos entre sus soldados, confirmando este punto el rey. Segundo, la tierra se usó como aliciente, para motivar las expediciones a América, estando la Corona imposibilitada para sufragar tales empresas. El territorio conquistado estaba sujeto a la Corona y ésta premiaba con tierra y nativos. Tercero, ya con una generación de conquistadores asentados en América, con tierras, ciudades, familia y descendientes, la Corona aplicó el principio de “composición de la tierra”, el cual significó que tierras usurpadas por los criollos se cedían pagando éstos un valor monetario por ellas. Esto era fuente de ingresos para España. Este principio se convirtió en un procedimiento común para hacerse de tierras y propició ingresos para la Real Hacienda todo el período colonial. Esto favoreció a los terratenientes, quienes se hicieron de más tierras. Cuarto, la monarquía expresa su interés en que los indios, y sus pueblos, tengan suficientes tierras para sus siembras. Ninguna tierra usurpada a indígenas se admite a composición. Quinto, no era una ley, pero sí una práctica, la del bloqueo agrario contra los mestizos, siendo éstos un grupo grande, diferenciado y carente de recursos y tierras. Esta práctica favoreció el crecimiento de los latifundios. Aparece en este punto el tema de las tierras de los indios que, en la colonia, eran de diversos tipos. En principio, los ejidos que eran tierras comunes cerca de los pueblos, útiles para extraer madera, pasto, y debían ser suficientes para el pueblo. Segundo, las tierras comunes administradas por el Ayuntamiento, útiles para siembra. Aquí aparecen facciones de indios ricos, afines a la autoridad, explotadores de otros indios, no sirvientes. Éstos, junto a algunos ladinos, poseían algunas tierras, pero no en la proporción de los latifundios y de los terratenientes y era poco común este hecho. Finalmente, debe reconocerse que el problema agrario de Guatemala es el de propiedad de tierras, concentrada en grandes cantidades y pocos propietarios. En 1,810 se redactó un documento que aportaba datos sobre la economía y agricultura en Guatemala. Es el punto de vista de los comerciantes, no dueños de la mayoría de tierra, quienes señalan que la economía sufría una contracción y que era necesario elevar la capacidad de compra de indios y ladinos, explotados y que enriquecían a los criollos.

Sugieren facilitar la tierra a indios y ladinos pobres, mientras la clase criolla se oponía; ve que el problema agrario en el país es por los terratenientes. Creen que la tierra ociosa debiera ser vendida a precio razonable y proponen instalar el trabajo libre asalariado, no explotación. Capítulo 5 En la Recordación Florida surgen imágenes de una tierra amena, fértil y benévola con el hombre, con un paisaje exuberante. Aquí reluce la imagen de los conquistadores, admirados por los criollos; a la vez, surge la imagen del aventurero, advenedizo en busca de fortuna y cierto temor criollo por no creer dominar a todos los indios. Se ve la imagen de familias acaudaladas, otras menos y de último, la idea del indio como ser humillado a quien se le tiene como desconfiado, receloso y holgazán, aunque en todo el documento se le ve trabajando incansablemente. A la vez, en este escrito se realza la cultura indígena preconquista y se les ve como inteligentes, artífices y con mucha cultura. Lo interesante es que Fuentes cree que la decadencia de la cultura india es “por la mudanza de las cosas”, sin una explicación razonable. Otro tema es la combinación de las creencias y rituales indígenas con las católicas, viéndose que los amotinamientos de los indios eran más en lugares poco cristianizados. Los indios no adoptaron como única la religión católica, el paganismo supervivió. Fuentes tiene la tendencia de desvalorizar al indio; a veces comenta su fuerza física, el hecho de que han soportado trabajo forzado y que su vestimenta consistía en calzoncillo y una camisa, la cual usaban en todo tiempo. Los criollos hacen ver a los indios como que viven bien en la pobreza y que se les debe obligar a trabajar arduamente y que son viciosos. Los indígenas hicieron ver que en algunos pueblos se había abolido el trabajo forzado y pidieron esto para todo el reino; a la vez, pidieron el trabajo voluntario y asalariado. Los criollos abogaban por el repartimiento y arguían que el trabajo asalariado encarecería la mano de obra y que los indios pedirían mucho dinero. Por ello, perpetuaron el prejuicio de que el indio es holgazán. Es probable de que la supuesta haraganería nativa fuera el resultado de su resistencia a trabajar forzadamente, para producir para el hacendado, a la vez que debía trabajar para dar tributo al rey, además de su trabajo para subsistir. Para ello, cultivaban maíz, cacao, chile y hacían artesanías de manta, lana y petates. Los esclavos

negros y los mestizos estaban libres del tributo, por lo que el indio no tenía motivación para producir para todos. El indio sólo podía trabajar en tierras comunales, asignadas para su sustento, y por ello prefería trabajar con quien pagaba; esto evidencia su esfuerzo laboral. De ahí la “dejadez” del indígena, que no sentía ningún deseo de trabajar y no recibir nada a cambio. Otros prejuicios “menores” fueron que el indio es desconfiado, malicioso, rechaza los avances de la civilización y que es abusivo, cuando se le da confianza. Se relata el caso de Fray Francisco Bravo, que fingió amistad con los indios para conocer un yacimiento de oro. Finalmente, cuando la población no quiso hablar, fue atacada de maliciosa y desconfiada, fruto de un potencial abuso de poder de los criollos. Fuentes aparece a veces como defensor de los indígenas, en ciertas situaciones, a pesar de que en su documenta se narran expresiones adversas y de desprecio hacia ellos. Pero ante todo, su Recordación es fruto de la mente de un criollo, terrateniente. Se duele de las pestes de viruela y sarampión que mataron muchos indios, pero por la reducción del número de estos y la potencial pérdida de encomiendas, que eran necesarias para sostener el estilo de vida colonial. El encomendador aparece como defensor de las tierras comunales de los nativos, pero sólo porque éstas producían el tributo que se daba a la Corona. Se funde así, diversas opiniones, pero todo desde la perspectiva criollista, latifundista. De los indios, entonces, se hace referencia a que practican un sincretismo religioso y que esto se debe a su resistencia a la plena cristianización. Además que se resistían al trabajo forzado y gratuito, y que se les podía contratar por salario bajo y a destajo; además que debía trabajar para producir para todos: hacendados, frailes, encomendados, rey. Capítulo 6 Los primeros mestizos nacieron justo luego de la conquista, producto del rapto y violación de las mujeres. Éstas, junto a sus hijos, servían al hombre, mientras éste esperaba que llegaran mujeres de España, lo cual se dio cercana la mitad del siglo XVI. La ley española promovía el matrimonio entre ellos y los indios, pero esto no se dio, dándose el mestizaje al margen del matrimonio, para luego incrementarse el número. Los mestizos no eran siervos, como los indios, pertenecían a la capa media que debía buscar trabajo. Con la introducción de las Leyes Nuevas y esclavos africanos, se dio otro tipo de mestizaje: el mulato

(español/negra) y el zambo (negro/india), coexistieron con criollos, mestizos, negros. Los mestizos no constituyeron una clase social específica y se mantuvo la separación criollos y otros grupos (castas). Los mestizos formaron capas, y no clases, dado que no tenían intereses económicos comunes, ni una función específica en el engranaje económico ni solidaridad común. La situación de los esclavos negros era difícil como la de los indios esclavos. No fueron traídos muchos, dada la disponibilidad de nativos. Cuando éstos entraron a servidumbre y,o trabajo asalariado, el número de negros disminuyó. A la vez, muchos de ellos se convirtieron en esclavos de confianza, mandones sobre los otros y con el mestizaje perdieron las características que los convertían en una clase definida. La población mestiza se incrementó grandemente. Esto acorde a la Recordación que deja ver que a finales del siglo XVIII son un grupo importante social y económicamente; los negros no lo son. A la vez, deja ver que una capa rural de trabajadores pobres son ya el 50% de la población. En las ciudades se habla de tres capas medias: plebe, artesanos y media alta. La plebe era pobre igual que los ladinos rurales, económicamente importante, agresiva contra sí misma. La capa artesanal cumplía la función de suplir los artículos que los criollos necesitaban, dado que ellos vivían en ciudades sin trabajar. Los artesanos no eran violentos y los maestros enseñaban, sin pagar, a sus aprendices, respondiendo a la imposición española de formar personas para producir mercancía. Al surgir el trabajo asalariado entre ellos, sus mayores aspirantes eran los mestizos, a quienes se les vedaba la oportunidad, por la formación de gremios. No se les tiene como capa social, aunque tenían puestos (maestro, oficial, aprendiz). La capa social media urbana alta no se describe muy claramente; es un resultado del coloniaje, apareciendo en las décadas de independencia. Aquí surge la idea de libertad de forma violenta, aunque fue difícil porque el ejército y la iglesia, afines a España, estaban compuestos en su mayoría por criollos y otros grupos, como artesanos, criollos sin fortuna y de mediana fortuna, se unían a ellos. El empobrecimiento criollo resultó en un grupo de mediana fortuna o pobre, que abogaba por independencia; estos eran la capa social media alta. La clase terrateniente local se oponía, para entonces, a la alta burocracia española, en el tema de independencia. En medio de éstas se encuentran las capas medias; a la vez que los esclavistas perdían su dotación de indios. En medio de esto, ya ocurría el mestizaje

inicial, resultado de la desigualdad de la mujer, aunque también es una unión biológica. El mestizaje secundario fue la combinación de mestizos entre sí, y otros grupos, lo cual vino a complicar más la situación mestiza. La disgregación de los ladinos llamó la atención de Pedro Cortéz y Larraz y de Francisco García Peláez, que resaltaron el no cumplimiento de las leyes que dictaban darles tierras. El esfuerzo en adquirir tierras y la cesión de las mismas dio resultado las villas. La mayoría de ladinos vivía alrededor de las haciendas (rancherías). Dado el poco número de villas, los ladinos vivían dispersos, sin formar pueblos, algunas veces en medio de un pueblo de indios; aunque éstos sí tendían a formar pueblos. A fines del siglo XVIII los ladinos eran considerados intrusos por los indígenas, quienes se negaban a venderles propiedades; lo cual, según Antonio García Redondo ayudaría en la economía del país. Un procedimiento utilizado por los ladinos para adquirir tierra era usurpar, alquilar y desmontar cerca de los pueblos. Esto lo hicieron para no caer en la miseria, yéndose también a las haciendas y rancherías. Según Cortez y Larraz la llegada de ladinos al pueblo de indios lo arruinaba. La consolidación del grupo ladino como clase fue lenta y varios de ellos se convirtieron en explotadores de indígenas. Llegada la liberación para adquirir tierras, los ladinos rurales llegaron a formar un grupo medio rural alto, formándose de ladinos de todo tipo. La ciudad de Santiago de Guatemala se construyó según la perspectiva y necesidades españolas. Cerca de la ciudad se hallaban los pueblos que le servían, y señoreaba el criollo sobre la tierra y los nativos. La opresión se daba hacia éstos y entre diversos grupos, mientras la plebe hacía amotinamientos en la forma de interceptar los caminos. Los mestizos, casi inexistentes en el siglo XVIII, se nutrían de criollos empobrecidos, negros liberados e indios ricos; siendo algunos de aquellos dados a robar en las haciendas, las cuales se nutrían de trabajadores (gañanes) cuando no había suficientes indios de repartimiento. Los criollos empobrecidos se ubican en puestos que requerían personas con educación. Capítulo 7 La colonia se basaba en el trabajo de los indígenas y en los pueblos cercanos a la ciudad. La abolición de la esclavitud contó con la resistencia de conquistadores y colonos que veían cómo los indios ya no les tributaban sino sólo la mitad. Con las Leyes Nuevas el panorama

se afianzó para los indios, luego de una explotación sin medida, ya que ahora se debía pagar por el trabajo realizado, la llamada paga que luego se llamó salario. Los defensores (jueces) supervisaban que todo se hiciera y los indios se hicieron conscientes de los campos positivos para ellos. Se inició la fundación de pueblos de nativos con materiales sencillos, y se debieron abandonar las amplias áreas de tierra, ya que ahora eran del rey. El cambio de leyes permitió ahora un tipo de explotación para beneficio del rey, aunque se mantuvo en menor grado la de los terratenientes, que podían tener no más de 10 indios a servicio, una forma de trabajo forzado para las haciendas por períodos establecidos. La existencia de los pueblos de indios (concentrados) sirvió para este efecto, para tener familias nativas a disposición, las cuales debían trabajar sin paga, o por una muy mala. Esta fue una forma legal de explotación colonial. Aparte de producir artesanías, frutos y tejidos, los indígenas podían vender su fuerza de trabajo, pero después de cumplir con el repartimiento. Siendo así el trabajo o era forzoso, o semi forzoso o de mala paga. La idea era tener pueblos concentrados, libres de la injerencia de ladinos. Éste fue el régimen de pueblos. Fue así que la idea de cambiar a los indígenas a “vasallos libres” fracasó. A la vez, la situación precaria de los indios se debió a que España no facilitaba “tecnología” a sus colonias, ya que podían dejar de serlo, por lo que los indígenas sólo podían manejar azadones, machetes, siendo sus ganancias insignificantes e impidiendo la consolidación de la colonización. El trabajo forzado era en haciendas, minas, talleres. Varios países abolieron el repartimiento como México (1633) y se dio la autorización para retener a los indígenas en rancherías y haciendas por medio de deudas. En Guatemala el inicio del repartimiento tuvo varias formas como la coerción, para favorecer las necesidades de criollos; la rotación, que establecía “turnos” semanales y el pago forzado, que iba de 4 reales/semana a 1/día. En el siglo XVIII se consagró definitivamente el repartimiento por Cédula Real. Al ser revisada la libertad indígena se vio como mito, pero lo legal establecía que sólo se podía retener a los indios por un tiempo y luego devolverlos a sus pueblos; se les debía pagar en moneda y sólo los varones debían prestar servicio y no se podían retirar antes de la semana. Al parecer los religiosos franciscanos fueron los únicos que hablaron en contra de esta situación, precaria para los nativos y que era validada por los Jueces Repartidores, que eran como capataces.

Esta explotación indígena era el medio de producir diversos bienes y los hacendados optaron por pagar en especie a los nativos, reteniendo de su paga lo que debían ellos pagarle a la Corona por el repartimiento; además de que se descontaba el premio de quien los enviaba obligados a la hacienda, a donde iban a trabajar en condiciones precarias y,o peligrosas. Una variable de este tema es el indígena jornalero, que vendía su trabajo por 1 o 1.5 de real, lo que le permitía mejorar sus ingresos. Fuentes y Guzmán escribe que a veces había pocos habitantes en los pueblos para suplir a las haciendas, por lo que se daban indios y ladinos asalariados. El repartimiento llegó incluso hasta la parte final del siglo XVIII, época en que Cortéz y Larraz escribe sobre que esta práctica se daba con plena independencia y con violencia para el indígena, aunque los hacendados lo creen necesario para que la tierra produzca. Luego de esto se dio el cambio a las rancherías y en épocas de poca actividad agrícola se daba como forma de pago a los indígenas, tierras en usufructo. Esta situación sólo cambio con la llegada de los Liberales, que promovieron la adquisición de tierras para producción, sobre todo cafetalera. En fin, el repartimiento fue un régimen de terror para los indígenas, a los que se sometía y controlaba y está en estrecha relación al grado de desarrollo político que éstos tuvieron durante la colonia. El terror hacia el indígena para someterlo adoptó varias formas, entre ellas la de cerrar posibilidades de superación, castigando toda muestra de rebelión con muchos azotes; uso de indígenas en posición líder para explotar a sus congéneres y tolerar el ultraje a los indígenas, respondiendo todas estas situaciones a mantener dominado al indígena. El castigo podía venir no sólo de los hacendados, sino de variedad de personas que actuaban con impunidad, siendo el Corregidor el más emblemático, los cuales vigilaban, dirigían los pueblos y cobraban los tributos. A la vez, obligaban a los indios a comprar mercancías que no necesitaban, por ejemplo, los hilos e hilazas a las mujeres indígenas. Es de señalar que este régimen de sometimiento debía ser cruel, si querían lograr su objetivo de someter a un grupo que era numéricamente mayor y persistió durante toda la colonia. La patria del criollo es entonces una región que fabricaron a su imagen y semejanza un pequeño grupo, dueño de los medios de comunicación. La idea de identidad surge en la colonia como una reacción a identificarse con Europa y rechazar lo indígena. Se enaltece el componente blanco y empieza un grupo que sustituye a los criollos. Esta idea de identidad la plasma Sarmiento en Facundo, en donde minimiza a los indígenas, colocándolos entre hombre y

bestia; civilización es para él lo blanco, europeo, la barbarie los indígenas y mestizos. Su idea es exterminar lo no blanco y repoblar con europeos. En la colonia los indios vivían alrededor de las ciudades, en campos comunales, para que estuvieran disponibles para las haciendas. Había indios ricos que servían en recolectar los tributos de los nativos para darlos al Corregidor. Este es el nuevo repartimiento. Estos indios ricos ocupaban a veces las alcaldías, las cuales se convertían en focos de corrupción y explotación, en contubernio con el Corregidor. Una de las funciones del alcalde era facilitar nativos para diversidad de tareas y la explotación que sufrían los nativos fue motivo de amotinamientos, ya que debían tributar en especia, trabajo, cosecha, herramienta. El no cumplir con el tributo ocasionaba severos castigos aunque dependiendo de la condición económica del reo. Todo esto ocasionaba que muchos nativos huyeran, para evitar el castigo de los criollos y de los indios ricos, formando comunidades, “pajuides”, en lugares aislados, prefiriendo una vida miserable sin explotación; ejemplos, San Mateo, Cunen, Cotzal, Chapul. El Corregidor así lograba una posición social y económica de relevancia entre los criollos, a base de explotación. Estos hechos los hicieron ver los criollos como “el problema del indio”, que decían era por su naturaleza, ignorando la explotación que sufrían. En realidad el problema es la explotación de siglos y la represión, negándole al nativo oportunidades de desarrollo físico, intelectual y social, ya que ha estado en estados de siervo, esclavo, trabajador mal pagado; además del hambre, fatiga, enfermedades. Capítulo 8 ¿Hasta qué punto se ha superado el esquema social colonial? Aún no, y para ello basta ver que la mitad de los guatemaltecos son indígenas y que subsisten los terratenientes, latifundistas, a la vez que la explotación en muchos órdenes. Con la Reforma en Guatemala sólo se consolidaron legalmente los medios para retener a los indios en las fincas, ya que debían acudir forzosamente cuando se les requería; a la vez, se eliminó la paga. Si no cumplían con cierto número de jornales se les tenía por reos de vagancia, siendo obligados a trabajar. Esto persistió hasta 1945, cuando se abolió el trabajo forzoso. Con todo, persistió los bajísimos salarios al indígena, fruto de más de 400 años de servidumbre forzada, lo cual perpetúa las condiciones de miseria en las que muchos se encuentran. Esto hace de

Guatemala un país subdesarrollado. Esto, también por la perpetuación del dominio criollo y la acción del imperialismo, que obtiene beneficios del subdesarrollo. Se ha dicho que la opresión ha hecho al indio; podría ser cierto, pues un análisis de la cultura indígena actual no toma en cuenta cómo era antes de la colonia. La población nativa prehispánica se convirtió en “indios”, homogéneos, pero esto no era así antes, ya que existían señoríos y una estructura de líderes, nobleza, jefes, esclavismo que se cayó con la conquista. Con todo, el indígena fue transformado en indio, servil y esclavo y esto aún hoy ha hecho que formen parte del semi y proletariado, con mentalidad de siervo colonial. Siendo así, la explotación colonial no sólo formo la mente indígena, sino también la del explotador, de tal modo que la explicación de la cultura indígena se hace a partir del entendimiento de todo lo que la conquista le quitó y,o lo obligó a asumir. Un ejemplo de lo que el indio ha retenido como suyo es el lenguaje, el cual aún conserva y que los mismos frailes doctrineros no les quitaron, al contrario, estudiaron sus idiomas. Las lenguas indígenas les fueron “permitidas” lo que convirtió a los nativos en políglotas, pero a la vez, ayudó a los propósitos de los conquistadores, pues no favorecía el desplazamiento de los indios de un pueblo a otro, dado que cada grupo tenía diferente idioma. A la vez, conservar su lengua fue una evidencia de resistencia del indio en la época colonial. Así, la evidencia de la opresión son todo lo que se ha dicho, pues conformaron al siervo y su cultura. A esto debe sumarse la vestimenta, que no era autóctona, sino con rasgos europeos, como las chaquetas, sombreros, camisas. Todo lo anterior deja ver que el régimen colonial era feudal, aunque incluyó todos los tipos de explotación (esclavista, feudal, capitalista). El nativo tenía todas las características del siervo feudal, aunque se trata de maquillar. Es de anotar, también, que los inmigrantes españoles eran a la vez personas explotadas por la burguesía de su país. No vinieron nobles a poblar América, sino personas desplazadas, pobres y desempleadas. Por ello, se reconoce que las capas y clases sociales empezaron en la época colonial y han perdurado, usando a la cultura como un elemento dominador y no de “regalo” para los aborígenes. Así, este libro que nos fue facilitado por el criollo Francisco Antonio Fuentes y Guzmán nos deja ver la trama colonial y social de Guatemala en el siglo XVII. Su escrito facilitó comprender todos los elementos que ayudaron a comprender la realidad de aquel entonces y algunos elementos de la actual.