Ensayo La Patria Del Criollo

Ensayo En este libro nos damos cuenta de que el indio viene de último. Se había rezagado en alguna parte, y aun al acord

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Ensayo En este libro nos damos cuenta de que el indio viene de último. Se había rezagado en alguna parte, y aun al acordarnos de el se nos aparece desdibujado, empequeñecido, desprovisto. Como los criollos vivían del trabajo de los indios estos tenían que ser, en una u otra forma la preocupación cardinal del gran testimonio criollo que es la Recordación. Los criollos querían disimular la verdadera procedencia de su bienestar y su riqueza, y ese móvil los llevaba a negarle méritos a los indios, a borrar la gran importancia de su trabajo, agigantando sus posibles deficiencias, ocultando el origen económico de las mismas inventando muchas otras y socavando por todos los medios del prestigio de los nativos. En este libro se analizan los sorprendentes momentos en que el cronista, alterando su posición fundamental de negación del indio, parece adoptar de pronto actitudes de apoyo y defensa de los indígenas. En todos estos momentos puede comprobarse que ocurre uno de estos dos fenómenos: lo más frecuente es que este considerando a los nativos, en su llana relación con los criollos, sino en sus relaciones con los españoles y que la aparente defensa no sea otra cosa que la negación de la negación que aquellos hacían del indio.

En el marco del curso sobre pensamiento centroamericano en el que actualmente participa el Grupo de Estudios del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA-UCA), leímos tres capítulos del libro La patria del criollo: Ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca, de Severo Martínez Peláez (EDUCA, 1971). A más de cuarenta años de su primera publicación, este libro sigue siendo de gran interés para el análisis de la realidad histórica de América Central, y América Latina en general. Partiendo de la crónica Recordación Florida, escrita por Don Antonio de Fuentes y Guzmán a mediados del siglo XVII, y de otras fuentes del período colonial, Martínez Peláez presenta un análisis de carácter marcadamente marxista acerca del surgimiento de la ideología criolla sobre la base de las relaciones de dominación económica de la Colonia. Esta ideología reflejaba los intereses de una clase criolla que buscaba, por un lado, justificar su dominación sobre los que entonces llamaban “indios”, y por otro, defender su posición frente a la Corona española y sus funcionarios, a quienes veían como una amenaza para su poder político y económico. Los criollos veían al “indio”, no como un ser humano, sino como parte del patrimonio heredado de sus ancestros conquistadores, junto con la tierra. La explotación de los “indios” era la base del sistema de producción colonial y de ahí el interés fundamental, tanto de los criollos como de la Corona, en determinar la forma que debería tomar dicha explotación. Eso

explica también los prejuicios de los criollos acerca de los indígenas, a quienes retrataban como personas que vivían felices en la pobreza, como holgazanes, y como propensos al vicio. Estos prejuicios servían para justificar el que se les obligara a trabajar para el beneficio de otros y se les mantuviera en la más absoluta pobreza. Uno de los aspectos más interesantes del libro de Martínez Peláez son las continuidades que establece entre el período colonial y el momento presente. Según el autor, las estructuras básicas de la dominación colonial y sus ideologías correspondientes son visibles hasta el día de hoy, a pesar de los procesos reformistas y revolucionarios ocurridos en Guatemala en los siglos XIX y XX. Los quinientos años de explotación de la población indígena se han sedimentado en un sistema opresivo al que incluso la cultura indígena resulta funcional, puesto que dicha cultura sería producto de ese mismo sistema y respondería a su situación de servidumbre. Lo que Martínez Peláez propuso hace más de cuatro décadas como el camino a la emancipación de los pueblos indígenas guatemaltecos resulta hoy en día sumamente polémico, por decir lo menos. Si para este historiador la cultura del “indio”, al igual que la del criollo, es el producto de la estructura de dominación colonial, una de las consecuencias de la liberación económica del pueblo indígena sería el abandono de dicha cultura en favor de otra de carácter más “universal”, que les permita gozar de los beneficios científicos y tecnológicos de la modernidad.

Conclusiones       

La conquista significó una apropiación que abolía todo derecho de propiedad de los nativos. La composición de tierras aportó grandes ingresos a la corona durante todo el periodo colonial. La preservación de las tierras de indios fue arma de doble filo al servicio de la corona. La encomienda primitiva fue pretexto para repartirse los indios y explotarlos hasta esclavizarlos. El orden político y el religioso dieron bases legales a la esclavización y al despojo de los indios. La reducción de los indios garantizaba el trabajo obligatorio de los nativos y su control. Este sistema de esclavitud arrastró indios a las haciendas y ahuyentó indios a los montes, como recurso de defensa frente a la conquista.