La Familia Formadora de Valores

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La Familia Formadora de Valores La Familia Formadora La familia es claramente el primer contexto de aprendizaje para las personas, en este sentido es importante aclarar que en su seno aprenden no sólo los niños, sino también los adultos. La familia, ofrece cuidado y protección a sus miembros. También ella contribuye a la socialización de los hijos en relación a los valores socialmente aceptados. Los niños desde que nacen reciben la influencia educativa de los padres y otros familiares cercanos. Son múltiples las formas de enseñarles a los pequeños desde las edades más tempranas todo lo relacionado con la conducta, lo correcto o no, las formas adecuadas de comportarse y su desenvolvimiento primero en el hogar y más tarde en la sociedad en general. Los padres son el modelo más importante para los niños y jóvenes que crecen. Ellos tienen influencia enorme en sus hijos. Los niños crecerán haciendo lo que sus padres hacen en lugar de lo que dicen. Si los padres, no dan un buen ejemplo, no pueden esperar normas elevadas de sus hijos. Es importante tener presente que nuestros hijos a cada instante, están observando, cómo nos comportamos, cómo actuamos ante las circunstancias, cómo nos desenvolvemos, qué principios nos rigen, nuestra moralidad, nuestra cortesía, nuestros hábitos. Al respecto, Valenzuela (2009), señala “La familia a la que pertenece el individuo es el determinante más esencial de su conducta y las diversas normas que lo guiarán a través de la vida, son establecidas en el hogar”. De acuerdo con la autora,la familia es la base de la sociedad civil, solamente en la familia las personas pueden ser debidamente criadas, educadas y recibir la formación de su carácter que les hará buenos hombres y buenos ciudadanos. La familia es por tanto, la primera escuela de virtudes humanas sociales, que todas las sociedades necesitan; por medio de la familia se introduce en la sociedad civil a las personas. Es por ello necesario que los padres consideren la importancia que tiene la familia en la formación de futuros ciudadanos. Asimismo, la educación es el ámbito más importante en el desarrollo de las sociedades. Es a través de ella que las personas logran formarse y conocer el mundo que las rodea, es uno de los espacios privilegiados en los cuales se transmite la cultura y la memoria histórica de generación en generación. En la vida de todas las personas existen diversos actores que contribuyen en estas funciones. Dentro de ellos, dos son los más importantes la familia y la escuela. Por lo tanto, la coordinación de estos dos elementos, representados principalmente por los profesores y los padres, es fundamental para su desarrollo. Se debe integrar a los padres en los procesos de enseñanza aprendizaje, a fin de que ellos fortalezcan estos procesos y por lo tanto, se transformen en mediadores efectivos. Cuando los padres se involucran y apoyan a la escuela, y por lo tanto a sus hijos, esto se transforma en un elemento positivo que fortalece el

aprendizaje de los niños y niñas, aumenta la motivación y contribuye a que se puedan emprender los desafíos del desarrollo con mayor tolerancia. Resulta pues fundamental, que los padres se involucren en la educación de sus hijos, participando en los procesos que tengan como fundamento, concretar la misión encomendada, asumiéndola con amor y entusiasmo. Por último, creo que es importante destacar que nos encontramos viviendo un momento de privilegio para la educación, por lo que el gran desafío para los educadores y educadoras es conquistar a los padres, madres en la temática de la educación y considerarlos como socios válidos para compartir la tarea de educar a sus hijos e hijas. Espero que todos los padres de familia a través de principios sencillos, puedan llevar a sus hijos a que caminen de manera correcta, por el sendero recto, en donde los valores que lo rijan sean la honestidad, el amor, el servicio, el perdón, la responsabilidad, la excelencia, el trabajo, el respeto a Dios y a los demás, pero todo esto lo aprenderán a través de nuestras vidas.

A FAMILIA, NÚCLEO FORMADOR DE VALORES La familia es el verdadero núcleo formador del hombre en la sociedad contemporánea. Es allí donde se asimilan los valores o los anti valores que prevalecerán en la persona en su vida de adulto, y este aprendizaje se adquiere de diversas maneras, siendo más formador el ejemplo mismo que la palabra emitida. Es la forma de ser de los adultos, sobre todo la de sus padres o tutores, la que le enseña las conductas, las actitudes y los comportamientos.

La vida familiar sigue siendo un valor fundamental, es algo que nos identifica y nos marca hacia un futuro, por lo que no es correcto asumir la responsabilidad de ser padres, sin tener claro el alcance que pueden tener nuestras decisiones y acciones en el futuro de los hijos. Por lo tanto, es fundamental aclarar que ser buenos padres no es ser cumplidores con las obligaciones, que hoy en día se han convertido en la prioridad de la responsabilidad familiar, siendo una postura equivoca: “A mi hijo no le falta nada”, “Tiene todo lo que yo no tuve”.

Esto denota una confusión acerca de lo que es ser buen padre y en lo que ellos realmente necesitan y debemos darles. Para todo padre es claro, al menos en su discurso, que esperan que sus hijos sean gente de bien en un futuro, pero vale la pena preguntarse: ¿Qué entienden los padres por ser gente de bien? Estamos inmersos en una sociedad nueva llena de banalidades, confundida e impregnada de términos ambigüos que llenan pero que dejan vacíos en el ser humano. Alguna vez leí una frase sin recordar su autor, que decía: “Hoy en día existen más niños huérfanos de padres vivos que de padres muertos”. Suena duro, pero tiene una gran profundidad. Si miramos a nuestro alrededor vemos cantidad de niños rodeados de muchas cosas: comodidades, la mejor escuela, condiciones privilegiadas, ropa de marca y más, con una privación muy grande de tiempo y cariño, y aunque algunos sicólogos se han atrevido a afirmar que lo importante no es la cantidad de tiempo sino la calidad en el poco tiempo concedido es mejor, y difícil de contradecir, por que si se da más cantidad de buena calidad, agrega y nunca será perjudicial. Más aún muchos de estos padres trabajadores, algunos por absoluta necesidad, y otros por una simple competencia social de interdependencia como pareja, de no sumisión, de seguir los estándares sociales y más, el tiempo no dado a sus hijos, lo compensan con cosas materiales, en pocas palabras, con dinero. El tiempo no concedido y el estar en el momento que los hijos los necesitan, lo pagan. Es corriente encontrar niños que tienen mucho en cuanto a cosas, pero poco afecto, o posiblemente mucho afecto ya que es difícil de cuantificar la cantidad de afecto, pero si poco tiempo presencial de sus padres, poco tiempo para compartir, para jugar, para acariciar, para contemplar o simplemente para hacerlo sentir bien cuando tiene un dolor, cuando tiene miedo o cuando siente que algo no le sale bien. Una de las principales aspectos afectados en los niños llega a ser en unos la autoestima, en algunos la agresividad y en otros inclusive un mutismo extraño. Muchos niños de padres altamente ocupados pasan más tiempo con sus “Nanas” o “Niñeras”, y que posiblemente son muy cariñosas, algunas, pues casos se han visto de que algunas niñeras drogan a los niños para tenerlos dormidos, otras les pegan, otras los mantienen amedrentados, etc., pero bien, no todas hacen eso, además ese no es el punto. Estos niños que pasan más tiempo con sus Nanas están recibiendo los principios formadores a partir de ellas, es decir, la cultura de la Nana o Niñera es la que va prevaleciendo en la formación del niño, más que la de sus propios padres ya que comparten poco tiempo con ellos. De sus padres reciben lo que ven: el dar es más importante que el tiempo; un alejamiento de padre e hijo que los lleva fácilmente al desprendimiento; inclusive, actos que les indican que hay cosas mas prioritarias que un beso, una caricia o acompañar a un ser querido, como por ejemplo: Una cita de negocios, un viaje de negocios, una reunión con vecinos,

un trabajo nocturno, etc.; y en general las actitudes, los comportamientos ausentes de los padres, sus desequilibradas e inoportunas contestaciones, y otras tantas acciones y palabras, pasan a ser para ellos principios formadores de sus valores. Así que vuelvo a preguntar: ¿Qué entienden los padres con hacer de sus hijos gente de Bien? ¿Qué esperan qué sean sus hijos en un mañana? Aparentemente todo padre desea lo mejor para sus hijos, pero ¿Qué es lo mejor? Para poder orientar a los hijos para que sean lo mejor, es el padre quien tiene que ser el mejor, pues ellos aprenden con el ejemplo, ellos copian lo que son sus padres. Si los padres están enmarcados en esos falsos entendidos de la exitología moderna, que indican que una persona de éxito es quien tiene mucho dinero, vive cómodo, tiene poder, tiene un buen cargo y ostenta de una cantidad de símbolos sociales que le diferencian de las clases populares, se encuentran mal enfocados, y eso hacen muchos padres, sin decir que eso no es importante, pero hay cosas que deben primar en el ser como: Ser decente, honesto, honrado, alegre, solidario, amable, recto, justo y tener una serie de valores que hagan que esa persona el día de mañana se comporte bien, no se involucre en actos delictivos, inmorales, desleales, corruptos y esa otra serie de anti valores que algunos aplauden y manifiestan, frases tales como que eso es ser vivo, que adoptarlos es ser realistas, es saber vivir, etc. He sido testigo de algunos padres que lloran a sus hijos y se preguntan: ¿De dónde salió con esas mañas? Es lamentable que eso no lo hubiera pensado en el momento que se las enseñó creyendo que eso no era importante: Cuando el chico llega golpeado a la casa le Dice “No se deje de nadie”, en vez de indicarle no le siga el juego al pleito; Cuando recibe un cambio mayor al que debe ser y dice “Yo no me la robé, el se equivocó, que ponga cuidado la próxima vez”, en vez de decir yo no puedo aprovecharme de una equivocación del otro; o cuando para hacer un negocio le pidieron una comisión o soborno y manifestaba delante de sus hijos “Así es la vida de los negocios”, en vez de decir, la ética no se negocia; y como esos, otros tantos. Es la familia el verdadero núcleo formador, es la familia la responsable de lo que serán los hijos ante el mundo de mañana, y dentro de la familia se educan a los hombres rectos que le servirán a su semejantes, a la patria y a Dios, o los que estarán haciendo el futuro daño, y la culpa es de los padres. Decir que son los amigos es la salida más fácil, pues si un niño tiene unos valores sólidos, por oportunidades negativas que se le presenten en la vida, el decidirá lo correcto, si la formación en valores fue débil, confusa, e inclusive orientada más a los anti valores, la influencia negativa lo seducirá fácilmente. La drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, la delincuencia y otra serie de conductas sociales que llevan a las personas a enfermarse o a deteriorarse a sí mismos o a sus semejantes, pueden tener foco en la falta de atención básica

en familia, en una carencia de formación en valores, en una ausencia de ejemplos buenos, acompañados por reglas y disciplina. Muchos hombres están siendo condenados, sin que nadie juzgue a los que fueron sus formadores y por qué no, culpables, a esos padres que omitieron la responsabilidad de hacer lo que debe hacer un padre que fue criado con ética y valores. TITO GONZALEZ S

Resumen La familia está considerada como una de las fuerzas más poderosas en la educación y formación de la personalidad y de los valores como estructura compleja de esta. Es por ello la importancia de que en el seno del hogar se respire un clima emocional positivo; cargado de afecto, respeto, comunicación y tolerancia mutua. La familia es referencia de vida de cadapersona en esta sociedad; son estructuras complejas en donde se vierten las emociones de los individuos, los modos de vida, en la que se mantienen los vínculos afectivos, valorables y en donde se ponen más a prueba los conflictos humanos. En el seno de la familia se producen procesos básicos: la expresión de sentimientos, adecuados o inadecuados, la personalidad del individuo y patrones de conducta; todo esto se aprende en la dinámica familiar y los que así aprendan enseñarán a su vez a sus hijos, más o menos del mismo.

Introducción La familia es el lugar ideal para forjar los valores, es una meta alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se transmitirá a la sociedad entera. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás. El valor de la familia se basa en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos Entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las personas. La familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida social. Sin temor a equivocarnos podríamos denominar a la familia como: El refugio espiritual, donde se socializan los conocimientos, las alegrías, emociones y tristezas de los mejores y peores momentos, y la que nos aconseja o sugiere cómo debe ser nuestra actuación cuando entramos en conflicto y no sabemos o no estamos seguros de cuál es la mejor opción en el camino a seguir. Es en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Es el verdadero núcleo formador de hombres en la sociedad contemporánea. En ella tenemos las oportunidades de vivir y formarnos en los valores y los antivalores; en la familia tenemos la oportunidad de convivir con los peligros y las oportunidades, de reflejar nuestras mayores debilidades y que con armonía nos las hagan ver y aprendamos y las superemos, como también nos pueden fortalecer. La familia es el núcleo de la sociedad que nos permite ver reflejada la sociedad misma. Las sociedades que se han distraído de este valor familiar, son sociedades que se han vuelto individualistas y por tanto aisladas, y poco preocupadas por sus comunidades. Es referencia de vida, la familia de cada persona en esta sociedad; son estructuras complejas en donde se vierten las emociones de los individuos, son filosofías de vida en donde se mantienen los vínculos afectivos, valores y en donde se ponen más a prueba los conflictos humanos. En el seno de la familia se producen procesos básicos: la expresión de sentimientos, adecuados o inadecuados, la personalidad del individuo y patrones de conducta; todo esto se aprende en la dinámica familiar y los que así aprendan enseñarán a su vez a sus hijos, más o menos del mismo.

La vida familiar sigue siendo un valor fundamental, es algo que nos identifica y nos marca hacia un futuro. Nosotros tenemos que reflexionar sobre la trascendencia y el futuro de la familia y su impacto sobre la comunidad, qué cosas positivas y negativas puede tener la familia, todos debemos participar de forma integral en una planeación, es responsabilidad de todos, padres de familia, estudiantes, maestros.

Desarrollo Los valores constituyen un complejo y multifacético fenómeno que guarda relación con todas las esferas de la vida humana. Están vinculados con el mundo social, con la historia, con la subjetividad de las personas, con las instituciones. Realmente vivimos un mundo lleno de valores y, por supuesto, uno de los ámbitos fundamentales donde los valores tienen su asiento es en la familia. La familia es el primer grupo natural del ser humano en que viven, satisfacen y desarrollan complejos procesos materiales y afectivos estrechamente relacionados, donde adquieren hábitos de conducta, normas de vida y valores. Jurídicamente, se organiza sobre la base del matrimonio, el cual se define por múltiples autores como una institución social en la que unhombre y una mujer se unen legalmente con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos. Por lo que, la llegada de una nueva persona en existencia se vea unida al ambiente familiar, el cual circundará en su vida, sus triunfos y fracasos. Tanto para los hijos como para los padres, el hogar es el grupo más cercano, en el que se identifica y desarrolla un fuerte sentimiento de pertenencia, y donde enfrentan y tratan de resolver los problemas de la vida cotidiana en estrecha convivencia. Los fundadores de la filosofía marxista sentaron las bases para comprender su razón social de ser, su determinación y funciones más generales .Ellos se vieron en la necesidad de estudiar a la familia como institución social al elaborar su concepción materialista de la historia, y fueron los primeros en revelar los determinantes sociales fundamentales sobre la institución familiar y su papel en la reproducción social. Es importante reconocer que el impacto de las condiciones de vida de la familia en la educación de sus hijos fue observado por Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra (Engels, 1974), por Marx en El Capital (C. Marx, 1973) Desde una concepción filosófica histórico-materialista y dialéctica, la sociedad determina la vida familiar y a su vez la familia condiciona en sus descendientes importantes cualidades personales .por tanto, la familia tiene una importante misión de reproducción social y lo personal. Entonces, la familia es un pequeño grupo humano primario, en donde sus integrantes satisfacen una serie de necesidades materiales y desarrollan complejos procesos motivacionales y afectivos estrechamente interrelacionados. Es importante destacar la idea de que la familia está inserta en un mundo social y que, a pesar de que es más estable en comparación con los más disímiles ámbitos de la sociedad, ella es dinámica, por lo que, sus cambios reflejan y reproducen en alguna medida las variaciones que tiene lugar a un nivel social general.es el más inmediato y primario medio desocialización del ser humano. Eso le concede un lugar inviolable, un valor exclusivo dentro del sistema de relaciones sociales. A través de los relaciones afectivas prevalecientes en el interior de la familia, especialmente en el vínculo que se establece con los niños, momento en que se produce la apropiación del lenguaje como medio fundamental de comunicación y socialización, es en ese marco donde se aprende a sentir, a pensar, a concebir el mundo de un determinado modo y se reciben las orientaciones primarias del valor. Es en el propio seno familiar, donde se adquieren las primeras normas de conducta, relación, nociones culturales y estéticas y los valores a ellas asociados, vinculados a lo que se considera un comportamiento moralmente bueno y a una adecuada relación de respeto con el otro. Estos valores se asumen por el niño en sus primeros años como un proceso lógico y natural de identificación con su medio social inmediato. Otros valores, ideológicos, políticos, filosóficos, tienen en la familia a uno de los primeros y principales medios de transmisión ya en las etapas más avanzadas del desarrollo de la personalidad. La fuerte presencia que tiene la familia en la educación más temprana del niño, su papel es extraordinariamente importante en la configuración del mundo de los valores de esa conciencia en formación. En este sentido juega la familia una función insustituible. Los valores que adquiere el niño en las edades más tempranas quedan arraigados para el desarrollo de su personalidad, lo cual hace más difícil su cambio. De ahí, la importancia de que esa educación primera sea lo más adecuada posible. En muchas ocasiones los padres no tienen la conciencia, ni están lo suficientemente preparados para la gran responsabilidad que recae sobre ellos la educación valorativa de sus hijos. No los prepara para la vida, del mañana porque no le explica suficientemente lo bueno y lo malo y de trasmitirles a los pequeños los instrumentos necesarios para que ellos aprendan a valorar por sí mismos.111 Los valores que se adquieren en el seno familiar son los de mayor solvencia, lo que no significa que marquen necesariamente un sello fatal y predeterminado en la formación de la personalidad en cuanto a los valores se hace referencia. En el transcurso y evolución natural de su vida de niño a adolescente-

joven-adulto, el individuo se incluye en otros gruposhumanos, donde recibe variados influjos valorativos. Esa propia realidad social a la que se ha insertado, a la que pertenece, cambia, se transforma, evoluciona; por lo que, propicia variaciones en el mundo subjetivo de los valores, sino que es capaz de asumir actitudes personales, propias, creativas, diferenciadas en relación con los valores. La familia juega un importante papel en relación con los valores que aporta a cada individuo en todos los marcos de cualquier tipo de sociedad por ser poseedora en sí misma de un alto valor social. Como forma de organización humana relativamente autónoma y variada, la familia es capaz de conformar ciertas normas que regulan el comportamiento de sus miembros y que se basan en valores que, por una u otra vía, se convierten en dominantes de su radio de acción. La familia instituye, oficializa, convierte en normas, ciertos valores que son los que operan a su nivel, regulan las relaciones intrafamiliares y proyectan una determinada actitud hacia el mundo extrafamiliar; pero hay que tener en cuenta que existen otras fuentes que a veces no son propias del seno familiar sino que proceden de otro ámbito. 1. Ramón Corzo Fabelo.2003.Los valores y sus desafíos Debido a la alta distinción que tiene la familia en la formación de los sistemas subjetivos de valores en las primeras etapas del formación de la personalidad, constituyéndose en uno de los intermediarios principales de todas los influjos valorativos, actuando como especie de mediador en relación con los componentes de naturaleza valorativa que introducen su influjo hasta cada uno de los miembros desde la vida, la comunidad, otras instancias educativas, los medios masivos de comunicación, las leyes, los preceptos morales vigentes en la sociedad, también las tradiciones , desde generación en generación. El hogar es la primera escuela del niño y los padres sus primeros maestros .La familia debe ser siempre ejemplo positivo, garantizar las condiciones mínimas indispensables para la formación de los distintos hábitos, orientar y ayudar a resolverlas dificultades que presenten. De ahí que resulte imposible sustituir a la familia como institución educativa, motivado ante todo por la especificidad de su influencia en la formación de la personalidad del niño. Las funciones que cumplen las familias son muy importantes; pero podemos decir sin duda alguna que la función educativa que desempeña la familia es esencial, ya que educan a sus hijos según sus propios patrones morales, los preparan como ciudadanos útiles a la sociedad y a la vez como futuros padres, porque en el seno de la familiar es donde él comienza a desarrollar el respeto a sus semejantes, el amor al trabajo .los estímulos que ellos reciben y los ejemplos que observen tendrán una influencia en la formación de hábitos y actitudes en su conducta , que garantizará una adecuada y correcta formación. Si esta forma educativa tan elemental no se respeta, las relaciones con el niño, adolescente , joven se vuelven tirantes, cuando trate de imponer violentamente los criterios, cuando se castiga severamente en lugar de guiarlo correctamente. Las tareas hogareñas tienen que constituirse en responsabilidad compartida entre cada uno de sus miembros, el apoyo constante para que las cosas salgan mejor, el análisis colectivo de las decisiones que se tomen, sin dudas son premisas para lograr en los más jóvenes, la formación de sentimientos, cualidades, actitudes, valores y convicciones que irán haciendo suyos. Esto le permitirá enfrentar y transformar el mundo que les rodea, y transformarse a sí mismo de una manera adecuada. En ocasiones, los padres le reclaman al maestro que él tiene la responsabilidad de eliminar en sus hijos aquellas actitudes o comportamientos negativos que posee y expresan: "mire a ver qué hace con él porque yo no puedo" o sucede a la inversa, el maestro cita a los padres o los visita en el hogar, solicitando un aprendizaje o comportamiento adecuado, sin tomar en consideración que ellos son los responsables de lograrlo. En uno u otro caso valdría la pena analizar, meditar o preguntarnos ¿tienen conciencia cada uno de ellos de lo que les corresponde como educador? Se piensa que no, que el encargo social no está siempre lo suficientemente claro. Resulta oportuno referirse a los señalado por el pedagogo cubano, Enrique José Varona.:mm, ""En la sociedad todo educa y todos educamos [...] lo existente es la idea de la generalidad de los padres de que su papel de educadores se limita a enviar a sus hijos a la escuela y de que en esta se ha de verificar el milagro de que el niño se desprenda de todos los malos hábitos engendrados en el hogar por descuido de los que le rodean y aprendan en la escuela todo lo que luego ha de serle útil en la vida". La familia es considerablemente trascendente en la formación del hombre, por los valores que en la familia misma se viven, porque trascienden en el hombre, porque en ella vemos la diversidad, a los hijos se quieren igual, pero entre los hijos existen características diferentes, siendo integrantes de la familia, como padre, hijo, hermano, nos podemos dar cuenta de que somos diferentes, un hijo tiene más tendencia hacia la sensibilidad, y otro hacia los oficios analíticos, y podemos ver cómo unos son más místicos, más reflexivos, y otros más intensos, más atléticos, y con alguno nos identificamos más, sin embargo a todos los queremos igual independientemente de esa identificación. Nos aceptamos tal cual somos, cuando verdaderamente nos queremos, cuando utilizamos el amor fraterno, perdonamos y

comprendemos las características débiles de nuestro prójimo, que es nuestro próximo más cercano en la familia, y al mismo tiempo comprendemos donde están las cualidades y tratamos de potenciarnos lo más posible para ayudarnos unos con otros con las cualidades de cada quien, y nos solidarizamos y en los momentos de tragedia olvidamos las diferencias, y cada quien pone lo mejor de sí mismo. Y cuando se trata de dinero, cada quien pone lo mejor que tiene para salir adelante en el problema que se presenta, y si alguno no pone la cantidad que les corresponde, finalmente terminamos perdonándolo, cuando tenemos un amor verdadero, y no nos ciegan las pasiones, la soberbia, el egoísmo, en el fondo de nuestro corazón, dentro de la familia nos perdonamos. Por eso, la familia es el reflejo de lo que estarnos viviendo en la vida comunitaria. En la familia se pueden vivir ciertos valores sin haberlo reflexionado, vivimos en la unidad, generalmente, podemos ver que la familia como formadora de hombres, fomenta valores que nos enaltecen y nos transforman hacia algo mejor, nos hacen reflexionar sobre el servicio, la solidaridad, la fortaleza, la subsidiaridad, valores muy importantes para hacerlos vivos en nuestra familia y en nuestra comunidad; pero si no identificamos que la familia es formadora de los valores humanos, no estaremos preparados para vivir en familia, e independientemente del rol que nos toca vivir en esa familia, tenemos que estar conscientes de nuestro papel dentro de ella y su trascendencia, reflexionando que la vivencia de los valores dentro de nuestras familias, y la experiencia de los otros miembros, nos ayuda a formar nuestros propios valores; las características, los valores y las reflexiones de mi hermano me potencian a mí, y si él da lo mejor de sí mismo hacia la familia y yo doy lo mejor de mi hacia ella, nos potenciaremos mejor.

Cómo ver los valores     

El valor responsabilidad, estarían en primer lugar para aquellos que la sociedad promueve y trabaja para una adecuada formación ciudadana. Esto hace que sería indispensable los siguientes. El trabajo, la laboriosidad como fuente y satisfacción de las principales necesidades vitales del hombre (responsabilidad compartida en las tareas hogareñas). La solidaridad, como característica elemental hacia cualquier ser humano (preocupación constante y sistemática de en qué puede ser útil, ayudar y aportar en las labores del hogar, aunque no les corresponda). El patriotismo, la identidad nacional, el amor y a la defensa en todo momento de su entorno más cercano (en primer lugar el reconocimiento, amor, respeto y accionar cotidiano por conservar su flora y fauna, la que conoce, cuida y atiende sistemáticamente). La responsabilidad, como algo consustancial y exclusivo del ser humano (hacer en cada momento lo que le corresponde, con la satisfacción de que es algo útil). La honestidad, como aquello que le permite ser respetado incondicionalmente por todos los que le rodean (analizar, reflexionar y discutir sus puntos de vista, sus errores y aciertos). Alertamos que los valores no se dan aislados, lo que hace que cuando estamos jerarquizando uno, también se está trabajando en la formación de otros. ¿Es posible ser responsable y deshonesto a la vez? Los que se interesen y tengan la posibilidad de leer este material, al menos en un por ciento alto, aunque sea empíricamente, responderán que no es posible, y seguramente coincidiríamos con ellos. Es así porque tanto la responsabilidad como la honestidad están indisolublemente ligadas entre sí. Si partimos de la premisa de que ser responsable, implica entre sus indicadores, conocer los deberes correspondientes en todo momento y a su vez cumplir con las normas de comportamiento social, entonces a la vez que se es responsable se es honesto.

Cómo ver las responsabilidad

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Responsabilidad colectiva: es la posibilidad de influir en las decisiones de la colectividad y al mismo tiempo responder y apoyar las decisiones en los grupos sociales en que estamos incluidos. En ambas la persona debe saber responder por las actuaciones, aceptar la responsabilidad que se derive de sus actos, tener firmeza de principios y ser autocrático, debe sentirse dispuesto a dar respuesta a las tareas y poseer el espíritu de sacrificio necesario que le permita cumplir sus tareas. Un individuo responsable debe ser: Capaz de elegir una actuación racional Capaz de elegir los mejores medios posibles para su autorrealización personal. Capaz de tomar decisiones y autodirigirse a la luz de los valores sociales. Capaz de perseverar ante las dificultades. Crítico y autocrítico. Debe demostrar

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El uso adecuado de la libertad, del sentido del deber. Compromiso en el cumplimiento de las principales actividades y por sus resultados. Normas de disciplina y de comportamiento individual y colectivo. Obligación e independencia. Debe tener Comprensión cabal de los objetos de decisión, adquiriendo la información necesaria, investigando y superándose. Voluntad para cumplir las metas con abnegación y sacrificio. Debe rechazar La indiferencia ante las decisiones colectivas. La evasión de las consecuencias de sus actos. La negligencia en el cumplimiento de sus deberes. Las actitudes de ordeno y mando a capricho. La inconsecuencia entre palabras y acciones.

LA TEORÍA DE LAWRENCE KOHLBERG

Kohlberg comparte con Piaget la creencia en que la moral se desarrolla en cada individuo pasando por una serie de fases o etapas. Estas etapas son las mismas para todos los seres humanos y se dan en el mismo orden, creando estructuras que permitirán el paso a etapas posteriores. Sin embargo, no todas las etapas del desarrollo moral surgen de la maduración biológica como en Piaget, estando las últimas ligadas a la interacción con el ambiente. El desarrollo biológico e intelectual es, según esto, una condición necesaria para el desarrollo moral, pero no suficiente. además, según Kohlberg, no todos los individuos llegan a alcanzar las etapas superiores de este desarrollo. El paso de una etapa a otra se ve en este autor como un proceso de aprendizaje irreversible en el que se adquieren nuevas estructuras de conocimiento, valoración y acción. Estas estructuras son solidarias dentro de cada etapa, es decir, actúan conjuntamente y dependen las unas de la puesta en marcha de las otras. Kohlberg no encuentra razón para que, una vez puestas en funcionamiento, dejen de actuar, aunque sí acepta que se produzcan fenómenos de desajuste en algunos individuos que hayan adquirido las estructuras propias de la etapa de un modo deficiente. En este caso los restos de estructuras de la etapa anterior podrían actuar aún, dando la impresión de un retroceso en el desarrollo. Kohlberg extrajo las definiciones concretas de sus etapas del desarrollo

moral de la investigación que realizó con niños y adolescentes de los suburbios de Chicago, a quienes presentó diez situaciones posibles en las que se daban problemas de elección moral entre dos conductas. El análisis del contenido de las respuestas, el uso de razonamientos y juicios, la referencia o no a principios, etc. -se analizaron treinta factores diferentes en todos los sujetos- fue la fuente de la definición de las etapas. Posteriormente, y para demostrar que estas etapas eran universales, Kohlberg realizó una investigación semejante con niños de una aldea de Taiwan, traduciendo sus dilemas morales al chino y adaptándolos un poco a la cultura china. El desarrollo moral comenzaría con la etapa cero, donde se considera bueno todo aquello que se quiere y que gusta al individuo por el simple hecho de que se quiere y de que gusta. Una vez superado este nivel anterior a la moral se produciría el desarrollo según el esquema que presentamos a continuación. Nivel I: moral pre convencional.

El punto de vista propio de esta etapa es el egocéntrico, no se reconocen los intereses de los otros como Etapa 1: el diferentes a los castigo y la propios. Las acciones obediencia se consideran sólo (heteronomía). físicamente, no se consideran las intenciones, y se confunde la perspectiva de la autoridad con la propia.

Lo justo es la obediencia ciega a la norma, evitar los castigos y no causar daños materiales a personas o cosas.

Las razones para hacer lo justo son evitar el castigo y el poder superior de las autoridades.

Etapa 2: el propósito y el intercambio (individualismo) .

Lo justo en esta etapa es seguir la norma sólo cuando beneficia a alguien, actuar a favor de los intereses propios y dejar que los demás lo hagan también.

La razón para hacer lo justo es satisfacer las propias necesidades en un mundo en el que se tiene que reconocer que los demás también tienen sus necesidades e intereses.

La perspectiva característica de esta etapa es el individualismo concreto. Se desligan los intereses de la autoridad y los propios, y se reconoce que todos los individuos tienen intereses que pueden no coincidir. De esto se deduce que lo justo es relativo, ya que está ligado a los intereses personales, y

que es necesario un intercambio con los otros para conseguir que los propios intereses se satisfagan. Nivel II: moral convencional.

Etapa 3: expectativas, relaciones y conformidad interpersonal (mutualidad).

Etapa 4: sistema social y conciencia (ley y orden).

La perspectiva de esta etapa consiste en ponerse en el lugar del otro: es el punto de vista del individuo en relación con otros individuos. Se destacan los sentimientos, acuerdos y expectativas compartidas, pero no se llega aún a una generalización del sistema.

Lo justo es vivir de acuerdo con lo que las personas cercanas a uno mismo esperan. Esto significa aceptar el papel de buen hijo, amigo, hermano, etc. Ser bueno significa tener buenos motivos y preocuparse por los demás, también significa mantener relaciones mutuas de confianza, lealtad, respeto y gratitud.

La razón para hacer lo justo es la necesidad que se siente de ser una buena persona ante sí mismo y ante los demás, preocuparse por los demás y la consideración de que, si uno se pone en el lugar del otro, quisiera que los demás se portaran bien.

El punto de vista desde el cual el individuo ejerce su moral se identifica en esta etapa con el del sistema social que define los papeles individuales y las reglas de comportamiento. Las relaciones individuales se consideran en función de su lugar en el sistema social y se es capaz de diferenciar los acuerdos y motivos interpersonales del

Lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes sociales establecidos. También se considera como parte de lo

Las razones para hacer lo que está bien son mantener el funcionamiento de las instituciones, evitar la disolución del sistema, cumplir los imperativos de conciencia (obligaciones aceptadas) y mantener el

Nivel III: moral postconvencio nal o basada en principios. Las decisiones morales en este nivel tienen su origen en el conjunto de principios, derechos y valores que pueden ser admitidos por todas las personas que componen la sociedad, entendiéndose ésta como una asociación destinada a organizarse de un modo justo y beneficioso para todos sin excepción.

Etapa 5: derechos previos y contrato social (utilidad).

punto de vista de la sociedad o del grupo social que se toma como referencia.

justo la contribución a la sociedad, grupo o instituciones.

autorrespeto.

En esta etapa se parte de una perspectiva previa a la de la sociedad: la de una persona racional con valores y derechos anteriores a cualquier pacto o vínculo social. Se integran las diferentes perspectivas individuales mediante mecanismos formales de acuerdo, contrato, imparcialidad y procedimiento legal. Se toman en consideración la perspectiva moral y la jurídica, destacándose sus diferencias y encontrándose difícil conciliarlas.

Lo justo consiste en ser consciente de la diversidad de valores y opiniones y de su origen relativo a las características propias de cada grupo y cada individuo. Consiste también en respetar las reglas para asegurar la imparcialidad y el mantenimiento del contrato social. Se suele considerar una excepción por encima del contrato social el caso de valores y derechos como la vida y la libertad, que se ven como absolutos y deben, por tanto, respetarse en cualquier sociedad, incluso a pesar de la opinión

La motivación para hacer lo justo es la obligación de respetar el pacto social para cumplir y hacer cumplir las leyes en beneficio propio y de los demás, protegiendo los derechos propios y los ajenos. La familia, la amistad, la confianza y las obligaciones laborales se sienten como una parte más de este contrato aceptado libremente. Existe interés en que las leyes y deberes se basen en el cálculo racional de la utilidad general, proporcionando el mayor bien para el mayor número de personas.

mayoritaria. En esta última etapa se alcanza por fin una perspectiva propiamente moral de la que se derivan los acuerdos sociales. Es el punto de vista de la racionalidad, según el cual todo individuo racional reconocerá el imperativo categórico de tratar a las personas como lo que son, fines en sí mismas, y no como medios para conseguir ninguna ventaja individual o social. Etapa 6: principios éticos universales (autonomía).

Lo que está bien, lo justo, es seguir los principios éticos universales que se descubren por el uso de la razón. Las leyes particulares y acuerdos sociales son válidos porque se basan en esos principios y, si los violaran o fueran en contra de ellos, deberá seguirse lo indicado por los principios. Los principios son los principios universales de la justicia: la igualdad de derechos de los seres humanos y el respeto a su dignidad de individuos. Éstos no son únicamente valores que se reconocen, sino que además pueden usarse eficientemente para generar decisiones concretas.

La razón para hacer lo justo es que, racionalmente, se ve la validez de los principios y se llega a un compromiso con ellos. Este es el motivo de que se hable de autonomía moral en esta etapa.

ACTIVIDAD 1: ¿A qué etapa del desarrollo moral según Kohlberg corresponden las siguientes frases?: "Te doy para que me des", "no quiero que me castiguen", "tenemos que casarnos, todo el mundo sabe que estamos juntos", "es necesario mantener el orden social", "no debes defraudar a tus padres", "no me conviene hablar todavía", "hice lo que debía", "todos tenemos unos derechos". Justifica tus respuestas.