PENSAMIENTOS DE JEFF FOSTER _ (Traduccción -‐ Tarsila Murguía Morales) La Medicina es
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PENSAMIENTOS DE JEFF FOSTER _ (Traduccción -‐ Tarsila Murguía Morales) La Medicina es Ahora Deja que tu experiencia actual se convierta en lo más fascinante de todo el universo. Cualquier cosa que esté surgiendo en este momento -‐ ya sea confusión, temor, enojo, dolor o tan sólo un sentido de no saber qué camino tomar -‐ deja que ese movimiento te cautive, te fascine, permite que llene todo el espacio con su esencia. Recíbelo abiertamente y no juzgues su existencia, sea lo que sea. Y si no puedes recibirlo, si sientes alguna dificultad para permitirlo, ¡maravilloso!, permite eso también. Acepta esa no-‐ aceptación. Acepta tu incapacidad de aceptar una maldita cosa. Permite que incluso eso sea fascinante, como cuando eras un bebé. Permite que la turbulencia de este momento se convierta en un arroyo y permite que el arroyo se convierta en un río embravecido y deja que el río fluya hacia el océano y date cuenta de que aquello contra lo que habías estado luchando no estaba separado de la inmensa inteligencia que llamamos Vida. Sólo era un clamor inteligente pidiendo tu completa atención. El agua (la consciencia) puede asumir cualquier forma -‐ remolinos, lagos, canales, ríos, océanos -‐ porque es todo lo que hay. La resistencia es inútil cuando tú eres todo. No hay nada que hacer, no hay ningún lugar hacia donde ir. Ahora es el único camino. La herida contiene toda la medicina. Esto es amor, más allá de su propia descripción. Amor al Odio Dices: ‘Odio la vida’. Pero, ¿qué es la vida? La palabra es una abstracción, tan amorfa, tan desgraciada. Y, ¿qué es el odio? ¿Qué no acaso el odio es un amor anquilosado? ¿Odias la vida? El inmenso e infinito misterio de la vida, todo lo que es, fue y será, ¿odias la totalidad, odias todo? ¿No es algo demasiado inmenso para odiar? ¿Qué no acaso el odio es demasiado insignificante, demasiado limitado como para contener a la vida? ¿Odias el sol ardiente? ¿El primer resplandor de la mañana? ¿El canto de un ave? ¿Los planetas girando en sus ancestrales órbitas? ¿El sorbo de té que acabas de saborear? ¿La flor que aparece por tu ventana? ¿Cada organismo, desde que nace hasta que muere? ¿La mirada en los ojos de tu abuela de aquel día? ¿Tu propio ser? ¿Odias que tu libertad odie, que tome una actitud hacia la vida y que la viva?
Si realmente odiaras la vida, estarías muerto en este instante, amigo. El odio no puede durar. Una parte de ti aún no se ha rendido, entonces. Una parte de ti debe amar tanto la vida, debe conocer la alegría de estar tan profundamente despierto y vivo para que la otra parte pueda odiarla y expresar ese odio tan libre y tan apasionadamente. Tú no odias la vida, porque estás vivo, porque eres vida. Tú simplemente sientes ahora el enorme contraste entre cómo estás viviendo, y cómo sabes que puedes vivir. Debes conocer la vida y el amor tan profundamente para que puedas ser capaz de odiar tanto tu presente existencia; debes saber a qué grado estás limitando el gran amor que es posible aquí, desde el maravilloso potencial en el corazón de todas las cosas. El odio es sólo una búsqueda de amor mal dirigida, la invitación a una transformación radical interna. El amor no tiene opuesto. No puede tener ningún oponente, así como el sol no puede ser quemado por su propia luz, y como una sombra no puede oponerse a un faro. Ahora comprendo que mi odio hacia la vida cuando era joven era simplemente mi frustrado anhelo de despertar. Yo odiaba la vida porque la amaba con todo mi corazón. Jeff Foster La Elección: La Gran Paradoja En realidad 'tú' jamás haces una elección. Después de tratar de elegir, y quizás incluso después de haberte agotado en ese intento, simplemente llegas a un punto en donde no hay otra opción, en donde la acción fluye, libremente, sin esfuerzo. La vida es quien tiene la autoridad, no una entidad que asume la separación de la vida. El punto de elección es el punto de completa rendición a elegir, el fin del 'yo'. La gran paradoja. En retrospectiva, la mente dice: '¡Yo elijo!' o '¡No tuve otra opción!', y así es como nace la historia de la elección, generando un sentido de control y responsabilidad, pero también la posibilidad de arrepentimiento y culpa. Sin elección, por supuesto, y con toda inocencia, la elección surge. Jeff Foster Si alguna vez hubo alguna prueba de que sólo el amor importaba, si es que se necesitara alguna prueba, entonces observa la disolución del tiempo mientras tu abuela de noventa años muere en tus brazos. Es casi como un nacimiento, una inefable intimidad, una especie de insurrección en contra de todas las supuestas fuerzas de la oscuridad. Perece que fue ayer cuando ella te tomó en sus brazos tal y como tú la abrazas ahora
preguntándote a dónde se esfumó todo este tiempo. La luz es casi insoportable. Sumérgete en ella, amigo. Deja que te rompa por completo. Observa cómo es que no somos individuos, que no estamos solos, sino que seguro debemos ser parte de algo inmenso e incomprensible. La madre vuelve al útero, a la simplicidad, y un pequeño petirrojo entona su primera canción de novedad y dolor en el jardín que está fuera de la habitación del hospital, la última habitación, el templo. Entrega tu vida a la apertura. Jeff Foster No se supone que las cosas deban tener sentido en este momento, amigo. Todo está cambiando ahora. Todo ha sido lanzado hacia la incertidumbre. Presta atención al suelo en donde estás parado. Abraza el salvaje caos de la historia de tu vida; santifícalo, conviértelo en algo hermoso, en algo sagrado. Sé lo que eres, el inmenso e inmutable espacio para todo, la gran Certeza en medio de una tormenta de fuerzas que se encuentran fuera de tu control directo. Comienza de nuevo en cada momento. Confía en la inteligencia del caos. La vida tan sólo está renovándose a sí misma. Respira. Estás aquí. Jeff Foster Para Todas las Mujeres de la Casa El maestro espiritual Eckhart Tolle dice, 'Las relaciones están aquí para hacerte consciente, no para hacerte feliz'. Yo, personalmente, anduve vagando en el desierto por muchos años; por la estéril tierra del desapego espiritual, del intento de apartarme del cuerpo, del neo-‐Advaita, negando al mundo y sintiéndome superior ('¡ Yo estoy mucho más iluminado, más consciente, más libre del ego que tú, simple mortal!). Al volver a la realidad, en este mismo suelo, con toda su confusión, con sus íntimas relaciones humanas -‐ ahí es donde la verdadera aventura de la vida comienza. Las relaciones comenzaron a sacar a la superficie todo lo que dentro de mí había estado tratando de evitar, esconder, o reprimir ante los demás por años y años, cosas que no encajaban con una imagen 'espiritual', con la imagen de un 'hombre iluminado'. Resultaba sumamente doloroso y humillante mostrar una y otra vez que no lo había 'logrado', que en realidad no existía ninguna 'línea final', que las energías aún no iluminadas seguían rugiendo en mi interior, energías que aún no había
podido aceptar, energías que anhelaban salir a la luz, fragmentos desesperados por sentirse amados y aceptados en un hogar relacional. Independientemente de lo doloroso y humillante que fue, este camino resultó ser asombrosamente liberador. El 'hedor de la iluminación' (como Mariana Caplan lo llama) no tiene la capacidad de soportar el fuego de una relación honesta. Clichés como 'no hay un yo', 'sólo hay consciencia', y 'todo es perfecto' no sirven de nada cuando tu más íntima amiga está parada frente a ti, con todo su corazón, pidiéndote una conexión honesta y vulnerable, sin mierda de por medio. No hay ningún sitio en donde nos podamos esconder, ningún sitio al que podamos salir corriendo. Ella verá a través de tus juegos y te llamará la atención cuando te atrevas a mentir. Gracias a todas ustedes, fuertes, inteligentes, preciosas mujeres que me enseñaron cómo amar y cómo escuchar, y gracias por hacer que éste sea un camino sin fin... Las Semillas de la Gracia El inesperado final de una larga relación. Un corazón completamente roto. Un cuerpo que se está cayendo a pedazos. La fortuna o el sustento que desaparece de la noche a la mañana. El ser querido que sufre un terrible dolor. El no tener ni idea acerca de qué hacer o qué decir. Sentirse impotente en medio de la locura. La vida nos presenta una serie de retos, ¡a veces intensos y a veces aparentemente imposibles! Y en medio de la destrucción de los sueños, somos llamados a mantenernos presentes, y a mantenernos abiertos a la aparición de inteligentes y compasivas soluciones. Y si no llega ninguna solución, de todos modos somos llamados a mantenernos presentes. A estar aquí, ahora, de todos modos. Para dignificar el suelo en donde estamos parados, y así, dignificar el Universo entero a través de recordar lo que somos. Sí ES posible vivir una vida sin problemas, no importa lo que digan los demás. Los retos nunca dejarán de aparecer, ¡por supuesto! No neguemos las realidades del mundo relativo. Las situaciones parecerán, a veces, injustas o indeseables, por supuesto. Nuestros felices sueños de 'lo que estaba destinado a suceder' a menudo estallarán en la hoguera de la vida, por supuesto. ¡Pero no te desesperes! Siempre hay semillas de gracia dentro de los escombros si tenemos ojos para mirarlas. Las formas pueden desintegrarse, sí, pero el Amor, el Amor que da nacimiento a las estrellas,
no puede morir. Algunas plantas necesitan quemarse para completar su ciclo de vida. Es el pensamiento (a veces llamado 'mente') el que cambia las situaciones (los acontecimientos) en problemas (en acontecimientos indeseables o negativos). El pensamiento se resiste al flujo natural de la vida, le dice NO a lo que es, intenta ponerse en contra de cómo son las cosas, y realmente cree que esa resistencia le conducirá finalmente hacia una paz interior y exterior. El pensamiento intenta accionar el botón de 'REGRESAR' o de 'ADELANTAR' la película de la vida. Intenta volver a alguna escena anterior (al pasado, cuando todo era mejor), o saltar hacia la siguiente escena (al futuro, cuando todo estará mejor). Pero la vida está aquí, ahora: ¡en esta escena presente! La vida está sucediendo, antes de que el pensamiento la juzgue como un acontecimiento 'bueno' o 'malo.' Este momento es vida en plenitud. La mente intentará encontrar cualquier justificación para la infelicidad, por supuesto. Siempre le echará la culpa a las circunstancias externas, a la gente, a los objetos, a las sustancias, a la falta de sustancias, y se sentirá 'bien' y 'confiada' con cada una de esas justificaciones. Pero, ¿qué pasaría si nuestra felicidad no dependiera jamás de cosas externas? ¿Qué pasaría si nuestra felicidad estuviera enraizada en el silencio interior y en la absoluta presencia? ¿Qué pasaría si cada aparente 'problema' fuera una gigante invitación a detenernos, a salir del drama del pasado y del futuro y de la eterna-‐incompleta-‐historia acerca de 'mí', a dejar de intentar regresarla y adelantarla, y a empezar a enamorarnos del sitio en donde nos encontramos en este momento, con la vida que se nos ha dado, incluso si imaginamos que no es la vida que hubiéramos querido? Sé aquí ahora. Esta es una enseñanza que nunca envejece: Tomando su último aliento, una mujer siente la paz de un universo entero en descanso. Habiendo perdido todo su dinero, un hombre descubre la alegría de dar sin ningún miedo y sin ninguna expectativa. En medio de una gran decepción, alguien aprende a abrir su corazón todavía más y más, tanto que todo el universo cabe en él. En los escombros de un edificio derrumbado, se logra una inesperada conexión, surge un acto de infinita bondad que deshace miles de años de karma y reverbera por más de siete generaciones en todo sentido.
Encontrar lo deseado en medio de lo indeseado, descubrir amor en lo aparentemente difícil de amar... ¡este es el camino de la gracia! ¿Por qué no hay muerte? Queridos humanos: Nos gustaría aclarar algo que han malentendido todo este tiempo. Lean lo siguiente con mucho cuidado y traten de comprenderlo desde su corazón. Consideren esto. Una ola se ‘mueve’ a través del océano hacia la orilla, junto con todas sus demás amigas. Cuando se estrella contra la orilla, desaparece. "¿A dónde se ha ido? ", sus amigas aún vivas se preguntan. Ustedes han llamado a la desaparición de esa ola ‘la muerte’. Han desperdiciado el tiempo temiendo esa desaparición, han pasado la vida tratando de evitarla y han inventado un sinfín de historias con el fin de explicarla o negarla. Muchas de sus enseñanzas espirituales y religiosas están diseñadas para apaciguar el miedo y la ansiedad alrededor de ella, para adormecer la curiosidad con respuestas simplistas, distrayéndolos de la verdad más obvia con promesas de cosas extravagantes que habrán de ser reveladas o adquiridas o experimentadas después de la muerte, y estas teorías podrían satisfacer a la mente, sin embargo, jamás al corazón. ¿A dónde se fue la ola? Esta es la pregunta clave. La respuesta es: no se ‘fue’ a ningún lado, ni en el tiempo, ni en el espacio. No se fue ni al cielo ni al infierno. No se fue al limbo, ni tampoco comenzó una nueva vida. Todas estas ideas están basadas en un único pero muy profundo malentendido. Veamos de nuevo. Cuando la ola se estrella en la orilla, ésta simplemente se disuelve en el océano. Pero incluso esto no es verdad. ¿Por qué? ¡Porque la ola nunca estuvo separada del océano, en primer lugar! La ola fue siempre una apariencia (aparición) única DEL océano, un movimiento de la totalidad, no ‘en’ ni tampoco como ‘parte’ de la totalidad. La totalidad no ‘va’ a ningún lado cuando muere, porque no hay ningún lugar a donde ir. Sólo hay sí misma. Desde la perspectiva del océano, cuando la ola se estrella en la orilla, no ha pasado absolutamente nada. La muerte es un no-‐acontecimiento. Cero. Zilch. Nada. Sólo un sueño se ha evaporado – el sueño de la separación, la ilusión de que algún día hubo una ola separada, de una ola que nació, de una ola que estuvo a punto de morir. En el momento exacto de la muerte, no hay ninguna ola que pueda morir,
porque para empezar, no hubo nunca una ola. Comprender esto elimina todo el temor a la muerte. La muerte no es un ‘acontecimiento’ dentro del tiempo. Lo que es cierto acerca de eso que llamamos ‘muerte’, era cierto desde un principio. Desde un principio, nunca hubo una ola separada. La ola siempre estuvo ausente como una entidad separada. Desde un principio, nada se estuvo moviendo reamente ‘a través’ del océano, a través del tiempo y el espacio. Siempre fue el océano moviéndose, el océano ondulándose, nunca moviéndose hacia su destino, sino siempre perfectamente AQUÍ. Aquello que llamamos muerte, como cuando cualquier otra ilusión de auto-‐contracción se desvanece en la inmensidad de uno mismo, conforme uno se relaja en el Hogar que jamás se abandonó, todo lo que se pierde es aquello que nunca fuimos en realidad. Lo único que se pierde es sólo un sentimiento restante de carga. Nuestra historia, nuestro futuro imaginado, nuestras creencias, nuestras teorías, nuestras certezas, dudas, miedos, culpas, anhelos, obstáculos, nuestro sentido de pérdida, nuestra imaginación acerca de nosotros y los demás, todo se disuelve dejando únicamente aquello que nunca apareció – la presencia misma. Uno queda desnudo de cualquier pretensión disolviéndose impecablemente en la vida. La muerte es vida pura. Observa a Jesús renunciando al ‘fantasma’ (al fantasma de ‘mí’) en la cruz. La presencia es la única ‘cosa’ que jamás ha sido una ‘cosa’ para ti, lo único que jamás ha ido y venido a tu presencia. Los pensamientos vienen y van, los sentimientos vienen y van, los sueños, las esperanza, y los temores vienen y van, las imágenes del pasado y del futuro, las creencias, las ideologías, las religiones, los conceptos de Dios y el diablo, del cielo y el infierno, de la luz y la oscuridad, de la dualidad y la no-‐dualidad, incluso la vida y la muerte y la vida después de la muerte han desfilado ante ti, pero aquello que jamás ha ido y venido para ti es la presencia en donde todas esas apariencias (apariciones) han bailado su danza. Jamás has presenciado el ir y venir de la presencia, nunca. Jamás presenciarás la pérdida o la desaparición de la presencia. Si puedes estar consciente de ello, si puedes notarlo, si puedes conocerlo, si lo ves ir y venir, cambiar, decaer o desaparecer, no era realmente la presencia, era tu idea de presencia. La presencia es siempre ontológicamente anterior a eso que aparenta estar presente. Es lo que somos todos, lo que eres, y a veces nos referimos a ella como un amor sin límites, sin condiciones, que no puede morir, en donde incluso el apego corporal se desvanece.
En este sentido, Tú, como lo que realmente eres, no puede morir, y tampoco puede experimentar la muerte. Todo lo que puedes experimentar, de lo único de lo que puedes estar consciente, no es de la muerte, sino de la vida, del movimiento de la vida, del pulso, del latido y del flujo y el cambio de la misma, y en ese sentido incluso una experiencia cercana a la muerte no es muerte, ya que se trata de un suceso en el tiempo o más allá del tiempo, que se lleva a cabo en el cálido abrazo de la presencia. El proceso de la muerte puede resultar doloroso o incómodo o incluso alegre, sí – después de todo corresponde al reino de la experiencia – pero aquí estamos hablando de la muerte, no de morir, y te aseguro que la muerte no es tu problema, no es algo que tú tengas que hacer o prepararte para hacer, no es algo que deba preocuparte. Tú simplemente confía y relájate en lo que siempre has sido. Permitirás que la inmensa inteligencia del cuerpo se haga cargo, la inteligencia que sabe cómo respirar en este momento, la que sabe cómo sanar, cómo bombear sangre a través de las venas incluso durante el sueño más profundo, y la que sabe cómo morir. Su horario está fuera del tiempo. Ha estado haciendo esto por miles de millones de años. La muerte es lo más familiar del mundo, y te reirás de todas las teorías extrañas, aterradoras y de segunda mano que habías venido heredando de otras olas que tampoco sabían nada al respecto. Ocúpate de morir, sí, cuida el jardín de la vida, pero no temas el no-‐ acontecimiento de la muerte en sí, ya que su calor familiar está ya aquí, como tu presencia, como aquello que es más íntimamente conocido que cualquier otra cosa, como aquello que está leyendo estas palabras en este momento, como aquello que jamás ha temido su propia desaparición, ya que no puede haber dos presencias, una consciente de ‘otra’. La muerte es sólo para el imaginario yo separado. Por eso es que podemos decir sin lugar a dudas, queridos seres humanos, que para lo que realmente son, no hay muerte. Hemos estado tratando de despertarlos a este hecho evidente desde que comenzaron a preguntarse a dónde se habían ido el abuelo y la abuela. Ellos simplemente se disolvieron en ti, en donde siempre estuvieron, en tu corazón de corazones. WHY THERE IS NO DEATH Dearest Humans,
We would like to clarify something that you have misunderstood for far too long. Read the following carefully and take it to heart. Consider this. A wave 'moves' through the ocean towards the shore, along with its friends. As it crashes onto the shore, it disappears. "Where did it go?", its living friends wonder. You have called the disappearance of the wave 'death'. You waste time fearing that disappearance, spend your life trying to avoid it, and invent so many stories trying to explain or deny it. Many of your spiritual and religious teachings are designed to pacify your fear and anxiety surrounding it, to numb your curiosity with easy answers, distracting you from the obvious truth with promises of extravagant things to be revealed or acquired or experienced after death, and these theories may satisfy the mind but never the heart. Where did the wave go? This is the key question. The answer is, it 'went' nowhere at all, neither in time nor space. It did not go to heaven or hell. It did not go into limbo, or start another life. All of these ideas are based on a single but profound misunderstanding. Let's look again. When the wave crashed onto the shore, it simply dissolved back into the ocean. But even that isn't true. Why? Because the wave was never separate from the ocean in the first place! The wave was always a unique appearance OF the ocean, a movement of the whole, not 'in' it or even 'part' of it. The whole does not 'go' anywhere at death, for there is nowhere for it to go. There is only itself. From the perspective of the ocean, when the wave crashes onto the shore, nothing has happened at all. Death is a non-‐event. Zero. Zilch. Nada. Only a dream has evaporated -‐ the dream of separation, the illusion that there was ever a separate wave in the first place, a wave that was born, a wave that was about to die. At the exact point of death, there is no wave to die, for there is no wave at all. Understanding this removes all fear of death itself. Death is not an 'event' in time. What is true upon what we call 'death', was true from the beginning. From the beginning, there was no separate wave. The wave was always absent as a separate entity. From the beginning, nothing was actually moving 'through' the ocean, through time and space. It was only ever the ocean moving, the ocean waving, not moving towards its destination, but always perfectly HERE. Upon what we call death, as any illusion of self-‐contraction falls away in the vastness of yourself, as you relax into the Home you never left, all that is lost is that which was never truly You in the first place. All that is lost is
any remaining feeling of burden. Your history, your imagined future, your beliefs, your theories, your certainties, your doubts, your fears, your regrets, your longings, your blocks, your sense of loss, your imagination of yourself and others, all dissolves clean away, leaving only that which never appeared in the first place -‐ presence itself. You are stripped bare of all pretence, and dissolve cleanly into life. Death is pure life. Witness Jesus giving up the 'ghost' (the ghost of 'me') on the cross. Presence is the one 'thing' that has never been a 'thing' for you, the one thing that has never come and gone in your presence. Thoughts have come and gone, feelings have come and gone, dreams and hopes and fears have come and gone, images of past and future, beliefs, ideologies, religions, concepts of God and the devil, heaven and hell, light and dark, duality and nonduality, even life and death and the afterlife have paraded themselves for you, but what has never come and gone for you is the presence in which all of those appearances danced their dance. You have never been aware of presence coming and going, ever. You will never be aware of the loss or disappearance of presence, ever. If you can be aware if it, if you can notice it, if you can know it, see it come or go, see it change or decay or pass, it was not really presence, it was your idea of presence. Presence is always ontologically prior to that which appears to be present. It is what we all are, what you are, and is sometimes referred to as an unlimited love without conditions that cannot die, even as the bodily attachment falls away. In that sense, You, as in who you truly are, cannot die, and cannot experience death. All you can experience, all you can be aware of, is not death, it is life, the movement of life, the pulse and throb and flow and change of it, and in that sense even a near-‐death experience is not death, since it is still a happening in time or beyond time, held in the warm embrace of presence. The dying process may be painful or uncomfortable or even joyful, yes -‐ it is in the realm of experience after all -‐ but here we speak of death not dying, and we tell you that death is not your problem, it is never something you will have to do or prepare yourself for, it is not your concern at all. You will simply trust and relax into what you have always been. You will let the vast intelligence of the body take over, the intelligence that knows how to breathe right now, knows how to heal, knows how to pump blood round through the veins even in deep dreamless sleep, knows how to die. Its schedule is timeless. It has been doing this effortlessly for billions of years.
It is the most familiar thing, death, and you will laugh at all the strange and second-‐hand and sometimes frightening theories you had acquired about it from other waves who didn't know either. Take care of dying, yes, tend the garden of life, but do not fear the non-‐ event of death itself, since its familiar warmth is already here, as your very presence, as that which is more intimately known than anything, as that which is reading these words right now, as that which never feared its own demise, since there cannot be two presences, one aware of the 'other'. Death is only for the imagined separate self. That is why we can say without doubt, dear humans, that for who you truly are, there is no death. We have been trying to awaken you to this obvious fact since you first started wondering where grandma and grandpa went. They only dissolved back into you, where they'd always been, in your heart of hearts. No se supone que las cosas deban tener sentido en este momento, amigo. Todo está cambiando ahora. Todo ha sido lanzado hacia la incertidumbre. Presta atención al suelo en donde estás parado. Abraza el salvaje caos de la historia de tu vida; santifícalo, conviértelo en algo hermoso, en algo sagrado. Sé lo que eres, el inmenso e inmutable espacio para todo, la gran Certeza en medio de una tormenta de fuerzas que se encuentran fuera de tu control directo. Comienza de nuevo en cada momento. Confía en la inteligencia del caos. La vida tan sólo está renovándose a sí misma. Respira. Estás aquí. Jeff Foster Para Todas las Mujeres de la Casa El maestro espiritual Eckhart Tolle dice, 'Las relaciones están aquí para hacerte consciente, no para hacerte feliz'. Yo, personalmente, anduve vagando en el desierto por muchos años; por la estéril tierra del desapego espiritual, del intento de apartarme del cuerpo, del neo-‐Advaita, negando al mundo y sintiéndome superior ('¡ Yo estoy mucho más iluminado, más consciente, más libre del ego que tú, simple mortal!).
Al volver a la realidad, en este mismo suelo, con toda su confusión, con sus íntimas relaciones humanas -‐ ahí es donde la verdadera aventura de la vida comienza. Las relaciones comenzaron a sacar a la superficie todo lo que dentro de mí había estado tratando de evitar, esconder, o reprimir ante los demás por años y años, cosas que no encajaban con una imagen 'espiritual', con la imagen de un 'hombre iluminado'. Resultaba sumamente doloroso y humillante mostrar una y otra vez que no lo había 'logrado', que en realidad no existía ninguna 'línea final', que las energías aún no iluminadas seguían rugiendo en mi interior, energías que aún no había podido aceptar, energías que anhelaban salir a la luz, fragmentos desesperados por sentirse amados y aceptados en un hogar relacional. Independientemente de lo doloroso y humillante que fue, este camino resultó ser asombrosamente liberador. El 'hedor de la iluminación' (como Mariana Caplan lo llama) no tiene la capacidad de soportar el fuego de una relación honesta. Clichés como 'no hay un yo', 'sólo hay consciencia', y 'todo es perfecto' no sirven de nada cuando tu más íntima amiga está parada frente a ti, con todo su corazón, pidiéndote una conexión honesta y vulnerable, sin mierda de por medio. No hay ningún sitio en donde nos podamos esconder, ningún sitio al que podamos salir corriendo. Ella verá a través de tus juegos y te llamará la atención cuando te atrevas a mentir. Gracias a todas ustedes, fuertes, inteligentes, preciosas mujeres que me enseñaron cómo amar y cómo escuchar, y gracias por hacer que éste sea un camino sin fin... Las Semillas de la Gracia El inesperado final de una larga relación. Un corazón completamente roto. Un cuerpo que se está cayendo a pedazos. La fortuna o el sustento que desaparece de la noche a la mañana. El ser querido que sufre un terrible dolor. El no tener ni idea acerca de qué hacer o qué decir. Sentirse impotente en medio de la locura. La vida nos presenta una serie de retos, ¡a veces intensos y a veces aparentemente imposibles! Y en medio de la destrucción de los sueños, somos llamados a mantenernos presentes, y a mantenernos abiertos a la aparición de inteligentes y compasivas soluciones. Y si no llega ninguna solución, de todos modos somos llamados a mantenernos presentes. A estar aquí, ahora, de todos modos. Para dignificar el suelo en donde
estamos parados, y así, dignificar el Universo entero a través de recordar lo que somos. Sí ES posible vivir una vida sin problemas, no importa lo que digan los demás. Los retos nunca dejarán de aparecer, ¡por supuesto! No neguemos las realidades del mundo relativo. Las situaciones parecerán, a veces, injustas o indeseables, por supuesto. Nuestros felices sueños de 'lo que estaba destinado a suceder' a menudo estallarán en la hoguera de la vida, por supuesto. ¡Pero no te desesperes! Siempre hay semillas de gracia dentro de los escombros si tenemos ojos para mirarlas. Las formas pueden desintegrarse, sí, pero el Amor, el Amor que da nacimiento a las estrellas, no puede morir. Algunas plantas necesitan quemarse para completar su ciclo de vida. Es el pensamiento (a veces llamado 'mente') el que cambia las situaciones (los acontecimientos) en problemas (en acontecimientos indeseables o negativos). El pensamiento se resiste al flujo natural de la vida, le dice NO a lo que es, intenta ponerse en contra de cómo son las cosas, y realmente cree que esa resistencia le conducirá finalmente hacia una paz interior y exterior. El pensamiento intenta accionar el botón de 'REGRESAR' o de 'ADELANTAR' la película de la vida. Intenta volver a alguna escena anterior (al pasado, cuando todo era mejor), o saltar hacia la siguiente escena (al futuro, cuando todo estará mejor). Pero la vida está aquí, ahora: ¡en esta escena presente! La vida está sucediendo, antes de que el pensamiento la juzgue como un acontecimiento 'bueno' o 'malo.' Este momento es vida en plenitud. La mente intentará encontrar cualquier justificación para la infelicidad, por supuesto. Siempre le echará la culpa a las circunstancias externas, a la gente, a los objetos, a las sustancias, a la falta de sustancias, y se sentirá 'bien' y 'confiada' con cada una de esas justificaciones. Pero, ¿qué pasaría si nuestra felicidad no dependiera jamás de cosas externas? ¿Qué pasaría si nuestra felicidad estuviera enraizada en el silencio interior y en la absoluta presencia? ¿Qué pasaría si cada aparente 'problema' fuera una gigante invitación a detenernos, a salir del drama del pasado y del futuro y de la eterna-‐incompleta-‐historia acerca de 'mí', a dejar de intentar regresarla y adelantarla, y a empezar a enamorarnos del sitio en donde nos encontramos en este momento, con la vida que se nos ha dado, incluso si imaginamos que no es la vida que hubiéramos querido? Sé aquí ahora. Esta es una enseñanza que nunca envejece:
Tomando su último aliento, una mujer siente la paz de un universo entero en descanso. Habiendo perdido todo su dinero, un hombre descubre la alegría de dar sin ningún miedo y sin ninguna expectativa. En medio de una gran decepción, alguien aprende a abrir su corazón todavía más y más, tanto que todo el universo cabe en él. En los escombros de un edificio derrumbado, se logra una inesperada conexión, surge un acto de infinita bondad que deshace miles de años de karma y reverbera por más de siete generaciones en todo sentido. Encontrar lo deseado en medio de lo indeseado, descubrir amor en lo aparentemente difícil de amar... ¡este es el camino de la gracia! Cuando el Malestar te Azota... El sólo sentarte con el malestar, sin tratar de escapar ni aminorarlo en forma alguna, sin expectativas, sin un objetivo en mente, sin buscar nada en especial, incluyendo la idea abstracta de 'sentirte cómodo' -‐ ese es justo el lugar que más jugo tiene, el lugar en donde se da la transformación creativa, el lugar en donde brilla la novedad. Durante muchos años simplemente habría de sentarme con el dolor, la frustración, la ira, el miedo y la soledad, tan sólo descansando en esa efervescente y ardiente confusión por horas y horas, sin tratar de escapar o componer mi experiencia; sin esperanzas, sin sueños, sin tratar de 'aceptar', sin el tiempo mismo... hasta que la paz fue descubierta, incluso en el medio de toda esa tormenta... la inalterable, no-‐conceptual, eternamente presente paz que soy, y que siempre he sido. En lugar de tratar de escapar del malestar, permitimos que éste nos revele sus más profundos secretos. Nos sentamos con el malestar y observamos cómo todas las fronteras entre 'yo' y 'mi malestar' se funden, hasta que no queda más un 'yo, sentado con mi malestar', y reconocemos que nunca hubo un 'yo, sentado con su malestar', sino que siempre se trató de un abrazo impronunciable. Nos sentamos con la frustración en el lugar en el que aún no se ha coagulado en un 'yo estoy frustrado'. Nos sentamos con el miedo antes de la resurrección de la imagen de 'yo soy el que tiene miedo'. Nos sentamos con el enojo antes del nacimiento de nuestra identidad como 'el enojado'. Nos reconocemos a nosotros mismos como el inmenso espacio abierto, el ilimitado océano sin identidad que da la bienvenida a todas esas olas, a todas esas crudas y vivas sensaciones y
pensamientos, como si fueran sus amados hijos que por fin vuelven a casa, por fin a casa. El malestar podría ser justamente nuestro más grande gurú, tocando a nuestra puerta. El Mesías Antes de intentar arreglar, sanar, desaparecer o adormecer tu tristeza, tus deseos, tu ira, tu incertidumbre... dales un fuerte abrazo. Honra su presencia, ahora, incluso si desaparecen durante la noche. Quédense juntos, en este sagrado momento, sintiendo la brisa. Enamórate de la gloriosa confusión de este momento, porque incluso la confusión es divina cuando la aceptas amorosamente en tu presencia. Sálvate a ti mismo a través de no intentar salvarte. Conviértete en tu propio mesías. Jeff Foster En el centro de la incertidumbre se encuentra una poderosa enseñanza espiritual: una enseñanza universal de dejar ir, de salir de la 'historia' de nuestras vidas y poner atención a este momento sagrado, descubrir aquello que siempre está presente, aquí y ahora, más allá de la certidumbre, más allá de la duda. Confía en la impredecible inteligencia del sanar, y sabe que sus 'síntomas' podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse... La sanación es posible cuando 'tú' dejas de interponerte... Deja que cada quien pase por lo que tiene que pasar en el momento presente. Todo el mundo está agotado y desea descansar. Están cansados de luchar, cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y pretender, y grandes olas de energía están siendo liberadas a través de su cuerpo. Mantente presente con ellos. Olas de tristeza, desesperanza, miedo, vergüenza y culpa están emergiendo en este momento. Permite que todas esas energías salgan a la luz, deja que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, deja que lloren, griten, rujan, rían, que se caguen en sí mismos si así es como tiene que ser. No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. Quédate a
su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Toma su mano, pero no hagas el intento de componerlos, de cambiarlos, de que dejen de experimentar lo que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas prematuras. Si comienzas a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte para 'sanarlos', o 'salvarlos', o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les parezca 'bien', acéptalo -‐ es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos. No los trates como víctimas o como inválidos. No los confundas con aquello que tú crees que son. Honra el poder que se mueve dentro de ellos; valida su experiencia, absolutamente. Confía en la impredecible inteligencia del sanar, y sabe que sus 'síntomas' podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse. Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado. A veces, nuestros corazones necesitan romperse completamente para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más poderoso. Permite que tu cálida presencia le recuerde a tu amigo su propia cálida presencia, tan estable, tan apacible, tan libre, tan profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí. Recuerda que lo que realmente son jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser arreglados, y que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error. El amor es todo lo que importa. La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio, y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces nos encontramos y nos regalamos un abrazo. Curando los Celos Esto es algo que puede resultar difícil de escuchar: los celos no tienen nada que ver con los demás, siempre se trata acerca de TI – TU sensación de ser ignorado, despreciado, no tomado en cuenta y no amado, y subyacente a todo esto, tu frustrado deseo de controlar a los demás – lo que hacen, lo que quieren, cómo son atendidos por los demás, quién los ama – y en última instancia, tu deseo de controlar al universo.
¡Auch! Suena fuerte. Los celos como un intento de insurrección que realiza el yo separado contra su peor amenaza: el amor incondicional. Admítelo: Alguien más está recibiendo toda la atención, el amor, las recompensas, el éxito, la gloria, y a ti te han dejado afuera, en el frío, aislado, olvidado... todo un fracaso – y nada especial. Los celos ven al otro como una especie de ‘rival’, un ‘enemigo’, una ‘amenaza’ para tu camino. Ellos ven la vida como una gran competencia y a la alegría como un bien sumamente escaso. Y una vez que tomas este camino, observas un millón de rivales, un millón de obstáculos para alcanzar tu alegría... ¡Los celos hacen que tu paz dependa de algo o alguien más! Te dicen: ‘No puedo estar en paz mientras ellos...’ (llena el espacio). Le otorgas a los demás poder sobre ti, y después te molestas porque toman ese poder – ¡que, por cierto, nunca lo hacen! Tú se los asignas a través de tu atención. Los celos pueden golpearnos muy fácilmente cuando nos sentimos inseguros o dudosos acerca de nuestro propio camino. Con el fin de evitar nuestro propio dolor, y de evitar ser honestos acerca de nuestras propias inseguridades, desviamos la atención de nosotros mismos hacia los demás y comenzamos a compararnos, a contrastarnos y a luchar mentalmente. Empezamos a querer lo que aparentemente tienen ellos. ‘¿Por qué ESO no me pasa a MI?’ nos preguntamos. Todo se trata acerca de Mí. Mí mí mí mí. El ego se nutre de la comparación y de la lucha de poder. ¿Dónde y cuándo puede comenzar la sanación de los celos? En el único lugar y tiempo que hay. Aquí y Ahora. Comienza por volver hacia tu único punto de poder: este momento presente. Reconoce tu experiencia, profundamente. Siente cómo te consumen los celos, su ardor, su dolor, sus punzadas en la garganta, en el pecho, en tu estómago. Siente el poder que está presente, la fuerza volcánica de la vida misma, el poder que crea universos. Haz a un lado la palabra/etiqueta/concepto ‘celos’ y siente directamente la cruda sensación, sin juicios y sin tratar de convertirla en algo ‘mejor’. Siente la vida. Contáctate con tu propia incertidumbre, con tu inseguridad, con tu duda, con tus sentimientos de impotencia. Siente a ese viejo amigo – la apremiante necesidad de controlar el mundo desde donde estás. ¡No le des la espalda! – cuando te alejas de tu inmediata experiencia encarnada, comienza la separación y, por lo tanto, el miedo. Tómate un descanso. Comienza a iluminar los puntos heridos y olvidados en tí a través de tu presencia consciente. Imbuye de gentileza y amabilidad a
esos niños perdidos que hay en ti mismo, esos niños que habían sido ignorados y que tanto habían anhelado sentirse amados y comprendidos, esos niños que siempre se habían sentido ‘alejados’ de la vida y de la diversión. Aquellos que destruirían el universo con tal de llamar tu atención. Siente la inocencia allí... Tal vez, desde un lugar de profunda aceptación de ti mismo, tal y como eres, empezarás a sentir compasión por todo aquel a quien llamaste tu ‘rival’. Tal vez hasta serás capaz de celebrar su felicidad y sus logros. Pasarás a formar parte de su abundancia en lugar de convertirte en su juez y jurado. Serás capaz de aprender de tu ex-‐enemigo, o por lo menos usarlo como fuente de inspiración. O podrías olvidarte de todos, hacer a un lado el intento de conocer su experiencia, ¡y simplemente recorrer tu propio camino! Te darás cuenta que hay espacio suficiente en este universo para que cada quién recorra su propio camino, para que cada quien encuentre su propia felicidad, para que cada quién baile su propia danza. Incluyéndote a ti. La alegría nunca viene del intento de recorrer el camino ajeno, ni tampoco de evitar que alguien más recorra el suyo propio. ¡Por supuesto que tampoco proviene de intentar tomar la felicidad de alguien más! Los celos, cuando se resisten y cuando se actúa ciegamente sobre ellos, terminan lastimándote a ti y a los que te rodean, y crean aún más conflicto y división. Sin embargo, una vez reconocidos, entendidos, aceptados, e incluso amados, pueden servir para abrir aún más tu corazón, llevándote hacia un punto de gran humildad, libre de la horrorosa necesidad de controlar todo y a todos los que te rodean. Deja que los celos te sirvan como otra ingeniosa invitación a tu Presencia. Permite que te rompan el corazón de par en par, aquí y ahora. Aprende de ellos cómo ser humilde y a ir más despacio. Deja que te recuerden jamás volver a descuidarte. Reconoce que nunca eres víctima, excepto bajo tu propia percepción. Un Pájaro Inesperado Y a veces te sorprendes recorriendo un camino conocido en una mañana de primavera, y hay preguntas que rugen, preguntas que parecen exigir respuestas inmediatas. ¿Qué hacer con este precioso regalo que es la vida? ¿A dónde me puedo dirigir? ¿Qué podría decir a continuación? ¿Qué
opción elegir o dejar de elegir? ¿Qué voz debo escuchar? ¿Cómo podría hacer todo bien de nuevo? ¿Cómo podría mantener todo en orden? ¿Cómo podría evitar caer en pedazos? Y de pronto, las preguntas se desvanecen, se rompen en mil silencios, porque un pequeño pájaro se ha posado frente a ti, se ha encaramado en el aquí y el ahora, no en el allá y en el entonces en donde habías estado buscando tus respuestas. Tus ojos se topan con los de él, y te das cuenta que todo está bien con el universo. Las preguntas serán respondidas, o no, y las soluciones aparecerán o no en el momento perfecto, porque te has puesto a su disposición, así como te has puesto a la disposición de este pequeño e inesperado pájaro. Quizás hoy no sea un día para buscar respuestas ni certezas inamovibles, quizás sea un día para el canto de un pájaro y para mantenerte cerca de las preguntas mientras caminan a tu lado a través de los caminos conocidos en esta mañana de primavera. — Estoy hecho un lío porque tengo entendido que si algo tiene que suceder, sucederá porque no hay vuelta de hoja. Pero, desde mi punto de vista, eso implica que existe el destino. — En efecto, ese “tiene que suceder” parece implicar un destino, cierto tipo de futuro para este individuo que, en cierta manera, ha sido planificado. No obstante, todo eso no son más que palabras, conceptos, pensamientos, creencias, cosas mentales, y sólo sirven para que se mantenga la sensación de entidad individual. En realidad, no podemos conocer el futuro. Surgen pensamientos sobre el futuro, proyecciones, predicciones e historias sobre lo que pasará, pero surgen ahora. Son pensamientos que surgen ahora, pensamientos sobre el destino, pensamientos sobre lo que pasará, pensamientos sobre el ego... pero no son más que pensamientos –en realidad, pensamientos inofensivos–. Y todo eso surge en “esto”. Y es cierto, podría decirse que “lo que tenga que pasar, pasará”, ¡pero es casi lo mismo que no decir nada! Lo que estoy intentando decir es que no se puede saber lo que pasará, ni siquiera en este momento, porque todo eso es una historia que se está desarrollando ahora. El destino es sólo una historia, un pensamiento, una creencia que se está forjando ahora. En cambio, la mente que busca parece ignorar la Claridad y la viveza que impregnan el momento presente, y las convierte en una meta, en algo que hay que alcanzar en un futuro. No hay destino, no hay futuro, sólo hay “esto”. Más claro, imposible.
Aunque también se puede ver de esta manera: “esto” ya es el destino. Aquí mismo, ahora mismo, esto es el destino. ¿Cómo iba a ser de otra forma? Tu vida entera, todas tus penas y tu búsqueda, tus altibajos, tus logros y tus fracasos... el único propósito de todo esto es que puedas estar aquí, ahora, leyendo estas palabras. Ése es tu destino. ¡Ése es el gran chiste cósmico de toda la historia! LaVidaSinCentro (Despierta del Sueño de la Separación), Ed. Trompa de Elefante ¿Quieres Paz? Deja de Identificarte con tus Pensamientos por Michael Jeffreys. Traducido por Tarsila Murguía. “¡Mis pensamientos me están volviendo loco!” “Si tan sólo pudiera desconectar mi mente, podría ser feliz.” Debido a que nuestros pensamientos a menudo nos abruman, nos confunden, nos frustran, e incluso a veces parecen torturarnos, hay veces que deseamos que la mente tuviera un botón de APAGADO. Creemos que si pudiéramos de alguna manera apagar esa ‘ruidosa máquina en la cabeza’, tendríamos paz. Sin embargo, lo que los grandes sabios y místicos nos han dicho en repetidas ocasiones a través de la historia es que la solución NO reside en el intento de desembarazarnos de nuestros pensamientos, sino más bien en detener nuestra habitual y robótica tendencia a identificarnos con ellos. Esto, por sí solo, dice el gran maestro Advaita Nisargadatta, es lo que es responsable de nuestro sufrimiento: “Para mí mismo, no soy ni perceptible ni concebible; no hay nada hacia lo que pueda señalar y decir: ‘esto es lo que soy.’ Sueles identificarte a ti mismo con cualquier cosa, con mucha facilidad; yo lo encuentro imposible. La sensación ‘Yo no soy esto o aquello, o nada es mío’ es tan fuerte en mí que tan pronto como surge un pensamiento o una cosa, surge al mismo tiempo el sentido ‘esto no soy yo.’” – Nisargadatta Maharaj Entonces, resulta que no es el pensamiento en sí mismo la causa de nuestra infelicidad, sino el hecho de que nos IDENTIFICAMOS con él. Cuando me identifico con algo significa que estoy reclamando que ESO soy YO. Por ejemplo, mi fotografía en mi pasaporte o en mi licencia de conducir. “Nuestra auto imagen no es estable, no es confiable debido a que siempre está cambiando.” -‐ Mooji Independientemente de que la fotografía haya
salido bien o mal, ¿acaso ésta es tu verdadero Yo? ¿Acaso eres tú, realmente, esa fotografía? No, por supuesto que no. Del mismo modo, tus PENSAMIENTOS jamás son el TÚ verdadero. ¿Por qué? Porque tus pensamientos vienen y van, ellos no estás conscientes de ti, como dice Mooji: ‘Los pensamientos te informan a ti, no tú a los pensamientos.’ Esta es la razón por la que creer en nuestros pensamientos nos lleva al sufrimiento. Porque estamos poniendo nuestra atención/identidad en una apariencia mental transitoria y fugaz. Quédate en Casa Entonces ¿Qué alternativa tenemos? He aquí: Quédate en casa. No abandones tu centro. No te muevas. Mantente quieto. Permite que tu atención se funda en el silencio. Punto Cero. Date cuenta que, dado que ya eres Consciencia, no podríamos estar hablando de convertirte en ella. Y como ya eres ella, tampoco podemos hablar de ir hacia algún lugar para conseguirla. Tan sólo puede haber una clara visión, un claro reconocimiento de la luz de la Consciencia que está consciente, en forma natural, de estas palabras, pero que no depende de ellas para existir. En pocas palabras, los pensamientos necesitan de TI para existir, sin embargo, tú no los necesitas a ellos. Por lo tanto, para que ellos puedan convertirse en una creencia fastidiosa, necesitan de tu cooperación. O más específicamente, de tu energía. ¿Por qué? Porque ellos adquieren la energía para convertirse en una creencia de la única fuente de poder que existe: ¡tu ATENCIÓN! Deja de darles poder a tus pensamientos (a través de tu atención o interés) y ¿qué sucede? Como un ventilador que se desconecta, las aspas comienzan a girar más lento y eventualmente se detienen. La cuestión es que no puedes fingirlo. Si aún sigues creyendo en tus pensamientos, y sigues, por lo tanto, sufriendo, es debido a que estás interesado en ellos a cierto grado. Recuerda, hemos creído en ellos por décadas, así que tienes que ser paciente contigo mismo. Puede tomar un tiempo para que los pensamientos pierdan su encanto, su atractivo. “Yo no soy un objeto en la Consciencia, sino su fuente, su Testigo, pura Presencia Consciente sin forma.” –Nisargadatta Maharaj Sé por mi propia experiencia, y por la de los demás, que no es fácil dejar ir nuestra identidad ‘personal’. Después de todo, es lo único que hemos conocido a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, este es exactamente el punto: eso es lo que sabemos, pero no lo que SOMOS.
Muchas personas desean sinceramente la libertad, pero una parte de ellos se siente sumamente atemorizada de permitir que el silencio los tome por completo. Imaginan que la vida será aburrida o que sólo les quedará sentarse en el sofá, comer comida chatarra y ver televisión todo el día. Sin embargo, esta historia es tan sólo el débil intento que hace la mente para conservar su empleo. La verdad es que la mente no tiene la menor idea de lo que es despertar, por la simple razón de que el momento presente es atemporal y los pensamientos viven en el tiempo. Por lo tanto, un pensamiento nunca puede despertar. En cierto modo, estás enseñando a tu mente que está bien descansar y que le llamarás en cuanto necesites de sus servicios. Nuevamente, la mente es útil para asuntos prácticos y de supervivencia, sin embargo, como jefe, deja mucho que desear. Como dice Eckhart: “La mente es un magnífico sirviente, pero un pésimo jefe.” ¿Por qué resulta tan difícil desapegarnos de nuestros pensamientos? Porque los confundimos con aquello que somos. Es la misma forma que tiene un parásito de existir en la naturaleza. Éste engaña a su anfitrión haciéndole creer que es parte de él, de esta manera, no hay ninguna alarma que indique lo contrario. Si tú piensas que algo es tú, simplemente lo aceptas, y es asunto cerrado. Pero lo que olvidamos es que los pensamientos están hechos de lenguaje. Y el lenguaje, debe ser aprendido – y el aprendizaje toma tiempo. Y así, durante los primeros meses de tu existencia, no tenías ninguna consciencia de los pensamientos y aún así, ¡existías perfectamente bien!!! Esto sólo puede significar una cosa: ¡Tú NO eres tus Pensamientos! Sin embargo, el simple estar de acuerdo con esta afirmación no alivia el sufrimiento. ¿Por qué? Porque el entendimiento es aún intelectual, conceptual. Debe ser visto directamente, por uno mismo, en la experiencia propia, para que la comprensión penetre en el ser y así pueda ser vivido. Consideraciones Finales Cuando creemos en nuestros pensamientos, sufrimos. La paz surge espontáneamente cuando la adicción de identificarnos con los pensamientos se rompe. Cuando esto sucede, puedes descubrir que la Vida no necesita que te identifiques con los pensamientos para que Ésta funcione. ¡De hecho, la buena noticia es que la Existencia funciona incluso mejor sin ‘ti’ en el camino! En cierto modo, el ‘yo’ es lo que bloquea el flujo natural y la armonía de la Vida. En otras palabras, cuanto menos ‘yo’, más amor.
¿Lo único que jamás verás aparecer y desaparecer en una pantalla? ¿Lo único que nunca viene y va, que nunca cambia, que nunca se enciende y apaga? ¿La única cosa que nunca es una ‘cosa’? La pantalla misma. Una maravillosa metáfora para tu imperecedera, inmutable naturaleza, tan íntima, tan confiable, tan presente, tan innombrable, tan profundamente tranquila, a pesar del glorioso drama. La Fragancia del Hogar No necesitas de ningún GPS. Ya estás siendo guiado hacia tu Hogar, en cada momento, a través de cada experiencia. Sólo tienes que escuchar cuidadosamente a tu vida, tanto a la alegría como a la tristeza, tanto a la certeza, como a la duda. Todo te va guiando. Todo está estallando con inteligencia. Todo emana la fragancia de tu Hogar. El Amor Sana Sanamos nuestros traumas pasados a través de enfrentarlos en el presente, reconectándonos con el punto en nosotros mismos que jamás ha sido traumatizado. Descubrimos que, incluso en el medio de los pensamientos y sentimientos más intensos, o mientras nuestras viejas heridas brotan con toda su fuerza buscando aceptación amorosa, no hay ninguna amenaza para el bienestar de nuestra propia presencia; permanecemos como la calma en medio de la tormenta que pasa. Morir de Amor Desgarra mi corazón antes de que pueda huir. Sácame los ojos antes de que sea capaz de cerrarlos para Ti. Mátame antes de que deshonre tu Llamado. En el extremo, por fin. Cayendo en el abismo del amor. Sin esperanzas de volver atrás. La luz en la oscuridad es mucho más brillante que miles de soles. Sólo el camino de los tontos tiene sentido. Rómpeme. Que no puedo romperme. Matt Licata y Jeff Foster Te Amo
Nunca digas ‘Te Amo’ . Dí: ‘Gracias, querido amigo, por recordarme la presencia que soy, la presencia que somos; el incondicional, inmutable amor que jamás puede ser dado ni retirado, que da nacimiento a los universos, al florecimiento de la primavera, a las tormentas eléctricas, al glorioso paso de las cosas, el que satura cada forma y derrite la separación entre el amante y lo amado...’ O di: ‘Te Amo’. Jeff Foster Canta, mundo, canta! Rómpeme, Vida Destroza cualquier defensa que quede en mí Y que esté en contra de Ti Situaste magnificencia en el corazón de mi angustia Sembraste fuerza volcánica en mi vulnerabilidad Hasta mi duda vibró con coraje ¿Olvídate de lo familiar Sin esperanza de volver atrás ?” ¡Por supuesto! ¡No tengo miedo, nunca tuve miedo! Alguna vez recorrí un camino familiar construido por mí mismo Ahora recorro uno de gracia y destrucción De llorar ante el canto de un pájaro y de hablar con honestidad ¡Nunca volveré atrás! Jeff Foster La única certeza es que todo es incierto... Las creencias serán puestas en duda, los recuerdos se desvanecerán, los sueños caerán en pedazos, los libros se pudrirán, las ideologías más sólidas serán reducidas a polvo. La nieve se derretirá, los charcos se evaporarán, el corazón latirá por última vez, e incluso, el sol morirá. La incertidumbre está aquí para ser abrazada, incluso disfrutada. En su corazón encontrarás a la Amada, porque te encontrarás contigo mismo, y esa es la única certeza: La presencia de la incertidumbre, el espacio para absolutamente todo. Vives de esta manera, protegido, en un mundo mimado, y crees que estás viviendo. Entonces, lees un libro... o haces un viaje... y descubres que no estás viviendo, sino que estás hibernando. Los síntomas de la hibernación son fácilmente detectables: el primero es la inquietud. El segundo, (cuando la hibernación se convierte en peligrosa y podría degenerar en muerte) es la ausencia de placer. Eso es todo. Esto parece una enfermedad inofensiva. Monotonía, aburrimiento, muerte. Millones de personas viven de esta manera (o mueren de esta manera) sin saberlo. Trabajan en oficinas. Manejan un auto. Salen a pasear con sus familias.
Crian hijos. Y entonces, surge algo impactante, alguna persona, algún libro, alguna canción, y los despierta y los salva de la muerte ". -‐-‐‐ Anaïs Nin, ‘The Diary of Anaïs Nin’ La Aceptación sin intenciones ocultas Lo que la mente cree que es la aceptación... Dolor, miedo, alegría, tristeza, enojo... ¡Las voy a aceptar, porque soy una persona sumamente espiritual, iluminada y amorosa! ¡Bienvenidas! ¡No hay ninguna condición para que vengan aquí. Por favor, siéntanse en casa. Esto es pura aceptación incondicional! ... Bueno, en realidad hay una sola pequeña condición. Una condición muy, pero muy pequeña. Espero no les importe... pero tan pronto como se manifiesten, tan pronto como sean aceptadas en este momento presente, ¿podrían, por favor, desparecer de inmediato? ¿Y para siempre? ¿Y nunca, jamás más volver?” La mente habla acerca de aceptación, amor e iluminación, mientras orquesta la muerte de sus enemigos. Para la mente, la aceptación siempre se ‘hace’ con una intención oculta, con el propósito de ‘desembarazarse’ de aquello que aparenta ser ‘indeseable . Pero el corazón sabe... La verdadera aceptación no tiene opuesto. Para el corazón, ningún aspecto de la experiencia resulta indeseable, y su aceptación carece de intención alguna. Nunca incluye el deseo de la muerte de nada. "Dolor, miedo, alegría, tristeza, enojo, todas están invitadas. Estoy cansado de luchar contra ustedes. Reconozco que tan sólo he estado luchando contra un movimiento de mí mismo. Permanezcan aquí el tiempo que sea necesario, mis viejas amigas. Sé que están agotadas. Son bienvenidas aquí. Tienen un hogar en lo que yo soy. Soy lo suficientemente inmenso para acogerlas el tiempo que sea necesario. En mí nacieron, y en mí morirán. Estoy aquí. No tengo a dónde ir, no tengo nada que temer..." Lo que ya ha sido dado Paseando solo en la lluvia, bañado en la consciencia, empapado de consciencia, la consciencia como gotas de lluvia, como el cuerpo sobre el que caen, como el splish-‐splash en la acera, como la inasible inteligencia que abre el paraguas en el momento más oportuno, haciendo burla del concepto de la existencia o no-‐ existencia de un ‘yo’ separado.
Y las gotas de lluvia susurrando que la iluminación que buscamos no se trata de un frío desapego, ni de la negación del mundo, ni de trascender el así llamado mundo ‘material’, no... se trata más bien de la inefable intimidad con la apariencia de la forma, con este siempre cambiante escenario de la vida, con sus colores siempre corriendo a través de las alcantarillas de la vacuidad. Ámanos”, susurran las gotas de agua. “Esto es todo”. Y sonrío para mis adentros ante la seriedad y la locura, la inocencia cósmica de la búsqueda espiritual, la búsqueda de algo más que ESTO. Porque ¿Quién podría desear o buscar algo más de lo que ya ha sido dado? Y aún así, las amadas gotas de lluvia siguen cayendo, y seguimos paseando, abrazados por un amor que no tiene nombre. ¿Podría este momento ser profundamente aceptado? Y si no es así... ¿podría esto también ser aceptado? COMO RECONOCER UNA PETICIÓN DE AMOR "¡Que se vaya a la mierda toda la espiritualidad!" -‐ Una carta para un amigo Interlocutor: ¡Tu enseñanza no significa nada, Jeff! ¡Sólo vomitas palabras extravagantes sin ningún valor! Mi vida se ha venido abajo y no siento que haya ninguna conexión con nada de lo que dices. ¡Vete a la mierda... charlatán, y que se vaya a la mierda toda la espiritualidad! Respuesta: ¡Oh, amigo. Sí, te entiendo! A veces sentimos que todo se ha venido abajo, y todas las palabras del mundo parecen sólo mierda, ¡puras tonterías adornadas! ¡Sí! Perdemos todo aquello que creíamos que nos definía, o lo que nos hacía felices, todo aquello que nos importaba y sentimos como si nunca nos fuéramos a recuperar. Nos quedamos en una total desesperación, decepcionados, desilusionados. Parece 'el fin' de nosotros mismos, sin esperanza alguna para recuperarnos. Sin embargo, en la vida, no hay finales verdaderos, sólo transformaciones, nuevos comienzos que nacen desde los escombros. Hay viejos sueños que mueren, está todo lo falso que se va desmoronando, y esto puede resultar demasiado doloroso, ¡por supuesto, por supuesto! La destrucción, las rupturas, las interrupciones, los choques, las pérdidas... a menudo se perciben como enemigos, sin embargo, siempre contienen la semilla de lo nuevo, y a veces sólo se requiere de cierto tiempo para lograr una recuperación. Esta devastación por la que estás pasando, la crucifixión de tus sueños que mencionas, es una oportunidad para soltar CADA IDEA
que habías tenido acerca de cómo 'se supone' que tu vida debería ser, todos esos preciados sueños fueron falsos, aunque hermosos y útiles al mismo tiempo. La invitación, hoy, es a que estés presente para tu vida, que despiertes a ella, que voltees hacia esta inmediatez para dignificar lo que realmente está pasando aquí. Si la soledad te está visitando aquí y ahora, no le des la espalda. Si es el miedo el que se presenta, no lo evites ni intentes huir. Si hay frustración, ansiedad o sólo un discreto sentido de desesperanza moviéndose en ti, no rechaces esas energías. Ellas sólo quieren ser sentidas en este momento. No son nada malo. Sólo se trata de tus hijos perdidos, huérfanos del despertar, y sólo desean moverse y ser tomados en cuenta. A veces, la vida nos pone de rodillas para que podamos SENTIR todo aquello de lo que estuvimos huyendo a lo largo de nuestras vidas. Y sí, este 'encuentro' puede ser doloroso. Pero tal vez, sentir ese dolor sea el principio del sanar, y no el fin del mismo. Y observa la mente. Cómo da vueltas y vueltas, cómo va hacia atrás y hacia adelante, saliendo constantemente de la escena presente de tu vida, del aquí y del ahora. El pensamiento está constantemente huyendo del momento presente. Se adentra en la memoria -‐ de cómo eran las cosas en el pasado, de qué tan maravillosa era tu vida antes. Y anhela volver hacia allá. Y se siente impotente. Y surge la decepción. El arrepentimiento. La nostalgia. La culpa. Y también se adelanta, imaginando cualquier clase de escenario futuro, muchos de ellos oscuros y aterradores. Te arrastra hacia regiones mucho más allá de tu control. Y ambos movimientos, hacia el pasado y hacia el futuro, te desconectan de donde estás AHORA, en donde es todo lo que hay. Te sacan de tu único punto de poder -‐ este momento. Y este momento es todo lo que hay. Este aliento. Estas sensaciones. Los sonidos y los aromas de este momento presente. Este presente latir de tu corazón, la sensación de tu trasero en la silla. Un pequeño pájaro cantando en el árbol de allá afuera. El zumbido de la televisión por allá. Una sensación de contracción en el pecho, un nudo en la garganta. Esta es una invitación, un llamado hacia una simplicidad radical. Para honrar el no saber. Para admitir la humildad en la cara misma de la vida. ¿Sin la historia del pasado y el futuro, podrías saber realmente que tu vida está 'saliendo mal'? Porque esta es la creencia en el corazón de todo, ¿no? Que tu vida está 'saliendo mal'. Que el 'yo' ha fracasado, en alguna forma. Que el universo es cruel y de alguna manera está en tu contra. Esta es la conclusión más lógica, sí. No te juzgaría por eso. Pero quizás eso no sea verdad. Tal vez la mente no sepa nada.
Amigo mío, tu desilusión, tu incapacidad para creer todas estas enseñanzas espirituales en este momento, incluyendo la mía, no es un error -‐ ¡es pura inteligencia trabajando! ¡Tu desilusión es parte del despertar, no el fin del despertar! Todo esto es una invitación hacia un despertar mucho más profundo del que pudiste haber imaginado. Te estás viendo forzado a cuestionar todo, absolutamente todo, incluyendo todas esas preciadas enseñanzas espirituales que algún día tuvieron un alto valor. Estás siendo llamado a encontrar tu propia autoridad, a dejar ir todas esas ideas de mierda que definían lo que era una 'buena vida'. Estás siendo invitado a dejar ir todo lo de segunda mano, todo lo viejo, todo lo que recibiste -‐ de tus padres, maestros, gurús -‐ todo lo que se encuentra en la memoria con el fin de poder estar presente para la vida, en carne viva y al desnudo. A veces tenemos que perder todo con el fin de recordar nuestra completa humildad, para recordar que no tenemos el control, y que cada momento está repleto de maravilla y asombrosa incertidumbre. En este momento te encuentras en un camino de devastación -‐ y eso era exactamente lo que Jesús estaba enseñando. Este no es el final para ti -‐ es el comienzo de una nueva y diferente vida, una nueva forma de moverte en el mundo, aunque resulte difícil identificarlo. Este es un momento de renovación, de bajar tu ritmo, de descubrir la abundancia contenida en la vacuidad. Un momento para ser sumamente bondadoso contigo mismo. Hay muchísimo potencial para ti, incluso si de momento te es difícil creerlo. Han habido muchas ocasiones en mi propia vida en que me he sentido incapaz de seguir adelante, incapaz de siquiera mantenerme de pie. He llegado a sentir que perdía todo, que nada era posible, y que el vacío era la única clase de vida. Pero lo que sucedía era que no sabía lo que el universo tenía reservado para mí. Aunque te sientas solo y abandonado, espantado y enojado, amigo, sé consciente que muchos otros están caminando a tu lado, y que muchos otros te entienden. Algún día, tú vas a escribir tu propio libro acerca de tu transformación. Este momento, amigo. ESTE momento. ¿Quieres Paz? Deja de Identificarte con tus Pensamientos por Michael Jeffreys.
¡Mis pensamientos me están volviendo loco!” “Si tan sólo pudiera desconectar mi mente, podría ser feliz.” Debido a que nuestros pensamientos a menudo nos abruman, nos confunden, nos frustran, e incluso a veces parecen torturarnos, hay veces que deseamos que la mente tuviera un botón de APAGADO. Creemos que si pudiéramos de alguna manera apagar esa ‘ruidosa máquina en la cabeza’, tendríamos paz. Sin embargo, lo que los grandes sabios y místicos nos han dicho en repetidas ocasiones a través de la historia es que la solución NO reside en el intento de desembarazarnos de nuestros pensamientos, sino más bien en detener nuestra habitual y robótica tendencia a identificarnos con ellos. Esto, por sí solo, dice el gran maestro Advaita Nisargadatta, es lo que es responsable de nuestro sufrimiento: Para mí mismo, no soy ni perceptible ni concebible; no hay nada hacia lo que pueda señalar y decir: ‘esto es lo que soy.’ Sueles identificarte a ti mismo con cualquier cosa, con mucha facilidad; yo lo encuentro imposible. La sensación ‘Yo no soy esto o aquello, o nada es mío’ es tan fuerte en mí que tan pronto como surge un pensamiento o una cosa, surge al mismo tiempo el sentido ‘esto no soy yo.’” – Nisargadatta Maharaj Entonces, resulta que no es el pensamiento en sí mismo la causa de nuestra infelicidad, sino el hecho de que nos IDENTIFICAMOS con él. Cuando me identifico con algo significa que estoy reclamando que ESO soy YO. Por ejemplo, mi fotografía en mi pasaporte o en mi licencia de conducir. Nuestra auto imagen no es estable, no es confiable debido a que siempre está cambiando.” -‐ Mooji Independientemente de que la fotografía haya salido bien o mal, ¿acaso ésta es tu verdadero Yo? ¿Acaso eres tú, realmente, esa fotografía? No, por supuesto que no. Del mismo modo, tus PENSAMIENTOS jamás son el TÚ verdadero. ¿Por qué? Porque tus pensamientos vienen y van, ellos no estás conscientes de ti, como dice Mooji: ‘Los pensamientos te informan a ti, no tú a los pensamientos.’ Esta es la razón por la que creer en nuestros pensamientos nos lleva al sufrimiento. Porque estamos poniendo nuestra atención/identidad en una apariencia mental transitoria y fugaz. Quédate en Casa Entonces ¿Qué alternativa tenemos? He aquí: Quédate en casa. No abandones tu centro. No te muevas. Mantente quieto. Permite que tu
atención se funda en el silencio. Punto Cero. Date cuenta que, dado que ya eres Consciencia, no podríamos estar hablando de convertirte en ella. Y como ya eres ella, tampoco podemos hablar de ir hacia algún lugar para conseguirla. Tan sólo puede haber una clara visión, un claro reconocimiento de la luz de la Consciencia que está consciente, en forma natural, de estas palabras, pero que no depende de ellas para existir. En pocas palabras, los pensamientos necesitan de TI para existir, sin embargo, tú no los necesitas a ellos. Por lo tanto, para que ellos puedan convertirse en una creencia fastidiosa, necesitan de tu cooperación. O más específicamente, de tu energía. ¿Por qué? Porque ellos adquieren la energía para convertirse en una creencia de la única fuente de poder que existe: ¡tu ATENCIÓN! Deja de darles poder a tus pensamientos (a través de tu atención o interés) y ¿qué sucede? Como un ventilador que se desconecta, las aspas comienzan a girar más lento y eventualmente se detienen. La cuestión es que no puedes fingirlo. Si aún sigues creyendo en tus pensamientos, y sigues, por lo tanto, sufriendo, es debido a que estás interesado en ellos a cierto grado. Recuerda, hemos creído en ellos por décadas, así que tienes que ser paciente contigo mismo. Puede tomar un tiempo para que los pensamientos pierdan su encanto, su atractivo. Yo no soy un objeto en la Consciencia, sino su fuente, su Testigo, pura Presencia Consciente sin forma.” –Nisargadatta Maharaj Sé por mi propia experiencia, y por la de los demás, que no es fácil dejar ir nuestra identidad ‘personal’. Después de todo, es lo único que hemos conocido a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, este es exactamente el punto: eso es lo que sabemos, pero no lo que SOMOS. Muchas personas desean sinceramente la libertad, pero una parte de ellos se siente sumamente atemorizada de permitir que el silencio los tome por completo. Imaginan que la vida será aburrida o que sólo les quedará sentarse en el sofá, comer comida chatarra y ver televisión todo el día. Sin embargo, esta historia es tan sólo el débil intento que hace la mente para conservar su empleo. La verdad es que la mente no tiene la menor idea de lo que es despertar, por la simple razón de que el momento presente es atemporal y los pensamientos viven en el tiempo. Por lo tanto, un pensamiento nunca puede despertar. En cierto modo, estás enseñando a tu mente que está bien descansar y que le llamarás en cuanto necesites de sus servicios. Nuevamente, la mente es útil para asuntos prácticos y de supervivencia, sin embargo,
como jefe, deja mucho que desear. Como dice Eckhart: “La mente es un magnífico sirviente, pero un pésimo jefe.” ¿Por qué resulta tan difícil desapegarnos de nuestros pensamientos? Porque los confundimos con aquello que somos. Es la misma forma que tiene un parásito de existir en la naturaleza. Éste engaña a su anfitrión haciéndole creer que es parte de él, de esta manera, no hay ninguna alarma que indique lo contrario. Si tú piensas que algo es tú, simplemente lo aceptas, y es asunto cerrado. Pero lo que olvidamos es que los pensamientos están hechos de lenguaje. Y el lenguaje, debe ser aprendido – y el aprendizaje toma tiempo. Y así, durante los primeros meses de tu existencia, no tenías ninguna consciencia de los pensamientos y aún así, ¡existías perfectamente bien!!! Esto sólo puede significar una cosa: ¡Tú NO eres tus Pensamientos! Sin embargo, el simple estar de acuerdo con esta afirmación no alivia el sufrimiento. ¿Por qué? Porque el entendimiento es aún intelectual, conceptual. Debe ser visto directamente, por uno mismo, en la experiencia propia, para que la comprensión penetre en el ser y así pueda ser vivido. Consideraciones Finales Cuando creemos en nuestros pensamientos, sufrimos. La paz surge espontáneamente cuando la adicción de identificarnos con los pensamientos se rompe. Cuando esto sucede, puedes descubrir que la Vida no necesita que te identifiques con los pensamientos para que Ésta funcione. ¡De hecho, la buena noticia es que la Existencia funciona incluso mejor sin ‘ti’ en el camino! En cierto modo, el ‘yo’ es lo que bloquea el flujo natural y la armonía de la Vida. En otras palabras, cuanto menos ‘yo’, más amor. Cómo Ayudar Tal vez sea momento de dejar de tratar de "arreglar" a quienes están frente a ti, dejar de tratar de darles respuestas o resolver sus problemas. No eres muy bueno en eso, mi amigo. Tu naturaleza no es la manipulación, sino la presencia; no es la división, sino la totalidad. Quizás sea tiempo de dejar de pretender que eres la autoridad que todo lo sabe, el maestro infalible, el experto sanado. Incluso con la mejor de las intenciones, podrías estar inconscientemente interfiriendo con el proceso natural de sanación de los demás. Podrías estarles generando una
dependencia en ti, distrayéndolos de la profunda confianza en su experiencia de primera mano. Recuerda, ellos podrían necesitar sentirse peor, antes de empezar a sentirse mejor. Podrían necesitar sentir aún más su dolor, antes de abrirse a la verdadera fuente de sanación. Puede que necesiten morir a lo que creían ser, antes de que puedan vivir de verdad. Cierto para ellos. Cierto para ti. Esto, sin duda, es algo a considerar. Así que relájate. Respira. Sal de todo el drama. Reconoce tu deseo de cambiar o arreglar o incluso calmar a los demás. Ahora, simplemente escucha sin juzgar y trata de comprender en dónde están en este momento. Ponte en sus zapatos. Mira claramente quién y qué está frente a ti. Tal vez la mayor ayuda que puedas ofrecer en estos momentos es tu claridad y tu atención libre de prejuicios -‐ tu compasión natural. Transmite eso, sé esa presencia, ofrece esa apertura. Mantente completamente abierto a las soluciones que aún no han nacido. Confía en el extraño proceso. Sé la intención silenciosa -‐ y las palabras, acciones, intervenciones, decisiones correctas, llegarán sin esfuerzo. Santifica su momento quedándote ahí. Refleja su propia capacidad de estar presente. Confía en el ancestral misterio de sanación. Quizás, la verdadera medicina pueda emerger cuando 'tú' dejes de interponerte. Sí, las drogas y los buenos consejos pueden aletargar o incluso eliminar los síntomas pero la invitación a una sanación espiritual mucho más profunda podría estar ansiosa por salir a la superficie. El estrés es esa tensión que se da entre 'lo que es' en este momento y tu imagen acerca de lo que este momento debería ser. El estrés es un enfoque que se reduce a una lista mental de 'cosas por hacer', una carga imaginaria de 'todos los pendientes por resolver'. El estrés siempre implica pensar en el futuro. Cuando cambiamos nuestro enfoque de lo que no está presente a lo que sí está presente, cuando cambiamos nuestro estado de 'limitación' para reconocer lo que hay aquí en abundancia; cuando en lugar de querer completar una aparente lista de asuntos interminables, hacemos lo que tenemos que hacer con toda nuestra atención, con toda nuestra pasión, las listas se resuelven sin esfuerzo, sin estrés, e incluso si no lo hacen, las soluciones creativas llegarán oportunamente. Relájate. Tú no eres el hacedor. Tu Recorrido es la Meta
De repente, por alguna razón, mientras recorres un camino conocido, te das cuenta de que el destino se ha convertido en algo más importante que el recorrido mismo. Tu urgencia por alcanzar cierto objetivo ha estado sacando cada paso valioso fuera de tu atención. Has estado caminado a ciegas, inconscientemente, no has estado realmente presente en tu andar, te dejaste hipnotizar por el futuro, te sientes desconectado y solo, recorriendo un camino familiar. Entonces, la atención cambia, de la escena de un imaginado futuro hacia la película de tu vida, hacia la presente escena, aquí, ahora. De lo que no está presente, hacia lo que está presente. Sientes nuevamente tu cuerpo vivo, el golpeteo de tu corazón, tu aliento entrando y saliendo, la suavidad del suelo debajo de tus pies, la tierna brisa en tu rostro. Escuchas el susurro de los árboles por todas partes y el ladrido de los perros en la distancia. Te sientes querido, de nuevo, conectado a todo y a todos. La vida ha estado estallando por doquier, sin embargo, tú habías estado poniendo atención a otras cosas, en otro momento y en otro lugar. Sientes tensión y cansancio por todo tu cuerpo, tienes rígidos los hombros y el pecho. Te perdonas a ti mismo por haberte descuidado. Ofreces una cálida y amorosa presencia a estas partes desatendidas, permitiendo que la tensión se relaje y se disuelva en su propio tiempo. Estás en paz para volver a Casa, presente en tu andar. Tus esperanzas y temores acerca del futuro palidecen ante esta inmediatez, ante esta vitalidad. Llegarás a tu destino, quizás. Pero en este momento, tu andar lo es todo. Cada paso te está recordando cómo vivir. Cada aliento es un pequeño gurú. Una Nueva Religión No hay ninguna deidad externa o interna, sólo la Presencia misma, previa al tiempo y a la distancia. No hay ningún pecado, sólo una imaginaria desconexión de la Presencia. No hay ningún infierno, sólo el sufrimiento de hoy y el anhelo de volver a Casa. No hay ningún cielo, sólo el hecho de recordar hoy nuestro Hogar. No hay ninguna autoridad en esta vida, sólo Vida, estallando como todo lo que es y lo que no es. No hay cristianos, judíos, budistas, ateos o agnósticos, creyentes o no creyentes, sólo seres humanos perfectamente rotos, luchando por encontrar la luz en la oscuridad de ellos mismos. Pero, no hay tal cosa como alcanzar la luz cuando tú eres la luz, ni
tampoco el amor cuando tú eres el amor; y la división entre el espíritu y la carne, la luz y la oscuridad, Dios y el diablo, lo sagrado y lo profano, lo santo y lo no santo, lo inmortal y lo mortal, el ser y el mundo, nunca sucedió, para nada. Y entonces, la nueva religión (del latín, religare, 'unir') es el descubrimiento de nuestra intimidad con la vida, una no-‐separación de aquello que buscamos, nuestro Hogar, más allá de todos los hogares mundanos. De la entrevista a Jeff Foster: ¿Se trata de cultivar más la presencia? Lo que yo diría es que te olvides de tratar de estar más presente; eso sólo puede ser otra forma de búsqueda. Es una hermosa idea, pero sigue siendo el mismo mecanismo de búsqueda. "¡Un día estaré presente!" En última instancia, no puedes estar más presente, porque eres la presencia misma. Al igual que la palabra "no-‐dualidad", la presencia es sólo otro puntero que te indica la vida tal como es. Es otro puntero que te indica de nuevo lo que realmente eres. Ya hay presencia y sólo hay presencia. Todo ya está apareciendo en la presencia. Sólo hay este momento. El pasado y el futuro suceden ahora; aparecen en esta presencia, como esta presencia. Hay recuerdos del pasado y pensamientos del futuro que aparecen en esta presencia. Todo sucede ahora. Cada sonido es un sonido actual; nunca has escuchado un sonido que no fuera ahora. ¡Nunca has oído un sonido en el pasado y no oyes un sonido en el futuro! Nunca has olido nada que no sea olido ahora. En última instancia, nunca has visto nada que no sea visto ahora. ¡Todo es/está presente! Por lo tanto, no se trata realmente de que una entidad separada esté cada vez más presente; se trata de redescubrir la presencia aquí y ahora. La presencia podría ser sólo otra palabra para la consciencia, la conciencia o el Ser; ¡escoge tu palabra favorita! Lo que eres es la presencia misma, por lo que no puedes llegar a ser "más" presente, al igual que la ola no puede llegar a ser más o menos "océano" de lo que ya es. Y eso siempre está ahí para ser descubierto. La vida es la constante invitación a descubrir esto en medio de la experiencia presente. La vida es la constante invitación a descubrir quién eres en realidad en este momento. ¿Quién descubre esto? Bueno, ¿quién hace esa pregunta? Pensar positivamente es la versión psicológica de una cirugía plástica en el cuerpo. No funciona.
Pensar positivamente es en realidad un tipo de pensamiento obsesionado con la negatividad, centrado en la negatividad, en guerra con la negatividad, lo cual es bastante negativo, si lo piensas bien. Pensar positivamente sólo enmascara los defectos, las imperfecciones, las peculiaridades, las singularidades, tapando el aspecto 'oscuro' de la experiencia sin ocuparse de ella realmente, no la enfrenta, no la acoge, no la sana, no la ama. Podríamos sentirnos mejor temporalmente, sin embargo, no habrá nunca ninguna fuente externa de felicidad. La mente dual divide lo positivo de lo negativo, la luz de la oscuridad, y después intenta sanar sus auto-‐creadas heridas a través de más división, de más guerra. Pero, independientemente a qué tanta cirugía plástica mental o física te sometas, siempre terminarás sintiéndote incompleto y lejos de Casa. La guerra no puede terminar con la guerra. La oscuridad no puede terminar con la oscuridad. La luz es el poder. ¿Qué pasaría si en realidad tú no eres la mente? ¿Qué pasaría si tanto los aspectos positivos como los negativos son bienvenidos para llegar e irse en la inmensidad que tú eres, como las nubes en el cielo, como la olas en el océano? ¿Que pasaría si ninguna cantidad de cirugías plásticas, ningún 'cuerpo perfecto', o 'mente perfecta', pudieran jamás llevarte hacia tu verdadera naturaleza, que ya está brillando en medio de toda esa aparente imperfección? El pensamiento positivo crea el pensamiento negativo. Esa es la única cosa de lo que puedes estar seguro. "El arrepentimiento es el deseo de cambiar el pasado. El miedo es el deseo de controlar el futuro. La paz es rendirse al Ahora." Una Hermosa Devastación ¿Cómo se supone que seas capaz de continuar con tu vida ante tanta belleza? Un pájaro piando su canto matinal de alegría y dolor, el último beso de un ser querido antes de irse hacia destinos desconocidos, una promesa rota o un corazón destrozado transmutándose inesperadamente en gracia, el reflejo de un reflejo de algo en el escaparate de una tienda, una simple nota con un tono familiar que te deja nuevamente sin aliento, una cristalina emoción de gran fragilidad saludándote mientras despiertas. ¿Cómo se supone que seas capaz de abrazar todo esto dentro de tu pequeño corazón?
Un paso a la vez, amigo. Un paso a la vez. Haz espacio para una eventual devastación. A veces está bien no ser capaz de soportarlo. Permite que la vida te acerque más a ella, y más cerca aún... Sea lo que sea, permite que se rompa por completo tu corazón asustado, en este día de todos los días. Deja que se destrocen tus conclusiones, que te humillen, que te suavicen y te hagan flexible. El dolor no es un obstáculo, no es ningún enemigo, no es ningún error cósmico, sino un llamado ensordecedor para que te enfoques en lo que es esencial, Ahora. El dolor podría ser la forma como se siente el sanar. El tiempo es una ilusión, no porque sea irreal, sino porque pasa. Tú, en cambio, estás consciente del paso del tiempo, pero nunca estás limitado a él, nunca pasas, así como una pantalla de cine nunca pasa aunque el tiempo transcurra en la película. Mientras que el cuerpo envejece, las estaciones cambian en ciclos, las memorias se desvanecen, Tú sigues siendo fresco y atemporal, un milagro recién nacido, completamente abierto, profundamente arraigado, Ahora. Hay un amor incapaz de morir. Hay una luz que no puede ser extinguida, que el tiempo no puede tocar. Hay una intimidad tan fuerte y tan inmediata, que nos pasamos la vida preguntándonos a dónde se ha ido. No busques la alegría, permite que ella te encuentre, deja que te trepe en tus momentos más privados, en los más inesperados; deja que te alcance en las profundidades de tu dolor, de tu desesperación y cansancio por haberla buscado en el tiempo. Ama el lugar en donde te encuentras, ama el suelo en donde estás parado, porque es este mismo suelo desde donde la alegría está surgiendo, el suelo desde donde tu nueva vida nace, incluso si sólo encuentras en él tu propia incapacidad para poder esperar. Mantente abierto a las posibilidades de la gracia, porque ella se mueve a través de misteriosos patrones que no pueden ser capturados por nadie que lo intente. Tú eres la luz. "La totalidad o plenitud que estás buscando no se puede encontrar en el futuro. La totalidad que cada uno busca ya está realmente aquí en esta experiencia presente, en este momento presente. La plenitud que estás buscando — es lo que eres. Parece una total paradoja cuando tratas de entenderlo con el pensamiento y va realmente en contra de todo lo que estamos condicionados a creer. No se trata de entender esto con la mente, con el pensamiento — se trata realmente de ver esto por ti mismo, en tu propia experiencia". J. F.
Hay una inmensa inteligencia trabajando en este momento, una inteligencia que nos respira por la noche y que hace palpitar nuestro corazón, impregnando de sangre cada parte de nuestro cuerpo, sanando nuestras heridas cuando 'nosotros' ni siquiera lo notamos. Enséñales a tus hijos las realidades del mundo, sí, pero lo más importante... muéstrales las realidades de sus corazones y de los corazones de aquellos a quienes llaman 'los otros'. Permite que ese juego de violencia que vemos hoy en día sirva para afianzar aún más tu convicción en este don eterno, inmutable, que es la Presencia, la Presencia que siempre has conocido y para confirmar nuevamente tu intención de parar toda violencia en ti mismo, para Vivir como tú sabes que puedes vivir. No permitas que las noticias, o las historias que selectivamente se te presentan como noticias te distraigan de la Verdad. "Sé paciente con respecto a todo lo que aún no está resuelto en tu corazón e intenta amar las preguntas mismas, como si fueran habitaciones cerradas o libros escritos en alguna lengua desconocida. Por ahora, no busques respuestas que aún no eres capaz de vivir. El punto es que vivas todo. Por ahora, vive las preguntas. Quizás gradualmente, y sin notarlo siquiera, llegue el día en que vivas las respuestas." La confusión es un paso hacia la claridad. El miedo es el principio de un cambio inteligente. El dolor es la puerta hacia una inefable compasión y creatividad. La ira es una expresión rebosante de vida. La frustración es una antigua enseñanza acerca del control y la rendición. Los celos nos muestran la capacidad que tenemos de amar, recordándonos la violencia que retumba bajo la aparente calma. Todas las emociones son maestros espirituales increíblemente inteligentes -‐ son el misterioso lenguaje que poco a poco estamos recordando. "... simplemente te recuerdo aquello que, en el fondo, has sabido siempre: que no hay nada de malo en ti, y que eres amado más allá de las palabras, siempre, tal y como eres, en este momento..." Recién Nacida En una sala de hospital, una mañana cualquiera de Noviembre, mi dulce octogenario padre abraza a su nieta recién nacida por vez primera. Sólo un momento, pero el suficiente para que nazcan universos.
"¿Quién eres?", se preguntan el uno al otro sin palabras, y no hay respuesta, y no se necesita ninguna respuesta, tal vez. Él sólo la abraza, tal y como él fue abrazado hace mucho tiempo, y ríe, y dice palabras llenas de dulzura y esperanza y eleva una oración para que tenga una buena vida; olvida la fugacidad de todas las cosas y la lucha de su propio tierno corazón. Conforme la memoria de papá se desvanece, mientras descansa cada día más en su verdadero Hogar, aquí, en el borde de los mundos, ellos se encuentran. A pesar de parecer tan diferentes, sienten la viva presencia del otro. El amor es lo único que importa, amigos, es lo único que siempre ha importado, y hemos sido tontos al imaginar lo contrario. Padres, nietas, el nacimiento y la muerte de las estrellas, padres aliviados al conocer a sus seres especiales, corazones rotos, memorias que se desvanecen, separación y unión, el mundo girando alegremente sobre su propio eje, y como siempre digo, el amor sólo puede reciclarse a sí mismo. Me rindo. Me rindo a todo. Incluso en medio de los corazones rotos y los nuevos comienzos, el amor no conoce límites, ni fronteras, ni finales. Hay tanta belleza aquí, en este extraño planeta, y ¿quién iba a pensar que tendríamos la suerte de presenciarlo? Cuando la gracia nos da la espalda... Te das cuenta que está surgiendo cierto dolor. Te sientas con él. Tratas de aceptarlo, de permitirlo, de transformarlo, de sanarlo, de estar con él, sin embargo, todo empeora. ¿Qué no los maestros enseñan que la gracia está allí, en el dolor, también? ¿Que la libertad llega a través de sentarse con cualquier cosa que surja? ¿Por qué no ha desparecido aún el dolor? ¿Por qué me siento peor en este momento? ¿En dónde está mi paz? ¿Acaso hice algo mal? ¿O los maestros mienten? La gracia se ve tan lejana, parece una historia inventada por soñadores y charlatanes. Pero detente. Respira. Quédate aquí. ¿Acaso no puedes ver, amigo, que la gracia está justo donde estás; que no se trata de un destino sino de un amante; que no es ninguna meta, sino una íntima realidad? La gracia está en el medio de esta lucha, brillando a través de todo este lío. La gracia sólo podría 'darte la espalda' cuando intentas utilizarla, cuando pretendes disponer de ella para tu propio beneficio, incluso para tu comodidad, incluso para tu libertad. Vista a través de unos ojos realmente abiertos, cada momento es lo que buscas y la gracia no podría nunca abandonarte. Matt Licatta
Un Inesperado Gurú Un diagnóstico de cáncer no es el final de tu vida. Es, quizás, el fin de la vida que habías deseado, esperado, planeado, querido o la que te habían prometido. Es la disolución de esos caducos sueños acerca de 'mi vida'. Pero, tal vez, este shock inicial precipite el comienzo de una nueva vida, una más auténtica, más conectada, más honesta, más consciente, una vida llena de amor, sin importar el 'tiempo' que te quede, porque este camino requiere de muy poco tiempo. Tal vez se trate de una invitación para acordarte de ti mismo, para enfocarte, respirar y para erradicar toda violencia innecesaria en tus relaciones y para contigo mismo, quizás sea un llamado para que arrojes tu luz sobre los bolsillos de sufrimiento a los que nunca les hubieras prestado atención. ¡Sin duda, se trata de un brusco despertar! -‐ y quizás quisieras rebobinar la película, o al menos adelantarla hacia una futura escena de remisión o completa sanación. Eso sería hermoso. Pero podrías perderte de la gracia de este camino, de los regalos inesperados que se encuentran a lo largo de la jornada. El verdadero sanar va mucho más allá de la eliminación de los síntomas, incluso es mucho más profundo que el avance o la remisión, que la enfermedad o la muerte. Se trata del descubrimiento de lo que realmente eres, con cáncer o sin cáncer, con atención médica o sin ella. Es el recuerdo del amor, de la conexión, de la paz que reside en el corazón de todas las cosas, del suelo en donde estás parado. No eres, y jamás serás una víctima del cáncer, ni tampoco un sobreviviente del cáncer. Ninguna historia puede definirte, ninguna buena historia ni tampoco ninguna mala historia. Eres la vida misma, y la presencia o ausencia de los síntomas no es ninguna excusa para olvidar esto. Permite que todo te sane, permite que cada momento sea tu guía, recuerda respirar, y reconoce en dónde te encuentras. MORIR DE AMOR Desgarra mi corazón antes de que pueda huir. Sácame los ojos antes de que los cierre a Ti. Mátame antes de que deshonre el Llamado. Hasta el acantilado, por fin. Cayendo por el abismo del amor. Sin esperanzas de volver. La luz en la oscuridad es más brillante que mil soles. Sólo el camino del tonto tiene sentido. Rómpeme. No puedo romperme. -‐ por Matt Licata y Jeff Foster
En este momento no necesitas todas las respuestas. Ellas vendrán a ti, o no, quizás aquellas preguntas que sean innecesarias simplemente se desvanecerán. Cuando un querido amigo está sufriendo, cuando su dulce y tierno corazón ha sido destrozado, cuando su mundo está girando fuera de control y no sabe a donde ir, a veces lo más sencillo hace maravillas. En ocasiones un simple y genuino 'te entiendo', dicho con honestidad, puede resultar suficiente -‐ un buen lugar para comenzar. Porque tú también eres humano, y conoces el dolor que siente un corazón destrozado, has sentido el desmoronamiento de los mundos, has estado también en contacto con el caos que acecha bajo la superficie de las cosas. Así es que puedes decirle a tu amigo: 'Te escucho. Te veo. Estoy aquí contigo, ahora', y tan sólo por un momento, puedes pararte con él, entenderlo, literalmente 'pararte en medio de él' y, por un instante, honrar ese lugar en donde se encuentra. Y a veces, este es el sitio en donde puede comenzar la gran sanación, ese lugar en donde se está con el otro, el punto en donde nunca se está solo. En donde estamos parados... Estás perdido y sin esperanza, amigo mío. Tu corazón se ha roto hoy en diminutos pedazos y es imposible armar ese rompecabezas de nuevo, sin importar cuánto te esfuerces, ya no cuentas con ninguna imagen a través de la cual te puedas guiar. Dudas y preguntas rugen como un fuego en descontrol en el inmenso campo de tu ser. Ya no eres capaz de encontrar un lugar de conexión por ningún lado. Incluso el canto de los pájaros al amanecer parece venir de un distante planeta. Todo lo que parecía permanente se ha desplomado, todas las certezas se han fundido repentinamente con la fragilidad del aire, y parece que nadie tiene ninguna respuesta, ni los gurús, que en un momento dado prometieron tanto. En esta ocasión, no tengo palabras que puedan guiarte. Ninguna esperanza, ninguna promesa, ningún sueño acerca del término de esta devastación. Estas perdido y sin esperanza, amigo mío, y lo que queda es un compromiso radical con el suelo en donde estás parado, un matrimonio de humildad con el Origen, con tu lugar de nacimiento y tu morada final de descanso. A veces caemos destrozados, y a veces, en medio de todo esto recordamos con más claridad en dónde estamos parados. A veces caemos de rodillas, y recordamos nuestras rodillas, y nada ha pasado desde el punto de vista del suelo, a salvo para escuchar el canto de los pájaros y para admirar las primeras luces del amanecer.
Una parte de ti quiere morir de amor, quitarse la ropa y aventarse al océano completamente ebria con el amado, para siempre. Otra parte no está tan segura de que estés listo para rendirte. ¿Será algo seguro? ¿Llegará hasta el otro lado? ¿Será capaz de reconocerse en unión? ¿Qué pensarán sus amigos y familiares? ¿Qué pasará con todas sus creencias, esperanzas, miedos, fantasías, deseos e identidades? ¿Cómo será capaz de soportar tal desnudez, tal crudeza y tal fragilidad? ¿Cómo se sentiría estar al borde de la angustia más devastadoramente gloriosa en todo momento, todos los días, por el resto de tu tiempo aquí? Oh, amigo, ¿serás capaz de reconocer que es el amado quien viene a presentar estos acertijos para ti, para poderte llevar en el viaje más maravilloso hacia el centro de tu propia radiante totalidad? Ella no tiene ningún interés en resolver las formas salvajes de amor ni de desvelar los misterios de separación y unión. Ella te quiere exactamente como eres, quiere mezclar tu esencia con la de ella y quemar todo tu mundo conceptual. Ella quiere estar dentro de ti y sentirte dentro de ella. Hay una parte de ti que lo que más desea es rendirse y caer en lo desconocido, mientras otra parte se aferra a su vida, a la claridad, a ese deseo de 'mantener todo en orden', a la seguridad y a la certeza del mundo de lo conocido. El amado está trabajando con las partículas del amor como sus emisarios para iluminar cada una de esas partes en ti, para tejer nuevamente la multiplicidad en la unidad para luego volver a la variedad. Este es el camino de vuelta a Casa, y tú eres ese loco y desesperado viajero del amor. Tú estás dentro de ella y ella está dentro de ti, bailando juntos a través de las estrellas, de las galaxias y de las supernovas. Están juntos, nadando en los océanos y descansando dentro de la luna. Matt Licata ¿Por qué malgastamos nuestra vida resistiéndonos a lo inevitable? ¿Por qué convertimos nuestra vida en un problema y en una preocupación? ¿Por qué tenemos miedo a convertirnos en la nada, la verdad absoluta que hay detrás de todas las cosas? La verdad absoluta es que no hay ninguna verdad, sólo hay esto. La verdad es que flotamos en un océano de nada, en un vacío despojado de todo significado, de todo valor y de toda verdad. Y esto, para el individuo que pretende ser alguien y llegar a alguna parte, resulta literalmente aterrador. ¡El individuo no es más que una ilusión, una
condenada mentira, una mera historia que emerge ahora, ahora y también ahora! ¿A quién podría interesarle? Del libro 'Más Allá del Despertar' Romper con una pareja después de una larga relación puede sentirse muy parecido a la muerte. Una muerte sin una muerte real, lo cual puede resultar aún más desconcertante que la misma muerte. Te despiertas por la mañana preguntándote a dónde se ha ido. Todo te hace recordarla, a veces en forma inesperada. Una hoja que vuela con el viento. Una vieja canción. Alguna broma que solían compartir. La vaga esperanza compartida de un futuro feliz. Pareciera como si estuvieras viviendo en una realidad equivocada, como si se hubiera producido algún tipo de ruptura en el continuo del espacio-‐tiempo, como si el universo hubiera perdido su equilibrio. Su ausencia se siente tan presente en tu experiencia, y la mente anhela volver a la forma en cómo estaban las cosas en el pasado, o por lo menos, tener la posibilidad de adelantar hacia una futura escena en donde todo estará nuevamente 'bien'. Pero tal vez la ruptura de este corazón sea realmente la ruptura de sueños obsoletos. Tal vez estás sólo siendo llamado a dejar de lado una vieja realidad, y encontrarte con tu ser querido en la nueva realidad del aquí y el ahora -‐ y no como quisieras que fuera, sino como realmente es. Para ver todo, defectos, sangre y tripas, desfilando al unísono. Quizás la vida, a través de su devastación y su dolor y esa sensación de pérdida en la boca del estómago que parece no irse, está preparando un espacio para una conexión aún más amorosa y sincera con tu pareja, y tan sólo está pidiendo que se presten mayor atención el uno al otro para conocerse nuevamente, más allá de una historia, más allá de toda expectativa, más allá de todos esos viejos sueños. Así que respira a través de la devastación. Recuerda tu verdadero fundamento. Confía. Quizás el verdadero amor nunca pueda perderse. La muerte no puede tocarlo. Terminar con alguien no puede hacer que éste se detenga. Contemplar el mundo que se despliega ante nosotros es quedarse anonadado. No es de extrañar que nos aprestemos a llenar el vacío con nuestras historias, porque entregarse a esto es morir y eso es, de hecho, lo último que 'nosotros' queremos. ¡Pero qué extraordinario es morir en esto! ¡Qué extraordinario anonadarse y disolverse en la nada, en la nada que ya somos! Del libro 'Más Allá del Despertar'
A medida que nos abrimos a la vida, al amor y a los demás; a medida que despertamos de nuestro sueño de separación, encontramos no sólo el gozo de la existencia, sino también su dolor, no sólo el éxtasis de la vida, sino también su agonía. El sanar no siempre se siente bien, o cómodo o incluso 'espiritual', porque nos vemos inevitablemente obligados a confrontar nuestras sombras, miedos y anhelos más profundos -‐ esas partes secretas en nosotros que habíamos negado, reprimido o considerado como 'negativas' o indignas de nuestro amor. ¿Cómo podríamos encontrar la calma en medio de la tormenta? ¿Cómo podríamos descansar, incluso cuando el suelo se abre bajo nuestros pies? ¿La respuesta? Enamórate del sitio en donde te encuentras. Ponle atención -‐ es un momento sagrado, irrepetible. Confía en el flujo y en el reflujo de todas las cosas. Dile sí a la incertidumbre y a todo lo que en tu vida aún no parezca resuelto. Sal de las historias y de los sueños de segunda mano y recuerda el espacio en donde surge la respiración. Aquí. Ahora. Qué increíble es cada momento. Qué innegable: esto es esto, esto está aquí y esto es ahora. Qué privilegio sentarme aquí y contemplar, con estos ojos que no son realmente 'míos', el despliegue del mundo entero. Y no es necesario, para ello, realizar ningún esfuerzo ni poseer ningún conocimiento. Esto no es algo que pueda ser alcanzado. Esta es la presencia completamente obvia, la obviedad completamente presente. ¿Cómo he podido olvidarme de esto? Del libro 'Más Allá del Despertar' En el famoso símbolo chino Yin-‐Yang, hay un círculo oscuro que aparece en el área clara y un círculo claro que aparece en el área oscura. Los opuestos se apoyan y se penetran entre sí -‐ no puede existir el uno sin el otro. De manera que los opuestos no son realmente 'opuestos'. En realidad no se 'oponen' sino que se complementan. Tienen una especie de relación misteriosa e íntima, reconociéndose mutuamente y descansando en ese reconocimiento... El punto es no negar ni intentar deshacerse de la danza de estos aparentes opuestos (tratar de oponer opuestos -‐ ¡qué divertido!) sino reconocer que todos los opuestos son sólo hermosas metáforas que apuntan a eso que es anterior a todos los opuestos, a la Vida misma.
Morir para Vivir "Morir es sólo otra palabra para dejar ir. Quiero morir gloriosamente, morir conscientemente, morir con compasión, morir en la vulnerabilidad, morir con el corazón abierto de par en par, morir verdaderamente, morir en este momento y para el resto de mi vida, morir en cada momento, porque al morir estoy realmente vivo, y sé que no hay nada que temer, que sólo se trata de perder todo lo que imaginé que era verdad." La guerra entre la luz y la oscuridad jamás podría terminar. Nunca comenzó. Haz -‐ o permite que se haga -‐ eso por lo que tu corazón tanto ha esperado. ¿Cuál es el riesgo? ¿Perder todo? Entonces, piérdelo todo. ¿La experiencia de un fracaso? Entonces, experimenta el fracaso, saboréalo, encuentra una nueva forma de éxito dentro de él. ¿Rechazo? Entonces ábrete completamente a la gloria del rechazo, abre bien tu corazón a aquellos que no te aceptan, observa su dolor y perdónalos por eso. ¿Temes el ridículo? Entonces, enamórate de todas esas voces que te ridiculizan, velas como si fueran tus amados recién nacidos, tus propias voces que reclaman tu amable atención. La vida es demasiado valiosa como para desperdiciarla, y demasiado inmediata como para postergarla, y lo 'peor' que puede pasar es un cuerpo que se desmorone o una imagen que se haga añicos, y ninguno de los dos es lo que realmente eres. No tienes nada que perder, excepto, quizás, tu orgullo imaginario, tu asustado ego que secretamente anhela consumirse en el horno de la vida. Del gran amigo de Jeff, Matt Licata: Te han enseñado muchas formas De reparar tu roto corazón. Pero, ¿le has preguntado a tu corazón si desea ser reparado? Has oído hablar de un lugar de descanso final En donde permanecerás por siempre invulnerable A todo es fuego y a todo lo que te pueda abrir para siempre. Pero te has dado cuenta que es sólo a través de tu vulnerabilidad Que el amor se puede mover en este mundo. Por donde mires, amigo mío, El camino está apareciendo ante ti. Cuando veas que no se ha cometido error alguno Y que nada está realmente en tu contra, Contemplarás al amado dentro de ti. Sentirás sus juguetonas partículas de luz y oscuridad, Utilizando las energías de partes separadas y totalidad, Para desplegar su visión dentro de ti. Cuando no sabes lo que eres, incluso el éxito más glorioso, la más alta felicidad, el más intenso de los placeres, la mayor adulación, la riqueza
más extrema, la 'experiencia' o el 'estado' de insuperable iluminación, nunca será suficiente. Siempre sentirás que hay algo que hace falta. Porque siempre harás falta TÚ. Siempre hará falta el calor de tu propia presencia. El sentimiento de la vida misma. El íntimo Uno. La Gimnasia de la No-‐dualidad Soy tan espiritual. Soy el ser más espiritual de todos. Soy mucho más espiritual que todos ustedes, tipos 'no espirituales'. He ido más allá de la separación. Estoy tan iluminado. Soy el más iluminado de todos. De hecho, estoy tan iluminado que no hay un 'yo' que tenga que ser iluminado. Soy nadie, realmente. Soy el más nadie de los nadies. Tú eres alguien, pero yo soy nadie. No hay un yo aquí, sin embargo siento que hay un yo por ahí. (Aunque, por supuesto, no hay nadie aquí que sepa eso). Si no ves la verdad en estas palabras, debes estar confundido. Te amo. Ya eres libre... El imaginado yo separado, el sentido de 'yo' fabricado por la mente, jamás podrá ser libre. Jamás podrás ser libre dentro del tiempo. Es decir, ya eres la libertad misma, mucho antes de que el tiempo apareciera, la libertad en la que la transitoria ilusión del 'yo' surge y desaparece, se recuerda y se olvida. La libertad es tu naturaleza real, tu estado interno natural, tu verdadera identidad y sufres cuando te olvidas de esto. El sufrimiento es un sentido de falta de libertad. Es nostalgia. Una dinastía olvidada. He aquí una pura y clara definición del sufrimiento: El sufrimiento es la imaginación de nuestra separación de la Fuente. Es una ola en el océano olvidando su indivisibilidad del océano, soñando que está separada, anhelando una re-‐unión. ¿Acaso no puede ver que la Unión ya es aquí, previa a su búsqueda? ¿Que la separación nunca ocurrió realmente? ¿Que cualquier cosa que pudiera surgir a lo largo de su viaje, jamás estaría desconectada, ni por un solo momento, de la Fuente? ¿Que eso ES la Fuente, expresándose a sí misma de manera perfecta? ¿Que todo el viaje, con sus dolores y alegrías ES la divina expresión? Sobre la Pérdida... Lo más doloroso que hay no es la pérdida de otra persona, sino perderte a ti mismo en la pérdida. Es tan hermoso no saber, nunca saber qué es lo que va a pasar a continuación, qué pensamiento va a surgir, que vibrante y curiosa sensación llegará a bailar, qué sonido emergerá de la nada, qué palabra se
pronunciará, cómo este cuerpo-‐mente se moverá o será movido. A pesar de que a veces nos olvidamos, o no lo admitimos, todos vivimos aquí, tal y como cuando éramos niños, en este ilimitado y profundo espacio del no-‐saber, lleno de asombro, de un asombro interminable. ¿Dónde se encuentra mi verdadero Hogar? ¿Cuándo terminará mi dolor?', pregunta con nostalgia el buscador. 'Ya estás en casa', responde la Vida,' aún estando en medio de tu dolor'. 'Pero, ¡es que yo no veo eso en este momento!, dice el buscador. 'Por supuesto que no', responde la Vida. 'Entonces, olvídate de buscarlo en el futuro. Simplemente descansa en la experiencia de este momento presente en la que no puedes verlo. Descubre que tú eres tu Hogar, incluso en este presente sentimiento en el que extrañas tu Hogar, incluso en esta frustración, incluso en tu fracaso para escapar de este momento. ¿En quién surge todo esto en este momento?' cuando mueres no te haces infinito siempre fuiste infinito por eso, no puedes morir De Vuelta a Casa No hay tiempo para la muerte. El océano no puede abandonar al océano. Sólo la imaginación de una ola separada es lo que muere. La muerte no es un acontecimiento dentro del tiempo, sino el despertar del tiempo. Todo el Mundo es un Escenario En mi corta vida, he conocido el paso de innumerables estados, experiencias, sistemas de creencias, identidades, fijaciones conceptuales. En este proceso, me he identificado con muchos roles, los cuales, en un momento dado, confundí con lo que realmente soy, perdiendo mi sentido del humor, humildad y en última instancia, mi humanidad. He sido el depresivo suicida, el alma perdida en busca de respuestas a mis interminables preguntas, el buscador de una futura iluminación espiritual, el cazador de felicidad, confundiendo las experiencias con el fundamento de la experiencia misma. He sido el entusiasta, el encantador visionario, el extático, el exhausto, el nostálgico, el que está en absoluta desesperación, y a veces, todo esto al mismo tiempo. He sido el gurú iluminado, imaginando que mi trabajo consistía en despertar al no-‐ despierto, en eliminar el dolor de los demás, en rescatar al mundo
ignorante, en salvar a la humanidad de sí misma. He imaginado que las respuestas me pertenecían, que las preguntas les pertenecían a 'ellos', que yo ya estaba 'terminado', de alguna manera, y que 'ellos' eran todavía una obra-‐en-‐proceso. He sido el enfadado anti-‐gurú, criticando a los gurús, a sus caminos espirituales y a sus enseñanzas, secretamente en guerra con los sueños de los demás, sin darme cuenta que el anti-‐gurú es el mayor gurú de todos, y que el 'no-‐rol' es el rol más pesado de todos, y era sólo un sueño mío que los sueños de los demás eran de alguna manera inadecuados. He sido una no-‐entidad trascendente, indiferente, frío, egoísta, un 'ser liberado del de ego', ubicando sutilmente a los demás por debajo de mí, porque 'todavía tenían un yo' o porque 'todavía eran una persona' o simplemente porque 'aún no habían entendido'. He sido 'consciencia pura' en una triste, impersonal y fría manera, carente de cualquier tipo de nexo con el corazón. No pude ver que incluso esto se trataba de otro tipo de identificación -‐ la 'no-‐ persona pura'. ¡Las sutiles artimañas del ego! He conocido el paso de todos estos roles, estados, estos preciosos fragmentos del lienzo de la vida, ninguno de los cuales pueden comenzar siquiera a definir la inmensidad o eternidad de la Presencia que soy, que eres, que todos somos, más allá de nuestros roles construidos por la mente. Aún así, no rechazo los fragmentos, ni tampoco me aferro a ellos -‐ son íntimamente conocidos, visitantes habituales, dignos de amor y no de rechazo. Todas estas identidades contienen, en un momento dado, un 'yo' separado de un 'tú', separando el 'uno que está aquí' del 'otro que está allá', dividiendo al maestro del estudiante, al gurú del discípulo, al amante del amado, al experto del novato, al sanador del sanado, cuando de hecho, estas divisiones jamás sucedieron, ontológicamente hablando. Yo soy lo que tú eres. Y así, al final, como en el principio, sólo puedo conocerte como amigo, como un profundo igual, una ola compañera en el inmenso océano de la vida, y recordarte aquello que ya sabes en tu corazón de corazones -‐ que somos oceánicos. Esto es poesía, no es una inamovible, regurgitada enseñanza, ni tampoco ninguna lección de historia. Esto es música, no una seca conferencia de algo llamado consciencia. Esto es danza, no lógica -‐ un silencio completamente vivo -‐ e incluso en el momento en que estas palabras están siendo escritas, sé que ninguna de ellas es verdad, porque todas están vivas, y eso es lo que realmente importa. No estoy diciendo 'solía identificarme con todas esas cosas, pero ahora estoy absolutamente claro y no-‐identificado'. ¿Puedes ver que este es el
viejo mito de iluminación levantando su preciosa cabeza? La imagen del 'ya terminado' -‐ ¡otra preciosa broma cósmica! Estoy diciendo que no hay tal cosa como 'terminado', para nada, aquí en tu inmensidad porque, ¿quién podría establecer un punto de referencia, y a quién le importaría realmente? Es sólo la mente la que lidia con comienzos y finales, con cosas terminadas o no. La vida es demasiado fresca para el tiempo. Sé lo que eres. Indefinible, indefinido, abierto. "No quiero arreglarte. No quiero darte respuestas. No quiero impresionarte. No quiero que seas diferente. Sólo quiero conocerte, exactamente como eres, más allá de tus historias, de tus esperanzas y sueños, más allá de tus juegos, tus protecciones, aquí y ahora. Si te sientes confundido, siéntete confundido en este momento. Si sientes miedo, siente el miedo ahora. Si estás aburrido, aburrámonos juntos. Si estás ardiendo de coraje, ardamos juntos conscientemente por un momento y veamos qué sucede. Quiero estar aquí, con lo que realmente hay en este momento, sin máscaras, sin mitos. Tal vez, entonces, el gran cambio sea posible." Estrellas Estás cansado, amigo. A tu cuerpo le urge descansar. Date por vencido. Has querido venirte abajo durante tanto tiempo. Dejar ir todas tus defensas. Para ser transparente y auténtico. Tu cinismo te ha protegido. Tu temor te ha servido bien. Tus sueños de iluminación fueron sueños maravillosos. Pero no hay necesidad de que sigas aguantando más. Ríndete. O simplemente deja de fingir que no sabes 'cómo'. Quiébrate. Cáete. La inmensidad te protegerá. Sólo las ilusiones pueden desaparecer. Entre más profundamente se rompa tu corazón Más amor podrá contener. No me digas que no lo mereces. No me digas que no estás hecho de estrellas. La Respuesta No busques la respuesta. Ella te encontrará en el momento perfecto, cuando tus defensas estén bajas. Ella sabe dónde vives. Haz amistad con la pregunta misma. Cae en el maravilloso no saber.
A veces puedes confiar en que no puedes confiar en absoluto. Descansa. Mantente abierto. Inhala, exhala. Recuerda que tu verdadero Hogar está en donde estás. Jeff Foster "A través de nuestras heridas somos sanados..." Nuestras heridas no son nuestras. No se originan desde nuestro interior, tampoco son el resultado de una mente defectuosa o de una naturaleza dañada. Tampoco surgen como enemigos externos a nosotros, como si se tratara de fuerzas oscuras enviadas para destruirnos. Descartes ("Pienso, luego existo"), benditos sus diminutos calcetines de algodón, era un desolado y aislado hombre que creó una fría, egoísta, y altamente intelectual filosofía de separación cuerpo-‐mente, que simplemente no puede hacer frente a la investigación directa. Cuando observamos detenidamente nuestra experiencia en tiempo real y de primera mano, nos damos cuenta que no podemos encontrar ninguna entidad llamada 'mente', con un interior y un exterior, y ciertamente no encontramos tampoco ninguna 'mente' separada de ningún 'cuerpo' -‐ simplemente descubrimos la interminable danza de pensamientos y sensaciones frente a un quieto telón de fondo de la presencia no-‐conceptual que somos, que acoge el pensamiento y la sensación sin que éstos lo limiten. Nuestras heridas no se forman ni dentro ni fuera de nosotros, sino en el contexto de las relaciones. Somos seres sociales, egos no separados flotando en el espacio anhelando conectarse, y todo aquello que es pasado por alto, desatendido, no acogido en nuestras primeras relaciones con aquellos que se encargaban de nosotros, esa parte de la experiencia que no se sacó a la luz -‐ el dolor, la pena, el miedo, la ira, la impotencia -‐ después es vista como algo que amenaza al amor, a la seguridad, al bienestar y, en última instancia, a la vida misma, y se convierten en las partes 'negativas', 'oscuras', 'pecaminosas', 'intocables', de nuestro lastimado ser; las partes vergonzosas que ocultamos unos a otros por temor a perdernos mutuamente. Imaginamos que tenemos un lado luminoso y otro oculto, un despreciable lado secreto, un yo bueno y un yo malo, un yo pecaminoso y uno piadoso, y la gran Guerra comienza. Lo Innombrable se oculta en las profundidades, y nos precipitamos hacia la luz... Las heridas se forman en el contexto de las relaciones, y las heridas son sanadas en el contexto de las relaciones. Más adelante en nuestras vidas, somos conducidos de manera inteligente hacia aquellos que pueden sanarnos, aquellos que, a sabiendas o no, sacan a relucir lo ignorado, lo no
amado, esas partes que pasamos por alto en nosotros mismos, invitando a que la oscuridad vuelva hacia la luz. Y así, la sanación podría lucir un tanto desagradable en un principio, y las relaciones podrían sentirse increíblemente desafiantes, y por un rato podríamos no estar dispuestos a ver la inteligencia en nuestra relación, la cual podría parecer como que está operando en nuestra 'contra', que es realmente una amenaza para nuestro sanar. ¡Nos podríamos llegar a sentir peor! Pero con el tiempo, y con una profunda reflexión, con auto indagación y honestidad, y dejando ir todos los conceptos acerca del 'amor' y el 'sanar', podríamos llegar a ver que nuestros mayores conflictos con los demás nos enseñaron muchísimo, y que nuestros supuestos 'enemigos' psicológicos nos estaban realmente forzando a poner atención a algo que habíamos descuidado en nosotros, y que las rupturas sólo nos estaban ayudando a aprender a sentarnos con nuestro dolor, a acunar a 'ese que sufre', a abrazar esas partes negadas, esos fragmentos rechazados inteligente y creativamente cuando éramos jóvenes. Estás rodeado de gurús de todas formas y tamaños, y todo aquello que te atrae, rechazas o temes en los demás podría ser algo que necesitas acoger en ti. Tal vez, solamente. Pero ese 'tal vez' podría ser todo cuando se trata del amor, y no hay ningún encuentro desperdiciado aquí, en este extraordinariamente inteligente y reflexivo universo. Lo mas triste que hay es una tristeza que se niega, que se descuida, que se rechaza, o que no se le ha permitido ser sentida. Nos enojamos con nosotros mismos por sentirnos enojados. Tememos tener miedo, su intensidad, su inmediatez, su imaginario poder de angustiar. Resulta confuso tratar de no sentir confusión cuando la confusión nos está consumiendo. Lo más frustrante de todo es intentar que la frustración desaparezca inmediatamente, desear la ausencia del deseo. Nuestro mayor dolor es nuestra resistencia al dolor, rehusarnos al hecho viviente del dolor; nuestro rechazo a mirar de frente a la vida, sin pestañear. Sólo un pensamiento diría: "este pensamiento no debería estar aquí". Sólo una mente imaginada querría estar "libre de la mente". Saborea la vida, tal y como es, sin juicio, o sin el juicio del juicio del juicio... Nuestra experiencia es siempre reflexiva. Pero el Corazón está abierto para siempre. Ahora y entonces, Sólo ha habido Ahora. ¿Y Entonces?
"La cura para el dolor está en el dolor " -‐ Rumi Amor Perfecto Cada una de tus imperfecciones, está perfectamente situada, amigo. Cada uno de tus defectos está perfectamente ejecutado, en sincronía divina. Cada arruga, cicatriz, línea; cada mancha y peca escondida; cada herida, única e irreversible, te hace íntegro, te hace único, te convierte en una obra de arte irrepetible. La iluminación no tiene nada que ver con borrar la imperfección, sino con abrazar amorosamente cada apariencia como parte de una gran perfección, inasible por la mente pero ya parte de ti, incluso mucho antes de que se cuestione la perfección o que surja la idea de su contrario. Saber que siempre has sido íntegro, hace que te sientas honrado ante tu vulnerabilidad. Permite que cada momento sea la crucifixión de tu imagen. Permite que cada imperfección sea bañada en tu luz. Permite que el momento sea una celebración, que lo informe tome forma. La mente sólo puede tratar de adivinar a futuro. Siéntete dispuesto a no saber, a tropezar de vez en cuando, a inclinarte ante lo desconocido. No intentes determinar tu camino por la vida queriéndolo resolver antes de vivirlo. La vida es para ser vivida, no para analizarla hasta la muerte. Siéntela -‐ siente todas las energías que quieren ser sentidas, energías que han estado esperando demasiado tiempo tu amorosa atención y tu tierno abrazo. Deja que toda la vida se mueva a través de ti, tanto la alegría como la tristeza, tanto el aburrimiento como la felicidad. Permite que las preguntas permanezcan allí por un rato, no trates de aniquilarlas con respuestas prematuras. Las preguntas son tus amigos más íntimos, las respuestas son extraños, por ahora. Bajo la calidez del amor del sol, las flores brotan en el momento perfecto, ni un minuto antes. Deja que la ternura de la consciencia ilumine esas partes de ti que están luchando por la vida. Observa la perfecta coreografía. Ahora. ¿ES LA DEPRESIÓN UN SIMPLE LLAMADO AL DESPERTAR ESPIRITUAL?
(Extraído de la revista 'Watkins’ Mind Body Spirit' núm. 32, Invierno del 2012-‐13) Déjenme contarles una historia acerca de la vida y la muerte, y los misterios que ocurren en el inter. Recientemente charlaba con una mujer que estaba ocupada planeando su suicidio. Estaba poniendo en orden sus asuntos financieros, pagando sus deudas y tratando de encontrar unos padres adoptivos que pudieran hacerse cargo de la crianza de su pequeña hija, quien quedaría huérfana después de quitarse la vida. Ella había estado amenazando con suicidarse durante años, y ahora, finalmente, estaba decidida a hacerlo. Sus amigos y familiares, desesperados, habían intentado detenerla, sin embargo ella estaba completamente decidida. Esto es todo. He terminado. Mi tiempo aquí ha acabado,” me dijo de una manera tan casual al inicio de nuestra sesión. Todo se había convertido en una carga para ella -‐ su insatisfactorio trabajo, sus necesitados amigos, su brillante pero hiperactiva mente, su fallida búsqueda de un compañero de vida. Incluso su hija la estaba volviendo loca con sus incesantes demandas. Estaba completamente exhausta de ayudar a todos todo el tiempo sin recibir nada a cambio y veía al suicidio como una 'lógica' e 'inteligente' solución a su problema de vida. Dejé que hablara y hablara. Tenía demasiadas cosas que decir y yo intervenía muy poco. Simplemente me puse de su lado, sintiendo y viendo el mundo desde su punto de vista, permitiendo que mi experiencia fuera la suya, íntimamente. Esto fue fácil porque en mi experiencia conocía muy de cerca ese lugar de absoluto agotamiento y desesperación, ese lugar en donde yo 'había tratado de salvar a otros con mucho esfuerzo sin recibir nada a cambio', ese lugar en donde tal parece que la muerte resultaría ser una bendición y una liberación. Me uní al club de '¡Nuestras Vidas Son Demasiado y Ya Estamos Hartos! (la membresía es gratuita). Y éramos los fracasados, los incomprendidos, los nunca bien amados, los nunca apreciados, los que anhelan un profundo descanso. Me pregunté si alguien había alguna vez intentado estar con ella en ese lugar en donde se sentía completamente exhausta. Me pregunté si todos esos terapeutas, maestros espirituales, amigos y familia, en todo este tiempo, con sus mejores intenciones, habían intentado solamente salvarla, componerla, alimentar sus creencias 'positivas' o 'espirituales' para obligarla a cambiar su mente y 'volverla a la normalidad', en lugar de entrar en verdadera comunión con ella dentro
de su dolor y soledad, validando su experiencia presente. Quizás en el medio de su presente desesperación, algo diferente, algo completamente nuevo, estaba anhelando ser liberado. Hablamos durante horas. Nos comunicamos con entendimiento, más que con juicios y temores, ella se fue abriendo poco a poco con respecto a sus verdaderos anhelos, sus sueños secretos y sus deseos ocultos. Se hizo evidente que tenía una muy rica, y creativa vida interior a la que jamás había podido dar expresión. Detrás de su fachada, estaba completamente viva, abierta a experimentar, demasiado perceptiva a las energías que le rodeaban, sumamente 'abierta', como ella lo dijo. Muy en el fondo, tenía un salvaje y apasionado espíritu, pero se había limitado y restringido a sí misma con los años, amoldándose a una vida en donde no era 'ella', para nada. Había estado viviendo una vida de números, de dinero y de previsibilidad, anulando su espíritu explorador, su poesía y su sentido aventurero. Con mucho cariño la animé a abrirse sobre su secreto anhelo de viajar, explorar, de salir hacia lo desconocido sin un mapa que la guiara. Comenzó a hablar con mucha pasión sobre esa época en el pasado cuando se sentía libre y sin cargas. Tenía el anhelo de volver a la simplicidad de esos días. Un fuego rugió dentro de ella. Su anhelo de morir no era realmente un anhelo de morir en el sentido físico. Lo que realmente anhelaba no era dejar de respirar, ni el cese de los latidos de su corazón, sino la muerte del falso yo, la muerte de un 'yo' que no era auténtico y que había estado pretendiendo ser -‐ la mujer exitosa, el soporte de los demás, la que tenía control sobre todas las cosas. A través de la experiencia de una profunda depresión, la vida le había estado llamando su atención a gritos desesperados: '¡VIVE, VIVE! Lo único que necesité hacer fue facilitar la respuesta hacia esa llamada divina. Comenzamos a explorar posibilidades. ¿Cómo sería una vida real, libre de temores, auténtica? Ella tenía una mente brillante y un corazón muy abierto que había desperdiciado en su negocio de bienes raíces. Comenzó a hablar acerca de vender su casa e irse con su adorada hija ('mi precioso ángel, enviado desde el cielo', como ella le decía) hacia la inmensidad de lo desconocido. Siempre había querido viajar a Nueva Zelanda. ¿Podría ese sueño convertirse en realidad? O más bien, ¿era ya una realidad? Quizás el viejo sueño de los bienes raíces era el que debía morir. Y quizás esa muerte ya estaba sucediendo. Si ella hubiera puesto a su hija en una casa hogar y se hubiera suicidado -‐ como lo había planeado hasta ese momento -‐ le hubiera enseñado a su
hija cómo cerrarse a la vida y a las posibilidades. No le hubiera enseñado la profunda verdad acerca de sí misma. El suicidio hubiera resultado en una falsa enseñanza y ella lo sabía perfectamente desde el fondo de su corazón. De pronto, todo se volvió muy claro. Ya no había otra opción. Ella reconoció lo que la vida le estaba diciendo. Sí, iba a suicidarse... pero no de la manera en que lo había imaginado antes de hoy. Iba a quitarle la vida a su viejo yo, a su limitado y falso yo. Ese era el verdadero suicidio, el divino suicidio, el suicidio tan necesario para todos nosotros si es que estamos decididos a vivir vidas apasionadas, auténticas. Ella iba a terminar con una vida que se había vuelto vacía y sin sentido, para liberarse y lanzarse hacia lo desconocido con su amada hija, con sus corazones abiertos de par en par a todas las posibilidades y para amarse la una a la otra. Esta conclusión no fue una conclusión mental, ni tampoco una basada en el miedo. No era una opción que implicara huir de sus responsabilidades. Se trataba más bien de honrar profundamente la fuerza de la vida que estaba tratando de expresarse dentro de ella. Era alinearse con su pasión. Esto se trataba de una responsabilidad profunda, en el verdadero sentido de la palabra -‐ la habilidad de responder auténticamente al llamado más trascendente que pueda hacerle a uno la vida. Ahora, ella no tenía ninguna otra opción más que vivir. * A la mañana siguiente supe que su aventura había comenzado. Ya había empezado a empacar sus cosas, había empezado a vender todo aquello que no quería conservar, empezó a prepararse no para morir, sino para iniciar una nueva vida. Había sido un divino suicidio -‐ el suicidio de lo falso, por lo falso. Se trasladaría a Nueva Zelanda con su adorada hija, quien no sería ingresada a ningún hogar de acogida ni perdería a su madre, sino que se uniría a su madre viva en una aventura interminable. No le enseñé nada a esta mujer. Nunca le 'hice' nada. Simplemente la escuché desde un lugar de aceptación libre de juicios, reflejándole su propia y profunda verdad para que pudiera escucharla por sí misma de una sola vez. En medio de todo ese desastre, se había abierto un espacio para que naciera una nueva vida. Es increíble todo lo que puede llegar a suceder cuando nos escuchamos unos a otros. No es de extrañar que la palabra 'depressed' (deprimido)en inglés, corresponda fonéticamente a 'deep rest' (descanso profundo). Podemos ver a la depresión no como una disfunción o una enfermedad mental, sino, en un nivel más reflexivo, como un estado de descanso sumamente
malinterpretado en el que entramos cuando nos sentimos completamente exhaustos de cargar el peso de la falsa historia acerca de nosotros mismos. Es una falta de interés en todo aquello que es de segunda mano -‐ el anhelo de morir al falso y limitado 'yo', el anhelo de redescubrir nuestra verdadera inmensidad para recibir lo que nos corresponde inherentemente. La depresión, en realidad, lleva incluida el despertar. Por eso es que debe ser honrada y validada, no medicada, ni meditada ni analizada. Debemos atender a su llamado. Y debemos entrar en comunión, libres de miedo, con aquellos que estén profundamente deprimidos y anhelen la muerte, y escucharlos sin prejuicios, poniendo atención a la verdad cósmica más profunda a la que se están refiriendo. Necesitamos confiar en la infinita inteligencia universal, y permitir que el divino y amoroso suicidio, el despertar espiritual, teja su misteriosa magia en todos y cada uno de nosotros. No importa qué esté sucediendo en tu vida, no importa a qué altura de tu viaje te encuentres en este momento, la vida constantemente te está invitando a descansar profundamente, no en un momento futuro, no 'algún día', sino en este preciso momento, en este presente momento que es tu verdadero hogar y la fuente de tu plenitud -‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐-‐ Jeff Foster estudió astrofísica en la Universidad de Cambridge. A sus veintitantos años, después de un período de depresión y enfermedades, se hizo adicto a la idea del la 'iluminación espiritual' y se embarcó en la búsqueda de la verdad última de la existencia. Su búsqueda espiritual se vino abajo ante el claro reconocimiento de la naturaleza no-‐dual de todo, y con el descubrimiento de lo extraordinario en lo ordinario. Jeff se quedó con una profunda comprensión acerca de la ilusión raíz que hay detrás de todo sufrimiento humano, y con un amor inmenso hacia el momento presente. Actualmente lleva a cabo reuniones, retiros y sesiones privadas en todo el mundo, apuntando amorosa pero directamente la profunda aceptación inherente en cada uno de nosotros. Jeff está considerado el #51 dentro de las 100 Influencias Espirituales Vivas en la lista del Watkins Mind Body Spirit del 2012 y ha publicado varios libros en más de seis idiomas. El Paso Siguiente
"Si puedes ver que tu camino se va desplegando frente a ti, paso a paso, entonces puedes ver que no es tu camino. Tu propio camino lo haces con cada paso que das..." ― Joseph Campbell Muchas veces, en nuestras ocupadas vidas nos centramos demasiado en cuál será nuestro siguiente paso, y en el que le sigue, y en el siguiente, y en los cientos de pasos que han de venir después de esos, y en la meta después de todo eso... ... tanto que olvidamos recordar el suelo en donde estamos parados, el suelo sagrado, el suelo presente, el suelo desde el cuál se dará el siguiente paso, el suelo desde donde un viaje entero será imaginado y recorrido. La mente quiere estar en esa meta. Ahora. Urgentemente. Para la mente, la vida es tiempo y el tiempo es su prioridad. La mente quisiera dar de un solo paso todos los pasos y llegar al futuro suelo tan pronto como sea posible. El futuro suelo es mucho mejor que el presente. En otras palabras, la mente no quiere estar presente, aquí, ahora. Porque el presente suelo 'no me está llevando a MÍ a ningún lado' (¿entiendes el chiste?). La mente ve al presente como estancamiento, como nada -‐ una pérdida de tiempo. Miedo, ansiedad e incluso agotamiento puede resultar después de enfocarnos tanto en aquello que 'no está aquí', después de enfocarnos en un sitio en tiempo y espacio alejado del lugar en donde nos encontramos, tan desconectado de la Fuente inmediata. La sanación comienza cuando retiramos nuestra atención de 'Aquello Que Aún No Está Aquí' (de la meta y de los miles de pasos hacia ella) y nos enfocamos en 'Lo Que Hay Aquí, Ahora' -‐ el suelo en donde estamos parados, y en las infinitas posibilidades que ofrece nuestro viaje. No tenemos forma de saber que el suelo presente no sea el mejor lugar para nosotros en este momento. No tenemos forma de saber que los miles de pasos que habíamos planeado sean los pasos reales que daremos, los más adecuados, o incluso los mejores. Incluso no podemos saber si la meta sea la única meta que importa. El futuro es tan desconocido, y el pasado siempre se está desvaneciendo en la memoria. A menudo, los viajes más emocionantes son aquellos en los que nos desviamos cientos de veces, forjando un nuevo e inesperado camino para nosotros mismos, un viaje de aventura y originalidad. El futuro no está aquí, el pasado se ha ido, sin embargo sabemos muy bien en dónde estamos parados. Estamos aquí, ahora, y cada inhalación y cada exhalación está con nosotros, y nuestro vivo y vibrante corazón está con
nosotros, y nuestra imaginación acerca del futuro está con nosotros, y las dudas son nuestros pequeños acompañantes, y el miedo es profundamente bienvenido, y la alegría es una buena compañía para el viaje, y aunque no sepamos hacia dónde nos dirigimos, o si es que hemos de llegar allí, un extraño tipo de emoción al no saber nada del futuro comienza a surgir, y el siguiente paso, el único, se da justo en el momento perfecto... El Gurú Ese que te hace reír hasta que te duele el estómago y te hace resoplar como un cerdo, es tu gurú. Ese que te hace llorar, el que hace que le cuentes tus secretos, es tu gurú. Ese que te desafía, que detona un viejo dolor en ti, el que hace que te enfrentes a tus miedos y anhelos más profundos, el que te ayuda a decir la verdad, ese es tu gurú. Cada aliento es tu gurú. Cada latido del corazón. Cada sonido. La brisa de la mañana acariciando tu mejilla es tu gurú. El auto que no se detiene, la oportunidad perdida, la promesa rota, los cristales destrozados, todo ello es tu gurú. Tus seres queridos, aquellos que te hacen sentir frustrado, los que te aburren hasta el cansancio, aquellos a quienes no deseas ni recordar, ellos son también tu gurú. Toda esta vida, tan fugaz, tan presente, tan rica en bendiciones, es tu gurú. Puedes buscar a tu gurú a un ashram en la India, pero el verdadero ashram se encuentra en donde estás parado. Puedes ir a buscar alguna autoridad en una cueva o en la cima de una montaña, pero, amigo, si buscas en lo profundo de este momento presente, te darás cuenta que ya estás ahí. Tu presencia está mucho más cerca que tu siguiente respiro. El reino se extiende sobre la tierra, a la espera de ojos abiertos. Jeff Foster Cuando buscas no puedes encontrar, porque mantienes el objetivo fuera de ti mismo, en el espacio y tiempo, separando al 'aquí' del 'entonces,' anhelando el cierre de un espacio imaginario. Pero el verdadero milagro siempre te está mirando a la cara. El despertar es solamente abrir tus ojos al milagro, bebiendo todas las riquezas que la vida te ofrece, no mañana, no ayer, sino Ahora, y sólo hay Ahora.
Al final, todas las respuestas apuntan hacia aquel que hace la pregunta. Siempre has estado buscando tu propia, íntima presencia -‐ jamás encontrada, jamás perdida, nunca en el tiempo, nunca cerca, nunca lejos. Baja tu Ritmo, Amigo Muchas veces nos sentimos lejos de Casa, del amor, de las respuestas, de los 'mañanas' que en secreto anhelamos. Nos sentimos tan alejados de la vida... Pero la vida, en realidad, nunca está lejos. La vida nunca puede estar a distancia. La vida siempre está aquí, donde estamos, y somos inseparables de su brillante despliegue de luz y oscuridad. No hay ninguna urgencia. El verano nunca se precipita hacia el otoño. Una pequeña hoja de hierba nunca intenta crecer más rápido que su vecina. Los planetas giran perezosamente sobre sus órbitas. Este ancestral universo no tiene ninguna prisa. Pero la mente, sintiéndose tan dividida de la totalidad, quiere respuestas ahora, quiere soluciones hoy, quiere saber todo desesperadamente. Quiere alcanzar sus valiosas conclusiones, y, en última instancia, quiere tener el control de todas las cosas. Pero tú no eres la mente. La mente es un aspecto de la totalidad, sin embargo no puede capturar la totalidad... Así que baja tu ritmo, amigo. Tómate un profundo y consciente respiro. Confía en el lugar en donde te encuentras, el lugar en donde 'aún no hay respuestas', ese precioso lugar en donde nada se sabe. Este lugar es sagrado, porque es 100% vida. Está lleno de vida, saturado de vida, imbuido de vida. No intentes apresurarte hacia la siguiente escena de 'tu' película. Quédate aquí, en esta escena, Ahora, la única escena que hay. Ahora es el lugar en donde las preguntas descansan y las respuestas crecen, en su propio tiempo... Jeff Foster Cuando se te rompe el corazón, te sientes perdido e impotente, fuera de casa en ese momento, sientes tu corazón y tu mente dividida. Pero cuando volteas a verlo, y le prestas atención, y dices: 'Te veo, querido corazón, sé que estás roto, pero te acepto tal y como estás, sin condiciones. Tan roto, querido corazón, profundamente roto, tan destrozado, tan deshecho como es necesario, pero sabe
que yo estoy aquí contigo...' te conviertes en un guerrero del amor, ¡poderoso y libre! No esperes hasta que estés muriendo. Estás muriendo. Así que vive. Vive este día, este precioso día, este inmediato día, tan colmado de posibilidades, tan saturado de maravillas. El mañana es un deseo, una promesa, una esperanza, un anhelo, una expectativa, un feliz sueño. El ayer cumplió ya su propósito, como debía ser. Hoy es todo lo que queda. Hoy es todo. Siente la vida palpitando en tus venas, hoy. Arriésgate. Di lo que tengas que decir. Olvida que hubo alguna vez un status quo. Sé espontáneo. Ríete ante la idea de un estable o consolidado 'yo'. Sacrifica tu seguridad en el altar de la aventura. Sé aquí, en este día. Ama tus dolores y tus alegrías. Este día es tuyo, para siempre. No BUSQUES el momento. No puedes ALCANZAR el momento. No puedes ESCAPAR del momento. Nunca estás FUERA del momento. No puedes ESCONDERTE del momento. No puedes PERDER el momento. Ni siquiera puedes estar EN el momento. Tú ERES el momento. ¡Sé lo que ERES! Nada ni nadie puede quitarte tu felicidad. La infelicidad no es algo que te 'sucede' a ti -‐ ésta se encuentra en tu resistencia al momento presente, en tu desconexión del flujo de la vida. Cualesquiera que sean las circunstancias de tu vida, independientemente de lo 'mal' que se pongan las historias, siempre estás siendo invitado a bajar tu ritmo, a respirar, a dejar de intentar resolverlo todo, a salir de tus propias conclusiones acerca de mañana, a respirar de nuevo, a recordar tu simple presencia aquí y ahora, a permitir cada pensamiento, sensación, o emoción que se presente en este momento (o a permitir tu incapacidad de permitirlos), a permitir que se rompa tu corazón, a confiar en cada momento, a respirar de nuevo, a comenzar de nuevo, y a saber que nada ni nadie puede despojarte de tu felicidad.
El Paso Siguiente "Si puedes ver que tu camino se va desplegando frente a ti, paso a paso, entonces puedes ver que no es tu camino. Tu propio camino lo haces con cada paso que das..." ― Joseph Campbell Muchas veces, en nuestras ocupadas vidas nos centramos demasiado en cuál será nuestro siguiente paso, y en el que le sigue, y en el siguiente, y en los cientos de pasos que han de venir después de esos, y en la meta después de todo eso... ... tanto que olvidamos recordar el suelo en donde estamos parados, el suelo sagrado, el suelo presente, el suelo desde el cuál se dará el siguiente paso, el suelo desde donde un viaje entero será imaginado y recorrido. La mente quiere estar en esa meta. Ahora. Urgentemente. Para la mente, la vida es tiempo y el tiempo es su prioridad. La mente quisiera dar de un solo paso todos los pasos y llegar al futuro suelo tan pronto como sea posible. El futuro suelo es mucho mejor que el presente. En otras palabras, la mente no quiere estar presente, aquí, ahora. Porque el presente suelo 'no me está llevando a MÍ a ningún lado' (¿entiendes el chiste?). La mente ve al presente como estancamiento, como nada -‐ una pérdida de tiempo. Miedo, ansiedad e incluso agotamiento puede resultar después de enfocarnos tanto en aquello que 'no está aquí', después de enfocarnos en un sitio en tiempo y espacio alejado del lugar en donde nos encontramos, tan desconectado de la Fuente inmediata. La sanación comienza cuando retiramos nuestra atención de 'Aquello Que Aún No Está Aquí' (de la meta y de los miles de pasos hacia ella) y nos enfocamos en 'Lo Que Hay Aquí, Ahora' -‐ el suelo en donde estamos parados, y en las infinitas posibilidades que ofrece nuestro viaje. No tenemos forma de saber que el suelo presente no sea el mejor lugar para nosotros en este momento. No tenemos forma de saber que los miles de pasos que habíamos planeado sean los pasos reales que daremos, los más adecuados, o incluso los mejores. Incluso no podemos saber si la meta sea la única meta que importa. El futuro es tan desconocido, y el pasado siempre se está desvaneciendo en la memoria. A menudo, los viajes más emocionantes son aquellos en los que nos desviamos cientos de veces, forjando un nuevo e inesperado camino para nosotros mismos, un viaje de aventura y originalidad. El futuro no está aquí, el pasado se ha ido, sin embargo sabemos muy bien en dónde estamos parados. Estamos aquí, ahora, y cada inhalación y cada exhalación está con nosotros, y nuestro vivo y vibrante corazón está con
nosotros, y nuestra imaginación acerca del futuro está con nosotros, y las dudas son nuestros pequeños acompañantes, y el miedo es profundamente bienvenido, y la alegría es una buena compañía para el viaje, y aunque no sepamos hacia dónde nos dirigimos, o si es que hemos de llegar allí, un extraño tipo de emoción al no saber nada del futuro comienza a surgir, y el siguiente paso, el único, se da justo en el momento perfecto... Mi gurú es este momento. Mi linaje es este momento. Mi camino espiritual es este momento. Y mi Hogar es este momento. Por favor no tomen nada de lo que escribo en esta página como un hecho, o como algo indiscutible, ni como la verdad absoluta. Yo soy un ave en libertad, entonando mi pequeña canción, ofreciendo esta imperfecta pero honestamente sentida música para ustedes, y para aquellos que amen escucharla y para aquellos que no les guste, también. Podrán juzgar la canción -‐ o al ave misma -‐ como buena o mala, como verdadera o falsa, sin embargo es posible que así se pierdan de la simplicidad del amor con la que está siendo entonada y la alegría con la que se comparte. Todo lo que escribo aquí es una obra en progreso, perfectamente inconclusa, como la gloriosa canción de nuestras vidas. Adoro compartir estas palabras y el silencio que llevan dentro, aún así nunca me he considerado a mí mismo ni como maestro ni como gurú, porque estoy consciente de que el verdadero maestro vive en nuestro interior y que el verdadero gurú es la Vida misma, más allá de toda ideología, previo a la religión humana. 'La verdad es una tierra sin camino', como bellamente dijo Krishnamurti. Entonces, amigos, reunámonos en el momento presente, en la tierra sin camino, aquí, ahora, en la encrucijada de la Vida -‐ el pasado una memoria, el futuro un sueño, nuestros corazones rotos y abiertos a la canción y a la conexión, y todas las inefables y delicadas reflexiones en el alféizar de la ventana con los primeros destellos de la mañana. Ya sea que estemos de acuerdo o no, ya sea que nos reunamos físicamente o no, cualquiera que sea la historia, me siento sumamente feliz de compartir esta página con todos ustedes, quienes quieran que sean, independientemente de lo que
estén viviendo en este momento, independientemente de la canción que estén entonando en el rincón más profundo de su precioso corazón. La depresión es el entendimiento de que nada puede hacerte feliz. La alegría sin causa es el entendimiento de que nada PUEDE hacerte feliz. J. F. Independientemente de lo doloroso, intenso o caótico, cada momento de tu vida es un absolutamente inevitable, necesario e ingenioso momento de crecimiento, un paso necesario en el camino que jamás podrías perder, en donde incluso el pensamiento acerca de que las cosas están 'saliendo mal' sería un momento, y por ende, inevitable, necesario y completamente ingenioso. Y así, lo único que queda es sumergirte profundamente en la Confianza, aún cuando no seas capaz de confiar para nada, porque incluso 'no ser capaz de confiar' es un momento, ingenioso e inevitable en el que se puede confiar absolutamente. J. F. Dejemos que este 2014 sea el año en que nos riamos más, lloremos más, caigamos de rodillas por tanta gratitud, por tantos disparates y ver la maravillosa transitoriedad de todas las cosas. Cuando te vuelvas como un niño pequeño entrarás al Reino de los Cielos, y el Reino ya está aquí, amigo, disfrazado de un año común y corriente, de un día como cualquier otro, de un momento ordinario, esperando a que tus ojos se abran de par en par a sus abundantes tesoros. Deja que este 2014 sea el año. Jeff Foster¿Quién necesita alguna ideología, cuando la existencia por sí sola es una alabanza? ¿Quién necesita santuarios, cuando incluso las alcantarillas son sagradas, y la parada del autobús es un altar secreto? ¿Quién necesita hombres barbudos en el cielo, cuando el mismo suelo en donde estamos parados canta con absoluta devoción? Enamórate de lo ordinario, amigo, y lo extraordinario fluirá a raudales, revelando que todo es divino. J. F. Tú no sabes. Nunca has sabido. No-‐saber es tu hogar. Si supieras Habrían dos: El que conoce y lo conocido. J. F.
La Única Voz Por favor, no me confundas con alguien a quien le importa un carajo lo que está bien o mal. El amor es mi único interés en este momento. El perdón es la única voz que escucho. Me susurra al oído en medio de la noche. Se mantiene cerca, muy cerca, cuando llevo a los chicos al colegio. Me sigue en cada una de mis labores durante el día. Es una voz ancestral, tan familiar. Ya no puedo bloquearla más. Puedes quedarte con tus represalias y con tus planes de venganza. Dejaré los juicios para los jueces. He encontrado mi Hogar, amigo, y está inefablemente cerca. J. F. Detente. Independientemente de cuál sea la circunstancia de tu vida, detente. Sólo por un momento. Reconoce amorosamente qué es lo que hay aquí. Abandona tus conclusiones acerca de la vida, tus sueños acerca del pasado y del futuro, y comienza por notar las sensaciones, los sentimientos, los pensamientos que están presentes justo aquí y ahora. Date cuenta de lo que está vivo en este momento. Deja que tu experiencia presente -‐ imágenes, sonidos y olores -‐ se conviertan en algo completamente fascinante, la más curiosa danza de todo el universo. Estás viendo, saboreando, tocando, escuchando al mundo como si lo hicieras por vez primera. Este es tu Jardín del Edén, tu desordenado, intenso, alegre y desgarrador Jardín del Edén, y estás despierto a él, finalmente. Deja de intentar tener todo resuelto. Ríndete. Entrégate. Ofrece todo al abrazo de este momento. Déjate caer en el no saber... Jeff Foster Probablemente podrías reducir todo tu sufrimiento a esto: "¡Quiero controlar este momento, pero no puedo!!!" Jeff Foster "Cuando perdono, digo: Hago a un lado mi derecho (a la venganza). Abro la puerta de la oportunidad para ti, y establezco un nuevo comienzo. " -‐ Desmond Tutu El perdón es la pérdida de algo que el yo separado no desea perder: alguien o algo a quien culpar por su infelicidad.
El yo separado considera al perdón como la más grande debilidad, como el fracaso perfecto. Cuando derivamos nuestra identidad del pasado, siempre tendremos miedo de dejar ir nuestra historia. ¿Quién seríamos sin el tiempo? ¿Acaso seríamos nada sin nuestras 'posiciones'? Pero el perdón no es debilidad -‐ el perdón es el verdadero Poder espiritual. Se trata de la insurrección de la paz, de la reivindicación de nuestro derecho de nacimiento, de esa felicidad incausada que mueve a las estrellas. Es la liberación de la pesada carga de un 'yo', una profunda relajación en el Ahora. Per-‐donar literalmente significa 'donar completamente'. Entonces, el Universo mismo nació de un profundo per-‐dón, ya que la Vida se dio a sí misma completamente sin causa, sin retener absolutamente nada. Y lo sigue haciendo, a cada momento. En el perdón, mi querido amigo, cada momento es un nuevo comienzo. J. F. ¿En dónde está el pasado, sino en un recuerdo que surge en el presente? ¿En dónde está el futuro, sino en un sueño que surge en ese mismo espacio? ¿En dónde se encuentra la totalidad del tiempo, sino Ahora? J. F. Tu Obra Maestra Comienza desde donde estás, porque donde estás en este momento es el mejor -‐ y el único -‐ lugar para comenzar. Este momento presente es el lienzo en donde el resto de tu vida será pintado. No pierdas tu energía en un lienzo viejo, ni esperes uno nuevo. No rechaces ni te pongas en guerra con el lienzo del Ahora. Comienza tu pintura en el lienzo que se te está dando, el que tienes justo frente a ti, el único lienzo que siempre hay. Todo lo que ha sucedido en tu vida -‐ la agonía y el éxtasis, los fracasos y las decepciones, las alegrías y las pérdidas -‐ te han traído hasta este momento perfecto, hasta este perfecto comienzo, hasta este perfectamente presente lienzo, hasta esta misteriosa pintura, siempre completándose a sí misma, capturándote tal y como eres, con toda tu divina imperfección. Jeff
Nadie es tu enemigo, en el nivel más profundo. Nadie está en tu contra. Nadie es mentiroso. Todos creen honestamente en sus pensamientos, eso es todo. Están genuinamente identificados con la imagen presente que sus pensamientos pintan, y están tomando esa pintura como la 'realidad', como la 'verdad'. Están confundiendo su sueño con lo real. Están olvidando lo que en realidad son, la siempre presente, espaciosa e inmensa consciencia no-‐identificada en donde todos los pensamientos, imágenes, historias, sensaciones, opiniones, perspectivas y sueños van y vienen. En su estado de identificación, ellos buscan su hogar, anhelan descanso, desean intimidad, se aferran fuertemente a sus opiniones, y todas sus creencias existen bajo la sombra de la duda, por lo que nunca pueden llegar a ninguna conclusión verdaderamente 'fija'. Ama a tus enemigos, como dijo Jesús -‐ la más alta enseñanza no-‐ dual, emergiendo desde la comprensión no-‐conceptual de la inseparabilidad, y desde la compasión por el sufrimiento del mundo. La consciencia no conoce enemigos, porque no conoce a ningún 'otro', y ver al aparente 'otro' como tú mismo con otro disfraz, es amor verdadero. Jeff Foster Eres el olvidado heredero de un reino glorioso. Reclámalo. Haz contacto con este momento. Recuerda tu eterna presencia en medio de todos los cambios. Escucha a la pacífica, amorosa voz, aquella que dice: "¡Tú eres mucho más valiente de lo que puedes imaginar, un intrépido guerrero de luz! Te levantaste de la cama esta mañana sin saber qué estaba por venir..." Las sombras no pueden existir sin una fuente de luz. No podrá haber jamás una ola sin un océano, ninguna nube en un cielo ausente. Todos los cambios que se desplegarán en tu vida -‐ lo maravilloso, lo terrible, lo inesperado, lo medio-‐pronosticado, se desplegarán aquí, justo donde estás. Tu presencia será la única constante en cada experiencia, el escenario para todos y cada uno de esos actores. ¡No me digas que aún no estás listo! ¡No pretendas ser limitado por naturaleza! ¡No esperes hasta estar 'listo'! ¡Reclama tu reino! Jeff Foster Este es no solo "otro" día Este es tu Primer día, y tu último día. Tu único día. Tu tan deseado Día de Gracia.
Una Oración para los Vivos Vida, Deshaz en mí todo aquello que necesite ser deshecho. Corrige mi esperanza de ser enmendado. Úsame. Saca de mí cada ápice de creatividad. Ayúdame a vivir una vida radicalmente extraordinaria, forjando siempre un camino jamás-‐antes-‐ transitado en el bosque. Enséñame cómo amar con más profundidad, como nunca antes creí que fuera posible. Cualquier cosa de la que siga huyendo, síguemela mostrando con absoluta evidencia. En cualquier cosa con la que siga en conflicto, ayúdame a suavizarme en ella, a relajarme en ella, a abrazarla completamente. En donde mi corazón continúe cerrado, muéstrame una forma de abrirlo sin recurrir a la violencia. A todo aquello a lo que me siga aferrando, ayúdame a dejarlo ir. Regálame desafíos, luchas y obstáculos aparentemente insuperables, si crees que eso me ayude a tener una más profunda humildad y confianza en la inteligencia de la vida. Ayúdame a reírme de mi propia seriedad. Permíteme encontrar el humor en los lugares más oscuros. Muéstrame un profundo sentido de descanso en medio de cada tormenta. No me libres de la verdad. Nunca. Deja que la gratitud sea mi guía. Deja que el perdón sea mi mantra. Deja que este momento sea mi eterna compañía. Permíteme ver tu rostro en cada rostro. Permíteme sentir tu cálida presencia en mi propia presencia. Sostenme cuando tropiece. Respírame cuando yo no pueda respirar. Permíteme morir viviendo, no vivir muriendo. Amén. – J. F. Esta Tierra Sagrada El concepto 'no hay un yo, no hay ninguna persona, no hay nadie aquí...' es una de las ideas más malinterpretadas y potencialmente engañosas en todo el ámbito espiritual. Algunos maestros espirituales y gurús les aseguran a sus alumnos que 'algún día, el yo desaparecerá' o que 'algún día experimentarán un cambio energético hacia lo ilimitado'. Los estudiantes empiezan inevitablemente a esperar la llegada de ese día, empiezan a desearlo, a anhelarlo y sin embargo también están
convencidos de que 'no hay nada que puedan hacer' para que ese día llegue. ¡Qué trampa! Vivir esperando el despertar, esperando la gracia, esperando la vida misma. Pero, ¿quién está esperando? y ¿por qué? y ¿por cuánto tiempo? Oh amigo, ¿acaso aquello que realmente eres tiene algún interés en que algo llamado 'persona' desaparezca en algo llamado 'tiempo?' ¿Acaso hay dos tú? ¿El que desaparece y otro que queda después de que el primero ha desaparecido? ¿Un yo que espera y otro que desaparece? ¿Cómo es que puede haber dos tú? ¿Cómo es que puedes estar tan dividido? ¿No es este día un milagro, amigo? ¿Acaso este aliento, este pulso, esta íntima experiencia presente, este AHORA, este presente sabor de vida palidece en comparación con las glorias que te han estado prometiendo? ¿Acaso el sol está a la espera de la luz? ¿La ola a la espera del océano? ¿El milagro del aliento está a la espera de algún 'cambio'? Te han enseñado a soñar con la tierra del mañana, pero ¿qué me dices de la tierra en donde estás parado, de la tierra de este momento, de este santa, sagrada tierra que te abraza tal y como eres? Sobre el Amor Si nuestro amor depende de las apariencias, cuando nuestra apariencia se desvanece, nuestro amor se desvanece. Si el amor depende de los sentimientos, cuando los sentimientos se debilitan o cambian repentinamente, nuestro amor se ve amenazado. Si nuestro amor está relacionado a las historias y recuerdos, cuando la historia no puede ser recordada, nuestro amor es olvidado. Si el amor se aferra a la forma, entonces, cuando la forma se disuelve, como debe ser, el amor muere también. ¿Existe algún amor que no dependa de la forma o del sentimiento, de las apariencias o de las historias? ¿Existe algún amor sin condiciones, un amor que no tenga fin? ¿Existe algún amor que sea intocable por la enfermedad y la muerte y el paso de las cosas? ¿Existe algún amor que sea tan cercano, tan íntimo, que incluso la palabra 'amor' resulte demasiado? Nunca buscamos amor, nunca encontramos amor, nunca pedimos prestado amor ni robamos amor, nunca compramos amor ni vendemos amor, incluso nunca nos convertimos en amor. Amor es lo que somos, el asombroso poder de los universos que mantiene a los planetas en sus órbitas y el que empapa la hierba de rocío en el primer destello de la mañana. Sin amor, sin la profunda interconexión de las cosas que engalan nuestros corazones, sin el profundo conocimiento de que somos
inseparables de todo lo que vemos, todas las riquezas del mundo caerían en la nada. Amor es todo. Jeff Foster Renacer desde las cenizas Amigo, no te desesperes si te sientes alejado del amor. Sólo has estado buscando el reflejo de tu propio corazón. El amor está ardiendo con una increíble intensidad, incluso se siente muy parecido al dolor y a la nostalgia. Si es calidez lo que estás buscando, si es cercanía lo que anhelas, comienza por sentir el calor de tu propio corazón roto, reconectándote allí, justo en la misma fuente de la desconexión, descubriendo la presencia en tu propia presencia. Tu ser más querido está cerca, porque tú estás cerca. Reconoce que tu vida no puede estar yendo mal. Incluso si en este momento te encuentras entre ruinas, entiende que cualquier lugar en ruinas contiene semillas de gracia y la fragancia de la renovación. No puedes volver atrás, la vida sólo sabe seguir su marcha. Dignifica su movimiento en constante avance. El poder de los soles siempre está contigo. Sabe que una nueva vida sólo puede nacer desde el suelo en donde estás parado. Una nueva pintura nace con un lienzo. Utiliza el lienzo que se te ha regalado. Incluso los lienzos viejos tienen la capacidad de aceptar pintura fresca. Si sueñas con un nuevo mañana, tu sueño aparece ahora, acogido por tu presencia. Mantén tu vista en el objetivo, ¡sí! -‐ pero jamás pierdas conexión con el suelo, con este momento, con el lugar desde donde los objetivos se ven o no se ven, se detienen o se liberan. Estar presente nunca está en conflicto con el hecho de mantener una visión futura más expansiva en tu corazón, porque ese 'mantener' sólo puede suceder en la Presencia. El presente contiene el futuro. Y entonces, desde las cenizas en la zona cero, desde ese oscuro lugar asociado sólo con muerte y destrucción, un nuevo tipo de vida podría de repente aparecer, y, con amor y confianza, empezar a manifestarse. Nunca renuncies a la vida, porque ella nunca renunciará a ti, incluso cuando te des por vencido. Y sé consciente de que tu corazón está cerca, roto, y sin embargo, radiante. J. F.
La Verdadera Felicidad No Depende de Nada No necesitas que tu vida 'funcione', no necesitas detener todo lo 'malo' que pasa, no necesitas obtener todo lo que crees que deseas con el fin de estar profundamente en paz aquí y ahora. La paz no puede llegar a través de completar o perfeccionar la 'historia' de tu vida. La paz es previa a la historia. Es la presencia constante en donde ni siquiera hay posibilidad de una historia, en primer lugar. Es el océano ya en descanso, uno, con sus amadas olas. No necesitas de otras personas, objetos, sustancias, logros, para ser realmente feliz. El siguiente 'objeto', el siguiente subidón, el siguiente toque, no lo va a lograr. Tu felicidad no depende del mercado de valores, del medio ambiente, del humor de tu pareja o de la alineación de los planetas. Sí, tal parece que los demás tienen cierto poder para evocar en ti placer o dolor, entusiasmo o tristeza. Incluso parece que pueden despojarte de tus posesiones y de tu salud. Pero estamos hablando de una alegría más allá de los polos opuestos de la mente. Si tienes más, no eres más. Si pierdes todo, no puedes perder tu propia presencia, la fuente de toda abundancia. No necesitas más cosas para estar completo, y perder todo lo que tienes no podría restarte ni un ápice de tu integridad inherente. Oh sí, el ego se rebelará en contra de este mensaje. Él necesita RAZONES para no ser feliz. Quiere culpar y juzgar. Necesita enemigos para poder pelear y conquistar. No le interesa la Verdad, no le interesa la simplicidad. Necesita la separación para poder funcionar. El ego prospera a través de lo complicado y de los problemas sin fin. Ante la ausencia de problemas, él creará uno nuevo. Todo es un asunto de identidad equivocada. Tú no eres algo limitado. Eres un espacio inmenso, indefinible, inefable, el espacio suficiente para todo el contenido transitorio de la vida, jamás dependiente de ese contenido para sentirte satisfecho, pero tampoco rechazando o negando ese mismo contenido. No estás hecho de pensamiento -‐ eres el espacio para todo pensamiento. No eres contenido por las emociones -‐ eres el hogar para las emociones, eres su padre cósmico. No estás limitado por tu historia, sino que permites que tu historia surja y se disuelva en tu eterno abrazo. Te puedes fijar en todas las cosas malas del mundo, todas las cosas que no quieres, todas las cosas que odias de ti mismo y tener la esperanza de que tu resistencia logre, de alguna manera, (la superstición de nuevo) que las cosas mejoren y te lleven hacia un estado
de paz en el futuro. Pero fue la resistencia la que causó todo este embrollo, en primer lugar. La resistencia nunca podrá vencer a la resistencia, ni en un millón de años. La oscuridad no puede terminar con la oscuridad -‐ sólo la luz, la luz de tu presencia, tiene la capacidad de exponer la no-‐existencia de la oscuridad como una entidad separada y revelar lo que siempre fue verdad. Sé esa luz. Puedes olvidarte de la luz y pelear con el mundo y con los que te rodean y probar que tenías 'razón', llevando oscuridad a la oscuridad, o bien puedes recordar lo que eres, esa luz, siempre en paz con el mundo, tal y como es, aceptando a los demás tal y como son, y desde ese lugar de perfección, podrás hacer todo lo que puedas, todo aquello por lo que te sientas motivado, todo eso de lo que eres capaz, ayudar y sanar e incluso transformar un mundo ya perfecto. ¿Te suena como una paradoja? Bien. Porque así debe ser. Estamos aquí, despertando a la simplicidad, no conformándonos con las respuestas simplistas que considerábamos como verdad. En lugar de enfocarte en la pasividad y en la maldad de los demás, vive tu propia verdad. ¿Crees que el gobierno debería estar haciendo más? Entonces tú da más. ¿Crees que los demás deberían cambiar sus estilos de vida? Cambia los tuyos. ¿Crees que los demás no tienen derecho a ser prejuiciosos? Ilumina el camino deshaciéndote de los tuyos. ¿Crees que deberíamos salvar a las tortugas? Ve. Sálvalas tú. Ahora mismo. Deja de leer esto y ve allá. En serio. Vive tu verdad sin miedos y sin prejuicios y no tendrás nada de que quejarte, nunca. Estarás tan ocupado viviendo y comprometiéndote, consumido por una labor que en realidad es un juego divertido, encontrándote con la vida con el espíritu aventurero de un niño que aún no aprende a culpar o a renunciar al asombro. J. F. Está bien darse por vencido, aunque sea sólo por un momento, y dejar de lado la necesidad de seguir sosteniendo las cosas. Tu tristeza, tu soledad, tu desesperación, y tu anhelo -‐ si les ofreces a estos amigos primordiales un santuario dentro de ti, te conectarás con todo ser, en todas partes. A veces podrá parecer que todo va sumamente bien y otras, que todo se viene abajo. Aunque esto parezcan malas noticias, siempre puedes refugiarte en la incertidumbre como tu verdadera naturaleza -‐ vacío de un saber lo que pasa y de lo que ha de venir, y sin embargo, completamente radiante y lleno de amor puro.
Descansa en tu verdadera naturaleza y ofrécele tu corazón a este cansado mundo. Matt Licata Está bien darse por vencido, aunque sea sólo por un momento, y dejar de lado la necesidad de seguir sosteniendo las cosas. Tu tristeza, tu soledad, tu desesperación, y tu anhelo -‐ si les ofreces a estos amigos primordiales un santuario dentro de ti, te conectarás con todo ser, en todas partes. A veces podrá parecer que todo va sumamente bien y otras, que todo se viene abajo. Aunque esto parezcan malas noticias, siempre puedes refugiarte en la incertidumbre como tu verdadera naturaleza -‐ vacío de un saber lo que pasa y de lo que ha de venir, y sin embargo, completamente radiante y lleno de amor puro. Descansa en tu verdadera naturaleza y ofrécele tu corazón a este cansado mundo. Matt Licata Sin una sola palabra y con toda tu intimidad, dale la bienvenida a cualquier sensación negativa. Scott Kiloby ¿Por qué vivir en la esperanza cuando puedes vivir en el Ahora? La esperanza no tiene existencia en el vago y distante futuro, mientras que el Ahora es la inmediatez vibrante de este eterno momento en donde todo se va desplegando. Nic Higham Es muy natural querer ayudar a los demás, especialmente cuando están sufriendo, cuando se sienten heridos, confundidos o cuando están experimentando una profunda tristeza. Pero, ¿acaso hemos intentado nosotros mismos abandonar esas tendencias tan arraigadas de querer arreglar, cambiar, transformar, o sanar a los demás, aunque sea por un momento? Podríamos caminar a su lado con todo y ese fuego ardiente que es su realidad presente, exactamente como se está dando, y mantenernos en sintonía con su valiosa experiencia tal y como se está desarrollando?
¿Podríamos atrevernos a ver al 'otro' tan abierta e íntimamente como una auténtica, única y sagrada persona, como alguien que se dirige hacia la plenitud y la integración, más que como alguien que está 'deprimido', 'ansioso', 'perdido en su ego', o alguien que se ha venido abajo, que es un completo desastre, o que está atascado en una reacción traumática, que es bipolar, agresivo-‐ pasivo, esquizofrénico, o incluso loco? Tomemos la mano de nuestro amigo y entremos directamente a la oscuridad con él -‐ si es lo que el amor nos pide -‐ dispuestos a que nuestros corazones se rompan y se repongan junto con el de él, una y otra vez. Dejemos que el otro nos importe tanto como para poder llorar juntos, permitamos que la tristeza nos una, pongámonos de su lado, hagamos lo necesario para que cuando nos mire a los ojos nos sienta plenamente con él. Quizás por primera vez en su vida, se sienta tomado en cuenta por otro ser humano, quizás la forma en que haya organizado su experiencia sea finalmente aceptada, y la forma en que da sentido a su vida sea finalmente contactada y compartida. Unámonos con él y con todo el mundo fenoménico para proclamar que no se ha cometido ningún error, que no está mal, ni defectuoso, ni que es un proyecto que necesite enmendarse. Ver juntos que todos los estados de mente son absolutamente manejables, inteligentes, y que su experiencia, exactamente como es, tiene la naturaleza de la sabiduría y la cordura primordial. Veamos de una vez por todas esa tristeza, angustia, depresión e ira no como una patología, sino como un camino. En la medida en que seamos capaces de permanecer con nuestra propia intensidad interior -‐ acunando nuestra propia tristeza, desesperación, desesperanza, depresión y miedo -‐ en esa misma medida vamos a ser capaces de tocar y abrazar al otro, dejando a un lado nuestra necesidad de arreglar, curar o sanarlo, y permanecer como un santuario de espacio, aceptación y amabilidad. Es a través de este santuario que el amor es capaz de encontrar un paso seguro hacia este mundo. Matt Licata Las diversas adicciones que he tenido en mi vida, sólo comenzaron a morir cuando el deseo de abrazar amorosa e íntimamente cada sensación negativa rebasó el deseo de medicarlas o deshacerme de ellas. Scott Kiloby
Las diversas adicciones que he tenido en mi vida, sólo comenzaron a morir cuando el deseo de abrazar amorosa e íntimamente cada sensación negativa rebasó el deseo de ocultarlas. Scott Kiloby Cuando nos sentamos en el vivo aquí y ahora, sin expectativas, esperanzas, sueños o miedos acerca de la posibilidad de que nuestra experiencia pueda cambiar o transformarse, el amor es capaz de entrar, e interrumpimos el impulso incesante de abandonar la experiencia presente. Es posible que todos y cada uno de nuestros días del resto de nuestras vidas, la tristeza llegue, la ansiedad surja, la pena venga a visitarnos, y que la soledad coloree nuestro mundo. Sin embargo, puedes llegar a ver, en una forma muy manifiesta, que el amor y la libertad que estás anhelando no depende jamás de la mera presencia o ausencia de estos visitantes. Porque el sufrimiento sólo puede permanecer cuando discutimos con la realidad tal y como es. Hay mucho espacio para todo lo que es tú. Podrás llegar a descubrir que la libertad nunca se encuentra en escapar 'de' sino solo en estar 'en' -‐ no hay un liberarse 'de' la tristeza, solo hay liberarse 'en' la tristeza. Cuando te das cuenta que no existe ningún obstáculo para el amor, un mundo perece y otro emerge. Matt Licata «El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo». Estas palabras, dichas por Jesús, son las que abren el gran Evangelio de Tomás. ¿Considerarías por un momento que las cosas aquí no son lo que parecen? ¿Que lo que realmente eres es absolutamente sagrado? ¿Que este mundo, tus sentidos, tus sentimientos, tus emociones, tu cuerpo -‐ son revelaciones de una gracia sin precedente? Dentro de tu confusión, en el centro de tu ansiedad, enterrada en tu perturbación, y brillando desde las tinieblas, se encuentra la misma sabiduría que evita que las estrellas caigan del cielo. La creatividad que ha sido construida como tú y tu vida es insondable.
Deja que esta vida te toque, deja que te rompa por completo, y que te muestre la plenitud que eres. Quedarás completamente asombrado con lo que vas a encontrar. Matt Licata Te invito a explorar conmigo, ¿quieres? Investiga tu mundo de una manera un poco diferente el día de hoy. Ven y encuentra la paz que ya está aquí. El amor que está fluyendo en toda la configuración del universo. Ámate lo suficiente como para ver. Cuando miro a mi alrededor con esta pregunta en silencio, '¿dónde está el comando para que esto sea diferente?' Yo no veo literalmente, ningún comando para que algo sea diferente de lo que es. Todo simplemente es. Cuando observo un pensamiento, 'negativo' o 'positivo', y noto que no hay literalmente ningún comando en su superficie, entonces me empieza a parecer como una inofensiva mariposa revoloteando en el aire. Y un segundo pensamiento ocurre, ¿Por qué he querido hacer un enemigo de estas mariposas que revolotean?' Vaya violencia... Cuando observo alguna emoción con la pregunta, '¿En dónde está el comando para que esto sea diferente?' No veo ningún comando en su superficie. Me acerco y siento que la voy sintiendo como si me estuviera dirigiendo hacia un cuarto oscuro. No veo ningún comando en su interior. No hay ningún comando por ahí. Sin embargo, se siente bien estar ahí, es suave, incluso algo placentero. Surge el pensamiento, '¿Por qué siempre busco deshacerme de las emociones cuando sólo son esa energía que aparece y que no quiere nada más que ser sentida y admitida para luego desvanecerse en su propio tiempo?' ¡Qué poco amable he sido conmigo mismo!... Cuando observo el 'dolor físico,' bueno... aquí es en donde se supone que termina la investigación, ¿verdad? ¿Cómo es que el dolor físico no tiene ningún comando para hacerlo diferente, para cambiarlo? Pero, con la pregunta no se encuentra ningún comando. Era sólo la resistencia al dolor lo que lo hacía ver como un monstruo. En esa experiencia, libre de pensamiento, el dolor es más como una especie de fantasma. No tiene significado. Y sin significado, también se siente suave y después se aleja en el espacio vacío. '¿Por qué alguna vez me resistí al dolor cuando su gentil abrazo es tan amoroso y tan liberador? Seguramente creí que
existía algún comando por ahí. ¡Qué ignorancia... nunca investigué, nunca lo observé! Al no haber encontrado ningún comando en el universo para que las cosas sean diferentes, finalmente ahora puedo ver los colores, escuchar los sonidos, experimentar las montañas y los árboles. Escuchar a las aves, sentir el sol, respirar el aire como por vez primera. Incluso, finalmente, ahora amo la película que la mente elabora. Y sé que algunos dirán: ¿y qué hay acerca del hambre, de la pobreza, de la violencia? ¿No hay algún comando para que todo eso sea diferente? Sé que ellos lo preguntan porque jamás se han atrevido a ver en esta forma. A ellos les digo, investiga primero tu propio dolor. Investiga la violencia que implica creer que hay algún comando. Encuentra esta paz, este amor. Y después observa cómo se extiende hacia afuera, afectando absolutamente todo lo que hagas. Date cuenta cómo tu mano se extiende para ayudar, no desde la culpa, ni tampoco desde ningún debate espiritual acerca de qué es correcto y qué está equivocado, sino desde el amor puro. Un amor que ha sido comprendido por el simple hecho de que decidiste comenzar a investigar. ¿Dónde está el comando para que las cosas cambien...? Y entonces, comienzo a notar que todo está ya cambiando, incesantemente. Esa es la naturaleza de la vida. La ironía... Creí que 'yo' tenía que HACER que las cosas cambiaran. Y esta es la razón de por qué yo percibía sufrimiento en todos lados, especialmente dentro de mí. Scott Kiloby Nosotros necesitamos el cuerpo como nuestro vehículo primordial para despertar del sueño del ego de sufrimiento y muerte. Si la muerte es la gran defensa del ego contra el amor de Dios, entonces es obvio que es sólo en el cuerpo y la vida donde la sanación toma lugar. Una vez el propósito del cuerpo ha sido trasferido del ego al Espíritu entonces ya no será más nuestro cuerpo, se convertirá el el cuerpo de Cristo porque se ha convertido en el significado a través del cual extendemos el perdón. Y en el servicio del Amor el cuerpo ya no puede sufrir. Mientras abdiquemos sin sentido nuestro poder al sufrimiento y la muerte física una y otra vez, mantendremos que la muerte es;1) nuestra salvadora, 2)más poderosa que la Vida sin opuestos y toda abarcadora de
Dios. Necesitamos que el cuerpo abdique y se una a la Voluntad de Dios, para deshacer todo lo que hemos hecho por proclamarnos rehenes del sueño de muerte. un sueño que erróneamente llamamos vida. Algo que creemos que termina inevitablemente en muerte no debería ser confundido por Vida. Vivir a través del ego es vivir la muerte. No es de extrañar que miremos a la muerte para escapar, como descanso del cuerpo y el incesante conflicto de la vida con el ego. Y no es de extrañar también el error de haber visto la muerte como el Cielo o el Hogar en Dios. Mientras que creamos que la muerte es más poderosa que el Amor de Dios entonces estaremos, sin saberlo alejando a nuestro Santo Ser. Nuestros sueños de muerte nos separan del recuerdo de quien nosotros Somos en la Perfección de Dios. Y mientras continuemos valorando la muerte en todas sus formas, retrasaremos nuestro despertar del ciclo de muerte del ego. "El ego no traiciona a Dios, a Quien es imposible traicionar. Pero te traiciona a ti que crees que has traicionado a tu Padre. Por eso es por lo que la erradicación de la culpabilidad es un aspecto esencial de las enseñanzas del Espíritu Santo. Pues mientras te sientas culpable estarás escuchando la voz del ego, la cual te dice que has traicionado a Dios y que, por lo tanto, mereces la muerte. Pensarás que la muerte procede de Dios, y no del ego, porque al confundirte a ti mismo con el ego, creerás que deseas la muerte. Y de lo que deseas, Dios no te puede salvar. T-‐12:VII.l4 "Cuando te sientas tentado a sucumbir ante el deseo de la muerte, recuerda que yo no morí. Te darás cuenta de que esto es cierto cuando mires dentro de tí y me veas. ¿Cómo iba a yo a haber superado la muerte para mí solo? T-‐12:VII.15:1-‐2 Veo que muchos siguen aún atrapados en el modo de 'SER CUIDADOSOS' consigo mismos (y con sus colegas) en el sentido de volverse arrogantes o egoístas. Queridos amigos, por favor empiecen a confiar en la bondad de su propio corazón. Cuando todo se reduce a eso, jamás lograremos hacer lo correcto. Tú ya sabes bien esto, entonces... ¿por qué cuidar la 'arrogancia' y ese tipo de ideas? Vive plenamente, ve más allá de esos temores y asume tu propio poder y lo que lograrás con él, y naturalmente estarás alineándote con Todos los Seres y con la sabiduría de la verdadera compasión:
Deja ese 'SER CUIDADOSO' muy por detrás de ti, y de manera natural manifestarás más y más un 'SER TÚ MISMO'. SER TÚ MISMO contiene TODA la sabiduría, la compasión y la integridad social que siempre necesitarás. SER CUIDADOSO sólo arrastra a este planeta hasta sus infernales profundidades de miedo y control. Sé entusiasta, valiente, despreocupadamente alegre. No seas cuidadoso en absoluto. Es perfectamente seguro SER TÚ MISMO sin temor. ¿En el fondo sientes miedo de no ser amoroso, compasivo e íntegro si no eres CUIDADOSO? Pruébalo el día de hoy y los siguientes días. Sé feliz y despreocupado. Hazle caso a tu corazón todo el tiempo y verás que no necesitamos ningún reglamento social ni ningún tipo de leyes. Hay una ley perfecta que puede reemplazar todas las leyes en nuestro planeta y crear el Cielo en la Tierra en un abrir y cerrar de ojos: 'OBEDECE LA PASIÓN DE TU CORAZÓN CON INTEGRIDAD DESPREOCUPADA, CADA SEGUNDO DE CADA DÍA.' Bentinho Massaro En lugar de invertir tanto esfuerzo en tratar de entender, cambiar, sanar o transformar nuestra tristeza, nuestra pena, nuestra rabia y nuestra soledad, ¿qué tal si nos comprometiéramos de lleno con todo eso, como si se tratara de sagrados, (aunque a veces inquietantes) aliados en el camino del despertar? Quizás el verdadero sufrimiento que experimentamos surge no de la sola presencia de estas energías, sino del hecho de que las hemos abandonado -‐ y de una creencia ciega acerca de la conclusión de que su presencia significa que hay algún problema, que se ha cometido un error, que somos fundamentalmente defectuosos, y que de alguna manera hemos fallado (esta vez, como una persona espiritual). Por favor, considera la posibilidad de no posponer más tu vida -‐ tu libertad, tu amor, tu apertura y tu conexión -‐ esperando a que llegue el día en que hayas 'sanado', cambiado, o despertado. O hasta que todo se haya alineado con tus esperanzas, sueños y fantasías. En tan sólo un momento de claridad, podrías descubrir que esa libertad está siempre aquí y que siempre se encuentra justo en el corazón del compromiso con tu experiencia, tal y como es. Resulta agotador abandonarnos a nosotros mismos en la preciosidad de nuestra realidad somática-‐emocional. Descansa tu exhausto corazón y tu
cansada mente, ofrece un santuario de espacio y amor para todo lo que tenga que ser acogido y abrazado. Nada ha salido mal, no estás dañado. Mantente cerca de tu vulnerabilidad porque al hacerlo abres la dorada puerta de tu vitalidad y libertad. En la medida en que eres capaz de hacer esto por ti mismo, serás naturalmente ese amoroso espacio para que los demás hagan lo mismo. Así es como podrás ayudar a este mundo. Matt Licata Resultado sin esfuerzo En repetidas ocasiones durante el día, reconoce tu sentido de ser, con todos los pensamientos y emociones que surgen continuamente sin esfuerzo, sin tu ayuda y sin tu apego a ellos. Una y otra vez regálate un momento para dejar que la vida suceda por sí misma. Simplemente hazte consciente de cualquier situación que se esté dando en tu percepción en ese momento en particular, y reconoce que absolutamente todo está surgiendo sin esfuerzo alguno. Todo sucede, libremente, espontáneamente, sin tiempo, sin significado y sin ninguna implicación adicional. La vida se encarga de ella misma y lo hace bien, no requiere de tu creencia en el sentido de ser el hacedor. Se ha encargado de sí misma perfectamente bien por toda la eternidad atemporal, y seguirá haciéndolo por toda la eternidad atemporal. Puedes tan sólo relajarte con, y como, cualquier cosa que vaya surgiendo por sí misma. No te sientas responsable de lo que sucede a través de reflejar todo hacia un falso sentido de 'yo', porque eso es sólo un juego culposo de pensamientos y sensaciones acerca del 'yo'. Date cuenta que incluso el sentido de ser alguien que es responsable de cualquier cosa que haga/piense/suceda, etc. surge o sucede sin esfuerzo alguno, también. Todo, independientemente de lo contraído o limitado que parezca, puede ser reconocido que surge en, y por lo tanto como, la libertad misma. No hay rigidez o 'hacer' en ningún lado, no hay ninguna naturaleza individual sólida que se encuentre en algo o en alguien. Todo es la Única Vida haciéndose cargo de sí misma. Al ser conscientemente más allá de, y sin embargo, uno con, cualquier cosa que aparezca como la Vida misma, surge una Libertad, una Sabiduría y una Compasión incondicional que te permite fluir y te provee de las
mejores herramientas para ser el mejor hacedor que pudieras llegar a ser. Suena como una paradoja, ¿verdad? Bueno, cuanto más conscientemente descanses en tu esencia relajada, más encontrarás paradojas aparentemente infranqueables cuando intenten ser explicadas con palabras y reconocerás ser la sabiduría armoniosa, más allá de cualquier explicación. Date cuenta que no eres el hacedor. Permite que la vida se dé por sí misma sin que abandones cualquier hacer como un acto de responsabilidad, y tus acciones se liberarán a sí mismas y se convertirán en expresiones directas de tu consciente libertad. Todo está simplemente sucediendo. Ve por ti mismo que ningún hacer se está 'haciendo' como tal, nunca. Sabiendo esto, permite que todo surja una y otra vez hasta que todos los momentos sean vistos naturalmente como apariencias que surgen sin esfuerzo alguno. Bentinho Massaro Está muy oscuro porque estás esforzándote demasiado. Suavemente hijo, suavemente. Aprende a hacer todo con suavidad. Sí, sé muy suave, aunque sientas profundamente. Con suavidad permite que las cosas sucedan y con suavidad enfréntalas. Yo era ridículamente serio en esos días, un pedante sin sentido del humor. Suavemente, suavemente -‐ es el mejor consejo que me pudieron haber dado. Cuando se trata de la muerte, incluso. Nada pesado, ni desdichado, o empático. Ni retórico, ni ostentoso, ningún inseguro personaje adornándose con su célebre imitación de Cristo o de Little Nell. Y por supuesto, ninguna teología, ninguna metafísica. Sólo el hecho de morir y el hecho de la claridad de la luz. Así que suelta tu equipaje y sigue adelante. Hay arenas movedizas por doquier, tratando de atraparte, tratando de succionarte dentro del miedo y la autocompasión y la desesperación. Es por eso que tienes que caminar con tanta suavidad. Suavemente mi amor, de puntillas y sin equipaje, ni siquiera una bolsa de esponja, absolutamente libre de toda carga. –Aldous Huxley 'La Isla' No te separes de tu experiencia. Acógela en su totalidad: las sensaciones de tu cuerpo, el sonido de mi voz y los pájaros, tus pensamientos. Todo ello está a una distancia de cero de ti. Todo está en ti.
Aunque creas que hay alguien separado de todo ello que se sitúa como el observador o el que percibe, este mismo pensamiento es algo más que aparece de lo que tampoco estás separado. Reconoce como un hecho la inmediatez de todo lo que aparece. La separación viene después del hecho como una interpretación del mismo. La separación solo puede existir entre dos objetos percibidos, por ejemplo, una mesa y una silla. Pero ¿cómo podemos hablar de separación entre algo que percibimos y algo que no percibimos? ¿Entre algo que es percibido y lo que percibe? Para ver, para establecer dicha separación, deberíamos poder percibir al que percibe, para verlo separado de lo percibido. Y eso es imposible. Pregúntate a tí mismo, “En mi experiencia, ¿estoy separado de lo que percibo?” Tu experiencia es el único punto de referencia para decidir la respuesta a esta pregunta. No estamos hablando de filosofía sino de percepción, de cómo percibimos el cuerpo y el mundo, nuestra propia vida. Puede parecer teórico pero no lo es. Es totalmente práctico. Ser práctico exige que eliminemos todo lo que no tenga un propósito, un sentido, y que constituya un derroche de energía. Cualquier actividad, pensamiento o sentimiento basados en la ilusión de la separación son cargas innecesarias de este tipo. Y eso es especialmente verdad en el caso de la forma en la que percibimos el cuerpo y el mundo. Podemos percibir el cuerpo y el mundo libres de ninguna interferencia psicológica, libres de la superposición de un “mi”, de miedo y deseo, de lo que nos gusta y lo que nos disgusta. Limítate a los hechos, los hechos del mundo, del cuerpo, de la mente, tal como surgen. Observa también la tendencia de fijar la atención en alguna forma de pensamiento circular o en alguna clase de sensación corporal, una localización corporal. La mente siempre quiere tener algo, algún objeto para rumiar. Hay que ver completamente la agitación de la mente. A menudo lo que provoca esta actividad es una sensación de carencia, una compulsión. Tenemos que acogerla completamente al nivel de los sentimientos. La manera de acogerla es dándole el espacio y el tiempo que necesita para descargar su contenido psicológico. Podemos recibir esas fijaciones en el cuerpo con indiferencia total. Lo que de ninguna manera queremos hacer es tratar de eliminarlos, manipularlos, interferir con ellos. La paz de tu verdadero ser no se revela eliminando los objetos, sino pasándolos por alto al acogerlos desapasionadamente. El objeto que es
contemplado con esta indiferencia, libera la consciencia, la hace asequible a sí misma. Lo que es percibido es parte de la mente y no lo compartimos con otros. Lo que compartimos no es percibido. Es el perfume. Es el perfume del que ve conociéndose a sí mismo, del ver conociendo el ver, del ver viendo el ver. Cuando nos encontramos entre amantes de la verdad y viendo el ver viendo -‐-‐ en otras palabras, el ver que se ve a sí mismo -‐-‐ tiene lugar, todos nos sentimos atraídos hacia dentro por este ver en el que no hay nada que ver. Es muy misterioso cómo este silencio se propaga. Viene de dentro. Francis Lucille Tampa, 2002 ¿Dónde más que en el cuerpo podrías despertar? El ego mantiene la ilusión del tiempo arrastrándonos hacia adelante a través del despiadado y repetido escape a la muerte que pretende alejarnos del despertar dentro del Dios Mismo que somos. La muerte es "el miedo a Dios". La muerte es la amnesia y la invitación a otro ilusorio nacimiento. Pero nacimiento a que? Seamos honestos aquí. En la vida ilusoria del ego, nacemos con amnesia. No tenemos la mas remota idea de que nuestro único propósito es deshacer la sensación de separación del ser llamado ego aprendiendo a perdonar a cada uno y cada cosa. Al contrario. En este paradigma somos enseñados a juzgar a condenar a cada uno y a cada cosa incluyéndonos. En el plan del ego está enseñarnos que la suma de nuestra identidad está sostenida en un cuerpo frágil destinado a la inevitable destrucción. Su completo mundo incluyendo sus relaciones especiales están basadas en muerte (miedo) y no en vida (Amor). El intento del ego es distraernos completamente en el cuerpo que absolutamente eclipsa la Verdad en nuestra conciencia, la cual es que no somos un cuerpo, ni que estamos en un cuerpo. Nosotros somos eternos inocentes Niños de Dios quien compartimos el mismo Poder de la Mente de Dios. El rol de ego es mantenernos distraídos en la ilusión de que somos indefensos y sin ningún poder, atrapados en el sueño de muerte que erróneamente creímos que era vida. "Experimentas dolor cuando el cuerpo lo experimenta, y en ese dolor te vuelves uno con él. De esta manera tu "verdadera" identidad queda a salvo, y el extraño y perturbador pensamiento de que tal vez seas algo más que un puñado de polvo queda mitigado y silenciado. Pues fíjate, ese
polvo puede hacerte sufrir, torcerte las extremidades y pararte el corazón, ordenándote que mueras y dejes de existir. W136.8:3-‐5 "De esta manera, el cuerpo es más fuerte que la verdad, la cual te pide que vivas, pero no puede imponerse a tu decisión de querer morir. Y así, el cuerpo es más poderoso que la vida eterna, el Cielo más frágil que el infierno y los designios de Dios para la salvación de su Hijo se ven contrarrestados por una decisión que es más fuerte que su Voluntad. W136.9:1-‐2 Aún así el cuerpo es completamente incapaz de cambiar de apariencia. Por si mismo es neutral, no obedece a las leyes de ego de decadencia o cambio o muerte. No tiene el poder de moverse o cambiar por sí mismo. No puede enfermarse ni ponerse bien a menos que a través de la mente se le diga. Todas las leyes biológicas vienen desde el ego no desde Dios. El cuerpo es puramente una "imagen imparcial" que proyectamos en cada nuevo instante, su estado es derivado ya sea desde la culpa o desde la inocencia, dependiendo bajo que maestro interno esté gobernado. Tiene sólo una causa, en nuestra mente, y mientras que le permitamos que la mayor parte de nuestra mente esté al acecho de la culpa escondida, entonces el ego continuará usando inconscientemente el cuerpo, el de otros y el mundo para atacar. "Tu crees que la muerte es algo que sólo tiene que ver con el cuerpo. Sin embargo, es sólo una idea, y no tiene nada que ver con lo que se considera físico. Los pensamientos se encuentran en la mente. Éstos pueden entonces aplicarse según lo dicte la mente. Y es en su punto de origen donde debe efectuarse el cambio si es que éste ha de tener lugar. Las ideas no abandonan su fuente. El énfasis que este curso ha puesto en esta idea se debe al papel central que ocupa en nuestros intentos de que cambies de parecer con respecto a ti mismo. Es la razón de que puedas curar. Es la causa de la curación. Es la razón de que no puedas morir. Su veracidad te estableció como uno con Dios. W167.3. En el mundo del ego, raramente somos educados , como maestros ascendidos. Somos educados por un ego sin deshacer de nuestros padres o cuidadores. El propósito? Desarrollar un ego más grande por supuesto! aprender como conseguir amor especial y cómo acoplarnos al mundo. En una palabra, el propósito del mundo es enseñarnos que somos culpables e incompletos y que debemos buscar "fuera de nosotros" para completarnos a través de las relaciones y logros. Algunos comienzan a recordar el propósito Santo de la vida y comienzan al tortuoso camino de deshacer el falso-‐ser, el mismo que el mundo nos
ayudó a desarrollar. Y luego si no hemos completado totalmente el recuerdo de nuestro Santo Ser, el cuerpo muere, y nosotros escapamos dentro de la amnesia de muerte y nacimiento-‐ otra vez. Y el ciclo del tiempo continúa con cada descenso inconsciente a la muerte y nacimiento en un cuerpo. El sueño central de muerte del ego se mantiene inviolado hasta que decidimos con el Espíritu, mirar y deshacer la compulsión inconsciente del ego: la muerte. Todos los caminos espirituales son necesarios en el gradual despertar del repetido ciclo del ego de nacimiento y muerte. Aunque el camino de Jesús, es por mucho, el camino más rápido en colapsar el tiempo, recordando que el tiempo es igual a sufrimiento. Piensa acerca de esto, ¿Dónde más que en el cuerpo podremos trascender el sueño central de ego de ser conceptos de muerte ? Si la muerte es la defensa final y más grande contra nuestro retorno al Amor entonces necesitamos que el cuerpo este totalmente abdicado al Espíritu, para poder trascender la muerte en todas sus formas. Usaremos el cuerpo para trascender la muerte justo como Jesús lo hizo hace 2000 años. "La lección fundamental es siempre ésta: el cuerpo se convertirá para ti en aquello para lo que lo uses. Úsalo para pecar o para atacar, que es lo mismo y lo verás como algo pecaminoso. Al ser algo pecaminoso es débil, y al ser débil, sufre y muere. Úsalo para llevar la Palabra de Dios a aquellos que no la han oído, y el cuerpo se vuelve santo. Al ser santo no puede enfermar ni morir. M12.5: ¡El sanar no siempre se siente bien! El sanar, casi siempre, implica un trauma de algún tipo: abrir viejas heridas, exponer a la luz energías reprimidas, ignoradas y mal entendidas; tratar de ver lo amoroso dentro de aquello que no amamos... es por esto que la sanación no siempre luce o se siente bien, o hermosa o amable. Uno de los mitos más peligrosos y desconsiderados que hemos heredado de nuestra cultura es que la sanación debería 'SENTIRSE BIEN'. ¡No! A veces nuestro dolor realmente aumenta y se intensifica conforme la oscuridad sale hacia la luz. ¡Pero el dolor que inmediatamente juzgamos como 'malo' podría indicar que nuestro proceso de sanación se está intensificando y alineando, y no que está estancado! Está la tendencia en nuestra cultura de evitar el sufrimiento, de distraernos de él, de etiquetarlo como 'equivocado' o 'negativo', que es necesario meditarlo o medicarlo para deshacernos de él, que es necesario prevenir la experiencia de éste (¡y por supuesto, hay una gran inteligencia en esto también!). Mucha de nuestra así llamada 'medicina moderna' está
orientada a la eliminación de los síntomas, a calmar la incomodidad, a adormecer el caos y a dirigirnos hacia una idea socialmente aceptable de 'normalidad'. Pero a veces, amigos, ¡simplemente ya no tenemos ningún interés en 'volver a la normalidad'! ¡Lo 'normal' era el problema, no la solución! El estatus quo necesitaba cambiar. Era completamente inestable y falso. ¡Ya es hora de una nueva medicina! A veces, nuestra frágil 'normalidad' necesita romperse en el caos, el dolor necesita ser sentido más a fondo, el corazón tiene que romperse con mucha más intensidad. Y esto no es para destrozarnos, sino para deshacer formas no auténticas de ser. El sufrimiento no es un castigo que mande un dios sentencioso, tampoco se trata de un error en un universo descompuesto, tampoco es la evidencia de nuestro fracaso y de nuestra ignorancia, sino una enseñanza espiritual profundamente viva. Mira a Jesús en la cruz. El dispositivo de su tortura se convirtió en su última invitación para sanar -‐ el redescubrimiento de su propia Presencia, previa a su encarnación humana, previa al tiempo mismo. La crucifixión fue la invitación para redescubrir a Dios. ¡Todos estamos en la cruz con Jesús! ¡La cruz nunca discrimina a nadie! Considera la posibilidad de que dentro de tu sufrimiento estás siendo invitado a dejar ir, a dejar 'las cosas de niño', a despertar del sueño de la normalidad para abrazar la vida con todo su quebranto y asombro. Para enamorarte del sitio en donde te encuentras en este momento. Para ser aquí, ahora. Deja que los vientos soplen, deja que la tempestad ruja, deja que todo lo falso se purifique, deja que todo lo muerto permanezca muerto, ¡permite que la vida estalle allí, justo donde estás! Tan sólo estás siendo invitado a una más profunda sanación, aunque se sienta como dolor, aunque el corazón se sienta frágil y en carne viva, aunque seas incapaz de ver todavía algún mañana. Dios es aquí. Jeff Foster En lugar de invertir tanto esfuerzo en tratar de entender, cambiar, sanar o transformar nuestra tristeza, nuestra pena, nuestra rabia y nuestra soledad, ¿qué tal si nos comprometiéramos de lleno con todo eso, como si
se tratara de sagrados, (aunque a veces inquietantes) aliados en el camino del despertar? Quizás el verdadero sufrimiento que experimentamos surge no de la sola presencia de estas energías, sino del hecho de que las hemos abandonado -‐ y de una creencia ciega acerca de la conclusión de que su presencia significa que hay algún problema, que se ha cometido un error, que somos fundamentalmente defectuosos, y que de alguna manera hemos fallado (esta vez, como una persona espiritual). Por favor, considera la posibilidad de no posponer más tu vida -‐ tu libertad, tu amor, tu apertura y tu conexión -‐ esperando a que llegue el día en que hayas 'sanado', cambiado, o despertado. O hasta que todo se haya alineado con tus esperanzas, sueños y fantasías. En tan sólo un momento de claridad, podrías descubrir que esa libertad está siempre aquí y que siempre se encuentra justo en el corazón del compromiso con tu experiencia, tal y como es. Resulta agotador abandonarnos a nosotros mismos en la preciosidad de nuestra realidad somática-‐emocional. Descansa tu exhausto corazón y tu cansada mente, ofrece un santuario de espacio y amor para todo lo que tenga que ser acogido y abrazado. Nada ha salido mal, no estás dañado. Mantente cerca de tu vulnerabilidad porque al hacerlo abres la dorada puerta de tu vitalidad y libertad. En la medida en que eres capaz de hacer esto por ti mismo, serás naturalmente ese amoroso espacio para que los demás hagan lo mismo. Así es como podrás ayudar a este mundo. Matt Licata ¿Qué hacer con los sentimientos dolorosos? Los sentimientos dolorosos van a surgir. No puedes detenerlos. Pero eso no significa que tengas que sufrir por ellos. ¿Cómo funciona esto? Digamos que surge un sentimiento, un sentimiento incómodo, una ansiedad sobre algo que ‘tú’ piensas que deseas o que necesitas en ‘tu’ vida. Es muy intenso y doloroso cuando surge, porque realmente crees que necesitas que esta cosa ocurra. Aún cuando sabes que ‘todo en el universo es como debería ser’, no puedes sacudirte el pensamiento de que tu vida necesita esta mejora adicional, o de que nunca serás capaz de renunciar a ella,
y tu vida será una miseria y carecerá de lo más importante. Entonces, obviamente, el único modo de hacer que tu ansiedad desaparezca es, aparentemente, actuar sobre ese anhelo doloroso, obsesionarte lo suficiente como para hallar un plan que logre tu objetivo, el objetivo de tener esa cosa que deseas. De manera que el deseo de ‘mejorar’ tu vida, de tener la cosa que estás anhelando tan ansiosamente, se convierte en obsesión. Podría ser útil en este momento recordar cómo han funcionado este tipo de cosas para ti en el pasado. Cuando lograste alguna vez la cosa deseada, ¿te alivió de la ansiedad? Probablemente. ¿Te sentiste bien? Sí. ¿Por cuánto tiempo? ¿Por cuánto tiempo, antes de que otra ansiedad se volviera tan intensa como la primera? ¿O antes de que la cosa que anhelabas se volviera decepcionante, o al menos, no todo lo buena que pensabas que sería? (Sí, incluso ‘estar iluminado’ se volverá decepcionante, porque es un falso objetivo). O, si el deseo nunca fue satisfecho, ¿cuánto tiempo transcurrió antes de que olvidaras todo acerca de ese deseo? ¿Cuántas cosas has deseado en tu vida que ni siquiera recuerdas ahora? ¡Cientos! ¡Miles! Así, en medio de la agónica ansiedad en torno a algo que deseas, recuerda que NO NECESITAS ACTUAR en relación a ella. Que tenga o no lugar el resultado deseado no es el punto. El punto es que AHORA hay ansiedad. Hay una terrible incomodidad, un miedo mezclado con anhelo, un terror de que las cosas no salgan ‘bien’. Eso es lo que realmente deseas cambiar: el sentimiento EN CURSO. Y tus fantasías sobre ‘mejorar’ o ‘arreglar’ tu vida sólo empeoran las cosas. Dar vueltas y vueltas obsesivamente en torno a lo que necesitas hacer parece la única manera de sacudirte el terror que ha aparecido. Así que, ¿qué puedes hacer? La clave es saber que no es necesario actuar en relación a ningún sentimiento. Desaparecerá por sí mismo. Saber que nada hay que arreglar, nada que hacer; sólo observar. Tan sólo observar el surgimiento de este sentimiento de ansiedad: notar que es visto claramente en la conciencia, y saber que pasará. El dolor está en pensar que ‘tú tienes que actuar a su respecto’. El dolor empeora pensando que tienes que hacerlo desaparecer actuando a su respecto (dado que ‘tú’ eres responsable de hacer todo lo necesario para dar lugar a las perfectas circunstancias para que esa ansiedad desaparezca). Lo gracioso del asunto es que esa ansiedad desaparecerá por sí misma. Simplemente observa cómo va apagándose y es reemplazada por otro pensamiento. Puede tomar un tiempo, y puede que sea dolorosa mientras
esté aquí, pero igual se desvanecerá. Así que, cuando un sentimiento incómodo está aquí, es importante ver que simplemente pasará. Eso es todo. Pero mientras está aquí, tan sólo observa con asombro cuán claro es. Hay una clara luz de la conciencia que brilla ‘sobre’ ese sentimiento, y lo ves con compasión, sin desear hacer nada a su respecto. No hay ninguna razón para hacer algo con el objeto de aliviar la ansiedad o cualquier otro sentimiento incómodo. No es necesario actuar a su respecto. Ninguna acción tendrá un efecto satisfactorio. Y si no es necesario actuar a su respecto, entonces puede olvidarse. Pasa, y eso es todo. Recuerda que tú eres la clara luz de la conciencia que brilla ‘sobre’ todos los sentimientos y pensamientos que surgen. ¡No hay nadie residiendo en esos pensamientos y sentimientos! ¡No hay ‘nadie en casa’ en esa historia! Los sentimientos vienen y van; a ellos nos apegamos, pero no tiene que ser así. Ante todo, nada de ese sin sentido de que es necesario actuar a su respecto. ¡No hay nadie allí para efectuar ninguna acción! El único UNO en el universo ya está ocupándose de todo, por toda la eternidad, y ESE UNO ERES TÚ: la luz de la conciencia misma. Annette Nibley Una persona sabia realmente no intenta cambiar nada. Se vuelve tranquila. Tiene paciencia. Trabaja en sí misma. Observa sus pensamientos, observa sus acciones y se observa a sí misma cuando se enoja, se observa cuando se deprime, se observa cuando siente celos y envidia, y todo lo demás. Poco a poco llega a reconocer, 'Esto no soy yo. Esto es hipnosis, esto es una mentira.' Esta persona no reacciona ante su condición. En la medida en que no reacciona ante su condición, en esa misma medida se vuelve libre. Ya no le importa lo que los demás hagan. No se compara con nadie. No compite con nadie. Simplemente se observa a sí misma. Se observa a sí misma. Observa la confusión mental. Nunca va por ahí gritando: 'Soy la realidad absoluta. Soy Dios. Soy Consciencia.' Más bien reconoce de dónde viene y deja a los demás en paz. Este tipo de ser se desarrolla a un ritmo acelerado. No importa en qué clase de aprieto se encuentre este tipo de ser. No importa, porque este ser ya está libre. Cuando la mente descansa en el corazón, esto significa que cuando la mente no va allá afuera para identificarse con el mundo, cuando la mente descansa en el corazón hay paz, hay armonía, hay puro ser. Cuando permites que tu mente salga de tu Ser, ésta empieza a comparar,
empieza a juzgar, empieza a sentirse ofendida y ahí, no hay paz. No hay descanso. -‐Robert Adams-‐ Paz... Paz es la cosa más obvia que conoces, ahora mismo. Hay seguramente una historia que te dice que eso no es verdad, pero mira ahora mismo, en tu propia experiencia y sin recurrir a ningún pensamiento sobre pasado o futuro —ningún recuerdo del pasado, ninguna fantasía sobre el futuro—, ¿hay alguna cosa en este AHORA que sea no-‐pacífica? Cualquier cosa que pienses no es pacífica en este ahora mismo, puedes estar seguro de que vive sólo en el futuro o en el pasado. Ahora mismo únicamente hay paz. ¿La notas ahora mismo? Annette Nibley Abandonad@.. 19 de Marzo de 2014 a la(s) 9:37 Es una práctica sumamenteprofunda y una de mis más grandes lecciones de vida mantener mi corazón abiertocuando me siento abandonada o cuando siento que me han "quitado"algo. La tendencia es sentirme como víctima y cerrarme al mundo. La oportunidades recordar que siempre soy la creadora de mi experiencia y permitir que eldolor de la pérdida me cambie, transformar completamente mi vida en algo nuevo.Las situaciones más difíciles son cuando mi cuerpo mental y mi cuerpoemocional no están en sincronía con mi cuerpo alma/espíritu. Si puedo acceder aesta inteligencia superior que hay dentro de mí, entonces soy capaz de sentir denuevo lo querida y amada que soy. Alcanzo a echar un vistazo hacia esa puertaabierta justo delante de la que se cerró. ... Nunca te sientas avergonzadoporque alguien te abandonó. Por haberte aferrado a ese sueño humano de amorverdadero. Todo este tiempo pensaste que tu inseguridad, tu turbulenciaemocional significaba que había algo mal en ti, que si tan sólo te hubieraspodido amar más te hubieras podido elevar más allá de la duda que tearrastraba. Pero la verdad es que tu valiente corazón simplemente no puededejar de abrirse, no puede dejar de rendirse. Sólo la profundidad de tuentrega, de tu ofrenda, era mucho más de lo que él o ella podría haberte ofrecidoa cambio. La verdad es que tu transitoria baja estima era tu sabio cuerpoemocional comunicándose contigo, diciéndote que ya no había un flujo mutuo deenergía, que tu fuerza vital estaba siendo succionada hacia
un vacío. Yentonces, te sentías agotado, cansado, sumergido en las más bajas vibracionesde tu ser. Pero no era debido a que estuvieras confundido. No. En realidadestabas bastante claro y alineado con tu alma. No era que tu corazón, tussentimientos hubieran empezado a mentirte. Tú simplemente continuasteabriéndote y presionaste la voluntad de otro para que se abriera contigo. Noestás pidiendo demasiado. Estás enviando una invitación tan hermosa que toda lavida está conteniendo el aliento. Así que no te conformes con que las cosasentre ustedes dos se mantengan igual, o peor, alejándose cada vez más de sushonestos deseos, diciéndose que están siendo aventureros, que estánexperimentando por acuerdo mutuo una relación abierta. La verdad es que nosestamos moviendo hacia reinos más amplios para relacionarnos, para amar, pero,¿acaso tenemos que buscar nuestra evolución en una forma tan brutal inyectandogasolina a nuestros corazones para que quemen nuestras ilusiones de separación?¿No está de nuevo la humanidad tratando de utilizar nuestra voluntad paraacelerar el proceso? ¿Por qué somos tan rápidos para aceptar conceptos porencima del conocimiento de nuestro propio cuerpo? Elegir correr como los demásen lugar de movernos al propio ritmo de nuestro cuerpo. Si no estás respirandoprofundamente en la vida, en el amor, quiere decir que te estás moviendodemasiado rápido. Si no puedes sentir que tu caja torácica se expande con cadainhalación, quiere decir que no hay espacio suficiente en tu cuerpo, en turelación, para tu gran corazón. Te has estado mintiendo todo este tiempo,pensando que al tener una relación con alguien tan impetuoso o de espíritulibre tendrías que ser paciente, que tendrías que hacer concesiones. Y no importala edad que tengas. Tanto si tienes 22, 42 ó 72, tu corazón quiere pasión. Tucorazón quiere magia. Tu corazón quiere ver la deslumbrante belleza de sumaravilloso amor en forma física. Y cuando tú generas este amor de tu vida, ysólo así, podrás conocerlo a él o a ella con todo tu ser porque él o ella haestado dentro de ti todo el tiempo. Y nunca tendrás que hacer concesiones otemer o hacer promesas de por vida. Simplemente no habrá elección, porque los dos son uno. Así que no trates de encontrarlo a él o a ella en un bar ruidoso, mejor mantente cerca de esa poderosa quietud dentro de ti y descubrirás aquellos sustitutos que vienen a distraerte, y que vienen a ayudarte a encontrar la claridad tan fácilmente como cuando la piel distingue el 100%algodón del poliéster. Y si no estás seguro, cuando se te ofrezca, dile sí al amor. Di que sí, como si vieras nada de malo en ti. Di que sí, hasta que sepas qué quieres y qué no quieres. Di que
sí, hasta que todo tu ser grite un rotundo "¡No!" -‐ hasta que tu adicción a cualquier cosa menor caiga como un fruto maduro. Porque ahí es cuando empiezas a vivir en amor cada momento – es ahí cuando todo lo que creas es amor. Y si la filosofía de la Nueva Era te dice que el amor entre dos personas es una ilusión, renuncia a la filosofía, pero nunca renuncies al amor. Lisa Citore La profunda aceptación de este momento no es lo mismo que ser pasivo o negar el mundo. La profunda aceptación es el origen de toda acción creativa, inteligente y compasiva. Se trata de un valiente compromiso con la vida, un SÍ tanto a la alegría como al dolor. Fundamentados en un abrazo honesto a cualquier cosa que aparezca, sin iniciar nuevamente una guerra con nosotros mismos y sin dividirnos, nos movemos como la vida misma, espontáneamente, fluyendo, libres, íntegros, y el cambio radical se da por sí mismo. La profunda aceptación de las cosas tal y como son, y el cambio radical, no son dos, por muy paradójico que le suene a la mente racional. Lo absoluto canta la canción de lo relativo, y nunca estuvieron divididos, en primer lugar. Jeff Foster La Negatividad del Pensamiento Positivo "El incesante optimismo acerca del futuro sólo genera un mayor shock cuando las cosas salen mal; a través de luchar por mantener sólo creencias positivas acerca del futuro, el pensador positivo está menos preparado, y suele angustiarse más cuando aquello que sucede no puede convencerlo de que se trata de algo bueno." -‐ Oliver Burkeman Es hora de que la humanidad despierte del trance de lo positivo-‐ negativo. El pensamiento positivo es sólo la versión psicológica de la cirugía plástica del cuerpo. A largo plazo simplemente no funciona, y sólo crea más sufrimiento. El pensamiento positivo es realmente un pensamiento completamente obsesionado con la negatividad, enfocado en la negatividad, en guerra con la negatividad... lo que resulta bastante negativo, si lo pensamos bien.
El pensamiento positivo es la mejor manera de distraernos y desconectarnos de nosotros mismos, de los defectos, de las imperfecciones, de las peculiaridades, de las singularidades que percibimos en nosotros, y de los oscuros rincones que intentamos ocultar con tanto esfuerzo. Luchamos por esconder los aspectos 'malos' de nuestra experiencia sin convivir realmente con ellos, sin enfrentarlos, sin abrazarlos, sin sanarlos, sin amarlos. Dejamos de ver la belleza, y tal vez incluso el increíble potencial que contiene lo 'negativo'. Rechazamos una mitad de la vida, y no es de extrañar que nos sintamos incompletos. Lo 'negativo' es sólo un aspecto de nosotros mismos buscando desesperadamente amor, no rechazo ni más sofocación. Podríamos sentirnos mejor momentáneamente a través de distraernos de lo 'negativo', pero en realidad, no hay ninguna fuente externa de felicidad. Todo gira en torno a un malentendido primordial. La división positivo/negativo es tan sólo una creación de la mente dual. El pensamiento divide la luz de la oscuridad, la vida de la muerte, el bien del mal, lo santo de lo profano, y después hace el intento de sanar esas heridas auto-‐impuestas a través de más división, más guerra, más actividad dual. Pero no importa a qué tanta cirugía plástica mental o física te sometas, seguirás sintiéndote incompleto y lejos de Casa. La guerra no puede terminar con la guerra. La oscuridad no puede terminar con la oscuridad. La luz es el único poder. ¿Qué pasaría si tú no fueras la mente? ¿Qué pasaría si el pensamiento no pudiera definirte? ¿Qué pasaría si ambos aspectos de la vida, lo positivo y lo negativo fueran admitidos en la inmensidad que eres, como nubes en el cielo, como olas en el océano? ¿Qué pasaría si ninguna cantidad de cirugía plástica, si ningún 'cuerpo perfecto', si ninguna 'mente perfecta', pudiera conducirte hacia tu verdadera naturaleza, la cual está brillando en medio de toda la aparente imperfección, iluminando de igual manera tanto lo bueno como lo malo? El pensamiento positivo no sana realmente en el sentido más profundo de la palabra, el pensamiento positivo crea el pensamiento negativo, y después, se opone a él. En esto puedes estar positivamente seguro. Jeff Foster El Tiempo es Ahora El pasado y el futuro no suceden 'en' el pasado o en el futuro. Siempre suceden Ahora.
Una película histórica no hace que la pantalla viaje al pasado. Una película futurista no obliga a la pantalla a ir hacia el futuro. Un recuerdo, una visión futura, un remordimiento, un sueño, un estado alterado, todos ellos surgen y se disuelven en el inmenso espacio del Ahora. Entender esto es la clave para la paz profunda. Ahora es tu verdadero Hogar. Jeff Foster El Peor Gurú de Todos los Tiempos por Jeff Foster Soy el peor gurú de todos los tiempos. No tengo miedo de admitirlo. Jamás he estado en la India, y no me siento interesado en ir en un futuro cercano. No aseguro estar despierto, liberado, iluminado, ni haber obtenido ningún estado en particular. Todo esto parece completamente irrelevante cuando se trata de la Verdad. No encabezo ninguna organización, una sangha, ni tampoco a ninguna clase de devotos que me sigan. Nadie 'trabaja' para mí. No tengo discípulos que me adoren. Ni aduladores que estén siempre de acuerdo conmigo. Estoy abierto a comentarios y críticas. Soy comprometido. Cuando me equivoco, lo reconozco y sigo adelante. Si alguien no está de acuerdo conmigo, o critica mi enseñanza, no contesto de inmediato 'es tu proyección' o 'es tu ego quien habla' o 'aún no estás despierto'. No siento que tenga nada que defender. La verdad no necesita ser defendida. No tengo ningún gurú. No provengo de ningún tipo de linaje. Siempre supe que la Verdad se encontraba en mi interior. Siempre luché por la Verdad de primera mano. No tengo ningún sistema, ni ofrezco un camino en particular. Mi enseñanza es espontánea, no es 'mía'. Nunca prometo que estas enseñanzas te vayan a curar, a componer, a hacerte rico, a dejarte en estados de gozo permanente o que te vayan a hacer como a mí... que Dios te ayude. No tengo ningún ashram. Tengo barba, pero no muy larga. No me visto de blanco. Tan sólo tengo un par de camisetas blancas. Maldigo. Suelto gases. No soy un superhombre. Mi corazón adora romperse en pedazos. He conocido las profundidades de un insoportable sufrimiento. He caminado al filo del suicidio, he saboreado la dulzura de la
vida sin una sola esperanza, he visto la impermanencia de incluso el más feliz de los estados. Veo claramente que nuestra humanidad y nuestra divinidad no pueden ser dos, y que el amor -‐ la clase de amor que sobrevive a la crucifixión -‐ es lo único que realmente importa. Utilizo las palabras 'yo' y 'mí' con toda libertad. Digo 'mi cuerpo', en lugar de 'el cuerpo'. No tengo ningún problema de hablar acerca del pasado, reconociendo que éste es una historia. Amo el silencio, pero también me encanta el ruido. En el espacio en donde no hay historias, abrazo cada historia con todo mi corazón. Creo que la verdadera espiritualidad es para todo el mundo. No me intereso en ningún culto. Veo que la época de los gurús y los discípulos está muriendo, que el tiempo de las revelaciones de segunda mano está llegando a su fin, y veo el nacimiento de una nueva clase de relación democrática entre maestro y estudiante. Todos somos maestros y todos somos estudiantes, y todos somos expresiones del Uno. No me disfrazo de un personaje, ni hablo de una forma 'espiritual', nunca pretendo ser algo que no soy en mis retiros o reuniones. Nunca me verán atacar a quienes están en desacuerdo conmigo. No me verán gritando en secreto a los voluntarios tras bambalinas. No ando sonriendo con suprema confianza todo el tiempo, no pretendo estar 'de buenas' o 'positivo' o 'espiritual' todo el tiempo. Mi ser abraza tanto a la luz como a la oscuridad, tanto a la inefable alegría, como a la pena que sufren los universos perdidos. No creo en el término 'todo el tiempo', ni tampoco en pretender que así sea. La imagen no significa absolutamente nada. La autenticidad es la clave. Incluso la falsa humildad es falsa. Incluso la imagen 'yo no tengo ninguna imagen' es una imagen, que tarde o temprano será consumida. No me veo a mí mismo como un gurú, como un místico iluminado, como una criatura demasiado diferente a ti, más evolucionada que tú, mucho más santa que tú. No tengo una personalidad ganadora, ni carismática. Soy pésimo al contar historias, anécdotas, relatos divertidos. No me siento interesado en ganar tu admiración o tu aprobación. Me encanta cuando alguien se va. Los admiro por eso. Me encanta cuando alguien se queda. Honro su valentía. Me encanta hablar acerca de la Verdad, por supuesto. Me encanta compartir este don de la Presencia con ustedes. Los veo inseparables de lo que soy. Veo un potencial indescriptible en sus ojos.
Soy un ave. No tengo otra opción más que entonar mi canción de alegría y dolor, y volar hacia donde la vida me lleve. Gracias por compartir este viaje conmigo. No existe la así llamada RESISTENCIA Para lo que realmente eres, no existe la así llamada 'resistencia'. Imagina la habitación en una casa, una habitación perfecta. Todo lo que contiene -‐ sillas, mesas, gente amando, peleando, bailando, descansando, haciendo ruido, guardando silencio, luz, oscuridad -‐ todo en constante cambio, en constante movimiento, siempre evolucionando. La habitación, en sí misma, es la presencia constante en donde todo este torbellino se lleva a cabo. La habitación jamás se mueve o cambia, sin importar lo intenso que se vuelva todo su contenido. Sí, la resistencia puede aparecer como parte del contenido de la habitación, así como la frustración, el miedo, la ira, la impotencia, la desesperación, etc., etc. Pero la habitación, como el espacio para todo esto, no puede resistirse, y tampoco puede 'llevar a cabo' ninguna aceptación -‐ tan sólo puede 'acoger' u 'ofrecer el espacio para' cualquier cosa que aparezca, incondicionalmente, incluso si lo que aparece es resistencia o falta de aceptación. Este acoger, este abrazo no es ningún logro, ni una meta, ni tampoco un estado especial, sino la forma en cómo esta habitación está construida. La habitación es PURA ACEPTACIÓN, sin opuesto. Esa es su naturaleza. Tú eres como esta perfecta habitación. Siempre abierto, siempre despierto, siempre ya abrazando tus cambiantes contenidos, tus pensamientos, tus sentimientos, tus estados de consciencia transitorios, tus sueños, tus visiones. No puedes 'alcanzar' tu naturaleza de habitación (iluminación), porque no puedes separarte tú mismo de ti mismo y buscarte a ti mismo. La iluminación ya es tu verdadera naturaleza. La ola no puede 'alcanzar' al océano. Lo que realmente eres, no tiene la necesidad de llevar a cabo ninguna aceptación, no hay ninguna resistencia a la cual resistirse, y ciertamente tampoco hay ninguna no-‐aceptación que deba destruirse. Sólo hay este constante abrazo de tus siempre cambiantes contenidos -‐ tus pensamientos, sentimientos, sensaciones, recuerdos, sueños, imaginaciones. Tú eres la calma en medio de la tormenta, el espacio para todo lo que incluye la vida, el espacio para tus amados y transitorios contenidos.
Para lo que realmente eres, la resistencia no es ningún enemigo, sino una imposibilidad. El Espacio que eres, el Útero que eres, el YO SOY -‐ ilimitado, inmenso, sin fronteras, sin muros, sin techo o suelo -‐ amorosamente admite la resistencia y jamás se ve definido, limitado o afectado por ésta, así como una ola jamás podría limitar o definir la inmensidad del océano. En la Habitación que eres, incluso la resistencia tiene un hogar, un sitio seguro para llegar a descansar. Entiende esto y toda esta búsqueda espiritual se caerá en pedazos al suelo. Jeff Foster Más Allá de la Ley de la Atracción... Bueno, has manifestado la vida perfecta: un hermoso auto, una gran relación, un negocio exitoso, perfectas experiencias espirituales de dicha interminable, ¡todo ha llegado a buen término! ¡Eres rico, tienes una magnífica salud, has conquistado el mundo, alcanzaste una honesta e insuperable iluminación! ¡Maravilloso! Pero, por supuesto, todo será vacío y sin sentido si no sabes quién eres en realidad, más allá de la manifestación y el tiempo. Y luego está el lado oscuro de la manifestación, los temores, las dudas, la ansiedad murmurando por debajo de cada proyecto: Todo lo que tengo lo puedo perder, todo lo externo me podría ser quitado. Otros pueden hacerlo mejor que yo. Las manifestaciones podrían desaparecer. Hasta los estados de pura alegría espiritual podrían volverse impermanentes. Y la creciente comprensión: Independientemente de lo mucho que tenga, jamás será suficiente. Entre más acumule, más insatisfecho me sentiré. ¿Cuándo alcanzaré un punto de completa satisfacción? ¿Cuándo terminará la búsqueda? ¿Cuándo seré capaz de descansar profundamente? ¿Cuándo me sentiré completamente vivo? ¿Cuándo llegaré por fin a casa? Es natural que la Ley de la Atracción te llevará no a la perfecta satisfacción, sino a la perfecta desilusión. Esto no es un error, o alguna falla de la Ley (porque la Ley no puede fallar en sus propios términos), sino el comienzo de una madurez espiritual verdadera. Todas las ilusiones deben morir, incluso las más preciadas. ¿Y la ilusión más grande de todas? El 'yo'. ¿Quién es el que está llevando a cabo la manifestación? ¿Qué es el 'yo' que manifiesta o no manifiesta? ¿QUIÉN SOY YO? Esta pregunta llega hasta la raíz misma. Y la vida te llevará hasta esta pregunta, de una manera a otra.
Pierdes tu dinero, tu éxito, tu popularidad, tu fama, tu apariencia. Te diagnostican alguna enfermedad. Alguien a quien amas te deja. El sufrimiento aparece de la nada. ¿Acaso tú manifestaste lo 'negativo' con tu actitud 'negativa'? ¿Todo ha sido tu culpa? ¿Acaso fracasaste en tu proyecto de manifestación? ¿El 'yo' no es como debería ser? ¿Todo ha sido un error? ¿Se ha equivocado el universo? ¿Acaso eso es posible? Si crees que eres tú -‐ personalmente -‐ quien está llevando a cabo la manifestación, si crees que tú eres quien tiene el control, entonces la presión de manifestar 'adecuadamente' eventualmente comenzará a sofocar tu alegría. Y habrá una violencia interna -‐ culpa auto impuesta, sentimientos de limitación y fracaso espiritual -‐ cuando las manifestaciones no resultan lo que quieres y planeas. Te castigas a ti mismo por no lograr cumplir la Ley. Y luchas con mucha más fuerza, con todo tu empeño, agotándote a ti mismo. ¿Para qué? ¿Por quién? Relájate, amigo. Nunca fuiste 'tú' quien estaba manifestando, en primer lugar. El ego separado, el 'yo que está a cargo' es, y era, y siempre será, la mayor ilusión de todas. El sueño de perfección del ego debe colapsarse en una absoluta humildad, y en una total gratitud por lo que hay aquí, por lo que ha sido dado, por mucho que choque con los planes del ego. La vida nunca ha sido realmente tuya, para empezar. Lo bueno, lo malo, y lo feo, todos son regalos inexplicables. El Amor incondicional es mucho más elevado que cualquier Ley. La ola no puede manifestar el océano, ni tampoco ninguna ola puede controlar el océano, aunque ésta pueda creer en el control por un tiempo. Entiende esto y siempre estarás en paz, independientemente de si las cosas van bien o no, independientemente de si la historia de tu vida parece positiva o negativa, independientemente de si tus manifestaciones resultan maravillosas, de si te aman o te crucifican a ti y todo lo que representas. Como una aparentemente perfecta o una gloriosamente imperfecta ola, incluso en medio de todos tus defectos y excentricidades, eres una perfecta manifestación del inefable océano no-‐dual de la Consciencia. Eres la Vida misma, y allí es en donde reside tu completud y tu alegría inquebrantable. Así que sí, sueña, manifiesta, crea una increíble vida para ti mismo, ¡si eso es lo que se mueve a través de ti! ¡Juega, juega, juega! Y sabe bien que no hay ninguna presión para que tengas éxito, para nada. Sabe que incluso en tu fracaso, incluso en tu desesperación, incluso cuando tus sueños se hagan polvo, incluso cuando tus manifestaciones caigan en pedazos sobre
el suelo, todo está maravillosamente bien aunque nada esté bien, y que no hay ningún plan divino que se haya roto alguna vez, y que eres amado más allá de cualquier medida, más allá del tiempo mismo. Simplemente no hay ninguna presión para que sostengas ninguna imagen de ti mismo, y nunca la hubo. Siempre has estado libre de toda culpa. Hay una Luz que nunca se apaga, y siempre has sido Tú. Jeff Foster Sólo hay un plan que SIEMPRE funciona: Cuando no tienes plan. Jeff Foster ¿Cómo sentarse con quienes tienen deseos de suicidarse? Entiende que su anhelo de morir es realmente su anhelo por llegar a Casa. Esta es una crisis espiritual, no solamente médica. Estas personas está tratando de despertar de una pesadilla. Por todos los medios, llama a un médico, obtén ayuda profesional, acudan a un hospital. Pero lo más importante, ¡trata de entenderlo en lo más profundo! ¡Se trata de alguien que está pidiendo amor a gritos! Entiende que no pueden matar al Ser, el Uno que son, sólo pueden matar al 'yo', a aquel que habían estado imaginando ser. Ese anhelo de 'matar al yo' es el anhelo de destruir lo falso y despertar a la Verdad. Su anhelo a morir posee inteligencia y creatividad, y es digna de un absoluto respeto. No se trata de un error, de ninguna aberración ni de ningún enemigo, es más bien el anhelo de la autenticidad. Acógelos, abrázalos, como esa urgencia de morir que arde ferozmente en su interior -‐ que es la urgencia de vivir, pero disfrazada. Avala el lugar en donde se encuentran en este momento. No trates de controlarlos o que dejen de sentir lo que están sintiendo. No trates de animarlos, ni les digas que todo está bien, tampoco les ofrezcas respuestas prefabricadas como una forma de escaparte de tu propia incomodidad. ¡Ellos están hartos de respuestas de segunda mano! Llega hasta lo profundo con ellos. Entra en comunión con su soledad sin tratar de arreglarlos, incluso, sin tratar de convencerlos de que su deseo está equivocado, enfermo o que no tiene validez. Toma su mano. Llega hasta donde nadie más se ha atrevido a ir. Recuerda, sólo te estás reuniendo contigo mismo, reconociendo tu propio miedo a la muerte. No te dirijas a ellos como un sanador hacia una víctima, o como un maestro hacia un estudiante, o como un experto hacia un novato, sino como un amigo hacia un amigo, como la inteligencia dirigiéndose hacia sí misma. Reúnete con ellos más allá de los roles que dividen.
Ellos están pasando a través de una profunda crisis de identidad, un rito esencial de transición. El sanar siempre implica crisis -‐ un cambio repentino e inesperado. Algo en ellos, algún dolor pasado está expresando su necesidad de ser sentido, tocado, validado. Este es un grito de amor tan antiguo como la humanidad misma. ¿Quién escuchará? Anhelan vivir, pero no saben cómo. Anhelan una conexión íntima pero no pueden encontrarla en 'esta vida'. Anhelan una profunda aceptación y un profundo descanso. A pesar de que en estos momentos se sientan derrotados, tócalos con vida, demuéstrales tu disposición de quedarte allí, con ellos. Recuérdales que la profunda conexión humana es posible justamente aquí, en esta vida, en este lugar, en este momento. Demuéstrales que incluso en la profundidad de su desesperación, no están solos. Estate presente en su crisis. Tu presencia dice mucho más que lo que cualquier palabra pudiera decir. Tu miedo no necesariamente está aquí. Estás siendo testigo de algo sagrado e íntimo. Ofrece todo de ti. Quizás no necesites saber cómo arreglarlos o salvarlos. Quizás esa no sea tu verdadera vocación. Ya sea que vivan o mueran, entra en comunión con ellos en ese extraño lugar del no saber. Pasa un momento consciente con ellos. Ofrece tu profundo escuchar. Recuerda, independientemente que se queden o que se vayan, están sanando en la única forma que conocen. Todos son amados, todos son profundamente dignos. Jeff Foster El Más Grande de los Alivios No tienes que sentirte 'bien' todo el tiempo. No tienes que estar libre de resistencia todo el tiempo, feliz todo el tiempo, iluminado todo el tiempo, en paz todo el tiempo. ¡No hay ningún 'todo el tiempo'! Tú eres mucho más grande que eso, menos limitado. No estás sujeto ni al tiempo ni al espacio. Tú eres el espacio para ese 'estar bien' o 'no estar bien', para la aceptación y la resistencia, para la luz y la oscuridad, para la alegría y el dolor. No necesitas ninguna imagen fija ni inamovible acerca de ti mismo. No necesitas ser el gurú iluminado, ni tampoco el guerrero espiritual. No necesitas ser el pacífico, ni el despierto, ni el fuerte, ni el evolucionado, ni el inmune al sufrimiento. Todas estas son limitaciones a tu naturaleza. Simplemente sé lo que tú eres, no 'esto' o 'aquello', sino El Uno, el espacio para todo ello. ¡Absolutamente todo! Permite que la vida te eche fuera de tu pedestal de vez en vez, hasta que pierdas todo interés en estar en un pedestal. Jeff Foster
Más allá de la apariencia Veo un cuerpo, una cabeza, brazos, piernas, ojos, boca, oídos... Sé sobre un cerebro, pulmones, corazón, estómago, hígado... ‘Escucho’ pensamientos, conceptos, recuerdos, asociaciones... Observo este cuerpo-‐mente yendo por el mundo, tomando decisiones, pensando, hablando, sintiendo dolor, sintiendo placer... Presencio este cuerpo-‐mente teniendo pensamientos sobre un ‘yo’ que hace esto, un ‘yo’ que hace aquello... Todo es perfecto tal como es. Nada es necesario cambiar. Pero NO ES lo que yo soy. Lo que yo soy VE al cuerpo, la mente, las decisiones, el sufrimiento y el éxtasis. Lo que yo soy conoce el movimiento, conoce los intentos de encontrar respuestas, de conocer la verdad, de encontrar la iluminación. Pero lo que yo soy nunca puede tener nada de esto, nunca puede encontrar nada de esto, y de cualquier forma no los necesita. Lo que yo soy no tiene la capacidad de buscar, de moverse, de pensar. Lo que yo soy no tiene la capacidad de preocuparse o de no preocuparse. Lo que yo soy ni siquiera sabe el nombre de estas cosas ni el significado de ellas... Lo que yo soy es la fuente de todo ello: yo VEO el ir y venir del cuerpo, de la mente, de la misma conciencia. VEO las creencias pasar como nubes, VEO el sufrimiento tornarse en alegría y luego nuevamente en sufrimiento. VEO el ‘pensamiento-‐yo’ surgir para acoger el sentido de separación: yo lo VEO pasar. Lo que yo soy nunca es tocado, tal como un espejo que refleja todo, incondicionalmente, nunca reteniendo nada; no porque no lo desee sino porque no tiene la capacidad de retener. Lo que yo soy no tiene ninguna capacidad de desear o no desear, de necesitar o no necesitar, de temer o no temer. Lo que yo soy nunca nació ni puede morir, porque es únicamente el cuerpo-‐ mente pasajero el que nació y morirá. Y lo que yo soy es lo que TÚ ERES: el YA PRESENTE ser-‐ conciencia, el cual está detrás de todo lo que surge, incluyendo el mundo, el cuerpo-‐ mente, y aun esta conciencia. Lo que tú eres está presentemente viendo-‐conociendo sin hacer nada, sin esfuerzo. Lo que TÚ ERES es el espacio abierto, el telón de fondo sobre el cual esta entera representación, este sueño, está ocurriendo. Esto no es algo que ‘TÚ’ tienes que lograr: es LO QUE TÚ ERES. La identificación con —o la creencia en— el cuerpo-‐ mente COMO lo que tú
eres es el único aparente bloqueo para ver lo que tú YA ERES. Ninguna medida de meditación, ningún camino espiritual puede ‘ayudarte’ a lograrlo, porque ese cuerpo-‐ mente que medita es tan sólo otra ocurrencia en lo que tú eres. La meditación es presentemente conocida. YA es el caso. La única cosa que puede hacerse, y que YA está ocurriendo, es descansar en esta silente y espaciosa conciencia VIDENTE-‐ COGNOSCENTE, observar al cuerpo-‐mente haciendo su trabajo, moviéndose de diversas maneras, buscando, sufriendo, experimentando placer y dolor. No hay nada que necesite hacerse al cuerpo-‐mente, ninguna experiencia, ningún logro que tengan necesariamente que ocurrir. Pero buscamos una respuesta DENTRO del sueño, DENTRO de aquello que es visto-‐conocido. Sin embargo, el concepto de un ‘yo’ que ve este cuerpo-‐mente es también una ilusión, es todavía una falsa separación. Decir ‘yo conozco el cuerpo-‐mente y no es lo que yo soy’, es TAMBIÉN separación, también dualidad. Así que ¿cuál es la respuesta? ¿Quién está viendo-‐conociendo? ¿Quedarás satisfecho con la respuesta ‘nadie está viendo-‐ conociendo’? ¿Es posible que lo que tú eres realmente no sea una cosa, que sea ‘nadie’, carente de significado, in-‐existente? O, para ponerlo de otra manera, ¿LA ÚNICA COSA QUE EXISTE? Randall Friend Te propongo una cosa: Escribe, copia o imprime el siguiente texto de Jeff Foster extraído del libro La vida sin centro y ve con el papel a un lugar natural, a poder ser en plena naturaleza y si no te es posible, ve a un parque donde haya árboles. Aquí tienes el texto: El árbol del conocimiento De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.” Génesis 2:17 ¿De verdad quieres saber qué es esa cosa de allí? Pues entonces deja que se calle la mente. Ve, camina hacia allí. Toca esa cosa que llamamos “árbol”. Siente sus formas, su textura. Escúchalo. Huélelo, pruébalo incluso. Fíjate en todas las criaturas que viven en él. Obsérvalo detalladamente: esas formas increíbles, repartidas por la corteza, esos líquenes que crecen en el tronco. Míralo con atención, con más atención.
¿De verdad es un “árbol”? ¿De verdad sirve esa palabra para reflejar lo que es? La palabra “árbol”, el concepto, los conocimientos al respecto... todo eso son cosas del pasado, cosas muertas. Sin embargo, esto, sea lo que sea, está vivo. Un instante nunca es igual al siguiente, y una cosa que está viva nunca puede ser captado por algo que está muerto. Sólo un pensamiento podría decirte lo contrario. Y este “árbol” no es un ente ajeno a las pequeñas criaturas que viven en él, a los nutrientes y los microorganismos del suelo de los que se alimenta, a los líquenes que aparecen por uno de sus lados, a las gotas de lluvia sin las que moriría, a la ardilla que acaba de trepar a lo alto de su copa, a mí mismo cuando apoyo la mano en su corteza, cuando respiro el aire del que él también depende. Todo depende de todo. Este “árbol” no es un ente aislado de todo lo demás. “Árbol” no está aislado del resto de la realidad, de todo lo que llamamos “no-‐árbol”. ¿Dónde se puede ubicar entonces el límite entre el “árbol” y “no-‐árbol”? ¿Cómo se puede limitar la realidad? ¿Cómo iba yo a saber dónde poner el límite? La realidad es una totalidad única que el pensamiento mata, corta en pedazos, convierte en conocimientos anquilosados, procesa en términos de pasado, porque la mente es incapaz de comprender ese gran misterio que llamamos vida, es incapaz de tolerar el hecho de que la vida no tenga centro. Por tanto, lo que hace es reducir la realidad, fragmentarla, llamar a esto “árbol”, agruparlo junto con todas las cosas que se le parecen –que también reciben el nombre de “árbol”-‐, y hacer todo esto en nombre del conocimiento, en nombre de la ciencia. Sin embargo, eso es mentira, es una mentira que la mayoría de nosotros llevamos creyendo toda la vida. No es un árbol. Es lo que es y nosotros lo señalamos y lo llamamos árbol, y nos olvidamos de que no es un árbol sino un misterio divino, y de que el nombre “árbol” es un cuento, un objeto mental, un espejismo. No obstante, a la mente le satisface la palabra “árbol”, ¿no? Una vez que dispone del concepto “árbol”, puede dedicarse a crear todo tipo de teorías sobre los árboles y su funcionamiento. Y, sin embargo, los árboles del conocimiento, los árboles de la ciencia, son árboles de la mente. Come del árbol del conocimiento y morirás. Te quedarás atrapado en el pasado, en un pasado que te tortura. Pero ven aquí. Toca esta corteza. Siéntela mientras contemplas tu “árbol”. ¿Qué es lo real? -‐Jeff Foster Ahora deja de leer y ve hacia el árbol y míralo, tócalo. ¿Qué es lo real?
Tarsila Murguía Luis Granados¿Te sería posible escuchar críticas, incluso insultos, y encontrar la profunda aceptación de cualquier respuesta interna que surja en el momento -‐ establecido en el imperturbable entendimiento de que lo que realmente eres no necesita ser defendido? Y después, al estar radicalmente abierto, ¿sería posible que encontraras una pepita de verdad en lo que te están diciendo, incluso si resulta en una humillación momentánea, y en la destrucción de la imagen de quien creías ser? Con esto no quiero decir que te conviertas en pasivo o débil. Todo lo contrario. Significa más bien que te dejes de identificar como 'la víctima' o 'el agredido', y que dejes de mirar al otro como 'el enemigo', y te mantengas abierto e inmenso, como la infinita capacidad para toda la vida, para todo pensamiento, sensación y sentimiento. Y aquí, en medio del conflicto, descubras el lugar en donde termina el mismo conflicto, y despiertes a un amor y a una comprensión más allá de la razón. Sí, cada relación es una constante invitación para dejar ir. Tu madre, tu padre, tus amigos, tus amantes, tus compañeros de trabajo, cualquier persona con quien te encuentres -‐ aquí están tus gurús finales, tus más grandes maestros. Escúchalos. Jeff Foster Sólo por un momento... En vez de repetir la misma cosa una y otra vez —’tú eres conciencia’, ‘tú eres todo lo que aparece’—, mirémoslo de otra manera: Sólo por un momento, asume que lo que está siendo señalado ES la Realidad. Asume que la conciencia diaria, ordinaria, que conoces tan bien, es, en efecto, ESO. Asume que este ver-‐ conocer-‐oler-‐degustar-‐sentir es realmente lo que tú eres, y no el cuerpomente. Sólo por un momento, asume que la única cosa de la que estás absolutamente seguro —el hecho de tu propia existencia y conciencia— es exactamente lo que tú eres, y que la identificación con el cuerpo-‐mente es falsa. Sólo por un momento, asume que lo que estás buscando, la Paz y el Amor que estás buscando, están, ya, totalmente presentes. Jamás estuvieron ausentes. Asume por un momento que es imposible perder lo que tú eres, y las cadenas de la esclavitud simplemente no estarán allí. Sólo por un momento, asume que esta conciencia con la que estás tan familiarizado —antes, durante y después de los pensamientos y de la identificación con el cuerpo-‐mente—, es todo lo que los auténticos maestros están señalando.
¿Qué sería la Realidad? ¿Qué serías TÚ? Tú serías tan sólo un SILENTE CONOCER, una PRESENCIA OBSERVANTE: observando todo lo que tiene lugar, sin ser tocado o afectado de ninguna manera por nada de ello. Tú observarías moverse el cuerpo-‐mente por ahí, tú observarías el surgir de pensamientos, emociones y sensaciones... No tendrías ni brazos ni piernas, pero observarías brazos y piernas moverse. No tendrías mente alguna, pero observarías a la mente creando conceptos y creencias. No tendrías ningún deseo ni temor, pero observarías el movimiento del deseo y el temor. No tendrías ninguna capacidad de pensar; tan sólo de observar los pensamientos. No tendrías ninguna capacidad de moverte; tan sólo de observar el movimiento. No tendrías ninguna capacidad de sufrir; tan sólo de observar el sufrimiento. No tendrías ninguna capacidad de crear historias sobre el pasado o sobre algún hipotético futuro, por lo cual eres consciente únicamente del presente, y consciente del pasado y el futuro como pensamientos surgiendo en el presente. Pero observarías las historias y la obsesión de la mente. Nunca morirías porque nunca naciste. No te relacionarías a un ‘yo’, pero observarías el surgimiento del sentido de ‘yo’ como un pensamiento, un concepto, una creencia. No encontrarías ninguna entidad sólida ni persistente. No podrías buscar la ‘iluminación’, pero observarías esa búsqueda. Nunca estarías sujeto a —o afectado por— ninguna experiencia, pero podrías observar al cuerpo-‐mente atravesando experiencias espirituales asombrosas, o experiencias deprimentes y horrorosas. Nunca cambiarías, pero observarías todas las cosas cambiar. Observarías este cuerpo-‐mente cambiar, observarías esta identificación con el cuerpo-‐mente surgir, observarías estos intentos de ‘soltar’ el yo, de matar el ego, de lograr la iluminación... Observarías la sensación de ser una persona atrapada en un cuerpo-‐ mente, pero no estarías sometido a esa identificación. No tendrías ningún control, ninguna propiedad, ninguna vida, ninguna posesión, ningún futuro, ninguna esperanza, ninguna creencia, nada a que aferrarte ni nada que perder. No tendrías ningún yo. Y en ESTE MOMENTO, simplemente observarías el FLIP-‐FLOP de la mente, inclinándose hacia esto o hacia aquello, deseando esto y resistiendo aquello. Cada simple cosa que ocurriera, ‘buena’ o ‘mala’, no haría ninguna diferencia, e incluso no tendría ningún significado.
Observarías simplemente los intentos de lograr la iluminación, pero no tendrías siquiera la capacidad de reír de cuán descaminado es eso. En realidad, éste YA es el caso. Tú YA eres esto, está SIEMPRE ocurriendo, la PURA Y SILENTE CONCIENCIA ya está viendo o conociendo todas las cosas, incluida la búsqueda misma. No es algo que tienes que encontrar, es algo que es INEVITABLE: AHORA. No tienes que encontrarla: no puedes escapar de ella. AHORA MISMO, ver-‐conocer está ocurriendo, sin excepciones. Pero la búsqueda asume que algo no es correcto AHORA, o que no es lo suficientemente bueno, o que es necesario agregar o aprender o ganar ‘algo’ para conocer esto. Aparentemente es necesario agregar ‘algo’ a la experiencia, al ‘banco’ de conocimiento de la mente para ‘conseguirlo’. Pero la lucha por ‘conseguirlo’ está, YA, siendo observada. Literalmente, toda cosa en la experiencia es conocida en la conciencia, incluyendo la mente y sus reacciones a ‘LO QUE ES’. Ver-‐conocer está ocurriendo AHORA, ahora mismo, no por un cuerpo, no por una persona (porque no hay tal cosa, salvo un concepto surgiendo presentemente en el pensamiento), sino por esta CONCIENCIA PURA, que no es una ‘cosa’, ni es una persona, ni tiene sabor, ni aroma, ni forma, ni metas, ni significado... y que no tiene que ser encontrada ni lograda. La ‘persona’ es la ilusión: aquello que CONOCE la ilusión es lo que tú eres. "Cuanto más intentes arreglarlo, más refuerzas la creencia de que algo está mal. Esta simple comprensión salvará tu vida." Jeff Foster La Inteligencia de Nuestras Relaciones "A través de nuestras heridas somos sanados..." Nuestras heridas no son nuestras. No se originan desde nuestro interior, tampoco son el resultado de una mente defectuosa o de una naturaleza dañada. Tampoco surgen como enemigos externos a nosotros, como si se tratara de fuerzas oscuras enviadas para destruirnos. Descartes ("Pienso, luego existo"), benditos sus diminutos calcetines de algodón, era un desolado y aislado hombre que creó una fría, egoísta, y altamente intelectual filosofía de separación cuerpo-‐mente, que simplemente no puede hacer frente a la investigación directa. Cuando observamos detenidamente nuestra experiencia en tiempo real y de primera mano, nos damos cuenta que no podemos encontrar ninguna entidad llamada 'mente', con un interior y un exterior, y ciertamente no encontramos
tampoco ninguna 'mente' separada de ningún 'cuerpo' -‐ simplemente descubrimos la interminable danza de pensamientos y sensaciones frente a un quieto telón de fondo de la presencia no-‐conceptual que somos, que acoge el pensamiento y la sensación sin que éstos lo limiten. Nuestras heridas no se forman ni dentro ni fuera de nosotros, sino en el contexto de las relaciones. Somos seres sociales, egos no separados flotando en el espacio anhelando conectarse, y todo aquello que es pasado por alto, desatendido, no acogido en nuestras primeras relaciones con aquellos que nos criaron, esa parte de la experiencia que no se sacó a la luz -‐ el dolor, la pena, el miedo, la ira, la impotencia -‐ después es vista como algo que amenaza al amor, a la seguridad, al bienestar y, en última instancia, a la vida misma, y se convierten en las partes 'negativas', 'oscuras', 'pecaminosas', 'intocables', de nuestro lastimado ser; las partes vergonzosas que nos ocultamos unos a otros por temor a perdernos mutuamente. Imaginamos que tenemos un lado luminoso y otro oculto, un despreciable lado secreto, un yo bueno y un yo malo, un yo pecaminoso y uno piadoso, y la gran Guerra comienza. Lo Innombrable se oculta en las profundidades, y nos precipitamos hacia la luz... Las heridas se forman en el contexto de las relaciones, y las heridas son sanadas en el contexto de las relaciones. Más adelante en nuestras vidas, somos conducidos de manera inteligente hacia aquellos que pueden sanarnos, aquellos que, a sabiendas o no, sacan a relucir lo ignorado, lo no amado, esas partes que pasamos por alto en nosotros mismos, invitando a que la oscuridad vuelva hacia la luz. Y así, la sanación podría lucir un tanto desagradable en un principio, y las relaciones podrían sentirse increíblemente desafiantes, y por un rato podríamos no estar dispuestos a ver la inteligencia en nuestra relación, la cual podría parecer como que está operando en nuestra 'contra', y que se trata más bien de una amenaza para nuestro sanar. ¡Nos podríamos llegar a sentir peor! Pero con el tiempo, y con una profunda reflexión, con auto indagación y honestidad, y dejando ir todos los conceptos acerca del 'amor' y el 'sanar', podríamos llegar a ver que nuestros mayores conflictos con los demás nos enseñaron muchísimo, y que nuestros supuestos 'enemigos' psicológicos nos estaban realmente forzando a poner atención a algo que habíamos descuidado en nosotros, y que las rupturas sólo nos estaban ayudando a aprender a sentarnos con nuestro dolor, a acunar a 'ese que sufre', a abrazar esas partes negadas, esos fragmentos rechazados inteligente y creativamente cuando éramos jóvenes.
Estás rodeado de gurús de todas formas y tamaños, y todo aquello que te atrae, rechazas o temes en los demás podría ser algo que necesitas acoger en ti. Tal vez, solamente. Pero ese 'tal vez' podría ser todo cuando se trata del amor, y no hay ningún encuentro desperdiciado aquí, en este extraordinariamente inteligente y reflexivo universo. -‐ Jeff Foster ¡Confía en la Vida! Veo dibujos e imágenes en las más pobres de las chozas y en los más sucios rincones.” -‐ Vincent Van Gogh No juzgues tu dolor demasiado rápido ni con tanta severidad, amigo. Honrar la oscuridad interior no es lo mismo que 'regodearse' en ella; y cultivar una verdadera confianza en cada movimiento de la vida no es lo mismo que la autoindulgencia o disfrutar de la 'autocompasión'. Por favor, no hay que malinterpretar. Tu sueño de un ininterrumpido gozo espiritual es maravilloso, ¡sí! ¡Ama tu deseo por la perfección! ¡Tus fantasías de iluminación son tan dulces y tan adecuadas! ¡Amas la luz! ¡Y quieres brillar! ¡E inspirar a los demás! Pero reserva un pensamiento para (aquello que ahora llamas) tus imperfecciones. Encuentra un espacio en tu corazón para todos los aspectos indeseables, poco amados y rechazados de tu experiencia. El indigente no es menos santo que el Papa, no es menos digno de bondad. La rancia mierda del perro en la calle es tanto una obra de arte como las relucientes cosas que estás buscando. Hay tanta belleza en las deformidades y en lo sucio, tanta creatividad en el inframundo, tanto poder en los momentos nocturnos. Si nos negamos a sondear las profundidades nos quedaremos con sólo la mitad de la vida, sin importar lo 'iluminados' que creamos estar. Artistas, músicos, poetas de todas las culturas a través de todas las épocas han entendido esto. Mira tu vida como una galería de arte, amigo. Abraza todo el espectro de tu experiencia, desde la luz hasta la oscuridad, desde lo sagrado hasta lo profano. Incluye todo en tus oraciones, ilumina todo con la luz de la amorosa presencia consciente. ¡Sé esa presencia consciente! ¡Dignifica todo lo que se manifieste! Quizás tu dolor está ahí para recordarte la alegría que está a punto de estallar. Tal vez la contracción que estás sintiendo en tu cuerpo está abriéndote camino hacia una gloriosa expansión. Quizás tu frustración sólo quiere frustrarse a sí misma por completo y ser sentida. ¡Tal vez este momento no contenga ningún error! Quizás el alivio que vas a sentir, en su momento, será infinitamente dulce por el hecho de haber
sufrido tan profundamente. Tal vez tu sufrimiento te está enseñando humildad, y gratitud, y quietud, y compasión por los demás, y confianza, una inquebrantable confianza en los tan extraños procesos de la vida. No juzgues tu tristeza, tu depresión, tus sentimientos de fracaso tan precipitadamente, y no juzgues los procesos de los demás, porque en realidad nunca sabes lo que es mejor para cada quién, y nunca sabes realmente más que la vida misma. Eso que rechazas (en los demás o en ti mismo) podría ser en verdad la medicina que más necesitas, un malinterpretado maestro, invitándote a un despertar mucho más profundo de lo que algún día te imaginaste. ¡Podría tratarse de un guardián del umbral, el portero de un reino olvidado! ¡Y, oh, la gloria de una vida completamente sentida! Y a tus demonios sólo diles: ¡'Namasté! ¿Tú y yo nos enamoramos?... ¿O es que 'tú' y 'yo' desaparecemos, en el Amor, para revelar un Amor siempre presente, un Amor que no tiene nombre? Amigos, el amor no es algo que suceda dentro del tiempo, entre dos seres aparentemente separados. El amor no es la transformación de la separación en la Unidad, tampoco es una fuerte emoción que viene y va. No es un estado pasajero, ni tampoco un bien que pueda ser comprado y vendido, algo que pueda ser dado o retirado. El amor no es necesidad. El amor no posee absolutamente nada. El amor puede ser confundido con todas esas cosas, por supuesto. Pero si estamos hablando de la clase de amor que mueve a las estrellas, la clase de intimidad que siempre habíamos querido disfrutar, entonces estamos hablando acerca de la desaparición de todo ese sueño de separación, de la desaparición de la historia de 'tú y yo', y con ella, de todo el dolor de la vida. El amor es la disolución de la historia y del futuro, la disolución de todas las cosas que aparentemente nos dividen, de todo lo que nos mantiene separados y es ver, realmente ver, con los ojos bien abiertos. 'Tú' y 'Yo' no podemos enamorarnos, amigo, porque ya no hay un 'yo' ni un 'tú'. 'Nosotros' desaparecimos hace mucho tiempo. Todas nuestras relaciones pueden ser vistas como invitaciones inteligentes a este amor incondicional, este libre e impersonal amor, tan creativo, tan abundante, que danza como un Universo entero. No puedes encontrar amor, amigo. No puedes buscar amor fuera de ti mismo. Sólo puedes ser amor, y conocer amor, y ver amor en todas las cosas, amor imbuyendo la danza de las apariciones duales, manteniendo todo en su justo lugar.
Dos no pueden convertirse en uno, si nunca hubo dos, para empezar. Una ola no puede alcanzar al océano dentro del tiempo. La Unidad no es un destino. Y el Amor es el recuerdo de una gloria olvidada. Con amor, Jeff Cuando dejamos de distraernos, y con coraje nos sumergimos en el corazón de cualquier sentimiento, positivo o negativo, correcto o equivocado, redescubrimos el inmenso océano que somos. Cada sentimiento está hecho de una inefable inteligencia. Jeff Foster Nunca Pierdas las Esperanzas Un hombre mata a hachazos a otro hombre a plena luz del día en una calle de Londres. En Miami, un hombre muerde la cara de otro mientras todavía está vivo. En París, un hombre se vuela los sesos delante de una docena de niños en una escuela. ¿Acaso es ahora el momento de cantar más fuerte nuestras canciones de amargura, de frustración y de furia desenfrenada? ¿Será éste el momento para darnos por vencidos? ¿A final de cuentas, será la filosofía nihilista lo más correcto? ¿Es el mundo un absurdo error, una aberración de la consciencia, una pérdida de tiempo para todos? Cuando vemos noticias como las que mencioné solemos sentirnos impotentes, inseguros, como si estuviéramos viviendo en un mundo que se ha vuelto loco y fuera de control. Todo parece una pesadilla, como si una fuerza maligna o perversa estuviera venciéndonos. Algunos empiezan a hablar acerca de la llegada del Apocalipsis. Ciertamente, puede sentirse como el fin de ese mundo de cuento de hadas en el cual creímos algún día. Desde esa misma impotencia y decepción puede surgir la ira, el último intento del ego de controlarlo todo. En medio de la devastación comenzamos a buscar respuestas, causas, algo o alguien a quien culpar, una salida para toda esa confusión, esta energía vital aún sin procesar. ¿Culpamos a los asesinos? ¿A sus padres? ¿A la sociedad como un todo? ¿Al cerebro humano? ¿A los alimentos que consumimos? ¿A las sustancias químicas? ¿A las estrellas? ¿A nuestros gobernantes? ¿A nuestras religiones? ¿Convertimos en objetos a los asesinos llamándolos enfermos, retorcidos, ilusos, locos malvados? ¿Nos ponemos en guerra con ellos ya que ellos nos han declarado la guerra,
deseando más muerte para ellos y sus parientes? ¿Nos sumergimos en la vieja historia del bien contra el mal, de nosotros contra ellos? ¿Debemos consolidar aún más nuestra identificación con un sentido de Ser elaborado por la mente? ¿Maldecimos al universo y deseamos nunca haber nacido? ¿Tratamos de hacernos indiferentes, distraernos de las realidades de este mundo con alcohol, sexo, trabajo y con comodidades materiales? ¿Debemos simplemente desechar todo el horror, separarnos de los demás y darle la espalda a su situación murmurando y quejándonos acerca de lo "terribles" y "horrorosas" que están las cosas, sin hacer nada para ayudar y lograr un cambio o alguna sanación? ¿Nos dirigimos hacia los maestros espirituales para que nos consuelen con sus charlas acerca de la naturaleza ilusoria de la vida y de la irrealidad de todo lo que presenciamos? ¿Regurgitamos palabra como 'nada importa', 'es sólo un juego inocente de maya', o 'de cualquier forma nadie tiene elección'? ¿Llamamos 'ilusión' a todo aquello que vemos, separándonos del dolor de tener que enfrentar todo el alboroto y la aparente falta de control de esa relativa y efímera manifestación? ¿Pretendemos que los acontecimientos del mundo no tienen nada que ver con nosotros? ¿Nos refugiamos en el solipsismo? ¿En la anarquía? ¿Cerramos nuestros corazones con más fuerza que antes, construimos nuestras murallas aún más altas y vivimos en un intocable estado de miedo? ¿Nos damos por vencidos en este mundo y soñamos con una vida futura perfecta? ¿Sacamos conclusiones acerca de lo bueno o malo que es el universo, nos hacemos de una opinión fija ya sea optimista o pesimista? ¿Utilizamos la 'realidad' de esas noticias como una excusa para rendirnos, para desanimarnos, para olvidarnos de lo que realmente somos? ¿Permitimos que los 'terroristas' venzan haciéndonos vivir aterrados, y aterrorizamos a otros poniéndoles la etiqueta de 'malos'? ¿Nos sumamos a los problemas que vemos? ¿O utilizamos la aparición de esos problemas para observarnos realmente a nosotros y la forma en que vivimos y la forma en cómo tratamos a los demás? ¿Vemos la locura como una llamada a la claridad? ¿La violencia como una llamada a la compasión? ¿El terror como un recordatorio para expresar con más profundidad y con más convicción esa infinita inteligencia que somos? ¿Estamos justificando los asesinatos? Absolutamente no. ¿Sentimos el dolor de las víctimas, y el de los familiares de las víctimas? Por supuesto, porque no estamos separados. ¿Haríamos lo que fuera para prevenir que
este tipo de cosas vuelvan a suceder? Ciertamente. ¿Trabajamos por la justicia? Sí. ¿Nos quedamos sentados simplemente 'aceptando' todo? Si aceptación significa separarse y ser pasivos, no. Si significa alinearse profundamente con la vida, sabiendo que un sanar y un cambio inteligente emerge siempre de dejarse llevar por el misterio del momento, entonces sí. La verdadera aceptación y el cambio creativo son amantes. En Medio Oriente, un judío donó uno de sus riñones a una Palestina enferma, salvando su valiosa vida. En la India hay una mujer que alimenta y baña a los leprosos porque se ha dado cuenta que todos somos expresiones de una misma consciencia y le alegra mucho vivir así, a pesar de lo que los demás digan de ella. En San Francisco, un hijo toma la mano de su anciano padre y de repente se da el perdón, como por arte de magia; en una forma inesperada, el peso de la violencia y del resentimiento de toda una vida se desvanecen, como si nunca hubiera pasado nada. ¿Qué 'nuevas' les estamos enseñando a nuestros hijos? ¿Les estamos enseñando que han nacido en un mundo esencialmente malo, enfermo y lleno de miedo, y que deben vivir con temor y odio? ¿Les estamos enseñando que la violencia es inevitable y que ya está 'integrada' en su naturaleza? ¿O les estamos enseñando que todo el crimen y la tortura que vemos en las noticias diarias surgen del olvido de lo que somos, de una falsa y equivocada creencia en la separación? ¿Les estamos enseñando a renunciar a sus sueños porque hay gente mala allá afuera intentando detenerlos? ¿Los estamos enseñando a renunciar al amor y a la compasión, y al cambio y a la humanidad y a la alegría debido a todas esas 'nuevas'? ¿Les estamos enseñando a enfocarse en lo que está mal en el mundo, a aferrarse a lo 'negativo', a cantar canciones de derrota y desilusión? ¿Los estamos volviendo ciegos a lo 'negativo' enfocándolos solamente en lo 'positivo'? O los estamos enseñando a reconocer la violencia en el mundo, el dolor, pero estando conscientes de que todo esto es parte de una imagen infinitamente más grande, una imagen en donde todo está interconectado y todo es importante y todo está en equilibrio y nada está escrito sobre piedra? No utilices las noticias como excusa para dejar de vivir tu verdad, ni por un solo instante. No creas, ni por un segundo, que hay una fuerza en el mundo llamada 'el mal' con algún tipo de poder que sea capaz de vencer a la vida. El terror no puede ganar porque proviene de un craso malentendido acerca de nuestra naturaleza. Solamente nos estamos lastimando, nos estamos apuñalando a nosotros mismos, nos estamos defraudando y en el fondo lo sabemos y siempre lo hemos sabido. Una ola
nunca puede separarse del océano, ni tampoco de ninguna otra ola y más allá de nuestras diferencias de creencias y opinión, todos somos movimientos de la Única Vida, el verdadero Poder, más allá del 'poder' mundano de las armas de fuego y cuchillos de carne con sangre goteando. Enséñales a tus hijos las realidades del mundo sí, pero, lo más importante... muéstrales las realidades de sus corazones y de los corazones de aquellos a quienes llaman 'los otros'. Permite que ese juego de violencia que vemos hoy en día sirva para afianzar aún más tu convicción en este don eterno, inmutable, que es la Presencia, la Presencia que siempre has conocido y para confirmar nuevamente tu intención de parar toda violencia en ti mismo, para Vivir como tú sabes que puedes vivir. No permitas que las noticias, o las historias que selectivamente se te presentan como noticias te distraigan de la Verdad. Nunca pierdas las esperanzas. Jeff Foster Cuando la gracia nos da la espalda... Te das cuenta que está surgiendo cierto dolor. Te sientas con él. Tratas de aceptarlo, de permitirlo, de transformarlo, de sanarlo, de estar con él, sin embargo, todo empeora. ¿Qué no los maestros enseñan que la gracia está allí, en el dolor, también? ¿Que la libertad llega a través de sentarse con cualquier cosa que surja? ¿Por qué no ha desparecido aún el dolor? ¿Por qué me siento peor en este momento? ¿En dónde está mi paz? ¿Acaso hice algo mal? ¿O los maestros mienten? La gracia se ve tan lejana, parece una historia inventada por soñadores y charlatanes. Pero detente. Respira. Quédate aquí. ¿Acaso no puedes ver, amigo, que la gracia está justo donde estás; que no se trata de un destino sino de un amante; que no es ninguna meta, sino una íntima realidad. La gracia está en el centro de esta lucha, brillando a través de todo este lío. La gracia sólo podría 'darte la espalda' cuando intentas utilizarla, cuando pretendes disponer de ella para tu propio beneficio, incluso para tu comodidad, incluso para tu libertad. Vista a través de unos ojos realmente abiertos, cada momento es lo que buscas y la gracia no podría nunca abandonarte. Matt Licatta La Alegría y el Misterio El Cielo y el Infierno no son lugares reales. Son figuras del lenguaje, un decorado artístico. Cuando crecemos, dejamos de tomar todas esas
historias infantiles tan en serio, y comenzamos a verlas como metáforas y enseñanzas espirituales. Si están en lo correcto o no, si son verdaderas o falsas, no viene al caso. Simplemente son obras de arte. El cielo no es un lugar al que se pueda llegar, es más bien el punto más íntimo que recordamos dentro de nosotros mismos -‐ nuestra propia presencia, la presencia de Dios, la presencia misma: tierna, cálida, atemporal y libre. El Infierno es el olvido de este Cielo, la exhausta huida del Ahora, la aparentemente interminable búsqueda en el tiempo de aquello que no puede encontrarse en el tiempo. El Infierno es el dolor infinito de la auto-‐negación, un insoportable anhelo por llegar a Casa. Sólo la mente humana crearía esas ideas de Cielo e Infierno, Samsara y Nirvana, Dios y diablo, sagrado y profano, y vería la vida como una especie de lucha entre esas polaridades. Pero ahora somos mayores, y más sabios, y el monstruo del armario sólo fue real en nuestra imaginación. Las polaridades sólo nos estaban apuntando hacia Eso que es anterior a todas las polaridades, a todas las divisiones, a todas las fragmentaciones, a todas las dualidades construidas por la mente. El Cielo y el Infierno desaparecen, cada uno se colapsa en el otro, y lo único que resta es un pequeño petirrojo en el jardín, justo al amanecer, entonando sin miedo su inefablemente exquisito canto de alegría y misterio. -‐ Jeff Foster Cuando le ofreces un cálido amor a la emoción que sientes en este momento, te liberas naturalmente de sentirte definido o limitado por ella. Si te tomas unos cuantos segundos para relajar tus definiciones y adviertes que hay una natural y simple consciencia ya conociendo tu presente experiencia, descubrirás la 'capacidad' de amar tu presente estado mental, aunque éste sea poco placentero. Descansa en el amor, incluso ante el rechazo, la no aceptación y la incomodidad, y te verás liberado en medio de ellas. Bentinho Massaro La verdadera compasión significa conectar con otro más allá de su historia y ver que no hay "otro" en absoluto. Jeff Foster 40 Citas Acerca del Sufrimiento Por Jeff Foster Publicado por Nic Higham
(11-‐20/40) 11. No Busques Fuera de Ti Mismo Cuando nos vemos sumergidos en el caos y en el desorden de no reconocer más qué diablos somos o por qué somos, comenzamos a buscar desesperadamente algo a qué aferrarnos. Nos sentimos sin hogar y comenzamos a buscarlo. Pero la tormenta contiene una poderosa invitación a la Presencia, a tu verdadero Hogar. El caos nos invita a recordar la verdadera fuente, el inquebrantable poder y orden: nosotros mismos. '¡No busques la felicidad fuera de ti...!' te susurra la tormenta. Sufrirás hasta que comprendas esto, y después sufrirás cada vez que lo olvides, entonces, es así como el sufrimiento se convierte en una campana de meditación en medio de la tormenta, una ingeniosa invitación por parte de la vida.” 12. El 'Sufrimiento' no es una Maldición Aquello a lo que llamamos 'sufrimiento' no es ninguna maldición, ni un castigo, una aberración, o una señal de tu fracaso. El 'sufrimiento' es sólo una palabra que apunta hacia la constante invitación que nos hace la vida: a descubrir que lo que está pasando en este momento está mucho más allá de 'tu' control. Es una invitación para descubrir una profunda aceptación hacia la experiencia presente; para descubrir que cada pensamiento, sensación, sentimiento, sonido, etc. que aparece en el momento presente YA ha sido aceptado. Las compuertas están completamente abiertas: este momento ya es tal y como es. Hágase tu voluntad... Ya está hecha." 13. Despertar del Sueño de 'Mañana' Todo lo que pasa en tu vida -‐ incluyendo el sufrimiento y la incesante búsqueda -‐ es una especial invitación para que despiertes de tu sueño de 'mañana', y para que abraces profundamente lo que hay aquí, en este momento. No hay ningún error, cuando incluso el error es apreciado.” 14. La Vida nos Desnuda y nos Deja en Nuestra Pura Esencia A través de lo que llamamos 'sufrimiento', la vida nos desnuda dejando tan sólo la pura esencia. Se trata de un camino mal entendido de absoluta simplificación. A veces duele, a veces queremos salir corriendo, pero el proceso es esencialmente amoroso, porque sólo pretende despertarnos de los sueños e historias de segunda mano para que apreciemos la vida en sí misma. 15. La Divina Desilusión
A través del 'sufrimiento', todo lo que conocemos, todo lo que hemos creído, todo lo que nos dijeron acerca de nosotros y el mundo, es puesto en duda. Surge una divina desilusión. Aleluya. Porque la duda, el dolor, la tristeza, la confusión, no son otra cosa que un portal hacia aquello que es Indudable: tu desnuda presencia, aquí y ahora. Y entonces, surge la primer pregunta: '¿Quién soy?'" 16. Jamás Podrás ser Definido, Dividido, o Destruido. El sufrimiento -‐ cuando no huyes más de él, cuando dejas de ser indiferente, o cuando dejas de negarlo -‐ siempre te pondrá frente a frente con el hecho de que aquello que eres, jamás podrá ser definido, dividido, o destruido.” 17. ¿Cómo Serías Tú sin el Sufrimiento? ¿Cómo sería la ausencia de sufrimiento? Todo sería tal y como aparece. El sufrimiento sería el intento de escapar de aquello que está apareciendo. ¿Quién serías, en tu dolor, sin sufrimiento? Sólo habría dolor, plenamente sentido. El sufrimiento es la historia de 'mi dolor', en el tiempo, y la historia de alguien tratando de escapar de ese dolor, en el tiempo. El sufrimiento surge cuando te apropias del dolor -‐ eso es la identidad. Toda identidad es sólo un pensamiento.” 18. Dolores de Parto El sufrimiento son los dolores de parto de la libertad.” 19. La Libertad es tu Verdadera Naturaleza La libertad es tu verdadera naturaleza, tu natural estado interno, tu verdadera identidad, y sufres cuando olvidas esto.” 20. Resistencia al Momento Presente El sufrimiento es, ni más ni menos, que la resistencia al momento presente, el esfuerzo que se hace por rechazar lo que inevitablemente es, el fallido intento de controlar o escapar del Ahora, nuestro doloroso anhelo de ser Dios. En pocas palabras, el sufrimiento es el 'ego'. El 'ego' no es una cosa, ni un objeto, tampoco una entidad, sino una resistencia que surge del gran malentendido de nuestra verdadera naturaleza y una falsa identificación con la limitación.” 1. La Tendencia de Nuestra Cultura de Evitar el Sufrimiento Hay cierta tendencia en nuestra cultura de evitar el sufrimiento, de distraernos de él, de etiquetarlo como algo 'malo' o 'negativo', de meditarlo o medicarlo para que desaparezca, de evitar nuestra experiencia de él (¡y por supuesto que en esto también hay gran
inteligencia!). Gran parte de nuestra medicina occidental se orienta hacia la supresión de los síntomas, hacia calmarlos o detenerlos, hacia intentar apaciguar el caos y emprender una búsqueda hacia lo que la sociedad define como lo 'normal'. " 2. Una Clara Definición Acerca del Sufrimiento He aquí una clara definición del sufrimiento: El sufrimiento es imaginar que estamos separados de nuestra Fuente.” 3. El Sufrimiento, en Resumidas Cuentas “En resumidas cuentas, tu sufrimiento es esto: '¡Quiero controlar este momento, pero no puedo!!!!' " 4. Los Conceptos Divididos son la Causa de Tanto Sufrimiento Positivo y negativo, Dios y diablo, santo y profano, cielo e infierno, bien y mal, vida y todo-‐lo-‐que-‐está-‐contra-‐la-‐vida; todos los conceptos que dividen, tan viejos como la humanidad misma, son la causa de tanto sufrimiento y violencia.” 5. Sufrimiento Sobre Sufrimiento Querer que las cosas desaparezcan, apila sufrimiento sobre sufrimiento.” 6. Quizás el Sufrimiento no sea Ningún Enemigo Quizás el sufrimiento no sea ningún enemigo, y en su corazón haya una lección de primera mano, en tiempo real, que debamos aprender, si es que deseamos ser realmente humanos, y realmente divinos. Quizás el fracaso contenga el cambio necesario. Tal vez el sufrimiento sea un derecho de paso, no una prueba o un castigo, no una señal hacia el pasado o hacia el futuro, sino un apuntador directo hacia el misterio de la existencia, aquí y ahora. Quizás es que la vida nunca pueda estar yendo 'mal' para nada.” 7. Miedo a Perder el Control Gran parte de nuestro sufrimiento se reduce al miedo de perder el control, a la resistencia ante el caos, a la desesperación de querer un nuevo orden en medio de la tormenta.” 8. Todo Sufrimiento Contiene una Profunda Invitación Todo sufrimiento contiene una invitación muy profunda -‐ conocer y ser lo que eres: el Espacio para el dolor, el Espacio para la decepción, el temor, la confusión, en lugar de una víctima. Es la invitación para ser Capacidad para cada momento, y no una víctima. Esto no es pasividad o 'darse por vencido', sino un surgir creativo y alineación con toda la inteligencia del universo.” 9. La Invitación
La invitación es entender el sufrimiento con profundidad, y ver la raíz de esa ilusión cósmica: que hay algo que pueda ser 'mío', que hay algo que pueda ser 'perdido', que la vida podría 'equivocarse', que la experiencia presente no haya sido ya absolutamente permitida, que todo lo que aparece no es VIDA y por lo tanto, sagrado.” 10. Descubre la Libertad en Todo Aquello de lo que Estés Queriendo Huir Incluso el más extremo de los sufrimientos es una perfecta expresión de la totalidad, y también una invitación para volver a ella. La vida es una incesante invitación para descubrir la libertad en todo aquello de lo que estás queriendo huir. De esta manera no podrías llamar sufrimiento al 'sufrimiento', para nada. Porque, en su libertad, ¿quién estaría sufriendo?” Se trata de volver a la vida. Se trata de despertar a la gracia. Se trata de una amistad incondicional e infinita bondad hacia ti mismo. Se trata de poner a salvo, finalmente a salvo a todas esas olas tan poco amadas, no tomadas en cuenta del océano de ti mismo para que puedan finalmente arrastrarse fuera de las profundidades, de la oscuridad, fuera de todos los agujeros y grietas de la experiencia y salir a la luz, destellando y llenas de asombro. Se trata de darte a luz a ti mismo, para que todos los pensamientos sean finalmente admitidos, todas las sensaciones, todos los sentimientos, todos los sonidos, todas las olas a las que habías etiquetado como 'oscuras', o 'malas', o 'negativas', o 'peligrosas', o 'pecaminosas' -‐ al miedo, a la ira, al aburrimiento, a la duda, a la confusión, a la frustración, a la impotencia -‐ para que lleguen a descansar, a respirar, a ser ellas mismas en el espacio que eres. No se trata de entidades separadas o enemigos, son tus más íntimas apariencias, y por eso mismo no pueden lastimarte, incluso si te lastiman, y eso es lo que en ocasiones olvidamos cuando tenemos prisa de 'arreglarnos' o por lo menos 'normalizarnos' a nosotros mismos. Sí, todos estas arremolinadas y pulsantes energías de eso que llamamos 'vida' son bienvenidas en el espacio que eres, la inmensa Sala de Estar en la que toda la creación canta y baila y pinta la siempre cambiante imagen de este extraordinario momento... Jeff Foster No estoy interesado en la historia de tu increíble despertar. No me siento impresionado por lo mucho que has leído y memorizado acerca de la iluminación, cuántos obras en sánscrito puedes regurgitar, ante cuántos grandes gurús te has sentado, cuántos libros hayas escrito. No estoy
interesado en tus gloriosas versiones de otros reinos, en tus ingeniosas filosofías de segunda mano, en tus inquebrantables conclusiones mentales. No quiero escuchar cuánto me adoras, lo bellas que crees que son mis palabras, qué tan cerca te sientes de mí cada vez que ves mi foto. Lo siento, pero todo eso es pura tontería romántica, el culto de la personalidad -‐ y no tiene nada que ver con la Verdad. Me importas demasiado como para comprar tus proyecciones, como para alimentar tu huida de ti mismo, como para avivar las llamas de un amor no correspondido. Sólo estoy interesado en lo que realmente eres, antes de que empieces a esconderte detrás de tu imagen. Te amo demasiado como para fingir. Haz de mí un dios, y sólo te decepcionaré. Lo más amoroso que alguien podría llegar a escuchar. -‐Jeff Foster "Vivimos en tiempo de crisis. Esto no es nada nuevo; siempre hemos vivido en tiempos de crisis. La crisis es simplemente el repentino e inesperado cambio de la forma, la caída de las estructuras que alguna vez creímos que nos sostenían, y una apertura hacia lo nuevo, hacia la creatividad... Podría tratarse de una muerte dolorosa, desde cierto punto de vista, sin embargo, desde otro, podría tratarse de un nacimiento. El yo separado, que se aferra a la forma y teme la pérdida del status quo de su 'historia', intenta alejarse de cualquier tipo de inestabilidad o incertidumbre, prefiriendo siempre lo conocido sobre lo Desconocido... Pero la crisis no es ningún 'desastre'. Es más bien un 'punto de inflexión'. En realidad jamás podría haber ningún cambio real sin una crisis, no podría haber un crecimiento real sin una apertura hacia la inmensidad de la existencia... Lo Desconocido es la pira funeraria del yo separado. Pero se trata de tu liberación. Préstale toda tu atención... " -‐Jeff Foster AMOR UNIVERSAL Antes de haber nacido, antes de cumplir 5 años de edad, 49 años, 84 años, antes de morir Antes de ser estudiante, antes de ser maestro, antes de ser un artista, antes de ser comerciante, médico, monje, sacerdote, agricultor, científico o un buscador espiritual
Antes de ser cristiano o budista Antes de ser bueno o malo, de tener la razón o no Antes de ser un éxito o un fracaso Antes de ser un iluminado o un no iluminado Antes de ser hombre o mujer Antes de ser este cuerpo o ese otro Antes de ser alguien Antes de ser "el que sabe" Antes de ser esto o aquello Antes de que sea algo Antes de que sea nada Yo soy. Esta no-‐cosa que lo permite todo Este espacio infinitamente abierto, Ilimitado, incomprensible, En donde cada pensamiento, sensación, sentimiento, surge y desaparece, Como olas en el océano, Siempre presente, Inmutable. Yo soy. Siendo. La vida misma. Este misterio. Creación, destrucción. Como un aguacero en la inmensidad... He nacido. Lo absoluto es relativo. Tiempo. Espacio. Expansión. Contracción. Inhalo y exhalo. Succiono el pecho de mi madre. Cumplo 5 años, 49 años, 84 años. Crezco y aprendo. Soy estudiante, maestro, artista, bailarín, doctor, místico, monje, cura, agricultor, científico, aventurero, asesino, ladrón. Soy un hombre. Soy una mujer. Soy homosexual, heterosexual, blanco, negro, rico y pobre. Soy cada madre, cada padre, cada hijo, cada hija. Soy un esclavo en la antigua Roma. Soy un chico de las calles de Calcuta. Soy el sol decadente. El nacimiento de una estrella. No podría ser algo sin ser nada. No podría ser nada sin ser todo lo que hay. Esto es crucifixión y resurrección. Esto es amor más allá de la comprensión. Esto es el palpitar del cosmos. Yo soy Eso. Jeff Foster Tu maestro de siempre Nunca has estado sin maestro, ni por un solo momento. A través de todas las alegrías y penas, a través de cada visión, en las visitas que has hecho a reinos trascendentes, en tus viajes astrales, en los viajes extáticos, en tus caminatas, en tus estados de sueño y de sueño profundo, en tus tiempos de gran liberación y en los tiempos en que creíste que no lo lograrías, siempre estuviste Tú. Reflexiona acerca de qué porción de tu dolor proviene del pasado, amigo, y qué porción se encuentra en el presente. Piensa en todos los miedos que jamás se volvieron realidad, en las pesadillas que permanecieron como pesadillas, en los imaginados mañanas que se disolvieron en las lágrimas o en la risa de hoy.
Date cuenta que tus ayeres y tus mañanas siempre se funden en la presencia de hoy, en el aliento de hoy, y honra el lugar en donde te encuentras en este momento. Recuerda que el amor no es un sentimiento que va y viene, tampoco un estado que se aproxime o que se aleje, ni tampoco una memoria vaga de algo que hace mucho se fue, tampoco algo que pueda ser regalado o retirado sin el reconocimiento de que todos somos la misma Vida, el mismo Misterio, mirando a través de unos ojos únicos. J. F. ¿Qué es la Presencia? Unas cuantas palabras para lo inefable... El sentido de estar vivo, de existir, aquí y ahora. El espacio vivo del 'Yo Soy' que nunca ha llegado ni se ha ido, en donde incluso el 'Yo Soy' es una traducción de la mente. Pensamientos, sensaciones, sentimientos, sonidos, olores, estados fluctuantes, todo tipo de experiencias tanto mundanas como profundas han ido y venido, sin embargo, tu Presencia jamás ha ido y venido, aparecido o desaparecido. El silencioso fondo imperturbable de toda experiencia, el inmenso océano que eres, constante y firme en medio del surgimiento y disolución de cada ola de este mundo. Tú, en el más íntimo sentido de la palabra. Tú, lo que siempre has sabido acerca de ti mismo, más cerca que tu respiración. El Tú que estaba presente cuando tomaste tu primer aliento, presente cuando tomes el último, presente en cada inhalación y en cada exhalación. Presente cuando diste tu primer paso, presente cuando des el último. Presente en tu primer día de escuela, en tu boda, y mientras tomas la mano de tu abuelo por última vez. Tú, anterior incluso a la palabra 'tú'. Incognoscible para el pensamiento, incapaz de ser conceptualizado, y sin embargo, la única cosa que siempre has conocido más profundamente que cualquier otra cosa. El Tú que reconoces en cada persona con que te encuentras. La condición a través de la cual has conocido absolutamente todo. Indudable, ya que incluso la duda puede ir y venir. Eso que siempre has buscado, lo que siempre ha estado presente a lo largo de tu búsqueda y a lo largo de tu sufrimiento y en tu anhelo por la unidad. Lo inmutable en medio del constante cambio de la vida. Tu verdadero hogar, tu más profundo sentido de descanso, tu gran amor. Y estas palabras se desvanecen... dejando únicamente... -‐Jeff Foster Cuando haya miedo, dolor, confusión o tristeza moviéndose en ti, no te desesperes ni saques conclusiones adelantadas. Siéntete honrado con la visita de estos incomprendidos invitados, tan antiguos y atemporales al
mismo tiempo; exhaustos de su solitario viaje por esta vida y que finalmente han encontrado su hogar en ti. Todos ellos son tus amados hijos, dignos de tu más profundo respeto y amistad. Ofréceles tu descanso y permite que calienten sus pies al lado de tu fuego ardiente... -‐Jeff Foster ¡El Apocalipsis se acerca! APOCALIPSIS (del griego apo-‐ ‘des-‐’ + kaluptein-‐ ‘cubrir’ = 'descubrir'] no apunta hacia un Armagedón de fuego, sino al hecho de que nuestra ignorancia y nuestra complacencia están llegando a su fin... El exclusivismo acerca de que hay solo una manera en que podemos salvarnos, la idea de que hay un solo un grupo religioso que está en posesión exclusiva de la verdad -‐ ese es el mundo que debe desaparecer... ¿En dónde se encuentra el Reino? En nuestra Comprensión acerca de la ubicuidad de la presencia divina en nuestros vecinos, en nuestros enemigos, en todos y cada uno de nosotros..." -‐ Joseph Campbell Cuanto más ardes, más brillas... Una vida sin dolor, no es vida. Como los antiguos mitos nos recuerdan: no puede haber crecimiento real sin el heroico viaje hacia la oscuridad. El dolor tiene el poder de destruir el ego y generar gran humildad; despertar la compasión y traernos directamente a la presencia. La iluminación que promete un total despego de nuestra humanidad, un estado permanente de dicha ininterrumpida, libre de cualquier clase de dolor, es una iluminación basada en un miedo profundo, una pesadilla del ego. Por miles de millones de años, el sol nos ha regalado su impresionante poder en forma gratuita. Piensa en todo el ardor que ha tenido que soportar con el fin de brillar intensamente y darnos vida. Estamos tentados a huir de nuestros crudos y ardientes corazones, de nuestros cuerpos lastimados, de nuestras mentes confusas, y tratar de establecernos en metas futuras de segunda mano. Pero al final, nuestro ardor es exactamente lo que hará que nuestra luz brille con mucho más esplendor. Si tan sólo nos mantenemos cerca... El amor es lo único que importa, amigo. Todos nuestros conocimientos y logros espirituales, todo ese drama mental de 'Yo sé más que tú', todas las posturas espirituales del ego asustado, palidecen ante la alegría de una verdadera conexión, y la paz que viene de saber que no eres otra cosa el sol ardiente. Deja que tu luz brille, y consúmete. -‐Jeff Foster
La Oscuridad y la Luz... Luke Skywalker: "¿El lado oscuro es más fuerte?" Yoda: "No, no, no. Más rápido, más fácil, más seductor es..." -‐ Star Wars: El Imperio Contraataca Los seres humanos siempre han pensado en términos de opuestos abstractos y conceptuales creados por la mente. Dios y diablo, vida y muerte, placer y dolor, bien y mal, yin y yang; mi verdad contra la tuya, mi Dios contra el tuyo, mi religión contra la tuya, incluso dualidad contra no-‐ dualidad. Algunas personas ven la vida como una batalla sin fin entre la oscuridad y la luz. Algunos tienen la esperanza de que la luz vencerá. Algunos otros optan por el lado oscuro. Pero, ¿existe realmente una guerra? Las sombras sólo aparecen *porque* hay una fuente de luz. Las sombras no tienen una existencia separada de la luz, no tienen ningún poder en sí mismas. Las sombras, en realidad, jamás podrían oponerse a la luz, porque sin luz no hay nada. Éstas reciben todo su poder de la luz. Son completamente dependientes. La luz nunca necesita temerle a las sombras o anhelar su muerte o destrucción. La verdadera luz no conoce opuesto, no tiene ningún contrario, no tiene ningún enemigo mortal. Prestamos demasiada atención a la oscuridad, a los aspectos 'negativos', a las sombras, a lo que vemos como 'falto de luz', sin darnos cuenta que la única razón por la que podemos reconocer a la oscuridad es porque la luz está inalterablemente encendida, siempre. Sin luz, no hay oscuridad. Y nosotros somos esa luz, la eterna luz de la consciencia. No luches contra la oscuridad. Utiliza la apariencia de la oscuridad como un recordatorio de la fuente de luz eternamente presente que eres. No te opongas a las sombras que percibes, más bien reconócete como la eterna e ilimitada luz de la conciencia -‐ con mucha más convicción -‐ , y llegarás a comprender que la oscuridad jamás estuvo en tu 'contra' -‐ se trataba sólo de un recordatorio de aquello que eres, para que despertaras del sueño de los opuestos y para que detuvieras la división en ti mismo. La oscuridad fue tu maestro, tu guardián, tu padre, tu Darth Vader. La guerra entre la oscuridad y la luz jamás podrá ser ganada, porque en primer lugar, jamás empezó. Recuerda cuando Darth Vader tomó entre sus brazos con tanta ternura a Luke... -‐Jeff Foster Respira en el dolor mismo
Amigo, has intentado absolutamente todo, excepto lo obvio: No hacer nada en absoluto. Quédate con eso a lo que llamas 'sufrimiento'. Quédate con el dolor, la tristeza, el miedo, el deseo, el aburrimiento. Desecha las palabras de segunda mano y siente directamente la evidente cruda energía que se da en el cuerpo, en el estómago, en el pecho, en la garganta, siente cómo vibra, hormiguea, cómo se mueve y cómo se expresa plenamente. Deja que la energía cumpla con su sagrada labor, con su trabajo inteligente. No te entrometas. Respira profundamente. Permite que tu aliento llegue hasta esas abandonadas partes, que inyecte oxígeno y dignifique a esos perdidos, solitarios y 'lastimados' visitantes. El hecho es que estas energías están aquí únicamente porque ya han sido admitidas en la inmensidad de Ti. Dignifica el dolor con el aliento de la vida. Este momento ya está resplandeciendo, ya es vida, es un huésped que ya ha sido bienvenido, que ahora baila en tu espacio siempre presente. La mente quiere aferrarse o resistirse, rebobinar o adelantar esta presente escena, evitar el dolor o aferrarse al placer. Sin embargo, da el paso radical de no dar ni un solo paso. No hagas absolutamente nada en este momento, excepto ponerle atención a esta misma energía de la cuál habías querido escapar. Entra en comunión con lo que está aquí, como si se tratase de un viejo amigo; no como un enemigo, como una guía, no un obstáculo. Velo como inteligencia, no como un 'error'. Sé lo que eres, la profunda aceptación de todas las energías que ofrece la vida -‐ tanto 'positivas' como 'negativas' -‐ el inmutable e inmenso Espacio para cada contenido, pensamiento y sentimiento transitorio... -‐Jeff Foster ¡No te defraudes a ti mismo! Algunos de ustedes me han pedido que escriba un poco sobre el dinero. He aquí un simple recordatorio: No te defraudes a ti mismo, amigo. En lugar de centrar tu valiosa energía en el pensamiento ‘No me puedo dar el lujo’, o ‘No tengo el suficiente dinero’, recuerda que tu verdadero camino es interno, sé consciente de que tu situación presente en la vida contiene una gran inteligencia, y utilízala (¡en lugar de permitirte ser utilizado por ella!) para comenzar a hacerte preguntas mucho más profundas acerca de la intención:
-‐ ¿Qué tan comprometido me siento con este camino, independientemente de si puedo ‘darme el lujo’ de algo o no? -‐ ¿Qué tanto quiero realmente aquello que creo querer? -‐ ¿Qué tanto significa para mí el ‘obtener’ eso que quiero? -‐ ¿Qué tan profundamente confío en la abundancia de la vida, en las posibilidades que se abren para mí conforme avanzo en mi camino? -‐ ¿Puedo dejar de comparar mi estado de cuenta bancario, mi abundancia, mi suerte, mi éxito con el de los demás? ¿Soy capaz de dejar de hacer cualquier tipo de comparación? -‐ ¿Puedo dejar de enfocarme en todo aquello que no tengo, en cuánto debería tener, en cuánto solía tener en el pasado, en cuánto tienen los demás, y enfocarme en lo que tengo, incluso si la mente juzga que es ‘demasiado poco’ en este momento? -‐ ¿Puedo estar en paz en este momento, independientemente de si logro o no lo que creo querer? ¿Puedo incluso enamorarme del sabor de ‘aún no lo he logrado? ¿Puedo aprender a amar mi recorrido? ¿Podría descansar sin importar el ‘resultado’? -‐ Desde un sitio de paz y confianza, y de conexión con lo que estoy viviendo en este momento, y apreciando todo lo que tengo, ¿podría encontrar formas más creativas de moverme hacia el futuro? -‐ ¿Podría dejar de centrarme en cuánto obtengo o dejo de obtener de la vida, y centrarme mucho más en la simple alegría de dar? Hay tanta creatividad aquí, amigo, tantas posibilidades con las que podemos jugar, que en el momento en que retiramos nuestra atención de la escasez (porque la escasez sólo genera escasez), y recordamos la completud que somos en este momento, la gratitud que sentimos por la existencia misma, y lo abiertos que estamos para recibir los regalos inesperados que tiene la vida para nosotros, el cambio se hace posible, ya sea que se haga evidente o no. ¡No te defraudes a ti mismo poniendo de pretexto el cambio! ¡No utilices la presencia o la ausencia del dinero como una excusa para olvidar tu verdadero llamado! El cambio que llevas en tu bolsillo siempre estará cambiando (con mucha rapidez la riqueza se puede convertir en pobreza, y viceversa), sin embargo, utiliza tu cambio en constante cambio para recordar Eso que nunca cambia: la Presencia. La verdadera pobreza es no saber lo que eres, es sentirte pobre aunque tengas cambio en tus bolsillos, es utilizar el dinero como una excusa para desconectarte del amor y de la vida.
La verdadera riqueza es apreciar con profundidad cada momento, sentirte rico en espíritu, en la risa y en tu conexión con todo, recorriendo sin miedo tu propio camino, abriéndote a la vida, sin importar cuánto cambio tengas de sobra. -‐Jeff Foster l Tu Fe te ha Salvado' El sólo hecho de sentarte con algún querido amigo que está experimentando dolor, pena o enojo, o que se esté sintiendo atrapado en la idea acerca de que hay algo terriblemente mal con el mundo... El sólo hecho de estar ahí con él, y para él, sin ninguna expectativa, sin juicios, sin lástima, sin intentar ‘arreglarlo’, sin el deseo de manipular su experiencia para que se ajuste a tu idea de cómo deberían ser las cosas y así eliminar las molestias... El sólo hecho de escucharlo, de aceptar su experiencia sin querer representar el papel del ‘sabihondo’, ‘del iluminado’, ‘del que tiene todas las respuestas’ o incluso de ‘aquel que sabe escuchar’; sin pretender absolutamente nada... El sólo hecho de permitirle sentirse tal y como se siente, de que respire tal y como lo está haciendo, de estar presente para él en medio de su pesadilla, de mantenerte en silencio si es necesario, de reflejarle su experiencia a través de palabras emitidas desde el silencio, de mostrarle que estás escuchando y de hacer brillar la luz hasta en los rincones más oscuros... ... ésto podría ser el comienzo de una gran sanación, para ti y para tu querido amigo. Cuando vamos más allá de los roles mentales de ‘víctima’ y ‘salvador’, ‘maestro’ y ‘estudiante’, incluso ‘sanador’ y ‘sanado’, y realmente nos contactamos en el no-‐saber, sin protección alguna, sin defensas, abiertos a la inmensa inteligencia, el verdadero sanar es posible. No es posible sanarnos desde el pasado, amigos. No podemos sanarnos desde el futuro, y no es nuestra labor intentar componer a los demás en el presente. Tan sólo podemos aportar nuestra presencia, nuestra verdadera atención, nuestra tierna curiosidad por saber aquello ‘que ya es’, y confiar en el poder sanador que reside dentro de cada uno de nosotros, sin importar lo ‘enfermos’ o ‘impotentes’ que nos hayamos juzgado a nosotros mismos. La sanación no se mide en términos de cuántos síntomas hayan desaparecido, o de cuántos análisis hayan resultado ‘negativos’, sino en
términos de qué tan profundamente somos capaces de amar, qué tan bellamente podemos soñar, qué tan honestamente nos podemos conectar, con qué tanta alegría nos mostremos ante la vida, incluso cuando prefiramos no mostrarnos en absoluto. -‐Jeff Foster Por favor, comparte esto con quienes creas que podrían beneficiarse; se trata de una diferente e ‘iluminada’ perspectiva acerca del suicidio.... ¿Por qué a veces deseamos morir? Si alguna vez sientes el deseo de terminar con tu vida, si sientes el fuerte anhelo de morir, si el pensamiento ‘quiero suicidarme’ llega a visitarte, ni temas ni te desesperes. Celebra que la infinita inteligencia está operando en ti. Sé consciente de que querer morir es lo más natural del mundo. No se trata de un pecado, ni de que algo esté saliendo mal; tampoco es una señal de tu falta de fortaleza ni de tu fracaso, no es el síntoma de alguna terrible enfermedad ni de ninguna oscuridad dentro de ti. Se trata de un impulso tan antiguo como el universo, algo que todo ser humano ha conocido de una u otra forma. Sabe que no estás solo, sino que estás conectado a toda la humanidad a través de esa misma soledad. El impulso de querer morir no necesita ser seguido ni adorado, necesita ser entendido; no necesita ser adormecido ni se necesitan tomar medidas para combatirlo, sino ser aceptado como lo que es. Traducido, ‘quiero morir’, significa, ‘extraño mi hogar, y quiero regresar a él en definitiva, sin embargo, no sé cómo hacerlo en este momento.’ La urgencia de morir es la urgencia natural de hacer a un lado la ilusión del yo separado, es la urgencia de soltar la pesada carga de ‘yo y mi vida’ (lo cual no eres) y descansar profundamente en la presencia (en lo que sí eres). Es un llamado a que recuerdes tu verdadero hogar, más allá de los hogares terrenales, aquí y ahora. Para que saborees tu propia esencia, nuevamente. Para que salgas de la historia del pasado y del futuro y vivas este precioso momento. Para que estés aquí, presente, sin miedo, valientemente vivo, y para que des término a tu guerra con el dolor y con la felicidad de la vida, para que dejes de resistirte a los golpes y a los contratiempos de la existencia. Utiliza el pensamiento ‘quiero morir’ para iniciar una profunda meditación sobre la naturaleza del ser: ¿Quién moriría? ¿Quién querría matar a un ‘yo’? ¿Quién está viviendo en este momento? ¿Quién respira? Si el ‘yo’ pudiera matarse, si pudiera ser amado u odiado, ¿podría ser acaso aquello que eres? ¿Qué es la inteligencia en ti que sabe que el ‘yo’ es
impermanente y puede perderse? ¿No está esa inteligencia completamente presente y viva y despierta en este momento? ¿El ‘yo exitoso’ y el ‘yo fracasado’, el ‘yo maravilloso’, y el ‘yo terrible’, el ‘yo que desea morir’ y ‘el yo que quiere vivir’, ¿no son todas éstas imágenes, visiones, ideas, películas flotando en la eterna pantalla de tu presencia, aquí y ahora? ¿No te encuentras acaso más allá de todos esos conceptos? ¿No eres acaso el espacio para todo ello? Si le has atribuido al concepto ‘yo’ un significado menor a lo que realmente eres, por supuesto que querrías ‘matarlo’ o ‘eliminarlo’, debido a que resulta demasiado pequeño para tu inmensidad. Si reconoces a tu ‘yo’ como tu Ser, como tu propia presencia más allá de todo nacimiento y muerte, entonces no podrías realmente matarte a ti mismo, porque la presencia no puede matar a la presencia, así como el océano no podría matar al océano, y el sol no podría dejar de brillar, aunque se esté quemando. Te sientes cansado, amigo. Te sientes consumido. Pero estás brillando intensamente. Entonces, descansa y sabe que tu deseo de morir no es ningún error, sino más bien la expresión de una gran inteligencia recordándote el inmenso amor que sientes por la vida, recordándote tu ilimitada naturaleza y tu inocencia cósmica. Una nueva vida está amaneciendo por ti. Mantente abierto. Hallarás regalos en verdad inesperados. –Jeff Foster Un Valiente Descanso No intentes detener ningún pensamiento. ¡De esta forma sólo estarás añadiendo más y más pensamientos! Sólo los pensamientos se atreverían a intentar detener los pensamientos. Aquello que resistes, persiste, y hace crecer su poder. Sé amable. Sé abierto. Sé el inmenso espacio para cada pensamiento, para todos los pensamientos. Sé una pantalla viviente, dentro de la cual, toda clase de pensamientos, imágenes, recuerdos, sueños; donde tanto la luz como la oscuridad, tanto lo sagrado como lo profano puede aparecer y desaparecer. Sé el abrazo no-‐dual de la mente dual, no seas su juez, su jurado, ni su verdugo. Tu naturaleza es absoluta docilidad, y el control es la más grande de todas las ilusiones. Jeff Foster
El Fin del Conflicto El conflicto en nuestras relaciones comienza cuando olvidamos nuestra propia presencia, y por lo tanto, olvidamos la viva presencia del otro. Reducimos la vitalidad de aquel que queremos a una imagen mental -‐ a un juicio, categoría, o etiqueta -‐ y terminamos confundiendo lo que realmente son con lo que PENSAMOS que son. Las etiquetas y los juicios están tan muertos: 'Estás equivocado. Eres estúpido. Eres insensible. Estás loco. Eres indiferente. Tu corazón está cerrado. Estás tan poco iluminado. ' Esto reduce a los demás a una 'cosa' creada por el pensamiento, y olvidamos su inmediata, vibrante y siempre viva presencia. Nos enganchamos en una guerra de imágenes y dejamos de escuchar. El conflicto en nuestras relaciones termina cuando recordamos la presencia del otro, su humanidad, recordando también así la nuestra. Sentimos la presencia del otro como nuestra propia presencia íntima, haciendo que el otro deje de ser un 'otro'. Lo vemos como un hermano o hermana en nuestro camino. Comprendemos que no están allí para completarnos, salvarnos, arreglarnos, hacernos felices, darnos paz interior o satisfacer nuestras necesidades; que tampoco representan una amenaza a nuestra paz interior y a nuestra alineación. Escuchamos profundamente, permitiendo que vivan su experiencia, honrando lo que se mueve en sus profundidades, sintiendo compasión, pero jamás lástima por su dolor ni por sus frustraciones aún no identificadas. No intentamos arreglarlos, cambiarlos o manipularlos, y no juzgamos que estén en lo correcto o en lo incorrecto, que estén bien o mal, etc. Ni los recompensamos ni los castigamos, sino que los escuchamos con mucha más profundidad que nunca. Y si escuchamos cuidadosamente, podríamos escucharnos a nosotros mismos, encontrarnos con nuestros propios corazones rotos, sentir nuestros propios anhelos, ver nuestro rostro en el de ellos, y perder todo interés en cualquier tipo de violencia. -‐Jeff Foster Una Exquisita Melancolía, Un Templo de Fuego "¿No es hora acaso de convertir tu corazón en un templo de fuego?" -‐ Rumi Hay una soledad que no es desolación, que no es desesperación, y la
medicina occidental no tiene ni idea de esto. Es una especie de cercanía profunda con tu propio ser, una intimidad con el paso silencioso de todas las cosas; una amistad con el quebranto y con lo transitorio, tanto en lo interno como en lo externo. Mientras que en silencio te afliges por los sueños de ayer que versaban sobre un mañana que nunca llegó, abrazas el hoy con todo tu amor. Tú eres la madre del hoy. Hay una fragilidad que no es debilidad. Un exquisita sensibilidad hacia la triste majestuosidad de este mundo ordinario, una apertura vulnerable que no tiene nada que ver con la cantidad de dinero que hayas hecho, con cuánto éxito hayas obtenido o cuánto hayas fracasado en tu búsqueda de la perfección, o qué tan hermoso o inmune a las infecciones esté tu cuerpo, sino con algo que tiene que ver con la ternura con la que te sientas dispuesto a acariciar las partes rotas del mundo, las profundidades de la soledad en las que estás dispuesto a sumergirte. Hay una exquisita melancolía que no es depresión, que no tiene patología, porque de hecho, no contiene ningún yo. Es como si el corazón se hubiera roto completamente y no pudiera cerrarse de nuevo, nunca. Como si todo estuviera hecho del cristal más fino y pudiera romperse en cualquier momento. Como si el sol pudiera quemarse sin previo aviso, como si la respiración pudiera de pronto paralizarse, como si un ser querido hiciera su transición con toda tranquilidad en la calidez de tu abrazo. Como si el pequeño pájaro en el árbol estuviera hecho del hilo más fino. Como si el agua encharcada en la puerta del supermercado tuviera infinitas profundidades pero ninguna superficie, ninguna superficie. Como si la luna tomara las cualidades de un reflejo en un sueño y todo estuviera completamente cerca. Como si pudieras tocar el horizonte, y murmurarle a las galaxias. Esta melancolía, algunas veces surge inesperadamente en medio de la noche, cuando no puedes conciliar el sueño y la luz de la luna lanza sombras tenues sobre tu antebrazo, o llega, a veces, mientras caminas por el bosque con tu perro (amando cómo se contonea ahora que se está poniendo viejo tu pequeño acompañante) y recuerdas cómo era estar libre, o al menos sentirte vivo; o viene de manera sorpresiva cuando estás cenando con tus amigos, deleitándote con... la sal, sí, deleitándote con el hecho de que exista la sal, con la idea de que hay un mundo con sal, con comida y con amigos, y también con la posibilidad de poder reunirnos. No mediques esta melancolía. Ve un poco más profundo. Todo ello contiene información, información importante, y está deseosa de liberar sus energías sanadoras. No, ellos nunca te entenderán, te llamarán
deprimido, autoindulgente, loco... pero tú sonreirás, porque eres como el narciso, y jamás desearás ser entendido. Tu ser es demasiado inmenso para ser entendido. Aprovecharás esta vida imperfecta sobre cualquier otra, tomarás este mundo jodido y roto con gratitud en lugar de un mundo perfecto medio disfrutado o medio recordado, y los juicios de los demás serán un insignificante precio que pagarás, con tal de no estar huyendo. Corriendo desnudo por las calles, arrojando la poca ropa que te queda, reirás mientras vienen a encerrarte. ¡Eres libre! ¡Y esta preciosa melancolía evitará que cierres alguna vez tu corazón! -‐ Jeff Foster ERES LA ACEPTACIÓN MISMA Imagina una pantalla de cine perfecta. Nunca desaparece. Está siempre presente. Permite que se proyecten en ella todo tipo de películas: de guerra, de terror, de comedia, de suspenso; películas tristes, alegres, etc. La pantalla ofrece un hogar a cada una de ellas. Las películas van y vienen, pero la pantalla siempre está allí. La pantalla no puede ser lastimada ni dañada, incluso por la más violenta o fuerte de las películas. Cuando estás viendo una película, cuando te absorbe su historia, dejas de percibir la pantalla. El drama te arrastra. La ubicación cambia, los escenarios se desplazan, te adelantas y te regresas en el tiempo. Los personajes nacen y mueren. Se pelean guerras, se derraman lágrimas, se hacen y se deshacen conexiones. Todo esto está pasando en una pantalla que nunca cambia, que nunca se mueve, que nunca viaja a través del tiempo, una pantalla que nunca ha nacido y que nunca muere. Lo único que es esencial -‐ la pantalla inmutable -‐ nunca forma parte de la historia. Y sin embargo, sin esa pantalla, no podría haber ninguna historia, en primer lugar. Cuando sales de la sala de cine, podrías pensar que estuviste viendo una película toda la noche, cuando en realidad sólo estuviste viendo una pantalla que nunca se movió. Habías estado mirando fijamente algo que nunca cambió, que nunca hizo nada en absoluto, que no tenía ninguna historia propia. Y sin embargo, al mismo tiempo, sentiste que te embarcabas en un viaje maravilloso. Esta es la paradoja de la vida humana. Los sueños acerca de 'mi vida' se despliegan en una pantalla de presencia consciente que siempre está despierta. Esta pantalla viviente es lo que tú eres. Pura presencia consciente previa a los conceptos. Una presencia constante. La película es la interminable danza de conceptos, pensamientos, sensaciones, imágenes, recuerdos,
percepciones, todos apareciendo y desapareciendo en tu eterno abrazo. La película se mueve constantemente, pero tú siempre eres quietud, nunca formas parte de la película y sin embargo, siempre la permites, profundamente enraizado en el aquí y el ahora, radicalmente abierto a la siguiente escena, sin importar cuál sea. Tú no podrías aceptar nada porque eres la aceptación misma. -‐ Jeff Foster TODO LO QUE LAMENTO.....LO ESTOY EXCLUYENDO....TODO LO QUE ACUSO LO ESTOY EXCLUEYENDO...A CADA PERSONA QUE DESPIERTA MI ENOJO LA ESTOY EXCLUYENDO....CADA SITUACION...EN LA QUE ME SIENTO CULPABLE LA ESTOY EXCLUYENDO.....Y YO ESTOY CADA VEZ MAS EMPOBRECIDO.........Helllinger... EL DESEO DE MORIR Si alguna vez sientes el deseo de quitarte la vida, si algún día sientes el anhelo de morir, si el pensamiento "quiero suicidarme" viene a visitarte o llega para quedarse, no temas y tampoco te desesperes. Celebra que una profunda inteligencia está operando en ti. El deseo de morir es lo más natural del mundo. No es un pecado, no está mal,no es una señal de tu debilidad ni de tu fracaso, no es el síntoma de una terrible enfermedad o de algo tenebroso dentro de ti. Es un impulso tan antiguo como el universo, algo que todos los seres humanossiempre han sabido en una forma o en otra. Date cuenta que no estás sólo, date cuenta que en tu misma soledad, estás conectado con toda la humanidad. La urgencia de morir no necesita ser seguida o adorada, sino más bien comprendida; no necesita ser adormecida ni tampoco es necesario tomar acciones en torno a ella, más bien necesita ser aceptada como lo que es. Traducido, "quiero morirme" significa "extraño mi hogar, y estoy desesperado por llegar ahí, pero en este momento no sé cómo hacerlo". La urgencia de morir es la urgencia natural de desvanecer la ilusión del yo separado, de soltar la agotadora carga de "yo y mi vida" (aquello que no eres) y descansar profundamente en la presencia (en lo que eres). Es un llamado para recordar tu verdadero hogar, más allá de todos los hogares terrenales -‐ aquí y ahora. Es una invitación para saborear tu propia esencia una vez más. Para salir de la historia del pasado y del futuro, y vivir en este precioso momento.
Para estar (ser) aquí, firmemente presente, valientemente vivo, y dejar atrás la lucha con el dolor y la felicidad de la vida, dejar de poner resistencia a los conflictos de la existencia. Utiliza el pensamiento "me quiero morir" para iniciar una profunda meditación sobre la naturaleza del ser. ¿Quién moriría? ¿Quién querría matar a un “yo”? ¿Quién es ese que vive ahora? ¿Quién es ese que respira? Si el “yo” puede matarse, si puede ser amado u odiado, entonces, ¿eso es lo que realmente eres? ¿Qué es la inteligencia en ti que sabe que el “yo” es impermanente y que puede ser perdido? ¿No está esta inteligencia absolutamente presente y viva y despierta en este momento? El “yo exitoso” y el “yo fracasado”, el “yo maravilloso” y el “yo terrible”, el “yo que quiere morirse” y el “yo que quiere vivir... ¿no son sólo imágenes, ideas, películas flotando en tu pantalla-‐ presencia eterna en este momento? ¿No estás tú más allá de todos esos conceptos? ¿No eres tú el espacio para todo? Si has tomado el “yo” como algo menos que lo que realmente eres, por supuesto que tendrás ganas de “matarlo” o terminar con él, porque se siente como algo insignificante en tu inmensidad. Si reconoces tu “yo” como el Ser, tu propia presencia más allá del nacimiento y la muerte, entonces no podrás realmente matarte a ti mismo, porque la presencia no puede matar a la presencia, así como el océano no puede matar al océano, y el sol no puede dejar de brillar, aunque se esté quemando. Estás harto, amigo. Te sientes exhausto, cansado. Brillas intensamente. Así que relájate, permítete sentir todo ese agotamiento en este momento, y sé consciente de que tu anhelo de morir no es ningún error, sino la expresión de una gran inteligencia, recordándote tu profundo AMOR por la vida, tu ilimitada naturaleza, y tu inocencia cósmica. Una nueva vida está amaneciendo para ti. Mantente abierto. Habrá regalos y conexiones inesperadas. -‐Jeff Foster. NO PUEDO CAMBIAR MI MENTE No puedo cambiar mi mente, crear mi mente, o perder mi mente, al igual que la inmensidad del cielo no puede cambiar las nubes, ni detenerlas, ni soltarlas. La inmensidad sólo puede ser sí misma, antes del tiempo. La inmensidad no es las nubes, pero seguramente las acoge, les permite ser. Yo no estoy contenido en la mente (pensamiento), o sostenido dentro de ella, o definido por ella, más bien, la mente danza en lo que yo soy. Yo soy el incontenible contenedor, no el contenido. Yo soy la consciencia misma.
Yo no puedo ser cambiado, creado o perdido, y sin embargo, permito todo cambio y pérdida dentro de mí. Yo (más allá del 'yo') soy un universo, y galaxias nacen y mueren en mi inmenso corazón. Y amorosamente contemplo la eterna y creativa danza de la mente, girando de un lado a otro entre infinitas posibilidades, incesantemente. La mente siempre está cambiando, sí, pero yo no puedo cambiar mi mente. Y así, yo sigo siendo, inmutable, presente, en descanso. -‐ Jeff Foster Deja de intentar aquietar la mente. Estate quieto, y permite que la mente vague con toda libertad... Esa es la verdadera quietud. Tú no eres la mente. -‐Jeff Foster Tratar de aceptar este momento es como tratar de respirar. La respiración ya está aquí, y este momento ya ha sido aceptado. -‐ Jeff Foster LOS REGALOS DE LA DECEPCIÓN La decepción puede ser tu más grande maestro y amigo. Has conocido la decepción a lo largo de toda tu vida; ha llegado en diversas formas: sutiles y obvias. Ha ido desde un gentil 'Oh bueno...', hasta la angustia y desesperación más aplastante; hasta la muerte de los mundos. A veces ha llegado en medio de la noche, cuando las defensas están bajas. A veces a plena luz del día. Podemos rezar, alinearnos, soñar, meditar y manifestar todo lo que queramos. Podemos intentar crear y controlar y contener la vida perfecta. Sin embargo, en algún momento, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, la vida no sale de 'acuerdo a nuestros planes' (sea lo que eso signifique). El sueño se desmorona. La fantasía se arruina. Surge un diagnóstico de la nada. Una promesa se cumple o no se cumple. Un plan falla por completo. Las palabras se pronuncian o se callan. Algo que creíste real resulta que nunca lo fue. Algo se perdió, o se encontró, o nunca existió en absoluto. Y el ego ha sido humillado, el buscador amenazado, y el yo ridiculizado. El camino se vuelve de pronto confuso. La certeza se viene abajo. Y la tendencia, entonces, es huir de la tristeza, evitarla, pretender que no está ahí, hacer como si 'todo estuviera bien.' Pero el dolor de la decepción no es un error, ni tampoco un obstáculo; éste sólo te abrirá aún más, si lo permites. Te mantendrá sensible, flexible y, sobre todo, humilde. La verdad es... que tú no sabes. Nunca supiste. Y nunca has tenido realmente el control. Y sumergirte en ese no-‐saber, en lugar de luchar contra él, podría ser la más grande liberación. La humillación es sólo el aliento de la humildad, como puedes ver, y cualquier final no es otra cosa
que un comienzo disfrazado. Asume que hay inteligencia en tu decepción; que se trata de una invitación para que te conectes más profundamente -‐ contigo mismo, con los demás, con la vida. Tuviste un sueño que no se cumplió, y tienes que llorar por ese futuro perdido, sí, por supuesto. Pero en medio de tu pena, voltea hacia el presente. Reconoce el dolor, sí, pero no te aferres a él, ni le des más significado del necesario. Permite que la decepción te saque de tu cabeza y te lleve hasta tu corazón, hasta tu cuerpo vibrante. Respira. Estate presente. Mantente muy cerca de ti mismo en este tiempo de cambio. Siéntelo todo. Todo. No te saltes el siguiente paso. Podría haber regalos en el andar de este momento. Sabe que esta crisis es sólo la muerte de los sueños, y nada más. Y la vida tiene reservada muchas sorpresas. Mantente curioso. Llora, grita, laméntate, pero mantente curioso. Si estás dispuesto a encontrarte de frente con la decepción, no habrá ninguna decepción. -‐ Jeff Foster Aquí es donde empieza la verdadera aventura de la vida!!! ¿Qué sucede cuando nos desprendemos de todas las etiquetas, de todas las descripciones que hemos aprendido, y afrontamos la energía en bruto de la vida tal y como es en este momento, sin intentar cambiarla, eludirla ni aferrarnos a ella? ¿Qué ocurre cuando nos desprendemos de todas las descripciones de lo que es o no es este momento y sentimos profundamente las sensaciones presentes? ¡Aquí es donde empieza la verdadera aventura de la vida!!! -‐ Jeff Foster ¡Muy recomendable!!! Amigas y amigos de Cinema, con mucho les presentamos este 3er Cover de esta Dinamica llamada "Viernes de Cover" de corazón muchas gracias por su opinión y participación. Esta canción es de One Republic y se llama "all this time", no mucha gente la conoce, pero es una increíble canción con un mensaje maravilloso así que con la intención de que la conozcan les dejamos la letra (mañana subimos letra en español) :). Gracias!! ( APOYANOS COMPARTIENDO) Six on the second hand Two new years resolutions and there's just no question what this man should do take all the time lost all the days that I cost take what I took and give it back to you
all this time we were waiting for each other all this time I was waiting for you we got all these words can't waste them on another so I'm straight in a straight line running back to you i don't know what day it is i had to check the paper i don't know the city but it isn't home but you say I'm lucky to love something that loves me but I'm torn as I could be wherever I roam Hear me say all this time we were waiting for each other all this time I was waiting for you we got all these words can't waste them on another so I'm straight in a straight line running back to you yeah, all, running back to you yeah, all, running back to you yeah..... Oh, every time is so far It's just so far to get back to where you are all this time we were waiting for each other all this time I was waiting for you we got all these words can't waste them on another so I'm straight in a straight line running back to you I'm straight in a straight line running back to you straight in a straight line running back to you Con tu atención amorosa, lo inaceptable se transforma en espacio de aceptación, el material traumático surge sin vergüenza, la oscuridad se convierte en luz.-‐ Jeff Foster EL MIEDO DE SALTAR AL VACÍO. El cuerpo tiembla con el miedo a lo desconocido. Se había acostumbrado a vivir en un espasmo contraído y no recuerda cómo no hacerlo. Ahora ya no hay la creencia de que la contracción sea la 'norma', y uno se hace consciente del profundo dolor que representaba vivir así todo el tiempo... Despertar a la verdad de tu naturaleza como la Vida misma es nada menos que una total devastación... una vez que se pone en marcha, se convierte en una especie de bola de nieve de misteriosa y eterna transformación. Todo lo que has creído acerca de ti y acerca de tu vida queda completamente alterado. Las estructuras que se creían sólidas, ahora son vistas como una ilusión. Dondequiera que hayas creído estar a salvo es visto ahora como una experiencia temporal, que jamás podría ser aprehendida en forma permanente. Todas las identidades personales pasajeras se observan como sólo máscaras con las que a la Vida le gusta jugar, pero ninguna de ellas son nunca tu verdadero rostro. Es como la arena que se escapa entre tus dedos. Nunca puedes encontrar aquello que
estás buscando. Nada puede ser asido ni comprendido. Todo aquello que crees saber se convierte en una incesante pérdida, como una ola de destrucción que no deja nada más que lo que es verdad. La persona que vivió previamente una vida con una historia y un futuro, ya no existe. Ningún aspecto de esa persona puede seguir siendo considerado como una realidad. Los recuerdos y sentimientos están ahí, pero la historia del pensamiento que conecta todos los puntos en el tiempo, ya no se cree cierta. La vieja historia fiable acerca de 'mí' es vista por lo que es, y no hay ninguna nueva historia que venga a reemplazarla. El tiempo es visto como una creencia, y todo lo que hay, es esta experiencia presente, que además... ¡ya se ha ido!... No hay nada, y nada a que aferrarse. Uno puede llegar a sentirse muy perdido, y muy solo. Ya no puedes confiar en ser salvado por nadie. Se pierde toda esperanza en encontrar algo o alguien que pueda alcanzar o dar un poco de cordura a esta locura. Hay una caída libre en el no encontrar y en el no comprender. El pensamiento podría querer aferrarse a una historia acerca de lo depresivo que resulta todo esto para 'mí', pero muy pronto, también esto es visto 'a través'. No es algo a lo que el pensamiento pueda poner una etiqueta. Cada experiencia viene y va y todo es sentido intensamente, pero nada de eso significa algo acerca de 'mí'. El cuerpo tiembla con el miedo a lo desconocido. Se había acostumbrado a vivir en un espasmo contraído y no recuerda cómo no hacerlo. Ahora ya no hay la creencia de que la contracción sea la 'norma', y uno se hace consciente del profundo dolor que representaba vivir así todo el tiempo. Cuanto menos atención se le da al pensamiento, más atención se le presta a este cuerpo, y se advierte cómo, en toda su inocencia, es un animal con respuestas de supervivencia animal. A través de los años, el cuerpo simplemente había respondido a las creencias limitadas acerca de 'mí'. Ahora que estas creencias han sido vistas 'a través' lo único que queda son las sensaciones físicas. Hay más y más sensibilidad acerca de cómo la energía de la vida está siendo físicamente suprimida 'aquí dentro', en el intento de sobrevivir y ser alguien. El poder omniabarcante de la Vida que es lo que tú eres realmente, puede ser resistido, o relajado cuando no se cree en el pensamiento. Hay cada vez un mayor sentido de perder el 'yo'. El miedo puede estar aquí, pero de hecho, ya no es el enemigo. Es vivido momento a momento, como un amigo cercano. Las fronteras que antes parecían ser un medio de protección han dejado de ser confiables, de tal modo que hay una abierta vulnerabilidad que incluye lo que se consideró
como 'externo' o 'interno'. Caminas desnudo y ya ni tu piel te protege. El entorno, aparentemente 'externo' o la 'demás' gente son sentidos en ti. Esto puede parecer increíblemente incómodo y abrumador algunas veces, y otras tan desgarradoramente hermoso que las lágrimas simplemente fluyen. Y en medio de todo esto, el pensamiento grita: '¿Y ahora, cómo puedo vivir?' La vida es sumamente misteriosa y caótica, y ya no sabes cómo navegar en ella. Pero la respuesta no viene en forma de pensamiento. El pensamiento, de todos modos, ha dejado de ser confiable en cuanto a sus respuestas. El pensamiento ya no está a cargo del juego. Está sentado al lado del gran maestro, pacientemente (o no tan pacientemente) esperando ver el despliegue de todo. El pensamiento ofrece su servicio para cuando sea necesario, pero la Vida se vive a sí misma, como lo ha hecho siempre, incluso cuando se llegó a creer que la persona era real. Ya no sabes cómo vivir o funcionar ahora. Todo puede volverse un lío. Tus peores miedos pueden volverse realidad. Es riesgoso y todo se siente fuera de control. Pero pones un pie delante del otro, y lo que sigue... simplemente sucede. Cada vez confías más en que la Vida se encarga de sí misma, ya sea que se ajuste o no a tus ideas de cómo debería lucir o sentirse. El pensamiento puede relajar su estresante esfuerzo para tratar de hacerlo todo. Esta no es una nueva actitud mental destinada a confiar en la Vida, sino la verdadera confianza y la caída libre al saber que no queda nada más que confiar en ella. Cuando admites que en realidad no sabes cómo vivir esta vida humana, entonces, la carga de cubrir todo o pretender que sabes o que necesitas saber, ya no necesita ser sostenida. Esto es muy liberador. El pensamiento ya no necesita jugar el papel de estar en control de todo. Está libre para ser utilizado como una herramienta que ofrece sugerencias lógicas y racionales, o para recordar o imaginar. Pero ya no es considerado como el amo de esta Vida. El pensamiento ahora tiene permiso para ser el siervo, que es su naturaleza de ser. Es esta liberación del pensamiento la que genera un gran alivio, alegría y libertad. Pero dejar de creer que el pensamiento tiene todas las respuestas, es también una total devastación que no deja ninguna posición en donde pararse. Sin confiar ya en que el pensamiento esté a cargo del espectáculo, sólo queda el infinito espacio abierto que es llenado con cualquier cosa que esté aquí ahora. Esta es la transformación sin fin que nunca podría encajar en tus ideas de cómo debería de ser. La devastación sólo es negativa o deprimente cuando se cree que el pensamiento significa algo acerca de
'mí'. Por el contrario, sólo es visto como nada menos que un misterioso regalo. Nada queda excluido, aunque se le considere como algo 'bueno' o 'malo', como 'luz' u 'obscuridad'. Todo está incluido en esta caída libre. No hay ningún reglamento o un modelo a seguir. Estás parado en lo desconocido, momento a momento, y sientes todo tal y como es. -‐ Unmani SOLTAR es un resultado de la comprensión, pero ésta no tiene nada que ver con el análisis ni con ningún proceso de razonamiento. Llega por medio de la investigación, por medio de la observación. Naturalmente, puedes observar una cosa detrás de otra, pero la comprensión verdadera es instantánea cuando todos los elementos que configuran una visión global te devuelve al silencio y en el silencio está la confirmación de la no-‐ existencia de la persona.‐ Jean Klein VIVIR ES MORIR Vivir y morir no son polos opuestos, sino amantes. Vivir es morir. Vivir es seguir adelante con valor, sin nunca saber hacia donde te lleva tu camino, sin saber incluso si es que hay un 'camino' en absoluto. Es no tener un camino y sentir el valor, valerosamente sin camino. Vivir es arriesgarse, soltar todas las ideas de aquello que 'debió' haber sido, o de lo que 'pudo' haber sido, y aceptar plenamente lo que es. Es despojarse de la ilusión y comenzar de nuevo a cada momento. Soñar, fantasear, incluso planear, pero, al mismo tiempo, soltar esos futuros imaginarios y honrar profundamente la viva realidad, inclinarte ante su impresionante poder, postrarte frente a su inmensidad. Vivir es morir a los viejos sueños, a las viejas formas, permitir que las viejas fantasías y futuros se destruyan en la presencia; mirar profundamente los ojos de la Fuente. Vivir es morir a todas las imágenes, visiones, sueños de quien pensabas que eras, o de quien te contaron los demás que eras, y ser lo que eres, aquí y ahora, sin vergüenza. Vivir es soltar la historia de 'mí', la historia del pasado y futuro y de tu estatus y de tus logros y de tus progresos, y abrir valientemente tu corazón al vivo presente. Ser vulnerable, confiar, entregar el ego a la inmensidad de la vida. Ser un aliado del maravilloso No-‐saber. Y entregar tus intentos de entregarlo todo, y soltar tu incapacidad de soltar, y aceptar tu falta de aceptación, con humildad, y a veces con un gran asombro. Vivir es morir a la historia, y morir a la historia es estar completamente vivo a la vida mientras arde, en este momento. No ser
nunca más una ola separada del océano, dejar de vivir esa ilusión y ser uno con el océano; ser una expresión del impresionante poder que da nacimiento a los soles, que hace crecer la hierba, y respira cada aliento liberado. Morir es estar plenamente vivo, ser inseparable de la vida; dejar de buscar la verdad para ser la Verdad. Morir es ser santo, y vivir es ser santo. Sé santo. ‐ Jeff Foster No hagas absolutamente nada en este momento, excepto ponerle atención a esta misma energía de la cuál habías querido escapar. Entra en comunión con lo que está aquí, como si se tratase de un viejo amigo. -‐ Jeff Foster Deberíamos mantener un interés básico en la vida, un sentimiento de que la vida es buena, de que la vida es perfección. Eso es todo lo que se necesita: confianza. Confianza en lo divino. “Mantente quieto y conoce que eres Dios”. Simplemente estate quieto, no te preocupes, y observa lo que ocurre. Dale una oportunidad a Dios. -‐ Francis Lucille Estamos en guerra con los opuestos; rechazamos cualquier opuesto que no se ajuste a nuestra imagen de nosotros mismos, y no nos damos cuenta de algo muy importante: de que en realidad, NO HAY OPUESTOS. Los opuestos son creación de la mente. Sólo la mente separa la realidad, divide en dos las experiencias y luego se lanza en pos de uno de los opuestos e intenta escapar del otro. He aquí algo que resulta crucial entender: en realidad, los sentimientos no tienen opuesto. La energía del cuerpo no tiene opuesto. La vida no tiene opuesto. ¿Puede tener un opuesto el canto de un ave? En este momento, escuchando a un pájaro cantar, ¿hay algo semejante a un opuesto? Es posible que el pensamiento diga que 'lo opuesto de un pájaro que canta es un pájaro que NO canta', pero eso no es más que otro pensamiento, otra imagen que aparece justo ahora. ¿Tiene el auténtico pío, pío de un pájaro ... escúchalo ... un opuesto, en la realidad? ¿Tiene este momento un opuesto? ¿Tiene un opuesto la presencia de la vida aquí y ahora? ¿Hay realmente algo que se oponga a ella? ¿Tiene un opuesto la sensación? Pellízcate. Pon tu atención en las intensas sensaciones que siguen. ¿Puedes encontrar algún opuesto a esas sensaciones? Sí, claro, el pensamiento diría que 'lo opuesto de este dolor es la ausencia de ese dolor', pero, de nuevo, eso no es más que otro
pensamiento que aparece ahora. En realidad, ¿tiene la sensación presente un opuesto que puedas encontrar de verdad en la experiencia presente? Es un sentimiento abominable lo opuesto de un sentimiento hermoso, o son simplemente dos experiencias muy distintas, acompañadas de sensaciones diferentes, de sabores diferentes? ¿Es un sentimiento alegre lo opuesto de un sentimiento triste? El pensamiento diría que lo son, pero, fuera del pensamiento, ¿encuentras algún opuesto? En la realidad, no existe lo opuesto de un sentimiento o una emoción. Todo sentimiento y toda emoción son una experiencia completa en sí mismos. La experiencia en sí no tiene opuesto.‐ Jeff Foster ¿Qué es la Consciencia? -‐ Por Göran Backlund (Traducido por Tarsila Murguía) A menudo se nos dice que la Consciencia es el veedor -‐ jamás visto -‐ detrás de las apariencias (apariciones). Nos han hecho creer que la Consciencia es aquello que está llevando a cabo el ver, aquello que está escuchando los sonidos, y aquello que siente las sensaciones. De ahí que en dichas declaraciones, haya una distinción implícita entre lo que aparece a la consciencia , y la consciencia misma. Esto, por supuesto, inevitablemente nos hace buscar esa misteriosa consciencia. Tratamos de localizarla, pero fracasamos en encontrarla. "No, no puedes ver la consciencia," nos dicen. "La consciencia es aquello que está haciendo el ver. ¡Un ojo no puede verse a sí mismo!" Clichés como este refuerzan la idea de que hay una especie de cosa misteriosa en el fondo que está viendo el paso de las apariencias. "No, esto no es una cosa -‐ es sin forma," nos explican. De nuevo, reforzando la distinción entre la consciencia y las apariencias. Y somos llevados a creer que la iluminación es acerca de encontrar esa cosa imposible de encontrar; ese misterioso principio que está viéndolo todo -‐ en efecto, nos mantiene buscando en vano -‐ porque no hay ningún espectador viendo apariencias. Tratar de localizar "eso" es inútil. La consciencia no es un principio observador oculto que está por detrás de las apariencias. No es un espectador inencontrable o un testigo. Localizar y apuntar a la consciencia es fácil -‐ si tan sólo comprendemos lo que realmente es. Entonces, ¿qué es? En verdad, los fenómenos o las apariencias, no son diferentes de la experimentación de ellos. Lo que vemos y el ver-‐lo son uno y lo mismo. Es
por eso que señalar la consciencia es fácil. Sólo observa cualquier cosa, y ahí está. Esa cosa que estás viendo. Noestá hecha de otra cosa más que de consciencia. No es otra cosa que consciencia. Quiero ser claro. No estoy diciendo que, en esencia, sean lo mismo. No estoy tratando de decir que no podamos encontrar una línea en donde el ver termine y lo visto comience – no, estoy diciendo que, en nuestra experiencia, lo que vemos y el ver-‐lo (es decir, la consciencia de ello) son literalmente lo mismo. Estoy diciendo que la taza de café que tengo frente a mí ES mi visión de ella. Y el primer paso para comprender la verdad de esta afirmación es comprender que mi experiencia de la taza de café se compone exclusivamente de colores -‐ en otras palabras, tenemos que investigar y ver que no hay una taza de café y sus colores, sino que simplemente sólo hay colores. Compruébalo tú mismo en este momento. Ve cualquier objeto que tengas a la mano y comprueba si hay algo en ese objeto que no sea un color. ¿Quizás alguna forma? ¡Pero las formas no son otra cosa que un determinado patrón de colores! ¡Investiga a fondo y te darás cuenta que no son más que un patrón particular de color! Investiga a fondo y te darás cuenta de que no hay ningún objeto determinado en la experiencia directa del ver – lo único que está presente son colores. En segundo lugar, tenemos que comprender que la presencia de color es, en definitiva, lo que queremos decir con la palabra 'ver'. Ahora, este punto podría resultar un poco difícil de comprender. He incluido aquí un pasaje de mi libro " Refuting The External World" (Refutando el Mundo Externo) para ilustrar mejor este punto. El siguiente pasaje representa una conversación entre el narrador del libro, y Walt -‐ el esperanzado buscador. "¿Cuál es el único criterio para decir que yo 'veo'?" pregunto. Walt piensa por unos segundos. "¿Que tengo ojos que funcionan?" dice. "Entonces, ¿sería algo que tiene que ver con tus ojos?" "¿no?" "Pero, tú ves en tus sueños, cierto?" pregunto. "No sé si a eso le pueda yo llamar 'ver'," dice Walt. "¿Por qué no?" "Porque cuando vemos algo en un sueño, no pensamos más tarde que realmente lo hemos visto, ya sabes, de verdad." "¿Quieres decir que cualquier cosa que haya aparecido en el sueño no era representativo de algo que ya existe objetivamente? ¿Que todo estaba en tu cabeza?" Él asiente. "Precisamente." "Pero, ¿cómo sabes que no es eso justamente lo que está pasando en este momento?" Walt piensa unos segundos. "Tienes razón," dice. "No lo sé." "Sin embargo, algo apareció en el sueño. Y apareció visualmente -‐ y el hecho de que haya sido así es a lo que me refiero con 'ver,' independientemente de lo que esa apariencia signifique,
represente o indique." Walt asiente en silencio. Seguiré hablando. "Si 'ver' significa algo así como 'la estricta aprehensión de objetos externos,' entonces, por supuesto, nosotros no 'vemos' en nuestros sueños. Pero ya que no podemos estar seguros de que estrictamente aprehendamos objetos externos, incluso cuando estamos despiertos, tendríamos que dejar abierta la lógica posibilidad de que entonces no 'vemos' en ninguna de las dos opciones – lo que resulta un poco absurdo, ya que el hecho de que vemos es un hecho obvio, simplemente por cómo lo definimos. Por lo tanto, 'ver' sólo puede significar que algo está apareciendo visualmente, ya sea o no que ese algo sea una representación exacta de una cosa real." Él piensa por un momento. "De acuerdo, más que suficiente." dice. "Ahora, ¿qué significa 'aparecer visualmente'?" pregunto. "¿Qué constituye una experiencia visual en contraposición a una auditiva o táctil?" Walt piensa antes de contestar. "Debe ser el color," responde. "Es correcto. Cuando algo 'aparece visualmente' nos referimos a que hay color presente en nuestra experiencia. Y como ya hemos establecido que 'aparecer visualmente' es equivalente a ver -‐ la conclusión inevitable debe ser que la presencia de color es lo que entendemos por ver." Walt parece escéptico. Intentaré otro ángulo. "Imagina por un momento que un malvado científico ha retirado tus ojos," dije, "y que tu médico no te da ninguna esperanza de recuperar tu vista." Walt se ríe. "De acuerdo," dice. "Pero después, debido a un milagro, los colores del mundo aparecen ante ti, como antes, como cuando aún gozabas de la vista." "De acuerdo." "Todo se ve exactamente igual que antes, excepto, por supuesto, por los dos orificios donde solían estar tus ojos." Walt se ríe aún más. "Ahora, a pesar de que no tienes ojos, ¿podría alguien convencerte de que no estás viendo, de que sólo estás imaginando cosas?" "Supongo que no." "¿Por qué no?" pregunto. "Porque el hecho de que estoy viendo sería, de alguna manera, autoevidente." "Es correcto, porque la presencia de color es lo que definimos como ver," le digo. "Una vez más, ¿cómo determinarías que estás viendo? Si hay color apareciendo, ¡entonces estás viendo! Si se percibe lo rojo, lo azul, lo amarillo o cualquier otro color o combinación de estos, su presencia en nuestra experiencia es lo que entendemos por ver. En otras palabras, la presencia de color en nuestra experiencia es en definitiva lo que queremos decir con la palabra 'ver'. Entonces, hablando desde el punto de vista de mi experiencia directa inmediata: ya que la taza de café frente a mí está hecha de color, y la presencia de color es lo que entendemos por ver, sólo nos queda la conclusión de que la taza de café está hecha de ver. Y ver es
sólo un aspecto de la consciencia; por lo tanto, si está hecha de ver, entonces está hecha de consciencia. Esto es lo que la consciencia es -‐ la taza de café es consciencia. ¿Ves lo fácil que es señalar qué es la consciencia? Es de lo que está hecha cualquier experiencia. Mira tus pies. Todas esas sensaciones visuales. Esos colores -‐ que es de lo que realmente están hechos -‐ no es otra cosa que el ver. Tus pies están hechos de ver. Y cualquier sensación táctil que pudieras sentir no es otra cosa que sentimiento. ¡Esta es la naturaleza de toda experiencia! Una naturaleza indivisa. La consciencia es ya no-‐dual. Entonces, el modelo del observador y lo observado no es preciso en absoluto. Sólo deja al buscador buscando desesperadamente algo que no está allí. Pero este camino tiene que ver con abandonar los modelos; y cuando se divide la pura experiencia no dual en un observador y lo observado, aunque es bastante popular, éste sería sólo otro obstáculo que el buscador tendría que superar" (Göran Backlund, es un filósofo, explorador de la verdad y cartógrafo de la realidad. Él escribe acerca de la no dualidad y filosofía en uncoveringlife.com.) Fuente: http://liberationunleashed.com/what-‐is-‐awareness/ ERES PURA CAPACIDAD ¿Eres una persona, una entidad separada que se mueve a través del mundo, un 'yo' sólido, un objeto individual separado de los demás objetos? ¿O eres la viva y absolutamente abierta capacidad? ¿Capacidad para los pensamientos, imágenes, sensaciones, sentimientos, sonidos... Capacidad para las emociones más intensas... Capacidad para toda la vida? ¿Y acaso la compleja historia de 'yo y mi vida' es lo que realmente eres? ¿Podrías realmente ser definido por tu autobiografía? ¿O es que la historia de tu pasado, tu imaginado futuro, la imagen de ti mismo simplemente surgen y se disuelven en este inmenso, abierto, íntimo espacio que eres? ¿Puede la pantalla de la película ser definida por sus películas? ¿Puede la vastedad del cielo ser limitada por sus nubes? Libertad inimaginable viene del reconocimiento de que tú no eres quien imaginas ser. ‐ Jeff Foster NO PUEDO CAMBIAR MI MENTE
No puedo cambiar mi mente, crear mi mente, o perder mi mente, al igual que la inmensidad del cielo no puede cambiar las nubes, ni detenerlas, ni soltarlas. La inmensidad sólo puede ser sí misma, antes del tiempo. La inmensidad no es las nubes, pero seguramente las acoge, les permite ser. Yo no estoy contenido en la mente (pensamiento), o sostenido dentro de ella, o definido por ella, más bien, la mente danza en lo que yo soy. Yo soy el incontenible contenedor, no el contenido. Yo soy la consciencia misma. Yo no puedo ser cambiado, creado o perdido, y sin embargo, permito todo cambio y pérdida dentro de mí. Yo (más allá del 'yo') soy un universo, y galaxias nacen y mueren en mi inmenso corazón. Y amorosamente contemplo la eterna y creativa danza de la mente, girando de un lado a otro entre infinitas posibilidades, incesantemente. La mente siempre está cambiando, sí, pero yo no puedo cambiar mi mente. Y así, yo sigo siendo, inmutable, presente, en descanso. ‐ Jeff Foster LA FRAGANCIA DEL HOGAR No necesitas un GPS. Ya estás siendo guiado a Casa, momento a momento, a través de cada experiencia. Tan sólo tienes que escuchar con atención a tu vida; tanto a la alegría como al dolor, tanto a la certeza como a la duda. Todo es tu guía. Todo está impregnado de inteligencia. Todo emana la fragancia del Hogar. ‐ Jeff Foster CÓMO TENER UNA VIDA ABUNDANTE "De nuevo os digo, es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el Reino de los Cielos." -‐ Jesús ¿Qué es la abundancia? ¿Es acaso tener más dinero, más fama, más reconocimiento, más 'cosas' de las que realmente necesitamos? ¿Es adquirir una riqueza personal innecesaria, acumulando montones de cosas para ti y para tu exclusivo círculo de amigos privilegiados? No, no, no. ¡La abundancia es el fuego ardiente en tu corazón! ¡Es el gozo inexplicable que retumba en tu barriga! ¡Es la inexplicable gratitud que se siente al despertar, de que se te haya dado un día más para explorar este loco, precioso y enredado mundo; sin importar la cantidad de dinero que
tengas en tu cuenta bancaria, sin importar cuántos títulos cuelguen en tu pared! Es la inefable dicha de dar sin esperar nada a cambio, de amar sin necesidad, de abrirte a las aventuras que jamás creíste posible; es sentir el miedo y sin embargo, dar el salto a pesar de las advertencias de quienes se hacen llamar 'normales'. Es una loca zambullida en lo desconocido, la ráfaga de vida que sientes al inhalar, el profundo descanso que sientes al exhalar, la emoción de saber que nada que sea real puede perderse, y nada que se haya perdido era realmente tuyo, para empezar. Es sentirte profundamente vivo, conectado, y en Casa, sin importar las circunstancias, sin importar lo difícil que resulte cada desafío, sin importar ir en contra de todas las probabilidades. Podrías poseer todas las riquezas terrenales que puedas imaginar, podrías encontrarte en la cima de la escalera del mundo del éxito, y sin embargo, si no estás en sintonía con esta abundancia universal, si no estás en sincronía con el valor de la existencia, si no estás en contacto con lo que realmente eres, si no estás enamorado con la simple sensación de estar vivo, estarás en la más profunda de las pobrezas. No son las riquezas mundanas las que nos elevan por encima de la pobreza, sino el hecho de despertar a nuestra inmensidad. No es más dinero lo que finalmente necesitamos, sino más Amor, ese Amor universal que da abrigo a todos los seres de todos los mundos con su infinito abrazo. Sí, el dinero ayuda. Aumenta las comodidades mundanas. Y sí, a pesar de lo que algunos puedan decir, no hay nada de malo en querer ganar dinero. ¡Detrás de la intención de hacer dinero podría encontrarse el deseo de aumentar la prosperidad del mundo entero, de elevar a todos y a todo hacia la abundancia! Pero si estamos hablando de la verdadera felicidad, debemos mirar más allá de lo visible... hacia los ojos de la Amada. Deja que hoy sea el día en que rías más, en el que te diviertas más, en el que llores más, en el que caigas de rodillas en gratitud y simpleza reconociendo la belleza que hay en el paso de las cosas. Porque cuando te vuelves como niño, entras al Reino de los Cielos, y el Reino ya está aquí, disfrazado de un año completamente ordinario, de un día completamente ordinario, de un momento completamente ordinario, esperando a que tus ojos se abran a sus abundantes tesoros. -‐ Jeff Foster
Querido ROBIN WILLIAMS, -‐ Aunque pueda sonar chocante, no lamento tu muerte, pues con ella imagino habrás llegado a tu añorado hogar y al sereno estado de Luz y Amor que tanto anhelabas... -‐ Sí lamento la terrible desesperanza, dolor y sufrimiento, tan profundos en tu Ser, que te llevaron a no querer seguir vivo, a no encontrar razones para querer, o tal vez poder, seguir disfrutando de la Vida y de toda la gente que tanto te quería y admiraba... -‐ Lamento que no encontraras más fuerzas para mirar dentro de ti y darte cuenta de que YA ERAS la Luz y el reposo que tanto ansiabas... Que "sólo" era cuestión de darte tiempo y espacio de SILENCIO para poder llegar a sentir esa Paz que eras, que somos Todos, desde el principio de los tiempos... Que "sólo" era cuestión de reunir más paciencia y energía para ser capaz de volver a quedarte a solas con tu desesperación.... pero no para emprender la huida de la mano del alcohol o las drogas, sino para estar dispuesto, esta vez sí, a mirarla de frente y darte cuenta de su irrealidad... para descubrir que en lo profundo de ti (no de tu mente) sólo había Paz y Amor... -‐ Lamento pues, enormemente, que te fallaran las fuerzas y la esperanza de poder llegar a sentir que el verdadero hogar lo llevabas ya dentro de ti, aunque no pudieras sentirlo en todas las ocasiones... -‐ Y todo eso lo lamento por el inmenso dolor que imagino te embargó para renunciar a seguir regalándonos más momentos de esos en que, conectado a tu Luz (a esa manera única en que el Universo quiso individualizarse en ti, de forma diferente a los demás), nos la compartiste generosamente... Extraordinarios momentos de risas y también de ternura y profunda reflexión.. Por los que aprovecho para darte las gracias por ser canal de una Luz tan grandiosamente divertida y genial... Namasté Robin ... .... Ultreya! Al final, nuestra empatía se basa en haber también atravesado la oscuridad, la noche oscura... (al igual que muchos, Jeff Foster sin ir más lejos.., yo también he padecido depresión y tengo la profunda convicción de que Dios (la Vida) me la dio como una oportunidad para crecer en compasión hacia mí misma, y hacia los demás...) ...... Y al final, cada uno desde nuestra experiencia, en lo profundo de nosotros, hemos tenido que enfrentar nuestra propia sombra... Para llegar a comprobar que sólo cuando conseguimos reunir el coraje suficiente (a veces lo logramos y otras no) para aceptarla y mirarla de frente, nuestros temores y sufrimientos se desvanecen, para dejarnos, desnudos, cara a cara con nuestro Ser, nuestra esencia más pura... la LUZ que todos somos.... .... y que ilumina la oscuridad... que al final terminamos dándonos cuenta de que
esa oscuridad no es más que el pensamiento (irreal) de ausencia de Luz.......... ¿pero cómo podría faltarle luz a la LUZ misma?.. Bendición Celta para Todos ~_~. "Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos, y hasta que nos volvamos a encontrar... que Dios te lleve en la palma de su mano!" UN ABRAZO TODO-‐INCLUIDO Incluso si te sientes atrapado, bloqueado, atascado o no libre en este momento, recuerda que eres absolutamente LIBRE de sentirte de este modo. Incluso el sentimiento de estar completamente acorralado o completamente limitado está siendo naturalmente acogido, permitido, abrazado en la inherente libertad que eres, la libertad original que está operando en este momento al 100% de su capacidad. Nada ni nadie puede quitarte esta libertad -‐ porque es lo que eres. Eres absolutamente libre de sentir lo que sientes en cada momento. Esto podría parecer simple, obvio incluso, pero es la clave radical que nos conduce a la paz imperturbable y a la clase de felicidad que no depende de que las circunstancias externas se ajusten a 'nuestros deseos'. -‐ Jeff Foster Es muy simple, hijo... Eres inmenso, como el cielo. La luz y la oscuridad están en ti. Si luchas con la oscuridad de tu interior, te partes en dos, te divides a ti mismo. No comiences una guerra santa en tu corazón, mi precioso niño. ¡Ama la oscuridad que hay en ti! Hónrala. Acógela con toda tu bondad. Imbúyela con la luz del amor. Ilumina todas esas partes lastimadas, todas esas doloridas y tiernas regiones de tu corazón ancestral. La oscuridad que habita en ti, sólo anhela la luz; y la luz que habita en ti, anhela tocar la oscuridad. Cumple la antigua promesa de iluminar todo un cosmos... -‐ Jeff Foster ¿Qué sucede cuando nos desprendemos de todas las etiquetas, de todas las descripciones que hemos aprendido, y afrontamos la energía en bruto de la vida tal y como es en este momento, sin intentar cambiarla, eludirla ni aferrarnos a ella? ¿Qué ocurre cuando nos desprendemos de todas las
descripciones de lo que es o no es este momento y sentimos profundamente las sensaciones presentes? ¡Aquí es donde empieza la verdadera aventura de la vida!!! -‐ Jeff Foster Baja tu ritmo... Abraza el no-‐saber. Quédate con esta incertidumbre. Confía en este extraño lugar de 'aún-‐no-‐hay-‐ respuestas', porque está impregnado de vida y posibilidades y de toda la creatividad de un Universo...‐ Jeff Foster ...De modo que tu nueva práctica espiritual es esta: Siéntate con el malestar, y con su mejor amigo, el deseo imperioso de escapar del malestar. Siéntate sin hacer nada con ellos. Siéntate sin expectativas de que cambien. Siéntate sin intentar arreglarte a ti mismo. Siéntate sin la esperanza de que esto tenga ningún resultado en particular. Y date cuenta de que cada pensamiento, cada sensación, cada sentimiento -‐ incluidos cualquier expectativa, frustración, falta de aceptación o intento de cambiar este momento -‐ ya están admitidos en este momento. Encuentra el conocimiento de que todo está bien en medio del sentimiento de que no está bien. Encuentra el lugar donde sabes que este momento está bien, incluso aunque sientas que es un momento muy difícil y que no está bien. Ese lugar es la libertad. Ese lugar es lo que eres. Y si no puedes encontrar ese lugar ahora mismo, y aparece cualquier sentimiento de fracaso, admite profundamente eso también. Simplemente percibe que a lo que quiera que haya aquí ya se le ha permitido entrar. Percibir así es la esencia misma de la meditación -‐ Jeff Foster Enfrenta tu sentimiento libre de historias... La próxima vez que surja una ola de tristeza o de enojo o de miedo, o alguna especie de intranquilidad no muy identificable ¿podrías simplemente permitirle estar ahí, en ese momento presente? No trates de encontrarle una causa ni tampoco una solución. No trates de analizarla ni de resolverla en este momento. La solución llegará en el momento adecuado. Las soluciones podrían aparecer. Pero en este momento hay una invitación -‐ una invitación para que te conozcas en medio de todo esto y sepas que eres ese inmenso espacio abierto para todo aquello que pueda aparecer, la capacidad y el hogar para todo -‐ no su víctima ni su esclavo. Permite que todos los sentimientos sean acogidos por los amorosos brazos de tu presencia, sólo por un momento. Incluso si el pensamiento intenta alejar
"lo que es", o juzgarlo, o convertirlo en material de análisis o para poner excusas, date cuenta que incluso esos movimientos tienen cabida en la espaciosa conciencia que eres. Nota cómo siempre hay espacio suficiente aquí, incluso para los sentimientos de limitación. Nada puede distraerte de la meditación cuando todo forma parte de ella. Esto es meditar sin un camino, sin nada que la controle, sin un guión. Es concebir todo no como una entidad separada sino como lo que realmente eres -‐ Jeff Foster Enfrenta tu sentimiento libre de historias... La próxima vez que surja una ola de tristeza o de enojo o de miedo, o alguna especie de intranquilidad no muy identificable ¿podrías simplemente permitirle estar ahí, en ese momento presente? No trates de encontrarle una causa ni tampoco una solución. No trates de analizarla ni de resolverla en este momento. La solución llegará en el momento adecuado. Las soluciones podrían aparecer. Pero en este momento hay una invitación -‐ una invitación para que te conozcas en medio de todo esto y sepas que eres ese inmenso espacio abierto para todo aquello que pueda aparecer, la capacidad y el hogar para todo -‐ no su víctima ni su esclavo. Permite que todos los sentimientos sean acogidos por los amorosos brazos de tu presencia, sólo por un momento. Incluso si el pensamiento intenta alejar "lo que es", o juzgarlo, o convertirlo en material de análisis o para poner excusas, date cuenta que incluso esos movimientos tienen cabida en la espaciosa conciencia que eres. Nota cómo siempre hay espacio suficiente aquí, incluso para los sentimientos de limitación. Nada puede distraerte de la meditación cuando todo forma parte de ella. Esto es meditar sin un camino, sin nada que la controle, sin un guión. Es concebir todo no como una entidad separada sino como lo que realmente eres.‐ Jeff Foster A LOS QUE SON MÁS SENSIBLES... ¡No te avergüences de tu sensibilidad! Te ha traído muchas riquezas. Eres capaz de ver lo que otros no ven, Sentir lo que otros se avergüenzan sentir. Eres más abierto, menos indiferente. Te resulta más difícil hacerte de la vista gorda. Tú no has cerrado tu corazón, a pesar de todo. Eres capaz de aceptar las altas más intensas y las bajas más oscuras en tu amoroso abrazo. (Sabes que ninguna te define. Que todo pasa. Que eres un cuenco cósmico.) ¡Celebra tu sensibilidad! Te ha mantenido flexible y abierto. Te
ha permitido estar cerca del milagro. Y la presencia consciente brilla en ti con toda intensidad. No te compares con los demás. No esperes que ellos te entiendan. Sin embargo, sí puedes enseñarles: Que está bien sentir, profundamente. Que está bien no saber. Que está bien jugar en el borde más crudo de la vida. La vida podrá parecerte 'dura', a veces, Y a menudo sientes que te puede abrumar. Pero es aún más duro reprimir tus abrumadores dones. A los que son más sensibles: ¡Traigan un poco de dulzura a este cansado mundo! ¡Sigan brillando con sensibilidad valiente! ¡Ustedes son los portadores de la luz! ‐ Jeff Foster CORAJE Y CONFIANZA No vivas tus días con miedo, hijo mío. La vida es demasiado corta. Cosas 'malas' te pueden pasar a ti y a la gente que quieres. Sí. (No quiero que te ciegues a la oscuridad de este mundo. Tu confianza debe estar basada en la realidad, no en los sueños. El mundo es un desafío, pero el mundo puede ser superado.) Quiero que tu luz brille, intensamente, a pesar de la oscuridad. ¿Es necesario que vivas con una constante ansiedad, miedo, tensión? No es necesario, hijo mío, independientemente de lo que la gente diga. No pierdas tu tiempo temiendo las cosas 'malas' de este mundo, mejor cultiva tu disposición para enfrentarlas abiertamente. Observa tus miedos en sus propios ojos asustados. Utiliza cada crisis como una oportunidad para despertar, cada accidente como una oportunidad para rendirte, cada dificultad como una invitación a la presencia. Recuerda que cualquier cosa 'mala' puede ser superada, transformada, sanada, con amor, paciencia y una buena disposición para soltar. Todo es para ti. Un día verás en retrospectiva esas cosas 'malas' y te darás cuenta que no fueron ni 'malas' ni 'buenas', sino invitaciones para una sanación mucho más profunda. Giros inesperados. Extraños regalos que llegaron desde esta vasta inteligencia. Y te trajeron hasta aquí. Y ahora eres más fuerte, un poco más sabio; y tus prioridades más claras. Y tus pies están firmemente plantados en esta buena tierra. Y yo estoy aquí contigo. Te enseñaré el coraje, y la confianza. -‐ Jeff Foster 10 SECRETOS PARA EL AMOR ABUNDANTE El primer secreto del amor abundante es EL PODER DEL PENSAMIENTO. El amor comienza con el pensamiento. Nos convertimos en lo que pensamos. Los pensamientos amorosos crean experiencias y relaciones
amorosas. Las afirmaciones pueden cambiar nuestras creencias y pensamientos acerca de nosotros mismos y de los demás. El segundo secreto del amor abundante es EL PODER DEL RESPETO. No puedes amar a nada ni a nadie a menos que antes lo respetes. La primera persona que merece tu respeto eres tú. El tercer secreto del amor abundante es EL PODER DE LA ENTREGA. Si deseas recibir amor, ¡todo lo que tienes que hacer es darlo! Antes de comprometerte a una relación no te preguntes por lo que la otra persona te pueda dar, sino por lo que tú puedes aportarle a ella. La fórmula secreta de una relación amorosa, feliz y para toda la vida es centrarte siempre en lo que puedes dar, en vez de en lo que puedes sacar de ella. El cuarto secreto del amor abundante es EL PODER DE LA AMISTAD. Para encontrar un amor verdadero, primero debes encontrar a un amigo o a una amiga verdadera. El amor no consiste en mirar a los ojos del otro, sino en mirar juntos en la misma dirección. Si deseas introducir amor en una relación, primero debes aportarle amistad. El quinto secreto del amor abundante es EL PODER DEL CONTACTO FÍSICO. El contacto físico modifica una de las expresiones más poderosas del amor, destruye barreras y crea vínculos entre la gente. El contacto físico altera nuestro estado físico y emocional y nos hace más receptivos al amor. El contacto físico nos ayuda a que el cuerpo sane y enternece el corazón. Cuando abres tus brazos, estás abriendo el corazón. El sexto secreto del amor abundante es EL PODER DEL DESPRENDIMIENTO. Si amas algo déjalo libre. Si vuelve, es tuyo; si no lo hace, nunca lo fue. Incluso dentro de una relación amorosa, la gente necesita tener su propio espacio. Amar significa desprendernos de nuestros miedos, prejuicios, ego y condicionamiento. El séptimo secreto del amor abundante es EL PODER DE LA COMUNICACIÓN. Cuando aprendemos a comunicarnos abiertamente y con sinceridad, la vida cambia. Deja que la gente a la que amas sepa que la amas y aprecias. Nunca tengas miedo a pronunciar las palabras mágicas: "TE AMO". El octavo secreto del amor abundante es EL PODER DEL COMPROMISO. Si deseas amor en abundancia, debes establecer el compromiso de lograrlo, un compromiso que se reflejará en tus acciones y en tus pensamientos. El compromiso es la verdadera prueba de que el amor está presente. Si quieres tener una relación con amor, debes comprometerte a crear la relación que quieres. El compromiso distingue una relación frágil de una sólida.
El noveno secreto del amor abundante es: EL PODER DE LA PASIÓN. La pasión enciende el amor y lo mantiene vivo. Una pasión duradera no proviene exclusivamente de la atracción física, sino que se origina gracias a un profundo compromiso, entusiasmo, interés y fascinación por la otra persona. El décimo secreto del amor abundante es EL PODER DE LA CONFIANZA. La confianza es esencial para establecer una relación con amor. Si un miembro de la pareja está cegado por la sospecha, la ansiedad y el temor, el otro se sentirá atrapado y emocionalmente ahogado. No puedes amar a una persona plenamente a menos que confíes en ella. FUENTE: Esther Nasser Por: Fuente Infinita SER BONDADOSO CON UNO MISMO Cuando te enojes, puedes decirte a ti mismo: esto no es un pecado. No escuches las voces de las figuras con las cuales creciste. Sí, es una reacción del ego, pero no es el final del mundo. Yo como tres o cuatro veces al día, yo respiro, yo bebo agua. No hagas de ello algo enorme. Yo pienso que la gente que me escucha podrían quedar atrapados porque yo enfatizo la metafísica y la verdad de que el mundo es una ilusión. Pero también enfatizo que todavía pensamos que somos cuerpos. Sí, Jesús es una ilusión y todo aquí es una ilusión pero todavía pensamos que somos cuerpos. Dentro de la ilusión nos identificamos como cuerpos. Así que mientras tú estés aquí, tu aprendes a ser bondadoso. Tú no niegas tu cuerpo, tú no niegas las necesidades de tu cuerpo, tú no niegas tus necesidades psicológicas; pero no haces de ello un gran problema. Esa es la correción, el no hacer un gran problema al respecto. No es diferente de lo que también digo, que mucho de esto está escrito en un lenguaje simbólico. Y cuando el Curso dice que Dios te extraña, que está incompleto sin ti, Él llora; bueno, obviamente, eso es un símbolo. No es verdad. Pero es una corrección de la mente recta para la creencia del ego de que Dios está enojado. Así que hay un mito del ego y Jesús ahora ofrece su mito en respuesta. Antes de que pueda realizar que Dios no sabe nada acerca de mi, ayuda mucho tener la experiencia de que Dios no está enojado conmigo. Dios me perdona y me ama. Al final, eso no es literalmente cierto pero no puedes ir de aquí hasta allá sin estos pasos intermedios.
No es solamente ser bondadosos con otras personas, es ser bondadosos con nosotros mismos. La bondad no aparece en el Manual de los Maestros bajo las características de los maestros de Dios pero sí aparece la gentileza. Y la bondad y la gentileza van de la mano. Y es sólo una cuestión de ser bondadoso y gentil conmigo mismo. El sólo reconocer que todavía no estoy ahí pero estoy de camino. Y lo que te va a acelerar a lo largo del camino será el no hacer un gran problema de tu ego; esto es lo crucial. ~Ken Wapnick (Trad. M.Bermúdez) ¿Quieres Paz?... Deja de Identificarte con tus Pensamientos -‐ por Michael Jeffreys “¡Mis pensamientos me están volviendo loco!” “Si tan sólo pudiera desconectar mi mente, podría ser feliz.” Debido a que nuestros pensamientos a menudo nos abruman, nos confunden, nos frustran, e incluso a veces parecen torturarnos, hay veces que deseamos que la mente tuviera un botón de APAGADO. Creemos que si pudiéramos de alguna manera apagar esa ‘ruidosa máquina en la cabeza’, tendríamos paz. Sin embargo, lo que los grandes sabios y místicos nos han dicho en repetidas ocasiones a través de la historia es que la solución NO está en el intento de desembarazarnos de nuestros pensamientos, sino más bien en detener nuestra habitual y robótica tendencia a identificarnos con ellos. Esto, por sí solo, dice el gran maestro Advaita Nisargadatta, es lo que es responsable de nuestro sufrimiento: Para mí mismo, yo no soy ni perceptible ni concebible; no hay nada hacia lo que pueda apuntar y decir: ‘esto es lo que soy.’ Tú sueles identificarte a ti mismo con cualquier cosa, con mucha facilidad; yo lo encuentro imposible. La sensación ‘Yo no soy esto o aquello, o nada es mío’ es tan fuerte en mí que tan pronto como surge un pensamiento o una cosa, surge al mismo tiempo el sentido ‘esto no soy yo.’” – Nisargadatta Maharaj Entonces, resulta que no es el pensamiento en sí mismo la causa de nuestra infelicidad, sino el hecho de IDENTIFICARNOS con él. Cuando me identifico con algo significa que estoy reclamando que ESO soy YO. Por ejemplo, mi fotografía en mi pasaporte o en mi licencia de conducir. La imagen de mí mismo no es estable, no es confiable debido a que siempre está cambiando.” -‐ Mooji Independientemente de que la fotografía haya salido bien o mal, ¿acaso ésta es tu verdadero Yo? ¿Acaso eres tú, realmente, esa fotografía? No, por supuesto que no.
Del mismo modo, tus PENSAMIENTOS jamás son el TÚ verdadero. ¿Por qué? Porque tus pensamientos vienen y van, ellos no están conscientes de ti, como dice Mooji: ‘Los pensamientos te informan a ti, no tú a los pensamientos.’ Esta es la razón por la que creer en nuestros pensamientos nos lleva al sufrimiento. Porque estamos poniendo nuestra atención/identidad en una apariencia mental transitoria y fugaz. Quédate en Casa... Entonces ¿Qué alternativa tenemos? He aquí: Quédate en casa. No abandones tu centro. No te muevas. Mantente quieto. Permite que tu atención se funda en el silencio. Punto Cero. Date cuenta que, dado que ya eres Consciencia, no podríamos estar hablando de convertirte en ella. Y como ya eres ella, tampoco podemos hablar de ir hacia algún lugar para conseguirla. Tan sólo puede haber una clara visión, un claro reconocimiento de la luz de la Consciencia que está consciente, en forma natural, de estas palabras, pero que no depende de ellas para existir. En pocas palabras, los pensamientos necesitan de TI para existir, pero tú no los necesitas a ellos. Por lo tanto, para que ellos puedan convertirse en una creencia fastidiosa, necesitan de tu cooperación. O más específicamente, de tu energía. ¿Por qué? Porque ellos adquieren la energía -‐para convertirse en una creencia-‐ de la única fuente de poder que existe: ¡tu ATENCIÓN! Deja de darles poder a tus pensamientos (a través de tu atención o interés) y ¿qué sucede? Como un ventilador que se desconecta, las aspas comienzan a girar más lento y eventualmente se detienen. La cuestión es que no puedes fingirlo. Si aún sigues creyendo en tus pensamientos, y sigues, por lo tanto, sufriendo, es debido a que estás interesado en ellos hasta cierto grado. Recuerda, hemos creído en ellos por décadas, así que tienes que ser paciente contigo mismo. Puede tomar un tiempo para que los pensamientos pierdan su encanto, su atractivo. Yo no soy un objeto en la Consciencia, sino su Fuente, su Testigo, pura Presencia Consciente sin forma.” –Nisargadatta Maharaj Sé por mi propia experiencia, y por la de los demás, que no es fácil dejar ir nuestra identidad ‘personal’. Después de todo, es lo único que hemos conocido a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, este es exactamente el punto: eso es lo que sabemos, pero no lo que SOMOS. Muchas personas desean sinceramente la libertad, pero una parte de ellos se siente sumamente atemorizada de permitir que el silencio los tome por completo. Imaginan que la vida será aburrida o que sólo les quedará sentarse en el sofá, comer comida chatarra y ver televisión todo el día. Sin
embargo, esta historia es tan sólo el débil intento que hace la mente para conservar su empleo. La verdad es que la mente no tiene la menor idea de lo que es despertar, por la simple razón de que el momento presente es atemporal y los pensamientos viven en el tiempo. Por lo tanto, un pensamiento nunca podría despertar. En cierto modo, estás enseñando a tu mente que está bien descansar y que le llamarás en cuanto necesites de sus servicios. Nuevamente, la mente es útil para asuntos prácticos y de supervivencia, sin embargo, como jefe, deja mucho que desear. Como dice Eckhart: “La mente es un magnífico sirviente, pero un pésimo jefe.” ¿Por qué resulta tan difícil desapegarnos de nuestros pensamientos? Porque los confundimos con aquello que somos. Es la misma forma que tiene un parásito de existir en la naturaleza. Éste engaña a su anfitrión haciéndole creer que es parte de él, de esta manera, no hay ninguna alarma que indique lo contrario. Si tú piensas que algo es tú, simplemente lo aceptas, y es asunto cerrado. Pero lo que olvidamos es que los pensamientos están hechos de lenguaje. Y el lenguaje, debe ser aprendido – y el aprendizaje toma tiempo. Y así, durante los primeros meses de tu existencia, no tenías ninguna consciencia de los pensamientos y aún así, ¡existías perfectamente bien!!! Esto sólo puede significar una cosa: ¡Tú NO eres tus Pensamientos! Sin embargo, el simple estar de acuerdo con esta afirmación no alivia el sufrimiento. ¿Por qué? Porque el entendimiento es aún intelectual, conceptual. Debe ser visto directamente, por uno mismo, en la experiencia propia, para que la comprensión penetre en el ser y así pueda ser vivido. Consideraciones Finales... Cuando creemos en nuestros pensamientos, sufrimos. La paz surge espontáneamente cuando la adicción de identificarnos con los pensamientos se rompe. Cuando esto sucede, puedes descubrir que la Vida no necesita que te identifiques con los pensamientos para que Ésta funcione. ¡De hecho, la buena noticia es que la Existencia funciona incluso mejor sin ‘ti’ en el camino! En cierto modo, el ‘yo’ es lo que bloquea el flujo natural y la armonía de la Vida. En otras palabras, cuanto menos ‘yo’, más amor. Nada ni nadie, ninguna circunstancia, acontecimiento, palabra o regla externa puede causar tu sufrimiento. El sufrimiento es tu resistencia interna hacia Cómo-‐son-‐las-‐cosas-‐en-‐este-‐momento, tu encubierto rechazo a experimentar lo que ya estás realmente experimentando. El sufrimiento siempre se origina desde un NO al Universo tal y como
aparece en este momento, es un intento de divorcio del flujo de la vida, y lo llamamos 'ego'. Pero recuerda, la aceptación de 'lo que es' no significa que renuncies a la posibilidad de un futuro cambio. La aceptación no es hacernos pasivos o desentendernos de la vida. Todo lo contrario. Un inteligente, compasivo, creativo y a menudo inesperado cambio surge al estar alineados con Cómo-‐son-‐las-‐cosas-‐en-‐este-‐ momento, y surge también de una profunda e íntima comunión con este jugoso momento, tal y como es, independientemente de lo 'malo' que parezca ser. En donde termina la resistencia, en donde el ego inclina su cabeza en humildad, la creatividad florece, y el suelo se vuelve sagrado. -‐ Jeff Foster Invitación a la autoindagación (de Luis Granados) Para leer pausadamente y poner en práctica basándote en tu experiencia directa, de primera mano, o sea, de ti y en ti mismo. 1. ¿Está claro para ti que eres consciente de las imágenes que aparecen dentro del campo de tu visión? 2. ¿Qué hay acerca de tus sentimientos? ¿Eres consciente de ellos? 3. Ponemos una de las manos sobre una de las piernas, ¿Eres consciente de la sensación del cuerpo? 4. ¿Está claro para ti que eres consciente de tus pensamientos? 5. Tomemos un ejemplo de percepción, ¿eres consciente de los sonidos que hay a tu alrededor? 6. Entonces eres consciente de pensamientos, imágenes, sentimientos, sensaciones y percepciones. ¿Es cierto que cada uno de esos que acabamos de mencionar ya ha desaparecido? 7 ¿Has tenido alguna vez algún pensamiento, imagen, sentimiento, sensación o percepción que no hayan desaparecido? 8. Perfecto, entonces, a través de la aparición y desaparición de todos estos pensamientos, sensaciones y percepciones tú has estado siempre allí consciente de ellos y tú no has desaparecido, ¿verdad? 9. Entonces eres consciente de tus pensamientos pero tú no estás hecho de tus pensamientos. ¿Eso está claro para ti? 10. Eres consciente de tus sentimientos pero tú no estás hecho de tus sentimientos. ¿Eso también está claro para ti? 11. Vuelve a poner la mano sobre la pierna. De la misma manera con tus sensaciones. Por ejemplo, tú eres consciente de la sensación de tu mano encima de la pierna, pero tú no eres esa sensación. Quita ahora la mano que tienes encima de tu pierna, la sensación ha desaparecido pero tú, aquél que era consciente de la sensación, sigues estando presente y
consciente; así que no estás hecho de esa sensación. Y, por supuesto, tú no estás hecho de los sonidos que escuchas o la vista de la habitación. 12. ¿Ves lo simple y sencillo que es el descubrimiento de tu verdadera naturaleza, eso que siempre has sido y eres y que no tienes que hacer nada más para conocer tu verdadera naturaleza más que serlo, así de sencillo y natural? 13. ¿Has experimentado alguna vez, en algún momento la desaparición de la consciencia? 14. ¿Hay alguna evidencia para afirmar la existencia de una mente, un cuerpo y un mundo independientes de la consciencia? 15. ¿Has experimentado alguna vez la mente, el cuerpo o el mundo sin la consciencia? 16. ¿Por qué entonces, si mi experiencia es ésta, tengo la creencia -‐y en nuestra cultura también-‐ que hay un objeto que tiene existencia independiente de la consciencia? 17. ¿Tienes que convertirte en la consciencia o ya te has dado cuenta de que eres eso? "Be grateful for whoever comes, because each has been sent as a guide from beyond." ~ Rumi. LA MÁS PROFUNDA ACEPTACIÓN "Empiezas a notar esas olas, esos pensamientos, sensaciones, sentimientos, incluso intensas olas de dolor, intensas olas de confusión, intensas olas de miedo moviéndose a través de ti... y como el océano, como la consciencia misma, hay espacio suficiente para todo esto. ¡Siempre hay espacio suficiente en ti! Si no hubiera espacio suficiente para las olas, si no hubiera espacio suficiente en ti para el dolor, ¡el dolor no estaría ahí! Si no hubiera espacio suficiente para el miedo, el miedo no estaría allí. Entonces, el mismo hecho de que la ola esté presente sugiere que en cierto sentido tú YA LA ESTÁS ACOGIENDO. Esta ola, esta tristeza, este miedo, este dolor, es realmente el océano disfrazado. Es realmente la consciencia vestida de dolor. Es la consciencia vestida de miedo. Es la consciencia vestida de duda. Se podría decir que en el nivel más profundo, el océano ACEPTA todas sus olas. O que el océano PERMITE todas sus olas. ¡Y no estoy diciendo que el océano decida admitir sus olas, o elija admitir sus olas! No es que la consciencia se despierte por la mañana y se diga a sí misma: "De acuerdo, hoy voy a admitir todas mis olas." Es algo mucho más profundo que eso... Porque en un sentido, el océano no tiene elección, el océano ES todas y cada una de sus olas, ¡no hay ninguna separación! Eso es a lo que me refiero cuando uso la palabra 'aceptación'.
Es la más profunda aceptación -‐ no una aceptación que tú llevas a cabo, esta es la clave, esta es la clave absoluta porque, a menudo, cuando utilizamos la palabra aceptación, lo que oímos es: "De acuerdo, de acuerdo, yo tengo que aceptar. Tengo que aceptar este momento. Necesito aceptar este dolor. Necesito aceptar estos pensamientos. Necesito aceptar estos pensamientos. Necesito aceptar este miedo. Necesito aceptar... esta duda". Así, la aceptación se convierte en un proyecto, en una tarea, en un 'hacer'... y eso, para mí, hace años, era algo que intentaba hacer todo el tiempo. Me esforzaba demasiado en aceptar la confusión, la duda, la ira. Porque, ¡EN SECRETO, CREÍA QUE SI PODÍA ACEPTAR EL DOLOR, ÉSTE DESAPARECERÍA! Ahora me doy cuenta... eso no era la verdadera aceptación, era más bien un 'voy a deshacerme de esto a través de usar la aceptación.' ¡En realidad, era rechazo... disfrazado de aceptación! Y yo quería ser ese maravilloso ser humano capaz de aceptarlo todo. Creí que de eso se trataba la iluminación: convertirme en el Jeff que acepta todo, perfectamente... -‐ Jeff Foster Los pensamientos y lo sentimientos no son 'tuyos'. Son sólo visitantes. Dales una cálida bienvenida a tu presencia consciente. Deja que se queden el tiempo que sea necesario. Deja que calienten los deditos de sus pies en tu amoroso fuego. Podrán irse cuando estén listos. Despídelos con una sonrisa. Mantén tu hogar bien acogedor, bien preparado, listo para recibir a tus siguientes visitantes. -‐ Jeff Foster Cuando culpamos a los demás por lo que nosotros sentimos somos irresponsables; esto incluye también el lado aparentemente positivo de las cosas. No estás feliz por nada allí afuera. O decides ser feliz o no lo decides. Todos los aparentes gustos (preferencias) y disgustos surgen del miedo y emergen a la conciencia para ser tamizados por una mirada nueva que descansa en una total ecuanimidad mental (sama darshinah). Empezamos a sentir la felicidad de la paz (ananda) cuando la mente ya no jerarquiza entre las ilusiones que aún proyecta. Por lo tanto, abraza a todo el mundo por igual: al que te gusta y al que no, al bueno y al malo, a la joven o al viejo, a tus hijos y también a cualquier hijo. Abraza al que te ama y al que te odia, dale dinero al que sientes que no lo merece.
Pero para esto tienes que acostumbrarte a no tener razón, casi como que tienes que aprender a sentir el placer de “perder” en cualquier ámbito ilusorio de tus días, ya que es sólo humo. Quieres tener razón en algo para camuflar un miedo escondido, pero te pierdes una oportunidad de amar. Observa bien de no atacar a tu hermano justificándote por lo que entiendes de tu libro predilecto o autor favorito. El amor no es afecto por alguien especial, es una fuerza no humana, un estado de conciencia que nos atraviesa y va en dirección a todo. Y cuando percibimos maltrato, desinterés o hipocresía, allí tenemos un lugar para sanar nuestra interpretación, hacer silencio, espacio, y volver al Hogar, al centro de paz más allá de la percepción. Todos hacemos intentos nobles y sanos para cambiar ciertas cosas del mundo que nos rodea luego de esto, antes de tornarlo obsesión, se debe cambiar la interpretación o filtro mental. Trabajar en las causas y no en los efectos es el corazón de la efectividad. Lo que nos conduce a descubrir nuestra felicidad no condicionada, natural. En verdad, tenemos una gran fe en el corazón, sólo que esa convicción fue depositada en algún objeto, situación o cuerpo que en sí mismos están hechos de tiempo. La confianza parece inexistente en ti, no por su falta, sino porque está siendo dirigida hacia un objetivo imposible, hacia una forma que no existe, imágenes dentro de un sueño. Decimos “perdí la fe”, cuando en verdad la hemos depositado toda en una esperanza futura, una relación con alguien, una identidad inventada, al dinero, influencia o atractivo físico/mental. Esa confianza-‐seguridad eres tú mismo, simplemente tu presencia radiante e inmortal como digno hijo del Amor, pero pareces no existir debido a una dependencia indignante en apariencia inevitable. -‐o-‐o-‐o-‐o-‐o-‐o-‐o-‐o-‐ Y muy en el fondo de nuestra decepción descubrimos no una pérdida de algo real, sino la pérdida de un sueño que narraba 'cómo tenía que ser la vida'... -‐ Jeff Foster La aceptación no es pasividad. No es debilidad o 'darse por vencido'. No es el fin de la actividad. Es el fin de la re-‐actividad -‐ la tendencia a generar respuestas automáticas, habituales, inconscientes, que nacen de una profunda desconexión del momento presente, del rechazo del Ahora. La aceptación no es pasividad. Es la plena alineación con la vida; el nacimiento de la creatividad y el amor. -‐ Jeff Foster
¿CÓMO ENFRENTAR EL DOLOR? Estaba charlando con un amigo que repentinamente había perdido a alguien que quería mucho. Su corazón estaba completamente roto. Se sentía expuesto, sin protección, vulnerable, carente de respuestas, incapaz de comprender los misterios del nacimiento, de la muerte y de la pérdida repentina, incapaz de consolarse a sí mismo con todos los conceptos trillados que conocía. ¿Por qué alguien muy querido desaparece de la noche a la mañana? ¿Por qué tal belleza parece desvanecerse tan rápido? ¿Por qué tanto dolor, y por qué tanta gracia? En busca de respuestas, comenzó a rondar por el círculo de los maestros no duales contemporáneos, cada uno le dio un sermón acerca de la no dualidad explicándole lo que hay o no hay en el 'más allá'. Uno de ellos le dio una clase sobre reencarnación, otro acerca de las experiencias sin-‐ experiencia del sueño profundo, otro sobre el viaje del alma después de la muerte, otro acerca de la perfección pura de la consciencia impoluta, y otro simplemente se rió de sus preguntas haciéndole sentir como un tonto no iluminado. Ninguna de las respuestas se dirigían a su destrozado corazón. ¿Quién podría acompañarlo en medio del fuego ardiente que sentía? ¿Quién podría validar su dolor y la pérdida de sus sueños? ¿Quién podría, por tan sólo un momento, dejar de darle instrucciones, dejar de contarle lo que sabe o cree que es la verdad, y simplemente estar con él tal y como se sentía? ¿Quién podría dejar de esconderse detrás de su papel de 'experto espiritual', y permitir que su corazón también se rompa con el del otro, sólo por un momento? ¿Quién estaría dispuesto a sentirse así de desprotegido, así de vulnerable, así de abierto a la vida y a la pérdida de la imagen? Amigos, ¿estaremos listos para dejar de fingir que tenemos las respuestas? ¿Estaremos listos para dejar de regurgitar trillados conceptos espirituales ('no hay un yo', 'nadie muere', 'todo es perfecto', 'sólo hay Unidad'). ¿No es hora de que despertemos de este sueño?, ¿de soltar todas esas muletas, estas últimas barreras que nos separan de la cruda, frágil, y preciosa verdad de la existencia... y entrar en verdadera comunión con quien está delante de nosotros? Porque son nuestros hijos, nuestras hijas, nuestras madres y padres y esposos y esposas y nuestros adorados amigos los que acaban de caer muertos. Siempre nos estamos encontrando con nosotros mismos y con nuestros corazones rotos, todos juntos. Ningún movimiento para encontrar respuestas es necesario. Ninguna fórmula de segunda mano
acerca de la reencarnación, del karma, de viajes del alma, ni de la existencia o no existencia de una vida después de la muerte hará que los mantengamos aquí. Ningún maestro, ningún estudiante, ningún especialismo personal en absoluto podría sobrevivir el fuego de la intimidad. Un corazón roto jamás necesitará ningún tipo de sermón. Entremos en comunión, en este momento. -‐Jeff Foster WHEN THE SPIRITUAL WORDS SOUND LIKE BULLSHIT It's easy to write about consciousness, talk beautifully and clearly about awareness, give lectures about enlightenment and unexcelled bliss, pose as some kind of authority or guru... But life itself is the crucible when it comes to awakening. Our perfectly constructed theories crumble to dust, our perfectly memorised sutras and quotes from beloved masters are forgotten, our spiritual knowledge is rendered irrelevant soon enough. Our hearts our broken, our success turns to failure overnight, the next step in the journey is suddenly unclear, all certainties evaporate. A loss, a break-‐up, a diagnosis, an excruciating pain, a sudden and unexpected shock, and our cherished 'enlightenment' suddenly evaporates. We feel like a fraud, a mess, a helpless baby in the face of overwhelming chaos. The exalted teachings seem so far away now. The words feel like bullshit. Yet nothing has gone wrong. Nothing has been lost but a dream. Words are meant to fail! The crucible is always alive and well. Hallelujah! We needed to be humbled and enlivened, that's all. We were getting ahead of ourselves, that's all. We knew too much, felt too little, were clinging to second hand beliefs, were posing again in front of others. Life had other plans. Teachers, gurus, those of you who claim to know, all of you who sometimes pretend to be something you are not, you are all so beloved to life that you will fall from your pedestals into heartbreaking humility before long. And you will weep like a baby with gratitude, grateful for all you have suffered, prostrate before the Intelligence that you cannot hope to understand, ready to shed your image for Truth. All is well! Yes, all is well! -‐ Jeff Foster CUANDO LAS PALABRAS ESPIRITUALES SUENAN COMO MIERDA Es fácil escribir acerca de la consciencia, hablar maravillosa y claramente acerca de la presencia consciente, dar conferencias sobre iluminación y una
felicidad insuperable, hacerse pasar como una especie de autoridad o gurú... Pero la vida en sí es el crisol cuando se trata del despertar. Nuestras perfectamente construidas teorías se convierten en polvo, los sutras y citas tan bien memorizados de nuestros adorados maestros caen en el olvido, nuestros conocimientos espirituales pronto se vuelven irrelevantes. Nuestros corazones se rompen, nuestros éxitos se convierten en fracasos en un santiamén, el siguiente paso en nuestro camino de pronto deja de ser claro, todas las certezas se evaporan. Una pérdida, una ruptura, un diagnóstico, un dolor insoportable, un golpe repentino e inesperado, y nuestra tan querida 'iluminación' de repente se evapora. Nos sentimos como un fraude, un desastre, como un bebé indefenso en medio del caos abrumador. Las tan exaltadas enseñanzas parecen tan lejanas ahora. Todas las palabras se sienten como una mierda. Y aún así, nada ha salido mal. Nada se ha perdido más que un sueño. Las palabras están destinadas al fracaso. El crisol está siempre vivo y en perfecto estado. ¡Aleluya! Necesitábamos ser humillados y provocados, eso es todo. Estábamos pasando por encima de nosotros mismos, eso es todo. Sabíamos demasiado, sentíamos muy poco, nos habíamos colgado de muchas creencias de segunda mano, estábamos tratando de aparentar ante los demás. La vida tenía otros planes. Maestros, gurús, aquellos que dicen saber, todos los que a veces pretenden ser algo que no son, son todos ustedes tan amados por la vida que caerán de sus pedestales con humildad desgarradora más temprano que tarde. Y llorarán como un bebé con gratitud, agradecidos por todo lo que sufrieron, postrándose ante una inteligencia imposible de entender, dispuesta a mudar la imagen por la Verdad. ¡Todo está bien! Sí, ¡todo está bien! -‐ Jeff Foster LA MANIFESTACIÓN DEL DESTINO ¿Tienes algún sueño? ¿Alguna visión acerca de cómo podría ser la vida? ¿Alguna idea para la siguiente escena en la película de tu vida o de la del planeta? ¡Maravilloso! Pero aquí hay dos cosas importantes para recordar. En primer lugar, no puedes llegar allá desde aquí. En otras palabras, 'allá', tu visión de mañana, está realmente apareciendo en un lugar que se encuentra por encima de todos los ayeres y mañanas -‐ aquí y ahora. Los sueños, esperanzas, planes, imaginaciones acerca del destino, todo a lo que llamamos 'futuro', no es más que una apariencia presente, no una futura.
El futuro surge ahora. El pasado surge ahora. La película entera de tu vida, tu historia y tus sueños acerca del futuro, aparecen en el presente, en tu verdadero Hogar, anterior al tiempo, tu verdadero lugar de descanso y alegría, y tu último destino. Así que sueña, planea y reconoce siempre en dónde estás parado. En segundo lugar, no podrás tener un mejor mañana a través de resistirte al hoy. La resistencia sólo genera resistencia, y estar en guerra con aquello que consideras los 'problemas' de hoy, luchar con los 'obstáculos' de hoy, decir 'no' a las apariencias presentes, sólo te llevará a más obstáculos, problemas y cosas que resistir. El rechazo sólo te lleva a más rechazo. Un NO a la vida jamás te llevará hacia un SÍ a la vida y al reflejo de la vida de ese SÍ (porque tú y la vida son uno) en la experiencia presente, que es lo que dices tener como objetivo. Cualquier SÍ futuro debe fluir desde un SÍ al presente, sin importar cuánto se oponga a esto el sentido común, y sin importar lo mucho que se altere el ego, que se nutre de la resistencia, del conflicto y de la lucha por aquello que cree que quiere pero que nunca logrará realmente obtener en el tiempo. Se nos ha enseñado que para obtener lo que queremos, con el fin de afectar el cambio y la sanación, con el fin de manifestar nuestros sueños, debemos luchar con el presente. No es cierto. La oscuridad sólo nos conduce a más oscuridad. Sólo la luz puede exponer la irrealidad de la oscuridad. Sólo el amor sana, como siempre se ha dicho. La guerra nunca ha engendrado paz verdadera. Para llegar a donde quieres llegar, en tu corazón de corazones, para vivir ese SÍ expandido, no comiences rechazando el punto donde te encuentras en este momento, ya que cuando rechazas una ola, rechazas el océano completo. En el momento, rechazar la escena de la película es rechazar la película entera, porque la escena ES la película de ese momento. No hay nada más. Empieza desde donde estás, y ve la presente escena como tu portal, así como lo es cada ola hacia la inmensidad del océano, porque cada una de ellas ES el océano. Todo comienza con un SÍ. Un SÍ a la confusión, a la duda, a la frustración, incluso a la desesperación. Un SÍ a lo que está surgiendo justo ahora. Un SÍ al hecho de no contar con las respuestas en este momento. Un SÍ a saber lo que quieres pero no tener la menor idea de cómo se manifestará. Todo está bien -‐ la película de tu vida aún no se ha escrito, está completamente incompleta. No puedes aprenderte un guión que no existe. La manifestación no es tu trabajo. Simplemente descansa en lo que eres, ya completo, independientemente
de lo incompleta que esté tu historia, y sabe que esta presente escena es tu destino (lo que realmente eres) manifestándose (apareciendo), y eres inseparable de esa danza. El destino sólo fluye desde el destino. ¡Lo que realmente anhelas ya está aquí, ya está brillando, y lo que realmente anhelas sólo puede fluir desde lo que realmente anhelas! , Entiende esto y todo será posible, porque tú eres la vida misma, el poder que sostiene a los planetas en órbita y canta a través de las aves en las cálidas noches de verano. -‐ Jeff Foster La vida espiritual impone muchas condiciones en el individuo 'separado' e 'impuro' -‐ meditaciones especiales, comportamientos apropiados, ceremonias, dietas, comportamiento sexual, destrucción del ego, detener el pensamiento, la búsqueda de la quietud, rendirse al gurú, etc. La consciencia, siendo ya la Consciencia en la forma en que aparezca, no tiene la necesidad de una dieta vegetariana, del celibato, de la sexualidad tántrica, de la meditación o de los gurús. La consciencia es ya todas esas cosas. Si hay un gusto por el canto, la meditación, la comida vegetariana o por practicar el sexo tántrico, entonces todo eso está bien. Sin embargo, nada de eso ayuda al reconocimiento de lo que Tú ya eres. -‐ Nathan Gill Siempre has estado en descanso, amigo. Tu verdadera naturaleza ES el descanso. Y el hecho de que el pensamiento nunca vaya a encontrar su felicidad es tu perfecta desilusión... y tu perfecta liberación... -‐ Jeff Foster El Profundo Descanso del Cuerpo -‐ Por Scott Kiloby -‐ Traducido por Tarsila Murguía Aunque este escrito pudiera dar la impresión de ser más relevante para quienes tienen adicciones a sustancias, es aplicable, de igual manera, para todos aquellos que se encuentran en la búsqueda espiritual... Sobre todo en cuanto a la búsqueda espiritual, me he dado cuenta de que mientras las sensaciones corporales nos sigan haciendo sentir incómodos y mientras sigamos teniendo una especie de resistencia hacia ellas, la búsqueda de algo futuro y del alivio seguirá estando presente. Este escrito trata sobre dar la bienvenida, amar, y después liberar esas sensaciones que hay detrás de la búsqueda adictiva de todo tipo. ... El Profundo Descanso del Cuerpo Me he dado cuenta que invertir una buena cantidad de tiempo al día investigando las sensaciones del
cuerpo con una amorosa y espaciosa atención ha sido de gran ayuda con respecto a mi recuperación para con las adicciones. Para los propósitos de esta publicación, y para ser breve, llamaré a esto: 'el profundo descanso del cuerpo'. Antes de abordar la práctica del profundo descanso del cuerpo, permítanme ponerlos en antecedentes. Incluso sin estos períodos de profundo descanso en el cuerpo, me ha parecido de mucha utilidad descansar en lo-‐que-‐es, plenamente consciente, y permitir que las palabras, imágenes mentales y sensaciones sean como son y dejar las 'Living Inquiries'o para las ansias adictivas más rebeldes. He escrito extensamente en mi libro, y en este blog* acerca de la mecánica del descanso y la investigación. Por eso, no voy a extenderme demasiado aquí. Para ser honesto, estar consciente, a través de todo el día de esos pensamientos y sensaciones no resultó suficiente como para poner a descansar todo el mecanismo de la adicción. A menudo me daba cuenta de que la adicción a una sustancia o actividad en particular era aquietada sólo para ser reemplazada por una sustancia o actividad sustituta. El profundo descanso del cuerpo se convirtió finalmente en la forma más poderosa de liberar las más densas y más reprimidas sensaciones que alimentaban la adicción en mi vida. Esto fue la clave para liberar las tendencias adictivas en todos los ámbitos y para poner fin a un ciclo de evadir y escapar de mi propio cuerpo. Eso fue lo que me ayudó a terminar con el proceso de la sustitución. ¿Qué es el profundo descanso del cuerpo? Pasaría por lo menos una hora al día, y a veces un poco más de tiempo, en silencio y ¡oh-‐muy-‐ amorosamente! descansando mi atención en las sensaciones más densas de mi cuerpo que parecían estar asociadas con el deseo de buscar ciertas sustancias y actividades. Durante esos períodos de descanso meditativo, notaba el espacio en el que surgía cada sensación y permitía que flotara con toda libertad en ese mismo espacio. Llegué a descubrir que la mente siempre tiene una agenda para esas sensaciones. Sobre todo, que siempre quiere deshacerse de ellas. Pero eso es resistencia. Y cualquier cosa a la que me resista, persiste. Entonces, a través de notar el espacio en el que surgen las sensaciones (más que nada con la mente tranquila) y al dejar que las sensaciones flotaran libremente, la resistencia pudo desaparecer. En pocas palabras, el espacio en el que surge la sensación no tiene ninguna agenda. Este espacio simplemente acepta y permite que cada sensación sea tal y como es. Esto desarticula el deseo de arreglar o cambiar la sensación. Saca al yo de la ecuación. También desarticula el
mecanismo de la represión y del huir, que constituye una parte fundamental de la adicción porque durante el tiempo de este descanso profundo del cuerpo, la clave era permitir que cada sensación hiciera lo quisiera -‐ intensificarse, relajarse, volver, intensificarse de nuevo, relajarse nuevamente. El descanso profundo del cuerpo resultaba, a veces, bastante doloroso y frustrante. Estas eran las tan incómodas sensaciones que toda mi vida había tratado de evitar. También me daba miedo muchas veces porque al levantarme la mañana siguiente, el movimiento hacia afuera, hacia las cosas, haría que todo volviera a ser como antes (a veces en una forma muy sutil y otras en grados bastante evidentes) y había un sentido de "¡Oh no, voy a perder todo lo que he logrado." Pero en cuanto era sentido ese miedo, como cualquier otra sensación, esas palabras se sentían simplemente vacías. En un principio tomé el profundo descanso del cuerpo como una tarea, como algo que no quería hacer. Ver la televisión parecía algo mucho más interesante. Pero después de poco tiempo, comencé a apreciar mucho los períodos en los que podía descansar sin distracciones como la televisión o cualquier otra cosa y simplemente explorar esas sensaciones en la forma más amorosa, gentil y abierta. Me enamoré, por así decirlo, de esta clase de investigación compasiva del inmenso universo del cuerpo. Me tomó algo de tiempo, varios meses, de hecho, pero poco a poco esas densas y reprimidas energías comenzaron a disolverse y jamás volvieron a aparecer de la misma forma. Conforme las sensaciones en las diversas partes de mi cuerpo se iban disolviendo, las adicciones relacionadas con ellas también lo hacían. Todos esos períodos de descanso apacible e investigación valieron mucho la pena. Se volvieron indispensables en mi camino. Si no estás familiarizado con el profundo descanso del cuerpo, puedes consultar nuestro blog. Seguramente compartiré más acerca de este tema. El trabajo que hago en el Kiloby Center con gente que sufre de adicciones está muy centrado en este profundo descanso del cuerpo. Me he dado cuenta que para que las personas se liberen verdaderamente de las adicciones, es vital que experimenten un cuerpo que se sienta prácticamente sin límites, abierto, transparente y que esté imbuido de un sentido de paz y bienestar. ¿No es eso lo que estamos realmente buscando en las sustancia y actividades adictivas? ¿Por qué habríamos de conformarnos con una liberación del dolor temporal cuando podríamos pasar conscientemente del dolor hacia un descanso más permanente y natural de nuestros cuerpos?
*Entrada al Blog: http://naturalrestforaddiction.com/deep-‐body-‐ resting/ o Método que desarrolló Scott Kiloby para ayudar a liberar las adicciones. Haz aquello que te hace sentir apasionadamente vivo. Busca la forma -‐ por mucho que tengas que luchar en un principio-‐ de ganarte la vida viviendo de verdad. Honra tus talentos y habilidades únicas. Haz aquello que te mueva y te conecte con la verdad más profunda de ti mismo. Confía en la prosperidad y en la pasión por encima del lucro, de la comodidad y de la aprobación de los demás, porque toda la aprobación del mundo resulta vana cuando no estuvo de por medio la entrega de tu corazón. ‐ Jeff Foster UNA VERDAD QUE SANA Deja de pretender que eres 'espiritual'. Deja de pretender que eres un experto, un gurú, o el que tiene todas las respuestas. Expresa tu verdad más profunda, no para lastimar a nadie, ni para probar que estás en lo 'correcto', sino para honrar lo que está vivo en ti, en el otro, y en el espacio que hay entre los dos. Rompe con todo lo establecido. Sé vulnerable. Arriesga la imagen por la alegría de una conexión real. Sí, puede que a los demás no les guste lo que dices. Podrían sentirse heridos, decepcionados, incluso enfadados. Y tú eres capaz de entender eso, ¡por supuesto! Ellos también son humanos. Si tú estuvieras en sus zapatos, tal vez te sentirías de la misma manera. Respétalos, incluso si no resuenas con ellos. Pero en última instancia, tú no eres responsable de sus reacciones, buenas o malas, felices o tristes. Tú no puedes controlar a nadie, no siempre puedes hacer que las cosas sean 'mejor' para ellos, pero sí puedes ofrecerles un espacio. Déjales saber que son escuchados. Habla, y honra el silencio también. -‐ Jeff Foster TE AMO Nunca digas, "Te amo". Di, "gracias, querido amigo, por recordarme la presencia que soy, la presencia que somos, lo incondicional, lo inmutable, el amor desapegado que no puede ser dado ni quitado, que da nacimiento a los universos, que hace brotar los capullos de cada flor y a las furiosas tormentas y el
glorioso paso de las cosas, que satura toda forma y disuelve la separación entre el amante y lo amado..." O di: "Te amo". -‐ Jeff Foster Despertar de la historia del yo no significa que de pronto todos tus problemas desaparezcan -‐ que ya no habrá más emociones o situaciones difíciles. No se trata de alejarse de la dificultad, del dolor o del sufrimiento. Para nada. Todo esto es y seguirá formando parte del drama de vivir una vida humana. Así que por favor no consideres a los sentimientos difíciles o a los pensamientos abrumadores como una señal de que nunca lo vas a lograr o que estás haciendo las cosas en forma equivocada. -‐ Liberation Unleashed Deja que tu experiencia de este momento se convierta en lo más fascinante de todo el universo... -‐ Jeff Foster MÁS SOLO Y AÚN ASÍ, MÁS CONECTADO He aquí uno de los aspectos del despertar espiritual sobre los que no se habla lo suficiente, en mi opinión. Te sientes más solo que nunca. Pero no se trata de una soledad que provenga de un yo separado. No es desolación, ni aislamiento, no es tampoco una sensación de abandono cósmico. Se trata de la soledad de un universo entero, una exquisita e íntima soledad que reside en el corazón de la existencia misma. Una soledad que es perfecta soledad, que es la caricia de la brisa de otoño en tu mejilla, el sonido de un pequeño petirrojo que anuncia la llegada de la mañana. Es un paseo por caminos desconocidos. Nada ni nadie tiene el poder de eliminar tu soledad, eso es cierto. Sin embargo, te sumerges cada vez más en este mágico lugar de soledad, tocando la vida por primera y única vez, desnudo y sin protección, sin defensa alguna. No hay nadie que te pueda salvar, ni tampoco nadie que tenga que ser salvado, de todos modos. El pasado y el futuro están a millones de kilómetros de distancia, y uno se pregunta si alguna vez existió algo anterior a Esto. Has encontrado tu verdadero hogar, en tu centro sin centro. Te sientes más solo que nunca. Y sin embargo, al mismo tiempo, te sientes mucho más conectado que nunca, más cercano a todo ser vivo, porque
desde la médula de tus huesos sabes que todos estamos hechos de la misma esencia. Tu soledad no separa, sino conecta, incluye absolutamente todo. Ya no estás en la búsqueda del amor y la conexión porque ya son tuyos en tu corazón de corazones. Ya no te escondes más del mundo porque el mundo eres tú, y por eso puedes penetrar profundamente en el corazón de cada relación. No hay miedo a perder el amor y así lo Real, en lugar de la comodidad, la seguridad y el placer efímero, se convierte en la base de tus relaciones. Estás más solo que nunca, sin embargo, tus relaciones son más íntimas, más profundas y más nutritivas. Parece una paradoja, por supuesto, pero para ti no hay paradojas. Y no esperes que nadie más entienda cómo has cambiado. Simplemente entiende que no pueden entenderte en este momento. Y ámalos de todos modos, como amas al pequeño petirrojo que anuncia la llegada de la mañana. -‐ Jeff Foster No hay nadie que te pueda salvar, ni tampoco nadie que tenga que ser salvado, de todos modos. El pasado y el futuro están a millones de kilómetros de distancia, y uno se pregunta si alguna vez existió algo anterior a Esto. Has encontrado tu verdadero hogar, en tu centro sin centro.‐ Jeff Foster Más allá de las ideas del bien y del mal hay un campo. Nos encontraremos allí -‐ Rumi POR QUÉ ENSEÑO Medité largo y tendido por muchos años acerca de la razón por la cuál enseño. Y la respuesta resultó ser obvia. ¿Por qué escribo? ¿Por qué organizo reuniones y retiros? ¿Por qué dedico gran parte de mi vida a explorar la consciencia, el descubrimiento de la aceptación en los lugares más oscuros de la psique? ¿Por qué preparo material sumamente íntimo, muy 'personal' para ponerlo al alcance de muchos para que puedan leerlo y amarlo, u odiarlo? ¿Por qué me comparto a mí mismo de esta manera? ¿Acaso es por la popularidad, la adulación, la fama, la atención? No, nunca he querido ser centro de atención, aprecio mucho mi soledad. Siempre me ha gustado mi propia compañía. De hecho, ser una 'figura pública' es algo con lo que aún no me siento cómodo. Hablar frente a grandes grupos de gente no es mi preferencia. No me gusta la atención. Amo mi privacidad, mi espacio. Y sin embargo, he encontrado un cierto aprecio por el papel de 'guía,' he
aprendido a llevarlo con bastante ligereza y ternura, y he encontrado límites bastante saludables en todas direcciones. Trato de no identificarme demasiado con el papel. Nunca doy nada por sentado. ¿Quiero que me vean como un gurú, un experto, un modelo a seguir, como alguien que tiene todas las respuestas? ¿Quiero contar con seguidores y admiradores? No. Yo mismo nunca he sido un seguidor y es algo que en verdad no entiendo mucho. La vida en sí, siempre ha sido mi gurú. No veo ningún otro poder que el de la vida misma. Veo equidad -‐ que somos tan especiales y poco especiales como cualquier otro, muchas flores en el jardín de la vida. Yo quiero que la gente ponga atención a su propia inteligencia profunda, a su propio sistema de guía interno, que aprenda a amar el lugar en el que se encuentra, que se sumerja en su propia soledad y permita que sus preguntas respiren y descansen. ¿No sería irónico que alguien que dice, 'confía en tu propia autoridad interior' fuera visto por los demás como una autoridad externa? Sí. Y aprendí a amar esta paradoja también. Y nunca olvido que soy humano. ¿Será por dinero? No. Si hubiera querido dinero, hay formas mucho más fáciles y eficaces de hacerlo. Tuve dinero en el pasado, y he conocido la ausencia de dinero, y sé qué tan vacío es el dinero cuando no hay conexión, ni alegría, ni amor, ni una verdadera calidez humana; cuando no hay compasión ni generosidad. Las mejores cosas en la vida son realmente gratis, y nunca pierdo eso de vista. Si hubiera hecho esto sólo por dinero, me habría marchado hace mucho tiempo indignado y desesperado. Me quedé con sólo una conclusión. No estoy haciendo esto por el prestigio, la fama, el estatus, las recompensas, sino porque amo la bondad. Me parece que la bondad puede salvar al mundo en gran medida. Amo la exploración de la sintonía empática y la conexión -‐ para con nosotros mismos, para con los 'otros', quienes son nosotros mismos bajo otro disfraz. Me encanta compartir desde el corazón, arriesgar todo por la verdad. Amo ver a la gente moverse de la contracción a la relajación, de ideas fijas a corazones abiertos. Adoro ver la búsqueda de toda una vida llegar al descanso en el momento presente. Me encanta ver nacer la gratitud. Me fascina la autenticidad, y me siento sumamente atraído hacia ella. Me encanta cómo a menudo surge el perdón cuando ni siquiera estamos haciendo el intento de perdonar. Amo cuando dejamos de fingir -‐ que somos 'espirituales', que estamos 'despiertos', que estamos en lo 'correcto', para ser nada más ni nada menos que lo que realmente somos.
He sufrido profundamente en mi vida y amo el hecho de que parezca posible tocar a otros en su dolor, y llevar luz a los lugares más oscuros, y encontrar amistad en medio del conflicto. Más allá del dinero, la fama, el éxito, la adulación, los tesoros humanos; y más allá del fracaso, la crítica, la decepción y la desesperación, hay esta comunión que es posible. Y supongo, para bien o para mal, en la riqueza o en la pobreza, que estoy destinado a esta comunión. Al menos por ahora. Y quizás no haya otra elección más que entregarme, destinarme a mí mismo. O quizás estuve destinado a esto desde un principio. No por mi voluntad, sino la voluntad de Eso que hace brotar las flores y mantiene a los planetas en sus órbitas. De cualquier forma, no importa, y no pienso demasiado acerca de las cuestiones de la voluntad. El Misterio es demasiado profundo. Estamos aquí. Esto es Ahora. Y así, comenzamos. -‐ Jeff Foster No encuentro la paz Comprométete con la paz, haz que tu compromiso esté por encima de cualquier otra cosa, ámala por encima de todo lo demás, renueva a diario ese profundo deseo... Por momentos nos encanta continuar recreándonos en el dolor, en el resentimiento, en el miedo... es como una especie de inercia que tira de nosotros, en ocasiones con muchísima fuerza. Estamos acostumbrados a funcionar de una determinada manera, a reaccionar de formas muy concretas ante los estímulos del exterior que ya hemos catalogado de “buenos” o “malos”, y aunque estoy seguro de que es posible, no creemos que podamos cambiar nuestros patrones de un día para el siguiente. Así que creo que la paciencia aquí juega un papel importantísimo: paciencia para con nosotros mismos, y comprensión y compasión. Cuando yo comencé a practicar Un Curso de Milagros, me hacía millones de preguntas, la más habitual era que tal vez había algo en mí que estaba mal y que me impedía alcanzar el propósito de sus enseñanzas. Pero continué practicando, y poco a poco fui entrando en ese espacio de paz, de profunda felicidad, de comunión. Primero fueron espacios breves y muy distanciados unos de otros, pero eso fue suficiente para alentarme a continuar... el resto del tiempo “vivía” de recordar esos maravillosos episodios. Y poco a poco, los momentos de paz fueron más y los de miedo menos. Y yo no tuve que hacer nada, simplemente confiar, tener fe en que el Espíritu Santo estaba ahí, y me estaba ayudando a sanar. Hoy, cuando el temor se apodera de mi mente, no me detengo ni un segundo en él, no le concedo ningún valor,
reconozco lo que es y lo entrego, y permito que mi Santa Guía haga el resto. El tiempo juega a favor de nuestro Santo Espíritu, no tengo ninguna duda sobre ello. -‐-‐vivir el curso-‐-‐ ANGEL PASTOR. Renuncia a todo por una existencia auténtica, verdadera. Sé consciente de que lo único que puedes perder es aquello que no es esencial. -‐ Jeff Foster Sobre las adicciones... El problema-‐raíz de todos los problemas es el sentido de ser una entidad separada y estar identificado como un cuerpo-‐ mente. Desde esta ‘raíz’ puede crecer un árbol frondoso con incontables ramas y hojas. La adicción es uno de estos ‘crecimientos’, y trabajar con ellos ‘hoja por hoja’ y ‘rama por rama’ es una tarea interminable y desalentadora. Mi sugerencia es ir directamente a la raíz. Descubre que tú no eres el cuerpo-‐mente. Si esto llega a quedar absolutamente claro, el problema de la adicción desaparecerá. La adicción puede continuar o no, pero ya no será ‘tu’ adicción ni ‘tu’ problema. El cuerpo-‐mente Wayne Liquorman es totalmente sobrio, pero Nisargadatta era adicto a la nicotina, y murió por ello. Nisargadatta no consideraba su nombre, cuerpo o mente como su identidad. La adicción puede ser del cuerpo o la mente, y es una de las maneras en que la conciencia aparece ante Sí Misma. Aquello que tú eres verdaderamente no es adicto a nada. Es la libertad misma, y tú eres eso. -‐ Leo Hartong Todas las historias son del perdón. La tuya también, pues este mundo es la historia del perdón. -‐JORGE LOMAR EL UNO, LOS MUCHOS Yo solía pensar que el amor significaba encontrar a una persona en especial, a 'ese Uno', y amarlo más que a nada y a nadie en el mundo, y aferrarme desesperadamente a su forma. Que cualquier cosa menor a 'ese Uno' sería nada en comparación. Me di cuenta -‐ después de muchos años de dolor, felicidad y de despertar de los sueños -‐ que el amor es mucho más grande que eso: significa amar al mundo entero, amar todo como El Uno, acoger absolutamente todo en tu inmensamente crudo, radiante y jodido corazón, permitiendo que la presencia ilimitada brille a través de todas tus relaciones, grandes y
pequeñas, permitiendo que la tierna luz se filtre en cada uno de tus encuentros ordinarios, haciendo de cada día algo extraordinario. Esto es lo más bondadoso y honesto que puedes decirle a alguien: 'Te amo, me importas profundamente, pero no te necesito'. Más allá de la búsqueda del amor o de encontrarlo, más allá del amante y lo amado, está ser amor, ser el amor mismo -‐ la alegría más grande de todas. Siempre has sido con El Uno, amigo, y siempre has sido inseparable de tu propia presencia.‐ Jeff Foster Por debajo de tu dolor, tu tristeza, tu ira, tu frustración, tu felicidad, tu alegría, tu aburrimiento, por debajo de cada pensamiento y emoción, ya sea positiva o negativa, sagrada o profana, hay un océano de calma, tu verdadera naturaleza, indestructible, siempre presente, libre. ‐ Jeff Foster SOLTANDO Suelta la idea de 'soltar'. (Y suelta el hecho de no ser capaz de 'soltar'.) Simplemente deja que el momento se dé en la forma en que se esté dando. O no. ¿Y qué es lo que queda por 'soltar'?‐ Jeff Foster La sanación es posible cuando 'tú' dejas de interponerte... Deja que cada quien pase por lo que tiene que pasar en el momento presente. Todo el mundo está agotado y desea descansar. Están cansados de luchar, cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y pretender, y grandes olas de energía están siendo liberadas a través de su cuerpo. Mantente presente con ellos. Olas de tristeza, desesperanza, miedo, vergüenza y culpa están emergiendo en este momento. Permite que todas esas energías salgan a la luz, deja que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, deja que lloren, griten, rujan, rían, que se caguen en sí mismos si así es como tiene que ser. No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. Quédate a su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Toma su mano, pero no hagas el intento de componerlos, de cambiarlos, de que dejen de experimentar lo que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas prematuras. Si comienzas a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte para 'sanarlos', o 'salvarlos', o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les
parezca 'bien', acéptalo -‐ es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos. No los trates como víctimas o como inválidos. No los confundas con aquello que tú crees que son. Honra el poder que se mueve dentro de ellos; valida su experiencia, absolutamente. Confía en la impredecible inteligencia del sanar, y sabe que sus 'síntomas' podrían acentuarse justo antes de empezar a mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse. Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado. A veces, nuestros corazones necesitan romperse completamente para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más poderoso. Permite que tu cálida presencia le recuerde a tu amigo su propia cálida presencia, tan estable, tan apacible, tan libre, tan profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí. Recuerda que lo que realmente son jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser arreglados, y que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error. El amor es todo lo que importa. La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio, y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces nos encontramos y nos regalamos un abrazo.-‐ Jeff Foster La Soledad del Último Dinosaurio... No le temas a la soledad, no es lo que parece. La soledad es tu salvación. Arriesga todo, amigo, arriesga todo por amor a la verdad. Deja que la soledad termine con el 'yo' mientras conoces lo que eres. O por lo menos, deja que ponga fin a la separación imaginaria de la Totalidad. Tú no puedes decirte a ti mismo que no estás solo. Para saberlo con seguridad, primero tienes que morir a la ilusión. A través de la pérdida, de la ruptura, de la enfermedad, de la muerte de los sueños; a través del paso de todo aquello que creías que nunca iba a pasar, serás invitado a entrar en contacto con la melancolía, con la tristeza, en su estado más crudo. Y te será regalada una gran oportunidad. Tu soledad está viva. No construyas muros alrededor de ella. No te adormezcas. No te distraigas. No permitas que se cristalice en algo 'tuyo'. No te conviertas en 'el solitario'. Deja que la soledad respire. Oxigénala. Déjate caer en su profundidad. Comienza tú una conversación con ella; ella es muy tímida. Haz cualquier cosa que tengas que hacer, o dejar de hacer, con el fin de encontrarte con la soledad sin prejuicio alguno. Siente la soledad de todos los seres vivos. La de Jesús en la cruz. La pena que hay bajo el árbol de Bodhi. La soledad de una
estrella que está a punto de morir, la del último dinosaurio mientras se despide. Siente la exquisita soledad de esta preciosa tierra, girando con toda su elegancia en la inmensidad del espacio. Siente la soledad del tiempo mismo, eterno, la soledad de un universo nacido de la inocencia. Inhala el 'Big Bang', exhala un cosmos. Muere y re-‐ nace. Entra nuevamente al mundo desde la intimidad. No vuelvas a llamarle 'soledad'; la palabra no le hace justicia. Amigo, ¿podrías estar realmente solo, cuando cada ser vivo respira contigo? ‐ Jeff Foster KARMA CAMALEÓN Si alguien te trata con crueldad, es muy probable que ese alguien haya sufrido un tratamiento similar por los demás en el pasado, y que sólo esté repitiendo patrones inconscientes intentando encontrar un amor que no aparece. Todo esto tiende a repetirse hasta que la persona despierta de la pesadilla de su proyección, y hasta que reconoce lo que tú eres, lo que ella es, lo que todos somos. ¿Es una excusa? No. ¿Una forma de comenzar a sentir compasión por ellos, de dejar de tomar su comportamiento como algo muy personal y serio, para comenzar a romper el círculo de violencia? Tal vez. Y ese 'tal vez' es todo cuando se trata de amarnos los unos a los otros. -‐ Jeff Foster LA VERDADERA SANACIÓN Gran parte de la medicina occidental está centrada en la eliminación de los síntomas, el alivio de los trastornos, en apaciguar el caos e 'ingeniar' un camino hacia una versión acordada de 'normalidad'. ¡Pero en ocasiones, la verdad es que no tenemos el mínimo interés en 'volver a lo normal'! ¡Lo 'normal' era el problema... no la solución! A veces, poderosas energías quieren moverse en nosotros. A veces los corazones sólo quieren romperse y abrirse un poco más para tener una mayor capacidad de amar. A veces los sueños tienen que morir, los planes tienen que venirse abajo, la duda tiene que rugir. A veces, todas nuestras ideas acerca de la vida, de la 'espiritualidad' e incluso del 'despertar' necesitan ser destrozadas. Cuando ponemos atención a este momento presente, sin importar la fuerza con la que ruja la tormenta, con espíritu curioso, bondad y honestidad, descubrimos regalos inesperados.
Cuando nos dejamos de interponer, quizás sea cuando el verdadero sanar se dé. -‐ Jeff Foster UNA NUEVA PERSPECTIV A ACERCA DE LA MEDITACIÓN -‐ POR JEFF FOSTER Compilada por Nic Higham en su blog del 16 de Septiembre del 2014 -‐ Sin Expectativa : La meditación significa notar amorosamente lo que está aquí, sin tratar de cambiarlo de ninguna manera. No hay ninguna expectativa en la meditación verdadera, lo cual implica que no hay ningún meditador, nadie separado de esto que está ocurriendo. -‐ Constante: La vida es una meditación constante. -‐ Sin meditador: El meditador no medita. La imagen de un meditador ('el que medita') aparece y desaparece en la meditación. Jamás nadie medita -‐ la meditación no es algo que tú haces. Es lo que ya eres. -‐ Todo es parte de la meditación: Nada puede distraerte de la meditación cuando todo forma parte de la meditación. Esta es una meditación que no tiene ningún camino, ningún controlador, ningún guión. Es Conocer todo, no como una entidad separada, sino como lo que realmente eres. -‐ Todo es: Aquí, en este cálido abrazo que somos, en este punto de verdadera meditación -‐ sin un meditador, sin un objetivo, sin un controlador -‐ no necesitamos encontrar ninguna respuesta, no necesitamos llegar a ninguna conclusión mental acerca de la vida, no necesitamos resolver nada, porque finalmente, finalmente nuestras dudas y nuestra búsqueda, nuestro intento de hacer-‐que-‐ todo-‐vaya-‐bien o tener-‐todo-‐ resuelto, nuestra desesperación por obtener respuestas... todo tiene permiso de estar aquí, exactamente como es. -‐ Siempre hay espacio suficiente: Decimos que meditar es 'hacer nada', pero realmente hay todo un mundo apareciendo y disolviéndose aquí. Sentado en completa paz, sin hacer absolutamente nada, hay todo un mundo que surge desde ti y se disuelve en ti. De la nada, desde la más pura vacuidad, aquí hay sentimientos, sonidos, pensamientos, imágenes, la historia de un pasado, incluso la historia de la creación del universo. ¡Sí, incluso la historia de la creación del universo tiene permiso de aparecer en ti! Siempre hay espacio suficiente aquí. -‐ Permiso para aparecer y desaparecer: Lo que eres, el espacio abierto en donde todos los pensamientos, sensaciones, sentimientos aparecen, está siempre meditando. Es la meditación misma. Dentro de esta meditación eternamente presente, la idea 'yo estoy meditando' tiene permiso para
aparecer y desaparecer. Pero lo que tú eres, jamás deja de meditar. -‐ La fascinación de un niño: La verdadera meditación no es un 'hacer', no es una tarea que deba cumplirse o algún proceso que lleve al hambriento buscador hacia una meta o un estado futuro – es más bien el tipo de fascinación, pura, que puede sentir un niño. Una fascinación con cada pensamiento, con cada sensación, con cada sentimiento, con cada sonido, con la fascinación misma -‐ con cada cosa que sea en este momento. Es un radical estar aquí, y advertir, en completa fascinación, cómo surge y desaparece el deseo de llegar 'allá'. Es hacernos conscientes de cada ingenioso intento del pensamiento de escapar de este momento; notando que incluso estos deseos son radicalmente aceptados en el tranquilo y abierto espacio que somos; y darnos cuenta que incluso 'yo soy quien se da cuenta' o 'yo soy quien controla' son más pensamientos que, como todo lo demás, tienen el permiso absoluto de surgir y desaparecer aquí. Esto es meditación sin meditador, y es la luz que nunca se apaga. -‐ La campana de la meditación: Esa terrible nostalgia a la que llamamos 'sufrimiento,' a menudo sirve como una perfecta campana de meditación. -‐ ¿El meditador medita?: ¿El escritor escribe? ¿El cantante canta? ¿El pintor pinta? ¿El danzante danza? ¿El actor actúa? ¿El escuchante escucha? ¿El orador habla? ¿El meditador medita? ¿El respirador respira? -‐ La verdadera meditación: Es un gran honor sentarnos con aquello que nos incomoda porque todos los misterios del universo se encuentran ahí dentro. Cuando nos permitimos estar allí, en lo que no nos gusta, también nos permitimos conocer a su mejor amiga: ¡la urgencia de escapar de eso que no nos gusta! ¿Hay espacio suficiente en ti para ambos, para lo que no te gusta Y para la urgencia de escapar de ello? Por supuesto -‐ lo que eres es lo suficientemente inmenso y espacioso como para acoger cualquier cosa. Esta es la verdadera meditación -‐ no resistirnos más ante aquello que nos incomoda tratando de escapar hacia un futuro estado de descanso, sino descubrir el siempre presente e incondicional Descanso que somos, la perfecta calma en medio de la tormenta. LA DEPRESIÓN: ¿UN REINICIO ESPIRITUAL? En retrospectiva me doy cuenta de que hubo gran inteligencia en mis más de veinte años de depresión. En realidad era la gracia inherente a la vida la que me estaba haciendo caer de rodillas. (¡A veces, la vida te pone de rodillas para que por fin estés presente para tus propias rodillas!). Ahí había sanación, justo en el corazón de mi pérdida de interés para ir al trabajo o ver a mis amigos, en mi abandono de toda esperanza para mi
futuro, en mi completa desilusión sobre cualquier significado que fuera externo o de segunda mano, en mis náuseas hacia todo lo que fuera 'espiritual'. Incluso mi falta de interés para levantarme de la cama guardaba verdaderas maravillas. A través de una depresión suicida, la vida me estaba despojando de todas mis ilusiones, de todas las distracciones, de todo aquello que no era real, forzándome a mantenerme muy, muy cerca de mí mismo, haciéndome recordar aquello que queda después de que todo lo externo ha sido retirado. La depresión me obligó a recordar mi propia presencia, esencial y libre, un milagro estallando con vida. Mi propia presencia, ¡sí! -‐ tan simple, y sin embargo tan pasada por alto, siempre había estado aquí, más cerca que la respiración, ¡más indudable que la duda! Mi propia y simple presencia -‐ la presencia de la vida misma -‐ era el regalo, la Fuente, lo que siempre había anhelado. Toda la búsqueda se había revertido, ya que un 'yo' jamás puede encontrar lo que busca mientras lo sigue buscando. El falso 'yo' necesitaba fracasar en su búsqueda de la presencia para ser revelado como el suelo y la esencia de todas las cosas. La ola no puede encontrar el océano -‐ sólo puede ser el océano. YO ESTOY AQUÍ. YO EXISTO. YO SOY. AHORA. Y este es el más grande de los milagros. A veces es desde ahí donde tenemos que empezar, en el comienzo mismo. Tenemos que volver al origen de la vida, al lugar que está antes de incluso el 'Yo Soy'. La depresión fue el más grande fracaso del 'yo', y su rendición final. Fue un reinicio espiritual, un despertar, ciertamente. Mi anhelo por morir había sido, en secreto, mi anhelo por vivir, por romper mi frágil corazón para que entrara un universo sagrado... para poder contactarme con mi propio poder. Estoy consciente de que éste no es un punto de vista muy común ni popular acerca de la depresión: que contiene inteligencia y una medicina muy poderosa, tan necesaria en nuestro cansado mundo. Así que vamos a iniciar una nueva conversación. Honrando el modelo médico de la depresión, pero llegando hasta lo más profundo. Jamás alejándonos de los susurros que nos ofrece la vida. -‐ Jeff Foster EN ESTE MOMENTO, AMIGO, EN ESTE MOMENTO Esto es para cualquiera que esté pasando por una crisis, ya sea pequeña o grande. Amigo, sé que a veces parece como si todo se estuviera viniendo abajo, y que incluso las más hermosas palabras espirituales suenan como
una mierda, absurdas, cursis, como puras tonterías de la nueva era. Hemos perdido todo aquello que solía definirnos, o hacernos felices, todo aquello que parecía importarnos, y se siente como si nunca nos fuéramos a recuperar. Sin embargo, en la vida, realmente no hay finales, sólo transformaciones, nuevos comienzos que nacen de los escombros. Los viejos sueños que mueren, la caída de todo lo falso -‐ que puede resultar bastante doloroso -‐ ¡por supuesto, por supuesto! La destrucción, las rupturas, los fuertes impactos y las pérdidas suelen sentirse como enemigos, sin embargo, siempre contienen semillas de novedad, y a veces sólo se requiere de tiempo para poder recuperarse. La devastación por la que estás pasando, la crucifixión de tus sueños, es una oportunidad para soltar CADA IDEA que alguna vez tuviste acerca de 'cómo debería' ser tu vida, y para dejar ir también todos esos preciados sueños que eran simplemente falsos; tan hermosos y tan útiles al mismo tiempo. La invitación de hoy es estar presente para tu vida, despertar a ella, poner atención a esta inmediatez, dignificar todo lo que realmente esté pasando en este momento en donde te encuentras. Si la soledad te está visitando aquí y ahora, no huyas. Si hay miedo, no lo alejes o trates de escaparte. Si hay frustración, ansiedad, o tan sólo un leve sentido de desesperanza moviéndose en ti, no rechaces ninguna de estas energías. Ellas sólo quieren ser sentidas, ahora. No tienen nada de malo. Son tus hijos perdidos, huérfanos del despertar, y sólo quieren moverse y ser sentidos. A veces, la vida nos pone de rodillas para que podamos SENTIR todo aquello de lo que estuvimos huyendo toda nuestra existencia. Y sí, este 'encuentro' puede resultar un tanto doloroso. Pero tal vez, sentir el dolor sea el comienzo de la sanación y no el final de la misma. Y observa la mente. Cómo da vueltas sin cesar, cómo se regresa y cómo se adelanta, constantemente abandonando la escena presente de tu vida, aquí y ahora. Cómo los pensamientos huyen constantemente del momento presente. Viaja a través de la memoria -‐ a lo bien que eran las cosas en el pasado, a lo maravillosa que era antes tu vida. Anhelando volver a esos tiempos. Sintiéndose impotente al no poder hacerlo. Y así es como surge la desesperación. La culpa. Las ansias. La nostalgia. Y también se adelanta hacia el futuro, imaginando toda clase de escenarios que aún no existen, muchos de ellos oscuros y aterradores. Te lleva hasta regiones mucho más allá de tu control. Y ambos movimientos, hacia el pasado y hacia el futuro, te
desconectan de donde estás AHORA, en donde está todo lo que es. Te alejan de tu único punto de poder -‐ de este momento. Pero este momento es todo lo que hay. Este aliento. Estas sensaciones. Estos sonidos y olores presentes. El latir del corazón, el sentir tu trasero sobre la silla. Un pequeño pájaro cantando afuera. El zumbido de la televisión por allá. Una sensación de contracción en el pecho, una cierta sensibilidad en la garganta. Este es un llamado a la sencillez radical, absolutamente radical. Para honrar el no-‐saber. Para admitir nuestra humildad en la cara de la vida. Sin la historia del pasado y del futuro, ¿podrías asegurar que tu vida está 'yendo mal'? Porque esta es la creencia en el centro de todo, ¿o no? Que tu vida está 'saliendo mal'. Que el 'yo' ha fallado. Que el universo es cruel y que de alguna manera está en contra de nosotros. Sería una conclusión inteligente, sí. No juzgaría a nadie por eso. Pero, quizás, esa no sea la verdad. Quizás la mente no sabe. Amigo mío, tu desilusión, tu incapacidad para creer en todas esas enseñanzas espirituales, incluyendo la mía, no es un error -‐ ¡se trata de una inteligencia pura trabajando! ¡Tu desilusión es parte de tu despertar, no el final de éste! Todo es una invitación a una iluminación mucho más profunda de la que podrías imaginarte. Te estás viendo forzado a cuestionar todo, todo, incluyendo tus tan preciadas enseñanzas espirituales. Estás siendo invitado a encontrar tu propia autoridad, a soltar todas esas ideas de mierda acerca del 'significado' de la vida. Estás siendo invitado a soltar todo lo que sea de segunda mano, todo lo viejo y caduco, todo lo que heredaste -‐ de tus padres, maestros, gurús -‐ todo lo que hay acumulado en tu memoria, para poder estar presente para la vida, cruda y desnuda. A veces tenemos que perder todo para poder recordar nuestra total humildad, para recordar que no tenemos el control, y que cada momento está repleto de maravilla y de una emocionante incertidumbre. Te encuentras ahora en un camino de devastación -‐ y era justamente lo que Jesús enseñaba. Este no es el final para ti, es el comienzo de una nueva y diferente vida, una nueva manera de moverte a través del mundo, por muy difícil que parezca verlo así. Es tiempo de renovación, de tranquilizarte, de descubrir la abundancia contenida dentro de la vacuidad. Un tiempo para ser mucho más amable contigo mismo. Hay mucho potencial para ti, amigo, incluso si no puedes creerlo. He tenido muchos momentos en mi vida en que me he sentido incapaz de seguir adelante, incapaz de soportar más. He llegado a sentir que perdía todo, que nada era posible para mí, que el vacío era la única vida que
había. Pero es que simplemente no sabía lo que el universo me tenía preparado. Aunque te sientas solo y abandonado, espantado y enojado, recuerda que muchos otros están caminando a tu lado, y que muchos otros te entienden. En algún momento de tu vida, tú mismo escribirás el libro de tu propia transformación. En este momento, amigo. En ESTE momento. -‐ Jeff Foster De regreso a casa y en plena lluvia... la historia se desvanece... y las lágrimas de un bebé recién nacido son las mismas lágrimas del buscador espiritual descubriendo el milagro de la existencia, y las de un anciano en su lecho de muerte. Son las mismas lágrimas -‐ mis lágrimas, tus lágrimas -‐ así como cada gota de lluvia es la lluvia misma, ineludiblemente. Y las lágrimas corren por la alcantarilla, y caminamos de vuelta a casa... solos... juntos... ‐ Jeff Foster WOMAN ADDRESSING BYRON KATIE: "I'm afraid my daughter will die before I do. My daughter wants to die before me." KATIE: "I wonder where she got that idea." LA DEPRESIÓN: ¿UN REINICIO ESPIRITUAL? En retrospectiva me doy cuenta de que hubo gran inteligencia en mis más de veinte años de depresión. En realidad era la gracia inherente a la vida la que me estaba haciendo caer de rodillas. (¡A veces, la vida te pone de rodillas para que por fin estés presente para tus propias rodillas!). Ahí había sanación, justo en el corazón de mi pérdida de interés para ir al trabajo o ver a mis amigos, en mi abandono de toda esperanza para mi futuro, en mi completa desilusión sobre cualquier significado que fuera externo o de segunda mano, en mis náuseas hacia todo lo que fuera 'espiritual'. Incluso mi falta de interés para levantarme de la cama guardaba verdaderas maravillas. A través de una depresión suicida, la vida me estaba despojando de todas mis ilusiones, de todas las distracciones, de todo aquello que no era real, forzándome a mantenerme muy, muy cerca de mí mismo, haciéndome recordar aquello que queda después de que todo lo externo ha sido retirado. La depresión me obligó a recordar mi propia presencia, esencial y libre, un milagro estallando con vida. Mi propia presencia, ¡sí! -‐ tan simple, y sin embargo tan pasada por alto, siempre había estado aquí, más cerca que la respiración, ¡más indudable que la duda! Mi propia y simple presencia -‐ la presencia de la vida misma -‐ era el
regalo, la Fuente, lo que siempre había anhelado. Toda la búsqueda se había revertido, ya que un 'yo' jamás puede encontrar lo que busca mientras lo sigue buscando. El falso 'yo' necesitaba fracasar en su búsqueda de la presencia para ser revelado como el suelo y la esencia de todas las cosas. La ola no puede encontrar el océano -‐ sólo puede ser el océano. YO ESTOY AQUÍ. YO EXISTO. YO SOY. AHORA. Y este es el más grande de los milagros. A veces es desde ahí donde tenemos que empezar, en el comienzo mismo. Tenemos que volver al origen de la vida, al lugar que está antes de incluso el 'Yo Soy'. La depresión fue el más grande fracaso del 'yo', y su rendición final. Fue un reinicio espiritual, un despertar, ciertamente. Mi anhelo por morir había sido, en secreto, mi anhelo por vivir, por romper mi frágil corazón para que entrara un universo sagrado... para poder contactarme con mi propio poder. Estoy consciente de que éste no es un punto de vista muy común ni popular acerca de la depresión: que contiene inteligencia y una medicina muy poderosa, tan necesaria en nuestro cansado mundo. Así que vamos a iniciar una nueva conversación. Honrando el modelo médico de la depresión, pero llegando hasta lo más profundo. Jamás alejándonos de los susurros que nos ofrece la vida. ‐ Jeff Foster MEDITACIÓN En la meditación no eres una 'persona' haciéndote 'consciente'. Eres la consciencia misma, brillando sobre todo lo que conforma a una 'persona'.‐ Jeff Foster EL CIELO Y EL INFIERNO El cielo no es un lugar para llegar, sino un íntimo espacio que recordamos en nosotros mismos -‐ nuestra propia presencia, la presencia de Dios, la presencia misma, tierna y cálida y libre. El infierno es el olvido de ese Cielo, la agotadora huida del Ahora, la aparentemente interminable búsqueda en el tiempo de aquello que jamás se puede encontrar en el tiempo. El infierno es el infinito dolor de la autonegación, el insoportable anhelo por llegar a Casa. -‐ Jeff Foster LA NO-‐DUALIDAD: LO QUE ERES NO PUEDE SER DIVIDIDO Tú eres un Rey, una Reina, y este es tu glorioso reino, del que no te puedes separar.
Pensamientos, sensaciones y sentimientos desfilan para ti constantemente en este momento presente, surgiendo y disolviéndose como olas en tu inmenso océano de consciencia. Sin tu constante Presencia Consciente, no hay desfile alguno. Sin Ti, no hay nada. Lo único que anhelas, lo único que has estado buscando -‐ a TI -‐ es lo único que jamás aparecerá en el desfile, porque no puede ser una 'cosa' para ti. Los pensamientos danzarán, las sensaciones vibrarán, los sentimientos arderán, pero TÚ jamás aparecerás ante tu propia presencia -‐ PORQUE NO PUEDE HABER DOS DE TI. Podrías sentarte a esperar a que Tú -‐ el amado -‐ aparezca. Pero, ¿quién estaría esperando sentado? Desde un punto de vista, ¡esto es una tragedia! Jamás encontrarás lo que buscas a través de buscarlo. La búsqueda espiritual, por lo tanto, puede terminar en agotamiento y desilusión, en frustración e incluso en desesperación. Desde otro punto de vista, la comprensión de que TÚ NUNCA PODRÍAS APARECER ANTE TI es un completo alivio, un claro recuerdo de que lo que realmente eres es anterior al desfile de todas las formas. Tú eres Eso que nunca aparece o desaparece, Eso, sin lo cuál ningún desfile es posible, Eso que está más allá del interminable ciclo de nacer, morir y renacer. Tú eres un Rey, una Reina, nunca dividido de tu reino, y no hay linaje, no hay líneas de sucesión -‐ sólo Tú. Esto no es narcicismo ni solipsismo -‐ esto es la paz profunda, y una compasión a corazón abierto para con todos los que no entienden aún su valor real. -‐ Jeff Foster EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD El compromiso de mantenerte AQUÍ, sin importar lo que suceda, sin importar cuán salvajemente ruja la tormenta de vida, hace que dejes de ser una víctima. Dejas de ser pasivo, de estar a merced de los elementos, separado de la vida misma, desalineado del potencial creativo de este momento. En tu SÍ, te conviertes en el agente creativo, en calma y firmeza, alineado con la vida, exactamente en el lugar en donde necesitas estar, fundado en la fuente de tu verdadero poder... en este momento presente. Este es el único gran compromiso que habrás de establecer -‐ el compromiso con el Ahora, el verdadero compromiso del corazón. Y desde este gran compromiso, toda acción creativa, inteligente y compasiva fluirá naturalmente, espontáneamente. -‐ Jeff Foster
De un modo que nunca comprenderemos, el dolor nos sana del dolor... La sanación forma parte intrínseca de todo aquello de lo que tratamos de escapar. La tristeza te sana de la tristeza. El miedo te sana del miedo. La ira te sana de la ira. En el fondo del miedo más intenso, no hay 'nadie' que esté sumido EN el miedo. No hay nadie que esté separado del miedo. Nadie que esté asustado. En el centro de la crucifixión, en el centro del dolor físico más atroz, hay sanación. Quizá. al final, todas las religiones y enseñanzas espirituales apunten a esta verdad. -‐ Jeff Foster EN ESTE MOMENTO, AMIGO, EN ESTE MOMENTO Esto es para cualquiera que esté pasando por una crisis, ya sea pequeña o grande. Amigo, sé que a veces parece como si todo se estuviera viniendo abajo, y que incluso las más hermosas palabras espirituales suenan como una mierda, absurdas, cursis, como puras tonterías de la nueva era. Hemos perdido todo aquello que solía definirnos, o hacernos felices, todo aquello que parecía importarnos, y se siente como si nunca nos fuéramos a recuperar. Sin embargo, en la vida, realmente no hay finales, sólo transformaciones, nuevos comienzos que nacen de los escombros. Los viejos sueños que mueren, la caída de todo lo falso -‐ que puede resultar bastante doloroso -‐ ¡por supuesto, por supuesto! La destrucción, las rupturas, los fuertes impactos y las pérdidas suelen sentirse como enemigos, sin embargo, siempre contienen semillas de novedad, y a veces sólo se requiere de tiempo para poder recuperarse. La devastación por la que estás pasando, la crucifixión de tus sueños, es una oportunidad para soltar CADA IDEA que alguna vez tuviste acerca de 'cómo debería' ser tu vida, y para dejar ir también todos esos preciados sueños que eran simplemente falsos; tan hermosos y tan útiles al mismo tiempo. La invitación de hoy es estar presente para tu vida, despertar a ella, poner atención a esta inmediatez, dignificar todo lo que realmente esté pasando en este momento en donde te encuentras. Si la soledad te está visitando aquí y ahora, no huyas. Si hay miedo, no lo alejes o trates de escaparte. Si hay frustración, ansiedad, o tan sólo un leve sentido de desesperanza moviéndose en ti, no rechaces ninguna de estas energías. Ellas sólo quieren ser sentidas, ahora. No tienen nada de malo. Son tus hijos perdidos, huérfanos del despertar, y sólo quieren moverse y ser sentidos. A veces, la vida nos pone de rodillas para que podamos
SENTIR todo aquello de lo que estuvimos huyendo toda nuestra existencia. Y sí, este 'encuentro' puede resultar un tanto doloroso. Pero tal vez, sentir el dolor sea el comienzo de la sanación y no el final de la misma. Y observa la mente. Cómo da vueltas sin cesar, cómo se regresa y cómo se adelanta, constantemente abandonando la escena presente de tu vida, aquí y ahora. Cómo los pensamientos huyen constantemente del momento presente. Viaja a través de la memoria -‐ a lo bien que eran las cosas en el pasado, a lo maravillosa que era antes tu vida. Anhelando volver a esos tiempos. Sintiéndose impotente al no poder hacerlo. Y así es como surge la desesperación. La culpa. Las ansias. La nostalgia. Y también se adelanta hacia el futuro, imaginando toda clase de escenarios que aún no existen, muchos de ellos oscuros y aterradores. Te lleva hasta regiones mucho más allá de tu control. Y ambos movimientos, hacia el pasado y hacia el futuro, te desconectan de donde estás AHORA, en donde está todo lo que es. Te alejan de tu único punto de poder -‐ de este momento. Pero este momento es todo lo que hay. Este aliento. Estas sensaciones. Estos sonidos y olores presentes. El latir del corazón, el sentir tu trasero sobre la silla. Un pequeño pájaro cantando afuera. El zumbido de la televisión por allá. Una sensación de contracción en el pecho, una cierta sensibilidad en la garganta. Este es un llamado a la sencillez radical, absolutamente radical. Para honrar el no-‐ saber. Para admitir nuestra humildad en la cara de la vida. Sin la historia del pasado y del futuro, ¿podrías asegurar que tu vida está 'yendo mal'? Porque esta es la creencia en el centro de todo, ¿o no? Que tu vida está 'saliendo mal'. Que el 'yo' ha fallado. Que el universo es cruel y que de alguna manera está en contra de nosotros. Sería una conclusión inteligente, sí. No juzgaría a nadie por eso. Pero, quizás, esa no sea la verdad. Quizás la mente no sabe. Amigo mío, tu desilusión, tu incapacidad para creer en todas esas enseñanzas espirituales, incluyendo la mía, no es un error -‐ ¡se trata de una inteligencia pura trabajando! ¡Tu desilusión es parte de tu despertar, no el final de éste! Todo es una invitación a una iluminación mucho más profunda de la que podrías imaginarte. Te estás viendo forzado a cuestionar todo, todo, incluyendo tus tan preciadas enseñanzas espirituales. Estás siendo invitado a encontrar tu propia autoridad, a soltar todas esas ideas de mierda acerca del 'significado' de la vida. Estás siendo invitado a soltar todo lo que sea de segunda mano, todo lo viejo y caduco, todo lo que heredaste -‐ de tus padres, maestros, gurús -‐ todo lo
que hay acumulado en tu memoria, para poder estar presente para la vida, cruda y desnuda. A veces tenemos que perder todo para poder recordar nuestra total humildad, para recordar que no tenemos el control, y que cada momento está repleto de maravilla y de una emocionante incertidumbre. Te encuentras ahora en un camino de devastación -‐ y era justamente lo que Jesús enseñaba. Este no es el final para ti, es el comienzo de una nueva y diferente vida, una nueva manera de moverte a través del mundo, por muy difícil que parezca verlo así. Es tiempo de renovación, de tranquilizarte, de descubrir la abundancia contenida dentro de la vacuidad. Un tiempo para ser mucho más amable contigo mismo. Hay mucho potencial para ti, amigo, incluso si no puedes creerlo. He tenido muchos momentos en mi vida en que me he sentido incapaz de seguir adelante, incapaz de soportar más. He llegado a sentir que perdía todo, que nada era posible para mí, que el vacío era la única vida que había. Pero es que simplemente no sabía lo que el universo me tenía preparado. Aunque te sientas solo y abandonado, espantado y enojado, recuerda que muchos otros están caminando a tu lado, y que muchos otros te entienden. En algún momento de tu vida, tú mismo escribirás el libro de tu propia transformación. En este momento, amigo. En ESTE momento. -‐ Jeff Foster La desilusión puede resultar ser algo maravilloso. Porque contenida en su núcleo sagrado hay una invitación para que vayamos más allá de todas esas comodidades y placeres que nunca entregaron lo que prometieron, y redescubrir aquello que nunca cambia -‐ nuestra verdadera naturaleza, nuestra verdadera alegría, anterior al contenido externo de nuestras vidas. -‐ Jeff Foster Cuando te implicas como un personaje de la representación sin reconocer tu verdadera naturaleza, adoptas el papel con toda seriedad, lo que, aparentemente, da lugar a que surjan todos los dramas de la vida. Cuando se representa un papel en el que se produce el reconocimiento de tu verdadera naturaleza, se percibe la representación teatral como tal. -‐ Nathan Gill -‐ Todo problema, desesperación, victimismo, trauma, estrés, depresión, sufrimiento, comienza con una imaginaria desconexión con el momento presente, con la fuente, con el 'yo soy aquí', con el suelo. Mantente anclado en el suelo amigo, en el SÍ a la vida, en el 'yo soy aquí', ese ancestral y atemporal sitio de poder, de vitalidad, de amor y de
soluciones creativas a todo problema transitorio. Sé aquí Ahora, y si no puedes, sé aquí de todos modos. -‐ Jeff Foster ERES SALVAJE AHORA A veces vas caminando solo, y es tarde, y te pierdes una vez más en el sueño del pasado y del futuro, de los ayeres perdidos y los mañanas que aún no se han vivido; te pierdes en las decisiones que deberán o no tomarse, en las palabras que habrán de decirse o mejor callar. La iluminación de ayer se siente a un millón de kilómetros de distancia, y la claridad espiritual que creíste tener se ha desvanecido al entrar la noche. Ahora sólo se escucha el sonido de las pisadas sobre un frío pavimento, el susurro de los árboles antes de irse a dormir, el desnudo resplandor de la farolas anaranjadas, y una honda melancolía quemándonos por dentro. Estás fuera del tiempo, fuera del cuerpo, buscando tu hogar, no en la forma ni tampoco en lo que no tiene forma. Quizás tú eres el único de tu especie en el planeta. Quizás incluso jamás has existido. Quizás este es el precio que tienes que pagar por tu despertar, por haberte comprometido a abrir tu corazón a todo; por el hecho de siempre cuestionarte cualquier cosa sólida, por haber abandonado todos y cada uno de tus puntos de referencia. Y de pronto recuerdas: ¡esto también es la vida! Por alguna razón, pones atención a tu experiencia presente, la abrazas en la misma forma en que una madre abraza a su bebé recién nacido. Te enfocas en lo que tienes, no en lo que has perdido; en lo que ves, no en lo que posiblemente nunca volverás a ver. Tu soledad es sagrada, recuerdas, tus dudas no son nada menos que sagradas, la brisa de la tarde en tus mejillas es una caricia, un beso, no un obstáculo para tu futuro imaginario. Está bien sentirte como te sientes. Está bien sentirte un poquito maltratado por la vida. Está bien tocar las profundidades de ti mismo. Está bien olvidarte, y recordar, recordar y olvidar. Todos los momentos están acogidos en la inmensidad, como el suelo acoge a los árboles, como el cielo acoge al planeta, como una casa acoge a la familia, como la historia de tu vida es acogida en la prístina Presencia de esta noche de todas las noches. Incluso tu desconexión está jodidamente conectada. Se siente una especie de humildad al no haber nunca sido capaz de llegar a ninguna conclusión, algo que nos conmueve ante nuestra cruda vulnerabilidad en esta noche, y la forma en como todo nos importa, nuestra sensibilidad a incluso
el más sutil movimiento de la consciencia, nuestro corazón que no puede ya cerrarse. Juras jamás perder tu amor por estas tardes. Te han regalado tanto. La presencia no es un destino, amigo, es el suelo mismo. Eres salvaje ahora, sin nada que te ate. -‐ Jeff Foster EL CAMINO SIN CAMINO No consideres a un pensamiento o sentimiento, independientemente de lo 'negativo' o intenso que parezca, como un obstáculo en tu camino. Velo como un aliado, un amigo, una generosa guía en tu recorrido. Como un visitante inesperado. Porque el camino no tiene un rumbo fijo, no hay ninguna versión 'correcta' para el momento presente. Cualquier momento, sin importar lo incómodo que sea, es nada menos que una brillante manifestación de tu camino, que te lleva no a un lugar fuera de donde estás, sino que te libera de la agotadora urgencia de estar en cualquier otro lugar. El camino no tiene ningún camino, sólo se tiene a sí mismo; no tiene rumbo, excepto el emocionante recorrido, y ninguno de sus momentos es un error. Es enamorarte de donde estás, de cada paso presente. Y aquí, sólo hay guías, aliados, guardianes y amigos. Nuevas formas de ver, ingeniosas formas para recordar. Desafíos, sí. Pero con disposición para enfrentar cualquier cosa que surja en el camino. Lo único que jamás te abandonará, amigo, es eso que siempre estuviste buscando. -‐-‐‐ Jeff Foster MEDITACIÓN INESPERADA La meditación puede ocurrir en cualquier lugar -‐ en un supermercado, en un bosque, en una cama de hospital. No es un 'hacer', sino la desintegración de un hacer, el recuerdo de la inmediatez de la vida, la emocionante cercanía de cada experiencia, la fragancia del Hogar. Un simple aliento, el sonido de un pájaro que canta, el pitido de un monitor cardíaco -‐ todo esto son pequeños recordatorios de tu verdadera vida. Con tus ojos abiertos, con tus ojos cerrados, recuerda, eres aquí, y siempre será así. Haz contacto. -‐ Jeff Foster
CLAVES DE LA ABUNDANCIA El secreto para tener lo que quieres es amar lo que quieres a tal grado que ya lo tienes en tu corazón, así, no hay ningún espacio entre 'entonces' y 'ahora' y tampoco un sentido de que algo hace falta, porque el tiempo ha colapsado y 'tú' no estás incompleto. Amas con tanta profundidad el punto donde te encuentras que puedes descansar, aquí y ahora. Amas tan plenamente el viaje que llegar al destino sería sólo un bono extra. El resto son sólo detalles. Y aventura. -‐ Jeff Foster Estás experimentando dolor en tu cuerpo. Es intenso e incómodo. Has visitado todo tipo de doctores, sanadores, terapeutas y expertos en auto-‐ ayuda. Has probado la medicina occidental, terapias alternativas, energías sanadoras, meditación, cantos, cambio de dieta, medicamentos, experiencias espirituales alucinantes, transmisiones de gurús, rezos, retiros, hipnosis. Has probado tener un pensamiento positivo, anestesiar el dolor, ignorarlo, decirle ‘no’; has intentado ser ‘pura presencia consciente’ o un testigo libre de apegos’... Pero el dolor sigue aquí, y parece que nadie puede ayudarte en este momento. ¿Qué puedes hacer? ¿Seguirás buscando alguna solución, una terapia que funcione? ¿Depositarás tus esperanzas en un futuro que podría o no llegar a ser? ¿O te darás por vencido ahora, simplemente aceptando que no hay nada que pueda hacerse? Puede ser que la respuesta se encuentre justo en el medio, como lo hacen la mayoría de las respuestas reales. Verás, tal vez tu dolor tenga algo que mostrarte, algo que el placer, o la ausencia de dolor, o incluso el hecho de ‘conseguir lo que quieres’ jamás podría mostrarte. Tal vez la razón del dolor que hay aquí sea para revelar tu verdadero camino. No para destruirte, sino para centrarte. Para revelar el coraje, la compasión y la ecuanimidad en ti que jamás imaginaste posible. Para hacerte más humilde, para conducirte a un lugar de gratitud, y calma, y verdad. Entonces, se replantea la pregunta de ‘¿Cómo puedo estar libre de dolor ahora?’, a ‘¿Hay inteligencia en este dolor? ¿Hay alguna invitación más profunda aquí? ¿Hay alguna lección enterrada en lo profundo de mi dolor? ¿Hay algo que desea ser tomado en cuenta? ¿Algo hasta ahora oculto que quiere darse a conocer? ‘
¿Qué es peor, el dolor mismo, o tu exigencia de estar libre de dolor en este momento? ¿Las sensaciones del cuerpo que se dan momento-‐a-‐momento, o tu guerra contra ellas? ¿El dolor, o tu frustración y desesperación ante el hecho de que ‘siga allí’ y ‘que no haya desaparecido aún’? ¿El dolor, o el sentimiento de que estás atrapado dentro de tu cuerpo, que tu organismo te ha traicionado? ¿El dolor mismo, o tus sueños y esperanzas rotos? Quizás quieras explorar qué es lo que realmente está causando la mayor parte de tu estrés, depresión y miedo. ¿Es el dolor mismo, o tu actitud hacia él? Podrás descubrir que hay un mundo de diferencia entre el dolor corporal y el sufrimiento y la tristeza que rodean ese dolor. Podrás descubrir que te sientes realmente mucho peor cuando piensas acerca de tu dolor, cuando lo rumias, cuando te preocupas y te obsesionas con él. Cuando piensas acerca del dolor de ayer o la ausencia de éste, cuando imaginas un dolor en el futuro, cuando fantaseas acerca de que el dolor jamás desaparecerá, imaginando que terminará matándote; cuando piensas acerca de todas las cosas que hiciste ‘mal’ -‐ eso es sufrimiento, y es la parte innecesaria. Todo ello son pensamientos, imágenes, ideas, visiones, perspectivas, obsesiones, recuerdos, fantasías -‐ no la realidad viva del momento presente. Cuando te desconectas del momento presente, y te involucras en la historia acerca de tu dolor, podrás descubrir que se empiezan a formar sentimientos de frustración, miedo e ira que incluso llegan a ser abrumadores. Empiezas a enfocarte en tantas cosas que dejas de tener un control directo sobre este instante. Sueñas con el pasado, cuando te sentías libre de dolor y anhelas volver allí (no puedes). Todo estaba tan bien, en ese entonces. Piensas una y otra vez cómo tu dolor evita que hagas lo que te gusta, cómo es que no te está permitiendo vivir la vida que habías planeado. Imaginas un futuro lleno de dolor y desconexión. Y comienzas a sentirte impotente, y terriblemente decepcionado, e incluso lleno de rabia contra la vida, el universo y todo. Esta no es la vida que habías deseado o imaginado, la vida que se te había prometido. Te concentras en todo lo que ya no puedes hacer, en lo que no eres, en lo que has perdido, en lo que jamás ha de volver. Culpas a tu dolor por arruinarte la vida. Te sientes tan alejado del sanar, del amor, de tu verdadera vida; tan desconectado de tu cuerpo, tan aislado, tan solo. Has probado todo, todo, excepto lo obvio: aceptar tu dolor, estar presente para él, hoy. Ahora, seamos claros en esto: aceptar no significa renunciar a la posibilidad de que el dolor disminuya o incluso desaparezca mañana, o la
siguiente semana, o el siguiente año. Sólo significa que tu paz no depende de si esto se da o no. Estás reclamando, recuperando tu felicidad, hoy, independientemente de lo que traiga el futuro. Aceptar tu dolor no significa que te abandones a tu suerte ni que te conviertas una víctima de la vida. ¡Todo lo contrario! Significa salirte de todas tus fastidiosas y aterradoras historias del pasado y futuro, y alinearte con el punto en donde te encuentras hoy. Significa que te hagas aliado de este día, no su víctima. Significa decir SÍ a cómo te encuentras en este momento, incluso si ‘donde te encuentras’ no es lo que habías esperado. Significa estar en contacto profundo con este momento, con este cuerpo y con su potencial para sanar, con el suelo en donde te encuentras parado, con el universo entero mientras danza. Significa admitir que no tienes el control de este antiguo cosmos, que hay una profunda inteligencia operando aquí, infinitamente más sabia que el ego humano. Significa admitir que no puedes saber cómo lucirá la próxima escena de tu vida. Significa salirte de la historia del tiempo y el espacio. Significa confiar y actuar desde la confianza. Significa aprovechar la creatividad de cada momento; estar abierto a conexiones, soluciones, respuestas, y sí, alegrías completamente inesperadas. Cuando luchas con tu dolor, cuando huyes de él, te conviertes en su víctima, porque le estás permitiendo que tenga poder sobre ti, estás permitiendo que tu alegría se vea disminuida por él. Estás dotando de poder al dolor a través de tu resistencia, a través de tu esfuerzo por deshacerte de él, al tratar de escapar, incluso al intentar ‘sanarlo’. Ahí hay violencia. Y como te habrás dado cuenta, tu intento de deshacerte de él, hasta este momento, ha fracasado; tu resistencia no te ha llevado hacia una verdadera cura. Sólo te ha separado más y más de tu cuerpo, de tu presencia, de tu paz, de la gente que quieres, de la gratitud, de la inteligencia del momento -‐ la fuente de la verdadera sanación. Y ha terminado agotándote, consumiendo tus reservas de energía. Piensa en toda la energía que se ha invertido en esa lucha -‐ energía que podría utilizarse para nutrirte a ti mismo. Cuando caes en el punto de la aceptación, ves el dolor como un aliado, una guía, un maestro, no una amenaza para tu vida o tu camino. El SÍ es el reclamo, la recuperación de tu poder, no tu pasividad. Estás liberando algo innecesario, sin convertirte en una víctima o tolerar algo que no deseas.
Te sales de la historia que crea el pensamiento: ‘el dolor debería haber desaparecido ya’ (no puedes saberlo) o ‘el dolor jamás desaparecerá’ (no puedes saberlo). Todo eso es un pensar basado en el pasado y en el futuro, pesadillas y sueños. Dejas de comparar cómo te encuentras ahora con cómo quieres estar, dejas de enfocarte en la distancia cada vez mayor entre ambas situaciones. Dejas de crear la imagen de ‘libre de dolor’, y dejas de comparar este momento con esa imagen. Sueltas la historia de Debí haber vivido de una manera diferente -‐ yo generé este dolor -‐ soy culpable’. Eso es querer rebobinar la película de tu vida, y tampoco tienes ningún poder en esa dirección. Eliminas la carga del tiempo al hacerte presente para este momento. La Presencia es tu verdadera fuente de poder -‐ y en ultima instancia, tu sanar. Dejas de enfocarte en todo lo que no puedes hacer en este momento, en todo lo que no eres. El enfoque en la carencia o en ‘lo que no está aquí’ sólo te hará sentir más deprimido, impotente y desconectado. Vuelves tu enfoque hacia lo que sí puedes hacer, a lo que eres, a lo que está presente, a lo que no ha sido perdido, a lo que aún es posible, a los regalos de hoy, a todo lo que el dolor no puede tocar. A todas las cosas que hacen que valga la pena vivir. A todo lo que, quizás, finalmente, el dolor te ha hecho recordar. Tal vez todo esto sea un llamado a la simplicidad radical. Te vuelves curioso por conocer este momento -‐ ésta presente escena en la película de tu vida. Te sientes fascinado con este momento, con todo lo que está vivo aquí. Este aliento. Esas sensaciones. La sensación de la tierra bajo tus pies. El sonido de un pájaro cantando. Un auto sonando la bocina. Y el dolor también está aquí -‐ ves todo eso, sin juicio, y tampoco juzgas ningún juicio que llegue a surgir. Adviertes en ti el deseo de que desaparezca el dolor -‐ pero tampoco haces de eso tu enemigo. Notas la profunda urgencia de estar libre de dolor, de escapar a cualquier otro tiempo o lugar. Notas una frustración, una decepción por el hecho de que el dolor sigue estando allí, que aún no se ha evaporado. No luchas contra esos pensamientos o sentimientos, sino que te mantienes curioso, conectado con el momento. Comienzas a aceptar esos sentimientos dentro de ti. Aceptas, incluso, sentimientos de no-‐aceptación; aceptas movimientos de no-‐aceptación. Te sales de tu mente y te alineas con tu cuerpo. Sientes el aliento, su movimiento, el ritmo, su inmediatez, su presencia. Sientes cómo se eleva y cae como una ola en el inmenso océano. Sientes cómo se expande y se contrae tu vientre. Sabes que estás (eres) aquí, en este momento. Firme, vivo. Un valiente explorador. Dispuesto a investigar, y sin prisa por sacar conclusiones.
Sales de la historia de tu dolor, del relato del dolor de ayer y del de mañana, del recuerdo del dolor pasado y la anticipación del dolor futuro. Toda esa historia resulta ser muy desagradable. Dejas de pensar acerca de tu dolor en este momento, y te comprometes a entrar en comunión con él en este momento presente. Vuelves a poner atención a las sensaciones en el cuerpo. Por un momento, haces a un lado la palabra ‘dolor’ (una palabra sumamente pesada y sólida que proviene del pasado) y exploras y sientes directamente las crudas sensaciones que constituyen tu experiencia presente de dolor. ¿Se sienten tensas, contraídas, suaves? ¿Pesadas, calientes, frías, punzantes, sordas? Ahora, deja de lado incluso esas palabras y vuelve a poner atención a las sensaciones reales, sin etiquetarlas, con un espíritu curioso y abierto. Recuerda, no estás tratando de deshacerte de esas sensaciones, ni interrumpirlas, o desaparecerlas o incluso sanarlas. Te estás manteniendo muy cerca, ofreciendo tu amorosa atención y la calidez de tu presencia a esa parte del cuerpo que pide a gritos tu atención. Continúa explorando. ¿Puedes identificar un ‘centro’ en tu dolor? ¿Tu dolor tienen algún contorno? ¿Palpita, late, vibra? Experimenta tratando de cambiar tu atención hacia el punto central de tu dolor. Si las sensaciones comienzan a moverse, síguelas a través de tu cuerpo. Si se intensifican, está bien -‐ mantén tu curiosidad. Si comienzan a desvanecerse, a expandirse, a suavizarse, maravilloso -‐ mantente cerca. No esperes ningún resultado en particular, pero permite que surja cualquier expectativa y obsérvala. Cualquier expectativa mantenida demasiado tiempo puede conducir a la decepción a la hora de ver la realidad. Advierte eso también. Cualquier cosa que aparezca, acógela -‐ incluso acoge tu incapacidad de acoger la realidad. Si lo deseas, puedes jugar a experimentar con la respiración. Conforme inhalas, siente o imagina el aliento fluyendo hacia el área en donde se siente la molestia, imbuyéndola de vida y oxígeno. Estarás dignificando esa parte sensible en ti. Recordarás que eso tiene derecho a estar allí, también; el derecho de ser incluido en la respiración y en el cuerpo, y no ser excluido. Resulta muy amoroso brindar un aliento al dolor, evaporar la división ilusoria. En lugar de generar contracción alrededor del dolor, contraerte tú alrededor de él, le ofreces un aliento, imbuyéndolo de amor, de inspiración y vida. Estarás honrando la presencia del dolor en este momento, en lugar de esperar su desaparición en el tiempo. Estarás recordando una profunda aprobación en el corazón de la experiencia. No
estarás tratando de que el dolor desaparezca, sino explorando la naturaleza de su aparición. Podrás comenzar a notar que, como todo en la vida, el dolor no es sólido, sino una amorfa masa de sensaciones que bailan, cambiando momento-‐a-‐ momento. A veces descubrirás que el dolor no está realmente ahí. A veces, con una gentil y amorosa atención, un dolor intenso se suavizará, se disipará, se relajará, se hará menos punzante, más difuso. Algunas veces el dolor podrá tomar más fuerza. Algunas otras veces te concentrarás en otros asuntos -‐ una pieza musical, una conversación, una caminata al aire libre, una meditación, o en una hermosa ensoñación -‐ que te hará olvidar que el dolor estaba allí. (¿Está el dolor presente cuando no estás consciente de él?). Podrás aprender a valorar esos momentos. Tu experiencia real de dolor está cambiando constantemente, evolucionando, modificándose, nunca es la misma. La historia ‘siento dolor’ o ‘el dolor es constante’ a menudo no es capaz ni de comenzar a describir la realidad del dolor: completamente viva, de momento-‐a-‐momento. Recuerda, desde el punto de vista del momento presente, no hay tal cosa como ‘siempre’, ‘nunca’, ni siquiera un ‘constante’. No hay ayer, no hay mañana. Sólo hay Ahora. El Ahora es con lo único que estás tratando. Puedes ver tu dolor como un enemigo, esencialmente ‘malo’ o ‘erróneo’ o como un ‘error’, o puedes verlo como un aliado en tu valiente exploración de la vida. Muchos han despertado del sueño del sufrimiento no a pesar del dolor, sino debido al dolor. El dolor les ha enseñado a bajar su ritmo, a prestar atención a partes de sí mismos que de otra manera no habrían sido atendidas. Les ha enseñado a salir de las historias del pasado y futuro, y confiar, descansar en el momento. Les ha enseñado a respirar, a explorar, a sentirse agradecidos por las cosas más simples. A suavizarse pero adquiriendo un gran poder. A enfocarse en lo que realmente importa en la vida. A valorar y apreciar el día, descubrir lo precioso de cada encuentro, de cada momento de alegría, de cada momento de tristeza, de hacer amistad con todo -‐ incluso con sus decepciones, miedos, y momentos de desesperación. Soltar los sueños de ‘lo que pudo haber sido’, y despertar a la realidad de ‘lo que es’. Para muchos, el dolor les ha enseñado la humildad; les ha penetrado el ego, ha roto en mil pedazos sus viejos sueños de espiritualidad y los ha llevado a un lugar de entrega y amor. Los ha forzado a tomar su verdadero camino, a patadas y gritos. Irónicamente, les ha enseñado el verdadero significado del sanar.
Si tan sólo dejaras de compararte, amigo, podrías encontrar regalos y enseñanzas escondidas en tu extraordinaria experiencia de dolor. Y tu intención podría cambiar -‐ del intento de deshacerte del dolor, a escucharlo, estando presente a su apariencia, preguntándote qué es lo que está pidiendo. Te podrías mover de la violencia y la desesperación hacia la gentileza, la aceptación, la calma y la paciencia. Podrías iniciar una conversación amistosa con tu dolor. El dolor puede destruirte o puede centrarte. Puede sumergirte en el sueño y la depresión, o puede despertarte. Te puede convertir en una víctima, o puede ayudarte a sentir más poderoso, más alineado, más conectado que nunca con tu vida verdadera. No estoy diciendo que debas intentar que te guste tu dolor. Eso es poco realista. No estoy diciendo que te conviertas en un masoquista o en un intrépido guerrero. Eso es innecesario. No estoy diciendo, incluso, que debas dejar de ir con el doctor o con el sanador, con el terapeuta o con algún amigo que pueda ayudarte, que te ofrezca otro punto de vista con respecto a la razón de tu dolor. Te estoy pidiendo -‐ que por mientras, por lo menos por hoy -‐ escuches tu dolor para encontrar la inteligencia que hay allí. Que salgas de todas esas complicadas historias basadas en el miedo que envuelven tu dolor. Que dejes de pensar tanto en tu dolor, y optes por un poco de dulzura, y exploración. La aceptación no puede hacer que tu dolor empeore. Sólo te puede llevar hacia lo más profundo del inmenso misterio del sanar. Y algún día, no muy lejano, podrás ver en retrospectiva y agradecer a tu dolor por haber tenido la capacidad de mantenerte firme, curioso, abierto. Podrás darte cuenta que tu dolor no era un obstáculo en tu camino -‐ que era realmente tu camino, y tu más grande maestro. # jeff foster # no dualidad # advaita # El dolor físico UN MOMENTO PARA PERDONAR No trates de perdonar. Perdonar no es un 'hacer'. Simplemente acepta que este momento es exactamente como es en este momento. Y el pasado fue como fue. Acepta tu falta de aceptación en el presente. Perdona tu incapacidad de perdonar. Siente tu aliento, las sensaciones en tu cuerpo, la vida que arde con todo su esplendor en ti. Todos están dando su mejor esfuerzo, incluso cuando parezca que no es así. Todos están soñando o teniendo una pesadilla, luchando con un dolor que quizás
nunca llegues a entender. No tienes que tolerar sus acciones. Tal vez tú no seas capaz de despertarlos. No tiene que gustarte lo que ha sucedido. Simplemente suelta la ilusión de que pudo haber sido de otra manera. Tú eres diferente ahora, de todos modos. No te enfoques en algo sobre lo que no tienes control. El pasado es una tierra lejana. Vuelve tu atención a este momento, Tu fuente de verdadero poder. Tu lugar de conexión. Despierta del sueño De que alguien tiene algún poder Para quitarte tu paz interior. Suelta la necesidad de tener la razón. Abraza la necesidad de ser libre. Sal de la historia de 'mi vida'. Reclama el momento. Sé aquí, en tu nueva vida. Aventúrate en este nuevo día. Esto es perdonar. -‐ Jeff Foster He estado redefiniendo los ‘problemas’ como ‘misterios,’ no necesariamente para resolverlos, sino para explorarlos. Cuanto mayor me hago, noto más misterios en mi cuerpo. Cuando considero que algo es un problema, inmediatamente trato de arreglarlo, lo más rápido posible. Pero los misterios no están destinados a ser arreglados. Requieren paciencia, curiosidad, coraje, fe y humildad. Porque los misterios son sagrados y están más allá del mundo que conocemos. Y si se los permitimos, nos llevan a la aventura y nos abren a nuevas experiencias que de otra manera nunca habríamos tenido. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros no tenemos tiempo para el misterio en nuestras atareadas vidas. Nos ocupamos de los problemas que podemos y los demás, los escondemos bajo la alfombra. Siempre bromeo con mi terapeuta de masajes, “Cuando mi cuello y hombros no estén tensos, habrá paz en la tierra,” pesimista sobre la posibilidad de que algún día una de las dos posibilidades se haga realidad. Tengo la misma relación con mi severa herida en la fascia que la que tengo con Dios. Vivo con ambos, pero en realidad no tengo ninguna relación con ninguno de los dos. Retiro lo dicho. Tengo una mejor relación con Dios que con mi tejido de fascia.* A medida que continúo con mi práctica diaria de sentir y hacer fluir el placer a través de mi cuerpo, me he hecho muy consciente de los lugares en mí que no sienten placer -‐ que mueren por sentir placer. Las estadísticas me dicen que tendré más dolores y molestias conforme envejezca, y cuanto más tejido cicatrizal tenga una persona de un trauma emocional o físico, más tiempo le tomará sanar. Eso es algo realmente deprimente para alguien como yo, que llevo casi 45 años de trauma emocional y físico en mi cuerpo.
Pero las estadísticas no hablan el lenguaje del misterio. El misterio trasciende las estadísticas. Entramos en él justo donde estamos -‐ que es lo que hace que el viaje de cada persona sea único e incomparable con el de cualquier otra persona. Por ejemplo, en una clase de ‘estiramiento de resistencias’ que tomo (https://www.thegeniusofflexibility.com) algunas personas son mucho más flexibles que yo. Tengo tanta resistencia, que fácilmente podría renunciar a siquiera abrir mis caderas. Aunque en el pasado he mirado mi resistencia como un problema que necesitaba liberar a la brevedad posible, la clase de estiramiento me ha motivado a ver mi resistencia como un misterio, algo que explorar y con lo que puedo establecer una relación en lugar de tolerarlo con descuido o deshacerme de él. Lo que estoy descubriendo es qué tanto placer hay al sentir mi resistencia, que es como un amante interno que no sólo cumple, sino que refuerza a mi deseo de abrirme. A medida que simultáneamente cedo y resisto el estiramiento, la tensión entre mi resistencia y mi deseo es similar a la química sexual que siento con un amante. Me siento tanto acogida como presionada por mi resistencia. Siento su fuerza y sabiduría, que por cierto, conoce mi cuerpo mejor que yo. Confío en que mis resistencias me guíen hacia los puntos que más necesito soltar. No era así en un principio. La experiencia inicial de la resistencia de mi cuerpo a abrirse provocó sentimientos de impotencia y desesperación, razón por la cual la mayoría no nos animamos a hacerlo, y por eso nuestra resistencia termina expresándose en formas inconscientes, a menudo a través de la proyección de todo eso en los demás. Al querer ser una buena guerrera espiritual, también me juzgué a mí misma por tener tanta resistencia en mi cuerpo y no ser lo suficientemente fuerte para hacerle frente. Acceder a nuestra resistencia es el primer paso para crear una relación con ella y permitir que se convierta en nuestra aliada. Jamás podremos reconciliar fuerzas opuestas en el mundo hasta que nos reconciliemos con nuestras propia fuerza opuesta interna. Jamás podremos aprender a comunicarnos con nuestros ‘insoportables’ esposos o parejas sexuales o adolescentes rebeldes hasta que aprendamos a apreciar la naturaleza de nuestra propia resistencia, cuyo único propósito es oponerse a nuestro deseo de abrirnos a la vida. Así como nuestro deseo de abrirnos jamás entenderá nuestra resistencia, nuestra resistencia jamás entenderá
nuestro deseo de abrirnos, pero el milagro es que los dos, simultáneamente, pueden ser accedidos y experimentados a través de la tensión dinámica. ¡Pueden llegar a conocerse dentro de nuestros cuerpo! Y se necesitan el uno al otro para ser accedidos y experimentados en toda su plenitud. Después de mi colapso inicial en forma de impotencia, comencé a encontrar la fuerza de mi deseo. Conforme descubría su fuerza, se iba añadiendo más resistencia. Empecé a sentir el profundo placer de la tensión dinámica entre ellos, gritando tanto en éxtasis como de dolor por no haber experimentado esa profunda gratificación del alma hasta este momento. Lamenté todos esos años que busqué fuera de mi cuerpo, tratando de conocer mi Ser a través del canto ajeno de la oración del Ho’oponopono de ida y vuelta entre mi deseo de abrirme y mi resistencia y/o vice versa. “Lo siento. Perdóname. Gracias. Te amo.” Solté todo juicio hacia mí misma, mi comparación con los demás, mi creencia en las estadísticas y me enfoqué sólo en mi propia experiencia interior. Porque una vez estando en el cuerpo, ya no importa qué tan abierta o cerrada esté. Cuando estoy plenamente presente a mi experiencia, cada grado de apertura es tan gratificante como el destino final, si es que hay uno. Lo que significa que sin importar cuántos años tenga, ni la cantidad de cicatrices, ni lo sexualmente reprimida que crea estar, siempre puedo elegir abrirme a la vida. Puedo acceder a mi resistencia y a mi deseo de abrirme, y sentir la tensión dinámica y el placer de la vida fluyendo a través de mi cuerpo. Puedo sentir el placer de la tensión sexual, que es la tensión entre fuerzas opuestas, ya sea que esté en una relación romántica o no. Por cierto, nuestro deseo de abrirnos y ser llenados por la vida es la fuerza magnética femenina primordial que dirige la energía creacional, atrayendo a la vida en todas sus formas, desde el espíritu de los niños hasta los amantes hacia las conexiones adecuadas de la abundancia financiera. La mayoría de nosotros todavía tenemos que aprovechar el poder receptivo de nuestro deseo porque lo hemos distorsionado y lo hemos enredado con mucha culpa, satanizándolo como “la raíz de todos los males”. Hemos debilitado nuestro deseo de abrirnos a la vida y al mismo tiempo fortalecido nuestra resistencia o nuestro miedo a la vida. Tanto es así, que esta resistencia sigue siendo algo inconsciente, así como la supresión de nuestro deseo.
Como comenté en una publicación anterior, traemos consciencia a nuestra fuerza de vida a través de nuestro deseo. O en otras palabras, nuestra fuerza de vida depende de lo despierto que esté nuestro deseo. Aunque, de hecho tengamos un suministro ilimitado, sólo tenemos acceso a un pequeño porcentaje, que es por lo que envejecemos. Esta fuerza de vida latente que duerme debajo de nuestro miedo, sólo puede ser accedida a través del esfuerzo consciente -‐ enfrentando nuestra resistencia o miedo a la vida con nuestro deseo de abrirnos. Paradójicamente, nuestra resistencia es tanto el opresor como el liberador de nuestra fuerza de vida -‐ y quizás el único amante que llegará a conocernos realmente. (Traducido por Tarsila Murguía) GRATITUD Haz de cada día tu hogar. Dale la bienvenida como se la darías a un viejo amigo que viene a tomar el té. No se quedará mucho tiempo, y por eso es que se trata de algo precioso, sagrado incluso. Observa sus sorprendentes colores, percibe sus salvajes sentimientos. Deja que sus alegrías te conmuevan hasta las lágrimas, que su tristeza te deje pasmado. Siente la apasionante vida surgir a través de cada poro de este día de todos los días. Y cuando termine, descansa tu cabeza en su almohada, sumérgete en su inmensidad, juega en su profundidad. ¿Llegará otro día? ¿Y acaso eso importa cuando este día ha sido vivido con toda plenitud? Permítete cerrar tus ojos a todos tus mañanas. Un día, vivido plenamente, siempre será más que suficiente. La gratitud es la llave, y el candado jamás fue fabricado. -‐ Jeff Foster Jorge Lomar ¿No tienes tiempo? ¿Cómo es posible? Es como si en un hipotético reparto de tiempo hubieras llegado tarde, cuando ya quedaba poco. ¿No tienen 24 horas tus días? ¿No son de siete días tus semanas? ¿Por qué percibimos que no tenemos tiempo? Asociamos nuestro sentimiento de libertad a la mismísima disponibilidad de tiempo. Por eso lo llamamos “tiempo libre”. Cada vez que nos percibimos sin tiempo, nos percibimos sin libertad. Cuando dices “no tengo tiempo” realmente estás diciendo “estoy preso en mi vida”. ¿Qué ocurre aquí realmente? La cuestión de la prisa, ese ladrón de paz que tan astutamente ha organizado la mente programada para que en cualquier momento vivamos momentos de ansiedad e impaciencia sin
venir a cuento, merece un enfoque especial en nuestro entrenamiento para liberar la mente. [Extraído de Ecología Mental] HOY NO ES UN DÍA PARA TOMAR DECISIONES "Cuando hay libertad... cuando uno tiene bien clara su capacidad de pensar subjetivamente, impersonalmente, con precisión, sin sentimentalismo... no hay ninguna necesidad de elegir. Cuando no hay confusión, entonces, no hay otra opción." -‐ J. Krishnamurti Si estás tratando de elegir, si te sientes confundido ahora acerca de qué hacer, pensar, decir o sentir, si te sientes incapaz de llegar a una conclusión que te reconforte, ¡maravilloso! Celebra lo vivo que te sientes; honra el desorden sagrado de este momento, cómo es que no encaja con ninguna imagen de cómo 'debería' ser. Hoy no es un Día para Tomar Decisiones. Hoy es un Día para la Curiosidad. Hoy es un día para mantenerte cerca del momento, respirando, sintiendo todas las sensaciones en tu cuerpo, observando cómo da vueltas la mente tratando de tener el control, tratando de adivinar el futuro. Detente. Respira. Sal de la historia de "Tengo que elegir algo en este momento". Suelta toda la presión. Haz desaparecer el tiempo. No califiques esta 'indecisión'. Tu estrés es tu intento de adelantar este momento, esta presente escena en la película de tu vida (esta escena presente de 'incertidumbre') hacia una futura escena de certeza y descanso. ¿La invitación? Encuentra descanso justo donde estás. Sé aquí. Pon atención a la presente escena, este momento lleno de vida. Haz amistad con la incertidumbre, con el no-‐saber, con el asombro. Permite que todas las imágenes, pensamientos, recuerdos, obsesiones, voces en la mente surjan, pervivan un rato, y desaparezcan cuando estén listas. Sabe que no son lo que tú eres. Sabe que no es la mente la que te llevará hasta las respuestas reales. En determinado momento, simplemente sabrás qué hacer. O te verás a ti mismo haciéndolo, sin ningún esfuerzo. En determinado momento, tal vez hoy, tal vez mañana, tal vez la siguiente semana, la confusión desaparecerá y la acción tomará su lugar. Siempre ha sido así. Siempre lo será. La ilusión más grande de todas es que tú estás en control. 'Cuando no hay confusión, no hay otra opción.' Desde el profundo abrazo a cómo estás en este momento, desde el amor a la incertidumbre y a la impermanencia, una gran certeza puede surgir. Confía en el camino que te conduce hacia las decisiones. No luches con el
momento. No puedes llegar a comprender el 'allá' desde aquí. A veces, las verdaderas respuestas surgen cuando a nuestras preguntas les damos espacio para respirar. -‐ Jeff Foster La gran libertad reside en reconocer que lo que siempre habías buscado estaba oculto incluso en tus miedos más terribles. -‐ Jeff Foster CREO LO QUE PIENSO -‐ por Greg Ascue Hace poco, conversando con alguien, afloró una diferencia de opinión (y muy probablemente de creencias y pensamientos subyacentes). Al reflexionar sobre esa conversación me di cuenta, de manera natural y sin hacer una investigación muy profunda, que lo que se había estado expresando eran pensamientos 'inencontrables' (comunicados en forma de palabras) por dos personas 'inencontrables' ('yo' y 'la otra persona'). Me sentí fascinado al ver cómo es que puede haber una creencia tan fuerte en el pensamiento. Es un tema que solía revisar, pero ahora con mi trabajo, observo continuamente los matices más sutiles de las cosas. Al reflexionar el tema con mayor profundidad, decidí hacer una investigación. Pedí a uno de mis estudiantes del curso de Facilitadores que hiciera de facilitador. La intención era buscar a 'la persona que cree lo que piensa', la persona que implícita o explícitamente dice 'creo lo que pienso'. Al iniciar la investigación, y en cuando contemplé las palabras 'creo lo que pienso' quedé atónito. Me di cuenta nuevamente, que había, en muchas formas, una 'creencia' en el flujo constante de las palabras bombeadas hacia mi experiencia por 'mi mente'. Como disparadas por una bomba de agua o de gas -‐ en forma mecánica. Vi de inmediato diversas falacias. Incluso desde una perspectiva muy simple, se demostró que la 'veracidad' y la 'exactitud' de 'mis pensamientos' no era del 100%. He estado equivocado muchas veces en formas verdaderamente fundamentales. Yendo más lejos, me di cuenta que, de hecho, no hay ninguna 'verdad' ni 'exactitud' en ninguno de ellos (en el sentido más profundo, la 'verdad' y la exactitud' no pueden ser encontradas). ¿Qué es lo que mantiene en juego a este peculiar 'creer'? ¿Por qué seguimos enfocándonos en el pensamiento y creyendo en él? Recordé la cita de Albert Einstein, 'Locura: hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes'. Utilizando esto como una definición, tendría que decir que este creer es una locura. Creer en nuestros pensamientos una y otra vez, esperando que se hagan 'verdaderos' o 'exactos', es una locura. Tal vez la palabra locura
resulte demasiado fuerte -‐ quizás 'trance' sea un poco más suave. Pero el punto sigue siendo el mismo. Seguimos con la investigación, buscando a 'la persona que cree lo que piensa'. No pudo ser encontrada. Continué buscando 'pensamientos', 'verdad', 'creencia', y 'exactitud' (entre otros relacionadas con todo esto). Todos fueron imposibles de encontrarse, también, siendo sutiles combinaciones de 'palabras', 'imágenes', 'energías' (que en sí mismas son inencontrables). Disfruté mucho buscando temas relacionados con esto en varias sesiones. Buscar conceptos abstractos y creencias es una de mis formas favoritas de investigación. Ellos apuntalan y sostienen la mayoría de las historias que nos contamos a nosotros mismos. Entonces, ¿en dónde me deja todo esto? Contrario al temor que sienten algunos que son nuevos en este tipo de investigación, no me lleva hacia la desaparición del mundo (o en este caso, al fin del pensamiento o del 'yo'). Sigo teniendo pensamientos, sin embargo los percibo con más ligereza. Hay una gentil, alegre experimentación del mundo que incluye el aparente surgimiento del pensamiento (junto con el aparente surgimiento de las nubes, las estrellas, y la gente). Pensamientos que pueden ser usados o ignorados basándome en lo que parece apropiado en cada momento. Más como un juego, en lugar de algo limitante. (Traducido por Tarsila Murguía) ~ Nisargadatta Maharaj "This is the mystery of imagination, that it seems to be so real. You may be celibate or married, a monk or a family man; that is not the point. Are you a slave of your imagination, or are you not? Whatever decision you take, whatever work you do, it will be invariably based on imagination, on assumptions parading as facts." Octubre, 2 Todas las almas tienen algo que compartir. Hay dones y posesiones en niveles muy diferentes. Quizá no tengas dones materiales pero puedes estar segura de tener dones de otra clase. No los guardes para el yo; disponte, antes bien, a dejarlos al descubierto y a usarlos como es debido, nunca para la glorificación del yo sino siempre para Mi honor y Mi gloria. En lugar de poseer nada, utiliza y disfruta de todo lo que tengas al máximo. ¿Qué tienes para dar? Toma tiempo para averiguarlo, si es que no lo sabes. Da de todo corazón y da con gozo, y agradece tener algo que dar, sea lo que sea. Si has escogido seguir esta forma de vida totalmente dedicada a Mí y a Mi trabajo, ya no puedes quedar aferrada a nada. Date cuenta de que todo lo que tienes es Mío, y por tanto está para ser compartido por todos. La Voz Interior de Eileen Caddy
ELIMINA LAS ETIQUETAS Sin la etiqueta 'miedo', ¿qué es el miedo? Sin la palabra 'tristeza', ¿qué es la tristeza? Sin el pensamiento 'ira', ¿qué es la ira? En lugar de llamarle 'miedo', 'ira', o 'tristeza', mejor suelta esas pesadas etiquetas de segunda mano, preñadas de juicio y miles de años de karma, y contáctate directamente con las crudas sensaciones presentes de primera mano que aparecen en el estómago, en el pecho, en el cuello, en la cabeza. Deja que, sin importar su intensidad, ardan, palpiten, hormigueen, se muevan. Permíteles vivir, expresarse, estar aquí, sólo por ahora. Contáctate con el milagro de la vida en su estado más crudo, antes de las capas que forman las palabras y la guerra de opuestos. Siente la energía vibrante de lo que hay aquí, sin ponerle nombre. ¿Puedes darte cuenta que esta energía no está en CONTRA de la vida -‐ sino que ES la vida? Quizás tu dolor no es lo que crees que es. No permitas que las palabras se interpongan. -‐ Jeff Foster "¡ELLOS SIMPLEMENTE NO ME ENTIENDEN!" Te encuentras en un extraño y valiente camino, amigo. Y a veces, la gente más cercana y querida (tu familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo) no te entienden, o incluso te rechazan abiertamente a ti y a tu camino. ¿Cómo responder a eso? ¿Cómo encontrar la paz, sin importar si ellos cambian o no, y a pesar de su falta de aceptación? He aquí algunas ideas que podrían ayudar. -‐ Cuando estés hablando con ellos, recuerda respirar. Esto es muy importante. Conéctate contigo mismo. Recuerda tu Presencia, aquí y ahora. Siente tus pies en el suelo, el aire en tus pulmones, todas las sensaciones que hay en tu cuerpo. Tú estás aquí. Aquí y ahora es el único lugar que importa, el único punto que puedes llegar conocer. No te precipites hacia el pasado o el futuro, hacia la culpa o el miedo -‐ sé aquí, contigo mismo, con ellos. Quizás no haya ningún mañana -‐ el hoy es algo precioso. -‐ Recuerda, hoy no hay ninguna urgencia. Ellos podrán cambiar o no sus puntos de vista. Ciertamente no tienen que cambiar el día de hoy. Hoy es un día para escuchar, para mantenerte muy cerca de ti, para abrazar tu propio dolor, para tratar de comprender su dolor, sin necesidad de arreglarlos o aliviarlos. Recuerda, tú no has causado su dolor, y ellos tampoco han causado el tuyo. Sus propias opiniones, juicios, historias, percepciones, han causado su dolor. Tú no estás recorriendo tu camino
con el fin de lastimarlos -‐ tú tienes que recorrer tu camino. Si ahora dicen cosas que te suenan falsas, no te apresures a corregirlos o a decirles que están en un error. Sigue escuchando, más allá de todas las ideas de falso y cierto. Deja que expresen su sufrimiento, su perspectiva acerca del mundo. Más tarde habrá tiempo suficiente para que cuestionen sus conclusiones acerca de ti, y exploren cómo fue que llegaron a ellas. -‐ Trata de entender el miedo que tienen ahora -‐ miedo a perderte, miedo por tu seguridad, por tu salud, por tu cordura. Quizás tu recién encontrada libertad, tu nueva perspectiva, esté sacando a relucir su propia inseguridad, su propio miedo al cambio, su auto-‐ infligida miseria. Más que enfocarse en ellos mismos y explorar su propio dolor, te están juzgando a ti para obtener alivio. No se trata de nada personal. -‐ Acepta su falta de aceptación hoy; ésta no puede afectar tu camino, de ninguna manera. Puedes descansar en el hecho de que vas a recorrer tu camino, de cualquier forma, independientemente de lo que ellos piensen. Ellos no tienen ningún poder sobre ti. Pero puedes sentir su tristeza e intentar entenderlos. Tú les puedes ayudar a explorar. Tu forma de escuchar, tu entendimiento, el no ser reactivo, tu simple presencia puede ser sumamente sanadora y ayudar a disipar muchos de sus temores. -‐ No ignores nada que esté vivo en ti. No finjas sentirte bien si no te sientes bien. Reconoce tu propio dolor, tu tristeza, tu frustración, tu decepción, tu soledad, incluso tu ira. Pero no los culpes a ellos, no se los eches en cara. Cuando culpas, te conviertes en víctima. Cuando lastimas a los demás, te lastimas a ti mismo. Recuerda, ellos son tan humanos como tú, y en el fondo, todos queremos lo mismo, incluso si no parece evidente. -‐ No te enfoques en lo que no son, ni los compares con lo que podrían o deberían ser -‐ esto sólo generará decepción y resentimiento. Conéctate con lo que son, y con cómo se encuentran justo ahora. Comprende que tal vez ellos no sean capaces de comprender en este momento. Ayúdalos a comprender tanto como sea posible; comparte cómo te sientes, honra cómo se sienten ellos con su propio entender. No te disculpes por tu realidad, pero tampoco intentes 'convertirlos'. Simplemente comparte tu verdad, y suelta la necesidad de saber qué pasará enseguida. Cosas maravillosas suceden cuando prescindimos de la necesidad de que nos entiendan, y cuando comenzamos a entendernos a nosotros mismos, exactamente en el punto donde nos encontramos. ‐ Jeff Foster
CÓMO NO TENER MIEDO No trates de liberarte del miedo. El miedo no es algo de lo que tengas que escapar. Es una muy natural energía que sólo quiere moverse en ti, una amorosa ola en el inmenso océano de la vida. El miedo es un amigo. Te revela que sigues vivo, que estás dispuesto a sentir energías poderosas. Que te encuentras en tu extremo más crudo, explorando, bailando con lo desconocido, abriéndote a todas las posibilidades. El miedo siempre estará cerca. Pero no lo utilices nunca como una excusa para paralizarte. El miedo no puede bloquearte, nunca, o apartarte de tu camino, o evitar que hagas lo que tienes que hacer cuando te comprometes a recibirlo bajo sus propios términos. Muchos de nuestros miedos están basados en algo que ha de suceder o no en el futuro. Muchos de nuestros miedos jamás, nunca llegan a ser una realidad. Y recuerda, tú siempre serás capaz de afrontar con coraje, de manejar cualquier cosa que llegue a suceder en el futuro, porque sabes cómo estar Presente. Sin importar la furia que tenga la tormenta de la vida, siempre serás capaz de salirte de tu historia, de liberarte de la prisión del pasado y del futuro, y encontrar tu aliento (que siempre está cerca), y recordar tu presencia, tu ancla, tu raíz, tu Hogar. Nunca te sentirás abrumado por los acontecimientos porque recordarás hacer un alto, enfocarte, respirar, conectarte contigo mismo de la manera más profunda. Recordarás decir SÍ a este punto en donde te encuentras, y así, nunca serás víctima de las circunstancias, sino un valiente co-‐ creador, un aliado de la vida. No hay posibilidad de que te equivoques, amigo, porque incluso si te equivocas, y te encuentras recorriendo un extraño camino en un extraño día, eres capaz de despertar tu curiosidad, seguir tu aliento, explorar tus sensaciones corporales. Puedes permitir cualquier energía que necesite estar en ti. Puedes dejar de calificar el momento como 'bueno' o 'malo' y abrazar su naturaleza, sus peculiares sabores. Puedes aprender de tus errores, entender lo que quieres y lo que no quieres, encontrar gratitud por lo que hay en este momento, hallar algo por lo que valga la pena vivir, encontrar belleza en lo que se haya perdido. Por eso, ¡comete errores! No hay nada que temer cuando sabes que nada puede salirte mal. Falla. Cae de rodillas. No importa, porque sabes que la vida te sostendrá, sin miedo. -‐ Jeff Foster
Llegarás a tu destino, quizás. Pero en este momento, este paseo lo es todo. Cada paso te está recordando cómo vivir. Cada aliento es tu pequeño gurú. -‐ Jeff Foster Por extraño que resulte, para ser totalmente desinteresado y altruista, has de ser totalmente egoísta, has de estar totalmente obsesionado contigo mismo..., pero no de la manera en que habitualmente entendemos la obsesión ni el yo. Debes estar fascinado, lleno de curiosidad, dispuesto a descubrir los entresijos de la separación, en todas sus formas, en mitad de tu experiencia presente. Debes estar abierto a explorar el sufrimiento, cómo y por qué se manifiesta en ti, dónde se origina. Debes estar dispuesto a detener la mirada en tus miedos más terribles, tu dolor, tu tristeza, tus más profundos anhelos insatisfechos. Debes estar dispuesto a mirarlos de frente y a encontrar el lugar donde es posible aceptar profundamente incluso los aspectos aparentemente más inaceptables de ti. -‐ Jeff Foster (Un extracto de su nuevo libro, La Más Profunda Aceptación) DE ADICCIONES... Estaba tumbado en la cama una noche. Era una noche cualquiera. Me sentía completamente en paz, y con una gran sensación de bienestar, sin miedo a la muerte o a cualquier otra cosa; no sentía ninguna compulsión o adicción hacia nada, y tampoco sentía muy presente la historia de una persona llamada Scott. Surgió la pregunta, “¿Cómo es esto posible, sentir profunda paz y bienestar?” Se me ocurrió en ese momento que muchos de los ‘mecanismos de supervivencia’ a los cuales me he referido anteriormente habían resultado malos para mi salud y que, conforme se fueron disolviendo o relajando, esta profunda paz y bienestar se fue convirtiendo en mi experiencia cotidiana. La Historia de una Persona Crecí, como cualquier otra persona, pensando que yo era una historia. No era simplemente que tuviera un pasado y un futuro. En un sentido muy real, YO ERA mi pasado y mi futuro. Esa era mi identidad. No es que hubiera sido simplemente entretenido y dramático pensar de mí mismo siendo esa historia. No es que sólo hubiera sido auto-‐indulgente al estar inmerso en la historia las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Era mucho más que eso. Se sentía como una cuestión de supervivencia. Sin mi pasado, ¿quién sería yo? Sin un futuro, no habría ningún yo. La historia, entonces, era un asunto de SUPERVIVENCIA, no para un cuerpo físico, sino para una criatura psicológica llamada Scott.
Cuando tenía 25 años, ya había desarrollado una serie de condiciones médicas y adicciones que habían cambiado mi vida. Algunas de las condiciones fueron diagnosticadas formalmente y otras fueron difíciles de identificar y no pudieron ser diagnosticadas con exactitud. Recuerdo haber oído al médico decir muchas veces: ‘Esto es algo relacionado con el estrés y con tu estilo de vida.’ Pero cuando miro en retrospectiva, me doy cuenta que todo eso estaba relacionado con la historia, más que nada. Cuanto más pensaba acerca de mí mismo, rumiando incansablemente quién era yo, qué era lo que me había pasado, qué es lo que me estaba sucediendo, y qué es lo que me pasaría o me dejaría de pasar en el futuro, más estrés sentía en el cuerpo. Este relato constante tenía la forma de un mecanismo de supervivencia en la superficie. Después de todo, sin la historia, esta cosa llamada Scott parecía estar bajo la amenaza de una no-‐ existencia. Pero el relato constante de esa historia era lo que realmente causaba y sostenía el estrés y la inestabilidad mental y emocional. Yo pensaba en el pasado y experimentaba arrepentimiento, vergüenza, culpa, resentimiento y tristeza. Y debido a que cuando era niño nadie me enseñó cómo sentir realmente esas energías para poder liberarlas, éstas se quedaron rondando, y se adhirieron a ciertas palabras e imágenes dentro de esa misma historia acerca de mí. El estrés aparecía como relojito, cada vez que el sentido de ‘yo’ surgía del pasado. Cuando pensaba en el futuro, experimentaba esperanza o miedo. La esperanza fue creando su propio estrés, físico y emocional. La esperanza me ofrecía una razón para buscar algo diferente a mi experiencia presente. Y cada vez que buscaba encontrar una experiencia diferente, se daba una resistencia a lo que estaba sucediendo en el presente. Los pensamientos y las energías corporales de cada momento se sentían como una amenaza, como si tuviera que escapar de esas cosas y encontrar un mejor futuro en el que ya no sentiría nada de eso. Esta constante esclavitud a la esperanza era muy molesta, mental y emocionalmente. Este momento siempre resultaba ‘no suficiente’. Me vi a mí mismo escapando, no sólo a través de conseguir comida, drogas y alcohol, sino también tratando de encontrar algo que pareciera mantener la esperanza en mí, incluyendo una nueva relación, un mejor trabajo y una mejor casa. Esto se sentía como una gran resistencia a lo que es, una resistencia hacia lo que estaba sintiendo en el momento. Era demasiado estresante.
Y el miedo por el futuro trajo su propio estrés mental, emocional y físico. Cada vez que el futuro parecía amenazante, entraba en acción la respuesta de luchar, huir o paralizarme. Trataba de controlar y gestionar mi experiencia para evitar que el escenario de miedo se hiciera realidad. Y por supuesto, eso nunca funcionó. El control nunca funciona. Sólo genera más estrés. La respuesta de luchar, huir o paralizarme también parecía ser un mecanismo básico de supervivencia en la superficie. Después de todo, ante un peligro real, como ser perseguido por un oso enfurecido, huir es algo bueno. Pero cuando se trata de amenazas psicológicas soñadas por la mente, luchar, huir o paralizarme se convierte en algo malo para mi salud. No me detenía para sentir las energías. La emoción de miedo se iba acumulando. La mente, actuando como un motor de búsqueda, se disponía a conseguir arreglar o evitar el futuro. El sentimiento real de miedo no podía ser liberado en esa forma. Simplemente crecía y crecía, creando una mayor necesidad por luchar, huir o paralizarme. Mi corazón se aceleraba. Mi cuerpo se sentía contraído. Mi mente se mantenía en modo de locura. Y sin embargo, no había ningún oso alrededor. Todas esas amenazas eran percibidas por la mente. No tenían ninguna base en la realidad. Y eso era realmente malo para mi salud. Ver a través de la historia de ‘mí’ ha sido una de las mejores herramientas que he encontrado. Funcionó mejor que la mayor parte de las medicinas que me recetaron los médicos. Y sin duda, ha resultado mucho más útil que todas las sustancias y actividades adictivas que utilizaba para medicar el sufrimiento emocional y mental. Estas sustancias y actividades eran una especie de apósito para una causa más generalizada de estrés y malestar -‐ la historia de ‘mí.’ La historia no era realmente una cuestión de supervivencia. Sólo lo parecía. Lo único que sobrevive en la historia es la historia misma. Mientras la historia siga siendo sostenida y tomada en cuenta, la historia persistirá. Y mientras la historia continúe, con sus picos y valles intensos de pensamiento y emoción, el estrés seguirá surgiendo en el cuerpo. Tal vez, la enfermedad cardíaca y el cáncer deberían ser desbancados de la parte superior de la lista de asesinos humanos por ‘la historia de mí’. Probablemente, varios millones de dólares del sector salud podrían ahorrarse cada año si se le enseñara a la gente a descansar en su presencia y permitir que las emociones y sensaciones sean como son, sin historias ni etiquetas de por medio.
(Para obtener más información acerca de cómo ver a través de la historia, puedes consultar las ‘Living Inquiries.’*) La Adicción La adicción merece su propia discusión. Si has leído acerca del cerebro y cómo es afectado por la adicción, podrás ver que una vez que la adicción se pone en marcha, el cerebro no es capaz de distinguir entre la necesidad de la supervivencia básica y la necesidad por la sustancia o actividad adictiva. Por ejemplo, cuando uno se vuelve adicto a la cocaína, la química cerebral identifica a la sustancia como necesaria para la supervivencia real. Lo mismo es cierto para todas las demás sustancias y actividades adictivas; desde el chocolate hasta la cafeína y los juegos de azar y muy probablemente incluso, en cuanto a la superación personal y la búsqueda espiritual. El cerebro se cablea para creer que esas sustancias y actividades adictivas son realmente necesarias para la supervivencia. Sin embargo, ningún ser humano racional jamás argumentaría que el chocolate o la cocaína sean realmente necesarios para la supervivencia. La mayoría estaría de acuerdo en que demasiado de estas cosas sería una real amenaza para la supervivencia. Pero esta parte del cerebro que ha sido secuestrada, no es racional. La parte del cerebro que experimenta compulsiones no responde muy bien a la parte del cerebro que es racional. No me creas. Investígalo tú mismo. Así que todo ese tiempo en mi juventud, cuando sentía que necesitaba tal o cual sustancia adictiva, o participar en tal o cual actividad adictiva, el cerebro lo trataba como una cuestión de supervivencia. Por eso se sentía tan temible y amenazante imaginar la vida sin esas cosas. La simple idea de vivir sin ellas resultaba, en ocasiones, absolutamente aterradora. Así, la adicción fue un ejemplo más de cómo un mecanismo de supervivencia aparente se había convertido en algo malo para mi salud. La búsqueda de dulces, cafeína, drogas, alcohol e incluso cosas como la auto superación y el despertar espiritual eran producto de esa parte del cerebro que se confunde pensando que todo eso estaba relacionado con mi supervivencia personal. El cerebro no puede distinguir la diferencia entre un ‘colocón’ o ‘subidón’ de azúcar y uno de experiencia espiritual. ‘Si se siente bien, hazlo, persíguelo, consíguelo de nuevo.’ Ese es el lema de un cerebro secuestrado. Lejos de ayudarme a sobrevivir, todo este ‘perseguir’ causó más estrés y ansiedad en mi cuerpo. Las emociones y sensaciones presentes eran constantemente evitadas en favor de una futura esperanza aparentemente contenida en una droga, un trago, una dona, una
experiencia espiritual o en una ‘mejor versión de Scott.’ No se trataba de ninguna supervivencia. Se trataba de conseguir placer y evitar el dolor a toda costa. Algún tipo de búsqueda podría ser necesaria para la supervivencia física. Por ejemplo, saber que determinado alimento es placentero me hace que quiera consumirlo. Y comer mantiene el cuerpo vivo. Pero buscar incesantemente chocolate, cocaína, y dulces, sin duda no tiene nada que ver con mantener vivo el cuerpo. Esta constante búsqueda no sólo no está encaminada a la supervivencia. Es agotadora y mala para la salud. (Para mayor información, puedes consultar la ‘Compulsion Inquiry.’) La Salud, las Extrañas Reacciones del Cuerpo, y las Historias alrededor de la Enfermedad y el Dolor Esta es quizás un área más sutil en donde la supervivencia se convierte en algo malo para la salud. Como dije, he experimentado diversas condiciones médicas a través de los años, que fueron desde de un trastorno del sistema nervioso hasta un dolor crónico en el área espinal, de problemas urinarios y estomacales, hasta el cáncer. La mayoría de esto pudo ser eliminado o reducido en gran medida, no a través de la medicina sino descansando en la presencia y utilizando las ‘Living Inquiries.’* Yo solía experimentar el dolor y la enfermedad de una manera muy diferente. Todas y cada una de las sensaciones incómodas eran sentidas como una amenaza. El cuerpo tenía su propia forma de resistir esas sensaciones, no sólo en un nivel mental, sino en un nivel físico. Por ejemplo, si surgía dolor, los músculos de alrededor de esa área del cuerpo se contraían y se resistían al dolor. Se ponían en modo de ataque. La mente narraba historias acerca del dolor basándose en las palabras, por ejemplo: ‘Esto significa que tengo una enfermedad en la espina y quizás muera a causa de ello.’ La mente también generaba imágenes de la parte del cuerpo que sentía dolor. Y esas imágenes aparecían una y otra vez, casi en una forma adictiva, convirtiendo el dolor en un dolor crónico. Y con toda esa actividad mental, yo experimentaba respuestas emocionales de miedo, tristeza, vergüenza e ira. Esas energías crecían y crecían, haciéndome sentir atrapado en determinadas palabras e imágenes que surgían una y otra vez. Supongo que la mente creía que todo ese incesante relato, todas esas imágenes armadas y la resistencia era, de alguna manera, algo útil, algo que tenía que ver con la supervivencia. Pero toda esa actividad sólo creaba más y más estrés. La forma como la mente y el cuerpo lidiaban con y
reaccionaban ante el dolor y la enfermedad, fue aparentemente, creando más estrés y más agotamiento mental y emocional. Fui engañado mucho tiempo al creer que todo este sufrimiento alrededor del dolor y la enfermedad era necesario. Creí que un diagnóstico de cáncer significaba vivir con miedo. Creí que el dolor crónico sería una cadena perpetua. Creí que las sensaciones incómodas alrededor del dolor y la enfermedad tenían que ser resistidas, analizadas, y que tenía que reaccionar contra ellas por el bien de mi supervivencia. No era capaz de ver que todo eso contribuía al deterioro de mi salud. Descansar en la presencia y el uso de las ‘Living Inquiries’, de nuevo, fueron la clave para mí. Fue gracias a esas herramientas que podía estar tumbado en la noche sintiendo esta profunda paz y bienestar, dándome cuenta que no hay ninguna amenaza en ninguna parte del cuerpo, en ninguna sensación, palabra o imagen, y que tampoco había ningún yo que pudiera morir. (Para más información, puedes echar un vistazo a la ‘Anxiety Inquiry.’) Scott Kiloby es un autor y conferencista internacional que aborda el tema de la libertad a través del reconocimiento no-‐dual. *’Living Inquiries’ es un método que desarrolló con el fin de soltar las adicciones. El mensaje de Scott es simple: Descansa. Investiga. Disfruta la Vida. (Traducido por Tarsila Murguía) LA ACEPTACIÓN MÁS PROFUNDA: CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS Hay mucha confusión en la comunidad espiritual sobre la idea de la aceptación. La aceptación no es parálisis. No significa darse por vencido, volverse soso y distante, o un aburrido espiritual. No significa cerrar los ojos ante una situación desafiante, esperando a que todo se calme. No significa considerar el dolor del mundo como una 'simple ilusión', o pretender ser una especie de fría 'consciencia', o un 'testigo' de la vida. No significa dormirse en los laureles y 'no hacer nada,' como una estrategia para evitar las situaciones. No significa que no importe nada. No significa negar cualquier responsabilidad y culpar a las corporaciones, los gobiernos, los medios, a la alineación de los planetas, a los 'otros', o incluso a nosotros mismos. No significa hacerse de la vista gorda. En su sentido más profundo, significa ser (estar) aquí. Significa implicarte creativamente con el universo desde un punto de estabilidad y equilibrio
interno, no desde el temor y la ira. Significa encontrar un punto en el interior de la tormenta, y permitir que toda la acción se despliegue desde allí. Significa reconocer tu Unidad con toda la vida, tu verdadera identidad, más allá de la forma y el tiempo. Significa no ser un esclavo de los pensamientos de temor ni de ideas preconcebidas, o estar a merced de la intensidad de los sentimientos. Significa enfrentar el torbellino del espacio-‐tiempo, sí -‐ pero reconociendo en dónde estás parado: en el momento presente. Esto no significa que renuncies a tu poder o a tus habilidades, o a tu inspiración, sino simplemente soltar las cosas sobre las que no tienes el poder de controlar desde donde estás. Aceptar el momento (o más bien, como lo enseño, recordar que el momento ya ha sido aceptado) no significa que las cosas no vayan a cambiar en el futuro. No significa que las respuestas no vayan a surgir, que la actividad no sucederá; significa simplemente rendirse a lo 'tal y como es' el momento presente, el punto donde surgirá el cambio verdadero, donde surgirán las respuestas inesperadas. No significa el fin de la capacidad de responder, significa solamente el fin de las reacciones, el fin del escape habitual, el fin de apresurarse a conclusiones caducas, el fin de ver al enemigo 'allá fuera'. Significa el fin de la vieja consciencia del bien y del mal, del remordimiento y la culpa, de 'ellos' y 'nosotros'. Aceptación significa entrar en una situación desde la tranquilidad, la curiosidad y la presencia, no saltar a respuestas simplistas. Significa no renunciar a la gente que amas, sino renunciar a la esperanza de que el pasado pudo haber sido de otra manera, o de que el futuro podría ser absolutamente controlado. Significa enfrentar todo lo que quiere ser enfrentado, ahora. Significa conexión, ahora. Significa tener los pies bien puestos en la tierra, ahora, pero tus ojos completamente abiertos, al amor, a las posibilidades, a esa extraña tierra llamada 'futuro'. -‐ Jeff Foster Este frágil recipiente lo has vaciado una y otra vez para llenarlo eternamente de vida nueva. Esta pequeña flauta de caña la has llevado por valles y montañas, soplando a través de ella melodías siempre nuevas... Tus dones infinitos vienen a mí solamente en mis pequeñas manos. Pasan los siglos, y tú continúas vertiendo, y todavía hay espacio para llenar. -‐ RABINDRANATH TAGORE
Cada instante de la Vida está repleto de pasión, está repleto de creatividad y no lo vemos porque lo pasamos, huimos del presente porque estamos huyendo de lo que vivimos en el pasado y estamos yendo hacia un futuro que creemos que va a ser mejor y el único instante que tenemos es este, no somos capaces de estar en él. Sergi Torres I am so tired of how hard we are on ourselves. Not attractive enough, not smart enough, not cool enough, not purpose-‐full enough, not spiritual enough, not flexible enough, not creative enough, not rich enough, not happy enough, not healthy enough, not sexy enough, not wise enough. It's like a collective shame-‐fest that begins when we are born and continues until we are dead. Billions of us walking around convinced we are not something enough. Methinks we are missing the point. Just being alive on this mad planet demands that we are enough. That we are here means we are enough. How about if we begin every day with an 'I am enough' meditation? Yes, lets begin right now, "I am enough!" I AM ENOUGH! (And so are you) Despertar es simplemente comprender que nada ni nadie tiene la capacidad para hacerme sufrir.” Jeff Foster STAY PRESENT, WITHOUT SECURITY Instead of asking ourselves, “How can I find security and happiness?” we could ask ourselves, “Can I touch the center of my pain? Can I sit with suffering, both yours and mine, without trying to make it go away? Can I stay present to the ache of loss or disgrace—disappointment in all its many forms—and let it open me?” This is the trick. ~~~Pema Chodron ALWAYS REMEMBER... When you meet anyone, remember it is a holy encounter. As you see him, you will see yourself. As you treat him, you will treat yourself. As you think of him, you will think of yourself. Never forget this, for in him you will find yourself or lose yourself. Everything you teach you are learning . . . Teach only love, and learn that love is yours . . . and you are Love. ~"A Course In Miracles" El Secreto Toda esta fascinación por descubrir ‘el secreto’: la técnica secreta que nos traerá las riquezas que alguna vez soñamos, o manifestar las relaciones que siempre anhelamos, o bañarnos en la fama, la fortuna, la adoración o iluminación que la mente imagina nos producirá felicidad... El verdadero secreto es darse cuenta de que NO HAY ningún secreto, VER que nada que
pudiéramos hacer, pensar, sentir, encontrar, obtener o manifestar nos traerá lo que deseamos de verdad, la única cosa que verdaderamente deseamos: la felicidad. Porque aquello que buscamos (la felicidad) es aquello que siempre hemos sido. El contento es nuestra naturaleza misma, la naturaleza de TODO. Ese es el secreto. Y nadie te lo puede enseñar, ni transmitir, ni vender... Ese es el secreto: VER que este momento —justamente el que está surgiendo ahora mismo— no es lo que la mente nos había hecho creer, es decir, un ‘medio’ para algún ‘fin’ imaginario. El momento ES el fin: el milagro sin fin de, justamente, ESTO. -‐ John Astin Quizá nuestro anhelo de completarnos por medio de nuestras relaciones acabe finamente por distraernos del encuentro íntimo en esas relaciones. Imagina a alguien que recorra todas las galerías de arte del mundo, todas las exposiciones, todos los museos, para encontrar una obra de arte que le complete. No sabe que aspecto puede tener, ni cuándo ni cómo lo encontrará, ni cómo sabrá que es cuando se tope con ella; sólo sabe que la tiene que encontrar. Es una búsqueda apremiante. De modo que pasa por delante de cuadro tras cuadro, de escultura tras escultura, sin ver en realidad lo que tiene delante de los ojos. Está demasiado ocupado buscando . Todos los cuadros ante los que pasa son en cierto modo ́menos ́que la obra: menos bellos, menos mágicos, menos maravillosos. Todos ellos se convierten simplemente en un medio para lograr un fin; todos están, por una u otra razón, incompletos en comparación con la mística completitud de esa obra única. Y, por supuesto, nunca lo encuentra, porque eso único que busca, en forma manifiesta, no existe. ¿Dónde estaba eso único? Estaba en todos y cada uno de los cuadros ante los que pasó, que ignoró, que despreció en su búsqueda de ello. Ese algo único no estaba en un cuadro determinado...¡estaba en todos los cuadros! El Uno estaba oculto en los muchos!. El océano estaba en todas las olas, sin excepción. Jeff Foster Despertar es fácil porque simplemente requiere que nos hagamos conscientes del misterio del momento. Lo complicado está en darnos cuenta de cuando estamos sólo superficialmente despiertos, para que podamos elegir estar profundamente despiertos. Cuando vivimos en un estado semi-‐consciente al que llamamos 'normal', es difícil reconocer qué
tan inconscientes estamos. ¡Y eso es porque estamos, en gran parte, inconscientes! ¡Es un dilema paralógico! El secreto está en desarrollar el hábito de notar qué tan despiertos estamos. En lugar de simplemente prestar atención a lo que sucede en la historia de nuestra vida y responder habitualmente al despliegue narrativo, tenemos que detenernos y preguntarnos, '¿En qué estado de consciencia me encuentro?' Lo que piensas y haces es importante, pero tus pensamientos y acciones se derivan de tu estado de consciencia, por lo tanto, esto resulta sumamente valioso y prestar atención transformará profundamente tu vida para bien. Cuando cultivas el hábito de prestar atención a tu estado de consciencia, te encontrarás notando cuando estás sólo superficialmente despierto. De tal forma que si quieres despertar profundamente lo puedas hacer. He aquí algunas señales que indican que estás sólo superficialmente despierto: Si estás seguro de saber lo que está pasando... estás superficialmente despierto. Si la vida te parece trivial y sin magia... estás superficialmente despierto. Si estás atrapado en el intento de llegar a algún punto pasando por alto el misterio del momento... estás superficialmente despierto. Si te has vuelto tan serio que no eres capaz de reírte de la vida... estás superficialmente despierto. Si pierdes de vista el hecho de que tu vida es una aventura increíble... estás superficialmente despierto. Poner atención a tu estado de consciencia es como pellizcarte a ti mismo en un sueño para poder despertar. Esto interrumpe el flujo inconsciente de la vida y permite un cambio consciente de perspectiva. -‐ Tim Freke, un extracto traducido del libro 'The Mystery Experience' La vida es una aventura que se vive momento a momento, no se trata de una historia que deba ser completada o una imagen que deba ser confirmada o defendida. Tu trabajo no consiste en sacar conclusiones. En este momento no son necesarias las respuestas. Estamos invitados constantemente, a través de millones de oportunidades, a mantenernos muy conectados con lo que está pasando realmente, a mantener una relación muy íntima con la vida conforme se va revelando en el tiempo real, estamos invitados a prescindir de las respuestas pero manteniéndonos fundidos con la experiencia, a dejar de estar rumiando historias alejadas de la experiencia acerca de qué podría o no suceder, a
dejar de saltar a conclusiones adelantadas o a dar respuestas memorizadas. Sí, aquellos que han estado persiguiendo respuestas, hoy se han ganado unas vacaciones, pueden hacer a un lado toda esa persecución. Aquellos que piensan que necesitan saber, pueden descansar profundamente ahora. La mente ha sido despedida de su puesto como Directora Ejecutiva de la Vida. ¡Qué alivio! -‐ Jeff Foster Be kind, for everyone you meet is fighting a hard battle,” Sé paciente con la tristeza. Deja que se acerque, deja que te engulla, si es necesario. Hasta que no haya ninguna división entre 'yo' y 'tristeza'. Hasta que no puedas volver a llamarla 'tristeza'. Hasta que sólo quede la intimidad. La tristeza no es el opuesto de la alegría, sino el portal hacia ella. -‐ Jeff Foster LA BELLEZA DE LOS JUICIOS Tengo juicios, pero no soy condenatorio. No juzgo a los juicios como 'verdaderos' o 'correctos', eso es todo. Se trata de sólo pensamientos que inocentemente pasan a través de la presencia consciente. Son sólo opiniones, perspectivas, formas de ver que cambian con absoluta facilidad. No son ni malos ni nocivos en sí mismos. No se trata de 'hechos' indiscutibles. Cuando creemos que nuestros juicios son 'realidad', cuando confundimos nuestros juicios con la imagen completa, dejamos de escuchar, dejamos de ser curiosos, dejamos de prestar atención a lo que está VIVO en este momento. Reducimos algo vivo y eternamente cambiante a una 'cosa', a un simple objeto. Nos hacemos duros e inflexibles, e incluso arrogantes. Creemos 'saber'. Esto es el inicio de la violencia. El truco no es deshacernos de los juicios, o juzgar todos los juicios como 'malos' o 'no espirituales', o fingir que no tenemos ningún juicio, sino ver a los juicios COMO juicios, llamarlos por lo que son. Entonces, ya no eres el juez, ya no condenas por naturaleza, sino que te vuelves el testigo compasivo de los juicios conforme surgen, perviven y pasan. No tienes una naturaleza fija. Estás vivo. Te das cuenta que no 'tienes' juicios; que no causas su aparición. Simplemente permites que todo juicio vaya y venga espontáneamente en tu amorosa y receptiva consciencia, y no te aferras a ellos ni los rechazas... ni los confundes con la realidad. Y no olvides esto: juzgar a los juicios como 'malos' o como algo 'equivocado' ¡es el mayor juicio de todos! -‐ Jeff Foster
El yo-‐imagen busca la supervivencia en las situaciones. Busca la seguridad en la repetición y ha adquirido patrones de comportamiento. Se esfuerza por transformar todo lo nuevo y desconocido en algo conocido. Mientras esta sensación controladora de individualidad siga funcionando, nunca podremos llegar a vivir de forma espontánea, al no-‐estado del que todos los estados brotan. ~ Jean Klein Este es un día para dar gracias por todos y cada uno de los sucesos más "insignificantes", incluso por aquellos que no parecen merecer tu gratitud. Este no es simplemente "otro" día. Este es tu primer día, y tu último día. Tu único día. Tu tan ansiado día de gracia. -‐ Jeff Foster Un Antídoto para la Era de la Ansiedad: Alan Watts abordando el tema de la felicidad y cómo vivir en la Presencia -‐ por Maria Popova Sabiduría para superar la mayor frustración humana por el pionero de la Filosofía Oriental en Occidente. La forma como vivimos nuestros días es, por supuesto, la forma como vivimos nuestras vidas,” Annie Dillard escribió en su reflexión atemporal acerca de la Presencia vs. la productividad — un antídoto oportuno para la ansiedad fundamental de nuestra era obsesionada con la productividad. De hecho, mi resolución para año nuevo fue dejar de estar midiendo mis días por el grado de productividad y comenzar a vivirlos basada en la Presencia. Pero, ¿qué, exactamente, hace que esto sea posible? Este concepto de Presencia tiene sus raíces en las ideas orientales que hablan de la atención plena (mindfulness) -‐ la capacidad de ir por la vida con una presencia consciente clara y establecernos plenamente en nuestra experiencia -‐ popularizada en occidente por el filósofo y escritor británico Alan Watts (Enero 6, 1915 -‐ Noviembre 16, 1973), quien también nos regaló la fantástica meditación sobre la vida de propósito. En el excelente volumen de 1951 ‘La Sabiduría de la Inseguridad: Un mensaje para la Era de la Ansiedad’ (biblioteca pública), Watts sostiene que la raíz de nuestra frustración humana y ansiedad diaria está en nuestra tendencia a vivir para el futuro, que es una abstracción. Él escribe: "Si para disfrutar incluso de un agradable presente debemos tener la seguridad de un futuro feliz, estaremos pidiendo algo imposible. No podemos tener esa seguridad. Las mejores predicciones siguen siendo una cuestión de probabilidad más que de certeza, y hasta donde sabemos, cada uno de nosotros va a sufrir y morir. Entonces, si no podemos vivir felizmente sin un futuro asegurado,
ciertamente no estamos adaptados para vivir en un mundo finito donde, a pesar de los mejores planes, los accidentes siguen ocurriendo y la muerte siempre llega." Alan Watts, a principios de los años 70 (Imagen: Everett Collection) Lo que impide nuestra felicidad, sostiene Watts, es nuestra incapacidad para instalarnos plenamente en el presente: "La ‘consciencia primaria,’ la mente básica que conoce la realidad en lugar de las ideas al respecto, no conoce el futuro. Vive completamente en el presente, y no percibe nada más que lo que hay en este momento. El ingenioso cerebro, sin embargo, busca esa parte de la experiencia presente llamada memoria, y a través de lo que ha aprendido es capaz de hacer predicciones. Esas predicciones son relativamente precisas y fiables (por ejemplo, ‘todo el mundo va a morir’) y es por eso que el futuro asume un alto grado de realidad -‐ tan alto que el presente pierde su valor. Pero el futuro aún no está aquí, y no puede volverse parte de la realidad que se está viviendo hasta que esté presente. Ya que lo que sabemos acerca del futuro está construido de elementos puramente abstractos y lógicos -‐ inferencias, suposiciones, deducciones -‐ no puede ser comido, sentido, olido, visto, escuchado ni disfrutado. Perseguirlo es perseguir un fantasma que se aleja incesantemente, y cuanto más rápido se le persigue, más rápido se aleja. Por eso es que todos los asuntos de la civilización tienen que ver con la prisa, por eso es que casi nadie disfruta lo que tiene y siempre se busca más y más. La felicidad, entonces, consistirá, no de realidades sólidas y sustanciales, sino de cosas abstractas y superficiales como lo son las promesas, las esperanzas y las garantías.” Watts asegura que nuestra principal manera de renunciar a la Presencia es abandonar el cuerpo y refugiarnos en la mente -‐ que siempre calcula, se auto-‐evalúa, hierve en el caldero de los pensamientos, las predicciones, las ansiedades, los juicios e inventa meta-‐experiencias acerca de la experiencia misma. Escribiendo más de medio siglo antes de nuestra era de las computadoras, pantallas táctiles, y del yo cuantificado, Watts advierte: "Al cerebrito moderno le encanta no la materia sino las estadísticas, no lo sólido sino las superficies. [...] Los ocupados habitantes de una ciudad moderna son personas que viven dentro de una máquina y son arrastrados por las ruedas de ésta. Pasan sus días con actividades que en gran medida se reducen a contar y medir, viviendo en un mundo de abstracción racionalizada que guarda muy poca relación con, o que tiene poca armonía con los grandes ritmos y procesos biológicos. De hecho, las
actividades mentales de ese tipo ahora pueden ser gestionadas con más eficiencia por las máquinas que por los hombres -‐ tanto es así que en un futuro no muy lejano el cerebro humano podrá llegar a ser un mecanismo obsoleto a la hora de realizar cálculos lógicos. Hoy en día la computadora humana está siendo abiertamente desplazada por las computadoras mecánicas y eléctricas, que son mucho más veloces y eficientes. Si el principal activo y valor del hombre es su cerebro y su capacidad para calcular, entonces, éste se convertirá en un producto invendible en una era en la que la operación mecánica de razonar puede hacerse de manera más efectiva por las máquinas. [...] Si queremos continuar viviendo para el futuro, y que el principal trabajo de la mente sea la predicción y el cálculo, el hombre deberá eventualmente convertirse en un apéndice parasitario de la masa de un reloj.” Sin lugar a dudas, Watts no descarta la mente como una facultad humana carente de valor o fundamentalmente peligrosa. Más bien, él insiste en que si permitimos que su sabiduría inconsciente se despliegue en completa libertad -‐ como por ejemplo, lo que ocurre durante la fase de ‘incubación’ del procesamiento inconsciente en el proceso creativo -‐ la mente se vuelve una aliada en lugar de una tirana. Es sólo cuando tratamos de controlarla y volverla contra sí cuando surgen los problemas: "Cuando trabaja adecuadamente, el cerebro es la forma más elevada de ’sabiduría instintiva.’ Así, éste debería funcionar como el instinto de regresar a casa que tienen las palomas y la formación del feto dentro del útero -‐ sin verbalizar el proceso o sin saber ‘cómo’ lo hace. El cerebro auto-‐consciente, como el corazón auto-‐consciente, es un desorden, y se manifiesta a través de una sensación aguda de separación entre ‘yo’ y mi experiencia. El cerebro sólo puede asumir su comportamiento adecuado cuando la consciencia hace aquello para lo que está diseñada: no dar vueltas y vueltas con el fin de salirse de la experiencia presente, sino ser (estar), sin esfuerzo, consciente de ella." Y sin embargo, el cerebro da vueltas y vueltas, produciendo nuestra gran inseguridad humana y la ansiedad existencial en medio de un universo de flujo constante. (Porque, como Henry Miller afirmó memorablemente, “Es casi banal decirlo, sin embargo, es necesario enfatizarlo constantemente: todo es creación, todo es cambio, todo es flujo, todo es metamorfosis.”) Paradójicamente, reconocer que la experiencia de presencia es la única experiencia, es también un recordatorio de que nuestro ‘yo’ no existe más allá de este momento presente, que no hay un ‘yo’ permanente, estático e inmutable que tenga la capacidad de concedernos cualquier tipo de
seguridad y certeza para el futuro -‐ y aún así continuamos persiguiendo precisamente esa seguridad del futuro, que sigue siendo una abstracción. Nuestra única oportunidad para despertar de este círculo vicioso, sostiene Watts, es ser plenamente conscientes de nuestra experiencia presente -‐ algo muy diferente a juzgarla, evaluarla, o medirla en comparación con un ideal abstracto o arbitrario. Watts escribe: "Hay una contradicción en querer estar perfectamente seguro en un universo cuya naturaleza es lo momentáneo y la fluidez. Pero la contradicción se encuentra un poco más profunda que el mero conflicto entre el deseo por la seguridad y el hecho del cambio. Si quiero estar seguro, es decir, protegido del flujo de la vida, estaré deseando estar separado de la vida. Sin embargo, es este mismo sentido de separación el que me hace sentir inseguro. Estar seguro significa aislar y fortalecer al ‘yo’, pero es sólo el sentimiento de ser un ‘yo’ aislado lo que me hace sentir solo y con miedo. En otras palabras, cuanta más seguridad logre tener, más me hará falta. Para ponerlo todavía más claro: desear seguridad y sentir inseguridad es exactamente lo mismo. Retener el aliento es perder el aliento. Una sociedad basada en la búsqueda de la seguridad no es más que un concurso de ver quién aguanta más tiempo la respiración y en el que todo el mundo está tan tenso como un tambor y tan morado como una remolacha.” Watts aborda de manera especial el tema de la auto-‐superación -‐ algo particularmente importante a la hora de las resoluciones de año nuevo -‐ y nos advierte la implicación en su raíz: "Sólo puedo tomarme en serio el asunto de tratar de vivir a la altura de un ideal, para mejorarme a mí mismo, si estoy partido en dos pedazos. Tendría que haber un ‘yo’ bueno que intente mejorar al ‘yo’ malo. El ‘yo’ que tiene las mejores intenciones, tratará de trabajar sobre el obstinado ‘mí,’ y la lucha entre los dos acentuará la diferencia entre ellos. En consecuencia, el ‘yo’ se sentirá más separado que nunca, por lo que simplemente se aumentarán los sentimientos de soledad y desconexión que hacen que el ‘mí’ se comporte tan mal." La felicidad, sostiene, no es cuestión de mejorar nuestra experiencia, o incluso simplemente confrontarla, sino permanecer presente con ella en el sentido más íntimo: "Pararse frente a frente con la inseguridad no significa comprenderla. Para comprenderla, no debes enfrentarla sino SER la inseguridad. Es como el cuento persa del sabio que llegó a la puerta del Cielo y llamó. Desde dentro la voz de Dios preguntó: ‘¿Quién está ahí?’
y el sabio respondió: ‘Soy yo.’ ‘En esta Casa,’ respondió la voz, no hay espacio para ti y para mí.’ Entonces el sabio se fue, y pasó muchos años reflexionando sobre la respuesta en profunda meditación. Volviendo por segunda vez, la voz hizo la misma pregunta, y de nuevo el sabio respondió: ‘Soy yo.’ La puerta permaneció cerrada. Después de algunos años regresó por tercera vez, y mientras tocaba, la voz una vez más demandó, ‘¿Quién esta ahí?’ Y el sabio gritó, ‘¡Soy tú mismo!’ Y la puerta se abrió." En verdad no nos damos cuenta que no hay ninguna seguridad, afirma Watts, hasta que confrontamos el mito del yo fijo y reconocemos que el ‘yo’ sólido no existe -‐ algo que la psicología moderna ha denominado ‘la ilusión del yo’. Y sin embargo, es algo increíblemente difícil de hacer, porque en el mismo acto de esta comprensión hay un yo comprendiendo. Watts ilustra brillantemente esta paradoja: "Mientras estás observando esta experiencia presente, ¿estás consciente de alguien observándola? ¿Puedes encontrar, aparte de la experiencia en sí misma, algún experimentador? ¿Puedes, al mismo tiempo, leer esta oración y pensar acerca de ti mismo leyéndola? Descubrirás que para pensar acerca de ti leyéndola, deberás, por un instante, dejar de leerla. La primer experiencia es leer. La segunda experiencia es el pensamiento, ‘estoy leyendo.’ ¿Puedes encontrar algún pensador que esté pensando el pensamiento, ‘estoy leyendo’? En otras palabras, cuando la experiencia presente es el pensamiento ‘estoy pensando’, ¿puedes pensar acerca de ti mismo pensando ese pensamiento? Una vez más, simplemente tienes que dejar de pensar, ‘estoy leyendo.’ Pasas a una tercera experiencia, que es el pensamiento, ‘Estoy pensando que estoy leyendo.’ No dejes que la rapidez con la que estos pensamientos cambian te engañen con la sensación de que los estás pensando simultáneamente. [...] En cada experiencia presente sólo estuviste consciente de esa experiencia. Jamás estuviste consciente de estar consciente. Nunca fuiste capaz de separar al pensador del pensamiento, al conocedor de lo conocido. Lo único que encontraste fue un pensamiento nuevo, una experiencia nueva.” Lo que nos hace incapaces de vivir en presencia consciente pura, señala Watts, es el juego y la cadena de nuestra memoria y nuestra distorsionada relación con el tiempo: "La idea de un pensador separado, de un ‘yo’ distinto de la experiencia, viene de la memoria y de la rapidez con la que cambia el pensamiento. Es como cuando se hace girar un leño encendido para dar la impresión de un círculo continuo de fuego.
Si imaginas que la memoria es un conocimiento directo del pasado en lugar de una experiencia presente, se obtiene la ilusión de conocer el pasado y el presente al mismo tiempo. Esto sugiere que hay algo en ti distinto de las experiencias del pasado y del presente. Razonas, ‘Conozco esta experiencia presente, y es diferente a la experiencia pasada. Si puedo comparar a las dos, y notar que la experiencia ha cambiado, entonces, yo debo ser algo constante y aparte.’ Pero, de hecho, tú no puedes comparar esta experiencia presente con una experiencia pasada. Sólo puedes compararla con una memoria del pasado, que es parte de la experiencia presente. Cuando ves con claridad que la memoria es una modulación de la experiencia presente, resultará obvio que tratar de separarte a ti mismo de esta experiencia es tan imposible como tratar de hacer que tus dientes se muerdan a sí mismos. [...] Entender esto es comprender que la vida es completamente momentánea, que no hay permanencia ni seguridad, y que no hay ningún ‘yo’ que pueda ser protegido.” Y allí está el punto crucial de nuestra lucha humana: "La verdadera razón de por qué la vida humana puede ser tan absolutamente desesperante y frustrante no es debido a que haya hechos llamados muerte, dolor, miedo, o hambre. La locura del asunto es que cuando esas cosas están presentes, les sacamos la vuelta, nos quejamos, nos retorcemos, nos sacudimos para intentar sacar al ‘yo’ fuera de la experiencia. Fingimos ser amebas, y nos tratamos de proteger de la vida dividiéndonos en dos. La cordura, la completud y la integración se encuentran en la comprensión de que no estamos divididos, que el hombre y su experiencia presente son uno, y que nunca podrá encontrarse ninguna mente y ningún ‘yo’ separado. Para entender la música, tienes que escucharla. Pero mientras pienses: ‘Estoy escuchando esta música’, no la estarás escuchando. “ 'La Sabiduría de la Inseguridad' es un libro inmensamente maravilloso -‐ existencialmente necesario, incluso -‐ en su totalidad, y es uno de esos libros destinados a permanecer contigo durante toda tu vida. -‐ Traducido por Tarsila Murguía EL CAMINO DEL DESCANSO Oh, pequeño y dulce niño, amada niña, se sienten tan abrumados por la vida, lo sé, por la grandeza de todo, por las inmensas posibilidades, por las innumerables perspectivas que hay para ustedes. A veces se sienten tan deprimidos por todas las preguntas sin resolver, por toda la información que supuestamente tienen que procesar y memorizar, por la urgencia de
las cosas. Se sienten agobiados por las poderosas emociones, tratando de controlar, o por lo menos influenciar a todo y a todos los que les rodean, tratando de mantener la compostura, tratando de hacer que todo 'funcione' de alguna manera, tratando de que todo quede listo 'a tiempo', tratando de resolver las cosas con rapidez, incluso tratando de no tratar. Se sienten exhaustos, dulces niños, exhaustos de todos los intentos y de dejar de intentar, y están luchando por confiar nuevamente en la vida. Todo esto ha sido demasiado para el pobre organismo, ¿no es así? Están cansados y anhelan descanso. ¡Nada de esto ha sido una falla ni un terrible error, sino algo maravilloso para abrazar! Porque el agotamiento es pura inteligencia, y dice: ¡Suelta, suelta todo! ¡Deja de esforzarte tanto! Deja de presionar para que lleguen las respuestas en este momento. Permite que todo descanse ahora. Haz una pausa sagrada. Deja que las preguntas se queden sin respuestas, por ahora. Date hoy un espacio para respirar. Deja que hoy todo se salga de control. Permítete no ser capaz de mantener todo en su lugar hoy. Permítete no saber cómo, no saber absolutamente nada. Deja que se te rompa el corazón, si es necesario, y que el cuerpo sienta dolor, y que el alma despierte. Todo se pone tan bien, cuando estás dispuesto. Tan bien, aquí. Y recuerda que eres amado, pequeño niño. Recuerda que siempre has sido amado, mucho antes de que te hayan puesto un nombre, mucho antes incluso de que hayas nacido, mucho antes de que toda esa carga viniera a mostrarte el camino.-‐ Jeff Foster "Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo." -‐León Felipe. PERMITE QUE HOY SEA EL DÍA Permite que éste sea el año en que más te rías, en que más llores, en que caigas de rodillas con gratitud y con gracia; observa la gran belleza del paso de las cosas, y siente las extraña resolución de las muchas incertidumbres de la vida. Cuando te vuelves como un niño pequeño, se dice, es cuando entras al Reino de los Cielos. Sin embargo, el Reino está aquí, disfrazado de un día ordinario, de una hora ordinaria, de un momento ordinario, a la espera de que tus ojos se abran de par en par a sus abundantes tesoros. ¡Permite que hoy sea el día! -‐ Jeff Foster
AGOTAMIENTO SAGRADO ¡Tu agotamiento se honra a sí mismo! No te apresures a asignarle alguna patología, o a hacerlo desaparecer, porque puede contener gran inteligencia, e incluso, medicina. Has emprendido un largo viaje desde las estrellas, amigo. Haz una reverencia a tu agotamiento ahora; deja de luchar contra él. No hay ninguna vergüenza en admitir que ya no puedes seguir adelante. Incluso los más valientes necesitan descansar. Porque hay toda una aventura por delante. Y necesitarás de todos tus recursos. Ven, siéntate frente al fuego de la Presencia. Deja que el cuerpo se relaje; déjate caer en el silencio aquí. Olvídate de mañana, no te preocupes por el recorrido que falta, y sumérgete en la calidez de esta noche. Cada gran aventura está nutrida por el descanso que hay en su corazón. Tu agotamiento es noble, amigo, y contiene poder sanador... si tan sólo lo escuchas... -‐ Jeff Foster Cada momento surge naturalmente, esto es obvio. Surge en su infinita pureza, surge perfecto. Cuando yo lo 'observo' lo hago desde él porque somos uno y lo mismo. Eso que llamo mi 'mente'puede, por la fuerza de la costumbre, incitarme a empañarlo con mi historia personal, con mis vicios de pensamiento, con mi creencia en el pasado o en el futuro. ¡Qué desgaste, qué inútil! Qué caprichosa y fútil inversión de energía cuando podría mejor Vivirlo (ser Eso) con toda su pureza. De todos modos, ninguno de mis locos juicios podría tocar su inmaculada perfección, mi inmaculada perfección. Autor: Tarsila Murguía Morales Confiando en la Vida Confiar en la vida no es conseguir lo que quieres, lo que esperas, deseas o anhelas. Confiar es saber que, independientemente de si logras lo que creías haber querido, de alguna manera siempre obtendrás alimento nutritivo para despertar. Que toda situación, acontecimiento o relación te sacudirá lo suficiente -‐ o más que lo suficiente -‐ para enfocarte, para ayudarte a recordar quién eres realmente, para recordarte la gran pregunta original '¿Quién soy?', la más íntima de todas las pregunta. Los conflictos de la vida sacarán a relucir ciertas partes en ti -‐ pensamientos y sentimientos -‐ para que te des cuenta de su desesperada necesidad de ser tomados en cuenta en tiempo real, saliendo hacia la superficie para ser vistos e iluminados por la siempre presente luz de tu amorosa consciencia, para ser acogidos en tu natural abrazo. Las situaciones sólo se convierten en 'problemas' cuando olvidamos la franca invitación que se nos hace a conocer la vida en sus propios términos, para abarcar lo inabarcable, para tocar la oscuridad con
nuestra indestructible luz. Confía en que lo que tiene que suceder sucederá, y lo que tiene que ser expresado se expresará, que las elecciones se harán o no, que el dolor surgirá o no, y así, 'confianza' dejará de ser una palabra necesaria, porque la vida es demasiado íntima como para ser nombrada, y tú estás demasiado cerca de ti mismo como para alejarte. -‐ Jeff Foster El consuelo es el arte de hacer la más hermosa pregunta, acerca de nosotros mismos, de nuestro mundo o de los demás, en el momento más salvajemente difícil y poco bello. El consuelo es lo que debemos buscar cuando la mente no es capaz de soportar el dolor, la pérdida y el sufrimiento que a la larga, afecta cada vida y cada esfuerzo; cuando el anhelo no da fruto en una forma que podamos reconocer, cuando las personas que amamos desaparecen, cuando la esperanza debe tomar una forma completamente diferente de la que habíamos concebido. El consuelo es el hermoso e imaginativo hogar que construimos en donde la decepción puede llegar para ser rehabilitada. Cuando la vida, de ninguna manera parece sumar nada, debemos poner atención a esa parte de nosotros que jamás ha deseado una vida de simples cálculos. El consuelo lo encontramos al permitir que la sabiduría innata del cuerpo pase a un primer plano, la parte de nosotros que ya sabe que es mortal y que debe realizar su partida como todo lo demás, llevándonos, cuando la mente no puede soportar lo que se está viendo o escuchando, hacia el canto de las aves del árbol que está por encima de nuestras cabezas, incluso si se nos está avisando de alguna muerte, cada nota es la esencia de una desdicha y de un amanecer; de la corriente de una vida que sigue adelante, pero que de alguna manera, y muy bellamente, sobrelleva, soporta e incluso celebra la vida que se acaba de perder. Una vida que no podríamos ver ni apreciar hasta que haya sido arrancada de nosotros. Ser consolado es ser invitado a la terrible tierra de la belleza en donde aguarda nuestra inevitable desaparición, a una voz que no calma falsamente, sino que toca el epicentro de nuestro dolor o articula la esencia de nuestra pérdida, para después emanciparnos tanto en la vida como en la muerte como un mismo derecho de nacimiento. El consuelo no es una evasión, tampoco una cura para nuestro sufrimiento, ni un estado de mente bien confeccionado. El consuelo es ver y participar directamente, la celebración de la belleza que va y viene, la aparición y la desaparición de la cuál siempre hemos sido parte. El consuelo no pretende ser una respuesta, sino una invitación, a través de la
puerta del dolor y la dificultad, a la profundidad del sufrimiento y la belleza simultánea en el mundo en donde la ingeniosa mente, por sí misma, no puede entender ni dar sentido. Buscar consuelo es aprender a hacer preguntas más agresivas y exquisitamente precisas que re-‐definan nuestras identidades y nuestros cuerpos y nuestra relación con los demás. Mantenernos de pie ante la pérdida pero sin sentirnos abrumados, nos convierte en útiles, generosos, compasivos, e incluso divertidos compañeros para los demás. Pero el consuelo también nos hace preguntas muy directas y contundentes. En primer lugar, ¿cómo soportar lo inevitable? ¿Cómo soportarlo a través de los años? Y, sobre todo, ¿cómo dar forma a una vida igual de bella y sorprendente a la de un mundo que te dio nacimiento, te llevó hacia la luz y después te hizo desaparecer? -‐-‐‐ David Whyte SOBRE EL DUELO “Puedes decidir que una relación no valió la pena si tuvo que terminar en la muerte, dejándote solo. O, puedes darte cuenta que cada momento tuvo un mayor significado del que te pudiste atrever a reconocer en ese momento, tanto significado que te asustó, así que simplemente lo viviste, diste por sentado el amor y las risas de cada día, y no te diste la oportunidad de considerar su carácter sagrado. Pero cuando todo ha terminado y te encuentras solo, comienzas a ver que no se trató sólo de ir al cine y cenar juntos, ni de ver juntos los atardeceres, no fue sólo fregar el suelo y lavar los platos juntos o preocuparse por la excesiva factura de electricidad. Se trató de todo, del porqué de la vida, se trató de cada acontecimiento y cada precioso momento en la relación. La respuesta al misterio de la existencia es el amor que compartiste, a veces tan imperfectamente, y cuando la pérdida te despierta a su belleza más profunda, a su santidad, no puedes ponerte de pie por mucho tiempo, caes de rodillas, no por el peso de la pérdida, sino de gratitud por todo lo que hubo antes de la pérdida. Y el dolor siempre está ahí, pero un día, el vacío desaparece, porque alimentar el vacío, consolarse en él, es faltarle el respeto al regalo que es la vida. ― Dean Koontz, 'Odd Hours' LA ALEGRÍA MÁS ELEVADA Abrir plenamente tu corazón sin la agotadora exigencia de ser amado a cambio, amar incondicionalmente sin necesidad ni expectativa, dar sin la necesidad de recibir, estar siempre receptivo a los regalos que te da la
vida, nunca culpar a nadie por tus tristezas -‐ ese es el nacimiento de la verdadera abundancia, es la rendición del ego, la alegría más elevada en el mundo. Tu verdadero poder no reside en tu capacidad de controlar o manipular, sino en tu capacidad de amar, en darle la bienvenida a la vida. Y hablo desde mi experiencia, porque algún día creí que los demás tenían la culpa, que mi corazón era demasiado pequeño como para contener galaxias. -‐ Jeff Foster Aceptación significa enfrentar todo lo que quiere ser enfrentado, ahora. Significa conexión, ahora. Significa tener los pies bien puestos en la tierra, ahora, pero tus ojos completamente abiertos al amor, a las posibilidades, y a esa extraña tierra llamada 'futuro'. -‐ Jeff Foster LA OPORTUNIDAD DE LA DEPRESIÓN ¿Te sientes deprimido? Entonces, sólo por un momento, siéntete deprimido, sin tratar de deshacerte de ese sentimiento, sin buscar tener otro tipo de experiencia. Intenta hacer a un lado la etiqueta 'deprimido', y comienza a investigar la vida que se mueve por tu cuerpo, anterior a la palabra. Siente directamente las crudas sensaciones en tu cuerpo, en tu barriga, en tu pecho, en tu garganta, en tu cabeza. ¿Las sensaciones se sienten punzantes, dolorosas, agudas, variantes? ¿palpitan, vibran, tiemblan? ¿Se mueven rápida o lentamente? ¿Cambian cuando les prestas atención? Permite que las sensaciones bailen, se muevan, se intensifiquen o se disipen. No hay nada que sea bueno ni malo. Deja que todos tus pensamientos, imágenes mentales, sueños, fragmentos de historia estén aquí, también. Permite que se queden, permite que se vayan. Permite que sean olas en el océano de Ti. Renuncia a la agotadora lucha de cambiar 'lo que ya es.' Encuentra tu descanso en medio de la inquietud. Pon atención a lo que está presente, no a lo que está ausente. Sé la luz que ilumina, la amorosa presencia consciente que abraza. En este momento, no trates de deshacerte de la depresión, Sólo escucha el cantar de este momento la canción de un constante cambio. -‐ Jeff Foster La Espiritualidad de la Imperfección: La Narrativa y la Búsqueda de Significado -‐ por Maria Popova Si hay algo que valga la pena hacer, vale la pena hacerlo mal.” El poeta John Keats describió alguna vez el estado ideal de la psique como una habilidad negativa -‐ la habilidad “de vivir en la incertidumbre, en los Misterios, en la duda, sin la irritable persecución de hechos y razones.”
“La verdad de la vida es su misterio,” hizo eco Joyce Carol Oates. El sentirse cómodo con el misterio y lo desconocido, ciertamente, está en el corazón no sólo de la existencia poética sino también en el más racional de los esfuerzos intelectuales humanos, como muchas de las más grandes mentes científicas de la historia han atestiguado. Y, sin embargo, atrapados entre la cultura de opinión en la que vivimos y nuestro miedo mortal a equivocarnos, anhelamos desesperadamente por el absolutismo, la certeza y la verdad perfecta. Publicado originalmente en 1993, ‘The Spirituality of Imperfection: Storytelling and the Search for Meaning’ (La Espiritualidad de la Imperfección: La Narrativa y la Búsqueda de Significado) explora lo que es posiblemente la dimensión más importante de lo que significa ser humano -‐ nuestra inherente imperfección -‐ y las muchas formas en las que la violamos diariamente, entregando una constelación de sabiduría y visión práctica acerca de cómo vivir de una manera que le dé más poder, en lugar de quitárselo, a nuestra humanidad. Los autores Ernest Kurtz y Katherine Ketcham describen la espiritualidad de la imperfección como “una espiritualidad en donde no se tienen todas las respuestas, en donde las historias transmiten el misterio y el milagro -‐ la aventura -‐ de estar vivo.” Aunque gran parte de la atención recae en el programa de Alcohólicos Anónimos -‐ aclamado por muchos como uno de los movimientos organizados más importantes del siglo 20 y criticado por algunos por sus propias imperfecciones -‐ el libro, que pasa por el radar del escepticismo incluso de algunos no religiosos como yo, trata realmente de cómo cultivar nuestra habilidad para vivir en la incertidumbre, el misterio, y para hacer las preguntas adecuadas, en lugar de buscar las respuestas correctas. El problema con las religiones organizadas, Bill Wilson se quejó alguna vez, ‘es su pretensión de qué tan condenadamente están en lo correcto cada una de ellas.’ La espiritualidad de la imperfección... no pretende estar ‘en lo correcto.’ Es una espiritualidad más interesada en las preguntas que en las respuestas, más un viaje hacia la humildad que una lucha por la perfección. La espiritualidad de la imperfección comienza con el reconocimiento de que tratar de ser perfecto es el más trágico de los errores humanos. Agregando a la continua discusión que hay sobre la psicología y la filosofía de la espiritualidad, Kurtz y Ketcham observan: No somos ‘todo,’ pero tampoco somos ‘nada.’ La espiritualidad se descubre en ese espacio entre los extremos de la paradoja, porque allí
confrontamos nuestra indefensión e impotencia, nuestras heridas. Al buscar entender nuestras limitaciones, buscamos no sólo el alivio de nuestro dolor, sino un entendimiento de lo que significa lastimar y ser sanado. La espiritualidad comienza con la aceptación de que nuestro fracturado ser, nuestra imperfección, simplemente es: Nadie tiene la ‘culpa’ de nuestros errores -‐ ni tampoco nosotros, ni nadie, ni nada más. La espiritualidad nos ayuda primero a ver, y después a entender, y con el tiempo, a aceptar la imperfección que reside en el corazón mismo de ser humano. La espiritualidad acepta que ‘Si hay algo que valga la pena hacer, vale la pena hacerlo mal’. Adicionalmente: Esta no es una espiritualidad para santos o dioses, sino para la gente que sufre de lo que el filósofo-‐psicólogo William James llamó ‘nuestro estado de estar despedazados’ (su mordaz traducción de ‘German Zerrissenheit,’ desunión alemana). Todos hemos conocido esa experiencia, porque ser humanos es sentirnos a veces divididos, fracturados, lanzados hacia una docena de direcciones... y anhelar la serenidad, alguna sanación para ‘nuestro estado de estar despedazados.’ Mucho se ha escrito -‐ y debatido -‐ acerca de la ciencia de la narrativa o el relato de los cuentos en las últimas semanas, así que este fragmento sobre la espiritualidad y la historia es de destacarse. Sin las imperfecciones, ‘la brecha entre las intenciones y los resultados,’ no habría ninguna historia. [...] Escuchar historias y narrarlas ayudó a nuestros antepasados a vivir humanamente -‐ a ser humanos. Pero en algún momento, a lo largo del camino, nuestra capacidad de narrar (y escuchar) historias se perdió. Conforme la vida se aceleró, conforme la posibilidad de la comunicación y la aniquilación se convirtieron en algo mucho más instantáneo, la gente llegó a tener menos tolerancia para aquello que sólo llega con el tiempo. La exigencia por la perfección y las ansias de un mayor control sobre un mundo que paradójicamente parece más fuera de control finalmente generó una impaciencia para con la historia. Conforme pasó el tiempo, el arte de la narración de cuentos despareció, y aquellos que se fueron antes que nosotros perdieron gradualmente parte de lo que había sido patrimonio de la humanidad -‐ la habilidad de hacer las preguntas más básicas, las preguntas espirituales. Todo esto se remite a nuestra incomodidad con lo misterioso y con la falta de respuestas, destacando la urgencia de relajarnos en ello, en lugar de tensarnos contra ello: Nosotros, la gente moderna, somos solucionadores-‐ de-‐problemas, pero la demanda de respuestas desplaza a la paciencia -‐ y quizá, especialmente, la paciencia para con el misterio, con aquello que no
podemos controlar. Intolerantes de la ambigüedad, negamos nuestras propias ambivalencias, buscando respuestas a nuestras preguntas más angustiosas en cuanto a la técnica, esperando encontrar la última sanación en la tecnología. Pero los sentimientos de distanciamiento, aislamiento, y falta de centro persisten, como siempre lo han hecho. Si ‘La Espiritualidad de la Imperfección’ te recuerda a ‘Los Regalos de la Imperfección’ de Brown, es por una buena razón -‐ ambos van al corazón de nuestro profundo condicionamiento, el tipo de narrativas personales y culturales que hemos creído por años y que nos impiden habitar plenamente en nosotros mismos. -‐-‐-‐Jiddu Krishnamurti “Silence is difficult and arduous, it is not to be played with. It isn’t something that you can experience by reading a book, or by listening to a talk, or by sitting together, or by retiring into a wood or a monastery. I am afraid none of these things will bring about this silence. This silence demands intense psychological work. You have to be burningly aware of your snobbishness, aware of your fears, your anxieties, your sense of guilt. And when you die to all that, then out of that dying comes the beauty of silence.” Larga vida y prosperidad” -‐ Saludo Vulcano de Star Trek A menudo me piden que hable acerca del “controvertido” tema acerca de cobrar dinero por las enseñanzas espirituales. Yo no veo ninguna controversia. La controversia parece provenir de una interpretación errónea acerca de lo que realmente somos, y de una visión bastante estrecha y divisiva acerca de la “espiritualidad” y del miedo que resulta de algo a lo que nunca debemos temer. Me explico... El Dinero es Espiritual Muchas personas que se consideran a sí mismas como “espirituales” sienten que el dinero es muy “poco espiritual” (¡Que extraña división!), lo consideran sucio, de alguna manera, como si fuera algo en contra de la vida, una especie de mancha en la consciencia. Algunas personas incluso dicen que los maestros espirituales nunca deben pedir dinero y que las enseñanzas deben impartirse gratuitamente, o a través de una donación, y que si un maestro cobra alguna cantidad, entonces quiere decir que no es auténtico o incluso, que podría estarse tratando de un fraude. Pero seamos reales, si un maestro no cobra dinero, en el fondo podría estar tratando de recaudar la mayor cantidad de donaciones posibles, o conseguir tantos estudiantes como sea posible, o generar mucha admiración y publicidad, respeto o popularidad -‐ y la imagen del “maestro desinteresado, despojado de deseos y del ego que jamás pide dinero” podría ser, por cierto, bastante rentable. Entonces,
todo se reduce a la motivación y a la intención. El problema no es el dinero, el problema es nuestro deseo alrededor del dinero. El dinero es simplemente una parte de la vida, un movimiento natural de la energía de la vida. Es nuestra avaricia y los temores que rodean al dinero lo que crea tanto sufrimiento y desigualdad, para nosotros y para todo el mundo. Cuando ofreces un servicio o un producto -‐ y aquí se puede incluir la enseñanza espiritual, el canto, el arte, la terapia, o lo que sea -‐ ¿cuál es tu intención? ¿Lo haces principalmente por el dinero? ¿Lo haces solamente para obtener un beneficio personal? ¿Para acumular riqueza? ¿Para promoverte a ti y a tu propia imagen? ¿Para aumentar tu propia seguridad y comodidad a cualquier costo? En ese caso, jamás serás verdaderamente rico en el sentido más profundo de la palabra. Es decir, jamás estarás en contacto con la prosperidad, con el flujo de la vida, con el dar y recibir propios de la energía de la vida, sin lo cual la vida humana no sería posible. El Ciclo de la Prosperidad Desde que los humanos empezamos a vivir en comunidad, hemos estado en contacto con el círculo de la vida, con el flujo de la energía vital. La vida nos regala mucho, a menudo, más de lo que necesitamos. Comemos, bebemos, vivimos y prosperamos, y en gratitud por nuestra buena suerte, o simplemente por el asombro y la maravilla de que las cosas sean como son, le correspondemos a la vida y la vida nos da de nuevo, y así, el movimiento de la prosperidad se sigue moviendo. Querer prosperar y ser uno con la prosperidad es lo más natural, ya que no estamos separados de este flujo. El momento en que olvidamos esta inseparabilidad, el flujo se bloquea y empezamos a tener miedo. Entonces, la vida se empieza a convertir en “mi riqueza” o “mi ganancia” y no en la prosperidad de todos. Nos cerramos a la verdadera prosperidad cuando deseamos sólo nuestro propio beneficio y empezamos a temer. Por supuesto, si la ganancia es nuestro motivo principal, si nuestra riqueza se basa en el miedo, cuando finalmente logremos nuestro éxito, riqueza y fama, todo se sentirá sumamente vacío. Eso no es la verdadera riqueza. Nos podemos sentar en nuestras mansiones de millones de dólares, pudrirnos allí, sintiéndonos solos y abandonados y tal vez más fracasados que nunca. Y luego, siempre existe la posibilidad de perder nuestras ganancias, éxitos y la aparente seguridad y comodidad, dando como resultado una gran ansiedad. Todo esto se debe a un malentendido básico acerca de lo que realmente somos. “Mi ganancia” y “mi comodidad” no es realmente lo que anhelamos. Aquello que anhelamos es prosperidad, en el sentido más
profundo de la palabra. Nuestra inherente inseparabilidad de la vida y de los demás, que es lo que realmente somos. El dinero en sí mismo no puede darnos eso. La Alegría de Dar y Recibir Cuando hacemos lo que amamos, cuando estamos realmente conectados y permitiendo que la vida fluya libremente a través de nosotros; cuando la música, el arte, la creatividad y la inspiración tienen permiso para moverse y expresarse en nosotros, cuando ofrecemos esa expresión creativa y original a los demás dentro de nuestra comunidad, cuando surge desde un sentido de alegría y admiración en lugar de un interés por la ganancia y por mantener una imagen, cuando damos de vuelta “al mercado” por decirlo de alguna manera, -‐ al lugar en donde todos se reúnen-‐ aquello que la vida nos ha dado, hacemos posible que los demás amen aquello que compartimos, que quieran más de ello, que los inspire, motive o les ayude incluso a cambiar su vida -‐ que nuestra prosperidad se convierta en su prosperidad porque es la misma prosperidad y que se sientan motivados a correspondernos de alguna manera. Tocados por aquello que hemos compartido, quizás sientan la alegre necesidad de contribuir a nuestra prosperidad, y esto podría manifestarse en la forma de dinero que se nos da por los frutos de su propia prosperidad. Porque saben que dar y recibir son parte del mismo movimiento singular de la vida. Visto de esta manera, el dinero es sólo un símbolo de prosperidad, un movimiento de amor, podría decirse. Cuando Bob Dylan toca su guitarra o Marlon Brando actúa “sin actuar”, o cuando Mozart compone o Shakespeare nos regala sus palabras o Billy Holliday canta desde su corazón y desde sus más profundos anhelos, o cuando alguien baila o pinta o crea en su muy singular y asombroso estilo y nos sentimos inspirados y motivados y cambiados y deleitados o incluso muy desafiados, nos sentimos felices de darles algo a cambio, nos sentimos felices al contribuir con su prosperidad y con la prosperidad de todos los que han sido y serán tocados de la misma manera. Queremos que la vida se mantenga fluyendo, tanto para nosotros como para toda la humanidad y el hecho de dar dinero puede ser simplemente una expresión de esa gratitud. Esto va más allá de un “costo”, un “precio”, un “cargo” y del tamaño de nuestras cuentas bancarias... y toca algo sumamente profundo en nosotros. Visto de esta manera, un buen maestro espiritual es simplemente un artista, un poeta, un músico que utiliza palabras y silencio en lugar de un pincel o algún instrumento musical, sin embargo,
la intención es la misma, apuntar de nuevo hacia la verdad más profunda de la vida. La división entre “espiritualidad” y todo lo demás, simplemente se desvanece. Sólo hay Una vida, indivisible. La espiritualidad es arte y el arte es espiritualidad. Si vemos a los maestros espirituales como artistas, dando desde la prosperidad más que desde la urgencia por una ganancia, entonces nos sentiremos felices al compensarlos por su arte. Ellos nos dan mucho, y nosotros les damos a ellos, aunque lo que ellos “den” sea intangible y pudiera verse como “nada” por la mente. Aunque la música y el arte sean “gratuitos”, ¿acaso los artistas “venden agua a la orilla del río” cuando nos conmueven hasta las lágrimas y cambian nuestro punto de vista para siempre? Si decimos “¡No, me niego a pagar, ellos deben darme esto en forma gratuita!”, esto podría ser fácilmente un movimiento en donde nos estemos cerrando a nosotros mismos a la prosperidad, e incluso a la gratitud. Por supuesto que podría no ser el caso, sin embargo sería bueno explorarlo dentro de nosotros mismos. La Ganancia Real Así que, cuando estamos en contacto con esa prosperidad universal, con nuestra inseparabilidad de la vida, cuando hacemos lo que amamos y amamos lo que hacemos, cuando compartimos nuestros dones y talentos y habilidades con los demás en este mercado humano, cuando damos nuestra alegría e incluso nuestro dolor a los demás, sí, podemos hacer dinero. Puede darse alguna ganancia. La intención no era únicamente hacer dinero -‐ era prosperar y generar más prosperidad en los demás -‐ pero terminamos haciendo dinero, como un efecto secundario del amor. En pocas palabras, podríamos sacar alguna ganancia de nuestra intención de generar más prosperidad para el mundo. De esta forma, obtener una ganancia podría ser realmente algo hermoso, conmovedor e inocente -‐ hemos tocado a otros y a cambio, hemos sido tocados. Y con nuestra ganancia, podemos entonces mantener el ciclo de la vida andando, a través de dar y compartir y usar esta ganancia para aumentar la prosperidad del mundo. Cuando tenemos más dinero, podemos ser capaces de hacer más para aumentar la prosperidad -‐ no sólo para nosotros y para nuestra familia inmediata, sino para todos en nuestra ciudad, nuestro país, nuestro continente y quizás para el mundo entero. Podríamos construir hospitales y escuelas, proveer medicinas a los pobres, financiar investigaciones importantes o simplemente
ser capaces de ofrecer más productos y servicios gratuitos para aquellos que tengan menos que nosotros. ¡¿Quién sabe lo que es posible cuando nuestro miedo “espiritual” de poseer dinero termina?! Cuando entiendes que el hecho de tratar de esconder el deseo de hacer dinero realmente podría ser una invitación maravillosa a aumentar la prosperidad del mundo, entiendes que no hay nada de malo con querer hacer dinero, y tu culpa condicionada “espiritual” por ganar dinero, desaparece. El dinero es muy, muy espiritual en su esencia -‐ todo es espiritual. Depende de cada uno de nosotros revisar nuestras intenciones y motivaciones alrededor del dinero, eso es todo. Cuando desaparece nuestro miedo alrededor del dinero, también desaparece toda la controversia, y entonces, quizás, podamos todos compartir e incluso regocijarnos en la prosperidad de los demás, en lugar de convertirnos en presa de los celos y la crítica e hipnotizarnos por las falsas divisiones entre lo llamado “espiritual” y algo más llamado “material”. Una verdadera espiritualidad, una espiritualidad próspera que no divida “material” y “espiritual”, que finalmente abrace al dinero y contemple la verdad más profunda del dar y recibir es algo sumamente hermoso e inspirador. -‐ Jeff Foster (Traducido por Tarsila Murguía) "Today, dare to allow yourself to be seen. Dare to tell the truth. Dare to stop pretending. Dare to stay present to the secret fire that burns inside. Dare to be wildly inconsistent. Dare to let another in. Dare to let go of the image. Dare to never be prepared. Dare to give everything for the awakening of love..." -‐ Jeff Foster ¿Es La Depresión Un Simple Llamado Al Despertar Espiritual? -‐ Jeff Foster Déjenme contarles una historia acerca de la vida y la muerte, y los misterios que ocurren en el inter. Recientemente charlaba con una mujer que estaba ocupada planeando su suicidio. Estaba poniendo en orden sus asuntos financieros, pagando sus deudas y tratando de encontrar unos padres adoptivos que pudieran hacerse cargo de la crianza de su pequeña hija, quien quedaría huérfana después de quitarse la vida. Ella había estado amenazando con suicidarse durante años, y ahora, finalmente, estaba decidida a hacerlo. Sus amigos y familiares, desesperados, habían intentado detenerla, sin embargo ella estaba completamente decidida. Esto es todo. He terminado. Mi tiempo aquí ha acabado,” me dijo de una manera tan casual al inicio de nuestra sesión. Todo se había convertido en
una carga para ella -‐ su insatisfactorio trabajo, sus tan demandantes amigos, su brillante pero hiperactiva mente, su fallida búsqueda de un compañero de vida. Incluso su hija la estaba volviendo loca con sus interminables exigencias. Estaba completamente exhausta de ayudar a todos todo el tiempo sin recibir nada a cambio y veía al suicidio como una ‘lógica’ e ‘inteligente’ solución a su problema de vida. Dejé que hablara y hablara. Tenía demasiadas cosas que decir y yo intervenía muy poco. Simplemente me puse de su lado, sintiendo y viendo el mundo desde su punto de vista, permitiendo que mi experiencia fuera la suya, íntimamente. Esto fue fácil porque en mi experiencia conocía muy de cerca ese lugar de absoluto agotamiento y desesperación, ese lugar en donde yo ‘había tratado de salvar a otros con mucho esfuerzo sin recibir nada a cambio’, ese lugar en donde tal parece que la muerte resultaría ser una bendición y una liberación. Me uní al club de ‘¡Nuestras Vidas Son Demasiado y Ya Estamos Hartos! -‐ la membresía es gratuita :) . Y éramos los fracasados, los incomprendidos, los nunca bien amados, los nunca apreciados, los que anhelan un profundo descanso. Me pregunté si alguien había alguna vez intentado estar con ella en ese lugar en donde se sentía completamente exhausta. Me pregunté si todos esos terapeutas, maestros espirituales, amigos y familia, en todo este tiempo, con sus mejores intenciones, habían intentado simplemente salvarla, componerla, alimentar sus creencias ‘positivas’ o ‘espirituales’ para obligarla a cambiar su mente y ‘volverla a la normalidad’, en lugar de entrar en verdadera comunión con ella dentro de su dolor y soledad, validando su experiencia presente. Quizás en el medio de su presente desesperación, algo diferente, algo completamente nuevo, estaba anhelando ser liberado. Hablamos durante horas. Nos comunicamos con entendimiento, más que con juicios y temores, ella se fue abriendo poco a poco con respecto a sus verdaderos anhelos, sus sueños secretos y sus deseos ocultos. Se hizo evidente que tenía una muy rica, y creativa vida interior a la que jamás había podido dar expresión. Detrás de su fachada, estaba completamente viva, dispuesta a experimentar, demasiado perceptiva a las energías que le rodeaban, sumamente ‘abierta’, como ella lo dijo. Muy en el fondo, tenía un salvaje y apasionado espíritu, pero se había limitado y reprimido a sí misma con los años, amoldándose a una vida en donde no era ‘ella’, para nada. Había estado viviendo una vida de números, de dinero y de
previsibilidad, anulando su espíritu explorador, su poesía y su sentido aventurero. Con mucho cariño la animé para que expresara su secreto anhelo de viajar, explorar, de salir hacia lo desconocido sin un mapa que la guiara. Comenzó a hablar con mucha pasión sobre una época en el pasado cuando se sentía libre y sin cargas. Tenía el anhelo de volver a la simplicidad de esos días. Un fuego rugió dentro de ella. Su anhelo de morir no era realmente un anhelo de morir en el sentido físico. Lo que realmente anhelaba no era dejar de respirar, ni el cese de los latidos de su corazón, sino la muerte del falso yo, la muerte de un ‘yo’ que no era auténtico y que había estado pretendiendo ser -‐ la mujer exitosa, el soporte de los demás, la que tenía control sobre todas las cosas. A través de la experiencia de una profunda depresión, la vida le había estado llamando su atención a gritos desesperados: ‘¡VIVE, VIVE! Lo único que necesité hacer fue facilitar la respuesta hacia esa llamada divina. Comenzamos a explorar posibilidades. ¿Cómo sería una vida real, libre de temores, auténtica? Ella tenía una mente brillante y un corazón muy abierto que había desperdiciado en su negocio de bienes raíces. Comenzó a hablar acerca de vender su casa e irse con su adorada hija (‘mi precioso ángel, enviado desde el cielo’, como ella le decía) hacia la inmensidad de lo desconocido. Siempre había querido viajar a Nueva Zelanda. ¿Podría ese sueño convertirse en realidad? O más bien, ¿era ya una realidad? Quizás el viejo sueño de los bienes raíces era el que debía morir. Y quizás esa muerte ya estaba sucediendo. Si ella hubiera puesto a su hija en una casa hogar y se hubiera suicidado -‐ como lo había planeado hasta ese momento -‐ le hubiera enseñado a su hija cómo cerrarse a la vida y a las posibilidades. No le hubiera enseñado la profunda verdad acerca de sí misma. El suicidio hubiera resultado en una falsa enseñanza y ella lo sabía perfectamente desde el fondo de su corazón. De pronto, todo se volvió muy claro. Ya no había otra opción. Ella reconoció lo que la vida le estaba diciendo. Sí, iba a suicidarse... pero no de la manera en que lo había imaginado antes de hoy. Iba a quitarle la vida a su viejo yo, a su limitado y falso yo. Ese era el verdadero suicidio, el divino suicidio, el suicidio tan necesario para todos nosotros si es que estamos decididos a vivir vidas apasionadas, auténticas. Ella iba a terminar con una vida que se había vuelto vacía y sin sentido, para liberarse y lanzarse
hacia lo desconocido con su amada hija, con sus corazones abiertos de par en par a todas las posibilidades, y para amarse la una a la otra. Esta conclusión no fue una conclusión mental, ni tampoco una basada en el miedo. No era una opción que implicara huir de sus responsabilidades. Se trataba más bien de honrar profundamente la fuerza de la vida que estaba tratando de expresarse dentro de ella. Era alinearse con su pasión. Esto se trataba de una responsabilidad profunda, en el verdadero sentido de la palabra -‐ la habilidad de responder auténticamente al llamado más trascendente que pueda hacerle a uno la vida. Ahora, ella no tenía ninguna otra opción más que vivir. * A la mañana siguiente supe que su aventura había comenzado. Ya había empezado a empacar sus cosas, había empezado a vender todo aquello que no quería conservar, empezó a prepararse no para morir, sino para iniciar una nueva vida. Había sido un divino suicidio -‐ el suicidio de lo falso, por lo falso. Se trasladaría a Nueva Zelanda con su adorada hija, quien no sería ingresada a ningún hogar de acogida ni perdería a su madre, sino que se uniría a su madre viva en una aventura interminable. No le enseñé nada a esta mujer. Nunca le ‘hice’ nada. Simplemente la escuché desde un lugar de aceptación libre de juicios, reflejándole su propia y profunda verdad para que pudiera escucharla por sí misma de una sola vez. En medio de todo ese desastre, se había abierto un espacio para que naciera una nueva vida. Es increíble todo lo que puede llegar a suceder cuando nos escuchamos unos a otros. No es de extrañar que la palabra ‘depressed’ (deprimido) en inglés, corresponda fonéticamente a ‘deep rest’ (descanso profundo). Podemos ver a la depresión no como una disfunción o una enfermedad mental, sino, en un nivel más reflexivo, como un estado de descanso sumamente malinterpretado en el que entramos cuando nos sentimos completamente exhaustos de cargar el peso de la falsa historia acerca de nosotros mismos. Es una falta de interés en todo aquello que es de segunda mano -‐ el anhelo de morir al falso y limitado ‘yo’, el anhelo de redescubrir nuestra verdadera inmensidad para recibir lo que nos corresponde inherentemente. La depresión, en realidad, implica el despertar. Por eso es que debe ser honrada y validada, no medicada, meditada ni analizada. Debemos atender a su llamado. Y debemos entrar en comunión, libres de miedo, con aquellos que estén profundamente deprimidos y anhelen la
muerte, y escucharlos sin prejuicios, poniendo atención a la verdad cósmica más profunda a la que se están refiriendo. Necesitamos confiar en la infinita inteligencia universal, y permitir que el divino y amoroso suicidio, el despertar espiritual, teja su misteriosa magia en todos y cada uno de nosotros. No importa qué esté sucediendo en tu vida, no importa a qué altura de tu viaje te encuentres en este momento, la vida constantemente te está invitando a descansar profundamente, no en un momento futuro, no ‘algún día’, sino en este preciso momento, en este presente momento que es tu verdadero hogar y la fuente de tu plenitud. EL REGALO MÁS GRANDE La felicidad es la ausencia de la necesidad de ser feliz. La paz no es un destino, sino la ausencia de aquel que la busca. El amor es la muerte de la esperanza de un mejor mañana, y el abrazo pleno a lo que hay en este día, con su dulce y tierna imperfección. Este es el camino de la indefensión y la desesperanza; el camino en donde ya no se busca más la felicidad en el tiempo, es la disposición de descubrir la gracia y la gratitud en los lugares más improbables. Y vivir sin esperanza es algo maravilloso, porque implica ver con los ojos bien abiertos, y un ser profundamente arraigado en la presencia. Y un corazón absolutamente abierto para recibir los regalos de hoy, vagando siempre por un camino nunca antes explorado que revela sus diamantes bajo la luz de la presencia. La muerte de la esperanza es el nacimiento de lo nuevo, el surgimiento de la creatividad. Simplemente aparta tus ojos de la meta, inclina tu cabeza en reverencia a esta inmediatez, y recibe en tus brazos este día vivo -‐ lo más cercano de todo, el regalo más grande, el regalo más presente. -‐ Jeff Foster Para una vida feliz, haría falta un mundo feliz. Arduo parece conciliar la vida interior con la exterior, salir abierto a la incertidumbre que nos depara el mundo de las apariencias y de los otros cuerpos extraños con que hemos de convivir. Ese ingeniero demiurgo que creó y dio forma a la arcilla de nuestras almas, supo diseñar variadas tipologías de sueños existenciales. Es Epicuro uno de los filósofos que mejor supieron hablar de la necesidad de una vida feliz, en esa tarea ateniense tan necesaria de encontrar el agrado en lo que uno hace, que -‐sin duda-‐ pasa por el anhelo de la búsqueda de la sabiduría. Nos dirá: “Busca la sabiduría: beberás de una fuente inagotable para la salud del alma”. Y no importará ser viejo o joven
para emprender ese trayecto vital, pues el alma no tiene edad, es inmutable, eternamente pura. El mundo externo es una fuente inagotable de sabiduría, solamente hay que escuchar lo que nos dice el arte, esa mirada estética que primero se carga de emociones y sensaciones para seguidamente devolvernos una enseñanza inolvidable acerca del mundo y de nosotros mismos. Un libro, un anfiteatro desolado, un cuadro sublime, una improvisación de Coltrane, filosofar a la luz de una vela amistosa o el solo silencio de un paisaje virginal, nos pueden hacer sentir la felicidad del instante, la verdadera esencia de la felicidad, esa que llega espontánea tocando nuestra alma con un cálido viento de armonía sutil y comprensiva. No temas a la muerte y no temerás a la vida”. Parece que hay máximas que curan el alma con su ráfaga de sabiduría, aunque a veces uno siente cierta ansiedad vehemente cuando las lleva a la práctica, pues tendemos a interrogar fatalmente a la realidad, dándole vueltas y vueltas hasta que el abismo o la náusea comprimen nuestro hálito de vida. Las máximas de Epicuro tienen esa fuerza iluminativa y a la vez abismal, ya que trata de dar respuestas a cuestiones que nos tocan de lleno la llaga de la razón. En el siglo XXI, atender a la sabiduría de aquellos griegos preocupados solamente por conocerse a sí mismos nos parece algo así como escalar el Everest sin comida ni abrigo. Uno se acostumbra a la filosofía de la supervivencia, esa que, precisamente no te permite filosofar, sino únicamente sobrevivir. Uno se acostumbra al tedio del cotidiano devenir hacia la búsqueda de un mañana seguro, que nos resguarde del frío de la incertidumbre económica, laboral, social... Pero la incertidumbre existencial queda bien cerrada en la caja fuerte del paso del tiempo, dejándonos viento a la deriva, en la vasta encrucijada de ir caminando sin nuestro verdadero carné de identidad, con ese miedo tan racional de saber que un día, quizá no tan lejano, vendrá la muerte y nos pedirá explicaciones. No saber qué decir entonces resultará terrible, pues reconoceremos que viajamos baldíamente por el terreno de lo posible, pero ajenos a esa posibilidad de comprender quiénes somos, porqué estuvimos aquí y qué es realmente lo que venimos a hacer, más allá de ganar dinero, tener una casa con jardín o llegar a fin de mes. Algo que, sin duda, ya es memorable, sobre todo en estos días inciertos, pero que a más de uno dejan con un vacío en la garganta anonadado, como si la copa de vino que nos ofrecieron al comienzo de la cena se fuera convirtiendo en agua templada e insípida.
El recto conocimiento de nuestros deseos conduce a la felicidad”, nos dirá el filósofo de Samos. La otra cara de la moneda se corresponde con el continuo encubrimiento de los deseos, con la mirada hacia otro lugar por miedo a que esos deseos nos sobrepasen, y, finalmente, hacia la extrañeza total entre lo que uno hace y lo que uno siente, pues la acción puso el velo de la apariencia del sentir del alma. La búsqueda del placer (bien entendido) nos lleva a la felicidad, dirá Epicuro. ¿Cómo ser feliz si nuestras acciones son llevadas a cabo con desagrado, si nuestros objetivos vitales no tienen una finalidad de honesta satisfacción vivencial? “Vivir y morir bien son una idéntica cosa para el sabio, para el hombre feliz”. Epicuro tenía mucha razón, morir bien todas las noches, al irnos a dormir, nos hace despertar alegres, con la fuerza necesaria para volver a comenzar el camino del encuentro con la felicidad. Esperemos que esa inocencia renazca siempre y no se pierda nunca, por el bien de nosotros mismos. -‐Un extracto de ‘Hacia el Despertar Espiritual’ ¿NO HAY SOLUCIÓN? NO HAY PROBLEMA. Si estás tratando de arreglar tu tristeza, tu dolor, tu miedo, tu ira, tu soledad, tus dudas, tu corazón roto, tu profundo anhelo por llegar a Casa, ya lo estás convirtiendo en un problema, por lo que ya te has puesto en guerra. Tu búsqueda de una solución implica que algo se ha descompuesto y que necesita arreglo aquí. Hay un 'yo bueno' en guerra con un 'yo malo', un 'yo perfecto' en guerra con un 'yo imperfecto', y esta es la raíz de toda violencia. Ponle fin a esta guerra dualista. Deja de dividirte en dos. Dos es demasiado para ti. Pon atención a esa parte de ti mismo que se siente lastimada, sensible, cruda, 'mal', y por un momento, deja de huir de ella, y deja de buscarle una solución. Escúchala, estate presente con ella, como lo harías con un niño herido. Mantente muy cerca, de hecho. No le des la espalda. Puede contener información valiosa. Comienza a aceptar esa parte inaceptable, comienza a aceptar esas aparentemente indeseables energías dentro de ti, o simplemente acepta que no puedes aceptar en este momento; simplemente acepta tu absoluta incapacidad de aceptar. Haz brillar tu luz, sin miedo, en la oscuridad. Te darás cuenta que no hay enemigos dentro de ti, que no hay errores, que no hay demonios, ni heridas, sólo manifestaciones de consciencia que anhelan ser conocidas, aceptadas, integradas como parte de una imagen
infinitamente más grande; sólo niños que anhelan volver a Casa.. ¿No hay solución? No hay problema. Sólo amor. -‐ Jeff Foster Uno de los más peligrosos -‐ y desconsiderados -‐ mitos que hemos heredado de nuestra cultura es que la sanación es algo que siempre debe ‘sentirse bien.’ No, no siempre. A veces nuestro dolor realmente aumenta y se intensifica conforme la oscuridad emerge hacia la luz, conforme todo aquello que resulta indeseable se mueve en la consciencia, para ser aceptado. Pero el dolor o las molestias que de inmediato juzgamos como ‘malas’ o ‘inadecuadas’ -‐ o como una especie de ‘obstáculo’ para nuestro despertar -‐ podrían realmente ser un indicio de que nuestro sanar o nuestro proceso de despertar se está intensificando, no estancando; que nada está realmente saliendo ‘mal,’ desde una perspectiva más amplia; que hay una inmensa inteligencia aquí, haciéndose cargo de todo, siendo todo. Confía en ti mismo. Confía en las formas que adopta este momento, incluso si se trata de alguna forma inesperada. Y, sobre todo, confía en que algunas veces olvidas cómo confiar. Sentirte peor no siempre equivale a estar empeorando. Pon atención a este momento, por mucho que duela. -‐ Jeff Foster El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional” -‐ Proverbio Budista Tu dolor, tu malestar presente, no es algo por lo que tengas que avergonzarte. No es señal de tu fracaso, no es un castigo ni una prueba, ni siquiera es ‘mala suerte’. No es ni insignificante ni el sentido de tu vida. Sin embargo contiene gran inteligencia, y poder sanador. Si sabes dónde y cómo mirar. Comencemos por el principio. Estás experimentando dolor en tu cuerpo. Es intenso e incómodo. Has visitado todo tipo de doctores, sanadores, terapeutas y expertos en auto-‐ayuda. Has probado la medicina occidental, terapias alternativas, energías sanadoras, meditación, cantos, cambio de dieta, medicamentos, experiencias espirituales alucinantes, transmisiones de gurús, rezos, retiros, hipnosis. Has probado tener un pensamiento positivo, anestesiar el dolor, ignorarlo, decirle 'no’; has intentado ser 'pura presencia consciente’ o un 'testigo libre de apegos’... Pero el dolor sigue aquí, y parece que nadie puede ayudarte en este momento. ¿Qué puedes hacer? ¿Seguirás buscando alguna solución, una terapia que funcione? ¿Depositarás tus esperanzas en un futuro que podría o no llegar a ser? ¿O te darás por vencido ahora, simplemente aceptando que no hay nada que pueda hacerse?
Puede ser que la respuesta se encuentre justo en el medio, como lo hacen la mayoría de las respuestas reales. Verás, tal vez tu dolor tenga algo que mostrarte, algo que el placer, o la ausencia de dolor, o incluso el hecho de 'conseguir lo que quieres’ jamás podría mostrarte. Tal vez la razón del dolor que hay aquí sea para revelar tu verdadero camino. No para destruirte, sino para centrarte. Para revelar el coraje, la compasión y la ecuanimidad en ti que jamás imaginaste posible. Para hacerte más humilde, para conducirte a un lugar de gratitud, y calma, y verdad. Entonces, se replantea la pregunta de '¿Cómo puedo estar libre de dolor ahora?’, a '¿Hay inteligencia en este dolor? ¿Hay alguna invitación más profunda aquí? ¿Hay alguna lección enterrada en lo profundo de mi dolor? ¿Hay algo que desea ser tomado en cuenta? ¿Algo hasta ahora oculto que quiere darse a conocer? ’ ¿Qué es peor, el dolor mismo, o tu exigencia de estar libre de dolor en este momento? ¿Las sensaciones del cuerpo que se dan momento-‐a-‐momento, o tu guerra contra ellas? ¿El dolor, o tu frustración y desesperación ante el hecho de que 'siga allí’ y 'que no haya desaparecido aún’? ¿El dolor, o el sentimiento de que estás atrapado dentro de tu cuerpo, que tu organismo te ha traicionado? ¿El dolor mismo, o tus sueños y esperanzas rotos? Quizás quieras explorar qué es lo que realmente está causando la mayor parte de tu estrés, depresión y miedo. ¿Es el dolor mismo, o tu actitud hacia él? Podrás descubrir que hay un mundo de diferencia entre el dolor corporal y el sufrimiento y la tristeza que rodean ese dolor. Podrás descubrir que te sientes realmente mucho peor cuando piensas acerca de tu dolor, cuando lo rumias, cuando te preocupas y te obsesionas con él. Cuando piensas acerca del dolor de ayer o la ausencia de éste, cuando imaginas un dolor en el futuro, cuando fantaseas acerca de que el dolor jamás desaparecerá, imaginando que terminará matándote; cuando piensas acerca de todas las cosas que hiciste 'mal’ -‐ eso es sufrimiento, y es la parte innecesaria. Todo ello son pensamientos, imágenes, ideas, visiones, perspectivas, obsesiones, recuerdos, fantasías -‐ no la realidad viva del momento presente. Cuando te desconectas del momento presente, y te involucras en la historia acerca de tu dolor, podrás descubrir que se empiezan a formar sentimientos de frustración, miedo e ira que incluso llegan a ser abrumadores. Empiezas a enfocarte en tantas cosas que dejas de tener un control directo sobre este instante. Sueñas con el pasado, cuando te sentías libre de dolor y anhelas volver allí (no puedes). Todo estaba tan
bien, en ese entonces. Piensas una y otra vez cómo tu dolor evita que hagas lo que te gusta, cómo es que no te está permitiendo vivir la vida que habías planeado. Imaginas un futuro lleno de dolor y desconexión. Y comienzas a sentirte impotente, y terriblemente decepcionado, e incluso lleno de rabia contra la vida, el universo y todo. Esta no es la vida que habías deseado o imaginado, la vida que se te había prometido. Te concentras en todo lo que ya no puedes hacer, en lo que no eres, en lo que has perdido, en lo que jamás ha de volver. Culpas a tu dolor por arruinarte la vida. Te sientes tan alejado del sanar, del amor, de tu verdadera vida; tan desconectado de tu cuerpo, tan aislado, tan solo. Has probado todo, todo, excepto lo obvio: aceptar tu dolor, estar presente para él, hoy. Ahora, seamos claros en esto: aceptar no significa renunciar a la posibilidad de que el dolor disminuya o incluso desaparezca mañana, o la siguiente semana, o el siguiente año. Sólo significa que tu paz no depende de si esto se da o no. Estás reclamando, recuperando tu felicidad, hoy, independientemente de lo que traiga el futuro. Aceptar tu dolor no significa que te abandones a tu suerte ni que te conviertas una víctima de la vida. ¡Todo lo contrario! Significa salirte de todas tus fastidiosas y aterradoras historias del pasado y futuro, y alinearte con el punto en donde te encuentras hoy. Significa que te hagas aliado de este día, no su víctima. Significa decir SÍ a cómo te encuentras en este momento, incluso si 'donde te encuentras’ no es lo que habías esperado. Significa estar en contacto profundo con este momento, con este cuerpo y con su potencial para sanar, con el suelo en donde te encuentras parado, con el universo entero mientras danza. Significa admitir que no tienes el control de este antiguo cosmos, que hay una profunda inteligencia operando aquí, infinitamente más sabia que el ego humano. Significa admitir que no puedes saber cómo lucirá la próxima escena de tu vida. Significa salirte de la historia del tiempo y el espacio. Significa confiar y actuar desde la confianza. Significa aprovechar la creatividad de cada momento; estar abierto a conexiones, soluciones, respuestas, y sí, alegrías completamente inesperadas. Cuando luchas con tu dolor, cuando huyes de él, te conviertes en su víctima, porque le estás permitiendo que tenga poder sobre ti, estás permitiendo que tu alegría se vea disminuida por él. Estás dotando de poder al dolor a través de tu resistencia, a través de tu esfuerzo por deshacerte de él, al tratar de escapar, incluso al intentar 'sanarlo’. Ahí hay violencia. Y como te habrás dado cuenta, tu intento de deshacerte de él,
hasta este momento, ha fracasado; tu resistencia no te ha llevado hacia una verdadera cura. Sólo te ha separado más y más de tu cuerpo, de tu presencia, de tu paz, de la gente que quieres, de la gratitud, de la inteligencia del momento -‐ la fuente de la verdadera sanación. Y ha terminado agotándote, consumiendo tus reservas de energía. Piensa en toda la energía que se ha invertido en esa lucha -‐ energía que podría utilizarse para nutrirte a ti mismo. Cuando caes en el punto de la aceptación, ves el dolor como un aliado, una guía, un maestro, no una amenaza para tu vida o tu camino. El SÍ es el reclamo, la recuperación de tu poder, no tu pasividad. Estás liberando algo innecesario, sin convertirte en una víctima o tolerar algo que no deseas. Te sales de la historia que crea el pensamiento: 'el dolor debería haber desaparecido ya’ (no puedes saberlo) o 'el dolor jamás desaparecerá’ (no puedes saberlo). Todo eso es un pensar basado en el pasado y en el futuro, pesadillas y sueños. Dejas de comparar cómo te encuentras ahora con cómo quieres estar, dejas de enfocarte en la distancia cada vez mayor entre ambas situaciones. Dejas de crear la imagen de 'libre de dolor’, y dejas de comparar este momento con esa imagen. Sueltas la historia de 'Debí haber vivido de una manera diferente -‐ yo generé este dolor -‐ soy culpable’. Eso es querer rebobinar la película de tu vida, y tampoco tienes ningún poder en esa dirección. Eliminas la carga del tiempo al hacerte presente para este momento. La Presencia es tu verdadera fuente de poder -‐ y en ultima instancia, tu sanar. Dejas de enfocarte en todo lo que no puedes hacer en este momento, en todo lo que no eres. El enfoque en la carencia o en 'lo que no está aquí’ sólo te hará sentir más deprimido, impotente y desconectado. Vuelves tu enfoque hacia lo que sí puedes hacer, a lo que eres, a lo que está presente, a lo que no ha sido perdido, a lo que aún es posible, a los regalos de hoy, a todo lo que el dolor no puede tocar. A todas las cosas que hacen que valga la pena vivir. A todo lo que, quizás, finalmente, el dolor te ha hecho recordar. Tal vez todo esto sea un llamado a la simplicidad radical. Te vuelves curioso por conocer este momento -‐ ésta presente escena en la película de tu vida. Te sientes fascinado con este momento, con todo lo que está vivo aquí. Este aliento. Esas sensaciones. La sensación de la tierra bajo tus pies. El sonido de un pájaro cantando. Un auto sonando la bocina. Y el dolor también está aquí -‐ ves todo eso, sin juicio, y tampoco juzgas ningún juicio que llegue a surgir. Adviertes en ti el deseo de que desaparezca el dolor -‐ pero tampoco haces de eso tu enemigo. Notas la
profunda urgencia de estar libre de dolor, de escapar a cualquier otro tiempo o lugar. Notas una frustración, una decepción por el hecho de que el dolor sigue estando allí, que aún no se ha evaporado. No luchas contra esos pensamientos o sentimientos, sino que te mantienes curioso, conectado con el momento. Comienzas a aceptar esos sentimientos dentro de ti. Aceptas, incluso, sentimientos de no-‐aceptación; aceptas movimientos de no-‐aceptación. Te sales de tu mente y te alineas con tu cuerpo. Sientes el aliento, su movimiento, el ritmo, su inmediatez, su presencia. Sientes cómo se eleva y cae como una ola en el inmenso océano. Sientes cómo se expande y se contrae tu vientre. Sabes que estás (eres) aquí, en este momento. Firme, vivo. Un valiente explorador. Dispuesto a investigar, y sin prisa por sacar conclusiones. Sales de la historia de tu dolor, del relato del dolor de ayer y del de mañana, del recuerdo del dolor pasado y la anticipación del dolor futuro. Toda esa historia resulta ser muy desagradable. Dejas de pensar acerca de tu dolor en este momento, y te comprometes a entrar en comunión con él en este momento presente. Vuelves a poner atención a las sensaciones en el cuerpo. Por un momento, haces a un lado la palabra 'dolor’ (una palabra sumamente pesada y sólida que proviene del pasado) y exploras y sientes directamente las crudas sensaciones que constituyen tu experiencia presente de dolor. ¿Se sienten tensas, contraídas, suaves? ¿Pesadas, calientes, frías, punzantes, sordas? Ahora, deja de lado incluso esas palabras y vuelve a poner atención a las sensaciones reales, sin etiquetarlas, con un espíritu curioso y abierto. Recuerda, no estás tratando de deshacerte de esas sensaciones, ni interrumpirlas, o desaparecerlas o incluso sanarlas. Te estás manteniendo muy cerca, ofreciendo tu amorosa atención y la calidez de tu presencia a esa parte del cuerpo que pide a gritos tu atención. Continúa explorando. ¿Puedes identificar un 'centro’ en tu dolor? ¿Tu dolor tienen algún contorno? ¿Palpita, late, vibra? Experimenta tratando de cambiar tu atención hacia el punto central de tu dolor. Si las sensaciones comienzan a moverse, síguelas a través de tu cuerpo. Si se intensifican, está bien -‐ mantén tu curiosidad. Si comienzan a desvanecerse, a expandirse, a suavizarse, maravilloso -‐ mantente cerca. No esperes ningún resultado en particular, pero permite que surja cualquier expectativa y obsérvala. Cualquier expectativa mantenida demasiado tiempo puede conducir a la decepción a la hora de ver la realidad. Advierte eso también. Cualquier cosa que aparezca, acógela -‐ incluso acoge tu incapacidad de acoger la realidad.
Si lo deseas, puedes jugar a experimentar con la respiración. Conforme inhalas, siente o imagina el aliento fluyendo hacia el área en donde se siente la molestia, imbuyéndola de vida y oxígeno. Estarás dignificando esa parte sensible en ti. Recordarás que eso tiene derecho a estar allí, también; el derecho de ser incluido en la respiración y en el cuerpo, y no ser excluido. Resulta muy amoroso brindar un aliento al dolor, evaporar la división ilusoria. En lugar de generar contracción alrededor del dolor, contraerte tú alrededor de él, le ofreces un aliento, imbuyéndolo de amor, de inspiración y vida. Estarás honrando la presencia del dolor en este momento, en lugar de esperar su desaparición en el tiempo. Estarás recordando una profunda aprobación en el corazón de la experiencia. No estarás tratando de que el dolor desaparezca, sino explorando la naturaleza de su aparición. Podrás comenzar a notar que, como todo en la vida, el dolor no es sólido, sino una amorfa masa de sensaciones que bailan, cambiando momento-‐a-‐ momento. A veces descubrirás que el dolor no está realmente ahí. A veces, con una gentil y amorosa atención, un dolor intenso se suavizará, se disipará, se relajará, se hará menos punzante, más difuso. Algunas veces el dolor podrá tomar más fuerza. Algunas otras veces te concentrarás en otros asuntos -‐ una pieza musical, una conversación, una caminata al aire libre, una meditación, o en una hermosa ensoñación -‐ que te hará olvidar que el dolor estaba allí. (¿Está el dolor presente cuando no estás consciente de él?). Podrás aprender a valorar esos momentos. Tu experiencia real de dolor está cambiando constantemente, evolucionando, modificándose, nunca es la misma. La historia 'siento dolor’ o 'el dolor es constante’ a menudo no es capaz ni de comenzar a describir la realidad del dolor: completamente viva, de momento-‐a-‐momento. Recuerda, desde el punto de vista del momento presente, no hay tal cosa como 'siempre’, 'nunca’, ni siquiera un 'constante’. No hay ayer, no hay mañana. Sólo hay Ahora. El Ahora es con lo único que estás tratando. Puedes ver tu dolor como un enemigo, esencialmente 'malo’ o 'erróneo’ o como un 'error’, o puedes verlo como un aliado en tu valiente exploración de la vida. Muchos han despertado del sueño del sufrimiento no a pesar del dolor, sino debido al dolor. El dolor les ha enseñado a bajar su ritmo, a prestar atención a partes de sí mismos que de otra manera no habrían sido atendidas. Les ha enseñado a salir de las historias del pasado y futuro, y confiar, descansar en el momento. Les ha enseñado a respirar, a explorar, a sentirse agradecidos por las cosas más simples. A suavizarse
pero adquiriendo un gran poder. A enfocarse en lo que realmente importa en la vida. A valorar y apreciar el día, descubrir lo precioso de cada encuentro, de cada momento de alegría, de cada momento de tristeza, de hacer amistad con todo -‐ incluso con sus decepciones, miedos, y momentos de desesperación. Soltar los sueños de 'lo que pudo haber sido’, y despertar a la realidad de 'lo que es’. Para muchos, el dolor les ha enseñado la humildad; les ha penetrado el ego, ha roto en mil pedazos sus viejos sueños de espiritualidad y los ha llevado a un lugar de entrega y amor. Los ha forzado a tomar su verdadero camino, a patadas y gritos. Irónicamente, les ha enseñado el verdadero significado del sanar. Si tan sólo dejaras de compararte, amigo, podrías encontrar regalos y enseñanzas escondidas en tu extraordinaria experiencia de dolor. Y tu intención podría cambiar -‐ del intento de deshacerte del dolor, a escucharlo, estando presente a su apariencia, preguntándote qué es lo que está pidiendo. Te podrías mover de la violencia y la desesperación hacia la gentileza, la aceptación, la calma y la paciencia. Podrías iniciar una conversación amistosa con tu dolor. El dolor puede destruirte o puede centrarte. Puede sumergirte en el sueño y la depresión, o puede despertarte. Te puede convertir en una víctima, o puede ayudarte a sentir más poderoso, más alineado, más conectado que nunca con tu vida verdadera. No estoy diciendo que debas intentar que te guste tu dolor. Eso es poco realista. No estoy diciendo que te conviertas en un masoquista o en un intrépido guerrero. Eso es innecesario. No estoy diciendo, incluso, que debas dejar de ir con el doctor o con el sanador, con el terapeuta o con algún amigo que pueda ayudarte, que te ofrezca otro punto de vista con respecto a la razón de tu dolor. Te estoy pidiendo -‐ que por mientras, por lo menos por hoy -‐ escuches tu dolor para encontrar la inteligencia que hay allí. Que salgas de todas esas complicadas historias basadas en el miedo que envuelven tu dolor. Que dejes de pensar tanto en tu dolor, y optes por un poco de dulzura, y exploración. La aceptación no puede hacer que tu dolor empeore. Sólo te puede llevar hacia lo más profundo del inmenso misterio del sanar. Y algún día, no muy lejano, podrás ver en retrospectiva y agradecer a tu dolor por haber tenido la capacidad de mantenerte firme, curioso, abierto. Podrás darte cuenta que tu dolor no era un obstáculo en tu camino -‐ que era realmente tu camino, y tu más grande maestro. -‐Jeff Foster. EL SAGRADO CORAZÓN DEL TRAUMA
A veces las cosas no salen como queremos. Un ser querido muere. Un resultado inesperado surge. Una relación se desmorona en una forma que jamás podríamos haber previsto. Una infección regresa. Un negocio se disuelve de la noche a la mañana. Un ataque surge de la nada, destrozando un cuerpo o un sueño, o ambos. Algo que parecía tan firme y real ayer, y ahora resultó ser mucho menos de lo que parecía. Y una parte de nosotros se quiebra. Por un momento, todas nuestras defensas mentales se desmoronan. Somos recién nacidos, nuevamente, dejamos de ser invulnerables a la asombrosa gloria y angustia de la creación. Enfrentamos la maravilla de nuestra propia impotencia ante la inmensidad del cosmos, sin la protección del ego. Por un momento tocamos y somos tocados por el misterio insondable que subyace a todas las cosas. La impermanencia estalla a través de los huecos de una realidad obsoleta; y la cruda sinrazón de la existencia, la naturaleza incontrolable de los acontecimientos, el desequilibrio de nuestro mundo emocional, se hacen evidentes una vez más. Nuestros ojos están abiertos. Ancestrales enseñanzas están vivas. Lo que algún día nació, debe morir. Lo que hay aquí, pronto se ha de ir. El mismo suelo en donde estamos parados podría abrirse en cualquier momento. No hay ningún lugar verdaderamente seguro para estar parado. ¿Qué es real? ¿Qué es confiable en esta vida? ¿Qué hace que valga la pena vivir? Y damos unos pasos para atrás. Todo esto es demasiado, la experiencia es imponente. Pronto, vuelve a lo normal. Pronto, agárrate a algo firme, algo que sea manejable. Arregla algo. Busca algo. Controla algo. Aférrate a algo. Consigue una respuesta. Medícate. Haz que funcione. Distráete -‐ con sustancias, con religión, con trivialidades, con más y más y más experiencias. En lugar de enfrentar los inexplorados terrores que acechan en las profundidades, fijamos nuestros ojos una vez más en las superficies. Acallamos el más grande de nuestros miedos: el de una existencia incontrolable, a través de enfocarnos en las cosas de la vida sobre las cuales creemos tener control. Bloqueamos nuestro dolor y hacemos el intento de volver a la normalidad, al trabajo, a la ‘realidad.’ Pero la normalidad es el problema, no la solución, y la vieja normalidad era demasiado limitada de todos modos. La vida, en su infinita inteligencia, sólo estaba intentando abrirnos. Nos habíamos hecho demasiado pequeños, demasiado limitados, demasiado adormecidos, demasiado preocupados con nuestras propias vidas, atrapados en nuestras propias historias; nos habíamos dejado arrullar demasiado por
las comodidades de la vida moderna. En nuestra búsqueda de lo positivo, enterramos todo lo que habíamos considerado como negativo -‐ el dolor, las tristezas, los miedos, las angustias, las paradojas. Estas energías tan naturales que habíamos empujado hacia el abismo para poder funcionar, y ser productivos, y 'encajar.’ Creímos que éramos 'felices.’ Sin embargo nuestra felicidad se había vuelto tan circunstancial, y nuestra alegría tan dependiente, y nuestra satisfacción tan superficial. Era la clase de satisfacción que podría disolverse en cualquier momento. Y lo hizo, porque la vida procura la totalidad y nada menos. Y ahora estamos siendo llamados a cuestionar todo. Todo. El dolor no es un obstáculo para sanar, es más bien una puerta. La pena no es un error, es más bien un portal. Incluso la ira contiene un camino. Y nuestros anhelos más profundos no son deficiencias, sino partes de nosotros mismos que sólo quieren ser reconocidas. Las heridas se abren para ser sanadas, acogidas, para poder recibir una atención amorosa. Nuestro sufrimiento y el sufrimiento de quienes amamos a menudo puede parecer tan aleatorio, tan absurdo, tan sin sentido, tan cruel, tan incontrolable, y nos precipitamos para disfrazar nuestro dolor, para esconderlo, negarlo o para simplemente pretender que ya lo hemos 'superado.’ Como buscadores espirituales, podríamos fingir que hemos llegado más allá, o que hemos trascendido, o incluso que hemos aniquilado por completo nuestra humanidad. Que somos invulnerables. Que ya no sentimos nada, excepto una felicidad interminable. Que estamos tan iluminados, y somos tan perfectos. Pero al final del camino no puedes esconderte de ti mismo, porque en cierto nivel siempre sabes exactamente donde te has escondido. El 'yo iluminado’ es la mayor mentira de todas. ¿Dónde se escondería el 'yo iluminado’? Ninguna experiencia es intrínsecamente traumática, ninguna experiencia es realmente difícil de manejar, sin embargo a veces las experiencias pueden liberar energías volcánicas en nosotros que habíamos reprimido, escondido, o que nos habíamos negado a integrar en nuestra prisa por conseguir ser un 'yo’ congruente, fuerte y normal. Al tratar de mantenernos en una sola pieza, en realidad lo que hicimos fue desgarrarnos a nosotros mismos. Y ahora la vida ha llegado al rescate, con su amor a la totalidad. Los horrores, las rabias, la confusión, la alegrías insondables que nunca fuimos capaces de aceptar, se han liberado. A veces la vida detona una explosión en nosotros... y nos apresuramos a contenernos de nuevo.
He aquí una invitación para no contenernos. Para ser más inconsistentes, para aceptar que a veces somos todo un lío. Hay dignidad cuando nos venimos abajo. Inclínate ante todas las ancestrales energías que ahora fluyen a través tuyo. Una vieja vida se está viniendo abajo, una nueva vida está a punto de coagularse, y ahora estás parado en tierra santa, increíblemente impregnada de vida y posibilidad, rota pero despierta para todas esas partes olvidadas de ti, en contacto con las alegrías y los dolores que creíste que nunca volverías a sentir, energías que habías reprimido desde niño o incluso antes. Tu sufrimiento no es un error, o un castigo, y en última instancia ni siquiera es tuyo. Todos sufrimos. Todos nos enfermamos, envejecemos y morimos, al menos en nuestra forma física; y nuestras formas físicas son sagradas. Todos experimentamos pérdida, y nos preguntamos por qué. Todos perdemos el control, o nos preguntamos si es que acaso tenemos algún control. Todos nos vemos enfrentados a situaciones que jamás hubiéramos planeado, decisiones que nunca hubiéramos querido tomar, cosas que resultan indeseables, circunstancias que simplemente se sienten como 'inadecuadas.’ Pero en medio de eso que no nos gusta, si podemos detenernos, y respirar, y salir de la historia de “cómo se suponía que esto debería ser,” y ponemos atención a este momento presente, podríamos encontrar cosas que están bien, incluso que habíamos deseado, cosas sagradas, e incluso sanación. Y podríamos comenzar a darnos cuenta de que no estamos solos en nuestra lucha. Que estamos conectados a toda la humanidad. Nuestro sufrimiento es un rito de paso y muchos otros han pasado por este viaje. Caminamos sobre las huellas de nuestros antepasados. Estamos siendo invitados a amarnos a nosotros mismos, incluso con más fuerza, a conectarnos más profundamente con nuestra respiración, a sentir la clase de compasión por nosotros mismos y por los demás que nunca hubiéramos sentido si las cosas hubieran seguido saliendo a 'nuestra manera.’ ¿A la manera de quien? Y ¿Por qué esperaríamos que las cosas siguieran saliendo a nuestra manera en un mundo de impermanencia y cambio constante? ¿Realmente creímos que estábamos a cargo? ¿Puede una ola controlar la inmensidad del océano? ¿Acaso perdimos nuestra humildad, nuestro sentido de la proporción? Nosotros no tenemos el control. Todo está muriendo desde el momento en el que nace, como enseñó el Buda. Todo está hecho de cristal. Y ahí radica nuestra mayor tristeza y nuestra más profunda depresión, pero al
mismo tiempo nuestro mayor potencial para la alegría y la liberación. Aprendemos a no interponernos más en nuestro propio camino, y aceptamos las cosas tal y como son. Aprendemos a amar la vida como es y soltamos nuestras fantasías caducas. Aprendemos que la verdadera alegría no es escapar del dolor, sino estar dispuestos a sentirlo, y que la verdadera satisfacción significa abrirnos a incluso el más grande dolor. Si somos capaces de tocar nuestras propias tristezas, podemos tocar las tristezas de toda la humanidad. Esto no significa que nos abandonemos o que seamos complacientes -‐ esto es despertar, abrir los ojos, es el nacimiento de la verdadera compasión. Permitimos hasta nuestros traumas más profundos con el fin de aprender lo que es el amor, la compasión, la tranquilidad; para recordar lo valioso que es cada momento en la vida. Permitimos que la vida nos abra el corazón de par en par para recibir la Verdad. Todo está ardiendo, como enseñó el Buda, y aferrarnos a imágenes obsoletas de la realidad sólo engendra dolor. Sabíamos demasiado, ahora sabemos menos, y eso no es una pérdida, es más bien nuestra libertad. Y hay algo dentro de nosotros que nunca es traumatizado, algo que está eternamente presente y es digno de nuestra confianza, algo que sobrevive a incluso las sensaciones más intensas, que acoge y libera el trauma mientras el corazón bombea su sangre... Jeff Foster -‐ (Traducido por Tarsila Murguía) ORACIÓN PARA LOS VIVOS Vida, Deshaz en mí todo aquello que necesite ser deshecho. Corrige mi esperanza de ser enmendado. Úsame. Saca de mí cada ápice de creatividad. Ayúdame a vivir una vida radicalmente extraordinaria, forjando siempre un camino jamás-‐antes-‐transitado en el bosque. Enséñame cómo amar con más profundidad, como nunca antes creí que fuera posible. Cualquier cosa de la que siga huyendo, síguemela mostrando con absoluta evidencia. Cualquier cosa con la que siga en conflicto, ayúdame a suavizarme en ella, a relajarme en ella, a abrazarla completamente. En donde mi corazón continúe cerrado, muéstrame la forma de abrirlo sin recurrir a la violencia. Todo aquello a lo que me siga aferrando, ayúdame a dejarlo ir. Regálame desafíos, luchas y obstáculos aparentemente insuperables, si crees que eso me ayude a tener una más
profunda humildad y confianza en la inteligencia de la vida. Ayúdame a reírme de mi propia seriedad. Permíteme encontrar el humor en los lugares más oscuros. Muéstrame un profundo sentido de descanso en medio de cada tormenta. No me libres de la verdad. Nunca. Deja que la gratitud sea mi guía. Deja que el perdón sea mi mantra. Deja que este momento sea mi eterna compañía. Permíteme ver tu rostro en cada rostro. Permíteme sentir tu cálida presencia en mi propia presencia. Sostenme cuando tropiece. Respírame cuando yo no pueda respirar. Permíteme morir viviendo, no vivir muriendo. Amén. ‐ Jeff Foster 1. No necesitas todas las respuestas en este momento. Justo aquí, justo ahora, en este momento, no necesitas ‘averiguar’ el resto de tu vida, independientemente de lo que digan los demás. No necesitas todas las respuestas. Éstas llegarán, a tiempo, o no, o quizás es que las preguntas innecesarias simplemente se desvanecerán. No hay ninguna prisa. La vida no tiene ningún apuro. Sé como las estaciones. El invierno nunca intenta convertirse en verano. La primavera no se apresura hacia el otoño. La yerba crece a su propio ritmo. Las elecciones que habrán de hacerse se harán, y no tienes poder de elección en eso. Las decisiones que habrán de tomarse se tomarán, los acontecimientos se darán, pero en este momento, tal vez, no necesitas saber las soluciones o los resultados, o cuál sería la mejor forma de proceder. Quizás el no saber es un invitado especial al banquete de la vida. Quizás la apertura a toda posibilidad es un muy querido amigo. Quizás hasta la confusión podría venir a descansar aquí. Y de esta manera, en lugar de tratar de 'componer’ nuestras vidas, en lugar de tratar de resolver perfectamente lo irresoluble y rápidamente completar la historia épica de un 'yo’ ficticio, simplemente podemos relajarnos en un absoluto no-‐saber, hundiéndonos profundamente en al cálido abrazo del misterio, sumergiéndonos en lo más hondo de este momento, saboreándolo completamente, con toda su singularidad y con toda su maravilla. Y después, quizás, sin ningún esfuerzo, sin lucha ni estrés, sin que haya un 'tú’ involucrándose en nada, las respuestas verdaderas surjan en su propio y dulce tiempo. 2. No hay nada de malo en ti, y jamás lo hubo. Amigo, desde el principio, nunca estuviste mal. No naciste para ser pecador. Nunca estuviste destinado a ser basura espiritual. Nunca hubo una falta fundamental en tu
vida. Tan sólo fuiste enseñado a pensar eso. Otros trataron de convencerte de que no eras lo suficientemente bueno, por el simple hecho de que ellos tampoco se han sentido lo suficientemente buenos. En tu inocencia, y sin ninguna evidencia de lo contrario, les creíste. Así que invertiste todos esos años tratando de arreglarte, purificarte y perfeccionarte a ti mismo. Buscaste poder, riqueza, fama e incluso iluminación para probar que eras un 'yo’ valioso. Te comparaste con otras versiones de un 'yo’, y siempre te sentiste o superior o inferior, y todo eso se convirtió en algo sumamente agotador; trataste de lograr metas inalcanzables, trataste de vivir a la altura de una imagen en la que ni tú realmente creías anhelando siempre tu propio descanso. Pero como podrás darte cuenta, siempre fuiste perfecto, desde un principio. Perfecto en tu total imperfección. Tus imperfecciones, tus manías, tus defectos, tus rarezas, tus muy singulares sabores era lo que te hacía tan adorable, tan humano, tan real, tan fácil de identificarte. Incluso en tu imperfección, siempre fuiste una perfecta expresión de vida, un amado hijo del universo, una completa obra de arte, única en el mundo y digno de todas las riquezas de la vida. Nunca se trató de que construyeras un perfecto 'yo’. Siempre se trató de que estuvieras, fueras, perfectamente Aquí, perfectamente tú mismo, en toda tu divina extrañeza. “Olvida tu oferta de perfección”, Leonard Cohen canta. “Hay una grieta en todo. Así es como entra la luz.” 3. La Iluminación no es un Destino. No hay un camino fijo hacia la iluminación. La iluminación no es una meta, el lugar de descanso al final de un largo viaje -‐ esa es sólo la versión mental de la iluminación. La iluminación es colmar de luz el lugar en donde te encuentras justo en este momento. Esta es una muy buena noticia. Esto significa que absolutamente nadie es la autoridad en tu camino -‐ ningún maestro, ningún gurú, ningún líder religioso. Esto significa que absolutamente nadie puede decirte cuál es el 'camino’ correcto para ti. Esto significa que no puedes equivocarte, incluso si crees que alguna vez te has equivocado. Significa que nada de lo que ha pasado puede sacarte del camino, porque el camino es cualquier cosa que esté pasando, sin excepción. Nada puede alejarte del milagro de la vida, o acercarte a él, ya que el milagro está por todos lados, brillando en todo su esplendor, en forma de cada pensamiento, sensación, imagen, sentimiento, aroma, sonido, y como el profundo milagro del Uno que está consciente de todo. Sé esta consciencia, brillando en cada momento, independientemente del contenido. Duda, miedo, tristeza, enojo, intensa
confusión -‐ quizás, sólo quizás, estos no sean ni enemigos, ni obstáculos para la iluminación, sino expresiones de una inteligencia mucho más profunda. La misma incomprensible inmensidad y despierta inteligencia que da nacimiento a las estrellas y mueve las mareas de los océanos y envía a todas y cada una de las cosas hacia su viaje paradójico buscando su propio ser. Sal de la historia del tiempo, el espacio y del progreso hacia metas futuras y confía en este momento sagrado. Toma cada momento. Todo momento completamente. Este momento. Porque cualquier momento es un punto de acceso. Nunca hay obstáculos -‐ sólo puntos de acceso. Tú no eres ninguna entidad separada realizando un viaje hacia una futura completud. Tú Eres poesía pura. 4. Tu vida no puede salir mal. En realidad, tu mundo está configurado de tal modo que nunca te pasa nada, sino que todo-‐pasa-‐ para-‐ti... Todo pasa para tu despertar, para tu crecimiento, para tu inspiración, para tu exploración. Incluso si lo olvidas, o si en ocasiones eres incapaz de notarlo, o si te distraes o entras en la desesperación. Cuando no hay ningún destino fijo, no puedes perder tu destino, así que nunca puedes perder tu camino. De este modo, nunca pasa nada en tu vida que sea capaz de sacarte del camino. Tu camino ES lo que sucede, y lo que sucede ES tu camino. No hay de otra. Todo es un regalo en este inquebrantable camino que llamas vida -‐ las risas, las lágrimas, los momentos de gran tristeza, las experiencias de profunda pérdida, el dolor, la confusión, los momentos en que crees que nunca lo vas a lograr, hasta la inmensa angustia del amor -‐ incluso si lo olvidas, si no puedes darte cuenta de ello o si pierdes absolutamente toda la fe en este espectáculo. Pero incluso la pérdida de la fe en todo este espectáculo es parte del espectáculo, y hasta la escena en donde 'todo sale mal’ no es indicativa de que el espectáculo esté saliendo mal. Y así, entonces, es que siempre estás exactamente donde necesitas estar, lo creas o no... aunque no lo creas. La vida es absolutamente confiable, aún cuando la confianza parezca estar a un millón de años luz... y la vida no puede salir mal, porque todo es vida, y la vida es todo. Entiende esto, compréndelo en tu corazón, y así, la espiritualidad se volverá profundamente simple, tan simple como respirar, tan natural como mirar las estrellas en la noche y caer en un asombroso silencio. El universo es mucho más hermoso de lo que te podrías imaginar. Con amor, Jeff Foster
¿Quieres una pareja perfecta? ¿Una madre o padre perfecto? ¿Un jefe perfecto? ¿Un cuerpo perfecto? ¿Sentimientos perfectos? ¿Una perfecta iluminación? ¿Una vida perfecta? ¿Qué te parece la idea de aceptar profundamente lo que hay aquí, justo en este momento? ¿Qué tal aceptar profundamente a los demás, tal y como son en este momento? Cierto, parece un poco extraño. Suena un poco… contradictorio. Como darse por vencido. Como conformarse con menos de lo que uno se merece. Como… debilidad espiritual. Va en contra de toda esa mentalidad de “¡Ve y logra todo aquello que deseas!”. Sí, estas enseñanzas acerca de la Presencia y del Estar Aquí y Ahora y de la Consciencia del Momento Presente podrían sonar un tanto simplistas, incluso ingenuas para la mente. Es muy fácil que se malinterpreten y que sean rechazadas. Después de todo, ¿quién querría renunciar a sus sueños del pasado y del futuro y enfrentarse a un momento misterioso? ¿Quién querría admitir la fragilidad y lo valioso de la vida, su naturaleza transitoria, su regalo agridulce? ¿Quién querría admitir su propia impotencia y reconocer su profunda humildad cósmica? ¿Quién querría morir al tiempo? ¿Quién querría renunciar a su idea de control? ¿Qué corazón podría asumir esa gracia? La verdad más profunda de la existencia es simple, aunque nunca simplista. ¿Aceptar “lo que es” es renunciar a la posibilidad de un cambio? No. Nunca. ¿Aceptar significa tolerar o “soportar”? ¿Significa obedecer ciegamente tus impulsos violentos? No, para nada. ¿Aceptar significa hacerse a un lado, volverse pasivo, hacerse de la vista gorda ante la violencia y permitir que pasen por encima de nosotros o de nuestros seres queridos? De ninguna manera. ¿Aceptar significa asumir un rol de vida diferente, el rol de una persona “sumamente espiritual, aceptando profundamente, una persona totalmente pacífica”? No. La aceptación no es un rol y no se trata de nada personal. La profunda aceptación significa mirar a la vida de frente, en este momento. Significa poner atención a lo que hay aquí, en lugar de lo que no está presente. Significa dejar de lado las esperanzas y los sueños y despertar a lo que realmente es verdadero. Significa terminar la guerra, dejar de ver a través de la ilusión de un “yo” separado de este misterioso movimiento de vida. Significa alinearse completamente con las Cosas Tal
y Como Son. Finalmente, significa estar en Casa, independientemente de lo que esté pasando. Esta es la gran paradoja, que en la aceptación profunda y sin concesiones del momento “imperfecto” viene el cambio, un cambio creativo e inteligente, sorprendentemente natural. ¡Qué perfección! La mente nunca ha estado a cargo del cambio. -‐ Jeff Foster ¿Cómo Perdonar? No tuviste otra opción. Y tampoco ellos. ¡Perdón instantáneo, cuando estés listo! Debido a todo aquello por lo que estabas pasando, cómo te sentías en ese momento, los pensamientos que pasaban por tu mente, lo que creías en ese momento, los lentes a través de los cuales veías el mundo, el miedo y el dolor que estabas tratando de resolver; debido a las heridas que no habían sanado aún, las visiones que aún no te llegaban, la información que te hacía falta en ese momento, los horizontes que aún no se aclaraban… no tuviste otra opción que actuar como actuaste, decir lo que dijiste, hacer lo que hiciste, elegir lo que elegiste, y ellos tampoco. Todos hicieron lo mejor que pudieron, de acuerdo a lo que pensaban que eran en ese momento. Es sólo en retrospectiva que pareció que había otra elección, y eso es lo que nos vuelve locos. No se trata de aprobar lo que pasó, por supuesto, o encontrar excusas, ni tampoco debe ser utilizado para justificar cualquier tipo de violencia que haya surgido. Esta reflexión está dedicada únicamente al verdadero perdón, en el aquí y el ahora, a la posibilidad de dejar ir y seguir adelante, de salir de la limitada y dolorosa creencia de que el pasado pudo haber sido diferente, y re-‐dirigirnos al sitio en donde el verdadero cambio y la reconciliación puede darse, en tu sitio de verdadero poder: el momento presente, inmediato, vivo y completo en sí mismo, independientemente de lo que haya sucedido en el pasado. Y si no puedes perdonar en este momento, si no eres capaz de escuchar este mensaje ahora, si tu alineación parece imposible, también estás perdonado. Honra el sitio en donde te encuentras, amigo. Honra el sitio en donde te encuentras. Estás haciendo lo mejor que puedes. -‐ Jeff Foster CÓMO APROVECHAR EL DOLOR
Estaba charlando con una mujer que había sentido un terrible y constante dolor en el cuello y hombros la mayor parte de su vida. Había ido a todos los médicos, tomado todas las píldoras, visitado cada maestro espiritual, intentado todos los métodos, cada práctica, cada mantra. Todo esto sólo le había proporcionado un alivio temporal. Incluso las maravillosas enseñanzas de la no dualidad de 'estar en el momento' y 'conocerse a sí misma como conciencia pura' realmente no habían ayudado. "¿Por qué sigue aquí este dolor? Después de todo lo que he hecho, sabiendo todo lo que sé...". He oído este tipo de cosas de tantas personas en todo el mundo. Hemos intentado todo, hemos consultado a cualquier cantidad de sanadores, hemos tenido todo tipo de conocimiento y experiencia espiritual, y aún no hemos 'superado' nuestro dolor. 'Sigue aquí.' Y nos podemos sentir tan decepcionados. Como si fuéramos un fracaso, alejados cada vez más de sanar. Como si estuviéramos 'haciendo algo mal.' ¡Pero el sanar nunca está lejos! Invité a esta mujer a que se diera permiso de sentir el dolor en su cuello y hombros con mayor profundidad. A que estuviera presente con las crudas sensaciones. A que respirara EN ellas. A que fuera curiosa. A que les permitiera intensificarse si era necesario. A que les dejara moverse, estallar, revolotear, palpitar, arder. Pero que se mantuviera presente y curiosa; que permitiera, confiara y respirara. De pronto, un gran terror inundó su cuerpo. Un viejo miedo de sentirse abrumada, de morir, de volverse loca, de venirse abajo. "Respira en esto," le recordé. Todo su cuerpo comenzó a temblar, a convulsionarse. "Respira. Confía. Estoy aquí contigo..." Esto duró un par de minutos. Me mantuve con ella. Después, todo se detuvo tan rápido como había comenzado. Abrió sus ojos. Comenzó a reír, a llorar con un gran alivio. "¡Guau!" dijo. "¡Simplemente Guau!" No hubo ni una sola palabra. El dolor en su cuello y hombros había desaparecido. Su cuerpo entero se sentía descansado, relajado, estable. Se sentía imbuida de amor y gratitud. En lugar de intentar 'sanar' o 'deshacerse' de su dolor (¡Algo que había intentado con tanto esfuerzo por años!), finalmente fue capaz de ver todo esto de frente; le dio su lugar, lo permitió. Su dolor se había vinculado estrechamente con sus emociones -‐ miedo, rabia, y debajo de todo eso, una gran tristeza, e incluso desesperación. Esas emociones se habían arraigado en su cuerpo desde que era pequeña, cuando sintió como una amenaza permitirse sentir lo que sentía. Demasiada energía se había acumulado en sus hombros. Sentir el 'dolor' fue la invitación que hizo que todas esas energías comenzaran a moverse en ella. Su cuerpo literalmente
tembló al unísono de toda esa energía, bajo la protección del momento presente, bajo la protección de nuestro campo relacional. Ella comenzó a aprender a confiar en ella misma. A confiar en su cuerpo. A confiar en el poder de su presencia. A confiar en que alguien más la acompañara en el fuego de su experiencia. Incluso aprendió a confiar en el dolor mismo, a identificar la inteligencia que hay en todo ello. En un espacio seguro, con presencia, cuidado y amor, fue capaz de comenzar a soportar lo insoportable, de este modo lo insoportable dejó de ser insoportable. Así es como ocurre el sanar -‐ a través del amor, a través de la presencia, a través del coraje de acercarnos siempre un poco más. -‐ Jeff Foster ¿Qué es un Sentimiento? Decimos: "Estoy triste" o "Tengo miedo". Pero, ¿cómo lo sabemos? ¿Cómo sabemos que estamos tristes, alegres, enojados, temerosos, confundidos, satisfechos? ¿Dónde está la evidencia, en este preciso momento? ¿Acaso nos estamos contando una historia? En lugar de ponernos en contacto con las sensaciones crudas en el momento presente que surgen en la barriga, en el pecho, en la garganta; con el cosquilleo vivo, vibrante; con la palpitante vida en el cuerpo, nos enfocamos de inmediato en nuestras cabezas, en lo abstracto, en lo conceptual, en el pensamiento basado en el tiempo. Comenzamos a PENSAR ACERCA DE nuestros sentimientos, comenzamos a preguntarnos POR QUÉ sentimos como sentimos, qué fue lo que provocó esos sentimientos, qué o quién tiene la culpa, lo terrible o maravillosa que es nuestra situación de vida, qué pasará o no pasará en el futuro. Saltamos tan precipitadamente hacia el juicio, hacia la justificación, hacia la memoria. Nos desconectamos del presente intemporal, donde las sensaciones se mueven y cosquillean, y nos introducimos en el tiempo, en el 'rebobinar o adelantar,' como le llamo yo. Nos desconectamos del poder que hay en nuestros cuerpos y ponemos en marcha una historia acerca del 'sentir'. Para la mayoría de la gente, esto es justo lo que ha pasado en el momento en que dice: "Me siento...", o en el momento en que expresa sus sentimientos. ¡No están sintiendo nada en absoluto! Están contando historias acerca de sus sentimientos, incluso las actúan. Se han apartado de sus cuerpos para perderse en el pensar, en el 'hacer.'
¿La invitación? Vuelve al cuerpo. Vuelve a la agitación que se siente en la barriga, a la presión en el pecho, al cosquilleo en la garganta. Siente las traviesas, estremecedoras, agudas energías de cada sensación. El cuerpo no miente. Vuelve a la poderosa danza de vida que nace en este momento. Olvida las palabras, las etiquetas, 'triste', 'enojado', 'temeroso,' 'ansioso,' olvida los juicios ('positivo,' 'negativo'), olvida el drama e invita a tu atención a que se entregue a lo que realmente se mueve en el cuerpo. En este punto, puede que las palabras se vuelvan innecesarias. Los sentimientos, a diferencia de los pensamientos, no viven en el mundo del pasado y el futuro, viven en el presente intemporal. Sólo entonces podemos verdaderamente llamarlos 'sentimientos.' -‐ Jeff Foster EN TUS AMOROSOS BRAZOS Si te sientes triste sin ninguna razón, ¡Abraza la espontaneidad irracional de tu tristeza! En la primera luz del alba, cuando escuchas a un ave entonar su melodía espontánea, No te obsesionas por buscar alguna razón. La tristeza no surge para ser corregida. Surge para ser escuchada. Surge para ser acogida, aquí, en los amorosos brazos de tu presencia consciente. -‐ Jeff Foster SANANDO: CONFÍA EN EL PROCESO A veces tienes que comprometerte a sentirte peor con el fin de sentirte mejor. A veces tienes que perder la esperanza de sentirte mejor, antes de sentirte mejor. A veces el sanar implica mantenerte muy presente a las poderosas olas de sensación que se mueven en tu cuerpo. A veces el cuerpo tiembla, se convulsiona; a veces duele, suda, arde, mientras elimina todas sus toxinas, liberando toda la energía. La mente dice: "Estoy empeorando." El corazón sabe que estás perfectamente bien. La verdadera sanación no es la eliminación de los síntomas, entonces, sino el coraje, la confianza, y la conexión con cada aliento, y también saber
que los síntomas pueden tomar más fuerza antes de desaparecer. Y podrían nunca desaparecer. Y aún así, podrías enamorarte de ti mismo tal y como estás en este momento, sin importar el futuro, y podrías caer de rodillas en gratitud, porque se te ha dado un día más en esta preciosa tierra. Tal vez el hecho de sentirte peor fue lo mejor que te pudo haber pasado. Porque jamás habías sentido la presencia del amor con tanta claridad, y tu camino nunca había sido tan evidente, y nunca te habías sentido tan vivo. -‐ Jeff Foster CÓMO APROVECHAR EL DOLOR Estaba charlando con una mujer que había sentido un terrible y constante dolor en el cuello y hombros la mayor parte de su vida. Había ido a todos los médicos, tomado todas las píldoras, visitado cada maestro espiritual, intentado todos los métodos, cada práctica, cada mantra. Todo esto sólo le había proporcionado un alivio temporal. Incluso las maravillosas enseñanzas de la no dualidad de 'estar en el momento' y 'conocerse a sí misma como conciencia pura' realmente no habían ayudado. "¿Por qué sigue aquí este dolor? Después de todo lo que he hecho, sabiendo todo lo que sé...". He oído este tipo de cosas de tantas personas en todo el mundo. Hemos intentado todo, hemos consultado a cualquier cantidad de sanadores, hemos tenido todo tipo de conocimiento y experiencia espiritual, y aún no hemos 'superado' nuestro dolor. 'Sigue aquí.' Y nos podemos sentir tan decepcionados. Como si fuéramos un fracaso, alejados cada vez más de sanar. Como si estuviéramos 'haciendo algo mal.' ¡Pero el sanar nunca está lejos! Invité a esta mujer a que se diera permiso de sentir el dolor en su cuello y hombros con mayor profundidad. A que estuviera presente con las crudas sensaciones. A que respirara EN ellas. A que fuera curiosa. A que les permitiera intensificarse si era necesario. A que les dejara moverse, estallar, revolotear, palpitar, arder. Pero que se mantuviera presente y curiosa; que permitiera, confiara y respirara. De pronto, un gran terror inundó su cuerpo. Un viejo miedo de sentirse abrumada, de morir, de volverse loca, de venirse abajo. "Respira en esto," le recordé. Todo su cuerpo comenzó a temblar, a convulsionarse. "Respira. Confía. Estoy aquí contigo..." Esto duró un par de minutos. Me mantuve con ella. Después, todo se detuvo tan rápido como había comenzado. Abrió sus ojos. Comenzó a reír, a llorar con un gran alivio. "¡Guau!" dijo. "¡Simplemente Guau!" No hubo ni una sola palabra. El dolor
en su cuello y hombros había desaparecido. Su cuerpo entero se sentía descansado, relajado, estable. Se sentía imbuida de amor y gratitud. En lugar de intentar 'sanar' o 'deshacerse' de su dolor (¡Algo que había intentado con tanto esfuerzo por años!), finalmente fue capaz de ver todo esto de frente; le dio su lugar, lo permitió. Su dolor se había vinculado estrechamente con sus emociones -‐ miedo, rabia, y debajo de todo eso, una gran tristeza, e incluso desesperación. Esas emociones se habían arraigado en su cuerpo desde que era pequeña, cuando sintió como una amenaza permitirse sentir lo que sentía. Demasiada energía se había acumulado en sus hombros. Sentir el 'dolor' fue la invitación que hizo que todas esas energías comenzaran a moverse en ella. Su cuerpo literalmente tembló al unísono de toda esa energía, bajo la protección del momento presente, bajo la protección de nuestro campo relacional. Ella comenzó a aprender a confiar en ella misma. A confiar en su cuerpo. A confiar en el poder de su presencia. A confiar en que alguien más la acompañara en el fuego de su experiencia. Incluso aprendió a confiar en el dolor mismo, a identificar la inteligencia que hay en todo ello. En un espacio seguro, con presencia, cuidado y amor, fue capaz de comenzar a soportar lo insoportable, de este modo lo insoportable dejó de ser insoportable. Así es como ocurre el sanar -‐ a través del amor, a través de la presencia, a través del coraje de acercarnos siempre un poco más. -‐ Jeff Foster NINGÚN PENSAMIENTO O SENTIMIENTO ES UN ERROR Ningún sentimiento es un error. Todos los sentimientos, sin importar su intensidad, su carácter sorpresivo, su furia, su poder, son huéspedes bienvenidos en tu presencia. Vienen no para destruirte, sino para ofrecerte sus regalos, para simplemente pasar. No son señales de tu fracaso. No necesitan ser resistidos o trascendidos. Ningún pensamiento es un error. Todos los pensamientos, sin importar lo 'negativos', lo extraños, lo oscuros que parezcan ser son tus hijos, partes de ti que anhelan un hogar. Y tú eres ese hogar. Los pensamientos vienen a ti para divertirse en la calidez y protección de tu presencia, se quedan el tiempo que se tengan que quedar y luego se van. No necesitas silenciarlos, bloquearlos, o deshacerte de ellos. No necesitas meditar para que se vayan.
Todos los pensamientos y sentimientos son nubes temporales en el gran Cielo de Ti. No necesitas aferrarte a ellos ni evitarlos; simplemente conócete a ti mismo como el Cielo, inmenso y bondadoso. -‐ Jeff Foster ¿Cómo Perdonar? No tuviste otra opción. Y tampoco ellos. ¡Perdón instantáneo, cuando estés listo! Debido a todo aquello por lo que estabas pasando, cómo te sentías en ese momento, los pensamientos que pasaban por tu mente, lo que creías en ese momento, los lentes a través de los cuales veías el mundo, el miedo y el dolor que estabas tratando de resolver; debido a las heridas que no habían sanado aún, las visiones que aún no te llegaban, la información que te hacía falta en ese momento, los horizontes que aún no se aclaraban… no tuviste otra opción que actuar como actuaste, decir lo que dijiste, hacer lo que hiciste, elegir lo que elegiste, y ellos tampoco. Todos hicieron lo mejor que pudieron, de acuerdo a lo que pensaban que eran en ese momento. Es sólo en retrospectiva que pareció que había otra elección, y eso es lo que nos vuelve locos. No se trata de aprobar lo que pasó, por supuesto, o encontrar excusas, ni tampoco debe ser utilizado para justificar cualquier tipo de violencia que haya surgido. Esta reflexión está dedicada únicamente al verdadero perdón, en el aquí y el ahora, a la posibilidad de dejar ir y seguir adelante, de salir de la limitada y dolorosa creencia de que el pasado pudo haber sido diferente, y re-‐dirigirnos al sitio en donde el verdadero cambio y la reconciliación puede darse, en tu sitio de verdadero poder: el momento presente, inmediato, vivo y completo en sí mismo, independientemente de lo que haya sucedido en el pasado. Y si no puedes perdonar en este momento, si no eres capaz de escuchar este mensaje ahora, si tu alineación parece imposible, también estás perdonado. Honra el sitio en donde te encuentras, amigo. Honra el sitio en donde te encuentras. Estás haciendo lo mejor que puedes. -‐ Jeff Foster EL SONIDO DE UN RELÁMPAGO A LA DISTANCIA Entrégate a la primera luz del alba, o a la fisura en el muro del supermercado, o al mirlo cuando pone sus huevos, o al sonido de un relámpago a la distancia. Entrégate a la vida en sus múltiples formas, en cada aliento, en el latido del corazón mientras despierta a la libertad, en la
majestuosidad de las montañas, en tu propio cuerpo. Da todo de ti, y la vida te dará todo a cambio, porque es un espejo sagrado. Sumérgete en las profundidades de tu soledad, donde el mundo canta sólo para ti, donde, en lugar de soledad, encuentras la inefable conexión con toda la creación. Naciste con tu corazón abierto, naciste libre para sentir la vida, sensible incluso a los movimientos más sutiles, aunque aprendiste a apartarte de esa sensibilidad. Te enseñaron cómo construir un yo sólido, cómo cerrarte a la inmensidad de la experiencia, cómo filtrar tu mundo a través del pensamiento, cómo anestesiarte al don de sentir. Y el haberte cerrado al misterio de esa manera se convirtió en algo insoportable, y a través de la depresión, o el estrés, o el miedo, o la enfermedad, o de un sueño destrozado o un corazón roto, o el simple cansancio de los viejos modos, la vida te invitó para que volvieras a ella y ella volvió a ti. Volvió en la primera luz del alba, o en la fisura del muro del supermercado, o en el sonido de un relámpago a la distancia, pero ahora acogida en tu tierno abrazo, nutrida con tu atención. Ella nunca te olvidó. Nunca fuiste capaz de resolverlo todo, amigo, y esa fue tu victoria. Jamás supiste nada, y esa fue tu inocencia, no tu patología. Siempre seguiste siendo hijo del universo, con los ojos bien abiertos, negándote a asumir una imagen ajena, o a conformarte con nada menos que la clase de amor capaz de suavizar una piedra. Siempre tuviste un SÍ para todo. No sólo para lo feliz, no sólo para lo agradable, sino también para la angustia y la desesperación y la vergüenza y la duda. Todo ello fue como un hijo para ti, y tú fuiste su amoroso padre. Y a veces tropezaste, sí, y a veces dudaste de ti mismo, y en ocasiones no había nadie ahí que te apoyara en los momentos de incertidumbre, pero aprendiste a amar tus tropiezos y tu indecisión, y aprendiste a confiar en los momentos en los que no eras capaz de confiar, y hallaste lo deseado en lo no deseado, y nunca te detuviste. Se te ha dado un día más contigo mismo. Un día más para mantenerte cerca de ti mientras caminas por esta preciosa tierra, mientras respiras, comes, te conectas o no te conectas con tus seres queridos o extraños, que no son extraños cuando se hace de corazón. Y das el siguiente paso, pronuncias la siguiente palabra o te quedas en silencio por ahora, y el Sol sigue siendo el mismo Sol, un día más viejo tal vez, pero constante en su resplandor, al igual que tú en tu compromiso de nunca abandonarte de nuevo, de nunca huir del preciado don que se te ha dado, el don de conocer, y saber que nunca necesitas conocer nada más, excepto, quizás,
la primera luz del amanecer, o el sonido de un relámpago a la distancia, o cómo se siente estar vivo, y abierto, y dispuesto. -‐ Jeff Foster Todos estas arremolinadas y pulsantes energías de eso que llamamos 'Vida' son bienvenidas en el espacio que somos, la inmensa Sala de Estar en la que toda la creación canta y baila y pinta la siempre cambiante imagen de este extraordinario momento... -‐ Jeff Foster "Y después de todo... ¿quién querría renunciar a sus sueños del pasado y del futuro y enfrentarse a un momento misterioso? ¿Quién querría admitir la fragilidad y lo valioso de la vida, su naturaleza transitoria, su regalo agridulce? ¿Quién querría admitir su propia impotencia y reconocer su profunda humildad cósmica? ¿Quién querría morir al tiempo? ¿Quién querría renunciar a su idea de control? ¿Qué corazón podría asumir esa gracia?"... -‐ Jeff Foster "Hay un dolor mucho más fuerte que un corazón roto: un corazón cerrado, un corazón que se resiste, un corazón que se niega a sentir en las profundidades de cada sentimiento, positivo o negativo; un corazón adormecido ante la vida..." -‐ Jeff Foster Con el regreso del cáncer de mi hijo, tuve muchas oportunidades para convivir con el miedo y la desesperación. Ha sido increíblemente difícil verlo en el hospital con los efectos de la quimioterapia. Cuando recientemente regresó a casa lo vi acostado en su cama, y por primera vez, vi un paciente con cáncer. No sé porque no vi eso antes en el hospital. Pero ahora estaba viendo a alguien muy enfermo y mi corazón simplemente se rompió. Algunos días resultan terriblemente dolorosos, especialmente cuando me identifico con el miedo y me pierdo en toda esa historia. Esto real y verdaderamente es sufrir. Sin embargo, he aprendido a regresar a la Vida cuando mi mente se vuelve loca. Compartir este camino con mi hijo me ha llevado a un nivel más profundo de Presencia, uno que nunca había conocido.
Mi cuerpo ha sido un muy buen amigo en todo este feroz proceso, especialmente mi vientre y mi respiración. Cada vez que me siento atrapada en la mente basada en el miedo, a veces lo único que puedo hacer es distender mi vientre y regalarme un aliento más profundo. El vientre es uno de los mejores mecanismos de retroalimentación biológica que tenemos. Cuando está tenso, es porque estamos arriba, en nuestras cabezas. Pero si está relajado, estamos abajo, en nuestro corazón. Cuando retiro mi atención del yo que está en lucha, comienzo a darme cuenta que hay algo más en juego aquí, además de esa historia. A veces irremediablemente regreso a ella debido a que se trata de una manifestación demasiado fuerte, pero después vuelvo a este lugar centrado, estable, y cuando estoy en este lugar, soy capaz de ayudar a mi hijo en la mejor forma posible mientras él comienza a abrir su propio corazón a su yo en lucha. Incluso antes de que el cáncer de mi hijo regresara, me había estado enamorando aún más de este yo que lucha. Le había hecho saber a mi inquieta y miedosa mente que la respetaba. Que no estaba mal o equivocado el hecho de sentir temor o de luchar hasta el cansancio. Solía llamar a mi mente basada en el miedo de diferentes maneras, pero ahora la llamo “Pequeña,” porque fue creada, como en la mayoría de nosotros, antes de que cumpliéramos seis años. Hubo una época en mi vida en la que luché tanto que casi muero. Me hice adicta a las drogas, entraba y salía de hospitales psiquiátricos, y en tres ocasiones traté de quitarme la vida. Mi mente basada en el miedo creía que yo estaba tan defectuosa que no merecía vivir. Durante ese tiempo, no había una sola parte de mí que estuviera incluida en mi corazón. Ahora puedo decir que realmente ningún yo en lucha me dirige. Me he dado cuenta que el miedo está siempre en el umbral entre hacer mi vida y Ser vida, y conscientemente estoy eligiendo Ser vida. Una amiga me envió un correo electrónico recientemente y era exactamente lo que necesitaba escuchar. Contiene una cita de Jeff Foster, autor de La Más Profunda Aceptación. Jeff es un escritor increíble y tiene un corazón profundamente consciente: “Permite que tu corazón se rompa suavemente hoy, si es necesario. Hay un dolor mucho más fuerte que un corazón roto: un corazón cerrado, un corazón que se resiste, un corazón que se niega a sentir en las profundidades de cada sentimiento, positivo o negativo; un corazón adormecido ante la vida. Permite que las olas de tristeza, dolor, miedo, ira, se muevan a través tuyo. Todas ellas son tus hijos, y todas están vivas,
y todas son dignas de respeto. Sé el espacio: el contenedor, no el contenido. No importa qué tan caótico parezca el mundo, no importa qué tanto se destrocen las viejas certezas, la invitación sigue en pie: Ve más despacio. Respira. Conéctate de nuevo con el suelo. Con este momento. Con estas sensaciones danzando en el cuerpo. Con este aliento. Salte del drama del miedo y la anticipación, del juicio y la culpa, del remordimiento y la venganza elaborado por la mente y siente lo sagrado que es este instante. Emprende un nuevo comienzo. Comprométete con el suelo del amor. Ve el caos externo como la invitación a la quietud interna. En la inmensidad del cielo hay espacio suficiente para una tormenta ocasional. Un corazón endurecido se rompe fácilmente. Un corazón suave puede expandirse hasta el infinito, abriendo espacio para todo un cosmos.” Jeff nos recuerda que cualquier cosa a lo que nos resistamos realmente ya pertenece aquí, y que cuando abrimos nuestros corazones, podemos tocar absolutamente todo con amabilidad. Todas nuestras partes ignoradas son “nuestros hijos” y todas y cada una son “dignas de respeto.” Agrego una última línea a la cita de Jeff: “Todo anhela ser cobijado en tu corazón.” Conforme aprendemos a tocar cada parte de nosotros mismos con amabilidad, especialmente las partes que no nos gustan, podemos descubrir cómo admitirlas de nuevo en nuestro corazón. Las palabras de Jeff son un precioso recordatorio para que hagamos un espacio capaz de admitir todo lo que está pasando en nuestro interior. Y si no somos capaces de hacerlo, entonces hacer un espacio para la imposibilidad de hacer un espacio para lo que se mueve dentro. Se trata de que nos salgamos del tiempo, de dar un paso fuera de la mente basada en el tiempo que normalmente se enfoca en el futuro, y así podernos relajar en lo que está realmente ocurriendo aquí. Cuando bajamos nuestro ritmo lo suficiente como para presentarnos ante lo que se está presentando, ocurre una gran sanación, incluso si estamos pasando por los desafíos más grandes de nuestra vida. La próxima vez que te veas atrapado en la lucha y el miedo, sigue la sabiduría de Jeff. “Ve más despacio. Respira. Conéctate de nuevo con el suelo. Con este momento. Con estas sensaciones danzando en este cuerpo. Con este aliento.” Respira profundamente y descansa conscientemente en tu suave y relajado vientre. ¿Cómo te hace sentir esto? CERRANDO LA BRECHA
Entre 'lo que es' y 'lo que debería ser,' hay una brecha llamada 'sufrimiento.' El sufrimiento no es un error o un castigo, es más bien la invitación a cerrar esa brecha. Es un llamado a soltar el sueño acerca de como se 'supone' que debería ser este momento (¿según quién?), y enamorarnos de como es. Al honrar este momento, al inclinarnos ante el hecho inmediato de 'lo que es' dignificando el lugar en el que estamos parados, a menudo descubrimos 'lo que debería ser,' de cualquier forma. En el corazón mismo de nuestro dolor, en el ardiente núcleo de lo que nos preocupa, podríamos encontrar un inimaginable coraje, amor e incluso paz. Cuando nos hacemos amigos de nuestro malestar, de nuestra inseguridad, de nuestra tristeza, de nuestro dolor, de nuestra ira; cuando hacemos una reverencia a su intensidad, honrando su poder y su libertad intrínseca, dejamos de ser víctimas, porque ahora nos alineamos con la vida, dejamos de estar en guerra con la forma como son las cosas. Y vemos posibilidades donde alguna vez vimos obstáculos. La brecha duele, sí, sin embargo a veces tenemos que sentir ese dolor con el fin de sanar. -‐ Jeff Foster Jeff Foster hablando acerca de la meditación, en el sentido más profundo de la palabra -‐ la meditación no como un 'hacer', sino como un 'deshacer'; como la constante invitación que nos hace la vida a bajar nuestro ritmo, a respirar, a sentirnos fascinados con lo que está vivo en este preciso momento; como una invitación a recordar que este momento YA ha sido aceptado... ¿Qué es la meditación? Pura fascinación con este momento, exactamente como es. Sin añadir nada. Sin quitar nada. Sin meta. Sin búsqueda. Sin mediador, de hecho. Pensamientos apareciendo y desapareciendo, como olas en el inmenso océano. Sonidos yendo y viniendo, inesperadamente. Sensaciones bailando, vibrando.
Respiraciones subiendo y bajando, en este inmenso campo, en este espacio abierto, intemporal, inmortal, libre. ¿Qué es la meditación? La pregunta en sí se disuelve... -‐ Jeff Foster ESTOS SON LOS DÍAS Estos son los días de nuestras vidas. No hay otros días por venir. Estos son los días. Los días en que nos encontramos los unos con los otros. En los que hablamos o no hablamos. En los que sentimos lo que sentimos, tanto como podamos sentirlo. En los que tomamos los caminos que tomamos hacia los destinos que soñamos cuando todavía podíamos soñar y creer en sueños. En los que comemos lo que comemos. En los que dormimos cuando dormimos. En los que amamos tanto como podemos. Pero estos son los días. Los días de lo ordinario y lo milagroso. Los días de respirar, los días en que la sangre bombea por nuestras venas, los días que parecen durar para siempre, los días que no pueden terminar lo suficientemente rápido. Los días en que nos mantenemos muy cerca de la vida, de su calidez, de su ternura y de su ferocidad. Los días en que todo parece posible. Los días en los que nos sentamos juntos, bebemos té de jazmín, o flores de saúco, o 'Earl Grey,' o nada, viendo el mundo pasar, a nosotros como parte del mundo pasar, observando. Días que conforman una vida. Días para ser vividos. Estoy enamorado de estos días, que nos son dados gratuitamente. Días para jugar, para maravillarnos, para buscar o no buscar, para preguntar, para recordar u olvidar, pero días, al fin y al cabo; días cuya belleza está enraizada en su propia impermanencia, cuya fragilidad y solidez parecen inseparables. No te olvides de estos días, y especialmente, de este día, en el que habitas, el que te sostiene donde estás, como una madre sostiene a su pequeño, sin aliento pero fuerte, rosado y pequeño y perfecto; no sin defectos, pero amado justamente por eso.
Si me dan sólo un día más, que sea este día, el único día que habré conocido, y que se me deje amarlo de la misma forma en que él me amó, por todos estos días. -‐ Jeff Foster SI NO PUEDES AMAR, CUANDO MENOS ESCUCHA Si no eres capaz de amar a alguien en este momento, cuando menos escúchalo. No te fuerces a amarlo; eso resultaría falso. Respira. Conéctate de nuevo con tu propia presencia. Siéntete abiertamente conectado con el cuerpo, con la respiración, con la tierra. Y escúchalo, incluso si no estás de acuerdo con sus ideas. Honra tus propios sentimientos, también. Y tal vez en un momento dado, a través de escuchar profundamente, comiences a comprender su perspectiva, su experiencia, su viaje, su dolor, sus luchas, incluso si no te agrada lo que dice, o aquello en lo que cree. Tú también has sentido el mismo miedo que él, la misma gran tristeza; también has estado presente mientras olas poderosas de frustración, desesperación, o incluso rabia se han movido a través de ti. Así que aunque tengan historias diferentes, vidas diferentes, podrías quizás comenzar a conectarte con su más profunda experiencia, comprender sus verdaderos anhelos: por amor, por conexión, por sentirse comprendido, por sentirse a salvo, por ser tomado en cuenta. No tienes que tolerar sus palabras o comportamientos. Ni siquiera tienes que volver a verlo. Pero en este momento, ¿podrías mantenerte presente? Sin intentar amarlo, sólo escucharlo, establecido en tu presencia. Poniéndote en sus zapatos por un solo momento, reconociendo que tú estás a salvo en los tuyos. Porque para mucha gente, ser escuchado equivale a ser amado. El hecho de que tú te intereses en su experiencia es muy significativo. Y cuando la gente comienza a sentirse escuchada, y valorada, cosas maravillosas pueden surgir... como cuando las flores se abren cada mañana ante la calidez del Sol. -‐ Jeff Foster -‐ por Michael Jeffreys “¡Mis pensamientos me están volviendo loco!” “Si tan sólo pudiera desconectar mi mente, podría ser feliz.” Debido a que nuestros pensamientos a menudo nos abruman, nos confunden, nos frustran, e incluso a veces parecen torturarnos, hay veces que deseamos que la
mente tuviera un botón de APAGADO. Creemos que si pudiéramos de alguna manera apagar esa ‘ruidosa máquina en la cabeza’, tendríamos paz. Sin embargo, lo que los grandes sabios y místicos nos han dicho en repetidas ocasiones a través de la historia es que la solución NO está en el intento de desembarazarnos de nuestros pensamientos, sino más bien en detener nuestra habitual y robótica tendencia a identificarnos con ellos. Esto, por sí solo, dice el gran maestro advaita Nisargadatta, es lo que es responsable de nuestro sufrimiento: “Para mí mismo, yo no soy ni perceptible ni concebible; no hay nada hacia lo que pueda apuntar y decir: ‘esto es lo que soy.’ Tú sueles identificarte a ti mismo con cualquier cosa, con mucha facilidad; yo lo encuentro imposible. La sensación ‘Yo no soy esto o aquello, o nada es mío’ es tan fuerte en mí que tan pronto como surge un pensamiento o una cosa, surge al mismo tiempo el sentido ‘esto no soy yo.’” – Nisargadatta Maharaj Entonces, resulta que no es el pensamiento en sí mismo la causa de nuestra infelicidad, sino el hecho de IDENTIFICARNOS con él. Cuando me identifico con algo significa que estoy reclamando que ESO soy YO. Por ejemplo, mi fotografía en mi pasaporte o en mi licencia de conducir. “La imagen de mí mismo no es estable, no es confiable debido a que siempre está cambiando.” -‐ Mooji Independientemente de que la fotografía haya salido bien o mal, ¿acaso ésta es tu verdadero Yo? ¿Acaso eres tú, realmente, esa fotografía? ¡No, por supuesto que no! Del mismo modo, tus PENSAMIENTOS jamás son el TÚ verdadero. ¿Por qué? Porque tus pensamientos vienen y van, ellos no están conscientes de ti, como dice Mooji: “Los pensamientos te informan a ti, no tú a los pensamientos.” Esta es la razón por la que creer en nuestros pensamientos nos lleva al sufrimiento. Porque estamos poniendo nuestra atención/identidad en una apariencia mental transitoria y fugaz. Quédate en Casa… Entonces ¿Qué alternativa tenemos? He aquí: Quédate en casa. No abandones tu centro. No te muevas. Mantente quieto. Permite que tu atención se funda en el silencio. Punto Cero. Date cuenta que, dado que ya eres Consciencia, no podríamos estar hablando de convertirte en ella. Y
como ya eres ella, tampoco podemos hablar de ir hacia algún lugar para conseguirla. Tan sólo puede haber una clara visión, un claro reconocimiento de la luz de la Consciencia que está consciente, en forma natural, de estas palabras, pero que no depende de ellas para existir. En pocas palabras, los pensamientos necesitan de TI para existir, pero tú no los necesitas a ellos. Por lo tanto, para que ellos puedan convertirse en una creencia fastidiosa, necesitan de tu cooperación. O más específicamente, de tu energía. ¿Por qué? Porque ellos adquieren la energía -‐para convertirse en una creencia-‐ de la única fuente de poder que existe: ¡tu ATENCIÓN! Deja de darles poder a tus pensamientos (a través de tu atención o interés) y ¿qué sucede? Como un ventilador que se desconecta, las aspas comienzan a girar más y más lento y eventualmente se detienen. La cuestión es que no puedes fingirlo. Si aún sigues creyendo en tus pensamientos, y sigues, por lo tanto, sufriendo, es debido a que estás interesado en ellos hasta cierto grado. Recuerda, hemos creído en ellos por décadas, así que tienes que ser paciente contigo mismo. Puede tomar un tiempo para que los pensamientos pierdan su encanto, su atractivo. “Yo no soy un objeto en la Consciencia, sino su Fuente, su Testigo, pura Presencia Consciente sin forma.” – Nisargadatta Maharaj Sé por mi propia experiencia, y por la de los demás, que no es fácil dejar ir nuestra identidad ‘personal’. Después de todo, es lo único que hemos conocido a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, este es exactamente el punto: eso es lo que sabemos, pero no lo que SOMOS. Muchas personas desean sinceramente la libertad, pero una parte de ellos se siente sumamente atemorizada de permitir que el silencio los tome por completo. Imaginan que la vida será aburrida o que sólo les quedará sentarse en el sofá, comer comida chatarra y ver televisión todo el día. Sin embargo, esta historia es tan sólo el débil intento que hace la mente para conservar su empleo. La verdad es que la mente no tiene la menor idea de lo que es despertar, por la simple razón de que el momento presente es atemporal y los pensamientos viven en el tiempo. Por lo tanto, un pensamiento nunca podría despertar. En cierto modo, estás enseñando a tu mente que está bien descansar y que la llamarás en cuanto necesites de sus servicios. Nuevamente, la mente es útil para asuntos prácticos y de supervivencia, sin embargo, como jefe, deja mucho que desear. Como dice Eckhart: “La mente es un magnífico sirviente, pero un pésimo jefe.”
¿Por qué resulta tan difícil desapegarnos de nuestros pensamientos? Porque los confundimos con aquello que somos. Es la misma forma que tiene un parásito de existir en la naturaleza. Éste engaña a su anfitrión haciéndole creer que es parte de él, de esta manera, no hay ninguna alarma que indique lo contrario. Si tú piensas que algo es tú, simplemente lo aceptas, y es asunto cerrado. Pero lo que olvidamos es que los pensamientos están hechos de lenguaje. Y el lenguaje, debe ser aprendido – y el aprendizaje toma tiempo. Recuerda, durante los primeros meses de tu existencia, no tenías ninguna consciencia de los pensamientos y aún así, ¡existías perfectamente bien! Esto sólo puede significar una cosa: ¡Tú NO eres tus Pensamientos! Sin embargo, el simple estar de acuerdo con esta afirmación no alivia el sufrimiento. ¿Por qué? Porque el entendimiento es aún intelectual, conceptual. Debe ser visto directamente, por uno mismo, en la experiencia propia, para que la comprensión penetre en el ser y así pueda ser vivido. ** Una consideración final… Cuando creemos en nuestros pensamientos, sufrimos. La paz surge espontáneamente cuando la adicción de identificarnos con los pensamientos se rompe. Cuando esto sucede, puedes descubrir que la Vida no necesita que te identifiques con los pensamientos para que Ésta funcione. De hecho, la buena noticia es que la Existencia funciona incluso mejor sin ‘ti’ en el camino. En cierto modo, el ‘yo’ es lo que bloquea el flujo natural y la armonía de la Vida. En otras palabras, cuanto menos ‘yo’, más amor. “Seguro que os habéis sentido, alguna vez, de repente y sin ninguna causa aparente, vaciados de vuestras fuerzas. Es que ha pasado a través de vosotros una corriente mala, una influencia nefasta que ha perturbado vuestro magnetismo; o bien, inconscientemente, habéis pensado en algo, y este pensamiento, con el sentimiento que le ha acompañado, ha cortado la conexión que os conecta con la Fuente divina. El que se deja llevar por la cólera, los celos, el odio, la codicia, la sensualidad, emite unas ondas que perturban la disposición armoniosa de los átomos y de los electrones en las células. Es la perturbación de esta organización interior la que origina las enfermedades físicas y psíquicas.
Estad, pues, vigilantes: cuando experimentéis un trastorno, una indisposición, concentraos en vuestras células hasta que el orden sea restablecido. Nunca dejéis que un estado negativo se instale en vosotros, porque, poco a poco, todo vuestro organismo psíquico, y también vuestro organismo físico, van a ser invadidos.” Despertar... es hacerme amigo de TODAS las partes de mí mismo, sabiendo en el fondo que yo soy tú. Esto es Jesús tocando a los leprosos. Es el Buda sosteniendo una flor. Es el reconocimiento de que somos absolutamente indivisibles del flujo de la vida, el reconocimiento de que somos inmensos, que cuando le damos la espalda a la vida sólo nos la estamos dando a nosotros mismos... como si eso fuera posible. -‐ Jeff Foster UN LÍO PERFECTAMENTE DIVINO Hazle una reverencia a tu propio desgarbo. Sonríele a tu torpeza. Haz amistad con tu ineptitud. Ríete cuando tropieces y caigas. Todas estas son olas preciosas en la inefable inmensidad de ti. La perfección es inalcanzable en el tiempo, ésta se encuentra sólo en la presencia; la presencia de la imperfección te hace real, y te da la posibilidad de relacionarte, y eso es perfecto. Ya serás consistente cuando estés muerto. Hasta entonces, celebra tu absurdo viejo ser, tu maravillosa incapacidad de adaptarte, o de vivir para satisfacer cualquier imagen. No te aburras a ti mismo en un coma espiritual. Atrévete a decir lo equivocado, sólo por una vez. Hay tanta libertad al permitirte echar todo a perder, al ser amable con tus propios errores, al besar el suelo mientras te levantas de nuevo, y al adorar también el hecho de caer. No dejes que tu espiritualidad adormezca tu humanidad, tu humildad, y los más importante, tu humor. -‐ Jeff Foster Todo lo que rechazas en ti mismo se torna en una contracción; una contracción que presiona en busca de tu amor, como un bebé en el útero, que empuja y empuja cuando está listo para nacer, cuando está listo para salir a la luz de la consciencia, anhelando ser visto. Así que si sientes que algo te presiona, te patea, o duele; una tensión, un miedo, un momento de profunda duda; una tristeza, una angustia, no lo veas como un error, o un enemigo, o un castigo, como algo en ‘contra’ de tu cuerpo, como una señal de que estás lejos del sanar. Velo como si fuera tu propio hijo, tu propia
carne y huesos, tu propio cuerpo, de hecho se trata de un movimiento real dentro de ti que anhela aceptación, amor, ser incluido y tratado con toda bondad. “¡Inclúyeme!”, cada pensamiento y sensación susurra; cada alegría y cada tristeza, “Inclúyeme en tu inmensidad, soy digno de ti. Deja de alejarme y me lanzaré a tus brazos amorosos, y verás, sabrás que soy tu amado, siempre fui tu Amado…” -‐ Jeff Foster LOS PÁJAROS DE LA MENTE Los pensamientos no son la verdad, y en última instancia, ni siquiera son tuyos. Son sólo voces, sonidos, sugerencias, opiniones de la mente, yendo y viniendo todo el tiempo, como una bandada de pájaros cantando, y cada pájaro canta una melodía distinta; una opinión, una idea o una perspectiva diferente. Tú no eres esos pájaros; tú eres el inmenso espacio en donde ellos pueden cantar, la consciencia que los acoge, el silencio subyacente y el silencio entre cada uno de ellos. No trates de silenciar a esos pájaros (porque eso los hace cantar aún más fuerte) o destruirlos (porque son sólo partes de ti mismo buscando algo de amor) más bien déjalos que canten, y vuelen, porque ese es tu poder, y tu libertad. El pájaro que canta "Yo soy un fracaso" puede cantar, y el pájaro que canta "Soy un desperdicio de espacio" puede cantar, y el pájaro que canta "Soy el pájaro más maravilloso" puede cantar, y todos sus demás amigos pueden cantar, y tú eres el majestuoso nido de la consciencia, un santuario de aves, jamás definido por el coro de opiniones, nunca en guerra con ellas; el gran YO SOY, indefinible. -‐ Jeff Foster “Tu mano se abre y se cierra, se abre y se cierra. Si sostuviera siempre un puño o se quedara siempre extendida, quedarías entumecido. Tu presencia más profunda está en cada pequeña contracción y expansión, las dos muy bien equilibradas y tan sincronizadas como las alas de un ave.” -‐ Rumi
En la raíz de todo deseo está el deseo por nosotros mismos, por nuestros verdaderos yoes, más allá de cualquier nombre y forma. Podríamos creer que algo externo -‐ una persona, un objeto, alguna sustancia, una determinada experiencia, ya sea placentera o dolorosa -‐ tiene la capacidad de satisfacer nuestros deseos. En secreto lo que deseamos, por supuesto, es esa sensación de alivio, descanso y satisfacción que acompaña el cumplimiento de un deseo. Porque cuando por fin obtenemos lo que deseamos, o lo que creíamos desear, desaparece el sentido de necesidad, dejamos de sentirnos atrapados en la incomodidad de creer que algo hace falta. Estamos, por fin, presentes para nosotros mismos y dejamos de buscar fuera nuestra satisfacción, y comenzamos a sentir el regocijo inherente a nuestra propia presencia, el sentido de que todo está bien, la sensación de estar en casa y de ya no necesitar nada externo que nos complete. Ya no estamos divididos en dos: ‘el que desea’ por un lado, separado en tiempo y espacio de 'lo que se desea,’ por el otro, sino que sólo hay totalidad, descanso, satisfacción, Unidad. El afán que se sentía se apaga, descansamos en nuestra propia naturaleza, temporalmente. Pero como todos sabemos, la satisfacción no dura demasiado. Es una ilusión creer que el deseo pueda poner fin al deseo. El sistema simplemente se reinicia, y surge el afán por otro deseo, y una nueva búsqueda por alivio, ad infinitum. Puedes permitir el deseo, dirigido primero hacia el exterior, en el tiempo y espacio, proyectado hacia los objetos, la gente y los lugares, para después volver a sentirlo pero poniendo atención a su propia Fuente. Disponte a conocer el deseo más íntimamente, como el anhelo por tu presencia, como el deseo de estar en casa. Todo deseo es realmente por el Ser, entonces. Por eso no intentes apaciguar o extinguir todos los deseos (auto-‐mortificación), ni busques poner fin a los deseos a través de tratar de satisfacer cuanto deseo surja (auto-‐indulgencia), más bien acepta el deseo por lo que es, abrázalo plenamente en el momento presente, y simplemente deslígalo de su 'contenido,’ de la narrativa, del futuro, de la historia. Honra el fuego que se siente en la barriga, en el pecho, en la garganta, siente las crudas sensaciones sin juzgarlas, sin etiquetarlas o tratar de detenerlas. Siente el
fuego de la vida misma. Y permite que ese fuego sea abrazado. Sé su hogar. Mira el deseo como un pequeño niño perdido, anhelando tener un hogar, rogando por ser incluido, no extinguido; acogido, no sanado; aceptado, no abandonado. Lo que más deseas es estar contigo mismo, amigo, y, cuando haces un alto para ver, te das cuenta que realmente nunca estás lejos. Estás mucho más cerca que cualquier objeto, persona, sustancia o experiencia. Aquí está la verdadera satisfacción; pleno de aliento, pleno de vida, cerca de ti. Por siempre Uno con lo que siempre deseaste. Permite que cada deseo te lleve de vuelta a la fuente de todo deseo: a TI. -‐ Jeff Foster Tus dolores, tristezas, dudas, anhelos, y pensamientos de miedo, no piden ser ‘sanados,’ sólo están pidiendo ser acogidos, aquí, en los brazos sanadores de este momento presente. -‐ Jeff Foster ¿ESPACIO PARA LA TRISTEZA? Tu tristeza no dice: "Por favor corrígeme, sáname, o libérame." No dice: "Por favor deshazte de mí, muéstrate indiferente ante mí, finge que no estoy aquí." Ciertamente tampoco dice: "¡Por favor ilumínate para que yo pueda morir!" La tristeza no ha venido a castigarte, o a revelar el 'fracaso espiritual' que eres. La tristeza no es signo de que estás poco desarrollado o lejos de sanar, despertar, iluminarte, incluso de la paz. La presencia de la tristeza no es una indicación de haber hecho algo mal. La tristeza sólo susurra: "¿Puedo pasar? Estoy exhausta, quisiera descansar." Y tú respondes: "Pero tristeza, ¡no sé como permitirte entrar!" Y la tristeza responde: "Está bien. No necesitas saber. Ya estoy dentro." Y entonces nos inclinamos ante la tristeza, reconocemos que ya ha sido admitida, que hay espacio suficiente en nosotros para la ella y que no somos 'la persona triste,' nos damos cuenta de que la tristeza no nos
contiene, sino que más bien nosotros somos el espacio para ella, su hogar, su salvación, su tierno abrazo; no como una meta, sino debido a nuestra naturaleza -‐ como la consciencia misma, ya libre. No sanes la tristeza; deja que la tristeza te sane a ti. Permite que te muestre el camino cuando lo hayas olvidado. Permite que te revele los misterios del amor. Permite que te recuerde tu inmenso corazón, tu determinación a nunca más separarte de tu antiguo Ser, y la inmensa Felicidad que bailabas cuando eras joven. -‐ Jeff Foster EL AMOR ES TUYO Amar, mantener tu corazón abierto a pesar de las circunstancias 'externas,' hacer brillar la luz de tu amor; iluminar, en lugar de buscar ser iluminado y constantemente esperar a que los demás brillen en ti; esa es la alegría más grande, más grande que todas las riquezas de este mundo. Ofrecer la luz de tu amor con toda libertad, mantenerte cerca de tu propio corazón para que nunca necesite protegerse o defenderse, sólo nutrirse, sólo cercanía, conexión, atención. Escuchar siempre tu corazón. E incluso si tienes que irte, incluso si tu respuesta es un claro "no," nunca te alejes de tu propio corazón, nunca apagues tu brillo a causa de los 'otros.' No hay ningún 'otro' para este antiguo corazón, sólo corazones, sólo Soles con su propia luz, la misma luz, y la aparente cerrazón de 'otros' corazones nunca ha sido una excusa para dejar de brillar. El amor pide, mas nunca exige; aprecia, mas nunca necesita; valora, mas nunca se aferra. Cuando las expectativas se disuelven en amor, no podemos ser decepcionados, porque en el corazón queda espacio incluso para las expectativas destrozadas. Brillamos no para conseguir algo, o para controlar a alguien, sino para sentirnos brillar, para sentir la calidez y la cercanía de nuestro propio amor, auto-‐generado, resplandeciendo en los otros, que no son otros en absoluto; la mayor felicidad. ¡El Amor es tuyo! -‐ Jeff Foster
"Cuando todo se vuelva oscuro, no olvides que tú eres una estrella" Cuando estás confundido, sabes que estás confundido. Una parte de ti es más grande que la confusión. Una parte de ti ve la confusión, claramente, y dice: “esto es confusión”. Como Claridad, nunca estás confundido, incluso cuando surge la confusión. Tú eres esa clara, despierta, viva Pantalla de Cine, donde escenas de confusión, y escenas de comprensión, y escenas de duda, y escenas de tristeza, ira, miedo, incluso desesperación, vienen y van, dejándote sólo a Ti, despierto, vivo, presente … y claro. -‐ Jeff Foster ACEPTADO, NO SANADO Deja de intentar sanarte, arreglarte o incluso despertarte a ti mismo. Suelta tu intento de "soltar." Deja de tratar de adelantar la película de tu vida. Se vuelve tan agotador, ¿no es así,? siempre tratar de llegar a otro lado, persiguiendo futuros que parecen nunca llegar, viviendo bajo promesas de segunda mano. En lugar de eso, muestra tu respeto a como estás en este momento. Sé aquí. Honra la escena presente de esta película. Tu dolor, tu tristeza, tus dudas, tus profundos anhelos, tus pensamientos imbuidos de miedo; no son un error, y no están pidiendo ser sanados. Están pidiendo ser aceptados. Aquí, ahora, suavemente, en los amorosos brazos de tu presencia consciente... -‐ Jeff Foster YO SOY
El océano no está ausente, incluso en la ola más pequeña. Y en la ola más grande, el océano está perfectamente presente. Tu presencia, el inmutable sentido de YO SOY, ese simple, íntimo sentido de estar vivo, aquí y ahora, que nadie tiene que enseñarte, que no necesita de ninguna prueba, validación externa, que intuitivamente conoces como tu sentido más profundo de identidad, nunca está ausente, incluso en medio del terror, la rabia, la desesperación, la más profunda duda, en las olas de dolor, de vergüenza. No puede abandonarte. Ninguna experiencia puede destruirlo. Y cada pensamiento, sonido, sensación, sueño, memoria, surge y se desvanece en su ilimitado abrazo. Eso es la fuente. Está allí, en el silencio y en el ruido. Está allí, en el caos y en la calma. Está allí, incluso en la búsqueda. Está más cerca que el próximo aliento. (Respira contigo, como tú.) No se trata de un objeto, una forma, una 'cosa' definible, y sin embargo, toma la forma de todas las cosas; danza como los mundos. Y cuando te sientes perdido, tú eres ya encontrado aquí. Y cuando dudas, hay una gran certeza aquí. Y cuando no eres capaz de sostenerte a ti mismo, eres sostenido aquí. Y cuando te sientes alejado del amor, incluso eso es amado, aquí. Eso es lo que eres. Eso es la vida misma, imperturbable, libre. Es la raíz viva de cada pensamiento, sensación, sueño. No puede ser entendido, y sin embargo está aquí, incluso en la confusión. En un millón de formas diferentes, sólo has estado buscándote a ti mismo. -‐ Jeff Foster LO QUE SIEMPRE QUISISTE "Toda su vida mirando a otro lado ha estado... al futuro, al horizonte. Nunca su mente en donde él está..." -‐ Yoda, El Imperio Contraataca
Puedes tener todo lo que quieras, pero no necesariamente bajo una forma. La única razón por la que quieres lo que crees que quieres, por la que deseas lo que deseas -‐ el cigarro, el trago, el auto nuevo, la promoción, el subidón espiritual, la siguiente dosis -‐ es porque te sentirás diferente, mejor, más entero, más completo de lo que te sientes en este momento. Desde un sitio de incompletud, buscamos la completud en el mundo externo. Pero lo que realmente estás buscando no es realmente ese objeto; lo que buscas es más bien el estado que conseguirás cuando finalmente 'obtengas' ese objeto -‐ ese sentido de liberación, alivio, plenitud, y conexión con la vida. Te sentirás capaz de descansar, al fin, llevando la búsqueda a su término. Lo que realmente estás buscando, entonces, es el fin de la búsqueda, ese sentido de absoluta paz, de estar presente y satisfecho, en el eterno Ahora. Buscas tu propia presencia. Sin embargo, como todos sabemos, ninguna cosa 'externa' -‐ ningún objeto, persona, sustancia o evento -‐ tiene la capacidad de entregarte eso. Unos pocos momentos, minutos, horas después, la búsqueda vuelve a hacer acto de presencia. Quieres la siguiente 'cosa,' la siguiente dosis, el siguiente subidón, la siguiente experiencia, el siguiente momento 'mejorado.' El mecanismo de la búsqueda no se desactivó por la adquisición de lo deseado; simplemente se pausó a sí mismo temporalmente, y en realidad puso en marcha la venida del siguiente deseo. Este es el mecanismo detrás de toda adicción, y en una mayor o menor medida, el buscador siempre está adicto a algo. Hay otra manera. Dejar que el deseo descanse allí y vuelva a su fuente. Todo deseo es realmente el deseo por la presencia misma, por el sabor de tu propio ser, por la cercanía cósmica, por el maravilloso sentido de estar vivo, despierto y abierto. Ningún objeto o persona puede darte eso, aunque a veces llegues a saborearlo en forma temporal. Pero a veces ese sabor sólo te hace sentir más hambre por el objeto. Hay muchas personas en este planeta ahora que parecen tenerlo 'todo,' pero se sienten más vacíos que nunca, más perdidos. Lo único que anhelan, es lo único que no pueden encontrar. Presencia, serenidad, amor incondicional, ese sentido de estar en casa, y arraigados profundamente en el cuerpo, en la tierra, en el cosmos; por mucho o poco que se tenga, este es el más profundo anhelo de cada corazón humano. Sabe que cada urgencia, cada anhelo, cada deseo, cada compulsión adictiva, es realmente una invitación a tu presencia. No a una presencia
'futura,' sino a la presencia misma. En lugar de acallar el deseo, o inconscientemente perseguirlo en el futuro, buscándolo fuera en forma habitual bajo determinada forma, mejor vuélvete más curioso. Respira EN las sensaciones del cuerpo -‐ en la barriga, en el área del corazón, en la garganta -‐ y permite todas las imágenes de la mente, todas esas imaginadas 'escenas futuras,' escenas de satisfacción y alegría que surjan. Hay una alegría mucho más profunda que viene cuando dejamos de abandonarnos a nosotros mismos ahora, una satisfacción mucho más profunda cuando nos mantenemos cerca de esas partes de nosotros que gritan por nuestra amorosa atención. Mantente allí, con eso que te está quemando, con tu anhelo, con tu compulsión; descubre lo que realmente desea cada uno. Desde un lugar de presencia, tienes la absoluta libertad de soñar, de desear, de imaginar metas, de querer cosas. Desear o querer también es algo sagrado; no nos convirtamos en ascetas. Sin embargo la calidad de ese querer es muy diferente ahora. Emana desde la fuente, desde la presencia. Surge desde la completud, no desde la carencia. Ahora hay una actitud más lúdica, menos urgente; hay más curiosidad. Porque ahora ya sabes, eres íntegro, tanto si obtienes o no la 'cosa' que creías desear. Estás a menos de un latido de tu corazón de la satisfacción de tu deseo más profundo, de tu propia dulce presencia, de tu satisfacción cósmica, de tu lugar de descanso, de tu verdadero hogar. Sin efectos secundarios. -‐ Jeff Foster Me encanta el arte y los artistas, y la música, y la poesía, y la danza, y todo lo demás. Me encanta como el Uno expresa lo que es en tantas maneras, invitándose a volver a sí mismo con tal creatividad. Varios me han preguntado en estos años : "Jeff, me he sentido inspirado por algo que escribiste en Facebook, ¿me permitirías pintar, hacer un vídeo, danzar, escribir un poema, una canción acerca de ello, quizás incluyendo algunas de tus palabras? " ¡Sí! Siéntanse libres para revisar mi página buscando algo de inspiración. Y publicaré aquí en Facebook las que más me agraden Emoticono smile -‐ Jeff EL BRILLANTE RETORNO DEL AMOR Y la noche nos pertenece, y el amanecer también, y nunca debemos volver a olvidar la gracia que nos ha sido dada, nunca debemos volver a olvidar
este día por buscar el que viene. El amor no es algo que deba encontrarse, es más bien como una energía, fluyendo, a veces suavemente, apenas perceptible, pulsando; a veces surge de como un volcán, estallando por todos lados, cubriendo las grietas de la acera y derribando los muros que habíamos levantado para mantenernos separados, hirviendo como un arroyo, abriéndose camino por cualquier espacio, imparable, imparable, buscando su fuente, buscando su hogar, atravesando árboles, lagos, gente, fluyendo por los cielos abiertos, pasadas galaxias, en tiempos pasados y tiempos futuros. Nace un bebé, un hombre inspira su último aliento en un hospital de por allí, quién sabe dónde, un ejército se levanta, es vencido, se levanta, un esclavo rompe sus cadenas, grandes bestias andan en la tierra, sin saber qué tanto se han aproximado a las llamas. Estrellas nacen y explotan, tu primer cumpleaños, tu graduación, la muerte de tu madre, tu padre, llorando entre pañuelos, desafíos que creíste nunca superar, y lo lograste y en algún lugar en el medio de la noche, allá fuera a través del inmenso océano, en algún lugar de los oscuros recovecos de tu corazón, o quizás cerca de los límites del universo conocido, no sé, ella recuerda, ella vuelve, recordando la fuente, sí, ella recuerda la fuente ahora, y regresa, no buscando sino cayendo, no presionando sino dejándose tirar, y cede, a través de la luz y la oscuridad, a través de las aguas residuales de un millón de mundos perdidos, a través del misterio, a través de capas de felicidad y dolor, en ti, en tu corazón antiguo, en su hogar. Ella ha viajado hasta los fines de los mundos, más allá del tiempo y el espacio, a través de indescriptibles horrores y éxtasis, y ella te ha encontrado de nuevo, donde te dejó, donde comienza la búsqueda. Tomas un aliento hoy, sientes el corazón latiendo, sientes tu vientre elevándose y relajándose, y este no es sólo un movimiento ordinario, un momento dentro de una serie de movimientos, esto es la eternidad moviéndose, respirando, infinito por naturaleza, finito en forma y sin embargo infinito en el corazón, y siempre fuiste tú, siempre fuiste tú, buscado y encontrado, perdido y descubierto. Este es un día común y corriente en tu vida, niños que alimentar, cuentas por pagar, sentimientos que sentir, pero ahora ya sabes, ahora no lo puedes olvidar, a pesar del sueño, a pesar del viaje, el amanecer te pertenece y el anochecer también y el llamado de cada criatura, y cada par de ojos, todo tú viendo, preguntándote, pensando en casa, y no volverás a olvidar esta gracia que te ha sido dada, y nunca abandonarás este día buscando el siguiente, nunca buscando el amor fuera de tu propio palpitante corazón, nunca dudando de lo que intuitivamente supiste cuando tu madre te lanzó a este mundo, pataleando y llorando, magullado
y lleno de sangre pero brillantemente tú mismo, que no eras un error, que no eres un maldito error, eres la naturaleza, eres íntegro, y digno, digno de la clase de amor que viaja eones y años luz y se lanza a sí mismo a través de las sombras y la mierda para regresar. Desde ti ella dio a luz a ella misma, a ti ella viene corriendo. ¡Hogar, madre, hogar! -‐ Jeff Foster EL AMOR ES TUYO Amar, mantener tu corazón abierto a pesar de las circunstancias 'externas,' hacer brillar la luz de tu amor; iluminar, en lugar de buscar ser iluminado y constantemente esperar a que los demás brillen en ti; esa es la alegría más grande, más grande que todas las riquezas de este mundo. Ofrecer la luz de tu amor con toda libertad, mantenerte cerca de tu propio corazón para que nunca necesite protegerse o defenderse, sólo nutrirse, sólo cercanía, conexión, atención. Escuchar siempre tu corazón. E incluso si tienes que irte, incluso si tu respuesta es un claro "no," nunca te alejes de tu propio corazón, nunca apagues tu brillo a causa de los 'otros.' No hay ningún 'otro' para este antiguo corazón, sólo corazones, sólo Soles con su propia luz, la misma luz, y la aparente cerrazón de 'otros' corazones nunca ha sido una excusa para dejar de brillar. El amor pide, mas nunca exige; aprecia, mas nunca necesita; valora, mas nunca se aferra. Cuando las expectativas se disuelven en amor, no podemos ser decepcionados, porque en el corazón queda espacio incluso para las expectativas destrozadas. Brillamos no para conseguir algo, o para controlar a alguien, sino para sentirnos brillar, para sentir la calidez y la cercanía de nuestro propio amor, auto-‐generado, resplandeciendo en los otros, que no son otros en absoluto; la mayor felicidad. ¡El Amor es tuyo! -‐ Jeff Foster TÚ ERES EL AMOR DE TU VIDA No busques amor. No te abandones a ti mismo buscando amor en los demás. El amor no es un objeto, no puede ser ni dado ni quitado. No puede encontrase o perderse. El amor no es un sentimiento, un estado, o una experiencia extraordinaria, sino lo-‐que-‐eres, la presencia misma.
No confundas el amor con atracción. La atracción viene y va y puede desaparecer con el tiempo. No confundas el amor con tus deseos. Los deseos son impermanentes, transitorios. No confundas el amor con sentimientos de felicidad, placer, con un sistema nervioso excitado. Los estados pasajeros no pueden durar; no es su naturaleza. Incluso las promesas que hoy parecen tan seguras, y que nacen desde la mejor de las intenciones pueden desvanecerse el día de mañana, o romperse. El amor, sin embargo, no se desvanece. El amor no puede disminuir con el tiempo. El amor no es una mercancía, una forma de intercambio. El amor es un campo, un campo dentro y fuera de nosotros, un campo donde los pensamientos, los sentimientos, incluso los más aparentemente sólidos planes para el futuro pueden aparecer y desaparecer. El amor incluye tanto la esperanza como la pérdida, el entusiasmo como el aburrimiento, la terrible decepción como la felicidad. El amor es el campo para las formas cambiantes, el suelo que nos sostiene mientras caminamos, nos sentamos, hablamos o no; mientras sentimos lo que sentimos en presencia de los demás, mientras abordamos nuestros asuntos de este día, mientras planeamos, comemos; mientras sentimos esperanza, decimos adiós y tratamos de amar. El amor es mucho más grande que nosotros. No lo generamos con palabras y hechos, o incluso con intenciones, sino que somos continuamente abrazados por él, acogidos en su inmensidad, sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer. Nos casamos, nos divorciamos; somos amigos, somos amantes; nos separamos, sufrimos juntos; nacemos, morimos; y el campo permanece imperturbable. Nadie nos ha dado amor; esa es la más grande ilusión. Simplemente hemos recordado el campo a través de la presencia del otro, a veces hemos reconocido la eternidad en medio de lo cotidiano para después atribuirle el hecho a alguien más. El amor nunca vino de fuera; lo que pasó es que simplemente acariciamos nuestra propia presencia, nos rendimos al amor que ya somos. Y nadie nunca nos ha retirado el amor; simplemente olvidamos el campo, y 'culpamos' a los demás, y buscamos de nuevo el amor, sintiendo su ausencia, perdiéndonos en el relato de un 'amor perdido.' Sin embargo, el amor siempre estuvo allí, incluso en su aparente ausencia; estaba presente, incluso en la pérdida. El amor no puede ser aplastado; una ola no es capaz nunca de aplastar al Océano. No busques amor, no busques la luz. Sé eso, ofrécelo. La alegría de amar es infinitamente mayor que la alegría de aferrarte temerosamente al amor de otro, porque muy en el fondo sabes que es una ilusión que aquello que
siempre has anhelado pueda venir de fuera de ti. Tú eres el Amor de tu Vida; tú siempre has sido el Indicado, el Uno. La búsqueda termina exactamente donde comenzó -‐ en la presencia. Te das cuenta que eres el amor mismo, y esto lo cambia todo; el amor es tuyo, por siempre... incluso cuando no lo es. -‐ Jeff Foster RAZONES PARA CELEBRAR Si estás confundido, celébralo. Porque en este momento, eres libre de tener que saber, estás liberado de la carga de ser un experto. No hay ningún paso que dar de la confusión hacia la claridad; claramente ves la confusión, y así es que la claridad ya está aquí. Si dudas, celébralo. Porque te has permitido seguir siendo curioso y no te has conformado con respuestas de segunda mano, ni te has estacionado en conclusiones anquilosadas. Estás libre de tener que sentirte seguro, la más poderosa arma que utiliza el ego. Si sientes miedo, celébralo. Te estás moviendo hacia lo desconocido, abandonando el mundo familiar, el mundo agonizante, el mundo viejo. Estás parado frente a lo nuevo. El miedo y el entusiasmo están tan cerca, aquí. La ilusoria armadura del yo separado se está desmoronando; la vida está inundándolo todo. Si sientes ira, celébralo. Siente su furia, su poder, el grito de un velociraptor. La vida está surgiendo a través tuyo, cruda, sin filtros. Estás a punto de encontrar tu canción, luchando por una causa con pasión, poniéndote de pie en nombre de aquellos que no tienen voz. Si te sientes perdido, celébralo. En cada gran viaje, el héroe pierde su camino a veces. ¡Piérdete, y encuéntrate a ti mismo! Encuentra la presencia, el aliento, el latir del corazón ancestral. Atrévete a dar el paso gigantesco de no saber qué paso dar; un paso perfecto. Confía en el dudar también. Y tu camino te encontrará, momento a momento. Si sientes tristeza, celébralo. No estás adormecido. No has cerrado tu corazón a lo indeseable. Estás completamente abierto a la vida, sensible. Esta vieja amiga ha venido a ti por ayuda. Ella no es un error. Ella sólo busca un poco de la calidez de tu presencia. Si sientes que no puedes celebrar la vida, celébralo. Estás siendo honesto, estás diciendo la verdad de este momento, tus ojos están abiertos. -‐ Jeff Foster
LOS PÁJAROS DE LA MENTE Los pensamientos no son la verdad, y en última instancia, ni siquiera son tuyos. Son sólo voces, sonidos, sugerencias, opiniones de la mente, yendo y viniendo todo el tiempo, como una bandada de pájaros cantando, y cada pájaro canta una melodía distinta; una opinión, una idea o una perspectiva diferente. Tú no eres esos pájaros; tú eres el inmenso espacio en donde ellos pueden cantar, la consciencia que los acoge, el silencio subyacente y el silencio entre cada uno de ellos. No trates de silenciar a esos pájaros (porque eso los hace cantar aún más fuerte) o destruirlos (porque son sólo partes de ti mismo buscando algo de amor) más bien déjalos que canten, y vuelen, porque ese es tu poder, y tu libertad. El pájaro que canta "Yo soy un fracaso" puede cantar, y el pájaro que canta "Soy un desperdicio de espacio" puede cantar, y el pájaro que canta "Soy el pájaro más maravilloso" puede cantar, y todos sus demás amigos pueden cantar, y tú eres el majestuoso nido de la consciencia, un santuario de aves, jamás definido por el coro de opiniones, nunca en guerra con ellas; el gran YO SOY, indefinible. -‐ Jeff Foster La No-‐dualidad de la Cruz San Agustín escribió, "Como un novio, Cristo salió de su habitación... Se acercó al lecho nupcial de la cruz, y ahí, montándose en ella, consumó su matrimonio. Y cuando percibió los suspiros de la criatura, se rindió amorosamente al tormento en lugar de su novia, y se unió él por siempre (a ella)." ¿La crucifixión como una celebración de vida? ¿Como un matrimonio? ¿¡Qué diablos está pasando!? Cuando despertamos de nuestros sueños de la niñez y dejamos de tomar en forma literal nuestras metáforas religiosas y espirituales, cuando dejamos de creer que el literal hijo de un literal dios literalmente murió en una cruz literal y después fue literalmente resucitado y literalmente ascendido a un cielo literal, la crucifixión revela su verdad más íntima y profunda: que cuando dejamos de resistirnos al dolor, cuando recordamos aquello que realmente somos como la inmensa, abierta, espaciosa capacidad para todo lo que hay en la vida, cuando recordamos
nuestra verdadera identidad como la consciencia misma, entonces, nuestra humanidad, con toda su belleza y desorden y dolores, se ve que es inseparable de lo divino, inseparable de la gracia. La cruz nos apunta a Eso que no puede ser crucificado, a aquello que somos antes de cualquier historia, a lo que fue Jesús, a la consciencia misma ("Dios"). En este lugar, la novia y el novio, el padre y el hijo, el tiempo y lo atemporal, la dualidad y la no-‐dualidad, el vacío y la forma, incluso la vida y la muerte son sólo opuestos mentales imaginarios que nadan en un amor y en un silencio y en una plenitud más allá de la comprensión. La salvaje tortura de la cruz te succiona hasta su centro infinitamente en paz. Y así, la crucifixión, entendida en su sentido más profundo, va más allá de la teología e incluso de la psicología y se convierte en esta gran invitación a despertar, a morir a todo aquello que es falso, y en el medio de toda esa devastación, a descubrir que eres la vida eterna. Puedes llamarlo la paz de Dios o consciencia o puedes ni siquiera ponerle un nombre, eso no importa porque sólo se trata de metáforas que intentan describir lo que ya eres, previo a toda palabra. Todos vivimos nuestra propia crucifixión. Todos enfrentamos la ruina, el ridículo, la desesperación y la pérdida de nuestra propia imagen. Morimos como seres separados y renacemos como la consciencia misma y resucitamos con este cuerpo, en este momento, en este lugar, y el círculo de la vida se completa a sí mismo en y como este momento común y corriente. Nadie puede escaparse de la pruebas que nos pone la vida. Nadie puede escapar del dolor de la humanidad, como enseñó el Buda. La única pregunta que queda es ¿Cómo nos estamos relacionando con esta existencia? ¿Podríamos "entregarnos amorosamente al tormento"? ¿Podríamos "unirnos eternamente" con nosotros mismos con una paz que rebase todo entendimiento? ¿Podríamos darnos cuenta de que la muerte no es algo a lo que debamos temer? Ya sea que creas literalmente en la crucifixión o no, o que te llames a ti mismo Cristiano, Judío, no-‐dualista o ateo, no puedes negar el poder simbólico y mitológico que tiene el impacto de la crucifixión, y su importancia como enseñanza universal de profundo despertar en el medio del insoportable dolor, una enseñanza que trasciende la religión misma y le habla a todas las personas, independientemente de su edad o de su formación.
No me etiqueto como Cristiano, pero oculto a plena vista, en el corazón del mensaje Cristiano hay una enseñanza no-‐dual asombrosamente poderosa de amor incondicional, profunda aceptación y un perdón desgarrador -‐ una enseñanza, por supuesto, que se encuentra en el corazón de todas las otras grandes tradiciones religiosas del mundo. La verdad no puede ser contenida -‐ es como un río salvaje que se desborda por todos lados. Con razón hay tantas religiones en el mundo, tantos sistemas metafóricos, cada uno tratando de expresar la única e inefable verdad de la existencia: que el instrumento de tu tortura, aquello que alguna vez amenazó con destrozar tu espíritu, eventualmente se convierte en tu salvación y te despierta a la vida. Que cuando enfrentamos sin miedo la aparente oscuridad descubrimos que sólo hay luz no dividida. Que la libertad reside no en escapar hacia lo Absoluto sino en afirmar la vida tal y como es -‐ consumando nuestro matrimonio con nuestra humanidad, incluyendo todas las pruebas y tribulaciones, y conociendo a Dios como el principio inquebrantable presente incluso en nuestro dolor; eso que nos sostiene cuando nosotros mismos no somos capaces de sostenernos. -‐ Jeff Foster LA ABUNDANCIA ES TUYA Lo que realmente buscas siempre te ha estado buscando. Y lo que en realidad nunca deseaste jamás lo recibirás de todos modos, o se irá muy pronto. Muévete en el mundo no desde un lugar de carencia, siempre enfocado en la meta, midiendo qué tan lejos o cerca te encuentras, sino desde un lugar de presencia, de tranquilidad, de confianza. Relájate, respira y abre por completo tus brazos a la vida hoy. Sé tierno y receptivo, y mantente cerquita de la duda. Todo te llegará. Tendrás la oportunidad de saborear de todo, el éxito y el fracaso, el placer y el dolor, la más grande de las alegrías y la más profunda angustia. Haz un nido para todos esos fragmentos de tu ancestral e infinito ser. Confía en lo que viene y confía en lo que se va. Confía en lo que se queda y confía en lo que desaparece. Confía incluso en el mismo dudar. Lo que realmente buscas es buscarte a ti mismo tanto como buscas eso, porque lo único que estás haciendo es ver un espejo. Buscas tu propia presencia, y nunca estuviste separado de ella. Cuando la encuentras, tú eres encontrado. Cuando la conoces, tú eres conocido. Eres abrazado tan profundamente como tú abrazas. La abundancia es tuya, sin esfuerzo, entonces. El milagro de cada aliento, de cada latido del corazón, de cada sensación viva, palpitante,
hormigueando en el cuerpo. Una alegría, una tristeza, un estallido de creatividad. Una conexión inesperada, una pérdida sorpresiva. Una nueva oportunidad para entrar en comunión contigo. Un nuevo día para saborear todo lo que la vida te ofrece, para dar todo lo que tienes para dar. Un fresco y nuevo momento ahora, que se te ha dado en forma gratuita. Un regalo dado que no tiene precio. Pleno, tan rebosante como un océano, juegas con el deseo conforme surge y decae, como una amada ola en tu inmensidad. -‐ Jeff Foster LA RAÍZ DE TODO DESEO “Tu mano se abre y se cierra, se abre y se cierra. Si sostuviera siempre un puño o se quedara siempre extendida, quedarías entumecido. Tu presencia más profunda está en cada pequeña contracción y expansión, las dos muy bien equilibradas y tan sincronizadas como las alas de un ave.” -‐ Rumi En la raíz de todo deseo está el deseo por nosotros mismos, por nuestros verdaderos yoes, más allá de cualquier nombre y forma. Podríamos creer que algo externo -‐ una persona, un objeto, alguna sustancia, una determinada experiencia, ya sea placentera o dolorosa -‐ tiene la capacidad de satisfacer nuestros deseos. En secreto lo que deseamos, por supuesto, es esa sensación de alivio, descanso y satisfacción que acompaña el cumplimiento de un deseo. Porque cuando por fin obtenemos lo que deseamos, o lo que creíamos desear, desaparece el sentido de necesidad, dejamos de sentirnos atrapados en la incomodidad de creer que algo hace falta. Estamos, por fin, presentes para nosotros mismos y dejamos de buscar fuera nuestra satisfacción, y comenzamos a sentir el regocijo inherente a nuestra propia presencia, el sentido de que todo está bien, la sensación de estar en casa y de ya no necesitar nada externo que nos complete. Ya no estamos divididos en dos: 'el que desea' por un lado, separado en tiempo y espacio de 'lo que se desea,' por el otro, sino que sólo hay totalidad, descanso, satisfacción, Unidad. El afán que se sentía se apaga, descansamos en nuestra propia naturaleza, temporalmente. Pero como todos sabemos, la satisfacción no dura demasiado. Es una ilusión creer que el deseo pueda poner fin al deseo. El sistema simplemente se reinicia,
y surge el afán por otro deseo, y una nueva búsqueda por alivio, ad infinitum. Puedes permitir el deseo, dirigido primero hacia el exterior, en el tiempo y espacio, proyectado hacia los objetos, la gente y los lugares, para después volver a sentirlo pero poniendo atención a su propia Fuente. Disponte a conocer el deseo más íntimamente, como el anhelo por tu presencia, como el deseo de estar en casa. Todo deseo es realmente por el Ser, entonces. Por eso no intentes apaciguar o extinguir todos los deseos (auto-‐mortificación), ni busques poner fin a los deseos a través de tratar de satisfacer cuanto deseo surja (auto-‐indulgencia), más bien acepta el deseo por lo que es, abrázalo plenamente en el momento presente, y simplemente deslígalo de su 'contenido,' de la narrativa, del futuro, de la historia. Honra el fuego que se siente en la barriga, en el pecho, en la garganta, siente las crudas sensaciones sin juzgarlas, sin etiquetarlas o tratar de detenerlas. Siente el fuego de la vida misma. Y permite que ese fuego sea abrazado. Sé su hogar. Mira el deseo como un pequeño niño perdido, anhelando tener un hogar, rogando por ser incluido, no extinguido; acogido, no sanado; aceptado, no abandonado. Lo que más deseas es estar contigo mismo, amigo, y, cuando haces un alto para ver, te das cuenta que realmente nunca estás lejos. Estás mucho más cerca que cualquier objeto, persona, sustancia o experiencia. Aquí está la verdadera satisfacción; pleno de aliento, pleno de vida, cerca de ti. Por siempre Uno con lo que siempre deseaste. Permite que cada deseo te lleve de vuelta a la fuente de todo deseo: a TI. -‐ Jeff Foster EL SONIDO DE UN RELÁMPAGO A LA DISTANCIA Entrégate a la primera luz del alba, o a la fisura en el muro del supermercado, o al mirlo cuando pone sus huevos, o al sonido de un relámpago a la distancia. Entrégate a la vida en sus múltiples formas, en cada aliento, en el latido del corazón mientras despierta a la libertad, en la majestuosidad de las montañas, en tu propio cuerpo. Da todo de ti, y la vida te dará todo a cambio, porque es un espejo sagrado. Sumérgete en las profundidades de tu soledad, donde el mundo canta sólo para ti, donde, en lugar de soledad, encuentras la inefable conexión con toda la creación. Naciste con tu corazón abierto, naciste libre para sentir la vida, sensible incluso a los movimientos más sutiles, aunque aprendiste a apartarte de esa sensibilidad. Te enseñaron cómo construir un yo sólido,
cómo cerrarte a la inmensidad de la experiencia, cómo filtrar tu mundo a través del pensamiento, cómo anestesiarte al don de sentir. Y el haberte cerrado al misterio de esa manera se convirtió en algo insoportable, y a través de la depresión, o el estrés, o el miedo, o la enfermedad, o de un sueño destrozado o un corazón roto, o el simple cansancio de los viejos modos, la vida te invitó para que volvieras a ella y ella volvió a ti. Volvió en la primera luz del alba, o en la fisura del muro del supermercado, o en el sonido de un relámpago a la distancia, pero ahora acogida en tu tierno abrazo, nutrida con tu atención. Ella nunca te olvidó. Nunca fuiste capaz de resolverlo todo, amigo, y esa fue tu victoria. Jamás supiste nada, y esa fue tu inocencia, no tu patología. Siempre seguiste siendo hijo del universo, con los ojos bien abiertos, negándote a asumir una imagen ajena, o a conformarte con nada menos que la clase de amor capaz de suavizar una piedra. Siempre tuviste un SÍ para todo. No sólo para lo feliz, no sólo para lo agradable, sino también para la angustia y la desesperación y la vergüenza y la duda. Todo ello fue como un hijo para ti, y tú fuiste su amoroso padre. Y a veces tropezaste, sí, y a veces dudaste de ti mismo, y en ocasiones no había nadie ahí que te apoyara en los momentos de incertidumbre, pero aprendiste a amar tus tropiezos y tu indecisión, y aprendiste a confiar en los momentos en los que no eras capaz de confiar, y hallaste lo deseado en lo no deseado, y nunca te detuviste. Se te ha dado un día más contigo mismo. Un día más para mantenerte cerca de ti mientras caminas por esta preciosa tierra, mientras respiras, comes, te conectas o no te conectas con tus seres queridos o extraños, que no son extraños cuando se hace de corazón. Y das el siguiente paso, pronuncias la siguiente palabra o te quedas en silencio por ahora, y el Sol sigue siendo el mismo Sol, un día más viejo tal vez, pero constante en su resplandor, al igual que tú en tu compromiso de nunca abandonarte de nuevo, de nunca huir del preciado don que se te ha dado, el don de conocer, y saber que nunca necesitas conocer nada más, excepto, quizás, la primera luz del amanecer, o el sonido de un relámpago a la distancia, o cómo se siente estar vivo, y abierto, y dispuesto. -‐ Jeff Foster ¿LA FORMA MÁS RÁPIDA DE LLEGAR ALLÁ? No puedes llegar 'allá' desde aquí. Siempre estás aquí. Siempre es Ahora.
Incluso cuando llegas 'allá,' incluso cuando llegas a tu 'destino futuro,' te detienes, y echas una mirada, y te das cuenta de que estás aquí, y que es Ahora. La sensación de 'estar aquí' te sigue dondequiera que vayas. De hecho, en tu esencia más profunda, tú ERES esa sensación de 'estar aquí.' Incluso cuando llegas 'allá,' tu propia presencia brilla con más fuerza que nada. Nos hemos enfocado tanto en 'llegar allá,' en alcanzar un determinado destino, que en verdad nos hemos desconectado de donde estamos. 'Llegar allá', sentir que estamos 'allá,' se ha convertido en algo más importante, o especial, o sagrado, o deseado que estar aquí, sintiendo que estamos aquí. Creemos que cuando 'lleguemos allá,' por fin podremos descansar, relajarnos, sentirnos en casa, en paz, satisfechos, completos, íntegros, en el lugar adecuado. Que cuando lleguemos 'allá' podremos finalmente dejar de esforzarnos por llegar 'allá,' ¡y simplemente estar aquí! Irónicamente, sólo queremos llegar 'allá' para ponerle fin a la lucha de tratar de llegar 'allá.' Sólo queremos sentirnos 'aquí.' Todo es tan agotador, ¿no es así? Huir todo el tiempo de donde estamos. ¿El secreto? Siéntete aquí ahora. Cuando estés presente, sentirás que ya estás 'ahí,' estés donde estés. ¡Porque finalmente estás aquí! Te has entregado a tu propia presencia, a tu verdadero hogar. Estás despierto y vivo al Ahora; eres uno con la Fuente. Y desde este lugar, todo es posible, y el viaje parece más sencillo. Viaja sin moverte, amigo. La forma más rápida de llegar allá, es ser aquí. -‐ Jeff Foster . EL AMOR PUEDE DECIR 'NO' No puedo repetir esto lo suficiente: La aceptación no es lo mismo que tolerar o condicionar una conducta violenta. Desde un lugar amoroso, nuestros corazones completamente abiertos al misterio, establecidos en un SÍ a la vida en todas sus formas, profundamente arraigados en una comprensión no dual, podemos dar un claro 'no.' Podemos abandonar nuestro juicio y sin embargo respetar nuestro discernimiento. Por ejemplo, podemos seguirle diciendo a la gente que ha asesinado, violado, torturado: "Has perdido tu derecho de andar libremente por donde sea, hasta que hayas sanado." Esto respeta sus heridas, así como las heridas de quienes han sido o podrían ser afectados por su 'comportamiento.' Aquí estamos diciendo 'no' a su comportamiento inconsciente pero no a su
existencia, ni a su verdadera naturaleza oculta con la máscara del 'yo,' aquí no estamos diciendo que no a su capacidad de sanar, o incluso a su transformación. Del mismo modo, podemos amar a alguien con todo nuestro corazón, sentir una profunda compasión y ternura hacia ellos, y aún así decir 'no' al hecho de pasar tiempo con ellos, o incluso verlos de nuevo. Nuestro 'no' surge desde un honesto 'SÍ' a la vida, a la verdad y a la autenticidad. Visto de este modo, un 'no' y un 'sí' no son opuestos, así como la luna no es lo opuesto al sol, sino igualmente bienvenidos en la incondicional vastedad del cielo. El amor incondicional no necesita que nos convirtamos en un tapete, o que tengamos que tolerar la violencia, o esconder un 'no' con el fin de aparentar ser más 'espirituales' o que en verdad 'aceptamos,' lo que requiere, más bien, es honrar los límites sagrados con nuestros corazones bien abiertos y rebosantes de entereza y determinación. Un límite real no separa, simplemente mantiene nuestros corazones abiertos para los demás, nos permite relacionarnos con honestidad y, por supuesto saber exactamente dónde estamos parados. -‐ Jeff Foster Del muro de: «Pathways of Light -‐ A Course in Miracles -‐ ACIM» "Perdonar es permitir que el velo de la separación sea levantado de mi mente. Si el velo de la separación no es levantado, me centraré en lo que los cuerpos hacen y dicen. Me centraré en las identidades individuales separadas y solas. Creeré que esto es verdadero y real. El perdón me ayuda a aprender a mirar más allá de las ilusiones de separación. El perdón me ayuda a mirar más allá de la creencia en el pecado y la muerte. Aprendo a perdonar de mi verdadero Ser. Cuando estoy dispuesta a recibir la verdad, mi verdadero Ser levanta el velo de la separación de mi mente. Y entonces es cuando soy capaz de ver la Luz detrás de las formas separadas y aisladas. Soy capaz de ver la Luz detrás del comportamiento temeroso. Y a medida que continúo practicando esto, me enseña a encontrar la Luz detrás de mi identidad separada.
Sólo mi verdadero Ser puede levantar el velo. Mi mente separada sólo conoce de separación y enseña sólo esto. Mi verdadero Ser me enseña a buscar y encontrar la Luz de Dios que está detrás de cada falsa imagen de separación. Mi verdadero Ser me enseña que sólo esto me trae la verdadera felicidad duradera. Me libera del miedo. Me libera de creer en la muerte o de que alguien pudiera ser dañado. Me libera de la falsa mente que siempre busca culpar. Cuando la culpa se ha marchado, sólo hay inocencia para ver. Aquí yace la paz. Aquí yace el Amor eterno. Aquí yace la felicidad. El perdón es la respuesta ante cada problema percibido. Cuando estoy irritada, triste, enojada o deprimida, el perdón es la respuesta. Cuando me siento sola y asustada, el perdón es la respuesta. El perdón levanta el velo y retorna a mi conciencia la verdad de mi Identidad como parte de Dios. El ejercicio de la lección de hoy (121) tiene un enfoque diferente de lo que yo hubiera esperado, basado en el tema. Desde la perspectiva de la pequeña mente, parece que el enfoque obvio sería pensar en algo que alguien hizo que me haya ofendido y luego tratar de perdonar la ofensa. Este es el enfoque típico del ego. En primer lugar hace real al error y luego trata de ignorar el error, mientras que todavía sostiene su realidad. En cambio, este ejercicio es indiferente ante cualquier cosa que el “enemigo” pueda haber hecho. Simplemente nos dice que debemos elegir a alguien que consideremos ofensivo de alguna manera. Y entonces se nos dice que debemos buscar la Luz en esa persona. Nos está entrenando para mirar más allá de las formas, porque las formas no son reales. Lo que parecía ocurrir sólo era un sueño de ilusiones que interactuaban con ilusiones, y no podría ser real. El ejercicio nos enseña a mirar más allá de lo irreal a lo real, más allá de las sombras a la Luz. A medida que nos permitimos a nosotros mismos el ver la Luz en un enemigo y podemos equiparar esa Luz con la Luz de un amigo, se vuelve más fácil entonces equiparar esa Luz con la Luz en nosotros mismos. Nuestra unidad se vuelve evidente y en mi mente me he unido con mis hermanos. El perdón ha sucedido. Necesito practicar mirando más allá de las imágenes y las formas a la Luz que representa la unidad de todas las cosas con la única Fuente de Luz. A veces, un evento ofensivo específico parece tan real para mí que soy incapaz de ver más allá de él a la Luz. Aquí es donde tengo que recordarme a mí misma que no puedo ser mi propio maestra, porque me he enseñado a mí misma a ver la ofensa, no la Luz. Aquí es donde tengo que recurrir al Maestro interior para permitir que Él me muestre la
irrealidad de las interacciones entre las imágenes y ayudarme a ver la Luz que está más allá de la obscuridad. El perdón es exquisitamente simple. Sólo necesito ver la Luz en mi hermano, darle toda mi atención. Eso es todo. La única razón de que esto parezca difícil en cualquier momento, es debido a mi falta de voluntad para dejar de estar en lo cierto acerca de mi juicio. He inventado una letanía de reglas y me he enseñado a juzgar según ellas. Ni una sola vez este juicio me ha traído nunca la felicidad real. Ahora estoy dispuesta a ser enseñada por el Maestro de la Luz sobre cómo ver la Luz donde esta esté y hacer caso omiso a todas las imágenes vacías. Estoy muy agradecida por esta lección, que me da otro paso hacia el reconocimiento de que estoy en el Cielo ahora. En realidad, nunca me fui. Sólo he estado soñando con estar en una tierra lejana. Mientras leía esta lección, me di cuenta de que estaba constantemente asintiendo con la cabeza y estando de acuerdo con lo que sucede con una mente que no perdona. El motivo de que lo sepa es debido a que la lección me está describiendo a mí Emoticono tongue . Así es como me siento tan a menudo, que eso es lo que me asusta, así es como he estado viviendo gran parte de mi vida. No es de extrañar que el Curso diga que si hemos estado viviendo en el miedo, no hemos vivido realmente. Me ha tomado muchos años el darme cuenta de que he estado “buscando el amor en todos los lugares equivocados”, pero lo que me gusta del Curso es que me dice que eso está bien. No necesito atacarme a mí misma acerca de lo que pudo haber sido. Por el contrario, la multitud de errores que he cometido solo han resultado ser bendiciones porque me han hecho ponerme de rodillas y rendirme (entregarme) a la libertad que el Curso me ofrece." ~ ACIM Workbook Lesson 121 Insights “Forgiveness is the key to happiness.”