Invictus

Profesora: Alumna: Laura Torre Rojas Junio del 2017 "Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en

Views 79 Downloads 7 File size 363KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Profesora: Alumna: Laura Torre Rojas Junio del 2017

"Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades" - Nelson Mandela

INTRODUCCIÓN Tiempo atrás, cuando todavía no tenía la más mínima intención de pensar en algo importante, cuando sólo me dedicaba a pensar en mis propios problemas, vi una película, que me hizo descubrir una inquietud en mí. La película se llama INVICTUS, del gran director y actor Clint Eastwood, basada en la novela de John Carlin, “Playing the enemy: Nelson Mandela and the game that change a nation”, donde se muestra el apoyo de Mandela a una selección nacional formada por blancos durante la Copa Mundial de Rugby de 1995, celebrada en Sudáfrica, y su empeño en integrar la minoría blanca y la mayoría negra sirviéndose de aquel acontecimiento deportivo y su firme voluntad de construir una nación para todos los sudafricanos, sin distinción de raza. Cuando comencé a verla, pensé “uf!, otra película más de equipos deportivos, de testosterona a mil y más encima de rugby”, deporte que no entiendo ni me llama la atención. Sin embargo, a medida que fui avanzando en ella, pude descubrir que muy poco tenía que ver con el rugby y que lo de la testosterona sólo fue un prejuicio que nace de ver tanta película gringa sobre lo mismo: equipos deportivos que se enfrentan a una serie de dificultades y que hacen algo grande. Mi intención es hacer un paralelo entre el liderazgo de Nelson Mandela y las características de un líder, esas que elevan a un hombre de su condición natural a una superior, capaz de ser imitada.

DESARROLLO El verdadero sentido de la película es la enorme capacidad de liderazgo que nos muestra Nelson Mandela, capacidad que se pone de manifiesto en cada

frase del personaje. Basta conocer el poema que tanto inspiró a este hombre y que sirvió de inspiración a otros: “Desde

la noche que sobre mí se cierne,

negra como su insondable abismo, agradezco a los dioses, si existen, por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia, nadie me vio llorar ni pestañear. Bajo los golpes del destino, mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas de ira
 yacen los horrores de la sombra, pero la amenaza de los años, me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino, cuán cargada de castigo la sentencia. Soy el amo de mi destino; soy el capitán de mi alma.”

Invictus (William Ernest Henley)

Mandela, hasta ese momento, no había sido para mí más que otro líder en el mundo, en una época llena de líderes mediáticos. El que pasara 27 años encarcelado, bajo el peor de los yugos y los más denigrantes tratos, precisamente de quienes eran sus hermanos, no le impidió, después de su liberación, a que se irguiera desde su orgullo tribal, mirando el futuro con

optimismo y esperanza, para convertirse luego en presidente de una nación que jamás pensó tener en ese puesto un líder de color y llegar a ganar un premio Nobel de la Paz, por algo que para él era tan natural: la igualdad entre los hombres, la libertad de pensamiento, la resolución pacífica de los conflictos, el saber escuchar. Todos estos anhelos de Mandela, me hacen relacionarlo con el módulo que hemos trabajado. Naturalmente este hombre se transformó en la fuente de inspiración de muchos y en un emblema para este campo del saber transformacional, que vio en este hombre un claro ejemplo de cómo se logran cosas extraordinarias a través del desarrollo de la conciencia humana.

Una vez en libertad, Nelson Mandela visionó una política de reconciliación nacional que permitió el nacimiento de una Constitución amparada en el derecho y un modelo democrático que cobijara a todos, en una nación dividida por la historia. La fuerza que permite a una persona hacer todo esto responde a valores de una persona que tiene una actitud, y la aptitud, para generar nuevas ideas, para crear nuevas posibilidades, para descubrir nuevos significados, para inventar nuevos caminos, para encontrar nuevas conexiones, nuevas soluciones, ya sea en el nivel individual (frente a su duro destino encarcelado) o en el social (en un mundo que no está preparado para vivir la apertura). Es saber que se tiene una visión que transciende a su propia persona y va mucho más allá.

Mandela, entonces, es un líder transformacional capaz de gestionar su estado interno en beneficio de lo que debe aceptar, es capaz de perdonar a sus carceleros, y ponerse en el lugar de ellos para de allí, desde esa postura de libertad mental, trascender en la libertad universal, esa que se adquiere en lo más profundo del espíritu, cuando el hombre logra conocerse tan bien, que las paredes de lo físico desaparecen ante las fronteras sin fin del alma. Demuestra congruencia a

lo

largo

de

toda

su

vida,

viviendo

según

los valores que promulga, reconciliación, igualdad, optimismo.

Su relación con los otros, en esta película, comienza por la aceptación de todos los habitantes del país, blancos y negros, sin distinción de raza ni ideologías políticas. Llama la atención el trato que da a quienes le rodean, a su nación

entera; son su propia familia y desde esta creencia profunda se pone en los zapatos de ambos bandos, entendiendo sus posturas para buscar la reconciliación. Mandela inició el Plan de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó grandes cantidades de dinero a mejorar el nivel de vida de los sudafricanos negros en cuestiones como la educación, la vivienda, la sanidad o el empleo, que era necesario para validarlos ante los sudafricanos blancos, desde la dignidad de satisfacer necesidades básicas y el estudio, elemento esencial para abrir las alas a un pueblo que quería volar hace ya un buen rato. Fue así como se convirtió en el principal interlocutor para negociar el desmantelamiento del apartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la complejidad del proceso, impulsó la redacción de una nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el parlamento en 1996 y que consideró los principios de ambos mundos Destaca en su gestión, la búsqueda de aliados que le ayuden a llevar a cabo su objetivo. Tal es el caso de Frederik Le Klerk (Presidente de la República por el Partido Nacional, que le antecedió en el cargo y de cuyas manos recibió su envestidura presidencial), Thabo Mbeki (su sucesor en el Congreso Nacional Africano y posteriormente en la presidencia) y el mismo obispo Desmond Tutu (quien presidía la Comisión de la Verdad y

Reconciliación, con quien tuvo la misión de presentar las

conclusiones de ésta organización) y, haciendo mención a la película, y al hito que allí se refleja, al capitán de los Springboks, selección de Rugby Sudafricana, Francois Pienaar. En esta relación, aparentemente tan mundana, podemos observar el primer gran paso de una nación, por años dividida, que puede unirse bajo un objetivo común y alcanzar las metas que se han propuesto, dejando de lado las diferencias tan profundas, para dar paso a la reconciliación nacional tan anhelada.

Entrando de lleno al tema que nos

atañe, relacionar la manera de

enfrentar la vida de este hombre, responde a una forma natural de coaching ontológico, disciplina que aporta una manera diferente de interpretar a los seres humanos, su modo de relacionarse, de actuar y de alcanzar los objetivos que se proponen. Uno de los postulados que lo caracterizan es que el lenguaje no sólo describe la realidad, sino que por medio de él se genera la realidad. En la película, queda de manifiesto esta aseveración en infinidad de oportunidades.

Tal es el caso del cambio de actitud de los guardias personales de Mandela, los que a través de las palabras de su líder, modifican su conducta con el nuevo mundo que se abre a sus ojos. Lo mismo sucede con Pienaar. La evolución de su personaje responde a la influencia del discurso transformador de este hombre, que sin perder la paciencia y con un optimismo extremo, logra impactar en el capitán de un equipo que también se transforma gracias al lenguaje. El Coaching Ontológico es una dinámica de transformación mediante la cual las personas y organizaciones revisan, desarrollan y optimizan sus formas de estar siendo en el mundo. Se presenta como una conversación que crea una nueva cultura y no como una técnica dentro de la cultura subyacente. Y eso es lo que sucede, no sólo con la nación sudafricana, sino también con los miembros de la selección. Este tipo de líder genera un proceso de crecimiento que ocurre en el dominio del Ser, a través de un aprendizaje transformacional que cuestiona con respeto los modos tradicionales de percibir e interpretar, donde las personas y los equipos interrumpen sus patrones de conducta y comportamiento habituales, para comenzar a operar con mayor creatividad, protagonismo y proactividad; generando competencias emocionales, del hacer, del pensar y de la comunicación. Todas estas acciones son observables en la vida de este líder, acciones transformadoras de su entorno, como proceso fundamentalmente liberador del sufrimiento y de las creencias condicionantes que nos limitan. El coaching ontológico nos conecta con nuestros recursos y con nuestra capacidad de intervenir, logrando mayor bienestar y efectividad en el logro de los resultados que nos importan. Es poder "soltar" lo seguro-conocido, para iniciar un "viaje" a la región de lo "aún no explorado", para atreverse a diseñar un por-venir acorde a nuestras inquietudes.

Es así como este tipo de coaching, nace como un intento de hacernos cargo de las paradojas que tenemos en las organizaciones actuales, en la vida contemporánea, en este devenir de contradicciones, que se traduce, por ejemplo, en alta efectividad junto a altas dosis de sufrimiento; especialización técnica junto a entornos de trabajo tomados por la desconfianza; altas posibilidades tecnológicas y de recursos para enfrentar el futuro junto a resignación, resignación que muchas veces nos vuelve ciegos a lo que nos rodea y nos impermeabiliza a los traumas cotidianos que podemos observar a través

de los medios, tal como sucedió con esta película, autobiográfica, no sólo de un hombre factible de ser imitado, sino de toda una nación en evolución política y social. La palabra "Coaching" significa "Entrenamiento" y viene del ámbito de los deportes donde el coach es el director técnico que le dice a los jugadores cómo lograr una mejor performance. "Ontología" es una parte de la filosofía que se define como la ciencia del ser. O sea, literalmente, coaching ontológico significa entrenamiento en el ser. El interés y el entusiasmo por llevar el coaching al ámbito personal, profesional y empresarial es algo reciente. Existe, sin embargo, mucha confusión acerca de lo que el coaching ontológico realmente es y cuáles son sus diferencias con respecto al coaching tradicional. Por ejemplo, es común escuchar a la gente hablar del coaching como una palabra que describe un gerenciamiento amistoso: supervisar, intervenir psicológicamente, aconsejar, ser experto en cierto ámbito, etc. El coaching ontológico no es nada de eso. El coaching ontológico es un paradigma diferente, un contexto distinto para que los objetivos sean logrados, en el ámbito personal o en un trabajo de equipo. El coach ontológico no le dice a las personas lo que tienen que hacer, no presiona, ni aconseja, ni recomienda, sino que explora, hace preguntas, ofrece interpretaciones generativas, desafía respetuosamente sus modelos mentales para desarrollar una nueva mirada que permita el descubrimiento de nuevas acciones y posibilidades; y acompaña en el diseño de acciones que faciliten el acceso a los resultados buscados.

Existen dos principios del coaching que dan significancia a esta dinámica transformacional: 1) No sabemos cómo son las cosas, solo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos. (Rafael Echeverria) 2) Los seres humanos no disponemos de mecanismos biológicos que nos permitan tener percepciones de cómo son las cosas (Humberto Maturana); nuestras percepciones son limitadas, percibimos desde un punto de vista determinado y con condicionamientos. Si conocemos estos principios y tratamos de estar en la vida, sabiendo que, aunque la realidad pueda ser única, cada persona podemos llegar a

percibirla de forma diferente, nos plantearemos, un vivir con los demás seres humanos lleno de tolerancia, como por ejemplo: 

Dejamos de querer tener razón en todo tratando de entender a los demás, abandonando así las luchas, tan frecuentes, para encontramos en una convivencia en paz. Predicamento que, sin duda, Nelson Mandela intentó hacer vida a lo largo de su existencia. Si luchamos por defender nuestras certezas con discusiones y peleas, a toda costa, llegará el momento en que nos quedaremos solos.



Lograremos transformar la convivencia con las personas con quienes nos relacionamos, respetando los diferentes puntos de vista, aceptando y reconociendo al otro como legítimo, sin querer convencerlo de que tenemos la única razón y verdad. ¿Qué mejor ejemplo de esto es la relación que sustenta con su equipo?, desde el convencimiento de saber que lo que se hace es erróneo porque sólo me veo a mí y mis circunstancias, hasta la certeza de reconocer que la apertura y la empatía, otorgan mejores frutos.



Abrimos nuestra mente predisponiéndonos a escuchar lo que los demás tienen que decirnos desde su forma particular de ser, expandiendo así nuestras miradas hacia la búsqueda de acuerdos efectivos que nos ayuden a lograr resultados, trabajando juntos, en equipo, al tiempo que aprendemos de los demás. Claro ejemplo de esto es lo que se logra con la selección de rugby, opiniones disímiles, con miradas restringidas que saben abrirse a un cambio de mentalidad que claramente les ayudó a obtener el triunfo.



Podemos interpretar las situaciones de diferentes maneras, por lo que al abrirnos a las alternativas podremos elegir aquella que más nos convenga, y predisponernos a hacer lo que haga falta, para así obtener los resultados que queremos en nuestra vida. En la vida de un hombre, de unos pocos, de una selección, de una nación entera, del mundo. Cuando afirmamos que no podemos decir cómo es la realidad de las

cosas, no significa que las estemos negando, o que nos situemos en una postura de ignorancia, sino que decimos que están allí, aunque no podamos separar el observador que somos de aquello que observamos. Esto no quiere decir que no tengamos acceso a la realidad, las cosas están, existen, pero no podemos

conocerlas independientemente de nosotros, de quien las está observando, no podemos separar al observador de lo observado porque cada uno interpreta su realidad a su manera, cada uno con su historia, sus modelos mentales, vive en su realidad y la interpreta de un modo diferente. Y desde allí se producen las diferencias de opiniones, las brechas se agrandan y se vuelven insuperables, se ciega la razón y se adentra en lo oscuro de las relaciones, esas que se vuelven irreconciliables cuando no existe la adecuada intervención que ayude a superar las barreras de la comunicación. ¿Y cómo podemos superar estas barreras?. Los seres humanos somos observadores del mundo, vivimos en sistemas de y con lenguaje y es a través de ellos es que hacemos interpretaciones acerca de cómo es el mundo para nosotros, el mundo que no siempre es como queremos que sea. Esas interpretaciones están condicionadas por las influencias del entorno, de las personas que nos toca conocer, de las experiencias de vida que vivimos, de un ambiente en el cual nos hemos desarrollado y donde nos movemos, en el pasado y en el presente, (¿y por qué no también en el futuro?), así mismo como por nuestras limitaciones biológicas, llámense éstas enfermedades, disfunciones o carencias. Eso que llamamos “la realidad”, no es más que una lectura personal que hacemos en un momento determinado, basado en interpretaciones, opiniones y juicios pertenecientes a una comunidad, con relación a preocupaciones futuras, que tenemos. No sólo actuamos de acuerdo a lo que somos, también somos de acuerdo a cómo actuamos. Y esa acción genera ser, y se deviene de acuerdo a lo que se hace. Los seres humanos obtenemos resultados, como dominio del tener, dependiendo de las decisiones que tomamos y que se traducen en acciones, como dominio del hacer. Resulta imposible lograr grandes metas sin antes modificar los “mapas mentales” o paradigmas que dominan la forma de pensar y sentir de la persona. Todo lo que se percibe a través de los cinco sentidos es organizado en alguna estructura significativa, para poder entender el mundo. Mientras que esa estructura organizada puede ser corregida, los principios perceptuales usados para organizar la información permanecen intactos, siendo utilizados solo para hacer una estructura diferente. Identificar estos principios que nos permiten percibir el entorno, nos facilita acceder a la percepción de las cosas, a significados, a creencias transformadas, a interpretaciones que nos van

conduciendo a respuestas más habilitantes que nos permitirán desarrollarnos en un mundo más amable, más asequible, más propio, humano y sensible . (Apuntes de sicología, “¿Cómo se lleva un coaching?” profesora Cristina Pérez Salvo, PUC de Chile, Santiago de Chile, 2013)

CONCLUSIÓN Inicié este ensayo destacando el cambio que había sufrido mi vida después de haber visto la película “Invictus”. No sé si fue el hecho de estar viviendo en ese momento procesos a los que no me había enfrentado en toda mi carrera profesional o fue, simple y llanamente, el empujón que necesitaba para tomar la decisión que cambiaría el curso de las cosas en mi camino personal. Conocer la metamorfosis que vivió Pienaar a pulso de Nelson Mandela, el que fue poco a poco transformando una realidad adversa, sin muchas esperanzas, en una posible, con multiplicidad de opciones, enfocadas todas ellas en una sola misión, en un optimismo pleno de triunfo, fue lo que me permitió ver más allá de mis propias opciones de vida que yo, desde mi ser observador limitado, veía. Trascender en el aula a través de mis alumnos era mi opción única de realización personal. Desarrollarme en un espacio confortable y protegido, donde lo económico y la estabilidad emocional estaban cubiertos, era para mí, el destino de una vida trazada desde la perspectiva de un no cambio, de un haber alcanzado lo máximo porque no se ve más allá de lo que se quiere o puede ver. Mandela me abrió los ojos. Puedo ver más allá, me puedo situar en otro plano e interpretar lo que anhelo ocultamente en mi espíritu, como un salto de confianza en un futuro pleno de desafíos nuevos, puedo cambiar mi mundo con un lenguaje activo, optimista y productor de acciones. Y este módulo, con las herramientas que me ha entregado en este camino de experiencia y saber, ha ido despertando el líder que ocultamente se escondía en mí. Renazco tras la persona de este hombre transformacional, de este líder innato que se preparó y supo esperar al momento cierto de su esplendor. Así como él, yo me he ido transformando y preparando para las grandes cosas que sé puedo alcanzar, y es de la mano de este ejemplo, que seré capaz de influir en los espacios en que me desenvuelvo y desenvolveré. Nada de lo que venga en el futuro se dejará al azar. Ninguna conversación trascendente se dejará de tener, ni ninguna acción transformadora

se dejará de poner en práctica. Así como Madiba supo cuál era su momento y su ahora y cómo podía modificar a los hombres desde los cambios de paradigmas, así yo modificaré mi entorno con la esperanza de una educación mejor para nuestros estudiantes, niños y jóvenes constructores del mañana. “La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación” Nelson Mandela

BIBLIOGRAFIA    



Ortiz de Zárate, M. (2010). Psicología y Coaching: marco general, las diferentes escuelas. Capital humano, 243, 56-68. Echeverría, R., & Pizarro, A. (1998). El carácter del coaching ontológico.Caracas, Newfield Consulting. López, F. (2009). El coaching ontológico: o una arremetida de gestión totalitaria. Gestión Crítica Alternativa, 249-265. Alonso, F. M., Saboya, P. R., & Guirado, I. C. (2010). Liderazgo transformacional y liderazgo transaccional: un análisis de la estructura factorial del Multifactor Leadership Questionnaire (MLQ) en una muestra española.Psicothema, 22(3), 495-501. APUNTES DE CLASE, MÓDULO “Liderazgo comunicacional”, profesor Mario Viveros López, Programa de Magíster en Dirección y Liderazgo para la Gestión Educativa, Universidad Andrés Bello, Viña del Mar, 2015