IMAGINERIA PARA ENFRENTAR EL ESTRES

1 IMAGINERIA: ENFRENTANDO EL ESTRÉS Marioly Delannays Lozano 2011 Hoy en día, el estrés parece un elemento componente

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IMAGINERIA: ENFRENTANDO EL ESTRÉS Marioly Delannays Lozano 2011

Hoy en día, el estrés parece un elemento componente de nuestras vidas. Quizás todos alguna vez hayamos dicho encontrarnos estresados y podríamos decir que ya es parte de nuestro lenguaje común. Todos tenemos una experiencia como esta, por lo que no es importante saber si lo que cada uno está sintiendo cuando dice estar estresado, es en efecto un estrés desde el punto de vista clínico. Lo que busco aquí es validar cada sensación, y el hecho de que existe un malestar interno; por lo que la propuesta es encontrar herramientas que nos ayuden a hacerle frente.

Sólo a modo de aclarar el concepto y aunar criterios, diremos sobre el estrés, que es un estado del organismo, cuya base emocional es la ansiedad. Corresponde a una reacción biológica de nuestro organismo a estímulos del entorno, que nos resultan amenazantes y ante los cuales no poseemos recursos para enfrentarlos de forma adecuada. Esto supone, además de las respuestas fisiológicas, endocrinas e inmunitarias que son comunes a la especie, dos variables psicológicas mediadoras: por una parte la valoración cognitiva de la situación (darle un valor de “amenazante”) y en segundo lugar, la capacidad de la persona para hacerle frente (estrategias personales desplegadas de resolución). En estas últimas, radicaría la diferencia individual, que nos llevaría a decir que estamos estresados por un hecho, que para otro podría ser perfectamente sobrellevable.

Existen personas que decretan necesitar cierto estrés para funcionar mejor, pero lo cierto es que con un estado como este de manera prolongada, nuestras funciones cognitivas, conductuales y afectivas se ven alteradas. Llevemos esta premisa a un ejemplo. Cuando una persona se encuentra estresada por el exceso de trabajo, su pensamiento podría estar completamente focalizado

1 en tener que cumplir las expectativas y responder a la presión; con esto, su conducta se avoca a ello, como si no existiera nada más en su ciclo vital que el trabajo y por consecuencia, su estado emocional se desequilibra, pudiendo encontrarse más irritable, por ejemplo. Esto ocurre, porque en términos simples, no es natural que nuestro organismo se focalice por un tiempo prolongado en labores únicas.

A modo de resistir un estado de estrés, podríamos recurrir a muchas estrategias con el objetivo principal de aplacar la sensación de malestar. Entre otras cosas podríamos obviar los síntomas, intentar olvidar, comer más, fumar más, callar, llorar, gritar, enojarnos o evitar. Sin embargo, si reflexionamos respecto a esas respuestas, nos daremos cuenta que algunas en definitiva nos perjudican, otras logran una liberación momentánea o bien, pueden alterar aún más nuestro organismo. En resumen, lo que realmente hacemos con esto, es desplazar la verdadera raíz del problema, sin lograr una calma eficiente, adentrándonos en un círculo ansioso que se nos escapa de las manos.

Cuando las estrategias anteriores fallan en su objetivo y la respuesta ansiosa se repite con demasiada frecuencia, o su intensidad excede las demandas objetivas de la situación, se puede convertir en un importante factor de riesgo para la salud, comprometiendo incluso el funcionamiento adaptativo de los tres sistemas biológicos implicados (neurofisiológico, neuroendocrino y el neuroinmunitario). Por esto, la importancia de adquirir estrategias eficientes se convierte finalmente en una necesidad. Desde este marco de referencia, la relajación se considera una respuesta biológicamente antagónica a la respuesta del estrés, que puede ser aprendida, pudiendo convertirse en un importante recurso personal para contrarrestar los efectos negativos del estrés.

Es en este contexto que se plantea la técnica de imaginería como una herramienta

ayudadora,

pudiendo

entenderla

como

agente

de

cambio

psicológico en el individuo. Una imaginería, es un relato verbal, donde se

1 guía a la creación de imágenes por quien está escuchándolo. Estas imágenes son propias de cada persona y tienen diversos significados, pero lo más importante, es que permite un acceso indirecto y metafórico a la emoción encerrada en un síntoma, de modo que brinde una oportunidad para traer contenidos a la conciencia, con el objetivo de explorar en el sí mismo o, para a través de una conexión con el sí mismo, se logre una atenuación de la sintomatología presente.

La imaginería así, corresponde a una herramienta que de forma suave e indirecta, tiene la capacidad de producir alivio a ciertos síntomas con raíces emocionales. Lo objetivos concretos de esta técnica son múltiples, dentro de los cuales se pueden mencionar: Catarsis, resolución de situaciones inconclusas, resolución de conflictos, disminución de los mecanismos de defensa psicológicos en el individuo, promoción y facilitación de expresión de ciertas conductas, modificación del sistema de creencias, desarrollo y crecimiento espiritual, planificación y enfrentamiento de situaciones ansiógenas y eliminación de síntomas específicos.

Por el interés particular del presente documento, describiré de manera más extensa los últimos dos objetivos mencionados, factibles de lograr a través de la imaginería.

Enfrentamiento de situaciones ansiógenas: Como situaciones ansiógenas consideraremos a aquellas que nos provocan un estado de estrés, incluso antes de que ocurran; por ejemplo, rendir un examen, enfrentar un encierro, o en general situaciones que por el temor que nos provocan, nos llevan a una respuesta evitativa (no pasar por una calle en donde sabemos que hay un perro que nos ha mordido). El modo de trabajar a través de la imaginería para resolver esta sensación, es guiar al individuo a traer la situación estresante a su conciencia. De este modo, existen dos ventajas. Por un lado, realmente no se está dando la situación catastrófica que la persona anticipa; y en segundo lugar, en la imaginería se presenta una gran versatilidad por parte del

1 individuo, por lo que se puede generalizar la conducta por parte de éste. De tal forma, es posible que la persona enfrente el estímulo ansiógeno, dialogando con éste, observando otras alternativas de enfrentamiento, debilitando su “poder”, practicando la relajación al encontrarse en la situación, etc. con lo que se amplía el rango de solución una vez que realmente suceda el hecho.

Eliminación de síntomas específicos: Éstos, podrían tratarse de síntomas psicosomáticos, en donde a través de la imaginería puede guiarse al individuo a establecer un contacto con el órgano afectado o con el síntoma en particular, para conocer qué hay más allá de éste, lo que se trataría de la consecuencia del estrés. A través de esto, sería posible conocer cuál es el verdadero estímulo estresor y qué necesidad real tiene nuestro organismo para aplacar la sensación de malestar. Con esta técnica y dentro del mismo objetivo, es posible también, lograr una sensación de bienestar y mejoría induciendo a imágenes placenteras, donde se logre un estado de relajación y tranquilidad que la persona pueda replicar cada vez que se encuentre enfrentando un estímulo ansiógeno, de modo que obtenga cierto equilibrio que le permita proceder de manera más clara.

Acabamos de revisar dos grandes alcances de la Imaginería para prevenir o modificar el estrés, a través de varios modos. No obstante, es importante tener en cuenta que el sujeto en una imaginería, no sólo proyecta su material interno, con lo que puede lograr sus objetivos, sino a la vez, deja fluir libremente su fantasía, con lo que va creando nuevas situaciones a medida que las va imaginando, es decir, libera también su potencial expresivo y creativo, con lo cual observamos otros beneficios de esta técnica.

Gracias al carácter simbólico que tienen las imágenes y su cuasi-sensorialidad, las técnicas de imaginería constituyen una excelente herramienta

a través

de la cual, el individuo puede mostrar sus modos habituales de conducta, sus miedos, evitaciones, etc. sin resistencia, lo que permite una gran sensibilidad a cualquier cambio en las emociones del individuo, ya sea a nivel consciente o

1 inconsciente.

Para entenderlo de manera más acabada, a nivel fisiológico esto es posible, ya que la imaginación emplea nuestra conciencia completamente para crear metáforas de la realidad. El proceso de imaginación gatilla, en primer lugar, imágenes, sonidos y sensaciones ligadas a emociones que están en nuestro cerebro, debido a las experiencias que hemos vivido. Esta labor es llevada a cabo por nuestro hemisferio derecho; La imaginación continúa con el hemisferio izquierdo, que busca el significado y la causalidad de los elementos anteriores, y procesa secuencialmente los fenómenos, obteniendo como resultado una síntesis que eventualmente, resuelve el conflicto.

En otras palabras, las imágenes que producimos a través de la imaginería, nos permite relevar aquellas emociones que alguna vez experimentamos (hemisferio derecho), para poder traerlas a la conciencia y a partir de allí, utilizar nuestro cerebro lógico con el objetivo de resolver el conflicto (hemisferio izquierdo). Esto tiene la riqueza de ser una solución que proviene desde nuestra propia sabiduría.

Esto también puede ser visto como una ayuda para encontrar nuestro lugar de paz interior, para calmar nuestra mente, volver a nuestro cuerpo, reconocernos, hacer una pausa y escucharnos y estar con nosotros mismos. El hecho de que nosotros mismos tengamos la capacidad de producir nuestros temores más íntimos, implica que también tenemos la capacidad de crear imagánes sanadoras. He aquí la fuerza de esta técnica.