Huaca Del Sol y de La Luna

Huaca del sol y de la luna UBICACIÓN Se ubica en América del Sur, la costa norte del Perú ofrece interesantes testimonio

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Huaca del sol y de la luna UBICACIÓN Se ubica en América del Sur, la costa norte del Perú ofrece interesantes testimonios arqueológicos, del antiguo reino Moche, cuya capital estuvo ubicada en lo que actualmente se conoce como Valle de Moche, a 8 kilómetros al sur de la ciudad de Trujillo. LEYENDA: Cuenta la leyenda que durante la “era de los gentiles”, dos hermanos, habitantes del lugar, encontraron una pequeña serpiente de dos cabezas a la que adoptaron, llevándosela a vivir con ellos. Este animal no era una serpiente común, era un demonio que crecía día a día, de manera exponencial, conforme se alimentaba. Cuando la serpiente alcanzó el tamaño de un hombre, los habitantes del pueblo obligaron a los hermanos a deshacerse de ella, pues ponía en peligro no sólo la vida de los animales que criaban, sino la de los mismos vecinos. Muy a su pesar, los hermanos condujeron a la serpiente hasta el mar donde, con engaños, la abandonaron. La serpiente, al darse cuenta de que había sido abandonada, inició el viaje de regreso a la casa de los hermanos. En su camino, el ofidio de dos cabezas fue comiéndose todo lo que encontraba a su paso, incluidos hombres y animales grandes, como las llamas, ganando cada vez más y más tamaño. Uno de los vecinos del pueblo, la vio venir a lo lejos y dio la alarma en el pueblo. Todos sus habitantes emprendieron una huida que los llevó hasta las faldas del cerro que ahora se conoce como cerro Blanco. En el momento en que la serpiente de dos cabezas llegó a ponerse a tiro para devorarlos, el cerro Blanco se abrió y por él entraron todos los pobladores de la aldea, cerrándose a su paso. Cuando el peligro pasó, los hombres salieron desde las entrañas de la montaña tras lo cual esta se cerró. La línea negra que atraviesa el cerro Blanco sería la cicatriz que quedó tras esta experiencia

sobrenatural. Viendo que este cerro era mágico y que el dios de la montaña les había ayudado a ocultarse de la serpiente, los hombres construyeron en su honor el templo que ahora conocemos como la Huaca de la Luna y vivieron a sus pies, fundándose la ciudad que ahora los arqueólogos y conservadores tratan de entender, desentrañando sus secretos para el mundo. LA HUACA DE LA LUNA Sus 12 mil metros cuadrados de murales polícromos son un ejemplo destacado de la tecnología constructiva de tierra que los moches dominaron a la perfección. No tiene referente en el mundo en términos de diseño y complejidad de sus pinturas murales. Su riqueza iconográfica y estética es de un valor universal excepcional que responde a un patrón que se manejó a lo largo de siete siglos. También constituye un testimonio excepcional de la tradición cultural moche porque en ella se materializa el poder político a través de las ideas religiosas, donde el templo, el espacio más sagrado en la comunión entre el hombre y sus dioses, se asocia a la montaña sagrada, escalera al mundo de las divinidades y divinidad misma. La huaca de la Luna es en realidad un complejo arquitectónico compuesto por dos templos sagrados con forma de pirámide trunca, denominados Templo Viejo y Templo Nuevo, construidos completamente de tierra, a donde solamente ingresaban personas privilegiadas, ya sea para rendirle culto a sus dioses o para ofrendarles su vida. Se ha investigado un conjunto de 125 tumbas descubiertas en la plaza principal de la Huaca de la Luna. Estas tumbas representan estilos que copian formas foráneas de Cajamarca, Casma, y de otras culturas tan lejanas como los Huari, cuyo epicentro es identificado en los territorios del actual departamento de Ayacucho.

La antigüedad de las tumbas va de los años 850 al 1100 D.C. "Estamos hablando de casi finales de la Cultura Moche y principios de la Cultura Chimú". ARQUITECTURA La Huaca de la Luna está constituida por tres plataformas (Plataformas I, II y III) y tres plazas (Plazas 1, 2, 3A, 3B, 3C), delimitadas por grandes muros de adobe, que sirven de áreas de interconexión. Tiene una base cuadrada de 87 metros de lado y una altura de 21 metros. Estas construcciones destacan por encontrarse superpuestas y construidas en diferentes períodos. Los componentes más destacados del edificio son los relieves en sus pinturas murales de 5 colores que representan, entre otras figuras, las características y atributos de la divinidad moche llamada Aia Paec o el dios degollador.

Plataforma I Es el núcleo más alto de la Huaca de la Luna, que fue el producto de varias construcciones superpuestas a lo largo de aproximadamente seiscientos años. Siguiendo un calendario ceremonial, el viejo templo fue enterrado sucesivamente para construir sobre él una nueva plataforma más elevada y más amplia. Hasta el momento han sido seis los edificios identificados en la construcción de la Plataforma I de la Huaca de la Luna, desde el Edificio A, que es el último, hasta el Edificio F, que es el más antiguo. Al interior de la huaca la estructuración del espacio consiste en patios, plazas y recintos permitiendo la comunicación entre diferentes ambientes. Puede tratarse de espacios con galerías techadas o no y presentar diseños iconográficos en relieve o pintura mural. La configuración del edificio ayuda a entender de mejor manera la estructura del poder en la sociedad, afirmando que su forma y función están íntimamente relacionadas.

Plaza 1 Se encuentra al norte de la Plataforma I, definida como un espacio abierto o amurallado anexo a edificios que contienen espacio interiores cerrados. Se encuentra asociada al Edificio A, un espacio para la participación de un número amplio de personas en la realización de ceremonias de la cultura mochica y donde los grupos sociales participantes se relacionaban. Las actividades que pudieron haber sido realizadas en la plaza; 1) La presentación ante las divinidades del templo y la elite sacerdotal de los guerreros capturados en los combates rituales. Este supuesto es corroborado con los relieves de la Huaca de la Luna. 2) La celebración de actos rituales relacionados con el ascenso a la Plaza 2 3) El traslado de bienes funerarios y los restos inhumados en la Plataforma I y II del conjunto.

La configuración de este espacio fue fundamental para acoger a las multitudes, permitiendo el ingreso de la población al templo. Solo los más privilegiados habrían podido ascender a los niveles superiores de la Huaca, mientras que el resto de la multitud se habría limitado a observar las actividades desde la Plaza 1. Plaza 2 La Plaza 2 se encuentra a un costado de la Plaza 1 y es de dimensiones menores. Se han encontrado elementos arquitectónicos y estructuras con una aparente función ceremonial. Estas también presentan signos de ser parte de una secuencia de etapas constructivas con remodelaciones en cada en cada una de ellas. Su diseño arquitectónico habría respondido a la división jerárquica del espacio y a otorgarle una función ceremonial por la presencia de una galería, cuatro ambientes menores y la plaza. Plaza 3 La Plaza 3 ha sido subdividida en los recintos 3A, 3B y 3C. La Plaza 3A junto con la Plataforma II formaban parte de una sola unidad arquitectónica y ceremonial. Los sacrificios que se realizaron en esta plaza se concentraron en la parte norte y frente a un conglomerado rocoso, donde los individuos sacrificados fueron expuestos. La Plaza 3B se ubica al lado suroeste de la Plaza 3A y por la presencia de restos cerámicos se considera un área de sacrificios. Para la Plaza 3C se trata de la misma actividad de sacrificios debido a los hallazgos de restos óseos humanos similares a los de la Plaza 3A. La Plaza 3C se encuentra rodeada de cuatro muros perimetrales que delimitan un espacio de 23 por 14 metros, además con un eje mayor de oeste a este. El interior se subdivide en dos recintos, el primero de 5,8 por 5,8 metros y el segundo de 3,5 por 3,5 metros, posiblemente para albergar a los prisioneros antes del acto ceremonial. A la estructura rectangular ubicada

frente al primer recinto de mayores dimensiones, se le ha denominado altar de sacrificio o podio de sacrificio. Este presenta dos niveles con la disposición para colocar a dos individuos a diferente altura. Frente a él existe una rampa pequeña en el lado norte. La construcción de estas estructuras está relacionada al sacrificio de prisioneros, donde el verdugo se situaba en el altar y el sacrificado se encontraba de rodillas sobre la rampa quedando en un nivel más bajo, facilitando la labor del verdugo. Frente a este recinto se encuentra una banqueta para los individuos que seguían al sacrificio. CENTRO DE CULTO Esta huaca fue centro de culto, ceremonial y religioso. En un altar ceremonial del último templo construido, fueron descubiertos los restos de 40 guerreros sacrificados. En la fachada se puede observar una serie de personajes como la deidad de las montañas con cinturones que terminan en cabeza de cóndor, zorros con cabezas trofeos, pescadores, una serpiente, enormes cangrejos con cuchillos ceremoniales, personajes agarrados de las manos o los sacerdotes de los rituales. Cada figura es relacionada con el culto al agua, a la fertilidad agrícola y a los sacrificios realizados en este templo. Entre la Huaca del Sol y de la Luna se destacan antiguas viviendas, espacios para preparación de alimentos, como también una plataforma que mira a un posible altar. El patio mide aprox. 10.000 metros cuadrados, desde donde la población de las zona urbana circundante podían ver la preparación para el sacrificio de los guerreros, sin embargo al parecer el sacrificio propiamente dicho sólo podía ser observado por las altas autoridades. El área intangible está rodeada por la carretera, el valle y casas de pobladores actuales. CENTRO TURÍSTICO Es una de las pocas huacas que se encuentra abierta y hay una infraestructura muy avanzada, al igual que sus acabados y pinturas en paredes, a pesar de haber sido saqueada. Igualmente, es posible visitar los patios y plazas ceremoniales de más de 1.500 años de antigüedad.

La Huaca de la Luna posee un museo de sitio denominado Centro de Investigaciones y Visitantes que se distribuye en varias habitaciones en torno a dos patios. El ingreso a la Huaca se realiza a través de una senda escalonada por tramos acompañada de paneles explicativos y visuales. En el interior de la Huaca se disponen pasillos con cordeles a modo de barrera psicológica; cada sector está cubierto por techos de quincha sostenidos por pilotes de caña, similares a los originales. La lógica expositiva de los diferentes sectores sigue el curso de las investigaciones arqueológicas; se abren al público a medida que éstas se realizan.

LA HUACA DEL SOL Aunque este edificio ha sido aún poco investigado, se cree que cumplió un rol más cívico-administrativo que religioso. Cuando el Templo Viejo estaba en funcionamiento, la huaca del Sol no era más que un pequeño edificio, pero tras el abandono del viejo templo, se inició un proyecto arquitectónico de nivel faraónico para construir el edificio monumental que aún hoy podemos apreciar. ARQUITECTURA Esta estructura es fácilmente observable desde la distancia por su espectacular tamaño, pues es una de las estructuras de adobes más grande

de la América prehispánica. Sus dimensiones eran posiblemente de 345 metros de largo por 160 metros de ancho y 30 metros de altura. Lamentablemente fue fuertemente disturbada por los buscadores de tesoros durante el siglo XVII, quedando solamente un tercio de su estructura original. La construcción del templo fue aditivo, nuevas capas de ladrillos fueron colocados directamente sobre los antiguos, por lo tanto, grandes cantidades de ladrillos fueron necesarios para su construcción. Se ha estimado por los arqueólogos que la Huaca del Sol se compone de más de 140 millones de ladrillos de adobe y era la más gran estructura precolombina de adobe construida en América. La Huaca del Sol se compone de cuatro niveles principales y la estructura fue ampliada y reconstruida por diferentes gobernantes a lo largo del tiempo. Situado en el centro de la capital Moche, la evidencia arqueológica sugiere que este templo fue utilizado para la actividad ritual y como residencia real y cámaras funerarias. La Huaca del Sol pasó de ser una residencia a convertirse en un palacio, el primero en su género en la costa norte del Perú; y que las élites religiosas fueron perdiendo progresivamente su poder y este fue pasando a las élites urbanas. Las piezas de cerámica encontradas en la Huaca del Sol se ubican entre los años 600 y 800 D.C

EL PROYECTO HUACAS DEL VALLE MOCHE Desde hace 22 años, Santiago Uceda y Ricardo Morales dirigen el proyecto Huacas del Valle Moche, que comprende las huacas del Sol y de la Luna y un museo de sitio ubicado en las faldas del Cerro Blanco y a solo quince minutos de la ciudad de Trujillo. Los hallazgos y la restauración de la huaca de la Luna han convertido a este proyecto en la puerta de ingreso al circuito turístico Moche, que comprende a los departamentos de La Libertad y Lambayeque. En el año 2006, el proyecto mereció el IV Premio Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, candidatura presentada por la Universidad Nacional de Trujillo y el Patronato Huacas del Valle de Moche. Los nuevos hallazgos en las 125 tumbas (cerámicas y restos óseos) prometen reescribir la historia prehispánica del norte peruano. MUSEO HUACAS DE MOCHE La visita al museo complementa el recorrido de Huaca de la Luna gracias a la representación de aspectos de la vida, ciudad y entorno de los moches, además del culto al poder y al dios de las montañas (Aia Paec) reviviendo la iconografía moche, así como su arquitectura. Presenta ceramios únicos, de gran belleza, originalidad y simbología. Entre ellos tenemos el Pato Guerrero, al Sacerdote Ciego con escarificaciones en el rostro y en evidente trance shamánico, y el Manto Felino, pequeña prenda forrada de láminas de oro con soporte de algodón y cuero, decorada con plumas, utilizada en rituales como la ceremonia de la coca. Se ha diseñado para ser visitado sin la necesidad de contar obligatoriamente con el acompañamiento de un guía.

MISIÓN El Museo Huacas de Moche tiene como finalidad mejorar las condiciones del proceso de investigación y conservación que desarrolla el Proyecto Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna, así como promover y divulgar los conocimientos alcanzados sobre el sitio de Moche, como centro principal de la sociedad Mochica. Está destinado a impulsar las estrategias de puesta en valor y uso social de este patrimonio monumental, favoreciendo la afluencia turística y fortaleciendo los vínculos con la comunidad local. El museo se plantea, entonces, como un espacio vital de conservación, investigación y difusión de conocimientos.