Guerra Cristera

ESCUELA PREPARATORIA OFICIAL ANEXA A LA NORMAL DE CUAUTITLAN IZCALLI HISTORIA DE MÉXICO PROFESOR LUDWIG AARÓN LÓPEZ DUC

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ESCUELA PREPARATORIA OFICIAL ANEXA A LA NORMAL DE CUAUTITLAN IZCALLI

HISTORIA DE MÉXICO PROFESOR LUDWIG AARÓN LÓPEZ DUCOING

Alumnos Arce Tzeel Julio Abraham No. Lista 4 Gutiérrez Gómez José No. Lista 22

LA GUERRA CRISTERA TRABAJO DE INVESTIGACIÓN MONOGRÁFICO

Cuautitlán, Izcalli a ; 2 de Diciembre del 2015 GUERRA CRISTERA (INTRODUCCIÓN) Después de haber terminado la guerra de Reforma en México entre conservadores y liberales, los gobernantes de ese entonces tenían la intención de separar a la iglesia de cualquier papel social, ya que no era tan conveniente tener a la iglesia dentro de lo político y educativo. Durante la dictadura de Porfirio Díaz este problema se calmó un poco y la iglesia aprovecho para expandirse y introducirse más en el país. Tiempo después de haber terminado la revolución en nuestro país, en la constitución creada en ese entonces tenían leyes que eliminaban por completo el poder de la iglesia en el país lo cual hizo enojar a los católicos, pero ellos no tuvieron una respuesta violenta decidieron resolver esto de forma pacífica. Con el gobierno de Obregón este problema tuvo más tensión, porque un sacerdote enviado a poner un monumento de cristo en Guanajuato lo cual Obregón interpretó como si lo estuvieran desafiando y aplico las leyes de la constitución haciendo que el sacerdote fuera exiliado del país. Todo tuvo su apogeo en 1926 cuando el presidente Elías Calles entro más fuerte a este problema lo que ocasionó que un grupo de ciudadanos llamados cristeros tomaran armas contra el gobierno quienes querían revindicar la ley del derecho al culto y todo esto dio inicio a lo que hoy conocemos como la guerra cristera. En el contenido del presente trabajo se abordaron aspectos interesantes como: Antecedentes, Personajes, Lugares, Ejército cristero, Batallas importantes, Objetivo del gobierno, Fin de la guerra, así como imágenes relevantes.

(DESARROLLO)

Antecedentes y causas de la guerra cristera



El gobierno por medio de la Ley Calles pretendía limitar el número de sacerdotes por habitante y tener una mayor injerencia en los asuntos internos de la Iglesia Católica

Hay que mencionar que la Ley Calles es una modificación al Código Penal en 1926 por el Presidente Plutarco Elías Calles, para limitar las manifestaciones religiosas con el fin de contar con instrumentos más precisos para ejercer los controles que la Constitución de 1917 estableció en el Artículo 130 como parte del modelo de sujeción de las Iglesias al Estado. Estos instrumentos buscaban limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, pero dadas algunas características de la legislación, en algunos estados se llegaron a establecer leyes que obligaban a que los ministros de culto fueran personas casadas y se prohibía la existencia de comunidades religiosas, además de limitar el culto religioso únicamente a las iglesias, así como prohibir el uso de hábitos fuera de los recintos religiosos. 

Confrontada con esta situación, la Iglesia intentó reunir dos millones de firmas para proponer una reforma constitucional. La petición de los católicos mexicanos fue rechazada. Los católicos llamaron y realizaron un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Esto causó severos daños a la economía nacional, al tiempo que sirvió para que las posiciones de distintos grupos dentro de la propia Iglesia católica en



México se radicalizaran. No se le reconocía personalidad jurídica propia a la iglesia católica ni a ninguna religión, los actos de culto sólo podían hacerse en los templos y con un permiso por parte del gobierno, además se prohibió cualquier tipo



de educación con carácter religioso. Inició justamente porque el gobierno del General Plutarco Elías Calles quiso hacer reformas al Artículo 130 de la Constitución, persiguiendo a la Iglesia Católica en general y, además, haciendo que todo aquél sacerdote que quisiera ejercer tuviera que ser mexicano por la fuerza



El gobierno persiguió a los cristeros y consideró ilegales los actos de culto realizados fuera de los templos encarcelando y fusilando a los transgresores

Confrontada con esta situación, la Iglesia intentó reunir dos millones de firmas para proponer una reforma constitucional. La petición de los católicos mexicanos fue rechazada. Los católicos llamaron y realizaron un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Esto causó severos daños a la economía nacional, al tiempo que sirvió para que las posiciones de distintos grupos dentro de la propia Iglesia católica en México se radicalizaran. LOS CRISTEROS Reclutamiento de los Cristeros Se presenta a los cristeros como a pequeños propietarios que defendían sus tierras contra los agraristas o como a proletarios agrícolas utilizados por sus patronos para proteger el latifundio contra la reforma agraria, o finalmente como candidatos al reparto de tierras, del cual no se beneficiaron. Pero en verdad los cristero ignoraban la propiedad territorial en su mayoría, los combatientes eran rurales no todos eran trabajadores agrícolas. El 60% vivía del trabajo de sus manos. En Jalisco existía, un problema agrario, lo cual explica la presencia de 25 mil agraristas concentrados en los sectores, en los Altos había pequeños propietarios que alcanzaban un cifra del 25%, masivamente cristeros, pero no representaron más que el 10% de los efectivos rebeldes; y en los volcanes de Colima dieron un contingente igualmente numerosos cuando los caracteres étnicos y las estructuras agrarias son muy diferentes. El reclutamiento de cristeros se hizo indiferentemente en todas partes: indios "comuneros", despojados, peones y apareceros, siguieron el movimiento en masa, al igual que los marginaos y los salitreros.

Así pues, los cristeros no pueden ser identificados a los propietarios territoriales. La presencia entre ellos de rancheros y de hacendados es la excepción de la regla, todos los grupos campesinos, los rurales, con excepción de los agraristas, participaron, por bajo de determinados nivel de fortuna, en el movimiento cristero. La participación armada en la insurrección correspondió, pues, a todo género de campesinos y todo género de rurales, a los cuales no se puede atribuir una motivación económica común o uniforme. Los habitantes de las ciudades, con excepción de algunos obreros todavía próximos al campo, y de algunos estudiantes (entre ellos muchos seminaristas que habían nacido en pueblos) se mantuvieron ausentes de los campos de batalla. Esta ausencia se debe por un aislamiento en la ciudad, no tiene la misma significación negativa que la de los ricos propietarios y comerciantes, fundamentalmente hostiles al movimiento, y que dirigían con frecuencia la oposición local, con ayuda del gobierno. Las comunidades rurales con denominación campesina, donde reclutaban los cristeros, variaban según las regiones. Se ha subrayado bastante el papel de los factores económicos y de las estructuras territoriales para no ser tachados de idealismo, pero el hecho es que no existe modelo de homo economicus para explicar al cristero, yo los considero hombres y mujeres necesitados de expresar a Dios su amor por medio del culto. ¿Quiénes conformaban el Ejército Cristero? La participación en la guerra cristera fue, sociológicamente hablando, excepcional, ya que no respetó nada, ni el sexo, ni la edad, ni la situación familiar, se podría decir que se derribaron todas las barreras que no permitieran la unión de los guerreros. Jean Meyer afirma: "aquel que no toma parte en la "bola", en la trifulca, el hombre muy joven, el encargado de familia, así como los ancianos, la esposa, que reprueba siempre la aventura, que reprocha al marido su afición a la violencia, y que no desempeña ya su función estabilizadora de la historia, comunica al movimiento cristero una amplitud notable, que puede compararse, en la escala nacional, a cierto zapatismo en los primeros años" .

De esta manera el movimiento de la cristiada, fue diferente de los bandidos villistas y de las tropas carrancistas; es un movimiento que reúne sin distinción a la gente, a los antiguos revolucionarios y a todos aquellos de quienes el sexo, la raza, la sociedad o la cultura hacían unos excluidos. Quiero retomar la participación de la mujer en este trabajo ya que, el autor Meyer exalta su trabajo dentro de la cristiada, y como estamos acostumbrados siempre a la figura del hombre, hoy doy paso a algunas mujeres valientes de nuestra Iglesia y patria. Muchos de los hombres que participaron en la cristiada como en muchas guerras, han sido impulsados por sus esposas, madres, hermanas, sino que además no hubieran podido mantenerse sin la ayuda constante de espías, de las aprovisionadoras, de las organizadoras, sobre las que recaía todo el peso de la logística y de la propaganda. En agosto de 1926, eran las más decididas en montar guardia afuera de las iglesias, y en todas partes los hombres se limitaban a desempeñar un papel secundario, no enfrentándose al gobierno y a sus soldados más que para defender a sus mujeres. El centro de la resistencia en Huejuquilla fue María del Carmen Robles, que supo resistir al general Vargas, y cuyo martirio le valió una fama de santidad. María Natividad González, llamada la "generala Tiva" era tesorera de la Brigada Quintanar, mientras que la infatigable doña Petra Cabral, no contenta con dar a sus hijos a la causa, aprovisionaba a los cristeros. Hablar de las Brigadas Femeninas y de sus 25 mil militantes, es hablar de que en todas partes había una mujer capaz de reemplazar al jefe civil que había sucumbido. Este feminismo repentinamente permitido (por los machistas) condujo incluso a querer dirigir la guerra, colocando a cada jefe de regimiento bajo la protección y padrinazgo de una coronela. Gorostieta refreno este ardor, limitándolas a las actividades de limpieza, economía, propaganda y aprovisionamiento; pero se vieron algunos grupos femeninos que preparaban explosivos, y enseñaban a los hombres el arte de sabotaje. Los Jefes Cristeros

En los archivos históricos se cuenta con más de 200 nombres de hombres y mujeres que encabezaron a los cristeros. Los jefes tenían que ser reconocidos o elegidos por sus soldados, antes de confirmar el título las autoridades superiores; los primeros jefes fueron simplemente hombres que tomaron en su región la iniciativa del movimiento o aquellos a quienes un grupo de rebeldes invitaba

a

ponerse

a

su

cabeza.

La

elección

siempre

se

hacía

democráticamente, por voto y aclamación, un jefe del que la tropa estuviera descontenta no podía mantenerse largo tiempo en el puesto y había que volver a las filas o marcharse. La cualidad más reconocida en los jefes era el valor personal y la experiencia militar. De los 200 oficiales, 40 conocían poco más sobre las armas, por haber participado en el villismo, en el zapatismo o en los grupos de autodefensa y de estos 12 pertenecieron al ejército federal. Pero no sólo soldados raso sino también algunos generales del ejercito disuelto por los tratados te Teoloyucan ofrecieron sus servicios. Por otra parte hubo algunos escobaristas que permanecieron entre los cristeros después de que inicio esta guerra en la primavera de 1929. a) Algunos rasgos de los dirigentes: El 70% de los jefes no eran militares, solamente se requería que supieran montar a caballo o manejar las armas, pues cabalgar y disparar formaba parte de la vida común de los campesinos, en ciertas regiones. Es decir, profesionalmente no se distinguían los jefes de los soldados: rurales eran en su mayoría un 92%, raro era encontrase a un rico o acomodado pues más de la mitad de ellos trabajaban como peones o como artesanos. Determinadas actividades preparaban a estos campesinos para ejercer el mando: el arriero por ejemplo, siempre en los caminos, conoce a mucha gente; los comerciantes y mineros, estos eran de fiar de todos pues confiaban su dinero, sus convoyes, su ganado. Algunos empresarios como Toribio Valdez que era representante de las maquinas de coser Singer y dicen que conocía a todo el mundo por su nombre, y muchos recordaban que en enero del 27 llego a Atotonilco, encontró el pueblo destrozado y en ruina, con mujeres y niños solos decidiendo tomar las armas.

Esta no entraba en cuenta: la de los jefes se escalonaba de los 18 a los 70 años. Se distribuían por terceras partes entre menores de 30 años, hombres maduros de 30 a 50 y de más de 50. Era a fin de cuentas las tropas los que reconocían a sus jefes, y la eficacia militar no bastaba a explicar su elección. La capacidad de los jefes y su fuerza se procedía de su capacidad para hacerse obedecer y poner a su servicio los talentos de aquellos hombres o mujeres de guerra de cualidades peligrosas. Entre los jefes, había choques también pero, estaban sujetos por sus superiores y vigilados por sus soldados que no solían seguirlos en sus querellas o insubordinaciones. Se hallaban unidos por una historia común y sobre todo por un sentido de combate.

Sustento de los Cristeros Todos los generales federales estaban de acuerdo en denunciar el apoyo que les dieran a los cristeros. Meyer dice que, "eran vistos como una de las principales fuerzas rebeldes, porque la gente sostuvo al movimiento, la de todos los pueblos, en relación constante con los combatientes y haciendo posible la lucha de éstos". Esto llegó a tal punto que no se distinguía entre civiles y cristeros, de esta manera se dio una represión para toda la población. Las redes urbanas trabajaban con gran eficacia, facilitada en las grandes ciudades del centro oeste por la afluencia de refugiados. En Guadalajara, Durango, León, Querétaro, Oaxaca, Saltillo, Guanajuato y hasta México, los cristeros entraban y salían sin dificultad, e incluso era de allí donde se refugiaban cuando la presión era demasiado fuerte en el campo. Los comités urbanos imponían tributaciones y realizaban colectas, los obreros trabajaban en la "reforma" de los cartuchos para obtener el calibre requerido o para hacer otros, utilizando los casquillos vacíos. En algunas regiones la logística era muy modesta y correspondía a la ayuda espontánea de la población. En el oeste se organizó un comité destinado a coordinar las actividades de los numerosos grupos y de las Brigadas femeninas, nacidas en esta época.

Algunos autores hablan de que nunca les falto la comida, pues los pueblos se organizaban muy bien. El problema principal eran las municiones. La carencia de cartuchos lo obligo a correr durante los primeros 6 meses de batalla en 1927. a) Faltaban Municiones En los pueblos la base urbana suministraba, ya que los combatientes necesitaban cosas indispensables pero en primer lugar las municiones. Uno de los personajes importante era el P. Ayala, quien, con uniforme, papeles militares oficiales y armado, circulaba por Guadalajara llevando municiones a los cristeros. En las regiones menos aisladas las redes de aprovisionamiento eran más eficaces. Los soldados recibían sus cartuchos de la fábrica de México, cuyos obreros las hacían llegar a comerciantes que transitaban por Iztapalapa y Xochimilco, donde los indios, arrieros y carboneros de la sierra las recogían. Otro método consistía en expedir cajas enteras por el ferrocarril con la etiqueta exterior de jabones, medicinas, clavos, etc. b) Los cómplices La complicidad de los funcionarios y de las autoridades era manifiesta, a tal grado que el gobierno tuvo que intervenir. Ya en 1926, el gobernador de Jalisco informaba al presidente Calles de este hecho inquietante que no iba a cesar en los 3 años de la guerra. En abril de 1929 decidió el gobierno proceder con la mayor severidad contra los empleados servidores del gobierno que cooperaran con los alzados, por tratarse no solamente de un caso de rebelión, sino de traición.

La complicidad era activa; algunos militares estaban de corazón

con los rebeldes, los protegían y los aprovisionaban. Otro lugar donde se podían aprovisionar los cristeros era el ejército federal. Oficiales y soldados se dedicaban al tráfico de municiones, a tal punto que la organización tenía establecidos lugares en los que estratégicamente hacían el negocio.

La vida Religiosa en el Campo de Batalla

No por todas las dificultadas había disminuido el fervor de aquel pueblo cristero. Algunos soldados hacían capillas, de varas y de zacate. También los sacerdotes hacían sus casas ahí junto a los campamentos cristeros, esto con el fin de llevar los sacramentos a los incansables guerreros de Dios. Todos los días escuchaban la Santa Misa y, por las tardes rezaban el rosario y cantaban algunas alabanzas. La multitud de aquellos soldados ayunaban en especial los miércoles y los viernes, desde las esposas y los hijos, como signo de unión entre los hermanos guerreros. Se procuraba guarda la abstinencia de carne los viernes. Los libertadores recibían los sacramentos por lo menos una ves al mes y antes del combate, cuando había tiempo se les reunía y, después de una exhortación del sacerdote procurando alentarlos y motivarles, se ponían de rodillas, hacían un acto de contrición y el Padre capellán, con las manos extendidas pronunciaba la formula de la absolución sacramental.

BATALLAS DE LA GUERRA Durante esta etapa de lucha de los cristeros contra el gobierno tuvieron varias guerras de las cuales las que cabe resaltar son las siguientes: 

Batalla de San Julián

Fue un conflicto armado que se llevó acabo el 15 de marzo de 1927 en el pueblo de San Julián (Jalisco), fue la primera batalla de gran importancia entre los cristeros y el gobierno federal, fue importante ya que un ejército entrenado y experimentado como lo era el federal fue derrotado por un grupo de hombres mal organizados, casi sin armas ni experiencia militar, esto que hizo al General Plutarco Elías Calles (presidente de México), se dio cuenta de que había subestimado al recién formado movimiento Cristero. El Padre José Reyes Vega se encontraba en San Julián junto con Luis Anaya y Victoriano Ramírez (El Catorce), cuando se enteraron de que el general Espiridión Rodríguez se acercaba a la población con todo su regimiento,

después de una discusión se decidió defenderla, Ramírez y sus hombres se instalaron en el centro del pueblo, el general Miguel Hernández se encontraba en esos momentos en San Diego de Alejandría con sus hombres, Ramírez mandó llamar al general para apoyarlo en la batalla. El general Ramírez y sus hombres resistieron bien defendiendo la plaza, la supremacía militar del regimiento federal se dejó ver y ya parecía estar todo perdido cuando el general Hernández llegó con sus hombres y a dos fuegos derrotaron al ejercito de Plutarco Elías Calles, el general Espiridión sobrevivió huyendo vestido de mujer, el resto de sus hombres fueron ejecutados en el panteón viejo y enterrados en una fosa común. 

Batalla de Manzanillo

La batalla se desarrolló el 24 de mayo de 1928 los cristeros cayeron sobre el puerto de Manzanillo al mando del General Jesús Degollado Guízar. La inesperada presencia del cañonero Progreso de la Armada de México complicó los movimientos cristeros, ya que los cristeros a pesar de la distancia comenzaron a atacar al buque. El ataque cristero trató de ser rechazado por ataques aislados de carabinas y uno que otro disparo de cañón del ARM Progreso, así como por elementos del Ejército federal que en ese momento protegían la guarnición de la plaza manzanillense. Después de estudiar la situación, el comandante del buque, el capitán Eduardo Loiza Iturrios, ordenó zafarrancho de combate, pero decidieron cortar los cabos que sostenían a la embarcación y así combatir con menos riesgo a los rebeldes, mientras tanto, los oficiales y tripulación ocuparon sus puestos de combate dentro y fuera del barco; el combate duró poco, pero el cañonero no podía bombardear a la ciudad, por lo que se limitó a zarpar. Los cristeros creían tener ganada la batalla, sin embargo un error táctico cristero marcó su derrota. Revisado al término del combate y tras examinar los motivos de la derrota cristera, los cristeros culparon al General Alberto Gutiérrez por no haber llevado a cabo la interrupción de las comunicaciones entre Manzanillo y Colima, como se le había ordenado, no sólo cortando el telégrafo sino también afectando la vía férrea. También fueron acusados el general Andrés Salazar y Marcos Torres Virgen por no haber amagado Villa de Álvarez y Colima para distraer a las

fuerzas federales. El motivo de la derrota fue de qué hora y media después, arribaba en tren el General Heliodoro Charis con todas sus tropas. El General Jesús Degollado Guízar ordenó la retirada al ver que se veían muy superados en número. 

Batalla del Fresnal

Inicio el 31 de enero de 1929, el general J. Jesús Ferreira, jefe de las operaciones militares de Jalisco, con un regimiento completo venido de Guadalajara partió hacia Caucentla. Cerca de ahí en Cofradía, había puesto el jefe cristero Dionisio Eduardo Ochoa a 16 de sus soldados a pesar de ser reducidos en número hicieron frente a un enemigo 40 veces superior, tras unos momentos de lucha desigual se retiraron después de hacer varias bajas al enemigo, ellos en cambio no tuvieron una sola baja. En Caucentla al oír las descargas de ametralladora y fusilería un grupo de 11 cristeros fueron a dar auxilio a sus compañeros, teniendo un encuentro en un lienzo de piedra de la hacienda del Fresnal eran dirigidos por su jefe J. Natividad Aguilar, el dio orden de disparar cuando el enemigo estuviese a pocos metros de ellos para asegurar los tiros, sorprendidos los federales hicieron pocas descargas y luego retrocedieron. Reorganizados los soldados federales de Ferreira, atacaron de nuevo, por el mismo lugar, y de nuevamente fueron rechazados, dejando aún más muertos, entonces Ferreira organizó un asalto más, se colocaron las ametralladoras en mejores lugares y se atacaron por todas las partes posibles. Por tercera y por cuarta vez el pequeño grupo de cristeros rechazaron a los contrarios. Cuando ya no fue posible la resistencia por falta de parque, abandonaron los cristeros sus posiciones, haciéndoles a los soldados callistas de Ferreira 55 muertos y gran cantidad de heridos, en cambio los cristeros no sufrieron ni una baja. Los Callistas en su huida quemaron las casas de la región, en el Fresnal despedazaron una imagen religiosa, y a una escultura le fue arrancada la cabeza y fue usada como balón de fútbol.



Batalla de Tepatitlán

Se realizó el 17 de marzo de 1929, entre el Ejército Regular Libertario (Grupo Cristero) compuesto por 4.000 cristeros comandados por el general y padre José Reyes Vega y las Fuerzas Federales Mexicanas compuestas por 500 soldados y 4.000 agraristas al mando los generales Pablo Rodríguez y Saturnino Cedillo durante la llamada Guerra Cristera. El general Saturnino Cedillo envió al general Pablo Rodríguez que llegó a Tepatitlán con tropas agraristas anteriormente reclutadas de San Luis Potosí, Zacatecas y Guanajuato. Hacia las 4 de la mañana las fuerzas federales Mexicanas entran a lo que hoy se conoce como "Españita", donde se detuvieron para hacer la exploración a la ciudad que dormía tranquilamente, y estudiar la estrategia a seguir en caso de batalla, hasta que se dio la orden de entrar a la ciudad de Tepatitlán. La batalla se libró dentro de la ciudad en donde desde las azoteas de las casas, la presidencia municipal, las parroquias y algunos templos los cristeros los esperaban y abrieron fuego contra los federales, que no encontraron lugar en donde esconderse. No hay un registro oficial de bajas, pero se supone un número mayor a los 100 hombres. La controversia está en que: según una versión mencionada por el historiador franco-mexicano Jean Meyer, las bajas cristeras fueron 25 y los muertos federales eran alrededor de 120, pero de acuerdo a datos del historiador y cronologista Francisco Gallegos,

testimonios de personas de la ciudad de

Tepatitlán, así como antiguos cristeros que participaron en el combate, mencionan que las bajas federales fueron 3000 y los cristeros tuvieron 50. Durante la batalla fue muerto el padre José Reyes Vega, que al dar un paso fuera de la esquina de una casa fue liquidado por un balazo en la cabeza. Aun así los cristeros ganaron esta batalla con la retirada de las fuerzas federales. Fin del conflicto Bajo la fuerte presión del gobierno de Estados Unidos, que a su vez respondía a las peticiones repetidas de obispos y laicos católicos en ese país, el presidente Portes Gil anunció que la Iglesia católica se sometería a la ley sin

que la Constitución sufriera alguna modificación. A partir de ese momento, sin embargo, el país entró en lo que investigadores de la relación Iglesia-Estado en México han calificado como un "modus vivendi", un modo de vivir, en el que el Estado renunciaba a la aplicación de la ley y la Iglesia renunciaba a exigir sus derechos. Sin embargo un severo momento de prueba fue cuando Calles, presionado por los efectos devastadores de la crisis de 1929 pronunció el así llamado Grito de Guadalajara. En ese Grito, 21 de julio de 1934, Calles en su oficiosa condición de "jefe máximo de la Revolución mexicana" hacía un llamado para que la revolución, triunfante en lo militar, se trasladara a partir de ese momento al ámbito de la conciencia, de la educación y, de manera más específica, de la educación de los niños. El Grito de Guadalajara marcó el inicio de una serie de reformas al sistema educativo mexicano que culminaron con el proyecto de la así llamada "educación socialista".

Las tensiones creadas por el Grito fueron de tales dimensiones que, una vez más, se organizaron una serie de movilizaciones, aunque en esta ocasión no hubo fracturas en el seno del episcopado.

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Cristera#Los_Cristeros http://www.arts-history.mx/sitios/index.php? id_sitio=735655&id_seccion=3028135&id_subseccion=19032&id_documento=2 755 https://mx.answers.yahoo.com/question/index?qid=20101102162802AAsrGV2 Treviño, Héctor. et. all. Historia de México, Ed. Castillo, México 2007 Meyer, J. (2013). La cristiada 1- la guerra de los cristeros. México: Siglo XXI Meyer, J. (2013). La cristiada 3-Los cristeros. México: Siglo XXI González Navarro, Moisés. Cristeros y agraristas en Jalisco 2000