Filosofia Moderna

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO PEDAGÓGICO MATURÍN PROGRAMA

Views 119 Downloads 9 File size 273KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO PEDAGÓGICO MATURÍN PROGRAMA DE PROFESIONALIZACIÓN EXTENSIÓN BOLÍVAR

El problema del conocimiento y la ética en la filosofía moderna.

Integrantes: GRUPO 1 Angulo Carla, CI: 12.193.854 Correa Adolfo, CI: 10.574.984 Hernández Berenice, CI: 20.556.471 Ramos Oswaldo, CI: 11.729.245

Ciudad Bolívar, 12 de julio 2014.

Índice Introducción .................................................................................................................. 3 El problema del conocimiento y la ética en la Filosofía Moderna. ............................... 4 Los períodos, escuelas, representantes y problemas de la Filosofía Moderna. ............. 7 El racionalismo.............................................................................................................. 7 Contexto histórico ..................................................................................................... 7 Formas de Racionalismo ......................................................................................... 10 Características fundamentales de la filosofía racionalista ...................................... 10 Argumentos del racionalismo ................................................................................. 12 Empirismo ................................................................................................................... 13 Características de filosofía empirista ...................................................................... 15 Idealismo ..................................................................................................................... 17 Tipos generales de idealismo .................................................................................. 17 La Ilustración .............................................................................................................. 21 El problema del conocimiento Francisco Bacon ......................................................... 24 El método inductivo de Bacon ................................................................................ 26 Conclusión .................................................................................................................. 28

Introducción

La filosofía moderna asienta su reflexión filosófica en el terreno de la subjetividad. Las dudas planteadas sobre la posibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad, material o divina, harán del problema del conocimiento el punto de interés principal de la filosofía moderna. El desarrollo del humanismo y de la filosofía renacentista, junto con la revolución copernicana, asociada al desarrollo de la Nueva Ciencia, provocarán el derrumbe de una Escolástica ya en crisis e impondrán nuevos esquemas conceptuales, alejados de las viejas e infructuosas disputas terminológicas que solían dirimirse a la luz de algún argumento de autoridad, fuera platónica o aristotélica. De las abadías y monasterios la filosofía volverá a la ciudad; de la glosa y el comentario, a la investigación; de la tutela de la fe, a la independencia de la razón. Hasta el siglo XV la filosofía fue, durante toda la Edad Media, un instrumento que se subordinó al dogma religioso. El Renacimiento, revaloriza el conocimiento racional como método para aprehender el mundo físico, y le abre las puertas al empirismo y al racionalismo. Son dos estilos filosóficos que se proponen darle a la filosofía un marco racional que no se oponga a los datos de la experiencia, como las demás ciencias. La Edad Moderna, que es el período comprendido desde la toma de Constantinopla en 1453, hasta principios de la Revolución Francesa en 1789 y comienzos de la revolución industrial, se caracteriza por el surgimiento y desarrollo de las ciencias físicas y naturales y es entonces cuando la filosofía se centra en el problema del conocimiento. El representante más importante de la filosofía moderna es René Descartes (15951650), quien es considerado su fundador. La filosofía de Descartes es un método para llegar al conocimiento y representa el ingreso al idealismo filosófico. Este método consiste en dudar de todo para llegar a una verdad de la cual no se pueda dudar. Para Descartes, el yo que duda, por lo tanto, es lo único de lo que se puede estar seguro que existe.

El problema del conocimiento y la ética en la Filosofía Moderna.

La Filosofía Moderna corresponde a un período que comienza en el Renacimiento y la Reforma Protestante. Es verdaderamente una época nueva con un espíritu nuevo, tan distinto del espíritu escolástico, que se le puede considerar como una revolución antiescolástica.

En efecto, la Filosofía Medieval había conjugado en gran síntesis el pensamiento pagano platónico - aristotélico con el pensamiento cristiano, armonizando la razón y la fe, nuevas corrientes filosóficas proclamarían la absoluta independencia de la razón o aún la pondrían en rebelión abierta contra lo sobrenatural. La nueva filosofía exaltaba el método matemático científico en detrimento del espíritu metafísico que había dominado, no sólo a la Edad Media, sino también entre los pensadores paganos. Naturalmente estas nuevas doctrinas o corrientes de pensamiento correspondían a nuevas situaciones políticas, culturales, sociales y religiosas; el Renacimiento, la seudorreforma protestante, el humanismo, el nacimiento de los estados modernos, el auge de las ciencias. De ahí que también encontramos en la época moderna una tremenda dispersión doctrinal que contrasta con la notable unidad del pensamiento cristiano de la Edad Media; así como las naciones se diferencian, como los pueblos se separan unos de otros, también se producen profundas escisiones en el espíritu occidental y en su concepción unitaria del mundo, como consecuencia o secuela del enfrentamiento entre la razón teorética y la razón práctica, entre la ciencia y la fe, entre lo físico y lo metafísico, entre la política y la moral, entre lo subjetivo y lo objetivo, se presentan en tal abundancia los problemas, los métodos, las soluciones que el espíritu vuelve a caer en el escepticismo y llega hasta proclamar la superioridad del inconsciente sobre la conciencia.

Sin embargo los cambios no se hicieron de repente y tampoco puede ponerse una muralla divisoria entre el pensamiento medieval y el moderno. Los cambios culturales no suelen sobrevenir tan bruscamente: los estratos de la cultura y del pensar humanos suelen encajar unos con otros y mezclarse entre sí, de ordinario hay que buscar las raíces de los cambio en capas más profundas de lo que parece a primera vista.

Concretamente en el campo de la filosofía podemos afirmar que mucho de la edad moderna se encuentra en la Edad Media, particularmente en la Baja Escolástica, en los nominalistas, en Nicolás de Cusa y aún en Abelardo. De la misma manera, muchos temas básicos de la filosofía medieval reviven en la época moderna. La filosofía del Renacimiento se caracterizó en todas sus manifestaciones culturales por su afán de regresar a lo antiguo, pero se vuelve a lo antiguo descristianizándolo, haciendo lo contrario de lo que la Edad Media y la Escolástica habían realizado.

Pero aunque el Renacimiento produjo notables humanistas, pintores, escultores, arquitectos geniales, hombres que fundaron la física moderna, en filosofía escasean los verdaderos valores; es más bien un período de transición, un pórtico a través del cual penetramos en el pensamiento moderno.

La filosofía moderna se desarrolló a finales del siglo XVI inicio del siglo XVII hasta mediado del siglo XVIII. La filosofía moderna se basó en la capacidad humana de encontrar respuestas a los interrogantes para esto utilizó 4 fases que son: 

Racionalismo Descartes (1596-1650) Malebranche (1638-1715) Spinoza (1632-1677) Leibniz (1646-1716)



Empirismo Berkeley (1685-1753) ) Hume (1711-1776) Locke (1632-1704



Ilustración Diderot (1713-1784) Voltaire (1694-1778) Rousseau (1712-1786)



El Idealismo Trascendental Kant (1724-1804).

Es a René Descartes a quien se le considera como el padre de la filosofía moderna. Es el primero de esos atrevidos pensadores del siglo XVII y XVIII.

Si bien es cierto que Descartes se apoya todavía en la Escolástica, sin embargo, por haber introducido en la filosofía la Duda Metódica, por su interpretación mecanicista de la naturaleza y por su idealismo metafísico, se constituyó en la fuente de todos los subsiguientes sistemas. Él exigió para el pensar filosófico una absoluta autonomía de modo que vinieron a desarticularse la razón y la fe.

A partir de esa crisis filosófica y cultural, intentan elaborar un modelo para explicar su origen y su destino para dar respuestas pero antes creían que necesitaban un método correcto y adecuado para alcanzar la verdad de forma definitiva.

Los períodos, escuelas, representantes y problemas de la Filosofía Moderna.

El racionalismo

El racionalismo es una corriente filosófica que apareció en Francia en el siglo XVII, formulada por René Descartes, que se complementa con el empirismo, y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento. René Descartes, quien creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.

Contexto histórico Es una corriente filosófica europea que comprende todo el siglo XVII y es un largo e intenso epígono metafísico a los grandes progresos de la ciencia del Renacimiento. En él la filosofía adopta el paradigma matemático de la geometría y el paradigma experimental de la física, oponiéndose tanto al escepticismo pirrónico como al formalismo escolástico. Sus características principales son: 

Confianza en el poder de la razón.



Postulación de las ideas innatas.



Utilización del método lógico-matemático para explicar los razonamientos del empírico y confirmarlos cuando ello es posible.

En filosofía, bajo la denominación de "racionalismo" se comprenden las convicciones y teorías que opinan que por medio de la razón se puede entender suficientemente la realidad y, en consecuencia, obrar "razonablemente". El racionalismo se opone a toda religión revelada que ve la fuente del conocimiento no en la razón, sino en la revelación.

El racionalismo de la Edad Moderna intenta encontrar una respuesta al problema básico del conocimiento inmediato de las verdades primeras. Para el racionalismo, la fuente del conocimiento inmediato es la intuición intelectual; en cambio, para el empirismo lo es la experiencia. Kant intenta una síntesis de intelectualismo y empirismo, sustituyendo el realismo anterior por el idealismo trascendental, que se basa en la interpelación trascendental: la cuestión de las condiciones de posibilidad del conocimiento. La certeza del conocimiento, según Kant, se relaciona no a una realidad exterior, sino a las formas de la experiencia, que están determinadas por las estructuras de la facultad de conocer. Del ideal del racionalismo clásico (certeza del conocimiento) se aparta el racionalismo crítico: la exigencia de un conocimiento seguro es irrealizable. Por eso el racionalismo crítico renuncia a ese ideal y propugna un falibilismo consecuente: no existe ningún conocimiento absolutamente cierto, porque el hombre puede siempre equivocarse en la solución de sus problemas cognoscitivos. La certeza del conocimiento no coincide con la aspiración a la verdad. El ideal cognoscitivo se caracteriza por la tenaz aspiración a un conocimiento del contenido que en realidad sólo posee el status de presunción. En este sentido, todo saber es "hipotético", lo que no ha de conducir al relativismo, ya que el conflicto de las teorías permite por lo menos un saber aproximativo. Por eso hay que someter a comprobación las teorías y hay que criticarlas. Así pues, en lugar de la exigencia de fundamentación tenemos en el racionalismo crítico la exigencia del análisis crítico. Por tanto, en el racionalismo crítico no se abandona la búsqueda de la verdad en el sentido de búsqueda de un conocimiento del contenido, ya que, a diferencia de Kant, se adhiere al "realismo": El racionalismo crítico se opone también a la tendencia del empirismo a afirmar la pura experiencia, que, según su concepción, no existe. La experiencia está ya siempre "empapada de teoría".

En teología se entiende por "racionalismo" la concepción según la cual la adhesión a la fe descansa en el conocimiento racional y la verdad de la fe se puede demostrar con argumentos de razón. Pero tampoco la credibilidad de la fe se puede demostrar positivamente. El concilio Vaticano I condenó reiteradamente tal racionalismo. Bajo el veredicto de racionalismo cae también la opinión de que la autocomunicación de Dios verificada históricamente se puede demostrar con la palabra humana. Sin embargo, lo único demostrable es la existencia de un mensaje que afirma de sí mismo que es la palabra de Dios. Aunque esta pretensión no se puede refutar últimamente con argumentos de razón, con todo, la verdad de esta pretensión sólo puede conocerse con la fe. La justificación de la fe ante la razón supone que se puede demostrar antes de la adhesión a la fe, que en la elección entre fe e increencia, la increencia es arbitraria, y justamente por ello no puede justificarse. Mas con ello no se demuestra el carácter no arbitrario de la adhesión de la fe. Únicamente se puede probar que no está justificado el reproche de arbitrariedad hecho a la fe, y sí lo está el hecho a la increencia. El conocimiento de la razón y el conocimiento de la fe no pueden últimamente oponerse, aunque a menudo están en una relación mutua conflictiva. El conocimiento de la razón se refiere al conocimiento general de la realidad, que se puede adquirir independientemente de la fe. El conocimiento de la fe se refiere a un conocimiento para el cual hay que recurrir a la autocomunicación de Dios. El conocimiento de la razón dice una relación ante todo negativa al conocimiento dé la fe. No puede ni demostrar la fe, ni refutarla, ni hacerla comprensible. Por eso la razón no tiene respecto a la fe una función de apoyo, sino más bien una función de filtro. Con esto se quiere decir, expuesto negativamente, que no se puede creer nada que contradiga a una razón que mantiene justificadamente su-autonomía. Esa razón crítica preserva a la fe de la superstición. -Y en esa razón está interesada la fe en atención a sí misma. Se puede afirmar absolutamente que la fe fomenta la independencia` de la razón y que se opone a la razón (con argumentos de razón) cuando ésta contraviene sus propias leyes (lo que, por supuesto, no es ninguna prueba de la verdad de la fe).

Formas de Racionalismo

• En primer lugar, "racionalismo" es el nombre de una doctrina para la cual el único órgano adecuado o completo de conocimiento es la razón, de modo que ella es la fuente de todo conocimiento verdadero. Se habla en tal caso de "racionalismo epistemológico" o "racionalismo gnoseológico", como opuesto al empirismo, que considera que la única fuente de conocimiento verdadero es la experiencia. • El segundo tipo de racionalismo es el "racionalismo metafísico", que afirma que la realidad es, en último término, de carácter racional. En su acepción más general, este término refiere a todos aquellos sistemas filosóficos que consideran que la realidad está gobernada por un principio inteligible, accesible al pensamiento y susceptible de evidencia racional, o bien identificable con el pensamiento mismo. Según esto podríamos hablar de "racionalismo platónico" (puesto que la realidad para él se halla ordenada de acuerdo con un modelo ideal, accesible a la razón mediante la dialéctica, y proporcionado por el mundo inteligible o mundo de las ideas), o de "racionalismo hegeliano" (la realidad coincide en último extremo con la autorrealización de la razón o Espíritu). Frente a este racionalismo metafísico se coloca el irracionalismo o el voluntarismo metafísico. • En tercer lugar hay un racionalismo llamado "racionalismo psicológico", que es la teoría según la cual la razón, equiparada con el pensar o la facultad pensante, es superior a la emoción y a la voluntad. Este racionalismo psicológico se suele oponer al voluntarismo psicológico y al emotivismo, y se identifica a veces con el intelectualismo. • Finalmente, se ha hablado también de un "racionalismo religioso" cuando por exigencias racionales se ha rechazado la posibilidad de cualquier revelación de la divinidad o se ha dado una interpretación puramente racional a fenómenos considerados milagrosos o a personas consideradas sobrenaturales.

Características fundamentales de la filosofía racionalista

1. Plena confianza en la razón humana. Los filósofos racionalistas le otorgan un valor extremo a la razón entendida como la única facultad susceptible de alcanzar la verdad. Sólo tienen validez científica aquellos conocimientos derivados de la razón con independencia de la experiencia. 2. Existencia de ideas innatas. Siguiendo la tradición abierta por Platón, para el cual el conocimiento verdadero podía ser alcanzado a través del recuerdo, al estar las Ideas de algún modo "presentes" en el alma humana, los racionalistas afirman que la conciencia posee ciertos contenidos o ideas en las que se encuentra asentada la verdad. La mente humana no es un receptáculo vacío, ni una "tabla rasa" como defendieron los empiristas, sino que posee naturalmente un número determinado de ideas innatas o naturalezas simples (como las denomina Descartes) a partir de las cuales se vertebra y fundamenta deductivamente todo el edificio del conocimiento. La característica fundamental de tales ideas es su simplicidad, claridad y distinción, es decir, la evidencia. En Descartes las ideas innatas y en particular la idea de Dios garantizan y son los pilares desde los que reconstruir con plena certeza todos los saberes, desde la física hasta la metafísica. 3. Adopción de un método de carácter matemático. Todos los racionalistas tomaron como modelo el método utilizado por la matemática y la geometría. La utilidad del método estriba no sólo en escapar del error, sino que persigue una intención clara: la unificación de las ciencias e incluso la creación de una "Mathesis Universalis" o ciencia cierta de carácter universal que pudiera utilizar un lenguaje simbólico matemático con el que analizar y reducir a lo simple (y cierto) toda proposición compleja de la ciencia, incluida la filosofía y la moral. 4. Metafísica basada en la idea de substancia. Por substancia entienden los racionalistas "aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir" (Descartes). Ahora bien, no todos estos filósofos admitieron el mismo número de ellas ni le otorgaron las mismas características. Descartes afirmó la existencia de tres substancias distintas (res infinita o Dios, res cogitans o pensamiento y res extensa o substancias corpóreas), lo cual le condujo al establecimiento de un acusado dualismo que escindió la realidad en dos ámbitos heterogéneos (lo corporal o material y lo espiritual) irreconciliables entre sí y regidos por leyes absolutamente divergentes.

5. El mecanicismo. Aunque no fue adoptado por todos los racionalistas (Leibniz, por ejemplo), el mecanicismo fue el paradigma científico predilecto para la mayoría de ellos. Según éste, el mundo es concebido como una máquina, despojada de toda finalidad o causalidad que vaya más allá de la pura eficiencia: todo se explica por choques de materia en el espacio (lleno) y no existen fuerzas ocultas o acciones "a distancia". El mundo es como un gigante mecanismo cuantitativamente analizable. 6. Aspiración a una ciencia o filosofía universal y racional.

Por ello válida y

definitiva para todo hombre y todos los aspectos de la realidad, haciendo al hombre dominador de la naturaleza.

Argumentos del racionalismo El racionalismo entiende la vuelta al sujeto como una vuelta a la razón, conocemos ya la duda sistemática de Descartes, que a través de una crítica radical a la experiencia sensible, conduce a las últimas condiciones indudables de todo conocimiento en el sujeto. Esas condiciones de las que depende todo conocimiento, son las ideas o principios de la razón. Existe en el sujeto una percepción clara y distinta de los primeros principios del conocimiento que no tiene nada que ver con la sensibilidad, sino que se realiza de un modo puramente racional. Así como los principios de las matemáticas se derivan lógicamente de unos axiomas o principios primeros, así también la filosofía tiene que partir de las primeras ideas y principios, y desarrollarlo todo en forma lógico-racional. Para el racionalismo está claro que la razón ha recibido de Dios sus ideas y verdades innatas.

Empirismo La filosofía empirista llevó a cabo una saludable autocrítica de la razón, delimitó sus límites y restringió sus posibilidades asentándola en el ámbito de la experiencia. El empirismo es una corriente filosófica opuesta al racionalismo que surge en Inglaterra en el siglo XVII y que se extiende durante el siglo XVIII y cuyos máximos representantes son J. Locke (1632-1704), J. Berkeley (1685-1753) y D. Hume (1711-1776). En un sentido bastante general, se denomina empirismo a toda teoría que considere que la experiencia es el origen del conocimiento, pero no su límite. Esta postura ha sido mantenida por numerosos filósofos, como por ejemplo, Aristóteles (384-322 a.C.), Epicuro (341-272 a.C.), los estoicos (S.IV a. C. - S.II d.C.), Tomás de Aquino (1224-1274) y Ockham (1295-1350). Sin embargo, en un sentido estricto, el empirismo propiamente dicho hace relación a las teorías filosóficas creadas por las corrientes antes mencionadas. Tras el siglo XVII su influencia se deja notar tanto en el campo de la filosofía política como en el de la teoría del conocimiento. En el primero, el liberalismo de Locke influye en los ilustrados alentando los principios de las revoluciones americana y francesa; su división de poderes influirá en Motesquieu y su principio de igualdad impulsará el reconocimiento paulatino de los Derechos Humanos. Los caracteres fundamentales del empirismo podrían resumirse en las siguientes tesis. 1. Subjetivismo del conocimiento. En este punto, empiristas y racionalistas coinciden al afirmar que, para conocer el mundo se ha de partir del propio sujeto, no de la realidad en sí. La mente no puede conocer las cosas más que a partir de las ideas que tiene sobre ellas. Por lo tanto, si lo primero en el orden del conocimiento son las ideas, éstas habrán de tener un origen distinto a la propia mente (tesis racionalista). Su validez objetiva le vendrá de las cosas mismas. 2. La experiencia como única fuente del conocimiento. El origen del conocimiento es la experiencia, entendiendo por ella la percepción de los objetos sensibles externos (las cosas) y las operaciones internas de la mente (emociones, sensaciones, etc.).

Así pues, para los empiristas, el único criterio de verdad es la experiencia sensible. 3. Negación de las ideas innatas de los racionalistas. Si todo conocimiento ha de provenir de la experiencia esto supone que habrá de ser adquirido. La mente no posee contenido alguno (ideas innatas), sino que es como una "tabla rasa", un receptáculo vacío que debe "llenarse" a partir de la experiencia y el aprendizaje. 4. El conocimiento humano es limitado: la experiencia es su límite. Esta postura es radicalmente opuesta a la de los racionalistas, para los que la razón, utilizando un método adecuado, no tiene límites y podría llegar a conocerlo todo. Los empiristas restringen la capacidad de la mente humana: la experiencia es su límite, y más allá de ella no es lícito ir si no queremos caer en el error, atribuyéndole a todo lo que no ha sido "experimentado" una realidad y existencia objetiva. 5. Negación del valor objetivo de los conceptos universales. Los empiristas aceptarán el postulado nominalista de que los conceptos universales no hacen referencia a ninguna realidad en sí (objetiva), sino que son meros nombres que designan a un conjunto de ideas particulares o "percepciones" simples que se encuentran vinculadas entre sí. Cualquier idea compleja ha de ser explicada por combinación y mezcla de ideas simples. Los universales o conceptos generales son sólo designaciones de estas combinaciones más o menos "estables" de ideas simples. 6. El método experimental y la ciencia empírica. El interés por hallar un método adecuado para dirigir el pensamiento fue uno de los intereses principales tanto del racionalismo como del empirismo. La diferencia entre ambos estriba en que, si para los racionalistas el modelo ideal de método era matemático y deductivo, para los empiristas debía ser experimental e inductivo, similar al que utilizó Newton en el campo de la física, y que tan excelentes resultados había dado. La ciencia no puede basarse en hipótesis o presupuestos no contrastados con la experiencia. La validez de las teorías científicas depende de su verificación empírica. Salvo en las matemáticas, que no versan sobre hechos, sino sobre nuestras propias ideas y sus leyes de asociación, las ciencias de los fenómenos naturales (física, geografía, biología, etc.) deben evitar cualquier supuesto u hipótesis metafísica, así como rechazar el método matemático deductivo. El error cometido por los racionalistas consistió en tratar de igual

forma y bajo el mismo método a todas las ciencias, sin distinguir si se referían a hechos de la experiencia (cuestiones de hecho) o a un simple proceder de la mente (relaciones de ideas). El tiempo, no obstante, dio la razón a los empiristas, pues a partir del siglo XVIII la física se independizó de la metafísica que, después de la crítica kantiana, dejará de considerarse una ciencia. La filosofía empirista, pese a restringir el poder de la razón, sirvió de sana autocrítica respecto a nuestros límites y posibilidades racionales. 7. Los predicados como bueno o malo no se dan en la experiencia. Conocemos las cosas y sus cualidades físicas pero las cualidades morales o estéticas no pueden percibirse, no tienen valor cognoscitivo sino que la guía para la vida humana es el sentimiento.

Características de filosofía empirista Esta corriente tiene como características diferenciadoras la defensa de un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas las ciencias). La explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si se aspira a ser ciencia, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de principios que no han sido percibidos objetivamente. En metodología histórica, el positivismo prima fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las interpretaciones generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen tener excesiva acumulación documental y escasa síntesis interpretativa. Auguste Comte formuló a mediados del siglo XIX la idea de la creación de la sociología como ciencia que tiene a la sociedad como su objeto de estudio. La sociología sería un conocimiento libre de todas las relaciones con la filosofía y basada en datos empíricos en igual medida que las ciencias naturales Una de sus propuestas más destacadas es la de la investigación empírica para la comprensión de los fenómenos sociales, de la estructura y el cambio social (razón por la que se le considera padre de la sociología como disciplina científica). Comte presenta a la historia humana en tres fases o estadios:

Estadio teológico o mágico: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época las personas dan explicaciones mágicas de los fenómenos naturales, utilizan categorías antropológicas para comprender el mundo y técnicas mágicas para dominarlo. Estadio metafísico o filosófico: las explicaciones son racionales, se busca el porqué de las cosas, y se sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos. Estadio científico o positivo: es la definitiva. El conocimiento se basa en la observación y la experiencia, y se expresa con el recurso de la matemática. Se busca el conocimiento de las Leyes de la Naturaleza para su dominio técnico. Además afirma que no es posible alcanzar un conocimiento de realidades que estén más allá de lo dado, de lo positivo, y niega que la filosofía pueda dar información acerca del mundo: esta tarea corresponde exclusivamente a las ciencias. Mientras el racionalismo ponía la base de la ciencia y de la filosofía en la razón, en el propio yo el empirismo la pondrá en la experiencia, y el sujeto, tiene que adaptarse a la experiencia. Por experiencia entienden todo hecho interno o externo que pueda ser observado y explicado conforme a ciertas leyes. El racionalismo se desarrolló en Francia, Holanda y Alemania. Mientras que el empirismo lo hace en Inglaterra, país que siempre mostró interés por lo concreto, por la experiencia, despreciando las abstracciones y apriorismos. En metafísica la realidad es sustancial para los racionalistas. El empirismo se va perdiendo la sustancialidad progresivamente y en Hume la idea de sustancias es fruto de la imaginación. El yo es sustancial en el racionalismo pero los empiristas nos hablan del yo conciencia como resultado de los hechos psíquicos, no como causa o base de ellos. El empirismo da prioridad a la experiencia y al método experimental: observación, inducción y análisis de los hechos. Las ideas son adquiridas y desaparecen las ideas innatas. Nuestra mente es como un papel en blanco en el que la experiencia va escribiendo. Para salvar la ciencia había que conjugar el valor objetivo del conocimiento y la universalidad de las proposiciones. El racionalismo al basarse en la razón y en el innatismo salva la universalidad pero afirma dogmáticamente la objetividad o valor real del conocimiento.

Idealismo Por idealismo podemos entender fundamentalmente dos cosas: un idealismo de los ideales y un idealismo de las ideas. 1° El primero se refiere a la esfera de la praxis, abarcando tanto presupuestos éticos como políticos en el sentido de "situación ideal" En este último caso, el idealismo se convierte en utopismo. 2° El idealismo de las ideas posee una índole más filosófica que el anterior, y hace referencia a toda doctrina que afirma que el sujeto (la conciencia, el "yo", la mente, o el espíritu) es el punto de partida y el origen de toda reflexión sobre el mundo. Esto quiere decir que la realidad no es conocida por sí misma y que conocer no es adecuar el pensamiento a las cosas, a lo "dado". Antes bien, es la propia realidad la que ha de inferirse de las "ideas" y representaciones que tenemos sobre ella. Es el sujeto es punto de partida de todo conocimiento, aquel que otorga sentido e, incluso, "construye" o crea la realidad. El idealismo de las ideas afecta, por lo tanto, tanto a

aspectos gnoseológicos

(pregunta por el conocimiento, su origen y sus límites) como metafísicos (pregunta por el "ser" de aquello que conocemos). Lo que sea el

ser

va a identificarse con lo que

auténticamente puedo conocer de él. El ser es lo cognoscible con evidencia y se identifica con lo dado o contenido en la conciencia, aunque esto no implica necesariamente que todo idealismo reduzca el ser a un contenido de conciencia o que postule que el sujeto "construye" o produce toda realidad.

Tipos generales de idealismo. 1. Si la conciencia o el sujeto se considera como algo real o como una entidad psíquica e individual, nos hallamos frente a un idealismo subjetivo o psicológico. Es la conciencia individual la dadora de ser, y éste último se reduce a lo percibido por mí. La entidad del ser es psicológica al igual que la actividad de la conciencia. Dentro del idealismo subjetivo podemos encuadrar tres corrientes: A. El idealismo del filósofo empirista G. Berkeley (1685-1753): El ser de las "cosas" se agota en su ser percibido, es decir: identifica "ser" con "ser percibido"

B. La rehabilitación por parte del empiriocriticismo del idealismo de Berkeley, representado por la filosofía de Avenarius. C. La filosofía gnoseológica de la inmanencia desarrollada desde finales del siglo XIX, cuyos máximos exponentes serían Wilhelm Schuppe, Max Kaufmann, SchubertSoldern, Martin Keibel e incluso el propio Mach y Avenarius.

2. Tomando como criterio de distinción el tipo de conciencia, podemos considerar otra forma de idealismo distinta a la anterior, el idealismo objetivo o lógico-trascendental, para el cual, la conciencia se concibe desde un punto de vista ideal y general, no real e individual. La conciencia no es una entidad empírica o psicológica, sino un sistema de estructuras lógicas, un sujeto general e, incluso, universal. A esta corriente pertenecen: A. El idealismo trascendental de Kant (1724-1804), para el que el conocimiento es fruto de una síntesis entre lo dado al sujeto cognoscente (un material desordenado y caótico) y lo aportado o "puesto" por ese mismo sujeto en el acto de conocer: ciertos esquemas previos (formas puras a priori), a través de los cuales se organiza y estructura ese material. La universalidad y necesidad de las leyes que observamos en las matemáticas, la lógica y en la naturaleza provienen de la estructura cognoscitiva del sujeto. Es el sujeto el que impone sus leyes, no la realidad exterior. B. Actualmente se entiende por

idealismo a la corriente filosófica denominada

idealismo alemán, representada por Fichte (1762-1814), Schelling (775-1854) y Hegel (1770-1831)

que fue continuada por otros filósofos como Schopenhauer y Bradley.

Surgida como una transformación del pensamiento kantiano, el idealismo alemán sostiene que el mundo es el producto de una Idea o Razón Absoluta (infinita y universal), de carácter histórico, cuyo despliegue en el tiempo constituye lo que llamamos mundo, historia, hombre y los productos de la humanidad. C. La fenomenología de Edmund Husserl (1859-1938) también puede ser incluida en esta forma de idealismo. El yo, la conciencia, ocupa un lugar central en su doctrina y es el punto de partida de su filosofía. El yo puro se obtiene como una depuración realizada a través de la reducción trascendental. La conciencia pura no es una "realidad" o una "substancia", sino que es "pura inteligibilidad".

D. Así mismo, puede considerarse perteneciente a esta clase de idealismo a la Escuela de Marburgo, de orientación neokantiana, cuyos principales representantes son Hermann Cohen (su fundador), Paul Natorp y Ernst Cassirer. De todas formas, estas corrientes no agotan el sentido del idealismo. Así, Heimsoeth postula que la primera actitud idealista en la historia de la filosofía surge en el cristianismo, fundamentalmente con la figura de San Agustín (354-43), el primero que reivindica la interioridad, la intimidad como punto de partida de todo conocimiento.

El término “idealismo” tiene distintos significados. Desde el punto de vista metafísico es la creencia en que el fundamento de la realidad es de índole espiritual o sea de poderes ideales; y desde el enfoque epistemológico es la postura que sostiene que no existen cosas reales fuera de la conciencia. O sea que al eliminar la existencia de todos los objetos, quedan solamente como objetos reales los contenidos de la conciencia (representaciones, imágenes, sentimientos, etc.) y los objetos ideales (la lógica y la matemática). De esta manera surgen dos formas de idealismo: el subjetivo o psicológico y el objetivo o lógico. En el idealismo subjetivo o psicológico la realidad se encuentra contenida dentro de la conciencia del sujeto. Los objetos son sólo contenidos de la conciencia, el ser de los objetos consiste en ser percibidos por el hombre y cuando dejan de ser percibidos dejan también de existir al no poseer ser, fuera de nuestra conciencia, que es lo único real. A esta posición también se la llama conciencialismo. El obispo inglés Berkely es el clásico representante de esta cosmovisión que identifica el ser con el percibir y que considera a los objetos externos puras sensaciones de los sentidos. Sin embargo, para Berkely, Dios, que es la causa de nuestras percepciones, y las almas; tienen existencia independiente. El idealismo de Berkely tiene base metafísica y teológica, característica que no aparece en las nuevas formas de idealismo subjetivo como por ejemplo, el empiriocriticismo de Avenarus y Mach, que creen nada más que en las sensaciones, y la filosofía de la inmanencia de Schupe y de Schubert-Soldern, que proponen que todo es

inmanente a la conciencia. En el caso de este último lo único existente es la conciencia cognoscente. En cuanto al idealismo objetivo o lógico es diferente, porque parte de la conciencia objetiva de la ciencia, cuyo contenido es una suma de juicios lógicamente ideales, elementos lógicos, que distinguen lo dado en la percepción de la percepción misma y consideran al objeto como nacido del pensamiento, un producto del pensamiento, un concepto, un ser lógico ideal, postura que es denominada panlogismo.

A pesar de la división entre el idealismo subjetivo o psicológico y el objetivo o lógico, ambos idealismos tienen en común la concepción fundamental de que toda realidad está contenida en la conciencia, que es el principal argumento del idealismo. Con la inmanencia, intentan probar que la tesis del realismo es lógicamente absurda; sin embargo, la tesis del idealismo tampoco es consistente, porque se puede decir que el objeto que pensamos es un contenido de la conciencia pero no que el objeto sea idéntico a este contenido, sino que es una representación o un concepto que se refiere al objeto, que por lo tanto sigue siendo independiente de la conciencia. De manera que al afirmar que existen objetos independientes de la conciencia esta independencia es un elemento del objeto y la inmanencia es el contenido del pensamiento, o sea que lo propio del objeto es lo que no puede ser pensado. El idealismo dice: "La realidad es causada por las ideas de la mente humana. No hay realidad independiente de la mente humana". Constata que todo lo que es real para él, es decir, que toda su estructura de conceptos y todas sus reglas de actuación, son el resultado de su sentir y de su pensar. No existen conceptos ni reglas de actuación fuera de su mente.

La Ilustración

El elemento central de la Ilustración fue el predominio de la razón; que en los siglos XVII y XVIII se consolidó como un movimiento intelectual en Europa; que transformó las ideas de Dios, la naturaleza y el hombre y fue una fuerza inspiradora en el arte, la filosofía y la política. Para los ilustrados todos los conceptos conocidos tanto en ciencia como en la religión debían ser investigados por pensadores libres.

La lógica inductiva y deductiva en las matemáticas y las ciencias naturales permitió el estudio del cosmos de una manera completamente nueva. La búsqueda de una religión racional llevó al Deísmo, al Escepticismo, al Ateísmo y al Materialismo. El Deísmo es la doctrina que reconoce un Dios creador de la naturaleza, pero no cree en la revelación ni practica cultos. El Escepticismo, es la filosófica que se basa en la incredulidad o duda sobre la capacidad del hombre para alcanzar el conocimiento. El Ateísmo, es la teoría que niega la existencia de Dios y que incluye a todas las doctrinas que presuponen que la materia es principio y causa del universo; y el Materialismo, es la concepción filosófica que sólo le da validez a la materia, los procesos sensibles, negando todo idealismo o espiritualismo; que en la ética está representado por el hedonismo, y en la historia por lo económico.

La Ilustración originó teorías psicológicas, éticas y políticas como la de John Locke y Thomas Hobbes. Locke, Bentham, Rousseau, Montesquieu, Voltaire y Thomas Jefferson aportaron sus pensamientos críticos frente al estado autoritario, creyendo en una forma superior de organización social basada en los derechos naturales.

Uno de los aportes más importantes de la Ilustración es el supuesto de progreso histórico de la humanidad.

Esta corriente europea caracterizada por la revisión, a la luz de la razón y de la experiencia, de la concepción del mundo y del hombre en todas las áreas partió de las transformaciones ideológicas del Renacimiento y se potenció debido a las revoluciones políticas y económicas que se produjeron en Inglaterra, donde tuvo su origen. Desde allí pasa a Francia donde adquiere sus características y de allí se extiende a toda Europa, inclusive a países eslavos y a América.

La tendencia más singular dentro de este movimiento lo constituye el enciclopedismo.

La Enciclopedia creada por los filósofos franceses en el siglo XVIII fue una de las principales obras de la Ilustración, que fue rechazada y censurada por el poder eclesiástico y por funcionarios gubernamentales conservadores. La Enciclopedia atrajo artículos de los principales pensadores de esa época, como Rousseau, Voltaires y Diderot, quienes eran denominados los enciclopedistas, por su escepticismo, su determinismo científico y su crítica a los abusos judiciales y clericales. Esta obra tuvo una enorme influencia como expresión del pensamiento progresista previo a la Revolución francesa.

En el campo de la filosofía se desplaza el interés desde la metafísica hacia la teoría del conocimiento dando lugar a teorías empiristas, críticas y materialistas y hacia el estudio de las ciencias naturales dando lugar a grandes avances científicos, presididas por el evolucionismo y el relativismo.

Políticamente es la época del Despotismo ilustrado que llevará a la división de poderes y desembocará en el parlamentarismo y a la vez a una subordinación del poder religioso al político.

Surgen las teorías republicanas, anticolonialistas y prosocialistas relacionadas con los intereses de la burguesía comercial e industrial y del trabajador rural medio.

En definitiva, la ilustración plantea los problemas con que se enfrentará el mundo, surgido de la revolución industrial, sin llegar a resolverlos.

El problema del conocimiento Francisco Bacon

Francis Bacon (1561-1622) es considerado en la Historia de la filosofía, el fundador de la “Filosofía de la Técnica”. Fue un gran crítico del pensamiento aristotélico y uno de los fundadores del empirismo inglés. El método que usó en sus investigaciones fue el “inductivo”, contrario al “deductivo” de Descartes, poniendo como base de todo conocimiento la experiencia, y, por ende, su interpretación racional.

Sus mayores preocupaciones consistían en crear una nueva ciencia que podría servir de instrumento para mejorar las condiciones de la vida humana en la Naturaleza. Comparó el saber científico y filosófico de su época a la de las “Hormigas” y las “Arañas.” Las hormigas estaban representadas por lo experimentalistas que “acumulan” experiencias durante toda su vida y pasan sin aprender absolutamente nada; y la de las “arañas” por aquellos que sólo viven hablando de todo sin saber nada. A los primeros (las hormigas) les podríamos hoy llamar a los “codiciosos y corruptos por el poder y las riquezas”, y a los segundos (las arañas), a los “sábelo-todos y especialistas en nada” que solo viven tejiendo castillos en el aire sin hacer absolutamente nada.

Bacon propone el modelo de la “Abeja” como meta final del saber científico. Estos insectos toman de las flores el “néctar’ y el “polen” transformándolas por medio de su sistema digestivo, en miel y cera. ¡Metafóricamente la abeja produce la miel de la sabiduría y la cera de las obras!

Bacon llamó a esta manera de abordar el verdadero saber “la experiencia con interpretación racional”. Para lograr hacer un verdadero cambio de mentalidad, propuso una nueva lógica experimental que debe tener la tendencia a dominar la naturaleza mediante el obrar. El fin de nuestra ciencia- decía- es encontrar no argumentos, sino artes…, no razones, probables, sino proyecto de obras.

Ahora bien, si queremos aplicar estos principios baconianos a nuestra realidad social, política y económica, nos encontraremos con una serie de obstáculos que nos impedirán tanto el avance como el progreso de la ciencia. A estos obstáculos, que son el producto de estos atrasos, Bacon los llamó “ídolos”, precisamente porque impiden el avance del progreso entre los pueblos. La metodología que él propone para sembrar la semilla del saber es primeramente destruir esos ídolos para posteriormente comenzar a sembrar el conocimiento. Francis Bacon clasificó estos ídolos en cuatro: “Idola Tribu”, “Idola Specus”, “Idola Fori” y por último el “Idola Theatri”.

Los ídolos de la tribu, se fundamentan en la naturaleza del ser humano que sólo se guía por sus sentidos. No tiene ni criterio ni ideas personales. Todo juicio que hace está en directa relación con los intereses de la familia, de la raza o la nación. Es una especia de egoísmo gregario que sólo protege sus intereses de grupo (Ejemplo: la familia, el partido, la empresa, etc.).

Los ídolos de la caverna, contrario a los anteriores, se basan en el individualismo y el egocentrismo de las personas. Cada individuo, dice Bacon, “llena su propia caverna en donde la luz de la ciencia y el saber se corrompen por las disposiciones individuales, fruto de la educación y el comercio con los demás hombres.” Cada persona juzga la realidad a como le parece que es y no como es. Decía Heráclito: “los hombres buscan la ciencia en sus particulares y pequeñas esferas, y no en la gran esfera universal.” El culto a la personalidad es un ejemplo de este ídolo.

Los ídolos del foro, tampoco dejan de ser un impedimento para el avance de la ciencia. Estos “ídolos” se dan como resultado de la vida social que influye mucho en los criterios personales. El “lenguaje” es el medio de comunicación por excelencia en la sociedad. El abuso del mismo crea no solo una distracción de sus verdaderos significados,

las palabras, sino también producen controversias, guerras e imaginaciones banales. “La carreta --como dice el dicho popular-- cuando hace ruido es que va vacía”.

Los ídolos del teatro, que están actualmente hoy representando por las “ideologías” de ayer y de todas las épocas. “Ideologizar” significa interpretar la realidad desde la óptica de una sola “idea” vigente. Las ideologías de moda suelen ser un serio obstáculo para la adquisición de la ciencia. Tal es el caso, por ejemplo, del marxismo, que es una interpretación dogmática y materialista de la realidad del ser humano y de la sociedad. Esta ideología no solo distorsiona y subvierte la realidad, sino que también le hace violencia. Los hechos históricos del pasado siglo XX confirmaron esta aserción.

Destruyendo estos cuatro ídolos o prejuicios que impiden el avance de la ciencia, Bacon propone su método y su ciencia para promover el progreso entre los pueblos.

El método inductivo de Bacon

Durante toda su vida, Bacon trato de reformar el saber, es decir, reorganizó el método de estudio científico, clasificó todas las ramas del conocimiento en función de la mente y las catalogó en memoria, razón o imaginación, haciendo un esquema al que nombró, “la gran instauración”.

Se da cuenta de que el razonamiento deductivo resalta a expensas del razonamiento inductivo, su principal propósito era redactar una inmensa historia natural, que pudiera abrir el camino a una filosofía inductiva. Al mismo tiempo llegó a la conclusión de que los científicos deben ser ante todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la observación y la experiencia sensible, con esto hace referencia al uso del empirismo, donde realiza una

crítica extensa al método aristotélico, ya que consideraba que la verdad solo puede alcanzarse mediante la experiencia y el razonamiento inductivo.

El método inductivo que creó intentaba facilitar un instrumento para analizar las experiencias, para esto era necesario hacer una recopilación intensa de casos concretos del fenómeno estudiado para una inducción posterior, vigilando las características o propiedades comunes entre ellos, según Bacon, este procedimiento debía de llevar las particularidades a una generalidad.

Se le reconoce haber aportado la Lógica al método experimental inductivo, ya que, anteriormente solo se podía realizar mediante conclusiones generales, su método consistió en deducir a partir de las semejanzas en las características o propiedades del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto, en otras palabras el conocimiento se basa ante todo en la experiencia. Este método represento un gran avance en el método científico y significo una mejora en las hipótesis científicas.

Conclusión

La Edad Moderna fue uno de los momentos más innovadores en la filosofía occidental, durante el cual las nuevas teorías de la mente y la materia, de lo divino y de la sociedad civil - se propusieron - entre otros. Aunque sus límites no se resuelven fácilmente, que se extiende aproximadamente entre fines de los catorce cientos y finales de los cientos decimoséptimo. Entre sus protagonistas, figuras como Descartes, Locke, Hume y Kant.

Las raíces de la filosofía moderna temprana se remontan tan lejos como el siglo XII, hasta el momento más maduro de la tradición escolástica. Las filosofías de los autores como Aquino (1225-1274), Ockham (1288-1348), y de Buridan (1300-1358) concede plena confianza a las facultades racionales humanos: si Dios nos dio la facultad de razonamiento, entonces vamos a confiar en que a través de tal facultad que puede alcanzarse la plena comprensión de los asuntos mundanos y divinos.

Podría decirse, sin embargo, que el impulso filosófico más innovador se produjo durante el siglo XIV, con el aumento de los movimientos humanistas y renacentistas. Gracias a la intensificación de las relaciones con las sociedades no europeas, el conocimiento del griego (una novedad con respecto a los estándares de los intelectuales europeos), y la generosidad de los magnates que estaban apoyando a sus investigaciones, los humanistas redescubrieron los textos centrales de la época griega antigua; nuevas olas de platonismo, aristotelismo, el estoicismo, el escepticismo y el epicureísmo, que gran influencia tendrán sobre figuras clave de la filosofía moderna.

Con la filosofía moderna surge un cambio en interés de los pensadores desde el Teocetrismo y la disputa entre la razón y la fe de la filosofía medieval, hacia el antropocentrismo y el desarrollo de la ciencia.

Los problemas que se plantean los filósofos modernos están relacionados con el conocimiento y su veracidad. Cómo se llega al conocimiento y cuán confiable es ese conocimiento. Para dilucidar esos problemas se presentaron diferentes posturas entre las que destacan: El racionalismo, el empirismo y el idealismo.

Bibliografía

COPLESTON, Frederick (2000-2004). Una Historia de Filosofía. Barcelona: Editorial Ariel. SUAREZ, Ángela. Cuaderno Analítico de la Filosofía Moderna [en línea]. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/187368750/ANGELA-SUAREZ-Cuadreno-Analitico-deFilosofia-moderna VERNEAUX, Roger (1977). Historia de la Filosofía Moderna. Barcelona: Editorial Helder.