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EN LA BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO, ¿PODEMOS SABER CUÁNDO FIARNOS DE NUESTRAS EMOCIONES? CONSIDERE LA HISTORIA Y EL ARTE.

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EN LA BÚSQUEDA DEL CONOCIMIENTO, ¿PODEMOS SABER CUÁNDO FIARNOS DE NUESTRAS EMOCIONES? CONSIDERE LA HISTORIA Y EL ARTE.

María Curros Espiño Nº Candidata: 000548-007 Teoría del Conocimiento Nº palabras: 1517 Instituto Rosalía de Castro Santiago de Compostela España

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En la búsqueda del conocimiento, ¿podemos saber cuándo fiarnos de nuestras emociones? Considere la historia y el arte. María Curros Espiño Antes de comenzar este ensayo, procederé a definir los términos emoción y conocimiento, los dos principales pilares de este estudio. Las emociones, como afirma Damasio en El error de Descartes1, son parte de nuestro sistema innato de respuestas ante lo estímulos que forman parte de nuestro mundo y que nos permiten reaccionar de forma inmediata sin necesidad de pensar. Suelen provocar el desarrollo de sentimientos. Pero estos sentimientos tienen notarias diferencias con respecto a las emociones, empezando por su duración, mientras que las emociones suceden en un instante y durante poco tiempo, los sentimientos, suelen perdurar y estos normalmente influyen a la hora de la búsqueda del conocimiento. Por otro lado el conocimiento, es el modo en como el ser humano se apropia de su mundo, a lo que le rodea y a las experiencias vividas. Tras ver estas dos definiciones, pasaremos ahora a analizar cómo afectan estas emociones y qué relación tienen con estas dos áreas de conocimiento, el arte y la histora. Después se llegará a una conclusión en la que se determine si es posible fiarnos de nuestras emociones o no. El arte constituye un área de conocimiento muy amplio de difícil concreción. Es complicado definir claramente qué es y qué incluye, ya que engobla distintas manifestaciones artísticas, con bastantes diferencias entre ellas. No obstante, en todas ellas, las emociones juegan un papel sumamente importante, ya que esta área en su totalidad es algo completamente subjetivo. Puede definirse como "lo bello”, transmisión de una idea de belleza jugando con formas, colores, luces…2 Se define también como un vehículo de comunicación, de transmisión y por lo tanto, de expresión emocional. Uno de los principales objetivos del arte es comunicar, mediante él se expresan ideas, emociones e incluso una visión del mundo, lo que A través de las diversas formas que puede tener el arte como la literatura, la pintura, la arquitectura, la música, el teatro, el cine… se nos abre un mundo lleno de sentimientos y emociones, pero con la peculiaridad de que cada persona lo vive de una manera distinta, por eso se nos plantea el debate sobre qué podemos considerar arte. __________________ 1

El arte como medio de expresión, suplementos ABC, edición impresa http://www.abc.com.py/edicionimpresa/suplementos/escolar/el-arte-como-medio-de-expresion-216546.html 2 Antonio Damasio, El error de Descartes, Destino, 2011.

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Muchos artistas intentan provocar estas emociones en aquellos que observan sus obras, jugando con sus sentimientos y emociones. La arquitectura, por ejemplo, manipulando y trabajándolas formas y los espacios y las estructuras, es capaz de transmitirnos emociones de exaltación, orden, desorden, equilibrio o desequilibrio. La pintura, a través del color, la textura o el trazo, y la música, mediante el sonido, el ritmo o la melodía, nos pueden sugerir emociones de placidez, inquietud, tranquilidad, tristeza o alegría. La lectura de una novela hace que experimentemos las emociones que se describen y que siente cada personaje como si las estuviésemos viviendo en primera persona, haciéndonos partícipes de la historia que se cuenta. También muchas obras, mediante su contenido, son capaces de influir, además de nuestros sentimientos, en nuestra forma de pensar y ver el mundo. Por ejemplo, pongamos por caso el famoso cuadro del pintor Francisco de Goya Los fusilamientos del 3 de mayo (1814)

Este cuadro, con la

representación del asesinato a civiles, estaba destinado a despertar el odio hacia los franceses en España. Fue concebido como un episodio nacionalista. Goya sabía muy bien que emociones quería transmitir a aquellos que observasen su obra. Actualmente, si observamos este cuadro, también nos impresiona, porque sabemos que esos hechos fueron reales y es algo que influye en nosotros, casi sin poder evitarlo. Lo mismo ocurre con otros cuadros que representen algún hecho histórico, como Guernica de Picasso, al ver ese cuadro y saber que algo que ocurrió de verdad está representado, nuestras emociones son las que mandan. Y en cambio, si observamos una imagen en blanco con algo dibujado, por ejemplo, un punto, la emoción que suscitará será muy distinta a la que obtengamos con los cuadros anteriores. Y así con cualquier manifestación del arte; observando una escultura, viendo una obra de teatro o escuchando una canción, entramos en otro mundo en el que manda nuestra percepción y nuestra manera de ver las cosas, que influyen en nuestros sentimientos. Podemos manifestar que una obra artística, por muy simple o compleja que sea, siempre va a tener una impronta diferencia en cada persona, pero tiene que tener algún mensaje o transmitir algo, porque creo que, desde mi punto de vista, una obra vacía de personalidad no puede considerarse arte. Relacionado con esto, el arte también es una forma de adquirir conocimiento, no solo a través de nuestra percepción, sino también a través de las experiencias que se adquieren y las diversas perspectivas y opiniones que obtenemos. Y como hemos visto

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en los ejemplos analizados, a través de al arte podemos obtener conocimiento histórico, y de esta forma queda ligada con la historia, de la cual hablaremos a continuación. En la historia, nos encontramos con el problema de la subjetividad. La historia requiere una visión objetiva y contrastada de los hechos ocurridos, una visión objetiva, sin que en ningún momento influyan los sentimientos. Para conocer lo que sucedió en años anteriores, a menudo se recurre a distintas fuentes históricas en busca del conocimiento de lo acontecido. Pero, a menudo, cuando observamos alguna fuente, podemos observar en ella una versión propia del historiador, sobre todo si se trata de hechos que influyeron en él directamente o dependiendo a que escuela historiográfica pertenezca. Por ejemplo, si un historiador tiene que hablar sobre la Revolución Rusa de 1917, no es lo mismo que ese historiador sea soviético que un historiador que sea occidental, el historiador soviético, al hablar de algo que ha cambiado la historia de su país, escribirá el hecho de una forma más subjetiva que el historiador occidental. Los historiadores también se sentirán afectados según el suceso del que tengan que escribir. No es lo mismo hablar de los campos de concentración de Auschwitz y de los crímenes contra la humanidad allí cometidos, que hablar sobre el desarrollo de la industria española a lo largo del siglo XIX. Al hablar de Auschwitz nos plantea una pregunta: ¿Se puede comprender la realidad de los campos de concentración sin emoción? La respuesta, probablemente, será no, sin emoción difícilmente se dará la comprensión. Así una cosa será informarnos de lo que allí ocurrió, para ello la labor del historiador es fundamental, ahora bien, siempre me cabe la duda de sí dicho estudioso puede llegar a mostrar lo que allí ocurrió sin reflejar un juicio valorativo sustentado en las emociones que dicha crueldad le provoca. En cambio, el historiador que se encargue de escribir el desarrollo de la industria, tendrá una mayor carga objetiva, en realidad, esas inquietudes son las que decidirán cómo va a ser descrita la situación. El problema de estas fuentes, para quien las lee, es la cuestión de emociones y sentimientos, el lector únicamente conocerá la propia versión del historiador y no la realidad tal y como pasó. Sin embargo, aunque las emociones puedan predominar en las fuentes históricas, siempre se podrá conocer la historia de una manera objetiva. Y de cierta forma, aunque a veces las emociones puedan perjudicar a la hora de la búsqueda del conocimiento, en ocasiones son necesarias porque un hecho lo consideramos relevante o no según el impacto emocional que provoque en cada persona. Cada uno se “identifica” con un suceso diferente, pero obligatoriamente debe existir una emoción para que lo relevante de la historia sea comunicado.

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Como hemos visto y analizado a lo largo de este estudio, las emociones influyen, casi sin poder evitarlo, a la hora de obtener conocimiento en estas dos áreas de conocimiento. Aunque también se ha intentado mostrar que estas influencias no tienen por qué ser solo negativas, también pueden ser positivas, como hemos visto en el caso del arte, las emociones son el elemento fundamental a la hora de juzgar y conocer una obra de arte. En el caso de la historia, no siempre resultan beneficiosas a la hora de consultar una fuente sobre un hecho histórico, ya que siempre encontraremos lo escrito según la perspectiva propia del autor y no es recomendable guiarse por su punto de vista ya que pueden llevar a un conocimiento acompañado de una tendencia hacia algo específico, aunque ciertos hechos históricos, como hemos visto con el ejemplo de los campos de concentración, no se pueden analizar y comprender sin emoción, además las emociones en la historia ayudan a quizá darle una mayor importancia y a causar un mayor impacto entre las personas.

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FUENTES CONSULTADAS: El arte como medio de expresión, suplementos ABC, edición impresa http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/escolar/el-arte-como-medio-deexpresion-216546.html, (fecha de consulta: 01 – 03 -2013) DAMASO Antonio, El error de Descartes, Destino, 2011.

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