Ensayo Principios y Valores en La Educacion

PRINCIPIOS Y VALORES PERDIDOS EN LA NIÑEZ (GENERADOS DESDE LA FAMILIA) NUESTRA MISION COMO DOCENTES Y PADRES DE FAMILIA

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PRINCIPIOS Y VALORES PERDIDOS EN LA NIÑEZ (GENERADOS DESDE LA FAMILIA) NUESTRA MISION COMO DOCENTES Y PADRES DE FAMILIA EN ESTE MUNDO ES: EDUCAR. Mucho se dice respecto a la pérdida de valores y principios en la niñez de hoy, cada generación realiza un balance de correlación entre lo que era antes y lo que es ahora la proyección del comportamiento de la niñez, esto no sólo en las comunidades urbanas, sino, también en el área rural, pero es evidente que se manifiesta en diversas clases sociales. Para hacer referencia a los principios y valores, es indispensable e ineludible hablar de la familia nuclear; quienes vienen de una misma sangre, de una misma casa, especialmente el padre, la madre y los hijos e hijas. La familia es uno de los principales pilares de la sociedad, es en ella en donde se otorga el ejemplo y principalmente el amor. Cuando en la familia no se practican valores y principios, se está, por lo tanto, fomentando en sus miembros una amenaza para la sociedad. Para evitar que la niñez se convierta en una amenaza social cuando éstos sean adolescentes o adultos, es indispensable y urgente que en el hogar se tengan modelos de comportamientos dignos de imitación como lo indica la Psicóloga Anita Wolfolk: “En los primeros ocho años de vida del ser humano, se fundamenta el carácter, el comportamiento y la actitud.” 1 Esto implica que, de la familia depende que los seres humanos crezcan con valores y principios bien definidos, una vez se les permita a los niños y niñas actuar de manera incorrecta, seguramente no habrá quien pueda corregirles cuando pasado el tiempo, éstos actúan de manera desordenada en la vida. Por otra parte, el psicólogo Gean Piaget, aporta que el ser humano genera su aprendizaje a partir de tres tipos de actividades cognoscitivas: 1

Anita Wolfolk, Psicología Educativa, (México: Editora de DF, 1998), 167.

La asimilación, por su parte, es la etapa en que el niño o niña se adapta a una nueva experiencia, a partir de una estructura o esquema existente. Por ejemplo, el niño tiene un esquema del concepto de la verdad, basado en la experiencia, desde la forma en que sus padres y hermanos inculcan una supuesta verdad, sin embargo sabe que se está refiriendo a su propia verdad, como cuando el papá o la mamá le dice que cuando alguien lo busca, responda mi papá no está, aunque sepa que es todo lo contrario. La etapa de Acomodación, mientras tanto, es una actividad de adaptación que implica un cambio en los esquemas existentes. Por ejemplo cuando determinado niño o niña se apega a lo que le dice su modelo escolar, que es el maestro o maestra, respecto a la forma de realizar alguna tarea; si en el hogar, se le quiere orientar al respecto, no fácilmente acepta otra opinión más que la del docente, sin embargo conforme adquiere experiencia y conoce nuevos esquemas, así acepta las correcciones o aportes de sus padres u otras personas que no sean su docente. Existe otra etapa, que es la Adaptación, que representa la incorporación de nuevos esquemas, como producto de la asimilación y la acomodación, de esta manera poder utilizar los nuevos aprendizajes y ajustarse a su entorno inmediato. Por ejemplo, todo niño y niña, desde el hogar experimenta cosas nuevas y diferentes, desde la forma de hablar, vestirse, comer, hacer las tareas, como en otros ámbitos, cada experiencia le sirve para reforzar otras o para corregir comportamientos. Lo anterior, significa que según estudios científicos, demuestran que en la etapa de la niñez, es en donde se debe de fomentar a partir del buen ejemplo y en el seno de la familia, todo aquello cuanto pueda ser beneficioso para la educación de las personas. Bárbara C. Unell, psicóloga de Estados Unidos, en su libro. Veinte valores que usted puede transmitirles a sus hijos, aporta que: “El primer y

más importante maestro de virtud y carácter que puede tener un niño es el adulto que se ocupa de él.” 2 A través de las pautas dadas por dicha persona, cada niño puede aprender lo que se siente al confiar en que alguien siempre está allí, dispuesto a darle amor incondicional y a satisfacer sus necesidades básicas. Esta experiencia de recibir amor incondicional es la primera lección sobre la cual reposarán todas las demás lecciones de virtud y carácter. En el contexto de un verdadero amor, los bebés, niños y niñas, empiezan a aprender lo que está bien y lo que está mal a través de la interacción de su ambiente y de descubrir que las personas adultas ponen límites a lo que les está permitido o no permitido hacer. Así se inicia el proceso por medio del cual un niño se convierte en una persona que puede vivir en un mundo civilizado. Es decisivo para las familias entender el hecho de saber educar en los valores a sus hijos e hijas porque el amoldamiento del carácter moral de la niñez depende de dos variables principales: 1. La composición distintiva del niño o niña, pues los hay: seguros de sí mismos-pasivos, extravertidos-introvertidos, tristes-alegres, tranquilosinquietos, tímidos-audaces y de algunos puntos de vistas en cuanto a la idea del feminismo o machismo. 2. Las habilidades aprendidas de los padres o de otros adultos, que están moldeando la arcilla (niño-a) la cual puede variar dentro de la misma familia e incluso en el curso de un mismo día. Todo depende de la educación que los padres otorguen a sus hijos, pues hoy y en el contexto,

se encuentran muy escasos ejemplos de familias que

demuestran equilibrio entre sus deseos personales con las necesidades del grupo social (la familia, el vecindario, la escuela, la iglesia..) pues la gente antepone todo el tiempo sus propios deseos y necesidades a los de los demás.

2

Bárbara C. Unell, Veinte valores que usted puede transmitirles a sus hijos, (Estados Unidos: Sprintter, 2001),75.

Por lo anterior, se puede decir que en los mismos hogares, en las escuelas y en cualquier parte de la sociedad, se comenta el mal comportamiento de niños y niñas, a menudo se escucha decir: no saludan, ni respetan a los demás, son mal hablados, no son responsables en sus tareas, no les gusta estudiar, ni prestan atención, no son serviciales, entre otras expresiones, sin embargo para corregir y evitar esos malos comportamientos, es importante fomentar los valores en la familia como el compartimiento en cuanto a tiempo, amor, la convivencia del amor en familia, la orientación, basada en la buena comunicación, tanto entre padres como de padres a hijos, de manera que cuando exista algo que corregir, no sólo se busquen culpables, sino, se asuman responsabilidades. Hace falta inculcar el valor felicidad de esposa a esposo y viceversa, la fidelidad en sus responsabilidades como padres, de manera que los hijos sean fieles a la responsabilidad de corresponder a los esfuerzos de sus padres. Es notable que se ha perdido mucho la fidelidad a la vedad, pues se les inculca a los hijos a mentir, a crecer en un ambiente de mentira y falsedad, de esa cuenta, los niños mienten en la escuela, en la calle, en la iglesia y en la misma casa. Se requiere también fomentar la humildad, para saber vivir con generosidad, pues muchas veces los niños dejan de ser humildes o simplemente no lo son, dado que sus padres actúan con vanidad y orgullo a partir de cosas pequeñas. Tanto el padre como la madre, tienen y deben de ser buenos maestros en su casa, pero a veces esa responsabilidad la evaden, dejándosela a los maestros de la escuela. Los padres tienen la misión de corregir y disciplinar a los hijos a través de la buena comunicación, el compartimiento y la vivencia del amor, pues Amor, significa corregir, no dejarles pasar aquellos comportamientos malos; la misma biblia lo dice en Proverbios 19, 18. “Corrige a tu hijo mientras haya esperanza,

mas no se apresure tu alma para destruirlo” 3, al respecto, los niños y niñas deben de crecer con la imagen de autoridad de sus padres, significa saber corregirlos en el momento indicado y justo, no significa destruirlos o maltratarlos, pues entonces deja de ser corrección. Por otra parte, en Proverbios 13, 24. dice: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece, mas el que ama, desde temprano lo corrige”, No cabe duda que corregir es Amar, corregir a tiempo, pues de allí se inculcan los valores y principios tanto morales, de urbanidad, religiosos y éticos, es de reconocer que los valores se han perdido y deteriorado por diversas causas como la influencia de otras culturas, la televisión, el mal uso de la tecnología, las modas, la falta de atención y estímulo por parte de los padres, entre otras. Lo que demuestra ser el niño o niña, no es más que la imagen de los padres. Los padres están obligados a ser el digno ejemplo de amor y temor a Dios. Para finalizar con este tema importante, es importante recalcar que: en los maestros y maestras, está la misión de humanismo de inculcar con el ejemplo, la práctica de principios y valores, respeto a la dignidad de cada niño y niña, porque de alguna manera, cada uno se convierte en padres de las y los estudiantes. Todo padre o madre, han de reconocer que:

“Educar a seres humanos responsables, atentos y amables, es el importante, exigente y gratificador desafío. Lo que hagan cada día, lo que digan y la manera como actúen, influirá en la conformación del futuro de nuestro pueblo, de la sociedad más que cualquier otro factor.” 4 Se debe de educar hoy a partir de los principios y valores y tener la esperanza que mañana habrá ciudadanos que vivan en el amor. Por consiguiente se puede decir que los valores representan la riqueza del ser humano y mediante su práctica, se logran grandes satisfacciones a o lardo de la vida, y es en el hogar en donde se han de inculcar mientras la escuela los refuerza y revaloriza.

3

Sociedad Bíblica Católica Internacional, La Biblia Latinoamericana, (Madrid España: Editorial Verbo Divino, 2009),737. 4

Prensa Libre, Columna dominical, los valores humanos, (Guatemala: Prensa Libre, 2016), 39.