Ensayo Humanidades

ENSAYO DE HUMANIDADES IMPORTANCIA DE LAS HUMANIDADES CIPA CERETE 2019: DINA LUZ GONZALEZ SANCHEZ SEIDA LIZ HENAO PEREIR

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ENSAYO DE HUMANIDADES IMPORTANCIA DE LAS HUMANIDADES

CIPA CERETE 2019: DINA LUZ GONZALEZ SANCHEZ SEIDA LIZ HENAO PEREIRA JESSICA PAOLA HIGUITA DE HOYO CECILIA MARIA OBREGON ANAYA MARIA JOSÉ ZAPA DORIA

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS PROGRAMA DE ADMINISTRACION FINANCIERA CUARTO SEMESTRE CENTRO TUTORIAL CERETE CERETE/CORDOBA

2019

IMPORTANCIA DE LAS CIENCIAS HUMANAS En la sociedad en la que vivimos nos encontramos con variadas situaciones donde observamos la actitud de los seres humanos en convivencia, algunas de estas actitudes no siempre resultan ser buenas o agradables para la comunidad del individuo que las ejecuta y algunas otras son dignas de ser exaltadas. Las ciencias humanas han analizado y estudiado al hombre desde su historia, desde que el hombre ha tenido contacto con este mundo y con el medio que lo rodea, sus relaciones con otros humanos, la naturaleza, los animales y de cómo se desenvuelve entre ellos, que recibe de estos y como retribuye lo recibido. Las humanidades hacen un gran aporte al hombre, puesto que le permite reconocerse y reconocer en otros sus aptitudes, pensamientos y forma de actuar, lo cual le ha abierto el gran camino a la evolución y la convivencia en sociedad. A partir de los estudios realizados por las ciencias humanas, el hombre reconoce el arte y la literatura como medio de expresión donde se plasman los sentimientos y percepción del mundo que tiene el ser humano los cuales quiere compartir al mundo y que en muchos casos encuentra adeptos o copartidarios de los mismos sentimientos o apreciaciones. A través de la historia estas formas de expresión también han servido para el análisis del comportamiento humano y son la prueba más fehaciente de algunos sucesos muy debatidos por las ciencias, la política y la sociedad en general. El ser humano como ente naturalmente sociable requiere de las relaciones interpersonales y esta necesidad le ha llevado a buscar la mejor forma de convivir en armonía con sus congéneres y con las otras especies del planeta, por ello a lo largo de la historia ha regulado su comportamiento a través de normas o reglas que mantengan una convivencia en paz. En esta búsqueda de la armonía y de la evolución, las humanidades han aportado al dilucidar sobre el pensar, el sentir y el actuar del ser humano al enfrentarse a

distintas situaciones. Este conjunto de disciplinas aborda los elementos más sensibles del ser humano, como son la cultura, el arte, la religión, la comunicación y su historia. En el caso de globalización y la tecnología, podemos observar que cada persona tiene un pensamiento distinto, en la búsqueda de su beneficio personal, del yo y solo yo, del temor de expresarse personalmente y hacerlo a través de lo que hoy llamamos redes sociales, lo cual está llevando al ser humano a deshumanizarse y volverse cada vez más individualista. Pero aun así, las humanidades hacen su aporte aunque sea a través de estos medios tecnológicos que hoy nos absorben. Se siguen estudiando los comportamientos humanos y la adaptabilidad de este ante los cambios de su mundo externo, el cambio de su modo de pensar y de la forma de expresarse, su cambio de comportamiento y de interacción. Si observamos, las humanidades están hasta en lo que consumimos, las disciplinas de mercadeo son muy estudiosas del comportamiento humano y basan sus actividades, y porque no decir su éxito, en tener un amplio conocimiento de lo que el hombre sabe, quiere, desea y puede obtener o hacer para obtenerlo. Un producto no es lanzado al mercado sin antes realizar un estudio de mercadeo, donde se observan las necesidades de un mercado. Y quien es el mercado? Los seres humanos, que tal vez necesitemos o queramos un producto, bien sea porque nos sirve, nos llama la atención o nos parezca muy fascinante poseer. Donde dejamos a la política y la influencia que puede ejercer el pensamiento negativo o positivo que podamos tener de nuestros posibles gobernantes, de la historia que le rodea al estado a gobernar y de la experiencia que quizá queramos o no repetir de un mal o buen gobierno anterior. Es algo a tener en cuenta tanto por los votantes como por los elegibles, quienes ponen a funcionar toda su maquinaria en el análisis del pensamiento humano con respecto a si son de la preferencia o no del pueblo votante y crean campañas que activan ciertas partes del pensamiento humano para influenciarlo positivamente a su favor.

En la economía no está por fuera el estudio humanístico, ya que las tendencias del ser humano en la preservación de su vida, su educación, su crecimiento profesional su desarrollo económico en la sociedad, deben ser analizadas para direccionar a que aspecto micro y macro económico deben apostar las entidades o personas a cargo de estas disciplinas. El estudio de las humanidades se hace imprescindible en todos los aspectos de la vida del ser humano. Cada movimiento de este estará ligado a un raciocinio que se desprende de su experiencia sumada a la expectativa que tiene sobre algo en particular. Físicamente somos la especie humana que habita en este planeta, pero más que eso, tenemos una realidad social que nos hace humanos y que debe ser comprendida, estudiada, interpretada y hasta modificada de ser necesario, lo cual es tarea de las ciencias humanas. Como su nombre lo dice, son ciencia por tanto su objetivo siempre será la demostración de hechos o de obtención de conocimiento a través de la experimentación y la observación. Obviamente en las ciencias humanas el objeto de estudio es el ser humano. El objetivo principal es el de comprenderse a si mismo, su comportamiento, sus condiciones y los logros que puede alcanzar o que ha alcanzado. En definitiva y como conclusión, las humanidades podrían llamarse las ciencias básicas de toda ciencia hoy en día, ya que hasta los fenómenos naturales están siendo condicionados por el comportamiento humano, al ser advertidos y lamentablemente en algunos casos hasta causados por este. No se debe perder o demeritar el estudio humanístico, mucho menos ahora que el planeta entra en un estado casi que de reinicio, debido al mal comportamiento del ser humano quien parece haber perdido su humanidad. La pérdida de interés en las humanidades no es un tema nuevo y quisiéramos aportar a este ensayo la referencia de un artículo de opinión escrito por Mauricio González Zapata en la revista semana:

“¿Estamos ante el fin de las humanidades? La búsqueda por encajar en los estándares internacionales ha relevado los estudios humanísticos y el pensamiento crítico en Colombia a un segundo plano Hoy como nunca antes deseamos ser cada vez más “auténticamente humanos”. En otras palabras: poder ser más y no solo tener más. Pero, también como nunca, hemos fracasado en el intento: dejamos de plantearnos cuestiones fundamentales porque no vemos lo esencial y nos quedamos en lo aparente, permitiendo que la falsedad irrumpa en nuestras vidas y nos convierta muchas veces en seres huecos, rellenos de paja y atiborrados de información. Hemos hecho de nosotros mismos una caricatura. El hombre de estos tiempos convulsos en los que vivimos ha perdido la capacidad de percibir la realidad tal cual es. Las ideologías imperantes que han producido una reducción antropológica, el estrés y la agitada vida del mundo son solo algunas causas que han generado este declive en la facultad de percibir la realidad que aqueja al ser humano. Es la mirada del artista, esa es la que necesitamos para volver los ojos hacia nuestro interior y ver con renovada frescura la realidad y en ella al hombre con toda su dignidad y potencial. Una visión más profunda y receptiva, una conciencia más intensa, una comprensión más aguda y perspicaz. Las humanidades capacitan al ser humano para llevar una vida verdaderamente humana, ellas permiten hondura y profundidad en los conocimientos y brindan las herramientas necesarias para juzgar críticamente su ser personal y el mundo en el que habita. Flaco favor se hace a la educación si se entiende el progreso en los términos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que subordina la educación a la maximización de la ganancia con la menor inversión posible. Lo que, en palabras de la filósofa estadounidense Martha Nussbaum, se denomina la mercantilización de la educación.

Detrás de las políticas que impulsa este organismo se esconde un propósito: modelar ciudadanos y trabajadores incapaces de pensar de forma crítica y, así mismo, expertos en trabajos tecnificados adaptados al consumismo deshumanizado y utilitarista donde la dignidad y el valor de la persona humana han sido reducidos a la mera utilidad. Algunos medios de comunicación han tenido cierta responsabilidad en el esfuerzo de muchos sectores para que las humanidades desaparezcan de la escena educativa ya que al combinar lo visual con lo auditivo, que en sí mismo no es malo, crearon una audiencia que detesta la reflexión crítica y fomentaron cierta enajenación de los problemas reales en lugar de ilustrar y enriquecer la imaginación y el pensamiento. Hoy se considera a las humanidades como inútiles para la formación o, más bien, para la instrucción del nuevo individuo de acuerdo con criterios y necesidades establecidas por la globalización mal entendida. Aunque en los documentos de la OCDE y el proyecto TUNING (instrumentos orientadores para la nueva educación) no se dice explícitamente que las humanidades deban ser excluidas, al no mencionarlas en los análisis quedan marginadas de las estrategias educativas. Si los colegios y las universidades pretenden realizar una formación seria e integral de la persona no pueden excluir de sus currículums las asignaturas enmarcadas dentro del área de humanidades. Si actúan así, solo irán en detrimento de su razón de ser, pues no lograrán orientar a sus estudiantes en la dirección de contribuir al desarrollo de sus disciplinas y reaccionar de forma crítica frente a las continuas transformaciones que afectan sus propias vidas, permitiéndoles construir sólidos mundos racionales, morales e históricos. Desconocer el papel de las humanidades en la formación profesional es excluir y pisotear el patrimonio cultural, el pensamiento religioso, las éticas deontológicas y otros saberes prácticos que, consecuentemente, convertirán los centros de estudios superiores en instituciones muertas en espíritu, dedicadas a impartir un saber pobre. Cabe preguntarse entonces cómo los diferentes sistemas de enseñanza

universitaria están garantizando a sus estudiantes el acceso a la diversidad de los estudios humanísticos, articulados con los planes de estudio de cada facultad. Las humanidades están amenazadas en la actualidad por una serie de vicisitudes como la radicalización de tendencias mal llamadas culturales, condicionamientos políticos y limitaciones económicas, a menudo al interior de las instituciones educativas, que pretenden innovar en la educación sin respetar el ser mismo de las cosas. Incluso, muchos avalan el capricho de los estudiantes que demuestran apatía por este tipo de asignaturas, incapaces de salir de su zona de confort y de utilizar el juicio crítico, convirtiéndose en “idiotas culturales” y a la sociedad en la “sociedad de la incultura”, como lo afirmaba Ortega y Gasset. Los estudios humanísticos articulados adecuadamente en los programas académicos de cada carrera generan una riqueza interdisciplinar que ofrece al futuro profesional conocimientos complementarios que permiten también valorar las distintas culturas. La innovación no debería desestabilizar la enseñanza de las humanidades en la educación superior. Por el contrario, debe favorecer y orientar la promoción del desarrollo de habilidades éticas, la aptitud al pensamiento crítico y la capacidad de diálogo intercultural – interreligioso de manera colectiva para explicitar el saber teórico y práctico a partir de los problemas cotidianos a los que se enfrentan los alumnos. Una actitud reflexiva que ayude a controlar la crisis de orientación e identidad que caracteriza nuestra época. Esta valiosa capacidad de reflexión puede desarrollarse a partir de la enseñanza de asignaturas como la Historia, la Filosofía, el Arte, la Literatura, la Cultura e Historia de las Religiones, entre otras. Ese argumento que está a favor de una formación más científica y técnica, y va acompañado de una depreciación de las materias humanísticas, es erróneo, pues estas benefician un arraigo sólido en la identidad cultural de las distintas naciones. Es muy importante, entonces, identificar cómo los diferentes sistemas de enseñanza universitarios permiten realmente, a pesar del debate contemporáneo, el

aprendizaje enmarcado por el cultivo de lo propiamente humano o si,

por el

contrario, en los de modelos pedagógicos se esconde la intención de sepultar los estudios humanísticos como complemento de la formación integral de los jóvenes. Con el pretexto de introducir novedades, terminan desfigurando lo que son en realidad las humanidades y su papel fundamental en la educación y en el constructo social, lo que conduce a la muerte de la mente crítica y creativa, a la decadencia de la sociedad y a la inversión de la escala de valores humanos. Necesitamos, hoy como nunca, volver a ocuparnos de nosotros mismos, de lo que es el hombre y de todo esto es de lo que se encargan los estudios humanísticos.”1

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Gonzalez Zapata Mauricio A. (2017) ¿Estamos ante el fin de las humanidades?- Articulo de opinión Revista Semana 8/9/2017