• Author / Uploaded
• Diego Jurado

Citation preview

Diego Fernando Jurado Gómez ID: 299228

1

El matrimonio, un derecho de todos El matrimonio igualitario, también llamado matrimonio entre personas del mismo sexo ha existido a lo largo del tiempo, desde la antigua Roma hasta inicios del siglo XIX, pero debido a que la occidentalización del globo llevó a esta práctica casi a la desaparición total durante los siglos XIX y XX, y posteriormente reintegrándose en gran medida en lo corrido del siglo XXI. Las primeras leyes en aparecer para reconocer este matrimonio se dieron a conocer en la primera década del siglo XXI, hasta el momento se ha logrado legalizar en 26 países en los que se resaltan los de Europa occidental, Canadá, Estados Unidos y varios países latinoamericanos, destacando Colombia y México. Estos últimos fueron países latinos que a pesar de ser aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo, hay un alto índice de rechazo, por consiguiente, están en contra de esta práctica por la cultura conservadora, machista y religiosa. Lo que llevó a las personas a promover esta práctica fue la vulneración de ciertos derechos de las personas que llevaban una relación sentimental con una persona de su mismo sexo y deseaban contraer matrimonio, siendo esta la única oposición para negarle derechos como la adopción, beneficios legales, por ejemplo, la pensión de viudedad, la declaración de la renta o el derecho a la herencia, etc., entre muchos otros que una pareja heterosexual da por hecho que tiene y que se velará su cumplimiento. El principal problema es el rechazo de comunidades conservadoras, en su mayoría religiosas, que afirman que el matrimonio igualitario atenta contra la familia porque esto conlleva a que quieran tener hijos y establecer una, teniendo como principal argumento, que debe estar formada por un hombre y una mujer para el correcto desarrollo de una

2 familia, además de no enseñarle los valores propicios, siendo esto completamente oponible con las familias de padres y madres solteros o padres divorciados, entonces ¿ellos no son considerados una familia? ¿Acaso no tienen derecho a cuidar de sus hijos o a tener y adoptar otros?, por otra parte, los valores en la crianza de un niño tienen que ver en como los harán llegar sus padres, según su criterio y creencias, por este motivo no serán malos simplemente por venir de una persona con orientación sexual diferente. Sin embargo, si se promocionará el matrimonio igualitario y esas personas quisieran formar una familia optarían por la adopción, dándole amor, educación y una buena calidad de vida en la que pueda desarrollarse, además de tener un mejor futuro ese hijo que formará parte de su familia. “Debemos aspirar a la abolición de la familia, para que el sistema de supremacía masculina machista ya no pueda ser alimentado en ella” (Gay Liberation Front: Manifiesto, Londres, s.f.), es una frase que a mi concepto debería ser actualizada, en lugar de abolir el concepto de familia, debería ampliarse para pasar a integrar a todo tipo de núcleos familiares ya sean papá, papá e hijos; mamá, mamá e hijos; papá, mamá e hijos; etc., siendo respetados y aceptados como una familia común y corriente que son, de esta manera todos serian vistos como iguales por lo que no habría razón por la cual fuesen discriminados de alguna forma. Otro de los aspectos que causa revuelo en el matrimonio igualitario es la creencia que la homosexualidad es una “condición” adquirida y solo es cuestión de superarla, por tal motivo esto los incapacita de tener una buena orientación para criar a sus hijos de manera que se decantarían por ser homosexuales también, este punto viene desde la ignorancia y la voz popular de la gente, puesto que desconocen el porque les atrae un

3 persona del mismo sexo y lo asocian con un problema psicológico, a pesar de que muchos expertos en el tema han desmentido ser tanto una patología como un desorden psicológico, la gente del común sigue viéndolo como algo fuera de lo normal, que desestabiliza su zona de confort y choca con su pensamiento conservador, por lo que lo señala, discrimina y reprime como conducta inapropiada. A pesar de que en la actualidad el matrimonio es algo que ha perdido fuerza con la creciente legalización del matrimonio igualitario ha motivado a más parejas a contraer un compromiso y dando fuerza a que “El matrimonio es el proverbial edificio en llamas. En lugar de golpear la puerta para dejar entrar… ¡Los homosexuales deben avivar las llamas!” (National Conference on Organized Resistance, s.f.), es decir, que le ha dado mayor relevancia e importancia al matrimonio en general y ha entrado en auge una vez más, dándole la importancia que había tenido antes, de esta nueva y actualizada forma. Finalmente, este tema aborda diversos puntos de vista y opiniones al respecto pero algo que es muy consistente es que “El movimiento gay, lo reconozcamos o no, no es un movimiento de derechos civiles, ni siquiera un movimiento de liberación sexual, sino una revolución moral destinada a cambiar la opinión de la gente sobre la homosexualidad.” (Paul Varnell, 2003), mostrando así que su único objetivo es tratar de que se tengan actitudes más objetivas, erradicando prejuicios y actitudes como la homofobia, conseguir la equiparación de derechos con los heterosexuales, además de abolir todo tipo de legislaciones que penalizan la homosexualidad y todo lo relacionado con los derechos que estos merecen.