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ETIOLOGÍA DE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA EN ADULTOS O ETIOLOGÍA DE LOS TRASTORNOS DEPRESIVOS EN ADULTOS

La OMS (2012) ha definido la depresión como: “un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”, trastorno que no sólo engendra sufrimiento personal y familiar, sino también tiene repercusiones sociales importantes, tales como un mayor uso de los servicios sociales y médicos además de la pérdida de productividad debida al absentismo laboral que usualmente causa esta patología. La depresión es un trastorno multifactorial y complejo, en el que intervienen factores biológicos, sociales, familiares y cognitivos que influyen según las circunstancias y el momento de la vida en el que se desarrollan. A nivel biológico se ha demostrado que el componente genético es un elemento importante , ya que los familiares de primer grado presentan una mayor probabilidad de padecer un cuadro depresivo, por otra parte se asegura en muchos estudios que neurotransmisores como la noradrenalina y la serotonina están íntimamente relacionados con la sintomatología depresiva ,al haberse comprobado una disminución de los niveles del metabolito de la NA, 3 metoxi-4 hidroxifenilglicol , además de una disminución de los puntos de re captación de la serotonina en las plaquetas de este tipo de pacientes, además de la clara depleción de dopamina que aumenta el riesgo de este trastorno. (Alarcón, 2012). Se han visto también implicados factores endocrinos, como la alteración en la secreción de hormona del crecimiento, hipersecreción de cortisol, hiperplasia hipofisaria y suprarrenal, alteraciones en el eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo, observándose alteraciones del ritmo circadiano y del ciclo del sueño, debido a las alteraciones en el sistema límbico, ganglios de la base e hipotálamo. (Gea, 2012). Dentro de los factores sociales se destaca la pobreza, las enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales, la posible asociación con el consumo de alcohol y tabaco, además de las circunstancias laborales que enfrentan las personas en condiciones de desempleo,

hecho que afecta también a las personas en situación de discapacidad y con baja laboral por enfermedad o por maternidad, quienes presentan depresión con mayor frecuencia debido al estrés crónico relacionado a estos eventos del ciclo vital. Con un enfoque cognitivo a nivel psicológico se afirma que los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor incidencia de casos y recaídas de depresión, rasgo que puede inferir mayor susceptibilidad para desarrollar depresión ante los eventos adversos de la vida, además de haberse observado que los varones con antecedentes de ataques de pánico, tenían mayor riesgo de desarrollar depresión mayor. Por otro lado con un enfoque sistémico podemos entender que la familia y los sistemas que giran en torno al individuo , serán variables significativos en el desarrollo de la patología, así tenemos en un estudio realizado en México que llegó a la conclusión que existe una correlación positiva significativa entre las variables de la familia como lo son la cohesión y comunicación con los sentimientos antidepresivos, y correlaciones negativas con los síntomas depresivos. El factor de apoyo en la comunidad religiosa no resultó asociado con los síntomas depresivos ni con las variables familiares. (Pacheco, Ramírez; Ramos, Vásquez, 2012) Evaluación e Intervención: Una correcta evaluación de los trastornos psicológicos es primordial al momento de abordar una patología , ya que nos provee de los elementos necesarios para poder establecer un diagnóstico correcto y por consiguiente un tratamiento adecuado a las necesidades terapéuticas del paciente, es así que se debería tomar en cuenta desde la primera entrevista el aspecto físico y tono de voz del paciente , la sintomatología presente (anhedonia , tristeza patológica, desesperanza, ideación suicida, etc.) , la presencia de pensamientos negativos automáticos, entre otros aspectos que nos pudieran dar indicio de la presencia de esta patología. Así también se pueden utilizar varias baterías de test como: El Cuestionario de Pensamientos Automáticos (ATQ-30), Cuestionario de Estilo Atribucional Ampliado (EASQ), Escala de Creencias de Malouff y Schutte , Center of Epidemiological Studies Depression Scale de Radfoll (CESD-R), Inventario de Depresion de Beck, La Escala de Ansiedad Hospitalaria (HAD), Hamilton Depression Rating Scale (HDRS).

Entre las técnicas de intervención utilizadas en esta patología destaca entrenamiento en solución de problemas, terapia interpersonal, terapia de apoyo o consejo, la activación conductual y el tratamiento combinado de Mindfulness-based cognitive therapy (MBCT) y la TIP (Terapia Integral de Pareja)

Bibliografía: Alarcón, Ricardo; Gea, Amor; Martínez, Juana; Pedreño, Juan; Pujalte , Mª Luisa; (2013). GUIA DE PRACTICA CLINICA DE LOS TRASTORNOS DEPRESIVOS Subdirección General de Salud Mental y Subdirección General de Atención Primaria, Urgencias y Emergencias Servicio Murciano de Salud. Revista Servicio Murciano de Salud. 15- 25. Recuperado de https://consaludmental.org/publicaciones/GPCtrastornosdepresivos.pdf Flores-Pacheco, S; Huerta-Ramírez, Y; Herrera-Ramos, O; Alonso-Vázquez, O F; Calleja-Bello, N; (2011). FACTORES FAMILIARES Y RELIGIOSOS EN LA DEPRESIÓN EN ADULTOS MAYORES. Journal of Behavior, Health & Social Issues, 3() 89-100. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=282221802007 Pérez Álvarez, M., & García Montes, J. M. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para la depresión. Psicothema, 13 (3).