Encadenamientos productivos en el sector minero peruano

Apenas encadenados Escribe ALEJANDRA CRUZ Periodista ¿Puede el dinamismo del sector minero tener un efecto multipli

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Apenas

encadenados

Escribe

ALEJANDRA CRUZ

Periodista

¿Puede el dinamismo del sector minero tener un efecto multiplicador en otros sectores de la economía? El fenómeno de los encadenamientos productivos ofrece varios matices e incluso su impacto real se ha puesto en entredicho, con opiniones algunas veces contradictorias entre diversos especialistas. Entre las claves para su desarrollo están las políticas públicas y la innovación tecnológica, pero ¿se está trabajando en ello? Aquí esbozamos unas cuantas ideas para entender el problema.

E

n términos anuales, el PBI peruano real creció 3,87% al cierre de junio. Y las expectativas sobre un mayor crecimiento siguen descansando sobre la minería. Por eso no sorprende que el Ministerio de Energía y Minas (Minem) asegure que el sector ha incrementado sus inversiones 142% en los últimos cuatro años, pasando de US$ 14.039 millones captados entre el 2006 y el 2011 a US$ 34.020 millones en lo que va del actual gobierno. Pese a estos resultados alentadores, aún queda la duda sobre cómo esta dinámica puede haber tenido un efecto multiplicador en otros sectores de la economía mediante encadenamientos productivos: es decir, ecosistemas de actividades conexas y periféricas que se desarrollen conectados a la minería formal, con plazas industriales a través de clústeres productivos y diversificados. El Instituto Peruano de Economía (IPE) ha utilizado muchas veces la tabla insumo producto (TIP) para enfatizar la importancia de la actividad minera, resaltando que representa más del 50% de las divisas, el 20% de la recaudación fiscal, el 11% del PBI, y que cada US$ 1.000 millones de sus exportaciones adicionales generan US$ 1.470 millones de PBI adicional, del cual poco más de la mitad se genera fuera del sector. Además, el IPE asegura que el nivel de pobreza en la población peruana sería 7% menos ‒es decir, 12,1 millones de personas habrían dejado de ser pobres‒ si se hubiera invertido toda la cartera de proyectos mineros pendientes. "Por cada mil millones de dólares que no se han invertido

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Página opuesta: Hay quienes proponen el desarrollo de encadenamientos mineros hacia adelante, por ejemplo, la producción de bienes intermedios como alambres de cobre. Sin embargo, no serían atractivos pues el valor agregado es mínimo. Por ello, el camino para el Perú sería el desarrollo de industrias proveedoras de servicios para la minería. Foto: AFP Photo / Chen Weifeng

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en minería, se han dejado de generar 170.000 empleos”, insiste Pablo Tejada, aunque este cálculo ha sido cuestionado por otros economistas. Y es en los datos de los puestos de trabajo generados por este sector extractivo donde se encuentra otro rastro de los encadenamientos productivos que ha promovido. Según el Minem, la actividad en el sector generó 197.476 puestos de trabajo directos en mayo del 2015. Lo interesante de la cifra es que las compañías mineras titulares de los proyectos aportaron el 31,8% de esos empleos. Es decir que, para el quinto mes de este año, casi 135.000 personas trabajaban para contratistas mineros y empresas conexas o encadenadas con la minería, lo que equivale al 75% de la PEA formal que percibe la remuneración mínima vital (180.000 peruanos). Sin embargo, decimos “rastro” porque estos datos del Minem no permiten analizar qué subsectores o actividades son las que tienen un mayor impacto en este panorama laboral. Eso sí, el Perú no es el único país que ha descuidado el seguimiento a las empresas conexas a la minería: en un estudio realizado en octubre pasado en Canadá, el Conference Board rebautizó como “sector oculto” a este conjunto productivo, pues el ente estadístico local no lo mide directamente. Solo en Ontario, el estudio realizado por PricewaterhouseCoopers encontró que en el 2011 la industria minera contribuyó con el 1% del PBI, además de aportar 41.000 empleos directos y 27.000 empleos indirectos, dato que sigue la tendencia encontrada en el Perú.

¿PARA ADELANTE O PARA ATRÁS? Macroconsult y el IPE tienen datos un poco más claros sobre esta situación. “Cada 117.000 empleos en el sector minero generan 360.000 empleos en el sector comercio, mantenimiento y reparación de vehículos automotores y motocicletas, y 385.000 en otras actividades conexas”, explica Elmer Cuba de Macroconsult citando la TIP del 2007. Estos cálculos tienen divididos a los economistas. Entre sus detractores está el profesor de la Universidad del Pacífico Germán Alarco. “Los resultados están sobredimensionados. Es

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claro que el sector ha mejorado sus interrelaciones en el tiempo con los otros sectores económicos, pero sigue teniendo menos compras intermedias que el agro, la manufactura, los servicios locales y respecto a otros países”, asegura. Aun así, la TIP es la prueba madre de encadenamientos productivos generados, de acuerdo con las mineras. Y permite percatarse de algo importante: la ausencia de la industria siderometalúrgica entre los rubros estimulados por el efecto multiplicador de la minería. Las cifras comparadas de producción de acero en todo el mundo refuerzan la idea de que en el Perú la minería casi no ha establecido relaciones con empresas locales que compren los minerales para la fabricación de bienes intermedios o finales. “El consumo nacional de metales es mínimo. De hecho, si comparas históricamente los niveles de procesamiento de metales en el Perú, compruebas que hacemos incluso menos que hace 40 años”, advierte el profesor del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, Bruno Seminario, quien considera que estos encadenamientos sostenibles a futuro ‒llamados “hacia adelante”‒ no son rentables. “Si fuesen atractivos para las empresas ya los habrían desarrollado para venderle a China, Canadá y Suiza. Pero el valor agregado entre un concentrado de cobre y el procesado de un alambre es mínimo. No debe superar el 10% o 15%, por lo que no es atractivo. Además, puede que mercados importantes, como China, no estén interesados en comprarnos esos productos intermedios porque ellos sí cuentan con muchísimas empresas que dependen de esa actividad”, señala. No obstante, el Gobierno considera que sí hay potencial para desarrollar estos encadenamientos. Específicamente, el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP), lanzado el año pasado, identifica que Cajamarca, Áncash y La Libertad están en capacidad de constituir clústeres mineros (ver recuadros). Este ecosistema económico estaría conformado por empresas que producen minerales concentrados, empresas que los procesan (como la metalurgia) y empresas que los distribuyen y comercializan. En total, a la fecha se trataría de 39 empresas que suman US$ 3.993 millones en facturación pero que, para el Gobierno, podrían articularse aun más.

Pero Seminario y Cuba concuerdan en que en el Perú son limitadas las posibilidades de desarrollar encadenamientos hacia adelante que generen valor agregado. “El mercado por sí solo no sería suficiente; el Gobierno tendría que volver esto una política de Estado y no lo ha hecho”, explica Seminario. Lo que queda, entonces, es mirar hacia atrás y desarrollar clústeres fuertes en el ámbito de los bienes y servicios para la producción de minerales. Una mirada rápida al directorio de proveedores del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú nos da una idea de lo que hay a la fecha en este subsector. Según esta fuente, para el año 2015 existen unas 1.500 empresas en este rubro. De ellas, el 20% ofrece equipos para minería en venta o alquiler; el 30%, obras civiles como contratista; el 8%, equipos eléctricos; el 7,8%, consultorías de asesoría o certificación; el 6%, mantenimiento; el 5%, exploración y perforación; y el 23,2% otros servicios, como catering. "Debemos tomar en cuenta que la minería llega a comprar el 14% de lo que se produce en el país en otras industrias de bienes y servicios", recuerda Elmer Cuba. Pero para el Gobierno y el PNDP el potencial de estos encadenamientos hacia atrás o clústeres auxiliares mineros está concentrado en Lima y Arequipa, donde las empresas exportadoras más importantes serían Tecnofil S. A. y Centelsa Perú S. A. C., y los principales mercados de destino son Colombia y Estados Unidos. Al respecto, el economista del Grupo Propuesta Ciudadana, Epifanio Baca, añade que el sector minero ha respondido con una tendencia creciente a realizar sus compras en el mercado local y regional. “En el 2008 se hicieron compras por S/. 19.600 millones, de los cuales solo el 20% correspondió a compras locales o regionales, 65% se hicieron en Lima, y 15% en el extranjero. Aun así, esas cifras son altas si se las compara con las de los años noventa”, refiere. Sin embargo, Baca detalla que solo el 62,09% de las compras correspondió a servicios, mientras que el 37,9% fueron bienes. “En su fase inicial, los megaproyectos mineros como Las Bambas y Toromocho aumentan la demanda en los rubros de construcción e infraestructura en un 50%, de bienes de capital en 40%, y de servicios de ingeniería, transporte y otros en 10%”, añade el exviceministro de Ener-

POTENCIAL DESAPROVECHADO El Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP), lanzado el año pasado con cifras del Consejo Nacional de Competitividad, identificó a las regiones en capacidad de construir clústeres mineros.

Cajamarca 33,1% La Libertad 29,8%

Madre de Dios 12,8%

Áncash 16,4% 33,8% 27,4%

Lima 15,4% 16,4%

Pasco 27,4% 27,3% 39%

Junín 12,6% 15,2% 15,3%

Producción de oro Producción de plata Producción de cobre Producción de zinc Producción de plomo Clúster minero centro Clúster minero norte Clúster minero sur

Tacna 12,7% Moquegua 13,6% Arequipa 10% 33,5%

Fuente: MINEM, Produce. Elaborado por Consorcio Cluster Development-Metis Gaia-Javier Dávila Quevedo.

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MAGNITUDES Este cuadro comparativo permite analizar la capacidad de alcance de los clústeres según el número de compañías que los conforman, su cantidad de personal, su facturación y sus exportaciones.

CLÚSTERES Minero del norte Minero del centro Minero del sur Auxiliar minero

Número total de empresas

Número de trabajadores

39 146 124 108

18.551 38.035 14.043 54.247

Facturación

Exportaciones

3.993 6.788 7.314 3.299

9.340 7.861 5.875 751

Fuente: Sunat, Produce. Elaborado por Consorcio Cluster Development-Metis Gaia-Javier Dávila Quevedo.

gía y Minas, Rómulo Mucho Mamani, aclarando que lo usual es que el nivel de compras de las minas caiga entre 30 y 40% una vez se termina la construcción. “Los cinco primeros años de operación son los más difíciles, pues se está recuperando la inversión. Pasada esa etapa, el nivel de demanda vuelve a subir, pero nunca iguala los niveles de la primera etapa”, agrega. En cuanto a la naturaleza y tamaño de las empresas que abastecen a la minería, salvo en contados casos, hay muy poca información. Esto debido a la diversidad de actividades económicas y a la falta de medición por parte del Estado. Sin embargo, Baca estudió el caso de Cajamarca en el 2012 y encontró que las mineras realizaron 40% de sus compras a negocios locales (30% a proveedores urbanos y 10% a rurales), en su mayoría de movimiento de tierras. Además, el 95% de las empresas eran pequeñas y medianas. Pero las grandes facturaban el 80%, explica. Esto genera distorsiones en el mercado, pues no se compra por motivos de calidad o cantidad. “De hecho, en muchas ocasiones los proveedores locales no han podido satisfacer la cantidad de la demanda, porque no tienen la capacidad productiva ni el nivel de tecnología necesarios”, señala.

LA METALMECÁNICA De todos los encadenamientos hacia atrás que actualmente se desarrollan en el Perú, la metalmecánica es uno de los considerados como caso

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de éxito. “La metalmecánica aporta el 62% de las estructuras metálicas para plantas concentradoras de minerales y el 60% de las celdas de flotación para la selección de las partículas ricas en concentrado y relave. Ya ha alcanzado estándares internacionales”, destaca Elmer Cuba. Este subsector forma parte de la generación de valor del clúster auxiliar minero que el PNDP identifica en Lima y Arequipa, y está conformado por 108 empresas que facturaron US$ 3.298 millones en el 2013. “Se ha desarrollado un sector de alto valor agregado, que se ha vuelto bastante competitivo. Estamos exportando maquinaria y equipo de ingeniería civil; vehículos de carretera, maquinaria y equipos generadores de fuerza; maquinaria y equipo industrial; y maquinaria y equipo eléctrico. Más de US$ 300 millones, mientras que en el 2000 llegábamos solo a US$ 44 millones. Pero todavía no es un clúster al nivel de Antofagasta en Chile y mucho menos al de Ontario en Canadá”, reconoce Cuba. De hecho, el nivel de articulación entre empresas de diferentes tamaños no llega ni al 5% en el Perú, mientras que en países como Alemania, Italia y Japón está entre el 50% y el 60%. “Solo 20 de las 804 empresas de metalmecánica –que son grandes– concentran el 70% del valor exportado”, coincide Baca. Al respecto, el CEO de Buenaventura, Roque Benavides, fue mucho más positivo cuando se lanzó el PNDP. “En Arequipa, las empresas metalmecánicas Fima y Metso tienen sendas plantas. En La Joya también existe una fábrica de camiones de alto tonelaje. Si la industria se

organiza para proveer a los grandes proyectos, como es el caso de la ampliación de Cerro Verde, la construcción de Las Bambas y de Constancia, podemos decir sin duda que hay un clúster minero industrial”, destacó en su momento.

RECOMENDACIONES Y PAUTAS Baca y Cuba insisten en que el principal factor que limita el crecimiento del subsector minero auxiliar es la ausencia de políticas públicas que estimulen su crecimiento. “Del PNDP solo se han ejecutado las reformas de aligeramiento de trámites que son las más sencillas, cortoplacistas y con menores efectos transformadores. Falta voluntad”, explica el primero. Naima Montiel, gerente general de Fundición Ferrosa, destaca como una limitación la falta de innovación tecnológica. “En el Perú se procesa molibdeno con el que podríamos fabricar materias primas que actualmente se importan. Mitsubishi, por ejemplo, tiene su mina aquí para abastecerse y fabricar las autopartes de sus automóviles. El encadenamiento se genera con innovación tecnológica; si no investigamos, no podremos industrializar al Perú”, explica. Ante estos obstáculos, los especialistas recomiendan mirar hacia afuera, con experiencias exitosas como las ya mencionadas Antofagasta y Ontario (ver tabla). Para los especialistas, al observar ambos casos queda claro que los esfuerzos del Gobierno deben dirigirse a generar una infraestructura más competitiva y a reforzar la oferta educativa técnica y universitaria para contar con mano de obra calificada. Respecto al caso chileno, el profesor e investigador de Centrum Católica, Charles Vincent, opina que los factores críticos para el éxito de Antofagasta son, por un lado, la infraestructura competitiva y su mano de obra minera altamente capacitada, y por el otro, la estabilidad social, fiscal y macroeconómica en el país. “Las estrategias de desarrollo de la minería en Chile han sido diseñadas de tal manera que el foco se ha puesto en la educación y la reducción de la pobreza. El financiamiento de los programas sociales también ha estado en la agenda nacional durante muchos años, por lo que se logró la paz con las comunidades locales”, destaca.

Por su parte, Seminario considera que el mercado chileno –pese a ser el principal productor de insumos y maquinaria para la extracción de minerales en la región– ofrece también una oportunidad única para establecer un clúster minero importante, de encadenamiento hacia atrás, en el sur del Perú. “Tenemos una clara ventaja: nosotros contamos con energía en esa zona, ellos no”, explica. Pero Baca sugiere primero emular el programa Proyectos Asociativos de Fomento (Profo) de Chile, con el que el Gobierno del país vecino apoya a empresas que buscan potenciar la calidad y productividad de sus proveedores, mediante un cofinanciamiento de hasta el 50% del total del proyecto, con un tope de US$ 8 millones para la etapa de diagnóstico y de US$ 40 millones para el desarrollo y la capacitación de los empresarios. “La falta de información actualizada y sistematizada es sorprendente. Debemos conocer la demanda de bienes y servicios de las mineras y de los nuevos proyectos”, agrega Baca. En suma, crear un centro de certificación nacional de proveedores que incluya a las pyme en especial. En cuanto al caso canadiense, Vincent Charles manifiesta que sus factores de éxito son su fuerte sector bancario, sus bajos impuestos, un régimen de manufactura libre de aranceles, infraestructura de alta calidad y su proximidad con el mercado de América del Norte. “Es interesante observar cómo Canadá supo transformar su ventaja comparativa en una ventaja competitiva en gran parte gracias a institutos de investigación y universidades de primera categoría”, indica en un estudio comparativo donde destaca la creación en Ontario de una Escuela Federada de Minas para satisfacer la creciente demanda de mano de obra altamente calificada. Además, el Gobierno canadiense entrega servicios de topografía y cartografía geológica; lo que, de acuerdo con estadísticas oficiales, genera cinco dólares de inversión privada en exploración minera por cada tres dólares de inversión pública destinada a dicho esfuerzo. Sin mencionar que esa información recolectada de todas maneras sirve a los intereses públicos de Ontario mediante la documentación de los acuíferos subterráneos y el registro de riesgos geológicos, que permiten la toma de decisiones para el desarrollo de infraestructura y planificación ambiental. SETIEMBRE 2015 | PODER

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