El Proceso de Socrates

El proceso Supuesta prisión de Sócrates, ubicada en unas oquedades de la colina Pnyx. El primer elemento del juicio fue

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El proceso Supuesta prisión de Sócrates, ubicada en unas oquedades de la colina Pnyx. El primer elemento del juicio fue la acusación formal. Los tres hombres en presentar cargos contra Sócrates fueron: 

Anito, hijo de un ateniense prominente, Antemión,



Meleto, poeta, es el que presenta la denuncia ante el arconte,



Licón, del cual poco se sabe; de acuerdo con Sócrates platónico, era representante de los oradores.

Luego de haber decidido que existía un caso ante el cual debía darse una respuesta, el arconte indicó a Sócrates que se presentara frente a un jurado de ciudadanos atenienses, para contestar a los cargos de corrupción de los jóvenes atenienses y asebeia (impiedad). Los jueces fueron seleccionados por lotería de entre un grupo de ciudadanos voluntarios varones (la ciudadanía no incluía a mujeres, esclavos niextranjeros residentes) pertenecientes a cada clase social. A diferencia de cualquier juicio llevado a cabo en muchas sociedades modernas, la mayoría de los veredictos eran regla más que excepción (para una versión satírica de los jueces y tipos de personas que se podían encontrar en ellos, véase la comedia de Aristófanes Las avispas). Sócrates se enfrentó a un jurado compuesto por 500 ciudadanos (su gran tamaño demuestra que el juicio era visto como algo importante) y después de que él y su acusador hubieran presentado sus disertaciones, el jurado votó a favor de condenarlo por 280 contra 220. A continuación, Sócrates y el fiscal sugirieron varias sentencias alternativas. Tras expresar su sorpresa ante lo poco que fue necesario para declararlo culpable, Sócrates propuso en forma de broma una sentencia compuesta por comidas gratuitas en el Pritaneo (un honor que era reservado a los benefactores de la ciudad y los ganadores de losJuegos Olímpicos), luego se ofreció a pagar una multa de 100 dracmas, lo cual equivalía a una quinta parte de sus posesiones y era prueba irrefutable de su pobreza. Por último, acordó pagar la suma de 3.000 dracmas (la idea le había sido propuesta por Platón, Critón, Critóbulo y Apolodoro, quienes también le garantizaban su pago). Su acusador propuso la pena de muerte. El jurado estuvo a favor de la pena por gran mayoría (360 contra 140), demostrando, según Platón, que Sócrates había perdido apoyo debido a su tono de ligereza y el hecho de no pedir disculpas. Los seguidores de Sócrates le recomendaron huir, 1 lo cual era esperado (e incluso habría sido aceptado) por la ciudadanía; pero él se negó por principios. Por coherencia con su propia filosofía de obediencia hacia las leyes, llevó a cabo su propia ejecución bebiendo la cicuta con la cual lo

había provisto.2 Así, se convirtió en uno de los primeros de los escasos "mártires" intelectuales. Sócrates murió a la edad de 70 años. El juicio de Sócrates descrito por sus contemporáneos En la primera tetralogía de diálogos de Platón (Eutifrón, Apología, Critón y Fedón), el discípulo de Sócrates centra su trama en el juicio y ejecución de su maestro. Jenofonte también escribió una Apología de Sócrates. Interpretaciones del juicio Interpretación en el mundo antiguo Los antiguos atenienses no le dieron al juicio de Sócrates el carácter icónico que posee hoy en día. Atenas acababa de atravesar un período complicado, donde un grupo pro espartano designado como los Treinta Tiranos había derogado la democracia en su búsqueda por imponer un gobierno oligárquico. El pueblo no veía como coincidencia el hecho de que Critias, el líder de los Tiranos, hubiera sido uno de los discípulos de Sócrates. Sus amigos procuraron disculparse, pero la visión de Atenas seguramente haya sido la expresada por el orador Esquines algunos años después, cuando, durante una disertación, escribió: «¿Acaso no condenaron a muerte a Sócrates el sofista, compañeros ciudadanos, porque se demostró que había educado a Critias, uno de los Treinta que derribaron la democracia?»3 Interpretación en el mundo moderno La muerte de Sócrates, tal como fuera presentada por Platón, ha inspirado a escritores, artistas y filósofos del mundo moderno, en formas muy variadas. Para algunos, la ejecución de quien Platón llamó «el más sabio y justo de todos los hombres» ha demostrado la falta de confiabilidad en un gobierno democrático. Para otros, especialmente I. F. Stone en su libro El juicio de Sócrates, la acción de los atenienses era una defensa justificable de su democracia, la cual había sido restablecida recientemente. En general, Sócrates es visto como una figura paterna, sabia y benévola, martirizada a causa de sus creencias intelectuales. Así fue exactamente como lo presentaron Platón y Jenofonte, por lo cual no es sorprendente que el mito de Sócrates y su ejecución haya tomado existencia propia, alejada del hombre histórico cuya verdadera visión política posiblemente no lleguemos a conocer jamás.

LA TRISTEZA Y LA FURIA En un reino encantado en donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta. En un reino mágico donde las cosas no tangibles se vuelven concretas. Había una vez, un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente, Hasta aquel estanque mágico y transparente se acercaron la tristeza y la furia para bañarse en mutua compañía. Las dos se quitaron los vestidos y, desnudas, entraron en el estanque. La furia, que tenia prisa(como siempre le ocurre a la furia), urgida-sin Saber porque-, se baño rápidamente y más, rápidamente salio del Agua. Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad. Así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, el primer vestido que encontró, y sucedió que aquel vestido no era el suyo, si no el de la tristeza, Y así vestida de tristeza se fue. Muy calmada, muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde esta, la tristeza termino su baño y, sin ninguna prisa-o, mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo-con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se dio cuenta que su ropa no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo. Así que se puso la única ropa que había junto al estanque: el vestido de la furia. Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la Furia, ciega, cruel, terrible y enfadada. Pero si nos damos tiempo para mirar bien, nos damos cuenta de que esta furia que vemos es solo un disfraz y que detrás del disfraz de la furia , en realidad, esta escondida la tristeza.