El Precio de La Codicia

Pérez Ruiz Fernando Yael Grupo: 1551 Fundamentos de Economía El Precio de la Codicia Es un ensayo sobre la avaricia en

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Pérez Ruiz Fernando Yael Grupo: 1551 Fundamentos de Economía

El Precio de la Codicia Es un ensayo sobre la avaricia en una sociedad capitalista, y el riesgo que corren las personas de perder su integridad con tal de salvarse el pellejo. Aquí no vale la ley del más fuerte, ni siquiera del más listo, sino la del más despiadado. La película toma como base los días que antecedieron a la crisis financiera del 2008 (aquélla que hizo que el dólar alcanzara el alarmante valor de 15 pesos en nuestro país), en una firma de Wall Street que durante toda la película se mantiene anónima, aunque hay elementos como el nombre del director John Tuld que recuerdan a Richard Fuld, el dueño de Lehman Brothers una firma que se fue a la bancarrota luego de que el director vendiera inversiones que no valían nada. El anonimato contribuye a la veracidad de lo que vemos en pantalla, ya que lo que pasó con Fuld no fue un caso aislado. La cinta comienza con una depuración de elementos en la firma. La gente de recursos humanos asignada para informar a los empleados sobre su despido entra a las oficinas como si se tratara de un grupo soldados de la SS invadiendo un ghetto. Ninguno de ellos sabe nada sobre las personas a las que están; para la compañía, ellos solo aparecen como una cifra que hay que balancear. Dale es escoltado por un guardia de seguridad a su oficina para recoger sus cosas, y antes de salir del edificio, se encuentra con Peter, a quien entrega una USB con información que parece importante. “Ten cuidado”, son las últimas palabras que le dice a su antiguo empleado, y lo dice en un tono que provoca una sensación de peligro. Esa misma noche, mientras festejan quienes no fueron despedidos, Peter se queda a investigar el trabajo de Dale, y al completarlo descubre algo terrible: los niveles de riesgo han rebasado su límite varias veces durante las últimas semanas, y la firma, que se encuentra vendiendo inversiones sin valor, está al borde del colapso. Lo primero que hace Peter es llamar a su compañero Seth y a su jefe inmediato, Will Emerson, Seth encarna los ideales de un joven ambicioso al que solo le importa el dinero. Siempre está al pendiente de cuánto ganan sus superiores, y su ejemplo a seguir en la vida es, por supuesto, su jefe Emerson. En el momento en que Emerson llega a la oficina, Peter explica por primera vez el problema en el que se han metido. Debido a que dicho problema solo puede ser entendido en su totalidad mediante un lenguaje estrictamente técnico, cada le exige que se explique como si se estuviera dirigiendo a un niño. Al no saber qué hacer, Emerson llama a su jefe, Sam Rogers. De esta manera, el problema va llegando poco a poco a las personas en los puestos más altos, hasta que se ven forzados a llamar al director de la compañía, John Tuld. Para todos estos peces gordos, el conflicto es claro: ¿cómo solucionarán el problema y se quedarán con sus ganancias? Salvar la economía de sus clientes, o prevenir a las demás firmas o a los ciudadanos, simplemente no es una opción. Aunque Chandor no pretende convertir a sus personajes en algo abominable, lo cierto es que cada uno de los individuos que vemos en pantalla es, en mayor o menor medida, un mal para la sociedad. Cuando Dale le dice a Peter que tenga cuidado, lo dice como si las vidas de todos ellos corrieran peligro, pero en realidad lo único que está en riesgo es su estilo de vida despilfarrador.

Pérez Ruiz Fernando Yael Grupo: 1551 Fundamentos de Economía No hay que dejarnos engañar por el personaje de Sam, quien parece honesto y noble. La película retrata a los empleados de la firma como hombres que dependen del lujo y la rutina para sobrevivir, y el personaje de Spacey no es la excepción. La única diferencia sustancial entre Sam y los demás empleados es que Chandor introduce un elemento superficial en apariencia, pero fundamental para la moral de la historia: su perro moribundo. Su mascota tiene una gran relevancia en tres momentos clave al principio, en la mitad, y al final de la película. Al final, El precio de la codicia hará que el espectador sienta más empatía por un perro que por los humanos que lo rodean.