El papel de los Estudios CTS

El papel de los Estudios CTS en el ámbito de una Institución Tecnológica Carlos Andrés Cañaveral Úsuga1 Mariluz Palacio

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El papel de los Estudios CTS en el ámbito de una Institución Tecnológica Carlos Andrés Cañaveral Úsuga1 Mariluz Palacio Úsuga2

Introducción El presente escrito está dirigido a estudiantes de programas de vocación científicotecnológica, el objetivo del mismo es realizar una introducción al campo de los estudios CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad), con el propósito de posibilitar una comprensión de los aspectos más relevantes de CTS en el ámbito de una institución de carácter tecnológico como lo es el ITM (Instituto Tecnológico Metropolitano). A nuestros colegas y lectores expertos en esta materia, advertimos que los conceptos e ideas expresadas en el presente texto, se comunican en un lenguaje simple y cercano a nuestro público objetivo. No significando, por esto, que se omita el rigor académico que debe caracterizar en todo momento el proceso de aprendizaje. Los referentes teóricos y citas empleadas, son producto de la experiencia recabada de nuestra labor como docentes y el legado que hemos recogido de los precursores de CTS en el Instituto, quienes además fueron nuestros profesores en la maestría en CTS+I que oferta la misma Institución. Para dar claridad a los lectores acerca del papel que desempeña la cátedra CTS en la formación de estudiantes de una institución tecnológica, en el presente texto se responde a varios interrogantes que giran en torno a las siguientes consideraciones: ¿Qué es CTS? y ¿Por qué y para qué el ITM incluye una asignatura con este nombre en el plan de estudios de todos los programas de pregrado que ofrece la Institución?

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Magíster en Estudios de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación y estudiante de la Maestría en Desarrollo Sostenible del Instituto Tecnológico Metropolitano -ITM. [email protected]. 2 Magíster en Estudios de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación del Instituto Tecnológico Metropolitano ITM. [email protected].

¿Qué es CTS? CTS es más que una sigla para designar un acrónimo compuesto de tres conceptos de uso frecuente (Ciencia, Tecnología y Sociedad); por cierto, nada extraordinarios para cualquier ser humano occidentalizado de nuestra época. CTS, en inglés STS (Science, Technology & Society) designa un campo de estudios de las Ciencias Sociales, caracterizado por abordar de manera crítica la interrelación entre los tres términos, asumidos como una unidad de análisis que constituye un todo, sin perder de vista las particularidades que permiten diferenciar claramente las partes. Más adelante, en este mismo texto, antes de abordar el todo; de manera sucinta se dará a conocer la naturaleza y la distinción entre las partes. En otros contextos, los estudios CTS también se les conoce como: Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología. El enfoque CTS promueve la formación de ciudadanos y profesionales conscientes del papel que cumplen en un entorno cultural como la sociedad, al desempeñarse como protagonistas y partícipes de la transformación de la realidad, mediante la incorporación del conocimiento científico y el uso de la tecnología. Origen de CTS Los estudios CTS se gestan a partir de la segunda mitad del siglo XX, al revelarse la barbarie y la devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial, con un desenlace no menos tenebroso, como lo fue vivir bajo la zozobra que produjo la Guerra Fría. Además de los efectos provocados por la industrialización, el crecimiento de la población y la contaminación. Toman un mayor auge y vigencia a partir de la década de los años 60, al clamor de diversos movimientos sociales de contracultura con diferentes matices, tales como: Ambientalistas, Hippies, Feministas, entre otros. Al tiempo, se suman corrientes intelectuales divergentes como los integrantes del Club de Roma y la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, esta última se desarrolló a partir de un grupo de pensadores que surgió en el Instituto para Investigaciones Sociales de la Universidad de Frankfurt, dicha teoría se dirigía a toda la sociedad y a su comprensión a partir del contexto histórico, tomando en cuenta que la ciencia y el conocimiento evolucionan según los cambios sociales. Así, y según la Teoría Crítica, la sociedad se podía comprender de mejor manera al integrar diversidad de ciencias sociales tales como: la antropología, la historia, la sociología, la ciencia política, la economía y la sicología.

En este sentido, las propuestas teóricas provenientes de ambos grupos lograron un fuerte protagonismo, al manifestar su malestar e inconformidad con el estado de cosas y consecuencias, derivadas de las transformaciones políticas y económicas que se fueron gestando en occidente, mediante una serie de acontecimientos encadenados: el Renacimiento, la Revolución Científica, La Ilustración, La Revolución Francesa y las sucesivas Revoluciones Industriales. En materia de ideas políticas, Hannah Arendt3, disertó sobre el totalitarismo, al analizar con detenimiento la tragedia producida por el fascismo en la Europa de la primera mitad del siglo XX. El campo de los estudios CTS no es homogéneo, en éste confluyen tradiciones de diferentes centros de pensamiento y activismo social. Existen dos corrientes de acción y reflexión: Una tradición americana o anglosajona, que principalmente se ha ocupado de las consecuencias de la Ciencia y Tecnología (C y T), inicialmente, muy estrechamente vinculada con activismos de carácter político, ambiental y económico. Por otra parte, se reconoce una tradición CTS europea, menos pragmática y más teórica, fundamentalmente orientada a comprender la manera cómo opera y ha evolucionado la Ciencia, entendida ésta como una actividad humana. Desde esta segunda perspectiva se plantea que la naturaleza de la Ciencia y la Tecnología, no dista de otras actividades como la política y la economía. Es decir, no está exenta de prejuicios, valores e intereses. Esta última tradición recoge la herencia de la filosofía y la historia de la ciencia, las cuales se ocupan de cuestiones concernientes a la aparición y estructura del Método Científico y a la naturaleza misma de la Ciencia y el pensamiento humano. En su momento, el autor Steve Fuller4 las denominó “Alta y Baja Iglesia”. La “Alta Iglesia” como una mirada CTS de origen europeo, se centra en la investigación académica basándose en la sociología del conocimiento para interpretar aquello que antecede a la ciencia y cómo ésta es condicionada socialmente. Entre tanto, la “Baja Iglesia” como perspectiva CTS de origen norteamericano, deja de un lado los antecedentes sociales de la ciencia y la tecnología ocupándose más bien de las consecuencias sociales y ambientales generadas por ambas,

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Esta socióloga y filósofa alemana de familia judía se convirtió en una de las pensadoras más influyentes del Siglo XX. Una de sus obras se denomina Orígenes del totalitarismo, mediante la cual explica el surgimiento de los movimientos políticos y sociales que tuvieron lugar en Europa durante el periodo de entreguerras. En su obra busca comprender la democracia, la idea del otro desde la sociología, la filosofía y la política. 4 De acuerdo a Murguía, Adriana y Orozco, Melissa. G (2014) el filósofo y sociólogo estadounidense Steve Fuller propone una Epistemología Social que a partir de una especie de normatividad permite el análisis crítico de la producción de conocimiento en las sociedades contemporáneas.

caracterizándose por su postura revolucionaria que tuvo asiento en los ya mencionados movimientos sociales de contracultura de los sesenta y setenta. La situación de los ecosistemas y de la sociedad de los años 60, no dista mucho de la época actual. El escenario de la guerra fría, la carrera armamentista, la destrucción de la naturaleza para dar paso al progreso, el uso de pesticidas, las bombas nucleares, el deterioro de la capa de ozono, el aumento de la población, de las emisiones contaminantes a la atmósfera, los totalitarismos y un sinnúmero de factores que agobian a la sociedad actual, representan la cara menos amable que hicieron de la modernidad en una entelequia. El statu quo alcanzado por científicos e ingenieros como productores de bienestar y progreso para la humanidad, y la imagen de la (C y T) como la mejor solución a todos los problemas (Concepción heredada de la C y T) queda en entredicho. Aproximación conceptual a la Ciencia y la Tecnología desde la perspectiva CTS Se afirma que la Ciencia es una respuesta al deseo humano de comprender racionalmente todo lo que lo rodea y acontece en su entorno (Gay & Ferreras, 2002, pág. 73 ). Por otra parte, la tecnología le permite transformar el entorno natural que lo rodea mediante la creación de una realidad material y social que posibilita al ser humano, sobreponerse a las inclemencias de la naturaleza (Onfray, 2007, pág. 99). La prehistoria y la historia de la humanidad dan cuenta de un proceso evolutivo, del que se puede concluir que la Ciencia y la Tecnología son producto del ingenio humano (Construcción social), y no una creación de orden sagrado o divino como lo sugieren algunos incautos. La Revolución Científica a partir del siglo XVI transforma la estructura del pensamiento, edifica las bases de lo que conocemos como la Modernidad, al escindir por completo la fe de la razón, se rompe con la tradición de un periodo de la historia de la humanidad, conocido como la Edad Media. De manera sucesiva se incorpora la (C y T) en todos los ámbitos del saber y el hacer humano, transformando las condiciones sociales y materiales de la sociedad hasta el presente. Producto de la Revolución Francesa se reconfiguran las relaciones de poder y se reintroduce en occidente la noción del Estado-Nación secular, la Ciudadanía y la Democracia. La modernidad, al

igual que el periodo de la historia, que actualmente transcurre, se caracteriza por una lógica de pensamiento y actuación, altamente determinada por la (C y T). En este sentido, CTS busca comprender la interrelación Ciencia, Tecnología y Sociedad desde una perspectiva crítica (reflexiva) para que los estudiantes la incorporen, mediante el entendimiento profundo de la misma, y sus implicaciones ambientales y sociales. Y no de la manera procedimental y memorística, como se les ha impartido tradicionalmente, orientando el estudio de la (C y T) por el cómo. Por el contrario, el enfoque CTS, también nos obliga a pensar el por qué y el para qué; además del por quién y para quiénes. Así, se toma en consideración la dimensión política, económica y estética de la tecnociencia5, y nos remite a comprender las causas y consecuencias de las transformaciones generadas por el desarrollo tecno-científico. En otras palabras, nos invita a desarrollar una visión teleológica que permita considerar un escenario de posibilidades futuras trascendiendo la inmediatez, un rasgo característico de la sociedad del presente. Este planteamiento, nos exige preguntarnos si lo que estamos haciendo, lo podríamos hacer de otra manera y hasta qué punto nuestras actuaciones, ya sea en el entorno personal y/o profesional causan afectaciones ambientales y sociales. En conclusión, la forma de analizar la (C y T) en relación a la Sociedad, propuesta por los estudios CTS constituye un enfoque novedoso en la formación académica de técnicos, tecnólogos e ingenieros. La agudización de la crisis de la modernidad en el siglo XX y las décadas transcurridas del presente siglo XXI, son una clara señal de que los estudios CTS siguen estando vigentes. Por misión, la formación del profesional del ITM está fundamentada en el saber científico y tecnológico, la Institución se propone contribuir al logro de la solvencia intelectual del alumno, de tal forma que lo estructure en una visión

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Según Díaz (2019) la noción de tecnociencia resulta del entrelazamiento de ciencia y técnica en sentido bidireccional (pág. 336).

inteligente del mundo y en una forma de pensar argumentada, que le permita orientar sus acciones con criterios de responsabilidad social y construir un proyecto de vida que se articule con los requerimientos de su campo de intervención profesional en un entorno social determinado (Cadavid & Urrego, 2005 , págs. 84-85). En conclusión, los estudios CTS son un sello distintivo que caracteriza a los profesionales que egresan del ITM. Se busca así que los estudiantes y futuros profesionales de la Institución comprendan la importancia de un curso como el de Ciencia, Tecnología y Sociedad y, por ende, la naturaleza de los estudios CTS, que además de ratificar la impronta de la Institución con relación a estos temas, busca entregar a la sociedad sujetos reflexivos, conscientes de su saber y comprometidos con un quehacer. Pero, ¿Qué son los estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad? Cabe explicar que los estudios CTS se constituyen como un modo de pensamiento, perspectiva teórica y de trabajo originados como respuesta de un grupo de académicos y legos, quienes comenzaron a preocuparse por los impactos adversos desencadenados por el desarrollo científico- tecnológico del complejo Científico-Militar, que tomó mayor protagonismo a partir de la Segunda Guerra Mundial. El movimiento CTS tiene uno de sus antecedentes en los STPP (Science, Technology and Public Policy), pero incorpora también el componente crítico hacia la ciencia y la tecnología heredado de algunos importantes acontecimientos sociales acaecidos durante los años sesenta: el miedo al apocalipsis nuclear, las revueltas estudiantiles, la oposición a la cultura establecida de los movimientos contraculturales de carácter radical, el desprestigio de la guerra del Vietnam, etc.; así como de las actuaciones de otros movimientos activistas sociales de los años setenta: ambientalistas, de consumidores, feministas radicales, etc. (Acevedo, Vásquez, & Manassero, 2001). Puede decirse que los antecedentes de los estudios CTS los encontramos luego de la puesta en marcha de proyectos de Investigación + Desarrollo (I+D) en Estados Unidos o, bien, el

auge de la llamada Big Science o gran ciencia, un hecho puntual hace que en la década de los cincuenta se comience a reflexionar sobre tales avances, dando paso a investigaciones que cuestionan la imagen tradicional de la ciencia, partiendo de un elemento clave: la importancia de ponerla en contexto social, algo que anteriormente bajo esa mirada tradicionalista pasaba a un segundo plano; lo anterior hizo necesario, además, la creación de instituciones dedicadas a las políticas tecnocientíficas. De este modo, se constituyen como objetivos clave de CTS Favorecer una percepción más ajustada y crítica de los temas de ciencia y tecnología, así como de sus relaciones con la sociedad, será el primer objetivo de la perspectiva CTS. El segundo, de carácter más práctico, será promover la participación pública de los ciudadanos en las decisiones que orientan los desarrollos de la ciencia y la tecnología a fin de democratizar y acercar a la sociedad las responsabilidades sobre su futuro (Grupo Argo, (s.a.)). Fue a partir de la década de los sesenta que se pasó de realizar análisis históricos e individuales, a diseñar cursos y otras experiencias formativas para educar a los ciudadanos entorno a estos procesos científico-tecnológicos, propiciando el llamado giro constructivista y análisis contextualizado tanto de la ciencia como de la tecnología. […] el constructivismo se ha definido en relación con el contenido de la ciencia –teorías y métodos– y en oposición al estudio del contexto científico – instituciones– y al tipo de sociología que se encargaba de su estudio. El constructivismo pretende extender el análisis sociológico a la racionalidad científica para estudiar la influencia de los factores sociales en los procesos de validez y justificación científica. En sus propios términos, pretende abrir la «caja negra» (Whitley, 1972) de la ciencia al estudio sociológico (Fernández, 2009 , pág. 690). De tal manera, esa ciencia tradicional con enfoque “puro” y “neutral” comienza a ser interpretada por disciplinas humanísticas como son la filosofía, historia, teoría política, economía, sociología, entre otras. Se produce una mirada distinta entorno a la Ciencia y la Tecnología propiciando nuevas consideraciones de carácter educativo y político.

Para el caso de América Latina, esta preocupación desde CTS se genera a partir de la década de los sesenta y llega a Colombia en los noventa, denominándose como Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad PLACTS, en principio se ocupa de indagar desde el punto de vista histórico sobre la vida y obra de los científicos más destacados en el continente, algo cuestionable, pues dejaba de lado el contexto social para remitirse a esta aproximación individual. No obstante, esta carencia buscó saldarse al incluir en las reflexiones el desarrollo a nivel de investigaciones científicas y la repercusión en las disciplinas de los hallazgos en Ciencia. Fue en países como Argentina, Brasil, Perú y Uruguay donde se hizo más evidente este análisis, criticando el modelo lineal de innovación y, además, enfatizando en lo sustancial de generar proyectos acordes a las necesidades contextuales. La panorámica de campo CTS en Latinoamérica se concreta en la variedad de objetivos y problemas de análisis que compone la matriz disciplinar de este campo de trabajo. En esta matriz, se incluye la política científica y tecnológica en América Latina, gestión de tecnología, los procesos de innovación y el cambio técnico en la empresa, el progreso de las disciplinas y comunidades científicas, los problemas de la vinculación en ciencia–producción, el comercio internacional de la tecnología, la articulación en el análisis de la perspectiva de la ciencia jurídica y de la economía y por último la prospectiva tecnológica (Quintero, 2010, pág. 229). Pese a que este análisis en materia de políticas públicas entorno a la ciencia y la tecnología estaba en principio muy influenciado por organismos internacionales como la UNESCO y la OEA, esto no fue impedimento para posibilitar la reflexión crítica al respecto desde la mirada latinoamericana. ¿Por qué y para qué CTS en los programas de pregrado del ITM? El fundamento académico del ITM está sustentado en que el conocimiento Científico y Tecnológico va más allá de un quehacer o la preparación y el desarrollo de habilidades para un oficio. Como lo mencionan Cadavid & Urrego (2005 ), en Colombia se difundió la idea de que la formación tecnológica era de segunda mano, una carrera corta y para pobres, algo que según las

autoras ha hecho que se margine dicha formación del saber tecnológico y se convierta en un tema meramente instrumental y operativo, claramente separado de los procesos productivos que jalonan el desarrollo del país y que desconocen que, tanto la educación tecnológica como sus profesionales deben categorizarse como de primer orden. En esa línea, la pretensión es que el estudiante construya un pensamiento crítico y elaborado, que le permita hacer frente a los desafíos del mundo contemporáneo no sólo en lo que atañe a su actuar profesional, sino también a la responsabilidad social que le demanda su formación. Así, en una asignatura como CTS, se posibilita establecer y analizar la simbiosis que se teje entre la (CyT), por ende, sobre los efectos sociales, culturales, políticos y económicos que éstas representan. La clave de la formación brindada por el ITM posibilita que el objeto de estudio, es decir, la (CyT) se convierta en un objeto de conocimiento, con el cual los estudiantes pueden interactuar, en ese sentido: Vale resaltar que el diseño de una propuesta metodológica para facilitar la comprensión de un objeto de estudio trasciende lo procedimental hacia lo epistemológico, y le imprime identidad a un proceso de enseñanza desarrollado en el contexto de una concepción que lo fundamenta; aspecto que marca la diferencia entre una enseñanza de calidad y una enseñanza que se constituye en un acto de repetición, puesto que el enseñar es esencialmente un encuentro con la lógica del conocimiento, y éste es la expresión de una visión más fundamentada de la realidad (Cadavid & Urrego, 2005 , pág. 52). Desde este punto de vista, se debe entender que la construcción de un pensamiento tecnocientífico con fundamento en lo social y que se convierte en la verdadera apuesta de la formación CTS, va mucho más allá de la lógica transmisionista de X o Y conocimiento. De lado debe quedar aquel pensamiento del alumno que asiente y replica los aprendizajes de su docente, es en este punto donde se requiere un “docente con pensamiento reflexivo y crítico que convoque a actuar de similar manera al estudiante” (Cadavid & Urrego, 2005 , pág. 56).

Se demanda un proceso dialógico docente-alumno, donde el maestro se convierta en inspirador y orientador del conocimiento, más no en oráculo del mismo. Esa construcción compartida de conocimiento permite y exige que se planteen estrategias, donde el estudiante pueda reflexionar y razonar para encontrar posibles respuestas a los interrogantes propios de su formación; respuestas, donde la autonomía, la capacidad y posibilidad de disentir con argumentos, se conviertan en la columna vertebral de su aprendizaje personal y profesional. El impacto de una estrategia metodológica se dimensiona desde diferentes formas de expresión que puede tener el potencial de desarrollo del estudiante, en términos de ser capaz de ver lo que antes no veía, preguntarse por lo que no comprende, incorporar el lenguaje del objeto de estudio en su discurso cotidiano, interrogarlo, hablar de él con propiedad, aplicarlo en situaciones concretas (Cadavid & Urrego, 2005 , pág. 60). La intencionalidad formativa pasa, entonces, por un aprendizaje que al ser significativo no solo se remite al pensamiento, sino que, al tiempo, trasciende la emoción, permitiendo que el estudiante desarrolle unas competencias intelectuales y sociales que le facilitan entender el mundo y actuar de manera acertada en esa realidad que se le presenta. Realidad que se pone de manifiesto a partir de los estudios CTS, y que busca que el alumnado se inscriba en un cuestionamiento permanente fundamentado en un diálogo igualmente constante que le posibilite pensar el mundo, así como sus condiciones históricas y actuales de un modo más auténtico y perspicaz.

Referencias Acevedo, J., Vásquez, Á., & Manassero, M. A. ((s.d.). de (s.m.). de 2001). Organización de Estados Iberoameriacnos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Obtenido de Organización de Estados Iberoameriacnos para la Educación, la Ciencia y la Cultura: https://www.oei.es/historico/salactsi/acevedo13.htm Cadavid, G., & Urrego, M. I. (2005 ). La construcción del Instituto Tecnológico Metropolitano como institucción de reconocimiento . En G. Cadavid, & M. I. Urrego, Construcción Académica del Instituto Tecnológico Metropolitano (págs. 84-85). Medellín: Artes y Letras Ltda. Díaz, C. (2019). Producción y demanda residencial de energía eléctrica en Colombia: Más allá de lo técnico y lo económico. Bogotá D.C: Universidad del Bosque. Fernández, A. (2009 ). El constructivismo social en la ciencia y la tecnología: las consecuencias no previstas de la ambivalencia epistemológica. . Arbor, 689-703. Gay, A., & Ferreras, M. (2002). La educación tecnológica. Aportes para sus implementación . Buenos Aires : Miniesterio de Educación, Ciencia y Tecnología . Grupo Argo. ((s.d.) de (s.m.) de (s.a.)). grupoargo.org. Obtenido de grupoargo.org: http://www.grupoargo.org/cts41_42.pdf Jiménez, J. (2010). Origen, desarrollo de los estudios CTS y su perspectiva en América Latina. Ciencia, política y poder. Debates contemporáneos desde Ecuador, 1-23. Onfray, M. (2007). Antimanual de filosofía. Lecciones socráticas y alternativas. Madrid: Edaf. Quintero, C. A. (2010). Enfoque Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS): perspectivas educativas para Colombia. Zona Próxima, 222-239.