El Nacimiento Del - Pensamiento Pedagogico Moderno

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EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO DEL TERCER MUNDO Hasta este momento presentamos las ideas pedagógicas de la educación "universal", pero que han sido desarrolladas principalmente en Europa y en los países del llamado "Primer Mundo". Ahora, hablaremos del pensamiento pedagógico del "Tercer Mundo", aquel pensamiento originado por la experiencia educativa de los países colonizados, básicamente los de América Latina y los de África. Esos países construyeron una teoría pedagógica original en el proceso de las luchas por su emancipación. Actualmente, ese pensamiento tiene influencia no sólo en los países de origen, sino también en muchos educadores.delllamado "Primer Mundo", como lo demuestra la difusión de las obras de Paulo Freire, Amílcar Cabral, Emilia Ferreiro y otros. África y América Latina no pueden ser comprendidas sin Europa. Europa colonizó a los dos continentes, dividiendo territorios según sus intereses económicos, políticos e ideológicos, haciendo a esos países cada vez más dependientes y manteniéndolos en el subdesarrollo. Los países de América Latina tuvieron su desarrollo limitado primero por las políticas de las metrópolis y, des-pués de la independencia, por un tipo de desarrollo asociado todavía a los intereses de ellas. Los colonizadores combatieron la educación y la cultura nativas, imponiendo sus hábitos, costumbres, religión, esclavizando a indios y negros. En el caso de los africanos, que hablaban tres, cuatro o muchas lenguas, los colonizadores impusieron una única lengua extranjera a fin de catequizar a todos y unirlos en una religión universal. Mientras tanto, ese programa, llevado a cabo por las iglesias, fracasó en África porque la tradición europea religiosa estaba basada en el valor de la palabra escrita, al paso que la tradición cultural africana está dominada básicamente por la oralidad. Además de eso, África es esencialmente un continente agrario. En las tabancas (aldeas), la comunidad no tiene interés en alfabetizarse ya que no utiliza lo que aprende. Los países africanos que en los años setenta de este siglo consiguieron liberarse de la metrópoli portuguesa hicieron enormes campañas de alfabetización que, desde el punto de vista europeo, serían consideradas verdaderos fracasos. Los resultados obtenidos fueron enormes si consideramos la falta de condiciones y la multiplicidad de lenguas habladas. Además, esas campañas tenían como objetivo sobre todo la incorporación de esas masas dispersas en un proyecto nacional y el fortalecimiento del pueblo como animador colectivo de la educación. La historia del pensamiento pedagógico latinoamericano registra contribuciones importantes y variadas como la del educador cubano José Julián Martí (1853-1895), de los llamados "estadistas de la educación", entre ellos el mexicano Benito Juárez, el argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) Y el uruguayo José Pedro Varela (1845-1879) que predicaban la educación como "locomotora del progreso". Además de ellos, también merecen ser destacados los marxistas: el argentino Aníbal Ponce (1898-1938) Y el peruano José Carlos Mariátegui (1895-1930). Poeta, escritol~ periodista y educador, José Martí se hizo conocido entre los pueblos de habla hispana a través de sus escritos para niños. Nacido en La Habana, era anticolonialista radical y por eso fue hecho preso varias veces y exiliado. Vivió en España, en México, en Guatemala y.en Venezuela. Autor de una vasta obra (28 volúmenes), escribió El presidio político en Cuba y La República Española ante la Revolución Cubana, en España, y también un conjunto de versos: Ismaelillo, Hlrsos libres y Hlrsos sencillos. Martí era un profesor que creía profundamente en el poder y en la importancia de la libertad. Creía que un gobierno que desea servir a sus ciudadanos debe demostrarlo con lq. importancia que da a la educación de su pueblo. Su primera preocupación era la propagación de oportunidades educativas para todo el pueblo, lo que no significaba ofrecer educación exclusivamente a las clases más pobres, sino a todos. Para Martí, los aspectos más importantes del sistema educativo eran cuatro: primero, la educación debería ser laica, no religiosa; segundo, debería ser científica y técnica; tercero, la educación debería ser una preparación para la vida; y, finalmente, la educación debería tener un contenido nacional. Los tres históricos "estadistas de la educación" (Juárez, Sarmiento y Varela) defendieron, en sus respectivos países, una educación cuyo centro fuera la formación del ciudadano, en la: línea

del pensamiento pedagógico ilustrado y liberal, así como la extensión de la escuela para todos, como Varela defendió en su libro La educación del pueblo (1874). Postulaban un orden social que permitiera superar el atraso económico, orden fundado en la educación y en la participación. Uno de los mayores.difusores del pensamiento pedagógico liberal europeo en América Latina fue el argentino Lorenzo Luzuriaga (1889-1959). Fue uno de los más fecundos y destacados pedagogos en los países de lengua española, desde la década de 1920. Propagó de manera infatigable e inteligente la Escuela Nueva en la Revista dé la Pedagogía, publicada durante muchos años en España. En una de sus últimas producciones -Reforma de la Educación-Luzuriaga pretendió llevar los principios de la pedagogía activa a todos los niveles de enseñanza y sectores de la educación. En sus obras, Luzuriaga abordó los diversos aspectos de la psicología y de la educación de la infancia, la adolesc~ncia y lajuventud y sus relaciones con las enseñanzas primaria, secundaria y universitaria, así como con el perfeccionamiento y la preparación del magisterio y del profesorado. Sus obras principales son: Historia de la educación pública (1946), Historia de la educación y de la pedagogía (1952), La escuela única (1931), La educación nueva (1949) Y Pedagogía social y política (1954). Además de defender los principios de la Escuela Nueva, Luzuriaga defendía la creación de un sistema de enseñanza supranacional bajo la égida de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Recientemente algunos educadores latinoamericanos vienen destacándose. Entre ellos, las argentinas María Teresa Nide1coff y Emilia Ferreiro, cuyas ideas serán presentadas en la segunda parte de este capítulo. Además de ellas, otros educadores latinoamericanos en los últimos años han estado contribuyendo al desarrollo del pensamiento pedagógico, entre ellos: Fernando Flores, Tomás Vasconi,]uan Carlos Tedesco, Germán Rama,]usta Ezpeleta y ] uan Eduardo García Huidobro. Como en América Latina el desarrollo de la teoría educativa es variado y diferenciado, es difícil establecer un marco común. Mientras tanto, se puede afirmar que, después de los movimientos de independencia del siglo pasado y el advenimiento de la República, todos los países pasaron por la visión optimista de la construcción democrática vía educación. Se puede decir que, en el período de 1930 a 1960, predominó en América Latina la teoría de la modernización desarrollista. A partir de la década de los sesenta, con las luchas de liberación, surge la teoría de la dependencia, que negaba la teoría anterior. Era una educación denunciante, de crítica radical a la escuela, al aparato ideológico y a las desigualdades sociales. Esa teoría fue dominante en la primera mitad de la década de 1970 con la fuerte presencia del autoritarismo del Estado y de los militares. Fue una época en que predominó el desencanto con· la escuela: lo que importaba era cambiar la sociedad. En consecuencia, surgieron muchas iniciativas no escolares. La década de 1980 no presenta teorías o paradigmas pedagógicos dominantes. Se trata de una era de crisis y perplejidad. Hay un creciente desarrollo de la posgraduación en educación y un aumento de organizaciones no gubernamentales, que se constituyen en el marco teórico-práctico de la década. Se comprueba un rápido agotamiento dd modelo teórico crítico, en función de su distanciamiento de la práctica. En realidad, no faltan teorías, pero ellas no se dan cuenta del grave problema educativo latinoamericano. Por eso, muchos educadores actualmente buscan soluciones microestructurales, valorando lo vivido en el salón de clase, el retorno a la autogestión, a los pequeños proyectos y nuevas categorías pedagógicas como la alegría, la decisión, la selección, el vínculo, la escucha, la radicalidad de lo cotidiano, los pequeños gestos que hacen de la educación un acto singular. Es en eso donde ellos· encuentran esperanza de superación de nuestra crisis educativa. La práctica' de enfrentamiento de la crisis parece juntar dos corrientes fuertes: por un lado, los de la escuela pública; por el otro, los educadores ligados a los movimientos por la llamada educación popular no escolar. Una síntesis de superación de esas tendencias pedagógicas se encuentra en la perspectiva de la "educación pública popular" que tiene, entre otros inspiradores, al educador Paulo Freire y que también es sostenida por el autor de este libro.

En el contexto de la educación popular latinoamericana se destacan los educadores: los chilenos Antonio Faundez y Marcela Gajardo, la ecuatoriana Rosa ~aría Torres, los argentinos Carlos Alberto Torres, Adriana Puiggróss, autora de Hacía una pedagogía de la imaginación en América Latina (1992), Isabel Hernández y Enrique Dussel, el peruano Osear Jara, el colombiano Orlando Fals Borda, autor de Conocimiento y poder popular (1986) Y el español Francisco Gutiérrez. Carlos Alberto Torres, nacido en 1950, profesor de Educación Internacional de la Universidad de Alberta, en Canadá, y de la VCLA (Universidad de California), desarrolló varios trabajos en el área de la sociología política de la educación de adultos y sobre investigación participante. Entre sus libros destacarnos: Sociología política de la educación de adultos (1'987) y The politics ofnonformal education in Latin America (1990). Isabel Hernández, nacida en 1948, actualmente secretaria del Consejo de Educación de Adultos de la América Latina (CEAAL), desarrolló sus trabajos en Chile y en Argentina aplicando el método de Paulo Freire en pueblos indígenas mapuche. Esa experiencia es pre"",uaua en su libro Educación y sociedad indígena. OsearJara es sociólogo, natural de Perú, vive y trabaja en Costa Rica. Es coordinador de la Alforia (Red Centroamericana de Educación Popular), constituida por varias entidades. Trabaja con campesinos, obreros y educadores populares. Es autor de varios libros sobre educación popular, entre ellos: Educación popular: la dimensión educativa de la acción política (1981). Ese autor proporciona una importante contribución a la búsqueda de una práctica educativa comprometida con el fortalecimiento de las organizaciones populares y de la lucha de liberación de los pueblos de América Latina. Marce1a Gajardo es consultora de la VNESCO y de otros organismos de cooperación técnica internacional, docente e investigadora de la Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Entre sus publicaciones, destacarnos: Teoría y práctica de la educación popular (1985) Y La conscientización en América Latina Tanto en África corno en América Latina, el pensamiento pedagógico se desarrolló sólo cuando se liberó de la educación del colonizador y de la tutela del clero. El desarrollo de la escuela pública y la expansión de la imprenta desencadenaron la popularización de la enseñanza. Las luchas por la independencia que destruyeron el régimen colonial no sólo apuntaban hacia un nuevo modelo económico-político, sino también hacia una.inueva valorización de la cultura nativa y hacia la expansión de la educación popular. A pesar de eso, en la mayoría de los países latinoamericanos y africanos que no revolucio naron SUS estructuras económico-políticas, persisten problemas educativos dramáticos. Entre ellos, la alta tasa de analfabetismo, la falta de escuelas y de profesores calificados, la inexistencia de una formación para el trabajo, las altas tasas de ausentismo y repetición y el desprecio de los gobiernos por la educación y la cultura. Solamente los países que pasaron por un proceso revolucionario, como Cuba y Nicaragua, enfrentaron masivamente el problema de la educación popular y de la formación para el trabajo. La reforma educativa implantada por la Revolución cubana tenía como objetivo transformar a todos los cubanos en una fuerza de trabajo bien preparada, crear una conciencia socialista generalizada y formar el "hombre nuevo", solidario y progresista. Profesores y estudiantes fueron a la zona rural para alfabetizar un millón de personas. La educación formal fue considerada el principal medio para llevar a la población a la plena participación en la economía. En nueve meses, durante el año de 1961, el programa de alfabetización redujo de 23.6% a 3.9% el analfabetismo en Cuba. El mismó resultado obtuvo la Revolución sandinista en Nicaragua en 1980, reduciendo el analfabetismo de 52% a 12.9% en 5 meses, con el apoyo de estudiantes y trabajadores, soldados y profesores. A la in versa de las campañas de otros países, como Bra,sil, Cuba y Nicaragua garantizaron la continuidad de los estudios de los alfabetizados en cursos de posta!f