El Hombre Como Ser Constitutivamente Moral

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El Hombre Como Ser Constitutivamente Moral Se afirma que somos, según cierta tradición de la filosofía moral hispana, seres constitutivamente morales, lo que significa, para decirlos en términos coloquiales, que “no nos queda de otra”. Podemos comportarnos de forma moralmente correcta en relación con determinadas concepciones del bien moral, es decir, en relación con determinadas normas y códigos morales para nosotros valiosos con respecto a ellos, per estructuralmente hablando, no existe ninguna persona que se encuentre situada “más allá del bien y del mal”. Esto significa que ante el hecho moral, por más que queramos, no podemos ser diferentes: somos seres morales tanto porque nos apegamos a cierta moral como porque nos apartamos a ella. Desde los orígenes mismos de la humanidad, la conducta humana se enfrenta a la doble posibilidad de ser, precisamente “buena” o “mala”, digna o indigna del hombre. La historia ofrece el testimonio de la presencia de los valores del hombre humanizado, aunque sobre todo lo ofrece de su ausencia y su indudable rareza; estas son consecuencia de dos signos irreductibles de la libertad: la decisión y el esfuerzo. Lo que explica la Ética es pues, que el hombre es un ser constitutivamente moral. Bueno o malo, no puede no ser moral, ya que, como hemos visto, la moralidad forma parte de la estructura de la subjetividad humana, para bien o para mal. 2. EL HOMBRE COMO: 2.1. Acción Concebir al hombre como un ser activo ha sido uno de los temas en los que algunos filósofos de todos los tiempos han concebido, desde Platón y Aristóteles, pasando Spinoza, Leibniz, Marx, y, en nuestros días, Fernando Savater. Por lo que no puede haber mejor comienzo para quien pretende acercarse al estudio de la ética, que tomar como punto de partida a la acción, concretamente a la acción humana. 2.2 Posibilidad El hombre es acción, es posibilidad de llegar a ser todavía lo que no es. Es algo que está sujeto a la dialéctica que consiste en hacerse y re-hacerse, esto es, en inventarse a si mismo. A diferencia de los animales, que no pueden ofrecer más que respuestas mecánicas e instintivas ante las influencias del media ambiente, el hombre es un ser con posibilidades de optar por varios cursos de acción cuando se le presenta una situación en donde entra en juego su capacidad de decisión. 2.3 Persona

Cabe reconocer que el concepto de persona no ha recibido la misma atención por parte de los filósofos morales o éticos hispanos de los que nos hemos venido ocupando. Para Emmanuel Kant, el concepto de persona aparece fuertemente asociado al de respeto, ya que este se da en dos sentidos: como respeto a la ley, y como respeto a la persona. En el caso del primero, consiste en una subordinación de la voluntad, la cual tiene conciencia que debe acatar la ley, mientras que en el segundo caso, respeto significa tener conciencia de que los demás seres humanos son personas y que, por esta razón no debemos emplearlos como medios sino verlos como fines en si mismos.