Dhondt, Jan. - La Alta Edad Media [1971]-1

Historia Universal Siglo veintiuno Volumen 10 LA ALTA EDAD MEDIA Jan D h o n d t México Argentina España historia un

Views 52 Downloads 7 File size 20MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Historia Universal Siglo veintiuno Volumen 10

LA ALTA EDAD MEDIA

Jan D h o n d t

México Argentina España

historia universal siglo

m

Primera e d i c i ó n e n c a s t e l l a n o , 1971 ©

SIGLO X X I DE ESPAÑA

EDITORES,

S.

A.

E m i l i o R u b i n , 7. Madrid-16 En coedición con ©

SIGLO

X X I EDITORES,

S.

A.

Gabriel M a n c e r a , 65. M é x i c o - 1 2 , D. F. P r i m e r a e d i c i ó n e n a l e m á n , 1967, revisada a u t o r e s p a r a la e d i c i ó n e s p a ñ o l a . (Q

F I S C I I E R B Ü C H E R E I K. c ,

Frankfurt a m

T í t u l o o r i g i n a l : Das friiche

DERECHOS

RESERVADOS

CONFORME

Impreso y hecho en España Printed

and made

in

Spain

D e p ó s i t o l e g a l : M. 23.301-1970 E d i c i o n e s Castilla, S. A. M a e s t r o A l o n s o , 21. Madrid

Mittelalter

A LA L E V

Main

y puesta

al día p o r los

índice

1.

EL PERIODO DE LA AFLUENCIA DE PUEBLOS

EXTRAN-

JEROS

I. Los órdenes políticos, 1.—a) Las islas británicas, 1.—b) El imperio franco. El núcleo estable, 2.—c) Sajonia, 3.—d) Frisia. Aquitania. Los vascos y los bretones, 5.—e) Baviera, 6.—f) Los avaros, 6.—II. El imperio carolingio a la muerte de Carlos, 7.—a) Las fronteras del imperio en el oeste, 7.—b) Italia, 7.—c) Las regiones orientales del imperio carolingio, 8.—III. Dos siglos de temor. Agredidos y agresores, 9.—a) El peligro árabe, 9.—b) Los normandos, 10.—a) La irrupción de los escandinavos. Los motivos, 11.—¡3) Las oleadas vikingas, 12.— y) Debilidades del imperio carolingio, 13.—5) El fin de los ataques, 14.—s) Los normandos en Inglaterra, 15.—c) Los húngaros (Magiares), 17. 2.

CONCIENCIA SOCIAL Y ESTRUCTURACIÓN DE LA SOCIEDAD EN LA ÉPOCA CAROLINGIA

20

I. La estructuración de la sociedad, 20.—II. Los distintos estratos sociales, 23.—a) Los esclavos. Generalidades, 23.—b) La situación económica de los esclavos, 23.—c) Los colonos. Los «Mansos», 24.— d) Los campesinos libres, 27.—e) Los ricos, 28.— I I I . El clero en el imperio carolingio, 29.—a) Iglesia y Estado, 30.—b) La reforma eclesiástica, 30.— c) Obstáculos a la reforma eclesiástica, 31.—f) El monacato, 35.—IV. Grupos sin morada fija, 37. 3.

EL ESTADO CAROLINGIO. LOS FACTORES DE LA DISGREGACIÓN

Y

LA

OPOSICIÓN

DE

LA

CLASE

DOMINANTE.

I. Los pobres como adversarios del estado, 38.-— II. Las conspiraciones populares, 41.—III. La multiplicidad de grupos étnicos como factor de descomposición, 43.—IV. Las grandes familias condales. Una amenaza para el estado, 45.—V. La estructura administrativa, 47.—VI. La Iglesia, 5 1 . — VIL Las finanzas, 52.—VIII. El ejército de los carolingios, 53.—IX. La agricultura y los números, 56.—X. La disolución del poder central, 58.— v

XI. La iglesia como poder político, 61.—XII. El triunfo de la realidad, 62.—XIII. Una mirada a Inglaterra, 62. 4.

LA LUCHA POR EL PODER

65

I. Carlomagno y Luis el Piadoso, 66.—II. La desmembración del imperio carolingio, 68.—III. El nacimiento de nuevos reinos, 71.—IV. Los papas y los reyes de la casa carolingia, 74.—V. Los papas y los príncipes de Italia, 77.—VI. Aparición y desarrollo de los principados, 80.—VIL Los príncipes territoriales con prerrogativas soberanas, 82. 5.

LA VIDA COTIDIANA Y EL DESARROLLO TÉCNICO

90

I. Comunidades rurales, 90.—a) En medio de los bosques, 91.—b) La aldea y el dominio señorial. El cultivo de la tierra, 92.—c) Los beneficios dci bosque, 93.—II. La flora, 94.—a) Cereales, 94.— b) Hortalizas y raíces, 96.—c) Frutos, 99.—III. La fauna, 99.—a) Los mamíferos, 99.—b) Los volátiles, 101.—c) Peces, 102.—d) Animales salvajes, 102.—IV. El día y el año, 105.—a) Los instrumentos de trabajo agrícola y artesano, 105.—b) Los molinos, 107.—V. La vida espiritual, 108.—a) Anarquía en la veneración religiosa, 108.—b) Herejías y agitaciones populares, 109.—VI. Las bebidas comunes. Las asociaciones de ayuda mutua, 111. 6.

EL DESARROLLO

ECONÓMICO ENTRE EL

SIGLO VIII Y

EL IX

I. Italia, 114.—a) Venecia, 114.—b) Italia meridional, 119.—c) Desde el Tíber hasta el Ebro, 120.—II. Bizancio como centro económico, 121.—III. De Bizancio a Kiev, 122.—IV. La expansión, de los suecos hacia el sur, 123.—V. Los «rusos», 124.—VI, De Kiev al mar Báltico, 127.—VIL Los objetos de! comercio, 128.—VIII. De Suecia a Inglaterra, 131.— IX. Islandia, Groenlandia y Vinland, 136.—X. Frisones y Anglosajones, 137.—XI. España, 139.— X I I . Inglaterra e Italia. El Mancuso, 140.—XIII. Los bienes del consumo en la temprana Edad Media, 145.—a) El vino, 145.—b) Cereales, 146.—c) La sal, 147.—d) Los tejidos, 148.—XIV. Los Mercaderes, 150.—XV. Ciudades y mercados, 157.—XVI. El dinero, 161.—XVII. Funciones de la moneda en Occi' dente, 164. vi

114

7.

LA É P O C A

IMPERIAL

174

I. Una modificación de los puntos de vista, 175.— I I . El mundo de los escandinavos, 178.—III. Inglaterra, 179.—IV. Eslavos y magiares, 183.—a) Millones de nuevos cristianos, 186.—b) Reacciones del paganismo, 189.—V. Los reinos más antiguos, 191.— VI. Italia, 194.—VII. Las bases del imperio de los otoñes, 195.—a) La iglesia imperial, 198.—b) Principados franceses y ducados alemanes, 202.—c) Dinastía y sucesión, 203.—VIII. Italia, el imperio y el papado, 204.—IX. Otón I y el imperio, 206.— X. Otón I I . La tragedia de un soberano, 208.— XI. Otón I I I . Sueños de grandeza y desmoronamiento de la dinastía, 210.—XII. Enrique I I , el último emperador de la casa de Sajonia, 213.—XIII. Los eslavos y los emperadores, 214.—XIV. Italia tras la muerte de Otón I I I , 217.—XV. Enrique I I I . Apogeo y decadencia, 220.—XVI. Ocaso y crisis del poder imperial, 221. 8.

LOS NOBLES

Y LOS

SEMILIBRES

224

I. Del castellano (alcaide) al semilibre, 224.—II. La Nobleza, 228.—III. Los orígenes de la nobleza, 230.—IV. El arraigo regional de la nobleza, 233.— 9.

LA

VIDA

RELIGIOSA.

DESARROLLO

DE

GRUPOS

ASOCIACIONES

JURAMENTADAS.

SOLIDARIOS

234

I. Un clero degradado, 234.—II. Roma «nobilis», 235.—III. La reforma eclesiástica, 238.—IV. Reforma eclesiástica o restauración. Oraciones eficaces, 239.—V. Reforma monacal y exigencia social, 240.— VI. La expansión de la reforma monástica, 242.— V I L La reforma eclesiástica y las corrientes de la época, 243.—VIII. El viraje de las masas hacia la divinidad, 244.—IX. Otros aspectos de la revolución espiritual, 249.—X. La Paz de Dios, 252.— XI. Los habitantes de las ciudades y el episcopado, 258.—XII. Comunas y conjuraciones, 260.—XIII. El rechazo de la situación, 262.—XIV. El año 1000, 263.—XV. El retraso de Alemania, 264. 10.

ECONOMÍA

Y

SOCIEDAD

EN

EL

SIGLO

X

Y

COMIENZOS

DEL XI

267

I. Acumulación de la riqueza en las clases poderosas, 267.—II. Gravámenes y progreso técnico, 269.— VII

I I I . Diferenciaciones sociales en el campo, 274.— IV. Los artesanos, 277.—V. Las últimas hambres periódicas, 278.—VI. De Venecia a Venecia, 278.— a) El Mediterráneo occidental, 278.—b) Rusia y los países del mar Báltico, 279.—c) El mar del Norte y Europa occidental, 282.—VIL El surgimiento de las ciudades, 284.—VIII. El desarrollo de las ciudades, 287.—IX. Burh y Gorod, 288.—X. Engrandecimiento de los centros urbanos, 291.—XI. Los inicios de un estatuto jurídico de las ciudades, 295.—XII. Los gremios, 303.—XIII. El comercio como elemento esencial de las ciudades, 305.— XIV. Los mercaderes, 307.—XV. Las mercancías, 311.—XVI. La falta de una moneda válida, 317. 11.

VIDA

INTELECTUAL

Y

ARTES

PLÁSTICAS

319

I. Diferencias de opinión y concordancias entre especialistas, 319.—II. La Iglesia y el Estado como consumidores de valores espirituales, 324.—III. El latín medieval y las lenguas vernáculas, 326.— IV. Otros medios de unificación, 328.—V. La enseñanza escolástica, 330.—VI. La arquitectura, 332.— V I L La arquitectura bajo los otoñes, 336.—VIII. La arquitectura en los países meridionales, 337.— IX. Las artes figurativas, 340.—X. El mundo intelectual, 343.—a) «Escuelas palatinas» y «Academias», 343.—b) El programa de los carolingios, 345.— c) Los hombres, 346.—d) Las obras, 348.—e) Fenómenos concomitantes, 350.—f) El siglo xi, 352. TABLA

CRONOLÓGICA

357

NOTAS

364

BIBLIOGRAFÍA APÉNDICE

BIBLIOGRÁFICO

PROCEDENCIA

ÍNDICE

VIII

389

DE LAS

ALFABÉTICO

ILUSTRACIONES

403

409

410

1. El período de la afluencia de pueblos extranjeros Al historiador sólo le queda intentar aproximarse poco a poco a !a verdad. Edouard Perroy.

Nuestro libro trata una época que se extiende desde la mitad del siglo V I I I hasta mediados del xi aproximadamente. Es éste, quizá, el período en el que Europa ha tenido menor importancia en el Orbe. El mundo del Islam, el imperio de Bizancio y el imperio chino eran entonces los países de las culturas superiores. El Occidente, producto en descomposición del apenas ya reconocible imperio romano, se esforzaba mientras tanto en no ceder a las hordas que en oleadas sucesivas amenazaban inundar Europa occidental. Pueden diferenciarse en el espacio de tiempo que aquí se estudia dos grandes períodos. En el primero de ellos tiene lugar la ofensiva de estos pueblos: un período que concluye con la batalla del Lech (no lejos de Augsburgo) en el año 955. El segundo período, que constituirá también la materia de la segunda parte de nuestra exposición, se caracteriza por el revivir del Occidente europeo. Hemos de hablar de la Europa continental, centro de gravedad de este desarrollo, y, precisamente por ello, debemos recordar que en aquella época, en el noroeste de Europa occidental, vivían, aún aislados en sus culturas particulares, pueblos que después, en el curso de la historia, entraron en contacto, repetidamente y en grados muy diferentes, con los pueblos continentales.

I.

LOS

ORDENES

POLÍTICOS

a)

Las islas británicas

Lancemos primero una ojeada a Irlanda. Parece que este país mantuvo durante los siglos vi y vil continuas relaciones comerciales con el continente, sobre todo con el suroeste de Francia y con la península ibérica. Estas relaciones disminuyeron pronto, [11

quizás a causa de la conquista de España por los musulmanes. La isla era un pequeño mundo intranquilo, apartado de las grandes corrientes históricas. En aquel tiempo los irlandeses no estaban en condiciones de constituir un estado unitario y la isla fue arrancada de su aislamiento por los normandos. Desde el año 795 arraigaron en ella los noruegos, los Finn-Galls, o paganos de tez blanca (extranjeros rubios). En el año 851 llegaron a Irlanda los daneses, los Di/bb-Galls, o paganos de tez morena. Con mayor o menor intensidad, los normandos ejercieron su dominio sobre Irlanda hasta la victoria irlandesa de Clontarf, en el año 1014, e incluso durante algún tiempo tras esta fecha. Inglaterra', como se sabe, se desmembró en pequeños reinos que luchaban por el predominio en ella. Etelbaldo, «rey de los mercios e ingleses del sur» dominó, bastante pacíficamente, desde el 716 al 757. Su sucesor, Offa, que gobernó desde el 757 al 798, llegó a ser el más famoso rey de Mercia. Añadió a su reino algunas regiones y lo hizo tan poderoso que en cierto momento parecía destinado a tener una larga duración. Sin embargo, entre el 802 y el 839, el rey Egberto de Wessex condujo su propio estado a la hegemonía. b)

El imperio franco. El núcleo

2

estable

Observemos ahora la Europa continental. De todos los imperios «bárbaros» que en el transcurso de los siglos v y VI se habían constituido en los territorios occidentales del imperio romano, únicamente uno pervivía en el año 751: el reino franco. Sin embargo, este reino no poseía el predominio sin oposición, ya que en Italia había surgido otro, desarrollo poderosamente; el de los lombardos . Los reyes de este estado (Astolfo, muerto en 756, y su sucesor Desiderio) se trazaron como meta unificar a Italia bajo su cetro. Pero Pavía, la capital lombarda, fue tomada en el año 774 después de un largo sitio, y en el mismo año Carlomagno se proclamó «rey de los lombardos». No debemos ver en el dominio de los francos sobre el oeste de Europa un imperio occidental coherente y estructuralmentc homogéneo que ofreciese seguridad a sus pueblos a través de una apacible solidez. En realidad ha de pensarse más bien en un organismo estatal en cierta medida inconsistente, fuerte, ciertamente, en su núcleo, pero que se va debilitando hacia la periferia. A lo largo de sus fronteras eran presionados por enemigos que se hacían cada vez más amenazadores. Desde el Loira hasta el Rhin se extendía la región denominada Francia : espacio ya antes poblado por los francos, que, 3

4

2

|

| Ei reino franco en e! año 768

ty/Z/fi

Países conquistados por Cariomagno

Marcas limítrofes

ABSbpiTAM»/

£fi[

,M^yeVd«-,ís-wiLzos

j Z o n a s de influencia franca l ^ ' ^ S T S A J O N I A (772-804)-' —

'•$y

| p. 251-258, G. SZÉKÉLY, «Le role de l ' é l é m e n t m a g y a r et slave d a n s la f o r m a t i o n de l'état h o n g r o i s » , e n L'Europe au IXe-Xle siécles, Warszawa, 1968, p p . 225-239. Cf. Fr. GEIVEC, Koslantin und Metliod, Lehrer der Slawen, W i e s b a d e n , 1960; G. C. SOULIS, «The Legacy of Cyrill a n d M e t h o d i u s » , Ihimbarton Oak Papéis, 1965, p . 19. V i s i ó n d e c o n j u n t o y b i b l i o g r a f í a e n IVAN DUJCEV, R e l a t i o n s entre les S l a v e s m é r i d i o n a u x et B y z a n c e aux X - X I I I » s i é c l e s , Ca­ hiers de civilisation médiévale, 1966, p p . 533-556. Un b r e v e b o s q u e j o d e l o s a c o n t e c i m i e n t o s e x t e r i o r e s s e en­ cuentra e n K . S. L a t o u r e t t e , A history of the expansión of Chrislianity, S. I., 1938, I I , p p . 150 y s s . Un d e n s o c o m p e n d i o c o n re­ m i s i o n e s a t o d o s l o s a s p e c t o s y c u e s t i o n e s , e s d e A . GIEYSZTOR, «Les paliers d e la p é n é t r a t i o n d u c h r i s t i a n i s m e e n P o l o g n e a u X et XI'' s i é c l e s » , e n Studi in onore di Amintore Fanfani, I, 1962, pp. 329-367. Histoire üniverselte des missions cathollques, I: Les missions des origines au XVJc siécle, dirigida p o r S . DELACROIX, París, 1957. Cf. t a m b i é n L. MUSSET, «La p é n é t r a t i o n c h r é t i e n n e d a n s l'Europe d u N o r d et s o n influence s u r la civilization s c a n d i n a v e , S p o l e t o , Seltimane di Studio, X I V , 1966, p p . 263-325 y MARTYR ADALIIERTUS. Un état et u n e é g l i s e m i s s i o n n a i r e aux a l e n t o u r s d e l'an 1.000. S p o l e t o , Settimane di Studio, X I V , 1966, p p . 611-647. P. B o i s s o n a d e , Du nouveau sur la Chanson de Roland, París, 1923, p p . 66 y s s . R. POUPARDIN, Le royaume de Provence, París, 1901. '•' R. POUPARDIN, Le royaume de Provence, P a r í s , 1907. Cf. F . LOT, «Les d e r n i e r s Carolingiens», P a r í s , 1891. F . LOT, Étu­ des sur le regne de Hugo Capet, P a r í s , 1903. Ch. PFISTER, Études sur le regne de Robert le Pieux, París, 1885. J. DHONDT, «Le r e g n e d e Henri Ier.», e n Mélanges Halphen, P a r í s , 1951, p p . 200-208. El r e i n o d e Francia e s t r a t a d o c o m o i n s t i t u c i ó n p o r P . E . SCHRAMM, Der Konig von Frankreich, W e i m a r , 1939. Cf. a d e m á s , al r e s p e c t o F. LOTR. FAWTIER, Histoire des institutions francaise au moyen age, II: Institutions royales, París, 1958. " L. M . HARTMANN, Geschichte Italiens, vol. I I I , 2. G o t h a , 1911; vol. IV, 1, G o t h a , 1915. Cf. la bibliografía e n R. HOLTZMANN, Geschichte der Sachsischen Kaiserzeit, M u n i c h , 1953. Para l o s s u c e s o s p u r a m e n t e m a t e r i a l e s E . DÜMMLER, Jahrbücher der deutschen Geschichte linter Otto dem Grossen, Leipzig, 1876. A d e m á s R. HOLTZMANN, Kaiser Otto der Grosse, B e r l í n , 1936. Para la bibliografía cfr. la n o t a 20. A. HAUCK, Kirchengeschichte Deutschlands, 4 e d . , v o l . I I I . Leip­ zig, 1906. A d e m á s , A. AMANN y A. DUMAS, Histoire de VÉglise, vol V I I (VÉglise au pouvoir des laics, c a p . 2), P a r í s , 1940. H . MITTEIS, ller Staat des hohen Mittelalters, W e i m a r , 1955, p . 158. 1 2

13

e

1 5

14

1 3

3 1

2 2

2 3

M

2 5

2 4

H. H. H.

MITTEIS, op. MITTEIS, op. MITTEIS, op.

Para Jahrbücher » Para Jahrbücher

cit., cit., cit.,

la bibliografía des Deutschen la bibliografía des Deutschen

p. pp. p.

175. 174 y 119.

ss.

cf. la n o t a 20. Cf., a d e m á s , K . UHLIRZ, Reiches unter Otto II, Leipzig, 1902. cf. la n o t a 20. Cf. a d e m á s M . UHLIRZ, Reiches unter Otto III, 1954.

377

m

2 8

Para la b i b l i o g r a f í a relativa al g o b i e r n o d e l e m p e r a d o r Enri­ q u e I I . Cf. la n o t a 20. H . BRESSLAU, Jarbücher des Deutschen Reiches unler Konrad II, Leipzig, 1879-1874. E . STEINDORF, Jahrbücher des Deutschen Reiches unter Heinrich III, Leipzig, 1874. Cf. A. FLICHE, La reforme grégorienne, vol. I, P a r í s , 1924, p p . 167 y s s . M

3 0

31

3 2

A. FLICHE, op.

3 3

H . G. KRAUSE, Das

Cap.

8: Los

nobles

cit.,

pp.

113

y

ss.

Papstwahldekret

y los

vori

1059,

Roma,

1960.

semihhres

1

G. DUBY, La société au Xe et Xlle siécles dans la región máconnaise, P a r í s , 1953, p p . 1185 y s s . Ch. E . PERRIN, «Le s e r v a g e en F r a n c e » . Congrés Historique, R o m a , 1955, vol. I I I , p . 213. A d e m á s , Ph. DOLLINGER, L'évolution des classes rurales en Baviére, P a r í s , 1949. H . MITTEIS, Der Staat des hohen Mittelalters, W e i m a r , 1959, p . 108. 2

Ch.

E.

PERRIN, op.

cit.,

p.

229.

3

G. DUBY, «La n o b l e s s c d a n s la F r a n c e m é d i é v a l e » , e n Revue His­ torique, 1961. G. DUBY s e refiere aquí c r í t i c a m e n t e a las m á s m o ­ d e r n a s i n v e s t i g a c i o n e s , s o b r e t o d o a l o s t r a b a j o s d e GÉNICOT, K . BOSL y G. TELLENBACH. Cf. t a m b i é n la o b r a d e G. DUBY m e n c i o n a d a e n n o t a 1, p p . 230 y s s . " Cf. la o b r a d e G. DUBY m e n c i o n a d a en la n o t a 1. Cf. t a m b i é n D . A. BULLOUGH e n Le Moyen Age, 1961, p p . 221-245. J. F. LEMARIGNIER, Le Gouvernement royal aux premiers temps capétiens, P a r í s , 1965, p p . 69 y s s . J. RICHARD, «Cháteaux, c h á t e l a i n s et v a s s a u x e n B o u r g o g n e a u x X l e et X l l e s i é c l e s » , e n Cahiers de civilisation médiévale, 1960, p p . 433-447, q u e c o m p l e t a la o b r a a n t e r i o r d e R i c h a r d , Les ducs de Bourgogne et la formation du duché du Xle au XlVe siécle, D i j o n , 1954. 5

6

7

L. GENICOT; N a i s s a n c e , F o n c t i o n et R i c h c s s e d a n s I ' o r d e n a n c e d e la s o c i e t é m e d i e v a l ( P r o b l e m e s d e stratification s o c i a l é ) » , Actes du colloque international de París, 1968. La d e s c e n t r a l i z a c i ó n , q u e s e e x t e n d i ó t a m b i é n a l o s p r i n c i p a d o s y q u e h u b i e s e r e s u l t a d o p e l i g r o s a d e h a b e r s e l l e v a d o a c a b o regu­ l a r m e n t e , fue o r g a n i z a d a a v e c e s p o r l o s p r o p i o s p r í n c i p e s , q u e c r e a r o n d i s t r i t o s c u y o c e n t r o l o c o n s t i t u í a e l c a s t i l l o (Burg). Esto f u e lo ocurrido, por ejemplo, e n Normandía, donde los parientes c o n s a n g u í n e o s d e l d u q u e f u e r o n c o l o c a d o s p o r é s t e al f r e n t e d e l o s d i s t r i t o s . Cf. al r e s p e c t o DOUGLAS, «The N o r m a n C o u n t s » , en English Histórica! Review, 1946. Para F l a n d e s cf. J. DHONDT, « N o t e s u r les c h á t e l a i n s d e F l a n d r e » , e n Mémoires de la Commission départementale des monuments historiques du Pas de Calais, vol. V, 1947, p p . 43-51. Para la s i t u a c i ó n e n P o i t o u cfr. M . GARAUD, «L'organisation administrative du comté de P o i t o u a u Xo s i é c l e » , en Bulletin de la Société des Antiquaires de l'Ouest, 1953. 8

Cap. 9 : La vida religiosa. grupos solidarios

Asociaciones

1

juramentadas.

Desarrollo

de

E . AMANN y A. DUMAS, L'église au pouvoir des laiques, París, 1940. A d e m á s , A. FLICHE, La reforme grégorienne, v o l . I, P a r í s , 1924, p p . 1-38 (La crise religieuse du Xe siécle). R. W. SOUTHERN, The making of the Middle Ages, L o n d r e s , 1959. L. DUCHESNE, Les premiers temps de Vétat pontifical, 3 . e d i c i ó n , P a r í s , 1911. a

378

2

E . SACKUR, Die Cluniazenser in ihrer kirchlichen und allgemcingeschichtlichen Wirksamkeit bis zur Mitte des 11. Jahrhunderts, 2 v o l s . H a l l e , 1892, 1894. G. DE VALOUS, Le monachisme clunisien des origines au XVe siécle, 1935. Cf. t a m b i é n Neue Forschungen über Cluny und Cluniazenser, edit. p o r G. TELLENBACH, F r i b u r g o , 1959. Cf. J. LECLERCO, n S i m o n i a c a Haeresis», Studi Gregoriani, I, R o m a , 1947. Ch. DEREINE, Les chanoines réguliers au diocése de Liége, Bru­ s e l a s , 1952. Para la r e f o r m a m o n a c a l e n I n g l a t e r r a , cf., d e n t r o d e la o b r a c o l e c t i v a Gérard de Brogne et son oeuvre réformatrice, Maredsous, 1960, e n el e n s a y o de H . DAUPIIIN, Le renouveau monastique en Angleterre, p p . 177-196, así c o m o el e n s a y o d e E . JOHN, The sources of the English monastic reformation, p p . 197-203. R. HOLTZMANN, Geschichte der Sachsischen Kaiserzeit, Munich, 1953, c a p . V I I I , p a r t e 6 . Para l o r e l a t i v o a l a r e f o r m a m o n a c a l e n B r o g n e ( e n N a m u r ) , llevada a c a b o p o r Gérard d e B r o g n e , cf. la obra c o l e c t i v a m e n ­ cionada e n la n o t a 5. S o b r e lo r e f o r m a d e Gorze s e e n c u e n t r a e n ella e l e n s a y o d e J. CHOUX, Décadence et reforme monastique dans la province de Tréves (855-959), p p . 204-223. S o b r e G e r a r d de St. V a n n e s cfr. H . D a u p h i n , Le bienheureux Richard abbé de St. Vannes, Lovaina, 1946. A . FLICHE, Histoire du Moyen Age, P a r í s , 1930, p p . 592-599. E . DELARUELLE, «La p i é t é p o p u l a i r e a u X l e siécle», Relazioni del X Congreso Internazionale di Scienze Storiche, F l o r e n c i a , 1955, vol. I I I , p p . 309 y s s . B . TÜPFER, Volk und Kirche zur Zeit der beginnenden Gottesfriedensbewegung in Krankreich, B e r l í n , 1957, p p . 38 y s s . L. ZOEPF, Das Heiligen-Leben im 10. Jahrhundert, Leipzig, 1906, p. 200. M . MANITIUS, Geschichte der lateinischen Literatur des Mittelalters, v o l . I I , M u n i c h , 1923, p . 414. « Cf. L. ZOEPF, op. cit. ( n o t a 11), p . 114, n o t a 1. E n el s i g l o XII las p a l a b r a s e m p l e a d a s e n el j u r a m e n t a d o s ó l o r e c i b í a n el v a l o r d e u n a u t é n t i c o j u r a m e n t o c u a n d o e l i n t e r e s a d o tocaba u n « o b j e t o c o n s a g r a d o » ( r e l i q u i a , a l t a r ) , S a g r a d a s Escri­ turas). Cf. A. BRACKMANN, «Die U r s a c h e n der g e i s t i g e n u n d p o l i t i s c h e n W a n d l u n g E u r o p a s i m 11 u n d 12. J a h r h u n d e r t » , e n Hist. Zeitschr, vol. 149 (1934), cf. a d e m á s las f u e n t e s c o m p i l a d a s p o r B . TOPFER, op. cit. ( n o t a 10), p p . 31-33. Cf. « L ' e r e m i t i s m o in O c c i d e n t e n e i s e c o l i X I e X I I » , Atti della seconda Settimana internazionale di Studio, M e n d o l a , 1962. C VIOLANTE, «La p a t a r i a m i l a n e s e e la r i f o r m a eccíesiastíca (1045-1057)», v o l . I , R o m a , 1955. H. GRUNDMANN, « E r e s i e n u o v i o r d i n i religiosi», e n Relazioni del X Congreso Internazionale di Scienze Sto­ riche, F l o r e n c i a , 1955, v o l . I I I , p p . 357 y s s . , s o b r e t o d o , p . 382. R. MORGHEN, « M o v i m e n t i religiosi p o p o l a r i » , ibidem., v o l . I I I , p p . 333 y s s . Para el b o g o m i l i s m o , cf. D . O b o l e n s k y , The Bogomils. Cam­ bridge, 1948, y St. RUNCIMAN, The medieval manichei; a study of the christian dualist heresy, C a m b r i d g e , 1946. « La o b r a m á s m o d e r n a s o b r e la p r o b l e m á t i c a , l a magnífica m o ­ nografía d e B . T o p f e r ( n o t a 1 0 ) , a p o r t a , e n p p . 114-117, u n a b i ­ bliografía m u y c u i d a d a . E n l o r e l a t i v o a la d i f u s i ó n del m o v i m i e n t o en p r o la paz d e D i o s , cf. i g u a l m e n t e la m o n o g r a f í a de T o p f e r , c a p . I I I , 3

4

5

6

7

8

9

1 0

11

1 2

1 4

15

16

17

379

p. 59. E l libro d e H . H o f f m a n , Gottsfriede and Tréuga üei S t u t t g a r t , 1964, n o e s m á s q u e u n c ó m o d o c a t á l o g o d e l o s a c o n t e c i m i e n t o s . " J. B . AKKERMAN, « H e t k o o p m a n s g i l d e v a n Tiel o m s t r e e k s h e t jaar 1000», e n Revue d'Histoire du Droit, v o l . X X X (1962), p p . 409¬ 471, v, s o b r e t o d o , NIERMAYER, Judaeorum Sequaces, Amsterdam, 1967. Lamperti Anuales para el a ñ o 1074; Cf, la e d i c i ó n d e l o s A n a l e s 2 0

d e O. HOLDER-EGGER, p . 186. 21

Ibidem, p . 187. RAOUL (RODULFUS) GLABER, « H i s t o r i a r u m libri q u i n q u é » , e d i t a d o p o r M. P r o u , París, 1886, p p . 68 y s s . F . VERCAUTEREN, Étutles sur les civitates de la Bclgique se conde, B r u s e l a s , 1934, p . 252. - C. VIOLANTE, La socicta milanese nelVeta. precomunale, Barí, 1953, p . 17. «Gesta e p i s c o p o r u m c a m e r a c e n s i u m » , c. 81. Ai. G. H., serie Scriplorcs, V I I I , p . 431. S e h a d i s c u t i d o f r e c u e n t e m e n t e la c u e s t i ó n d e si s e trató d e un l e v a n t a m i e n t o d e v e c i n o s , e n el s e n t i d o c o m u n a l , o d e u n a r e b e l i ó n d e l o s v a s a l l o s del o b i s p o . E l a u t o r a t r i b u y e la r e v u e l t a a l o s cives. La u t i l i z a c i ó n d e esta e x p r e s i ó n e n o t r o s p a s a j e s d e l m i s m o t e x t o p a r e c e a p o y a r la i n t e r p r e t a c i ó n del t é r m i n o cives c o m o « h a b i t a n t e s d e la c i u d a d » . «Gesta E p i s c o p o r u m L e o d i e n s i u m » . Ai. G. II., serie Scripto2 2

23

2

2 5

2 6

res,

V I I , p . 102; y NIERMAYER, op.

cit.

( n o t a 19).

2 7

J . FLACH, Les origines de Vancienne France. París, 1893, p . 170. R . LATOUCHE, «La c o m m u n e d u M a n s (1070)», Mélanges Halphen, P a r í s , 1951, p p . 380. U n b o s q u e j o d e esta e v o l u c i ó n , b r e v e y d e c o n s u l t a s e n c i l l a , s e e n c u e n t r a e n E . E N N E N , Friihgeschichte der europciischen Stadt, B o n n , 1953, p p . 180 y s s . , y 278 y s s . 2 8

2 9

3 0

3 1

Cf. R . LATOUCHE, op. cit. ( n o t a 28). Cf. C. VIOLANTE, op. cit. ( n o t a 17), v o l . I .

3 2

F . HUGENHOLTZ, «Les t e r r e u r s d e l'an m i l » , e n la revista Varia Histórica, A s s e n ( H o l a n d a ) , 1954, p p . 107-120. Cf. a d e m á s las interes a n t e s f u e n t e s relativas ai m i s m o l e m a , i m p r e s a s e n el l i b r o d e G. DUBY, L'an mil, P a r í s , 1967.

Cap.

10: Economía

y

sociedad

1

en

el siglo

X

G. DUBY, La société aux Xe et Xlle siécles connaise, París, 1953, p p . 38-87 (Les fortunes). 2

3

G. DUBY, op.

cit.,

y

comienzos dans

del

¡a región

XI ma-

p . 61.

D . HERLIHY, «The agrarian r e v o l u t i o n i n S o u t h e r n F r a n c e and Italy, 901-1150», e n Speculum, 1958, p p . 23-41. " Cf. G. DUBY, op. cit. ( n o t a 1), p p . 41-43. Cf. G. DUBY, op. cit ( n o t a 1), p . 205; a d e m á s , G. DUBY, L'économie rurale et la vie des campagnes dans VOccident medieval, vol. I I , París, 1962, p p . 205 y s s . R. BOUTRUCHE, Seigneurie et féodalité, v o l . I , P a r í s , 1959, p p . 114 y s s . G. DUBY, L'économie rurale.... v o l . I I , p p . 416 y s s . R. BOUTRUCHE, op. cit., v o l . I , p p . 108 y s s . S o b r e la s i t u a c i ó n del c a m p e s i n o i n g l é s e n la p r i m e r a m i t a d d e l siglo x i n o s i n f o r m a el i n s t r u c t i v o t e x t o , q u e c o n el t í t u l o d e «Rights a n d R a n k s of People» s e c o n t i e n e e n el l i b r o d e C. DOUGLAS, English Historical Documents, v o l . I I , L o n d r e s , 1953, p p . 812-816. G. DUBY, op. cit. ( n o t a 6), v o l . I I , p . 424. 5

6

7

8

380

' C¡. DUBY, op. cit. (nota 6 ) . vol. I , p p . 191-202. LYNN WHITE, Medieval Technology and Social Cliange, Oxford, 1962, passim. G. DUBY, op. cit. (nota 6 ) , vol. I , p p . 172-191. " Una o p i n i ó n c o m p l e t a m e n t e d i s t i n t a a la de DUBY sostiene I!. I I . SLICHER VAN BATÍ!, «Le c l i m a t et les r é c o l t e s a u h a u t m o y e n áge», S p o l e t o , Settimane di Studio, 1965, p p . 399-428. La d i s c u s i ó n e n t r e a m b o s e s p e c i a l i s t a s , ibidem, pp. 429 y ss. G. DUBY, op. cit. ( n o t a 6 ) , v o l . I, p. 2 0 8 , y G. DUBY, «Le p r o b l e m a d e s t e c h n i q u e s agricoles», S p o l e t o , Settimane di Studio, 1965, p p . 267-284. G. DUBY, op. cit. ( n o t a 6 ) , v o l . I I , p p . 4 1 6 y s s . G. DUBY, op. cit. (nota 6 ) , v o l . I , p p . 206 y s s . Cf. al r e s p e c t o G. DUBY, op. cit. ( n o t a 6 ) , v o l . I. G. DUBY, op. cit. ( n o t a 1 ) , p p . 85 y s s . El m i s m o , op. cit. (nota 6 ) , vol. I I , p p . 448, 458 y s s . , 461. G. B . R o s s , «Rise a n d fall of a c l a n . T h e E r e m b a l d s a n d the niurder of c o u n t Charles of F l a n d e r s » , en Speculum, 1959, p p . 367¬ 390. Cf. G. DUBY, op. cit. (nota 6 ) , v o l . I , p p . 196 y s s . E n el Colloquium d e Alfrico (Aelfric G r a m m a t i c u s ) , e d i t . p o r GARMOXSUAY, p p . 39 y s s . , c u e n t a el h e r r e r o t o d o lo q u e p r o d u c e : hierros de a r a d o , l e r i n a s , g a n c h o s y a g u j a s . Cf. H . BÜTTNER, « F r ü h m i t t e l a l t e r l i c h e s S t i i d t e w e s s e n in Frank r e i c h i m Loire- u n d R h ó n e g c b i e t » . Reichenan-Vortriige, I V , 1955¬ 1956, p p . 169 y s s . A. LEVIS, Naval Power and trade in the Mediterránea!!, Princeton, 1951, p p . 198, 220, 222, 232 y s s . P. H . SAWYER, The age of the Vikings, L o n d r e s , 1962, c a p . V : Treasure. El a u t o r h a b l a d e t a l l a d a m e n t e de d i v e r s a s p u b l i c a c i o n e s , e n t r e las q u e figura el n o t a b l e t r a b a j o d e S t u r e B o l i n . U n a b i b l i o grafía d e e s c r i t o s r e f e r e n t e s a e s t a s m o n e d a s se e n c u e n t r a e n PH. GRIERSON, Bibliographie nnmistnatique, B r u s e l a s , 1962, p p . 119-127. IBN YAQUB, en s u d e s c r i p c i ó n del m e r c a d o de Praga, h a c e evid e n t e m e n t e u n a cierta d i s t i n c i ó n e n t r e los r u s o s ( p r e d o m i n a n t e m e n t e varegos) y eslavos, por un lado, que llevaban mercancías pero no d i n e r o , y, p o r o t r o , los h ú n g a r o s y m u s u l m a n e s , q u e l l e v a b a n t a n t o m e r c a n c í a s c o m o d i n e r o ( m o n e d a s ) . Cf. al r e s p e c t o G. JACOB, Arabische Berichte von Gesandte au deutsche Fürstenhofe, B e r l í n , 1927, p. 12. IBN FADHLAN, c i t a d o en la t r a d u c c i ó n f r a n c e s a de CANARD, en Anuales de l'Institnt des Études Orientales, Argelia, vol. X V I , p p . 118 y 121, p o n e de relieve q u e l o s m e r c a d e r e s e s t a b a n e s p e c i a l m e n t e i n t e r e s a d o s en a d q u i r i r d i n a r e s . I B N RUSTA ( R o s t e h ) , en El libro de las piedras preciosas ( t r a d u c c i ó n f r a n c e s a d e Wiet, p . 163), a c e n t ú a q u e Tos r u s o s v e n d í a n s u s m e r c a n c í a s c o n t r a p a g o en m e t á l i c o ( m o nedas). 17

1 3

1 4

15

1 6

17

1 8

19

: 0

21

2 2

2 3

2 4

Cf. P. H . SAWYER, op. cit. (nota 22). Op. cit., p p . 112 y s s . El a u t o r habla aquí de la d e s a f o r t u n a d a e x p e d i c i ó n de Sugvar «el gran viajero» ( a l r e d e d o r del a ñ o 1040). ( N . del T. a l e m á n . ) •" A. R. LEWIS, The Northern Seas. Shipping and Commeree in Northern Europe. P r i n c e t o n , 1958, p p . 4 3 6 y s s . L. MUSSET, Les invasions, Vle-XI