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• Adrian Gomez Ramos

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Deshacerte de malos hábitos, vicios y moverte a un lado más saludable: Como fumar, comer, apostar o tomar en exceso. Intenta matar dos pájaros de un tiro, el detox financiero podría traerte un detox más saludable para tu cuerpo. Video juegos, suscripciones digitales. Deja de ver catálogos, entrar a plataformas de compras, asistir a plazas comerciales. A veces llegan con promociones que terminas usando para comprar cosas que no necesitas. Revisa los estados de cuenta de tus tarjetas de crédito: Muchas veces te cargan cosas que no necesitas o cosas que no pediste como seguros, planes de protección o versiones premium de servicios que nunca usas. Compra sólo lo que necesites para comer: Realiza listas antes de ir de compras o hacer los pedidos a casa, revisa tu alacena y refrigerador, para ver que ya tienes, que te hace falta y que estas desperdiciando. Prepara comida para el trabajo o invita a cenar a tus amigos a casa: Gastar todos los días en restaurantes podría ser muy peligroso en términos financieros y de salud. Ponte objetivos realizables, realistas, divertidos y motivantes: De acuerdo a tus ingresos. No porque no te alcance para un carro del año significa que no puedes aspirar a objetivos más sencillos como comprar una sala nueva o salir en familia de vacaciones. Recuerda que lo más importante es la calidad de vida. Paga tus deudas: Muchas veces son igual de problemáticas que las grandes. Haz amistad con gente responsable: Muchas veces nos metemos en compromisos sociales que obligan asumir algunos excesos. No estoy diciendo que cambies de amistades, estoy sugiriendo que busques rodearte de gente que vive su vida con ese decoro saludable al que todos aspiramos. Conócete en términos de límites: ¿Podrías cancelar la mitad de tus tarjetas de crédito, ¿usarías el transporte público para ir al trabajo?, ¿podrías vivir sin el iPhone nuevo?, ¿dejarías de ir diario a tu café favorito y cambiarlo por 3 veces a la semana? Vive de forma minimalista, gasta en lo que de verdad necesitas: Disfruta de caminar por la tarde, sal al patio y siéntate a leer ese libro que tienes meses sin abrir, escucha música, renta una película y haz palomitas en familia, dona tu tiempo para una causa social y vive… vive más tranquilo.