Desarrollo Sostenible

“El futuro está en nuestras manos. Juntos, debemos garantizar que nuestros nietos no tengan que preguntarnos por qué no

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“El futuro está en nuestras manos. Juntos, debemos garantizar que nuestros nietos no tengan que preguntarnos por qué no hicimos lo correcto, y los dejamos sufrir las consecuencias.”

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DESARROLLO SOSTENIBLE 1. ¿QUÉ ES DESARROLLO SOSTENIBLE? El desarrollo capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” “En Río+20 el mundo se congregará en una de las reuniones mundiales sobre el desarrollo sostenible más importantes de nuestro tiempo. Ese acontecimiento nos exigirá una visión clara: una economía verde sostenible que proteja la salud del medio ambiente y que simultáneamente apoye la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio mediante el crecimiento del ingreso, el trabajo digno y la erradicación de la pobreza”. La sostenibilidad es un paradigma para pensar en un futuro en el cual las consideraciones ambientales, sociales y económicas se equilibran en la búsqueda del desarrollo y de una mejor calidad de vida. Estos tres ámbitos –la sociedad, el medio ambiente y la economía– están entrelazados. Por ejemplo, una sociedad próspera depende de un medio ambiente sano que provea de alimentos y recursos, agua potable y aire limpio a sus ciudadanos.

2. PRINCIPIOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE Todos los programas para el desarrollo sostenible deben considerar los tres ámbitos de la sostenibilidad –medio ambiente, sociedad y economía– así como también una dimensión subyacente de la cultura. Puesto a que el desarrollo sostenible se adecúa a los contextos locales de estos tres ámbitos, adoptará formas muy variadas en todo el mundo. Los ideales y principios que constituyen la sostenibilidad incluyen conceptos amplios tales como equidad entre las generaciones, equidad de género, paz, tolerancia, reducción de la pobreza, preservación y restauración del medio ambiente, conservación de los recursos naturales y justicia social. La Declaración de Río1 contiene 27 principios entre los que se incluyen los siguientes: Los seres humanos tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza

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El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades ambientales y de desarrollo de las generaciones actuales y futuras. Erradicar la pobreza y reducir las disparidades en los niveles de vida en los distintos pueblos del mundo es indispensable para el desarrollo sostenible. La protección del medio ambiente constituye parte integrante del proceso de desarrollo y no puede considerarse en forma aislada. Las medidas internacionales que se adopten con respecto al medio ambiente y el desarrollo deben considerar también los intereses y necesidades de todos los países. Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas, los Estados deberán reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la gestión ambiental y el desarrollo. Por lo tanto, es imprescindible contar con su plena participación para lograr el desarrollo sostenible. La guerra es intrínsecamente destructiva para el desarrollo sostenible. La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e inseparables. Estos principios pueden guiar las acciones de los gobiernos, las comunidades y las organizaciones para definir los objetivos de sostenibilidad y crear programas para ayudar a lograr estos objetivos. 3. PERSPECTIVAS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE No todos los conceptos asociados con la sostenibilidad están incorporados en los 27 principios del desarrollo sostenible de la Declaración de Río. Los principios que acompañan al desarrollo sostenible son perspectivas que han llegado a ser parte del diálogo mundial sobre sostenibilidad, como: Se debe usar un enfoque del pensamiento sistémico , más que un enfoque que mire los problemas de manera , aislada. Los temas de sostenibilidad están vinculados y son parte de un “todo”. Entender los temas locales en un contexto global y reconocer que las soluciones a los problemas locales pueden tener consecuencias mundiales. Comprender que las decisiones individuales de los consumidores afectan y dan origen a la extracción de recursos y a procesos de manufactura en lugares distantes. Tomar en cuenta los diferentes puntos de vista antes de llegar a una decisión o hacer un juicio. Reconocer que los valores económicos, religiosos y sociales compiten en importancia cuando las personas con distintos intereses y orígenes interactúan. Ver que todas las personas poseen atributos universales.

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Saber que la tecnología y la ciencia por sí solas no pueden resolver nuestros problemas. Poner énfasis en el papel que juega la participación pública en la comunidad y en las decisiones de los gobiernos. Las personas cuyas vidas se verán afectadas por las decisiones que se tomen deben participar en el proceso que llevará a las decisiones finales. Exigir mayor transparencia y responsabilidad en las decisiones gubernamentales. Emplear el principio cautelar –actuar para evitar la posibilidad de un daño ambiental o social grave o irreversible incluso cuando el conocimiento científico sea incompleto o sea poco concluyente. Es importante que los educadores, los líderes y los ciudadanos reconozcan que el desarrollo sostenible es un concepto en evolución y que la lista de perspectivas de sostenibilidad puede, por ende, aumentar o cambiar. 4.ÉTICA Y DESARROLLO SOSTENIBLE La sostenibilidad puede representarse mediante una función no decreciente de evaluación de las salidas o productos del sistema analizado que son de interés. Se propone y analiza un conjunto de factores determinantes de la sostenibilidad, incluidas la disponibilidad de recursos, la adaptabilidad/flexibilidad, la homeostasis, la capacidad de respuesta, la auto dependencia y el empoderamiento. Se analizan el concepto de desarrollo sostenible y las perspectivas teóricas. La relación entre sostenibilidad, desarrollo, no-desarrollo y desarrollo viciado, así como el crecimiento económico material y no material, se identifican trayectorias alternativas para el logro del desarrollo sostenible para los países ricos y pobres. Se resumen cinco paradigmas/estrategias de desarrollo sostenible alternativos, mostrando la complejidad del proceso de elección de la acción acertada para avanzar hacia el desarrollo sostenible. La economía ecológica y las funciones económicas del medio ambiente En el pasado nos preocupamos por los impactos del crecimiento económico en el medio ambiente. Ahora, en nuestros prospectos económicos necesariamente tenemos que preocuparnos por los impactos del estrés ecológico. Enfrentamos una crisis seria, pero la política económica ha permanecido inalterada. Parece sorprendente ya que es evidente que las causas del daño ambiental radican en las actividades económicas: en la producción agrícola e industrial, en el consumo de energía y en la descarga de desechos. La falta de disposición de los gobiernos para enfrentar las causas económicas de la crisis no es sorprendente en modo alguno. Es evidente que para reparar el daño hecho hasta la fecha y evitar que se siga expandiendo, no sólo costará dinero, sino que puede representar un desafío para las estructuras del sistema económico. La "crisis ambiental" se debe a una acción destructora del hombre, que está acabando con sus recursos naturales.

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El medio ambiente natural o biosfera consta de agua, suelos, atmósfera, flora o fauna, con energía que provee el sol. Una parte de la biosfera es viva (planta y animales) y la otra no (minerales, aire y agua), pero se equilibran mediante el continuo fluir de la energía y el reciclaje de la materia. Las partes vivas y no vivas interactúan en comunidades autorregulados o ecosistemas. La biosfera desempeña tres funciones principales en la actividad económica de la especie humana. En primer lugar, nos proporciona recursos. Alguno de ellos tales como el aire, el agua y muchas plantas y animales usados para la alimentación, son consumidos en forma muy directa. Otros son materias primas o fuentes energéticas que se emplean en la producción de bienes y servicios. Hay tres tipos principales: Recursos no renovables. Son aquellos que (en una escala de tiempo humana) no pueden regenerarse mediante procesos naturales: Combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas), minerales y otros materiales. Claro está que los combustibles fósiles pueden regenerarse, pero sólo en un período de varios billones de años, lo cual tarda aún más que el "largo plazo" del que hablan los economistas. La provisión de estos recursos, en últimas, fija: todo uso disminuye la existencia total. No obstante, en la práctica, lo relevante no es la existencia total de un recurso (parte del cual puede no haber sido descubierto aún) sino únicamente aquella porción "económicamente accesible"; esto es, de explotación rentable. Esta porción puede incrementarse si se eleva el precio del recurso o si se desarrolla una nueva tecnología que haga más económica la explotación. En este sentido, el uso de los recursos no renovables no necesariamente implica el agotamiento de los mismos en términos económicos. Además, algunos metales pueden "regenerarse" mediante el reciclaje, utilizándolos más de una vez. Recursos renovables. Son aquellos que, mediante procesos de regeneración natural, pueden continuar existiendo a pesar de ser "usados" por la humanidad. Las plantas y los animales, naturalmente, se reproducen y vuelven a crecer, pero el aire limpio y el agua fresca también son renovables: el oxígeno, el hidrógeno, el carbono y el nitrógeno (entre otros elementos) son reciclados constantemente por organismos vivos, en procesos tales como la fotosíntesis, la respiración, la fijación de nitrógeno y la descomposición orgánica. La existencia de un recurso renovable puede mantenerse indefinidamente, sin embargo, la actividad humana puede reducirla y acabar por agotarla. Si un recurso se consume más rápido de lo que se regenera, su existencia decrece; esto se conoce como "sobre explotación". Los recursos renovables también pueden agotarse indirectamente, por la alteración de los ecosistemas de los que el recurso hace parte, aunque su agotamiento no es inevitable. Recursos continuos. Estos a diferencia de los otros son inagotables, pues la provisión de estas fuentes de energía no se ve afectada por la actividad humana (a menudo son denominados

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"renovables", pero esta no es una definición precisa). Las dos fuentes originales principales de energía continua son el sol, el cual genera la radiación solar y la energía eólica; y la gravedad, la cual produce la energía mareal y de las olas, y la hidropotencia (aunque esta también es en parte renovable). La segunda función de la biosfera es asimilar nuestros desperdicios, sean naturales o de invención humana, todos los usos de energía producen desperdicios. Los propios productos terminan convertidos en desperdicios, pues como la materia no puede destruirse al final todo se transforma en desecho y de alguna manera retorna al medio ambiente. Tradicionalmente la economía política ha caracterizado la actividad económica como un flujo circular de dinero, una lazada continua, con frecuencia expansiva que conecta firmas y hogares. Las firmas pagan a los trabajadores, quienes a su turno compran bienes y servicios de éstas. Los hogares, además, ahorran dinero, el cual las firmas toman luego en préstamo para hacer inversiones y, en pago, reconocen intereses. Esta inversión va a producir más bienes y servicios, que los hogares compran con sus mayores ingresos, y así sucesivamente (el modelo nombrado es el patrón básico, se puede complicar si el gobierno suma importaciones y exportaciones). Hay dos diferencias primordiales entre los dos sistemas. La primera es que muchos más de los desperdicios producidos por las cosas vivas de la biosfera son reabsorbidos en el ciclo productivo. En la economía, si bien todos los desperdicios retornan al medio ambiente, en general lo hacen dispersos, como materiales de alta entropía y baja utilidad, por esta razón son almacenados, lo que en muchos casos conduce a la contaminación. 5. TRATADOS SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE La tendencia de la gestión ambiental es hacia un manejo integral de los recursos naturales, por ello se da en 1971 la Declaración de Estocolmo, donde se reconoce la importancia del medio humano natural, resaltando la importancia de velar por la conservación del medio ambiente, aumentando la conciencia política sobre la naturaleza global. Es aquí donde se crea el programa de las naciones unidas. En la declaración de Rio sobre medio ambiente y desarrollo (1992), se reafirma y desarrolla la declaración de Estocolmo, para alcanzar un desarrollo sostenible. Se contemplan acciones en lo social, económico, cultural, científico, institucional, legal y político para desarrollo de los estados sin comprometer el medio ambiente. a. En la CONVENCIÓN DE JOHANESBURGO (2002), se incorpora recién los conceptos de pobreza, desarrollo territorial, vivienda digna y servicios públicos al tema de medio ambiente y desarrollo humano sostenible. La protección del ambiente y el desarrollo social y económico son fundamentales para el desarrollo sostenible.

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 La Declaración de Principios para la preservación y mejora del medio humano conocida como “Declaración de Estocolmo”.  El Plan de Acción para el medio humano, con más de cien recomendaciones sobre evaluación de los problemas ambientales, gestión de los recursos naturales, medidas de apoyo a la educación ambiental, etc.  Una recomendación para la creación de instituciones ambientales y de fondos para proporcionar financiación a programas ambientales. Fruto de esta recomendación la Asamblea de NNUU crea el Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUMA/UNEP en sus siglas en inglés).

b. CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS DE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO DE 1992, La Conferencia de NNUU de Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Rio de Janeiro en 1992, es un nuevo impulso al derecho internacional ambiental y el paso decisivo en el concepto de “desarrollo sostenible”. La Cumbre se celebra tras la aprobación, en 1987, del conocido como “informe Brundtland” titulado formalmente “Nuestro futuro común”. La parte que más proyección pública ha tenido este informe es la relativa a la definición de desarrollo sostenible, que el informe define como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.Fruto de la Conferencia de Rio en 1992, que fue bautizada como la “Cumbre de la Tierra”, se ratificaron un buen número de instrumentos internacionales algunos de los cuales han sido desarrollados en años posteriores.

La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo consta de veintisiete principios que consagran el objetivo de “desarrollo sostenible”. Es en esta Declaración donde se empieza a hablar del derecho al desarrollo, de la necesidad de que la protección ambiental sea parte integrante del mismo, de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, etc. Entre otros destacan el principio 10 sobre la necesaria Participación ciudadana en la sostenibilidad, el principio 15 donde se reafirma el “Principio de precaución”, y el principio 16 que recoge el criterio de “Quien contamina paga”. La Agenda 21 se aprobó también en la Cumbre de la Tierra, como un programa de acción que los Estados deben llevar a cabo para transformar el modelo de desarrollo actual, definiciendo los objetivos, actividades y medios de actuación en cada una de las áreas identificadas. Por último, se promueven los siguientes Convenios internacionales adoptados la mayoría de los Estados que se han venido desarrollando en años posteriores a través de las Conferencias de las Partes (COP). En materia de biodiversidad, se adopta el Convenio sobre Biodiversidad, cuyos objetivos son la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus

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componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos. En materia de lucha contra la desertificación se adopta el Convenio de Lucha contra la Desertificación. En materia de cambio climático se adopta el Convenio marco de NNUU sobre Cambio climático con el objetivo de lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático.

c. El INFORME BRUNDTLAND, enfrenta y contrasta la postura de desarrollo económico actual junto con el de sostenibilidad ambiental, realizado por la ex-primera ministra de Noruega Gro Harlem Brundtland, con el propósito de analizar, criticar y replantear las políticas de desarrollo económico globalizador, reconociendo que el actual avance social se está llevando a cabo a un costo medioambiental alto. En este informe, se utilizó por primera vez el término desarrollo sostenible (o desarrollo sustentable), definido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones. Implica un cambio muy importante en cuanto a la idea de sustentabilidad, principalmente ecológica, y a un marco que da también énfasis al contexto económico y social del desarrollo. Nuestro país también ha firmado y apoyado diversos tratados, como por ejemplo: el acuerdo entre Perú y Brasil para la conservación de la flora y de la fauna de la Amazonía. Firmado en 1975 y que compromete a los dos países a cooperar en la conservación de la flora y fauna amazónicas. También está la Declaración sobre Bosques, aprobada durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (14 de junio de 1992). Llama la atención sobre la destrucción masiva de los bosques a nivel mundial y proclama la necesidad de tomar acciones decisivas para protegerlos. De igual forma la convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Extinción (CITES). Firmada en 1973 y ratificada por el Perú en 1974. Compromete a establecer controles de comercio de productos y especies de flora y fauna amenazadas de extinción. 6. ETICA Y DESARROLLO SOSTENIBLE , AMERICA LATINA FRENTE AL DEBATE INTERNACIONAL El logro de los objetivos de la sustentabilidad depende de una buena gestión social, política, económica, tecnológica y ambiental, pero también deben basarse en una preocupación sobre los valores

éticos.

El

debate

sobre

la

ética y el ambiente tiene una larga historia, y varios de los temas actuales cuentan con

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antecedentes por lo menos desde mediados del siglo XIX, aunque pequeños y marginales. Es a partir de la década de 1970 cuando esta discusión cobra envergadura debido a la difusión de la temática ambiental. En América Latina y el Caribe (ALC), la incidencia de los valores éticos recién comienza a ser discutida entre los actores principales sin generar aun los principios rectores de las estrategias de desarrollo. Nos encontramos por lo tanto en un momento clave donde se reconoce la importancia de la dimensión ética en el desarrollo, y por esa razón aumentan las posibilidades de incorporar una ética ambiental en las acciones. 6.1 IMPACTOS AMBIENTALES Y SOCIALES EN AMÉRICA LATINA En América Latina desde los tiempos de la colonia española y portuguesa el desarrollo se ha basado en aprovechar los recursos. La posición era utilitarista y materialista: se apuntaba a aprovechar al máximo los recursos naturales. Bajo esas condiciones, la posición dominante no incluía un componente ético referido a la Naturaleza; no existía una "ética ambiental" como demanda de protección de flora, fauna, animales en peligro de extinción En

los

y últimos

de treinta

paisajes años

ha

escénicos

prevalecido

esa

muy

estrategia

bellos.

utilitarista

de

aprovechamiento de los recursos naturales, al amparo del impulso de muchos gobiernos y de la promoción activa desde centros académicos y económicos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de los bancos multilaterales de desarrollo. En 2005, 39.8% de la población vivía en condiciones de pobreza (209 000 000 de personas) y 15.4% (81 000 000) vivía en la pobreza extrema. Entre 2002 y 2005 en la gran mayoría de los países se redujo la tasa de desempleo, pero el desempleo sigue siendo elevado y supera el nivel de 1990. En América Latina y el Caribe, la sostenibilidad ambiental está cada vez más en riesgo y el deterioro ambiental se ha profundizado en los últimos treinta años. Los problemas ambientales más importantes de la región (degradación de tierras y bosques, deforestación, pérdida de hábitat y de biodiversidad, y contaminación del agua dulce, costas marítimas y atmósfera) están agravándose en términos generales. La desertificación afecta 313 000 000 de hectáreas, causando pérdidas que ascienden a 2 000 millones de dólares estadounidenses. La calidad del agua superficial se ha deteriorado dramáticamente; sólo 14% de las aguas servidas recolectadas en sistemas de alcantarillado recibe algún grado de tratamiento, la gran mayoría de las aguas residuales no recibe tratamiento y se depositan crudas en los cuerpos de agua. La contaminación del aire también ha aumentado por la combustión de materiales fósiles en el sector transporte, por el incremento de las actividades industriales, por la generación eléctrica, por la quema de los residuos sólidos y por los incendios forestales y también uso

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de En

aerosoles muchos

casos

que esta

contienen

degradación

ambiental

gases tiene

impactos

nocivos. negativos

sobre la calidad de vida humana. 6.2 LA ÉTICA DEL AMBIENTE EN EL CAMPO INTERNACIONAL “CONFERENCIA DE ESTOCOLMO” (1972): Hace un detallado listado de los problemas ambientales. A pesar de la contundencia en esos aspectos, la declaración no aborda directamente la dimensión ética. Postula que la protección del ambiente debe atender las necesidades actuales como a las generaciones futuras. “ESTRATEGIA MUNDIAL DE LA CONSERVACIÓN” (1980): Conservación de la Naturaleza y vida silvestre. Sin embargo en ese documento no aparece un componente ético específico. “NUESTRO FUTURO COMÚN” (1987): Elaboró con más precisión el concepto de “desarrollo sostenible” Pero no profundizó los aspectos éticos NUESTRA PROPIA AGENDA” (1990) – LATINOAMÉRICA: Tampoco llego a profundizar en los aspectos éticos. Tomo una posición dominante tanto antropocéntrica. “CUIDAR LA TIERRA” (1991): Aparece una sección específica dedicada a ética. Se sostiene que “toda forma de vida merece ser respetada, independientemente de su valor para el ser humano” “Cuidar la Tierra”, además, inspiró muchas de las discusiones que se hacían frente a la preparación de la Cumbre de la Tierra celebrada en Rio de Janeiro en 1992 (Rio 92). “CONSEJO DE LA TIERRA” (1995): Produjo un primer borrador en 1997 y tras prolongadas consultas se aprobó un texto definitivo en 2000. Tiene un componente que apunta a una ética ambiental y por otro que apuesta a la sociedad civil global para promover el desarrollo sostenible.

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Una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. DECLARACIÓN DEL MILENIO” (2000): Declaración incluye valores y preocupaciones éticas. Este compromiso, a su vez, está ligado a las generaciones futuras, presentado como necesidad de conservar y transmitir a nuestros descendientes. las inconmensurables riquezas que nos brinda la naturaleza. Propone adoptar una nueva ética de conservación y resguardo en todas nuestras actividades relacionadas con el medio ambiente. “DECLARACIÓN DE JOHANNESBURGO” (2002): Muchas secciones son muy similares a la declaración de Rio de 1992 Apuntando a llamados a la responsabilidad de los Estados para un manejo más juicioso del ambiente. 7. INTEGRACION DE LOS PRINCIPIOS EN EL TRABAJO DE LAS NACIONES UNIDAS Y LAS INSTITUCIONES DE BRETTON WOODS Hasta el 1 de julio de 1944, la localidad de Bretton Woods, parecía ajena a lo que estaba pasando en un mundo asolado por la Segunda Guerra Mundial. Pero aquel mes, este pequeño enclave turístico, a los pies de la cordillera cuyos picos recuerdan los nombres de más de diez presidentes estadounidenses -entre los que destaca el imponente Monte Washington- acogió una reunión que uniría su nombre a la historia del capitalismo. Bretton Woods no fueron sólo los países capitalistas, pero la supremacía de EE UU quedaría patente de principio a fin. Desde la elección de sede (relativamente lógica si se tiene en cuenta que la guerra todavía estaba lejos de acabarse en Europa) hasta los acuerdos de la conferencia. El resto lo haría la Guerra Fría, que fue apartando paulatinamente de los acuerdos, entendidos como un sistema internacional de regulación del capitalismo, a los países donde se practicaba el socialismo real. El sistema de Naciones Unidas ha permitido la expresión de ideas diversas sobre ética que antes se limitaban a los terrenos académicos o las confrontaciones políticas por conflictos ambientales locales. Sin embargo, las agencias de la ONU no han logrado insertar estos principios en los programas de desarrollo de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, aun cuando la mayoría de estas agencias tienen implícitos muchos de los principios éticos en sus mandatos y programas de trabajo. Además estas agencias de la ONU no son actores centrales en el desarrollo económico de los países de América Latina y el Caribe

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Las instituciones de Bretton Woods - Banco Mundial y FMI juegan un papel mucho más importante relacionado al desarrollo a escala nacional e internacional y es en estas instituciones donde la integración de valores éticos en sus programas y políticas de operaciones podría tener un impacto importante en los países de la región. En teoría, el Banco Mundial estaría dedicado a la erradicación de la pobreza y el FMI, por su lado, a preservar la estabilidad financiera global. En la realidad estas instituciones promueven -y los países de la región han aceptado, en su mayoríaun sistema socioeconómico basado en el libre mercado y dominado por el pensamiento neoliberal. Por último, Bretton Woods aportó el acuerdo General de Aranceles y Comercio (conocido como GATT, por sus siglas en inglés). Esta medida supuso un revés para quienes aspiraban a conseguir un organismo mucho más poderoso que regulase el comercio internacional. En 1995, el proceso culminaría con la creación de la Organización Mundial del Comercio. El actual modelo de desarrollo, o más bien subdesarrollo, tiene que cambiarse cabalmente para poder revertir los patrones de pobreza y la degradación ambiental y alcanzar los Objetivos del Milenio. La pobreza, el desempleo y la desigualdad figuran entre los principales obstáculos que dificultan la cohesión social en América Latina. Esta problemática fue el asunto central de la XVII Cumbre Iberoamericana que tuvo su sede en Santiago de Chile en noviembre de 2007. 8. DESARROLLO SOSTENIBLE DESDE LA INGENIERÍA CIVIL El hecho de tener capacidad de decisión en temas territoriales, de transportes y equipamientos incide de una forma directa en la vida social y económica. Por ello, la Ingeniería Civil tiene una importante influencia en la sostenibilidad, al contribuir de una forma clara a la calidad de vida de las personas. Sin embargo, hasta la fecha, por múltiples motivos, nuestro colectivo ha estado inmerso en una visión menos global, por considerar que nuestra labor profesional se justificaba por sí misma. Quizá sea ya el momento de pensar con una perspectiva más amplia, que contribuimos de una forma decisiva a la Sostenibilidad Ambiental de cualquier modelo de desarrollo planteado con seriedad. Es importante que pensemos en nuestra profesión con una visión finalista, en el objetivo social y ambiental de nuestro trabajo. 8.1 CRITERIOS DE SOSTENIBILIDAD DE APLICACIÓN EN LA INGENIERÍA CIVIL A continuación exponemos algunos criterios utilizados en diferentes planteamientos de Desarrollo Sostenible, como ejemplo de aplicación en la Ingeniería Civil: Pensar siempre en el alcance global y permanente de nuestro trabajo, aunque se trate de un proyecto de ámbito local, y tener en cuenta todas las posibles interacciones sobre su entorno próximo y lejano, tratando de promover simultáneamente la sostenibilidad local y global. Para ello es necesario un análisis amplio de todo el contexto, no sólo del cercano e inmediato. Cualquier decisión (por ejemplo, elegir para una zona entre modos de transporte alternativos,

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ferrocarril o carretera) puede tener consecuencias distintas según dónde nos encontremos (en una zona urbana de un país industrializado, en un país del tercer mundo, etc.); asimismo, la actuación simultánea de varios proyectos puede producir una incidencia ambiental no admisible. Sopesar siempre tanto el corto como el largo plazo. Buscar el máximo nivel de decisión, o la primera fase en el proceso decisorio, para favorecer alternativas con mayor valor añadido ambiental. La toma de decisiones en las fases de estrategias, planes, programas, estudios de alternativas, tiene más posibilidades de mejora ambiental que en fases posteriores: proyecto, ejecución, etc. Estudiar en profundidad las interrelaciones e interconexiones entre los distintos factores que intervienen en un proyecto; no sólo las inmediatas y claras, sino las menos visibles o lejanas. 109 Contribución de la Ingeniería Civil al Desarrollo Sostenible. Presente y futuro Buscar la decisión ambientalmente óptima, más allá de la simple mejora de eficiencias. La sostenibilidad puede ser aparentemente más cara; pero se trata de una inversión para el futuro. Perspectiva

interdisciplinar.

Acostumbrarnos

a

trabajar

en

equipos

multidisciplinares. Trabajar con la idea de límites. Enfoque de ahorro. Pensar en términos de economía de recursos como reto tecnológico. Diseñar siempre procesos con el mínimo gasto posible de recursos naturales (agua, energía, combustibles, materiales), sobre todo si son escasos o se pueden agotar aunque sea a largo plazo, o hay que transportarlos desde lejos; y con un balance energético global mínimo. En lo posible, respeto a los procesos naturales: conservación de ecosistemas, autodepuración,

cauces

de

agua,

trayectos

naturales

de

transporte,

asentamientos de población. Paralelamente, elegir las soluciones de proyecto más fáciles de explotar y mantener. Comprobar especialmente en cualquier proyecto la incidencia que pueda producir en la diversidad biológica o funcional de un territorio, o la posibilidad de provocar procesos de desertificación o erosivos. 8.2 PAPEL DE LA INGENIERÍA CIVIL EN SU ÁMBITO PROFESIONAL En cualquiera de nuestros campos profesionales podemos crear valor añadido ambiental, estudiando los distintos aspectos que definen la sostenibilidad para mejorarla, sin olvidar por supuesto la necesidad de minimizar la incidencia directa de las obras públicas sobre el medio ambiente. Veamos algunos casos, sin carácter exhaustivo: En Política Territorial, Urbanística y de Costas:

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Equidad territorial y funcional en niveles de servicios y equipamientos, como medida para mejorar la cohesión social. Incrementar la diversidad del territorio, su complejidad, para favorecer su capacidad de adaptación. Potenciar los usos diversificados del suelo, estableciendo zonificaciones que minimicen las necesidades de transporte. Descentralización, favorecer la permanencia de las poblaciones pequeñas y frenar el crecimiento de las grandes. Políticas urbanas en las que se favorezca un urbanismo con niveles de equipamientos de calidad, y un uso racional y sostenible de los límites costeros y fluviales. Gestión del agua: depuración al máximo nivel, exigencia en la calidad, favorecer las prácticas de bajo consumo. Energía: mejora de la eficiencia energética por elección entre diferentes alternativas, buscando las fuentes de energía más limpias (hidráulica, solar, eólica, etc.). Plantear el análisis de los ciclos de vida (consumos de energía, materiales, etc.) en cualquier proyecto. Transporte: elegir los modos de transporte menos contaminantes y de menor consumo energético. Tecnología: afinar en la elección tecnológica: tratar de que la «mejor tecnología disponible» sea además la «tecnología más sostenible». Promover el uso de materiales locales, técnicas tradicionales, tecnologías autóctonas, y que exijan el mí- nimo transporte. Zonas urbanas: en las actuaciones en zonas urbanas, promover ciudades autosu110 I Congreso de Ingeniería Civil, Territorio y Medio Ambiente eficientes en servicios, equipamientos, energía, y con la máxima riqueza de contenidos en su territorio, y tratar de planificar un uso sostenible del suelo. Incluso se abre un importante campo profesional, el de prevención de riesgos ambientales (catástrofes naturales, accidentes, etc.). Por supuesto, defender unos criterios exigentes de Evaluación del Impacto Ambiental, teniendo en cuenta todos los factores que puedan incidir negativamente en el medio ambiente: contaminación, residuos, efectos sobre los ecosistemas, etc. 9. PROPUESTAS, RETOS Y OPORTUNIDADES Se echa de menos la existencia de criterios claros de sostenibilidad para el trabajo del ingeniero de caminos. En esta comunicación hemos tratado de ver el aspecto positivo de nuestra labor, cómo definirlo, mejorarlo en lo posible y, sobre todo, darlo a conocer a la sociedad. En casi toda la temática ambiental, vemos que está siempre presente la Ingeniería Civil en sus actuaciones a

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todos los niveles; en general, con un carácter de promotor de sostenibilidad. Consideramos necesario plantear los siguientes objetivos: Establecer un proceso de realimentación mutua entre la Ingeniería Civil y el Desarrollo Sostenible. Por ello, la Ingeniería Civil puede aportar su perspectiva al marco teórico y a las grandes líneas estratégicas del Desarrollo Sostenible. Un objetivo inmediato sería introducir una nueva terminología, como consecuencia de cambios conceptuales. Habría que definir, como síntesis de Indicadores de Sostenibilidad, pensando en una visión amplia de la valoración coste/beneficio, el «coeficiente de sostenibilidad», «vector de sostenibilidad» o el « valor añadido ambiental» de nuestras actividades, frente al concepto reduccionista y negativo de Impacto Ambiental. La importancia de un Proyecto, obra o actuación en nuestra profesión viene medida por su contribución a la satisfacción de necesidades básicas, mejora en la calidad de vida de las personas, gestión de recursos, mejora de eficiencias, ahorros energéticos, reducción de contaminación, eliminación de residuos, etc., ya que la Sostenibilidad está siempre vinculada con las necesidades reales de la población. Esta es la propuesta principal de nuestra comunicación: la Ingeniería Civil, en su actuación profesional, genera sostenibilidad; trabaja para el Desarrollo Sostenible. Cualquier otro planteamiento reduccionista, que sólo pretenda en el campo ambiental minimizar los impactos ambientales de las obras —trabajo que por supuesto es necesario—, nos hace jugar en un terreno que no es el nuestro, y participar a la defensiva de una visión conservacionista negativa, meramente correctora, que nos limita profesionalmente. Para conseguir el objetivo anterior, sería necesario definir algunos indicadores de sostenibilidad de las actuaciones, obras y proyectos de la Ingeniería Civil, tales como: accesibilidad (transporte de personas, bienes, servicios); disponibilidad (de recursos, agua, energía, información); distribución (funcional, territorial, social, cultural); calidad (de las aguas, aire, suelos, capacidad de depuración, ecosistemas); ahorro (de agua, energía, recursos, residuos) .Estos indicadores deberían ser pocos, claros, positivos, descriptivos, medibles, seguibles En este sentido, promover la formación ambiental de los ingenieros de caminos, mediante cursos específicos, que nos permitan ampliar nuestras competencias profesionales y legales y mejorar nuestra actuación profesional. El programa de formación debería incluir el estudio en profundidad de la relación entre el Medio Ambiente y la Ingeniería Civil en todo el proceso, desde que se hacen los grandes Planes de Infraestructuras hasta que se ejecuta la obra, se explota y mantiene. Habría que favorecer los cursos a distancia, o con horarios adecuados, para tener en cuenta la dispersión geográfica y la disponibilidad, dada

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la gran cantidad de ingenieros que están a pie de obra, o con horarios de trabajo extensos. La labor de reciclaje en estos casos puede llegar a ser importante. También podría pensarse en desarrollar por el Colegio guías monográficas de recomendaciones de buenas prácticas ambientales, o prácticas sostenibles, en los distintos sectores de nuestra actividad profesional.

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LA ETICA Y LA SOSTENIBILIDAD, INTERROGANTES QUE SE DAN DESDE EL ENFOQUE DE UN DESARROLLO SOSTENIBLE Desde los tiempos de la colonia el desarrollo, en América Latina, se ha basado en el aprovechamiento de los recursos. La posición era utilitarista y materialista: se apuntaba a aprovechar al máximo los recursos naturales. Bajo esas condiciones, la posición dominante no incluía un componente ético referido a la Naturaleza; no existía una “ética ambiental”. En general el ambiente era apenas concebido como una canasta de recursos a disposición de ser humano, al amparo del impulso de muchos gobiernos. Ese camino ha implicado fuertes cambios en la estructura y capacidades del Estado, mientras que simultáneamente se enfatizó el sector productivo primario: las fases industriales en algunos casos perdieron peso, y se expandió la extracción y exportación de recursos naturales sin procesamiento, o con escaso procesamiento (minería, hidrocarburos, agropecuaria, pesca, maderas, etc.). Esta estrategia ha generado muchos impactos ambientales y sus resultados económicos y sociales no han sido buenos. A pesar de la expansión del sector exportador, la región ha sufrido muchos altibajos y se encuentra muy lejos de un sendero de sustentabilidad. El peso de la deuda externa, los problemas de los mercados financieros (México en 1995, Brasil en 1999, Argentina y Uruguay en 2002), así como los insuficientes niveles de ingreso y empleo, muestran las debilidades de los esquemas de crecimiento y modelos económicos impulsados desde aquellas instituciones. El alto crecimiento económico registrado en la región en los últimos cinco años no ha sido suficiente para resolver los problemas más urgentes. En 2005, 39.8% de la población vivía en condiciones de pobreza (209 millones de personas) y 15.4% (81 millones) vivía en la pobreza extrema. La inequidad de la distribución del ingreso en la región se mantuvo invariable durante la década de 1990 e incluso empeoró a comienzos de la presente década Entre 2002 y 2005 en la gran mayoría de los países se redujo la tasa de desempleo, pero sigue siendo elevada y supera el nivel de 1990. En América Latina y el Caribe, la sostenibilidad ambiental está cada vez más en riesgo y el deterioro ambiental se ha profundizado en los últimos treinta años: degradación de tierras y bosques, deforestación, pérdida de hábitat y de biodiversidad, y contaminación del agua dulce, costas marítimas y atmósfera: La región perdió casi 47 millones de hectáreas de bosques entre 1990 y 2000 (la segunda pérdida después de África).

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La región perdió casi 47 430 000 hectáreas de bosques entre 2000 y 2005 (siendo la primera entre las regiones). La desertificación afecta 313 millones de hectáreas, causando pérdidas que ascienden a 2 mil millones de dólares estadounidenses. La calidad del agua superficial se ha deteriorado dramáticamente; sólo 14% de las aguas servidas recolectadas en sistemas de alcantarillado recibe algún grado de tratamiento, la gran mayoría de las aguas residuales no recibe tratamiento y se depositan crudas en los cuerpos de agua. La contaminación del aire también ha aumentado por la combustión de materiales fósiles en el sector transporte, por el incremento de las actividades industriales, por la generación eléctrica, por la quema de los residuos sólidos y por los incendios forestales. En muchos casos esta degradación ambiental tiene impactos negativos sobre la calidad de la vida humana; entre los mayores riesgos para la salud se encuentra la baja calidad de los servicios de agua potable y saneamiento, la contaminación urbana y la causada por los químicos agroindustriales, los residuos sólidos y las enfermedades transmitidas por vectores (e.g. malaria, dengue). En el caso de la contaminación del aire más de 80 millones de personas están afectadas permanentemente por la mala calidad del aire; ciertas estimaciones indican que la contaminación atmosférica es la causa principal de aproximadamente 2 300 000 casos de las enfermedades respiratorias crónicas en los niños y de un millón de casos anuales de bronquitis crónica en los adultos. a. ¿Es posible mirar el desarrollo sostenible desde una perspectiva ética? La ética en la visión de sostenibilidad es un enfoque fundamental que trasciende banderas, ideologías, partidarismos, sectarismos o cualquier tipo de actitud o síntoma de grupo cerrado, es en realidad, un compromiso de trabajo humanístico, por la vida, de respeto al medio y la naturaleza. Es, si se quiere, una filosofía de convivencia con las más profundas raíces de permanencia civilizada con los congéneres y resto de especies que habitan este planeta, independientemente de las fronteras. b.¿Qué pasos históricos se han dado en nuestra región para crear espacios de reflexión y compromiso a nivel ético del desarrollo sostenible? En América Latina, a lo largo de los últimos años, se ha generado un debate ético sobre el ambiente sometido a las tensiones de las demandas económicas y las respuestas que subvaloran los recursos naturales. A la vez, esas discusiones se han nutrido de preocupaciones referidas a la calidad de vida y la salud. En esos debates se intercalan los eventos ambientales

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internacionales más importantes de los últimos cincuenta años: Estocolmo (1972), Río de Janeiro (1992), Johannesburgo (2002). Todos estos eventos se han dado en el marco de la ONU, cuya estructura ha permitido recibir preocupaciones y en algunos casos amplificarlas. c. ¿Qué importancia tiene la declaración de Estocolmo en el tema ambiental? LA DECLARACIÓN DE ESTOCOLMO (1972) fue un hecho clave en la incorporación de la temática ambiental a nivel internacional. El encuentro estuvo precedido por fuertes polémicas sobre la supuesta oposición entre conservación y progreso económico, sobre el verdadero impacto del crecimiento de la población, y sobre las metas de desarrollo de las naciones del “Sur” y las exigencias ambientales que proclamaban los gobiernos del “Norte”. El documento hace un detallado listado de los problemas ambientales tal como eran percibidos en aquellos tiempos, con un fuerte optimismo en el saber humano, especialmente científicotécnico, como medio de solución; agrega la responsabilidad hacia los “bienes comunes”, y que por lo tanto no están asociados a posesiones individuales o empresariales, sino que pertenecen a toda la humanidad. A pesar de la contundencia en esos aspectos, la declaración no aborda directamente la dimensión ética. El documento postula que la protección del ambiente debe atender las necesidades actuales como a las generaciones futuras (principio 2). Aparece así un cambio en las valoraciones, que si bien se mantiene restringida al campo humano (como utilidad para los procesos productivos), rompe con las restricciones temporales y se abre al futuro. Ese primer encuentro legitimó el debate internacional sobre la protección ambiental, y permitió la expresión de nuevos autores. En ese sentido, en 1980 se publicó: La “Estrategia Mundial de la Conservación”, una ambiciosa iniciativa promovida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) El Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF). d. ¿Qué aportes encontramos en el informe, “nuestro futuro común” al tema de desarrollo sostenible? El Informe “Nuestro Futuro común”( 1987) elaboró con más precisión el concepto de “desarrollo sostenible”, pero no profundizó los aspectos éticos. De la misma manera, la versión Latinoamericana de esa iniciativa, promovida por el BID y PNUD, desembocó en la llamada “Nuestra propia agenda” (1990), sin llegar a profundizar en los aspectos éticos.

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El debate en los 80” se centró en el campo de lo que podría llamarse una “ética humana”, en el sentido de las valoraciones que realizan las personas sobre aspectos considerados como esencialmente humanos. Esa postura ética estaba fuertemente restringida por cierto utilitarismo antropocéntrico y su pérdida afectaría el bienestar humano. Las tensiones éticas se centraban entonces sobre las demandas de una moral de la calidad de vida, la responsabilidad de las generaciones futuras y la necesidad de repensar la propiedad al postularse la idea de “bienes comunes”. e. ¿Qué avances éticos con respecto a la ecología se dio en la segunda estrategia mundial de la conservación “cuidar la tierra” en 1991? “Cuidar nuestra Tierra” es producto de las posiciones éticas más novedosas que comenzaron a dejar de ser marginales, abandonaron sus orígenes académicos o de líderes sociales y nutren una parte sustancial del movimiento ambientalista que crece en forma fenomenal. El documento ofrece un cambio cualitativo: aparece una sección específica dedicada a la ética. “Cuidar la Tierra” otorga a los aspectos éticos un papel central: el desarrollo sostenible implica un tránsito hacia una sociedad sostenible que se basa en una ética para vivir de otra manera. La estrategia considera que ese cambio es moralmente correcto y que sin esa ética se pone en peligro el futuro de la humanidad, supone reposicionar el papel del ser humano como una parte de la comunidad de la vida, junto a las demás especies vivientes. Si bien se mantienen los compromisos con los derechos fundamentales, como la libertad, esta última proposición pone en jaque al antropocentrismo clásico de las anteriores declaraciones. Enseguida se sostiene que “toda forma de vida merece ser respetada, independientemente de su valor para el ser humano”. En este caso la posición se distancia todavía más del antropocentrismo. En efecto, varios estudios influyentes de esa época insistían en el valor económico que pudieran tener especies desconocidas o no estudiadas. El problema con esa postura es que se intentaba justificar la conservación desde una ética utilitarista (potencial beneficio económico para el ser humano). f. ¿Por qué fue importante “la cumbre de la tierra” (río de janeiro 1992) en el desarrollo ético de la ecología? La “Cumbre de la Tierra” ponía en la escena internacional los resultados de otra línea de reflexión académica que postulaba diversas formas de valores propios en los seres vivos. Allí se coloca en un mismo nivel a los derechos humanos y de los demás seres vivos como responsabilidad mundial que trasciende todas las fronteras geográficas, culturales e ideológicas. En ese sentido, incorpora aportes que provenían de la filosofía ambiental de aquellos tiempos, y que se expresaba en movimientos ciudadanos como el de la “ecología profunda”. “Cuidar la

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Tierra”; pero sus aportes en la ética ambiental no se vieron representados en la posición final de los gobiernos que se mantiene dentro de la discusión tradicional sobre ambiente y desarrollo, apuntando a llamados a la responsabilidad de los Estados para un manejo más juicioso del ambiente. En estos días se elaboraron muchas declaraciones y tratados, entre ellos se destaca el “Compromiso ético de actitud y conducta ecológicos”. Allí se parte de un “principio de la unidad en la diversidad, donde cada ser individual es parte del todo” para pasar a postular que todos los seres poseen un valor existencial intrínseco que trasciende valores utilitarios. Por lo tanto, el Compromiso postula una defensa del derecho a la vida y proclama los valores propios en el ambiente. g.¿En qué sentido “la carta de la tierra”, (2000) significa un gran avance en el desarrollo de la ética ecológica? La “Carta a la Tierra” es un ejemplo importante de complementación entre el espacio intergubernamental de las Naciones Unidas y la sociedad civil. Si bien estaba previsto que se lograra un acuerdo de ese tipo, con un fuerte énfasis ético, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, la propuesta no logró el consenso requerido. A partir de ese hecho la iniciativa fue relanzada en 1995 por una organización no gubernamental internacional (Consejo de la Tierra), que produjo un texto definitivo en el 2000. La Carta de la Tierra no es un acuerdo entre gobiernos, sino un manifiesto de compromiso con el propósito de formar una sociedad justa, sostenible y pacífica en el siglo XXI. Sus principios se nutren de varios saberes, incluyendo la ciencia contemporánea, las leyes internacionales y en lo más profundo de la filosofía y la religión. La Carta “busca inspirar en los pueblos un nuevo sentido de interdependencia y responsabilidad compartida para el bien de la humanidad y las demás especies que habitan la Tierra. Es una expresión de esperanza así como un llamado de ayuda para crear una sociedad global en un momento crítico de la historia”. La Carta propone “una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz”. Todos los principios de la Carta están relacionados con temas ambientales, pero no tratan exclusivamente de los mismos.La Carta de la Tierra propone cuatro principios básicos: Respetar la tierra y la vida en toda su diversidad; Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras.

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Para cumplir con estos principios generales la Carta de la Tierra detalla tres grupos de compromisos. Compromiso con la “integridad ecológica” orientado a proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra. Se invoca al Principio Precautorio proponiendo tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales graves o irreversibles, aun cuando el conocimiento científico sobre el tema sea incompleto o inconcluso. También se propone un consumo sustentable, incluyendo cambios fundamentales del estilo de vida para orientarse hacia la calidad de vida y la suficiencia material en un mundo finito. Compromiso con la justicia social y económica para erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental. Compromiso con la democracia, no violencia y paz, postula el fortalecimiento de las instituciones democráticas así como el fomento de la educación moral, espiritual y de sostenibilidad, y una cultura de tolerancia, no violencia y paz. EL “MANIFIESTO POR LA VIDA” es una iniciativa específica de América Latina y el Caribe, bajo iniciativa del PNUMA y en el marco del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe. Trata de profundizar en los principios éticos que pueden ser la base del Plan de Acción Regional de Medio Ambiente y que trasciendan hacia las políticas ambientales y de desarrollo sustentable de los países de la región (PNUMA 2001). Los valores que forman la base del Manifiesto son una serie de principios éticos, y oscila entre posiciones de vanguardia en el terreno social, proponiendo nuevas exigencias morales en las relaciones entre los humanos, pero no profundiza explícitamente una ética de la Naturaleza. h.¿Qué elementos claves aporta la “declaración del milenio”. En el 2000 para la sustentabilidad? La “Declaración del Milenio” es un texto que incluye valores y preocupaciones éticas; algunas de ellas refuerzan los compromisos que la ONU ha mantenido como las referencias a la libertad y la igualdad. Pero entre ellos aparecen elementos claves para la sustentabilidad. I. El respeto de la Naturaleza. Es necesario actuar con prudencia en la gestión y ordenación de todas las especies vivas y todos los recursos naturales, conforme a los preceptos del desarrollo sostenible. Este compromiso está ligado a las generaciones futuras, presentado como necesidad de conservar y transmitir a nuestros descendientes las inconmensurables riquezas que nos brinda la naturaleza. II. La responsabilidad común. Las tareas de gestionar el desarrollo, junto a otras acciones como la preservación de la paz, deben ser compartidas por las naciones del mundo y ejercerse multilateralmente.

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III. El compromiso específico de “adoptar una nueva ética de conservación y resguardo en todas nuestras actividades relacionadas con el medio ambiente”. LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO (2002) aprobó una declaración cuyo contenido no implicó nuevos avances en la materia, y muchas secciones son muy similares a la declaración de Río de 1992. i. ¿Cómo se produce la integración de los principios éticos en el trabajo de las naciones unidas y las instituciones de bretton woods? A pesar de todos los avances en concientización ambiental y la ampliación del debate sobre ética y desarrollo sostenible, el camino actual en la mayoría de los países de la región enfatiza el desarrollo económico con poca consideración para aspectos sociales y ambientales. Este camino no es sostenible ni tampoco ético. Los últimos 30 años nos han mostrado que los modelos actuales no son suficientes para promover un crecimiento económico estable, revertir la pobreza, ni para asegurar el uso sostenible de los recursos naturales. Queda claro que si los países de la región siguen el mismo camino no alcanzarán el desarrollo sustentable ni un cambio social justo y digno. El sistema de Naciones Unidas ha permitido la expresión de ideas diversas sobre ética que antes se limitaban a los terrenos académicos o las confrontaciones políticas por conflictos ambientales locales. Pero aún no han logrado insertar estos principios en los programas de desarrollo de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, aun cuando la mayoría de estas agencias tienen implícitos muchos de los principios éticos en sus mandatos y programas de trabajo. Las instituciones de Bretton Woods – Banco Mundial y FMI – juegan un papel importante relacionado al desarrollo a escala nacional e internacional y es en estas instituciones donde la integración de valores éticos en sus programas y políticas de operaciones podría tener un impacto importante en los países de la región. En teoría, el Banco Mundial estaría dedicado a la erradicación de la pobreza y el FMI, por su lado, a preservar la estabilidad financiera global. En la realidad estas instituciones promueven -y los países de la región han aceptado, en su mayoría- un sistema socioeconómico basado en el libre mercado y dominado por el pensamiento neoliberal. Mucha evidencia indica que el modelo económico promovido por estas instituciones, generalmente no ha conseguido poner el precio adecuado al capital natural y humano, y no trabaja activamente para proteger a la sociedad o al medio ambiente. Los países de la región están repensando sus esquemas de crecimiento. En la Declaración de Santa Cruz de la Sierra (noviembre de 2003) de la XIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, por ejemplo, los países subrayaron que el crecimiento económico es una condición necesaria, pero no suficiente, para promover una mejor calidad de vida, superar la pobreza y

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eliminar la exclusión social y reconocieron que “las reformas económicas estructurales llevadas a cabo con tanto sacrificio por nuestros pueblos y por nuestros gobiernos en muchos casos no han producido resultados suficientes sobre la disminución de las desigualdades y de la exclusión social, e incluso en algunos casos, han significado un retroceso o profundización de estos fenómenos”. El actual modelo de desarrollo, o más bien subdesarrollo, tiene que cambiarse cabalmente para poder revertir los patrones de pobreza y la degradación ambiental. La pobreza, el desempleo y la desigualdad figuran entre los principales obstáculos que dificultan la cohesión social en América Latina. Esta problemática fue el asunto central de la XVII Cumbre Iberoamericana que tuvo su sede en Santiago de Chile en noviembre de 2007. El camino hacia el logro de los Objetivos del Milenio, y en especial la orientación hacia la sustentabilidad exigen otros valores, que distan de los valores macro-económicos que orientan el trabajo del FMI y los bancos multilaterales y que han sido adoptados por los países de América Latina y el Caribe. Pero los nuevos valores que aparecen en las declaraciones internacionales como de Santa Cruz o de declaraciones de carácter ética o se insinúan en algunas convenciones, todavía no representan obligaciones vinculantes que puedan imponerse sobre las posturas tradicionales.Las dificultades para esa “transición ética” es decir la traducción de los valores éticos en principios rectores de las agencias se expresan muy bien con el uso del concepto de la internalización de costos muy aceptado de la teoría económica neoclásica en la rama ambiental y en las instituciones financieras internacionales. Si bien el concepto es más económico que ético, la idea que todos debemos asumir totalmente las consecuencias económicas (privadas y públicas) de nuestras conductas individuales como productores o consumidores aparece en varias declaraciones internacionales sobre la ética. Por ejemplo en la Carta de la Tierra se postula “Internalizar los costos ambientales y sociales totales de bienes y servicios en su precio de venta y posibilitar que los consumidores puedan identificar productos que cumplan con las más altas normas sociales y ambientales.”, e “imponer las pruebas respectivas y hacer que las partes responsables asuman las consecuencias de reparar el daño ambiental”. Sin embargo a pesar de su aceptación, la internalización de los costos todavía no es una realidad práctica difundida. Se ha avanzado poco en instrumentos como eco-impuestos a los combustibles fósiles y a la agricultura química; o incentivos económicos para promover las energías renovables, la producción limpia y la agricultura ecológica. La internalización de costos, antes que una solución a los problemas de una perspectiva ética, es en realidad uno de los nuevos terrenos donde tienen lugar las tensiones entre las visiones de cómo asignar valores. Las respuestas al problema ético están en la propia dimensión ética, y enseguida en su expresión política.

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Por lo tanto, el problema es doble, ya que se enfrenta resistencia para avanzar hacia los valores intrínsecos, pero incluso también hay frenos para valorar económicamente a la Naturaleza. Si no se ha logrado incorporar el concepto de internalización de costos en las acciones las instituciones financieras globales, regionales y nacionales, ¿qué esperanza hay para incorporar los demás principios éticos de justicia social y económica en sus códigos de conducta y en sus acciones? Estamos muy lejos de la era de condicionalidad ética en vez de la condicionalidad económica neoclásica que trae injusticias sociales, económicas y ambientales como las que se están viviendo en la región. Hay que cuestionar si el actual sistema internacional, dominado por las instituciones financieras, puede adoptarse para asegurar la sustentabilidad y un desarrollo justo y ético. j. ¿A qué conclusiones podemos llegar después de estas reflexiones sobre ética y desarrollo sostenible? El sistema de Naciones Unidas ha servido para crear un espacio para la expresión de ideas diversas sobre ética que antes se limitaban a los terrenos académicos o las confrontaciones políticas por conflictos ambientales locales. Buena parte de la primera generación de declaraciones insistía en una valoración utilitarista. Obviamente las consecuencias de una posición utilitarista de tono mercantil son muy distintas a aquellas que se basan en el compromiso con las generaciones futuras, pero de todas maneras ambas tienen una perspectiva antropocéntrica. América Latina insistió en que los problemas ambientales se dan en contextos sociales, y no es reflejo de una mera relación individuo – entorno.

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