Definicion de educador y educando

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1. LA RELACIÓN EDUCADOR-EDUCANDO: UNA MIRADA DESDE LA MOTIVACIÓN RESUMEN El presente artículo tiene como propósito mostrar algunas de las miradas contemporáneas a partir de las cuales es posible abordar la relación educador-educando. Esta temática, crucial para la educación, fue eje central de un artículo de Fernando Oyarzún publicado en el primer número de Estudios pedagógicos (1976). Hoy, 40 años después de la publicación de este artículo, junto con rescatar la relevancia del tema y su influencia en el proceso educativo, relevamos cuatro perspectivas a partir de las cuales se puede contribuir a la comprensión de esta relación dialógica entre el educador y el educando: la teoría del apego, el enfoque de la educación basada en las fortalezas, la motivación y finalmente, el rol mediador del docente ejemplificado a partir de la mediación lectora. INTRODUCCIÓN En el primer número de la Revista Estudios Pedagógicos se publicó el artículo Aspectos sicológicos del proceso educacional, escrito por el profesor Fernando Oyarzún. Revisitar este artículo, 40 años después, supone constatar que la lectura realizada en la época, en torno a la relación educador-educando1, está articulada por una reflexión sobre el sentido de la educación. El artículo de Oyarzún (1976), aborda la problemática desde una perspectiva psicológica diferente de las que hoy predominan en educación, una perspectiva dialógica, muy característica del autor (Oyarzún y Silva, 2009; Skewes, 2011), recordándonos algunos aspectos que hemos dejado de lado y que deberíamos retomar dentro de nuestros análisis. 1.1 LA RELACIÓN EDUCADOR-EDUCANDO DESDE LA PERSPECTIVA DEL EDUCANDO La relación entre educador y educando es posible observarla también a partir de una perspectiva que, en la actualidad, ha cobrado creciente interés en el mundo académico y de las políticas públicas: la motivación. La literatura académica ha mostrado contundente evidencia de que la motivación es un factor clave dentro del proceso de aprendizaje. A pesar de que existen diversas aproximaciones teóricas al fenómeno, existe evidencia consistente que muestra que el proceso motivacional predice el rendimiento, el compromiso con la tarea y la

profundidad con que el estudiante se apropia de lo aprendido (ver, por ejemplo, los metaanálisis de Cerasoli, Nicklin y Ford, 2014; Hattie, 2009; Robbins et al., 2004). La política pública ha reconocido lo anterior y ha comenzado a poner atención en estos procesos. Muestra de ello, es la incorporación de las dinámicas motivacionales como indicadores complementarios de la calidad educativa (MINEDUC, 2014a, 2014b) que, junto a la autoestima académica, centran la mirada en aspectos o factores "no cognitivos" (Rosen, Glennie, Dalton, Lennon y Bozick, 2010). 1.2 LA RELACIÓN EDUCADOR-EDUCANDO EN EL CONTEXTO DEL APRENDIZAJE Y DESARROLLO LECTOR Es interesante identificar ciertos tópicos en Oyarzún (1976) que mantienen toda su vigencia, aun cuando hoy no utilicemos los mismos términos. Esto es particularmente observable en la identificación que hace el autor del proceso educativo en tanto que proceso de personalización. Se aprecia en el texto, en efecto, un énfasis en la relación educador-educando como la caracterización de una relación eminentemente dialógica. Para el autor, es en el establecimiento de esta relación que el educando se desarrollará como persona, siendo el profesor una figura clave en este proceso. Aun cuando no está explícito en el artículo de Oyarzún, es posible vislumbrar la figura de un mediador, visión predominante en los enfoques socioculturales y que ponen en el centro la aproximación a la cultura, sus prácticas y herramientas gracias a la intervención de un mediador efectivo (Daniels, 2007; Vygotsky, 1934/1995; Wertsch, 2007). Asimismo, se anuncia de un cierto modo, el enfoque de enseñanza dialógica (Alexander, 2006; Mercer, 2002). 1.3 EDUCADOR – EDUCANDO: UNA RELACIÓN BIYECTIVA Considerando la relación educador - educando, los estudiantes deben tomar conciencia que el proceso educativo es bidireccional. Por su propio bien, no pueden limitarse a ser meramente receptivos. Son los mejores críticos que pueden tener los docentes, quienes tienen obligación de escucharlos y valorar sus propuestas. Este intercambio debe realizarse en un clima cordial por ambas partes, ya que solamente se obtienen frutos cuando se trabaja en un ambiente de tranquilidad y tolerancia mutua, benéfico para todos los involucrados en la tarea. El propósito de la educación es establecer una relación de ayuda para que educadores y educandos a través

de su experiencia dentro del fenómeno educativo, cumplan una parte de su misión de ser hombres, y se preparen para ir cumpliendo las etapas de la vida. Es importante tomar en consideración que la práctica educativa se debe considerar como el proceso enseñanzaaprendizaje, como un trabajo creativo, congruente y responsable, en la medida en que la educación debe estar dirigida a la producción de conocimiento. Por lo tanto, el eje de la relación educador-educando deberá ser la investigación, como elemento unificador del proceso enseñanza-aprendizaje. El educador debe dejar de ser el centro de la actividad académica, y pasar a ser un facilitador del proceso de aprendizaje. En este sentido, el elemento más importante en la enseñanzaaprendizaje, es definitivamente el educando. Existe la llamada pedagogía del diálogo, sostiene que dentro del marco de una sociedad democrática -y una educación también democrática-, el maestro, mucho más que despreciar la capacidad del educando, debe aprovechar sus conocimientos, respetarlos y evaluarlos. Desarrollar la pedagogía del diálogo implica respetar los principios democráticos en el sistema educativo y estimular el respeto recíproco entre educando-educador. La primera función de la escuela es la de educar a personas que tengan la capacidad de crear y no sólo de reproducir lo que otras generaciones hicieron a su turno, en vista de que los individuos son activos y creativos por naturaleza. Y, por eso mismo, el educador debe tender a satisfacer el interés y las aspiraciones propias del niño, poniéndolo a él en el centro del proceso de enseñanza/aprendizaje. La pedagogía del diálogo elimina el monólogo y el monopolio de la palabra del educador y, consiguientemente, el sistema bancario de la educación tradicional, en el cual el educador es el sujeto real, cuya función indeclinable es llenar a los educandos con los contenidos de su narración. En una buena relación entre el educador y el educando, la propia actividad y curiosidad del alumno es un excelente medio para la adquisición de los conocimientos necesarios. Nada se puede imponer mecánicamente desde fuera, y menos cuando el educando no está motivado. Es decir, el educando no debe ser forzado a aprender nada sólo porque está establecido en el programa escolar ni porque estará en el examen, sino porque él mismo ha visto la necesidad y tiene deseos de progresar hasta ciertas metas propuestas. El educador debe aprender a conversar con el educando, reducirse a su estatura, para ayudarle a resolver los problemas que

él no puede resolverlos por sí solo. Por medio del diálogo puede desarrollarse todo el proceso de enseñanza/aprendizaje, sin dejar de contemplar las demás necesidades que tiene el educando, desde las fisiológicas hasta las psicológicas. En una buena relación el educando y el educador son sujetos, y ambos participan activamente en el proceso de enseñanza/aprendizaje. Entre ellos se da un respeto recíproco y una interrelación constante. No se admite que ningún educador decida de manera arbitraria lo que está bien o lo que está mal, sin que exista una intercomunicación real con el educando; más aún, cuando se sabe que todo lo que puede ser lógico para el adulto, puede ser ilógico para el niño, sin que por esto, el individuo deje de ser, desde un principio, un ente activo y creativo, que tiene la capacidad de relacionarse con el mundo cognoscitivo y acumular, por medio de su inquietud y curiosidad, conocimientos y experiencias que le ayuden a forjar su personalidad. 1.4 CONCLUSIONES Gracias a la elaboración de este trabajo se ha podido conocer más acerca de la importante relación que debe existir entre los docentes, los alumnos y la comunidad en la que viven. Aprendimos que educar significa acompañar: acompañar la forma de educar en la adolescencia o infancia. Por definición la relación educativa con los y las niños es una relación de acompañamiento. Los tutorizamos, hacemos de mentores, es decir, estamos cerca de ellos, disponibles, accesibles, pero les dejamos poco a poco hacer su camino, aunque sea probando y arriesgando. Acompañar es una estrategia global, una constante educativa que condiciona y determina la forma de prestar atención. Ponemos el énfasis en el proceso y no en el resultado inmediato. Pero acompañar no es un verbo que deba practicar sólo el educador o educadora, también es la manera de trabajar en equipo y la manera como debe estar pensada cualquier institución educativa. 1.5 BIBLIOGRAFÍA 

Víctor

Montoya

(2013).

Apuntes

Pedagógicos.

Recuperado

de

http://www.sincronia.cucsh.udg.mx/vmontoya.htm 

María Victoria Peralta (2015) El Criterio de Pertenencia Cultural. Recuperado de http://www.unrc.edu.ar/publicar/20/dosier11.htm



Base Filosófica para determinar la acción educativa en el bachillerato Recuperado de http:// www.bachillerato2000.uadec.mx/html/enfoque.htm



Alexander, R. (2006). Towards dialogic teaching: Rethinking classroom talk. Cambridge: Diálogos.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN HUMANAS Y TECNOLOGÍAS CARRERA EN PEDAGOGÍA DE LA LICENCIATURA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES: MATEMÁTICAS Y FÍSICA

TEMA: EDUCADOR – EDUCANDO

NOMBRE: Cargua Marlon CURSO: Tercer semestre ´´A´´ ASIGNATURA: Catedra Integradora FECHA: 2019-04-23